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Propósitos didácticos
• Proponer situaciones didácticas que ofrezcan oportunidades de enseñar y aprender
algunas de las prácticas del lector y del escritor comprometidas en la lectura y
trascripción de textos poéticos.
• Generar espacios de reflexión metalingüística sobre aspectos comunes y diferentes
entre las lenguas.
• Incentivar la apreciación del valor estético de las poesías y las canciones. Los
alumnos -a medida que avancen en la frecuentación de canciones- tendrán la ocasión de:
• Encontrarse con la forma escrita de diversas canciones que conocen como oyentes. •
Intercambiar con el docente y los compañeros acerca del sentido de las canciones. •
Evocar y escribir canciones populares conocidas “por todos”.
• Leer con diversos propósitos: para localizar el título de una canción, el nombre de su
autora y de los intérpretes en cuestión, el estribillo, una parte faltante o transformada de
alguna de las canciones.
• Identificar la distribución gráfica del texto poético y diferenciarla de la
correspondiente a los textos en prosa.
• Seguir la lectura de una canción mientras es interpretada por un/a cantante y resolver
diferentes desafíos de comprensión.
• Seguir la lectura de una canción mientras es interpretada y reflexionar acerca de la
correspondencia entre el texto cantado y el texto escrito.
• Reconocer ciertos recursos propios de un autor, especialmente el absurdo en el caso
de María Elena Walsh.
• Dictar, transcribir y anotar canciones.
• Dictar y revisar el prólogo del cancionero, elaborado colectivamente. La propuesta
supone que los alumnos tendrán contacto frecuente con las canciones. Tal frecuentación
favorece que retengan fácilmente la letra de las canciones y ese factor facilitará que
coordinen los fragmentos que escuchan con los fragmentos gráficos de la canción
escrita. Se trata de una secuencia didáctica que apunta de modo prioritario a favorecer la
lectura de los alumnos por sí mismos, especialmente de aquellos que están transitando el
proceso de aprender a hacerlo.
Contenidos
Quehaceres generales del lector
Leer para divertirse, emocionarse, conocer otros mundos posibles y reflexionar
sobre el propio.
• Participar en una comunidad de lectores de literatura.
• Adecuar la modalidad de lectura al propósito y al texto.
• Emplear conocimientos acerca del género para precisar las anticipaciones y
enriquecer las interpretaciones.
• Autocontrolar la interpretación del texto.
• Usar el contexto para desentrañar significados.
• Utilizar información provista por otros textos para anticipar el contenido y para
enriquecer las interpretaciones.
• Evocar otros textos a partir del leído.
• Interpretar a partir de lo que se sabe de otro texto.
Quehaceres del lector y adquisición del sistema de escritura
• Usar los conocimientos sobre el género y el portador para circunscribir dónde se lee
. • Ajustar las anticipaciones tomando en cuenta los índices provistos por el texto.
1- Listar canciones conocidas, registrar por escrito las canciones que van cantando
y aprendiendo para saber cuántas y cuáles son .
La docente escribe en el pizarron aquellas canciones que son preferidas por los
alumnos. El registro tiene como intención dar un espacio de escritura y conocer las
preferencias. Puede ser que los niños no recuerden el título y escriban un fragmento
de la canción que recuerdan.
La lista de canciones quedará escrita y expuesta en el aula en un papel afiche. Se
irán agregando los títulos de las nuevas canciones, nombres que serán utilizados
como formas fijas, es decir, escrituras reconocibles que pueden ser útiles para
producir escrituras desconocidas.
2-. Cantar canciones populares y escribir algunas.
Se cantará una canción que el docente elige con sus niños “porque todos las conocen”.
Podría ser Que los cumplas feliz, La farolera, Duérmete mi niño, etc. Luego cada uno
podría escribir la canción tal como la conoce o bien dictarle al maestro y que quede
escrita a la vista de todos en un papel afiche.
c. Ofertar una mesa de libros de variados autores para seleccionar cuáles son de María
Elena Walsh. Para esta situación, el docente confecciona un cartel visible para todos en
el salón con los nombres y el apellido de la autora en imprenta mayúscula y carteles más
pequeños con la misma información (para el trabajo individual o por parejas). En esta
situación didáctica el docente puede intervenir del siguiente modo:
-Propone a los alumnos que -en parejas- identifiquen los libros de María Elena Walsh
mientras recorre las mesas de trabajo y pregunta: “¿Cómo se dieron cuenta que allí
dice...?”, “¿En qué ese fijaron?”. A continuación, lista en un afiche las obras halladas de
María Elena Walsh entre las cuales figuran los libros de canciones. -Presenta cada
libro identificado por los alumnos, leyendo su título, mostrando su interior y leyendo
algunos fragmentos para que los niños piensen si se trata o no de canciones y por qué.
-Propone explorar variedad de índices de los libros de la autora (por ejemplo: Canciones
para Mirar o El Reino del Revés) para localizar nombres de canciones conocidas. En
esta situación didáctica el docente interviene aportando pistas que faciliten la
localización del título de las canciones para identificar el orden en que aparecen
También se propone buscar una determinada canción y localizar en qué página se
encuentra para leerla y/o cantarla.
c. Identificar dónde dice lo que se sabe que está escrito o ¿Cuál es cuál? Cada niño o
grupo de niños cuenta con la versión escrita de tres canciones de M. E. Walsh: Canción
para tomar el té; Canción del jardinero; Canción del jacarandá. El docente puede
proponer: ¿Cuál de estas tres canciones se
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llama Canción del Jardinero? Solicita justificaciones de las respuestas de los niños:
¿Cómo te diste cuenta? ¿En qué te fijaste?
d. Leer para ordenar partes de una canción conocida. Escuchar una canción y cantarla
sin que el texto esté presente en primera instancia. Es importante que los niños
conozcan bien la canción para poder pasar a la siguiente propuesta. Luego, repartir a
cada alumno las estrofas desordenadas de la canción y solicitar ordenarlas escuchando
nuevamente la canción. Para facilitar la tarea es conveniente seleccionar canciones que
cuenten una historia, por ejemplo: Manuelita, la tortuga o El brujito de Gulubú, ya que
los sucesos ordenados cronológicamente favorecen la resolución de la actividad
f. Identificar fragmentos diferentes entre versiones de una misma canción. Dado que la
versión de María Elena Walsh fue tomada como referencia para la transcripción de las
canciones, se propone hallar las transformaciones de las letras que en algunos casos
realizan los intérpretes. Los alumnos podrán escuchar una y otra vez las canciones en
cuestión para identificar las transformaciones solicitadas.
a. Dictar una canción conocida al docente: se remite a los niños a la lista de canciones –
las populares y las de María Elena Walsh -que han ido confeccionando. La propuesta
consiste en elegir una que conozcan lo suficiente –y de la cual no tengan su versión
escrita- con el propósito de dictársela al maestro para que quede registrada y pueda ser
incluida en el cancionero. Se propone hacerlo en un papel afiche -para que pueda ser
leída por todos- y para retomarla en sucesivos días. El completamiento de las partes de
la canción que los alumnos no recuerdan podrá hacerse escuchando la canción tantas
veces como resulte necesario. Será importante retomar lo escrito en nuevas
oportunidades para verificar si se ha culminado la tarea, para localizar “dónde dice”,
para poner título y autor si no lo hubieran realizado.
b. Autodictarse: cada niño escribe su canción preferida o parte de ella, por ejemplo, el
estribillo. Para reponer las partes faltantes de la canción puede solicitarse a los niños
que la canten por sí mismos o vuelvan a escuchar la grabación correspondiente. En este
último caso, también puede entregarse a cada alumno una copia de la canción elegida
dejando en blanco el espacio del estribillo para que lo complete por escrito.
c. Copiar de a dos: se reparte a cada pareja una fotocopia con dos canciones breves
conocidas. Se solicita a los niños que elijan la que más les guste para incluir en el
cancionero y luego copiarla alternándose en la escritura.
d. Dictar a un compañero: cada niño selecciona una canción que le guste y se la dicta a
un compañero. Si la canción es muy larga puede seleccionar una parte. Esta tarea
también podría realizarse en la sala de informática.
e. Desgrabar parte de una canción: se les proporciona a los niños la letra de una canción
a la cual le falta una estrofa. Después de escucharla, los
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niños deben descubrir cuál es la estrofa que falta. En pequeños grupos la transcribirán
incluyéndola en el espacio que corresponde en la hoja. La idea es seleccionar para esta
actividad una canción no tan conocida para garantizar una escucha atenta y
pormenorizada.
f. Leer y escribir los nombres de dos canciones escuchadas o ¿Cuál es cuál? Escuchar y
cantar dos canciones. Posteriormente repartir las transcripciones de sus letras pero sin
incluir los títulos. Los alumnos tendrán que descubrir cuál es cuál para escribir el título
de cada una. En este caso, el docente aporta el nombre de las dos canciones cuyos
títulos están escritos pero sin señalar dónde está escrito cada uno para que la
coordinación de información entre los nombres escuchados y escritos quede a cargo de
los alumnos.
• Armar el cancionero bilingüe a. Seleccionar las canciones que formarán parte del
cancionero. Volver a mirar las listas confeccionadas en ambas lenguas, leer las que se
fueron recopilando, volver a escuchar canciones, etc.