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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN

5999/2016.
QUEJOSA: **********.

VISTO BUENO
SEÑOR MINISTRO
MINISTRO PONENTE: JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO.
SECRETARIA: NÍNIVE ILEANA PENAGOS ROBLES.

Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al veintiuno de junio de
dos mil diecisiete.

V I S T O S para resolver los autos del recurso de revisión


5999/2016, derivado del juicio de amparo directo penal **********, del
índice del Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Séptimo
Circuito; y,

R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Demanda de amparo. Por escrito presentado el ocho


de marzo de dos mil dieciséis, en la Oficialía de Partes de la Tercera
Sala del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz,
**********, por su propio derecho, solicitó el amparo y la protección de la
Justicia Federal, en contra de las autoridades y por el acto que a
continuación se indican:

Autoridades responsables:

Como ordenadora:

 Magistrados integrantes de la Tercera Sala del Tribunal


Superior de Justicia del Estado de Veracruz.
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Como ejecutora:

 Juez Primero de Primera Instancia en el Distrito Judicial de


Veracruz.

Acto reclamado: La sentencia de veintinueve de enero de dos


mil dieciséis, dictada en el toca 1802/2016 y su ejecución.

SEGUNDO. Derechos violados. La parte quejosa señaló como


derechos fundamentales violados en su perjuicio, los contenidos en los
artículos 1, 4, 14, 16 y 17 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; narró los antecedentes del caso y formuló los
conceptos de violación que estimó pertinentes.

TERCERO. Trámite y resolución del juicio de amparo. Por


razón de turno correspondió conocer de la demanda de amparo al
Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Séptimo Circuito, cuyo
Presidente, la admitió a trámite mediante proveído de diecisiete de
mayo de dos mil dieciséis, registrándola con el **********1.

Seguidos los trámites procesales correspondientes, el órgano


colegiado dictó sentencia el ocho de septiembre de dos mil dieciséis,
en el sentido de negar el amparo solicitado2.

CUARTO. Interposición del recurso de revisión. Inconforme con


la resolución anterior, mediante escrito presentado el cinco de octubre
de dos mil dieciséis, en la Oficina de Correspondencia Común de los

1
Cuaderno del juicio de amparo directo penal **********. Fojas 56 a 57.
2
Ibid. Fojas 76 a 98.

2
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Tribunales Colegiados en Materia Penal del Séptimo


Circuito, **********, interpuso recurso de revisión.

Por auto de siete de octubre de dos mil dieciséis, el Magistrado


Presidente del Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Séptimo
Circuito, tuvo por interpuesto el recurso de revisión y ordenó remitir los
autos del juicio de amparo y el escrito de expresión de agravios a la
Suprema Corte de Justicia de la Nación.

QUINTO. Trámite del recurso de revisión ante la Suprema


Corte de Justicia de la Nación. Con la remisión anterior, el Presidente
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por auto de dieciocho de
octubre de dos mil dieciséis, ordenó formar y registrar el expediente de
amparo directo en revisión con el número 5999/2016, lo admitió y lo
turnó para su conocimiento al Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo,
integrante de esta Primera Sala de este Alto Tribunal, por corresponder
a su especialidad, esto con reserva del estudio de importancia y
trascendencia que en el momento procesal oportuno se realice, así
como su radicación en la referida Sala.

SEXTO. Avocamiento de la Primera Sala. De esta forma, la


Ministra Presidenta de la Primera Sala, mediante acuerdo de seis de
diciembre de dos mil dieciséis, se AVOCÓ al conocimiento del recurso
de revisión interpuesto y además, determinó enviar los autos a la
Ponencia del Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo para la elaboración
del proyecto de resolución.

CONSIDERANDO

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PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer y resolver
el presente recurso de revisión, conforme a lo dispuesto en los artículos
107 fracción IX de la Constitución; 81, fracción II de la Ley de Amparo
vigente; 21 fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial
de la Federación en relación con el punto Tercero del Acuerdo General
Plenario 5/2013, toda vez que el recurso se interpuso en contra de una
sentencia pronunciada por un Tribunal Colegiado en amparo directo,
cuya resolución no requiere la intervención del Tribunal Pleno.

SEGUNDO. Oportunidad. En cuanto a la oportunidad del


presente recurso, se desprende que el Primer Tribunal Colegiado en
Materia Penal del Séptimo Circuito, dictó la sentencia recurrida el ocho
de septiembre de dos mil dieciséis, y se notificó a la quejosa el veinte
de septiembre del año en cita, por lo que dicha notificación surtió sus
efectos el veintiuno de septiembre siguiente.

En consecuencia, el término de diez días para la interposición del


recurso previsto en el artículo 86 de la Ley de Amparo transcurrió del
veintidós de septiembre al cinco de octubre de dos mil dieciséis,
sin contar los días veinticuatro y veinticinco de septiembre, uno y dos
de octubre de dos mil dieciséis, por ser inhábiles conforme a lo
establecido en el artículo 19 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

En tales condiciones, dado que de autos se desprende que el


recurso de revisión fue presentado en la Oficina de Correspondencia
Común de los Tribunales Colegiados en Materia Penal del Séptimo
Circuito, el cinco de octubre de dos mil dieciséis, resulta evidente que
se interpuso oportunamente.
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TERCERO. Cuestiones necesarias para resolver el


asunto. Los argumentos que serán estudiados en
esta instancia, son los que a continuación se sintetizan.

I. Antecedentes. De las constancias que obran en autos, se


desprenden los siguientes datos procesales:

1. El catorce de octubre de dos mil quince, la Juez del Juzgado


Primero de Primera Instancia del Distrito Judicial de Veracruz, dictó
sentencia absolutoria en la causa penal 241/2014-III, instruida en
contra de **********, por el delito de **********, previsto en el artículo 241
del Código Penal de la referida entidad, en virtud de que consideró que
no se acreditaba el cuerpo del delito del referido ilícito.

2. Inconforme el Ministerio Público interpuso recurso de


apelación, asimismo al notificar dicha resolución al aquí tercero
interesado **********, manifestó que se adhería a la apelación
interpuesta por el fiscal adscrito al juzgado, designó como su
representante en segunda instancia al Representante Social que
designara la Fiscalía General del Estado; recurso del cual conoció la
Tercera Sala del Tribunal Superior de Justicia del Estado, con sede en
Xalapa, Veracruz, bajo el número de toca 1802/2016, resolviendo el
veintinueve de enero de dos mil dieciséis, por una parte revocar la
sentencia de primera instancia y por la otra dictó sentencia
condenatoria en contra de **********, por el delito de **********,
imponiendo la pena de **********; asimismo, con relación a la
reparación del daño, condenó a la sentenciada a la devolución del
menor agraviado al progenitor **********.

3. Contra esta determinación **********, por su propio derecho,


solicitó el amparo y la protección de la Justicia Federal, del cual tocó
conocer al Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Séptimo
Circuito, con el número AD 183/2016, resolviendo en sesión de ocho de
septiembre de dos mil dieciséis, negar el amparo solicitado.
Determinación que es materia del presente recurso.

II. Conceptos de violación: El quejoso hizo valer los siguientes


argumentos:

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1. Que se infringen sus derechos fundamentales tutelados por los


artículos 1, 4, 14, 16 y 17 Constitucionales, porque el Tribunal Ad quem
responsable dejó de tener en consideración que el Ministerio Público
no aportó pruebas con valor probatorio pleno que demuestren el delito
de sustracción de menores que se le imputa, pues las que aportó no
sirven para desvanecer el derecho de presunción de inocencia
establecido en su favor, puesto que los medios de convicción
aportados sólo son indicios que sirvieron para el dictado del auto de
formal prisión, pero no son aptos ni suficientes para acreditar el delito y
su plena responsabilidad en su comisión.

Alega que si bien las pruebas que justipreció la Sala responsable


sirvieron para tener por demostrados el cuerpo del delito de
conformidad con el artículo 178 del código adjetivo penal en comento, y
la probable responsabilidad, no suficientes ahora para tener por
demostrado el delito y la plena responsabilidad que se atribuye a la
sentenciada, atento a lo establecido en el diverso numeral 298 del
cuerpo de leyes citado.

2. Alega que no se dan los elementos del delito de sustracción de


menores porque nunca ha dejado de tener la patria potestad sobre el
menor, ni ha sido limitada, suspendida o declarada perdida, por lo que,
al ser su madre ha mantenido en todo momento todos y cada uno de
los deberes que dicha institución le impone y dentro de ellos, tomar
decisiones en beneficio de los derechos e intereses de su hijo, pues
tiene el deber de realizar todo lo que esté bajo sus posibilidades para
proteger y satisfacer el sano desarrollo integral del menor.

Aduce que la sentencia reclamada deviene ilegal porque la Sala


responsable analizó erróneamente el alcance y valor jurídico de las
pruebas que obran en la causa penal, pues si así lo hubiera hecho
llegaría a la conclusión de la figura de la atipicidad, esto es, si hubiese
realizado un juicio de tipicidad correcto, llegaría a la conclusión que la
conducta que se le imputa es atípica, porque en todo momento desde
que nació su menor hijo, ha detentado sobre éste la patria potestad y
ésta en ningún momento ha sido terminada o limitada, suspendida o
declarada perdida, en los términos de los artículos 372, 373, 373 bis ó
376 del Código Civil del Estado de Veracruz.

Por lo que como madre del menor en todo momento ha cumplido


con los deberes que dicha figura jurídica le impone y dentro de ellos
poder tomar decisiones en beneficio de los derechos e intereses del
menor pasivo, por lo que en ejercicio de sus deberes no requiere de la
autorización, ni de la anuencia o permiso del otro progenitor, ni de
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autoridad que limite ese ejercicio o que le imponga


restricciones a la misma y, si acudió por su hijo fue
por las razones que expuso presentaba su hijo, de
circunstancia que no ponderó la responsable, pues sólo le bastó para
dictar la sentencia reclamada verificar objetivamente la hoy quejosa
hubiese sustraído a un menor de edad de quien tuviese la guarda y
custodia, aun de hecho, para que se dé el delito, lo que es incorrecto
pues no sólo basta con verificar quien tenía la guarda y custodia de
hecho, sino que también debió verificar que dicha guarda y custodia de
hecho, se viniera ejercitando efectivamente, es decir, con todos los
contenidos de las obligaciones de la guarda y custodia para con el
menor, protegiendo su sano desarrollo y su integridad física y
emocional, lo que en la especie no sucedió, pues el padre golpeaba a
su hijo, vivía en un ambiente hostil, y lo maltrataba causándole daño
emocional como consta en las valoraciones psicológicas.

3. Que las pruebas de descargo que obran en el sumario no son


optas ni suficientes para comprobar el delito que se le imputa, pues la
responsable valora de forma incorrecta su alcance y eficacia ya que
van en contra de los principios de la lógica y la congruencia.

4. La responsable viola en su perjuicio los artículos 1 y 4 de la


Constitución Federal, porque la valoración de las pruebas las realiza de
manera desigual, ya que no analiza que fue víctima de violencia por su
condición de mujer y sus condiciones personales, pues no valora con
perspectiva de género; asimismo señala que se transgrede en su
perjuicio el principio de presunción de inocencia; que no analizó las
pruebas de descargo que ofreció y la del menor ofendido.

5. Que la Sala responsable viola los derechos fundamentales y


humanos previstos en los artículos 1, 4, 14 y 16 constitucionales, así
como los artículos 2.2, 3, 5, 6, 9, 12, 19 y 27 de la Convención de los
Derechos del Niño, ya que considera que la condena a la reparación
del daño para el efecto de que entregue a su menor hijo al padre del
mismo, no se encuentra debidamente fundada y motivada.

Lo anterior, porque no pondera el interés superior del niño, sin


considerar que de las propias constancias que obran en el sumario, su
hijo en sede judicial rindió su testimonio y señaló que él se quería
quedar con la quejosa y que además su padre (tercero interesado) lo
golpeaba, aunado a que existen periciales en psicología donde señala
el daño sufrido por su menor hijo al lado de su progenitor.

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Que existen en el sumario las valoraciones psicológicas tanto de la


Fiscalía General del Estado de Veracruz y una perito psicóloga
particular, donde son coincidentes en señalar que el menor alcanza su
bienestar emocional y afectivo al lado de la quejosa; aduciendo al
respecto que en este tenor debió resolver la Sala responsable, porque
como lo hizo afecta de manera directa los derechos de su menor hijo.

III. Sentencia del Tribunal Colegiado. El Primer Tribunal


Colegiado en Materia Penal del Séptimo Circuito, al analizar los
conceptos de violación estimó que eran ineficaces, en atención a las
siguientes consideraciones:

Declaro infundados los argumentos en los que aduce que se


infringen, sus derechos fundamentales tutelados por los artículos 1, 4,
14, 16 y 17 Constitucionales; en virtud de que contrariamente a lo
alegado, el Tribunal Ad quem responsable, resolvió con apego a
derecho, pues el material probatorio que obra en la causa penal
debidamente analizado y valorado, resulta idóneo y suficiente para
tener por demostrados los elementos del delito de sustracción de
menores, previsto y sancionado por el artículo 241 del Código Penal
del Estado vigente en el lugar de los hechos.

En esa línea de pensamiento, declaró infundado lo alegado en el


sentido de que no se dan los elementos del delito de sustracción de
menores porque nunca ha dejado de tener la patria potestad sobre el
menor; ya que del material probatorio que obra en la causa penal, en el
cual se apoyó la Sala responsable, existen elementos suficientes para
tener por demostrada su plena responsabilidad en la comisión del delito
que se le imputa, sin que el hecho de tener la patria potestad sobre el
menor, impida la configuración del delito que se le imputa, habida
cuenta que para la actualización del tipo penal en comento basta que el
ofendido tenga la guarda o custodia del menor de hecho o por derecho,
para que se tipifique el ilícito, sin que obste a ello, que la sentenciada
tenga la patria potestad sobre el menor, pues el bien jurídico tutelado lo
es la guarda y custodia de los menores y no la preservación de la patria
potestad del menor.

 Que es infundado que se transgreda el principio de presunción


de inocencia; pues la responsabilidad penal que se le reprocha se ve
justificada con la constatación de haberse observado o cumplido los
requisitos que la propia ley contempla para que esa afectación quede
enmarcada dentro de la legalidad.
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 Indicó que tampoco asiste razón a la quejosa


tocante a lo alegado respecto de que si bien las
pruebas que justipreció la Sala responsable sirvieron
para tener por demostrados el cuerpo del delito de conformidad con el
artículo 178 del código adjetivo penal en comento, y la probable
responsabilidad, no suficientes ahora para tener por demostrado el
delito y la plena responsabilidad que se atribuye a la sentenciada,
atento a lo establecido en el diverso numeral 298 del cuerpo de leyes
citado; lo anterior, porque si bien es cierto se parte de las pruebas que
originalmente se tomaron en consideración para resolver la situación
jurídica de la inculpada, no menos lo es que, a más de que las mismas
fueron ratificadas ante el juez instructor por quienes en ellas
intervinieron, también se recabaron los diversos medios de convicción
que la Sala responsable justipreció y con los cuales y en conjunto
sirvieron para tener por demostrados los elementos del delito de
sustracción de menores y la plena responsabilidad de la inculpada en
su comisión, lo que como ya se precisó anteriormente se estima
ajustado a derecho. Por lo que no tiene aplicación la tesis que cita la
inconforme de rubro: “ACREDITACIÓN DEL CUERPO DEL DELITO Y
DEL DELITO EN SÍ. SUS DIFERENCIAS.”

Declaró infundados los argumentos en los que alega que la


sentencia reclamada deviene ilegal porque la Sala responsable analizó
erróneamente el alcance y valor jurídico de las pruebas que obran en la
causa penal; porque, en primer lugar, para que se actualice la conducta
típica del delito de sustracción de menores, la ley no exige que se
tenga o no la patria potestad, sino que basta que el sujeto activo
sustraiga al menor de dieciocho años de la guarda o custodia de quien
la tenga de hecho o por derecho, sin causa justificada o sin orden de
autoridad judicial competente, lo que como bien lo apreció la Sala
responsable, quedó acreditado, en virtud de que de las pruebas antes
reseñadas y en las que se basó dicha responsable, quedó acreditado
que quien tenía la guarda o custodia de hecho del menor ofendido era
su padre, pues incluso tenía el carácter de tutor en la escuela primaria
“Juan de la Luz Enríquez” en donde estudiaba y vivía con él en su
domicilio y, aun cuando la hoy sentenciada alega que como madre del
pasivo y por ostentar la patria potestad sobre el mismo, al percatarse
del estado precario que éste guardaba en su persona y en virtud de
que el padre del niño lo maltrataba, pues lo golpeaba y lo castigaba,
decidió ir a la mencionada escuela por él y llevárselo a su domicilio, sin
embargo, tal extremo no se encuentra justificado plenamente, porque si
bien existen los dictámenes periciales en materia de psicología en los
que los expertos manifestaron que el menor desea estar con su mamá,
agregando la experta Ana Luisa Gómez López que en entrevista con el
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menor éste manifiesta signos de violencia y maltrato por parte del


padre del menor, ello es insuficiente para demostrar el aserto de la
inconforme, pues como bien lo estimó el Tribunal Ad quem, no
encuentra apoyo en alguna otra prueba que lo corrobore, pues estuvo
en aptitud de utilizar otras vías legales para proteger al menor.

De lo anterior concluyó que no se actualiza la causa de exclusión


que alega la inconforme prevista por los artículos 6, 23 fracción II, y 24,
párrafo segundo, del código punitivo citado, habida cuenta de que en el
presente caso no existe atipicidad, es decir, inexistencia de alguno de
los elementos de la descripción legal.

Señaló que tampoco asiste razón cuando aduce que la Sala


responsable no analizó las pruebas de descargo que ofreció y la del
menor ofendido; toda vez que, basta la lectura de la sentencia
reclamada para advertir que, contrario a lo que aduce, el Tribunal Ad
quem, analizó y valoró la prueba de descargo que ofreció, consistente
en la deposición de los testigos ********** y **********; cuyos testimonios
se desestimaron por las razones que expuso.

 Por otra parte, si bien en la causa penal consta que las diligencias
de depósito judicial del menor registradas con el número de expediente
1741/2012, del índice del Juzgado Cuarto de Primera Instancia, de
Veracruz, Veracruz, que promovió el aquí tercero interesado, no
prosperaron por considerar el juez civil que se trataba de actos
tendentes a evadir de la procuración de la justicia, lo cual aduce la
inconforme, soslayo el A quem, tal argumento lo declaró infundado,
porque con independencia de que el padre del menor no contara con el
depósito judicial del pasivo, como se dijo, quedó demostrado en la
causa penal que sí tenía la guarda y custodia de hecho, del menor, por
lo que la sentenciada al haberlo sustraído de esa custodia, con su
proceder actualizó el tipo penal que se le atribuye, sin que con ello se
contravenga el interés superior del menor, como infundadamente alega
la inconforme. Sin que tenga aplicación la tesis que cita de rubro:
“DERECHOS DE LOS NIÑOS. BASTA CON QUE SE COLOQUEN
EN UNA SITUACIÓN DE RIESGO PARA QUE SE VEAN
AFECTADOS.”

Declaró infundado lo alegado por la inconforme en el sentido de


que la Sala responsable incorrectamente la condena a la reparación del
daño para el efecto de que entregue a su menor hijo al padre del
mismo, por los motivos que de manera amplia expone; ello en virtud de
que es una consecuencia del delito y encuentra apoyo en los artículos
51, 53, 54, 56 fracción I, 57 y 58 del Código Penal del Estado
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multicitado.
Lo anterior, toda vez que, si bien la inconforme alega
que se violan en perjuicio del menor los artículos 1, 4,
14 y 16 constitucionales y los que precisa de la Convención de los
Derechos del Niño, lo cierto es que no basta su sola afirmación para
justificar la conducta que realizó, pues en todo caso tuvo a su alcance
las instancias legales procedentes a fin de obtener la custodia del
menor, la cual por una situación de hecho, había quedado en ejercicio
del padre. No se desconoce que el Máximo Tribunal del País ha
establecido el interés superior del menor constituye una directriz para
decidir cualquier caso que directa o indirectamente involucre a
menores, para lo cual, el juzgador debe procurar su protección, ante
cualquier riesgo potencial en la integridad física o emocional del menor,
lo cierto es que tales riesgos deben ser objetivos y probables, sin que
baste la sola afirmación de alguno de los padres o contar con
elementos aislados; pues la separación del menor de alguno o ambos
progenitores, se rige por los principios de necesidad, excepcionalidad y
temporalidad , de ahí que si la quejosa consideraba una situación de
riesgo sobre el menor debió instar ante la autoridad competente y no
actuar de propia autoridad.

Finalmente, indicó que aun cuando la Sala responsable al


imponer la condena tomó en cuenta las “condiciones personales” y “en
su grado de temibilidad” de la sentenciada, de conformidad con lo
estipulado por el artículo 84 del Código Penal vigente en la época de la
comisión de los hechos (2014), lo que es contrario al nuevo paradigma
constitucional del derecho penal del acto por el que se decanta la
Constitución Federal, atento a la tesis Aislada 1a. CCCXXXVIII/2015
(10a), de rubro: “FIJACIÓN DE LA PENA. EL ARTÍCULO 84,
PÁRRAFO PRIMERO, DEL CÓDIGO PENAL PARA EL ESTADO DE
VERACRUZ, QUE PREVÉ QUE LOS JUECES DEBEN TOMAR EN
CUENTA LOS ANTECEDENTES Y CONDICIONES PERSONALES
DEL RESPONSABLE, ASÍ COMO EL GRADO DE TEMIBILIDAD
PARA DETERMINAR EL QUÁNTUM DE AQUÉLLA, ES CONTRARIO
AL PARADIGMA DEL DERECHO PENAL DEL ACTO”. Sin embargo,
señaló que teniendo en cuenta que la pena impuesta a la sentenciada
aquí quejosa, es la mínima, no ha lugar a conceder el amparo para que
se suprima dicha consideración, pues dada la sanción impuesta, no se
mejoraría su situación.

IV. Recurso de revisión. El recurrente en síntesis hace valer los


siguientes agravios:

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Que le causa agravio la sentencia recurrida, porque el Tribunal


Colegiado es omiso en pronunciarse respecto de la interpretación
constitucional y convencional de los artículos 1º, 4 y 16 de la
Constitución Federal y 2.2, 3, 5, 6, 9, 12, 19 y 27 de la Convención de
los Derechos del Niño, que alegó en sus conceptos de violación; pues
considera que una sentencia penal no puede trascender a terceras
personas y muy en particular a los derechos de un niño; pues la
restitución de un menor, como efecto de la reparación del daño,
ordenada en una sentencia condenatoria, no puede realizarse de
manera estricta sin ponderar a profundidad los principios de necesidad,
excepcionalidad y temporalidad que deben regirla, ya que la separación
de un niño de su entorno integral y habitual sólo puede realizarse
cuando se consideran dichos principios, más y cuando de autos se
advierte riesgo para el niño en el lugar de restitución, exponiendo al
niño a la misma estructura de violencia y discriminación que venía
sufriendo, lo que es inadmisible y afecta gravemente los derechos del
menor.

Que si bien es cierto, que el Tribunal Colegiado hace el


señalamiento con relación a dicho estudio, sin embargo, materialmente
fue omiso en pronunciarse respecto de los alcances de los referidos
preceptos; pues considera que la causa de pedir es precisamente que
en el acto reclamado no se tomó en cuenta el interés superior del niño,
quien es el que directa e indirectamente resiente los efectos de la
condena a la reparación del daño, máxime cuando su integridad física,
psíquica y emocional no fueron tomados en cuenta en el acto
reclamado y sobre dicha situación el Tribunal Colegiado recurrido
tampoco hizo pronunciamiento alguno sobre dichos tópicos que afectan
el interés superior del menor.

Ya que si bien es cierto, que en el acto reclamado la recurrente


es quien lo resiente, también es cierto, que afecta la esfera de
derechos fundamentales y humanos de su menor hijo; esto es así,
porque en el sumario de origen existen pruebas objetivas en materia
psicológica y el testimonio del propio niño, de las cuales se advierte un
daño estructural en su esfera emocional generado en el seno paterno,
y eso aunado al factor tiempo, en el que el niño ha venido viviendo
durante más de dos años en el seno materno, hacen circunstancias
que el Tribunal Colegiado omite y soslaya, generando agravio de
importancia y trascendencia, ya que los efectos de una sentencia penal
no pueden trascender a terceras personas y muy en particular a los
derechos de un niño. Pues la devolución de un menor, como efecto de
la sentencia condenatoria que impone la reparación del daño, sin
ponderar su necesidad, excepcionalidad y temporalidad, afecta
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gravemente los derechos del niño, pues de lo


contrario, se estaría cosificando a la persona del niño.

Que el Tribunal Colegiado subordina los derechos humanos y


fundamentales establecidos en la Constitución Federal y en Tratados
Internacionales, muy en especial el del interés superior del niño, a la
aplicación estricta de cuestiones de legalidad.

Que el interés superior del menor está por encima del de los
padres, de ahí que, el Tribunal Colegiado recurrido debió evaluarlo, ya
que su propio hijo manifestó las lesiones que sufría al lado de su
progenitor, por consiguiente se le expondría a una victimización
secundaria.

CUARTO. Procedencia. Por ser una cuestión preferente, esta


Primera Sala estudiará la procedencia del presente recurso de revisión,
para lo cual es necesario determinar si subsiste un planteamiento de
constitucionalidad susceptible de ser analizado, de conformidad con lo
que se expone a continuación.

De lo previsto en las normas citadas para fundamentar la


competencia de esta Primera Sala, así como en el Acuerdo General
Plenario 9/2015, vigente a partir del quince de junio de dos mil quince,
se desprende que las sentencias que dicten los tribunales colegiados
de circuito en juicios de amparo directo sólo admitirán recurso de
revisión cuando3:

3
Los dos requisitos de procedencia en sentido estricto que se analizan presuponen que ya se ha
efectuado y superado el estudio de tres requisitos previos: (i) la firma del escrito de agravios; (ii) la
oportunidad en el recurso; y (iii) la legitimación procesal del promovente. Lo anterior se encuentra
de conformidad con lo dispuesto en la tesis jurisprudencial 2a./J. 149/2007, registro de IUS 171625,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXVI,
agosto de 2007, página 615, cuyo rubro es “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS
PARA SU PROCEDENCIA”, criterio compartido por esta Primera Sala.
En el presente caso ya se estudió la oportunidad, mientras que el escrito de agravios fue
debidamente firmado y la legitimación de la parte promovente se desprende de su calidad de
parte reconocida en autos, aunada a la existencia de una sentencia adversa a sus intereses.
Sobre los requisitos para tener por acreditada la legitimidad de la parte recurrente, se comparte el
criterio contenido en la tesis jurisprudencial 2a./J. 77/2015 (10a.), cuyo rubro es “REVISIÓN EN
AMPARO DIRECTO. LA LEGITIMACIÓN PARA INTERPONER ESTE RECURSO DERIVA NO
SÓLO DE LA CALIDAD DE PARTE, SINO ADEMÁS, DE QUE LA SENTENCIA COMBATIDA LE
AGRAVIE COMO TITULAR DE UN DERECHO O PORQUE CUENTE CON LA
REPRESENTACIÓN LEGAL DE AQUÉL”.
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1) Decidan o hubieran omitido decidir temas propiamente


constitucionales, entendiendo como tales aquéllos que se refieran a:
(i) la interpretación directa de preceptos constitucionales, incluidos los
derechos humanos contenidos en tratados internacionales ratificados
por el Estado mexicano; o (ii) la inconstitucionalidad de una norma
general.

2) Se cumplan los requisitos de importancia y


trascendencia a que hace alusión el artículo 107, fracción IX de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, desarrollados
en el punto primero del Acuerdo General Plenario 9/2015 y reconocidos
en la tesis 1a. CCLXXXVIII/2015 (10a.)4. Así, se entiende que los
requisitos en comento se cumplen cuando se actualiza una de las
siguientes dos hipótesis:

a) Se trate de la fijación de un criterio novedoso o de relevancia para


el orden jurídico nacional, o que contribuya a la integración de
jurisprudencia.

b) Lo decidido en la sentencia recurrida pudiera implicar el


desconocimiento u omisión de un criterio sostenido por este Alto
Tribunal.

Es pertinente señalar que la verificación del cumplimiento del


segundo requisito consiste en una facultad discrecional de esta
Suprema Corte, con base en la cual debe revisar, adicionalmente, los

4
Tesis aislada 1a. CCLXXXVIII/2015 (10a.), registro de IUS 2010148, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 23, octubre de 2015, Tomo II, página 1658, cuyo
rubro es “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. ES IMPROCEDENTE ESTE RECURSO CUANDO
LOS AGRAVIOS FORMULADOS POR EL RECURRENTE SON INOPERANTES”.
14
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016.

méritos del asunto5 según la posibilidad de que los


agravios expuestos por la parte recurrente sean
atendibles o, en otras palabras, que no resulten, en un estudio
preliminar, ineficaces, inoperantes, inatendibles o insuficientes6.

El análisis definitivo de la procedencia del recurso es


competencia, según sea el caso, del Pleno o las Salas de esta Corte,
toda vez que la admisión del recurso por el Presidente del Pleno o de la
Sala, corresponde a un examen preliminar del asunto que no causa
estado7.

En el presente asunto sí se surten los requisitos de procedencia,


pues según se expuso en los antecedentes, en sus conceptos de
violación, la quejosa ahora recurrente, señaló que la responsable violó
en su perjuicio los artículos 1 y 4 de la Constitución Federal, porque la
valoración de las pruebas las realizó de manera desigual, ya que no
analizó que fue víctima de violencia por su condición de mujer y
sus condiciones personales, pues no valora con perspectiva de
género.

5
Sobre este punto, la Primera Sala comparte el criterio expuesto en la jurisprudencia 2a./J.
128/2015 (10a.), registro de IUS 2010016, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación Décima Época, Libro 22, septiembre de 2015, Tomo I, página 344, cuyo rubro es
“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS PARA SU PROCEDENCIA”.
6
Sobre este punto, la Segunda Sala ha expuesto por ejemplo que resultan inatendibles los agravios
en los que el tema de constitucionalidad se construya a partir de premisas generales y abstractas, o
cuando se haga depender de situaciones particulares o hipotéticas. Este criterio, compartido por la
Primera Sala, se encuentra en la tesis aislada 2a. LXXXI/2015 (10a.), registro de IUS 2009872,
publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 22,
septiembre de 2015, Tomo I, página 696, cuyo rubro es “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO.
PASOS A SEGUIR CUANDO EN LOS AGRAVIOS SE IMPUGNE LA INCONSTITUCIONALIDAD
DE UNA NORMA GENERAL APLICADA POR PRIMERA VEZ EN LA SENTENCIA DICTADA POR
EL TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO”.
7
Lo anterior conforme al criterio jurisprudencial 1a./J. 101/2010 sostenido por esta Primera Sala,
publicado en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXIII,
enero de 2011, página 71, registro 163235, de rubro “AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN.
REQUISITOS DE PROCEDENCIA QUE DEBEN SER REVISADOS POR EL PRESIDENTE DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN O DE SUS SALAS”.
15
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016

No obstante ello, en la sentencia del Tribunal Colegiado no existe


algún estudio relativo a las obligaciones del juzgador para juzgar con
perspectiva de género y, ni siquiera una respuesta a tal
cuestionamiento; por lo que, ante tal omisión esta Sala debe realizar el
estudio constitucional subyacente.

Según se desprende de lo resuelto por esta Primera Sala en los


amparos directos en revisión 4811/20158, 1464/20139, 2655/201310 y
912/201411, la omisión de los órganos jurisdiccionales de juzgar con
perspectiva de género ha sido considerada como un planteamiento que
entraña una cuestión constitucional, por encontrarse estrechamente
ligada al derecho humano a la igualdad y conllevar, por ende, un
pronunciamiento en torno a los alcances del artículo 1° de la
Constitución Federal.

En efecto, la configuración y alcances de la obligación de juzgar


con perspectiva de género, en cuanto a su desarrollo conceptual como
mecanismo para la tutela de derechos humanos, constituye un tema
propiamente constitucional en atención a que surge como resultado de
la convergencia entre el derecho a la igualdad y a la no discriminación
por razones del binomio sexo/género o la preferencia sexual, con el
derecho de acceso a la justicia.

Sirve de apoyo a lo anterior la tesis aislada P. XX/2015 (10a.),


cuyo rubro es “IMPARTICIÓN DE JUSTICIA CON PERSPECTIVA DE
GÉNERO. OBLIGACIONES QUE DEBE CUMPLIR EL ESTADO
8
Resuelto el 25 de mayo de 2016 por unanimidad de 4 votos, ponencia del ministro Zaldívar Lelo de
Larrea, fojas 16 a 25
9
Resuelto el 13 de noviembre de 2013 por unanimidad de 5 votos, ponencia del ministro Gutiérrez
Ortiz Mena, foja 16.
10
Resuelto el 6 de noviembre de 2013 por mayoría de 4 votos, ponencia del ministro Gutiérrez Ortiz
Mena, fojas 27 y 28.
11
Resuelto el 5 de noviembre de 2014 por unanimidad de 5 votos, ponencia del ministro Cossío
Díaz, fojas 26 y 27.
16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016.

MEXICANO EN LA MATERIA”12, emitida por el Pleno


de este Alto Tribunal. Dicho criterio se retoma por
cuanto hace a la obligación de juzgar con perspectiva de género como
extensión de los derechos humanos que desarrolla.

Por otra parte, la quejosa en sus conceptos de violación, señala


que se violan los derechos fundamentales y humanos previstos en los
artículos 1, 4, 14 y 16 constitucionales, así como los artículos 2.2, 3, 5,
6, 9, 12, 19 y 27 de la Convención de los Derechos del Niño, ya que
considera que la condena a la reparación del daño para el efecto de
que entregue a su menor hijo al padre del mismo, no se encuentra
debidamente fundada y motivada, porque no pondera el interés
superior del niño, sin considerar que de las propias constancias que
obran en el sumario, su hijo en sede judicial rindió su testimonio y
señaló que él se quería quedar con la quejosa y que además su padre
(tercero interesado) lo golpeaba, aunado a que existen periciales en
psicología donde señala el daño sufrido por su menor hijo al lado de su
progenitor.

Al respecto el Tribunal Colegiado señaló que era infundado dicho


concepto, debido a que la reparación del daño es una consecuencia del
delito y encuentra apoyo en los artículos 51, 53, 54, 56 fracción I, 57 y
58 del Código Penal del Estado de Veracruz y, no basta su sola
afirmación para justificar la conducta que realizó, pues en todo caso
tuvo a su alcance las instancias legales procedentes a fin de obtener la
custodia del menor, la cual, por una situación de hecho, había quedado
en ejercicio del padre.

12
Tesis aislada P. XX/2015 (10a.), registro de IUS 2009998, publicada en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 22, septiembre de 2015, Tomo I, página 235.
17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016

Agregó que, no se desconoce que este Alto Tribunal ha


establecido que el interés superior del menor constituye una directriz
para decidir cualquier caso que directa o indirectamente involucre a
menores, para lo cual, el juzgador debe procurar su protección, ante
cualquier riesgo potencial en la integridad física o emocional del menor,
que tales riesgos deben ser objetivos y probables, sin que baste la sola
afirmación de alguno de los padres o contar con elementos aislados; de
ahí que si la quejosa consideraba una situación de riesgo sobre el
menor debió instar ante la autoridad competente y no actuar de propia
autoridad.

Determinación que la quejosa controvierte en sus agravios y, por


lo que esta Sala deberá revisarla; destacando que en el caso se
actualiza una cuestión de constitucionalidad relativa a determinar los
alcances del principio relativo al interés superior del menor, respecto de
las penas públicas derivadas de la comisión de delitos.

Por último, debe precisarse que los temas de constitucionalidad


señalados entrañan un tema cuyo estudio se estima de importancia y
trascendencia, toda vez que permitirá a esta Primera Sala precisar su
doctrina sobre los alcances de la obligación de juzgar con perspectiva
de género y, de la misma manera, los alcances del interés superior del
menor.

QUINTO. Estudio de fondo. Según se apuntó en el estudio de


procedencia, existen dos temas de fondo en el presente asunto, los
cuales se analizarán en su orden:

18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016.

I. Doctrina de esta Primera Sala en torno a la


obligación de juzgar con perspectiva de
género.

Retomando las consideraciones de esta Primera Sala al resolver


el amparo directo en revisión 4811/2015, al que ya se ha hecho
referencia, debe reseñarse que en diversos precedentes, esta Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha desarrollado una
doctrina jurisprudencial en torno a la obligación de juzgar con
perspectiva de género, la cual comprende, principalmente, los
siguientes asuntos: amparo directo 12/201213, amparo directo en
revisión 2655/201314, amparo directo en revisión 1464/201315,
amparo en revisión 615/201316, amparo directo en revisión
2293/201317, amparo directo en revisión 912/201418, amparo en
revisión 704/201419, amparo en revisión 554/201320 y amparo
directo en revisión 1125/201421. Por otra parte, en dos mil trece, la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, emitió el Protocolo para
Juzgar con Perspectiva de Género, instrumento que sistematiza los
estándares aplicables sobre el tema con la finalidad de guiar a las y los
impartidores de justicia en la implementación de esta metodología.

13
Resuelto el 12 de junio de 2012 por mayoría de 3 votos, ponencia del ministro Cossío Díaz.
14
Resuelto el 6 de noviembre de 2013 por mayoría de 4 votos, ponencia del ministro Gutiérrez Ortiz
Mena.
15
Resuelto el 13 de noviembre de 2013 por unanimidad de 5 votos, ponencia del ministro Gutiérrez
Ortiz Mena.
16
Resuelto el 4 de junio de 2014 por unanimidad de 4 votos, ponencia del ministro Pardo Rebolledo.
17
Resuelto el 22 de octubre de 2014 por mayoría de 3 votos, ponencia del ministro Gutiérrez Ortiz
Mena.
18
Resuelto el 5 de noviembre de 2014 por unanimidad de 5 votos, ponencia del ministro Cossío
Díaz.
19
Resuelto el 18 de marzo de 2015 por mayoría de 4 votos, ponencia del ministro Gutiérrez Ortiz
Mena.
20
Resuelto el 25 de marzo de 2015 por unanimidad de 5 votos, ponencia del ministro Gutiérrez Ortiz
Mena. En este asunto, la Primera Sala abordó expresamente la aplicación de la perspectiva de
género en asuntos que involucren la muerte violenta de mujeres, cuyos criterios deberán ser
aplicados por analogía a otros casos de violencia de género que no necesariamente terminen con la
muerte de la víctima.
21
Resuelto el 8 de abril de 2015 por unanimidad de 5 votos, ponencia del ministro Cossío Díaz.
19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016

La Primera Sala, inició con el reconocimiento de los posibles


efectos diferenciados de una norma cuando se aplica a hombres y
mujeres. En efecto, en la tesis aislada 1a. XXIII/2014 (10a.), cuyo rubro
es “PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA ADMINISTRACIÓN DE
JUSTICIA. SU SIGNIFICADO Y ALCANCES”22, la Primera Sala
sostuvo que:

“[…] la perspectiva de género en la administración de


justicia obliga a leer e interpretar una norma tomando en
cuenta los principios ideológicos que la sustentan, así como
la forma en que afectan, de manera diferenciada, a quienes
acuden a demandar justicia, pues sólo así se puede
aspirar a aplicar correctamente los principios de
igualdad y equidad, ya que a partir de la explicación de las
diferencias específicas entre hombres y mujeres, se
reconoce la forma en que unos y otras se enfrentan a una
problemática concreta, y los efectos diferenciados que
producen las disposiciones legales y las prácticas
institucionales.”

Posteriormente, en un asunto del cual derivó la tesis aislada 1a.


XLV/2014 (10a.), cuyo rubro es “IGUALDAD JURÍDICA SUSTANTIVA
O DE HECHO. LA NEGATIVA DE APLICAR EN FORMA
DIFERENCIADA UNA SANCIÓN PENAL A UNA INCULPADA POR
LA MERA CIRCUNSTANCIA DE SER MUJER, NO IMPLICA UNA
VIOLACIÓN A ESE PRINCIPIO CONSTITUCIONAL”23, esta Sala
precisó este criterio, señalando que las y los juzgadores deben
valorar los posibles efectos discriminatorios de normas e
instituciones a través de elementos objetivos, casos en los cuales
la perspectiva de género se entenderá como una función
correctiva.

22
Tesis aislada 1a. XXIII/2014 (10a.), registro de IUS 2005458, publicada en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 3, febrero de 2014, Tomo I, página 677.
23
Tesis aislada 1a. XLV/2014 (10a.), registro de IUS 2005534, publicada en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 3, febrero de 2014, Tomo I, página 663.
20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016.

En la tesis aislada 1a. XCIX/2014 (10a.), cuyo rubro


es “ACCESO A LA JUSTICIA EN CONDICIONES DE
IGUALDAD. TODOS LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES DEL
PAÍS DEBEN IMPARTIR JUSTICIA CON PERSPECTIVA DE
GÉNERO”24, la Primera Sala reconoció la importancia de la perspectiva
de género en el acceso de las mujeres a la justicia. Para ello, partió de
la interpretación de la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, "Convención de
Belém do Pará", de cuyo contenido desprendió que:

“[juzgar con] perspectiva de género […] constituye un


método que pretende detectar y eliminar todas las barreras
y obstáculos que discriminan a las personas por condición
de sexo o género, es decir, implica juzgar considerando
las situaciones de desventaja que, por cuestiones de
género, discriminan e impiden la igualdad. De ahí que el
juez debe cuestionar los estereotipos preconcebidos en la
legislación respecto de las funciones de uno u otro género,
así como actuar con neutralidad en la aplicación de la
norma jurídica en cada situación; toda vez que el Estado
tiene el deber de velar porque en toda controversia
jurisdiccional donde se advierta una situación de
violencia, discriminación o vulnerabilidad por razones
de género, ésta sea tomada en cuenta a fin de visualizar
claramente la problemática y garantizar el acceso a la
justicia de forma efectiva e igualitaria.”

Como se advierte del criterio en comento, las autoridades


jurisdiccionales están obligadas a analizar el marco normativo e
institucional en aras de detectar la posible utilización de estereotipos
sobre las funciones de uno u otro género, pues sólo así se podrá
visualizar un determinado caso de discriminación o vulnerabilidad por
razones de género, dando paso a un acceso a la justicia que resulte
verdaderamente efectivo e igualitario.
24
Tesis aislada 1a. XCIX/2014 (10a.), registro de IUS 2005794, publicada en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 4, marzo de 2014, Tomo I, página 524.
21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016

Recientemente, esta Sala emitió la tesis aislada 1a. LXXIX/2015


(10a.), cuyo rubro es: “IMPARTICIÓN DE JUSTICIA CON
PERSPECTIVA DE GÉNERO. DEBE APLICARSE ESTE MÉTODO
ANALÍTICO EN TODOS LOS CASOS QUE INVOLUCREN
RELACIONES ASIMÉTRICAS, PREJUICIOS Y PATRONES
ESTEREOTÍPICOS, INDEPENDIENTEMENTE DEL GÉNERO DE LAS
PERSONAS INVOLUCRADAS”25, en la cual sostuvo que:

“[…] los estereotipos de género que producen situaciones


de desventaja al juzgar, afectan tanto a mujeres como a
hombres. De ahí que la perspectiva de género como
método analítico deba aplicarse en todos los casos que
involucren relaciones asimétricas, prejuicios y patrones
estereotípicos, independientemente del género de las
personas involucradas, con la finalidad de detectar y
eliminar las barreras y los obstáculos que discriminan a las
personas por su pertenencia al grupo de "mujeres" u
"hombres".

Esta precisión resulta fundamental, pues, si bien las mujeres


son quienes históricamente han permanecido en una situación de
desventaja, lo cierto es, que los estereotipos pueden afectar a hombres
y mujeres. Así, es pertinente enfatizar que el principio constitucional de
igualdad y la prohibición de discriminación busca eliminar todas las
distinciones de trato que carezcan de objetividad, racionalidad y
proporcionalidad, de modo que el sexo de la persona beneficiaria de
una medida es indistinto26.

25
Tesis aislada 1a. LXXIX/2015 (10a.), registro de IUS 2008545, publicada en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 15, febrero de 2015, Tomo II, página
1397.
26
Tesis aislada 1a. CCCLVIII/2015 (10a.), registro de IUS 2010492, publicada en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 24, noviembre de 2015, Tomo I, página
973, cuyo rubro es “DISCRIMINACIÓN. LAS NORMAS QUE PREVEAN LA ASIGNACIÓN DE
TAREAS, HABILIDADES Y ROLES ESTEREOTIPADOS CON BASE EN EL SEXO O LA
IDENTIDAD SEXO-GENÉRICA DE LAS PERSONAS CONSTITUYEN UNA FORMA DE AQUÉLLA
Y, POR ENDE, SON INCONSTITUCIONALES”.
22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016.

Ahora bien, esta Primera Sala desarrolló en la


jurisprudencia 1a./J. 22/2016 (10a.), cuyo rubro es
“ACCESO A LA JUSTICIA EN CONDICIONES DE IGUALDAD.
ELEMENTOS PARA JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO”27,
una metodología que contiene varios pasos, que las y los operadores
de justicia deben seguir para cumplir con su obligación de juzgar con
perspectiva de género:

1) Identificar si existen situaciones de poder que, por


cuestiones de género, expliquen un desequilibrio entre las
partes de la controversia.

1) Cuestionar los hechos y valorar las pruebas


desechando estereotipos o prejuicios de género, a fin de
visualizar las situaciones de desventaja provocadas por
condiciones de sexo o género.

2) Ordenar las pruebas necesarias para visibilizar


situaciones de violencia, vulnerabilidad o discriminación por

27
Jurisprudencia 1a./J. 2/2016 (10a.), registro de IUS 2011430, publicada en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 29, abril de 2016, Tomo II, página 836.
Cuyo texto es: “Del reconocimiento de los derechos humanos a la igualdad y a la no discriminación
por razones de género, deriva que todo órgano jurisdiccional debe impartir justicia con base en una
perspectiva de género, para lo cual, debe implementarse un método en toda controversia judicial,
aun cuando las partes no lo soliciten, a fin de verificar si existe una situación de violencia o
vulnerabilidad que, por cuestiones de género, impida impartir justicia de manera completa e
igualitaria. Para ello, el juzgador debe tomar en cuenta lo siguiente: i) identificar primeramente si
existen situaciones de poder que por cuestiones de género den cuenta de un desequilibrio entre las
partes de la controversia; ii) cuestionar los hechos y valorar las pruebas desechando cualquier
estereotipo o prejuicio de género, a fin de visualizar las situaciones de desventaja provocadas por
condiciones de sexo o género; iii) en caso de que el material probatorio no sea suficiente para
aclarar la situación de violencia, vulnerabilidad o discriminación por razones de género, ordenar las
pruebas necesarias para visibilizar dichas situaciones; iv) de detectarse la situación de desventaja
por cuestiones de género, cuestionar la neutralidad del derecho aplicable, así como evaluar el
impacto diferenciado de la solución propuesta para buscar una resolución justa e igualitaria de
acuerdo al contexto de desigualdad por condiciones de género; v) para ello debe aplicar los
estándares de derechos humanos de todas las personas involucradas, especialmente de los niños y
niñas; y, vi) considerar que el método exige que, en todo momento, se evite el uso del lenguaje
basado en estereotipos o prejuicios, por lo que debe procurarse un lenguaje incluyente con el objeto
de asegurar un acceso a la justicia sin discriminación por motivos de género.”
23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016

razones de género, en caso de que el material probatorio no


sea suficiente para aclararlas.

3) De detectarse la situación de desventaja por


cuestiones de género, cuestionar la neutralidad del derecho
aplicable y evaluar el impacto diferenciado de la solución
propuesta para buscar una resolución justa e igualitaria de
acuerdo al contexto de desigualdad por condiciones de
género.

4) Aplicar los estándares de derechos humanos de todas


las personas involucradas, especialmente de los niños y niñas (y,
aunque la tesis no lo dice, personas indígenas).

5) Evitar el uso del lenguaje basado en estereotipos o


prejuicios, el cual deberá remplazarse por un lenguaje incluyente.

Adicionalmente, se aclaró en otro criterio que la obligación de


juzgar con perspectiva de género se actualiza de oficio, pues se
encuentra implícita en las facultades jurisdiccionales de quienes
imparten justicia; así, su cumplimiento no puede quedar sujeto a
petición de parte. Sirve de apoyo a lo anterior la tesis aislada 1a.
XCI/2015 (10a.), cuyo rubro es “ALIMENTOS. SU OTORGAMIENTO
DEBE REALIZARSE CON BASE EN UNA PERSPECTIVA DE
GÉNERO”28.
De conformidad con lo hasta aquí expuesto, se desprende que este
Alto Tribunal ha abordado con exhaustividad el contenido y alcance de
la obligación de juzgar con perspectiva de género, la cual puede
resumirse de la siguiente forma:
28
Tesis aislada 1a. XCI/2015 (10a.), registro de IUS 2008544, publicada en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 15, febrero de 2015, Tomo II, página 1383.
24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016.

1) Aplicabilidad: es una obligación


intrínseca a la labor jurisdiccional, de modo que
no debe mediar petición de parte, la cual comprende obligaciones
específicas en casos graves de violencia contra las mujeres, la
cual se refuerza aún más en el marco de contextos de violencia
contra éstas.

1) Metodología: sin necesidad de reiterar lo ya


expuesto, esta obligación exige cumplir los seis pasos antes
mencionados, que pueden resumirse en la necesidad de detectar
posibles ―más no necesariamente presentes― situaciones de
desequilibrio de poder entre las partes como consecuencia de su
género, seguida de un deber de cuestionar la neutralidad de las
pruebas y el marco normativo aplicable, así como de recopilar las
pruebas necesarias para visualizar el contexto de violencia o
discriminación, y finalmente resolver los casos prescindiendo de
cualesquiera cargas estereotipadas que resulten en detrimento
de mujeres u hombres.

En estos términos, la obligación de las y los operadores de


justicia de juzgar con perspectiva de género puede resumirse en su
deber de impartir justicia sobre la base del reconocimiento de la
particular situación de desventaja en la cual históricamente se han
encontrado las mujeres ―pero que no se encuentra necesariamente
presente en cada caso― como consecuencia de la construcción que
socioculturalmente se ha desarrollado en torno a la posición y al rol que
debieran asumir, como un corolario inevitable de su sexo. La
importancia de este reconocimiento estriba en que, de él surgirá la
posibilidad de que quienes tengan encomendada la función de

25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016

impartición de justicia, puedan identificar las discriminaciones que


de derecho o de hecho pueden sufrir las mujeres, ya sea directa o
indirectamente, con motivo de la aplicación del marco normativo e
institucional mexicano.

Dicho de otra manera, la obligación de juzgar con perspectiva de


género exige a quienes imparten justicia que actúen remediando los
potenciales efectos discriminatorios que el ordenamiento jurídico y las
prácticas institucionales pueden tener en detrimento de las personas,
principalmente de las mujeres.

Es importante recordar que la labor de tribunales internacionales


y constitucionales al pronunciarse como instancias terminales sobre el
contenido y alcances de los derechos humanos, se entiende, en parte,
como una función de desarrollo de estándares mínimos para la
protección de esos derechos reconocidos constitucionalmente. Al
respecto, dichos estándares integran no sólo desarrollos conceptuales
sobre los alcances de los derechos, sino metodologías que aseguren
una tutela efectiva de los mismos.

A la luz de lo anterior, la importancia de la perspectiva de género


como categoría analítica radica en su valor como herramienta
indispensable para el desarrollo de la función jurisdiccional en la tutela
de los derechos a la igualdad, no discriminación y acceso a la
jurisdicción, centrando el énfasis en cómo se resuelve y en la calidad
de lo resuelto, y minimizando el impacto de la persona o personas
quienes resuelvan.
Dicho criterio, se encuentra plasmado en la tesis que derivó del citado
amparo directo en revisión 4811/2015, la cual a la letra dice:

Época: Décima Época

26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016.

Registro: 2013866
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Publicación: viernes 10 de marzo de 2017 10:13 h
Materia(s): (Constitucional)
Tesis: 1a. XXVII/2017 (10a.)

“JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO. CONCEPTO,


APLICABILIDAD Y METODOLOGÍA PARA CUMPLIR DICHA
OBLIGACIÓN. De acuerdo con la doctrina de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el tema, la perspectiva
de género constituye una categoría analítica -concepto- que acoge las
metodologías y mecanismos destinados al estudio de las
construcciones culturales y sociales entendidas como propias para
hombres y mujeres, es decir, lo que histórica, social y culturalmente se
ha entendido como "lo femenino" y "lo masculino". En estos términos,
la obligación de las y los operadores de justicia de juzgar con
perspectiva de género puede resumirse en su deber de impartir justicia
sobre la base del reconocimiento de la particular situación de
desventaja en la cual históricamente se han encontrado las mujeres -
pero que no necesariamente está presente en cada caso-, como
consecuencia de la construcción que socioculturalmente se ha
desarrollado en torno a la posición y al rol que debieran asumir, como
un corolario inevitable de su sexo. La importancia de este
reconocimiento estriba en que de él surgirá la posibilidad de que
quienes tengan encomendada la función de impartir justicia, puedan
identificar las discriminaciones que de derecho o de hecho pueden
sufrir hombres y mujeres, ya sea directa o indirectamente, con motivo
de la aplicación del marco normativo e institucional mexicano. Dicho
de otra manera, la obligación de juzgar con perspectiva de género
exige a quienes imparten justicia que actúen remediando los
potenciales efectos discriminatorios que el ordenamiento jurídico y las
prácticas institucionales pueden tener en detrimento de las personas,
principalmente de las mujeres. En estos términos, el contenido de la
obligación en comento pueden resumirse de la siguiente forma: 1)
Aplicabilidad: es intrínseca a la labor jurisdiccional, de modo que no
debe mediar petición de parte, la cual comprende obligaciones
específicas en casos graves de violencia contra las mujeres, y se
refuerza aún más en el marco de contextos de violencia contra éstas;
y, 2) Metodología: exige cumplir los seis pasos mencionados en la
tesis de jurisprudencia 1a./J. 22/2016 (10a.), de rubro: ‘ACCESO A LA
JUSTICIA EN CONDICIONES DE IGUALDAD. ELEMENTOS PARA
JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO.’, que pueden resumirse
en la necesidad de detectar posibles -mas no necesariamente
presentes- situaciones de desequilibrio de poder entre las partes como
consecuencia de su género, seguida de un deber de cuestionar la
neutralidad de las pruebas y el marco normativo aplicable, así como
de recopilar las pruebas necesarias para visualizar el contexto de
violencia o discriminación, y finalmente resolver los casos
prescindiendo de cualesquiera cargas estereotipadas que resulten en
detrimento de mujeres u hombres.” (Amparo directo en revisión 4811/2015.
25 de mayo de 2016. Unanimidad de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar

27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016

Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo Rebolledo y Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena, quien reservó su derecho para formular voto concurrente.
Ausente: Norma Lucía Piña Hernández. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.
Secretarios: Arturo Guerrero Zazueta y Ana María Ibarra Olguín.)

Así, en el caso, ante la omisión del Tribunal Colegiado de


pronunciarse respecto de la solicitud de ser juzgada con perspectiva de
género, por parte de la quejosa ahora recurrente, procede revocar la
sentencia impugnada, para que el juzgador de amparo, partiendo del
análisis ya realizado y la obligación de las y los operadores de justicia
de juzgar con perspectiva de género y, sobre la base del
reconocimiento de la particular situación de desventaja en la cual
históricamente se han encontrado las mujeres, determine si existen
elementos objetivos que permitan identificar, si en el caso existió una
situación de violencia y discriminación y, en su caso, si ello impacta en
la existencia del delito de sustracción de menores, por el que fue
condenada la quejosa, y su plena responsabilidad.

Lo anterior considerando que en diversas actuaciones de la


quejosa29, que obran en la causa penal, se advierte que señala haber
sido objeto de violencia verbal y física por parte de su cónyuge, ahora
tercero interesado, obligándola incluso a abandonar el domicilio
conyugal y a su menor hijo; destacando, lo que señaló en la
declaración ministerial por escrito, que a la letra dice:

“…DIANA LINA JIMÉNEZ COVARRUBIAS.


[…]
Al margen de lo anterior, puedo plenamente aseverar
que el denunciante se conduce de una manera dolosa y
tendenciosas cuando omite manifestar que si bien
nuestras relaciones, como las de cualquier pareja que
29
Demanda de alimentos (fojas 25-27), declaración ministerial por escrito (fojas 49-52), declaración
preparatoria por escrito (fojas 101-102).
28
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016.

se inicia, en un principio fueron las


normales, con las desavenencias
propias de una pareja que hace vida
común, con el paso del tiempo se fueron
incrementando, ocasionando que en diversas
ocasiones el ahora demandado me agrediera
verbalmente, sin importarle la presencia de nuestro
hijo, afectando con ello su estabilidad síquica y
emocional y, lo que es peor, el día treinta de abril
del año de dos mil doce, aproximadamente a las
doce de la noche me corrió del domicilio conyugal,
no permitiendo que llevara conmigo mis
pertenencias personales, como ropa, calzado ni
documentos, mucho menos a nuestro menor hijo, al
cual desde esa fecha no me había permitido verlo, a
pesar de los extenuantes requerimientos que le hiciera
la suscrita de manera personal;

Por tal situación oportunamente denuncie tales


hechos ante esta misma Agencia Especializada,
dándose inicio a la Investigación Ministerial número
1185/2012, aún en trámite.
[…]

Más aún, se da el caso de que el día siete de marzo


próximo pasado acudí a la escuela donde cursaba sus
estudios mi menor hijo, con la intención de verlo, pues
diversas personas me habían comentado que el mismo
se hallaba bastante descuidado, muy delgado y en
evidente estado de desatención, tan es así que
después del horario normal de clases se quedaba en
las instalaciones de la escuela por espacio de dos o
tres horas en espera de que fueran a buscarlo, y al
encontrarlo, me pude percatar de que todo eso era
cierto, en razón de lo cual pedí permiso a su maestra y
lo llevé conmigo a mi domicilio actual, donde ya con
calma y al platicar con él me enteré que casi no comía,
porque estaba al cuidado de su abuela materna, a
donde lo llevaba su papá todos los días, que una tía de
él (la misma que le solapaba todas sus correrías a mi
cónyuge, GUADALUPE ELIZONDO SEDAS) lo llevaba
la escuela sin desayunar, que a veces le daba un café
sólo, y hasta que regresaba de clases y lo llevaban a su
casa en la Colonia Ejidal le daban de comer, pero que
29
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016

primero tenían que esperar a la actual pareja de mi


cónyuge de nombre DAMARIS, y que de cenar le daba
su Papá un danonino y un yakult, todo lo cual me llenó
de indignación y de una inmensa tristeza, pudiendo
advertir la delgadez de mi hijo, visiblemente desnutrido,
con los zapatos tenis sucios, hasta rotos, su mochila
rota, la cual le compré en preescolar, con el detalle que
actualmente cursa la primaria, con anotaciones en su
libreta de no hacer las tareas, en fin, en una completa y
total desatención […]

Finalmente, es menester hacer saber a esta


Representación Social que el señor OCTAVIO
ELIZONDO SEDAS no puede alegar que la suscrita
haya sustraído ilegalmente a su menor hijo, cuenta
habida que soy su madre, caso contrario a lo que él
realizó aquél treinta de abril, con lujo de violencia y de
manera indignante, tanto más cuanto que no detenta la
custodia de nuestro hijo por disposición judicial, ya que
también omite decir, muy a su conveniencia, que
promovió unas diligencias de jurisdicción voluntaria, a
fin de DEPOSITAR JUDICIALMENTE al menor aludido,
petición que le fue NEGADA por el Juez Cuarto de
Primera instancia de este Distrito Judicial, dentro de los
autos del expediente radicado en su índice bajo el
número 1741/12, cuyas constancias oportunamente
exhibiré en copias debidamente certificadas.”

Por lo que, como se dijo, en este caso, ante la identificación de


posibles situaciones de violencia y discriminación hacia la sentenciada,
lo procedente es que el Tribunal Colegiado, como órgano terminal de
legalidad, asuma la obligación ya señalada y determine si existen
elementos objetivos que indiquen que existió esa violencia y
discriminación y, en su caso, si ello impacta en la sentencia
impugnada; por lo que, con libertad de jurisdicción deberá determinar lo
que en derecho corresponda.

Aunado a lo anterior, esta Primera Sala advierte que, existen


también señalamientos de la quejosa en el sentido de que la conducta
30
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016.

que se le imputa la llevó a cabo para proteger a su


menor hijo, por lo que en suplencia de la queja
deficiente, en términos del artículo 79, fracción III, inciso b), se procede
a analizar el interés superior del menor y las obligaciones del juzgador
cuando se enfrenta a un asunto en el que intervienen o se pueden
afectar los derechos de los niños.

II. INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR.

Como se señaló, la ahora quejosa, en el proceso penal adujo que


el día de los hechos acudió a la escuela donde cursaba sus estudios su
menor hijo, con la intención de verlo, pues diversas personas le
habían comentado que se hallaba bastante descuidado, muy
delgado y en evidente estado de desatención, tan es así, que
después del horario normal de clases se quedaba en las
instalaciones de la escuela por espacio de dos o tres horas en
espera de que fueran a buscarlo, y al encontrarlo, se pudo percatar
de que todo eso era cierto; por lo que, se lo llevó a su domicilio.

Así, se advierte que precisa que su conducta se debió a proteger


a su menor hijo, de una situación de desatención; por lo que, esta
Primera Sala considera que para determinar la existencia del delito y la
plena responsabilidad de la sentenciada, el Tribunal Colegiado debió
considerar si existía causa justificada o no para la realización de la
conducta típica y, para ello, era menester atender al interés superior del
menor.

31
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016

En efecto, el artículo 241 del Código Penal para el Estado de


Veracruz, que contiene el tipo penal, por el que fue sentenciada la
ahora quejosa, a la letra dice:

“Artículo 241.- A quien le una parentesco con persona


menor de dieciocho años de edad o incapaz, o al que por
instrucciones de aquél, sin causa justificada o sin orden
de autoridad competente, la sustraiga de la custodia o
guarda de quien la tenga de hecho o por derecho, o bien la
retenga sin la voluntad de ésta, se le impondrán de dos a
seis años de prisión y multa de hasta cien días de salario.”

Del que se advierte que para que exista la conducta típica es


menester que no exista justificación u orden de autoridad competente
para la sustracción de un menor de edad o incapaz de la custodia o
guarda de quien la tenga de hecho o de derecho. Es decir, si existe
alguna justificación para la conducta, entonces será atípica y por ende
no existirá delito.

Así en el caso, como se dijo, es necesario precisar el contenido


constitucional y convencional del interés superior del menor, para que a
partir de ello pueda determinarse si existe o no la citada excluyente del
delito.

Esta Primera Sala en diversos precedentes ha ido precisando el


contenido del interés superior del menor y las obligaciones del juzgador
cuando se enfrenta a un asunto en el que intervienen o se pueden
afectar los derechos de los niños; destacando la resolución relativa al
amparo directo en revisión 4416/201330, en la cual se analizó el interés

30
Resuelta el 29 de octubre de 2015, por mayoría de 4 votos, de los Ministros Zaldívar Lelo de
Larrea (Ponente), Cossío Díaz, Pardo Rebolledo y Sánchez Cordero. En contra el Ministro Gutiérrez
Ortiz Mena.
32
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016.

superior de los menores en los asuntos de naturaleza


penal, señalando que:

El interés superior del niño tiene asidero constitucional y


encuentra también su fundamento en el derecho internacional. En
efecto, ya desde la reforma al artículo 4° constitucional, de siete de
abril de dos mil, esta Primera Sala había reconocido al interés superior
de la infancia como un principio implícito de rango constitucional y
como un punto de convergencia con el corpus iuris internacional de
protección de la niñez.31 Posteriormente, la reforma constitucional de
doce de octubre de dos mil once, incorporó expresamente el interés
superior de la niñez en el artículo 4° constitucional:

“Artículo 4°…
En todas las decisiones y actuaciones del Estado se
velará y cumplirá con el principio del interés superior
de la niñez, garantizando de manera plena sus
derechos. Los niños y las niñas tienen derecho a la
satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud,
educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral.
Este principio deberá guiar el diseño, ejecución,
seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas
a la niñez.

31
Amparo directo en revisión 1187/2010, resuelto el 1° de septiembre de 2010 por unanimidad de 5
votos, en el cual se reconoció esta situación y se mencionó que en el dictamen sobre la iniciativa de
reforma al artículo 4º constitucional de las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales, de
atención a Niños Jóvenes y Tercer Edad y de Estudios Legislativos de la Cámara de Senadores, de
9 de diciembre de 1999, se sostuvo que “no escapa a estas Comisiones Unidas el hecho de que
resulta necesario para la citada reforma constitucional reconocer ideales consignados en la
legislación internacional, así como los generados en diversos foros en la materia”. Por su parte, en
el dictamen de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados,
que actuó como cámara revisora de aquella iniciativa de reforma, de 15 de diciembre de 1999, se
resalta “la pertinencia de actualizar el contenido del vigente párrafo final del artículo cuarto
constitucional, a la luz de los compromisos internacionales suscritos por nuestro país respecto de
los derechos de niños y de niñas”.
Ver también, la tesis “INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO. ES UN PRINCIPIO DE RANGO
CONSTITUCIONAL IMPLÍCITO EN LA REGULACIÓN DE LOS DERECHOS DE LOS MENORES
PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 4o. CONSTITUCIONAL”. [Tesis 1a. XLVII/2011. Localizable en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXXIII, abril de 2011,
página 310]
33
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016

Los ascendientes, tutores y custodios tienen la obligación


de preservar y exigir el cumplimiento de estos derechos y
principios.”

Asimismo, el interés superior del niño es uno de los principios


rectores más importantes del marco internacional de los derechos del
niño. No sólo es mencionado expresamente en varios instrumentos,
sino que es constantemente invocado por los órganos internacionales
encargados de aplicar esas normas. El artículo 3.1 de la Convención
sobre los Derechos del Niño, establece que en cualquier medida que
tomen las autoridades estatales deben tener en cuenta de forma
primordial el interés superior del niño. Los artículos 9, 18, 20, 21, 37 y
40, también mencionan expresamente este principio. Al respecto, la
Corte Interamericana de Derechos Humanos ha sostenido que el
interés superior del niño es un “punto de referencia para asegurar la
efectiva realización de todos los derechos contemplados en ese
instrumento, cuya observancia permitirá al sujeto el más amplio
desenvolvimiento de sus potencialidades”,32 y ha dicho también que se
trata de un criterio al que “han de ceñirse las acciones del Estado y de
la sociedad en lo que respecta a la protección de los niños y a la
promoción y preservación de sus derechos”.33

Por su parte, el Comité para los Derechos del Niño ha señalado


que “[e]l principio del interés superior del niño se aplica a todas las
medidas que afecten a los niños y exige medidas activas, tanto para
proteger sus derechos y promover su supervivencia, crecimiento y
bienestar como para apoyar y asistir a los padres y a otras personas
que tengan la responsabilidad cotidiana de la realización de los
derechos del niño”34.
32
Opinión Consultiva OC-17/2002, párrafo 59.
33
Opinión Consultiva OC-17/2002, párrafo 59.
34
Observación General Nº 7 (2005), párrafo 13.
34
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016.

En virtud de lo anterior, esta Primera Sala ha


enfatizado que el interés superior del menor ordena a todos los
órganos jurisdiccionales la realización de una interpretación
sistemática que tome en cuenta los deberes de protección de los
menores y los derechos especiales de éstos previstos en la
Constitución, tratados internacionales y en las leyes de protección
de la niñez. Por lo que, frente a medidas legislativas o administrativas
que afecten derechos de menores, el interés superior del niño
demanda de los órganos jurisdiccionales la realización de un escrutinio
mucho más estricto en relación con la necesidad y proporcionalidad de
la medida en cuestión35.

Paralelamente a lo anterior, es necesario reconocer que la


configuración del interés superior del menor como concepto jurídico
indeterminado, dificulta notablemente su aplicación. El interés superior
del menor no puede definirse a priori y de forma unívoca y definitiva
para todos los casos. Por lo que, resulta necesario encontrar criterios
para averiguar racionalmente, en qué consiste el interés del menor en
los casos correspondientes36.

En este orden de ideas, la Primera Sala ha señalado algunos


criterios relevantes para la determinación en concreto del interés
superior del menor, en los casos en que esté de por medio su situación
familiar. Así, se debe proveer, por el medio más idóneo, a las
35
Tales consideraciones dieron origen a la tesis jurisprudencial 18/2014 de esta Primera Sala, de
rubro: “INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO. FUNCIÓN EN EL ÁMBITO JURISDICCIONAL” Publicada
en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 4, Marzo de 2014,
Tomo I, página 406.
36
Así lo dispuso esta Primera Sala en la tesis jurisprudencial 44/2014, cuyo rubro es: “INTERÉS
SUPERIOR DEL MENOR. SU CONFIGURACIÓN COMO CONCEPTO JURÍDICO
INDETERMINADO Y CRITERIOS PARA SU APLICACIÓN A CASOS CONCRETOS”. Publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro 7, Tomo I, junio de 2014,
página 270.
35
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016

necesidades materiales básicas o vitales del menor, y a las de tipo


espiritual, afectivas y educacionales; se deberá atender a los
deseos, sentimientos y opiniones del menor, siempre que sean
compatibles con lo anterior e interpretados de acuerdo con su
personal madurez o discernimiento; y se debe mantener, si es
posible, el statu quo material y espiritual del menor y atender a la
incidencia que toda alteración del mismo pueda tener en su
personalidad y para su futuro.

Es necesario advertir que para valorar el interés superior del


menor, muchas veces se impone un estudio comparativo y en
ocasiones beligerante entre varios intereses en conflicto, por lo que el
juez tendrá que examinar, minuciosamente, las circunstancias
específicas de cada caso para poder llegar a una solución estable,
justa y equitativa especialmente para el menor, cuyos intereses
deben primar frente a los demás que puedan entrar en juego,
procurando la concordancia e interpretación de las normas jurídicas en
la línea de favorecer al menor.

En definitiva, el interés superior del menor es un principio


vinculante en la actividad jurisdiccional, para todos aquellos
casos en que intervengan menores o que puedan verse afectados
sus intereses, a fin de garantizar su pleno desarrollo y la efectiva
protección de sus derechos.

Es de notarse que los alcances de dicho principio no se limitan a


las controversias del orden familiar, sino que permean cualquier

36
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016.

materia en la que se afecten los derechos de un


menor, como es el caso de los asuntos de
naturaleza penal.37

Respecto al derecho del menor a participar en los procesos


judiciales esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, ha reconocido que se trata de un derecho procedimental de
carácter “especial” implícito en el artículo 4° constitucional. Dicho
derecho persigue otorgar a los menores una protección adicional para
permitir que su actuación dentro de los procedimientos jurisdiccionales
en los que se debatan sus intereses y derechos, transcurra sin las
desventajas inherentes a su condición especial de desarrollo e
inmadurez que caracteriza esta etapa de su vida38.

En este orden de ideas, el derecho de los menores a participar en


el proceso penal se conforma por el deber de las autoridades de
informarle su situación legal y derechos correlativos, y de brindar la
oportunidad al menor de que sus sentimientos y opiniones respecto al
proceso de justicia sean escuchados y tomados en cuenta por el

37
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido el alcance del principio del
interés superior del menor a todos los procedimientos jurisdiccionales o administrativos en los que
se discuta algún derecho de un niño en su Opinión Consultiva OC-17/2002, “Condición Jurídica y
Derechos Humanos del Niño”, de 28 de agosto de 2002, página 73, §95 y página 86, §2 (en lo
sucesivo “Opinión Consultiva 17/2002”). Por su parte, el Comité de los Derechos del Niño ha
señalado que en la vía penal, el interés superior se aplica a los niños en conflicto con la ley (es
decir, autores presuntos, acusados o condenados) o en contacto con ella (como víctimas o testigos),
así como a los niños afectados por la situación de unos padres que estén en conflicto con la ley,
véase Observación General 14, páginas 8 y 9, §27-28. En el mismo sentido véase, Consejo
Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas, Directrices sobre la justicia en
asuntos concernientes a los niños víctimas y testigos de delitos, Resolución 2005/20, 36ª Sesión
Plenaria de 22 de julio de 2005, anexo1, §8 (en lo sucesivo “Directrices ONU”).
38
Dichas consideraciones están contenidas en la tesis asilada LXXVIII/2013 de esta Primera Sala,
de rubro “DERECHO DE LOS MENORES DE EDAD A PARTICIPAR EN PROCEDIMIENTOS
JURISDICCIONALES QUE AFECTEN SU ESFERA JURÍDICA. REGULACIÓN, CONTENIDO Y
NATURALEZA JURÍDICA”, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Décima Época, Libro XVIII, Tomo 1, marzo de 2013, página 886. Asimismo, esta caracterización del
derecho de los niños a participar en los procedimientos jurisdiccionales como un derecho
procedimental es compartida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, tal y como se
desprende de su Opinión Consultiva OC-17/2002, §93 a 100, 117 y 118.
37
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016

juzgador, en función de su madurez, edad y capacidad de


discernimiento39.

En el caso que nos ocupa, esta Primera Sala advierte que


además de las manifestaciones de la quejosa en el sentido de que llevó
a cabo la conducta típica con el objeto de proteger la integridad física y
mental de su menor hijo; existen algunos elementos que deben
destacarse, pues como lo aduce la recurrente y, como el propio
Tribunal Colegiado señaló en su sentencia, existen diversas probanzas
(a las que incluso se les dio valor probatorio pleno) de las que se tiene
que el menor sustraído por parte de su madre, quejosa en el amparo,
ha sufrido violencia por parte de su padre, ofendido y denunciante
del delito que se le imputa a la sentenciada; lo cual, se advierte con
claridad de la parte conducente de la sentencia impugnada:

“…Asimismo, se justipreció el dictamen psicológico


de quince de mayo de dos mil quince, suscrito por la
perito Blanca Margarita Segovia Palma al menor
agraviado, en el que expuso: ---‘ …sujeto del sexo
masculino en etapa de la infancia, sin alteraciones en el
área funcional cognoscitiva. Sin alteraciones en su
situación física, emocional, ni moral, cuya preferencia
hacia sus padres se inclina hacia su madre, con deseos
de convivir también con su padre, no presenta daño o
lesión emocional, ni en momento alguno se vio afectado
en su libertad, integridad física, moral o emocional al
parecer al lado de su progenitora …”. Al ratificar su
dictamen manifestó: “estoy de acuerdo en que el menor si
quiere permanecer al lado de su progenitora, pero no
estoy de acuerdo en que el menor tenga deseos de
convivir con su padre, porque si presenta alteraciones
39
Sobre el tema, los capítulos III (párrafo 8) y VIII (derecho a ser oído y a expresar opiniones y
preocupaciones), de las Directrices ONU, señalan lo siguiente: “Derecho a la participación. Con
sujeción al derecho procesal nacional, todo niño tiene derecho a expresar libremente y en sus
propias palabras sus creencias, opiniones y pareceres sobre cualquier asunto, y a aportar su
contribución, especialmente a las decisiones que le afecten, incluidas las adoptadas en el marco de
cualquier proceso judicial, y a que esos puntos de vista sean tomados en consideración, según sus
aptitudes, su edad, madurez intelectual y la evolución de su capacidad”.
38
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016.

en el área emocional derivados por el


ambiente hostil al que el niño fue
sometido en el ambiente familiar
paterno…’ (Fojas 246 y 247 de la causa penal).

También se tomó en consideración el diverso dictamen


de valoración psicológica de veintinueve de mayo de
dos mil quince, realizada por Ana Luisa Gómez
López, al menor agraviado, en donde señaló:--- ‘ … En
base a lo anteriormente mencionado por la C. ********** y
por los resultados obtenidos en las pruebas realizadas,
así como lo dicho por el menor de identidad reservada,
podemos inferir que la estructura psico-emocional del
menor se encuentra aún afectada en gran medida por
lo vivido en el ambiente con el padre y con la familia
de éste. Ha impactado en la personalidad del menor
volviendo inseguro, introvertido, temeroso,
provocándole también angustia, inestabilidad,
preocupación, pero específicamente miedo. Queda
claro que la convivencia previa con el padre sólo le
generó momentos desagradables, debido no sólo por
ser apartado de su madre de forma súbita, sino por la
violencia física y psicológica a la que se fue
sometido, permaneciendo en ese ambiente tan hostil
para el menor. Además afectarle directamente en su
desarrollo educativo, ya que al no ser constantes en las
asistencias la escuela de manera formal, el menor
presenta un atraso en su aprendizaje, derivado de la
negligencia de no hacer valer su derecho a la educación.
Y cabe destacar que dicho por el mismo el menor, éste se
encuentra mejor al lado de su madre, en quien si nota
una preocupación e interés hacía él y no opta por
estrategias poco ortodoxas como el maltrato para
corregirlo, le demuestra su cariño y amor en todo
momento y siempre le presta la atención debida, atención
que todo niño necesita para su sano crecimiento y
desarrollo óptimo. Por lo tanto podemos determinar que la
madre se encuentra totalmente apta para darle un
soporte afectivo adecuado y una educación de calidad,
así como impulsarlo a salir adelante. Y lo más importante,
el menor así lo quiere, desea seguir al lado de su madre
…”; posteriormente ratificó su valoración psicológica y
manifestó: “… yo en la entrevista con el menor de
identidad reservada con número cuarenta y siete,

39
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016

manifiesta signos de violencia y maltrato por parte


del padre, lo cual si lo lleva a proyectar indicadores
emocionales de inestabilidad, concluyendo que el
menor prefiere estar con su mamá, y por el momento no
estar en contacto con el padre …” (fojas 248 a 259 y 260
vuelta de la causa penal).

Probanzas que tienen pleno valor probatorio de


conformidad con el artículo 277, fracciones IV, y VI
del Código de Procedimientos Penales para el Estado
de Veracruz, pues la denuncia del pasivo merece valor
probatorio dada su mayoría de edad, capacidad mental,
que resultan ser suficientes para deponer sobre los
hechos que denuncia, y en cuanto a las periciales
fueron emitidas por expertos con conocimientos
necesarios sobre dicha materia, desarrollando su
estudio y análisis sobre bases objetivamente
sustentadas.---…”.

Por lo que, ante tales probanzas, como se dijo, el Tribunal


Colegiado debe abocarse nuevamente al estudio del presente asunto
con el objeto de determinar si como lo adujo la responsable se acreditó
la existencia del delito y la plena responsabilidad de la sentenciada,
determinado si existía causa justificada o no para la realización de la
conducta típica atendiendo al interés superior del menor.

Por lo tanto, al resultar fundado el primer agravio de la recurrente,


suplido en su deficiencia, debido a que el Tribunal Colegiado del
conocimiento inobservó su deber de juzgar con perspectiva de género
y de velar por el interés superior del menor; lo procedente es, revocar
la sentencia de amparo y devolverle los autos para que proceda en los
términos ya precisados en esta sentencia.

Así, ante los lineamientos señalados y los motivos por los que se
revoca la sentencia impugnada, se hace innecesario analizar el

40
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016.

segundo punto de constitucionalidad precisado en el


considerando de procedencia, relativo a determinar
los alcances del principio del interés superior del menor, respecto de
las penas públicas derivadas de la comisión de delitos, pues como
se ha precisado, en principio, el Tribunal Colegiado debe volver a
analizar la existencia del delito y la plena responsabilidad de la ahora
recurrente tendiendo a la perspectiva de género y al interés superior
del menor; por lo que, no es factible adelantar, en este caso, la
determinación de las penas correspondientes y por ello, no procede en
este asunto realizar tal interpretación.

Por lo antes expuesto, esta Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación,

R E S U E L V E:

PRIMERO. En la materia de la revisión, se revoca la sentencia


recurrida.

SEGUNDO. Devuélvanse los autos al Primer Tribunal Colegiado


en Materia Penal del Séptimo Circuito, para los efectos precisados en
el último considerando de la presente ejecutoria.

Notifíquese con testimonio de esta resolución, devuélvanse los


autos al Tribunal Colegiado de origen y, en su oportunidad, archívese
el expediente como asunto concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de


la Nación, por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros:
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario

41
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5999/2016

Pardo Rebolledo (Ponente), Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Presidenta


Norma Lucía Piña Hernández. Los Ministros Cossío Díaz, Zaldívar Lelo
de Larrea y Gutiérrez Ortiz Mena, manifestaron que se reservan su
derecho a formular voto concurrente.

Firman la Ministra Presidenta de la Sala y el Ministro Ponente con


la Secretaria de Acuerdos, que autoriza y da fe.

PRESIDENTA DE LA PRIMERA SALA

MINISTRA NORMA LUCÍA PIÑA HERNÁNDEZ

PONENTE

MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO

SECRETARIA DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA

LIC. MARÍA DE LOS ÁNGELES GUTIÉRREZ GATICA

En términos de lo previsto en los artículos 3°, fracción II, 13, 14 y 18, de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en
esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como
reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.

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