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La virtud en la filosofía antigua

Según nos muestran para Sócrates la virtud es algo que puede ser conocido, y si es
conocido puede ser enseñado y aprendido por ende se puede aprender a ser bueno,
él que la conoce, actúa de acuerdo con ella misma, actúa rectamente, para Sócrates
era una forma de conocimiento práctico, de saber hacer, y ser virtuoso es ser
habilidoso moralmente. Para Sócrates la felicidad no puede venir de las cosas
externas, sino solo del alma, y esta misma solo es feliz cuando tiene un orden
espiritual y una armonía interior y esto para Sócrates significaba ser virtuoso. En
conclusión, para Sócrates a partir de la virtud y del conocimiento de uno mismo,
podemos llegar una justicia correcta o eudaimonía. Las virtudes garantizan una vida
de plena felicidad.
Justicia => Eudaimonía (felicidad) <= Injusticia
(El medio de toda virtud es la
Eudaimonía que sería la felicidad
plena de nuestras vidas).

Y si vemos a Platón discípulo de Sócrates, cada cosa tiene un propósito y una


aplicación diferente en cada situación, para él la virtud era el areté que no era una
definición exacta, sino que se iba complementando entre sí, había la virtud como
sabiduría, como purificación, como armonía; Platón pretendía sobreponerse al
relativismo de la virtud como lo entendían los sofistas, tratando de unificar en una idea
de bien. Platón decía que una vida buena y virtuosa era una vida mixta donde
debíamos aceptar con cierta prudencia el placer.
Para platón todas las virtudes se encontraban en el alma, pero en cada clase social
predominaba; El funcionamiento especializado de cada una de esas virtudes da como
resultado la armonía del alma y, por ende, la justicia del individuo. La justicia individual
es la virtud que nace de la armonía propia del buen ejercicio del aspecto individual,
racional, fogoso y apetitivo del alma.

Según Aristóteles la prudencia, la virtud y el placer están en el alma; la virtud es la


mejor disposición, el mejor modo de ser o la facultad de todo lo que tiene un uso o
función; la función de cada cosa es su fin, es por ello que la función del alma es hacer
vivir mientras que la función de la virtud es la de una vida buena y por ende el bien
perfecto; la felicidad es lo mejor y los mejores fines y bienes están en el alma. La virtud
es el mejor modo de ser, por consiguiente, la actividad de la virtud del alma es lo
mejor. Pero la felicidad será también lo mejor; luego la felicidad es la actividad de un
alma buena.
En palabras mas sencillas, la virtud para Aristóteles es también el modo de ser por el
cual el hombre se hace bueno y por el que realiza bien su función propia.
Un hombre virtuoso es él que comprende con toda su alma en dónde radica el
verdadero bien, con sus buenos hábitos que perfeccionarán sus virtudes para formar
su carácter, asi como también sus acciones están motivadas por la correcta razón que
debe tener un hombre prudente. La virtud nos enema a perfeccionar los juicios firmes,
adecuados, rectos, que conducen al buen ejercicio de la misma, a tener la resolución y
la voluntad prudente para discutir sobre las cosas que creemos buenas con las
reflexiones de los juicios desde la libertad para que puedan ser mejorados. Debemos
tener una voluntad firme para no dejarnos persuadir por las pasiones o apetitos que
pueden afectar el espíritu. Y es así como de la certeza de nuestros juicios depende la
eficiencia de la acción.

Para estos autores la virtud en el hombre es una característica tan importante, cada
uno le da mayor relevancia a el alma o espíritu, pero también al hombre, para ellos la
virtud es uno de los caminos para llegar a la felicidad, para que haya eudaimonía, para
que se encuentre un areté, para que haya una justicia balanceada y correcta, pero
también Platón nos indica que debemos aceptar de manera tranquila y prudente el
placer.

También podemos decir que la relación que existe entre la virtud y la felicidad es muy
grande, ya que se encuentra en la afirmación de que solo si actuamos en relación con
lo que nos es mas propio en el sentido natural claro, entonces por ello podremos
alcanzar la cumbre del bien, osea la felicidad.
La polis necesita la vida virtuosa de Platón y Aristóteles para poder llegar a la plenitud
de la felicidad, ya que también tendrán que mantener relaciones interpersonales entre
sí, y también a través de ello llenarse de virtud y por ende ser de bien, lo cuál significa
la plena felicidad.

Y si nos remontamos a la época actual claro que también sería muy importante la
virtud, ser virtuosos en la actualidad es de vera importancia, pero lamentablemente se
a perdido ese rumbo y esos fines para llegar a una plena felicidad, ahora la supuesta
“felicidad” se basa en lo exterior y material como lo dice uno de los autores en lo
explicado anteriormente, pero basar una supuesta felicidad en algo tan vago como eso
nos lleva a una ignorancia mayor y al mismo tiempo a ir por un camino sin eudaimonía,
un camino que carecerá de virtudes en el hombre y por consiguiente con un falacia
llamada “felicidad en la actualidad”, por eso es que es de suma importancia regresar a
esos conceptos, remontarnos a la verdadera búsqueda de la plenitud en la felicidad
que se ha ido perdiendo con los conceptos equivocados que le hemos dado en los
últimos años. Necesitamos retomar estos conceptos ya que sin ellos no podemos darle
una definición a lo que es la educación y los valores que deben buscarse y respetarse.
La virtud la podemos adquirir a través de hábitos ya que estos complementan a la
persona en su alma y cuerpo.
Somos una cosa con una virtud que se ha vuelto propia de la sociedad actual, virtudes
construidas a lo largo de la historia, la sumisión, egoísmo y miedo se han hecho
propias de nosotros y con ella la destrucción de nuestra especie.

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