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Ensayo sociología comprensiva

A menudo suelo decir que los partidarios de la derecha piensan al revés, me refiero, por ejemplo, a la pirámide de Abraham
Maslow, donde lo que está en la base son las necesidades fisiológicas y se suceden otras necesidades hasta llegar a la
autorrealización, en este caso, pareciera que hay veces que los ya mencionados defensores del liberalismo económico, piensan
que se empieza por la autorrealización y en adelante las cosas casi caen del cielo; como cuando critican a la gente pobre por
no reservar una cita con el psicólogo, por no ir al teatro o malgastar su dinero en ropa o comida chatarra cuando mejor
deberían cultivarse un poco. Sin embargo, por ejemplo, en el caso de los trabajadores, que su salario no alcanza a llegar ni la
mitad de la línea del (CONEVAL, 2022), hablamos de personas, que tienen tiempo libre muy limitado y apenas pueden
pensar en si van a cubrir sus necesidades fisiológicas en el mes y por lo tanto, su mente no tiene espacio para pensar en
autorrealización.

El presente ensayo abordará la tradición hermenéutico-individualista de la sociología, la cual, como su nombre lo indica,
pone al individuo en el centro de la actividad social, muchas veces con una exagerada autonomía, de la que muy seguramente
se inspiran y se “legitiman” frases populares como “el pobre es pobre porque quiere”. No obstante, no quiero hacer pensar
que esta corriente sociológica es un desperdicio, tiene muchos puntos que incluso pueden enriquecer el pensamiento
materialista.

Este trabajo está fincado desde una mirada con conciencia de clase, la labor de síntesis que realicé con las lecturas me hizo
pensar en todo momento en la controversia entre Vicente Lombardo Toledano y Alfonso Caso en 1933, sobre la ideología
que debería tener la Universidad Nacional y es básicamente un debate entre materialismo e idealismo (Centro de Estudios
Filosóficos, Politicos y Sociales Vicente Lombardo Toledano, 2008), además de ser un pasaje de la historia que vale la pena
recordar.

Por lo que se menciona anteriormente, se realizará un recorrido analizando las posturas teóricas, metodologías y temáticas de
la tradición hermenéutico-individualistas de finales del siglo XIX, de la cual se puede asegurar que Dilthey, Weber y Simmel
tienen sus raíces, así como de la inspiración de autores como Kant y Goethe.

Wilhelm Dilthey: Las ciencias del espíritu y su critica de la razón histórica

Dilthey postula que toda intención de conocer ya sea sobre lo que vemos en la realidad o lo que emana de nuestro interior es
un esfuerzo por conocer de una u otra forma al hombre, al individuo. Por lo tanto, hará un esfuerzo por comprender la vida,
y a eso se le conoce como filosofía de la vida, éste se desarrollará de forma preponderante por la historia.

Para Dilthey, poner en contexto de manera objetiva cualquier conocimiento se tendrá que echar mano de la historia. La vida
se comprenderá desde el punto de vista histórico, por lo que desarrollará una crítica histórica de la razón; así como el objeto
de la historia es la vida, por lo cual también desarrolla una crítica de la razón histórica, adjudicando el momento en el que la

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humanidad toma conciencia histórica de sí misma, es decir, que se sitúa en un momento y lugar histórico, rico en diversidad,
en lugar de un ser individual y puro como lo señalaba Kant y a este hecho también se le debe considerar histórico. Siendo
Dilthey un seguidor de Kant y a la vez un crítico, que se distancia de su método a priori y que diferencia a las ciencias del
espíritu de las ciencias de la naturaleza.

Durante el siglo XVI se formalizan las Ciencias Naturales y, por otro lado, en el Siglo XIX y como producto de la
modernidad y las revoluciones de la época, surgen las así denominadas por Dilthey, Ciencias del espíritu. Durante el siglo
XIX, el positivismo de Comte, pretendía generar leyes de lo social, tal y como pasaba con las leyes de la naturaleza y una vez
logrado esto, se normarían y prevendrían los acontecimientos sociales, igual que los fenómenos naturales. Con esto se quiere
decir que las Ciencias naturales son nomológicas, es decir, que crean leyes a partir de una relación causa-efecto; mientras
que, las ciencias del espíritu se refieren a acciones autónomas y libres, “lo que caracteriza, pues, inicialmente al objeto de las
ciencias del espíritu frente al de la naturaleza es la libertad" (Arregui, 1988, pág. 185), así que podríamos decir que son
intencionales y lo que se analiza es la acción-motivo.

Dilthey considera que a las ciencias que tienen por objeto hechos histórico-sociales, deben denominarse ciencias del espíritu,
aunque este término es incompleto ante la amplitud de dichas ciencias, pues no ignorando los aspectos físicos, estudia
también cuestiones sociales, morales, históricas, culturales, etc. Sin embargo, no es tan incompleta como términos como
"sociología, ciencias morales, históricas, de la cultura" (Dilthey, 1949, pág.14), que son bastante específicas y que tampoco
alcanzan a marcar la diferencia con las ciencias de la naturaleza. “El hombre encuentra en esta autoconciencia una soberanía
dela voluntad, una responsabilidad de las acciones, una capacidad de someterlo todo al pensamiento y de resistir a todo
dentro del castillo de la persona"(Dilthey, 1949, pág.14), Tal como Spinoza, que considera preponderante la conciencia.

Sin éxito, la metafísica a través del tiempo ha intentado establecer lo que es propiamente de la naturaleza y lo que es del
espíritu, su auge únicamente fue en la época medieval, cuando reinaba más la superstición y las cuestiones religiosas, era así
como distinguía entre lo corpóreo y lo espiritual. Así, la Summa de Tomás de Aquino, presentaba por un lado la esencia y
por otro lado al ser, las sustancias espirituales tendrían preponderancia y carecerían de materia, como los ángeles. En el caso
de los hombres, se apartarían algunas sustancias imperecederas como las intelectuales y se precisaría de la materia para darse
forma. De esta forma se conceptualiza la relación entre la naturaleza o cuerpo y la cuestión intelectual o espiritual, que, sin
embargo, dicha afirmación sería insostenible de acuerdo con lo dicho por la teoría de las sustancias relativo a la
naturaleza(Dilthey, 1949, pág.14),.

Por otro lado, Dilthey considera la unidad psicofísica del hombre, es decir, tiene la certeza de que lo natural o exterior
condiciona al espíritu, por ejemplo, no seríamos capaces de reflexionar acerca de nosotros mismos a falta de un órgano que
contenga esas conexiones con nuestros miembros y que a través de los sentidos, el exterior sea inteligible a nosotros. Sin
embargo, también señala que los fines del espíritu, pueden utilizar al entorno y sus leyes para servirse de él. También los
hechos espirituales están en función de la unidad psicofísica, las ciencias de la naturaleza para crear sus leyes y fundamentos

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precisan de los procesos espirituales que se generan internamente, por esto mismo, advierte: “los hechos del espíritu
constituyen el límite supremo de los hechos de la naturaleza y los hechos de la naturaleza constituyen las condiciones ínfimas
de la vida espiritual” (Arregui, 1988, pág. 186) Por último, para resaltar una de las características más importantes de las
ciencias del espíritu, cabe mencionar que se trata de ciencias prácticas, enfocadas a atender una necesidad o problemática, la
cual es también libre y subjetiva. "El Interés práctico vital que se distingue del interés técnico por cuanto no se dirige a
aprehender una realidad objetivada, sino salvaguardar la intersubjetividad de una comprensión" (Arregui, 1988)

Aquí se resalta la importancia de hacer una "crítica histórica de la razón", pues así se da fe de la necesidad que ha tenido la
humanidad de profundizar en el conocimiento de sí mismo, a este hecho le llama, autoconciencia y es así como se han ido
desarrollando las ciencias del espíritu, pero cabe mencionar que, todo esfuerzo intelectual, por desentrañar la naturaleza es
con la finalidad de conocer a la humanidad.

"Dilthey define la conciencia histórica como la consideración de cualquier manifestación de la vida como resultado de un
proceso de desarrollo histórico" (Arregui, 1988, pág. 188). El momento en que el ser humano toma conciencia de su historia
es también un hecho histórico. Dilthey analiza a través de una lógica que parte de la historia a la metafísica, de la cual se
planteaba habían surgido las ciencias del espíritu y conserva la idea de que fue un hecho carente de veracidad, pero al final es
un hecho histórico. "No interesa la verdad de lo pensado, sino el hecho de haberse pensado" (Arregui, 1988, pág. 188)

La creación de las ciencias del espíritu no se refiere a un hecho metafísico, es decir que se hayan formulado a partir de un
pensamiento interno, trascendental e intangible como el noúmeno kantiano.

"El material de estas ciencias lo constituye la realidad histórico-social"(Dilthey, 1949, pág.33) La necesidad de generar y
acercar conocimiento es un hecho, cada vez más personas están interesadas. la historiografía es un gran instrumento para
conocer algunos datos en el tiempo, pero lo que considera Dilthey preponderante son las obras, que al compilarlas y
sintetizarlas se pude generar mejor conocimiento, nutrido teóricamente y auxiliándose de la estadística que ofrece datos
cuantitativos acerca de un tema, “La pura acumulación de material y su ordenamiento desemboca poco a poco en una
elaboración y articulación intelectual del mismo"(Dilthey, 1949, pág.14).

La historia, por ejemplo, es una ciencia histórico-social, desde luego que por el nombre se infiere su carácter histórico, pero
de igual forma tiene que considerar la vida, el momento histórico de una vida. Así las ciencias que se consideran del espíritu
tienen su propio desarrollo y objetivo, el cual está relacionado con hechos histórico-sociales(Dilthey, 1949, pág.14),.

Al fracasar la historia como la disciplina que sistematizara el método de las ciencias del espíritu. Dilthey al igual que Comte y
Stuart Mill, quienes delegan esta empresa a las ciencias de la naturaleza, equivoca y propone a la psicología como
fundamento gnoseológico de las ciencias del espíritu, partiendo de la idea de que el objeto de las ciencias de espíritu es la
vida, la vida mental y por lo tanto pretende que a través de la experiencia y de los pensamientos que se acumulan en la
conciencia, se asuman conciencias ajenas(Dilthey, 1949).

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Luego de que fundamentara a las ciencias del espíritu a partir de la psicología, postula a la hermenéutica, es decir que el
estudio recaería a la comprensión de un conjunto de signos y no de elementos psíquicos, de esta forma también cambiaría el
objeto que serían las "manifestaciones de la vida", para así no caer en el tema metafísico y defender a la historia, pues Dilthey
señalaba que: “el hombre sólo se conoce a sí mismo en la historia y no a través de la introspección" (Arregui, 1988). De esta
forma, la vida o sus manifestaciones tendrían que ser comprendidas a través de expresiones inteligibles y correspondientes a
un contexto histórico-social.

Puede decirse que el objeto mínimo de estudio de las ciencias del espíritu es el individuo, encargado de formar sociedades y
escribir la historia. El individuo es una unidad psicofísica, a través del tiempo, las ciencias de la naturaleza han desarrollado
conocimientos en torno a éste a través del estudio y análisis exterior de sus miembros y órganos, los cuales son la base de los
estudios a través de la conciencia y la reflexión en el interior, a esto puede aunarse el estudio del mundo representativo
alrededor de los individuos, que es única y puede ser analizada a través de la unión de sus partes para aproximarse a un todo
significativo(Dilthey, 1949).

Entrando en materia antropológica, el autor, Andrzej Przylebski, da a conocer las aportaciones de la filosofía de vida
diltheyana a la antropología filosófica. Para ello nos recuerda las tres principales corrientes filosóficas de finales del siglo XIX
y principios del XX, que fueron: la fenomenología, el neokantismo y la filosofía de la vida. De igual forma, no hay que
olvidar las tres corrientes de las que Dilthey se inspiró, como la filosofía trascendental de Kant, el espíritu objetivo de Hegel y
la filosofía de las voluntades de Schopenhauer y Nietzsche y que esta última daría lugar a su filosofía de la vida.

La cultura y la historia son temas inteligibles y relativamente fáciles para la filosofía pues se consideran, como: "articulación
de la vida humana" (PRZYLEBSKI, 2020, pág. 292). y son objeto de estudio de las ciencias del espíritu, las cuales les daría
validez epistemológica por medio de la filosofía. En su Critica de la razón histórica, echaría fuera las investigaciones a
cuestiones externas e inmateriales de los seres humanos, anulando las ideas trascendentales de Kant, priorizando a la vida
sobre la razón, considerando a esta última como irracional, como lo hacían Nietzsche y Schopenhauer, pues el origen del
conocimiento se funda primeramente en la carrera por sobrevivir, pasando a la intención de mejorar sus condiciones de vida.
Esto anterior puede desentrañarse a través de la historia enmarcándolo en un espacio y tiempo específico. Dejando a un lado
la idea de un conocimiento o conciencia espontanea, que emana de la nada, una " conciencia pura o trascendental."

Es en la Introducción a las ciencias del espíritu , donde se deja ver la concepción de Dilthey hacia la antropología, a la cual
considera un tipo de psicología descriptiva y/o comparada, pues consideraba que era fundamental que se tomaran en cuenta
las vivencias(Dilthey, 1949). Y en un momento parece estar uniendo a ambas ciencias en una sola. "la psicología y la
antropología constituyen la ciencia fundamental del espíritu" (PRZYLEBSKI, 2020, pág. 293). Posteriormente, en otro texto,
se deja ver más la diferencia entre ambos conceptos, explicando que no podría haber una ciencia que pueda abordar
cabalmente la cuestión espiritual del hombre, lo más cercano sería la antropología. Finalmente propone que, a la
Antropología como una ciencia compiladora de las investigaciones de las vivencias en psicología, terminando en: "la teoría de

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la conciencia por una parte y de la doctrina sobre las realizaciones del espíritu objetivo por otra" (PRZYLEBSKI, 2020, pág.
294).

El hombre nace inserto en un lugar y tiempo específico, del cual tiene que sobrevivir, es decir, que se enfrenta a la
coexistencia con la naturaleza y con la sociedad. Dilthey señala que en la vida humana existen estructuras, que son tres clases
de vivencias, la primera de ellas es emocional, que empieza con el contacto con la realidad, en la cual experimentamos afecto,
alegría, dolor y sufrimiento; seguido por el querer alcanzar una finalidad en la vida que nos ponga en acción y con la cual
aseguremos de cierta forma nuestro futuro; y finalmente tendríamos una actitud objetiva, la cual nos distanciaría de los
animales, pues se trata del pensamiento abstracto, de la razón o conciencia. Es así como el hombre crea los elementos de su
cultura, "que pueden ser discutidos intersubjetivamente[...]con independencia de las experiencias individuales[...]de este
modo nace un saber objetivo" (PRZYLEBSKI, 2020, pág. 294). De esta última vigencia, la actitud objetiva emerge la ciencia
como hoy la conocemos.

Dilthey señala que es prácticamente imposible que exista algún ser humano con la ausencia de estas vivencias, pues estas son
importantes y definitivas en los seres humanos, de otra forma seríamos solamente animales, además de ser “conexión
adquirida de la vida psíquica" (PRZYLEBSKI, 2020, pág. 295), es decir, aquello que nos induce a la supervivencia natural y
social. Sentir querer y conocer son estructuras comunes de la humanidad que, pueden fácilmente sustituir al concepto de
alma, el cual es una voz trascendental de una razón originada espontáneamente y aislada de un contexto que siga una lógica
o que goce de un lugar en la historia. Cabe señalar que estas vivencias, pero están presentes en mayor o menor medida.
Finalmente, Dilthey propone a la antropología como una herramienta para comprender culturas extrañas (hermenéutica
intercultural), es decir, que a partir de estas estructuras comunes y presentes en cada ser humano se puede estudiar a
cualquier sociedad.

Max Weber: Sociología comprensiva y tipos ideales

La sociología comprensiva de Weber se remonta a la filosofía de los siglos XVIII y XIX, en la que autores como Nietzsche,
Dilthey, Hegel, Kant, entre otros, sientan las bases de la interpretación del "sentido" en algunos casos se planteaba que la
lectura podía ser una manera de revelar o interpretar el mundo. La sociología comprensiva que se funda con Weber es el
punto de partida de sociologías interpretativas, cabe resaltar, que existen diferencias entre la sociología comprensiva y la
metodología cualitativa de investigación social (Farfán, 2009).

A principios del siglo XX, existían cuatro importantes perspectivas intelectuales: psicologista, holista, positivista e idealista, en
esta coyuntura, se cuestionaban los límites de las diferentes ciencias. Un caso en particular es la distinción de Dilthey entre
Ciencias del Espíritu y Ciencias Naturales, que define a las ciencias del espíritu como comprensivas y sin posibilidad de
generar leyes generales como las ciencias naturales que son consideradas explicativas (Hernández, 2014).

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En atención a la controversia entre ciencias naturales y ciencia sociales, el análisis filosófico a diferencia de quienes
desacreditan y anulan la validez científica de las ciencias sociales, prefieren suponer que las antes mencionadas se deben
fundamentar a través de los criterios y metodologías de las ciencias naturales. Mientras que Max Weber, se resiste a creer que
el objeto de estudio de la sociología sea nomotético, por otro lado, el valor que tiene esta ciencia es desentrañar lo singular o
casi siempre impredecible (Hernández, 2014).

Max Webber pone en duda las tendencias psicologistas en la sociología, en la que el análisis conductual es preponderante
para comprender la subjetividad del individuo, relegando a la sociedad en cuestión. Mientras que Webber, se enfoca en la
acción social y lo hace empleando la causalidad de lo significativo, tipos ideales y la observación intelectual. Así se distancia
del neokantismo psicologista (Hernández, 2014).

La sociología comprensiva y la investigación social cualitativa tienen en común los fines explicar objetivamente el sentido del
actuar social, pero al momento de aplicar sus métodos es donde se distancian. La sociología comprensiva defiende sin duda,
los tipos-ideales, que a través de esos trazos de referencia puede interpretar la causa del actuar externo de la sociedad;
mientras que, en la investigación social cualitativa, se pretende llegar a los datos empatizando con los sujetos a estudiar, a
veces a tal grado de hacerse uno más del grupo y perdiendo ciertos objetivos profesionales (Hernández, 2014).

La filosofía se limita a fundamentar de forma lógica, la teoría en la ciencia social, sin pretender teorizar sobre la sociedad
misma o encontrar alguna forma ideal de sociedad, mientras que, sí encuentra estas tendencias entre las ciencias sociales y la
historia del pensamiento social y al mismo tiempo, no es correcto emplear métodos de las ciencias naturales. en las anteriores
(Farfán, 2009).

Las ciencias sociales no se limitan a la presentación o exposición de cierto fenómeno, sino que introduce el análisis histórico,
pues de acuerdo con Weber, la sociología y la historia son pragmáticas y para una interpretación completa del fenómeno, se
deben considerar todos los tópicos necesarios para comprender la acción (Farfán, 2009).

Webber le da sustento científico a lo social, satisfaciendo las explicaciones lógicas que llevan a la conclusión de un fenómeno,
define el objeto de estudio de la sociología, a saber, comprender las acciones sociales, marcando una diferencia con la
interpretación, pues considera que el proceso de interpretación según el historicismo alemán, comienza identificando la
acción y empatizando con ella, evaluando los motivos que llevaron a un sujeto a realizar cierta acción, por esto mismo es que
se considera inviable, pues es casi imposible medir la empatía que se siente por las motivaciones de cierto actor para llevar a
cabo una acción, por lo tanto, carece de objetividad (Farfán, 2009).

Para Max Weber, la Sociología textualmente es: “Una ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social para de
esa manera explicarla causalmente en su desarrollo y efectos”.(Weber, s.f., pág.13)
La acción se refiere de lo realizado por los sujetos de manera externa o interna pero siempre encausada o influenciada por la
conducta pasada, presente o que se presupone de otros. Es decir, que no todo tipo de acción individual o colectiva es social,
pues precisa que esté influida por otros y puede ser externa o interna. Aun cuando el individuo participe en una acción de

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masa, no se considera una acción social, a reserva de que tenga una relación significativa. Asimismo, la acción social casi
siempre es seminconsciente o totalmente inconsciente de su sentido mentado(Weber, s.f.).
Es importante resaltar que Weber hace énfasis en las acciones individuales de una o varias personas y cómo esas conductas
son comprensibles a través del sentido. Otro punto a imprescindible es que a pesar de que Weber hace una analogía de la
asociación de individuos con las células, se preocupa por hacer énfasis de que no se puede hacer una interpretación de
sentido mentado con métodos de las ciencias naturales. Weber echa mano de una mirada desde el individuo y opta por
simplificar el lenguaje, incluso nombrando individuo a un conjunto de personas, a modo de emplear una terminología
inteligible, pues explica que toda organización social compleja como puede ser un estado, empresa, etc. solamente es el
resultado del desarrollo de la acción social de los individuos. Otra razón para emplear dicha terminología es porque la
sociología trabaja considerando hechos empíricos y cuestiones normativas, como asuntos jurídicos, la razón de este último
tópico es debido a que algunos individuos encausan sus acciones a normas, estatutos, ideales, etc. "Deben eliminarse tanto el
enorme equívoco implicado al pensar que un método individualista significa una valoración individualista"(Weber, s.f.,
pág.17).
El sentido se refiere a la percepción que cada uno siente y encamina la acción, que puede estar determinada por el contexto
histórico, diferentes situaciones y pueden estar sujetas a tipificarlas por medio de tipos ideales. En este punto podemos
remarcar la diferencia entre la sociología y otras ciencias, pues ésta se va a enfocar en el sentido mentado y subjetivo,
mientras que otras ciencias dogmáticas se preocuparan por el sentido objetivamente justo, verdadero o válido. Una acción
con sentido subjetivamente mentado es comprensible y se diferencia de una acción impulsiva o reactiva. Aunque es común
que elementos comprensibles y no comprensibles estén presentes en un mismo proceso, la forma para poder identificar uno
de otro será a través de la evidencia(Weber, s.f.).
La interpretación se puede dar de dos distintas formas, en todo caso debe acumular la mayor cantidad de evidencia posible y
se puede presentar como: racional, a través de la lógica o matemáticas; irracional, de forma endopática, en esta última nos
advierte el autor del riesgo de caer en la “fantasía endopática”, es por eso que sugiere que el estudio se apegue a una
interpretación intelectual, es decir: “podemos comprenderlos endopáticamente en su sentido, y calcular intelectualmente sus
efectos sobre la dirección y los medios de la acción” (Weber, s.f., pág.7)
Tipos ideales están apegados a un método científico, apartados de juicios de valor, consideran todos los planos posibles y
generan casos hipotéticos en los que se conocieran todas las aristas y los motivos que encaminaron a los actores a cierta
acción. Una tipificación con arreglo a fines, es decir, transitar de lo racional a lo irracional, "el método de la sociología
comprensiva es racionalista", aunque Weber también advierte la posibilidad de ser racionalistas en donde no corresponde. En
palabras llanas, la sociología se desempeña para comprender la acción humana que orienta su sentido a la acción de otros
individuos(Weber, s.f.).
A través de la comprensión podemos saber los motivos que le dieron sentido a la acción social, existen comprensiones
racionales como las de los pensamientos e irracionales de tipo afectivas. "Comprensión equivale en todos estos casos a:
captación interpretativa del sentido o conexión de sentido a) mentado realmente en la acción particular (en consideración
histórica); b) mentado en promedio y de modo aproximativo(en la consideración sociológica en masa); c) construido
científicamente(por el método tipológico) para la elaboración del tipo ideal de un fenómeno frecuente"(Weber, s.f.)
Weber con explicar, se refiere a la aprehensión de los diferentes sentidos de una acción, es decir, a la conexión de sentido,
considerando su sentido subjetivamente mentado. Una explicación causal se da sujeto a las reglas de probabilidad cuando un
proceso está sucedido de otro, es importante mencionar que es muy difícil encontrar un caso del que se obtengan datos
contables(Weber, s.f.).
Una interpretación de sentido nunca será una interpretación causal válida, ésta se dará solamente bajo la condición de haber
comprendido la conexión de sentido, haber conocido los motivos y la acción externa o que el sentido de la acción esté en

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función de la tipificación considerada, aunque la adecuación de sentido parezca válida, se deberá considerar como una
probabilidad.
Las leyes deben ser consideradas probabilidades típicas, rectificadas, comprobando que las acciones sociales correspondan al
tipo ideal y los motivos sean comprensibles. Los tipos ideales están sustentados a través de reglas racionales y tienen la
finalidad de generar una conceptuación sociológica con lo que se puede desentrañar la adecuación de sentido.
Fundamentalmente busca reglas o conceptos con arreglo a fines o valores, pero también pone su atención en acciones
irracionales. La construcción científica de la sociología se da por medio de estos tipos ideales, pero también de promedios y
tipos promedio, aunque estos últimos con menos frecuencia, debido a la naturaleza heterogénea de los motivos. Se requiere
precisión para la creación de tipos ideales para que de esta forma el contenido, el conocimiento y la terminología se
enriquezca. Se pueden generar diferentes conceptos o tipificaciones de acuerdo con los sentidos mentados hipotéticos, pues
una acción social real casi nunca es encajable a una sola tipología.
-Acción racional con arreglo afines: Se refiere a aquellas que el sentido está motivado por fines racionales. Este tipo de
acciones están posicionadas totalmente en el campo sociológico y no psicológico, es probable que en las acciones más
racionales la psicología sí pueda tener más parte. "Absoluta racionalidad en la acción con arreglo a fines es, sin embargo, un
caso límite, de carácter esencialmente constructivo"(Weber, s.f.)
-Acción racional con arreglo a valores: inspirada en el deber ser, la acción está adecuada a creencias fundadas en la ética,
estética, etc.
-Acción irracional afectiva: La acción social está directamente influida por las emociones y sentimientos.
-Acción irracional tradicional: cegada por una costumbre, está casi fuera del plano sociológico debido a que representa un
actuar casi automatizado y reactivo.
Relación social está orientada por la reciprocidad, se refiere a la conducta de varios y debe considerarse potencialmente con
sentido. "No decimos en modo alguno que en un caso concreto los partícipes en la acción mutuamente te referida pongan el
mismo sentido en esa acción[...], que exista reciprocidad en el sentido".
El concepto weberiano de dominación se trata del ejercicio impositivo del poder, sino que donde hay domino, se halla
obediencia y sumisión que puede ser desde una decisión con arreglo a fines, pasando con arreglo a valores, hasta por total
inconciencia. El dominio no es precisamente económico, pero sí es administrativo. Las relaciones de dominio no siempre se
conforman con obtener sus objetivos materiales o racionales, sino que precisan de un mínimo de legitimidad, según su tipo,
éste está en función del tipo de dominación y al mismo tiempo la legitimidad sólo es una probabilidad, pues está sujeta a
fingimientos.
Tres tipos de dominación legítima:
-Racional: Esencialmente una autoridad legal y en suscribir a que ésta y sus ordenanzas son legítimas.
-Tradicional: Obediencia a las figuras santas de antaño.
-Carismática: Se suscribe a un referente, obediencia a un líder ejemplar.
Tras la muerte de Weber, aparecen varios autores que continúan su tradición teórica, Shütz rescata los tipos-ideales y por
otro lado, todos retoman el "explicar interpretándolo, el sentido del actuar social, pero añadiendo el aspecto psicologista, del
cual se distanciaba Weber, tal es el caso de Blumer, quien postulaba que el investigador debía estar subjetivamente inmerso
en su objetivo que eran otros seres humanos que estaban sujetos a sus sentidos, de esta forma podían analizarse cartas,
diarios, textos legales y demás para interpretar los motivos y situaciones de las acciones sociales, pues alrededor de los

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individuos existía un mundo simbólico-documental que podía ser inteligible al investigador a través de la interpretación
subjetiva y trasladarla al plano objetivo.

Garfinkel, propone recrear la vida cotidiana, experimentar como en un laboratorio, introduciendo lo que él llama situaciones
de ruptura, que se refieren a emplear acciones que no son comunes en la vida cotidiana para conocer la reacción social y que
esta sociedad reflexione sobre su actuar.

Alfred Schütz, con sociología fenomenológica, retomando los tipos ideas, considera que no deben de interpretarse los tipos de
acciones sociales, sino las interacciones sociales de forma temporal, pues algunas personas o grupos evitarán la convivencia
con otros grupos con los cuales físicamente estén a la par generacional, pero su pensamiento pertenezca cronológicamente a
otro momento. Estas son, las sociologías que emanan de la teoría de weber, pero que hacen énfasis en lo interpretativo,
subjetivo y cualitativo.

Georg Simmel: Cultura objetiva-subjetiva, la moda el arte y la estética


Para Simmel un objeto central de la sociología son los individuos y sus procesos externos, de esta forma lo que sucede en este
plano pertenece a la sociedad. Abandonado la concepción de Dilthey de las ciencias del espíritu, Simmel se refiere a las
ciencias de la sociedad (Zabludovsky & Sabido, 2016). Desde el punto de vista epistemológico, Simmel, le da prioridad al
sujeto, pues éste quien debe determinar cómo se estudia la sociedad y le quita determinismo al objeto o forma social. Por lo
tanto, se distancia del positivismo (Berger, 2005).
El concepto de acción reciproca es casi diametralmente opuesto a el de hecho social de Durkheim(Durkheim, 1982), pues la
sociedad para Simmel es algo más espontaneo, producto de las acciones reciprocas, frente a los hechos sociales de Durkheim
que son totalmente exteriores y ejercen una coerción sobre los individuos. Para Simmel son los individuos quienes se
encargan de tejer la trama social a través de la socialización, que se forma por los distintos intereses o ideales de los
individuos que generan acciones recíprocas y generan unidad (Berger, 2005).
El autor se preocupa por las pequeñas interacciones, conexiones recíprocas entre individuos que pueden llegar a tejer
compleja trama de relaciones como una empresa, un estado. "La realidad social no es una sustancia sino un acaecer producto
del hacer y sentir de los sujetos que entran en múltiples relaciones" (Berger, 2005, pág. 80). Simmel descarta que lo social
gobierne el ámbito individual, por el contrario, le da autoridad al individuo y lo coloca como un tejedor, pues para él la vida
no es social en su totalidad. Por otro lado, Simmel también es consciente de que las grandes formaciones se objetivaban y les
quitan su inmediatez a los individuos.
El a priori epistemológico que nos presenta Simmel, les da autonomía a los individuos y es en las relaciones recíprocas de
éstos que se haya la sociedad. Es decir, que para Simmel las instituciones sociales sí modelan al individuo, pero también éste
tiene una personalidad, pues la vida no es totalmente social, las personas son una unidad individual y social.
Al igual que Weber, personalmente rechazo las posturas metodológicas de Simmel, como su coqueteo al psicologismo, pero
reivindico sus líneas de investigación, este autor tiene una mirada atinada a la modernidad y adelantada a su época, como su
filosofía de la vida y sus concepciones de la moda, el consumo, la estética, el dinero, etc. es innegable que Simmel es un autor
atinado a la hora de elegir las líneas de investigación, plantado en una epistemología kantiana, considera que los estudios
sociológicos que le antecedían estaban temática y metodológicamente en caos, pues querían abordar todo el fenómeno
humano.
La cosificación de la sociología y la tragedia de la cultura objetiva y subjetiva se refieren que el sujeto pierde su autonomía
frente al gran entramado institucional que impone o determina las concepciones y relaciones individuales. El determinismo

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de espíritu objetivo sobre el subjetivo se expresa en la agudización de la división del trabajo, la economía monetaria y el
crecimiento en el flujo de mercancías que determinan lo que consume el sujeto. De manera paradójica, afirma Simmel, la
gran ciudad ayuda a preservar el espíritu subjetivo, pues se amplía la posibilidad de hayal espacios en los que se resista al
determinismo objetivo.
La postura simmeliana que proveniente del kantismo es aquella que alude al ideal de la cultura moderna, en la cual presenta
la contradicción de independencia personal y personalidad singular y única, la independencia personal encaja con el
liberalismo, libertad abstracta, y por otro lado, la personalidad singular y única, que se contrapone a la primera por la
pretensión de apartarse de la igualdad y presuntamente alcanzar un estado individual genuino y realizado. Simmel no se
inclina por ninguna de las dos, pero la oposición entre ellas es la definición de la cultura moderna.
La realidad que se estudia es un símbolo, no se puede tocar a la realidad per se, si no a una representación de ella. Las
diferentes disciplinas sociales abordaran la realidad no con diferente objetivo, pero sí con diferente distancia y mirada.
El principio de reciprocidad rompe con las posturas sociológicas a las que Simmel critica, como el realismo, que supone a la
sociedad como una entidad o sustancia; y el nominalismo que es totalmente excluyente y afirma que la sociedad es la suma
de las acciones individuales, también enuncia la concepción relacional, que se basa en poner atención en las relaciones, que
darían como resultado la sociedad misma, a lo que el autor aclara que el objetivo de la sociología no sería conocer lo que
resultada de la unión de relaciones, sino lo que hay entre los individuos .Sin embargo, el principio de reciprocidad se trata de
un intercambio entre individuos que está en función de las formas de socialización. La reciprocidad puede ser simétrica
cuando se trata de individuos de una misma posición social o asimétrica cuando existe subordinación.
Las formas de socialización están constituidas por su contenido, que son los motivos que impulsan al individuo para
relacionarse con otro y la forma que son los medios con los que logramos y logran relacionarse y alcanzar ese interés. La
forma, puede alcanzar autonomía frente al contenido que puede cambiar. Es decir, que aun que los intereses hayan
cambiado, la manera o la relación con el o los individuos puede permanecer intacta. Esta forma de categorizar o simbolizar la
realidad se da a través de la mirada diciplinar, pues no existen esas marcas en la realidad, la sociología simmeliana toma este
aporte de la teoría del conocimiento y la metafísica.
El uso de referentes históricos para Simmel, son un apoyo donde lo que importa es que sea posible, aunque no sea real, de
esta manera el referente será de fuente secundaria y sujeto al cambio con el tiempo. “La sociedad es[...] un acontecer, no
como algo dado sino como algo que está siendo[...], es un acontecimiento fugaz" (Berger, 2005).
Simmel retoma a Kant y sus concepciones a prioristicas, exponiendo tres a prioris que explican cómo es posible la sociedad,
respondiendo concretamente que la sociedad es posible a través de la conciencia de socializarse que tienen los individuos. El
primer a priori: Se refiere a que logramos conocer la individualidad de los otros y a nosotros mismos por medio de
generalizaciones, pues somos fragmentos. Segundo a priori: Somos parte de la sociedad y a la vez estamos fuera de ella,
como ya se ha dicho anteriormente, la vida no es únicamente social, existe una parte personal. Tercer a priori: Los individuos
desempeñan un papel en la sociedad y cada uno se considera un miembro de ella. “Culmina en el concepto de profesión y
que permite la conciliación entre la estructura y la individualidad" (Zabludovsky & Sabido, 2016, pág. 34)
Un aspecto que resalta las diferencias entre los trabajos de Simmel y Weber es que el primero es un ensayista fragmentario y
el segundo un gran teórico, sin embargo, esta diferencia podría ser una ventaja porque se pueden complementar uno al otro.
Weber y Simmel comparten la tradición filosófica de Kant y Goethe, esto se vislumbra claramente porque en ambos autores
existe una primacía del individuo, que para ellos no es consecuencia de una sociedad objetivada, el sujeto es creador de su
personalidad. Johannes Weiss, da fe de esta coincidencia sobre el individuo, pero también señala la concepción diferencia de
concepciones metafísicas de los individuos.
Ambos autores se enfrentan a los planteamientos de Marx y de Nietzsche. Weber, desde un punto de vista idealista y como
se ha dicho, primando al individuo, niega el materialismo histórico de Marx. Por su parte, Simmel, a pesar de que no

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descarta la importancia de la estructura económica, poner por delante el determinismo cultural sobre lo económico. En el
caso de Nietzsche, Simmel dedica una obra al tema, la cual Weber critica, a pesar de que se ha llegado a pensar que Weber
reivindica a Nietzsche por abordar los mismos temas, lo cierto es que soluciona los problemas de forma distinta.
Weber hace críticas a la obra de Simmel, que al principio son veladas por evitar más vituperación a la vida académica de
Simmel por su condición de judío, pero luego de su muerte, Weber hace críticas más profundas, como se puede ver en los
conceptos sociológicos fundamentales en que abiertamente señala que Simmel confunde el sentido mentado y sentido
objetivamente válido (Weber,1922). Para Weber, Simmel no es un científico y rechaza su metodología. Resalta también el
señalamiento de las inclinaciones de Simmel al psicologismo y cómo distingue entre comprender e interpretar. Y, por último,
critica que Simmel considerara que el objeto de estudio de la sociología sean las interacciones, pues para Weber es la acción
social.
Una de las propuestas más valiosas en Simmel, es la transición de la perspectiva de la producción a la del consumo, de esta
manera se adelanta muchos años a su época y puede vislumbrar lo que en la actualidad es un problema, por lo tanto, es un
gran visionario de la modernidad. De acuerdo con Simmel, los sujetos ya no están en función de sus relaciones de trabajo, lo
que lo define es su comportamiento como consumidor. La economía monetaria sienta las bases para el cambio de los estilos
de vida de las personas y también representa un problema porque se ubica en el flanco de la cultura objetiva que
compromete a la proliferación de una cultura subjetiva, que representa el fracaso del individuo moderno.
En la actualidad no sería viable descartar totalmente el paradigma de la producción como lo hace Simmel, pero al mismo
tiempo, no tomar en cuenta el paradigma del consumo como Lukács es un error también, pues como obreros ahora sabemos
que sufrimos alienación por ambos flancos, pues aún seguimos siendo enajenado del producto de su trabajo, sigue siendo
visto como una herramienta y se sigue obtenido plusvalor del trabajo excedente del obrero y al mismo tiempo este obrero
buscará la manera de encajar en la sociedad en la que vive por medio del paradigma del consumo y por lo tanto también
estará alienado, siendo despojado de su subjetividad.
De esta forma, Simmel será uno de los primeros en abordar el fenómeno de la moda que también podemos enfrascar en el
paradigma del consumo y como una herramienta de la economía monetaria, para que el mercado se pueda valer de la
creación de modas y tendencias para poder vender. La moda desde el punto de vista moderno, abarcará más campos,
religiones, ideologías, ropa y estilos de vida. Además de que cada día la moda es más líquida y se cambia de moda y
tendencia cada vez más rápido, esto es entendible porque está en función de un mercado que quiere crecer a como dé lugar.
Finalmente, Simmel nos entrega una pauta psicologista, es decir, desde el interior, que se distancia de la historia, para
interpretar al mundo moderno, a saber, tres elementos, lo nuevo, lo fragmentario y el arte o estética. Nuestro autor será uno
de los primeros en abordar una sociología de los sentidos, del variopinto conjunto de sensaciones y precepciones que se
pueden tener en una sociedad que cambia constantemente, en esta época dudamos que exista algo sólido y eterno, este
posicionamiento se asemeja a la teoría de Zygmunt Bauman y su modernidad liquida(Bauman, 2000). Al mismo tiempo que
la vida cambia constantemente el individuo se fragmenta, en el arte y la estética sólo se ofrece algo parcial e incompleto.
Finalmente, Simmel nos presenta un medio para sobrellevar a la modernidad, que es el arte y la estética y nos regala un
aforismo que considero obligatorio de citar:
"El arte es nuestro sentimiento de gratitud hacia el mundo y hacia la vida. Después de que ambos han creado las formas de
aprehensión, sensoriales y espirituales, de nuestra conciencia se lo agradecemos en tanto que con su ayuda creamos otra vez
un mundo y una vida" (González, 2000, pág. 94)

Trabajos citados

11 Abel Alejandro Espinoza García.


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Obtenido de https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/27177/file_1.pdf?
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Berger, A. W. (2005). La relación individuo sociedad una aproximación desde la sociología de


Georg Simmel. Athenea Digital, 77-86.

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En G. Zabludovsky, & O. Sabido, Sociología: Estudios sobre las formas de Socialización
(págs. 24-34). Epublibre.

12 Abel Alejandro Espinoza García.

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