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GRUZINSKI: LA CONQUISTA ESPAÑOLA

La conquista americana, más que una apropiación directa de la tierra, fue una
empresa de dominación de los pueblos originarios, siendo un imperialismo basado en
el sometimiento de las comunidades numerosas como en México y los Andes.
La particularidad de esta conquista, se denota si la comparamos a la anglosajona,
donde en el SXVl, los contactos entre indígenas y europeos se limitaron a intensas
actividades de trueque, los indios intercambiaban comida y pieles por objetos
metálicos y textiles “burdos”. En contraposición de la conquista iberia, quienes
dominarían en presencia la tierra serian pescadores y mercaderes, mientras que los
misioneros y soldados, estarían ausentes en su gran mayoría.
Por otro lado, tampoco se crearían ciudades, puertos o establecimientos duraderos,
recién un siglo más tarde, en el S XVll, los europeos empezarían a ejercer un poder
real sobre la población que habían sometido.
Las sociedades fractales
La conquista, no condujo automáticamente hacia sociedades coloniales, el proceso de
conquista engendró formas sociales extrañas que pueden ser definidas como
fractales, siendo una época de transición entre las antiguas sociedades prehispánicas
y las futuras sociedades coloniales, caracterizadas por un aspecto caótico e
inestabilidad, mutaciones imprevistas y alta heterogeneidad. Estas sociedades
combinaban elementos hispánicos e indígenas, siendo la yuxtaposición de grupos
europeos desarraigados y sociedades indígenas desmanteladas. Siendo una situación
inédita y brutal, un choque de mundos en cuestión de un periodo estrecho de tiempo.
Un ejemplo de esto es la ciudad de México, la cual sería un conglomerado de
pequeños castillos medievales que emergían de un trasfondo de traza prehispánica,
en donde se codeaban o coexistían sirvientes, esclavos y concubinas indígenas,
esclavos africanos y amos europeos, en esta mezcolanza, los comportamientos
individuales escapaban de las normas y valores de la sociedad ibérica, entre los
conquistadores españoles de los primeros años y los recién llegados, la envidia y
celos se harían presentes, volviendo al grupo español un conglomerado de rivalidades
y rencores: en vez de construir un medio unido y fortalecido por un proyecto común, se
dividían en fracciones y clanes, haciendo de las divisiones geográficas, algo realmente
notable.
El clima de incertidumbre política prevalecía en la medida en que la caída del poder
mexicano habían dejado un vacío en el que chocaban las pretensiones de Cortes, sus
rivales españoles, las presiones de los señores indígenas que colaboraron y la
resistencia de los otros, situación que se complica debido a que el centro de poder,
está a miles de kilómetros, Carlos V no contaba realmente con capacidad de
intervención directa sobre América.
En este contexto las iniciativas individuales cobrarían gran dimensión e importancia,
ejemplo de ello es la ida de cuba de Cortes hacia México y conquistarlo, provocando
entre otras cosas, una gran migración hacia Nueva España que pondría en peligro los
fundamentos de la sociedad colonial caribeña, buscando la legitimidad que a él le
faltaba y que, la separación con Diego Velásquez (Gob. De Cuba) y la posterior
victoria sobre los Mexicas le sería otorgada.
El sistema de encomienda, colaboraría con los conflictos entre bandos y clanes,
además de enfrentamientos entre la iglesia y los laicos, por ejemplo los primeros
franciscanos recibirían el apoyo de Cortes, paralizando a los castellanos opositores al
mismo.
Las primeras víctimas de este caos político e institucional serían los indígenas “en
pruebas y experiencias y mudanzas y novedades se ha de consumir y acabar esta
materia de los indios…” las palabras del padre Betanzos expresa la posición que
conservaba en mente la extinción de las poblaciones autóctonas en las islas del
caribe.
Un caos mental y cultural
La erosión del tejido cultural y mental dentro del valle y la ciudad de México, del lado
de los invasores, su fractura vino producto del desarraigo de su tierra de origen, con
sus costumbres, ritmos, pares y familias, enfrentándose con una naturaleza distinta
tanto en clima como flora y fauna, junto a aquellos seres extraños (los indios) que
seguían practicas extrañas e incomprensibles como repugnantes como el canibalismo
y el sacrificio humano, viéndose obligados a tolerarlo entre sus aliados indígenas,
como también el consumo de tabaco (considerada una práctica demoniaca).
“aberraciones” que no eran más que nuevas lógicas impuestas por el contexto
americano. En cuanto al tiempo, fue impulsando el desarraigo por el cambio en los
ritmos de las estaciones o el calendario festivo cristiano.
Desde el lado indígena, las referencias tradicionales ya no eran las mismas, la llegada
masiva de objetos europeos debería provocar gran perplejidad al desconocer los
medios de elaboración para los mismos (hierro, tejidos de lana, espejos, etc.). La
multiplicación de animales domésticos como cerdos, vacas y ovejas se integró al
paisaje como otro elemento extraño y perturbador.
La desestabilización provocada por el proceso cristianizador, a partir de la prohibición
de los frailes de los sacrificios humanos y rituales indígenas, lograrían desmantelar los
ciclos paganos de perfecta regularidad que marcaban el curso de los tiempos y la
existencia de los pueblos, dejando un “vacío” que tardaría muchos años en ser llenado
por las ideas cristianas. Este periodo de vacío hizo que los indios vivieran en un
tiempo que había perdido parcialmente su sentido.
La comunicación entre indios y españoles fue de tipo fragmentada e intermitente, cada
grupo ignoraba las lógicas del universo del otro, los obstáculos lingüísticos, el ostento
de superioridad de los vencedores entorpecían los intercambios entre las partes, la
comunicación oral se limitaba a situaciones de supervivencia de los unos y los otros.
Lo que llevaría a confusiones: los templos, por ejemplo serian “mezquitas” y sus
sacerdotes “alfaquíes”.
Otros universos fractales
La ocupación de la islas del Caribe, el itsmo de Panamá y las costas de Venezuela y
Colombia, provoco la desaparición física producto de la represión de las rebeliones, la
deportación, la ruptura con el medio ambiente, malos tratos, incapacidad de los
españoles de proveer con lo básico para sus esclavizados, junto a las enfermedades
hicieron de un infierno en el Caribe.
Según el autor, quizás esta sea una situación seria impulsada por la condición en la
que se encontraban los peninsulares, alta mortalidad, confrontación con lo
desconocido e imprevisible que creo una situación de tensión. La depresión, el
agotamiento físico y la mera necesidad de supervivencia provocaron una perversión
de las relaciones sociales y humanas. La propia heterogeneidad entre los
conquistadores, vascos, andaluces, portugueses, italianos, etc. se vieron obligados a
convivir en espacios reducidos.
El proyecto de occidentalización
No existió un plan de colonización cuidadosamente diseñado y programado por parte
de los españoles, ya que sus principales características serian la dispersión del poder
y de los intereses, sino que se iría haciendo en el transcurso de los sucesos,
“aprendiendo de las experiencias”:
- En primer lugar, la Conquista de las Canarias a lo largo del S XV constituyo “un
ensayo general” de lo que se enfrentarían en los distintos procesos de
conquista, ya sea las relaciones con los indígenas y el medio ambiente, la
reproducción de las formas de vida europea y la evangelización de poblaciones
las cuales nunca habían tenido contacto con tal ideología.
- En segundo lugar, la conquista tuvo lugar en un momento privilegiado de la
historia cultural e intelectual europea: el Renacimiento con las ideas del
Mesianismo, milenarismo, la espiritualidad del norte de Europa, la filosofía
cristiana de Erasmo y las reflexiones de Tomas Moro sobre la Utopía. Desde el
lado civil, la aparición de las burocracias junto a la tradición imperial se unieron
para afirmar los derechos de la corona y la de sus súbditos americanos,
sometiendo a su vez el poder eclesiástico al poder civil, facilito la armonización
de los planes religiosos e imperiales.
Cualquiera sea el proyecto, tenían como meta reproducir la vieja Europa en el Nuevo
Mundo, los indios se volverían cristianos y las instituciones occidentales tendrían su
réplica en el continente: ciudades, parroquias, audiencias, tribunales, universidades,
puertos transformarían la naturaleza americana en un territorio americano, aunque los
conquistadores no tendrían en cuenta la magnitud de todo el territorio, desde Florida
hasta la Patagonia y la heterogeneidad del Todo, los españoles iban a chocar con una
realidad fractal la cual ellos aumentarían aún más.
La conquista espiritual
A partir de1525 los misioneros franciscanos empezaron a destruir las manifestaciones
más obvias de la idolatría mexicana y a bautizar a los indígenas del valle. Los
sacerdotes paganos quedaron eliminados mientras que los niños fueron utilizados en
contra de sus padres y familiares para que acepten la nueva fe. Los indios fueron la
mano de obra para las capillas, iglesias y conventos.
Aun así, habría resistencias y abatimientos de los indios, desorden por la falta de
personal y recursos, además de la oposición de algunos conquistadores, serian un
gran freno para los misioneros. Recién en la década de 1530 empezarían a ver sus
frutos cuando las conversiones y nuevos lugares de culto se multiplicarían. A los
recién convertidos se le ofrecía el conformismo de sus ritos, el calendario de sus
liturgias y fiestas, el espacio protegido de sus santuarios, así como una relativa
protección de los abusos de los españoles.
Con la imposición del matrimonio y de la familia cristiana se completaría la
reconversión del alma, inscribiendo en los individuos las reglas y valores de la
sociedad cristiana, en cuanto a la “conquista de os cuerpos” podía ser comprobada
realmente a través de manifestaciones materiales y visibles: la educación, el
matrimonio, la monogamia, la prohibición del divorcio tenían una dimensión pública, la
cual, a diferencia del culto clandestino de sus dioses, no podían esconderse de la
vigilancia de los misioneros y sus colaboradores indígenas.
La guerra de imágenes
La destrucción de las imágenes de los ídolos fue otra forma de consumar la conquista
por otros medios, los religiosos emplearon la imagen para evangelizar a las masas
indígenas en una situación en que la comunicación verbal se enfrentaba a un sinfín de
obstáculos (lienzos con los apóstoles, el decálogo, los siete pecados y las siete obras
de misericordia).
Esta imposición de un orden visual y de un imaginario busco inculcar además, lo que
los clérigos entendían por persona humana y divinidad, cuerpo y naturaleza, espacio e
historia, ilusión y autenticidad. Con la difusión de la imagen cristiana, los religiosos
aplicaron un programa subversivo de occidentalización más que de mera
hispanizacion.
Sin embargo los franciscanos temían que las imágenes se volvieran objeto de culto
idolatra, ya que la imagen cristiana era concebida solo como un instrumento destinado
exclusivamente a alimentar la devoción por lo que representaba, la imagen es el
refresco de la memoria, no el culto en sí. Por tanto, la imagen tenía propósito
didáctico.
El “nuevo hombre” que pretendían forjar estaría dotado de un “ojo moral”, el indio
debía, gracias al libre albedrío, familiarizarse con la imagen verdadera para librarse de
los “engaños del demonio” y la idolatría. Por su parte la arquitectura contribuiría
poderosamente a crear un paisaje monumental que apoyaba la difusión de un orden
visual occidental.
La colonización del imaginario indígena
No bastaba para los frailes imponer la fe y los dogmas, había que transformar sus
mentes, ejemplificado en los manuales de confesiones, donde los españoles
indagaban en sus sueños e imaginación para “combatir” al diablo o de deseos que la
iglesia condenaba. El teatro ayudaría a enseñar paisajes como el paraíso, el infierno o
el purgatorio.
Por ejemplo, en 1539, miles de indios reconstruyeron e interpretaron la toma de Rodas
y la conquista de Jerusalén, levantando réplicas de ciudades griegas y musulmanas,
fabricaron una flota de naves sobre ruedas a tamaño natural que navegaban por las
calles de la plaza de México, creándose un gran espectáculo, los cuales buscaban
asegurar la transposición del imaginario occidental en la Nueva España, y en
particular, inculcar una de las mayores obsesiones de la época, las cruzadas contra
los turcos.
Ya para el S XVl, los jesuitas continuarían con la actitud de recoger sistemáticamente
los sueños y delirios de sus penitentes para edificar moralmente a los pueblos que
“visitaban”.
La creación de un Virreinato
Aunque la colonización no haya sido una empresa completamente estructurada y
todos sus pasos y movimientos planeados, tampoco hemos de decir que se dio como
un proceso falto de proyectos y completamente anárquico, esto lo vemos cuando
Cortes resolvería crear en México una Nueva España, el hacer de México-Tenochtitlan
la capital del nuevo reino como gran paso político.
Además, convencido del éxito de la cristianización para el establecimiento de los
europeos, por lo que apoyaría a los franciscanos, e incluso obligo a cualquier invasor a
apoyar la cristianización, estipulando que “en las estancias que los españoles se
sirviesen de indios, tengan una parte señalada con la imagen de Nuestra Señora cada
dia por la mañana….los lleve allí e les diga cosas de nuestra santa fe y le muestren la
oración del Páter Noster e Ave María...”.
Más tarde bajo el mando de Antonio de Mendoza se estableció el primer reino europeo
de América y la primera corte, teniendo un papel entre moderador entre grupos y
facciones que dominaban la Nueva España, se enfrentó a Cortes para limitar sus
prerrogativas, organizo la administración local, fomento actividades económicas,
buscando nuevos equilibrios sociales y políticos bajo su mando como virrey.
Al igual que Mendoza, tanto los representantes de la Corona o la influencia de los
misioneros tuvieron importancia en la creación de un orden, por ejemplo el clero y la
administración de la corona buscaron el apoyo de la nobleza indígena; rescatando de
su pasado aquellos elementos que podrían facilitar la expansión del cristianismo y la
integración de las poblaciones.
El mestizaje
El caos de los primeros años se debe en consecuencia, a la ausencia de conexiones
entre dos mundos que chocaban sin articularse, el enfrentamiento entre los mundos se
dio en un trasfondo biológico así como cultural, si vemos al mestizaje como acción
adaptativa al caos de la conquista, vemos a elementos descontextualizados y
yuxtapuestos adquirir nuevos significados y valores, mezclándose referencias
culturales, impresiones e informaciones recibidas de dos mundos distintos, lo que
provoco en los individuos una mutación mental que facilito la adaptación y aparición de
identidades múltiples, por ejemplo que indios se dieran ellos mismos como mestizos o
indígenas cristianos que eran perfectos idolatras de su cultura pasada en lo privado de
sus casas.
En cuanto el aspecto biológico que genero una población de mestizos no puede
reducirse a momentos aislados de violación, muchos caciques por ejemplo, “daban a
sus hijas con el propósito de que si acaso algunas se empeñasen, quedase entre ellos
generación de hombres tan valientes y temidos”.
En la ciudad y el valle mexicano el consumo de mercancías y objetos europeos por los
indios y la apropiación de cosas indígenas por los invasores cimentaron otro tipo de
conexiones. “muchos indios enloquecieron por comprar vino. Los caballos, la ropa, las
armas eran codiciados por los caciques vencidos…la adopción por los vencedores de
la comida mexicana resulto ser un paso esencial hacia la cultura de los vencidos”.
El mestizaje no sería solo la yuxtaposición o adición. Sino que generaría nuevas
formas culturales más allá de la tradición americana y la española. Ejemplo de ello es
el caso del arte indígena del S XVl que logro conjugar las herencias prehispánicas y
los aspectos del arte medieval y renacentista. Innumerables códices atestiguan los
esfuerzos del grupo para seguir expresando una identidad indígena sin rechazar las
técnicas europeas. Se comenzaron en distintos lienzos a observarse dibujos de
edificios o de muebles de origen europeo
El mestizaje estuvo hecho de renuncias, perdidas y compromisos entre realidades y
seres que evolucionaban o desaparecían rápidamente, facilitando la transición de una
formación fractal generada por la conquista hacia una sociedad cristalizada en sus
formas y lógicas específicas, siendo a la vez consecuencia directa y respuesta
inventiva al proceso de occidentalización.

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