Está en la página 1de 22

8 I n d ic e d e c o n t e n id o

Cap. <>. Selección de unidades y fuentes de datos 157


El universo especial contra el universo general, 158. Definición Centro c»
del universo especial» 562, Selección de un universo especial,
165. Selección de unidades de un universo especial, 175. M a s - . m
Introducción

LtS
treo probabilístico, 178, Desviaciones de 16 ideal en el muestreo

s
probabilístfco, 183. Forma de salvar las barreas, 188. Mues­
tres y estudio de las norrada sociales, 189.

C/ílj>v . - La observación directa < W


Definición y tipos de observación directa, 194. Limitaciones de
la observación directa, 196. Lá observación directa por legos,
H lW
13?, / La >bservanói directa por científicos, 202. Influencia
del sistema conceptual del observador, 201. Influencia del es-
fktíjs y del rol del investigador, 209. El observador sensitivo y
el descubrimiento científico, 217, La observación controlada,
220.

Cap. h. L a ob servación in d irecta 225


La revolución científica condujo a la Revolución Industrial, y a su
Recolección de datos por observadores legos, 228. L a entrevista
estructurada, 232. Entrevistador y entrevistado en la entrevis­
vez fue apoyada por ella. Una consecuencia de los cambias resultantes
ta estructurada, 243. La entrevista no estructurada, 253, El es que el hombre ha podido obtener un control todavía mayor sobre su
entrevistado, la entrevista no estructurada y el sistema socio- medio y sobre su destino. Sus realizaciones en la manipulación de
cultural, 261. su mundo físico han sido notables, y este éxito ha estimulado los esfuer­
zos desplegados para utilizar el método científico -a fin de aumentar
Cap, I E l análisis teórica .• ■ 267 también el dominio de su medio social; además, el progreso de la urba­
Supuestos teóricos y construcción de teorías, 267. La ideología
nización industrial, ha puesto a su disposición un creciente acervo de
y el orden social, 279, Diversas lógicas de la construcción de
teorías, 282'. El análisis tipológico, 295.
fondos y de persona! para actividades de investigación social.
Sin embargo, la extensión de la investigación científica al reino de lo
Cap. 10. Análisis de datos: caso# y muflen* 304 social se ha visto acompañada por críticas «tridentes de muchas personas
Análisis de .casos, 3 0 1. E l análisis numérico, 313. Análisis de que ponen en eluda la adecuación y el v.figr esencial del'niítodo cientí­
wttwdtws Y co le c ik 1 ladet, 335. fico, como se aplica al individuo y al grupo sacia!; además están aquellos
qué no han logrado convencerse de qué- el investigador social puede
Cap. I 1. N a tu ra le m y ad ecu ació n de l a e x p lica ció n . 338 llegar a ser un “científico*1. Ciertamente, algunos investigadores de las
Explicación: algunas consideraciones generales, 338. 'Natura­ ciencias sociales aun llegan a abrigar dudas acerca del valor final y del
leza de la causación social, 344. Confiabilidad y validez de la
éxito posible de sus esfuerzos. Hasta ios más ardientes defensores de la
evidencia, 350. Naturaleza de la predicción y el control, 361,
posición científica que corresponde a las ciencias sociales aceptan que los
científicos de la investigación social, si se les juzga por su capacidad para
C ap . 12. L a difu sión de los resultados de la in vestigación 36!)
La naturaleza de la comunicación, 369. Factores que afectan la
predecir y controlar los acontecimientos del mundo que estudian, no al­
publicación de los resultados de la investigación, 370. Publica­ canzan a igualar, ni de lejos, los éxitos que obtienen quienes cultivan
ción de los resultados, 391. Influencia y uso de los materiales , las ciencias naturales.
publicados, 397. El florecimiento de las publicaciones, 400. Pero ¿cuáles son los hechos (y los problemas) relativos a la conflabi­
lidad y validez de la investigación social? Para contestar esta pregunta,
in di e•de amores 1 408 se deben examinar los supuestos que sustentan las teorías y los procedi­
mientos de investigación de la ciencia social, y evaluar críticamente los
In d i >.i- a n a lítico ’ • . 4 15. éxitos y los fracasos de quienes investigan este campo.
10 METAS Y TEMAS BÁSICOS 11

METAS Y TEMAS BÁSICOS de explorar temas como la selección del problema por estudiar y la difu­
sión de los resultados de la investigación, que por lo regular se considera
Nos proponemos examinar la base teórica y lógica ck la investigación que se hallan fuera del reino del análisis metodológico,
social: su "metodología”. El término “metodología” a veces se utiliza Otro tema que surge de la orientación sociológica del conocimiento
simplemente para aludir a los procedimientos o las técnicas que entraña es el esfuerzo constante de guerra dentro del sistema científico entre el
la captación de datos. Nuestra aplicación del concepto es -mucho más orden y d cambio. Consideramos este asunto con cierto detalle en el capi­
amplia. Asi,- en nuestro examen de los medios de investigación utilizados tulo que dedicamos a Ja lógica de la indagación — en donde las ideas de
con mayor frecuencia, los procedimientos que entran en juego para selec­ Popper y Hanson se han colocado una junto a la otra— y analizamos
cionar las unidades de estudio así como en la observación directa e indi­ de nuevo este tema en capítulos subsiguientes.3
recta, deliberadamente los ubicarnos dentro deí contesto del proceso de Entonces, también el investigador mismo es una variable en el diseño
investigación general. de la investigación. Influye en el curso de cualquier actividad de investi­
Pensamos tener razón al concentramos en los aspectos más teóricos gación que emprende, y sus acciones están a su vez estructuradas por la
de ía investigación, porque éstos tienden a ser descuidados en los estudios sociedad más amplia en la que vive. Para comprender y objetivar la in­
existentes de, los métodos de investigación. Un gran acervo de libros y, fluencia del científico sobre el diseño de la investigación, es esencial
en particular, de artículos sobre el terna de la investigación social, están alguna versión de la perspectiva sociológica del conocimiento. Esto nos
a disposición de ios estudiantes y de los investigadores que buscan guía lleva a examinar el papel que desempeña el investigador en el contexto
en el uso de procedimientos específicos.1 Pero sólo raras veces se les exa­ cultural en un corte transversal, porque la forma en que aplica sus méto­
mina en la relación que guardan con consideraciones lógica y teórica, dos y los métodos analíticos varía un tanto según a cuál sistema socbcul-
más amplias» tural pertenezca, así como el sistema que se estudia»
Procedemos sobre el supuesto de que comprender la base teórica de Sin embargo, aun dentro de un marco socioculturai particular, los
la investigación social y la capacidad de examinar los procedimientos sociólogos pueden desempeñar papeles divergentes y contrarios. Con fre­
propios en relación con el diseño general de la investigación pone al in­ cuencia, el investigador tiene que identificarse tanto con la “comunidad
vestigador social en condiciones de trascender el papel del' técnico y de nom ifka” como con la sociedad en general o con sectores de ella; pero
alcanzar el del científico investigador, con la consecuente ganancia para las normas y las exigencias de estos grupos de referencia a menudo están
la causa de la ciencia. en pugna entre sí. En consecuencia, el científico puede encontrarse con
Además de este amplio objetivo de concentrarnos en la teoría, varios que compromete sus ideas científicas a fin de satisfacer otras demandas;
temas específicos — en general poco observados por los metodélogos— se por ejemplo, a fin de proteger su posición, .social o la irfiagen de la disci­
hallan presentes en esta obra. Uno de esos temas es el de que la ciencia plina misma. Estos compromisos a menudo dan como resultado modifi­
es upa actividad social por excelencia, Gran parte de nuestro análisis des­ caciones en los procedimientos ideales de investigación,.algunos de los
cansa sobre esta premisa elemental, cuyas implicaciones son complejas y ■cuales ptfeden llegar a ser regularizados y estandarizados. Estas discre­
de largo alcance. Una vez aceptado este postulado, la metodología de la pancias entre las normas “ideales”- y “reales” en la investigación dan
investigación social se convierte en una parte de la sociología de la inves­ origen a una gran diversidad de problemas que tienen implicaciones
tigación, porque los procedimientos mismos de la investigación son teóricas de gran alcance para la ciencia social.
normas sociales. A i examinar el proceso de la investigación desde este lin a vez que se reconoce que el investigador mismo ejerce influencia
punto dominante, podemos aclarar y objetivar una gran diversidad de sobre el diseño de la investigación, ya no puede hacerse a un lado el pro­
métodos de investigación; además, este enfoque nos pone en condiciones blema de la ética en ia investigación científica; en cambio, se convierte
en algo, central para la indagación sociológica. En este libro se. intenta
1 Véase WíiUanj J. Goode y Paul K. Hatt, M ethads in social tes ta r eh '(Nueva
York; McGraw-Hiil, 1952); Ciaire SeHiiz y oíros (d in .), R esearch m ethads in señ al demostrar que las normas éticas que surgen del compromiso propio con
rtialions, eei rev, (Nueva York: Holt, jfonelsarí and WuiMob, 1 9 5 9 ); Matíída White la comunidad científica, pueden estar en pugna con las normas éticas
Ríiey, Sociológica! restareh: 1. A case approath (Nueva York: Hareourt, Bnsce &
World, 1963) ; Fred N. Kctííttgef, Faun dsiipm o f bskav'wtúl rasmreh (Nwsva Yon;; * Víase la obra de Kail R. Popper, T h e logíe ef sáenU fic áhcitvery (Nueva
Holt, Rinafaart and Winlton, 1964), y Becn&rd S, jFMUips, S erial rm eerch (Nueva York; Wiiey, Science Edítions, 1961), y Norwood R. Hanson, Patterru «/ discovery
York: MacimUan, 1968). (Londres: Cambridge, 1958).
12 CAP. 1, INTRODUCCIÓN
SUPUESTOS SUBYACENTES A NUESTRA PERSPECTIVA TEÓRICA 13

que derivan del compromiso del científico con la sociedad más amplia. como meta el mejoramiento de las normas o de los métodos ideales que
La'solución que el científico da a estos dilemas afecta a la estructura del rigen la captación y el análisis de los datos sociales. En algunos casos,
diseño general de la investigación: esto es, a los métodos específicos de estos procedimientos pueden modificarse a fin de hacerlos más efectivos;
colección de datos y al análisis de los datos mismos. en otros deben crearse nuevas normas ideales.
Ai emás de la perspectiva de la sociología del conocimiento y de lo Muestro enfoque, aunque completamente teórico, es claramente em­
que implica, se debe poner especial atención a las interrelaciones entre pírico. La mayoría de los que cultivan la filosofía de la ciencia y cjue han
la teo:la y el método, por ejemplo, Merton ha investigado sobre la inter­ escrito acerca de la metodología de ia investigación social confían en unas
acción de la teoría y los datos, y su posición se acepta generalmente en la cuantas obras teóricas (por ejemplo, las de Parsons, Merton y Mali-
sociol gfa moderna; sin embargo, nuestro análisis va bastante más allá nowsky) y por lo general pasan por alto las monografías de investigación.
de lo que Investigó Merton ; 3 porque pretendemos'demostrar que algu­ Gomo Lazarsfeld sugiere con toda razón, estos filósofos dedican dema­
nas ci nes de procedimientás de investigación son mucho más compatibles siado tiempo a prescribir a los1que cultivan las ciencias sociales a emular
con a! junas clases particulares-de sistemas teóricos que con otros. el orden normativo de las ciencias físicas; * pero una adecuada metodo­
P: ra apoyar estos puntos de vista, debemos, desde luego, discutir la logía de Ja sociología debe conocer no sólo ios escritos teóricos, sino
natur.-ieza de la teoría, campo en el que priva una confusión considera­ también los actos de los investigadores en la situación cotidiana de la
ble dentro de la'sociología. Intentaremos aclarar el sentido de teoría al investigación de lo que en realidad hacen los investigadores de las cien­
detall : r sus diversas dimensiones, incluyendo la lógica de la indagación cias sociales.
y el papel que desempeñan los supuestos teóricos.
1 •obvio que ios supuestos teóricos del sociólogo, o las premisas rela­
tivas a la naturaleza de la realidad social o de la naturaleza humana, lo S U P U E S T O S S U B Y A C E N T E S A. N U E S T R A
ctimp ometen a algunas clases particulares de procedimientos cuando P E R S P E C T IV A T E Ó R IC A
.reúne y analiza sus datos. Así, debido a.que ciertas técnicas son más com­
patibles con algunos supuestos teóricos que con otros, el científico, Para aclarar la naturaleza de nuestra perspectiva, debemos describir
simplemente al seleccionar una serie de métodos de investigación, nece­ en forma esquemática la posición metodológica de das escuelas principa­
sariamente asume determinada posición teórica. les de pensamiento, o tradiciones intelectuales, que desde hace mucho
L.i interpenetración cíe la teoría y el método se ve reforzada por otras tiempo han competido para obtener el apoyo entre t e sociólogos y otros
consi icracioncs a las que daremos considerable acentuación: a ) la pri­ cultivadores de las ciencias sociales. Los protagonistas difieren tanto en
mad i del diseño general de la investigación, y h) las interrelaciones entre su orientación hacía el “tema” de la. ciencia social como muchos de los
todas las fases del proceso de. investigación. Es conveniente hablar, como procedimientos de investigación.
lo ha¡ entes a todo lo largó de Ja presente obra, de analizar los datos pro­ Una de estas escuelas representa a la tradición neoidealistá, y la otra
pios después de que éstos se han reunido; sin embargo, el plan inicial, a la tradición positivista. Los metodólogos por lo general consideran este»
ioclu;. endo los supuestos teóricos y el diseño de la investigación, conforma dos enfoques como incompatibles, pero nosotros ponemos en tela de duda
la m. ñera en que el investigador recoge sus datos, y éste plan a su vez tal juicio. Algunas dificultades metodológicas en las ciencias sociales sólo
determina o, lo que es más general, establece límites a las clases de análi­ pueden resolverse si contamos con las fuerzas de estas dos perspectivas
sis que pueden emplearse. Se sigue que acentuar la mera virtuosidad teóricas.
técnha en la investigación, sin poner la atención suficiente al diseño En esencia, ¿cuáles son «tos puntos de vista opuestos? El primero,
gene al, puede conducir a resultados estériles. derivado de la tradición idealista kantiana y hegeiiana, quedó dramati­
Pero nuestros propósitos suponen algo más que la Mera catalogación zada en los escritos de un grupo de teóricos alemanes- con grandes facul­
de los-diversos problemas que acosan al investigador. Nuestra objetiva­ tades creadoras, durante ia segunda mitad del siglo xñey la primera parte
ción del contexto social dentro*dd que funciona el investigador, así Como del xx. Destacaron entre estos, autores Richert, Windclband y:, especial-
nuestra disquisición sobre las relaciones entre la teoría y el método, tienen
* Pawl L, Lazarsfeld, “Phiíósophy oí sc5cnc« and «supines! social meare!»”, en Ja
! Robert K. Merton, T eoría j estruciw a sociales, ed. fes?. (México: Fondo de
ejws de Emejt Nagei y otras {d irsj, Logic, m tthoiM ogf and phihsophy of scu nce
Cultos'.a Económica), espedía frísente los capítulos 2 y 3.
(Síaiáorí, Cal.: Staníord, 1962), 466-467.
CAP. 1. INTRODUCCIÓN SUPUESTOS SUBYACENTES A NUESTRA PERSPECTIVA TEÓRICA 15

mente Dilthey, así como Max Webcr, quien se apoyaba en las obras de. Uno de los voceros más francos de la posición del intcraceionismo
sos compatriotas con mayores inclinaciones hacía la filosofía.0 simbólico en las décadas recientes ha sido Hcrbert Blumer.* Es significa­
Aunque estos teóricos diferían entre sí en algunos aspectos importan­ tivo que Blumer sostenga la opinión de que el tema, y en consecuencia
t e , fueron unánimes cuando afirmaron que las ciencias naturales y la estructura metodológica de las ciencias naturales y de las ciencias
sociales son cuerpos distintivos de conocimiento. Lo importante' para sociales, es claramente distinto, Blumer subraya no sólo la faceta subje­
nuestra finalidad acerca de su razonamiento es que advertían que esta tiva de la acción humana, sino también la creatividad evolutiva del
divergencia residía esencialmente en la naturaleza del tema que estaba “acto social51. Para él, los hombres continuamente rehacen su medio
en juego. Partiendo de esta premisa de que los datos de los mundos natu­ social y físico; el orden social está constantemente en un estado de deve­
ral y social son discretos, Dilthey y Webcr, entre'otros, continuaron su nir. Gran parte de la insistencia de Blumer en la prioridad de los “con­
argumentación de que los cultivadores de las ciencias naturales y los de ceptos sensibilizadores5’ sobre los definidos de manera operacional se
las ciencias sociales deben, por ende, emplear diferentes metodologías y sigue lógicamente de la idea del acto emergente, pues él afirma que ios
estrategias de investigación; por ejemplo, el investigador de las ciencias científicos no pueden imponer categorías fijas v rígidas sobre un mundo
sociales debe tener conocimiento tanto de la dimensión histérica de la social que pasa por el penoso proceso de la evolución.
acción humana como de Ies aspectos subjetivos de la experiencia huma­ Una de las principales debilidades' de la orientación neoidealista, que
na. A diferencia del investigador de las ciencias naturales, quien se aparece sobre todo en las obras de los teóricos alemanes como Dilthey,
dedica a las ciencias sociales, puede “adentrarse” en su tema. es la tendencia a deslizarse dentro (o aún más abiertamente, a sostener)
A partir de este cuerpo de pensamiento, Webcr desarrolló su sociolo­ del “historicismo"’.* En una forma extrema, los autores que se hallan
gía de \z versUhen? Su .argumentación, en términos amplios, era que dentro de esta tradición suponen que cada sistema sociocullural tiene sus
para que los cultivadores de las ciencias sociales comprendan las acciones1 propias leyes y destino y que en efecto un investigador de las ciencias
de los individuos y de los grupos tienen que aprender a “asumir el pa­ sociales no puede hacer más que asir la esencia de cada cultura y su diná­
pel de los demás” (para emplear la terminología de M ead), Deben mica,
obtener una comprensión de la opinión que tiene el autor de la realidad Pero la posición historicista {o del relativismo cultural) conduce
social: sus símbolos, actitudes y valores. Muchas de los procedimientos a una negación de la posibilidad misma de obtener un conocimiento
de Webcr, sobre todo su formulación y uso del tipo ideal, descansan Objetivo y en consecuencia de cualquier ciencia generalizadóra de la
sobre este concepto particular de la realidad social. sociedad. Tal posición, a juicio de ios autores de estas líneas, es insosteni­
Algunos cultivadores norteamericanos de las ciencias sociales todavía ble; pasa por alto la existencia de cierto grado de unidad entre los huma­
sostienen esta prospectiva teórica general/ Otros, los que trabajan dentro nos y sus culturas; además, la idea de que cada cultura está gobernada
de la tradición de intcraceionistas simbólicos, como Mead y Codey, com­ por sus propias leyes es en sí misma un universal que apunta a una con­
parten determinados supuestos con los teóricos alemanes mencionados; tradicción básica en el pensamiento del historicista, Nuestra meta es
sin embargo, a diferencia, de estos últimos, los interaccionístas simbólicos obtener más objetividad, y no menos.
se preocupan, no por las tradiciones históricas, sino por la dimensión
* Hcrbert Blumer, "Society as syxribolíc interaciion”, en ía obra de Arnold Rose
sodopsicológica de las acciones sociales contemporáneas. Es interesante (dír.), Human htkavior and social p ro ctitis (Boston: Houghtan Miíílin, 1962, 20-30,
que autores como Mead y Dcwey, que rechazaron el marco idealista, y Hcrbert Blumer, "W hat w wrong witb racial theory?”, American Satíologicel R t-
fueron una vez estudiosos de Hegel ; esto explica una parte del traslapa- ,•:>«!w, 19. (febrero de 195f s, 3-10. Aunque utilizamos lo» escritos de Biumer como
ilustrativo» de la posición del interaccionismo simbólico, debe reconocerse que existe
miento entre los autores norteamericanos y los alemanes, otro grupo de interaccionístas simbólicos, que lia adoptado diversos elemento» de la
tradición positivista; por ejemplo, véase la obra de Maníord H. Kuhn, “Major trends
s Véase Cario Antoni, From hislory to soeiology, traducción al Inglés de Hayden in situboiic iateraction theory in the pm t twenty-five vears", Seciological (¿uartcrly, 5
V. "White (Detroit: Wayne State Univeisity Fres», 1939); H. Stuart Hughes, Ceai,s- (verano de 1984), 61-84, Otros artículos publicados en el mismo número reflejan el
ttoutntts m i sodety (Nueva. York: Vintaga Boois, Inc., Jtandom House, 1981), y enfoque de Kuhn.
GoAjard Maaur, Prophels of yeslerday (Nueva York: Macmillan, 1961), 9 El término "historidsmo" no carece de ambigüedad. Véase la obra de Dwígbt
* Véase la obra de Max Weber, T h e theory o f social and tem a m tc organtmtion, E. Lee y Roben N. Beck, "The meaning of <hi*torieiim>” , American Historical Re­
traducida por A. M, Henderson y Talcott Parsoss (Nueva York; Free Press, 1984). vino, 59 (abril de 1954), 568-577, y Calvin G, Rand, “Two meardngs of hístoricism
r Severyn T, Brayn, T h e human persptctioe in sociology (Englewood Cliíís, in the writlngs of Dilthey, Troeitsch and MeinecJte”, Journ al tsf the. histqry ü¡ ideas, 23
N, J .: Preuíice-Hall, 1968), (octubre-diciembre de 1964}, 503-518.
lé CAP. I, IN T SÜ D V CC tóN SUPUESTOS SUBYACENTES A NUESTRA PERSPECTIVA TEÓRICA 17

I j i sieokkalíscas que, como M ax W'eber, han tendido a rechazar d que las ciencias natural y social comparten una metodología, básica, que
historicismo extremo, todavía se encuentran, molestados por otras criticas; son similares, no por virtud de su tema sino porque emplean la misma
por ejemplo, no han Jop ad o reconocer que el método científico en las lógica de indagación y procedimientos de investigación similares. L a apli­
ciencias naturales y el de las ciencias sociales tienen algunos principios cación del método científico en todas partes es la misma, ya se trate de
abstractos en común y por lo geenral tampoco han podido ubicar las con­ Afganistán, la Unión Soviética, China o Estados Unidos. En tercer lugar,
tribuí ones de los positivistas ai estudio de la sociedad en una perspectiva los positivistas, a. diferencia de los autores de la tradición, neoidealista,
sociológica; además, aquellos que a semejanza de Weber y de quienes lo por lo general piensan en un orden mecanicista natural y social.
siguen, aunque suponen que es posible algún conocimiento objetivo, Como observamos, pensamos que los científicos deben buscar el cono­
continúan dando por supuestas los medios para alcanzarlo, y al final de cimiento objetivo; además, suponemos que el método científico, en sus
cuent: s llegan a. estar más comprometidos con una forma del historiclsmn principios •abstractos, es invariable independientemente de la clase de
de lo que se reconoce general mented* datos que se estudien; sin embargo, para nosotros, estos principios son
En. fin, rechazamos alguna.$ características de la-posición neoidealista de una. clase diferente que los enunciados por los positivistas (véase, el
tal cc-aio ha. aparecido formulada en la bibliografía; pero también reco­ capítulo 2 ) . .Entonces, también reconocemos que las diferencias funda­
nocemos que las implicaciones de la insistencia neoidealista en la diver- mentales entre los datos naturales y sociales afectan a La forma en que los
genci.; entre el tema de las ciencias naturales y el de las ciencias sociales principios más amplios se aplican y que deben adaptarse métodos de in­
no ha a sido exploradas con cuidado. La naturaleza, de los datos propios vestigación específicos y procedimientos analíticos para que se adecúen
afecta a la aplicación de los propias métodos de Investigación y a la con - a, bes diferentes clases de datos. Aunque algunos positivistas admiten esto
íiahil! Jad y validez, también de los hallazgos mismos. por lo menos de manera implícita, han descuidado examinar la forma
Asneados contra aquellos investigadores de las ciencias sociales que en que el científico necesariamente modifica sus procedimientos de inves­
sostiene» que las ciencias sociales y las naturales son distintas ramas del tigación cuando estudia los fenómenos sociales.
cono* imiento, figuran los partidarios del positivismo o del enfoque de ia El investigador de las ciencias sociales tiene que. hacer frente a una
“ciencia natural” . Desde luego, el positivismo tiene una historia larga y diversidad de variables mucho mayor que el investigador de las ciencias
compieja,.11 Tenemos el positivismo de Córate, el de Kiirl Pearson. y el naturales; además, las relaciones entre las variables en el orden social sin
del. Círculo de ’Viena. y Brklgman, en. el cual se ha apoyado Lundberg, son tan “estables'* en el transcurso del tiempo y a lo largo del espacio
entre otros. U na cuarta perspectiva, que surgió más o menos en la. década Corno las del orden natural. Y lo que es especialmente importante, para
pasada, se refleja en las obras de filósofos de la ciencia, como Beinpel y nosotros, la relación del investigador de las ciencias sociales con su. tema
el so- iólogo Schragd" Los autores mencionados en último término pue­ difiere ¿preciablemente de grado, si no es que de especie, de la que
den . ludir, con justicia, a si mismo como ernpiristas lógicos y no corno guarda el investigador de las ciencias naturales. Difícilmente podríamos
pesáis distas. decir que estas proposiciones sean nuevas. Herbert Spencer adelantó
Aunque reconocemos las formulaciones cambiantes de los positivistas , algunas de ellas en su obra T h e study of socwlogy:
en el transcurso del tiempo, algunas ideas reaparecen constantemente en
sus o etilos. En primer lugar, los positivistas suponen que los científicos Aquí, entonces, está una dificultad respecto de la cual ninguna, otra cien­
pueden, en una forma casi automática, alcanzar el conocimiento objetivo cia presenta algo análogo. Para separarse a sí misino en el pensamiento de
en el estudio del mundo social y del natural. En segundo lugar, afirman todas sus relaciones de raza, país y ciudadanía; para librarse de todos esos
intereses, prejuicios, gustos, supersticiones, que se. han generado en él por la
r Según parees:, Taicolt. Parsom pertenece a este grupo. Consúltese su obra T h e
vida de su propia sociedad y de su propio tiempo; para ver todos los cambios
s tr a e tí >■« o j s o c ia l a e t ia n , 2" ed, (Mueva York; pree Press;, 1949), asi corno algunos
de oir á escrito suyo». que las sociedades han sufrido y sufre.ee. con referencia a la nacionalidad, ai
3 : Sobre k na tu r a le a del positivismo, consúltense!, de W, M . Simón, E u ropean credo o al bienestar peísonal; ese» es les que el hombre promedio no puede
p m tíy ísm in (h e n tn cleen th etn tu r? (Ith aca, N. Y ,: Coraeít, 1 9 6 3 ) de A, J . Ayer hacer de ninguna manera, y eso es lo que el hombre excepcional puede hacer
(d io ). L ó g ic a ! p o t í t í d m (Nueva -York: Freo Press, 195 9 ), 3-28, y de Edwarsí H. sedo en forma muy imperfecta.'*3
M;r.e j-, T h e siru eiu rs sc h n liR c T hím gM -(Boston: Hougtncm M iftlin, 198Ü).

! C a ri G . Heñir»:'.!, Á sp eet- o f s ú e M ific e x p k in e íio n {.Nueva Y o rk : I r s e 1'ress,
1965 v C lá re n te S ch ra g , “ Son ic dem eñt* of contem conury socioIogO*, P a c t f k S o a o - 13 Herbert. Spencer. T h e sluáy . o f so tM o g y (Nueva York: Appteton-Cemuiy-
f o f io ’ k n i e w , 4- (o to ñ o de IS c U ), 4 3 -5 !. C ralis, 1677), 7-1.
18 CAP. !. INTRODUCCIÓN ORIENTACIÓN PE LA SO CIO LO G ÍA DEL CONOCIMIENTO 19

Lo que tiene un carácter único respecto de nuestra formulación es el gicos, sobre el estudio de las organizaciones en gran escala- en Estados
esfuerzo por. detallar las implicaciones múltiples que tienen estos pro­ Unidos. A su vez, Kirsch ha demostrado que en los sisteméis totalitarios»
blemas para la investigación, social y para realizar esto dentro de una los cultivadores de las ciencias sociales son más vulnerables a las conside­
sociología explícita ele orientación del conocimiento; además, utilizamos raciones relativas al poder que los cultivadores de las ciencias físicas
este análisis como un medio de sugerir mejoramientos en diversos proce­ (aunque: estos últimos están lejos de ser inmunes a la manipulación).**
dimientos de investigación, ! Afirmamos que los positivistas deben llegar a ser más empírico!» en
Los positivistas tienden a suponer, como algunos? neoidealistas, que vez de serlo menos, si desean alcanzar el ideal de objetividad que tienen
con postular que un científico-en cuanto tal debe ser objetivo, es suficien­ (y nosotros también tenemos) en tan alta estimación; además, pensamos
te para alcanzar-la nieta. Así, Lundberg, Schrag y Larsen afirman : que los investigadores sociales deben comprobar mutuamente sus resul­
tados, mas para lograr esto, los científicos con frecuencia tienen que
No incumbe al sociólogo, en su actividad de llegar a leyes científicas del hacer algo más que simplemente presentar el diseño formal de su inves­
comportamiento de grupo, permitirse ser influido por consideraciones relati­
tigación y sus hipótesis. También deben detallar sus supuestos acerca del
vas a cómo sus conclusiones coincidirán con nociones existentes o cuál será
hombre y la sociedad, así como los senderos resultantes que han escogido
el efecto,de sus hallazgos sobre, el orden social; sin embargo, el sociólogo
puede poner en práctica su. influencia como ciudadano para asegurarse de al construir su diseño. El hecho de que procedan en esta forma pondrá
que los resultados científicos se usen en beneficio de la comunidad,’4 a otros científicos en condiciones de determinar en una forma más ade­
cuada si los medios que ha escogido un científico particular son con­
Pero no demuestran efectivamente en qué forma.esta objetividad- {espe­ gruentes con su finalidad (esto es, con sus hallazgos). Actualmente a los
cíficamente la separación entre el papel del científico y el del ciudadano) científicos se les pide que acepten demasiados aspectos del proceso de la
puede lograrse.18 Cierto, los positivistas pueden utilizar el método experi­ investigación simplemente por confianza.18
mental (incluyendo instrumentos.de medición) como medio de.superar Enfrentados con la abrumadora evidencia de que el mero deseo de
algunas de las tendencias de los científicos. Al mismo tiempo, tal orien­ ser objetivos no confiere objetividad, deliberadamente buscarnos formu­
tación presupone que el científico está completamente familiarizado con lar una metodología que hará posible mayor objetividad en la investiga­
su influencia propia y con la que ejerce la sociedad sobre el diseño expe­ ción social. En otras palabras, debe idearse un método para controlar ios
rimental; además, existen circunstancias en las que aun los diseños experi­ sesgos de que hablaba Spencer, cutre otros. Con el fin de alcanzar -este
mentales san, insuficientes para superar las tendencias que surgen de la ■objetivo nos volvemos a la orientación de la sociología del conocimiento.
posición del científico como "variable” en la investigación social. Un examen crítico dé la influencia que ejerce el investigador sobre el
Aunque en los capítulos ulteriores proporcionaremos documentación diseño de la investigación es el primer paso hacia la objetividad. Después
amplia acerca de la influencia que ejerce el científico sobre el diseño de tle todo, el pensamiento racional, la indagación crítica y la objetividad
la investigación, debemos tomar nota aquí de la obra T h e polkicai can- están íntimamente relacionados. Para obtener mayor objetividad debemos
text o f saciology, de Bramson.1®Este estudio aclara que el sistema cam­ descansar en aspectos de la tradición no positivista, en las obras de Dü-
biante de valores en la sociedad norteamericana ha estado asociado con they, Webcr y Mannheim, quienes supusieron que existen diferencias
cambios en la orientación de la investigación del sociólogo. En forma fundamentales entre las ciencias naturales-y las sociales.'
más estricta, Krupp, en su libro Pattern of organizarían analysis31 docu­
menta el efecto de las premisas sociales implícitas, o compromisos ideoló- O R IE N T A C IÓ N ' D E L A S O C IO L O G ÍA
24 George Á. Lundberg y otros, Sociohgy, ed. rev. (Nueva York*. Harper & D E L C O N O C IM IE N T O
Row, 1958), I?.
ii> Wiiliasa R. Catión, Jr., Frotn a m n ih ik to natuTíilútic sm ielo g f (Nueva York: En tanto que descansamos tan decididamente sobre esta teoría par­
McGraw-HiM, 1966). Catión, exponente contemporáneo de Ja herencia del positivis­
mo, tampoco logra en este texto, falvo de pasada (342-343), examinar el problema de ticular, parece imponerse alguna explicación del empleo que hacemos de
cómo puede alcanzarse la objetividad m las ciencias sociales. M.Waltcr Hírsch, “The autonomy oí Science in totalí tañan societies”, Social
J<! Leo» B:caai»}:n, T h e fiaíUual to n iix t af soewSagy { Pnnceton, N. J . ; Prirtcetoo, fo n es, 40 (octubre de 1961}» 13*22.
1961). » Víase J. W. N. Watkins, "Confession is Good for Ideas”, T he Listf.neT, 89
17 Shencan Krupp, Pattern o/ organitalion analysis (Filadelfiat Chilton, 1961). (abril 18 de 1963), 667-888.
UNA «¡RAPA HACIA ADELANTE 21
20 CA?, 1, ÍNtlOOÜCClÓN

Pero la solución de Mannheim puede considerase defectuosa por


ella, \unque este punto de, vista estaba expresado en mayor o menor diversos motives. Una de las principales deficiencias de su arguraeatadón
grade en los escritos de Spencer, Durlcheim y Marx, entre otros iniciado­
surge de no haber logrado examinar las relaciones del sabio-científico
res C : la investigación social, para las finalidades de nuestro propio sobre upa base nacional o cultural examinada de través.
análí-ís, nos apoyaremos en las obras de Mannheim, al cual se acredita
Nuestra solución a las dificultades planteadas por la perspectiva socio­
gene’ alméhte la primera exposición a escala completa de la perspectiva
lógica dd conocimiento es diferente de la de Mannheim. Utilizaremos
de la sociología del conocimiento.89 esta orientación no como un fin en sí mismo, sino como un recurso meto­
I,;i obra de Mannheim sobre la naturaleza-de! conocimiento ha sido dológico, Nuestra hipótesis principal es que con este medio, el científico
una fuente de orgullo y-consternación para los teóricos sociales, porque puede moverse más allá de «u propio sistema hasta cierto panto,- siempre
su tíoria al mismo tiempo resuelve problemas, en tanto que crea otros que emplee la sociología del conocimiento como un espejo en-el que
por h misma. Mannheim, atraque considerablemente influido por Marx, pueda examinarse a-si mismo en una perspectiva cultural de cortearan®-
también se apoyó en. la raen* la tY |a «<ütwisscnchaften de Dilthey y oíros, versal. Si el investigador compara sus acciones propias con las de los
en particular en su metodología y en su desarrollo de la noción de que el dentííieos en otros márcos sodocuJturales o en un a era anterior dentro
conoeimiento es un producto del mareo social y cultural de, cada quien. de su propia sociedad, podía: comprender los problemas universales a
Más específicamente, para Mannheim, d conocimiento es un producto que se enfrenta cualquiera que busque analizar la acción humana.
de la posición social propia, especialmente de la clase social de cada per­ Al examinar las fuerzas sociales que inciden sobre el investigador
sona dentro de una sociedad,- social, podemos por lo menos objetivarlas y así llevarlas al nivel de la
'Una de. las fallas principales de la perspectiva de la sociología del conciencia. Esta objetivación de las presiones sociales sobre el científico
conocimiento es su tendencia a caer en una especie de h¡starkismo,íl es una condición necesaria, si no es que suficiente, para alcanzar deter­
porque si el conocimiento del investigador de las ciencias sociales es sim­ minado control sobre ellas. E! franco conocimiento de las tendencias
plemente un producto de su propio papel en el marco sociocultural, ocultas hace que sea posible superarlas o eliminarlas completamente dd
¿cómo van a lograrse generalizaciones “universales” ? Ciertamente, la diseño de la investigación. Este procedimiento es en cierto sentido análogo
aceptación acrática de la teoría de la sociología del conocimiento con­ al método eidetíco de los fenomenólogos, por el cual podemos quitar las
duce a uno a negar totalmente la “racionalidad’', a suponer que los hom­ capas de tendencias en la búsqueda del conocimiento objetivo.
bre.1- no son los creadores de ideas o los amos de su destino, sino que son Que el conocimiento debe preferirse a la ignorancia es un postulado
sencillamente espejos de fuerzas y tradiciones sociales sobre las cuales no que sustenta este estudio. Si se acepta este supuesto, la perspectiva de la
pueden ejercer ningún control. sociología del conocimiento puede emplearas -como un medio para llegar
Debemos acreditar a Mannbeim el haber reconocido el dilema;inhe- a una racionalidad Más profunda,, como opuesta a la srraciwm&iidad.
reme dentro de su teoría. Buscaba resolverlo afirmando que los “intelcc- Considerada como un meáio'metodológico, la perspectiva de la sociolo­
tua'es no alineados” pueden y deben «urgir y que son capaces de crear gía del conocimiento no sólo evita cualquier caída en una posición anti­
una ciencia de la política/2 A juicio suyo, el intelectual que flota libre­ científica e historicista, sino que permite evitar, por lo menos en cierto
mente alcanza su posición por virtud de su separación de cualquier clase grado, el convertirse en cautivo de los propios tiempo y lugar.
social, porque Mannheim, como Marx, consideraba a la dase como el Aunque este enfoque no resolverá todos tos dilemas inherentes a la
den m inante decisivo del sistema teórico de cualquier intelectual, orientación de la sociología de la investigación social, pondrá de mani­
25 KarI Maririhíiaü, Jd&oktgía y ut&píüz traducción de Lotus Vviríh y t.dv.afd A. fiesto problemas descuidados y dará determinados pasos hacia la solución
Shi!- {México: Fondo de Cultura Económica, 1949). Un análisis de las diversa* de problemas que durante mucho tiempo se han ignorado.
escuelas de pensamiento (lesúro de la tradición de la sociología d?J e^íM^cimásnío
coima en la obra de Merton; op, rik , caps. 12 y 13 ; víase también da Kurt tí, Wolff,
"Ti:« seckstogy of knowledge and ¡tociftlógicai theory”, «a Lkweüyn G r«a (dtr.),
Sytipoúum on so ciú ü g ka l thm ry (Nueva York: Harper & Row, 19395» cap, IB. U N A M IR A D A H A C IA A D E L A N T E
Asterismo, véase la .muy descuidada obra de Stanley Taylor, Conetptions o f mtuitíons
■ an(- the theory é f know ledge {Mueva Y o rk : Bookman, 1956).
íiJ- Véase de Helmut R. Wagaer, “Maitaheinfs Jiilárisism", Seetá! resDarth, 19 Los temas principales de « te estudio se desarrollarán como sigue. En
(»<;..íksnbr« de 1 9 5 2 ), 300*321. algunos capítulos nos concentraremos en las bases teóricas y lógicas de la '
22 CAP. 1. in t r o d u c c ió n

indagación social; en otros, nos concentraremos en la perspectiva de


la sociología de la investigación social. Las perspectivas, como se desarro­
llan en estos capítulos se utilizan en nuestras interpretación y evaluación
de los procedimientos que entran en juego en; a ) la recolección; b ) el Orientaciones básicas
análisis, y c ) la difusión de datos sociales.
■Específicamente, los capítulos 2 y 3 se ocupan de determinados pro-
W . v
hacia el me'todo

■; a
•blcmas amplios relativos a las bases teóricas y lógicas de la indagación.
En uno de estos capítulos consideramos la base histórica de la ciencia: científico
los supuestos que sustentan el método científico, y la 'naturaleza de la
teoría y de los datos. En el otro nos concentramos en la lógica de la inda­
gación — deducción, inducción y descubrimiento— , asi como sobre ios
supuestos principales (las construcciones lógico-teóricas) que elaboran S J /._ h U IV \ A H A S
ios científicos acerca de sus propios métodos, la naturaleza del hombre
y la de la realidad y que proporcionan la estructura dentro de la cual se
desarrollan las generalizaciones sustantivas relativas a la vida social.
Un breve esquema de la historia de la actividad científica nos pro­
La siguiente sección principal comienza en. el capítulo 4, “El inves­
porciona una perspectiva sobre la ciencia moderna y al mismo tiempo nos
tigador y el sistema social". Aquí elaboramos nuestras ideas sobre ia
sirve cómo telón de fondo contra el cual se pueden revisar los postulados
sociología del conocimiento, o sociología de la investigación social,
básicos que sustentan el método científico, así como las concepciones de
a la luz del análisis anterior de la lógica de la indagación y los capítulos
la teoría y ele los datos entre los sociólogos,'
siguientes sobre la recolección y el análisis de los datos.
L a ciencia, tiene una historia.1 Sí en la actualidad la ciencia adopta
Los capítulos 5 a 8 integran más o menos una sola unidad, que-trata
un enfoque al conocimiento que es mucho más disciplinado y: calculado
de los problemas de la formulación de proyectos y la recolección de datos.
que Sis. inclinaciones ordinarias de los humanos, ha llegado a ello sólo
En ellos considerarnos la cuestión de por qué los sociólogos seleccionan
después de un lento transcurrir a través dé muchas penosas etapas de des­
determinados proyectos y no otros, los problemas que entran en juego
arrollo. El primer paso, que se dio en alguna edad prehistórica remota,
en el muestreo, y las clases específicas de recolección de datos que deno­
fue el discernimiento de patrones predecibles en el ambiente natural.
minamos observación directa y observación indirecta. Aunque teorizamos
Aun esta pequeña porción del. conocimiento resultó útil para el hombre
respecto a estos procedimientos, ganamos un conocimiento de lo que en
en sus esfuerzos por ampliar los límites muy estrechos que la naturaleza
realidad hacen los sociólogos, y no sólo de lo que ellos dicen que hacen.
impuso a su actividad. El hombre primitivo, como sus descendientes mo­
Una vez discutida la cuestión relativa a la recolección de datos, pro­
dernos, funcionaba con una mezcla de idealismo y realismo.
cedemos a los problemas inherentes al análisis de los datos. En el capí­
Los progresos del hombre anterior al alfabeto, en. el transcurso de
tulo 10 consideramos el uso de casos y. números, en tanto que en los
varios milenios, ocurrieron principalmente en dos esferas: la tecnología
capítulos 9 y 1.1 nos ocupamos del análisis conceptual en la investigación
(que incluye no sólo los objetos materiales corno las herramientas, sino
social, incluyendo la cuestión relativa a la explicación y la predicción. En
también el conocimiento objetivo de cómo utilizarlas) y la organización
los tres capítulos nos vemos obligados a volver algunos de nuestros pasos
social. L a lista de las invenciones tecnológicas « larga: va desde el uso
de las secciones precedentes, pues pretendemos mantener en primer lugar
primigenio del fuego hasta la extracción y el trabajo de los metales y el
el hecho de que las diversas fases de la investigación social están entreteji­
desarrollo de técnicas en la ganadería y la agricultura. Estas innovaciones
das en formas complejas.
tecnológicas al mismo tiempo dependían de organizaciones sociales com-
El capítulo final se dirige al problema de la difusión de los resultados
de la investigación. Destaca un aspecto: La diseminación de los resulta­ 1 Nuestro análisis en esta « e d é n a» basa es? la obra en varios volúmenes de
dos propios a otros investigadores es responsabilidad del científico: sin Citarte Singer y otros (dire.), History o f technology (Fasr Lawn, N. J , ) ; Oxford,
í 954-1958) : la de Á. C. Crombie {dir.j, Scientifie ehange {Nueva York: Basic Books,
esto, la ciencia no puede progresar. 1963) ; la de Gideon Sjoberg, T h e prtindustrial ciiy (Nueva York; Free Press, 1960),
y otras roá*.
23
24 CAP, 2. ORIENTACIONES BASICAS HACIA El MÉTODO1;CiEN TÍRtO Q B gN TA O G W SS BÁSICAS HACÍA EL MÉTOBO CIENTÍFICO 25

plejas. pero al mismo tiempo conducían a ellas; por ejemplo, los sistemas sociedad, estaban las contribuciones de carácter más práctico, de índole
de rie^o en gran escala parece que requirieron la actividad coordinada de técnica, de las artesanos y comerciantes. En particular dentro del am­
centenares de personas que operaban bajo una dirección efectiva, A su biente. urbano, la revoltura de hombres de diversas perspectivas acicateó
vez, el excedente económico de estos sistemas de irrigación permitieron la formación de ideas v técnicas .nuevas. También, surgieron de estas
la formación de especialistas teenólogos, ciudades preindustriales ciertas grandes hazañas de la ingeniería, como
D:í algunas de estas colonizaciones humanas con una organización los acueductos y las calzadas del Imperio Romano.3 Y no debemos pasar
« c ia i mis compleja surgieron las ciudades. Concomitantemente, el cuer­ por alto los progresos registrados en el armamento, que hicieron pasible
po de conocimiento en expansión exigía ahora, e hizo pasible, un pequeño la expansión y la destrucción de imperios. Por supuesto, a su vez estos
grup- de letrados con suficiente tiempo libre para sostener y aumentar progresos tecnológicos descansaban en los avances logrados en las destre­
d querpo de conocimientos acumulados de la sociedad. Con el surgi­ zas de la organización y el conocimiento del hombre, -
miento de. I # ciudades y la. formación de una élite;urbana letrada, se ."Aunque antes de la aurora de la “época moderna” escurrió un consi­
desenvolvió la civilización, como la conocemos. derable acrecentamiento dd conocimiento, las sociedades civilizadas pre-
1 i invención dé la escritura, entre otros factores, aceláró grandemente -fcdifstri&les, como las ele China, India, d Medito Oriente y aun en
el ritmo del cambio,social y tecnológico. El ímpetu dado al N acim iento Europa,, tenían una. forma completamente distinta, atraque su contenido
h ta u n q y a la actividad intelectual por la capacidad de mantener regis­ no lo fuera, de los órdenes sociales que tomaron, forma en Europa oeci-'
tros no podrá, exagerarse nunca,® La palabra escrita no sólo capacito al dental después del. siglo xví con el comienzo de la revolución científica e
hombre para construir con mayor facilidad sobre sus realizaciones, sino industrial.
que cambien facilitó grandemente la difusión del aprendizaje a través de En d orden civilizado preiodustrisl, la naturaleza del pensamiento
regiones y de culturas. y de la acción estaban íntimamente vinculados con la estructura social
Desde el momento en que surgieron las primeras ciudades hace aire- de la sociedad, especialmente la estructura dd poder y la orientación
dede de 5 500 años, hasta la revolución científica e industrial en Europa general de los valores. Así, el pequeño grupo de los que sabían leer y
hace unos cuantos siglos, en muchos lugares se produjeron adelantos. escribir, que integraban un segmento importante de la élite privilegiada,
A medida que repasamos el curso de la creatividad humana desde la tenían poco interés en aplicar sus ideas a problemas en d nivel práctico
aurc.a de la historia escrita, nos impresionan sus inventos en el reino del y mundano. Típicamente, estas personas formaban parte de la estructura
pensamiento abstráete. El desarrollo del concepto de cero y de sistemas religiosa o estaban fuertemente influidos por ella, y ésta se consagraba
lógicos como el de Aristóteles sentaron las bases de la revolución cientí­ a perpetuar el cuerpo tradicional y sagrad» de! conocimiento, no a la for­
fica moderna,»^ 'ampoco debemos demeritarlas confríWsciones de la filo­ mulación de ideas nuevas o a evaluar críticamente la .herencia cultural.
sofía especulativa. Aunque njuchas teorías cerraron los ojos del hombre ¿Cuál era precisamente el sistema tradicional de! conocimiento? En
a nuevas ideas y nuevos conocimientos, el pensamiento especulativo, en primer lugar, reflejaba una orientación particular hacia, el medio social
general, amplió el alcance de la curiosidad humana, para provecho de las y físico. En general, se suponía que éstos eran fijos e inmutables, más allá
generaciones posteriores que buscaban abrirse paso a través.dé ía dura del control inmediato dd hombre. En realidad, el orden natural se con»
cort ea de la ignorancia, ¡dderába como sacrosanto: sólo se podía intentar manipularlo si se estaba
junto con estas contribuciones más abstractas al pensamiento huma­ dispuesto a enfrentar consecuencias terribles; por tanto, el hombre edu­
no, que surgieron primordialmente de la clase intelectual o culta de la cado típicamente no experimentaba con la naturaleza ni con la sociedad;
en cambio, buscaba adaptarse a sí mismo a fuerzas cuyo funcionamiento
Aobqtte el «atenta de pensamiento del hombre preaMabetizado ha sido ccto- estaba más allá de la comprensión inmediata.
ptejo. es «vidente que es el hombre que sabe leer y escribir (especialmente el alfa.be- Totalmente en armonía con esta conceptualización de la realidad van
tissado-iadastrial) quien «valúa la visión del mundo deL prt¡al&betizad& en términos
de ai,juna perspectiva sasglla, Lo inven» simplemente no es posible, porque' el hom­
las prácticas mágicas, utilizadas en 'diverses grados por gente de toda
bre .¡l&befeado::posee la ventaja de los registros, escritos, Éstos le proporcionan un dase dd orden civilizado preindustrial. Debemos reconocer que existe
Iwrii.onté y «na vidóa que Sjmca pueden akam ane can íélo descamar en la palabra una distinción fundamental entre magia y ciencia. Las prácticas mágicas
habí <da, Tampoco la. matemática ni )» lógica podrían haber aican am »twwa. la al­
tura que titoe». «tú a ta e n t* sin el uso de la escritura, medio j » r el' cual es posible * Por ejemplo» consúltese la obra, da Jarse» Klp Finch, T h e sísry of engineeting
teco-dar (y volver a verificar) .procesos complejos del pwjwmiento. (Carden City, N. Y .; Doubleday, Anchor Beck», 1960).
26 CAP. 2. O S IE N T A C ÍO N B BÁSICAS H ACIA 11 M ÉTODO CiS-NTÍFICO o r ie n t a c io n e s b á s ic a s h a c ia a . m é t o d o c j e n t íh c q 27

se predican sobre el supuesto de que el hombre no puede intervenir La ciencia griega era subjetiva, racional y puramente intelectual, Co­
directamente en el funcionamiento del orden natural; más bien busca menzó dentro de la mente de donde conceptos corno propósito, alma, vida
ajustarse'al orden natural y, con la ayuda de fuerzas sobrenaturales, y organismo fueron proyectados hacia el exterior pare, explicar fenómenos
obtener el “equilibrio''5 en Ja naturaleza o restaurarlo cuando fuerzas en los términos familiares dd conocimiento propio, .. La ciencia griega difí­
cilmente conoció el experimento y nunca pensó en moverse más allá de la
“de! mal” se han puesto en obra para trastornarlo.
curiosidad para llegar al poder; por otra parte, la ciencia moderna es imper­
L a historia de la medicina, por ejemplo, ilustra la renuencia de los
sonal y objetiva., , La ciencia moderna no ha abandonado la racionalidad,
letrados para pretender manipular directamente a la naturaleza. En
pero es ante todo métrica y experimental. Se relaciona con esto su asociación
China, la India y Europa tradicional se idearen complicadas teorías mé­ con la tecnología como continuación de esa acometida generalizada hada
dicas para explicar el funcionamiento del cuerpo humano, pero raras d dominio del mundo que comenzó en Occidente con d Renacimiento,15
veces estas teorías fueron probadas en la realidad. Los hombres cul­
tos suponían que no podían cam biar directamente el orden sagrado, el Y téngase presente que la actividad intelectual de la Grecia clásica
natural ni ambos, sino que desdeñaban el trabajo físico, porque se le con­ estaba mucho rnásoaciclantada respecto a los esfuerzos de las primeras
sideraba corno actividad propia, de las clases inferiores y de los grupos sociedades preindustriales que levantaron barreras en gran escala contra
proscritos. En consecuencia, los primeros médicos y sabios en el campo cualquier demostración independiente que tuviera por objeto el orden
de la “ fisiología"' y de la medicina raras veces recurrían a la disección de sagrado o natural. Si el progreso de los griegos ha parecido impresio­
cadáveres humanos o animales a fin de adquirir nuevos conocimientos nante, ello se debe a que sus actividades contrastaban tan marcadamente
o verificar las teorías existentes. Hipócrates, aunque trató a los factores con lo que había acontecido antes, así como con lo que fue realizado
biológicos en términos naturalistas al eliminarlos del reino de lo sagrado, durante muchos siglos posteriormente; con todo, sus realizaciones en d
se apartó del sucio negocio ‘de la disección. Aun Galeno, el médico campo de la “ciencia'’ se exageran con demasiada facilidad,
romano cuyos escritos sobre anatomía siguieran-siendo la autoridad últi­ Pero, ¿qué hay de la naturaleza de la ciencia social en los órdenes,
ma sobre la materia durante trece siglos, utilizó sólo anímales para com­ civilizados preindustriales:1 Aquí se obtuvieron algunos de los-patrones
probar sus teorías acerca del funcionamiento del cuerpo humano. Cuando como sucedió en la ciencia natura). Las destrezas filosóficas de varios in­
finalmente sus ideas fueron sometidas a prueba en el siglo xvi por telectuales — sus contribuciones en los reinos moral, teológico y filosó­
Andreas Vesalius, el primer sabio que sistemáticamente practicó la disec­ fico™.. figuran al frente de las empresas más constructivas dd hombre.
ción y el estudio dd cadáver humano, ya no lograron prevalecer. Las Las grandes religiones dd mundo moderno han estado asociadas, todas,
luchas de Vesalius con sus doctrinas empiristas contra las tradiciones de con grandes realizaciones intelectuales de una u otra clase. Al mismo
los tiempos (por ejemplo, para obtener cadáveres a menudo tenía que tiempo, la. gran dedicación de la élite intelectual cu el orden preindustrial.
recurrir al robo) .recientemente han sitio detalladas de manera precisa al aprendizaje de lo sagrado tendió a viciar la evolución de cualquier
por O ’M alley. .historiador de la medicina cuya obra arroja mucha luz ciencia social, de. cualquier actividad “objetiva” y “libre de. valores"
sobre la evolución de la ciencia moderna.4 orientada a la acumulación de conocimientos y a descubrir principios
Pero d campo de la medicina es sólo uno entre muchos que han arraigados en la realidad empírica, mediante los cuales d hombre pudie­
sufrido una revisión señalada desde el periodo civilizado preíndustriah ra manipular su ambiente social y asi ejercer mayor grado de control
Aunque ios griegos hicieron progresos'en otros campos de la ciencia natu­ sobre su propio destino; en cambio, los intelectuales, dominados por regía
ral, era típicamente en campos como la astronomía o la botánica donde general por d. grupo sacerdotal, se consagraban a. sostener los valores
podía hacerse una considerable -descripción con poca necesidad de expe­ tradicionales. Y dada la naturaleza dd orden social al que pertenecían, y
rimentar, Cierto, algunos historiadores de la ciencia, como De Solía que resistía al cambio social rápido, los intelectuales pudieron aislarse de
'Price,5 consideran que los griegos manipulaban d orden natural hasta los valores culturales en conflicto y, por tanto, de muchos de los pro­
cierto punto; sin embargo, estamos de acuerdo con Glllespie, quien re­ blemas que agobian a los pensadores modernos.
calca la novedad fundamental de la revolución científica moderna; Aquí también podemos citar desviaciones dd modelo general, espe­
cialmente en la Grecia clásica, Las obras de determinados teóricos griegos
4 G. D. O ’M aíky , A n dreas Vesalius o f Bntssels, 1514-1564 (Berieeley; Untventty
oí California Press, 1964). « Charles C. Gütespüe, The edge of objtetieily (Princeton, N, J , , Princeton,
6 Derek J . ele Solía Pnce, S cien ce S tn ce B aby lon (Nueva, H aveo; Yate, 1961). J. 9 6 0 ), 10.
28 CAP. 2. ORIENTACIONES BÁSICAS HACIA El MÉTODO CIENTÍFICO
OÍHB'í Tá O O N E S BÁSICAS HACIA El MÉTODO CIENTÍFICO 29
y
sugirieron guías importantes para los investigadores sociales posteriores. mente estilizado y absímso. Los intelectuales escribían sólo para sí mismos
También los árabes tuvieron su filósofo social, íbn Khaldun, qué escribió y para Dios, no para el hombre común que no sabía leer ni escribir.
comentarios tan penetrantes sobre el orden social de su tiempo que algu­ Esto es todo por lo que toca a la clase superior y a su orientación
nas t «tudíosos piensan que tiene derecho,- como cualquier otro, a ser hacía los fenómenos sociales y naturales. La sección numéricamente
llame lo el “fundador de la sociología” ; 7 sin embargo, en todos los diver­ dominante de la sociedad estaba constituida por la dase inferior y por
sos e '.ritos que han surgido de las sociedades .civilizadas preindustriales. <¡iertos grupos proscritos, que realizaban los trabajos serviles y corruptos
podemos buscar en vano algunos de les- principios fundamentales que y que hadan posible el ocio de que disfrutaban los letrados, élite privi­
integran ia base de la ciencia social moderna.8 legiada; además, diversos intentos prácticos, incluyendo el trabajo de
I t ciencia social del siglo x x y los inexpertos esfuerzos de ia ¿ra pre- artesanos y comerciantes, eran.esenciales para que pudiera sostenerse el
indui rial difieren fundamentalmente en las .clases de. datos empleados, sistema social. Lo. importante es que estas tareas prácticas a menudo
En Iíi mayoría de las sociedades urbanas preindustriales las letrados com­ suponían alguna manipulación del orden natural; por ejemplo, así corres­
pilaren historias, pero eran fundamentalmente genealogías o registros de
pondía a los miembros de la clase inferior, como los barberos, realizar las
las principales familias y de la corte real. Los gobiernos amasaron deter­
sangrías y practicar otras formas burdas de cirugía. Las herramientas que
mina las clases de datos sobre la operación del sistema, materiales <Jde en han llegado hasta nosotros desde el pasado preindustrial. son testimonio
la actualidad tienen de terminado, valor sociológico. Y , por supuesto, íam-. mudo de la creatividad que existía en e! mundo práctico y cotidiano
bien re llevaron cuantas de acontecimientos militares y otros de importan­
— creatividad que tenía poco o ningún fundamento en la teoría-... pues
cia p- ¡ra la sociedad,''* el hombre ordinario intentaba, por medio de prueba y error, construir y
Jm embargo, privaba una notable falta de interés en ia clase inferior perfeccionar útiles que le ayudaran en su lucha contra la naturaleza. De
de la sociedad y en los grupos proscritos. Los pocos registros que- existen nuevo recalquemos que este conocimiento práctico por parte dd hombre
pbed :n ser las observaciones de visitantes extranjeros. Eo su mayoría, los común raras veces guardaba una conexión con los conocimientos teóricos
grup.*s educados raras veces se interesaban en la gente común, algunos de de los intelectuales.
cuyo: miembros estaban tan por debajo de la Élite que difícilmente dis­
Sin embargo, los siglos presenciaron una considerable actxrfiulación
frutaban la posición de seres humanos. de teoría y de conodmieníos prácticos dentro del contexto de las, socie­
Ciertamente, son pocos los autores que escribieron acerca del orden
dades civilizadas preindustriales.10 Este conocimiento finalmente sentó la
social, salvo de, nuevo tratándose de determinados acontecimientos mili­
base de la revolución científica que comenzó a tomar lo m a en los siglos
tare;- políticos y. sociales de gran importancia. Sus únicos intereses, como
;xsv "y xv en Europa occidental y que culminé en lo que'se. den omina
afirmarnos, estaban en los problemas filosóficos y teológicos. Por supues­
Revolución Industrial.** Los grandes progresos que condujeron a ia for-
to, l;«s campos de la teología, la, filosofía y la lógica bordan todos en lo
que consideramos la ciencia social, pero los esfuerzos serios por describir .** La forma e» que el conocimiento «e ha acu*nniado y sostenido es por a misma
digna d<; estudio. El conocimiento ha sido seguido por el engrandecimiento líe Sos'iás-
objetivamente o analizar la estructura social -de una sociedad son. raros;
périos, Asi, después de la “calda” de Greda y llotna, muchas de las ideas y de tos
además, los tratados teóricos a menudo se. escribían en un lenguaje suma- medios que emplearon fueros ao sólo conservados, lino elaborados por los pocoios ¿el
Imperio Romano Oriental y por los diversos imperios que surgieron en el mundo
1 K tirio i A. Sorotín, Carie C> Ziiamerman y Charles J , Qalpin (d irs,), A sysím-
árabe. Varías de estos idéas e invenciones- fueron pántrodueidaís «n Europa, especial­
rn ati: xovte* b o a k in rural m e io h g y , vol. 1 (MtoneapoKs: Umversity <rf Minnesota
mente después del siglo x , para formar ató la base de la revolución ciestfífca e indus­
Press. 1930), 54.
trial que siguió algunos siglos después.
’ Por supuesto, la ciencia social moderna na se desarrollé en un vacío. Así John
M Sen varios los historiadores que distinguen-'entre las revolucione* científica e
iiowhná Rowe, en. ''The Ber.aissanee Foundation^ of Amhropology", Am eritan
industrial. Véase, de J- Broaowsfei y Broce Masdish, T k t u>mttn im tlk etu a l tr&ditwn
m th rn p oh g ü i, 6? (febrero «le 1965), 1-20, considera que loa autores del Rehacimiento
(Nueva York-, Háiper & Row, flarper TordMhoctks, 1962), cap, ?. Los estudiosos
tuvir on que ver en la creación de una “distaiifia. de perspectiva”, por la cual la
asignan fechas diferentes a los orígenes de la revolución científica. Algosos le fija»
Anti.üedad o las cuitan» mi» recentes pudieran ser comprendidas.
ría fecha temprana del siglo xiv y otro* la tardía del siglo xví. Herbecí Buttetfieid,
Véase, por ejetbplo, de D. G. E. Hall (dir»), Historian of sottíh «a$t Asia
'The ürigins o f ?w4ütn ed. (Nueva York: ColH-rr, l^Grl, ubica sur
. {Loj.-lres: Oxford, 1 9 6 1 ). Véase también de G, H, Philips {dir;-J, H iü oñ & m o} In dia,
comienzo* én aproximadamente 1300. Casi todos los autores consideran que la llevo-
Pitki :!an cmá Ceylon (Londres: Oxford, 1961), y de W. G. Be&sley y E. G. PulSeybank
loción industrial comenzó es Inglaterra, en el siglo xvm. Aunque la distinción entre
(dir ), Hisiürians o f China and Jsp an (Londres: Oxford, 1961). Desde luego, exis­
la revolución científica y la industrial es útil desde el punto de vísta analítico para.
ten diferencias entre las sociedades civilizados tradicionales, pero los patrones emime-
■determinados propósitos, considerarnos a ambas como parte de uri procese, en ei que la
rade* jráb s por lo general-»» válidos.
Revolución Industrial es una extensión de la científica.
30 CAP. 2. ORIENTACIONES BÁSICAS HACÍA. El MÉTODO CIENTÍFICO OüIENTACIdHíS BÁSICAS HACIA a MÉTODO CIENTIFICO 3 ’,
Á

mación de la -ciencia moderna .fueron resultado de una mezcla de la noroccidcntal por fin tomó forma la revolución científica c industrial.
teoría o de la conceptualizacion abstracta (anteriormente campo "exclu­ En Inglaterra, las condiciones eran todavía mas propicias que en el con­
sivo de los estudiosos) con intentos más prácticos (dominio de artesanos tinente. El sistema de valores inglés, incluyendo el de los puritanos, tal
y miembros de algunos grupos de servicio) j sin embargo, el proceso fue vez proporcionó, como sugiere Merton, un fértil suelo para el desarrollo
lento y penoso. Los que estudian la historia de la ingeniería afirman que de la ciencia;14 pero lo que todavía es más importante, el hiato entre las
aun en la Europa del siglo xvn, la mayoría de las actividades de esta clases sociales y la separación de los intelectuales del mundo de los asun­
disciplina se realizaban principalmente sobre una base “inductiva”, de tos prácticos no fue tan marcado en Inglaterra como en los otros países
acertar o errar, de prueba y error, con. pocos fundamentos teóricos.3* del continente, m is ligados a la tradición. Y los contactos de Inglaterra
Es. significativo que el interjuego decisivo entre las tradiciones teórica con e! mundo exterior, reforzados por su creciente dependencia del co­
y práctica hayan tenido lugar en el tiempo en que se operaba la descom­ mercio, hicif-rqn mucho por extremar esta atmósfera' de cambio.
posición del mundo medieval. Guando ios hombres se desprendieron de La- revolución, tíentífica-industrial estaba destinada a afectar a todo
gran parte de sus creencias en lo absoluto, se mostraron más dispuestos el mundo; produjo cambios drásticos en la estructura social europea y
a intentar manipular y controlar ios órdenes físico y social para sus pro­ puso el escenario para una revolución permanente hacia adelante. En
pios fines. A su vez, la experimentación coa el “orden natural” llevó a la realidad, la ciencia puede considerarse como un movimiento social por-
introducción de ideas nuevas y heréticas, pero la estructura social tradi­ derecho propio.
cional no veía con buenos ojos este socavamiento deí sistema de conoci­ Con todo, ía actividad científica se ha sostenido durante algunos
miento establecido, con su particular %'ísión del mundo; por ejemplo, la siglos por una organización social poco estricta, pero efectiva, y quienes
Iglesia Católica a menudo reaccionó con violencia contra estos desarrollos la apoyaron han tenido una ideología propia, matizada con un sueño
nuevos, como las severas presiones que ejerció contra Galileo Galilei.13 utópico de una sociedad más perfecta. Si aceptamos la tesis un tanto
Varias formas de control social, algunas sutiles y otras que no lo eran controversia! de Fcuer, quienes.-apoyaron a la revolución científica,
tanto y que comprendían desde la censura y el ostracismo hasta la pena cuando vacilaba y era revivida en diferentes tiempos y lugares, tenían un
capital misma, se emplearon para contener la fluencia de ideas que ero­ compromiso firme coa una ética “hedonista-1 ¡bertaría” . Feucr, además,
sionaban las premisas fundamentales del inundo medieval. afirma que sólo, cuando los científicos se comprometieron firmemente con
El desmenuzamiento del antiguo orden se vio estimulado e intensifi­ tal sistema de valores. Ia ciencia comenzó realmente a prosperar.53
cado por los más amplios contactos con diversas culturas que caracteri­ La revolución científica-industrial hizo posible la ciencia social, pero
zaron a la edad de oro de la exploración. Después del siglo xtv, Europa la aparición de una verdadera ciencia de la sociedad tal fue más directa­
se convirtió en el receptáculo de ideas nuevas que'eran, llevadas por viaje­ mente instigada por lo que puede considerarse como un subproducto de
ros procedentes de tierras extrañas y distantes, Inevitablemente, esta' este 'cambio científico-tecnológico, a saber: la Revolución Francesa. Sin
mayor conciencia de la existencia de diversas costumbres acicateó el pro­ duda, gran parte de la sociología europea de los años 1800 fue una reac­
ceso de secularización. Con el transcurso del tiempo, eruditos como Vico ción ante tí"gran trastorno que siguió a la destrucción de las estructuras
y Montesquieu comenzaron a reflexionar sobre las razones de las diferen­ de la autoridad tradicional y del poder.
tes costumbres y creencias en otras partes del mundo. Este proceso con­ Tal contexto hace que sea más fácil comprender por qué el movi­
dujo a los intelectuales a ver a su propia sociedad desde una perspectiva miento social qué llevó hacía adelante la revolución científica- ndustri.d
diferente. Se habían sentado las bases de una ciencia de la sociedad, cnpndró contramovimientos por sí mismo. Algunos de ellos aparecieron
como la conocemos. ff ?I1 Roben K. Merton, T eoría y estructura sociales, cd. rev. (México: Fondo de

C
Aunque fueron estudiosos de casi todas partes de Europa quienes |l ^*0O K uía. Económica), cap. 18. í.as razones de (o bis condiciones previas para) la rrv«W
contribuyeron al renacimiento intelectual, en Inglaterra y en la Europa

12 Véase, por ejemplo, de A. Rupert Hall, "Engíneering and the Sckníific revo-
lution”, Technology and culture, 2 (otoño de 1861), 333-341.
u Por ejemplo, consúltese la obra de Ludovico Ceymonat, G alileo Galttrn, tradu­ f4«ei6a|tientíííco-indu5triat han sido tema de fuerte debate. La tesis de Meno» lia sido
cida ¡por Stilbnan Drafee {Nueva York: McGmw-Hiií, 1963), y la de Giorgo de ,| s ,objet#de gran discusión. Véase ia obra de Joseph Ben-David, 'The s.cienhfie role:
Saatíllaná", T h e ¿tíme ojf Galileo (Chicago: üniveraity oí Chicago Press, 1955),. , *the cSiditions oí its eslablishmeni in Europa”, Minerva, 4 (otoño de 1965;, 54, que
||' % ,* - cfiistiiiye una guia bibliográfica reciente de la controversia.
-s®1.cwi5 Feucr, T he scienüfic inlelUclval (Nueva York: Basic Books, 1963:.
____■ --^""'Véase, por ejemplo, Robert A. Nisbet, T h e socioíogical tradition (Nueva
— .....a /J'hfkA fisic Books, 1966), cap. 2, y Bruce Brown. "The Freneh Rcvolution and the
r | F t C I ^ H U ^ ^ s e V ^ o c i a l Theoty”, Vi Science an d socieiy, 30 (otoño, de 1% 6), 385-432.
L__ ________
32 CAP. 2„ O RIENTACIO NES BÁSICAS HACIA I I MÉTODO CIENTÍFICO POSTULADOS BÁSICOS Cg IA CIENCIA 33

en ! us primer;» etapas dd desarrollo científico moderno, durante el Rena­ *ia solución final al problema judío” .*0 Del mismo modo, también el des­
cimiento; otros aparecieron a i el escenario durante la Revolución Fran­ arrollo de las armas nucleares ha planteado un dilema único en la histo­
cés , y todavía otros se reflejaron, en la reacción negativa al darvinismo ria de la ciencia. Irónicamente, los científicos ahora están en condiciones
din inte el siglo x:dc,eí de destruir la estructura social misma que ha hecho posible el avance tic
Aunque persisten bolsas importantes de resistencia a la aplicación del la. ciencia.
método científico,*8 particularmente respecto a los datos sociales, las
meias y los ideales de la esencia han llegado a legitimarse<en los órdenes
ínc istrial~urba.no de Occidente, Las ciencias físicas han alcanzado resal­ PO STU LA D O S BASICOS DE LA CIEN CIA
t a o s sobrecogcdores, y son evidentes progresos importantes también en
la ivcstifación sociald* La comprensión de la .historia de 1.a. ciencia es esencial para cualquier
Pero al mismo tiempo que la ciencia ha emergido victoriosa, se sosd- análisis de las premisas fundamentales del método científico, porque las
tai cuestiones serias acerca de so papel adecuado en la sociedad. En tanto premisas (o postulados) tlel método que empleamos son en parte pro­
qu en el siglo xjx on número importante de intelectuales veían a la ducto’ de la imagen propia que se tiene de la evolución de la actividad
ciencia corno una solución utópica, para los males humanos, en la actua­ científica.
lice d han disminuido los que podrían discutir que la salvación vendrá Actualmente se hacen esfuerzos por revaluar las premisas de la cien­
sol : mediante el progreso del método científico. cia y la relación que guarda el científico con los productos de su método.
La Segunda Guerra Mundial, y todos los acontecimientos que la ro­ Como algunos especialistas liar, llegado a. reconocer, el invento cié apara­
dé ron, hicieron mucho por erosionar los elementos utópicos en el pensa- tos nucleares capaces de destruir a la comunidad científica misma inme­
m:r uto científico. Vino a ser obvio que el conocimiento empíricamente diatamente convirtió en obsoletas las formula dones tradicionales.
verificado acerca de los órdenes social y físico podía, ayudar a diversos A 1.a luz de la evidencia, seria un error confundir el conocimiento
tipos de naciones a alcanzar sus metas particulares; sirvan de ejemplo la basado científicamente con ia sabiduría, corno hicieron algunos de los
de-tracción realizada por la Alemania nazi de ios judíos europeos o el uso pensadores utopistas dd siglo xrx. L a sabiduría supone una dirección
qu¡- hizo Estados Unidos de las armas nucleares para acelerar la derrota ética sólida, el ejercicio del buen gusto y distinguir aquello que vale más
de Japón. de lo que no vale tanto. El método científico (en sentido estricto) no nos
Los naris emplearon los progresos de las ciencias naturales, así corno dice cómo utilizar el conocimiento empíricamente comprobado en otras
ale unos de los principios que asociamos con la administración científica, cosas que no sean llevar más adelante los fines, de.la ciencia;.sin embargo,
pa a maquinar una de las 'destrucciones en masa más cuantiosas de Ja ai utilizar :raás el conocimiento empíricamente validado y menos el no
Id; enría humana: la eliminación sistemática de cinco a seis millones.dJe verificado y a menudo inválido de otras epistemologías, puede hacerse
jn dos, más varios millones de polacos, rusos y otros no arios. Hiiberg, progresar la causa de la humanidad,
tai vea más que cualquier otro estudioso, ha documentado el uso que Al detallar las premisas del método científico, como intentaremos
hit ieron los nazis del conocimiento científico como mi medio para lograr hacer ahora, podemos alcanzar una comprensión más adecuada de, este
método y del lugar que ocupa en la sociedad moderna.
\ 7 : , i-. por «¡em p lo , - - O h arirs G illisp ie, “S ii:n « in iln.-. E - j a i a - h ¡C -.-.t: A semejanza de los positivistas lógicos, creemos en la unidad de ía
ti.» , en i.i o b r a fW n .m t i O- i y \V alU :r J l i r s c j i (< ! ir .< .), T v ua iu íog y oj - O -;.,
ciencia; pero nuestra formulación difiere considerablemente de la de
i N ¡eva Y oifc: 3-'r<-<: 1 , 1 r*>- 2 , cap. á, y Jo h n (Jrecm e D¿nn>i and íta ?>;a./a>«
;<•> i- i r i r t u Y ork: N- > A n »;r¡.-;m L ib ra r y , M en to r H oola, 1903).
aquéllos.
'■ Y O -a |,,,t < -j ir m ]j I o , ( . S o r g o >!t- S a n t i l l a í a s , “ ( la lilco a¡ní j. Robon O p p i-:.!x ¡- Los empiristas lógicos han llegado a conceptual izar esta unidad
it:< , J r . ” , T i n l U f D i i i ’! , 17 ( ’6 de dial, inbn-, 1107). ¡O-lí!. ___..... iserff"'8"' en términos de un método común; se consideran similares a las ciencias
K1 ¿ < - c , m i l l o de la i r. f - a i i í a c i ó n so cial siste m á tic a , q u e s v p a t » T s i g l o 'i f ji ffel
X!. y (!■■ Ir-s ar.e-rion-s a re - cunicüva a «urda; docu:r,tara>do. Y j ^ e . por
naturales y a las sociales, debido a que emplean procedimientos similares
íir A . <iba!-alad i, í ’tr.f; rí u! soarüía A IH Oí ; . /ó'/á'-íV/f (Nu*-va O; :
B c lio o K H n > ;, y ilc Ind i I'. Í a i a . n a p - M , ,-X o n a on the i a ■{ £ d i ¡p ia ia n a .n í^ rs R&uí H iJtegj en m ohta Tk$ é®$írn&iwn o f th t m m p ia n j$w$ (Chicago;
irs s o i a é o a v ífta is, ..u .u .i- alai prob lain s” . / r,, ■C {jim io 'in jiiC C l}, "O C t i . Quá^rangjh Bocés* 1961), describe eos gm i detalle mx mm iouxm. los sw b se
V : a.- - o t i . . ¡ t í a ' i io s v a - !.■ : I T J ;. • O - / n . ¡ ■': :: d ; a l .i a . H a C X j í ; d i , a , < , a u a ‘ ;a C ! í S a - m n t n ím pm gtt& m én Im c i^ n á m .imtttraks y mi 1& teroem eib mekmat {cois m
i.-a aar.a<>í-;:¡ ■ <c.¡;,aiaía; . '■ k i m t m A mx h% eñ e a d a } en Im o p éru ó o n m de m% es o iros de á m im m ié n . ,
r _-y-"*1 '

Ó " - ; C IÉ H ü tó
34 CAP. 2. ORIENTACIONES BÁSICAS H ACIA El M ÉTO DO CIENTÍFICO
POSTULADOS BÁSICOS DE LA CIENCIA 35

en su Investigación; n sin embargo, nuestra creencia en la unidad de ia de la posición historicista en su forma extrema suponen que todo sistema
ciencia se deriva.de supuestos sobre un nivel más alto de abstracción
cultural debe estudiarse corno una entidad separada y que, además, no se
(o generalidad).
obtienen regularidades a través de las culturas, Desde luego, aun los bis-
Una mínima serie de supuestos (que a menudo se quedan sin ser
toricisías admiten que existe una uniformidad de géneros, pues reconocen
presentados) y que sustentan la aplicación del método científico son; que cada sistema tiene sus propias leyes de desarrollo.
a) que existe un orden definido de, recurrencia de los acontecimientos;
La noción de orden está estrechamente relacionada con el concepto
b) que el conocimiento es superior a la ignorancia; c) que un vínculo de de, un “universo natural” . En nuestro bosquejo de historia de la ciencia,
comunicación, basado en las impresiones sensoriales, existe entre el cientí­ observamos que ocurría un gran adelanto cuando los estudiosos podían
fico y la “realidad externa" (el llamado “supuesto empírico” ), y d) que concebir los medios físico y social en. términos naturalistas, esto es, como
existen relaciones de cansa y efecto dentro de los órdenes físico y social; funcionando independientemente de factores en el reino espiritual, Esto
además, e) existen determinados supuestos del “observador” : i) que el constituyó un paso esenpal en el desarrollo que logró el hombre moderno
observador se ve llevado a alcanzar el conocimiento por su deseo de me­ de, los medios de manipular y posiblemente controlar aspectos de las esfe­
jorar las condiciones humanas; ü) que el observador tiene capacidad ras física y social.
para relacionar conceptualmente las relaciones y atribuir sentidos a los Por lo contrario, cuando se supone, la presencia de “fuerzas sobre­
acontecimientos, y ni) que la sociedad sostendrá al observador en su naturales”, se abre la posibilidad de un cambio caprichoso q u e no puede
búsqueda del conocimiento. Estos supuestos, que el científico más o me­ estudiarse por medio de Jos procedimientos científicos, para, no hablar-
nos da por establecidos, en ultimo análisis son principalmente compren­ de control en cualquier grado. En los tiempos en que los hombres, inclu­
sibles como “ficciones funcionales". Su utilidad en la adquisición de yendo a los sabios, percibían su ambiente cargado de espíritus amistosos
conocimientos es la raison d ’eire primaria. u 'hostiles, cualquier manipulación directa de éstos (en oposición, a prác­
ticas de magia,; que habitualmente intentan corregir los desequilibrios de
El supuesto de orden en el. mundo “natural” la naturaleza valiéndose de medios indirectos) se suponía que habría
de tener consecuencias graves para todas las personas participantes. En
L a ciencia, ea la medida en que pretende generalizar y predecir, la actualidad, los científicos consideran que pueden manipular y con­
depende de la existencia de cierto grado de orden en el mundo físico o trolar a los mundos natural y social.22 La preocupación por las fuerzas
social que estudia. Aquello que no puede describir como manifestación no naturales se convierte en dominio de otras epistemologías; la teología
de regularidad debe definirlo como alguna desviación describióle, de la y la filosofía.
regularidad, T a i razonamiento supone que ios acontecimientos están
ordenados según determinadas dimensiones. Ciertamente, todos los sis­
Et conocim ien to en tanto q u e su perior
temas del conocimiento descansan en el supuesto de orden en el. universo,
a ja ign orancia
pero esto puede tener mayor significación para la ciencia que para otros
sistemas de conocimiento. Después de todo, los científicos dedican la m a­ Este supuesto subestima el hecho de que la meta principal de la
yor parte de su tiempo a diferenciar entre clases de relativa uniformidad ciencia es la búsqueda de conocimiento. Tal vez sea la premisa clave que ■
y a-relacionar éstas entre sí. Aun dentro de un sistema revolucionario, que sustenta toda actividad científica.
cambie rápidamente, existe cierto grado de orden, y ei cambio mismo La afirmación de que el conocimiento es eminentemente preferible
muestra patrones que pueden describirse y analizarse. a ia ignorancia no implica que todos los misterios del universo puedan
El supuesto de orden conduce al científico social para que conserve ser resueltos o de que algún día lo serán; más bien, el científico supone
su carácter científico, a evadir el humanismo. Los que son partidarios
2- L a mayoría de toa investigadores «ocíales — positivistas y no positivistas por
21 Esta doctrina .encuentra expresión en los escritos de mucho» filósofos de la
-igual— parecen estar de acuerdo e a que. es posible cierta, manipulación o control del
ciencia} por ejeaiplo, véase la obra de C a ri'G . Hempel, A sp een o f scien ü fic explan a-
orden social, pero los positivistas o naturalistas también están comprometidos con «na
lion {Nueva. Y o r k : Free Press, 196 5 ), y ios escritos de sociólogos como George A.
concepción determinista d d mundo social. E l hombre limpieniuitle responde al curso
Lurtdberg, F ou n d olion s o f so H o h g y (Nueva Y o rk : M aem ilkn , i 9 3 9 ) , y W illiam R.
de los acontecimientos. Pensamos que una consecuencia de la capacidad del hombre
Catión, J r .j F rom anxmixiit lo naturalisttc lo c M e g y (Nueva Y o rk : MeGraw-Hill,
para utilizar el conocimiento científico a lía de controlar su medio sociocuitura! es
1966}, - <ji.te ea ocasiones puede trascender lo que parecen ser situaciones deterministas.
POSTULADOS BÁSICOS OS tA CIENCIA 37
Sé CAP. Z, ORIENTACIONES BÁSICAS HACIA II. MÉTODO CIENTÍFICO

en su propia interpretación de la evidencia de la que normalmente con­


que a i conocimiento dé ios mundos físico y social puede ser ampliado
ceden los partidarios de otras epistemologías, porque la ciencia es funda­
continuamente, a veces por acumulación normal, pero otras ocasiones por
mentalmente optimista acerca de la capacidad humana. No es un mero
medio de arremetidas más revolucionarias. azar que la ciencia moderna y la democracia de masas estén íntimamente
V oi necesidad, la búsqueda del conocimiento descansa en el supuesto
asociadas. En teoría, la democracia requiere una sociedad abierta, con
un tunio arbitrario de que el conocimiento debe ser deseado 'aun: donde
una acentuación en la dignidad humana. Esto refuerza algunos de los
las'consecuencias de poco alcance de las nuevas ideas o de los dátós re­
supuestos que sustentan al método científico. A su vez, el método cientí­
cientes, son un trauma emocional o social para los individuos o para la
fico, con su negación de ios absolutos presta considerable apoyo a la
sociedad más amplia. Un corolario de este supuesto es que la alternativa
democracia. .
del conocimiento |#»Ia ignorancia-— es indeseable y aun perjudicial
Que el método científico también está formado por procesos y es
para el bienestar dd.hombrc. De esto se. sigue q ijcei hombre podría supe­
dinámico lo lleva a chocar con machas epistemologías tradicionales. La.
rar l,i amenaza de guerra nuclear, no al recaer de nuevo, en la ignorancia,
ciencia siempre debe suponer que sus hallazgos ■son provisionales, que
sino al adquirir un conocimiérito más adecuado. las nuevas evidencias pueden cambiar o aun revertir las formulaciones,
i:". Id supuesto de que el conocimiento es superior a la ignorancia a me­
teóricas actuales. Un corolario importante de esto es que la ciencia uo
nudo coloca a quienes apoyan a! método científico en pugna con los puede abrigar fanatismo, que los científicos deben mantener una orien­
part idarios de aquellas epistemologías que detínen al conocimiento'según tación racional en alto grado hacia sus temas de estudio .y hacia cualquier
sus. propios' criterios particulares. Ciertamente, el ideal de que la digni­
nueva prueba que salga a la luz. Sólo con dio la ciencia puede mantener
dad humana se .fortalece cuando el hombre es inquieto, indagador e
el ideal del. conocimiento como superior.
inquisidor está en conflicto con varios sistemas de creencias que propug­
Respecto a la conservación del método científico, el panorama escép­
narán por un sistema cerrado, basado en la verdad absoluta. L a historia
tico hacia la verdad absoluta es ai mismo tiempo una fortaleza y una í
de ib. ciencia moderna v su choque con sistemas absolutos es testimonio de
debilidad; es una fuerza en el sentido de que presumiblemente el hombre
esta proposición.** á racional actuará a largo plazo para corregir sus propios errores; es
id concepto del individuo feliz, ignorante, implícitamente confiado una debilidad, ya que los científicos, al no confiar' tanto en la validez
que hace ló que la:autoridad arbitrariamente asumida le dice que haga
de sus propias afirmaciones como el gran público, pueden, en esos fre­
es desafiado por la noción central del método científico: que el conoci­
cuentes geriodos en que las crisis sociales amenazan a la gtuidad
miento es superior a la ignorancia. Por esta razón principal, las personas iJus pot iti: t i- 1 a ciencia a menudo se en­
que ya “saben” y no sienten la necesidad de realizar ninguna otra inda­
cuentra desamparada cuando sus bastiones son tomados por asalto por
gación son amenazadas por la revolución científica en marcha. También
partidarios recalcitrantes- de sistemas absolutos de creencias.
es b. razán de por qué las personas que se inclinan hacía el autoritarismo
poli ic o tienen que afirmar que la ciencia, ya demasiado fuerte, para eli­
minársele, debe ser'sometida a freno, a fin de que, si se elabora algún El supuesto empírico
coK icimiento “malo” , pueda ser proscrito o suprimido, o por lo menos
La ciencia supone que se mantiene un vínculo de comunicación entre
condenado como herejía,
el hombre y el universo extemo por medio de sus propias impresiones
El supuesto de que el conocimiento es claramente •preferible a la
sensoriales. Se afirma que el conocimiento es un producto de las expe­
iigne .randa alinea a los científicos contra aquellos grupos que glorifican
riencias propias, a medida que facetas de los mundos físico, biológico y
los “sistemas, cerrados”, aquellos que estimulan la quema de libros, la
social obran sobre los sentidos. Presentada en términos negativos, esta
censura y el antimte!ectualismo~~en general. Y la ciencia, para sobrevivir,
premisa niega que el conocimiento relativo al mundo sea instintivo o
debe lamentar cualquier censura, aun contraía proveniente de personas
innato, que el conocimiento necesariamente precede a la experiencia.
que hablan en contra de la ciencia en nombre de otras epistemologías.
T al supuesto no es inatacable, porque depende de la d efin ía n que se
De esta posición sé sigue que la ciencia da al hombre más crédito por la
tenga del '‘conocimiento” , pero, desde una perspectiva histórica, la no­
capacidad'de juagar las cosas por sí mismo y llegar a decisiones 'basadas
ción de que á conocimiento se basa en alguna forma de prueba empírica
® Confróntese ia obra de "R . %. Gihscin, “O ur heritage ím m GalÜeo Gáíüci’*, fue una reacción contra la creencia de que el conocimiento, en particular
Seú mé, 145 (18 «te septiembre 1 9 » ) , t 8 ? t l 2 7 6 .
¿ ■
38 CAP. 2. ORIENTACIONES BÁSICAS HACIA El MÉTODO CIENTIFICO POSTULADOS RÁSfCOS 06 ÍA CIENCIA 39

la comprensión moral, ha sido innata en ios humanos. En la actualidad, Un-segundo supuesto del observador es que d hombre es o puede
la generalidad de las teorías del aprendizaje se basan en el supuesto hacerse un instrumento adecuado para realizar los raciocinios que entran
“empírico”. en iuego en la aplicación del método científico. Se ha supuesto que puede
observar, relacionar y atribuir sentido a los acontecimientos, que pue­
R ela cio n es de causa y efecto de recordar, computar, imaginar, comparar, diferenciar, integrar y con
dio ubicar a los acontecimientos en su perspectiva adecuada.
Aunque el concepto de "causa' y efecto” ha sido objeto de críticas Sí d hombre es incapaz de realizar estas tareas, entonces los requi­
considerables desde que Hume afirmó por primera vez que nadie puede sitos del método científico son irreales y aquél bien podría 'resignarse a
observar la “causación”, aunque numerosos científicos hán preferido no actividades epistemológicas más adecuadas; sin embargo, aun cuando
escribir en términos de causa y efecto, y aunque muchos conceptos espi­ las capacidades innatas dd hombre son limitadas, todavía posee los me­
nosos- han -entrado en juego con el uso de esta noción,, aun entre aquellos dios para crear instrumentos que extiendan sus capacidades o en otras
estudiosos que aceptan su existencia, todavía es difícil, y a menudo casi formas reducir las restricciones colocadas sobre el ejercicio de sus talen­
imposible,, evitar d supuesto de que existe alguna relación de causa y tos. Ciertamente, d hombre, al reconocer sus propias debilidades y al
efecto. La noción de que algunos acontecimientos ocurren con anterio­ birécár superarlas, lia hecho avanzar grandemente la causa de la ciencia.
ridad o al mismo tiempo que otros- y que los primeros ejercen un efecto1 ' Un tercer supuesto del observador es que las condiciones sociales
sobre los últimos, con Jo cual generan u ocasionan reacciones especificas, esenciales para la aplicación dd método supuesto pueden .sostenerse.
ha estado.implícita en. la aplicación del método científico, -. 'Entre días se incluye no sólo la tolerancia de la libre indagación, sino
también condiciones .positivas como la.d e proporcionar maquinaria y
Supuestos d el observador otras facilidades, a fin de llenar las necesidades de la actividad -científica
y la presencia de un clima de opinión que permite-al científico funcionar
Se han recalcado mucho menos, pero son igualmente esenciales para sin censuras indebidas o presiones políticas. Los científicos, como el dero,
el éxito del método científico, determinados supuestos acerca dd cientí­ pueden reafirmarse con la persecución, pero difícilmente pueden florecer
fico mismo; son lo que llamamos “supuestos dd observador”. sometidos: a ella; sin embargo, las condiciones necesarias para la ciencia
Ya hemos dicho que una de las premisas que sustentan a la ciencia no incluyen la pasividad en el rano sociopolítico, porque los científicos
es la superioridad del conocimiento sobre la ignorancia. Se relaciona pueden tener que asumir un papel activo en el desarrollo y manteni­
estrechamente con esta premisa la noción de qye" las actividades científi­ miento de las circunstancias sociales propicias para la actividad científica.
cas a la larga hgneíkian al científico observador y a su orden social.
Aunque podría desarrollarse un- método científico que no esté dedicado Im p licacion es
a metas humanísticas, permanece d hecho de que la ciencia es una crea­
ción propia del hombre y que, por tanto, es probable que éste aplique, el Hemos intentado aislar aquellas premisas que sustentan al método
método científico en términos de sus propios intereses o, dicho con mayor científico y que son. comunes tanto a la ciencia natural como a la social. -
precisión, en términos de lo que percibe que son'sus propios intereses. Los supuestos comunes deben conservarse presentes mientras reforzamos
Por consiguiente, el hombre parece motivado para adquirir un conoci­ nuestra tesis principal, a saber: que existen grandes diferencias entre la
miento científicamente basado por el deseo de mejorar su propia condi­ ciencia natural y la social en la aplicación dd método científico,
ción social. Puede aducirse bastante evidencia histórica en apoyo d e ja Asimismo, al ver retrospectivamente las premisas que sustentan el
proposición de que numerosos científicos han sido motivados por la Creen­ método .científico, debemoá recalcár las limitaciones' que éstas imponen
cia de que ía dencia tendría que terminar en alguna-especie de utopía. sobre las actividades de los científicos. La ciencia no llega ni puede llegar
Aunque el contenido científico de este sueño utópico varía considerable­ más allá de sus propios supuestos; por tanto, resulta inadecuada para
mente, casi siempre la. condición ideal recalca la libertad, la dignidad tratar con causas últimas y con otros problemas tan caros a los humanos.
dd hombre y otros postulados similares. Está implícita aquí ia noción de Como sucede en todos los campos del conocimiento, comprender las pre­
que la ciencia no es una actividad desmimanizadora, sino que permite al misas nos permite entender tanto las deficiencias como las ventajas dd
hombre realizar en cierta medida sus capacidades más nobles,. método científico. ■
jM Es

40 NATURALEZA 0E IA TEOÍÍA V DE IOS DATOS 41

dos conceptos aislados en particular, con la teoría científica, parece


N A T U R A L E Z A D E LA T E O R ÍA Y B E w ' inútil,
LO S B A T O S CSENCIAS HU Otro grupo de investigadores sociales tiende a identificar la teoría
con los textos de autores clásicos como Marx, Weber, Durkheim, Pateta
Kiiestro esquema del desarrollo de la ciencia moderna destacó que su y Spencer.*4 Si bien: é$ cierto que los. sociólogos modernos con frecuencia
apar' Jó n puede rastrearse hasta 'ese punto en el tiempo y en el espacio pasan por alto algunos de los progresos realizados -por sabios anteriores
en q'ie el pensamiento y la teorización especulativos - llegaran a estar a ellos, equiparar la “historia de las ideas” con la teoría social sólo puede
sisteis ¡áticamente vinculados con los datos empíricos a nivel tecnológico, tener propósitos deficientes.
en el mundo práctico y cotidiano. La teoría, como sistema de conceptos ^Todavía otros científicos -sociales intentan definir o identificar !¿ teo­
o de -deas, no es exclusiva de la ciencia, sino que es básica para todos los ría en términos más rigurosos. Para ellos, el término “teoría” es aplicable
sistemas de filosofía y de pensamiento religioso, sólo a un sistema ,1 > i, d • > i e > •<
l na diferencia esencia), tal vez la única, entre las teorías en la cien­ de postulados de ios cuales pueden derivarse, hipótesis que pueden same- \
cia y.en otros sistemas de creencia está en el método de validación que se terse a prueba (o proposiciones). A esta categoría pertenecen sociólogos
empha. Las teorías científicas necesariamente están sometidas a valida­ como Zetterberg, Hornans y Schrag,” quienes razonan, en grado mayor
ción por medio de la observación empírica, no por una orden o con base o menor, en forma similar a filósofos de la ciencia como Pdpper y Hem-
en la tradición. pel; ** estos últimos, a su vez, han tomado a la física moderna como el
Si bien los científicos aceptarían que la teoría y los datos son caracte­ “modelo” a seguir (véase el capítulo.3 ) . Los autores que equiparan
rísticas esenciales del método científico, no estarían de acuerdo, como ha a la teoría con un sistema lógico-deductivo a menudo se refieren a otros
sucedido con los filósofos desde los días de Hume y Kant, acerca de la sistemas conceptuales como “orientaciones teóricas” , “marcos de referen­
importancia relativa que debe asignarse a cada relación entre ambos, cia” o “esquemas teóricos” . : ‘
Aqt nos dedicamos sólo a la naturaleza de la teoría y de las datos en la Esta definición estricta de la teoría, aunque tiene cierto atractivo,
socí- logia moderna y en la ciencia social más generalmente. stpcíta dificultades por sí intima, AI relegar a la clase de “extrañas a ia
teoría” todas las conceptualizacianes distintas del tipo lógico-deductivo,
-los sociólogos pueden inhibir en vez dé hacer progresar la causa de la
N atu raleza de la teo ría c ien tífica
ciencia. Tal pensamiento nos conduciría a rechazar determinadas clases
Un la actualidad, la mayoría de los investigadores sociales-hablan con de-sistemas lógicos .-especialmente la lógica de la dialéctica— como
vehemencia de la utilidad de la teoría, pero, cuando buscamos una res­ inapropiados para- la investigación social y nos cegaría hacia ciertos tipos
puesta a la pícgimta “¿Qué significa teoría en la ciencia social?”, nos de concepto alcadenes que han demostrado su utilidad para hacer frente
encentramos con definiciones contradictorias o, en el mejor de los casos, a determinadas zonas de problemas específicos. Lo más importante de
ambiguas; además, términos corno "teoría”, “orientación teórica”, “mar­
«-•Véase, por ejemplo, M argar** W ihon,. -Vine, Á n . in h o d u c iio n ■soeíaiogiaal
co i cérico de referencia”, “esquema teórico”, o “modelo” se emplean
thtory (Nueva York: Longnmm, 1959). La obra de, Á n im m l ím i t e , Foíitieal theory
ocasionalmente como sinónimos y otras veces .sólo con leves-matices dife­ (Nueva York: Macmillan, 1961), parece que también pertenece a esta tradición.
renciales. i 25 Hara L. Zetterberg, On theory and vétifhotion i» sociál&gy, 3" ed. (1 otavv<«,
Un grupo de científicos sociales podría identificar, por lo meaos en N» J.* Bedroimter, 1965),; Gees-ge C. Hornans, “Cotttrajporary theory i» mdtúogy'’,
er¡ ía obra de Robert E. I. Fáns (dir.), Handbo&k e f m od tm smiolpgy (Chicago:
fon aa implícita, cualquier clase de couceptua.Uxacíón con teoría.1Con­ Rand MeNally, 1984), cap. 2 5 ; Clarence Schrag, “FJemems of theoretical anatysís in
ceptos como “estatus1*, “rol9*, “cultura” u “opinión pública” al ser defi­ socielogy’1, en la obra de Ltewellys Grcas (d ir.), S&tialogicel zkzoty: in qu irís end
nid os- y utilizados en la interpretación de materiales de investigación, son f c" v Xu Ve Ha;per I Row, 1967), 220-253.
Merton, op. cií., pág, 96 y sigses-, ocasionalmente ha identificado a 1» teoría, con
'igualados con la teoría social, En este sentido, la teoría llega a definirse el sistema 16gir.o-deduct.ivo; sin embargo, cómo observaremos en el capitulo 9, este
cas': como -cualquier proceso de pensamiento como opuesta a la observa­ ■iiaSnzHiiento de ninguna maaera «s similar a la lógica de la oñentsción «trustara!»
ción de los hechos per'se. Aunque todá teoría supone conceptualizadon, íuncianal que Merton ha defendido con tanta decisión.
*« Kari R. Poppe'r, T h e t o p e e f u ü n lifü düsovety (Nueva York: Witey, Science
- y aunque los conceptos deben •utilizarse, como* materiales de consti-uc- Isiitloüs, 1.961); ilesnpísl, ap, eit, Állaiáino, R, B. Bralthw&ite, Sd ep Jifie expiñntsí'ton
citu para la teoría, igualar-la concteptualizacion en general, o .deíevwina- (Hueva York: Cambridge, 1953).
42 - CAP, 2. ORIENTACIONES BÁSICAS HACIA a « É fO O O CIENTÍFICO NATURAU IA DE IA TEORÍA Y DE IO S (JATOS

todo.es la definición estricta de teoría defendida por Zetterbcrg,25 entre cíón de la teoría, cuestión sobre la cual volvemos en capítulos ulteriores,
otros, que pasa por alto los supuestos que los científicos hacen acerca ha hecho mucho por impedir el progreso de la metodología en sociología.
de su método y de sus datos, supuestos que mucho tienen que ver con la A fin de reducir la confusión terminológica en este aspecto, debemos
estructuración del proceso total de la investigación y con la interpretación comentar también, en forma breve, conceptos como “modelo” y “expli­
de los -resultados propios; Elabórame# con amplitud estos supuestos en el cación1*. Algunos autores los utilizan como sinónimos de teoría; sin em­
capítulo 3. • bargo, el término m odelo¡ por ejemplo, ha adquirido diversos sentidos
Ert un amplío sentido, una teoría científica sirve para vincular obser­ diferentes/0
vaciones aparentemente discretas. En forma .más específica, se refiere a Los sociólogos con frecuencia hablan de un “modelo' en términos
una serie de proposiciones " o ‘‘aseveraciones” lógicamente interrelacio- de sentido común de. un “modelo” : como algo que debe ser emulado.
nadas que ■‘empíricamente tienen sentido”, así como a los supuestos que Así, la China comunista se lia convertido en un modelo de desarrollo
el investigador se hace acerca de su método y sus datos. Así, existen tres económico para determinadas naciones recientemente formadas, pero un
dimensiones para la teoría en la ciencia: a ) la estructura lógica amplia, modelo también puede referirse a una representación física en miniatura
o forma; b) las generalizaciones o proposiciones relativas a la modela­ de la realidad, como sucede en química, o el sociograma del sociólogo
ción del mundo empírico (el contenido específico), y c ) los supuestos sirve- como una representación física o modelo para un grupo pequeño.
relativo» al método científico y la naturaleza de los datos. Varios autores conciben esta representación en términos conceptuales
•No equiparamos a la teoría con conceptos aislados ni con sistemas .masque físicos. En este sentido, un modelo frecuentemente es .equiparado
logíco-deductivos; más bien, nuestra definición es lo suficientemente am­ con un sistema lógicb-deductivó •^ pero aun dentro de esta estructura
plia como para abarcar esquemas clasifícatenos como los de Parsora pueden hacerse distinciones mas finas; por ejemplo, el economista
(sus formulaciones de. patrones variables o problema del sistema,98 así Papandreou distingue entre un modelo y lina teoría. Para él, una teo­
como los esquemas lógico-deductivos más rigurosos. Es obvio que las teo­ ría es un sistema lógico-deductivo que tiene la condición de falsabilidad,
rías pueden asumir formas diferentes: pueden ser rigurosas o poco exigen­ en tanto que un modelo es un sistema conceptual que no tiene la condi­
tes, generales o específicas, y así sucesivamente. ción de falibilidad, sino que es-capaz sólo de confirmación empírica.5*2
Además, nuestra definición de teoría incluye un aspecto de la forma­ La noción de “explicación”, qué analizamos con cierto detenimiento
ción de teorías qiíe, como sugerimos, ha sido descuidado por metodólogos en ím capítulo posterior, se utiliza frecuentemente como sinónimo de teo-
y filósofos de la ciencia: los supuestos que el científico hace acerca de sus
. ao yéáss ]a bibliografía que se menciona « continuación, en k que et lector «m-
métodos y sus datos.**’ Estos supuestos no pueden relegarse a la esfera de cotttw ü áivéreos análisis del" usó del concepto m odelo May Brodbeck, "Modds,
la “metaíeoría” o teorización acerca de la- teoría, ya que afectan a la • m u ! , and theories” , en k obra de Lkwellyn Gross (dir,), Sym poswm ou soetolo-
naturaleza de las proposiciones propias y, de manera más específica, n c a i d i o r y (Nueva York: Harper & Row, 1959), cap. 12; confróntese ia obra d«
Merta B Twner P hihsophy and the scienee oI behevier (Nueva York; Appiettm*
a la selección misma del problema y a lá captación y análisis de los datos; CentTiry-Orof ts 1967), cap. 9 ; E. A. Gellner, “Model (theoretical model}" en k obra
por ejemplo, los sociólogos que conciben a la realidad social como algo de Tuliu* Gousd v Wltrara L. Kolb (d io .), A dictionary of the soctal scu n cet (Nueva
fluido y en evolución constante están comprometidos con una serie de York- Free Press 1064), 43S, y Michas! Banton (dir.), T h e M aton ee oj m adels jor
seeitií en thrvpologf, A.S.'A. MonograpUs I (Londres: Tavtstock, 1965).
procedimientos de investigación que tienden a rechazar quienes ven a las .-á» Mo todos tos investigadoras sociales equiparan k noción de modelo conceptual
relaciones sociales como fundamentalmente estables y fijas. La falta de con la formulación lógico-deductiva, Algunos de ellos parece que identifican el término
consideración general, de que ha sido objeto esta dimensión de la forma* “modelo” con los supuestos propios acerca de ios datos y el método, como M. -Brewster
Smitíi. “Anthropdogy and psychology”, en la obra de John Oillin (dir.), F ot a ttitnce
!r Zetserberg, op, til. oj m etal man (Nueva York: Macmillan, 19M ), 64-66, y Karl W. Deutsch, “On
®8 Talcott Patfsora, T h e social sysUm (Nueva York: Pree Press, 1931), y m commtmfcttiorj modela in the social sr lentes” Public opmion qm rlttly , 16 (otoño de
“General theoiy in sociolofy'1, en k obra de ¿Roben K , Merton y otros (d b & h Socio- 15*52"', 356. ve a los modelos como earastn as. j e . regla» eá.jOEmd¿a...fflM;
logy today (Nueva York: Basic Books, 1959), cap. 1. Sf W contraparte» M
El uso que hacemos del término supuesto difiere dd que hace Schrag, op. cit., existente»
pág. 'II \ y sigtes, Schrag distingue entre dos d a s» de gerteraiaacioacs o proposicio­ *™ ""«“ ’iÁndwas G. Papandretni, "Explaanatlon and preeiietion in economics”, Science,
nes: a) descripciones de observaciones anteriores, y b ) '‘supuestos similares a leyes" 129 (24 de abril. 1959),. 1096-1100- Escribe: ”Los economistas construyen modelos,
acerca de los acontecimiento* que todavía no se han observado o examinado. £J utiliza „ g Ajumados referencia a datos empíricos,
él término supuesta espcdficamente en este contexto. El uso que le darnos es más teó­ ................_ „ >t i i ' *« t-! >i i' < ' r > ¡fM-iü-rfi < j&caiíVO ’
rico y ocasionalmente tiene istia Indole más filosófica. (1099)7...............
CAP, 2. ORIENTACIONES BÁSICAS HACÍA El MÉTODO CIENTÍFICO
NÁTUEAtS» DE IA TEORÍA Y DE IOS DATOS

ría: t menudo, teoría ** sistema lógico-deductivo ” explicación.*4 Aun­


K, Burke,- entre otros, ha recalcado el papel de lo negativo en los sistemas .
que teorías tienen un poder explicativo, la noción de teoría, como ¡a
de símbolos humanos,*0 La idea de “nadidad” parece ser central a gran
hemos definido aquí, comprende m is que una explicación; incluye ade­
parte de la experiencia social. Los investigadores sociales no pueden igno­
más las premisas fundamentales.
rar la existencia de los hechos negativos. La no acción es un hecho nega­
tivo (q no '-acontecimiento) que tiene que ver con la investigación social.
N aniraieza d e los datos El hecho de que un ciudadano no vote o que d novio no bese a la novia
loa ejemplos negativos en la sociedad norteamericana.
i tede la época de Dtirkheim y su preocupación por los “hechos socia- Pero, para llegar a los hechos, ¿precisamente qué es lo que ios inves­
les,! hasta la actualidad, ha amenazado una prolongada controversia tigadores sociales observan? Observan el comportamiento físico, como
acei :a de cuál es d campo propio de estudio del sociólogo. La mayoría caminar, d balanceo de los brazos, las expresiones faciales y los sonidos
pod r ia concordar en que el. sociólogo no estudia los fenómenos biológicos convencionales, así como los resultados dd comportamiento físico, como
o ti icos, sino que se concentra en los datos sociales o culturales, pero
son la escritura o los medios; sin embargo, estos movimientos físicos (o sus
¿cu les son los datos soektlp^o. culturales?, ¿qué es un hecho social o productos) sólo tienen sentido para el, observador en términos de su con-
culi-¡ral? ceptnalteacióji propia y del conocimiento adquirido de la interpretación
\T0 es fácil definir el concepto de “hecho”. El campo de la filosofía que el actor hace de ellos. Así, los investigadores observan en términos
con i ¡ene un cuerpo considerable de bibliografía sobre el tema, que ade- de algún sistema conceptual — alguna serie de comprensiones comunes—
má: es controvertido. Asimismo, lo-que para un investigador social, en que ordena o conecta movimientos físicos desiguales, movimientos que se
particular es un hecho, es producto de sus propios supuestos teóricos.
"toman como indicadores de patrones fundamentales.5'
La <onocída expresión de Durkheim, “consideremos a los hechos sociales Algunos empíristas'radicales (incluyendo entre ellos a ios materialis­
como cosas*’,34 es un ejemplo. Al pronunciarse en esta forma, Durkheim tas) eliminarían totalmente al elemento subjetivo, o sentido, de la inves­
rea-, donaba contra ia orientación subjetivista de los utilitaristas de su tigación sociológica.*4 Aunque al proceder en esta forma perpetúan una
tiempo, y pretendía colocar a la sociología sobre un fundamente cientí­ : perspectiva histórica que se remonta a varios siglos de pensamiento social,
fico. Aunque los eruditos discuten acerca del sentido preciso de la máxi­ la evidencia, como argumentamos en capítulos ulteriores, se mide con­
ma de Durkheim, parece evidente que para Durkheim los hechos sociales tra la validez de tal punto de vísta. Negar la legitimidad de lo subjetivo
eran externos al observador y al actor por igual, y que eran susceptibles como campo de la investigación científica es degradar d papel de la
de •er observados en una forma altamente objetiva. conceptualizadán y a fin de cuentas dd. método científico mismo.
En forma más estricta, Brodheck define a un hecho como sigue: “ Un
«hecho» es una cosa, característica; evento o clase de evento, particular,
corno e! cociente intelectual de juanito, o la proporción de propietarios R elacio n es en tre la teo ría y los datos
de casa, o la magnitud del voto de los republicanos. Afirmar un hecho, Resulta difícil, si no es que imposible, discutir en alguna forma,que
entonces, es afirmar que un concepto tiene un caso o varios casos.” ** tenga sentido d papel y la naturaleza de la teoría sin prestar alguna con-
Está implícita cu la noción de Brodbeek la noción de que un hecho se
*# Renneíh Burke., “Defixútíún e í im a", ílu is s n rtvitw , 18 {verano, 1963-1964),
del ate o se ordena conceptualmente. En un sentido más general, estas
498-5(13 en ®u obra G ram tm r o f motim s (Engiewoed Cliffs, N. Preatice-Hall,
impresiones-sensoriales pueden transformarse por medio de los conceptos 1945), 294*297.
en afirmaciones o proposiciones (por ejemplo: “Hay 180 millones de ** Véase, por ejemplo, de Kart Mamsheim, E u cyt on the soctohgy of knawUdge,
traducida y editada por Paul iCecskemeti (Nueva York: Oxford, 1952), 53-63, y d«
pe-sonas en Estados Unidos” ) que entonces se consideran contó hechos.
Harokl G&rfirskel, “Cominoo-scnse knowfcdge of social structures; the documesiaxy
Sin embargo, d problema permanece. Después de todo, existen dife­ methód of interpretatíon'’, en la obra de Jorfari M. Scher (dir.), T heories t>f the miné
rentes clases de hechos: generales y espedí icos, 'positivos y negativos. (Nueva York; Free Press, 1962), 689-712.
s* Un esfuerzo reciente por eliminar .ai elemento subjetivo en la indagación cien­
tífica ej¡ el de Otis Dudley Duncais y 1Leo F, Schnore, “Cultural behavioral, and
83 Véase, por ejemplo, Hempel, op, cit.
ecologica! pmpeetives in tire study oí social otgsftiaaden’', A m erican Jou rn al « f S oeio-
34 Emite Durkheim, T h e m íes o f seetafogU al m éthed, traduceién de Sarah A-
lagy, 65 (septiembre de 1959), 132-148. Los autores apuntan al método subjetivo
Soli<vay y Joh n H, Mueller, 8* e ti {Nueva Y o rk : F ree Press Pstpetbsck, 19641, 14.
como no subjetivo, en tanto que admiten que lo subjetivo >ntra en, digamos, la oiisn
M Brodbeek, op, cit., jság, '377. ' ' ••: '
tación ixmditctua!.
4é CAP, 2. ORIENTACIONES BÁSICAS HACIA El MÉTODO CIENTÍFICO NATURALEZA DE IA TEORÍA Y DE IO S DATOS 47

sideración al papel y a la naturaleza de los datos, y viceversa. Pero*¿cuál económico de la sociedad,'en tanto que otro podría examinar sus interre-
de'los dos1tiene prioridad en el proceso de investigación, la teoría o los lacioncs con, digamos, los rituales y las creencias religiosos.
dates? No hay duda de que los supuestos teóricos particulares del inves­ Aunque los sociólogos como Lazarsfeld no ponen en duda la impor­
tigador social moldean la formulación ele su problema y aun estructuran tancia de la teoría, su acentuación va colocada en el papel que desempe­
los resultados, E l fenomenólogo y el empirista radical inevitablemente ñan los datos en el proceso-científico. En consecuencia, Lazarsfeld tiende
llegarán a conclusiones diferentes. Mas generalmente, aquellos científicos a utilizar en su investigación las “clases naturales” /11 Al realizar un estu­
que trabajan dentro ele la tradición kantiana dan prioridad a los concep­ dio de la opinión pública, por ejemplo, podría-emplear un esquema de
tos y a ía teoría, en tanto que los que están comprometidos con las clasificación que refleje los puntos de diferencias dentro de sus datos.
doctrinas de Locke y de Hume y de sus expositores contemporáneos re- Por otra parte, Parsons, al examinar los mismos materiales, tendería a
■ calcan la observación y los datos en vez de la teoría. En la práctica, la imponer sil propio sistema de clasificación en ellos. Por supuesto, 'las
mayoría de los investigadores tienden a ser ncokantianos o neohtmicanoS. llamadas ciases naturales de Lazarsfeld son en parte un producto de su
1 Una comparación de' los escritos de Lazarsfeld y de Parsons arroja compromiso teórico, porque no utilizaría o tal vez ni siquiera reconocería
luz sobre una dimensión de la controversia entre ía teoría y los dalos den­ .esas clases que caen fuera de su propia estructura conceptual o teórica.
tro ele la sociología. Parsons, paladín de la prioridad relativa de la teoría, La división entre los científicos que recalcan la teoría de los que des­
lia sido responsable de sensibilizar a varías generaciones de sociólo­ tacan la observación (o los datos) refleja basta cierto punto la. escisión
gos hacia el papel decisivo que desempeña la teoría en la investigac||nj§ entre los investigadores que están comprometidos con un enfoque lógico-
so cial* Al examinar las funciones de la teoría, la reconoce como ugsa¡s| deductivo en la ciencia y los que se orientan hacia el descubrimiento
boya que los investigadores emplean al trazar un curso a través de fjs.g (problema que .consideramos en el capítulo siguiente). En forma más
lóbregas profundidades de los sistemas sociales. Debemos saber qué esjtí-^ general, M erton," entre otros, ha afirmado, en un esfuerzo por construir
diar y qué no; además, la teoría viene a ser esencial cuando buscarw| u<, rincu ■- u ti e lo v ! «■mpir.-t.» . -o c Ím la arnpl 1 id que ia
interpretar nuestras observaciones, y es la teoría la que. ilumina las ble- t« * , \ i. fu m .1 (<)•! t.mtf mí ■u t ión. 1 .>! p <11 i <1

chas en nuestras observaciones del mundo social/ en la actualidad una í; an aceptación, pero ia idea de tal interacción
La función de la teoría, al estructurar las observaciones del investiga­ casi ha llegado a convertirse en un estereotipo en algunos circuios. Fácib
dor se comprende fácilmente cuando comparamos los diferentes erifoqi mente se puede aceptar que es inherente al método científico, pero en '
que tienen, distintos científicos de un particular complejo de activíd realidad « 3 poco lo que se sabe acerca del contenido especifico o,.de la
sociales;48 por ejemplo, los patrones de pesca de una tribu de Índigo form a de ésta interacción entre la teoría y josdatos.
de América del Sur.. Un doctor en medicina podría examinar el efecto de Una comprensión de la relación que existe entre la teoría y los datos
los hábitos de pesca de la tribu sobre la dieta de la gente, en tanto que descansa en gran parte en una firme comprensión de la.naturaleza de la
un geógrafo podría estudiar los patrones de pesca desde la perspec­ percepción, porque es la percepción la que conecta los datos con el cono­
tiva de la adaptación dd grupo al medio, físico.'Asimismo, un etnólogo cimiento conceptual propio de ellos. Los medios de percepción son los
podría considerar sus actividades desde el punto .de. vista del sistema sentidos mediante los cuales los seres humanos ven, escuchan, tocan,
huelen y gustan. Por lo menos existen tres aspectos de este proceso: «) la
** Charles Ackermán y Takott Parsons, “The coricept of «social systein» as a
theoretical devise”, en la obra rio Gordon J. DÜRemo .(dir.), C onctptt, theory, and calidad de los medios humanos de„pxLcepción; b ) el efecto que ejerce
explanaiion in the h ekav h ral s c itn a s (Nueva York: Random Honse, 1966), cap. 2. liTconcepUialización sobreJ a percepción, y c ) la naturaleza de los datos
En este ensayo que escribió con Ackermán, Parsoas afirma: “Seleccionamos, atribui­
mos importancia; Y tanto nuestra selección como nuestra atribución de importancia que se estudian.
«on en cierto sentido antinaturales, 'ya que la disposición de la realidad misma no pro­ Uno-de. los. grandes disuasivos de la indagación científica está en la
porciona los criterios para seleccionar o pará asignar" (2 6 ), perspectiva que difiere calidad selectiva de los sentidos. Hablando en términos generales, los sen­
considerablemente de 1a enunciada por Lazanfeid,
*s Confróntese ¡a obra de Ely Devons y Max GSuckraan, “Conclusión: tnodes
and consequences o! limiting a field o í study”, en la obra tle Max Gtackman (dir,), il Véase, por ejemplo, Paul f . Lazarsfeld y Alien H. Bartoa, “Sonae general
Closed ¡¡ystems and o pe n mítids (Edimburgo: Oliver and Boyd, 1964), pág, 138 y principies oS quesíionnaire classifxcation”, en la obra de Paul F. Lazarsleid y Morris
ítgtes: “Las diferentes ciencias sociales y del comportamiento se distinguen principal­ Roséoberg (dire.), T he langaage o f social résm rch (Nueva York: The Pree Press,
mente no par los acontecimientos que estudian sino por las clases de relaciones entre 1955), especialmente las págs, 91-93.
los acontecimientos que aquella* buscan establecer” (160). , « Merton, op . cit., cap. 3 .'
48 CAi», 1. ORIENTACIONES BÁSICAS HACIA El MÉTODO CIENTÍFICO
HA.TUKA.tE2A DE IA TEOKÍA ¥ DE IO S DATOS 49

tíd'c; recogen algunas ondas sonoras, luminosas, algunos olores, etc,, que de que sedes muestre el objeto. Como cabría esperar, los diferentes gru­
emsiVian de objetos físicos o que éstas reflejan, pero no logran captar pos perciben el cuadro en términos de patrones que reflejan los temas
o trcD eb em o s permanecer ignorantes de estos últimos o inferir su pre­ que se les había dicho que representaba el cuadro. .Esta línea de razona­
sen* a per medio de instrumentos o, en algunos casos, deducir su existen­ miento también sugiere ia influencia decisiva que ejerce la “situación
cia de otros fenómenos observables. Algunas de las limitaciones sobre la social” sobre ia percepción. Diversos psicólogos sociales haq llegado á
observación .han sido examinadas por los psicólogos. Aunque ¡os meto- concluir que las percepciones que un. individuo tiene de ciertos objetos
dól* gos han prestado poca atención a los hallazgos que han realizado . o del comportamiento de otras personas están estructuradas por sus “ex­
aqt líos, los experimentos que los psicólogos han efectuad© ciertamente . pectativas” de otras personas."
han aclarado ■algunas de las barreras que se oponen a la percepción De hcc I >•. ¡ mu í 1 S' ^ > • ■ i ■¡ a
humana. Una de ellas es la. prueba de “tres personas”,, en la cual la colo­ lo tegorías c, .■:>-oí ; \ in ii'i» >ln <)' n » . u qUe
cad m de tres individúes respecto a algunas configuraciones geoiriétricas distinguen, con toda razón, entre aquellas situaciones en las que una per­
dej al observador la impresión que tienen tamaños diferentes, aun sona puede coneeptüalaar sus observaciones y diseminarlas a otras y
cu® :¡do “en realidad” las dimensiones son las mismas,** También teñe* aquellas en las que una persona está ‘'intuitivamente enterada5’ de obje­
nao.' experimentos en los cuales unas líneas que tienen la misma longitud tos o reacciones, pero no puede conceptuar, ordenar y comunicar lo que
cansan la impresión entre los observadores de que tienen diferente mag­ “observa”, por ejemplo, se puede caminar .dentro de una habitación des­
nitud, sólo debido a la manera en que se han trazado-las líneas. pués de, digamos, una ausencia de un año;y advertir que se han operado
Una segunda clase, más insidiosa de la clase de influencia sobre la cambios en la disposición de los muebles, y aun comunicar esta percep­
per epdón, deriva del sistema conceptual propio. Es obvio que percibt- ción a otros, pero no poder especificar las nuevas disposiciones que han
mo objetos o comportamientos prineipalmentes en términos de concep­ tenido lugar. Así, los trabajadores de campo pueden estar enterados de
túa azadones o categorías previas. Esta proposición ha sido documentada algunos patrones mucho tiempo antes de que puedan especificar u orde­
por la investigación a través de las culturas,44 Diversos estudios lian apo­ nar fus observaciones en categorías bien definidas.
yado la idea de que las pcisonas-pertenecíentes a distintas culturas pueden Aparte de estas distinciones finas, está el efecto general que ejerce el
percibir el espectro del color, las formas geométricas, etc., en forma un sistema conceptual propio sobre Ja percepción que hace que sea tan
tamo- diferente. As!, también pueden clasificar e imputar un sentido esencial una orientación de sociología dd conocimiento para, la metodo­
en formas bastante distintas al comportamiento humano particular; sin logía de la investigación social. Hemos sugerido que una parte importante
embargo, si las personas de <«huí is dn «gentes» tuvieran p< cepejones del medio general del científico está compuesta por ios conceptos que
raí u j >> >! t < ' i tienen otras personas en su medio sociocultural. Estos conceptos tienen
co? rnni pi i> t i • 1 > í <j . i- .- una existencia empírica por sí mismos en el sentido de que pueden ser
bit os y respondemos cst ictalmente a ifo rm a similar, podemos tomar descubiertos y comunicados. Es el medio conceptual total dd científico
nota, de las diferencias multantes.*5 lo que estructura sus observaciones, no sólo los conceptos que adquiere
El efecto que la conc.eptua}izadón ejerce sobre la percepción dentro durante su adiestramiento científico. Para nosotros, la perspectiva de la
de los sistemas culturales amplios ha sido documentada también me­ sociología del conocimiento es un recurso metodológico que sirve para
diante diversas experimentos; por ejemplo, se refieren a varios grupos de objetivar este sistema conceptual más amplio, de manera que podamos
ob ervadotes historias diferentes acerca de determinado cuadro, antes medir adecuadamente su efecto sobre el observador científico.
Un tercer elemento del proceso de la percepción es “aquello que es
•*3 Véate, por ejemplo, M, L. Jelmkm Ábercrombíe, T h e anatamy of judgment
(Nueva York: Basic Bociks, 1960), 30-31. observado” . La investigación de los psicólogos sociales presta apoyo
5* V íase la revisión, 'bibliográfica., asi como la investigacién original que han rea- a la proposición de que, donde la “realidad” de uno que se observa a
lis « lo M arskall ' H , Scgall y o tro s,'T h e in flu en te o f culture on visual pureeptitw relativamente fina o estable, la influencia de Jas orientactone^.c^nce¡:)ttia-
I i 1 , •i ’i . ■ • i
oí meta-nnethod ín'crosi>eultural studieis”,
48 Por ejemplo, consúltese la obra de A. Paul Harc (dir,), H m d io o k o f m a lí
Ametuum A ntkropolegist, 66, 2* parte (junio de 1964), 225, Esta edición del Amtb
ric n'Anihropaíegist m una publicad/» especia!, “TraascttlteraJ studies in atpütJaa”, gremb reseatek (Nueva York; Free Press, 1962), pág, 26 y sigtes.; Recato Tagiuri y
ladgi Patrullo (dirs.J, Penan ptreeption and m ierpetsonal behaviar (Sianford, Cal.:
dirsjjda por A. JCimbali Eontiiey y Roy GodJwm IVAudrade. *
.Si&afowl, 1958).
/ •
••• '
50 CAt. 2, ORIENTACIONES &ÁSICAS HACIA El MÉTOtJO Ü E M IfftC O N A T U tA lK A DE IA TEORÍA Y DE IO S DATOS

les de otras personas sqbre las observaciones propias serán menos que allá ticas mismas fueron posible sólo por la reducción anterior dd lenguaje
donde esta realidad carece de puntos de referencia bien definidos y es hablado a la forma escrita. Y sin la invención de la escritura, la ciencia
amorfa en alto grado.'” Por tanto, deberíamos esperar que el grado de como la conocemos nunca podría haberse desarrollado, porque la es­
consenso entre los científico? variase con la cantidad de estabilidad y critura puso al hombre en condiciones de trascender los límites- muy
permanencia en el orden social que estudian. estrechos del propio horizonte de su memoria y de construir sobre el
Pero las relaciones de conceptualización respecto de la percepción y conocimiento acumulado en d transcurso de milenios.
del medio social mismo son más complejas de Jo que hemos Indicado. A fin de cuentas, para que comprendamos con mayor amplitud las
Existe otro elemento que entra en el cuadro: el lenguaje (la naturaleza relaciones que existen entre la teoría y los datos, debemos tener una me­
de éste también ha sido tema de debate considerable). Según Saussure/* jor comprensión del proceso cíe conceptualización. Con un conocimiento
defiramos al “lenguaje” como un. sistema de signos que vincula los con­ más sólido de la conceptualización, podríamos realizar muchos mejora-’
ceptos con sonidos específicos o con secuencias de sonidos. Podemos oír o míenlos en el método científico. La investigación que actualmente tiene
pronunciar determinados sonidos, pero no lograr adjuntarle ningún con­ lugar en la psicología puede ayudar a las científicos a ampliar su com­
cepto específico, o significado si nos falta el conocimiento del lenguaje, o prensión de este espinoso problema. Ciertamente, los estudios que han
sistema de signos. hecho Piaget, Bruner y otros en lo relativo a la formación del concepto
El lenguaje, en cuanto sistema de. signos lingüísticos que sirve para han iluminado un sendero a través de este campo que los metodólogos
manifestar un significado entre los hablantes, tiene una estructura que le rio pueden pasar por alto,4®
es propia. Esta estructura, que incluye patrones de fonemas, de morfemas Del mismo modo, también los esfuerzos que se han hecho con el fin
y de sintaxis, parece Influir en el proceso de la percepción y en la concep- de aplicar nuestro conocimiento de las computadoras ....al traer una
tualissación misma, L a percepción de determinados aspectos de la reali­ analogía entre estas máquinas y el cerebro Imnmao— al estudio del pen­
dad social puede lograrse' más fácilmente mediante algunos enlaces de samiento y el proceso pensante a un debido tiempo también expandirá
sistemas' estructurales que por medio de otros, Y aunque, como observa­ nuestro conocimiento de la concepción (así como de la percepción).
mos en el capítulo siguiente, es fácil exagerar cj efecto que ejercen dife­ Como dice Goldstme:
rentes estructuras del lenguaje sobre la conceptualización, no puede
ignorarse la proposición de que pueden conformar diferencialmente Muchos investigadores de este campo en la actualidad tratan de explo­
patrones de pensamiento. rar lo que se llama razonamiento o inteligencia artificial. En efecto, tratan
Á final de cuentas, el sistema teórico más amplio, ios conceptos espe­ de Ver hasta dónde puede llegar «na computadora en la realización-de tareas
que normalmente clasificamos como humanas... ; sin embargo, es caracte­
cíficos contenidos en él y el lenguaje que expresa estos conceptos inter-
rístico de todos estos esfuerzos que hasta ahora los investigadores no han
actúan en formas- complejas. El refinamiento de algunos conceptos podido deducir ningún principio general de sus resultados.5®
aislados puede conducir a mejoramientos en el sistema teórico general y,
a su vez, los mejoramientos en este último pueden ayudar a refinar deter­ Pero a fin de cuentas, este trabajo probablemente ampliará nuestra
minados conceptos, y en, el proceso, la percepción propia de fenórqenos comprensión de los rudimentos de la conceptualización y a su vez del
particulares; además, el refinamiento en el sistema de signos lingüísticos método científico mismo.
puede conducir a progresos tanto en los conceptos como en la teoría más
amplia, como ocurrió en Europa con la adopción del sistema decimal
indo-árabe en vez dedos poco manejables numerales romanos. Este cam­ i®
bio hizo mucho para facilitar los adelantos en matemáticas que surgieron
u - s ■■«ik^"
en los siglos siguientes. Por supuesto, estas realizaciones en las matemá-

3 " Véase, por ejemplo, Muzaíe* Sfceríf y CarolyndW, Sbvñí, Án auítim sí soeietl
K
Un brc\c análisis lie una parte de esta bibliografía constad*} la obra de
ptyehology, ed. rev, (Nueva York; llar per & Rovv, 1958), ;pág, 81 y sigíes., pág. 103
y Mgtes,, fimsim.
Brown, Social fisychology * (Nueva York: Krnc Piéis, 1965}, cajf c jL
* Hay versión española por Sigla X X I. México.
. rí*
^ persur¡;:Led de S&msure, C o u íít in G en ital XÁngnízties, U'^ilvccíóti. de Vvr-de w Hernia» H. GoWstine. “Computer* and perception
Bastía (Nueva York: Piñlosophíca! Librar?, ,5959). tk a n P h ih ío p h íeal S#eieif¡ 106 (agosto de 1984), 290,
CIENCIAS HUMAN.A S

También podría gustarte