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El Tribunal Constitucional estableció la figura del despido fraudulento en un caso de un trabajador despedido. El despido fraudulento ocurre cuando un empleador despide a un trabajador con malicia o engaño y atribuyéndole una falta no prevista legalmente, vulnerando el principio de tipicidad. El despido fraudulento se asemeja más a un despido injustificado que a uno incausado, ya que requiere que se pruebe la malicia del empleador.
El Tribunal Constitucional estableció la figura del despido fraudulento en un caso de un trabajador despedido. El despido fraudulento ocurre cuando un empleador despide a un trabajador con malicia o engaño y atribuyéndole una falta no prevista legalmente, vulnerando el principio de tipicidad. El despido fraudulento se asemeja más a un despido injustificado que a uno incausado, ya que requiere que se pruebe la malicia del empleador.
El Tribunal Constitucional estableció la figura del despido fraudulento en un caso de un trabajador despedido. El despido fraudulento ocurre cuando un empleador despide a un trabajador con malicia o engaño y atribuyéndole una falta no prevista legalmente, vulnerando el principio de tipicidad. El despido fraudulento se asemeja más a un despido injustificado que a uno incausado, ya que requiere que se pruebe la malicia del empleador.
despido y las vías procesales para repararlo El caso de un trabajador despedido, el Tribunal Constitucional tomó dos lados Para crear la figura del despido fraudulento
Cuando el despido incausado era meramente ilegal y se reparaba solo con
una indemnización, el empleador extinguía el vínculo laboral, sin invocar motivo y pagaba por adelantado la reparación.
El despido fraudulento sucede al despedir al trabajador con ánimo perverso y
auspiciado por el engaño, asimismo, se le atribuye una falta no prevista legalmente, vulnerando el principio de tipicidad
El despido fraudulento se asemeja más al injustificado que al incausado,
porque tiene imputación y se produce en un contexto de malicia, que debe ser probado por el demandante.