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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN

5597/2018
QUEJOSO Y RECURRENTE:
CONSTRUCTORA DHAP, SOCIEDAD
ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE.

VISTO BUENO
SR. MINISTRO
MINISTRO PONENTE: JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO
SECRETARIO: GUILLERMO PABLO LÓPEZ ANDRADE

Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día

V I S T O S, los autos para resolver el amparo directo en revisión


5597/2018, interpuesto por Constructora DHAP, Sociedad Anónima
de Capital Variable, por conducto de su representante legal **********,
en contra de la resolución dictada por el Décimo Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, el veintinueve
de junio de dos mil dieciocho, dentro del juicio de amparo directo
**********; y,

R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Demanda de Amparo. Por escrito presentado en la


Oficialía de Partes de la Sala Especializada en Juicios en Línea del
Tribunal Federal de Justicia Administrativa, en la Ciudad de México, el
tres de julio de dos mil diecisiete1, Constructora DHAP, Sociedad
Anónima de Capital Variable, por conducto de su Representante
Legal **********, solicitó el amparo y protección de la Justicia Federal
en contra de la autoridad y acto que enseguida se indican:

A) Autoridad responsable:

1 Cuaderno del Juicio de Amparo D.C. **********. Foja 4.


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 La Sala Especializada en Juicios en Línea del Tribunal


Federal de Justicia Administrativa.

B) Acto reclamado:
 La sentencia definitiva de fecha veintiséis de mayo de dos
mil diecisiete, dictada en el expediente **********.

C) Tercero interesado:
 El Director General de Seguridad Privada dependiente de la
Comisión Nacional de Seguridad de la Secretaría de
Gobernación.

SEGUNDO. Derechos violados. La parte quejosa estimó


violados en su perjuicio los derechos reconocidos en los artículos 1, 14,
16, 17 y 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.

TERCERO. Trámite de la demanda de amparo. Por auto de


dieciocho de septiembre de dos mil diecisiete, la Magistrada Presidenta
del Décimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Primer Circuito, al que por razón de turno correspondió el conocimiento
del asunto, admitió la demanda a trámite, registrándola con el número
**********.

Seguidos los trámites de ley, en sesión celebrada el veintinueve


de junio de dos mil dieciocho2, dicho órgano jurisdiccional dictó
sentencia en el sentido de negar a la quejosa el amparo solicitado.

2 Ibídem. Fojas 51 a 130.

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CUARTO. Interposición del recurso de revisión. Inconforme


con el fallo anterior, por escrito presentado el dieciséis de agosto de
dos mil dieciocho3, la parte quejosa interpuso recurso de revisión.

El Presidente del Décimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia


Administrativa del Primer Circuito, tuvo por interpuesto el recurso
mediante acuerdo de veinte de agosto de dos mil dieciocho4,
requiriendo a la autoridad responsable remitir los autos del juicio de
nulidad, así como correr traslado a las partes con copias del escrito de
agravios. Mediante proveído de veinticuatro de agosto de dos mil
dieciocho, ordenó remitir los autos a esta Suprema Corte de Justicia de
la Nación, lo que así se hizo mediante oficio 1350-II, recibiéndose las
constancias respectivas en este Alto Tribunal el treinta y uno de agosto
de dos mil dieciocho5.

QUINTO. Trámite del recurso ante la Suprema Corte de


Justicia de la Nación. Mediante acuerdo de trece de septiembre de
dos mil dieciocho6, el Presidente de esta Suprema Corte de Justicia de
la Nación, admitió a trámite el recurso de revisión registrándolo con el
número 5597/20187.

En el propio acuerdo, se turnó el expediente, para su estudio, al


Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo y se ordenó enviar los autos a la
Sala a la que se encuentra adscrito a fin de que el Presidente de ésta,
emitiera el acuerdo de radicación respectivo.

3 Ante la Oficina de Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados en Materia Administrativa


del Primer Circuito.
4 Cuaderno del Juicio de Amparo **********. Foja 163.
5 Cuaderno del recurso de revisión 5597/2018. Foja 2 (reverso).
6 Ibídem. Fojas 29 a 32.
7 Se consideró que desde la demanda de amparo la parte quejosa planteó la inconstitucionalidad

del artículo 42, fracción III, inciso c), de la Ley Federal de Seguridad Privada, lo cual se relaciona
con el tema: "Sanción. Suspensión de los efectos de la autorización para prestar servicios de
seguridad privada”.

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SEXTO. Avocamiento. Por acuerdo de diecisiete de octubre de


dos mil dieciocho8, la Ministra Presidenta de la Primera Sala, dispuso
que la misma se avocara al conocimiento del presente asunto y ordenó
enviar los autos a la ponencia respectiva, a fin de que formulara el
proyecto de resolución y se diera cuenta de él a la propia Sala.

En el mismo proveído, se tuvo por presentado el escrito


presentado el diez de octubre de dos mil dieciocho en la Oficina de
Certificación Judicial y Correspondencia, por medio del cual acudió a
interponer recurso de revisión adhesiva Marilú Moreno Durán, Directora
General de lo Contencioso de la Unidad General de Asuntos Jurídicos
de la Secretaría de Gobernación9.

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación es legalmente competente para conocer
del presente recurso de revisión, en términos de lo dispuesto por los
artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; 81, fracción II, de la Ley de Amparo en vigor; 21,
fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación; así como en los Puntos Segundo, Tercero y Cuarto, del
Acuerdo General 5/2013, emitido por el Pleno de este Alto Tribunal el
trece de mayo de dos mil trece, y publicado en el Diario Oficial de la
Federación el veintiuno del mismo mes y año; en virtud de que el
recurso fue interpuesto en contra de una sentencia pronunciada en
amparo directo, en materia administrativa, por un Tribunal Colegiado de
Circuito y cuya resolución no requiere la intervención del Tribunal Pleno.

8Cuaderno del amparo directo en revisión 5597/2018. Foja 51.


9En representación de la Dirección General de Seguridad Privada de la Unidad de Planeación,
Prospectiva y Seguridad Privada de la Comisión Nacional de Seguridad de la misma dependencia.

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Además, se estima pertinente aclarar que aun cuando el presente


amparo directo en revisión no corresponde a las materias de las que en
forma ordinaria debe conocer esta Primera Sala, en términos de lo
dispuesto en el artículo 37 del Reglamento Interior de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, ello no es obstáculo para que resulte
competente para conocer del asunto, pues el párrafo primero del
artículo 86 del citado reglamento dispone que –al igual que los amparos
en revisión– los amparos directos en revisión de la competencia
originaria del Pleno, que sean en materia administrativa, se turnarán a
los Ministros de ambas Salas, de manera que si el recurso que nos
ocupa se turnó a un Ministro adscrito a esta Primera Sala y no existe
solicitud de diverso Ministro para que lo resuelva el Pleno, entonces en
términos de lo dispuesto en el Punto Tercero del Acuerdo Plenario
5/2013, esta Sala debe avocarse al mismo.

SEGUNDO. Oportunidad. Por tratarse de un presupuesto


procesal cuyo análisis debe hacerse de oficio, es necesario corroborar
si la interposición del recurso de revisión se hizo de forma oportuna.

Esta Primera Sala, advierte que el recurso de revisión fue


interpuesto oportunamente, como se muestra a continuación:

 La sentencia recurrida fue notificada personalmente a la parte


quejosa10, el uno de agosto de dos mil dieciocho11, por lo que
surtió sus efectos al día hábil siguiente, esto es, el dos de ese
mismo mes y año.

10 Por conducto de su autorizado Rodrigo Iván Valenzuela Cruz, según consta en el escrito inicial
por el que se formuló demanda de amparo por la parte quejosa.
11 Cuaderno del juicio de amparo **********. Foja 134.

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 Así, el plazo de diez días para la interposición del recurso de


revisión, previsto en el artículo 8612 de la Ley de Amparo,
transcurrió del tres al dieciséis de agosto de dos mil
dieciocho13.

 Por tanto, si el recurso de revisión se interpuso el día dieciséis


de agosto de dos mil dieciocho, puede concluirse que el mismo
resulta oportuno.

De igual manera, se advierte que el recurso de revisión adhesiva


se presentó en tiempo, como se razona a continuación:

 El acuerdo de admisión del recurso de revisión fue notificado por


oficio en el domicilio de la autoridad tercero interesada el tres de
octubre de dos mil dieciocho14, por lo que surtió sus efectos
desde ese momento, en términos de lo que establece el artículo
31, fracción I15, de la Ley de Amparo.

 Así, el plazo de cinco días para la interposición del recurso de


revisión, previsto en el artículo 8216 de la Ley de Amparo,
transcurrió del cuatro al diez de octubre de dos mil
dieciocho17.

12 “Artículo 86. El recurso de revisión se interpondrá en el plazo de diez días por conducto del
órgano jurisdiccional que haya dictado la resolución recurrida […]”.
13 Debiéndose descontar de dicho cómputo los días cuatro, cinco, once y doce de agosto de dos mil

dieciocho, por corresponder a sábados y domingos, considerados como inhábiles en términos de


los artículos 19 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
14 Cuaderno del recurso de revisión 5597/2018. Fojas 39 y 40.
15 “Artículo 31. Las notificaciones surtirán sus efectos conforme a las siguientes reglas:

I. Las que correspondan a las autoridades responsables y a las autoridades que tengan el carácter
de terceros interesados, desde el momento en que hayan quedado legalmente hechas;…”.
16 “Artículo 82. La parte que obtuvo resolución favorable en el juicio de amparo puede adherirse a

la revisión interpuesta por otra de las partes dentro del plazo de cinco días, contados a partir del día
siguiente a aquél en que surta efectos la notificación de la admisión del recurso, expresando los
agravios correspondientes; la adhesión al recurso sigue la suerte procesal de éste”.
17 Debiéndose descontar de dicho cómputo los días seis y siete de octubre de dos mil dieciocho, por

corresponder a sábados y domingos, considerados como inhábiles en términos de los artículos 19


de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

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 Por tanto, si el recurso de revisión se interpuso el día diez de


octubre de dos mil dieciocho18, es de concluirse que el mismo
resulta oportuno.

TERCERO. Legitimación. El recurso de revisión principal se


interpuso por **********, quien en autos tiene reconocida su
personalidad como representante legal de la quejosa, empresa que
obtuvo una resolución desfavorable en el juicio de amparo, razón por la
que se le reconoce legitimación para interponer el referido medio de
impugnación.

En cuanto a la revisión adhesiva interpuesta, se reconoce a la


Directora General de lo Contencioso, legitimación para actuar en
representación de la Dirección General de Seguridad Privada de la
Comisión Nacional de Seguridad de la Secretaría de Gobernación, en
términos de lo señalado en los artículos 63, último párrafo y 65,
fracciones I y VI del Reglamento Interior de la Secretaría de
Gobernación, así como legitimación a dicha autoridad para interponer
recurso de revisión adhesiva, en términos del artículo 82 de la Ley de
Amparo, toda vez que dicha parte, en su carácter de tercera interesada,
obtuvo una resolución favorable en el juicio de amparo.

CUARTO. Aspectos relevantes del caso. En este apartado se


realizará una síntesis de los antecedentes del acto reclamado; de los
conceptos de violación en materia de constitucionalidad de leyes
formulados en la demanda de amparo; de la sentencia de amparo y de
los agravios formulados en la revisión.

18 En la Oficina de Certificación Judicial y Correspondencia de esta Suprema Corte de Justicia de


la Nación.

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4.1.- Antecedentes del acto reclamado19.

4.1.1.- Autorización inicial. El trece de octubre de dos mil


quince, la Dirección General de Seguridad, otorgó permiso para prestar
servicios de seguridad privada a la empresa quejosa, con vigencia al
veintiuno de octubre de dos mil dieciséis.

4.1.2.- Solicitud de revalidación extemporánea. Por escrito


ingresado el diecinueve de septiembre de dos mil dieciséis, la quejosa
solicitó la revalidación de la autorización para seguir prestando
servicios de seguridad privada.

4.1.3.- Procedimiento administrativo de sanción. El ocho de


noviembre de dos mil dieciséis, la empresa quejosa fue notificada del
Oficio **********, de fecha veintiuno de octubre de dos mil dieciséis, con
el cual se dio inicio al procedimiento sancionador en su contra.

El veinticinco de noviembre de dos mil dieciséis, el Director


General de Seguridad Privada de la Secretaría de Gobernación dictó
resolución en el expediente **********; en la que determinó que como
resultado del incumplimiento a los artículos 19 de la Ley Federal de
Seguridad y 9, del Reglamento de la Ley Federal de Seguridad Privada,
procedía imponer a Constructora DHAP, Sociedad Anónima de Capital
Variable, la sanción prevista en el artículo 42, fracción III, inciso c),
de la citada Ley, consistente en la suspensión de los efectos del
permiso para prestar servicios de seguridad privada expedido por la
Dirección General de Seguridad Privada con número de registro
DGSP08/1089, por el término de un mes.20

19 Se obtienen de los autos que obran en el Cuaderno del Juicio de Nulidad **********.
20 Resolución que consta en fojas 38 a 43 del Cuaderno del Juicio de Nulidad **********.

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4.1.4.- Juicio de nulidad. Inconforme con lo anterior, la sociedad


sancionada interpuso juicio de nulidad y expuso sus respectivos
agravios.

Dicho medio de impugnación, fue tramitado con el número de


********** por la Sala Especializada en Juicios en Línea del Tribunal
Federal de Justicia Administrativa, la cual en sentencia dictada el
veintiséis de mayo de dos mil diecisiete, resolvió que la parte actora no
había probado los extremos de su pretensión, por lo que procedía
reconocer la validez de la resolución impugnada.

4.1.5.- Juicio de amparo directo. En contra de la resolución


anterior, la parte actora promovió juicio de amparo directo, del cual tocó
conocer por cuestión de turno al Décimo Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, órgano jurisdiccional que, en
sentencia dictada el veintinueve de junio de dos mil dieciocho, resolvió
lo siguiente:

“ÚNICO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a


CONSTRUCTORA DHAP, sociedad anónima de capital
variable, en contra de la sentencia de veintiséis de mayo
de dos mil diecisiete, emitida por la Sala Especializada en
Juicios en Línea del Tribunal Federal de Justicia
Administrativa, en los autos del juicio de nulidad **********,
de conformidad con los lineamientos establecidos en la
presente ejecutoria.”

4.2.- Conceptos de violación. En el juicio de amparo relatado,


la parte quejosa hizo valer, en síntesis, los siguientes conceptos de
violación:

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Primer concepto de violación.

 El acto reclamado es contrario a lo previsto en el párrafo primero del artículo


22 constitucional, en lo referente al principio de proporcionalidad de las
penas, aplicable a la materia administrativa; toda vez que el inciso c) de la
fracción III del artículo 48 de la Ley Federal de Seguridad Privada, que usó
la autoridad administrativa para dictar el acto administrativo impugnado,
materia del acto reclamado, resulta ser inconstitucional, con lo que se
contravinieron también las jurisprudencias número 1a./J. 3/2012 (9a.) de
rubro: ‘PENAS. PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD CONTENIDO EN
EL ARTÍCULO 22 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS’, número 1a./J. 114/2010 de rubro: ‘PENAS Y
SISTEMA PARA SU APLICACIÓN. CORRESPONDE AL PODER
LEGISLATIVO JUSTIFICAR EN TODOS LOS CASOS Y EN FORMA
EXPRESA LAS RAZONES DE SU ESTABLECIMIENTO EN LA LEY’ y
número P./J. 102/2008 de rubro: ‘LEYES PENALES. AL EXAMINAR SU
CONSTITUCIONALIDAD DEBEN ANALIZARSE LOS PRINCIPIOS DE
PROPORCIONALIDAD Y RAZONABILIDAD JURÍDICA’, aplicables por
analogía, en términos de la jurisprudencia número VIII.2o. J/26 de rubro:
‘ANALOGÍA, PROCEDE LA APLICACIÓN POR, DE LA JURISPRUDENCIA
DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN’.

 También señaló que el artículo 42, fracción III, inciso c), de la Ley Federal
de Seguridad Privada, era inconstitucional a la luz del principio de
proporcionalidad de las sanciones. Para evidenciar esto, la sociedad
quejosa estimó que el estudio de la sanción en materia administrativa,
contenida en el inciso c) de la fracción III del artículo 48 de la Ley
Federal de Seguridad Privada, debía tomar en cuenta si el legislador
había diseñado la sanción o la punibilidad de las infracciones
administrativas de manera coherente, tomando en consideración un
orden o escala que garantizará que las personas que sean sancionadas
por infracciones administrativas similares, recibieran sanciones de
gravedad comparable, y que las personas sancionadas por infracciones de
distinta gravedad sufran sanciones acordes con la propia graduación del
marco legal.

 En este sentido, refirió que entre los bienes jurídicamente protegidos en la


Ley Federal de Seguridad Privada, se encontraba el contenido en el artículo
1° constitucional. A partir de ello, señaló, era evidente la total
desproporción entre las conductas a las que se refiere el inciso a) de
la fracción III del artículo 42 de la mencionada Ley Federal de Seguridad
Privada, con las contenidas en el inciso c) de la misma fracción; ya que
de las mencionadas en el inciso a) se desprende claramente que atentaban
contra de los bienes jurídicamente tutelados en el artículo 1º de la Ley
Federal de Seguridad Privada, a saber: la observancia de los principios de
integridad y dignidad; la protección y trato correcto a las personas; el evitar
en todo momento arbitrariedades y violencia, y; actuar en congruencia y
proporcionalidad en la utilización de sus facultades y medios disponibles.
Por otro lado, el incumplimiento al que se refiere el inciso c), se trataba
únicamente de la presentación fuera de tiempo la solicitud de
revalidación de autorización, la cual de ningún modo atentaba contra los
bienes jurídicos y principios contenidos en el mencionado artículo 1º de la
Ley Federal de Seguridad Privada y su gravedad es a todas luces inferior a
la de los casos y supuestos anteriormente citados.

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 Particularmente, la parte quejosa hizo referencia a que el artículo era


desproporcional debido a que se imponía la misma sanción para el caso de
no presentar oportunamente la solicitud de revalidación de la autorización
para prestar servicios de seguridad privada, que ante el incumplimiento de
alguna de las fracciones III, V, VI, VII, IX, XIII, XIV, XVI, XVIII, XIX, XXIII,
XXIV, XXV, XXVII, XXVIII, XXX, XXXI y XXXII del artículo 32 de la
mencionada Ley Federal de Seguridad Privada; mismas que resultaban ser
mucho más graves que el simple retraso en la presentación de la
solicitud de revalidación, la cual se reduce a un requisito
administrativo de naturaleza procesal.

 Por otro lado, la sociedad quejosa manifestó que la sanción asociada al el


inciso c) de la fracción III del artículo 42 de la Ley Federal de Seguridad
Privada resultaba violatoria del artículo 22 de la Carta Magna por ser ésta
desproporcional y excesiva. Al respecto, señaló que el poder legislativo,
aun cuando goza de un amplio grado de libertad en la configuración de
las infracciones administrativas y de las sanciones correspondientes,
se encuentra obligado, en todos los casos, a justificar de manera expresa,
las razones por las cuales se establecen determinadas sanciones para
ciertas conductas que se estiman infracciones administrativas, atendiendo
a la proporcionalidad que debe guardarse entre la infracción y la sanción.

 Asimismo, la quejosa refirió que en el inciso a) de la fracción III del artículo


42 de la Ley Federal de Seguridad Privada, el legislador incluyó una gama
de conductas que estatuyó como sancionables, la cual se motivó en la
necesidad de abatir conductas infractoras, con las cuales los prestadores
de servicios de seguridad privada podrían lesionar los bienes jurídicamente
protegidos por el artículo 1º de la Ley Federal de Seguridad Privada.

 De manera que, en el caso, la norma establecía un parámetro de punición


consistente en sanción de suspensión de los efectos de la autorización de
uno a seis meses, pero que dicha fracción también había previsto la misma
sanción para la simple presentación inoportuna de la solicitud de
revalidación de autorización, lo cual es un simple requisito administrativo
que tiene como finalidad que la autoridad administrativa goce de ‘treinta días
hábiles de anticipación a la extinción de la vigencia de la autorización’ para
valorar la documentación exhibida por el prestador de servicios de seguridad
privada; pero que en nada afecta a los bienes jurídicamente protegidos por
el artículo 1° de la Ley Federal de Seguridad Privada, lo que redunda en la
patente desproporción de la sanción prevista en la norma tachada de
inconstitucional.

Segundo concepto de violación.

 En este concepto de violación, la quejosa señaló que el acto reclamado era


contrario a los derechos humanos de seguridad jurídica, legalidad y acceso
al recurso judicial efectivo. Ello, en cuanto a que había hecho valer la
incompetencia de la autoridad administrativa que dictó el acto materia de la
sentencia que constituye el acto reclamado; sin embargo, la Sala
responsable, a pesar de que se encontraba obligada a realizar el estudio de
oficio de la competencia de la demandada, fue omisa en atender a ello.

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 Sobre este punto, abundó en que resultaba evidente la incertidumbre que


generaba la fundamentación de la competencia de la Dirección General de
Seguridad Privada; misma que había citado numerales que presentaban
una evidente antinomia, razón por la que la insuficiente fundamentación en
la competencia de la autoridad emisora del acto administrativo resulta ser
patente, y a pesar de ello, fue pasada por alto por la Sala responsable al
omitir el estudio de oficio de la competencia de la demandada.

Tercer concepto de violación.

 La quejosa manifestó que el acto reclamado era contrario al derecho


humano de seguridad jurídica, toda vez que se apoyó en la incertidumbre
generada por el artículo 72 de la Ley Federal de Procedimiento
Administrativo, en el cual no se establece el momento en que debe iniciar el
procedimiento administrativo sancionador. Refirió que fue incorrecta la
interpretación de la Sala responsable, en relación a que la autoridad
demandada no estaba obligada a iniciar el procedimiento administrativo
sancionador al día siguiente a aquél en que la actora presentó su solicitud
de revocación, pues no existía en las leyes aplicables para la solicitud de
renovación de la autorización para prestar servicios de seguridad privada ni
en la Ley Federal de Procedimiento Administrativo, plazo legal alguno para
que se inicie el procedimiento administrativo sancionador. Señaló que la
interpretación del artículo 72 de la Ley Federal de Procedimiento
Administrativo que realizó la autoridad responsable, resulta ser contraria a
lo establecido en los artículos 1º y 16 constitucionales, toda vez que se
dejaba en estado de incertidumbre a los gobernados, respecto del momento
en el cual debe iniciar el procedimiento administrativo sancionado.

4.3.- Consideraciones del Tribunal Colegiado. El órgano


colegiado sustentó la negativa de amparo, en lo que aquí interesa, en
las consideraciones siguientes:

Constitucionalidad del artículo 42, fracción III, inciso c) de la Ley


Federal de Seguridad Privada.

 Luego de considerar procedente el estudio de constitucionalidad planteado,


señaló que del artículo 42 de la Ley Federal de Seguridad Privada, no violaba
el principio de proporcionalidad de las penas previsto en el artículo 22 de la
Carta Magna, ya que la observancia a dicho principio no radicaba
simplemente en que se cumpliera o no la obligación de que se presentara en
tiempo la solicitud de revalidación de la autorización para que no se
suspendan los efectos de la autorización para prestar servicios de seguridad
privada, sino que el legislador, al instituirlo, atendió a que la sanción referida
debía atender al bien jurídico protegido por la norma, consistente en la
necesidad social de regular la prestación de servicios de seguridad privada
en la que se respeten los principios de integridad y dignidad; protección y
trato correcto a las personas, evitando en todo momento arbitrariedades y
violencia, a fin de fortalecer la seguridad pública bajo un esquema de
coordinación entre la Secretaría de Seguridad Pública y el prestador de
servicios como medio para lograr la seguridad de la sociedad.

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 Para determinar la proporcionalidad de la sanción, estimó necesario analizar


si el legislador atendió al momento de establecerla, al bien jurídico protegido
por la norma, no así si dicha sanción aplicaba para otros supuestos
contenidos en otra porción del artículo tildado de inconstitucional, que para
la quejosa resultan ser conductas más graves que la que éste cometió.
Consideración que fundó en la tesis aislada 2a. CXVII/2015 (10a.), de rubro:
“MULTAS FISCALES. EL ARTÍCULO 76, PÁRRAFO PRIMERO, FRACCIÓN
II, DEL CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN VIGENTE HASTA EL 28 DE
JUNIO DE 2006 QUE PREVÉ LOS SUPUESTOS EN LOS QUE SE
APLICARÁN, NO VIOLA EL PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD DE LAS
PENAS”.

 A partir de lo dispuesto en los artículos 1° y 15 de la Ley Federal de


Seguridad Privada, identificó que el bien jurídico tutelado por el
ordenamiento legal era la protección, custodia, salvaguarda, defensa de la
vida y de la integridad corporal de las personas que contratan sus servicios,
así como de sus bienes, su información, su traslado, entre otros, con el fin
de fortalecer la seguridad pública bajo un esquema de coordinación entre la
Secretaría de Seguridad Pública y el prestador de servicios como medio para
lograr la seguridad la sociedad.

 De manera que, consideró que la autorización para prestar dichos servicios


tenía como finalidad el que las empresas encargadas de prestar el servicio
de seguridad privada, no actuaran de manera arbitraria, sino de manera
regulada. Por lo que, el incumplimiento de uno de los requisitos establecidos
por la ley, como lo es la presentación en tiempo de la solicitud de revalidación
de la autorización para prestar esos servicios de protección privada, era
considerado de igual proporción que los demás supuestos señalados en los
incisos a) y b) del artículo 42, fracción III, inciso c), de la Ley Federal de
Seguridad Privada, pues, a su juicio, es de interés de toda la sociedad que
las empresas como la moral quejosa, cumplan con todos esos requisitos a
fin de garantizar la seguridad pública bajo un esquema de coordinación entre
el Estado y el prestador de servicios.

 Lo anterior, señaló, máxime que el artículo tildado de inconstitucional,


establece una sanción dentro de un parámetro mínimo y máximo, lo cual
permite que la autoridad administrativa pueda imponer las sanciones
derivadas de la no presentación en tiempo de la solicitud de revalidación de
autorización, atendiendo a la gravedad de la conducta infractora del
gobernado, ya que pueden imponerse sanciones más elevadas en los casos
en que el bien jurídico tutelado sea de mayor eminencia (hasta seis meses)
y de menor temporalidad cuando el bien jurídico tutelado sea de menor
trascendencia (un mes), puesto que la suspensión de los efectos de la
autorización puede ser de uno a seis meses.

4.4.- Agravios formulados por la recurrente en su escrito de


revisión. La parte quejosa, en su recurso de revisión, formuló en su
único agravio, esencialmente los argumentos siguientes:

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-El estudio del planteamiento de inconstitucionalidad del inciso c)


del artículo 42 de la Ley Federal de Seguridad Privada, es
contradictorio o incongruente con el resto de la sentencia,
además de ser apagógico:

 A juicio de la recurrente, la sentencia combatida carece de


congruencia interna, pues, mientras que en fojas 91 y 92 se aduce
que el principio de proporcionalidad que prescribe el artículo 22 de la
Constitución "se transgrede o infringe cuando la obra legislativa
dispone, de forma marcadamente desigual, distintas penalidades para
dos conductas que son igualmente reprochables, o cuando se
establecen las mismas penalidades para dos conductas distintamente
reprochables"; resulta que en las fojas 96 y 97 de la misma sentencia,
el Tribunal Colegiado aduce que "debe analizarse si el legislador
atendió al momento de establecerla, al bien jurídico protegido por la
norma, no así si dicha sanción aplica para otros supuestos contenidos
en otra porción del artículo tildado de inconstitucional, que para la
quejosa resultan ser conductas más graves que la que éste cometió".

 Máxime que ello fue expresamente planteado por la quejosa a partir


de la foja 8 de su demanda de amparo; apartado en el que la quejosa
planteó el estudio en relación a la falta de proporcionalidad entre la
sanción a aplicar entre la infracción a la que se refiere el inciso c) de
la fracción III del artículo 42 de la ley Federal de Seguridad Privada
(la cual hace referencia a un simple trámite administrativo), en
contraste con los casos previstos en el inciso a) de dicha fracción, los
cuales a toda luces contravienen los bienes jurídicamente protegidos
por el artículo 1o de la ley Federal de Seguridad Privada; por lo que
no existe proporcionalidad entre ambos incisos. Resultando, a juicio
de la quejosa y recurrente, insostenible que a los dos se les aplique
la misma sanción, siendo patente la inconstitucionalidad del
mencionado inciso c) de la fracción III del artículo 42 de la ley Federal
de Seguridad Privada.

 De ahí que el Tribunal Colegiado incumpliere con su deber de


contrastar que la gravedad de los supuestos contenidos en el inciso
a) de la fracción III del artículo 42 de lo Ley Federal de Seguridad
Privada era completamente diferente a la gravedad de la infracción a
la que se refiere el inciso c) de la fracción III del artículo 42 de la Ley
Federal de Seguridad Privada.

Con ello, a juicio de la recurrente, se violó el principio de congruencia


de la sentencias, en lo que se refiere a la congruencia interna o
requisito de no contradicción entre sus premisas. Sobre este punto
cita los criterios de Tribunales Colegiados IV.2o.T. J/44, de rubro:
“CONGRUENCIA Y EXHAUSTIVIDAD, PRINCIPIOS DE. SUS
DIFERENCIAS Y CASO EN QUE EL LAUDO INCUMPLE EL
SEGUNDO DE ELLOS.”; y XXl.2o. 12 K, de rubro: “SENTENCIA.
CONGRUENCIA INTERNA Y EXTERNA”.

14
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

 Por otro lado, la recurrente refiere que la consideración de la


sentencia de amparo visible a foja 102, contiene un argumento
apagógico o de reductio ad absurdum; pues por medio del argumento
ahí contendió el Tribunal Colegiado eludió el estudio de
constitucionalidad planteado.

 Ello, en cuanto desplazó la responsabilidad del legislador, consistente


en diseñar “la penalidad o punibilidad de las infracciones
administrativas de manera coherente tomando en consideración un
orden o escala que garantice que las personas sean sancionadas por
infracciones similares, reciban sanciones de gravedad comparable, y
que las personas sancionadas por infracciones de distinta gravedad
sufran (sanciones) acordes con la propia graduación del marco
legal”21, transfiriendo la responsabilidad a la autoridad administrativa,
para que, a falta de parámetros implementados dentro del marco
constitucional, a su muy particular criterio, imponga las sanciones que
le parezcan, pero pasando por alto la falta de proporcionalidad entre
las sanciones para una conducta grave y para una conducta de baja
o leve gravedad; redundando ello en un resultado impráctico o falto
de sentido.

 Por último, señala que si bien es cierto que existe un pronunciamiento


del Tribunal Colegiado respecto de la constitucionalidad del inciso c)
de la fracción III del artículo 42 de lo Ley Federal de Seguridad
Privada; también es cierto que jamás realizó el análisis comparativo
entre los supuestos contenidos en los incisos a) y c) de la fracción III
del artículo 42 de lo Ley Federal de Seguridad Privada, a la luz del
principio de proporcionalidad al que se refiere el artículo 22
constitucional, para determinar si se trataban de infracciones de la
misma gravedad y por ello debía ser reprochadas con la misma
sanción, o, si en cambio, se trataba de infracciones de gravedad
diferente cuya sanción debía estar diferenciada en la ley aplicable,
bajo la premisa consistente en que dicho principio era contrariado
cuando de forma marcadamente desigual se asocian distintas
penalidades para dos conductas que son igualmente reprochables, o
cuando se establecen las mismas penalidades para dos conductas
distintamente reprochables.

 Lo anterior, de conformidad con los criterios que señala la


recurrente que citó en su demanda de amparo, a saber, las tesis: 1a.
CCCXI/2014 (10a.), de rubro "PROPORCIONALIDAD DE LAS
PENAS Y PROPORCIONALIDAD EN MATERIA DE DERECHOS
FUNDAMENTALES. LA PRIMERA ESTÁ RELACIONADA CON LA
PENALIDAD EN ABSTRACTO, MIENTRAS QUE LA SEGUNDA
PUEDE VINCULARSE CON LA INDIVIDUALIZACIÓN EN EL CASO

21Lo que obtiene de la cita de la tesis 1a. CCCXl/2014 (10a.), de rubro: “PROPORCIONALIDAD DE
LAS PENAS Y PROPORCIONALIDAD EN MATERIA DE DERECHOS FUNDAMENTALES. LA
PRIMERA ESTÁ RELACIONADA CON LA PENALIDAD EN ABSTRACTO, MIENTRAS QUE LA
SEGUNDA PUEDE VINCULARSE CON LA INDIVIDUALIZACIÓN EN EL CASO CONCRETO.
PROPORCIONALIDAD DE LAS PENAS Y PROPORCIONALIDAD EN MATERIA DE DERECHOS
FUNDAMENTALES. LA PRIMERA ESTÁ RELACIONADA CON LA PENALIDAD EN ABSTRACTO,
MIENTRAS QUE LA SEGUNDA PUEDE VINCULARSE CON LA INDIVIDUALIZACIÓN EN EL
CASO CONCRETO”.

15
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

CONCRETO” y 1a./J. 10/2017 (10a.), de rubro "ROBO AGRAVADO.


LOS ARTÍCULOS 224 Y 225 DEL CÓDIGO PENAL PARA EL
DISTRITO FEDERAL NO CONTRAVIENEN EL PRINCIPIO DE
EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL"; así como la ejecutoria
del Amparo Directo en Revisión 4433/2015.

 De manera que, al no haberlo realizado así, el Tribunal Colegiado, la


recurrente estima que materialmente no existió pronunciamiento
sobre el planteamiento de inconstitucionalidad expuesto en su primer
concepto de violación de la demanda de amparo.

4.5.- Agravios formulados por la recurrente adhesiva en su


escrito de revisión. La recurrente adhesiva formuló, esencialmente,
los argumentos siguientes:

 El incumplimiento de la hoy recurrente fue por no presentar en tiempo


su solicitud de revalidación para prestar servicios de seguridad
privada, la cual si bien se encuentra complementada con el texto del
artículo 19 de la misma ley, no vulnera los principios de tipicidad,
taxatividad, reserva de la ley e indubio pro reo, pues de conformidad
con el criterio 2a. CXXVI/2016 (10a.), de rubro: "TIPICIDAD. LAS
NORMAS DE REMISIÓN NO VULNERAN DICHO PRINCIPIO,
CUANDO EL SUPUESTO DE INFRACCIÓN QUE CONTIENEN SE
COMPLEMENTA CON LO PREVISTO POR EL PROPIO
ORDENAMIENTO O POR SUS DISPOSICIONES
REGLAMENTARIAS"; no se vulneran dichos principios siempre que
la conducta que se reproche se desprenda de la legislación o de sus
disposiciones reglamentarias, y permita al gobernado su
previsibilidad, lo cual se actualiza en el caso concreto.

 Fue el propio legislador federal el que estableció como infracción el


incumplimiento de la obligación de acatar las disposiciones legales
contenidas en la mis ley, sin que ello transgreda el principio de reserva
de la ley.

 El artículo 42, fracción III, inciso c), de la Ley Federal de Seguridad


Privada, permite que la sanción sea proporcional con la infracción
cometida, porque el bien jurídico tutelado por el orden miento legal es
la protección, custodia, salvaguarda, defensa de la vida y de
integridad corporal de las personas que contratan sus servicios, así
como de sus bienes, su información, su traslado, entre otros, con el
fin de fortalecer la seguridad pública bajo un esquema de coordinación
entre la Secretaría de Seguridad Pública y el prestador de servicios
como medio para lograr la seguridad de la sociedad.

Por tanto, la autorización para prestar dichos servicio es para que las
empresas que lo presten, no actúen de manera arbitraria, sino de
manera regulada.

16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

 El artículo tildado de inconstitucional, establece una sanción dentro


de un parámetro mínimo y máximo, lo cual permite que la autoridad
administrativa puede imponer las sanciones derivadas de la no
presentación en tiempo de la solicitud de revalidación de autorización,
atendiendo a la gravedad de la conducta infractora del gobernado, ya
que pueden imponerse sanciones más elevadas en los casos en que
el bien jurídico tutelado sea de mayor eminencia (hasta seis meses) y
de menor temporalidad cuando el bien jurídico tutelado sea de menor
trascendencia (un mes), puesto que la suspensión de los efectos de
la autorización puede ser de uno a seis meses; de ahí que no se
considere desproporcional, y por tanto, inconstitucional el artículo en
análisis.

 Al ser un acto formal y materialmente legislativo el que contiene el


núcleo esencial de la conducta infractora y encontrarse delimitada, se
tiene la certeza sobre la conducta que puede constituir una infracción
administrativa, lo cual impide que pueda generarse un acto arbitrario
por parte de la autoridad sancionadora al no ser quien determina el
incumplimiento de la obligación prevista.

 En este sentido, el artículo 42, fracción III, inciso c) de la Ley Federal


de Seguridad Privada, no transgrede el principio de taxatividad, toda
vez que su redacción es clara y precisa a fin de que la persona
destinataria pueda anticipar con certeza la conducta prohibida y
distinguirla de la que está permitida, lo cual es indispensable para que
se tenga por respetado el citado principio, así como el de exacta
aplicación de la ley.

 Al respecto, señala que la prestación de servicios de seguridad


privada, tiene la función principal de auxiliar a la seguridad pública
como lo establece el artículo 151 de la Ley General del Sistema
Nacional de Seguridad Pública, la cual es de orden público e interés
social en términos de lo descrito por el numeral 1 de la Ley Federal
de Seguridad Privada.

 Por último, refiere que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha


determinado que no es violatorio del principio de tipicidad, que se
establezcan sanciones por el incumplimiento de obligaciones
contenidas en una pluralidad de normas, ya que las obligaciones cuyo
incumplimiento actualiza una sanción, se pueden derivar mediante un
análisis sistemático y armónico de los demás ordenamientos.

Lo cual se corrobora de los criterios de rubros: 1a./J. 126/2004


“SANCIONES ADMINISTRATIVAS. LAS NORMAS QUE LAS
ESTABLECEN NO VULNERAN LOS PRINCIPIOS DE LEGALIDAD Y
SEGURIDAD JURÍDICA, CUANDO EN DISTINTOS PRECEPTOS
LEGALES SE ENCUENTREN DEFINIDOS”; y 1a. LXXXI/2009
“AGUAS NACIONALES EL ARTÍCULO 119, FRACCIÓN XV, DE LA
LEY RELATIVA NO VIOLA EL PRINCIPIO DE TIPICIDAD”.

17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

QUINTO. Procedencia. De conformidad con lo dispuesto por los


artículos 107, fracción IX de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; 81, fracción II de la Ley de Amparo; 21, fracción III,
inciso a) de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, para
la procedencia del recurso de revisión interpuesto en contra de
resoluciones que en materia de amparo directo pronuncien los
Tribunales Colegiados, es necesario en primer lugar, que las mismas
decidan sobre la inconstitucionalidad de una norma general o
establezcan la interpretación directa de un precepto de la Constitución
Federal o de los derechos humanos establecidos en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, o bien, que
en dichas sentencias se omita el estudio de las cuestiones
mencionadas cuando se hubieren planteado en la demanda de
garantías, previa presentación oportuna del recurso; y en segundo
lugar, que el problema de constitucionalidad entrañe la fijación de un
criterio de importancia y trascendencia, a juicio de la Sala respectiva,
en cumplimiento de acuerdos generales del pleno.

En ese sentido, el Acuerdo General Plenario 9/201522, publicado


en el Diario Oficial de la Federación el doce de junio de dos mil quince,
establece que para que un recurso de revisión en amparo directo sea
procedente, deben reunirse los siguientes requisitos:

22 “ACUERDO:
(…)
TERCERO. En el trámite de los amparos directos en revisión, el Presidente de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación verificará que se cumplan los siguientes requisitos de procedencia:
I. Que el recurso sea interpuesto oportunamente y por parte legitimada;
II. Que en la sentencia recurrida el Tribunal Colegiado haya realizado un pronunciamiento sobre la
constitucionalidad de alguna norma general o la interpretación directa de algún precepto
constitucional o de un derecho humano establecido en los tratados internacionales de los que el
Estado Mexicano sea parte, o que en la demanda se hicieron planteamientos de esa naturaleza,
aun cuando el Tribunal Colegiado de Circuito haya omitido el estudio de tales cuestiones, y
III. Que se surtan los requisitos de importancia y trascendencia.
Para efectos de la fracción II de este punto, se considerará omisión en el estudio de las cuestiones
constitucionales, la que derive de la calificativa de inoperancia, insuficiencia o ineficacia efectuada
por el Tribunal Colegiado de Circuito de los conceptos de violación”.

18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

1.- Que en la sentencia recurrida se decida sobre la constitucionalidad o


inconstitucionalidad de una norma general, o se establezca la interpretación
directa de un precepto constitucional o de los derechos humanos
establecidos en los tratados internacionales en los que el Estado Mexicano
sea parte, o bien si en dicha sentencia, se omita el estudio de las cuestiones
de constitucionalidad planteadas en la demanda de amparo; y

2.- Que el problema de constitucionalidad referido entrañe la fijación de un


criterio de importancia y trascendencia a juicio del Pleno o de la Sala
respectiva de la Suprema Corte.

En el entendido de que la resolución dictada en un amparo directo


en revisión, permitirá la fijación de un criterio de importancia y
trascendencia, sólo cuando:

a).- La cuestión de constitucionalidad planteada, dé lugar a un pronunciamiento


novedoso o de relevancia, para el orden jurídico nacional; o,

b.- Lo decidido en la sentencia recurrida pueda implicar el desconocimiento de


un criterio sostenido por este Alto Tribunal, relacionado con alguna cuestión
propiamente constitucional, por haberse resuelto en contra de dicho criterio
o se hubiere omitido su aplicación.

En ese sentido, para que en un caso concreto resulte procedente


el recurso de revisión en amparo directo, es necesario:

a).- Que en la sentencia de amparo exista un pronunciamiento sobre la


constitucionalidad de una ley o la interpretación directa de un precepto de la
Constitución Federal o de los derechos humanos establecidos en los
tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte, o bien,
que en dicha sentencia se haya omitido el estudio de las cuestiones
mencionadas, cuando se hubieren planteado en la demanda de amparo; y,

b).- Que el tema de constitucionalidad planteado reúna el requisito de


importancia y trascendencia, conforme al Acuerdo en mención.

Aplicadas las disposiciones anteriores al caso concreto, se tiene


que es posible concluir que sí se cumplen los requisitos de procedencia
relativos al recurso de revisión en amparo directo, como se desprende
de las consideraciones específicas siguientes:

19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

5.1.- Cuestión de constitucionalidad. A juicio de esta Primera


Sala se actualiza el primer requisito de procedencia, toda vez que en la
demanda de amparo, la empresa quejosa planteó la
inconstitucionalidad del artículo 42, fracción III, inciso c), de la Ley
Federal de Seguridad Privada, cuestión que fue analizada por el
Tribunal Colegiado que conoció del asunto y cuyas consideraciones
que derivaron en la negativa del amparo, se controvierten en el
presente medio de impugnación.

5.2.- Notas de importancia y trascendencia. El presente asunto


resulta de importancia y trascendencia, toda vez que a la fecha no
existe un pronunciamiento de este Alto Tribunal sobre la
constitucionalidad de la norma general impugnada.

SEXTO. Estudio de fondo de los agravios. El análisis que se


realizará en el presente fallo, de los agravios planteados, se estructura
en los siguientes apartados:

6.1.- Análisis de la norma general impugnada.


6.2.- Calificación de los agravios que se hacen valer en la revisión principal.
6.3.- Calificación de los agravios que se hacen valer en la revisión adhesiva.

6.1.- Análisis de la norma general impugnada. El texto de la


norma general impugnada, es el siguiente:

LEY FEDERAL DE SEGURIDAD PRIVADA

“Artículo 42.- Atendiendo al interés público o por el incumplimiento de


los prestadores de servicios a las obligaciones establecidas en esta Ley
y su Reglamento, se dará origen a la imposición de una o más de las
siguientes sanciones:

I. Amonestación, con difusión pública en la página de Internet de la


Secretaría;

II. Multa de un mil hasta cinco mil veces el salario mínimo general
vigente en la entidad federativa en que se localice la oficina matriz del
prestador de servicios;

20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

III. Suspensión de los efectos de la autorización de uno a seis


meses, en este caso, la suspensión abarcará el ámbito territorial que
tenga autorizado, incluida su oficina matriz, en los siguientes casos:

a) Omitir el cumplimiento de las obligaciones previstas en las fracciones


III, V, VI, VII, IX, XIII, XIV, XVI, XVIII, XIX, XXIII, XXIV, XXV, XXVII,
XXVIII, XXX, XXXI y XXXII del artículo 32 de esta Ley.

b) Abstenerse de cumplir la sanción pecuniaria impuesta.

c) No presentar en tiempo la solicitud de revalidación de autorización.

d) Suspender la prestación del servicio sin dar el aviso a que se refiere


la fracción XXIII del artículo 32 de esta Ley.

La duración de la suspensión temporal no podrá exceder de 30 días


hábiles y, en todo caso, el prestador del servicio o realizador de
actividades deberá subsanar las irregularidades que la originaron, cuya
omisión dará lugar a la continuación de la suspensión por un plazo igual
y a la aplicación de las sanciones que procedan.

La suspensión temporal se aplicará independientemente de las


sanciones a que hayan dado lugar las irregularidades.

IV. Clausura del establecimiento donde el prestador del servicio tenga


su oficina matriz o el domicilio legal que hubiere registrado, así como
de las sucursales que tuviera en el interior de la República, y

V. Revocación de la autorización, en los siguientes casos:

a) Cuando el titular de la autorización, no efectúe el pago de los


derechos correspondientes por la expedición o revalidación;

b) Cuando se exhiba documentación apócrifa, o se proporcionen


informes o datos falsos a la Secretaría a que está obligado derivados
de la autorización;

c) Asignar elementos operativos, para prestar servicios o realizar


actividades de seguridad privada, sin que estos cuenten con la
autorización vigente o en trámite, expedida por la Secretaría;

d) Cuando el titular del permiso, autorización o licencia no subsane las


irregularidades que originaron la suspensión temporal;

e) Transgredir lo previsto en el artículo 26 de esta Ley;

f) Transferir, gravar o enajenar en cualquier forma el permiso,


autorización o licencia expedidos;

g) No subsanar las irregularidades que hubieran ameritado la aplicación


de una sanción;

21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

h) Transgredir lo previsto en las fracciones IV, VIII, X, XI, XXII, XXIX del
artículo 32 de esta Ley;

i) Haberse resuelto por autoridad judicial la comisión de ilícitos en


contra de la persona o bienes del prestatario o de terceros, por parte
de los prestadores del servicio;

j) Negarse el titular de la autorización, a reparar daños causados a


usuarios, o terceros por el prestador del servicio, derivada de resolución
de la autoridad competente;

k) Poner en riesgo la seguridad pública, protección civil o salud de los


habitantes de las entidades federativas donde se de la seguridad
privada;

l) Suspender sin causa justificada, la actividad por un término de


noventa días hábiles;

m) No iniciar la prestación de servicios o realización de actividades sin


causa justificada, en un plazo de treinta días hábiles contados a partir
de la fecha en que se hubiere recibido el permiso o autorización
correspondiente, y

n) Haber obtenido la autorización mediante documentos,


declaraciones, datos falsos o bien con dolo o mala fe.

La Secretaría, en su caso, podrá imponer simultáneamente una o más


de las sanciones administrativas señaladas en las fracciones anteriores
y, en su caso, tendrá interés jurídico para acudir a otras instancias
legales en asuntos relacionados con la prestación del servicio de
seguridad privada, derivado de omisiones o transgresiones a esta Ley.

En todos los casos se dará difusión pública a las sanciones, la cual se


hará a costa del infractor, en el Diario Oficial de la Federación y en uno
de los diarios de mayor circulación nacional, identificando claramente
al infractor, el tipo de sanción, el número de su autorización y el
domicilio de su establecimiento en su caso.

En caso de que el prestador de servicios no dé cumplimiento a las


resoluciones que impongan alguna de las sanciones anteriores, se
procederá a hacer efectiva la fianza a que se refiere la fracción III del
artículo 26 de esta Ley.”

De manera particular se impugna la fracción III del precepto, y se


cuestiona la desproporcionalidad de la sanción contemplada en su
inciso c), con respecto a lo contemplado en otros incisos de la propia
fracción, en especial, con relación a lo previsto en el inciso a), esta
última que hace referencia a violaciones a determinadas obligaciones

22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

previstas en el artículo 32 del propio ordenamiento, mismas que


enseguida se destacan en el texto del citado precepto:

“Artículo 32.- Son obligaciones de los prestadores de servicios:

I. Prestar los servicios de seguridad privada en los términos y


condiciones establecidos en la autorización que les haya sido otorgada
o, en su caso, en su revalidación o modificación;

II. Abstenerse de prestar los servicios de seguridad privada sin contar


con la autorización o revalidación correspondiente;

III. Proporcionar periódicamente capacitación y adiestramiento,


acorde a las modalidades de prestación del servicio, al total de
elementos;

IV. Utilizar únicamente el equipo y armamento registrado ante la


Dirección General;

V. Informar sobre el cambio de domicilio fiscal o legal de la matriz,


así como el de sus sucursales;

VI. Aplicar anualmente exámenes médicos, psicológicos y


toxicológicos al personal operativo en las instituciones
autorizadas, en los términos que establece el reglamento;

VII. Coadyuvar con las autoridades y las instituciones de


seguridad pública en situaciones de urgencia, desastre o en
cualquier otro caso, previa solicitud de la autoridad competente
de la Federación, los Estados, el Distrito Federal y los Municipios;

VIII. Abstenerse de utilizar en su denominación, razón social, papelería,


documentación, vehículos y demás elementos de identificación, colores
o insignias que pudieran causar confusión con los utilizados por los
cuerpos de seguridad pública, las Fuerzas Armadas u otras
autoridades. Queda prohibido el uso de todo tipo de placas metálicas
de identidad;

IX. Abstenerse de realizar funciones que están reservadas a los


cuerpos e instituciones de seguridad pública o a las Fuerzas
Armadas;

X. Evitar en todo momento aplicar, tolerar o permitir actos de tortura,


malos tratos, actos crueles, inhumanos o degradantes, aun cuando se
trate de una orden superior o se argumenten circunstancias especiales,
tales como amenazas a la seguridad pública;

XI. Abstenerse de contratar con conocimiento de causa, personal que


haya formado parte de alguna institución o corporación de seguridad
pública o de las fuerzas armadas, que hubiese sido dado de baja, por
los siguientes motivos:

23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

a). Por falta grave a los principios de actuación previstos en las Leyes;

b). Por poner en peligro a los particulares a causa de imprudencia,


negligencia o abandono del servicio;

c). Por incurrir en faltas de honestidad;

d). Por asistir al servicio en estado de ebriedad o bajo el influjo de


sustancias psicotrópicas, enervantes o estupefacientes y otras que
produzcan efectos similares, por consumir estas sustancias durante el
servicio o en su centro de trabajo o por habérseles comprobado ser
adictos a alguna de tales substancias;

e). Por revelar asuntos secretos o reservados de los que tenga


conocimiento por razón de su empleo;

f). Por presentar documentación falsa o apócrifa;

g). Por obligar a sus subalternos a entregarle dinero u otras dádivas


bajo cualquier concepto, y

h). Por irregularidades en su conducta o haber sido sentenciado por


delito doloso.

XII. Utilizar el término "seguridad" siempre acompañado de la palabra


"privada";

XIII. Los vehículos que utilicen, deberán presentar una cromática


uniforme, atendiendo a las especificaciones que al efecto señale
el Reglamento, además de ostentar en forma visible, en los
vehículos que utilicen, la denominación, logotipo y número de
registro. Bajo ninguna circunstancia podrán llevar elementos que
los confundan con aquellos vehículos utilizados por las
instituciones de seguridad pública o las Fuerzas Armadas;

XIV. Utilizar uniformes y elementos de identificación del personal


operativo que se distingan de los utilizados por las instituciones
de seguridad pública y las Fuerzas Armadas; ajustando el modelo,
colores o insignias de los uniformes que utilicen sus elementos
operativos, a las especificaciones que señale el Reglamento;

XV. El personal operativo de las empresas únicamente utilizará el


uniforme, armamento y equipo en los lugares y horarios de prestación
del servicio;

XVI. Solicitar a la Dirección General, la consulta previa de los


antecedentes policiales y la inscripción del personal operativo en
el Registro Nacional del Personal de Seguridad Pública, así como
la inscripción del equipo y armamento correspondiente,
presentando los documentos que acrediten el pago a que alude la
Ley Federal de Derechos;

24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

XVII. La aplicación de los manuales de operación conforme a la


modalidad o modalidades autorizadas;

XVIII. Comunicar el cambio de domicilio del centro de capacitación


y, en su caso, el de los lugares utilizados para la práctica de tiro
con arma de fuego;

XIX. Informar de cualquier modificación a los estatutos de la


sociedad o de las partes sociales de la misma;

XX. Instruir e inspeccionar que el personal operativo utilice


obligatoriamente la cédula de identificación expedida por la Dirección
General durante el tiempo que se encuentren en servicio;

XXI. Reportar por escrito a la Dirección General, dentro de los tres días
hábiles siguientes, el robo, pérdida o destrucción de documentación
propia de la empresa o de identificación de su personal, anexando
copia de las constancias que acrediten los hechos;

XXII. Mantener en estricta confidencialidad, la información relacionada


con el servicio;

XXIII. Comunicar por escrito a la Dirección General, dentro de los


tres días hábiles siguientes a que ocurra, cualquier suspensión de
actividades y las causas de ésta;

XXIV. Comunicar por escrito a la Dirección General, todo


mandamiento de autoridad que impida la libre disposición de sus
bienes, en los cinco días hábiles siguientes a su notificación;

XXV. Permitir el acceso, dar las facilidades necesarias, así como


proporcionar toda la información requerida por las autoridades
competentes, cuando desarrollen alguna visita de verificación;

XXVI. Asignar a los servicios, al personal que se encuentre


debidamente capacitado en la modalidad requerida;

XXVII. Informar a la autoridad que regule los servicios de


seguridad privada en las entidades federativas correspondientes,
de la obtención de la autorización, revalidación o modificación
federal dentro de los treinta días naturales posteriores a su
recepción;

XXVIII. Implementar los mecanismos que garanticen que el


personal operativo de seguridad privada, cumpla con las
obligaciones que se señalan en el artículo 33 de la presente Ley;

XXIX. Tratándose de prestadores de servicios que operen en la


modalidad prevista en la fracción III del artículo 15 de la presente Ley,
y específicamente para el traslado de valores, se deberán utilizar
vehículos blindados;

25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

XXX. Registrar ante la Dirección General los animales con que


operen y sujetar su utilización a las normas aplicables;

XXXI. Evitar la utilización de medios materiales o técnicos cuando


pudieran causar daño o perjuicios a terceros o poner en peligro a
la sociedad;

XXXI Bis. Tratándose de prestadores de servicios que operen en la


modalidad prevista en la fracción IV del artículo 15, deberán cumplir
con lo previsto en el Título Séptimo de la presente ley, y

XXXII. Tratándose de prestadores de servicios que operen en la


modalidad prevista en la fracción VI del artículo 15 de la presente
Ley, deberán crear y mantener un registro de compradores y
usuarios, el cual deberá contener datos personales del usuario y
la persona o empresa que suministró el equipo.

Dicho registro de compradores y usuarios deberá presentarse


semestralmente ante la Dirección General y se aplicarán las
disposiciones relativas al Registro Nacional de Empresas,
Personal y Equipo de Seguridad Privada contenidas en el Título
Segundo, capítulo III de la presente Ley.”

Ahora bien, tanto la empresa quejosa, como el Tribunal Colegiado


del conocimiento, hacen referencia al artículo 1º de la Ley Federal de
Seguridad Privada, en el sentido de que éste contiene los bienes
jurídicamente tutelados por el ordenamiento, por lo que es pertinente
considerar lo previsto en dicho precepto:

“Artículo 1.- La presente ley tiene por objeto regular la prestación de


servicios de seguridad privada, cuando estos se presten en dos o más
entidades federativas, en las modalidades previstas en esta ley y su
reglamento, así como la infraestructura, equipo e instalaciones
inherentes a las mismas. Sus disposiciones son de orden público e
interés social y de observancia general en todo el territorio nacional.

Los servicios de seguridad privada que se presten sólo dentro del


territorio de una entidad federativa, estarán regulados como lo
establezcan las leyes locales correspondientes.

Los servicios se prestarán tomando en cuenta los principios de


integridad y dignidad; protección y trato correcto a las personas,
evitando en todo momento arbitrariedades y violencia, actuando
en congruencia y proporcionalidad en la utilización de sus
facultades y medios disponibles.”

26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

Al efecto, destaca que en la exposición de motivos de la iniciativa


que precedió la Ley Federal de Seguridad Privada, de fecha nueve de
junio de dos mil cuatro, se destacó la “importancia que tiene el hecho
de que la seguridad privada se encuentre normada adecuadamente
dentro de un marco jurídico que garantice que quienes la presten, lo
hagan con responsabilidad, honradez, profesionalismo y calidad.”

Se indicó ahí también que “estos servicios deben de ser


considerados como complementarios y subordinados respecto de los
de seguridad pública, por lo que es necesario crear un marco jurídico
que establezca una serie de controles y que permita la intervención de
la autoridad respecto a la participación de los particulares.”

En la propia exposición de motivos, se señaló que “los servicios


de seguridad privada han proliferado en los últimos años, sin contar con
una regulación jurídica adecuada que obligue a los prestadores del
servicio a cumplir con estándares mínimos de calidad, seguridad,
capacitación, reclutamiento, entre otros aspectos importantes, lo que
ha generado abusos y actuaciones irregulares”, así como que “tal
situación hace indispensable que las autoridades tengan la capacidad
de ejercer un control efectivo sobre las empresas o corporaciones de
seguridad privada y obligarlos a que cumplan con los requisitos y
condiciones que, por un lado, aseguren un servicio adecuado a los
contratantes y que por otro, no representen un peligro para la sociedad.”

Se concluyó en dicha iniciativa que:

 La importancia del tema y las implicaciones que los


servicios privados de seguridad tienen en la sociedad
amerita que las disposiciones relativas a su supervisión y
regulación se encuentren al nivel de una ley federal.

27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

 Con la Ley, se le otorgará certidumbre jurídica a quienes


reciben el servicio, a quienes lo prestan y a todos aquéllos
que pudieran verse afectados por los actos de estos últimos.

 Definitivamente, es necesaria la intervención de la autoridad


en el control, regulación y supervisión de los particulares
que se dedican a la prestación de servicios privados de
seguridad a nivel federal.

Conviene aclarar que, el texto vigente contenido en la fracción III


del artículo 42 de la Ley Federal de Seguridad Privada, deriva de la
reforma que tuvo la Ley Federal de Seguridad Privada mediante
Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintisiete de
enero de dos mil once, reforma que tuvo por objeto: “dotar de mayor
claridad a la ley que regula la operación de los entes privados en la
prestación de servicios de seguridad.

Se establece que dichos servicios habrán de prestarse tomando


en cuenta los principios de integridad y dignidad, protección y trato
correcto a las personas, evitando arbitrariedades y violencia, actuando
en congruencia y proporcionalidad en la utilización de sus facultades y
medios disponibles.

Se imponen diversas sanciones –como la suspensión temporal o


la revocación del permiso- para las compañías que infrinjan estas
disposiciones. Para ello se reforman los artículos 2, 4, 16, 19, 25, 29,
30, 32, 33, 36 y 42 de la citada legislación.23”

23Reporte de seguimiento de asuntos legislativos. Sistema de Información Legislativa de la


Secretaría de Gobernación.

28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

De manera particular, la correspondiente iniciativa de reforma24,


explicó que la misma buscaba “que los prestadores de este servicio
actúen sobre la base de principios fundamentales para el correcto
funcionamiento de las empresas, y para que la autoridad
correspondiente tenga los elementos necesarios para el control de las
mismas, para que basados en la ley, se puedan otorgar las licencias y
en su caso se emitan las sanciones correspondientes para que las
actividades de protección se proporcionen con eficiencia, integridad y
dignidad; para que el trato y la protección a los usuarios y a la población
en general sea el correcto, evitando arbitrariedades y violencia,
actuando con congruencia y proporcionalidad en sus facultades y
utilizando los medios adecuados para la seguridad.”

Lo anterior, implicó la propuesta para “ampliar las sanciones por


responsabilidades en que puedan incurrir las empresas de seguridad
privada, por lo que se rediseñaron las causales de la suspensión
temporal y se adicionaron otras sanciones como son la cancelación y
la revocación de la autorización”, precisándose que “la presente
iniciativa es más estricta que la Ley vigente, porque aumenta los requisitos
para operar como empresa de seguridad privada, endurece las sanciones
para quienes actúen contrario a la ley; pero esto es necesario para tratar
de controlar a las empresas "pirata", porque muchas de ellas que ahora
están funcionando sin ningún problema, en lugar de proporcionar
protección a sus clientes, representan un verdadero peligro para la
seguridad de las personas y sus bienes.”

Cuando la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de


Diputados, dictaminó la citada iniciativa, explicó al respecto lo siguiente:

24SUSCRITA POR LA DIPUTADA SILVIA OLIVA FRAGOSO, DEL GRUPO PARLAMENTARIO


DEL PRD. http://gaceta.diputados.gob.mx/Gaceta/60/2009/ene/20090121-III.html#Ini20090121-3

29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

“En cuanto al apartado de sanciones que se propone en los artículos


40 y 42, se considera procedente establecer con claridad cuáles son
las conductas sujetas a sanciones, en razón de que en la actualidad no
se prevé con exactitud cuáles son las conductas que se sancionan, de
conformidad con el apartado que en la propia ley se prevé, por lo que
es de atenderse la propuesta de adición que se establece en la
iniciativa que se dictamina.”

En suma, la reforma del año dos mil once en cuestión, buscó


objetividad en cuanto a la definición de las conductas sujetas a
sanciones, ampliarlas y endurecerlas para asegurar que las empresas
de seguridad privada actúen conforme a la ley y proteger con ello a los
usuarios de estos servicios, así como, en general, evitar que estas
empresas representen un peligro para las personas y sus bienes.

Finalmente, conviene citar también en este apartado, los artículos


19 de la Ley Federal de Seguridad Privada y 9 de su reglamento, toda
vez que los mismos sustentaron también la sanción impuesta a la
quejosa y que dio lugar a la Litis que nos ocupa:

LEY FEDERAL DE SEGURIDAD PRIVADA

“Artículo 19.- Para revalidar la autorización otorgada, bastará que el


prestador de servicios, cuando menos con treinta días hábiles de
anticipación a la extinción de la vigencia de la autorización, lo solicite y
manifieste, bajo protesta de decir verdad, no haber variado las
condiciones existentes al momento de haber sido otorgada, o, en su
caso, actualice aquellas documentales que así lo ameriten, tales como
inventarios, movimientos de personal, pago de derechos, póliza de
fianza, modificaciones a la constitución de la empresa y representación
de la misma, planes y programas de capacitación y adiestramiento, y
demás requisitos que por su naturaleza lo requieran.”

REGLAMENTO DE LA LEY FEDERAL DE SEGURIDAD PRIVADA

“Artículo 9.- Tratándose de la solicitud para revalidar la autorización


otorgada, el Prestador de Servicios deberá promoverla cuando menos
con treinta días hábiles de anticipación a la extinción de la vigencia de
la autorización, debiendo manifestar, bajo protesta de decir verdad, no
haber variado las condiciones existentes al momento de ser otorgada y
actualizar, en su caso, las documentales y requisitos a que se refiere el
artículo 19 de la Ley.

30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

En caso de existir alguna omisión de los requisitos señalados, se


procederá de conformidad a lo establecido en el artículo 1825 de la Ley.”

Por último, resulta relevante traer a colación lo señalado en el


artículo 22 de la Ley Federal de Seguridad Privada, toda vez que el
mismo refiere la consecuencia de no revalidar la respectiva
autorización:

“Artículo 23.- Transcurrida la vigencia de la autorización o su


revalidación, el interesado deberá abstenerse de prestar el servicio de
seguridad privada, hasta en tanto sea expedido un nuevo acto
administrativo que lo autorice para tal efecto.”

6.2.- Calificación de los agravios que se hacen valer en la


revisión principal. Se estiman fundados los distintos argumentos de
agravio que la quejosa expone en su recurso de revisión y que se
contienen en el que se denomina como “AGRAVIO ÚNICO”.

En efecto, la recurrente refiere que la sentencia recurrida, por un


lado es contradictoria o incongruente; y por otro, que contiene un
pronunciamiento apagógico, esto es, que se aparta de las primeras
proposiciones del razonamiento y conduce a una conclusión ajena a las
mismas.

Ello es cierto, pues en el considerando séptimo del fallo recurrido,


el Tribunal Colegiado, después de glosar la esencia de los conceptos
de violación planteados en la demanda de amparo, de analizar la
procedencia de su estudio y tener por aplicada la norma impugnada en
perjuicio de la quejosa, procede a realizar un análisis de lo señalado en

25 “Artículo 18.- Si el peticionario de la autorización no exhibe con su solicitud la totalidad de los


requisitos señalados en el título tercero de esta Ley, la Dirección General, dentro de los diez días
hábiles siguientes a la presentación de la misma, lo prevendrá para que en un plazo improrrogable
de veinte días hábiles, subsane las omisiones o deficiencias que en su caso presente la solicitud;
transcurrido dicho plazo sin que el interesado haya subsanado las omisiones o deficiencias de la
solicitud, ésta será desechada”.

31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

el artículo 22 constitucional, en la disposición impugnada y se derivan


de ello las siguientes premisas:

 El análisis de proporcionalidad que prescribe el artículo 22


constitucional está ligado precisamente a la obra legislativa,
esto es, a determinar si el legislador diseñó la penalidad o
punibilidad de los delitos de manera coherente, tomando en
consideración un orden o escala que garantice que las
personas que sean condenadas por delitos similares,
reciban sanciones de gravedad comparable, y que las
personas condenadas por delitos de distinta gravedad
sufran penas acordes con la propia graduación del marco
legal.

 Este principio se transgrede o infringe cuando la obra


legislativa dispone, de forma marcadamente desigual,
distintas penalidades para dos conductas que son
igualmente reprochables, o cuando se establecen las
mismas penalidades para dos conductas distintamente
reprochables.

 El más Alto Tribunal del País ha determinado que tanto el


derecho penal como el derecho administrativo sancionador,
resultan ser dos inequívocas manifestaciones de la
potestad punitiva del Estado o ius puniendi, entendido como
la facultad que tiene éste de imponer penas y medidas de
seguridad ante la comisión de ilícitos.

 Asimismo, ha sostenido que el llamado derecho


administrativo sancionador consiste en la competencia de
las autoridades administrativas para imponer sanciones a

32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

las acciones y omisiones antijurídicas, por lo que la pena


administrativa es una función jurídica que tiene lugar como
reacción frente a lo antijurídico.

 Los principios inmersos en la garantía de exacta aplicación


de la ley en materia penal, deben aplicarse de manera
extensiva al derecho administrativo sancionador, toda vez
que como parte de la potestad punitiva del Estado, ambas
tienen lugar como reacción frente a lo antijurídico, ya que
uno y otro supuesto, la conducta humana es ordenada o
prohibida bajo la sanción de una pena.

 En cuanto al principio de proporcionalidad contenido en el


artículo 22 de la Carta Magna, se advierte que la gravedad
de la pena (o la sanción administrativa) debe ser
proporcional a la del hecho antijurídico y del grado de
afectación al bien jurídico protegido por lo que las penas
más graves deben dirigirse a los tipos penales que protegen
los bienes jurídicos más importantes.

 Con el objeto de salvaguardar el contenido del artículo 22


constitucional, el legislador debe atender al principio de
proporcionalidad al momento de establecer en la ley, tanto
las penas, infracciones o sanciones administrativas, como
el sistema para su imposición, a fin de que las más graves
se dirijan a proteger los bienes jurídicos más importantes

Con lo anterior, las consideraciones iniciales del estudio de


fondo, daban a entender que el Tribunal Colegiado estaba dispuesto
a realizar un estudio de proporcionalidad que partiera de evaluar,
como se planteó en la demanda de amparo por la parte quejosa, si

33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

el legislador diseñó o no la sanción prevista en la norma impugnada,


de manera coherente:

1.- Tomando en consideración un orden o escala que garantice


que las personas que sean condenadas por delitos similares, reciban
sanciones de gravedad comparable, y

2.- Que las personas condenadas por delitos de distinta gravedad


sufran penas acordes con la propia graduación del marco legal.

No obstante, el estudio que siguió a las consideraciones previas


y que llevó a la conclusión del fallo recurrido, se centró en avalar la
norma y su proporcionalidad, únicamente a partir de las siguientes
aseveraciones:

1.- La observancia a dicho principio no radica simplemente en que


se cumpla o no la obligación de que se presente en tiempo la solicitud
de revalidación de la autorización para que no se suspendan los efectos
de la autorización para prestar servicios de seguridad privada, sino que
el legislador, al instituirlo, atendió a que la sanción referida debe atender
al bien jurídico protegido por la norma, consistente en la necesidad
social de regular la prestación de servicios de seguridad privada en la
que se respeten los principios de integridad y dignidad; protección y
trato correcto a las personas, evitando en todo momento
arbitrariedades y violencia, a fin de fortalecer la seguridad pública bajo
un esquema de coordinación entre la Secretaría de Seguridad Pública
y el prestador de servicios como medio para lograr la seguridad de la
sociedad.

2.- Para estar en aptitud de realizar un análisis de la


proporcionalidad de la sanción establecida en el artículo tildado de

34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

inconstitucional, debe analizarse si el legislador atendió al momento de


establecerla, al bien jurídico protegido por la norma, no así si dicha
sanción aplica para otros supuestos contenidos en otra porción del
artículo tildado de inconstitucional, que para el quejoso resultan ser
conductas más graves que la que éste cometió, al no presentar en
tiempo la solicitud de revalidación de autorización, como pretende
hacerlo valer en la presente instancia.

Esto es, en suma, se avaló la constitucionalidad de la norma,


porque se asumió que la misma atendió al bien jurídico protegido por la
misma –y que ello era suficiente-, más no a si la referida sanción, era
coherente en los términos arriba señalados.

No obstante, el Tribunal Colegiado dejó de estudiar lo


efectivamente planteado en la demanda de amparo, pues en el caso,
desde el escrito inicial, la quejosa expuso que la conducta prevista en
la norma impugnada, se reducía a un requisito de naturaleza procesal
que, a diferencia de otras conductas castigadas con similar sanción, no
afectaba a los bienes jurídicamente protegidos por el artículo 1º de la
Ley Federal de Seguridad Privada, y si bien se citó por analogía una
tesis referida a las multas fiscales, en cuanto a que no es
desproporcional sancionar el incumplimiento de obligaciones de
carácter “formal” cuando éstas se impongan atendiendo al bien jurídico
protegido por la norma, en ese caso, la necesidad social de recaudar
íntegra y oportunamente los impuestos necesarios para cubrir el gasto
público, lo cierto es que en el fallo recurrido, se dejó de atender lo
planteado en la demanda de amparo en cuanto a que precisamente, el
incumplimiento de la obligación de revalidar en tiempo una autorización,
no afecta el bien jurídico protegido por la Ley Federal de Seguridad
Privada, pues en la referida sentencia, no se explica, en su caso, como
la falta de presentación de la respectiva solicitud de revalidación o su

35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

presentación extemporánea, afecta los principios bajo los cuales se


deben prestar los servicios de seguridad privada:

 Integridad y dignidad; protección y trato correcto a las


personas, evitando en todo momento arbitrariedades y
violencia, actuando en congruencia y proporcionalidad en la
utilización de sus facultades y medios disponibles.”

Más allá de ello, se concluye que la seguridad pública se fortalece


bajo un esquema de coordinación entre la Secretaría de Seguridad
Pública y el prestador de servicios, que la Secretaría de Seguridad
Pública es la competente para emitir autorizaciones y en su caso
revalidarlas, que el artículo 1526 establece las definiciones del objetivo
perseguido por una empresa que presta los servicios de seguridad
privada y que al ser la autorización un medio para que las empresas
que presten esos servicios no actúen de manera arbitraria sino
regulada, luego, la falta de cumplimiento de algún requisito establecido
por la ley, como es la no presentación en tiempo de la solicitud de

26 “Artículo 15.- Es competencia de la Secretaría, por conducto de la Dirección General, autorizar


los servicios de Seguridad Privada, cuando estos se presten en dos o más entidades federativas y
de acuerdo a las modalidades siguientes:
I. SEGURIDAD PRIVADA A PERSONAS. Consiste en la protección, custodia, salvaguarda, defensa
de la vida y de la integridad corporal del prestatario;
II. SEGURIDAD PRIVADA EN LOS BIENES. Se refiere al cuidado y protección de bienes muebles
e inmuebles;
III. SEGURIDAD PRIVADA EN EL TRASLADO DE BIENES O VALORES. Consiste en la prestación
de servicios de custodia, vigilancia, cuidado y protección de bienes muebles o valores, incluyendo
su traslado;
IV. Servicios de alarmas y de monitoreo electrónico. La instalación de sistemas de alarma en
vehículos, casas, oficinas, empresas y en todo tipo de lugares que se quiera proteger y vigilar, a
partir del aviso de los prestatarios, así como recibir y administrar las señales enviadas a la central
de monitoreo por los sistemas, y dar aviso de las mismas, tanto a las autoridades correspondientes
como a los usuarios de los sistemas y equipos, así como a los prestatarios, en forma inmediata;
V. SEGURIDAD DE LA INFORMACIÓN. Consiste en la preservación, integridad y disponibilidad de
la información del prestatario, a través de sistemas de administración de seguridad, de bases de
datos, redes locales, corporativas y globales, sistemas de cómputo, transacciones electrónicas, así
como respaldo y recuperación de dicha información, sea ésta documental, electrónica o multimedia.
VI. SISTEMAS DE PREVENCIÓN Y RESPONSABILIDADES. Se refieren a la prestación de
servicios para obtener informes de antecedentes, solvencia, localización o actividades de personas,
y
VII. ACTIVIDAD VINCULADA CON SERVICIOS DE SEGURIDAD PRIVADA. Se refiere a la
actividad relacionada directa o indirectamente con la instalación o comercialización de sistemas de
blindaje en todo tipo de vehículos automotores, y de los equipos, dispositivos, aparatos, sistemas o
procedimientos técnicos especializados.”

36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

revalidación, se considera en igual proporción que los demás supuestos


señalados en los incisos a) y b) del artículo 42, fracción III de la Ley
Federal de Seguridad Privada.

Lo anterior, pues se dijo en el fallo recurrido, es de interés de toda


la sociedad que las empresas como la moral quejosa, cumplan con
todos esos requisitos a fin de garantizar la seguridad pública bajo un
esquema de coordinación entre el Estado y el prestador de servicios.

Sin embargo, bajo ese parámetro, cualquier sanción prevista por


el legislador bajo la consideración de que incumplir una obligación de
ley, automáticamente afecta los bienes jurídicos protegidos en ella,
implicaría avalar a priori y sin un estudio profundo de proporcionalidad
cualquier sanción administrativa, siendo que, en el caso, lo que se alega
precisamente es que se está tasando de manera similar la simple
omisión procesal de presentar en tiempo una solicitud de renovación o
revalidación de autorización, con otras conductas más graves que sí
afectan directamente los bienes jurídicamente protegidos por la Ley en
cuestión.

Pero en todo caso, es contradictorio el estudio de fondo referido,


pues se insiste, se parte de aceptar el principio de que las sanciones
deben ser coherentes, pero al final, se avala la norma impugnada sólo
porque se dice que el incumplimiento de revalidar una autorización
afecta la coordinación con la autoridad y viola la premisa de que las
empresas de seguridad privada deben ser reguladas.

El órgano colegiado, también señala que además, el artículo


tildado de inconstitucional establece una sanción dentro de un
parámetro mínimo y máximo, lo que permite que “la autoridad
administrativa pueda imponer las sanciones derivadas de la no

37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

presentación en tiempo de la solicitud de revalidación de autorización,


atendiendo a la gravedad de la conducta infractora del gobernado, ya
que pueden imponerse sanciones más elevadas en los casos en que el
bien jurídico tutelado sea de mayor eminencia (hasta seis meses) y de
menor temporalidad cuando el bien jurídico tutelado sea de menor
trascendencia (un mes), puesto que la suspensión de los efectos de la
autorización puede ser de uno a seis meses; de ahí que no se considere
desproporcional y por tanto, inconstitucional el artículo en análisis.”

Sin embargo, es evidente que esta última consideración está


referida como sostiene la recurrente, a la proporcionalidad en la
individualización de la sanción y no a la proporcionalidad de la pena,
que es lo estrictamente cuestionado por la empresa quejosa27.

En suma, es fundado el agravio de la empresa recurrente, toda


vez que, con lo anterior, el Tribunal Colegiado dejó de atender a lo

27 “Número de Registro: 2007343. PROPORCIONALIDAD DE LAS PENAS Y


PROPORCIONALIDAD EN MATERIA DE DERECHOS FUNDAMENTALES. LA PRIMERA ESTÁ
RELACIONADA CON LA PENALIDAD EN ABSTRACTO, MIENTRAS QUE LA SEGUNDA PUEDE
VINCULARSE CON LA INDIVIDUALIZACIÓN EN EL CASO CONCRETO. Localización: [TA]; 10a.
Época; 1a. Sala; Gaceta S.J.F.; Libro 10, Septiembre de 2014; Tomo I; Pág. 591. 1a. CCCXI/2014
(10a.). Texto: “Para analizar el marco legal de las sanciones, de cara al contenido del artículo 22
constitucional, debemos ubicarnos en lo que la dogmática jurídico penal llama "penalidad",
"punibilidad", "merecimiento", "necesidad de la pena" o "pena abstracta", y no en el ámbito de la
individualización de la sanción, que se refiere propiamente a la pena que imponen los jueces en los
casos concretos. La punibilidad o penalidad es la conminación de privación o restricción de bienes
del autor del delito, formulada por el legislador para la prevención general y determinada
cualitativamente por la clase del bien tutelado y cuantitativamente por la magnitud del bien y del
ataque a éste. El análisis de proporcionalidad que prescribe el artículo 22 constitucional está ligado
precisamente a la obra legislativa, esto es, a determinar si el legislador diseñó la penalidad o
punibilidad de los delitos de manera coherente, tomando en consideración un orden o escala que
garantice que las personas que sean condenadas por delitos similares, reciban sanciones de
gravedad comparable, y que las personas condenadas por delitos de distinta gravedad sufran penas
acordes con la propia graduación del marco legal. Este principio se transgrede o infringe cuando la
obra legislativa dispone, de forma marcadamente desigual, distintas penalidades para dos
conductas que son igualmente reprochables. Por el contrario, el análisis de proporcionalidad en
materia de derechos fundamentales podría tener lugar en un ámbito muy distinto: el de las reglas
relativas a la individualización de la sanción, que lleva a cabo el juzgador. Cuando un juzgador va a
determinar la sanción penal concreta en un caso determinado, es decir, cuando va a decidir cuál es
la pena específica entre el máximo y el mínimo establecido en la penalidad, entonces podría
eventualmente aplicar un test de proporcionalidad. Amparo directo en revisión 85/2014. 4 de junio
de 2014. Unanimidad de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón
Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Ausente:
Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Roberto Lara
Chagoyán.”

38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

exactamente planteado en la demanda de amparo, y así, resulta


procedente analizar en sus términos el primer concepto de violación, lo
que se hará enseguida, previo estudio que por razón de técnica, se
realiza de los agravios planteados por la recurrente adhesiva.

6.3.- Calificación de los agravios que se hacen valer en la


revisión adhesiva. De la lectura de los agravios que plantea la
Dirección General de Seguridad Privada de la Secretaría de
Gobernación, por conducto de su representante, se advierte que la
misma, defiende la constitucionalidad de la norma, en cuanto a su
proporcionalidad, básicamente señalando que:

 El artículo 42, fracción III, inciso c), de la Ley Federal de


Seguridad Privada, es proporcional, porque se protege el
bien jurídico tutelado por la Ley y se fortalece la
coordinación entre la Secretaría de Seguridad Pública y el
prestador de servicios como medio para lograr la seguridad
de la sociedad.

 La norma impugnada establece una sanción dentro de un


parámetro mínimo y máximo, lo que permite que la
autoridad administrativa pueda imponer las sanciones
derivadas de la no presentación en tiempo de la solicitud de
revalidación de autorización, atendiendo a la gravedad de
la conducta infractora.

Como se observa, con dichos argumentos, la revisionista


adhesiva, en esencia, sólo reitera las razones y fundamentos que
sirvieron de apoyo al Tribunal Colegiado para emitir la resolución
controvertida, de ahí que los mismos, deben estimarse inoperantes,
pues no se satisface con ello el propósito del medio de defensa en
cuestión, diseñado para permitir a quien obtuvo sentencia favorable

39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

expresar agravios tendentes a mejorar y reforzar la parte considerativa


de la resolución que condujo a la decisión favorable a sus intereses28.

Por otro lado, se estiman también inoperantes los restantes


argumentos planteados en la revisión adhesiva, y que están dirigidos a
defender la norma impugnada en cuanto a su taxatividad, tipicidad,
legalidad y seguridad jurídica, entre otros aspectos ajenos a la
proporcionalidad cuestionada por la quejosa y que no fueron objeto de
análisis en el fallo recurrido, de ahí que en realidad, la inoperancia
deriva del hecho de que se trata de agravios que no se constriñen a la
parte considerativa del fallo impugnado que está relacionada con
aquello que favorece al promovente de la adhesión en cuestión.

Esto es, se busca defender la constitucionalidad de la norma bajo


distintos argumentos no cuestionados en la demanda de amparo y que
por lo mismo, no fueron materia de la sentencia de amparo, más no
fortalecer las consideraciones del fallo en lo que sí fue objeto de
estudio, esto es, la proporcionalidad del artículo 42, fracción III, inciso
c) de la Ley Federal de Seguridad Privada.

SÉPTIMO. Estudio de fondo del primer concepto de violación.


Atendiendo a que se estimó fundado el agravio planteado por la
quejosa, aquí recurrente, se hace necesario estudiar en sus verdaderos
alcances y términos, lo planteado en el primer concepto de violación de

28 Número de Registro: 171052. “REVISIÓN ADHESIVA. SON INOPERANTES LOS AGRAVIOS


QUE REITERAN LAS RAZONES Y FUNDAMENTOS QUE SIRVIERON DE APOYO AL
JUZGADOR PARA EMITIR LA RESOLUCIÓN CONTROVERTIDA”. Localización: [TA]; 9a. Época;
1a. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXVI, Octubre de 2007; Pág. 203. 1a. CCXVI/2007. Texto: “La
revisión adhesiva constituye un medio de defensa en sentido amplio que permite a quien obtuvo
sentencia favorable expresar agravios tendientes a mejorar y reforzar la parte considerativa de la
resolución que condujo a la decisión favorable a sus intereses; esto es, la parte que se adhiere al
recurso debe hacer valer argumentos de mayor fuerza legal que los invocados por el juez de Distrito,
que lleven al convencimiento de sostener el sentido del fallo impugnado, y si así lo hace, es porque
pretende que se mejoren, amplíen o precisen las motivaciones o consideraciones de dicha
sentencia, por considerarlas omisas, erróneas o insuficientes. Por tanto, deben declararse
inoperantes los agravios hechos valer por la parte adherente cuando reiteran en lo medular las
razones y fundamentos legales que sirvieron de apoyo al juez federal para emitir la resolución
controvertida, en tanto que no se satisface el propósito de dicho medio de defensa.”

40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

la demanda de amparo, en cuanto a la alegada inconstitucionalidad del


artículo 42, fracción III, inciso c) de la Ley Federal de Seguridad
Privada.

Para ello, el tema se plantea en el referido concepto de violación,


a partir de cuatro elementos cardinales:

1º.- Los alcances que tienen los principios de proporcionalidad y


razonabilidad de las penas a partir de lo señalado en el artículo 22
constitucional y de lo expuesto en distintos criterios relacionados
desarrollados por este Alto Tribunal y por distintos Tribunales
Colegiados de Circuito.

2º.- El hecho de que el análisis de constitucionalidad de la sanción


contenida en el inciso c) de la fracción III del artículo 48 de la Ley
Federal de Seguridad Privada, debe realizarse considerando que la
punibilidad es la privación o restricción de bienes o derechos del autor
de la infracción administrativa, formulada por el legislador para la
prevención general y determinada cualitativamente por la clase del bien
tutelado y cuantitativamente por la magnitud del bien y del ataque a
éste. Esto es, la necesidad de estudiar si la sanción relacionada con la
infracción administrativa es acorde o no en relación con el bien jurídico
tutelado.

3º.- La identificación de los bienes jurídicamente tutelados por la


Ley Federal de Seguridad Privada29, y la demostración de que existe
una total desproporción entre las conductas a las que se refiere el inciso

29 a) La observancia, por parte de los' prestadores de Servicios de Seguridad Privada, de los


Principios de integridad y dignidad; protección y trato correcto a las personas;
b) Evitar en todo momento arbitrariedades y violencia por parte de los prestadores de Servicios de
Seguridad Privada, y;
c) Actuar en congruencia y proporcionalidad en la utilización de sus facultades y medios disponibles.

41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

a) de la fracción III del artículo 42 de la citada Ley, con las contenidas


en el inciso c) de la misma fracción, bajo la consideración de que las
primeras sí atentan contra los bienes jurídicamente tutelados por el
ordenamiento, en tanto que las segundas, y particularmente, la que fue
motivo de sanción30 (a) no atenta contra dichos bienes; (b) tiene una
gravedad menor, y (c) se reduce a un requisito administrativo de
naturaleza procesal.

4º.- La afirmación de que es excesivo imponer como sanción a la


presentación extemporánea de una solicitud de revalidación de
autorización, la suspensión de los efectos de la autorización de uno a
seis meses, toda vez que, para establecer el carácter excesivo de una
sanción de naturaleza administrativa, debe atenderse a dos elementos
fundamentales: Que exista correspondencia entre la trascendencia de
la sanción y la naturaleza de la conducta infractora. Para ello, se alega
que la norma impugnada, (a) no persigue una finalidad
constitucionalmente legítima; (b) que no es idónea, apta o susceptible
para alcanzar el fin perseguido; (c) que no es necesaria ni suficiente y
que (d) no está justificada en razones constitucionales.

Para ello, se argumenta que la presentación inoportuna de la


solicitud de revalidación de autorización, es un simple requisito
administrativo que tiene como finalidad que la autoridad administrativa
goce de "treinta días hábiles de anticipación a la extinción de la vigencia
de la autorización” para valorar la documentación exhibida por el
prestador de servicios de seguridad privada; pero que en nada afecta a
los bienes jurídicamente protegidos por el artículo 1° de la Ley Federal
de Seguridad Privada, lo que redunda en la patente desproporción de
la sanción prevista en la norma tachada de Inconstitucional.

30 Presentación fuera de tiempo de la solicitud de revalidación de la autorización.

42
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

Con base en ello, se solicita la declaración de inconstitucionalidad


del artículo 42, fracción III, inciso c), de la Ley Federal de Seguridad
Privada, numeral en el que se basó el acto administrativo materia del
acto reclamado; y se otorgue a la quejosa el amparo y protección de la
Justicia Federal, ordenando a la Autoridad Responsable que declare la
nulidad del Acto Administrativo impugnado, por sustentarse en una
norma que se aduce, es a todas luces Inconstitucional.

Pues bien, analizados en su conjunto los argumentos que


conforman el concepto de violación motivo de análisis, esta Primera
Sala considera que los mismos resultan esencialmente fundados y
suficientes para arribar a la conclusión de que resulta inconstitucional
el artículo 42, fracción III, inciso c), de la Ley Federal de Seguridad
Privada, conclusión que se justifica en los siguientes razonamientos:

7.1.- Contenido y alcance del “principio de proporcionalidad”


de las sanciones en materia administrativa, derivado del artículo
22 Constitucional.

El artículo 22, párrafo primero, de la Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos, establece:

“Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de


infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie,
la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas
inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al
delito que sancione y al bien jurídico afectado. […].”

A partir del contenido normativo transcrito, esta Primera Sala ya ha


realizado un ejercicio interpretativo en diferentes precedentes en lo
relativo al principio de proporcionalidad de las penas en las normas

43
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

penales31, mismo que se estima resulta aplicable a las sanciones


administrativas, ya que el Pleno de este Alto Tribunal, ha determinado
que los principios contenidos en ese dispositivo constitucional son
también aplicables a las sanciones administrativas32.

Ello, a la par que se ha determinado que, en materia de derecho


administrativo sancionador, para la construcción de sus propios
principios constitucionales, es válido acudir de manera prudente a las
técnicas garantistas del derecho penal, en tanto ambos son
manifestaciones de la potestad punitiva del Estado33, máxime cuando,
como en el caso, la sanción que impone la norma impugnada, deriva
del reproche de una conducta que se desvía de la juridicidad
contemplada en el propio ordenamiento al cual pertenece dicha
hipótesis jurídica34.

En esa línea, los criterios que sobre la proporcionalidad de las


penas ha desarrollado este Alto Tribunal, y que, en lo conducente, se
estiman aplicables a las sanciones de orden administrativo, parten de
reconocer la naturaleza jurídica de la pena, como materialización del
ius puniendi, indicándose que: i) es un acto coercitivo, esto es, un acto
de fuerza efectiva o latente; ii) es un acto privativo (de la libertad
personal, de la propiedad o de algún derecho, por ejemplo); iii) debe

31 Amparo Directo en Revisión 1405/2009, resuelto en sesión de 7 de octubre de 2009. Cinco


votos. Ponente: Juan N. Silva Meza. Amparo Directo en Revisión 1207/2010, resuelto el 25 de
agosto de 2010. Cinco votos. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Amparo Directo en Revisión
181/2011, aprobado el 6 de abril de 2011. Cinco votos. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Amparo Directo en Revisión 368/2011, visto el 27 de abril de 2011. Cinco votos. Ponente: Jorge
Mario Pardo Rebolledo. Amparo Directo en Revisión 1093/2011, resuelto en sesión de 24 de
agosto de 2011. Cinco votos. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
32 Número de Registro: 200348. “MULTA EXCESIVA PREVISTA POR EL ARTÍCULO 22

CONSTITUCIONAL. NO ES EXCLUSIVAMENTE PENAL”. Localización: [J]; 9a. Época; Pleno;


S.J.F. y su Gaceta; Tomo II, Julio de 1995; Pág. 18. P./J. 7/95.
33 Número de Registro: 174488. “DERECHO ADMINISTRATIVO SANCIONADOR. PARA LA

CONSTRUCCIÓN DE SUS PROPIOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES ES VÁLIDO ACUDIR


DE MANERA PRUDENTE A LAS TÉCNICAS GARANTISTAS DEL DERECHO PENAL, EN TANTO
AMBOS SON MANIFESTACIONES DE LA POTESTAD PUNITIVA DEL ESTADO”. Localización: [J];
9a. Época; Pleno; S.J.F. y su Gaceta; Tomo XXIV, Agosto de 2006; Pág. 1565. P./J. 99/2006.
34 Número de Registro: 2013954. “DERECHO ADMINISTRATIVO SANCIONADOR. CONCEPTO

DE SANCIÓN QUE DA LUGAR A SU APLICACIÓN”. Localización: [TA]; 10a. Época; 1a. Sala;
Gaceta S.J.F.; Libro 40, Marzo de 2017; Tomo I; Pág. 441. 1a. XXXV/2017 (10a.).

44
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

estar prevista en una ley y ser impuesta por autoridad competente; iv)
es una reacción del Estado ante una determinada conducta humana
considerada como dañina de bienes que la sociedad, a través de la
Constitución o de la ley, considera valiosos; v) presupone y debe ser
impuesta con relación a la culpabilidad del sujeto; y, vi) debe perseguir,
simultáneamente, fines retributivos (se establece en función de la
gravedad del delito), de prevención especial (se organiza a partir de la
necesidad de resocializar al sujeto) y de prevención general (busca
generar un clima de confianza jurídica en la comunidad).

Asimismo, se ha precisado que el legislador tiene un amplio


margen de libertad configuradora para crear o suprimir figuras delictivas
-en el caso, infracciones administrativas-, introducir clasificaciones,
entre ellas, establecer modalidades punitivas, graduar las penas -en el
caso, sanciones administrativas- aplicables, fijar la clase y magnitud de
éstas con arreglo a criterios de agravación o atenuación de los
comportamientos penalizados; todo ello de acuerdo con la apreciación,
análisis y ponderación que efectúe acerca de los fenómenos de la vida
social y del mayor o menor daño que ciertos comportamientos puedan
estar causando o lleguen a causar en el conglomerado social.

En tal sentido, el legislador está facultado para emitir leyes que


inciden en los derechos fundamentales de los gobernados (libertad
personal, derecho a la propiedad, por ejemplo), estableciendo penas
para salvaguardar diversos bienes –también constitucionales– que la
sociedad considera valiosos (vida, salud, integridad física, seguridad,
etcétera).

45
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

Sin embargo, esas facultades inferidas al legislador no son


ilimitadas, pues la legislación penal -y en el caso, administrativa- no
está exenta de control constitucional35.

Lo anterior, ya que, de conformidad con el principio de legalidad


constitucional, el legislador penal o administrativo, debe actuar de
forma medida y no excesiva al momento de regular las relaciones en
ese ámbito, porque su posición como poder constituido dentro del
Estado constitucional le impide actuar de forma arbitraria y en exceso
de poder.

Ante ello, esta Primera Sala ha precisado que el legislador tiene un


amplio margen de libertad para diseñar el rumbo de la política criminal
-en el caso, del derecho administrativo sancionador-; es decir, para
elegir los bienes jurídicamente tutelados, las conductas típicas
antijurídicas y las sanciones, de acuerdo a las necesidades sociales del
momento histórico respectivo; sin embargo, al configurar las leyes
penales y administrativas, debe respetar el contenido de diversos
principios constitucionales, dentro de los cuales se encuentra el de
proporcionalidad y razonabilidad jurídica, a fin de que la aplicación de
las penas -o sanciones administrativas- no sea infamante, cruel,
excesiva, inusitada, trascendental o contraria a la dignidad del ser
humano.

35 El criterio se encuentra contenido en la jurisprudencia P./J. 130/2007, emitida por el Pleno de esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, de contenido: “GARANTÍAS INDIVIDUALES. EL
DESARROLLO DE SUS LÍMITES Y LA REGULACIÓN DE SUS POSIBLES CONFLICTOS POR
PARTE DEL LEGISLADOR DEBE RESPETAR LOS PRINCIPIOS DE RAZONABILIDAD Y
PROPORCIONALIDAD JURÍDICA. De los criterios emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación se advierte que el cumplimiento de los principios de razonabilidad y proporcionalidad implica
que al fijar el alcance de una garantía individual por parte del legislador debe: a) perseguir una
finalidad constitucionalmente legítima; b) ser adecuada, idónea, apta y susceptible de alcanzar el fin
perseguido; c) ser necesaria, es decir, suficiente para lograr dicha finalidad, de tal forma que no
implique una carga desmedida, excesiva o injustificada para el gobernado; y, d) estar justificada en
razones constitucionales. Lo anterior conforme al principio de legalidad, de acuerdo con el cual el
legislador no puede actuar en exceso de poder ni arbitrariamente en perjuicio de los gobernados.”
Con Registro 170740, Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXVI,
Diciembre de 2007, Página 8.

46
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

Por esa razón, el juez constitucional, al examinar la validez de las


leyes penales -o en el caso, administrativas-, debe analizar que exista
proporción y razonabilidad suficiente entre la cuantía de la pena o
sanción administrativa y la gravedad del delito o falta administrativa
cometida, así como proporción entre la cuantía de la pena o sanción y
la lesión al bien jurídico protegido, la posibilidad para que sea
individualizada entre un mínimo y un máximo, el grado de
reprochabilidad atribuible al sujeto activo, la idoneidad del tipo y de la
cuantía de la pena o sanción para alcanzar la prevención del delito o
infracción administrativa, así como la viabilidad de lograr, mediante su
aplicación, la resocialización del sentenciado o sujeto sancionado.

Así, el legislador está sujeto a la Constitución, por lo que, al


formular la cuantía de las penas o sanciones, debe atender a diversos
principios constitucionales, dentro de los cuales se encuentra el de
proporcionalidad, previsto en el artículo 22, párrafo primero, de la
Constitución Federal, del cual en su parte in fine consagra el principio
de proporcionalidad de penas, cuya aplicación cobra especial interés
en la materia criminal, pero que, como se ha señalado, ha sido aplicado
extensivamente a otros campos del orden jurídico que por su
naturaleza, conllevan también el ejercicio del ius puniendi.

Acorde a lo anterior, el artículo 22, párrafo primero, de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece que
toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien
jurídico afectado, lo cual constituye el derecho fundamental que en la
doctrina penal se denomina la concepción estricta del principio de
proporcionalidad en materia penal. El contenido de este derecho
consiste en la exigencia de una adecuación entre la gravedad de
la pena y la gravedad del delito.

47
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

Ahora bien, esta Suprema Corte ha concluido que la gravedad de


la pena debe ser proporcional a la del hecho antijurídico y del
grado de afectación al bien jurídico protegido, de manera que las
penas más graves deben dirigirse a los tipos penales que protegen los
bienes jurídicos más importantes.36

La gravedad de la conducta incriminada como la cuantía de la pena


no sólo está determinada por el bien jurídico tutelado, la afectación a
éste o el grado de responsabilidad subjetiva del agente, sino también
por la incidencia del delito o la afectación a la sociedad que éste
genera, siempre y cuando haya elementos para pensar que el
legislador ha tomado en cuenta esta situación al establecer la
pena. Al respecto, este Alto Tribunal ha puesto de manifiesto la
conveniencia de que el legislador exprese las razones que lo llevan a
determinar una pena para un delito como un elemento especialmente
relevante para evaluar la constitucionalidad de una intervención
penal37.

Sin embargo, esto no debe llevarnos al extremo de sostener que


la ausencia de una justificación legislativa expresa comporte la
inconstitucionalidad de la pena. En tal contexto, ha establecido esta

36 Lo cual se refleja en la jurisprudencia 1a./J. 3/2012 (9a), emitida por la Primera Sala de este Alto
Tribunal, de contenido: “PENAS. PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD CONTENIDO EN EL
ARTÍCULO 22 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. De
la interpretación del citado precepto constitucional se advierte que la gravedad de la pena debe ser
proporcional a la del hecho antijurídico y del grado de afectación al bien jurídico protegido; de
manera que las penas más graves deben dirigirse a los tipos penales que protegen los bienes
jurídicos más importantes. Así, el legislador debe atender a tal principio de proporcionalidad al
establecer en la ley tanto las penas como el sistema para su imposición, y si bien es cierto que
decide el contenido de las normas penales y de sus consecuencias jurídicas conforme al principio
de autonomía legislativa, también lo es que cuando ejerce dicha facultad no puede actuar a su libre
arbitrio, sino que debe observar los postulados contenidos en la Constitución General de la
República; de ahí que su actuación esté sujeta al escrutinio del órgano de control constitucional –la
legislación penal no está constitucionalmente exenta–, pues la decisión que se emita al respecto
habrá de depender del respeto irrestricto al indicado principio constitucional.” Registro 160280,
Décima Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro V, Febrero de 2012, Tomo
1, Página 503.
37 Jurisprudencial 1a./J. 114/2010, de rubro: “PENAS Y SISTEMA PARA SU APLICACIÓN.

CORRESPONDE AL PODER LEGISLATIVO JUSTIFICAR EN TODOS LOS CASOS Y EN FORMA


EXPRESA, LAS RAZONES DE SU ESTABLECIMIENTO EN LA LEY”. Registro 163067, Novena
Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIII, Enero de 2011, Página 340.

48
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

Primera Sala que el derecho fundamental a una pena proporcional


constituye un mandato dirigido tanto al legislador como al juzgador.

El primero cumple con ese mandato, al establecer en la ley penal


la clase y la cuantía de la sanción atendiendo a los factores previamente
enunciados, debe proporcionar un marco penal abstracto que permita
al juzgador individualizar la pena, teniendo en cuenta las circunstancias
concretas de cada caso, tales como: la lesión o puesta en peligro del
bien, la intervención del agente para causar la lesión o crear el riesgo,
así como otros factores sociales o individuales que sirvan para
establecer la menor exigibilidad de la conducta.

Por su parte, el juez penal es el encargado de determinar la


proporcionalidad en concreto de la pena.

Así, el juez constitucional al examinar la validez de las leyes


penales, debe analizar que exista proporción y razonabilidad suficiente
entre la cuantía de la pena y la gravedad del delito cometido, para lo
cual debe considerar el daño al bien jurídico protegido, la posibilidad
para que sea individualizada entre un mínimo y un máximo, el grado de
reprochabilidad atribuible al sujeto activo, la idoneidad del tipo y de la
cuantía de la pena para alcanzar la prevención del delito, así como la
viabilidad de lograr, mediante su aplicación, la resocialización del
sentenciado, en tanto que las leyes penales deben hacer posible al
juzgador, en cierto grado, la justificación de la cuantía de las penas que
en los casos concretos deben aplicarse.

Bajo ese contexto, atendiendo a lo previsto en el artículo 22,


párrafo primero de la Constitución Federal, el legislador penal debe
establecer un sistema de sanciones que permita a la autoridad judicial
individualizar suficientemente la pena que decrete y determinar

49
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

justificadamente la sanción respectiva, atendiendo al grado de


responsabilidad del sujeto implicado y de conformidad con las
circunstancias del caso concreto.

Pues si se considera la multiplicidad de factores que deben estar


presentes en la mente del juez al momento de determinar el quantum
de la pena a imponer al sujeto activo, es claro que mediante un sistema
de imposición de sanciones en un tiempo o plazo fijos, no sería posible
tal individualización, toda vez que cualquiera que fuera la conducta
omitida o realizada y las circunstancias de hecho acaecidas, el lapso
de la sanción sería siempre, para todos los casos, invariable, con lo cual
se cerraría la posibilidad de justificar adecuadamente la determinación
de la pena, en relación con la culpabilidad del sujeto y las circunstancias
en que se produjo la conducta típica, contraviniendo con ello el principio
de proporcionalidad de la pena.

Todo lo anterior es sin duda aplicable al derecho administrativo


sancionador y al escrutinio de las leyes administrativas que contemplan
sanciones de ese orden, por lo que éstas, sin duda, deben de también
obedecer a los principios de proporcionalidad y razonabilidad que se
derivan del artículo 22 constitucional.

7.2.- Método a seguir para evaluar la proporcionalidad de las


penas y sanciones administrativas.

Dicho lo anterior, conviene precisar que esta Sala se ha


enfrentado en diversas ocasiones a verificar la proporcionalidad de las
sanciones penales impuestas por el legislador al prever las penas
aplicables para determinados delitos y que se han generado diversos
pronunciamientos al respecto, mismos que se estima, resultan también
aplicables al escrutinio de sanciones de orden administrativo, como
expresión, según se ha expresado, del derecho punitivo del Estado.

50
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

Así, se ha tenido que desarrollar un método en el que se reduzca,


en tanto sea posible, la discrecionalidad del juzgador en el análisis que
se hace sobre los actos legislativos que imponen sanciones penales.

Al respecto, se ha descartado la posibilidad de llevar a cabo un


test de proporcionalidad para verificar si las penas cumplen con el
mandato exigido por el artículo 22 constitucional.

Al resolver el amparo directo en revisión 85/201438, se precisó


que ante un caso de proporcionalidad de penas, es importante no
equivocar la metodología de análisis dejándose guiar por la
ambigüedad del término “proporcionalidad”, ya que cuando ésta se
predica de las penas –como ordena el artículo 22 constitucional– no se
está refiriendo necesariamente al test de proporcionalidad utilizado
para verificar la validez de las restricciones impuestas a diversos
derechos fundamentales, porque el análisis sobre la proporcionalidad
de penas no tiene como fin resolver algún conflicto entre dos principios,
sino más bien, evaluar si la regla que establece la sanción penal es
acorde al principio de proporcionalidad.

En este contexto, esta Primera Sala enfatizó que, en el caso de la


proporcionalidad de penas, regularmente se analiza una regla (el tipo
penal de que se trate) frente a un principio constitucional (el principio
de proporcionalidad establecido en el artículo 22 constitucional), con la
finalidad de determinar si aquélla –la regla– satisface o no la exigencia
del principio constitucional; concretamente, si la pena es acorde o no
con relación al bien jurídico afectado y al delito sancionado.

38Lo que se reiteró en el amparo directo en revisión 562/2017 de cuyo fallo se rescatan en esta
resolución diversas consideraciones.

51
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

Esta es la razón, por la que el test de proporcionalidad no es el


método idóneo para analizar la proporcionalidad de las penas, en
términos del artículo 22 constitucional.39

Pues bien, descartada esta posibilidad metodológica, cabe


precisar que para emprender con éxito un análisis como el que ordena
el artículo 22 de la Constitución –dijo esta Primera Sala– debe tenerse
presente que ni de ese precepto ni de los trabajos legislativos
correspondientes se desprende cómo debe un Tribunal Constitucional
construir los parámetros para desarrollar el estudio de proporcionalidad
de las penas, en función del bien jurídico tutelado y del delito cometido.
No obstante, tales dificultades, esta Primera Sala, al resolver el juicio
de amparo directo en revisión 85/2014 referido, destacó las bondades
de llevar a cabo un método comparativo en términos ordinales con el
fin de verificar la proporcionalidad de las penas, metodología que ya se
había utilizado por esta Corte en diversos precedentes, como al
resolver el juicio de amparo directo en revisión 181/2011.40

Este tipo de examen consiste en realizar un contraste del delito y


pena cuya proporcionalidad se analiza con las penas previstas por el
propio legislador para otras conductas sancionadas, y encaminadas a
proteger los mismos bienes jurídicos que aquel ilícito cuya penalidad se
analiza. En los precedentes citados se precisó que este esquema de
comparación resulta idóneo, en la medida que es necesario rechazar
un contraste entre delitos que protegen bienes jurídicos distintos.

39 Lo antes expuesto, encuentra sustento en la tesis aislada 1a. CCCIX/2014 (10a.), de rubro:
“PROPORCIONALIDAD DE LAS PENAS. SUS DIFERENCIAS CON EL TEST DE
PROPORCIONALIDAD EN DERECHOS FUNDAMENTALES.” Registro 200734, Décima Época,
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 10, Septiembre de 2014, Tomo I, Página 590.
Y la tesis 1a. CCCXI/2014 (10a.) de título: “PROPORCIONALIDAD DE LAS PENAS Y
PROPORCIONALIDAD EN MATERIA DE DERECHOS FUNDAMENTALES. LA PRIMERA ESTÁ
RELACIONADA CON LA PENALIDAD EN ABSTRACTO, MIENTRAS QUE LA SEGUNDA
PUEDE VINCULARSE CON LA INDIVIDUALIZACIÓN EN EL CASO CONCRETO.” Registro
2007343, Décima Época, Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 10, Septiembre de
2014, Tomo I, Página 591.
40 Aprobado el 6 de abril de 2011, unanimidad de votos. Ponente Ministro José Ramón Cossío Díaz.

52
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

La legitimidad de una comparación en términos ordinales, es decir,


entre la familia de delitos que protegen el mismo bien jurídico, no sólo
se justifica porque en muchos casos los bienes protegidos resultan
inconmensurables, sino también porque una mayor penalidad puede
explicarse no sólo por la protección del bien jurídico tutelado por la
norma penal, sino también, por la intensidad en la afectación del
mismo bien jurídico o por razones de política criminal.

Por el contrario, evaluar la proporcionalidad de las sanciones


penales por medio de una comparación entre delitos tendentes a
proteger bienes jurídicos distintos sería sumamente complejo, pues al
llevar a cabo este tipo de contraste sólo se permitiría evaluar la
proporcionalidad de la pena en atención del bien jurídico protegido por
la norma penal, lo cual es insuficiente para verificar si la pena es
proporcional en razón de los demás motivos por los cuales se autoriza
al legislador a imponer las sanciones penales, tales como los distintos
niveles de intensidad en la afectación de algún bien jurídico,
justificaciones de política criminal, entre otros.

En efecto, aún y cuando existen casos claros en donde habría un


consenso sobre la mayor importancia de un bien jurídico tutelado por
una norma penal, hay muchos otros en los que no habría un acuerdo al
respecto.

Así, por ejemplo, ¿puede decirse que es más grave un delito que
atenta contra la vida que otro que ataca a la libertad sexual?, o ¿es más
grave un delito contrario a la libertad ambulatoria que otro que lesiona
la salud pública? La dificultad de hacer este tipo de comparaciones
estriba en que en muchos casos los valores o los intereses recogidos

53
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

en los bienes protegidos son inconmensurables. Dicho carácter se


explica, entre otras razones, por la distinta naturaleza de aquéllos.

En segundo lugar, la comparación es problemática porque la lesión


o puesta en peligro de un bien jurídico puede ser de diferente intensidad
dependiendo de cada tipo penal. Esto implica reconocer que una
afectación menor a un bien jurídico muy importante puede ser menos
grave que una afectación muy intensa a un bien jurídico de menor
importancia.

En síntesis, estas son las razones por las que esta Primera Sala
–al resolver los citados juicios de amparo directo en revisión– sostuvo
que el juicio sobre la proporcionalidad de una pena no puede realizarse
de manera aislada, sino tomando como referencia las penas previstas
por el propio legislador para otras conductas de gravedad similar; pero
que además, esa comparación no puede hacerse de forma mecánica o
simplista, porque además de la similitud en la importancia de los bienes
jurídicos lesionados y la intensidad de la afectación, deben
considerarse aspectos relacionados con la política criminal
instrumentada por el legislador. O dicho de otra manera, para
determinar la gravedad de un delito también hay que atender a razones
de oportunidad, que están condicionadas por la política criminal del
legislador.41 Todo lo anterior, llevado al ámbito del derecho

41 Al respecto, resulta aplicable la tesis aislada 1a. CCCX/2014 (10a.), de contenido:


“PROPORCIONALIDAD DE LAS PENAS. SU ESTUDIO DEBE LLEVARSE A CABO
ATENDIENDO A LOS NIVELES ORDINALES Y NO A LOS CARDINALES O ABSOLUTOS DE
SANCIÓN. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación advierte la complejidad
de establecer un sistema de proporcionalidad de las penas que obedezca a una lógica estricta de
proporcionalidad en términos de niveles cardinales o absolutos de sanción, propia de la corriente
retribucionista, es decir, un sistema en el que se distribuye la pena de acuerdo con principios de
justicia derivados de las intuiciones compartidas por la comunidad. Así, de acuerdo con este modelo,
la sociedad y el legislador deben asegurarse de que el delincuente reciba la pena que lo sitúe en el
puesto cardinal que le corresponde en atención a su culpabilidad exacta, de conformidad con las
definiciones soberanas. Sin embargo, esta concepción es criticable porque puede derivar en
resultados que, si bien reflejan las intuiciones de justicia de la comunidad, pueden ser injustos
medidos con el baremo de una verdad trascendente en términos de justicia, debido al elevado nivel
de subjetividad que implica. Por el contrario, resulta más adecuado hacer un juicio de
proporcionalidad de las penas en términos de una lógica de niveles ordinales, es decir, realizar el
análisis a partir de un orden general establecido en el sistema de acuerdo a la escala prevista por

54
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

administrativo sancionador, implica que el estudio de proporcionalidad


que se realice, debe partir de tipos administrativos que protejan bienes
jurídicos tutelados que sean similares.

No obstante, como también ya se ha comentado, antes de avanzar


a la comparación respectiva o estudio sobre la proporción de la sanción,
se estima necesario partir de que exista razón en la misma, de ahí que
razonabilidad y proporcionalidad jurídica son dos elementos que deben
tomarse en cuenta en el examen de normas que establezcan sanciones
sea de orden penal o de orden administrativo.

7.3.- Método para verificar la constitucionalidad del artículo 42,


fracción III, inciso c) de la Ley Federal de Seguridad Privada.

Ante lo anterior y en términos de lo planteado en la demanda de


amparo, se estima que el examen de constitucionalidad de la norma
impugnada, debe partir del estudio de su razonabilidad, esto es, de
tomar en cuenta las razones que el legislador tuvo para crearla y de si,
en efecto, la hipótesis jurídica que prevé la respectiva sanción,
responde en efecto a dichos motivos.

Esto es, en primer término, se requiere partir de que la sanción,


esté en efecto dirigida a proteger el bien jurídico que tutela, pues sólo
así, la misma puede ser razonable. Superado ello, se realizaría, en su
caso, el análisis de comparación de la sanción cuestionada, con otras

el legislador en grandes renglones, para que, de forma aproximada, pueda determinarse qué pena
es la adecuada. De este modo, es más fácil identificar si el principio de proporcionalidad se ha
violado cuando un delito de determinada entidad, ubicado en sentido ordinal dentro de un
subsistema de penas, se sale de ese orden y se le asigna una pena superior; además, este modelo
ofrece ventajas, como que las personas condenadas por delitos similares deben recibir sanciones
de gravedad comparable y por delitos de distinta gravedad penas cuya onerosidad esté
correspondientemente graduada”. Registro 2007341, Décima Época, Gaceta del Semanario Judicial
de la Federación, Libro 10, Septiembre de 2014, Tomo I, Página 589.

55
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

conductas de gravedad similar respecto de similares bienes jurídicos


tutelados y la intensidad respectiva de la afectación.

7.4.- Evaluación del artículo 42, fracción III, inciso c) de la Ley


Federal de Seguridad Privada, en cuanto al requisito de
razonabilidad.

Pues bien, en primer término, procede analizar si la norma


impugnada resulta razonable en cuanto al bien jurídico que la misma
pretende tutelar.

Dicho ello, conviene retomar lo ya expuesto en el presente fallo, en


cuanto a las razones que, en la respectiva exposición de motivos, se
dieron para sustentar la respectiva reforma que llevó a la redacción
vigente de la hipótesis jurídica que se cuestiona.

Así, se explicó que lo que sustentó la intención de la iniciativa, en


lo general -pues se reformaron también otros preceptos-, lo fue el
buscar que:

 Los prestadores del servicio de seguridad privada, actúen


sobre la base de principios fundamentales para el correcto
funcionamiento de las empresas, y para que la autoridad
correspondiente tenga los elementos necesarios para el control
de las mismas, para que basados en la ley, se puedan otorgar
las licencias y en su caso se emitan las sanciones
correspondientes para que las actividades de protección se
proporcionen con eficiencia, integridad y dignidad; para que el
trato y la protección a los usuarios y a la población en general
sea el correcto, evitando arbitrariedades y violencia, actuando

56
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

con congruencia y proporcionalidad en sus facultades y


utilizando los medios adecuados para la seguridad.

 Se ampliarán y rediseñarán las sanciones, bajo un enfoque de


una ley más estricta, endureciéndose las mismas para quienes
actúen de forma contraria a la Ley.

 Se controlara a las empresas "pirata", porque muchas de ellas


que ahora están funcionando sin ningún problema, en lugar de
proporcionar protección a sus clientes, representan un verdadero
peligro para la seguridad de las personas y sus bienes.

Pero aún más importante, es retomar lo que la Comisión de


Seguridad Pública de la Cámara de Diputados, expuso al dictaminar la
citada iniciativa, de donde puede rescatarse la intención de:

 Establecer con claridad las conductas sujetas a sanciones.

Así, por un lado, es posible aceptar que la norma impugnada,


cumplió esencialmente con la intención del legislador de que se
precisaran con claridad las conductas sujetas a sanciones; sin
embargo, lo que es difícil aceptar, es que el establecimiento de una
sanción a las empresas de seguridad privada, consistente en
suspender su autorización de un mes a seis meses, cuando no
presenten en tiempo la solicitud de revalidación de autorización,
permite proteger el bien jurídico tutelado que se construye a partir de
las premisas de que las empresas de seguridad privada, deben:

57
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

a) Operar correctamente42, proporcionar sus servicios con


eficiencia, integridad y dignidad, y ser controladas en su
funcionamiento por la autoridad correspondiente, de tal forma
que ésta tenga los elementos necesarios para el otorgamiento
de las autorizaciones.

b) Dar trato correcto a sus usuarios y población en general,


evitando arbitrariedades y violencia, así como actuando con
congruencia y proporcionalidad en sus facultades y utilizando
los medios adecuados para la seguridad.

c) Operar con autorización y no ser un peligro para la seguridad


de las personas y sus bienes.

Se afirma lo anterior, dado que, en realidad, el que una empresa


de seguridad privada, presente de manera extemporánea una solicitud
de revalidación no puede implicar necesariamente que la respectiva
empresa:

 Seguirá operando una vez que venza la autorización y sin


control de la autoridad, para el caso de que no se otorgue
la respectiva revalidación.

 Operará con arbitrariedad y violencia o de forma incorrecta


durante el tiempo restante que corresponda a la vigencia de
la autorización con que se cuenta.

42 Cumpliendo los principios del artículo 1º de la Ley Federal de Seguridad Interior.

58
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5597/2018

Esto es, debe partirse del hecho de que las personas físicas o
morales, como lo prevén los artículos 2, fracción VIII43, 1644, 1745 y de
más relativos de la Ley Federal de Seguridad Privada, tienen el derecho
de solicitar autorización para prestar servicios de seguridad privada en
dos o más entidades federativas, la cual, en su caso, puede otorgarse
con vigencia de un año, al término del cual, en principio, el respectivo
prestador del servicio debe abstenerse de prestarlo hasta que sea
expedido un nuevo acto administrativo que lo autorice para tal efecto:

“Artículo 23.- Transcurrida la vigencia de la autorización o su


revalidación, el interesado deberá abstenerse de prestar el servicio de
seguridad privada, hasta en tanto sea expedido un nuevo acto
administrativo que lo autorice para tal efecto.”

De hecho, el análisis sistemático de los artículos 16 y 42 de la Ley


Federal de Seguridad Privada, permite entender que es indispensable
contar con autorización previa de la autoridad competente para prestar
servicios de seguridad privada en dos o más entidades federativas, y
que la prestación de dichos servicios sin autorización, conllevaría la
imposición de las respectivas sanciones contempladas en la propia Ley.

43 “VIII. Autorización.- El acto administrativo por el que la Secretaría de Seguridad Pública Federal,
a través de la Dirección General de Registro y Supervisión a Empresas y Servicios de Seguridad
Privada, permite a una persona física o moral prestar servicios de seguridad privada en dos o más
entidades federativas.”
44 "Artículo 16.- Para prestar servicios de seguridad privada en dos o más entidades federativas,

se requiere autorización previa de la Dirección General, para lo cual el prestador de servicios,


deberá ser persona física o moral de nacionalidad mexicana y cumplir con los requisitos
establecidos en el título tercero de esta Ley.
Una vez que la Dirección General reciba la solicitud de autorización, deberá solicitar a la entidad
federativa en que el prestador de servicios tenga establecida o pretenda establecer su oficina matriz,
un informe sobre los antecedentes profesionales, de imagen e impacto social del peticionario. Dicho
informe deberá ser remitido por la autoridad local en un plazo máximo de quince días hábiles y será
tomado en cuenta por la Dirección General al momento de resolver lo procedente, de no recibirse el
informe en el plazo establecido, se entenderá que no hay objeción alguna por parte de la entidad
que corresponda”.
45 “Artículo 17.- La autorización que se otorgue será personal e intransferible, contendrá el número

de registro, ámbito territorial, modalidades que se autorizan y condiciones a que se sujeta la


prestación de los servicios. La vigencia será de un año y podrá ser revalidada por el mismo tiempo
en los términos establecidos en esta Ley”.

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Ahora bien, así como las personas físicas o morales tienen el


derecho de solicitar la autorización respectiva, tienen también la
posibilidad de solicitar la respectiva renovación -denominada en el caso
“revalidación”- de la respectiva autorización, por un año más y así
sucesivamente, según se advierte de los artículos 2, fracción IX46, 17 y
1947 de la Ley.

No obstante, lo que no puede derivarse del ordenamiento


impugnado, ni sería constitucionalmente aceptable, es obligar a que las
personas físicas o morales deban prestar de manera indefinida los
servicios de seguridad privada, mediante la formulación de
revalidaciones anuales, pues es posible que un prestador del servicio,
decida simplemente ya no prestarlo después de concluida la vigencia
de la autorización o revalidación correspondiente, o sólo prestarlo en
una entidad federativa y ya no en dos o más.

En esos términos, bastaría, en principio, dejar que venza la


autorización o revalidación respectiva, con la certeza de que, si se
siguen prestando servicios de seguridad privada en dos o más estados
después de expirada la vigencia respectiva, ello activaría la facultad de
la autoridad competente para imponer la respectiva sanción.

Así, en cuanto al trámite de revalidación respectivo, el mismo sólo


implica la posibilidad de las personas físicas o morales de continuar o
no prestando el respectivo servicio por otro año, pero el que no se
ejerza dicho derecho, no conlleva en automático el que, vencida la

46 “IX. Revalidación.- El acto administrativo por el que se ratifica la validez de la autorización.”


47 “Artículo 19. Para revalidar la autorización otorgada, bastará que el prestador de servicios,
cuando menos con treinta días hábiles de anticipación a la extinción de la vigencia de la autorización,
lo solicite y manifieste, bajo protesta de decir verdad, no haber variado las condiciones existentes al
momento de haber sido otorgada, o, en su caso, actualice aquellas documentales que así lo
ameriten, tales como inventarios, movimientos de personal, pago de derechos, póliza de fianza,
modificaciones a la constitución de la empresa y representación de la misma, planes y programas
de capacitación y adiestramiento, y demás requisitos que por su naturaleza lo requieran.”

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vigencia respectiva, se seguirá prestando el servicio, sino sólo el de que


se ha perdido el derecho de pedir la revalidación y de que procedería
en consecuencia tramitar, en su caso, una nueva autorización.

Incluso, si lo que ocurre es que el prestador de servicios de


seguridad privada, decide presentar la solicitud de revalidación, pero lo
hace fuera de tiempo, ello tampoco implica que durante el plazo
remanente de la vigencia de la autorización, incumplirá con los deberes
de calidad del servicio respectivo, ni que se traducirá ello en
arbitrariedad o violencia, sino a lo mucho el que, si desea continuar
prestando el servicio, tendría que presentar una nueva autorización y
posiblemente, que dejar de prestar el servicio hasta que la misma se
emita.

Ello sin perjuicio de que la respectiva revalidación pueda o no


otorgarse, pues el ordenamiento que nos ocupa, más allá de la sanción
que establece, no prohíbe expresamente que pueda resolverse
favorablemente una solicitud de revalidación presentada
extemporáneamente, aunque del artículo 19 de la propia Ley, puede
derivarse de forma implícita que ello es condición sine qua non para
que proceda la solicitud de revalidación.

Todo lo anterior evidencia, sin duda, que como lo argumenta la


parte quejosa, el presentar o no en tiempo una solicitud de revalidación,
sólo implica el cumplimiento de un requisito administrativo que, incluso,
puede considerarse de carácter procesal, pues ello sólo puede incidir
en que se resuelva o no, antes de que fenezca el plazo de la
autorización correspondiente, la respectiva solicitud de revalidación, y
en que, ésta se otorgue o no, de cumplirse con el plazo de presentación
que la Ley señala como requisito para la procedencia de la propia

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revalidación: treinta días hábiles de anticipación a la extinción de la


vigencia de la autorización.

Así, no puede considerarse que la falta de presentación en tiempo


de una solicitud de revalidación conlleve razonabilidad alguna para
sustentar en dicha conducta una sanción adicional a la consecuencia
natural de expiración de la respectiva autorización inicialmente
otorgada, pues la revalidación actualiza únicamente la voluntad
externada por una persona física o moral para continuar prestando un
servicio, y si bien es aceptable la imposición de requisitos aplicables a
dicha revalidación, lo que no puede aceptarse es un control del Estado
sobre la voluntad de los particulares de seguir o no prestando
determinado servicio.

Lo anterior, no impide que pudieran sancionarse otros actos


derivados del vencimiento de una autorización -no revalidada-, como lo
pudieran ser el uso de bienes y objetos utilizados para la prestación de
servicios de seguridad privada en sitios públicos, cuestión que, de
hecho, ya se encuentra prevista en el último párrafo del artículo 39 de
la Ley Federal de Seguridad Privada y que prevé, incluso, además de
las sanciones respectivas, la solicitud ante la autoridad competente de
su inmovilización y aseguramiento precautorio.

Pero en todo caso, debe aclararse que la única norma general


sujeta de escrutinio y pronunciamiento en el presente asunto, lo es el
artículo 42, fracción III, inciso c) de la Ley Federal de Seguridad
Privada, misma que se estima inconstitucional al vulnerar el principio
de razonabilidad de las sanciones derivado del artículo 22 de la
Constitución Federal, en cuanto a que no se estima razonable castigar
a una persona física o moral por el simple hecho de que no presente en
tiempo la respectiva solicitud de revalidación, puesto que avalar la

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constitucionalidad de la norma, sería tanto como validar que las


personas en cuestión, están obligadas a prestar de manera indefinida
y aún en contra de su voluntad, los servicios de seguridad privada para
los cuales formularon una primera solicitud con vigencia de un año.

Ello, máxime que, en todo caso, en términos de la propia Ley


Federal de Seguridad Privada, están sujetas a control del Estado tanto
las empresas que cuenten con autorización o revalidación, como
aquéllas que no cuenten con dichos requisitos de funcionamiento; y de
que, en todo caso, existen otras sanciones o cuando menos, la
posibilidad de sancionar conductas que sí actualicen la “incorrecta
operación de servicios de seguridad privada autorizados” -en
contravención de los respectivos principios aplicables-, así como la
propia sanción establecida para la “prestación de servicios de
seguridad privada sin autorización”, siendo que el presentar o no la
respectiva solicitud de revalidación en tiempo, no puede entenderse
como una “operación indebida” o como un “acto de arbitrariedad”, “de
violencia” o “de peligro” del prestador de servicios de seguridad privada,
sino sólo como una expresión tardía de su voluntad para seguir
prestando un servicio, con la consecuencia natural de que la respectiva
autorización venza sin posibilidad de revalidación y la necesidad de
tener que tramitar una nueva autorización, con el impacto de que no se
podrá prestar el servicio hasta que se obtenga la misma.

7.5.- Evaluación del artículo 42, fracción III, inciso c) de la Ley


Federal de Seguridad Privada, en cuanto al requisito de
proporcionalidad.

Si bien se estima suficiente para declarar inconstitucional la norma


general impugnada, el hecho de que no cumpla con el requisito de
razonabilidad de la sanción que deriva del artículo 22 de la Constitución

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Federal, conviene en el caso, explicar obiter dicta que, de cualquier


forma, la norma resultaría inconstitucional de realizarse la respectiva
comparación con otras conductas de gravedad similar.

Para ello, basta partir del hecho de que la Ley en cuestión en su


artículo 42, fracción III, inciso c) de la Ley Federal de Seguridad
Privada, sólo castiga a quienes, teniendo una autorización, no la
renueven en tiempo, lo que es excesivamente desproporcional con
respecto a quienes ni siquiera cuentan con la respectiva autorización,
pues éstos, podrían sin mayor obstáculo formular en cualquier tiempo
una solicitud de autorización.

Conviene precisar que, en el caso, la desproporción se hace


mayormente evidente, pues si bien, como ya se comentó previamente,
del artículo 19 de la Ley Federal de Seguridad Privada, se deriva la
condición de que la revalidación, sólo puede proceder cuando la
respectiva solicitud se formule cuando menos con treinta días de
anticipación a la extinción de la vigencia de la autorización, lo cierto es
que el precepto cuestionado en la porción normativa que nos ocupa,
refiere que la sanción respectiva a no formular en tiempo la solicitud de
revalidación, conllevará como sanción la suspensión de la autorización
de uno a seis meses, lo que es absurdo por las siguientes razones:

 No presentar en tiempo una solicitud de revalidación, implica


que la misma se presente en los restantes treinta días de
vigencia de la misma, y si bien se habla en el artículo 19 de
días hábiles, existe el espacio para que la misma se presente
cuando falte menos de un mes para que venza la respectiva
autorización, así, en distintos casos, sería imposible
suspender una autorización por uno a seis meses, si resta de
vigencia de la misma menos de un mes.

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 Si se presenta la solicitud de revalidación una vez vencida la


autorización, en realidad no existiría autorización que
revalidar ni menos que suspender por uno a seis meses.

Ahora bien, si la autoridad respectiva, a pesar de que se presente


de forma extemporánea una solicitud de revalidación, la otorga, resulta
contradictorio que por un lado se permita la extensión del plazo de
vigencia de la autorización y que, por otro, se castigue con seis meses
a un año a quien presente dicha solicitud de revalidación tardía si de
cualquier forma la misma será otorgada.

Además, ello mostraría que de cualquier forma, la autoridad tiene


la capacidad de tramitar en tiempo una solicitud de revalidación
extemporánea y que, en su caso, lo que se castiga, no es la indebida
operación del prestador de servicios de seguridad privada, sino la carga
de trabajo o presión que se genera a la autoridad para atender un
trámite, pero ello, en todo caso, no tiene relación con los fines últimos
y bienes jurídicamente tutelados en la Ley, lo que por mayoría de razón,
concede validez a los argumentos que planteó la parte quejosa al
impugnar la norma en su falta de razonabilidad y proporcionalidad.

Pero más allá de lo anterior, conviene precisar que la Ley en


cuestión, establece también como sanciones la amonestación y la
multa, y que, en el caso, a pesar de que no se advierte que la norma
impugnada, castiga en realidad una afectación directa a los bienes
jurídicamente protegidos por la Ley impugnada -contemplados en su
artículo 1º-, lo cierto es que se sanciona con igual severidad al ejercicio
tardío de un derecho para revalidar una autorización, que al:

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 No proporcionar capacitación y adiestramiento a los elementos o


personal que preste el servicio de seguridad privada.

 No informar el cambio de domicilio.

 No aplicar anualmente exámenes médicos, psicológicos y


toxicológicos al personal operativo.

 No coadyuvar con las autoridades y las instituciones de seguridad


pública en situaciones de urgencia, desastre o en otros casos.

 Realizar funciones reservadas a los cuerpos e instituciones de


seguridad privada o a las Fuerzas Armadas.

 No utilizar el término “seguridad privada”.

 Utilizar uniformes y elementos de identificación del personal


operativo que no se distingan de los utilizados por las
instituciones de seguridad pública y las Fuerzas Armadas.

 Permitir que el personal operativo utilice el uniforme, armamento


y equipo fuera de los lugares y horarios de prestación del servicio.

 No solicitar antecedentes policiales del personal, no inscribirlo en


el Registro respectivo o no inscribir equipo y armamento.

Lo anterior entre otras conductas de tal gravedad que sí puede


afectar la prestación del servicio de seguridad privada y actualizar un
riesgo directo para la seguridad de las personas y de los bienes, lo que
se insiste, no ocurre con la sola omisión de presentar en tiempo una
solicitud de revalidación de la respectiva autorización.

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Y es que, en la Ley Federal de Seguridad Interior, es difícil


encontrar otra conducta similar que se castigue con sanción menor,
pues no existe previsión específica sobre los casos en que proceda por
ejemplo, la amonestación o la multa que pudieran considerarse
sanciones menores, y en todo caso, sólo existen previsiones
específicas para sanciones más graves.

Sin embargo, basta considerar la comparación que se hizo al


inicio de este apartado, con respecto a personas que no presenten
solicitud de revalidación, ya que, en ese caso, la Ley Federal de
Seguridad Privada no impone sanción alguna.

Esto es, se prevé la suspensión de la autorización de uno a seis


meses, sólo para quien no presente en tiempo la solicitud de
revalidación de autorización, pero no se prevé expresamente sanción
alguna para quien ni siquiera formule dicha solicitud.

Así, sin duda, lo que se castiga es el externar tardíamente la


voluntad de revalidar una autorización, mientras que no se castiga a
quien ni siquiera presenta la respectiva solicitud, pues como ya se dijo
anteriormente, entender de forma distinta la norma impugnada, implica
que se castiga el no seguir prestando la prestación del servicio, como
si fuese posible imponer de por vida o de manera indefinida a una
persona física o moral, la necesidad de prestar los respectivos servicios
de seguridad privada.

En esas condiciones, lo proporcional es que si no existe sanción


alguna para quien ni siquiera presenta solicitud de revalidación, menos
debería sancionarse a quien sí la presenta tardíamente, situación que
se asemeja a aquél particular que no cuenta con autorización y que

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decide solicitarla en algún momento, sin que por ello deba ser expuesto
a una sanción determinada.

7.6.- Decisión.

En los términos expuestos, al resultar fundados los argumentos de


agravio de la quejosa recurrente en la revisión principal, fundado el
concepto de violación analizado e inoperantes los agravios expuestos
en la revisión adhesiva, procede revocar la sentencia recurrida,
conceder el amparo y protección de la Justicia Federal solicitado y
estimar infundada la revisión adhesiva.

OCTAVO. Efectos. En términos de lo señalado en los artículos


77, fracción I y 78 de la Ley de Amparo, la restitución a la empresa
quejosa (aquí recurrente) en el pleno goce del derecho violado, se
reflejará una vez que la autoridad responsable deje insubsistente la
sentencia reclamada y dicte una nueva en la que, atendiendo a la
inconstitucionalidad del artículo 42, fracción III, inciso c) de la Ley
Federal de Seguridad Privada establecida en esta resolución, resuelva
la controversia sometida a su jurisdicción.

Por lo antes expuesto y fundado, esta Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, resuelve:

PRIMERO. Se revoca la sentencia recurrida.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y protege a


CONSTRUCTORA DHAP, SOCIEDAD ANÓNIMA DE CAPITAL
VARIABLE, contra el acto y autoridad precisados en el resultando
primero de esta ejecutoria, en atención a las razones expuestas en el
considerando séptimo de este fallo.

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TERCERO. Es infundado el recurso de revisión adhesiva.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos


a su lugar de origen y, en su oportunidad, archívese este expediente
como asunto concluido.

En términos de lo previsto en los artículos 113 y 116 de la Ley General de Transparencia y Acceso
a la Información Pública; 110 y 113 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública; y el Acuerdo General 11/2017, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
publicado el dieciocho de septiembre de dos mil diecisiete en el Diario Oficial de la Federación, en
esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o
confidencial que se encuentra en esos supuestos normativos.

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