RODRIGO FLORES ULLOA, Abogado. Jefe de la Unidad de
Estudio de la Defensoría Regional del Maule, domiciliado en Uno Norte N° 932, piso 7 oficia 704, en causa rol 174-2022, Ruc 1900818710-2 A Us. Digo: Encontrándome dentro de plazo, deduzco recurso de reposición en contra de la resolución de fecha 15 de abril, y notificada a esta parte con fecha 17 de abril de 2023 por la cual SSa. resolvió al escrito presentado por la defensora MARÍA PÍA ETEROVIC FARÍAS, “Tener presente la renuncia al patrocinio y poder para representar en esta causa al acusado JOSÉ BRIONES BELLO, efectuada por la abogada MARÍA PÍA ETEROVIC FARÍAS, sin perjuicio de la responsabilidad del renunciante, conforme lo dispuesto en el artículo 10 del Código de Procedimiento Civil, en relación a los artículos 52 y 102 a 107 del Código Procesal Penal. Póngase, con urgencia y por la vía más expedita, en conocimiento de la Defensoría Penal Pública de Talca, a fin que designe defensor para dicha acusada, con audiencia de juicio oral para el día 24 de abril de 2023, a las 08:30 horas. Sirva esta resolución de suficiente oficio para dichos efectos.” Solicitando que lo acoja a tramitación legal, para finalmente acogerlo en todas sus partes disponiendo en lugar de la resolución recurrida lo siguiente: “No ha lugar a la renuncia del patrocinio por parte de la abogada María Pía Eterovic Farías, respecto del imputado Sr. José Briones Bello” o en su defecto “Aplicar una sanción de 60 días de suspensión del ejercicio de la profesión de abogado en virtud de lo dispuesto en el artículo 103 bis del Código Procesal Penal y reprogramar el inicio del juicio para una fecha futura no anterior a 30 días que permita a la defensa publica estudiar y preparar adecuadamente la defensa del acusado Sr. Briones Bello”, en virtud de los antecedentes de hecho y fundamentos de derecho que a continuación paso a exponer: 1.- El tribunal no puede tener presente una renuncia toda vez produce una situación de indefensión y se formula fuera del plazo que la ley autoriza para dicha renuncia. El artículo 106 del Código Procesal Penal al regular el abandono o la renuncia de la defensa establece una regla general la cual está consagrada en el inciso primero y se trata de que la renuncia formal no libera al defensor de su deber de realizar los actos inmediatos y urgentes que fuesen necesarios para impedir la indefensión. Dicho de otro modo, frente a actos inmediato y urgentes el defensor sigue siendo responsable. La razón de esta disposición es la protección del imputado, evitar que este caiga en una situación de indefensión o evitar que se sus derechos y expectativas en el proceso penal se vean defraudadas o afectadas por una decisión intempestiva de quien está llamado a proteger sus intereses. Nos parece que el juicio oral constituye un acto inmediato y urgente en el cual la defensora sigue siendo responsable, considerando que no se trata de cualquier juicio, sino de uno que deviene de una investigación iniciada en diciembre del año 2019, esto es, hace más de 3 años y hace aproximadamente un año está en espera de la realización de juicio oral. No se trata de cualquier actuación futura sino que un juicio oral, programada para de 71 días, esto es, casi 3 meses de audiencias en el cual se espera que declaren más de 200 testigos, una veintena de peritos y se exhiba más de 250 evidencias de distinta naturaleza. En concepto de esta defensa este juicio constituye un acto inmediato en el cual la defensora sigue siendo responsable y al cual debe comparecer, razón por la cual no es admisible su renuncia. Es absolutamente irresponsable la actuación de la defensora que en esta etapa del proceso renuncia a la defensa. Pudiendo haberlo hecho con muchísima antelación lo realiza días antes del juicio. Recordemos que esta causa está en estado de juicio desde el mes de mayo de 2022 y esta renuncia se produce a menos de 10 días de su inicio. Por su parte la decisión del tribunal de tener presente la renuncia vulnera los derechos del imputada y pone en riesgo la validez de un juicio de tales envergaduras, por la flagrante infracción al debido proceso que se produce en este acto. No se trata de prohibir per se la renuncia de un abogado o abogada, sino de evitar que esta renuncia se produzca en momentos que ponga en peligro los derechos del imputado, lo claramente en esta situación acontece. El principio que subyace a esta regla es la protección del imputado o imputada y garantizar el debido proceso y cuando una renuncia como esta se acepta sin más por el tribunal este principio se vulnera. Por otra parte, esta renuncia se produce a menos de 10 previos al juicio oral, lo que resulta inaceptable conforme lo dispone el mismo artículo 106 del CPP. En efecto, no obstante ser suficiente la regla del inciso primero -a nuestro modo de ver- para rechazar una renuncia de patrocinio como la realizada, el legislador estableció una precisión respecto de dos instituciones que resultan de suma relevancia en el contexto del procedimiento ordinario, se trata de la preparación de juicio oral y del juicio oral y en ambos casos prohíbe la renuncia que se realiza en menos de un periodo determinado. Esta regla establece un plazo de 10 días previos al inicio del juicio -que a mi modo de ver es insuficiente para un juicio como este, ya que no se puede pretender que en menos en 10 días un abogado pueda estudiar 3 años de investigación y preparar 3 meses de juicio- y sin embargo, tampoco se ha respetado. Esta norma exige un plazo mínimo para la renuncia por parte del abogado defensor, y en este caso la norma prohíbe la renuncia formulada dentro de los 10 días previo a la realización de la audiencia de juicio, cuestión que en este caso no ocurre, toda vez que la renuncia debió formularse antes del día 14 de abril y no ese mismo día.
2.- La resolución conculca derechos y garantías del imputado
Como parte del conjunto de garantías fundamentales que integran el debido proceso, encontramos el derecho a la defensa jurídica letrada, consagrado directamente en art. 19 N°3 inciso 2° de la Constitución Política de la República, el cual indica que “Toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale”. Esta defensa técnica letrada tiene por objeto el óptimo diseño de una estrategia defensiva sustantiva que permita afrontar los hechos vertidos en la acusación, su calificación jurídica y la pena solicitada por el ente persecutor, como fuente de un procedimiento justo. Para dar cumplimiento a tal garantía, es necesario, por tanto, que el defensor no sólo comparezca al juicio oral en representación del imputado, si no también que se apreste a elaborar una adecuada teoría del caso, que puede ser sustentada en los argumentos de hecho y de derecho que resulten pertinentes, lo que sólo puede alcanzarse a través de un acabado estudio del caso en cuestión. Por ello, la renuncia intempestiva del defensor privado, vulnera el derecho a defensa técnica del imputado, toda vez que la repentina asignación del caso a un defensor penal público implica inevitablemente una desventaja para el imputado, pues impide que su nuevo defensor adquiera el conocimiento necesario para su adecuado desenvolvimiento en el juicio oral. El citado artículo continúa indicando que “ninguna autoridad o individuo podrá impedir, restringir o perturbar la debida intervención del letrado”. Lo anterior conlleva indiscutiblemente a sostener que tener presente la renuncia al patrocinio y poder por parte de la defensora privada, a tan sólo días de llevarse a efecto la audiencia de juicio oral, perturba la debida intervención del letrado al reducir considerablemente sus posibilidades para estudiar, analizar y profundizar, con la debida diligencia, la defensa del imputado, y por lo demás, implica una notable desigualdad de éste con aquellos coimputados cuya defensa ha sido proporcionada con anterioridad. Así, la CA de Arica en la causa Rol 264-2015, estableció que “acotado lo anterior menester es consignar que el derecho a defensa no se vincula con un acto puramente formal y presencial de un letrado en la audiencia de juicio o en cualquiera otra en que deba intervenir el imputado, no es un aspecto cosmético o simbólico del proceso penal, o del proceso en general, sino que es el elemento esencial del Debido Proceso, conforme al cual los tribunales deben conocer y resolver los asuntos sometidos a su conocimiento ”, y en considerandos siguientes señala que “dicho lo anterior no puede sostenerse entonces que sobre este punto exista una regla clara o un estándar determinado que permita cuantificar matemáticamente cual es el término prudente, para estudiar un proceso y preparar una defensa que se conforme al principio del debido proceso y preparar una defensa que se conforme al principio del debido proceso, por lo que esta atribución queda entregado a la ponderación de los jueces, quienes basados en criterios de prudencia y racionalidad deberán dictaminar lo consiguiente, conciliado por una parte el interés del Estado de resolver de manera oportuna y rápida un proceso y por otra, el derecho a una debida defensa”. En simples términos, tener presente la renuncia y otorgar en consecuencia un muy acotado tiempo al defensor para atender una defensa asumida imprevistamente y que no es de su conocimiento, transgrede el derecho de defensa técnica del imputado, toda vez que se reniega la preparación previa que toda causa de ésta extensión y envergadura requiere. Por su parte, la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) Art 8.2.C se encuentra contemplado el derecho del inculpado a contar con el tiempo y los medios adecuados para preparar la defensa. Este inciso implica diversas obligaciones para el Estado, como por ejemplo brindar el tiempo necesario a la defensa no solo para conocer la totalidad de las pruebas que obran en su contra, sino también analizarlas y poder plantear los argumentos y contrapruebas que les permitan rebatirlas. En cuanto a este último aspecto, el inciso c) encuentra estrecha relación con el inciso f) pues este permite a la defensa interrogar a los testigos presentes en el tribunal y hacer comparecer a los testigos y peritos que consideren necesarios para el ejercicio pleno de este derecho. De manera que, si se pretenden restringir estas manifestaciones del derecho de defensa sin que exista un motivo fundado y legal para, se estaría violentando la Convención. POR TANTO, en virtud de los antecedentes señalado y las disposiciones citadas. RUEGO A US, acceder a lo solicitado, acogiendo a tramitación legal el presente recurso de reposición para finalmente acogerlo en todas sus partes disponiendo en lugar de la resolución recurrida “No ha lugar a la renuncia del patrocinio por parte de la abogada María Pía Eterovic Farías, respecto del imputado Sr. José Briones Bello” o en su defecto “aplicar una sanción de 60 días de suspensión del ejercicio de la profesión de abogado en virtud de lo dispuesto en el artículo 103 bis del Código Procesal Penal y reprogramar el inicio del juicio para una fecha futura no anterior a 30 días que permita a la defensa publica estudiar y preparar adecuadamente la defensa del acusado Sr. Briones Bello”.