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Escuela de Sabidurías 2023 (8)

Dr. Gómez (23/2/2023)

En clase bancaria-mente-dialógica-mente-bancaria

Las clases en las que hemos abordado el “tema” pedagógico despertaron inquietudes, nada
extraño si reconocemos que la inmensa mayoría de las y los participantes de esta escuela son
o fueron docentes y, por simple ley de existencia, lo seguirán siendo el resto de sus vidas,
porque parodiando la opinión de Rómulo sobre sus copartidarios: maestro es maestro hasta
que se muera.

Pero no es sólo por el tema pedagógico que nos entusiasmamos, sino que, acatando nuestra
orientación descolonizadora, estamos disertando sobre la pedagogía venezolana de la
“desneocolonización”, como llamó Luis Antonio Bigott (LAB) a su propuesta descolonizadora y
en ese mismo orden de ideas (emoticón engreído), Mirna Sojo nos envió una clase en dos
sesiones sobre las propuestas pedagógicas descolonizadoras venezolanas y de otras latitudes
que han sido “olvidadas” en nuestro trajinar cotidiano.

Olvidadas con premeditación y alevosía por las y los “historiadores obedientes” de la


educación “latinoamericana” (desobediente es hacer historia insurgente) y, en consecuencia,
desconocidas y ninguneadas en la formación académica y mucho más en la práctica
pedagógica cotidiana que se convirtió en la de “un recadero, el encomendero, el simple
transmisor de los conocimientos que configuran, que constituyen la cultura de los
neocolonizadores”, como sostiene LAB y tiene razón…

Sin más soflamas, aquí va la primera sesión con Mirna Sojo:

Reflexiones de Mirna Sojo sobre la memoria y el olvido en la pedagógica descolonizadora


latinoamericana.

Tomo el texto de la clase:

“Hablaremos de la pedagogía venezolana de la descolonización como el marco referencial de


todo esfuerzo por descolonizar las ciencias, sean experimentales o sociales, porque <o se
comienza por la escuela o vamos para ninguna parte dando vueltas como el perro antes de
mear>… ¡Y qué descolonización ni qué ocho cuartos!”

Buenos días, a esta escuela jurungadora y provocadora del pensamiento que luego se
convierte en palabra. Me encantó la clase, me pone a reflexionar mucho sobre las pedagogías
de la descolonización, aunque sean de otras latitudes o dentro de las nuestras.

Por ejemplo, comentaba de manera convincente que eso de las pedagogías venezolanas de la
descolonización suena a aquella frase de… “Lo que el viento se llevó” y lo digo porque ha
habido tantas iniciativas desde el inicio de la Revolución bolivariana que se han quedado en el
hilo de la historia de la educación en nuestro país, que uno se pregunta ¿Qué más vamos a
hacer?
Lo del Mincyt y su propuesta de descolonización de las ciencias ¡Bienvenida! siempre es bueno
contar con un espacio dónde se puedan retomar iniciativas ya añejas. ¿La pedagogía logra
descolonizar? Claro que sí. Pero, hay que recordar algunas cosas:

Leí y releí el libro de Luis Antonio Bigott: “Hacia una pedagogía de la desneocolonización”,
editado por el Ipasme. Bigott es tajante al afirmar que en Latinoamérica está aún por
construirse un bagaje de teorías educativas del que adolecemos producto de 520 años de
coloniaje, que se traduce en la negación de las potencialidades que poseen sus habitantes
sometidos a un proceso cultural de endoracismo e invisibilización. En ese sentido, la deuda que
en materia de educación, filosofía educativa, pedagogías, etc., está pendiente y se convierte
en un reto y un desafío para los pueblos que quieran emanciparse del pensamiento occidental.

Luego, da elementos en su libro de Redes Socioculturales, en la construcción de un tejido


sociocomunitario que trascienda y se encuentre en sus diversos ámbitos. Obvio que sus
legados nos han ayudado a muchos recrear y a crear métodos y hacer innovaciones. Sin
embargo esta propuesta fue escrita en el siglo pasado, y en la actualidad solo se habla de la
escuela productiva para impulso de la economía. Pero no se han organizado las fuerzas de la
pedagogía para crear lo propio e integralmente necesario a futuro. Entonces la cosa queda en
iniciativas aisladas y pañitos de agua tibia.

Ahora bien , para mí el óvido debe ser descolonizado, el olvido en pedagogía existe y se
mantiene en el ámbito escolar, por tanto somos objetos de ser instrumentos ciegos de nuestra
destrucción por decir palabras más o palabras menos de Bolívar. Bigott nos habla claro de ese
olvido de manera implícita en sus textos.

Sigo. Otras experiencias cercanas al “tercer tipo”, se dieron en Aragua en la década del año
2000-2010 con la creación de diversos espacios de gestión desde el ámbito educativo, aguas
abajo en el escolar, fueron tareas titánicas para descolonizar y comenzar a construir voces
propias inspirados en pedagogos nacionales y latinoamericanos, entonces ocurrió lo que
siempre ocurre en la contradicciones… vino una Ministra y dijo señalando que “…esa política
educativa o propuesta había que pararla porque no era política educativa emanada del
Ministerio”. Entonces la paró sin mediaciones, sin escuchas, sin ver si convenía o no, y se paró
un proceso rico de descoloniaje educativo.

Por allí está los blogs, escritos, libros que recogieron esa pedagogía en sus años más gloriosos,
sin embargo, ese proceso quedó en la memoria, pero con olvido obligado porque retomarlo es
estar fuera del eje. Allí, juega el hecho de la falta de soberanía cognitiva, clave para tomar
decisiones en chiquito, en la escuela y en las aulas, pero requiere de fórmulas de resistencia y
formulas insurgentes y de agitación como lo planteó Bigott.

Hasta aquí la primera sesión con Mirna Sojo, suficiente para quedarnos reflexionando y
discutiendo en el salón hasta la medianoche…

Si pasaron los carnavales y aquel gentío en playas, parques, plazas y bonches a cielo abierto
como el "Retumba Caracas" y no se han registrado aumentos alarmantes de Covid19, entonces
¿Quién dijo miedo?

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