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1. INTRODUCCIÓN.
Como se describió en la primera parte de este tema, un proceso de EpS requiere pasar por cinco etapas:
Análisis del problema de salud y su relación con la conducta, Análisis de los factores relacionados con las
conductas, Diseño, Ejecución y Evaluación del proceso de EpS.
Las tres primeras etapas ya fueron descritas en la primera parte, por tanto, en esta segunda parte se
concluye la descripción de últimas dos etapas. Asimismo, se incluye la descripción del rol de los
educadores en salud y las barreras de la comunicación que pueden afectar el desarrollo de un proceso de
Educación para la Salud.
2. DESARROLLO.
Primeramente, recordemos el gráfico que precisa las etapas que se deben pasar en todo proceso de
Educación para la salud.
Fuente: Elaborado según Universidad de Cantabria (2017). Educación para la salud. p.3 y 4
La ejecución de un proceso de EpS no es más que la puesta en marcha de todo lo planificado en la etapa
del diseño. No obstante, el modo o manera como ejecutemos todo lo planificado, e incluso los cambios
que veamos convenientes realizar, van a determinar el éxito o no de nuestro proceso educativo.
Aquí es importante comprender, que cada sesión educativa tendrá sus particularidades, de acuerdo al
objetivo que pretende lograr. La Figura Nº 4, presenta una guía sobre las actividades que se pueden
implementar en una sesión educativa interpersonal y grupal.
Sesión educativa
Interpersonal Grupal
Concluyendo la primera sesión educativa, se debe evaluar su desarrollo, con el fin de identificar los errores
cometidos y los aspectos que favorecieron el aprendizaje; de tal manera que, si es necesario, se rectifique
lo planificado para las siguientes sesiones, eliminando o corrigiendo aquello que no resultó bien y
reforzando aquello que dio buenos resultados. A esta acción se denomina, evaluación del proceso, que
debe ser una tarea permanente.
DINÁMICAS GRUPALES
Las dinámicas grupales son técnicas grupales que permiten romper el hielo, facilitar el conocimiento entre
los participantes del evento educativo, motivar la integración grupal, mantener la atención, facilitar la
clausura del evento o generar un aprendizaje en sí mismo a través de actividades grupales, que si son bien
conducidas son altamente motivadoras1.
Para lograr estos objetivos y no producir efectos contrarios a los que se buscan, es importante tomar en
cuenta las siguientes recomendaciones, para su aplicación:
La dinámica elegida debe permitir la participación de todas las personas.
Se deben evitar dinámicas que propicien comparaciones o burlas entre participantes
No abusar del uso de dinámicas grupales, porque puede restarle seriedad al evento educativo.
Se sugieren implementar al inicio de la primera sesión educativa grupal, especialmente cuando los
participantes no se conocen.
II. Desarrollo.
Se reparten las tarjetas entre los asistentes y se les pide que busquen a la persona que tiene la otra parte
del refrán; de esta manera, se van formando las parejas que luego de presentarse, analizarán el refrán y
su significado.
Seguidamente se pide que vayan saliendo por parejas y se presenten al resto del grupo y compartan su
refrán y el significado.
III. Recomendaciones. Se puede buscar refranes poco comunes para darlos a conocer.
Fuente: Lazo De La Vega, R. Los medios de enseñanza en la educación en salud 1998 y Dinámicas y juegos, disponible en:
https://dinamicasojuegos.blogspot.com/2012/09/dinamicas-y-juegos-los-refranes.html
b) Dinámicas de motivación
Se sugieren implementarlas en sesiones educativas largas, en las que requerimos motivar al grupo o
recuperar su atención.
JIRAFAS Y ELEFANTES2,4
I. Materiales. Ninguno
II. Desarrollo.
Todos los participantes forman un círculo, quedando uno en el centro.
El que se coloca al centro señala a otro del grupo diciéndole: "jirafa" o "elefante". Si dice "jirafa", el
señalado deberá juntar sus manos en alto y sus compañeros vecinos deberán agacharse y tomarle por
sus pies.
Si la persona que está al centro dice "elefante" el señalado deberá simular con sus manos la trompa de
un elefante, sus vecinos con las manos simularan las orejas.
Jirafa Elefante
Quien este distraído y no cumpla con la indicación, pasará al centro y señalará de nuevo a otro
compañero, al mismo tiempo que dice "jirafa" o "elefante".
La dinámica se seguirá realizando de la misma manera, pero debe ser a un ritmo rápido.
Para concluir, el educador en salud guía una breve charla sobre la importancia de la atención y
participación.
III. Recomendaciones. Se puede aplicar a con un número ilimitado de personas por un tiempo no mayor a 10
minutos.
Fuente: Lazo De La Vega, R. Los medios de enseñanza en la educación en salud.1998 y Aula fácil, disponible en:
https://www.aulafacil.com/cursos/autoayuda/dinamicas-de-grupo/gorila-jirafa-elefante-l10115
LOS CERDITOS2
I. Materiales. Una venda para los ojos o un pañuelo grande que se pueda atar sobre los ojos
II. Desarrollo.
Los jugadores caminarán o correrán en círculo alrededor de "El" que está en medio y vendado de los
ojos.
Cuando "Él" diga "ALTO", el círculo dejará de moverse. "Él" apuntará a uno de los jugadores y dirá
"¡OINC!". Entonces el jugador señalado tendrá que responder "¡OINC, OINC!", pero podrá disfrazar su
voz.
"Él" tendrá que adivinar quién es el dueño de la voz que acaba de escuchar. Si "Él" adivinara
correctamente, el jugador descubierto sería "Él". De otro modo, el círculo empezará a moverse
nuevamente y el juego continuará.
Para concluir, el educador en salud guía una charla breve en la que pregunta por qué algunos acertaron
y otro no.
III. Recomendaciones. Se puede aplicar a con un número ilimitado de personas por un tiempo no mayor a
10 minutos.
Se sugiere aplicarlas para identificar si los conceptos claves del tema quedaron claros, o se requiere
realizar una retroalimentación, para rectificarlos.
FESTIVAL DE LA CANCION2
I. Materiales.
Letrero atractivo
Con estos ejemplos, se los motiva a conocer otras dinámicas grupales, que están disponibles ampliamente
en páginas educativas en internet. Continuando con esta explicación, ahora veamos la utilidad de los
materiales educativos en salud.
Un material educativo “es todo aquel medio que sirve para apoyar, estimular, orientar y reforzar un
proceso educativo”, en éste caso en salud5. Los materiales educativos reciben varios denominativos, que
van desde medios didácticos, auxiliares de la enseñanza, materiales de instrucción, medios auxiliares, y
muchos otros más, que, aunque tienen el mismo significado, para el presente tema se utilizará el de
materiales educativos.
Cada material educativo cumple funciones específicas, aunque en distintas proporciones de acuerdo al
formato en el que se presente. Estas funciones se pueden agrupar de la siguiente manera:
Motivación: cuando estimulan el aprendizaje con actividades que el mismo material genera.
Información: cuando ayudan a hacer un manejo adecuado de la información que se pretende
transmitir.
Refuerzo: cuando aseguran el aprendizaje de un contenido específico, ya sea reafirmando conceptos o
promoviendo actividades que permitan, a quienes participan de ellos, reforzar la información recibida
previamente.
Evaluación: cuando permiten verificar el logro o no de los objetivos de aprendizaje previamente
planteados6.
La elección adecuada de los materiales educativos que utilizaremos en el proceso de EpS depende del tipo
de intervención, los objetivos de aprendizaje, el área de intervención (tema y contenidos) y los métodos y
técnicas que aplicaremos. Una vez definido todo esto, nos toca elegir los medios y formatos que
permitirán difundir los mensajes educativos.
Los medios son las vías a través de las cuales se emitirán los mensajes educativos; que pueden ser de
interpersonales (cara a cara), asegurándonos de aclarar, a través del diálogo, cualquier duda que pueda
surgir en los participantes7; o masivos, a través de los medios de comunicación o redes sociales, que
permiten llegar a una mayor población, pero no fomentan el diálogo con las personas y, por tanto, no
garantizan la comprensión de los mensajes educativos.
Los formatos se constituyen en “la naturaleza física del material educativo que dará a conocer el
mensaje”8. Existen tantos formatos, que para su mejor comprensión se los ha clasificado en cuatro:
visuales, sonoros, audiovisuales y táctiles9.
Visuales. Son todos aquellos materiales que trasmiten mensajes a través de imágenes (mínimo 60%)
combinadas con texto (máximo 40%), es decir, estimulan el sentido de la vista. Incluyen a los siguientes:
papelógrafo, rotafolio, infografía, pancarta, franelógrafo, periódico mural, collage, fotografías,
diapositivas, transparencias, murales, etc. Su difusión se realiza ubicándolos en lugares visibles de alto
tráfico.
Dentro de ésta categoría se incluyen también los materiales educativos impresos10, que se denominan así
por el hecho que contienen más texto (60%), que imágenes o esquemas (40%). En ésta subcategoría se
incluyen: banners, afiches, trípticos, dípticos, folletos, cartillas, láminas, volantes, fotonovelas, etc. Su
difusión se realiza de mano en mano, con la entrega personal.
Sonoros. Son todos aquellos que estimulan al sentido del oído de las personas, facilitando la
transmisión del mensaje a través de varios sonidos cuidadosamente combinados. Este grupo incluye, entre
los más utilizados, a las cuñas radiales, spots, jingles, entrevistas educativas, radionovelas, programas
educativos de radio, etc. Su difusión se realiza a través de los dispositivos móviles, la radio y el sistema de
altoparlantes o perifoneo.
Táctiles. Son todos aquellos que estimulan el sentido del tacto, reforzado por el visual, para lograr un
aprendizaje completo. En ésta categoría se incluyen todos los objetos reales, modelos anatómicos,
maquetas, maniquíes, etc.
Idealmente, cada proceso de EpS debe contar con materiales educativos propios, elaborados por los/as
educadores en salud, de acuerdo a los objetivos de aprendizaje planteados 10.
El proceso de elaboración de materiales educativos en salud implica pasar por tres etapas:
Sin embargo, ésta tarea exige contar con los conocimientos y habilidades específicas para elaborar
materiales educativos, invertir un tiempo extra y contar con los recursos económicos necesarios.
Para apoyar al estudiante en esta tarea, la Cátedra de Salud pública I, ha desarrollado un Taller de
autoformación en producción de materiales educativos en salud, que cuenta con 7 videos educativos,
disponibles en su canal de YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=lB2-OvHENbk&t=1256
El objetivo de este taller es brindar los conocimientos y herramientas necesarias para la elaboración de
materiales educativos en salud, con programas y aplicaciones de fácil acceso. Por tanto, se motiva al
estudiante a desarrollar este taller de forma autónoma, con el fin de que tenga más elementos para
elaborar sus propios materiales educativos.
Si no cumplimos con estas condiciones, lo mejor es optar por utilizar materiales educativos ya producidos
por otros educadores en salud, o instituciones que trabajan en la misma temática que deseamos abordar.
En este caso, la tarea que debemos realizar, consiste en revisar todos los materiales educativos que se han
producido para el tema que deseamos desarrollar, y luego elegir los materiales educativos que permitan
cumplir los objetivos de aprendizaje planteados; sometiéndolos a una etapa previa de validación, con
instrumentos específicos, de acuerdo al formato del material educativo10.
Para este efecto, se sugiere utilizar estos tres instrumentos de fácil aplicación, elaborados según criterios
específicos de la OMS y OPS.
Nº DE CRITERIOS CUMPLIDOS
DECISIÓN DE ACUERDO A LOS CRITERIOS CUMPLIDOS.
Mayor a 8: Se puede utilizar / 5 – 7 : Necesita reformas / Menor a 5: No se recomienda su uso
Fuente: Elaborado por Dra. Leslie Daza Cazana, según OMS/OPS. Guía para el diseño, utilización y evaluación de materiales educativos de salud. 1984: 70
Nº DE CRITERIOS CUMPLIDOS
DECISIÓN DE ACUERDO A LOS CRITERIOS CUMPLIDOS.
Mayor a 8: Se puede utilizar / 5 – 7 : Necesita reformas / Menor a 5: No se recomienda su uso
Fuente: Elaborado por Dra. Leslie Daza Cazana, según OMS/OPS. Guía para el diseño, utilización y evaluación de materiales educativos de salud. 1984: 69
El lenguaje es comprensible
Contiene elementos atractivos (música, tono de voz u otros efectos
sonoros)
Los efectos sonoros no distraen la atención del mensaje principal
Si luego de esta tarea, identificamos materiales educativos que pueden apoyar en el cumplimiento de los
objetivos del proceso de EpS que deseamos implementar, porque obtuvieron un puntaje superior a 8,
luego de su validación, podemos decidir utilizarlos. En este caso, la obligación ética que tenemos es,
respetar la fuente y autoría de la persona, o institución, que diseñó el material educativo elegido; de lo
contrario cometemos plagio.
Como se pudo apreciar en la Figura Nº 4, cada sesión educativa, sea interpersonal o grupal, concluye con
la evaluación del aprendizaje alcanzado por el/la participante, o los participantes; y la valoración del
cumplimiento de los objetivos de aprendizaje planteados en el diseño del proceso de EpS. Ninguna sesión
educativa debe concluir sin cumplir ésta tarea.
Aplicar un pre test donde el participante escribe todo lo que conoce sobre lo que se está preguntando.
Esto con el fin de identificar los conocimientos, experiencias o incluso malos entendidos que los
participantes poseen sobre el tema que vamos a abordar.
Es necesario destacar, que las preguntas deben estar relacionadas con los objetivos de aprendizaje, es
decir, con lo que pretendemos que aprendan al concluir el proceso educativo. De acuerdo a su diseño, el
pre test que vamos a aplicar puede ser de tres tipos:
Estructurado, cuando incluye sólo preguntas cerradas (de opción múltiple, falso/verdadero y si/no)
Semi estructurado, cuando incluye preguntas cerradas y abiertas
No estructurado, cuando incluye sólo preguntas abiertas, donde se pide al participante que opine
sobre algún contenido del tema, o escriba todo lo que conoce sobre el mismo.
Estos diseños pueden ser realizados en formatos de Office o aplicaciones como Google forms, Quizizz,
Kahoot, etc.
La elección del tipo y diseño de pre test depende de la profundidad de respuesta que deseamos obtener.
Asimismo, su administración (auto-administrado o con el apoyo de los educadores) depende de su grado
de dificultad, número de preguntas y características de los participantes.
Para su aplicación, es muy importante aclarar a los participantes que el objetivo de esta actividad, es
conocer cómo se está iniciando el proceso educativo y que por tanto, sean honestos en sus respuestas y si
es necesario dejen en blanco lo que no conocen, porque no existen puntajes, ni respuestas equivocadas.
Para afianzar estas indicaciones y asegurar una buena participación, se sugiere que el registro sea
anónimo.
b) Durante las sesiones educativas, se sugiere realizar la retroalimentación permanente, que consiste en:
realizar preguntas sobre lo explicado a manera de diálogo con los participantes y escuchar con atención
sus respuestas; con el objetivo de rectificar malos entendidos o aclarar conceptos.
resumir los puntos más importantes del tema y convencerse que quedaron claros para los
participantes, antes de concluir cada sesión educativa.
Se recomienda aplicar un post test, que no es más que el mismo cuestionario (estructurado, semi
estructurado o no estructurado) que aplicamos al inicio de la primera sesión educativa, como pre test.
Esta tarea es fundamental, porque nos permitirá valorar si hay diferencia entre los conocimientos iniciales
de los participantes y los que poseen al concluir el proceso educativo. De tal manera, que valoremos
también si cumplimos con los objetivos de aprendizaje planteados para este proceso de EpS.
En caso de no haberlos cumplido a cabalidad, se sugiere reforzar lo que sea necesario, es decir, el
contenido no comprendido, o el desarrollo de la habilidad deseada para ese proceso de EpS. Esto
recordando que, siempre se debe partir de lo que las personas conocen, sienten y saben hacer 12,
independientemente de la metodología aplicada y sobretodo transmitiendo información veraz y
actualizada.
La evaluación del proceso de EpS debe ser una tarea permanente desde la primera fase, con el fin de
reconducir este cuando sea necesario. Esto contrariamente a la creencia de que las evaluaciones sólo se
realizan al final.
Para ello, se puede observar de manera crítica todo lo que se ha realizado y los resultados alcanzados
hasta el momento; o aplicar un cuestionario para que sean los mismos participantes que emitan sus
observaciones y sugerencias al respecto.
a) Valorar si se ha logrado modificar las conductas relacionadas con el problema de salud 13 o al menos
qué falta para lograrlo. Sin embargo, hay que reconocer que la evidencia de estos logros suele llevar un
tiempo, e incluso puede requerir dar continuidad al proceso educativo en otro momento; así que el sólo
haber logrado que la persona pase de una etapa de negación a la etapa de preparación, para la
modificación de alguna conducta, es de todas formas muy alentador.
b) Valorar la percepción de los participantes, respecto al proceso del que fueron partícipes. Para dicho
efecto, se puede aplicar un cuestionario anónimo, donde cada participante se sienta libre de expresar su
percepción sobre el proceso implementado. El documento de Pérez MJ, Echauri M, Ancizu E, Chocarro J.
Manual de Educación para la salud. Navarra: s.e.; 2006. Disponible en:
http://www.navarra.es/NR/rdonlyres/049B3858-F993-4B2F-9E33-2002E652EBA2/194026/MANUALdeeducacionparalasalud.pdf
(p. 107, 108 y 175), nos ofrece algunos instrumentos válidos para cumplir con esta tarea.
c) Rescatar las lecciones aprendidas de todo el proceso implementado. Según el BID, una lección
aprendida se define como “el conocimiento o entendimiento ganado por medio del análisis y la reflexión
sobre una experiencia o proceso, o un conjunto de ellos”14.
Estas lecciones surgen de la reflexión colectiva de todos los que participaron en el proceso y no
necesariamente deben ser positivas, sino también negativas.
Las lecciones aprendidas positivas, son las que nos permitieron lograr los objetivos planteados y las
lecciones aprendidas negativas, son las que interfirieron, entorpecieron o impidieron el logro de los
objetivos. Por tanto, su precisión, al concluir el proceso es de tal valor, que nos permite mejorar y reforzar
lo positivo que hicimos y evitar lo negativo, en futuras experiencias similares 15.
Es por ello que las cinco etapas del proceso de EpS, tienen una representación cíclica, porque de esta
manera se intenta mostrar que, al concluir estos procesos, las lecciones aprendidas (positivas o negativas),
pueden ser útiles para iniciar un nuevo proceso de EpS, sin tener que partir de cero. Para este efecto, el
BID recomienda que estos aprendizajes, positivos y negativos, sean documentados en un informe final de
todo el proceso de Educación para la Salud implementado14.
Con todo lo descrito, queda claro que sólo el cumplimiento de estas cinco etapas asegura la efectividad del
proceso de EpS. Por tanto, el limitar este proceso a sólo una actividad informativa, hace que su
denominación sea simplemente: información sanitaria, consejo médico o charla educativa y no proceso
de EpS13.
Los educadores en salud tienen un rol tan importante, que de ellos depende, en gran manera, el éxito o
fracaso del proceso de EpS. Para cumplir efectivamente con este rol, se recomienda que reúnan algunas
cualidades personales16,17, que son necesarias para que puedan motivar el cambio de conducta deseado.
Entre éstas tenemos:
Fuente: Elaborado según Werner y Bower 1994: 36, Pérez MJ, Echauri M, Ancizu E, Chocarro J. 2006: 38, OPS 2004:9
Como se puede apreciar, el rol de los educadores en salud transciende al conocimiento que puedan
poseer, porque pueden resultar más importantes sus actitudes o habilidades de comunicación, para
abordar a las personas y dialogar sobre cuestiones de salud18.
Estas habilidades pueden valorarse a partir de instrumentos objetivos, como la plantilla de observación19
diseñada por Hofstadt et.al., útil para autoevaluarse, como para co-evaluar a un/a compañero/a.
Continuación.
Fuente: Hofstadt RC, Quiles MY, Quiles SM. Técnicas de comunicación para profesionales de enfermería. 2006: 109-110
Si a partir de la autoevaluación realizada con éste instrumento reconocemos que nos falta desarrollar
algunos criterios de la capacidad de expresión o escucha, es nuestra responsabilidad trabajar en ellos,
haciendo el ejercicio consciente de su aplicación, en nuestra relación diarias con las personas.
No obstante, también hay que reconocer que muchos de los errores que se cometen en los procesos de
Educación para la salud, se deben a barreras de la comunicación, que no necesariamente son de
responsabilidad del educador en salud.
Son todas aquellas que dificultan una comunicación fluida y sobretodo comprensible20. Estas son:
Barreras semánticas, que consisten en el uso de palabras técnicas propias del área de la salud, como
cefalea, diuresis, polifagia, NPO, etc., que lamentablemente, es un error que el personal de salud
comete con mucha frecuencia, dando como resultado la incomprensión del mensaje transmitido.
Como educadores en salud debemos hacer los esfuerzos necesarios para evitar, lo más posible, la
interferencia de estas barreras de la comunicación, en los procesos de EpS que vamos a implementar.
Los ámbitos o espacios no formales como las plazas, calles, canchas, casas comunales, servicios
municipales, el ambiente laboral de las personas e incluso su propia vivienda 17, han demostrado ser
espacios adecuados, donde las personas están más dispuestas a recibir información en salud; libres de las
barreras que suelen presentar los servicios de salud y establecimientos educativos, por ser estos ámbitos
muy formales.
Contrariamente a lo que se creía hace más de dos décadas, las múltiples experiencias en este campo,
permiten concretar que los procesos de EpS no sólo deben ser desarrollados por el personal de salud, sino
también por otros profesionales, como psicólogos, trabajadores sociales, maestros, comunicadores,
sociólogos, abogados, arquitectos, etc., que pueden apoyar ampliamente desde su área de dominio, en el
logro de los objetivos de un proceso de EpS13.
3. CONCLUSIONES.
Los procesos de EpS se deben ejecutar en espacios donde se favorezca una comunicación horizontal (cara
a cara) entre educadores y personas que aprenden.
La habilidad para la ejecución de un proceso de EpS, se consigue con la práctica, es decir, se aprende
“haciendo”. En ese sentido, se sugiere no limitarse a un sólo método o técnica; sino combinar todas las
que permitan lograr los objetivos planteados, priorizando las técnicas participativas, por haber
demostrado ser más efectivas.
Asimismo, se recomienda que los educadores en salud inviertan tiempo y esfuerzo, para el desarrollo de
las habilidades comunicativas, ya que ésta es una tarea muy personal.
Finalmente, se sugiere al lector reflexionar sobre el siguiente verso chino que va muy acorde al tema
desarrollado:
“Ve en busca de tu gente: ámalos; aprende de ellos; planea con ellos,
sírveles, empieza con lo que tienen; básate en lo que saben”. “Porque de
los mejores líderes….su trabajo se termina cuando toda la gente comenta
– lo hemos hecho nosotros mismos“16.
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