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Del latín virtus, el concepto de virtud hace referencia a una

cualidad positiva que permite producir ciertos efectos.


Existen distintos usos del término vinculados a la fuerza, el
valor, el poder de obrar, la eficacia de una cosa o la integridad
de ánimo.

Una virtud es una cualidad estable de la persona, ya sea


natural o adquirida. Existen virtudes intelectuales (vinculadas
a la inteligencia) y virtudes morales (relacionadas con el bien)
y las Teologales( relacionadas con Dios)

Para Aristóteles, la virtud es la disposición que resulta de los


mejores movimientos del alma y es también la fuente de las
mejores acciones y pasiones de esta. “Es por tanto, ese modo
de ser que nos hace capaces de realizar los mejores actos y
que nos dispone lo mejor posible a un mejor bien u obrar, que
está acorde con la recta razón”

La virtud es, por tanto, un hábito, una disposición o una actitud


para elegir el justo medio, evitando el exceso y el defecto. Este
justo medio, según Aristóteles, es la recta razón que decide el
hombre prudente. Este término medio es una posición
intermedia entre el exceso y el defecto, y apunta al equilibrio
entre las pasiones y las acciones, por lo que se debe elegir el
término medio y no el exceso ni el defecto.
ARISTOTÉLICAS

Mas importante
PRUDENCIA
Mas importante
LA SABIDURIA

• Las virtudes teológicas, sobrenaturales o infusas son


aquellas que, de acuerdo a la doctrina cristiana, Dios
concede al hombre para que actúe como su Hijo.
LA TEORÍA DE LA VIRTUD COMO JUSTO MEDIO.
La Prudencia es uno de los valores fundamentales , pues
permite al hombre reconocer el punto medio en cada
situación.
Ser Prudente es tomar decisiones utilizando la razón, es una
sabiduría práctica.

Para Aristóteles "el justo medio" consiste en buscar en todas


las acciones de nuestra vida la medida justa entre el exceso y
el defecto, es decir, la moderación. Debe constituir la máxima
aspiración del hombre que quiere encontrar la felicidad .

Este justo medio, es la recta razón que decide el hombre


prudente. Este término medio es una posición intermedia, el
cual apunta al equilibrio entre las pasiones y las acciones; se
debe elegir el término medio y no el exceso ni el defecto.
VIRTUD.

Comportamiento que debemos


tener de manera habitual./parte
de nuestra vida .
EQUILIBRI
O
Descripción de la ética ARISTOTÉLICA

El fin de las actividades humanas


La ética aristotélica reflexiona sobre la conducta humana.
Para Aristóteles todo comportamiento persigue un fin, es
decir, se mueve por un objeto o motivo, no es en vano.
Sin embargo, Aristóteles diferenció entre dos tipos de fines.
Por un lado, los fines útiles como medios y, por
otro lado, el fin último. ¿En qué consisten cada uno de
ellos?

Fines útiles como medios


Estos fines, según Aristóteles, sirven al hombre como vía para
alcanzar otros. Sin embargo, el filósofo pensó que podría
haber otro fin, uno último al que todos los demás estén
sometidos.
El fin último: la felicidad o eudaimonía
En este sentido la ética aristotélica mantiene lo que se conoce
como eudemonismo, es decir, afirma que la conducta
humana se dirige hacia la felicidad. Este fin no está
condicionado por otros, sino que es un bien último.
Así, para el filósofo, el fin último que intenta conseguir el
hombre es la felicidad. Este es el bien supremo de la vida
humana.

Pero, ¿qué es la felicidad? ¿Cómo se alcanza una vida dichosa?


Aristóteles afirma que la respuesta depende de a quién se le pregunte.
Pues, mientras que para algunos una vida feliz podría reducirse a las
riquezas, para otros, podría ser el placer.
En este sentido, Aristóteles sostiene la importancia de entender qué es
lo propio del hombre para descubrir qué le hace feliz.
¿Qué define al hombre?
Aristóteles afirma que aquello que caracteriza al hombre es,
precisamente, su capacidad de razonar.
Sin embargo, a parte del alma racional, el hombre también tiene
deseos, que forman parte de su condición. Para no dejarse arrastrar por
estos deseos y pasiones el individuo debe dirigir su comportamiento,
para ello, tiene que someter dichas pasiones a la razón.

En consecuencia, para el filósofo el mejor camino para alcanzar este fin


último reside en tener la capacidad de encaminar los deseos o pasiones
por el sendero de la prudencia.
La ética aristotélica sostiene que el hombre debe buscar la felicidad en
la “tarea” que mejor domina, esta es, razonar. Aristóteles propone un
“modelo” mediante el cual el hombre practique, a través del
razonamiento, una serie de “hábitos” que lo conduzcan hacia “el bien y
la justicia” y, en consecuencia, a la felicidad. Aquí, entran en juego las
virtudes.

¿cómo se consigue alcanzar ese estado de plenitud o felicidad?


El único camino que propone el filósofo es el del “equilibrio”, esto se
logra ejercitando la razón y reconduciendo los deseos y pasiones
situándolas entre el “exceso” y el “defecto”, es decir, en un punto
intermedio. Así, aparecen dos tipos de virtudes:
Virtudes intelectuales o dianoéticas
El arte,La prudencia,La ciencia,La inteligencia,La sabiduría
Virtudes éticas
En las virtudes que Aristóteles definió como “éticas” cobra especial
importancia la prudencia.
LA FELICIDAD ARISTOTÉLICA.-
La filosofía de Aristóteles considera la felicidad como el
supremo bien y el fin último del hombre. Es la máxima
aspiración humana y resulta del todo posible lograrla
conjugando los bienes externos, del cuerpo y del alma

Según Aristóteles, la felicidad consiste en lograr, a lo


largo de toda la vida, todos los bienes -salud, riqueza,
conocimiento, amigos, etc. - que conducen a la perfección
de la naturaleza humana y al enriquecimiento de la vida
humana

Para Aristóteles, la felicidad se busca por sí misma, es


algo perfecto y suficiente, y constituye el fin de todos los
actos. La felicidad es vivir de acuerdo con la razón,
la felicidad es realizar el bien desde la razón, realizar la
virtud desde la razón, es una “actividad del alma”

El filósofo Aristóteles distingue tres tipos de felicidad: el


placer (la vida de acuerdo con el cuerpo), política
(según la retórica vida y de honor) y meditación (la vida de
acuerdo a la razón).
Descripción de la ética PLATÓN
Un problema principal que se plantea Platón en sus reflexiones éticas
es el de desentrañar qué se entiende por virtud (areté), qué es la
virtud y a que modelo de conducta da lugar dentro del Estado.

Platón acepta que la virtud es enseñable (como el sofista Protágoras


también defendía) pero tal enseñanza requiere que quien la imparte
posea una cierta sabiduría y una
técnica, sophia y epistemé o techné que los sofistas fingen poseer,
pero de la que carecen.

Para Platón el objetivo de la vida del hombre no puede reducirse a la


satisfacción de sus necesidades materiales. El hombre debe
desarrollar por completo su personalidad con el fin de alcanzar un
felicidad identifica con la armonía de su vida.

La ética de Platón es a la vez, una ética eudemonista (una ética de la


felicidad) y una ética de la virtud (areté).
Esto significa que la ética está dirigida hacia la consecución del bien
supremo del hombre, la felicidad.

Ahora bien, para Platón la felicidad consiste en el ejercicio de la


virtud ,se alcanza la felicidad que, a su vez, coincide con la perfección
del alma. Esta perfección sólo se consigue en sociedad.

Para Platón, como para Aristóteles, el ser humano es un animal social


por naturaleza, es decir, no es autosuficiente, no puede desarrollarse
por completo al margen de la ciudad o el Estado, de ahí que ética y
política estén íntimamente ligadas en el pensamiento de Platón.
LAS VIRTUDES PLATÓNICAS
Estas virtudes son cuatro:
LA PRUDENCIA • Prudencia-Justicia-Fortaleza-Templanza

Consiste en actuar con reflexión y precaución para evitar posibles daños,


dispone la razón practica para discernir el bien y elegir los medios justos para
realizarlos. Es el valor que nos ayuda con mayor conciencia frente a las
situaciones ordinarias de la vida, nos ayuda a reflexionar y a considerar los
efectos que pueden producir nuestras palabras y acciones, teniendo como
resultado un actuar correcto en cualquier circunstancia.

Este valor se forja por la manera en que se conduce el hombre ordinariamente.


Ante una situación problemática se debe antes que nada reflexionar y
conservar la calma, en todo momento, pues si nos damos cuenta y
reflexionamos, la mayoría de los malos aciertos en la vida, ocurren por una
mala decisión.

LA JUSTICIA
Consiste en dar a cada uno lo que le es propio de acuerdo a su naturaleza y a
sus actos correspondientes. Para ello precisamente se necesita la guía de la
prudencia. La justicia no existe sin la misericordia, la caridad o el amor. La
justicia es principio fundamental de la existencia y coexistencia de los
hombres, como asimismo de las comunidades humanas, de las sociedades y los
pueblos. Puede decirse que el sentido mismo de la existencia del hombre sobre
la tierra está vinculado a la justicia.

Definir correctamente "cuánto se debe" a cada uno por parte de todos y, al


mismo tiempo, a todos por parte de cada uno.
Definir correctamente "lo que se debe" al hombre de parte del hombre en los
diferentes sistemas y relaciones, definirlo y, sobre todo, llevarlo a cabo.
LA FORTALEZA
La fortaleza en la filosofía griega se entiende como fuerza de ánimo frente a las
adversidades de la vida, como desprecio del peligro. La virtud de la fortaleza
consiste en tener el valor y la constancia para perseverar en una obra buena
hasta el final, no importando los obstáculos o soportando una mala situación
con paciencia e inteligencia hasta el final sin derrumbarse.
También incluye el valor en situaciones de peligro y la capacidad de tomar
riesgos prudentes. Según la doctrina de Santo Tomás, la virtud de la fortaleza se
encuentra en el hombre que está dispuesto a afrontar los peligros y dispuesto a
soportar las adversidades por una causa justa, por la verdad, la justicia, etcétera.
La virtud de la fortaleza requiere siempre una cierta superación de la debilidad
humana y, sobre todo, del miedo. Porque el hombre, por naturaleza, teme
espontáneamente el peligro, los disgustos y sufrimientos.

LA TEMPLANZA
La virtud de la templanza es la virtud que nos capacita para controlar y
canalizar correctamente nuestras tendencias. A esta virtud se la llama también
sobriedad. La virtud de la templanza representa el término medio entre el
desenfreno y la insensibilidad.

Para unos, un comportamiento es conformarse a unas reglas, pero no sólo es esto.


La templanza no es meramente dominarse y moderarse, sino que es una
discreción ordenadora en orden a la armonía y perfección del interior del
hombre.
Dominio del gusto y del tacto (son los dos sentidos más afines con esta virtud)
que impone la razón, de forma que el hombre y la mujer se guíen por la
moderación y no sean esclavos de los placeres sensibles. También podemos
denominar "templanza natural", la cual debe estar presente en la vida de todas las
personas, pues, de lo contrario, su conducta sería dirigida por el instinto, lo que
les acercaría más o menos a la existencia de los animales.

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