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Introducción
“La danza debe estar al alcance de todos” Patricia Stokoe;
“El lugar de la danza está en las casas, en la calle, en la vida”
Maurice Bejart.
Patricia Stokoe, fundadora y creadora de esta línea de trabajo, quien durante tantos años ha
venido abriendo un camino con una actitud de búsqueda, investigación y práctica incansable
ha creído siempre que la danza le pertenece a todo ser humano y se ha dedicado durante más
de treinta años a brindar sus conocimientos y vitalidad para el logro de este reacercamiento de
la danza a la vida.
VOCABULARIO
Sensación: Es proceso y resultado del registro de la realidad a través de los sentidos, punto de
partida de la conciencia tanto del propio cuerpo, como del mundo externo. La sensación es la
unidad del conocimiento.
Percepción: Sobre una base donde se articula la herencia cromosómica, orgánica, psíquica y
social, es una estructura compleja donde se integran los resultados de los registros sensoriales,
los aportes de la zona de la memoria, los contenidos afectivo-emocionales, el nivel de
irrigación sanguínea y el nivel de funcionamiento hormonal.
“Sensopercepción”: Nombre adoptado por Patricia Stokoe para su trabajo mediante el cual se
profundiza conscientemente sobre la imagen corporal y la afectividad para adquirir una mayor
sensibilidad en general pudiendo así surgir imágenes constantemente renovadas que hacen al
enriquecimiento de la propia danza y de la propia vida. Es entonces un conjunto de prácticas
metódicas hacia el conocimiento de uno mismo y el desarrollo de un lenguaje corporal propio.
La concepción de Danza con la cual nos identificamos, sustenta que todos podemos bailar y
disfrutar de esta actividad. De aquí se desprende que pretendemos que cada persona se
contacte con su propio cuerpo real, -sea alto, bajo, gordo, flaco, flexible, rígido, “lindo” ó “feo”,
joven ó viejo- y no dependa de un modelo de cuerpo determinado al cual ajustarse como
premisa previa, sino que llegue a bailar desde su propia realidad corporal y universo de
posibilidades. La Sensopercepción propone la posibilidad de una vida corporal más armónica
que permita vivir una realidad corporal gozosa, desplegando el máximo de flexibilidad tónica
que cada uno logre desarrollar.
Comenzamos por lo que llamamos “El despertar”, pretendemos agudizar y reafinar nuestra
capacidad de observación, de captación sensoperceptiva para formar e integrar imágenes lo
más fieles posibles a la realidad de nuestro propio cuerpo, acortando así la distancia entre una
representación intelectual, la ó una representación ideal del mismo y la percepción ó
conciencia de su realidad concreta en cada momento. Orientamos la atención, el interés hacia
el mismo, desarrollamos la capacidad de estar alertas y presentes, hacia “lo que habita de la
piel para dentro”, registrar nuestro tono muscular tanto en la quietud como en el movimiento
y captar el universo de mensajes que provienen de su interior.
Este despertar ó registro, consiste en una observación guiada que invita “a hacer presente”, a
llevar el interés hacia lo que habitualmente pasa desapercibido. Solemos partir de una
presencia global y totalizadora hacia la diferenciación de cada zona en forma detallada para
reinsertarla nuevamente en el todo. El “todo corporal” se irá diferenciando progresivamente,
desplegando así el pasaje de ese “todo indiferenciado” hacia un todo “claro y distinto”.
“Un poeta tiene que ser profesor en los cinco sentidos corporales: vista, oído, tacto, gusto y
olfato, en ese orden, para poder ser dueño de las más bellas imágenes, tiene que abrir las
puertas de comunicación entre todos ellos.” Federico García Lorca
Observamos una zona del cuerpo por vez, orientamos nuestra atención a un sentido por vez
para aprender a detenernos y hacer conciente, hacer presente tanto lo que habita de la piel
para dentro cómo lo que nos rodea.
El camino que tomamos hacia este estar alertas, perceptivos de nosotros mismos y del mundo
que nos rodea parte de lo más cercano y accesible a cada uno. Es a través de nuestros sentidos
exteroceptivos -mirar, tocar, escuchar, oler, gustar- que recibimos los estímulos del mundo
exterior ó de la envoltura del propio cuerpo (la piel), y será nuestra propioceptividad la que
nos brinde la información acerca de la posición, movimiento, distribución del peso, ubicación,
presión, tensión, distensión de nuestro cuerpo.
Que los sentidos se entrenan con la práctica, significa que se estimula el orientar nuestro
interés, que se afina la capacidad de discernir. Esto los saben por ejemplo los obreros textiles,
que pueden diferenciar infinidad de matices entre las tinturas del mismo color, ó pintores
como Picasso, quien decía que salía al bosque a “llenarse de verde”, antes de buscar aquellos
verdes que volcaría en el lienzo.
En las clases de Sensopercepción, desde la guía verbal del docente iremos realizando un
registro de nuestro cuerpo y las huellas que ha dejado su historia.
Entre los ejes de trabajo diferenciamos cada sector de la piel.. Las zonas más y menos
sensibles, notamos si hay zonas ausentes y que pueden ser re-despertadas con el toque de las
propias manos, la ropa, el piso de objetos como pelotas de tenis, cañas de bambú, el agua de
la ducha, etc. Orientamos la atención para reconocerla debajo de la ropa, y esto se puede
realizar en cualquier momento del día. Descubrimos si la ropa nos es realmente cómoda, si nos
permite vivir el cuerpo con holgura ó si por el contrario tendemos a aprisionarnos entre
cinturones, zapatos, sacos ó pantalones ajustados, texturas que nos puedan irritar sin darnos
cuenta con las consiguientes tensiones e incomodidades a las cuales nos vamos sometiendo. Al
estimular, re-sensibilizar la piel estamos entrenando por un lado la capacidad de registrar
texturas y temperaturas y por otro lado a profundizar la imagen de la envoltura viviente (límite
ó frontera) de nuestro cuerpo.
Al utilizar el tacto mantenemos nuestra conciencia dentro del límite de nuestro organismo a
través de frotar, pellizcar, rascar, acariciar, palpar. Al realizar contacto nos referimos a la
capacidad de traspasar concientemente el límite visible de nuestro cuerpo tanto hacia el
interior del mismo como hacia los seres y objetos del entorno. Como ejemplo, el violoncelista
que al tocar pone en contacto su brazo y mano derecha con las cuerdas de su instrumento a
través del arco que pasa a ser una continuación del brazo. Los dedos de la mano pueden llegar
a percibir las cerdas del arco frotando las cuerdas como si este fuera parte del propio cuerpo.
Experimentamos contacto directo con los objetos, por ejemplo, al entregar el peso del cuerpo
al piso ó a un banco ó silla a través de los puntos de apoyo. También cuando sostenemos una
caña de bambú entre dos dedos incorporando el espacio de este objeto al espacio del propio
cuerpo. Como el bambú tiene la cualidad de ser un excelente conductor de la energía corporal,
esta ejercitación nos permite regularlas tensiones de los brazos y faja escapular y esto puede
ser el punto de partida para el logro de determinada calidad de movimiento sin sobreesfuerzo.
“Haz todo sin esfuerzo, cuando tienes que forzar un movimiento, una acción, entonces algo
anda mal. Escucha, no esperes que las cosas se realicen como tu crees que deben ser, estate
atento, alerta, para sensibilizarte a lo que ocurre realimenta en cada instante, viviendo y
moviéndote en armonía”. (Al Chuang Liang)
Los ejes de trabajo giran también alrededor de una serie de otros temas como la utilización
conciente de nuestros apoyos, tanto los apoyos internos de unas zonas internas del cuerpo
sobre otras, específicamente de unos cuerpos vertebrales sobre otros (cabeza sobre cervicales,
fémur sobre tibia, etc.); como los apoyos externos de unas superficies corporales sobre el piso,
sillas, bancos, mesas, paredes, árboles, tacos de zapatos, bambúes, pelotas de diversos
tamaños, como también de superficies del propio cuerpo sobre el cuerpo de otras personas.
También exploramos la diferencia entre lo que llamamos apoyos activos y apoyos pasivos, los
primeros siendo aquellos sobre los cuales ejercemos una presión, tanto de tracción como de
rechazo, con el consiguiente cambio tónico ó desencadenamiento del movimiento que genera.
Pasividad tiene que ver con la capacidad de entrega de todo o partes del cuerpo a ser
sostenidos ó movidos por otra persona, objeto ó elemento de la naturaleza así como también
la entrega de zonas del propio cuerpo para ser sostenidas ó movidas por otras. La pasividad
implica una inhibición conciente.
Otro eje del trabajo es la toma de conciencia del esqueleto, la percepción ósteo-articular.
Reconocer y ubicar cada hueso, observar su forma, tamaño, consistencia, zonas articulares y
movimientos posibles en cada articulación para ir completando, detallando los espacios
internos y relaciones de un hueso con otro en quietud y en movimiento. Al pensar en el hueso
o zona del hueso que guía al movimiento estamos influyendo los músculos vinculados a él y
nos permite alivianar el movimiento distribuyendo y adaptando el trabajo muscular con el
tono adecuado a la necesidad de desplazamiento en cada ocasión.
Entendemos por Tono el grado de contracción básica que mantiene el músculo, aún cuando
está en reposo. El tono está regulado por todo el sistema neuromuscular, es el estado de
preparación ó alerta que permite la constante adaptación y organización fisiológica. No es
simplemente un estado de la musculatura sino del funcionamiento del sistema en su conjunto
y responde a las experiencias, aprendizajes, vivencias en los planos físicos, afectivo,
emocionales, racionales y sociales que hacen a la particular personalidad de cada individuo.
Buscamos su movilidad, su flexibilidad, que no quede fijado y tenga la posibilidad de
adaptación a las cambiantes necesidades. Un ejemplo de esta facilidad de adaptación
debemos buscarla en los animales, y en los niños pequeños. Si observamos un gato por
ejemplo, descubriremos su facilidad de pasar en un período muy breve, del reposo absoluto al
salto, en cambio, las personas adultas tenemos la tendencia a fijar el tono, tender hacia la
hipotonia (tono bajo) ó hipertonía (tensión excesiva) de todo ó partes del cuerpo como rasgo
habitual.
“El arte modifica al mundo, no es solo una manera de sentir al mundo” Francisco Berdichevsky
Ya hemos visto que es a través del proceso de apertura y entrenamiento de los sentidos que
emprendemos el camino de toma de conciencia, de conocimiento tanto del mundo que nos
rodea como del propio cuerpo, y justamente la búsqueda nuestra se basa en mantener estas
vías de comunicación abiertas entre lo externo y lo interno del propio cuerpo.
Entrenamos el constante pasaje y confrontación entre los múltiples mensajes que nos llegan
del exterior así como del interior del cuerpo con las imágenes que vamos formando y
estructurando en nuestro psiquismo.
“Hoy sabemos que se forman las imágenes al integrar percepciones, que uno percibe como
resultado del movimiento, el componente motor es fundamental no solo como expresión sino
como fundador de imágenes sensoperceptivas. Al chico antes se lo enfajaba y prohibía
moverse, ahora sabemos que si el chico no se mueve y no experimenta en la práctica, no
podrá captar conceptos ni abstracciones lingüísticas, lógicas y matemáticas y por otro lado si
un adulto deja de tener una rica vida de movimiento y percepción, abre la brecha entre su
imaginación y su vida corporal; se irá empobreciendo o fijando en lo que una vez recogió de la
realidad sin retro-alimentarse y enriquecerse constantemente como resultado de una práctica
conciente.” (Francisco Berdichevsky)
La Sensopercepción juega un doble papel, tanto en recoger y evocar lo que recibimos por el
aparato sensorial, en forma cada vez más detallada, clara y diferenciada ; como en la
estimulación de la asociación y producción de imágenes que van a dar lugar a la fantasía
creadora, esenciales para alimentar la vida sensible y artística de cada individuo.
Por el trabajo, el trabajo consciente sobre el cuerpo, el recuperar cada zona olvidada,
recuperar su potencial de movimientos, su flexibilidad, su apertura, el desintoxicarlo, des-
acorazarlo, permite recuperar la sensibilidad, vivir a flor de piel cotidianamente y engendrar a
través del movimiento una multiplicidad de imágenes, sentimientos, ideas, que en el
movimiento, en la palabra, en la expresión plástica ó musical se materializan y regeneran.
El arte es la manifestación del sí mismo del creador, a través de la expresión artística expresa
el mundo, su concepción del mundo a través de sí mismo. Justamente el arte rescata la
subjetividad, la visión personal, única y emocionada del artista parte de “
recoger, embeberse del mundo para recomponerlo y finalmente devolver al mundo y de esta
manera transformarlo y transformarse.
Este es un proceso que existe y se da incluso en la vida cotidiana. Para nosotros no hay una
división tajante entre actividad artística y actividad cotidiana, así como también pensamos que
trabajo y juego pueden convivir, goce y diversión estar presentes en los procesos de
investigación y aprendizaje. Todos podemos, si contamos con las condiciones afectivas,
educativas, sociales y económicas adecuadas, estimular, entrenar y desarrollar diversos
códigos artísticos y por esta vía el conocimiento y la fantasía creadora.
Tocar y tocarnos, mirar y ver, oír y escuchar, probar constantemente los mismos ó nuevos
movimientos y posturas dándoles un nuevo cariz, un nuevo ángulo. Desarrollar la capacidad de
reorganizarnos, de establecer nuevas vías de enlace y conexión y “encontrar no solo la unidad
entre la diversidad sino la variedad, la multiplicidad en la unidad”(Humberto Eco).
Muchos alumnos descubren que tienen aptitudes y enorme placer en bailar, cuando creían
que esta posibilidad había quedado olvidada en algún rincón de su niñez, descubren incluso la
posibilidad de mejorar la calidad de su danza por medio de esta práctica y entrenamiento
conciente. Lo esencial de esta práctica que Patricia ha llamado Sensopercepción, es entonces
el abarcar la persona íntegra en su propia vida afectiva, pensante, y emocionada, hacia una
danza propia y significativa.
“Trabajo la corriente de Expresión Corporal que la considera Danza, aquella que desarrolla las
características personales y por eso accesibles y dentro del alcance de cada ser humano, que
será su danza, la que él puede manejar, la danza pensada como producto único, la poesía
corporal de cada individuo. Sabemos también que si bien todo ser humano puede ser poeta,
solo algunos llegarán a ser grandes poetas. Sabemos además que los grandes poetas no están
para anular a todos los poetas sino para estimularlos. La poesía está en cada ser humano, en
todos, no solo en los grandes. De la misma manera pensamos que la danza está en todos, no
solamente en los bailarines profesionales...” Patricia Stokoe
Bibliografía:
* Feldenkrais, Moshe: "Body and Mature Behaviour", Edit Alef, Ltd, Tel- Aviv
[1]
Estas imágenes que reproducen lo que sucede, que son la representación interna de lo que
sucede y en las que intervienen la memoria, permiten asociar las percepciones presentes con
las pasadas y forman el proceso evocador de la realidad. Esta es la base para la construcción de
una fantasía que genera nuevas imágenes no determinadas por ningún límite real, aunque
originariamente hayan nacido de una realidad determinada.
Tel: 4543-5177