Está en la página 1de 2

Estamos buscando alcanzar una virtud interior que podríamos decir que es la

reunión de las tres virtudes y la vamos a llamar EL JUSTO. El justo es una


persona que tiene una armonía, un equilibrio interno. El justo es un discípulo de
amor.

• Y El justo siempre está DISPUESTO A APRENDER el significado y la expresión


del amor.
• Y El justo siempre RESPETA totalmente las costumbres, ideas y experiencias
de los demás, no los invalida, no los juzga ni critica.
• Y El justo siempre AGRADECE todas las oportunidades de aprender algo
nuevo, es decir, agradece los retos y las dificultades
• Y El justo está DISPUESTO A SERVIR a quien lo solicite, sin importar o medir
quién o qué es lo que esa persona hace, porque si les pusiera esa condición,
perdería su capacidad de servicio, perdería su herramienta del éxito. Un médico
se ocupa de la salud del paciente sin juzgar lo que esa persona haga o
sea... puede ser un delincuente y no por eso le va a dejar de atender. El justo trata
de ayudar a las personas a mejorar su condición de vida, independientemente de
lo que hagan o sean.
• Y El justo siempre VALORA profundamente todo lo que tiene. No se queja de
nada de lo que la vida le ha dado porque sabe que todo tiene un valor.

• Y El justo siempre convive pacíficamente con los demás. NO TIENE


REACCIONES SINO ACCIONES. Actúa con eficacia y serenidad.
• Y El justo siempre hace todo lo que le corresponde. No evade sus compromisos
o sus responsabilidades. Jamás deja de hacer lo que le corresponda hacer. Es
una persona que .
• Y El justo siempre porque sabe que la herramienta de la comunicación es la
herramienta de la convivencia. Sabe que una comunicación inapropiada rompe
cualquier posibilidad de acuerdo.
• Y El justo básicamente ENSEÑA CON SU EJEMPLO. El solo ejemplo de su
comportamiento armónico, ya es una enseñanza.

Estamos buscando desarrollar estas características poco a poco en nuestro


interior.

EL JUSTO NO HACE

Veamos ahora lo que no hace, que es muchas veces, lo que nosotros si hacemos
y necesitamos aprender a dejar de hacer ciertas cosas que no son eficientes en
las relaciones ni en la pedagogía.

o El justo no trata de cambiar ninguna circunstancia a menos que sea


personal. Si él tiene una dificultad, trabaja para cambiarla pero no trata de
cambiar a los demás, no trata de cambiar lo de afuera porque sabe que lo de
afuera es solamente un resultado de la correspondencia con su propio interior y
sabe que cada quién tiene derecho a su propia experiencia; le dará información
pero no tratará de cambiarlo.
o Y El justo no intenta cambiar a los demás ni interferir sus destinos. Intentar
cambiar a los demás es no aceptarlos, interferir no es de sabiduría porque el
destino es exactamente las dificultades que cada uno de nosotros enfrenta en un
momento dado como la oportunidad de aprender. Sacar a alguien de la
oportunidad de aprender eso no es de sabiduría, lo que es de sabiduría es darle la
información para que él aproveche la oportunidad de aprender, no sacarlo de ella.
Por eso no interfiere.
o Y El justo no asume funciones que le corresponden a otras personas porque
evitaría que alguien tenga un compromiso o se responsabilice de algo y eso no le
haría ningún favor a nadie.
o Y El justo no sufre por las circunstancias que no puede cambiar. Entiende
que si están allí es porque es una experiencia necesaria pero no va a sufrir por
eso.
o Y El justo no dice nada con lo que los demás puedan herirse. Tiene cuidado
en su comunicación, sabe que nosotros tenemos sentimientos, sabe que podemos
ser susceptibles, sabe que a veces nos herimos con facilidad, entonces tiene
cuidado de no decir o hacer cosas con lo que los demás se hieran, aun sabiendo
que él no los hiere. Es prudente en eso.
o Y El justo no le da a nadie ni más ni menos que lo justo. Porque no le quita a
nadie nada, pero sabe que si es exagerado dando, entonces las personas se
acostumbran a no valorar lo que reciben y creen que tienen derecho de recibir lo
que no se han ganado por eso el justo maneja esto con prudencia

Y El justo no culpa a nadie, a nada ni a sí mismo de ninguna circunstancia,


porque sabe que todas son experiencias necesarias.

También podría gustarte