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PALABRAS CLAVE TEMA 12

Dominio árido. Extensiones con una escasez de agua muy importante lo que
provoca una exigua vegetación de tipo xerófilo y de carácter discontinuo.
Las precipitaciones locales son escasas y espasmódicas. Coincide con los
climas BW de la clasificación de Köppen. No existe una red hidrográfica
organizada y el agua circula en forma de arroyada difusa o concentrada.
Se extiende por una superficie equivalente al 15% de las tierras emergidas.
Aquí los procesos fundamentales son los debidos a la meteorización mecánica,
a la erosión del viento y a la producida por las aguas de arroyada. En este
dominio se desarrollan con gran facilidad los glacis.

Dominio continental seco. En este dominio el clima es contrastado, con


invierno frío. La temperatura, que se mantiene en niveles medios templados,
se caracteriza por su gran amplitud. Las precipitaciones son menos
abundantes que en el marítimo; su distribución sigue un régimen muy
contrastado, alternando estacionalmente el hielo y la aridez. Son
condiciones propias de los climas Da y Db de la clasificación de Köppen. Los
suelos son extensos pero poco desarrollados y la cobertera vegetal se reduce
a matorral o herbácea de ciclo anual (estepa, pradera, pampa) lo que reduce
su acción protectora, menos eficaz que en dominio forestal marítimo. Por
eso aquí los procesos mecánicos son más importantes. La acción del hielo
puede tener su importancia y los ríos tienen í mayor actividad debido a la
existencia de estiajes y crecidas consecuencia de la retención en época de
nevada y de su fusión posterior. Sin embargo, las acciones de los procesos
químicos tienen aquí mucha menor importancia que en el dominio marítimo.
Se extiende por el 12% de la superficie continental.
Dominio glaciar. La característica fundamental en este dominio
morfoclimático es la presencia permanente de hielo, por lo que su límite
coincide con el de las nieves perpetuas o con los climas EF de la
clasificación de Köppen. Ocupa actualmente alrededor del 10% de las tierras
emergidas.
Dominio hiperárido. Afecta al 4% de las tierras emergidas aproximadamente.
Es el caso más extremo de aridez, pues se caracteriza por la ausencia total
de precipitaciones que puede durar años. Eso hace que los procesos de
meteorización sean exclusivamente de carácter térmico (termoclastia), o bien
se deban a la acción de los seres vivos y a los cambios de presión. Sin
embargo son importantísimos los generados por la acción del viento. Por
todo ello en este dominio la evolución del relieve es muy lenta. Dentro del
dominio hiperárido ha de hacerse especial mención de los desiertos costeros,
consecuencia de la presencia de corrientes frías, donde la existencia de
frecuentes nieblas produce que sobre las rocas tengan lugar importantes
procesos de meteorización química (hidratación).

Dominio marítimo. Presenta un régimen de precipitaciones regular a lo


largo del año y unas temperaturas suaves con reducida amplitud térmica.

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La acción del hielo es reducida en este dominio y los ríos presentan
regímenes muy regulares a lo largo del año (Cf en la clasificación de
Köppen). Estas características provocan que los procesos mecánicos sean
escasos y que predominen los procesos químicos, aunque éstos no sean muy
activos dado que las temperaturas no son muy elevadas.

Dominio morfoclimático. Se denomina así a la superficie terrestre que se


encuentra bajo un mismo sistema morfogenético y unas mismas condiciones
climáticas debido a la interacción que se establece entre ellos.

Dominio periglaciar. Se encuentra en todas las áreas de clima frío cuyas


temperaturas pasan varias veces por el umbral de 0º, temperatura a la que
se congela el agua o se funde el hielo, y cuyo régimen de precipitaciones
asegura una cantidad de agua suficiente para que puedan darse estos
cambios de estado y se produzca su función geomorfológica. Ocupa
actualmente entre el 15 y el 16% de la superficie emergida. A diferencia del
dominio glaciar en el que la labor erosiva se realizaba directamente sobre
la roca, en el periglaciar existen ya suelos y vegetación, aunque sea de
forma escasa, poco desarrollada y discontinua, pero insuficientes para
cambiar el carácter abiótico del medio en el que se desarrolla el relieve.

Dominio semiárido o de estepa. Se localiza alrededor de los grandes


desiertos y en las zonas áridas templadas. Se trata, en cierta manera, de
la zona de transición a otros regímenes templados o tropicales. Coincide
con los climas BS de la clasificación de Köppen. Comprende aproximadamente
el 12% de las tierras emergidas. En este dominio el agua y la vegetación son
más abundantes que en los restantes tipos, aunque aun así, sean escasas, y
la cubierta vegetal no sea suficiente para proteger de la erosión, que
encuentra unas condiciones muy favorables para actuar: un cierto volumen
de precipitaciones y una cubierta vegetal poco densa. Sólo en este dominio
encontramos una red hidrográfica organizada. La erosión antrópica en este
dominio suele tener consecuencias catastróficas, pues el hombre, al roturar
las tierras o al utilizar la escasa vegetación como pasto para el ganado, a
veces en exceso, destruye la vegetación natural, lo que da lugar a un intenso
abarrancamiento y erosión.

Dominio templado mediterráneo (tibio). En el dominio tibio, el clima


mediterráneo ocupa la mayor extensión, por eso también se le denomina
dominio templado mediterráneo o subdominio mediterráneo (Csa de la
clasificación de Köppen). A este dominio corresponde la mayor parte del
territorio español (a excepción de la España atlántica, áreas semiáridas
del sudeste y Canarias). Las alternancias de estaciones secas y húmedas
juegan un papel fundamental en la morfogénesis que se da aquí. Por un lado,
provocan dilataciones y retracciones hidroclásticas (cambios de volumen en
las arcillas) y superficies de discontinuidad hídrica que facilitan los
deslizamientos. Así mismo, los ríos presentan un régimen más contrastado,

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con épocas de crecidas, que originan actividad de erosión y transporte, y
estiajes en los que se da sedimentación. Las precipitaciones, a veces muy
intensas y concentradas, favorecen la arroyada, sobre todo la concentrada,
que origina cárcavas y barrancos. Es evidente que la acción de los procesos
mecánicos es significativa, pero sin llegar a predominar sobre las químicas
y bioquímicas, que son también importantes gracias a su mayor temperatura,
aunque menos que en el dominio forestal, por la menor presencia de aportes
orgánicos debido a su vegetación adaptada a la mayor sequía.

Dominio templado-húmedo. Se denomina también dominio forestal de latitud


media. Se encuentra en los climas tipo Cf, Cs, Df y Dc de la clasificación de
Köppen, ya que sus características de temperaturas, precipitaciones,
máximos y mínimos pluviométricos y térmicos se hallan comprendidas en
estos climas. Temperaturas moderadas, pluviosidad media o alta y
distribuida regularmente, sin mínimos muy duraderos, régimen hídrico
estacional, pero sin escasez de agua o, si la hay, se da en muy escasos
momentos en duración o profundidad. Todas estas características favorecen
la formación de suelos bastante bien desarrollados y la existencia de
formaciones vegetales de mediana o alta densidad, potencialmente
forestales. La vegetación se interpone entre los agentes meteorológicos y
el roquedo, lo que hace que las acciones de modelado sean fundamentalmente
indirectas y que la erosión se vea atenuada por ellos. Consecuentemente, los
procesos mecánicos son aquí poco relevantes, predominando las acciones
derivadas de los procesos químicos, aunque debido a lo poco elevado de las
temperaturas no tienen excesiva intensidad. En la zona templada forestal,
el aspecto fundamental, desde el punto de vista morfoclimático, es la
existencia de una importante capa de vegetación forestal, lo que hace que
la influencia del clima sea indirecta. Por una parte, la presencia de bosques
frena las acciones mecánicas que producen los agentes meteorológicos, por
otra, las temperaturas moderadas hacen que las acciones químicas tampoco
sean muy intensas. En general, esta zona tiene como característica
fundamental que las acciones morfogenéticas son débiles y moderadas. Estas
condiciones bioclimáticas favorecen, además, la conservación de las
paleoformas cuaternarias, por lo que el relieve que observamos hoy, se
compone, en gran medida, de formas heredadas del pasado.
Dominio tropical de sabana. En este dominio, el aspecto morfoclimático
fundamental es la existencia de una estación seca especialmente importante.
Se corresponde con los climas Aw de la clasificación de Köppen. Aquí los
procesos más generalizados son los de origen químico, aunque sin
menospreciar la importancia de los de origen mecánico. La sucesión de
estación seca y estación húmeda va a favorecer la aparición de procesos de
diferente naturaleza. Mientras que cuando llegan las lluvias abundantes,
después de una estación seca, encuentran una tierra seca y endurecida en

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la que la arroyada juega un papel fundamental, en le época propiamente
lluviosa se observan procesos claramente producidos por la infiltración del
agua que es embebida por las rocas dando lugar a procesos de solifluxión,
deslizamiento, etc. La arroyada no es, sin embargo, característica del resto
de las épocas del año, pues la abundante capa de gramíneas protege el suelo
de la acción erosiva. Además, en el dominio de sabana, existen escasa
infiltración y lixiviación, sin embargo, es muy importante la ascensión del
agua que se halla contenida en el suelo, debido a la intensa evaporación
que se produce en la estación seca, razón por la cual tiene lugar la
aparición de concreciones, fundamentalmente ferruginosas, que pueden
llegar a crear corazas de gran dureza. Cuando el horizonte A del suelo es
destruido, estas corazas afloran en superficie y originan plataformas
acorazadas muy características. Los ríos presentan un régimen irregular,
con gran estiaje en la estación seca. A diferencia de los ríos del dominio
de selva, éstos transportan materiales más gruesos, arenas y gravas, que
aumentan su papel erosivo. No se puede olvidar el papel que el hombre ha
jugado y juega en este dominio. La erosión antrópica ha sido y es muy
importante en la sabana, sobre todo africana. Al mismo tiempo, la actuación
del hombre, que ha roturado el bosque, ha provocado la aparición de la
sabana en áreas antes ocupadas por vegetación de selva.

Dominio tropical de selva. Este dominio morfogenético tropical de selva o


tropical húmedo se extiende en torno al Ecuador, sus temperaturas son
permanentemente cálidas, por encima de los 18º C de media y con escasa
amplitud, menos de 6-7º C. Las precipitaciones son abundantes y apenas
manifiestan diferencias estacionales. Coincide, en líneas generales, con los
climas Af y Am de la clasificación de Köppen. Ocupa alrededor del 10% de la
superficie continental. Las abundantes y constantes precipitaciones que se
dan aquí, junto con las elevadas temperaturas, favorecen la aparición de
una vegetación de bosque denso o de selva bajo la que los procesos químicos
y bioquímicos son los más abundantes. Las rocas se descomponen “in situ”
constantemente por disolución, hidratación e hidrólisis dado que las
precipitaciones son regulares a lo largo del año. Estos procesos generan
un gran volumen de rocas meteorizadas pero que difícilmente pueden ser
movilizadas por los agentes de transporte. Tiene lugar, de forma
generalizada, el proceso de lateritización lo que produce la formación de
suelos de gran potencia. Las rocas se ven alteradas lentamente y de forma
superficial, provocando su descamación, exfoliación y desagregación
granular.

Formas relictas o heredadas. Formas que se originaron en épocas pasadas.


Formas vivas. Formas que se están originando en la actualidad.

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Geomorfología Climática. Nueva forma de explicar el modelado terrestre,
frente a la teoría del ciclo de erosión, en la que no se otorga el papel
prioritario en la génesis del relieve a ninguno de los aspectos de la erosión.
En esta concepción se considera que los grandes arrasamientos no son el
resultado de sucesivos ciclos de erosión normal, sino que se forman por la
actuación sucesiva de varios sistemas morfogenéticos, relacionados con
variaciones bioclimáticas. Estudia los procesos erosivos que se dan en cada
gran zona climática bajo unas determinadas condiciones de temperatura,
humedad, viento, vegetación, etc.
Paleoclimas. Climas del pasado.

Piso climático. Concepto de escala utilizado para resaltar la influencia


de la altitud en las condiciones climáticas.

Piso forestal. Se localiza en la parte inferior de la montaña, a muy


diferentes alturas según las zonas climáticas. Así mismo, su límite superior
varía entre los 600 m. en las latitudes más altas de las zonas templadas y
los 3.000 m. en las latitudes tropicales. En la península Ibérica el límite
superior del bosque está a una altitud media de 1.800 m. En este piso el
papel que juega la vegetación respecto a aumentar o mitigar las acciones
de los agentes meteorológicos es muy importante. Por un lado, la vegetación
actúa como filtro de algunos agentes meteóricos, facilita la infiltración
del agua de lluvia gracias a las raíces de los árboles, sin embargo,
intercepta parte de la precipitación no dejándola caer directamente y
atenuando la erosión del suelo. Así mismo, sirve de atenuante de los valores
alcanzados por las temperaturas en esa zona. Sin embargo, en este piso se
dan grandes alteraciones de las rocas y los movimientos en masa por las
vertientes son muy importantes.

Piso glaciar. Se localiza inmediatamente por encima del periglaciar, a


partir del nivel de las nieves perpetuas, límite que varía entre los 600 m.
en los que lo encontramos en el NW de Islandia y los 5.000 m.
aproximadamente en los que aparece en las grandes montañas de latitudes
intertropicales. El piso glaciar se caracteriza por estar cubierto de hielo,
en unos lugares se trata de casquetes de hielo que ocupan diferentes
extensiones, y en otros, son glaciares de valle de distintas longitudes,
desde algunos m. a varios km. Las características morfogenéticas son las
que se vieron al hablar de los medios glaciares. El agente fundamental es
aquí el hielo, gran agente de erosión que arranca, transporta y deposita
materiales produciendo con ello la aparición tanto de grandes formas
(valles en U) como de formas de detalle.

Piso morfoclimático. Es el espacio comprendido entre determinados valores


físicos, como temperatura, precipitación, etc., que se dan altitudinal o

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lateralmente. Se puede considerar la existencia de tres pisos
morfoclimáticos fundamentales: forestal, periglaciar y glaciar.

Piso periglaciar. Es el piso inmediatamente por encima del forestal y aquí


el agente modelador fundamental es la acción del hielo deshielo. Sus límites
inferior y superior varían mucho en función de la latitud y de la exposición
a los rayos del Sol. En este piso periglaciar de montaña no suele existir
un subsuelo permanentemente helado, pero sí puede darse que una capa de
nieve lo recubra durante gran parte del año, eso evita la acción del hielo,
pero, a su vez, favorece la aparición de otros fenómenos como las avalanchas
y las acciones originadas por las aguas de fusión.

Zona árida y subárida. Se caracteriza por tener una escorrentía


intermitente y vegetación de estepa.

Zona forestal de latitudes medias. Son áreas transformadas por el hombre


en mayor o menor medida y en ellas existen gran número de formas heredadas.
Tricart las divide en tres dominios: marítimo, de invierno suave,
continental, de invierno frío y mediterráneo, de verano seco.
Zona fría. Se localiza fundamentalmente en las altas latitudes de ambos
hemisferios, más allá del paralelo de 60º. El criterio diferenciador es el
frío, pues es él el que juega un papel morfogenético de primera magnitud,
temperaturas muy bajas y precipitaciones generalmente en forma de nieve,
lo caracterizan. Tricart la divide en dos dominios: glaciar, en el que la
circulación del agua se da en forma sólida y periglaciar, donde el hielo
tiene una acción fundamental, pero existe una escorrentía líquida
estacional.

Zona intertropical. Se extiende entre los trópicos de Cáncer y de


Capricornio. Tiene una gran regularidad térmica a lo largo del año, de modo
que no existe una alternancia estacional térmica verano-invierno, por lo
que las diferencias estacionales no se manifiestan en relación con las
temperaturas, sino con las precipitaciones, que son las que dan lugar a los
principales contrastes climáticos, hablándose así de estación seca o de
estación lluviosa. Sus características fundamentales son: elevadas
temperaturas, intensa humedad, así como una escorrentía eminentemente
fluvial.

Zona morfoclimática árida o xérica. En esta zona es la sequía, o balance


hídrico deficitario, la característica fundamental, consecuencia de la
escasez de precipitaciones y de la elevada evapotranspiración. Sus
condiciones climáticas son propias de los climas BS y BW de la clasificación
de Köppen, sus formaciones edáficas son esqueléticas y la vegetación escasa
y xerófila. Esta zona supone alrededor del 30% de las tierras emergidas y
se distribuye entre desiertos subtropicales, los de degradación continental

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y los costeros y de barrera Se desarrollan por tanto en latitudes tropicales
y templadas.

Zona morfoclimática tropical. Se caracteriza por su elevada y constante


temperatura a lo largo del año (ningún mes registra temperaturas
inferiores a 18º C), con escasa variación diaria y una amplitud térmica
anual que no llega a los 8º C. El volumen de precipitaciones es abundante.
Coincide con los climas A de la clasificación de Köppen, localizados desde
el Ecuador hasta los Trópicos, excepción hecha de algunas áreas ocupadas
por medios áridos. La diferencia fundamental entre los climas tropicales
húmedos es que en unos existe estación seca y en otro no, aspecto que es
reflejado claramente por la vegetación que será de sabana arbórea en los
primeros y de selva o bosque denso en el segundo. Respecto de las variables
fundamentales, desde el punto de vista morfoclimático, la esencial es la
elevada temperatura y abundante precipitación. Esa presencia de calor,
junto a las elevadas precipitaciones, favorece la actuación de los procesos
químicos. Las rocas se ven notablemente alteradas en estas condiciones y se
puede observar cómo algunos de sus componentes se transforman. Por ejemplo
la caliza, en este medio cálido-húmedo, con abundante humus, encuentra gran
facilidad para disolverse. En el granito, los feldespatos y las micas se
transforman en arcillas, pero el cuarzo se manifiesta resistente. Los
procesos mecánicos apenas se dan debido a la ausencia de hielo y a la escasa
variación térmica. Los caudalosos ríos que recorren esta zona, evacuan en
suspensión materiales muy finos, resultado de esos procesos químicos, y como
consecuencia, la acción de abrasión que ejercen los ríos es muy pequeña,
siendo frecuentes los rápidos y saltos de agua, pues su perfil longitudinal
se mantiene en forma de los escalones que presenta su sustrato, resultando
muy difícil su regularización. La diferencia que dijimos manifestaban las
precipitaciones entre los que poseían o no estación seca, obliga a
diferenciar dos dominios morfoclimáticos, el de selva y el de sabana.

Zona polar. Son dos, limitadas por los Círculos Polares a 66º 33’ Norte y
Sur. La desigualdad día/noche llega al máximo, alcanzando en los polos una
duración de seis meses continuos. La larga duración de la noche, unida a la
extrema oblicuidad de los rayos solares, explica las bajas temperaturas de
estas zonas frías.

Zona templada o latitudes medias. Son dos y están situadas entre los
Trópicos y los Círculos Polares. A ellas los rayos solares llegan más
oblicuos cuanto mayor es la latitud y por tanto con una energía calorífica
menor, ya que han de atravesar mayor espesor de atmósfera y calentar mayor
superficie. Además, hay una notable oscilación de la duración del día y la
noche a lo largo del año y según la latitud. Todo ello hace que estas zonas
conozcan grandes variaciones de temperaturas, que, no obstante, se
mantienen, en general, moderadas.

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