Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
robusta
Por Christine Lagarde
Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional
Consejo de las Américas, 30 de septiembre de 2015
Texto preparado para la intervención
Disponible en: http://www.imf.org/external/spanish/np/speeches/2015/093015s.htm
Introducción
Buenos días Embajador Negroponte, gracias por su amable introducción y gracias también
al Consejo de las Américas por haberme invitado aquí.
Para mí es una satisfacción enorme “levantar el telón” de las Reuniones Anuales del FMI y
el Banco Mundial que tendrán lugar la próxima semana en Lima, las primeras que se
celebrarán en América Latina en casi 50 años.
En el curso de esos 50 años, el Consejo de las Américas ha reunido a líderes de opinión
con el fin de intercambiar ideas y forjar soluciones para los problemas más acuciantes de
América Latina. La misión que ustedes desempeñan es sumamente importante hoy porque
la región —al igual que el resto del mundo— afronta actualmente graves dificultades.
De hecho, la actual situación mundial me preocupa. El éxodo de refugiados a Europa es el
síntoma más reciente de las fuertes tensiones políticas y económicas en el Norte de África
y Oriente Medio. La crisis de los refugiados —si bien acapara la atención de los medios de
comunicación en las economías avanzadas— no es un fenómeno aislado. En la actualidad
existen conflictos en muchas otras regiones, y hay alrededor de 60 millones de
desplazados en todo el mundo1.
No olvidemos, además, que en 2015 las temperaturas ambientales serán probablemente
las más altas registradas hasta la fecha, y un muy fuerte fenómeno meteorológico de El
Niño ya ha producido desastres en la región del Pacífico.
También hay motivos de inquietud en el frente económico. La posibilidad de un aumento
de las tasas de interés en Estados Unidos y la desaceleración de la actividad económica en
China contribuyen a crear incertidumbre y aumentan la volatilidad del mercado. Se ha
producido una fuerte desaceleración del comercio mundial, y la rápida caída de precios de
las materias primas está creando dificultades en las economías con recursos naturales.
Además del desgarrador sufrimiento que producen los conflictos y la migración forzosa, los
trastornos económicos y la escasa actividad también tienen un costo humano: hay más de
200 millones de desempleados en todo el mundo2; la desigualdad del ingreso y la riqueza
sigue aumentando, y la mujer aún está en situación de desventaja en cuanto a
remuneración y oportunidades en el mercado laboral.
Naturalmente, la situación podría ser mucho peor. No olvidemos que hace pocos años
superamos una crisis financiera de grandes proporciones, y que en algunas regiones las
cosas han marchado bastante bien durante ese período.
Recordemos, por ejemplo, que en muchos países de América Latina la transformación
económica y social de las últimas dos décadas ha creado mejores condiciones de vida para
millones de sus habitantes. También ha habido un progreso tangible en África, y en los
últimos años la influencia económica de Asia ha aumentado enormemente.
No obstante, parece que ahora corremos el riesgo de perder gran parte del terreno ganado
y, naturalmente, hay inquietud y confusión. Me preguntan, frecuentemente, si las actuales
circunstancias económicas son de carácter cíclico o estructural, o si está ocurriendo algo
con características más fundamentales.
La respuesta sencilla es que no hay una respuesta sencilla. Es indudable que estamos
atravesando una etapa difícil y compleja. Con todo, hoy día mi mensaje fundamental es el
siguiente: con políticas apropiadas, un liderazgo decidido y cooperación a escala mundial,
estos problemas pueden remediarse.
Consideremos los desafíos del pasado: las crisis del petróleo en los años setenta y
ochenta, el fin del sistema de Bretton Woods, o los problemas que afrontaron los nuevos
Estados independientes tras la disolución de la Unión Soviética.
El mundo actual es diferente, desde luego: las presiones demográficas, el cambio climático
y la degradación ambiental son hoy mucho más graves. Pero en el pasado también
tuvimos que afrontar riesgos e incertidumbres, y los encargados de la
política lograron reencauzar la economía mundial.
Eso mismo es lo que tienen que hacer hoy.
Mario Vargas Llosa, escritor peruano y premio Nobel de Literatura, dijo: “La incertidumbre
es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar”.
Los encargados de la política van a deshojar algunos de estos pétalos durante nuestras
reuniones de Lima la próxima semana. Hoy, me gustaría deshojar algunos yo misma,
planteándoles las siguientes tres preguntas:
¿Cuál es la situación actual? ¿Qué debemos hacer? ¿Cómo lo podemos hacer?
En primer lugar, podemos ser más ágiles, por ejemplo, focalizando en mayor medida
nuestro asesoramiento en materia de políticas en la gestión de los riesgos y los
efectos de contagio a corto y mediano plazo. El análisis de las interrelaciones entre
las economías y la extracción de conclusiones al respecto está pasando a ser el sello
de nuestras labores.
En segundo lugar, se puede lograr una mayor integración gracias a que, por ejemplo,
estamos incorporando mejor los vínculos macrofinancieros en nuestras proyecciones
y evaluaciones de riesgos; así como cuestiones macroeconómicas esenciales, que
inciden en la sostenibilidad del crecimiento, como por ejemplo la inclusión financiera,
la desigualdad, el cambio climático y las políticas para apoyar los Objetivos de
Desarrollo Sostenible posteriores a 2015.
En tercer lugar, para centrar la atención en los países miembros hemos reforzado el
suministro de asistencia específica para cada país y estamos compartiendo en mayor
medida la experiencia que tenemos en múltiples países. En mis viajes por los
distintos países miembros he constatado que este intercambio sobre las prácticas
óptimas es ahora uno de los aportes más valorados del FMI.
Daré más detalles sobre estas metas en mi discurso anual ante nuestros 188 países
miembros la próxima semana en Lima. Permítanme añadir una observación crucial: el FMI
puede ser eficaz solo en la medida en que reciba apoyo de los países miembros.
Por lo tanto, la adopción de las reformas de 2010 sobre el régimen de cuotas y la
estructura de gobierno es esencial para reflejar los cambios dinámicos que están
ocurriendo entre nuestros países miembros, así como para garantizar que el FMI cuente
con los recursos que le permitan atender las necesidades de los países miembros, hoy y en
el futuro. De hecho, este es el fundamento de la red de seguridad financiera mundial.
Reitero mi llamado para que el Congreso de Estados Unidos ratifique estas reformas a la
mayor brevedad posible.
Esto se condeciría con la importante función que Estados Unidos cumple dentro del FMI, y
es sencillamente un paso indispensable para que el mundo pueda gestionar de forma
eficaz las transiciones a las que me he referido el día de hoy.
Conclusión
Quisiera concluir con una cita del fundador del FMI, John Maynard Keynes. En el medio de
la Gran Depresión, Keynes escribió lo siguiente:
“Se suele oír a la gente decir que la época de enorme progreso económico ha quedado
atrás. Pero yo creo que esta es una interpretación sumamente errada de lo que estamos
viviendo.
No estamos padeciendo los reumatismos de la vejez, sino los dolores de crecimiento
provocados por cambios excesivamente rápidos, los dolores del reajuste entre un período
económico y el siguiente”.
Esta nota de realismo —y optimismo— de Keynes resultó ser acertada, claro. Me parece
que es un pensamiento adecuado para finalizar.
Sí, hay incertidumbre. Sí, los desafíos son enormes. Y sí, con las políticas correctas,
liderazgo y cooperación, podemos lograr un futuro más próspero para todos.
Gracias.
1
Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados: World at
War (18 de junio): el número de personas desplazadas aumentó a un nivel sin precedentes
de 59,5 millones a fines de 2014, de 51,2 millones en 2013 y 37,5 millones hace una
década.
2
Informe de la OIT, World Employment and Social Outlook, Trends 2015: Actualmente 201
millones de personas están oficialmente desempleadas en todo el mundo.