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La visión de los españoles y la de los ingleses sobre el indio

Tras el descubrimiento de América en el año 1492 d.C., se originaron una serie de cambios
que dieron paso al inicio de la Europa medieval, la cual estuvo caracterizada por la
expansión masiva de la religión católica en gran parte del territorio. La congregatio
fidelium cristiana, es decir, la comunidad de hombres cristianos; tenía como fin convertir a
todos aquellos que no pertenecieran a la religión, ya sea, como menciona Anthony Pagden
([1982] 1988), por persuasión o que se les forzara a entrar en ella, siendo así la conversión
de los indios, los habitantes de América, su próxima misión como seguidores de Cristo. Así
pues, la visión etnocentrista sobre el cristianismo, en otras palabras, un pensamiento en
donde se creía en la superioridad de esta religión; fue un factor clave para que la corona
española iniciase la conquista de América en el siglo XVI. Por otra parte, el recién formado
Imperio británico también quiso ser partícipe de su propia conquista de América, la cual
comenzó al inicio del siglo XVII.

Tras la inmigración de las comunidades islámicas a Europa, así como explica John Elliot,
los españoles pertenecientes al cristianismo se vieron obligados a convivir junto a esa
civilización por siglos. Inevitablemente, debido a la extensa área que ocupaban, los
matrimonios mixtos y el contacto entre ambas comunidades se hizo cada vez más frecuente,
siendo un hecho que el convivir personalmente con aquella comunidad les permitió
eliminar algunas de las antiguas creencias sobre ellos, pese a ser ‘infieles’, pues renegaban
a la religión verdadera, no podían seguir considerándolos culturalmente inferiores a ellos.
Por otro lado, cuando la corona inglesa se declaró señor de Irlanda, los ingleses
confirmaron su superioridad sobre sus costumbres y su barbarie, no obstante, a diferencia
de los españoles, los ingleses no permitieron que se diera la aculturación, mejor dicho, no
permitieron el intercambio de rasgos culturales pues temían contaminarse con sus
costumbres. Fue así como se crearon los Estatutos de Kilkenny en 1366, en donde se
prohibieron tanto el casamiento entre los nativos y los ingleses, además del uso de su
idioma y sus costumbres. Estos antecedentes de sus experiencias pasadas, tanto de los
españoles como de los ingleses fueron las causas de los distintos caminos que tomaron al
momento de decidir cuál sería la visión hacia los indios y que rol tomarían como
colonizadores.

La visión de los cristianos de España sobre los indios fue, en un inicio, en base a la
alterización de sus creencias, es decir, la noción de la existencia de ‘el otro’ y la conciencia
de las diferencias que permiten la identidad (Lorena Campo A., 2008), la idea general era
que los indios eran ‘gentiles’, dando referencia a que desconocían cual era fe verdadera, por
ello, eran capaces de ser educados para llegar a convertirse al cristianismo, sin embargo, es
un hecho que los indios eran considerados como seres inferiores, como explica Roger
Bartra (2011) en El mito del salvaje, para José de Acosta “la diferencia entre la humanidad
cristiana y la americana es que en esta ultima dominan las idolatrías inspiradas por el
demonio” dando una comparación con que compartían similitud con los mismos hombres
antiguo paganos, empezando la idea del salvaje para referirse los del Nuevo Mundo, es así,
mediante la erradicación de las costumbres bárbaras, como se llegó a justificar la conquista
(Pedro Sarmiento de Gamboa, 1572). Asimismo, esta visión también fue influenciada por
las descripciones que realizó Colón sobre sus expediciones, describiéndolos como ‘buenos
salvajes’ gente pacifica pues no poseían armas y no fueron violentos tras su llegada, no
obstante, más adelante se encontraron con tribus que tuvieron repuesta violenta al intentar
realizar contacto. La misión de convertir a todos los habitantes del Nuevo Mundo los llevó
a que en 1503 el nuevo gobernador ordenara que se realicen matrimonios para así educarlos
con la Santa Fe Católica. Aquel hecho fue bien recibido pues como orden natural, ambos
pueblos ya habían formado uniones fuera del matrimonio, creando, solamente en América,
un nuevo espectro en donde la categoría social tenía mayor rango de importancia que el
origen étnico, sin embargo, el concepto del indígena como ser inferior por naturaleza
prevaleció, separando el grupo social en dos Repúblicas separadas. Por otro lado, aquellos
temores que los ingleses sintieron con los irlandeses volvieron luego de tener contacto por
primera vez con los indios, al ver que sus costumbres eran similares en varios aspectos,
ingleses como Thomas Morton y Hugh Peter los categorizaron como ‘salvajes’, justificando
que los irlandeses y los indios no tenían muchas diferencias. Por ello, a diferencia de los
españoles, decidieron separar las comunidades, llegando a impartir diferentes menciones al
respecto, como el de William Symonds (1609) donde predicó a los demás colonizadores un
sermón advirtiendo sobre el contacto con los paganos, no podían casarse con ellos y si no
cumplían esa regla su crisma de rompería. Este pensamiento dio frutos pues, como
menciona John Elliot, no se conoce matrimonio mixto alguno en el periodo antes a 1676.
Un hecho significativo para demostrar la visión a los indios fue la masacre de 1622,
realizada como solución a las revelaciones que hacía la comunidad indígena. Los ingleses
decidieron que, en vez de invertir esfuerzos en realizar alianzas, sería mejor quitarlos de su
camino, así como menciona sir Francis Wyatt, gobernador de Virginia, demostrando la
cobardía de ellos, pues temían que, al sobrepasarlos en número, lleguen a tomar venganza
hacia sus colonizadores.

En un primer inicio, ambos grupos colonizadores llegaron a América sintiéndose lo


suficientemente superiores, culturalmente hablando, decidiendo así introducirse en estas
comunidades para educarlos con sus propios métodos y creencias, ya sea de forma pasiva o
a la fuerza. Se llevaron a cabo distintas barreras, como la lingüística, que los llevaron a
involucrarse pese a sus ideales y, en el caso de los ingleses, evitar la aculturización con
ellos.

En conclusión, la visión de los ingleses y de los españoles sobre los indios se vieron
influenciados por los distintos acontecimientos que sucedieron previamente teniendo en
común el sentimiento de superioridad que los incentivo a intentar educar, o forzar a
compartir las mismas costumbres y creencias de los colonizadores, en vez de las propias,
pues eran primitivas y bárbaras. Por un lado, los ingleses, llevados por el miedo que había
vuelto a surgir, dejaron que el instinto los acompañara, buscando así la segregación con
ellos. Por otro lado, los españoles sí buscaron el mestizaje al inicio, llevando a cabo su plan
de convertir al cristianismo a todos aquellos indígenas que vivían sin conocer la palabra de
Cristo.

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