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Madurez Emocional
Madurez Emocional
La madurez se asocia, generalmente, a la edad cronológica y a los años de experiencia en la vida. Sin
embargo, cuando se trata de madurez emocional, la edad puede tener poco que ver en esto.
Madurar significa entender que ha llegado ese punto de la vida en el que comprendes que no puede
haber un amor más poderoso que el amor propio. Tener madurez emocional significa que has
aprendido a aceptar lo que viene y a fluir ante la vida.
Como es obvio, la madurez emocional no surge de la nada, sino que requiere de trabajo, de
esfuerzo, de voluntad y de ganas de mirar en nuestro interior. Porque no solo es tener la cabeza
amueblada, sino también el corazón. A continuación os indicamos 7 señales que indican la presencia
de madurez emocional.
“Madurez es lo que alcanzo cuando ya no tengo necesidad de juzgar ni culpar a nada ni a nadie de
lo que me sucede”
-Anthony de Mello-
Hay que entender que la mayor parte de nosotros tenemos miedo a las alturas, sobre todo cuando
son emocionales. Por eso, es natural que tengamos vértigo cuando se trata de soltar las cuerdas y
dejar que la vida fluya.
Pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor hace que, como se suele decir, nos duela el
alma. Nos impide soltar, dejar ir. Y nos sume en el pánico a un abismo que nuestros ojos se
empeñan en ver demasiado profundo.
Las personas emocionalmente maduras saben que la vida es mucho mejor si se vive en libertad. Así
que, dejan marchar lo que ya no les pertenece, pues comprenden que mirar al pasado nos impide
cerrar etapas y cicatrizar nuestras heridas emocionales.
4. Dejar de quejarse
Dejar de quejarse es la mejor manera de encender el cambio. Las personas emocionalmente
maduras lo saben muy bien: o cambias o aceptas.
La queja puede meternos en laberintos oscuros que no tienen salida. Somos lo que pensamos, y eso
las personas emocionalmente maduras lo han experimentado. Si actúas
más y te quejas menos significa que estás creciendo emocionalmente.
Las personas maduras emocionalmente son capaces de gobernar y manejar sus emociones y las
que les contagian. Eligen lo que quieren conservar y lo que no, lo que les ayuda a ser muy eficientes
en la labor de escucha.
Además, consiguen que en sus relaciones haya un equilibrio entre dar y recibir, resultando unos
intercambios mucho más satisfactorios.
2. Sabe distinguir entre razón y emoción y, aunque puede optar por dejarse llevar por
uno u otro aspecto, según lo prefiera, es capaz de elegir en vez de verse dominado por
las emociones o tratar de controlarlas recurriendo exclusivamente a la razón. Es decir,
presenta un equilibrio adecuado entre razón y emoción.
3. Tiene metas y objetivos realistas que alcanzar y planifica y lleva a cabo las
acciones necesarias para lograr dichas metas, sin quedarse solo en palabras o
fantasías. Sus metas le ayudan a dotar de sentido a su vida, alcanzar logros y mejorar
su situación. Por el contrario, las personas sin metas viven vidas mucho más vacías y
con menos sentido.
Piden ayuda cuando realmente la necesitan, y la aceptan de buena gana, pero no piden
ayuda innecesariamente. No se sienten a merced de los demás, sino dueños de sus
propias vidas.
5. Establecen relaciones de igual a igual, mientras que las personas más inmaduras a
menudo establecen el rol de padre/madre o hijo en sus relaciones con los demás.
Las personas emocionalmente maduras se relacionan con los demás desde su propia
independencia e individualidad. Son personas autosuficientes, que pueden estar solas
y valerse por sí mismas, pero que pueden elegir compartir su vida con alguien. En sus
relaciones dan y reciben por igual, son capaces tanto de dar como de recibir amor,
ayuda, consuelo, apoyo, etc.
6. No se ofenden con facilidad ni les afectan especialmente las críticas o comentarios
negativos de los demás, porque tienen una buena autoestima, saben reconocer sus
fallos y aceptarlos, saben tomarse a sí mismos con sentido del humor cuando hace
falta, saben que no son perfectos y, en general, tienen una buena opinión de sí mismos
que no se ve resquebrajada con facilidad por comentarios negativos.
7. Tienen una mente abierta, son tolerantes, están dispuestos a tener en cuenta nuevas
ideas, a cambiar su modo de hacer las cosas si ven que hay otro mejor, tienen en
cuenta los puntos de vista de los demás, aceptan las críticas constructivas y aprenden
de ellas. Están dispuestos a hacer cambios si lo consideran adecuado y son capaces de
abandonar determinadas conductas que son perjudiciales.
La madurez emocional
La definición de la madurez emocional
Basados en esa actitud con respecto a nuestra vida las personas maduras possen
cualidades que hacen que su caracter sea funcional, agradable para los demás y
sobre todo saludable para nuestro organismo.
La persona madura debe ser capaz de establecerse metas que quiere cumplir y
llevar a cabo todo lo que tienen que hacer para que estas metas se cumplan a un
corto o largo plazo.
He aquí algunos consejos para alcanzar una mayor madurez y sentirnos mejor con
nosotros mismos.
Los padres aman a sus hijos pero algunas veces fallan en darles una buena
educación. Muchos padres temen lastimar a sus hijos y se convierten en padres
permisivos y eso no les permite a sus hijos a madurar apropiadamente.
Un hijo o hija al cual se le permite luchar por sus ideales y aceptar sus fracasos,
penas y decepciones desarrollará una gran madurez.
Las psicoterapias son de gran ayuda para resolver problemas de madurez, y hacer
las pases con el pasado y con los conflictos irresueltos que nos guian a una
inmadurez cuando somos adultos.
En este tipo de terapias los pacientes trabajan con problemas que tuvieron con
sus padres cuando eran niños. El terapista los guia a resolver estos problemas sin
recriminar a sus padres.
Estas terapias los ayudan a entender la manera en que fueron criados y a buscar
soluciones como personas adultas que son para tratar de reparar los errores que
se cometieron con ellos durante su infancia.
Sin embargo todas las experiencias que tenemos en nuestras vidas cuando somos
seres adultos o cuando somos adolescentes o niños nos ayudan a desarrollar
nuestra madurez.
Algunos hábitos que permiten trabajar para obtener la madurez emocional son:
2. Aprender de los errores: La vida no es color de rosa; no siempre las cosas van
a salir como deseamos. Es importante tener claro que los fracasos y tropiezos son
parte de la vida y que, sí aprendemos de ellos, saldremos más fuertes y
resilientes.
La madurez emocional
by Psicologia En La Red on 28 diciembre, 2015 in Psicoterapia
La realización de la persona
como madurez emocional
Una de las características de los niños es que dependen casi totalmente de los
demás. Requieren de otras personas, para poder satisfacer sus necesidades. En
el proceso de maduración, a medida que se va creciendo, será la persona quien
se apoye cada vez más en su esfuerzo, en su actividad. Así, uno de los signos de
madurez de una persona adulta es que ha aprendido a responsabilizarse de su
vida, en lo físico, intelectual y en lo emocional. Para lograr esto, es necesario
que la persona dé más importancia a lo que es él mismo o ella misma que a lo
que recibe del mundo, dé más importancia a lo que es propio que a lo ajeno.
Poner toda la carga existencial en uno mismo, produce a nivel emocional una
aceptación de lo que le va sucediendo ya que no espera que otra persona le
solucione sus problemas y llegado el caso comprende que las cosas suceden tal
y como tienen que suceder, habiendo hecho todo lo posible de forma
constructiva para poder lograr aquello que quiere. Así la persona madura,
cuando se responsabiliza de lo que le corresponde, distingue que es él mismo
necesario para lograr aquello que quiere, pero no es suficiente, ya que lo que
entra en juego aspectos que no le corresponde y acepta que no puede controlar
lo ajeno, sino solo lo propio. Estaríamos en esa etapa madurativa que plantea
Epicteto en donde ni culpabilizamos al otro, no nos culpabilizamos a nosotros
mismos por lo que nos sucede. Aceptamos nuestra existencia que nos
corresponde por ser lo que somos.