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Objetivos 1
Introducción 1
Dolor torácico 1
• Síndrome coronario agudo 1
• Tromboembolismo pulmonar 3
• Ruptura esofágica 4
• Neumotórax a tensión 5
• Disección aórtica 6
• Taponamiento cardíaco 7
— Electrocardiograma 8
— Marcadores séricos 8
— Radiografía de tórax 9
— Ecografía 9
— Tomografía computada y resonancia magnética 10
Síndrome coronario agudo 10
• ECG sin elevación del segmento ST (SCASEST) 11
• Angina inestable 11
• ECG con elevación del segmento ST (SCACEST) 11
Fisiopatología 12
• SCASEST – Angina inestable 12
— Clasificación de la angina inestable 14
Tratamiento 16
• Estrategias generales de tratamiento para SCA 16
• Tratamiento del SCASEST / AI 17
• Tratamiento invasivo 17
• Algoritmo de manejo 19
SCACEST – IAM 19
• Situaciones que confunden el diagnóstico de IAM basado sobre ECG 21
• Tratamiento 21
— Manejo inicial del paciente 21
• Situaciones clínicas especiales 28
INTRODUCCIÓN
La cardiopatía isquémica representa en el mundo y en nuestro país, una de las causas de muerte e invalidez más
importantes. Tiene presentaciones clínicas muy variadas.
El dolor torácico agudo acompaña con frecuencia los eventos coronarios. Este tipo de dolor, molestia u opresión
precordial, al tener características particulares, se denomina angina de pecho o ángor. Cuando se presenta por
primera vez o aparece en reiteradas oportunidades, en forma prolongada, o ante mínimos esfuerzos, nos encontra-
mos ante la entidad conocida como síndrome coronario agudo (SCA).
El SCA es la manifestación de un evento coronario, que se produce, generalmente, por la ruptura de una placa de
ateroma, generando un trombo local. Así se produce reducción en la entrega de oxígeno al tejido miocárdico, ge-
nerando isquemia que se manifiesta con dolor torácico y cambios en el ECG, asociado a otros signos y síntomas.
La consulta temprana y el reconocimiento del médico tratante de esta patología son de gran importancia y trascen-
dencia para el pronóstico del paciente.
DOLOR TORÁCICO
Millones de personas por año ingresan a las salas de emergencias presentando como queja principal dolor de
pecho agudo. Los médicos de urgencias tienen la difícil tarea de diferenciar causas potencialmente mortales que
requieren intervención inmediata, de causas más benignas.
El dolor torácico agudo es toda molestia ubicada entre el epigastrio y la nariz, y que genere sospecha de isquemia
miocárdica. El dolor incluye el abdomen superior, pecho, parte alta del dorso, cuello, mandíbula, hombros y miem-
bros superiores.
La angina generalmente se expresa como una molestia en vez de dolor, y suele ser difícil de describir. Los pacientes
la manifiestan como:
• Opresión, tensión, quemaduras, ardor retroesternal o epigástrico.
• Sensación de plenitud en el pecho.
• Nodo en el centro del pecho o en la garganta (como apretando el nudo de la corbata).
• Peso en el pecho (como una pisada).
Algunos pacientes colocan su puño cerrado en el medio del pecho, manifestando opresión.
Es un síntoma gradual que comienza, se incrementa, llega a su máxima intensidad, y en general, cede lentamente.
El dolor anginoso responde generalmente a la nitroglicerina (NTG), debido a que es un vasodilatador. El dolor cau-
sado por espasmo esofágico y los causados por el músculo liso gastrointestinal, también responden a esta droga.
Hay pacientes como las mujeres, ancianos, diabéticos, que pueden desarrollar un SCA sin presentar un dolor
torácico típico. En estos casos el síntoma cardinal puede ser la disnea, el síncope, la caída, o la presencia de con-
fusión. En todos estos casos debe tenerse alta sospecha de una presentación de SCA con dolor atípico o con un
equivalente anginoso.
El diagnóstico diferencial del dolor torácico agudo es extremadamente amplio (cuadro 1).
Ante un paciente sin una causa obviamente benigna de dolor en el pecho se debe:
• Realizarle la evaluación inmediata de sus signos vitales.
• Conectarlo a un monitor.
• Colocarle un acceso intravenoso.
Idealmente, se debe realizar un electrocardiograma (ECG) a fin de diagnosticar y evaluar lesión cardíaca, debido a
que el diagnóstico temprano y la reperfusión temprana reducen la mortalidad y la morbilidad.
Tromboembolismo pulmonar
La embolia pulmonar representa una alta tasa de muertes anualmente. En este cuadro los signos clínicos y los sín-
tomas son especialmente difíciles de interpretar. En la mayoría de los casos se encuentran los siguientes síntomas:
• Disnea.
• Dolor pleurítico.
• Tos.
• Sibilancias.
• Hinchazón.
• Dolor de pantorrillas o muslos.
Se establecieron criterios para descartar el TEP. La regla de criterios de exclusión del TEP se ideó para evitar
pruebas adicionales en pacientes con una baja probabilidad pretest para TEP. Si un paciente cumple con los ocho
criterios, su probabilidad de tener un TEP es inferior al 2%, lo que es un límite apropiado para suspender las prue-
bas adicionales.
Ruptura esofágica
La ruptura esofágica es una causa relativamente poco frecuente de dolor torácico agudo entre los pacientes del
departamento de emergencia. La incidencia es desconocida y el diagnóstico conlleva a una alta tasa de mortali-
dad, aproximadamente el 20% a pesar de las terapias modernas.
El promedio de edad de los pacientes con ruptura esofágica es de 60 años aproximadamente, y más de dos tercios
de los pacientes son hombres.
Las causas las perforaciones esofágicas son más comúnmente iatrogénicas, generalmente causadas por proce-
dimientos endoscópicos, con una minoría de rupturas espontáneamente a partir de presiones intraabdominales
aumentadas principalmente por vómitos. Otras causas incluyen ingestiones cáusticas y/o trauma penetrante.
Las principales manifestaciones clínicas de la ruptura esofágica son:
• Dolor en el pecho.
• Vómitos.
En el examen físico con frecuencia se observa taquicardia con fiebre y crepitantes en el cuello o la pared del tórax,
que es indicativo de enfisema subcutáneo.
Neumotórax a tensión
El neumotórax a tensión espontánea no traumática también es un causa relativamente poco común de dolor de
pecho agudo.
Clínicamente, se considera que un neumotórax está bajo tensión cuando causa un compromiso respiratorio o he-
modinámico significativo como resultado de la presión intrapleural positiva.
En un paciente despierto ventilado sin presión positiva, este proceso puede desarrollarse solo si la presión intra-
pleural es menor que la presión atmosférica durante un período del ciclo respiratorio.
Al examen físico durante la auscultación podemos encontrar sonidos reducidos unilaterales e hipersonoridad. Tam-
bién puede presentarse con taquicardia, taquipnea, hipotensión y desviación traqueal alejándose del lado afectado.
Si se tiene una alta sospecha de un neumotórax a tensión según la historia clínica y el examen físico, se debe ac-
tuar de inmediato para aliviar la presión, a través de aguja percutánea o toracotomía con tubo.
Disección aórtica
La disección aórtica es una patología de muy difícil diagnóstico. Algunos estudios sugieren que hasta un tercio de
todas las disecciones aórticas inicialmente se diagnostican erróneamente. Presenta una prevalencia relativamen-
te baja. A menudo suele confundirse con un infarto de miocardio.
Se clasifica en:
• Tipo I: comienza en la aorta ascendente y se extiende más allá del arco.
• Tipo II: implica la aorta ascendente solamente.
• Tipo III: involucra solo la aorta descendente.
Las pautas recientes publicadas por la American Heart Association, en conjunto con otras sociedades profesio-
nales, describen factores de riesgo clínicos importantes para evaluar la probabilidad pretest (o previo a estudios
diagnósticos), de la disección aórtica aguda en pacientes con dolor torácico. Estos factores incluyen:
• Síndrome de Marfan o Ehlers-Danlos.
• Antecedentes familiares de enfermedad aórtica.
• Valvulopatía aórtica.
• Manipulación aórtica reciente.
• Aneurisma aórtico torácico.
Debido a la alta tasa de mortalidad asociada con un diagnóstico tardío y la incidencia relativamente baja de esta
patología, se debe mantener una alta sospecha clínica para prevenir las complicaciones.
Taponamiento cardíaco
El taponamiento cardíaco es otro diagnóstico relativamente poco frecuente. Se refiere al compromiso hemodiná-
mico causado por el aumento de la presión en el pericardio. El espectro de esta enfermedad varía desde leve y
asintomático (presión pericárdica <10 mm Hg) a grave, causando paro cardiorrespiratorio (presión pericárdica> 20
mm Hg).
Además de causas como trauma y cirugía cardíaca reciente, existen causas médicas como derrame pericárdico,
que pueden generar esta patología. Algunas de las causas médicas que pueden desencadenar derrame pericárdico
son:
• Pericarditis aguda.
• Malignidad.
• Infarto agudo de miocardio causando ruptura de la pared.
• Disección aórtica.
• Uremia.
• Insuficiencia cardíaca.
• Infección bacteriana o viral.
• Enfermedad vascular del colágeno.
Clínicamente los pacientes con derrame pericárdico pueden presentar los siguientes signos y síntomas asociados
con la enfermedad:
• Disnea.
• Pulso paradójico mayor de 10 mm Hg.
• Taquicardia.
• Hipotensión.
• Disminución de los ruidos cardíacos.
Electrocardiograma
Se debe realizar un electrocardiograma (ECG) de 12 derivaciones en lo posible dentro de los 10 minutos del contac-
to con el paciente, y debe repetirse si los síntomas recurren.
Esta división posee por finalidad la implementación de la terapéutica adecuada, en el caso del SCACEST se debe
realizar angioplastia si está disponible, de lo contrario se indicarán trombolíticos.
La presencia de elevación persistente del segmento ST o de un nuevo bloqueo completo de la rama izquierda, per-
mite realizar el diagnóstico de SCACEST, requiriendo inmediata reperfusión.
Marcadores séricos
El corazón puede sufrir múltiples agresiones que lesionan la membrana celular con la consiguiente liberación de
proteínas y moléculas intracelulares a la sangre. Estos componentes intracelulares se pueden medir y marcan daño
miocárdico: proteínas como troponina, creatina fosfocinasa (CPK), mioglobina y lactato deshidrogenasa.
En el contexto de isquemia miocárdica (dolor torácico, cambios en el ECG) la elevación de la troponina indica IAM.
La troponina positiva siempre es marcador de peor pronóstico. El valor de la misma en general es de 0,01 µg/L más
el coeficiente de variación < o igual al 10% = 0,035 µg/L. Su elevación en presencia de SCA se correlaciona con la
extensión del IAM, y se asocia con el riesgo, el reinfarto y la muerte.
Se considera patológico en valor mayor o igual a 0,035 µg/L al ingreso. Las variaciones de 20% ya sea en aumento
o disminución, son características del SCA y expresan la dinámica de la lesión.
La patología no coronaria con valores patológicos de troponina, en general presenta valores mayores a 0,035 µg/L,
que son constantes y sin variaciones.
La limitación de la troponina en el diagnóstico del SCA es su baja sensibilidad en el momento en el que el paciente
se presenta, ya se necesitan unas horas para que aparezca en sangre, generalmente puede ser positiva a las 6 – 12
horas.
En los últimos años se desarrolló una troponina ultrasensible que detecta lesión cardíaca en forma más temprana,
dentro de las 3 horas del comienzo del dolor.
La creatina fosfocinasa (CPK) presenta una isoforma más cardioespecífica CK-MB, que constituye el 3% del mús-
culo esquelético, intestino, diafragma, útero y próstata. Puede comenzar a elevarse 3 a 4 horas después del inicio
de los síntomas y se normaliza a las 48 a 72 horas. Su corta permanencia en la sangre no permite hacer diagnóstico
retrospectivo si el paciente se presenta después de las 72 horas de los síntomas, pero una nueva elevación puede
ayudar al diagnóstico de reinfarto.
Radiografía de tórax
La radiografía de tórax es otra herramienta de diagnóstico importante en pacientes con dolor agudo de pecho. Por
su sencillez, permite:
• Evaluar el tamaño del corazón.
• Realizar el diagnóstico diferencial de las patologías que pueden causar dolor torácico agudo.
• Descartar neumonía o neumotórax.
• Evaluar la presencia de mediastino ensanchado con derrame pleural izquierdo o sin él.
La radiografía permite hacer sospechar disección de aorta, ruptura esofágica, etc.
Ecografía
La ultrasonografía se ha convertido en una herramienta de diagnóstico integral en la provisión de cuidado de emer-
La ecocardiografía transtorácica digital es el estándar de oro para diagnosticar el derrame pericárdico en el depar-
tamento de emergencia. Detectar pacientes con sospecha de pericarditis y taponamiento pericárdico.
Este estudio es muy útil cuando la sospecha de SCA es dudosa, ya que la observación de una zona de hipocinesia
nos permite realizar el diagnostico e iniciar el tratamiento. A su vez, si el paciente con dolor torácico agudo no pre-
senta SCA, nos ayudará a diagnosticar las diferentes etiologías como TEP, estenosis aortica, etc.
También permite distinguir la presencia de aire en el mediastino, y sospecha de mediastinitis por ruptura de esó-
fago.
La angiotomografía permite la cuantificación de estenosis de las arterias coronarias con una correlación muy simi-
lar al cateterismo. Posee una alta sensibilidad y especificidad. En pacientes con ECG normal y marcadores negati-
vos, la angio – TC permite con exactitud descartar SCA.
La resonancia magnética cardíaca se emplea en pocas ocasiones para el diagnóstico de dolor torácico. Puede
evaluar perfusión y viabilidad miocárdica.
El síndrome coronario agudo (SCA) es una de las causas más comunes de presentación de dolor de pecho. Este
síndrome, que resulta de una isquemia cardíaca aguda, incluye a la angina inestable y al infarto agudo de miocardio
con ST elevado y sin ST elevado
En la presentación clásica del SCA el paciente usualmente describe el dolor como presión, apretamiento o aplas-
tamiento. El dolor se localiza subesternalmente o a la izquierda, y puede irradiarse a la mandíbula, el cuello o los
brazos. Los síntomas asociados generalmente incluyen diaforesis, náuseas, vómitos, debilidad y síncope. Sin em-
bargo, ninguno de estos signos y síntomas es lo suficientemente sensible o específico para decidir el SCA indepen-
dientemente de un ECG, biomarcadores cardíacos y de otras pruebas de diagnósticas.
Cuando el dolor torácico agudo se presenta con dolor mayor a los 5 minutos, usualmente de 20 minutos o más, que
puede estar presente al momento de la consulta o no, estamos en frente a un SCA coincidente con ángor, la forma
más frecuente de SCA (80%). Otra forma de presentación es el dolor anginoso progresivo, que se caracteriza por
episodios que se presentan ante esfuerzos menores y en reposo, impidiendo la actividad normal.
Angina inestable
Son pacientes que se identifican con el ECG y por tener marcadores como la troponina negativa.
Presentan ECG normal o levemente patológico, clínica sugestiva de SCA y troponina negativa, sin necrosis, con
mejor pronóstico y con una mortalidad del 3%.
FISIOPATOLOGÍA
La aterosclerosis es una enfermedad inflamatoria crónica de las arterias y es la principal causa de enfermedad
coronaria.
La pared vascular es invadida por cristales de colesterol que son digeridos por macrófagos, atraídos por meca-
nismos inflamatorios. Desde la pared vascular emergen vasos de neoformación, y la placa crece produciendo una
obstrucción vascular variable.
Cuando la estenosis de la placa ateromatosa supera el 50% de la luz vascular, produce un déficit de aporte de
oxigeno que se manifiesta ante los esfuerzos físicos. El desequilibrio entre el consumo y la entrega de oxigeno
produce ángor, en este caso ángor crónico estable. La placa se encuentra íntegra y es no complicada, pero corre
el riesgo de convertirse en una placa inestable. El endotelio puede romperse facilitando la formación de un trombo
parcial o totalmente oclusivo, que se forma sobre una placa ulcerada (placa complicada). Este trombo es un ele-
mento muy dinámico y puede generar oclusión total de la arteria, provocando ángor prolongado o una angina de
reposo, y lisarse por las propiedades fibrinolíticas del endotelio circundante. Esta es la manifestación de la angina
inestable y del SCASEST.
En la placa complicada se acumulan plaquetas y se activan mecanismos de trombosis y fibrinólisis en forma conti-
nua. Por esta razón, se pueden desprender trombos que dañarán la microcirculación y producir microinfartos que
no afectarán toda la pared del miocardio, pero se observarán ondas Q en el ECG. Estos pacientes, por sufrir even-
tos embólicos, presentarán dosaje positivo de las enzimas marcadoras.
Si el embolo obstruye la arteria totalmente y los mecanismos de fibrinolísis para abrirse son insuficientes, el pa-
ciente sufrirá una oclusión coronaria total con SCACEST es decir un IAM.
Se manifiesta clínicamente con un dolor precordial típico denominado angina o ángor, que generalmente tiene una
duración prolongada, mayor a 20 minutos. En el 40 % de los pacientes se manifiesta con un dolor atípico más fre-
cuentemente en:
• Ancianos
• Mujeres
• Pacientes diabéticos
En estos pacientes el síntoma principal es la disnea, seguido de sudoración, debilidad, fatiga, mareo, sincope o
palpitaciones.
La estratificación del riesgo se realiza en el primer contacto con el paciente, y es necesaria para identificar los
casos más graves y de peor pronóstico que se beneficiarán con la instauración temprana del tratamiento.
El SCASEST ocurre en pacientes más enfermos y añosos que los pacientes que debutan con IAM sin anteceden-
tes de eventos previos. Esto se refleja en que su mortalidad alejada (6 meses a 4 años) es mayor que en el IAM, al
presentar mayor tasa de eventos futuros.
La toma de decisiones para evaluar el riesgo y decidir el tratamiento en el SCASEST y la AI, se apoya en una serie
de estudios de pacientes con diferentes presentaciones clínicas, conductas terapéuticas y evoluciones.
La AI será diagnosticada así ante la falta de detección de marcadores cardíacos elevados.
La estratificación debe ser efectuada en forma dinámica. Los pacientes con infarto sin elevación del segmento ST
presentan riesgo incrementado de sufrir infarto o muerte (angina inestable-mortalidad del 0.5-2% o infarto no Q-
mortalidad del 4-6%). En este sentido, al determinar el riesgo individual deberá considerarse que un solo elemento
constitutivo de estas escalas no determina en forma absoluta el riesgo del paciente.
Fig. 1. SCASEST.
Fuente: Servicio de Emergencias. Paciente Hospital de Agudos Dr. Diego Paroissien.
Actualmente existen varias clasificaciones o scores para encuadrar el riesgo en los pacientes con infarto. Entre los
score de riesgo se encuentran el TIMI y el GRACE.
— Score TIMI:
• Edad = 65 años.
• Presencia de al menos tres factores de riesgo para enfermedad coronaria.
• Antecedentes de estenosis coronaria del 50%.
• Presencia de desviación del segmento ST en el ECG de ingreso.
• Por lo menos dos episodios de angina en las últimas 24 horas.
• Elevación de marcadores cardíacos séricos.
• El uso de aspirina en los siete días previos.
— Puntos
• 0-1: riesgo 4,7%
• 2: riesgo 8,3%
• 3: riesgo 13,2%
• 4: riesgo 19,9%
• 5: riesgo 26,2%
• 6-7: riesgo 40,9%
Pacientes con:
• Score de 1-3: son de bajo riesgo, pueden manejarse en forma conservadora.
• Score de 4-5: son de riesgo intermedio. Si bien puede optarse por un manejo conservador o por una estrategia
invasiva, es preferible adoptar la segunda opción.
• Score de 6-7: son de alto riesgo y en ellos es preferible utilizar una estrategia invasiva temprana.
Fig. 2. SCACEST.
Fuente: paciente del Servicio de Emergencias Hospital de Agudos Dr. Diego Paroissien.
La utilización de derivaciones de ECG adicionales (derecha y posterior) o un ecocardiograma pueden ayudar a acla-
rar la ubicación y el alcance del infarto, y el riesgo de complicaciones.
Sin embargo, la adquisición de esta información auxiliar no debe interferir con la decisión de proporcionar reper-
fusión oportuna a estos pacientes.
TRATAMIENTO
Para la AI / SCASEST la estrategia del tratamiento consiste en la estratificación de riesgo inicial (por ejemplo,
usando el puntaje de riesgo TIMI) para determinar los beneficios de un enfoque invasivo temprano frente al enfo-
que conservador además del tratamiento:
• Anti-isquémico.
• Antiplaquetas.
• Terapia anticoagulante.
Los pacientes con SCA deben ser ingresados a una unidad coronaria supervisada y observarse para detectar arrit-
mias, isquemia recurrente o dolor de pecho, y otras posibles complicaciones. Transcurridas las horas iniciales, 24
Tratamiento anti-isquémico
Las drogas utilizadas:
• Reducen el consumo de O2.
• Disminuyen la FC, la presión arterial.
• Mejoran la precarga y poscarga ventricular.
Tratamiento antitrombótico
Inmediatamente después del diagnóstico del SCA los pacientes recibirán tratamiento antiplaquetario y anticoagu-
lante si no está contraindicado.
La duración del tratamiento antitrombótico en la fase aguda (aspirina + clopidogrel) es de un año para todos los
pacientes. La anticoagulación en cambio, se mantiene solo por el período agudo, hasta la colocación de la endopró-
tesis o por 8 días en los que no recibieron tratamiento invasivo.
Tratamiento invasivo
Se evaluará según score de riego utilizado en cada servicio, sin embargo, en general, aquellos paciente con riesgo
alto y muy alto se necesita una estrategia invasiva precoz (<2hs) y temprana (>24hs) que consiste en cateterismo
y revascularización.
Una vez que se estabilizó el paciente con el tratamiento inicial, se evalúa el riesgo de isquemia. La angiografía se
Algoritmo de manejo
SCACEST - IAM
El IAM es el cuadro clínico que presenta elevación de las troponinas cardíacas a valores superiores al percentil 99
del límite superior de referencia, acompañándose de alguno de los siguientes parámetros:
• Síntomas nuevos de isquemia de miocardio.
• Cambios en el segmento ST o nuevo BCRI.
• Desarrollo de ondas Q en el ECG.
• Evidencia por imágenes de perdida de viabilidad del miocardio.
• Identificación de un trombo intracoronario por angiografía.
Clínicamente el paciente con IAM puede presentar dolor típico precordial acompañado de supradesnivel del ST en
el ECG.
El dolor típico, antes descripto, habitualmente dura 20 minutos y a veces se acompaña de disnea, vómitos, náuseas
o sincope. Éste es el cuadro típico de IAM, aunque a veces, la clínica puede ser inespecífica y confundirse con un
cuadro respiratorio o digestivo.
Por este motivo, siempre se debe realizar un ECG cuando el paciente se queja de dolor torácico, aunque no sea
característico, debido a que el diagnóstico se realiza mediante este sencillo estudio.
El ECG es el primer estudio que debe realizarse dentro de los 10 minutos de recibir al paciente, ya que ayuda a rea-
lizar el diagnostico de SCACEST.
Tratamiento
Manejo inicial del paciente
En los SCACEST el manejo debe consistir básicamente en:
• Tratamiento inicial con nitritos, aspirina y clopidogrel por V/O.
• Extracción de sangre para estudios de laboratorio.
• Procurar el traslado a la Unidad de Cuidados Intensivos.
Estudios de laboratorio
Se deben solicitar marcadores séricos de necrosis miocárdica tales como CPK-MB y/o troponinas (si el laboratorio
no puede evaluar troponina cuantitativa se puede recurrir a la troponina cualitativa con el trop-test).
La determinación de estas pruebas no condicionan el tratamiento del SCACEST ni su negatividad invalida el diag-
nóstico.
La determinación de estas pruebas permite:
• Realizar la curva de la enzima o de la Troponina.
• Evaluar el tamaño del infarto y consiguientemente el pronóstico.
• Establecer aproximadamente cuándo comenzó el infarto.
Reperfusión
— Selección de las estrategias de reperfusión
La intervención coronaria percutánea (ICP) primaria o angioplastia primaria (ATC) es el tratamiento de reperfusión
preferido para los pacientes con IAMCEST en las primeras 12 horas tras el inicio de los síntomas, siempre que se
pueda realizar rápidamente (120 min desde el diagnóstico de IAMCEST) por un equipo con experiencia.
El equipo debe estar conformado no solo por cardiólogos intervencionistas sino también por personal de apoyo con
un entrenamiento adecuado.
En algunas circunstancias, sin embargo, la ICP primaria no es una opción inmediata y la fibrinólisis se puede iniciar
inmediatamente. Se ha debatido ampliamente en qué medida el retraso hasta la ICP reduce las ventajas de este
En relación con la duración de los síntomas, se demostró que se reducía un 25% de infarto enzimático y/o electro-
cardiográfico tratados dentro de la hora de comenzados los síntomas. En pacientes que se presentan dentro de las
2 horas de iniciado el evento, tanto uno u otro tratamiento (trombolisis y angioplastia) son similares en su efectivi-
dad. Si se presenta más allá de las 2 horas se debe recomendar la ATC 1°.
— Criterios de reperfusión
Se controlan entre los 60-90 minutos de comenzado la infusión:
• Dolor: la disminución del 50% para valores basales de 5 o más, o la desaparición si los valores son 4 o menos. El
valor de este criterio es relativo porque puede disminuir con los analgésicos.
• ECG: observar el supradesnivel del ST, la caída de la sumatoria al 50% respecto del basal.
• Enzimas: incremento significativo de la CPK total, mayor al doble del valor basal (del ingreso).
Tratamiento coadyuvante
— Nitroglicerina
A los pacientes con dolor anginoso en curso se les debe administrar un preparado de nitratos sublinguales (nitro-
glicerina 0,35 mg o dinitrato de isosorbide 2,5 a 5 mg), que puede repetirse a los cinco minutos, hasta tres dosis si
fuera necesario. De mantenerse el dolor luego de estas tres dosis, deben indicarse nitroglicerina EV.
Los nitratos no deben administrarse en pacientes con:
• TAS < de 90 mm Hg.
• Bradicardia menor de 50 latidos por minuto.
• Sospecha de infarto de ventrículo derecho.
Tampoco deben administrarse a pacientes que hayan recibido inhibidores de la fosfodiesterasa por disfunción
eréctil en las últimas 24 horas.
La nitroglicerina se debe administrar con bomba de infusión de 10-20 µg/m y aumentar la dosis de 5-10 µg/m cada
5-10’ monitorizando cuidadosamente la respuesta clínica y hemodinámica.
La titulación se puede hacer de acuerdo al control de los síntomas clínicos o a la disminución de la TAS del 10%
en pacientes normotensos o del 30% en los hipertensos. Se deben mantener cifras de TAS superior a 90 mm Hg y
evitar un aumento de la frecuencia cardíaca (FC) > de 10 latidos/minuto o que exceda los 110 latidos/minuto.
Deben evitarse dosis mayores a 200 µg/m por el riesgo potencial a la hipotensión.
En los infartos de cara inferior con compromiso del VD la nitroglicerina se debe administrar con cuidado. Antes de
indicar su uso debe consultarse al paciente sobre el uso de sildenafil (contraindicado en este caso).
Se debe tener en cuenta la interacción con la heparina ya que se produce disminución de la sensibilidad de la he-
parina, requiriendo aumentar su dosis para obtener la anticoagulación deseada.
— Betabloqueantes
Los betabloqueantes están indicados en todos los IAM que no tengan contraindicaciones para su uso. Se adminis-
tra por vía oral y actualmente se recomienda comenzar su administración con el paciente estabilizado.
La administración de betabloqueantes debe iniciarse en las primeras 24 horas en pacientes que no presenten:
• Signos de IC descompensada.
• Evidencia de bajo volumen minuto.
• Riesgo incrementado de shock cardiogénico.
• Contraindicaciones.
IECAS:
• Ramipril: comenzar con 2,5 mg c/24 horas y titularlo hasta 20 mg/d.
• Enalapril: comenzar con 2,5 mg c/12 horas y titularlo hasta 40 mg/d.
• Estatinas: se utilizan porque estabilizan la placa inestable y hay evidencias que disminuyen las complicaciones
isquémicas posteriores. No está claro cuándo debe iniciarse la administración de la droga; pueden indicarse
tanto al ingreso como al alta.
Diabéticos
Hasta el 20% de la población de los SCACEST son diabéticos. En estos pacientes se presenta con síntomas atípi-
cos, siendo la IC una complicación frecuente. Además, tienen el doble de mortalidad que los no diabéticos.
Con respecto al tratamiento con fibrinolíticos debería hacerse en pacientes con retinopatía diabética cuando está
indicada, no se dispone de angioplastia y el paciente tiene alto riesgo clínico.
El aumento de los niveles de glucemia en la admisión de pacientes diabéticos con SCACEST está asociado con una
mayor tasa de mortalidad. Se recomienda mantener rangos normales de glucemia en pacientes diabéticos siendo
el objetivo entre 90 y 140 mg/d.
Se debe evitar la hipoglucemia < 80 mg/dl ya que la isquemia inducida por la hipoglucemia, puede afectar la evolu-
ción de estos pacientes.
• Aneurisma del VI: menos del 5% de los pacientes con IAM transmural extenso presentan remodelado negativo
y posterior desarrollo de aneurisma del VI. Los pacientes suelen contraer insuficiencia cardíaca.
• Trombo del VI: la formación de trombos en el VI es una complicación frecuente en pacientes con IAM anterior,
incluso sin que exista aneurisma apical. Una vez diagnosticados los trombos murales, se debe considerar el tra-
tamiento anticoagulante durante 6 meses, guiado por ecocardiografías repetidas y teniendo en cuenta el riesgo
hemorrágico y la necesidad de tratamiento antiagregante concomitante.
• Insuficiencia mitral secundaria: el remodelado del VI con desplazamiento lateral o apical de los músculos papila-
res, la tensión cordal de las valvas y la dilatación anular son causas comunes de la insuficiencia mitral secunda-
ria (funcional). Suele ser una complicación tardía, aunque también puede ocurrir en la fase subaguda en pacien-
El tratamiento de la isquemia del VD incluye la reperfusión temprana teniendo especial cuidado en abrir las ramas
del VD que podría producir una rápida recuperación hemodinámica.
Insuficiencia cardíaca
La insuficiencia cardíaca es la complicación más frecuente y uno de los factores pronósticos más importantes en
los pacientes con IAMCEST.
El diagnóstico en la fase aguda se basa en:
• Presencia de síntomas típicos.
• Exploración física.
• Radiografía torácica.
Es importante determinar el mecanismo causal de la insuficiencia cardíaca en los pacientes con IAMCEST.
Aunque la disfunción sistólica del VI es la causa más frecuente, es preciso descartar:
• Alteraciones hemodinámicas o del ritmo.
• Complicaciones mecánicas.
La evaluación temprana mediante ecocardiografía transtorácica es esencial para determinar la extensión del daño
miocárdico, la función y el volumen sistólico y diastólico del VI y la función valvular y detectar complicaciones me-
cánicas.
• Congestión pulmonar: puede variar de media a moderada a edema pulmonar franco, y resolverse poco después
de la reperfusión y la administración de tratamiento farmacológico o evolucionar a insuficiencia cardíaca cróni-
ca.
• Hipotensión: se define como una PAS persistente < 90 mm Hg. Puede deberse a diferentes causas, incluida la
disfunción del VI o el VD, bajo gasto cardíaco, alteraciones del ritmo, complicaciones mecánicas, disfunción
valvular, hipovolemia o exceso de medicación. La hipotensión puede cursar asintomática o producir alteracio-
nes del estado de conciencia o síncope. La hipotensión prolongada puede causar disfunción renal aguda u otras
complicaciones sistémicas. Por lo tanto, la hipotensión grave debe revertirse lo antes posible.
• Estados de bajo gasto cardíaco: se caracterizan por hipotensión persistente y perfusión periférica insuficiente,
incluidas disfunción renal y diuresis reducida. Se halla solo gasto cardíaco bajo con más frecuencia en pacientes
con infarto del VD grave, pero también se puede ver en pacientes con disfunción del VI, insuficiencia mitral o
complicaciones mecánicas. La ecocardiografía con Doppler es esencial para un diagnóstico precoz del meca-
nismo causal de esta complicación.
• Shock cardiogénico: se define como hipotensión persistente (PAS < 90 mm Hg) a pesar de un estado de llenado
adecuado con signos de hipoperfusión. Es una complicación que afecta al 6-10% de todos los casos de IAMCEST
y sigue siendo una de las causas de muerte más importantes, con tasas de mortalidad hospitalaria ≥ 50%40. El
shock cardiogénico no suele presentarse antes del ingreso, en la mitad de los casos aparece en las primeras
6 horas y en el 75% de los casos en las primeras 24 horas. Típicamente, los pacientes presentan hipotensión,
evidencia de gasto cardíaco bajo (taquicardia en reposo, estado mental alterado, oliguria y extremidades frías)
y congestión pulmonar. También se considera que hay shock si se necesitan fármacos inotrópicos IV o asisten-
cia mecánica para mantener una PAS > 90 mm Hg. Para los pacientes con IAMCEST y shock cardiogénico cuya
reperfusión por ICP se estima que se demorará más de 120 min, debe considerarse la fibrinolisis inmediata. El
shock cardiogénico suele asociarse a daño extenso del VI, pero también puede ocurrir en el infarto del VD. La
mortalidad parece estar relacionada con la disfunción sistólica del VI inicial y en la gravedad de la insuficiencia
mitral.
Complicaciones mecánicas
Las complicaciones mecánicas pueden ocurrir en los primeros días tras un IAMCEST, aunque su incidencia ha dis-
minuido significativamente en la era de la ICP primaria.
Estas complicaciones son potencialmente mortales y requieren pronta detección y tratamiento.
Debe despertar la alerta la presencia de:
• Hipotensión súbita.
• Recurrencia de dolor torácico.
• Nuevos soplos cardíacos compatibles con insuficiencia mitral o comunicación interventricular.
Es necesario realizar una evaluación ecocardiográfica inmediata cuando se sospechen complicaciones mecánicas.
Pericarditis
Las tres complicaciones epicárdicas más importantes que pueden ocurrir son:
• Pericarditis temprana asociada con el infarto.
• Pericarditis tardía o el daño poscardíaco (síndrome de Dressler).
• Derrame pericárdico.
— Arritmias supraventriculares
La FA (fibrilación auricular) es la arritmia supraventricular más frecuente y afecta hasta al 21% de los pacientes con
IAMCEST. Puede ser preexistente, detectarse por primera vez o ser de nueva aparición.
Los pacientes con FA presentan más comorbilidades y tienen mayor riesgo de complicaciones.
El control adecuado de la frecuencia cardíaca se puede lograr con la administración de betabloqueantes. En pa-
cientes con daño miocárdico extenso o disfunción grave del VI, el control de la frecuencia cardíaca se consigue de
modo más seguro con digoxina IV, con administración concomitante de amiodarona IV o sin.
— Arritmias ventriculares
La incidencia de la TV (taquicardia ventricular) y la FV (fibrilación ventricular) ha disminuido en las últimas décadas,
probablemente debido a la incorporación de estrategias de reperfusión y a la administración precoz de betablo-
queantes. No obstante, un 6-8% de los pacientes sufren TV o FV durante esta fase.
La presentación típica de la arritmia es la TV inestable, frecuente, polimórfica y relativamente rápida que suele
degenerar en FV.
La reperfusión urgente es primordial, ya que la isquemia suele desencadenar estas arritmias.
Se recomienda administrar betabloqueantes siempre que no haya contraindicaciones. Puede ser necesaria la car-
dioversión eléctrica o la desfibrilación repetidas.
CONCLUSIONES
Las enfermedades cardiovasculares son unas de las principales causas de muerte a nivel mundial y los síndromes
coronarios agudos (SCA) encabezan esta lista.
Casi 60% de pacientes con SCA tienen el dolor anginoso clásico pero, 40% puede tener un disconfort o manifesta-
ciones atípicas. Por este motivo, el diagnóstico del dolor torácico es un desafío para el médico clínico de emergen-
cias y cuidados intensivos.
En la práctica y con mucha frecuencia, los médicos de emergencias son consultados cuando se presentan dudas
diagnósticas y deben decidir si un paciente debe ser internado o no.
Con este trabajo, pretendemos contribuir para que se minimicen las posibilidades de errores en el manejo de estos
pacientes, haciendo que sean internados solo aquellos con un SCA en curso y puedan ser dados de alta con segu-
ridad lo que pueden continuar la evaluación y el tratamiento ambulatorios. De esta forma pretendemos aumentar
la eficiencia, reducir la morbimortalidad, los costos hospitalarios entre otros beneficios.
Recordemos que todo dolor que se presenta entre la mandíbula inferior y el ombligo requiere la realización de un
ECG porque puede tratarse de un SCA.
Este síndrome es una emergencia médica, por lo tanto requiere intervención y tratamiento en forma inmediata.
El IAM se beneficia mayormente con la reperfusión invasiva, pero si no se encuentra disponible en el centro de
emergencias donde se está atendiendo al paciente, no se retrasar el tratamiento, ni perder tiempo en la búsqueda
de la mejor estrategia terapéutica, porque esto se traduce en pérdida de masa miocárdica y por consiguiente au-
mento de la mortalidad inmediata y futura.
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