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ARTÍCULOS

DE

JORGE PALACIOS C

EN

LA NACIÓN

1
¿Qué nos hace libres?
Jorge Palacios C

Para Hegel, la libertad es sólo “conciencia de la


necesidad”, es decir, de aquello que nos determina.
Esta es una definición plenamente coherente con la
filosofía idealista y especulativa de dicho filósofo. En
efecto, Hegel, en su sistema filosófico se propuso
mostrar el desarrollo de lo que él llama “el espíritu
absoluto”, que va manifestándose en todo lo que existe.
O, como alguien dijera, quiso narrar la “historia de
Dios”. Ahora bien, en su concepción panteísta de un
dios omnisciente (que lo sabe todo) y omnipotente (que
lo puede todo), la necesidad y la libertad se identifican,
pues un tal ente supremo, se auto-determina de manera
necesaria. En dicho Ser, por consiguiente, la libertad se
da como conciencia de esa capacidad de auto-
determinación necesaria, que sólo él posee. Es el único
caso en que la libertad podría definirse como pura
“conciencia de la necesidad”.
Esta definición, sin embargo, es inaceptable en
una concepción realista de la naturaleza y de la
historia. En ella la necesidad no sólo es anterior a la
especie humana, sino que, en sus aspectos decisivos, le
es impuesta como una determinación externa. Una
simple conciencia de la necesidad y de sus leyes no
puede ser confundida pues, con la libertad. Seremos
libres en la medida en que dicho conocimiento, a partir
de iniciativas y acciones generadas en la conciencia,
nos permita oponernos a ciertos aspectos de la

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necesidad y restringirla. Marx, Engels, Lenin, no
lograron fundamentar satisfactoriamente el concepto
de libertad. Para defender el materialismo hicieron
suyo el pensamiento científico de su época, el cual,
hasta bien avanzado el siglo XX, profesaba un
determinismo total.
Engels, habla de “someter (las leyes) cada vez más
a nuestra voluntad”, de “conducirlas a servir nuestros
fines”, pero no explica cómo. Lenin, por su parte,
expresa: “La libertad no consiste en una soñada
independencia respecto a las leyes de la naturaleza, sino
en el conocimiento de esas leyes y en la posibilidad dada
por eso mismo de ponerlas en obra, metódicamente, para
fines determinados”. Pero tampoco explica cómo
“ponerlas en obra”. Y en otro lugar escribe: ... “las
leyes necesarias de la naturaleza constituyen el elemento
primordial, siendo la voluntad y el conocimiento
humanos el elemento secundario. Estos últimos deben
necesaria e ineluctablemente adaptarse a los primeros”.
Los clásicos marxistas citados, si bien valoran el
predominio del determinismo dialéctico, -evolutivo-
por sobre el que expresan las leyes científicas, que sólo
codifican la repetición, la identidad relativa de ciertos
fenómenos, no valoran a fondo el papel que juegan los
aspectos opuestos, contradictorios (en el sentido
dialéctico), como motor de la permanente
transformación de la realidad.
Sólo Mao Tse Tung, comprendió el rol
fundamental de dichas oposiciones, en el desarrollo
dialéctico y pudo así completar la definición heredada
de Hegel por los primeros marxistas. “Engels –señala-
hablaba del paso del reino de la necesidad al reino de la
libertad y decía que la libertad es la comprensión de la

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necesidad. Esta fórmula es incompleta, ella no expresa
sino la mitad y silencia el resto. ¿Basta, acaso,
comprender para ser libres? La libertad es la
comprensión de la necesidad y la transformación de la
necesidad”.
Si en una libre decisión consciente, el hombre
primitivo se propuso transformar una piedra en un
hacha de piedra, debió golpearla. Es decir, emplear
una fuerza contraria a la estructura de la piedra, para
cambiar su identidad. Si se pretende desintegrar el
átomo, hay que oponerse a sus fuerzas de cohesión,
para liberar la energía que contiene. Si decidimos
sobrevolar nuestro planeta o, más aún, abandonar la
atmósfera terrestre, hay que utilizar fuerzas que nos
hagan posible contrarrestar la gravitación. Inclusive en
el simple acto de caminar (y por ende de decidir
libremente donde nos dirigimos), estamos empleando
energías orgánicas que nos permiten “vencer” la
atracción terrestre. Si la fuerza de gravedad (o
cualquiera otra fuerza) fuera absoluta, y estuviéramos
limitados a conocerla como tal y a adaptarnos a su
determinación, no tendríamos la libertad de
desplazarnos. El predominio en la necesidad natural y
social de fuerzas objetivas opuestas, que promueven el
cambio y relativizan la identidad, es lo que nos permite
ser libres. En la medida, claro está, en que seamos
capaces de servirnos de ellas.

La Nación 22 junio 2006

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¿Es grave doctor?

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Jorge Palacios C

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No me diga que no ha conocido a quienes, aún
narrando los hechos más simples y cotidianos, no
pueden decir “la verdad y toda la verdad”. ¡Ni hablar
de decir“solamente” la verdad! Son entes con cabeza
literaria. Tienen una tendencia compulsiva a adornar,
inflar, dramatizar los hechos y, en ocasiones, a
disminuirlos y hasta suprimirlos, si los afectan a ellos
negativamente. Estas alteraciones de lo ocurrido, no
sólo conciernen a las acciones personales o de terceros
ligadas a esa vivencia, sino a lo que el narrador y el o
los interlocutores dijeron a la ocasión. Lo primero que
alteran es el tono de las frases emitidas: un simple
murmullo o una tranquila réplica los convierten en
aullidos, vociferaciones, insultos, amenazas.
Introducen, además, en el relato, frases, admoniciones,
o bien, replicas inteligentes y audaces, que ellos
elucubraron a posteriori y que jurarían haberlos
formulado en el curso de los hechos. Muy a menudo,
las cantidades involucradas en el psico-drama que nos
narran, ya sea con respecto a personas, sumas de
dinero, distancias, años de vida, sufren también
escalofriantes distorsiones. En general tienden a ser
generosamente multiplicadas. Hasta tal punto, que es
frecuente que el propio expositor alcance a percatarse
de lo desmesurado de sus cifras y se corrija: “bueno,
tal vez, fue menos de lo que pensé. Mi fuerte no son las
matemáticas”. Y es cierto, las matemáticas –y la
complicidad existente entre el espacio y el tiempo-
hacen muy poco probable, que a una amiga le hayan
sustraído 20 millones de pesos en billetes de su cartera;
o que en una tienda de mediano tamaño se disputaran
prendas en liquidación, quince mil personas.

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Para las “mentes literarias” aludidas, muy
frecuentemente, los deseos frustrados se encarnan en
retrospectivas “realidades” narrativas. Y no es que
tengan intención de engañarnos. Ellos creen,
firmemente, que así fue y reciben toda insinuación –
por tranquila y respetuosa que ésta sea- que deslice la
menor duda respecto a lo que dicen, como un insulto,
una descalificación, un ataque personal.
Lo más impresionante al enfrentarse a una “mente
literaria”, es cuando su poseedor, hablando del
personaje más bien prosaico que es usted mismo, narra
en su presencia acontecimientos de su propia y
personal existencia, como si usted hubiera sido el Cid
Campeador, Einstein o Maradona, según los hechos de
su vida que aborde. Su primera reacción será de
desmentir lo dicho, poniendo las cosas en su lugar,
pero, enseguida, usted decidirá más bien guardar
silencio. ¡Cómo denunciar a quien lo “calumnia” a uno
en forma tan positiva y halagadora!
Finalmente, todo bien calibrado y sopesado, se
dará usted cuenta lo extraordinaria que podría haber
sido su existencia si amara más la imaginación que la
escueta verdad; si percibiera y aceptara los hechos
como pudieran o debieran haber sido y no sólo como
fueron. Más respeto pues, por los que imaginan su
propia vida e, incluso las de los demás, haciéndolas
más poéticas, más gloriosas, y menos prosaicas.
La Nación 1º julio 2006

Leyes de la naturaleza y azar.

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Jorge Palacios C

Las leyes que persiguen los científicos se supone


expresan la identidad, la repetición, la regularidad de
ciertos fenómenos naturales. Pero dichas leyes -¡como
todas cosas!- no son lo mismo que eran antes. En otros
tiempos (no muy lejanos), eran rígidas e inflexibles y
reinaban tiranizando a los fenómenos desde una
especie de Olimpo platónico. Descartes, hablaba en su
obra Discurso del método de las “leyes que Dios ha
impuesto a la naturaleza”. Esas leyes, para Henry
Poincaré, expresaban “una relación constante entre el
fenómeno de hoy y el de mañana”; para Max Plank,
“un lazo permanente e imposible de romper”; para
Goblot, “un orden constante”; y para Pierre Duhem, lo
que caracteriza a una ley, es que ella es “fija y
absoluta”. Podríamos citar a muchos otros hombres de
ciencia que pensaban parecido. Actualmente, nos
contentamos con suponer que las leyes expresan la
probabilidad de que un hecho ocurra en ciertos marcos
previsibles. ¡El Creador debe sentirse defraudado: hoy
por hoy es tan sólo probable que la naturaleza le
obedezca!
Es decir, la ley científica es como un juego de
dados. Para un gran número de lanzamientos de un
dado, el cálculo de probabilidades permite establecer
una regularidad estadística aproximada: cada cara del
dado tiene el mismo número de oportunidades de
aparecer. Esta forma de identidad relativa en la
“conducta” de los dados, tiene causas objetivas. Deriva,
por una parte, de la simetría de las seis caras del dado
(equidistantes del centro de gravedad del mismo); y,

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por otra parte, del carácter irregular de los
lanzamientos. La regularidad en la forma del dado,
que ofrece a cada una de las caras el mismo número de
posibilidades de mostrarse, se combina con la
irregularidad en la manera de lanzarlo, que en su
dinámica, concede a cualquiera de las caras la
posibilidad de hacerse presente en un gran número de
lanzamientos. En la ley estadística mencionada,
interviene, a la vez, una identidad relativamente rígida
que impone al dado un margen de acción con seis
potencialidades (pues caerá siempre mostrando alguna
de sus caras); y un factor más aleatoria, más
cambiante, que actualiza a la larga de manera
equiprobable las seis posibilidades de presentación del
dado.
Las regularidades probables que expresa una ley
científica, requieren asimismo cierta estabilidad,
ciertos marcos de identidad relativa del proceso que se
expresa como ley. La estructura simétrica y estable del
dado, es el producto de una cantidad considerable de
interacciones y fluctuaciones de los elementos menores
(átomos, moléculas, etc.), que conforman ese “objeto”.
Esos micro-procesos no son tomados en consideración
en el cálculo de probabilidades de la “conducta”
macroscópica del dado, pues no la afectan de manera
significativa. Pero si se exigiera al dado en sus caídas,
regularidades legales probables de tipo microscópico,
la determinación de éstas sería muchísimo más
compleja. El prescindir de aquello que ocurre en las
entrañas del dado, depende del grado de exactitud que
el científico exija en las previsiones concernientes al
“comportamiento” de dicho objeto hexagonal. Las
leyes de la física clásica (reformadas por la teoría de la

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relatividad), permiten también efectuar previsiones con
ciertos límites de precisión, y hasta lanzar satélites al
espacio.
Algunos teóricos sostienen, respecto a las
probabilidades en el juego de dados, que puesto que el
dado no tiene memoria y dado que cada lanzamiento es
independiente de todos los otros, la misma cara, en
principio, podría presentarse indefinidamente. Este
punto de vista marca bien la diferencia que existe entre
las posibilidades, cuando ellas son formuladas “en
principio”, es decir, en los marcos del pensamiento
abstracto; a cuando ellas se refieren a hechos
concretos. Si bien, los lanzamientos del dado
representan cada vez una acción independiente, cada
una de las seis caras del dado no compite con las otras
cinco con total independencia. El dado es un todo
único, es un objeto simétrico y relativamente estable, el
cual es puesto en acción de un modo diferente en cada
tiro, pero integralmente. Suponer a una y la misma
cara la posibilidad de aparecer indefinidamente,
significa que hacemos abstracción del hecho de que
todas y cada una de ellas, pertenecen a un objeto
simétrico, compuesto de seis caras, las que se
encuentran –antes de cada lanzamiento- implicadas en
conjunto como eventualidades potenciales. Dada esa
posibilidad colectiva que las caras del dado poseen,
cuando se presentan las condiciones para que una de
ellas aparezca, eso excluye a las otras cinco. El carácter
aleatorio de los lanzamientos garantiza, en un gran
número de jugadas, esa opción a todas las caras de
exhibirse.
Karl Popper, nos da un simpático ejemplo de la
diferencia entre el rigor de una teoría lógica abstracta

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y su aplicación a hechos reales: ... “es muy fácil
satisfacer la curiosidad –señala- de aquellos que
querrían saber cómo sería un mundo en el que 2+2 = 4
no se aplica. Una pareja de conejos de sexo diferente o
algunas gotas son suficientes para ofrecer un modelo. Y
si se me objeta que no es regular invocar ese tipo de
ejemplos, porque algo sucedió a los conejos y a las
gotas y que la ecuación 2+2 = 4, no se aplica sino a
objetos a los que nada ocurre, replicaré que si se
interpreta así la ecuación, ella no puede valer para la
realidad (pues, en la realidad, siempre ocurre algo),
sino solamente en un mundo abstracto de objetos
discretos en los que nunca ocurre nada.”

La Nación 14 julio 2006

Contradicción dialéctica y libertad

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Jorge Palacios C
La contradicción dialéctica
Los científicos se han resistido por largo tiempo
(algunos hasta hoy) a admitir la existencia de
“contradicciones” objetivas operando en la realidad.
La primera dificultad deriva de la ambigüedad del
término y del concepto de contradicción. Algunos
invocan el sentido que tiene la palabra contradicción
en la lógica formal, para demostrar (sin dificultad, por
cierto), que es absurdo pretender detectar en la
realidad la presencia de contradicciones lógicas. Éstas,
en efecto, expresan que un juicio sobre un hecho no
puede ser, al mismo tiempo y en iguales condiciones,
considerado verdadero y falso. La verdad de una
afirmación, aceptada en un proceso lógico-mental,
excluye la falsedad de la misma y viceversa.
Pero tales contradicciones lógicas operan en un
plano puramente abstracto y formal, -como simples
formulaciones mentales- y a diferencia de las
contradicciones dialécticas, no afectan directamente a
la realidad. Por ejemplo, un juicio que niega que un
cuervo determinado sea negro, no altera objetivamente
el color negro del ave. Pero, lo que el pensamiento
abstracto no puede realizar por sí solo: eliminar o
alterar la existencia objetiva de una propiedad real,
otras propiedades reales, -interactuando con ella-
pueden lograrlo. Esas son las contradicciones que
llamamos dialécticas.
El resultado de esa “negación” dialéctica objetiva,
no consistirá jamás en una simple supresión o
aniquilación de la propiedad en cuestión, sino en un
cambio de identidad de ella. La contradicción
dialéctica no produce una transformación del ser en

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no-ser, sino el paso de una forma de ser a otra forma de
ser diferente. Es decir, una transformación cualitativa.
Otro argumento invocado para rechazar el
concepto de contradicción dialéctica como instrumento
de análisis científico, consiste en afirmar que dicho
concepto se expresa por lo general en formulaciones
eminentemente subjetivistas y antropocéntricas, tales
como: amor-odio, luz-sombra, guerra-paz, etc.
Obviamente se trata aquí de antagonismos planteados
en forma esquemática e ideológica, lo que los hace
inaplicables a un análisis de hechos científicos. No se
puede hablar, sino de un modo alegórico, de guerra o
paz entre un organismo y gérmenes patológicos; o de
amor y odio, entre corrientes eléctricas de diferente
signo. Por otra parte, este tipo de polaridades en las
cuales cada polo es presentado como el contrario
específico y exclusivo del otro, resultan arbitrarias y
simplistas, ya que, por ejemplo, al amor no se opone
sólo el odio, sino la indiferencia, el olvido, la muerte y
otros muchos factores.
Se hace indispensable pues, intentar una
definición de la contradicción dialéctica,
suficientemente amplia y general, como para servirse
de ella tanto en el terreno subjetivo, social, histórico,
como en las ciencias exactas. Nos atrevemos a
proponer, como tema de discusión, la definición
siguiente: “La contradicción dialéctica es todo aquello
que, sea como factor interno de un proceso dado, sea
como factor externo a él, se opone al equilibrio de las
fuerzas contrarias que configuran y determinan su
identidad cualitativa global, y a través de un crecimiento
cuantitativo de dicha oposición pueden transformarla en
otra identidad diferente”.

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Esta definición, se refiere a la función principal
que juegan las contradicciones dialécticas, como factor
determinante de los cambios cualitativos de un proceso
cualquiera. Junto a ese rol transformador, la
contradicción dialéctica, ejerce otro, –anterior y
posterior al salto cualitativo- que consiste en restringir
y limitar la expansión ilimitada de las fuerzas opuestas
que conforman la identidad de todo proceso.
Determinan así, un equilibrio relativo de dichas
fuerzas, que de otro modo evolucionarían en forma
irreversible. En los átomos, por ejemplo, coexisten
fuerzas de cohesión, que determinan su identidad
relativa en tanto partículas; con fuerzas expansivas de
su energía interna, que tienden a desintegrarlos. La
presencia y acción unilateral en los átomos de algunas
de las fuerzas opuestas, que llamamos cohesión y
expansión, implicarían, ya sea un proceso indefinido de
concentración de la masa atómica; o un proceso de
“disolución” total e irreversible de esa masa en energía
radiante. Como es sabido, incluso en los procesos de
desintegración atómica se dan fuerzas opuestas a la
expansión y desintegración indefinida de la energía
radiante. De la síntesis de energía surgen en
determinadas condiciones nuevas partículas.
Finalmente, es importante señalar que la
contradicción dialéctica no es una entidad especial, que
coexistiría con otras propiedades de la realidad, no es
una “cosa” entre otras: es el rol, la función, que
asumen todas las “cosas” del universo, así como sus
atributos, configurándose y delimitándose unas a otras,
reforzando o restringiendo el equilibrio de contrarios,
que conforma su identidad relativa; y lo que es aún
más importante, induciéndose unas a otras a través de

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la interacción, a transformaciones cualitativas, que
generan una innovadora evolución de la realidad.
La libertad
Para Hegel, la libertad es sólo “conciencia de la
necesidad”, es decir, de aquello que nos determina.
Esta es una definición plenamente coherente con la
filosofía idealista y especulativa de dicho filósofo. En
efecto, Hegel, en su sistema filosófico se propuso
mostrar el desarrollo de lo que él llama “el espíritu
absoluto”, que va manifestándose en todo lo que existe.
O, como alguien dijera, quiso narrar la “historia de
Dios”. Ahora bien, en su concepción panteísta de un
dios omnisciente (que lo sabe todo) y omnipotente (que
lo puede todo), la necesidad y la libertad se identifican,
pues un tal ente supremo, se auto-determina de manera
necesaria. En dicho Ser, por consiguiente, la libertad se
da como conciencia de esa capacidad de auto-
determinación necesaria, que sólo él posee. Es el único
caso en que la libertad podría definirse como pura
“conciencia de la necesidad”.
Esta definición, sin embargo, es inaceptable en
una concepción realista de la naturaleza y de la
historia. En ella la necesidad no sólo es anterior a la
especie humana, sino que, en sus aspectos decisivos, le
es impuesta como una determinación externa. Una
simple conciencia de la necesidad y de sus leyes no
puede ser confundida pues, con la libertad. Seremos
libres en la medida en que dicho conocimiento, a partir
de iniciativas y acciones generadas en la conciencia,
nos permita oponernos a ciertos aspectos de la
necesidad y restringirla. Marx, Engels, Lenin, no
lograron fundamentar satisfactoriamente el concepto
de libertad. Para defender el materialismo hicieron

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suyo el pensamiento científico de su época, el cual,
hasta bien avanzado el siglo XX, profesaba un
determinismo total.
Engels, habla de “someter (las leyes) cada vez más
a nuestra voluntad”, de “conducirlas a servir nuestros
fines”, pero no explica cómo. Lenin, por su parte,
expresa: “La libertad no consiste en una soñada
independencia respecto a las leyes de la naturaleza, sino
en el conocimiento de esas leyes y en la posibilidad dada
por eso mismo de ponerlas en obra, metódicamente, para
fines determinados”. Pero tampoco explica cómo
“ponerlas en obra”. Y en otro lugar escribe: ... “las
leyes necesarias de la naturaleza constituyen el elemento
primordial, siendo la voluntad y el conocimiento
humanos el elemento secundario. Estos últimos deben
necesaria e ineluctablemente adaptarse a los primeros”.
Los clásicos marxistas citados, si bien valoran el
predominio del determinismo dialéctico, -evolutivo-
por sobre el que expresan las leyes científicas, que sólo
codifican la repetición, la identidad relativa de ciertos
fenómenos, no valoran a fondo el papel que juegan los
aspectos opuestos, contradictorios (en el sentido
dialéctico), como motor de la permanente
transformación de la realidad.
Si en una libre decisión consciente, el hombre
primitivo se propuso transformar una piedra en un
hacha de piedra, debió golpearla. Es decir, emplear
una fuerza contraria a la estructura de la piedra, para
cambiar su identidad. Si se pretende desintegrar el
átomo, hay que oponerse a sus fuerzas de cohesión,
para liberar la energía que contiene. Si decidimos
sobrevolar nuestro planeta o, más aún, abandonar la
atmósfera terrestre, hay que utilizar fuerzas que nos

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hagan posible contrarrestar la gravitación. Inclusive en
el simple acto de caminar (y por ende de decidir
libremente donde nos dirigimos), estamos empleando
energías orgánicas que nos permiten “vencer” la
atracción terrestre. Si la fuerza de gravedad (o
cualquiera otra fuerza) fuera absoluta, y estuviéramos
limitados a conocerla como tal y a adaptarnos a su
determinación, no tendríamos la libertad de
desplazarnos. El predominio en la necesidad natural y
social de fuerzas objetivas opuestas, que promueven el
cambio y relativizan la identidad, es lo que nos permite
ser libres. En la medida, claro está, en que seamos
capaces de servirnos de ellas.

La Nación 20 julio 2006

El temor a los ladrones


Jorge Palacios C

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En todos los países del mundo (y Chile no es
excepción), el principal anhelo de los ricos es la
seguridad de sus bienes. Antes de cualquiera elección, o
contra cualquier elegido, que no sea un plutócrata,
redoblan sus clamores por más seguridad. La salud, la
pobreza, la desocupación, la falta de libertad de un
país, son pelos de la cola para ellos. Lo más importante
es el terror al terrorismo y a los pobres. Es la mala
conciencia de quienes fabrican pobreza día a día y, por
lo mismo, engendran diferentes formas de terrorismo
que se les oponen: robos, asaltos, atentados. Las
propias naciones, que colonizaron y empobrecieron al
resto del mundo, construyen ahora muros, alambradas
y movilizan cuerpos armados, para defender lo que les
expoliaron durante siglos. Sin embargo, esos medios
son inútiles, mientras no haya una retribución de los
frutos que ellos usurparon y aún usurpan. Incluso si
esos frutos del trabajo ajeno, creen haberlos
“blanqueado” lográndolos legalmente. Es decir,
conforme a leyes que ellos mismos dictaron para
enriquecerse.
Frente a la histeria selecta y selectiva de los ricos,
es útil recordar las ideas de un notable filósofo chino,
que viviera tres siglos antes de nuestra Era, Tchouang
Tse. “Para proteger los cofres, los sacos, las maletas
contra los ladrones, -escribe Tchouang- uno los amarra
con cuerdas y los provee de sólidas cerraduras. Es lo que
el mundo llama prudencia. Surge entonces un bandido
que se lleva la maleta en la espalda, el cofre en la mano
y el saco sobre los hombros. Él acarrea su botín
precipitadamente y no teme otra cosa, que ver que las
cuerdas se corten y las cerraduras se rompan. Así, lo que

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el mundo llama prudencia, ¿no está al servicio de los
bandidos?”
Y más adelante, refiriéndose al robo
institucionalizado, señala: “Querer pesar con la balanza
y los pesos, es robar a los otros con la balanza y los
pesos. Pretender inspirar confianza con los contratos y
los sellos, es robar a los demás con los contratos y los
sellos.” Y agrega, para dejar en claro a quienes se
refiere: “El que roba un prendedor es condenado a
muerte; el que roba un principado, se transforma en su
señor, y los guardianes de la humanidad y de la justicia
vivirán bajo su protección.”
Y si de algo sirve un consejo, para quienes han
acumulado riquezas y sólo les preocupa el defenderlas,
concluyamos con otra referencia al maestro taoísta,
Tchouang Tse: “Sólo la paz interior procura la felicidad.
Todo lo superfluo daña. Es así para todo el mundo, y
nada daña más que la riqueza... Quien desea la riqueza y
persigue el lucro se encuentra como amurallado en su
plenitud; atado a sus bienes, no suelta nada. ¡Qué vida
vergonzosa! Quien amasa dinero..., ese se llena de
angustia y de inquietud y quiere siempre ganar más.
¡Qué vida de preocupaciones! En su domicilio, el rico
teme a los ladrones y a los mendigos; fuera de su casa,
teme a los bandidos; hace que se multipliquen los turnos
y rondas en su morada, y no se atreve jamás a salir solo,
¡Qué vida de temores!... El día en que la catástrofe le
llega, intentará vanamente recurrir a lo que le queda de
natural y agotaría toda su fortuna por lograr un solo día
de tranquilidad, su deseo no se cumplirá... ¡Bien loco
quien encadena su espíritu y desgasta su cuerpo para
terminar en un final semejante!” ¡Tomemos conciencia

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pues, antes que la catástrofe personal o social reordene
las cosas!

La Nación 4 agosto 2006

Los secretos del I Ching

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Jorge Palacios C

El I Ching es uno de las obras más arcaicas y, al


mismo tiempo, vigentes de la antigüedad china. El libro
consiste en una suerte de lógica simbólica, con la
particularidad de que sus signos (8 trigramas y 64
hexagramas, configurados por combinaciones de líneas
enteras y líneas quebradas), no permanecen como
conceptos abstractos, sino que se traducen en
imágenes concretas cargadas de múltiples significados.
Richard Wilhem, el gran traductor del I Ching,
sostiene que a partir de las dinastías Tsin (-221 a –207
A.C.) y Han (-102 a –24), el libro cayó en manos de
hechiceros (Fan Shi), que empezaron a usarlo como
libro de adivinación del futuro. Como señala R.
Wilhem: “Lo que ahí se predice es el Destino o el Hado,
independientemente de lo que el hombre pueda hacer o
dejar de hacer. Por eso toda adivinación del futuro
carece de significación moral. Al aparecer en China,...
alguien que no se dio por satisfecho con saber el
porvenir y preguntó: ¿qué debo hacer? ... entonces el
libro adivinatorio se convirtió en libro sapiencial.” Él
atribuye ese cambio al Rey Wen (1000 A.C.) y a su hijo
el Duque Chou. “Ambos –señala- dotaron de claros
consejos para una correcta actuación a los signos y
trazos, hasta entonces mudos...”
De ser cierta la hipótesis de Wilhem, cabe
preguntarse: ¿quién interpretaba antes los signos del I
Ching, que remontan a más de 2000 años A.C., si el
libro se transformó en adivinatorio sólo a partir de las
dinastías Tsin y Han? Obviamente, había sabios que no
tiraban en suerte, sino que elegían los signos más

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adecuados, para encarar la problemática planteada
por quienes consultaban, y traduciéndolos en
imágenes, se servían de ellas, para aconsejarlos. Tales
imágenes, como señala Hellmut Wilhelm, “procedían...
de la mitología entonces vigente,... de la poesía de ese
período,... y, por último, parecían reconocerse en ellas
las configuraciones arquetípicas de ciertos momentos
históricos”... y, probablemente, provenían también de
la “intuición de sus primitivos autores.”
Con esas imágenes formuladas por los sabios,
interpretando los trigramas y sus combinaciones, no se
pretendía adivinar un futuro fatal e ineludible del
consultante, sino enfrentarlo con una situación
arquetípica semejante a la suya contenida en el I Ching
y aconsejarlo cómo actuar ante ella.
El I Ching contenía junto a otras nociones
importantes (Tao, Yin-Yang, etc.), la noción de germen.
R. Wilhem, expresa: ... “el hombre se convirtió en
coautor del destino, pues sus acciones intervenían ya
como factores decisivos en el acontecer universal.
Factores tanto más decisivos cuanto más pronto se
lograba reconocer los gérmenes del acontecer, puesto
que todo dependía de los gérmenes. Mientras las cosas
están todavía en gestación, es posible guiarlas. Una vez
crecidas... se convierten en entes poderosos en extremo,
frente a los que el hombre se halla impotente.”
Lo notable es que esta noción de germen, está
presente en lo más avanzado de la ciencia actual. Las
leyes naturales, que expresan sólo una regularidad
probable de los fenómenos, no bastan para prever el
surgimiento y desarrollo de lo nuevo a partir de
pequeños factores, que se desarrollan y amplifican
como un germen.. No sólo las ciencias sociales se sirven

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ahora de diversos escenarios posibles, sino, incluso, la
biología, la química y la física. Si la lógica matemática
ha sido el principal instrumento para racionalizar la
estabilidad relativa del universo; ¿no será la futuro-
lógica prospectiva, que encierran los signos del I
Ching, la herramienta más útil para comprender sus
cambios irreversibles y novedosos? Ya en el siglo XVIII,
Leibniz, se interesó por la coincidencia entre la
disposición de los signos del I Ching y un orden
binario, que él concibiera para expresar el sistema
decimal. Método binario: 1 y 0, ampliamente utilizado
en computación.

La Nación 10 agosto 2006

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¿Trasmiten creencias los diccionarios
académicos?
Jorge Palacios C

Quienes piensan que los diccionarios, por ser


elaborados por una solemne Academia de la Lengua,
son imparciales y no trasmiten una ideología, se
equivocan medio a medio. La Real Academia española,
por ejemplo, se propone que el idioma castellano sea el
“instrumento expresivo y conformador de una misma
visión del mundo y de la vida”. Así lo declaran en el
preámbulo de la vigésima primera edición del
diccionario editada en 1992. Pero, ¿de qué visión del
mundo y de la vida se trata? No se trata, por supuesto,
de la visión de los pueblos originarios de América
Latina. A ellos, la madre patria se esforzó –a sangre y
fuego inquisitorial- por injertarles, no sólo su idioma,
sino también la visión del mundo católica, apostólica y
romana. Más aún, construyo sus iglesias, usando como
cimiento los templos indígenas. Ésto no ha cambiado
mucho. La Iglesia para los académicos, sigue siendo,
por antonomasia, la de Roma. Por eso, no se molestan
en sus definiciones por aclarar de qué iglesia están
hablando. “Aleluya”, señala el diccionario, es la “Voz
que utiliza la Iglesia en demostración de júbilo”.
Tampoco intentan evidenciar a qué fe se refieren,
cuando caracterizan a un “Infiel”, como el “que no
profesa la fe considerada como verdadera”. ¿Cuál es esa
fe “verdadera”, si es que hay alguna? ¡Cualquier idiota
que entienda el idioma español de la Academia, -sea
musulmán, judío, shintoísta, o ateo- lo sabe de sobra!
Es la del Vaticano.

25
Para los autores del diccionario, la existencia de
Dios no merece ni siquiera discusión, es evidente.
¡Como si estuviéramos viéndolo!... Además, no se trata
de Alá o de otros promiscuos dioses menores, sino del
protagonista del Antiguo y Nuevo Testamento. Así, por
ejemplo, si bien una “Hada” es un “ser fantástico”, un
“Ángel”, en cambio, es un “Espíritu celeste criado por
Dios para su ministerio”. Un “Milagro”, es definido
como un “hecho no explicable por las leyes naturales y
que se atribuye a intervención sobrenatural de origen
divino”. Y nos explican que “Oblación”, es “una
ofrenda y sacrificio que se hace a Dios”. El
“Misticismo”, por su parte, no es otra cosa, que el
“Estado de la persona que se dedica mucho a Dios”..., y
logra una “cierta unión inefable del alma con Dios”... El
“Alma”, por supuesto, ¡todo el mundo lo sabe!, es: una
“Sustancia espiritual e inmortal, capaz de entender,
querer y sentir, que informa al cuerpo humano y con él
constituye la esencia del hombre”. Y si usted cree en
Dios, tiene que aceptar también una de sus más
importantes creaciones: el “Diablo”, que no es otra
cosa, que uno de “los ángeles arrojados (por Dios) al
abismo”. ¿No nos habremos tragado ya demasiadas
ruedas de carreta?
El fundamento de la manera de pensar de los
académicos, es, por cierto, la fe, que nos lleva a creer
sin fundamento. Es decir, a “Tener por cierta una cosa
que el entendimiento no alcanza o que no está
comprobada o demostrada”. Y para ello, nos proponen
una fórmula muy simple: hay que “Dar firme asenso a
las verdades reveladas por Dios y propuestas por la
Iglesia”.

26
Afortunadamente, hoy en día no existe la
“Inquisición”, ese “Tribunal eclesiástico establecido
para inquirir y castigar los delitos contra la fe”. Pero,
aunque ya no exista una inquisición armada para
castigarnos, nos espera de todos modos el “Infierno”,
que es el “Lugar destinado para castigo eterno de los
que mueren en pecado mortal”. Un pecado mortal es,
por ejemplo, no tener suficiente fe como para creer,
junto con los miembros de la Real Academia Española,
que el “mundo” es el “Conjunto de todas las cosas
creadas”, y no algo que ha existido siempre,
transformándose, hasta donde lo confirma la
experiencia.
Hay algo, sin embargo, que nos enseña el
diccionario y que no necesitamos fe para admitirlo,
pues lo sabemos por experiencia propia: la existencia
de “chupópteros”, palabra que en el diccionario
designa a una “Persona que, sin prestar servicios
efectivos, percibe uno o más sueldos”. Amen.

La Nación 24 agosto 2006

27
¡Lo echaron por enano!
Jorge Palacios C

Plutón acaba de ser eliminado de la sociedad de


planetas. ¡Por chico!.... Una grave discriminación. Muy
chico será, pero él tiene tres satélites naturales:
Caronte, Nix e Hindra. Mientras la tierra tiene apenas
uno: la Luna. El resto son artificiales. Hijos de la
NASA y otras agencias más o menos siniestrotas.
Neptuno posee 13 satélites y Júpiter 16, a ojo de buen
telescopio. Todos estos cuerpos celestes giran sobre sí
mismos, -como los Derviches de la India- y todos juntos
alrededor del Sol.
Zecharia Sitchin, escribió en 1976 un libro titulado
“El duodécimo planeta”. Al parecer, en su cuenta
incluye al cinturón de asteroides (un planeta
fragmentado) y a la Luna como planetas. Todos ellos,
sumados a los nueve que conocíamos (antes del
plutonicidio), totalizarían once. Sitchin, agrega un
duodécimo planeta con una inmensa órbita, que giraría
en torno a nuestro Sol en sentido contrario a los demás.
Éste planeta, se acercaría a la tierra cada 3.600 años, y
sería, según él, la base de operación de una civilización
extraterrestre, que desembarcó en la Tierra. Su teoría,
se basa en la interpretación de textos, tradiciones y
esculturas de la antigua Babilonia. Es decir, de aquella
zona en que se sitúa el “eje del mal” (Irak e Irán), que
la familia Bush pretende civilizar, a punta de cañones,
tanques y F16, unos 10 mil años después del comienzo
allí de la civilización. Personalmente, siempre me han
agradado las teorías que sitúan, el origen de los

28
personajes míticos de las diversas tradiciones
religiosas, en la visita de una civilización extraterrestre.
Esa venida “del más allá”, habría generado las
milenarias civilizaciones, que surgieran en un pasado
remoto en Egipto, Babilonia, China y otros lugares. Me
parece –con perdón de los creyentes- que dicha teoría
puede argumentarse en forma mucho más racional y
sólida, que las creencias, dogmas y promesas post-
mortem, de las diferentes religiones. Yo lo intenté con
China antigua, basándome en hechos inexplicables,
-ocurridos varios milenios antes de nuestra Era- y
confesados hidalgamente por los más eminentes
sinólogos. Como nadie es profeta en su tierra, el libro
obtuvo un premio de ensayo en Argentina y fue
publicado allá.
El duodécimo planeta (o cualquier otro que exista
y se le parezca), hace mucho más verosímil la hipótesis
de descensos extraterrestres en la Tierra. Una de las
grandes dificultades de viajes a nuestro planeta desde
aquellos sistemas planetarios, que se sabe existen en
torno a otras estrellas, es la duración de un viaje
semejante. La distancia que separa a la Tierra de otras
estrellas se mide en años-luz. Un año-luz, es la distancia
que recorre la luz (a su velocidad, que es de 300 mil
kilómetros por segundo), en un año. Eso,
espacialmente, equivale a unos 9 billones y medio de
kilómetros. Un billón –recordemos- es un millón de
millones. El Sol está apenas a 8 minutos-luz de
nosotros. Pero, Alfa Centauro, la “vecina de al lado”, la
estrella más cercana a la Tierra, se encuentra a 4,4
años-luz. O sea, a casi 400 billones de kilómetros.
Como si esto fuera poco, según la teoría de Einstein, los
cuerpos a velocidades semejantes a la de la luz, se

29
transforman en energía. ¡Ése sí sería turismo de
aventura!
En cambio, un planeta que se nos aproxime cada
3.600 años terrestres y que vehicule una avanzada
civilización, puede enviar, -en diferentes etapas de su
trayectoria- naves a observar qué demonios hacemos,
antes de una próxima visita en grande. Ojalá eso
ocurriera antes de que Bush & Cia, destruyan el
planeta buscando armas de “destrucción masiva” o
que la polución pudra toda la Tierra y lo que pulula en
ella. Quizá los extra-terrestres nos miran y no
regresan, porque existen muchos terrestres-extra.

La Nación 5 septiembre 2006

30
Nicanor Parra y Omar Khayyam
Jorge Palacios C

Mi impresión era que no abundaban los buenos


poetas entre quienes trabajan en las ciencias exactas.
Talvez era un prejuicio mío, pero me parecía existir
una cierta incompatibilidad entre la fría mirada de los
científicos sobre el mundo y la inspirada e imaginativa
de los poetas. No obstante, a veces, en lo opuesto se
busca un complemento de las carencias de su contrario.
En la poesía, se replantean las preguntas sobre aquello
que las ciencias no nos dilucidan: el sentido último de
la existencia. Dos casos ejemplares de lo anterior, son
los poetas-científicos Omar Khayyam y Nicanor Parra.
Khayyam, el gran poeta persa, vivió entre los
siglos XI y XII en el actual Irán. A los 26 años escribe
un tratado de álgebra, luego efectúa un análisis crítico
de los postulados de Euclides y se destaca en otros
muchos terrenos científicos. Sus méritos le obtiene del
sultán Malek Chah, de la dinastía de los Seldjucidas,
una generosa pensión para dedicarse al estudio de la
astronomía. Sus éxitos científicos, determinan que el
sultán le encargue, en colaboración con otros siete
sabios, una reforma del calendario. Dicha reforma, lo
hace partícipe nada menos que del inicio de una nueva
era denominada Seldjûk, que comienza el año 471 de la
Hégira musulmana (15 de marzo de 1079).
Nicanor Parra, por su parte, estudia matemáticas
y física en nuestra Universidad de Chile, donde será
después profesor de mecánica racional; estudia física
nuclear en la Brown University de USA; y cosmología
en Oxford (Inglaterra).

31
La coincidencia importante entre las inquietudes
de ambos, sin embargo, parece explicitarse en temas
poéticos, que tocan al sentido mismo de la existencia.
Así, Parra se lamenta:
“Hay de mí, ¡hay de mí!, algo me dice
que la vida no es más que una quimera;
una ilusión, un sueño sin orillas,
una pequeña nube pasajera”

Y Khayyam, parece responderle:


“Escucha: si este mundo no es más que una
ilusión, ¿por qué te angustias? ¿Por qué
piensas día y noche en tu miserable estado?
Abandona tu alma a la fantasía de las horas.
Escrito está en tu destino. Ningún borrón será
capaz de corregirlo”.

Y el diálogo, parece proseguir a través de los siglos.


Parra, titubeante, se plantea:
“Piensa, pues, un momento en estas
cosas, en lo poco y nada que va quedando
de nosotros, si te parece, piensa en el más
allá, porque es justo pensar y porque es
justo creer que pensamos”.

Pero Khayyam, ante la duda que también lo afligió


siempre, sobre su destino después de la muerte,
poblema que no logró resolver con su sabiduría,
expresa:

“¡Infeliz: nunca sabrás nada! Jamás


resolverás ni uno solo de los misterios que nos
rodean. Desde que las religiones te prometen

32
el Paraíso, intenta crearte uno en la tierra,
porque el otro quizá no exista”.

Nicanor Parra, como Hamlet, sigue dudando de su


destino frente a una muerte que siente aproximarse. Y
reclama una pronta respuesta.

“He preguntado no sé cuantas veces


pero nadie contesta mis preguntas.
Es absolutamente necesario que el
abismo responda de una vez, porque
ya va quedando poco tiempo”.

Y en otro desesperanzado poema, Parra parece


plegarse a la formulación de Stendhal, cuando éste
afirma: “La única excusa de Dios es que no existe”

“Cuesta bastante trabajo creer en un


dios que deja a sus creaturas
abandonadas a su propia suerte a
merced de las olas de la vejez y de las
enfermedades para no decir nada de la
muerte”.

Khayyam, aunque apuesta como Pascal a la fe en Dios,


no tiene mejor opinión de su obra.

“Esta es la única certeza: peones somos


de la misteriosa partida de ajedrez que
juega Dios. Nos mueve, nos detiene, nos
eleva y nos arroja después, uno a uno, al
abismo de la Nada”.

33
Es posible pues, finalmente, que mi prejuicio de
antagonizar científicos y poetas, sea falso. Y como
afirmó el poeta Saint-John Perse, al recibir el premio
Nobel en 1960: “En la equivalencia de las fuerzas
sensibles y espirituales, una misma función se ejerce,
inicialmente, en la labor del sabio y en la del poeta. La
gran aventura del espíritu poético no cede en nada a
las aperturas dramáticas de la ciencia moderna”.

La Nación 14 septiembre 2006

Regularidad y variabilidad
Jorge Palacios C

34
Las leyes científicas expresan la repetición de
ciertos hechos. Si tiro una moneda al aire caerá al
suelo. La culpable es la ley de gravedad. No se
necesitan jueces ni policías para hacer cumplir la ley.
¡Menos mal! Pero no se crea que las leyes naturales no
tienen problemas para mantener las cosas en su lugar.
Examinen, por ejemplo, la ley de Boyle-Mariotte. Fue
enunciada por ambos entre 1661 y 1676. Señalaba que
el volumen de un gas (a temperatura constante) varía
en proporción inversa a la presión externa a la que es
sometido. Es decir, mientras más comprimido está,
menos volumen ocupa. Y la relación presión-volumen
la midieron (con los medios de la época),
matemáticamente. No obstante, la ley debió ser
corregida en 1829. Los físicos Dulong y Arago, sin
sospechar por qué, descubrieron que con presiones de
unas 30 atmósferas, el aire se comprimía más de lo que
la ley preveía. Pensaron, entonces, que habían
establecido -¡por fin!- una regularidad definitiva de la
ley. Pero el suspenso seguía. Treinta años más tarde, el
científico irlandés Andrews, utilizando presiones muy
superiores, descubrió –perplejo- que cuando éstas
sobrepasaban un cierto límite, el gas se comprimía
menos que lo que preveía la ley de Boyle-Mariotte
(corregida ya por Dulong y Arago). Más aún, que
pasado un cierto límite de presión, el gas resultaba
incompresible, como lo era el agua por aquel entonces.
La ley se declaraba en huelga, el gas se paralizaba si se
sentía demasiado oprimido
El misterio de los macroscópicos caprichos de la
ley, se esclareció al constatar la influencia que tenían
sobre ella, las contradicciones (dialécticas), objetivas,
entre las fuerzas opuestas de atracción y repulsión que

35
operan en los microscópicos componentes de los gases.
La exigencia de una temperatura constante para
verificar la ley debiera haber despertado ya sospechas.
Los gases están constituidos –como usted y yo- de
átomos y moléculas. Es precisamente la atracción
intermolecular, obtenida con presiones del orden de 30
atmósferas (Dulong-Arago), la que produce una
compresión del gas mayor, que la verificada (con los
medios de a bordo), por Boyle-Mariotte en el siglo
XVII. Esta atracción entre las moléculas gaseosas, se
suma a la presión externa, y disminuye aún más el
volumen del gas.
Pero los paradójicos caprichos de la mentada ley,
no terminan aquí. Con medios técnicos modernos
capaces de generar presiones mucho mayores que las
30 atmósferas de Andrews, las fuerzas de repulsión
entre los átomos comienzan a hacerse sentir,
oponiéndose al nivel atómico, tanto a la presión del gas,
como a la atracción intermolecular, determinando una
contracción inferior a la que preveía la ley Boyle-
Mariotte, corregida por Dulong y Arago.
Actualmente, es posible producir en laboratorio
presiones de varios millones de atmósferas, las cuales,
en un límite extremo y ligadas a altas temperaturas,
conducirían a una desintegración de los átomos del gas,
emitiendo cantidades descomunales de energía.
¿Que sentido tendría en esas condiciones la
mentada ley, que establece la relación entre presión y
volumen? Sin embargo, se trata de uno y el mismo gas,
el que es capaz de pasar por todos esos estados, en
virtud de contradicciones dialécticas externas e
internas.
La Nación 29 septiembre 2006

36
Incas, mapuches y pingüinos.
Jorge Palacios C

37
Los Incas, a la cabeza de un Estado teocrático,
eran dioses. Su imperio, que duró unos 3 siglos, llegó
controlar un territorio de unos 2 millones de
kilómetros cuadrados y 9 mil kilómetros de costa,
superficie que incluía partes de Colombia, Ecuador,
Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Parecía imposible
detener su gigantesco ejército, bien armado y con 300
años de experiencia. Pero en Chile, encontraron la
horma de su zapato. Los mapuches les pararon el carro
y no pudieron pasar del río Maule.
La centralización del poder y el mito de su
carácter divino, determinaron la destrucción violenta
del Imperio Inca. Los españoles llegaron a Cajamarca,
apenas con unos 200 soldados y un medio centenar de
caballos. Atahualpa, tenía concentrados en la región,
entre treinta y cincuenta mil combatientes. Podían
hacer polvo a los conquistadores. El Inca avanzó hacia
la plaza de esa ciudad con su séquito de unos 3 mil
hombres. Los soldados de Pizarro, su caballería y su
artillería, estaban ocultos allí. Sorpresivamente, un
cura dominicano (los mismos que controlaban la
Inquisición), avanzó con una cruz y una Biblia hacia
Atahualpa y lo instó a hacerse cristiano y someterse al
rey de España y al Papa. El Inca, ofendido, arrojó la
Biblia al suelo. Entonces, el propio cura dio la orden de
ataque: “¡Los evangelios entierra, salid cristianos que
yo os absuelvo!” Es decir, maten tranquilos, Dios los
apoya. Para abreviar, durante media hora se asesinó a
centenares de escoltas y Atahualpa fue retenido como
rehén. Después de cobrar un jugoso rescate por su
libertad un año después, Pizarro le conmutó la condena
a ser quemado vivo, por la pena del garrote. Un
premio, por haberse “convertido” al catolicismo. El

38
imperio Inca, al perder a su dios, se desmoronó por
completo. ¡Falla del poder centralizado y, peor aún,
endiosado!
Los mapuches, en cambio, no sólo mantuvieron
una frontera infranqueable a la expansión del Imperio
Inca, sino que la defendieron por tres siglos contra los
ejércitos españoles. ¿Cuál es el secreto de su éxito? En
primer lugar, nada de Estado teocrático, ni Estado de
ninguna especie.
José Bengoa, explica en sus obras las razones del
triunfo mapuche. “Los mapuches habían constituido
una sociedad sin estructura estatal. No tuvieron reyes
ni señores... Pero cuidaban mucho de las relaciones con
los otros. Fue así desarrollándose lo que denominamos
una cultura de la cortesía. Al no poseer Estado, ni
gobierno central externo a las familias, requerían de
mecanismos sociales, que posibilitaran y facilitaran la
convivencia. Se valían de instancias, lugares y
ceremonias en donde reafirmar permanente y
reiterativamente la mutua amistad... A nadie le
delegaban poder... A diferencia de los incas y
mexicanos, que poseían gobiernos centralizados y
divisiones políticas internas, los mapuches poseían una
estructura social no jerarquizada. En la situación
mexicana y andina, el conquistador golpeó el centro del
poder político y, al conquistarlo, se aseguró el dominio
del Imperio. En el caso mapuche esto no era posible, ya
que su sometimiento pasaba por el de cada una de las
miles de familias independientes... La guerra la sufría
todo el pueblo y todos se preparaban para ella.”
Además, los toquis que comandaban la guerra,
eran elegidos y revocados, por decisiones de asambleas
y estaban sometidos a ellas. Ni siquiera se exigía que el

39
designado fuera mapuche. El mestizo Alejo, que dirigió
la guerra más de diez años, no formaba parte de la
comunidad mapuche y se había criado fuera de la
Araucanía.
¿No se semeja, acaso, -guardando las
proporciones- el estilo de lucha de nuestros pingüinos
al de los mapuches?

La Nación 18 0ctubre 2006

Cuando el hombre se amohosó


Jorge Palacios C

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El Dr. Alexander Fleming era un escocés
desordenado. En 1928, estaba cultivando –como quien
cría conejos- unos estafilococos, en una plaqueta que
dejo cerca de una ventana. El viento acarreó hasta las
fronteras microbianas un moho llamado en latín
“cepillo”, es decir, Penicillium. Cuando regresó al
laboratorio don Alexander, observó sorprendido, que
ese moho aún no investigado por él, había destruido un
sector importante de los estafilococos. Fleming, intuyó
de inmediato que su descubrimiento podía tener
importancia médica, pero sus colegas del mundo
científico y farmacéutico no le dieron bola hasta diez
años después. Sir James McNish, representante de la
Real Sociedad de Química británica, comentó: “La
penicilina es un raro ejemplo de progreso a través del
desorden.” Se comenzó entonces a idear y perfeccionar
métodos para producir penicilina. Los primeros
“voluntarios” en probarla fueron ratas y otros
animales, debidamente infectados con microscópicos y
poderosos enemigos del mundo viviente. Los resultados
eran cada vez más espectaculares. De pronto, se
inauguró un laboratorio excepcional: se había iniciado
la segunda guerra mundial. Decenas de miles de
heridos diarios amenazados de septicemia mortal. El
12 de febrero de 1941 fue tratado con penicilina (aún
de muy mala calidad) un policía de Oxford afectado
precisamente de este mal. Y sanó. En 1941, los
prodigiosos efectos del “cepillo” eran ya evidentes,
contra la meningitis, la fiebre tifoidea, la sífilis y otros
males, que mataban sin piedad a nuestros abuelos. En
1942, británicos y yanquis mantenían en estricto
secreto los métodos de fabricación de penicilina. Los
alemanes algo sabían y desarrollaron un intenso

41
espionaje hasta que lograron –con bastante retraso, eso
sí- comenzar a producirla. El 20 de julio de 1944, Hitler
salió gravemente herido de un atentado y su médico de
cabecera, el Dr. Morrel, le administró penicilina. Al
año siguiente, Alexander Fleming y dos colaboradores
que mejoraron los métodos de producción masiva de la
droga recibieron el Premio Nóbel.
Una visita a Chile de Fleming después de la
guerra, pasó desapercibida. A la llegada de su avión
había un gran mitin en el aeropuerto, pero no a la
espera del afamado investigador, sino de Jorge
Negrete, el cantante mexicano. ¡Lo que son las cosas!
Pero peor es lo que le sucedió a un científico nacido en
Nicaragua, que trabajaba en Sto. Domingo. Entre
muchos otros descubrimientos, demostró la eficacia de
los hongos de penicilina contra los estafilococos y
estreptococos, en experiencias efectuadas entre 1915 y
1927. Llevó su descubrimiento a la Academia de
Ciencias de París, pero no tuvo la ocurrencia de
patentar su descubrimiento y no se sabe si sirvió a lo
que Fleming logró un año después. Nuestro genio
latinoamericano se llamaba Clorito Picado (me
abstendré de hacer chistes fáciles con su apellido.) Por
el sendero abierto por la penicilina, en 1943, se
descubrió la estreptomicina, muy eficaz contra la
tuberculosis. Yo perdí mi primera novia de
adolescencia en 1949, víctima de ese mal. La
estreptomicina no era aún de uso corriente en Chile.
En todo caso, como el mundo es dialéctico, paso a paso,
los microbios se van haciendo resistentes a los
antibióticos. No existe la inmunidad eterna como se
pensó, cuando aún se creía en cosas eternas y en leyes
invariables. No se puede confiar sólo en el azar y el

42
desorden para defendernos. Hasta los insecticidas se
hacen ineficaces. ¿No recuerdan el Flit, con el que las
moscas en pleno vuelo caían como moscas al suelo?
Decididamente, ¡el mundo ya no es el mismo de
antes!...

La Nación 23 0ctubre 2006

Las viejas supersticiones

Jorge Palacios C

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En la tierra viven unos 6 mil 500 millones de
humanos. De ellos, alrededor de 5 mil 600 millones,
profesan una fe religiosa. ¡Viva la fe, dirá usted, a
menos que sea ateo, somos la mayoría! El caso es, que
esa inmensa mayoría, tiene fe en dogmas, revelaciones
y en un Dios o dioses distintos. Las creencias, no sólo
son diferentes, sino opuestas y a menudo enemigas
mortales. Recuerde tan sólo lo que ha ocurrido en
Irlanda, Pakistán, Irak, Chechenia, Sarajevo, para no
hablar de las feroces luchas religioso-tribales en África.
El Papa es infalible. En la Iglesia Católica ese es
un dogma en el que hay obligación de creer. Bin
Laden, por supuesto, no va a aceptar que el Papa de
Roma es infalible o al “Dios” que inspira a Bush. Hay
una serie de iglesias cristianas, que tampoco aceptan
ese dogma. Ni siquiera los cielos prometidos son
iguales, ni los fieles que lo tienen garantizado. Para los
Testigos de Jehová, sólo accederán a la resurrección
144.000 personas, reclutadas por ellos mismos en un
abnegado puerta a puerta.
Superstición, según la Real Academia Española,
es: “Una creencia extraña a la fe religiosa y contraria a
la razón.” Parece simple. Pero si se trata de una fe
religiosa contraria a la razón, ¿qué vendría a ser? Hay
muchos dogmas religiosos que son irracionales. Al
parecer, es un problema de números. Cuando varios
centenares de millones tienen fe en una superstición,
esta adquiere la dignidad de religión. Los sintoístas
veneran a los kamis o espíritus de la naturaleza. ¡Tropa
de animistas supersticiosos!, dirán los cristianos, los
judíos, los musulmanes. Pero son unos 3 millones y
medio y poseen unos 80 mil templos. Ergo son una

44
religión. Los shamanistas, por su parte, son casi once
millones.
Abandonemos este engorroso debate, para los que
creen..., y abordemos supersticiones que cumplan con
ambas exigencias de la Real Academia Española.
Plutarco, ilustre pensador griego del primer siglo de
nuestra Era, sostenía que en India había hombres sin
boca, que se alimentaban del aroma de ciertas flores.
Plinio, “el Viejo”, contemporáneo de Plutarco, es el
campeón de las supersticiones. En su Historia Natural,
afirma que se puede sanar un dolor de muelas,
arrancando de un mordisco un diente de una calavera.
Para sanar de las verrugas –afirma- basta llenar una
bolsa con tantos guijarros como verrugas uno tenga, y
arrojarla por encima del hombro izquierdo. El infeliz
que recoge la bolsa hereda las verrugas. Sostiene,
además, que existen hombres sin cabeza, con los ojos
en los hombros. Hasta bien avanzada la Edad Media se
creyó en todas las patrañas de Plinio.
Plinio “el Joven”, sobrino del “Viejo”, fue
encargado por el emperador Trajano de investigar a
los cristianos. En una carta a éste, señala: “Lo único
que he podido constatar es que tienen una superstición
excesiva y miserable... Esta superstición no sólo ha
infectado las ciudades, sino también los pueblos y los
campos.” Apreciación de Plinio, que demuestra que el
cristianismo, de superstición, estaba transformándose
en religión

La Nación 3 noviembre 2006


La Iglesia y el crecimiento demográfico

Jorge Palacios C

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La Iglesia de Roma ha sido siempre enemiga de las
ciencias, entre ellas, de las matemáticas. El Papa
Silvestre II, nacido en Auvergne (Francia) el año 938,
tuvo contactos con los árabes en Cataluña. Estos
herejes islámicos le enseñaron matemáticas. Y él,
mientras fue arzobispo de Reims, se dedicó a difundir
el sistema decimal aprendido de los discípulos de Alá.
El año 999, fue elegido Papa. No obstante haber llegado
a Top Ten en la Iglesia, a sus dignatarios les olía a
azufre su amor por la ciencia de los números. Mientras
vivía no osaron hacerle nada, pero en 1250, una vez
fallecido, exhumaron sus restos para exorcizarlos. ¡Por
si las moscas!...
Actualmente, sin embargo, el Vaticano debe tomar
las matemáticas muy en serio, al menos, las
estadísticas. La población no-católica, ni-apostólica, ni-
romana, por el solo peso del aumento demográfico de
la población mundial, reducirá a sus fieles a una
alarmante minoría. Y es bien conocida esa sentencia,
que debe provenir de la época de las cruzadas: “Y
vinieron los Sarracenos y los molieron a palos; que
Dios está con los malos, cuando son más que los
buenos”.
El caso es que en los tiempos de Jesucristo, sólo
había unos 250 millones de habitantes sobre la tierra.
Actualmente hay unos 6 mil millones. Y la Iglesia debe
calcular: en unos 100 años más, la población de
América del Norte, sumada a la de Europa, lugares
donde el Vaticano tiene el contingente más numeroso
de sus hinchas, permanecerán estancadas en unos mil
200 millones. Aún sumándoles a los beatísimos
habitantes de nuestro Continente, que en un siglo más

46
llegarán también, aproximadamente a mil 200
millones, sólo tendremos un total de 2 mil 400 millones
convertibles a la fe cristiana. Asia, en cambio, con sus
budistas, musulmanes, hinduistas, shintoistas, etc...,
alcanzarán los 5 mil 200 millones; y Africa, donde los
católicos brillan por su ausencia, contará con unos 2
mil 400 millones. Total: unos 7 mil 600 millones,
candidatos a las peores penas del infierno. Y omitimos
a los ateos, que pululan en todo el planeta. Las solas
huestes de Ala, que oran 5 veces por día mirando hacia
La Meca, -con sus actuales mil 200 millones- llevan
todas las de ganar la carrera a la Santa Madre Iglesia y
a los cristianos de todo pelaje dogmático. Además, el
paraíso de Alá es mucho más entretenido que el de los
católicos.
Lo anterior explica un poco la prohibición
eclesiástica de los anti-conceptivos, de la píldora del día
después, del aborto, así como la defensa de las células
madres, embriones, espermatozoides... Allí donde la
Iglesia tiene influencia, es estimulado todo lo que
engendre familias cada vez más numerosas, aunque
muchos de sus vástagos estén condenados a morirse de
hambre o de sida. No pasará mucho tiempo, ¡ya lo
verán!, antes de que toda la curia sea autorizada a
procrear. Más aún, en que se fije a cada cura una cuota
mínima de hijos a producir para la Santa Madre
Iglesia.

La Nación 17 noviembre 2006

La psico-genealogía
Jorge palacios C

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¿Nunca ha oído hablar de ella? Para que sepa está
de moda en Europa. El psicoanálisis se adentraba
apenas en el inconsciente, que es como nuestra caja de
fondos mental. Allí guardamos escondido todo lo que el
SUPER YO condena. Es decir, lo que no le gusta de
nosotros a Dios, al Papa, al gobierno, al papá, a
impuestos internos, etc. La psico-genealogía se sumerge
todavía más adentro. O más atrás, mejor dicho.
Explora cómo eran nuestros padres, abuelos,
bisabuelos, y tátara-ancestros. Se trata, en el fondo, de
tener a quiénes echarle la culpa de lo maníacos, tontos,
psicópatas, amnésicos, hipocondríacos, que
pudiéramos ser, blanqueándonos así lo más posible.
Yo partí en esa exploración psico-genealógica,
averiguando algo sobre mi madre. Es nuestro único
origen seguro. Salvo que usted haya nacido en el
hospital de Talca, claro está. ¡No se imaginan lo lejos
que me llevó la indagación!... Ella tenía el apellido
Calmann. Yo colegí en forma natural, que era judío-
alemán. Mis antepasados deben estar hechos cenizas en
un horno crematorio nazi, pensé. ¡Triste perspectiva
para mi exploración! De todos modos, yo sería un
judío un tanto atípico, pues apoyo la causa palestina.
Pero una tarde en la campiña, consultando el
apellido en la Enciclopedia Británica con mi amigo el
Dr. Donoso, encontramos un Kálmán que fue rey de
Hungría. Lo apodaban también, por lo lector,
Coloman, que significa gusano de los libros. ¡Por ahí
vamos!..., me dije. Nació en 1070 y murió en 1116. Más
de 800 años antes que yo naciera. Cuando era joven, su
tío el rey Ladislao, quiso obligarlo a entrar a un
monasterio, pero él se rehusó, escapándose a Polonia.

48
¡Por ahí vamos bien todavía!, pensé. Fue más vivo que
yo, que pasé 5 años y un día en un internado salesiano.
¡Dos días de salida al año solamente!
Cuando murió el tal Ladislao, Kálmán regresó a
Hungría y se tomó, sin más, el poder. No contento con
eso, se apoderó después de Croacia y Dalmacia. ¡Así
era la cosa en esos tiempos!... Como su territorio
ocupaba buena parte de Europa del este, debió dejar
pasar un ejército de las Cruzadas, dirigido por
Godofredo de Bouillon, pero, por las dudas, lo
acompañó con sus tropas hasta la frontera de Hungría.
Se batió contra el francés Folkmar, contra el cura
alemán Gottschalk e impidió a otros “liberadores” de
Jerusalén, cruzar sus fronteras. Tuvo también graves
problemas con Almoz, su hermano menor, que
pretendía arrebatarle el trono. Los ejércitos de los
hermanastros se encontraron en Varkony. Ninguno de
los jefes de ambos ejércitos quiso combatir y decidieron
hacer las paces. Pero Almoz era porfiado e invadió
Hungría varias veces con ayuda extranjera. Entonces,
para que no siguiera molestándolo, su hermano le hizo
arrancar los ojos a él y a su hijo. ¡No se espanten! No
era nada del otro mundo en esa época. En Chile hemos
visto cosas parecidas no hace mucho y al culpable
esperan que se muera para condenarlo.
Y ahora viene lo mejor: Kálmán, en plena edad
media, hizo aprobar una ley en que prohibía el juicio
contra las brujas, cuya existencia denegaba. Se
adelantó así, a las condenas que comenzaría a realizar
la Inquisición, en grande, un siglo después. ¡Ese es mi
tataratatara ancestral!
Por último, nos enteramos que marchaba siempre
valientemente a la cabeza de sus ejércitos, no obstante

49
que – según la citada Enciclopedia- era de baja
estatura, desordenado, peludo, medio ciego, jorobado,
cojo y tartamudo. Con mi amigo, nos quedamos
estupefactos. “Sin duda que la raza ha mejorado de
aspecto”, me dijo éste.

La Nación 1º diciembre 2006

El chino-centrismo
Jorge Palacios C

50
El llamado mundo occidental. Es decir, Europa
más Estados Unidos, están atónitos del abrupto e
impetuoso desarrollo capitalista de China. Ya nadie
duda, salvo guerra atómica o catástrofe cósmica, que
dicho país sobrepasará económicamente a todas las
naciones de Europa y al propio EE.UU., en no muchos
años. El misterio de tan impresionante avance, todos lo
conocen, pero no muchos –por razones comerciales- lo
confiesan. Una súper-dictadura burocrática, disfrazada
de comunismo; y una mano de obra de mil millones,
con los salarios más bajos del mundo. La tecnología
avanzada se compra o se copia.
Si no hubiera predominado en el pasado un
narcisismo miope, respecto a una supuesta
superioridad imbatible de la civilización occidental, lo
que ocurre ahora en China no parecería un milagro.
Una milagrosa pesadilla en realidad, para quienes se
creían para siempre los amos del capitalismo y de la
tecnología. De hecho, China, hasta el siglo XV de N.E.,
mantuvo una completa superioridad tecnológica sobre
Occidente. El filósofo británico Francis Bacon, que
viviera entre los siglos XVI y XVII, señaló que el
mundo cambió con cuatro grandes descubrimientos: el
papel, la pólvora, la brújula y la imprenta. Según él, se
trataba de inventos de origen “oscuro y anónimo”.
Ahora se sabe que todos fueron hechos en China, siglos
antes que en Occidente.
El papel, aunque en pequeña escala, se produce en
dicho país un siglo antes de NE. En el año 105 de NE.,
Ts´ai Lun desarrolla un método para fabricar papel
fino en cantidad. Luego, el papel se extiende por varios
países asiáticos y se introduce en Samarcanda (Persia),
hacia el año 650. En el año 751, una expedición árabe,

51
dirigida por el gobernador del Califato de Bagdad,
marcha sobre China y hace prisioneros en Samarcanda
a 2 chinos fabricantes de papel. Recién a mediados del
siglo IX los árabes lo introducen en España, donde sólo
comienza a fabricarse en 1150. Los árabes guardaron
allí el secreto durante 500 años.
¿Y qué hay de la imprenta, cuyo descubrimiento
se atribuye a Gutenberg, con su Biblia editada en
1450? El primer libro impreso, en realidad, fue un
texto budista: el Sutra del diamante, impreso por
Wang Kie, el 11 de mayo del año 868, más de medio
milenio antes. Los tipos móviles para imprimir,
tampoco se deben a Gutenberg. Fueron inventados por
Bi Sheng a mediados del siglo XI, en la dinastía Song
(960 a 1279).
La brújula, por su parte, esencial para las
exploraciones y conquistas, que originaron el mundo
colonial y enriquecieron a Europa, fue descubierta en
China el siglo IV antes de NE. Se cuenta que el
Emperador Huang-ti, en el año 376 ANE., consiguió
una victoria militar, gracias a unos carruajes giratorios
construidos por sus artesanos, en los cuales la mano de
su conductor señalaba siempre el Sur. Eso le permitió
en medio de una densa niebla, atacar a su enemigo por
la retaguardia y vencerlo. No obstante, el uso de la
brújula en navegación fue utilizada sólo 900 años
después.
Finalmente, la pólvora fue descubierta durante la
dinastía Tang en el siglo VIII. En el año 1126, durante
la dinastía Song ya mencionada, un oficial llamado Li
Gang defendió la ciudad de Kaifén usando cañones con
pólvora.

52
Existe, sin embargo, una gran invención china no
mencionada, que ha acelerado siempre la evolución de
ese país. Me refiero a los grandes levantamientos
populares, que derribaron dinastías que los oprimían y
explotaban. ¿Ocurrirá lo mismo con la actual dinastía?

La Nación 20 diciembre 2006

Vidas paralelas, muertes diferentes


Jorge Palacios C

53
Rafael Leonidas Trujillo, fue dictador en la
República Dominicana desde 1930 a 1961. Fue
promovido a los cargos de Teniente Coronel y Jefe del
Estado Mayor de la Fuerzas Armadas del país, por el
Presidente Horacio Vásquez, elegido
democráticamente en 1924. En 1928, Trujillo ya era
Comandante en Jefe. Dos años después, traiciona al
Presidente que lo había designado y lo derroca. Lo
hace con el pretexto de luchar contra el comunismo, a
instancias y con el apoyo del gobierno norteamericano.
Franklin D. Roosevelt, tuvo el cinismo de decir:
“Trujillo es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de
puta”.
Durante su dictadura, mató, instaló centros de
tortura, encarceló a miles de sus oponentes, y robó y se
enriqueció de una manera escandalosa. Estableció
también una coordinación y un acuerdo de apoyo
mutuo con otros dictadores, como Anastasio Somoza y
Marcos Pérez Jiménez, y programó asesinatos de
oponentes fuera del país. Entre ellos, el del Presidente
venezolano Rómulo Betancourt, quién quedó
gravemente herido a raíz del atentado. Trujillo, se
decía profundamente católico y anticomunista. Firmó
en 1954 un Concordato con la Iglesia Católica y recibió
La Gran Cruz de la Orden Papal de manos del Papa
Pío XII. El mismo que bendijo a las tropas fascistas de
Mussolini.
No obstante, no murió nonagenario junto a sus
familiares, de vejez y enfermedades, sino a los 70 años.
Fue ultimado a balazos en la Avenida George
Washington en su país. El gobierno norteamericano, no
quiso seguir apareciendo públicamente asociado, al

54
abierto vandalismo y robos de su cómplice y le quitó su
sostén. Más aún, se dice que apoyó el complot para
asesinarlo. Se cuenta, además, que el cuerpo del odiado
dictador fue despedazado y arrojado al Mar Caribe y
su cabeza paseada por las calles de Santo Domingo
ensartada en una vara. Se ignora pues, qué restos del
dictador enterró su hijo en el cementerio Pére Lachaise
de Paris, donde está su tumba.

La Nación 27 diciembre 2006

Musulmanes chiitas y sunnitas

Jorge Palacios C

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Ambos creen en Alá; veneran a Mahoma su
profeta; practican el Ramadán (mes de ayuno);
peregrinan a La Meca; rezan cinco veces diarias; y
respetan, con más o menos rigor, los preceptos legales
establecidos en el Corán o inferidos de él.
La disputa entre ambos se originó hace más de un
milenio. Mahoma murió el año 632, sin dejar un
sucesor oficial encargado de interpretar sus profecías y
establecer las normas de conducta de los seguidores del
Islam. La sucesión suscitó violentas luchas. Entre los
más fieles discípulos de Mahoma, se designaron los 4
primeros califas: Abu Bakú, Umar, Uthman y,
finalmente, Ali. Éste último, fue acusado por Muawiya,
gobernador de Siria, de haber asesinado a Uthman.
Ambos bandos se enfrentaron. Muawiya, venció a Ali
en la batalla de Sifin en el 661, y fue nombrado califa.
Ali, primo y yerno de Mahoma, pese a su derrota, no
renuncia a su título, pero muere muy pronto. Se
organizan, entonces, los musulmanes chiitas
partidarios de Ali, para oponerse a los sunnitas
(seguidores de la Sunna o tradición). Estos últimos, si
bien constituyen el 90% de los musulmanes, no pueden
tratar como heterodoxos o herejes a los chiitas (como lo
hace la Iglesia Católica con sus disidentes), y
expulsarlos del Islam, pues en éste no hay ni Papa, ni
concilios con autoridad dogmática para hacerlo. Basta
que ellos cumplan las condiciones básicas de la
religión, para ser musulmanes.
Respecto a la sucesión de Mahoma, los chiitas
piensan que ella debe basarse en descendientes
sanguíneos del Profeta, a partir de Fátima su hija y los
hijos de ésta. A dichos representantes del Profeta, los

56
chiitas les llaman imanes. Ellos veneran a doce imanes
a partir de Ali, el último de los cuales, creen,
permanece oculto, y volverá para instaurar durante
mil años un reino de orden y justicia.
La creencia en los imanes encierra una profunda
doctrina mística de los chiitas. Ellos diferencian entre
profetas e imanes. Los profetas (como Mahoma),
transcriben y expresan una revelación divina en forma
exotérica (literal). A los imanes les corresponde extraer
de esa revelación, el sentido esotérico (oculto), que ésta
contiene. Se basan para creer eso, en un Sura de
Mahoma: “El Corán contiene un exotérico y un
esotérico; éste último, a su vez, tiene un esotérico, y así
sucesivamente, hasta siete abismos esotéricos.”
Los sunnitas, no sólo rechazan la creencia en un
imán oculto, sino que aceptan el Corán como la
palabra explícita de Dios. A lo sumo, admiten que hay
en él suras claros y evidentes; y otros ambiguos, que
representan aspectos de la revelación divina
incomprensibles a la razón humana. Después de
Mahoma, piensan los sunnitas, no habrá más
revelaciones, ni progresos en la adquisición de
verdades religiosas.
Los sunnitas, además, tienen un criterio diferente
para designar a los sucesores del Profeta. Plantean, por
así decirlo, una concepción más democrática que los
chiitas. Todo musulmán creyente y piadoso, –piensan-
puede llegar a ser califa. Eso explica su gran
popularidad entre musulmanes de razas y países
diversos. Los chiitas sólo predominan en Irán e Irak.
Otro de los criterios básicos del sunnismo, es la
necesidad de preservar la unidad del mundo islámico.
“Un solo Dios, una sola fe, una sola comunidad.” Los

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sunnitas, practican (respecto a las disidencias en el
Islam), una política de conciliación, tolerancia,
consenso.
Las dos tendencias más importantes del Islam,
pues, pueden perfectamente coexistir. De hecho, en
numerosos países y épocas diferentes han convivido e,
incluso, lo han hecho con judíos y cristianos. En la
España ocupada por musulmanes en el siglo XV,
convivieron cristianos, judíos y fieles del Islam. Los
reyes católicos, cuando reconquistaron el país,
expulsaron a los judíos, y obligaron a los musulmanes
a renegar de su religión y convertirse al catolicismo.
Fueron autorizados, además, por el Papa Inocencio
VIII, a utilizar la fuerza del estado para preservar la
religión, lo que dio origen en 1478 a la Inquisición.
Torquemada fue un Bin Laden de la época. De lo
anterior se infiere, que es el uso político de la religión lo
que conduce a la violencia y arrastra a los creyentes a
aniquilarse mutuamente: exterminio de chiitas por
Sadan Hussein; guerra de chiitas irakies contra chiitas
iraníes, estimulada y armada por EE.UU.; y ahora,
matanzas mutuas entre ambas comunidades,
estimuladas por el invasor yanqui para impedir que se
unan en su contra, y por fundamentalistas internos y
externos al Irak.

La Nación 12 enero 2007

El Vaticano y la embriología

Jorge Palacios C

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El Santo Padre, hace un llamado a todos los
juristas, a los Estados, y a las instituciones
internacionales, a que “reconozcan jurídicamente los
derechos naturales del mismo surgir de la vida humana
y además se hagan tutores de los derechos inalienables
que los millares de embriones han adquirido,
intrínsecamente, desde el momento de la
fecundación…, para que desde sus orígenes se tutele el
valor de la democracia, la cual hunde sus raíces en los
derechos inviolables reconocidos a cada individuo
humano”. ¿No será exagerado, cabe preguntarse,
considerar que un embrión es ya un “individuo
humano”, del que depende el “valor de la
democracia”? Yo pienso, quizá ingenuamente, que la
democracia se basa en seres humanos hechos y
derechos. Es decir, con capacidad de elegir, con un
mediano conocimiento de causa, a sus representantes.
O, al menos, a quienes creen que los representan. No
me imagino un conglomerado de embriones eligiendo
presidente. El embrión, hasta la diferenciación celular
que conduce al feto, no es más que un conglomerado de
células indiferenciadas. Carece de órganos y de
atributos humanos. Los embriones en sus etapas
iniciales de desarrollo son idénticos en todas las
especies. A una hora de la fecundación, el embrión de
un pejerrey, de un pollo, de un perro, de un gorila, son
iguales. A los tres meses de gestación, el feto de un
chimpancé sólo se diferencia de un feto humano,
porque ya es peludo.
Por supuesto, los ideólogos papales acotarán que
un embrión humano es –en potencia- ya un ser humano
y debe ser considerado como tal. No obstante, si
atribuimos a lo virtual los derechos de lo real,

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enfrentaremos graves problemas. Toda célula de un ser
humano, es un ser humano en potencia a través de la
clonación. La oveja Dolly fue producto de una célula de
la ubre de su madre. Debiéramos exigir al Vaticano,
por consiguiente, que se preocupe de mantener viva
cada célula, que se desprende de la piel o de otros
lugares del cuerpo de sus fieles, ya que –
potencialmente- puede originar un clon perteneciente a
su Iglesia.
La verdad es que equiparar a un embrión con un
ser humano no es más que un sofisma. El embrión de
un chimpancé, comparte con los de nuestra especie el
99% de los genes. Sólo la teoría de la Iglesia Católica,
de que el embrión humano conlleva un “alma
inmaterial”, y por ende indemostrable, los
diferenciaría radicalmente. Pero, hasta los pilares
teológicos de la Iglesia Católica: Santo Tomás de
Aquino y San Agustín, opinan que el feto masculino
sólo a los 40 días recibe un alma racional. Incluso,
según ellos, en el Juicio Universal, cuando resucitarán
hasta los nacidos muertos, no participarán los
embriones.
El Dr. Yoshiyuki Sakaki, profesor de la
Universidad de Tokio y Presidente de la Organización
del Genoma Humano, piensa que: “al encontrar los
genes que exactamente hacen diferente el cerebro
humano del cerebro del chimpancé, en términos
prácticos, se estará descubriendo cuáles son los genes
que producen lo que el Vaticano llama alma humana”.
El fervor “moral” integrista, que practica y
promueve el Vaticano, en torno a la defensa de las
“potencialidades” de embriones y células madres,
debiera centrarse en los 11 millones de niños que

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mueren cada año en el mundo, debido a enfermedades
previsibles, de los cuales, 6 millones de hambre y
desnutrición. Estos muertos, no eran potenciales seres
humanos. Eran seres humanos reales y la humanidad
entera debiera preocuparse, prioritariamente, de
discutir acerca de las causas y de los causantes de estas
muertes. Así como de la muerte de millones a causa del
SIDA, porque la Iglesia Católica condena el condón,
para preservar las potencialidades de los cerca de 80
millones de espermatozoides de cada eyaculación, de
los cuales uno solo fecundará el óvulo.
Es probable, que esas mismas causas incidan en
los 43 millones de abortos anuales, que ocurren en el
mundo. Abortos, practicados por lo general
clandestinamente y con métodos insalubres, debido a
las condenaciones religiosas y legales, que provocan en
el mundo el 14% de la mortalidad femenina.

La Nación 6 febrero 2007

Pequeñas y grandes catástrofes


Jorge Palacios C

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Hoy, las autoridades mundiales, comienzan a
darse cuenta de los graves problemas que genera el
reemplazo de la política (en el sentido de preocupación
por la polis), por una desenfrenada competencia
económica. La consigna actual es quienes serán más
desvergonzadamente ricos en el futuro. Los que
controlan la economía norteamericana o sus
competidores más dinámicos: los chinos y los hindúes.
No hablemos del hambre y de la miseria que provoca
en el mundo esta concentración de la riqueza. Esos
países, están amenazando la vida misma en el planeta,
al negarse a controlar la emisión de gases. Ya no
piensan ni siquiera en sus hijos y nietos: “después de
mí el diluvio” es su consigna. Les regalan un porvenir
de inundaciones, que harán desaparecer regiones
enteras, de huracanes, sequías, polución incontrolable.
Total, el Sr. Bush, piensa pasar de su cancha del golf,
directo al cielo, donde lo espera ese dios del que se
siente gladiador oficial contra los malos del mundo.
El gran científico Stephen Jay Gould, señala: “Se
considera comúnmente y con justa razón que este
decenio que preludia el siglo XXI será un eje clave, que
puede conducir, ya sea al desastre ecológico o al
equilibrio. En el pasado hemos perturbado
profundamente una buena cantidad de ecosistemas
locales, y conducido a la extinción un buen número de
faunas regionales, pero no habíamos sido nunca, hasta
ahora, capaces de desencadenar fenómenos
planetarios, como los accidentes nucleares, los hoyos en
la capa de ozono o el hipotético (hoy comprobado)
efecto invernadero, fenómenos todos que constituyen
las preocupaciones de nuestro siglo”.

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Jay Gould resalta, asimismo, la fragilidad de la
existencia de seres humanos en el planeta, lo que hace
aún más condenable el suicidio inminente al que nos
conducen unos pocos. “El problema mayor de la
evolución, -señala- es que una especie dada no puede
concientemente o activamente prepararse para
enfrentar acontecimientos fortuitos que se producirán
en el futuro. Una especie puede evolucionar solamente
en función de la ventajas presentes y entregarse para
el porvenir, a la rueda de la fortuna:” Al fin y al cabo,
el hombre y otros mamíferos de pequeño tamaño se
beneficiaron y pudieron desarrollarse gracias a la
catástrofe que hizo desaparecer a los dinosaurios. No se
compara la magnitud de esas catástrofes ni siquiera
con las fuerzas destructivas nucleares acumuladas por
ciertas naciones para amenazarse unas a otras. “El
conjunto de nuestros arsenales nucleares –escribe Jay
Gould- no representan ni la diez milésima parte de la
potencia desencadenada cuando colisionó la Tierra con
un asteroide de 10 Km. de diámetro, que parece haber
desencadenado la extinción en masa del Cretáceo.” La
catástrofe del período Permiano, por su parte, eliminó
más del 95% de las especies de invertebrados marinos.
Todo lo anterior significa, que es falsa nuestra
pretensión de controlar indefinidamente la estructura y
propiedades de nuestro planeta. Nos estamos farreando
un presente geológico insignificante, en relación con la
evolución del universo, el cual, por ahora, nos permite
sobrevivir y hasta creernos los amos y señores de un
destino interminable. La verdad, es que estamos en un
Titanic, que va, ineluctablemente, hacia el iceberg
geológico que nos hundirá. Amémonos pues,
tratémonos bien, terminemos con el egoísmo y los

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egoístas, limpiemos y preservemos nuestro barco,
haciéndolo agradable a una convivencia –mientras
sobrevivamos- de todos con todos.
Stephen Jay Gould, concluye: “Yo sugiero que
hagamos un pacto con nuestro planeta. Él tiene en
manos todas las cartas, y un inmenso poder sobre
nosotros. Un tal contrato, del cual tenemos
desesperadamente necesidad, no así él con su propia
escala de tiempo, sería para nosotros una bendición, y
representaría benevolencia de su parte. Haríamos bien
en firmar los papeles mientras él acepta llegar a un
acuerdo. Si nosotros tratamos correctamente a nuestro
planeta, éste nos guardará todavía un cierto tiempo. Si
nosotros lo herimos, él sangrará, se liberará de
nosotros de un golpe, se sanará y retomará su marcha
a su escala planetaria.” Sin los irresponsables seres
humanos, habría que agregar.

La Nación 15 febrero 2007

El eje del mal ecológico

Jorge Palacios C

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El llamado “efecto invernadero”, está conduciendo
a una catástrofe ecológica mundial a través de un
rápido recalentamiento de la tierra. El sol envía
inmensas cantidades de energía sobre nuestro planeta.
Si una buena parte de ésta no se irradiara nuevamente
a la atmósfera, los efectos sobre los seres vivos serían
fatales. Aumentaría el deshielo en los polos, con las
consecuentes inundaciones de ciudades costeras y
ribereñas; así como la desertificación de las áreas
cercanas al ecuador; la intensidad de las lluvias; los
días de canícula, mortales para muchos; la
intensificación de los ciclones, huracanes y tornados
(como el que acaba de matar en EE.UU.) Todo ello
conduce, a su vez, a mayores hambrunas y violencia en
el mundo.
En la Universidad de Oxford (Inglaterra) se inició
un experimento en 2003, dirigido por el especialista en
meteorología David Stainforth. Se unieron a él unas
95.000 personas de 150 países. Con sus computadores
coordinados, lograron una capacidad mayor que la del
más poderoso computador existente. Este acoplamiento
les permitió una simulación meteorológica de unos 4
millones de años. Las conclusiones se publicaron en la
prestigiosa revista científica Nature. Según el estudio
de Oxford, la temperatura podría aumentar hasta 11
grados Celsius a mediados de este siglo. Un aumento de
sólo 2 grados Celsius produciría temperaturas no
registradas desde hace 125 mil años.
Es sabido, que el “efecto invernadero” es
producido por gases que se acumulan en la atmósfera
terrestre. Ellos provienen de las industrias, de los
automóviles y, en general, del uso de combustibles

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fósiles, como el petróleo, el carbón, la quema de
madera. Cuatro quintas partes del total de energía que
aún se utiliza en el mundo provienen de dichos
combustibles.
En Kioto, el año 1997, se reunieron 160 naciones
integrantes de las Naciones Unidas, para tomar las
medidas de emergencia, que se hacen indispensables
para conjurar oportunamente la catástrofe ecológica
que nos amenaza. El apoyo a las medidas propuestas
para reducir los gases nocivos fue casi unánime. Sólo se
opusieron los más grandes culpables de la emisión de
dichos gases, que producen el recalentamiento global:
India, China y, el peor de todos: EE.UU., el mayor
emisor de gases de invernadero del mundo. Estos
países, constituyen el Eje del Mal. Los responsables del
“terrorismo” ecológico que nos amenaza.
Norteamérica, con el 4,7% de la población mundial,
genera el 22,2% del dióxido de carbono (CO2), gas
responsable del 50% del recalentamiento atmosférico.
Despilfarra, además, unos 160 mil millones de dólares
al año en electricidad y aire acondicionado. Respecto a
China, se anuncia que en 2008 podría sobrepasar a
EE.UU., como emisor de CO2.
Entretanto, el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas, en cuyo seno están las superpotencias
con derecho a veto, actúa frecuentemente en oposición
a la Asamblea General, que representa la opinión
democrática de los países que integran la ONU. La
mayoría de esas representaciones está de acuerdo con
el Protocolo de Kioto. Las superpotencias con derecho
a veto se arrogan el derecho de imponer sanciones a
diversas naciones a través de dicho Consejo. ¿Y quién,
cabe preguntarse, sanciona a gobiernos como el de

66
EE.UU. y China, que están conduciendo a la
humanidad a una catástrofe ecológica?

La Nación 19 marzo 2007

Las sectas secretas chinas

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Jorge Palacios C

El domingo 25 de febrero, El Mercurio publicó


una entrevista a Alvin Toffler. Éste eminente
futurólogo, anunció ya en los años 70, en su libro
“Shock del futuro”, las características que tendría la
sociedad humana computarizada. Sus predicciones
fueron notablemente exactas. En dicha entrevista, el
periodista le pregunta si se puede hacer un pronóstico
del futuro de China en función de su acelerado
crecimiento actual. Toffler responde: “La
extrapolación en línea recta es el camino más seguro
para equivocarse. Ésto es especialmente cierto con
respecto a China. En algún momento en los próximos
20 años las probabilidades de que haya un
levantamiento social significativo, que ponga en duda
todas esas proyecciones, es alta. Por cierto, Toffler,
…“ha considerado las 74 mil insurrecciones
oficialmente reconocidas en 2005…”, por el gobierno
Chino.
Hay un viejo proverbio chino que dice: “El
mandarín obtiene su poder de la ley, el pueblo de las
sociedades secretas.” Tradicionalmente, los
levantamientos populares en China han sido
organizados por sociedades secretas y sectas,
inspiradas en creencias taoístas y budistas. El taoísmo
le presta a las rebeliones su espíritu libertario, opuesto
a aquellas jerarquías, ritos, convenciones, que
veneraba Confucio; el budismo, ciertas ideas
milenaristas de un Buda futuro, que iniciaría un nuevo
kalpa, una real Era de felicidad para el hombre.
Ya en el 203 A.N.E., hubo rebeliones organizadas
por Chen Sheng y Wu Guang, con 900 campesinos

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enviados a proteger la frontera. Primera vez, que no se
trataba de un conflicto entre sectores gobernantes, sino
de un combate de los gobernados contra la dinastía
imperial Qin, que había unificado China a sangre y
fuego. Los insurrectos, lograron establecer el primer
régimen revolucionario campesino y Chem Sheng fue
nombrado Rey. Sólo fueron derrotados cuando
atacaban Xianhyang, la capital del Imperio.
Más tarde, en el 206 A.N.E, Liu Pang, otro
campesino rebelde, terminó la tarea derrocando en el
206 A.N.E., a las fuerzas imperiales. Fue declarado
Emperador, inaugurando la dinastía Han del Oeste.
Posteriormente, dicha dinastía se vio enfrentada a las
sectas “Leñadores Verdes”, y “Cejas Rojas”, y debió
desplazar la capital de Xian a Loyand, constituyendo la
dinastía de los Han del Este. Ésta dinastía, por su
parte, es atacada por los “Turbantes Amarillos”, en el
siglo segundo de nuestra Era, y es disgregada en tres
reinos diferentes.
Doce siglos más tarde, es la asociación del “Loto
Blanco”, fundada en el 380 por Huiyuan un monje
budista, la que organiza una insurgencia popular
contra la dinastía mongola Yuan y la derroca en 1368.
Zhu Yuanzhang, hijo de un peón agrícola itinerante,
que comandara la rebelión, es coronado Emperador,
iniciando la dinastía Ming. El Loto Blanco, estará en el
origen de numerosas sectas posteriores, que
combatirán el poder reinante. En China se han
detectado más de 250 sectas y sociedades secretas
diferentes.
El más grande levantamiento sectario del pasado
en China, lo organiza la secta de los Taiping, contra la
dinastía Manchú Ching (o Qing). Hong Xiuquang, el

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líder, inició su primera revuelta el 11 de enero de 1851.
La utopía que perseguían de una sociedad en que reine
la gran paz, la igualdad y la prosperidad, derivan de
una obra perdida del taoísta Yu Ji. La guerra civil duró
14 años y se extendió a 17 provincias. En 1856, el
ejercito Taiping contaba con un millón de
combatientes. En 1860, con unos 3 millones. Fueron
aplastados por una alianza del gobierno Manchú con
los ejércitos de las potencias occidentales.
Del Loto Blanco y de los Taiping, son herederas las
Triadas secretas, de las que derivan numerosas sectas
que lucharán contra las potencias ocupantes
extranjeras. Entre ellas la de los “Boxers”. Mao Tse
Tung, hace un llamado el 12 de julio de 1936, al
Gelaohui y a los jefes de las sectas de las montañas, a
unirse “para derrotar al Japón y salvar a China.”
Con razón el actual gobierno, que ha
transformado a China en un vivero de mano de obra
barata, destinada a ser explotada por el capitalismo
internacional, tiembla ante el veloz crecimiento de una
secta inspirada en el Loto Blanco: el Falun Gong. Se
habla de 30 y aún de 70 millones de integrantes.
Públicamente, sólo practican una antiquísima forma de
gimnasia, el Qi Gong. Pero, ¿qué organizan en secreto,
se preguntan los actuales mandarines? Por eso, han
prohibido la secta, los denigran, los encarcelan, los
matan.
La Nación 3 abril 2007
El racismo “deportivo”

Jorge Palacios C

70
La “raza negra”, todavía excluida en numerosos
aspectos de la vida social, se ha abierto paso
vigorosamente en algunas competencias deportivas. No
es de extrañarse pues, que en ellas se expresen
abiertamente los abominables e irracionales
sentimientos racistas, que subsisten en todos los países.
En 1908, Jack Johnson fue el primer hombre negro,
que ganó el campeonato mundial de box de pesos
pesados. No sólo merecía respeto como boxeador, era
un intelectual, aficionado a la música clásica y ávido
lector de Victor Hugo y Shakespeare. Se habría
transformado en un héroe en Norteamérica, si no
hubiera sido negro. Pero fue un desafió al mito de la
supremacía blanca y por ello, detestado en su propio
país. Al vencer en 1910, a la “gran esperanza blanca”:
Jim Jeffries, hubo disturbios en todo EE.UU. contra la
comunidad afro-americana, con cientos de heridos y 19
muertos, en su mayor parte negros.
Para los nazis de distinto pelaje, después del odio a
los judíos, -víctimas natas de su idolatrado fuhrer-
viene el que profesan a los negros. No sólo no les
perdonan el no ser blancos, sino la feroz humillación
que el atleta negro Jesse Owens, hizo padecer a su
amado Hitler en los Juegos Olímpicos de 1936. Éste
último, seguro de la superioridad atlética aria, tenía
preparada una filmación de sus deportistas cubiertos
de medallas de oro. Owens, les arrebató las medallas de
oro de las cuatro pruebas atléticas más importantes. El
fuhrer, no sólo se ausentaba del estadio cada vez que
competía el afro-americano, sino que se retiró furioso,
cual despechada novia abandonada en el altar, cuando
éste fue coronado con laurel y condecorado con oro.

71
Hasta hoy, hay clubes futbolísticos como el Lazio
de Italia, plagados de hinchas neo-nazis. En algunos
partidos, éstos exhibieron cruces esvásticas e insultaron
a los jugadores negros. En 1998, en un clásico entre
Roma y Lazio, aparecieron carteles que decían:
“”Auschwitz (campo de exterminio nazi), es vuestra
tierra, los hornos son vuestra casa”. Y en otro: “Equipo
de negros. Tribuna de judíos”. El club fue castigado
con una multa de 28 mil dólares y su partido siguiente
debió jugarlo a puertas cerradas, sin público. También
pululan los neo-nazis en el Real Madrid, en el Espanyol
y en el Saint Germain de Francia. En noviembre 2005,
en un partido “amistoso” en el estadio español
Santiago Benabéu, fanáticos racistas, emitían ruidos
guturales como chimpancés, cada vez que futbolistas
negros de la selección inglesa tocaban el balón.
Hasta fines de los cincuenta, los negros ni siquiera
eran admitidos en los equipos de fútbol. Pelé, cuando
fue al Mundial en Suecia en 1958, se asombró que la
única selección que tenía jugadores de color era la
brasileña. Italia, sólo el 2001, integró al primer jugador
negro en su selección: Favio Liberani, hijo de un
italiano y de una somalí.
En cambio, la selección francesa que encaró el
mundial de 2006, tenía 9 jugadores negros. El
periódico derechista Le Figaro, comentó con sórdida
ironía el partido de ese equipo con Togo, escribiendo:
“fue el único choque entre africanos de Alemania
2006”. Y el líder de los neo-nazis franceses, expresó: “el
país no puede reconocerse plenamente en un
seleccionado donde la mayoría son jugadores de color”.
Todos sabemos, que hubo países que hicieron de la
discriminación contra los negros una política de

72
Estado, como Sudáfrica durante el aparteid. Blancos y
negros debían practicar deportes por separado e,
incluso, no se permitía que los equipos extranjeros que
jugaban en el país fueran mixtos. Esta discriminación,
le valió a Sudáfrica ser excluida de los Juegos
Olímpicos de Tokio en 1959.
Al fanatismo irracional que despierta de por sí el
fútbol, se suman pues, los fanatismos racistas,
nacionalistas y xenófobos de los hinchas, pese a que la
ciencia nos dice que de más de 100 mil genes que posee
el ser humano, sólo un 10% se relaciona con el color.
Más aún, según recientes estudios del científico Keith
Cheng de la Pennsylvania State University de EE.UU.,
un solo gen, el SLC24A5, determinaría el color de la
piel.

La Nación 10 abril 2007

Nació un día que Dios estaba enfermo

Jorge Palacios C

73
Se multiplican los gestos de amistad entre Chile y
Perú. ¡Magnífico! Pero los gobiernos expresan ese
renacer de fraternidad, loando recíprocamente a Grau
y a Prat. Es decir, a los jefes militares antagónicos de
una guerra, que jamás debió ocurrir entre pueblos
hermanos. Por mi parte, quisiera expresar mi amor
por Perú, donde pasé un año exilado, homenajeando a
un poeta peruano, que muriera en París un viernes 15
de abril. Me refiero a Cesar Vallejos. Erró en un sólo
día profetizando su muerte.
“Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París –y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.”
Vallejos, el gran poeta latinoamericano, fue
también un luchador social. Muy joven, trabajó como
empleado en una hacienda azucarera peruana. Los
sufrimientos de los explotados peones indígenas,
encendieron para siempre su conciencia
revolucionaria. Lo encierran cuatro meses en prisión
por disturbios políticos… En 1923 se embarca para
Europa con apenas 500 soles. Pasa allí grandes
penurias. Lo muestra en el mismo poema ya citado.
Cesar Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia y los caminos…
En Europa se hace marxista y renuncia a su
empleo en una empresa de “Periódicos
Iberoamericanos”, y a una beca del Gobierno

74
Republicano español. “Todo esto no es ni yo ni mi
vida”, afirma. Y parte a explorar lo que era la
esperanza de los explotados en esa época: la Unión
Soviética. De regreso, escribe sobre la experiencia
socialista. Valoriza los derechos adquiridos por la
mujer, la igualdad del matrimonio y del amor libre, la
legalización del divorcio y del aborto, los derechos de
los niños, de los ancianos, de los inmigrantes. Sin
embargo, advierte ya con gran perspicacia, que la
burocratización es el más grande peligro de la
revolución. En su libro “Rusia en 1931”, escribe: “La
arbitrariedad, la rutina, la indolencia y el despotismo
se han entronizado detrás de cada escritorio y de cada
ventanilla.” Y en un segundo libro sobre el plan
quinquenal, cita a un joven escritor soviético que
protesta contra: …“el funcionarismo subalterno ruso”,
fustiga “ la responsabilidad de los burócratas, que casi
siempre es ficticia. Y habla de cierto sistema de intrigas
y arribismos y de la influencia nociva del espíritu y de
los métodos burocráticos en el seno de las masas
laboriosas.” Aunque sin sospecharlo aún, obviamente,
Vallejos estaba presenciando la implantación de la
nueva burguesía burocrática, que terminaría por
liquidar allí y en otros países socialistas la revolución.
En el año 1936, el poeta peruano debe poner a prueba,
en los hechos, sus principios y su espíritu rebelde. Ha
comenzado la guerra civil fascista en España contra la
República. Vallejos, coopera en la organización de
“Comités de Defensa”, participa en mítines, recolecta
fondos, y escribe numerosos artículos condenando la
criminal pasividad de las potencias occidentales ante la
ofensiva militar franquista. Con gran clarividencia,
señala que es la primera batalla del fascismo

75
internacional, por dominar el mundo. Viaja a la
España que combate contra Franco y en poco más de
dos meses, escribe unos 25 poemas sobre sus
experiencias en el frente.
Vallejos muere de paludismo en 1938 muy
solitario. Muchos intelectuales comunistas, no lo
tragaban. No había creído a ciegas en el paraíso
stalinista. ¡El que tire la primera piedra!, me digo a mí
mismo. En la URSS, había contratado a una
traductora que no era comunista. Y luego, se atrevió a
ser un poco objetivo. En 1937, en el Congreso
Internacional de Escritores Antifascistas, en que
representaba a Perú, sus “camaradas” lo relegan al
rubro, “y otros”…
“Hay un vacío en mi aire metafísico
que nadie ha de palpar;
el claustro de un silencio
que habló a flor de fuego.
Yo nací un día que
Que Dios estuvo enfermo”.

La Nación 2 mayo 2007

Jehová, la moda, la carpintería y la dietética

Jorge Palacios C

76
Hubo un tiempo en que Dios (alias Jehová), estuvo
tiempo completo y dedicación exclusiva ocupado del
pueblo judío. El resto de los humanos, adoraban
becerros de oro, diversos tótem, pachamamas, budas, y
otros ídolos. ¡Allá ellos con sus gustos perversos!
Jehová, se aplicó a dictaminar normas de
carpintería y moda religiosa, así como de dietética a su
pueblo regalón. Respecto al Tabernáculo, ordena a
Moisés: “Harás un arca de madera de setim, que tenga
de longitud dos codos y medio, codo y medio de
anchura, y de altura otro codo y medio. Y la cubrirás
por dentro y por fuera con planchas de oro purísimo, y
encima labrarás una cornisa de oro alrededor.” Al
parecer se llevaba el oro en esos años. Jehová no
escatima en gastos. Como si fuera poco, pide: “dos
querubines de oro macizo labrados a martillo…”
Luego, describe al detalle un candelabro a forjar, ¿de
qué creen?, “de oro purísimo”. El Tabernáculo le lleva,
además, “diez cortinas de torzal de lino fino, de color
de jacinto ó azul celeste, de púrpura, y de grana dos
veces teñida, con variedad de bordados”, además, con
“…presillas de color jacinto en los lados y cabos de las
cortinas”. Sigue una minuciosa descripción de los
tablones que deben sustentar el altar, de cómo
encajarlos, y otros detalles de carpintería. Eso sí, las
bases de los tablones, son de plata y no de oro
purísimo. No los fatigaré con las especificaciones para
construir el altar de los sacrificios. Total en él sólo se
utiliza madera, cobre y bronce. Pasemos mejor a la
moda sacerdotal.
El traje que debe lucir Aaron, será “de oro, y de
jacinto, y de grana dos veces teñida, y de lino fino”.

77
“Tendrá por arriba dos aberturas sobre los hombros,
que abriéndose para ponerle se reunirán después.”
Especifica luego, una variedad de piedras preciosas
que ornarán el traje, así como cadenillas, anillos,
broches, cordones, cinturón y otras minucias. Los hijos
de Aaron no vestirán tampoco de cualquier manera.
Llevarán sus “túnicas de lino, y cinturones y mitras”. Y
Jehová, se preocupa, incluso, de su ropa interior y
dictamina: “calzoncillos de lino para que cubran la
desnudez de su carnes desde los lomos hasta las
rodillas.”
Las exigencias dietéticas a los judíos son también
muy detalladas y rigurosas. Se puede comer “el animal
de pezuña partida, hendida en dos uñas y que rumia.
Pero no comerán el camello que rumia, pero no tiene
dividida la pezuña… El conejo que rumia, pero no
tiene dividida la pezuña, será impuro para ustedes. Lo
mismo la liebre.” El cerdo, por no rumiar, es
condenado tajantemente, por muy partida que tenga la
pezuña. “Ustedes no comerán su carne y tampoco
tocarán su cadáver”. En materia de carne pues, hay
que atenerse a las vacas. ¡Aún no se habían vuelto
locas! Rubro peces, Jehová dispone: sólo “los que
tienen aletas y escamas”, y “tendrán asco a los bichos y
animales, que no tienen aletas ni escamas,… no
comerán su carne y tendrán sus cadáveres por
inmundos”. Despídanse pues, los fieles de Jehová, de
las sopitas marineras, ostras, erizos, calamares, locos y
otras delicias. La lista de pájaros prohibidos es
bastante razonable. A quién –salvo en gran hambruna-
se le ocurriría comer: águilas, buitres, cuervos,
lechuzas, gavilanes, o buhos. ¡Por suerte se salvaron las
ricas cazuelas de pavo y gallina!... Con respecto a los

78
insectos, le ordena a Moisés: “Ustedes tendrán por
inmundo a todo insecto alado que anda sobre cuatro
patas”. Con excepciones: … “tratándose de insectos
alados que andan sobre cuatro patas, podrán comer
aquellos que, además de sus cuatro patas tienen
piernas para saltar sobre el suelo”. Y los enumera: “la
langosta en sus diversas especies y toda clase de solam,
de jargol y de jagab…” ¿Dónde hallarlos? Por el
Diccionario de la Real Academia, al menos, no se
pasean esos bichos.
Y en materia de reptiles, …“que andan
arrastrándose por el suelo”, prohibidos: “la comadreja,
el ratón, el lagarto…, la musaraña, el camaleón, la
lagartija y el topo”. Cuvier, no habría estado muy
conforme con la inclusión de ratones, comadrejas y
topos, entre los reptiles, y de los murciélagos entre las
aves, pero él los clasificó varios milenios después de la
Biblia.
Finalmente, uno se pregunta: ¿para qué demonios
Jehová creó tanto animal impuro e inmundo? ¿Para
fastidiar a los judíos? ¿Era anti-semita?

La Nación 21 mayo 2007

Violencia callejera: ¿quiénes participan y


por qué?

79
Jorge Palacios C

Vitrinas rotas, teléfonos públicos inutilizados,


señales del tránsito y paraderos de buses demolidos,
saqueos de tiendas. Ya lo hemos presenciado en vivo en
la calle o por la TV. No queremos en estas líneas
aprobar o condenar estos hechos. Sólo tratar de
comprenderlos. Si la destrucción sigue a un acto
político, los medios de comunicación lo atribuyen
normalmente a anarquistas encapuchados. Pero, ¿por
qué se producen destrozos luego del triunfo de un
equipo de fútbol, de su derrota, e, incluso de un empate
entre dos equipos? En esos casos no se puede culpar a
los encapuchados.
Para comprender el por qué de la violencia, hay
que tomar en cuenta que en la sociedad actual (en
todos los países), conviven dos mundos diferentes. En
uno de ellos se da la penuria o la privación de lo más
elemental: comida, dinero para movilizarse, ropa, una
vivienda ínfimamente confortable, salud… Y todo eso
vivido con el claro sentimiento de que tales carencias
serán de por vida. Esperanzas casi nulas de salir del
pantano. Los pobres, al mismo tiempo, observan el otro
mundo: el de los que poseen todo aquello de lo que
están privados. No pueden ignorarlo. Allí está
exhibiéndose de un modo escandaloso, en las vitrinas
de las tiendas, los malles, los super-mercados, la
televisión, la publicidad, las casas confortables, los
automóviles. Monstruosa diferencia, que,
inevitablemente, es percibida y vivida como violencia:
como agresión de quienes los ignoran, los explotan, los
desprecian, los discriminan, los confinan en ghetos; y,

80
si son considerados una amenaza, les quitan el trabajo,
los apalean, los encarcelan, y hasta los torturan y
matan. No todos los poseedores perciben la magnitud
operativa o virtual de la máquina represiva que les
permite mantener su status. Ni siquiera ven la violencia
cotidiana contenida en leyes; en fallos judiciales
discriminatorios; en maltrato policial; en las
humillaciones que padecen los que trabajan y los que
han perdido su trabajo; ni tampoco el terrible efecto de
las catástrofes naturales sobre los pobres. Estas son las
causas de fondo (a veces irracionales), de las protestas:
una reacción contra la violencia institucionalizada
Un ejemplo de odio hacia los que poseen se
encarna en la delincuencia. La miseria, todos los saben,
es su principal caldo de cultivo. El delincuente, está
decidido a romper las barreras de la ley y de la
propiedad, para apoderarse de lo que no tiene. Lo hace
regularmente. Trabaja en eso. Por cierto, las
manifestaciones políticas, deportivas o de cualquiera
especie, constituyen una buena oportunidad. Un
camuflaje perfecto para surtirse de lo ajeno, de aquello
que el derecho de propiedad los priva.
Por otro lado, en los actos públicos sociales y
políticos, participan también jóvenes ideológicamente
radicalizados. Son sensibles ante la violencia social que
implica la pobreza. Se atacan a las fuerzas represivas,
de un sistema y de un Estado, que hacen posible la
explotación, así como a todo ese mobiliario público y
privado, que de un modo simbólico o real, evoca al
enemigo de clases. Por cierto, no pretenden por sí solos
conquistar el Poder. Ellos quieren arrastrar con su
ejemplo de combatividad a los desposeídos. Ese camino
de incitar con el ejemplo, sin embargo, se intentó ya en

81
las zonas rurales de América Latina con los “focos
guerrilleros”. Los resultados catastróficos se conocen.
Como lo están demostrando Ecuador y Bolivia (donde
el Che fracasó), los sectores explotados tienen otro
camino más exitoso.
Habría que agregar, como participantes de las
escaramuzas callejeras, a jóvenes aventureros incitados
por las muy abundantes escenas de violencia, que
consumen en el cine, televisión, historietas y juegos
videos. Quieren probar su “heroísmo” de inspiración
mediática, combatiendo con los “pacos.
También hay que incluir en los disturbios, a
policías infiltrados, soplones, provocadores
profesionales, y hasta locos.

La Nación 28 mayo 2007

¿Quién ordenó asesinar a John Lennon?


Jorge Palacios C

82
Una reciente entrevista de Alejandro Jodorowsky
en La Nación, removió mis recuerdos sobre John
Lennon, el gran músico de los Beatles. Éste, se
entusiasmó con la película de Alejandro “El Topo”, y le
envió –sin más- un millón de dólares para que
continuara haciendo cine. Me atrevo a pensar, que una
de las razones por las que Lennon amó ese film, es su
contenido anti-militarista, y la defensa de los oprimidos
y minusválidos, que asume el héroe de “El Topo”.
Existe una entrevista poco conocida del Beatle,
titulada: “Todo el poder al pueblo”, realizada por los
colaboradores de “Counter-Punch”, Tariq Ali y Robin
Blackburn, en 1971, y publicada por el periódico “The
Red Mole”. A una pregunta acerca del inicio de su
“radicalización” ideológica, Lennon responde:
“Siempre he tenido conciencia política, sabes, y he
estado contra el statu quo. Es bastante básico, cuando
has aprendido desde chico, como yo, a odiar y a temer
a la policía como tu enemigo natural y a despreciar al
ejército como algo que se lleva a todos y los abandona
muertos en alguna parte.” Y más adelante: “En una
época estuve tan metido en la mierda religiosa que
andaba por ahí llamándome comunista cristiano, pero
como dice Janov (su analista), la religión es la locura
legalizada. La terapia me alejó de todo eso… Esa
terapia me obligó a decir adiós a toda esa porquería de
Dios.” Lennon reclama, además, algo más avanzado
que el “comunismo” oficial: “Siempre leo el Morning
Star (el periódico comunista) para ver si hay alguna
esperanza, pero parece estar en el siglo XIX; parece
que lo escriben liberales fracasados de mediana edad.”
Y ante la idea de Yoko Ono, de que “tal vez podemos
hacer una revolución sin violencia”. Lennon responde:

83
“Pero no puedes tomar el poder sin lucha… Cuando se
llega al meollo de la cuestión, no dejarán que el pueblo
tenga poder alguno, concederán todos los derechos
para actuar y bailar para ellos, pero no un poder real.”
Y así continua, con declaraciones revolucionarias cada
vez más radicales y explícitas. ¿Podía soportar el
gobierno norteamericano tales ideas expresadas por un
ídolo de la juventud, que, además, calificaba a los
Beatles como “más grandes que Jesucristo”?
Edgard Hoover (jefe del FBI), por orden de Nixon,
lo hace espiar buscando un pretexto para expulsarlo de
EE.UU. Nixon, temía que las declaraciones y acciones
del Beatle opuestas a su política: repudio a la guerra de
Vietnam; condenación al bombardeo “secreto” de la
Camboya de Sihanouk; así como las ideas expresadas
en la entrevista citada, y en la canción llamando de
inmediato a dar “El poder al pueblo”, etc., sabotearan
su reelección en 1972. La misma razón por la que
Nixon se jugó a muerte para impedir que Allende
asumiera la presidencia y luego, organizando un
complot para derrocarlo.
En el período de Reagan, Lennon postula a la
ciudadanía norteamericana y se implica aún más en
política. Lennon es asesinado en diciembre de 1980, y a
partir de 1981, Reagan desencadena en varias naciones
centro-americanas, con militares de esos países
asesorados por la CIA, “contras” y “escuadrones de la
muerte”, una sangrienta guerra contra-revolucionaria.
Reagan aspira –como en sus films- a ser el cow-boy
mundial de la guerra fría.
Los antecedentes dados más arriba hacen muy
plausible la hipótesis que muchos, -entre ellos el
investigador Fenton Bresler, que dedicó un libro a

84
demostrarlo- sostienen: John Lennon fue asesinado por
alguien manipulado por la CIA.
Chapman, su asesino, no era para nada un
fanático admirador del músico, como se señaló en el
informe oficial; según sus amigos y familiares
aborrecía la violencia; pasó varios aeropuertos con el
arma asesina; trabajó en YMCA (Asociación Cristiana
de Jóvenes), lugar predilecto de reclutamiento de la
CIA; partió como voluntario para trabajar en la
YMCA en Beirut, durante la guerra civil en ese país; y
a su regreso trabajó con los vietnamitas refugiados en
Fort Chafee, Arkansas, con World Vision, organización
evangélica acusada de colaborar con la CIA en
Honduras y El Salvador. Es sabido, por lo demás, que
la CIA desde 1939 ha trabajado en investigaciones de
“lavado de cerebro”, mediante drogas, hipnotismo y
otros procedimientos.
El asesino de Lennon, dijo en el proceso, que al
enfrentarlo a la entrada de su casa, “una voz en su
cabeza, dijo: Hazlo, hazlo, hazlo.” ¿Era Chapman un
asesino programado por la CIA?

La Nación 4 junio 2007

Borges el paradójico

Jorge Palacios C

85
Jorge Luis Borges, el gran escritor argentino,
murió el 14 de junio de 1986. Ya era mundialmente
famoso, por su literatura imaginativa, metafísica,
original. Ese Borges, sin duda, merecía el Premio
Nóbel. Pero, extraviado en los laberintos de la política
contingente, perdió ese galardón. Hay un proverbio
chino que dice: “Quien monta sobre un tigre
difícilmente puede bajar”. Se entrevista con el general
Videla, para agradecerle “el golpe de estado del 24 de
marzo, que salvó al país de la ignominia…” Más aún,
ese mismo año, visita y es condecorado por otro
dictador -cuyo nombre me asquea recordar. El año 76,
Videla estaba recién comenzando su masacre en
Argentina, pero los asesinatos y torturas en Chile, ya
eran conocidos y condenados en numerosos países.
Particularmente en Suecia, país que otorga los premios
Nóbel. ¿Cómo explicarse esos ominosos encuentros de
Jorge Luis Borges, un resuelto enemigo del nazismo?
Borges se opuso al movimiento peronista desde su
inicio. “La situación en Argentina es muy grave, tan
grave que un gran número de argentinos están
transformándose en nazis sin darse cuenta”, escribió
en un diario de Montevideo en 1945. Perón, electo
Presidente al año siguiente, se vengó de Borges
privándolo de su paraíso: los libros de la biblioteca
municipal donde trabajaba. Más aún, lo humilló
cruelmente, cambiando su cargo de bibliotecario por el
de: “inspector de aves y conejos”, en un mercado
público. Borges, entonces, declara furioso: “Las
dictaduras fomentan la opresión, las dictaduras
fomentan el servilismo, las dictaduras fomentan la
crueldad; y aún más abominable es el hecho, que ellas
fomentan la estupidez.” Pero ese era, precisamente, el

86
programa de los generales del plan Cóndor a los que
rindió pleitesía en 1976.
En 1955 Perón fue derrocado, y Borges comenzó a
vivir un período de bonanza y honores. Es nombrado
Director de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires y
profesor de literatura inglesa en la Universidad de esa
ciudad; obtiene el Premio Nacional de Literatura y el
Premio Formentor del Congreso Internacional de
Editores; es invitado a dictar una cátedra de poesía en
Harvard, y condecorado en varios países.
En 1973, vuelve la pesadilla. Perón triunfa
nuevamente. El autor de Aleph, renuncia ipso facto a la
dirección de la Biblioteca Nacional (su gran paraíso), y
se jubila. Tres años después es otro el júbilo que lo
embarga: derrocan a Isabel Perón, que sucedió en la
Presidencia a su marido muerto en 1974. ¡Cómo no
felicitar a Videla, il capo del golpe!...
El padre de Borges, era también ciego, pero un
anarquista convencido. En una ocasión, le pidió a su
hijo que “observara muy bien los soldados, los
uniformes, los cuarteles, las banderas, las iglesias, los
sacerdotes y las carnicerías, ya que todo eso
desaparecería un día y él podría contar a sus hijos que
había visto todo aquello.” Pero Borges hijo, admiraba
los héroes militares. Recordaba siempre a su abuelo
muerto en combate; a su bisabuelo, que se batió contra
españoles y brasileños. “Yo, siempre he tenido nostalgia
de ese tipo de vida, decía…, es la muerte que yo habría
querido.” Eso se refleja en su obra.
Lo anterior lo llevó, el mismo año del golpe de
Videla en Argentina, a creer que su émulo tras la
cordillera de los Andes, salvaba a los chilenos del
“comunismo” y a aceptarle su condecoración. Pero,

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¡ojo!, lo que odiaba Borges, era el “comunismo a la
soviética”, que calificaba y no sin razón, de “totalitario
y nacionalista”. En 1984, sostenía: “ser comunista en
1920, significaba una idea de fraternidad entre todos
los hombres y la supresión de las fronteras, y no el
imperialismo ruso como es ahora”. Él había escrito de
joven un libro de poemas titulado, “Los ritmos rojos”,
“que elogiaban la Revolución Rusa”.
Borges reconoció sus errores del año 76. “Pero,
¿qué podía hacer yo? Vivo solo, no conozco mucha
gente, no leo los diarios. Sólo escucho lo que mis
amigos me dicen y ellos pertenecen a otra clase. Pero
ahora claro que sé sobre toda esa miseria y todos esos
crímenes, uno detrás de otro…” Luego, se unió a la
causa de las Abuelas y Madres de la Plaza de Mayo y lo
hizo público.
El enigmático poeta del que hablamos, atribuyó a
una “cierta enciclopedia china”, una fabulosa
clasificación de los animales: “a) pertenecientes al
Emperador, b) embalsamados, c) domesticados, d)
lechones, e) sirenas, f) fabulosos, g) perros en libertad,
h) incluidos en la presente clasificación, i) que se agitan
como locos, j) innumerables, k) dibujados con un
pincel muy fino de pelos de camellos, l) y etcétera, m)
que acaban de matar el hambre, n) que de lejos
parecen moscas”. ¿En qué subespecie humana
clasificar al gran literato Borges? ¿Homo sapiens
paradoxicum?
La Nación 11 junio 2007
Censura política de impresos

Jorge Palacios C

88
La destrucción de libros o manuscritos por causas
o razones políticas es antiquísima. Medio siglo antes de
NE, la Biblioteca de Alejandría contenía unos 700 mil
manuscritos. Una parte considerable de ellos,
desapareció en la batalla naval entre Tolomeo XIII y
Cleopatra, en la que participó el romano Marco
Antonio en defensa de su amada. El incendio de barcos
alcanzó los depósitos de libros cercanos al puerto. En
China, en el año 213 antes de NE., el Emperador Chi-
Huang-ti, decidió borrar la cultura que lo precediera e
hizo quemar en el Imperio todos los escritos que no
eran de su agrado. Sólo sobrevivieron los textos que
fueron ocultados o reconstruidos de memoria. En
Roma, por su parte, unos 35 años antes de la llamada
Era Cristiana, Calígula prohíbe la Odisea de Homero,
porque considera que las ideas de libertad de los
griegos amenazan a la Roma imperial.
A fines del siglo XVI, ya no un gobernante, sino el
Parlamento de París, censura a Torcuato Tasso, por sus
escritos antimonárquicos; y en el siglo XVIII, por
iguales razones, el mismo organismo, prohíbe el
“Emilio” de Rousseau.
En siglo XIX, abundan también las censuras
políticas. El gobierno prusiano, suprime partes
“subversivas” del “Fausto”, la principal obra de
Goethe, su genio nacional. Victor Hugo, por su parte,
no menos famoso en Francia, debe partir al exilio hasta
la caída del Segundo Imperio, por criticar en su libro:
“Napoleón el Pequeño”, al fundador del Primer
Imperio francés.
En el siglo XX, el récord de la destrucción política
de libros lo detenta, por cierto, el régimen nazi del
Tercer Reich. El 10 de mayo de 1933, en la Plaza de la

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Ópera de Berlín, comienzan con una fogata de 20 mil
libros, considerados como “anti-alemanes”. Luego, se
prosiguen las quemas de libros, saqueos de bibliotecas
públicas y privadas, eliminando en las ciudades
importantes, los libros de unos 5.500 autores. En
Francia, durante la ocupación, los alemanes confiscan
más de 2 millones de obras de unos 40 autores
prohibidos por los nazis. Freud, al saber que sus libros
habían merecido la hoguera, dijo: “Es un progreso: en
la Edad Media me habrían quemado a mí.” Se
equivocaba, millones de judíos fueron quemados, sin
escribir siquiera un libro. La destrucción de libros en
los países llamados “comunistas”, no es menor. Tan
sólo en Alemania Oriental, en 1953, se calcula que unos
5 millones de libros fueron eliminados.
Las dictaduras latinoamericanas, para no ser
menos, encendieron sur propias fogatas de libros
“enemigos”. Para citar sólo un ejemplo, el 30 de agosto
de 1980, en Sarandí (Argentina), la dictadura de Videla
hizo quemar un millón y medio de libros del Centro
América Latina (CEAL). En Chile, la TV mostró a los
soldados de Pinochet, destruyendo libros en la
Editorial Quimantú del Estado. Todos los libros e
impresos de las sedes de los partidos de gobierno
fueron quemados. En la Remodelación San Borja, se
allanaron durante 14 horas torres habitacionales.
Según el diario “La Tercera”, “la hoguera hecha con
los libros y panfletos políticos ardió todo el tiempo”. A
los libros quemados por orden de la Junta, se suman
los miles, que los chilenos debieron destruir, para que
no fueran encontrados en los allanamientos, barrio por
barrio.

90
¿Y en el siglo XXI, hemos progresado?
Desgraciadamente no. Se sigue por el mismo camino. Y
que conste, que sólo hemos hablado de destrucciones
del pensamiento escrito por causas o motivos políticos.
Las inspiradas en creencias religiosas, son iguales o
peores. Cada grupo sectario trata de eliminar a sus
oponentes, comenzando por su pensamiento. Como
señala el poeta Heinrich Heine: “Allí donde queman
libros, acaban quemando hombres”. La censura se
extiende ahora a lo expresado a través de Internet. En
China, se permitió la entrada de Yahoo y Google, a
condición de no permitir que los chinos reciban o
envíen E-mail.
La invasión ilegal de Bush a Irak, país donde
nació el libro hace 55 siglos, destruyó gran parte de la
memoria cultural de ese país. Fueron incendiadas las
más importantes bibliotecas, así como el Museo de
Historia Natural. Un millón de libros de la Biblioteca
Nacional fueron convertidos en cenizas. ¡El lucro y la
intolerancia, son el padre y la madre de todas las
desgracias humanas!

La Nación 20 junio 2007

La madre de todas las células

Jorge Palacios C

91
Cada vez que se efectúa una fecundación in vitro,
es decir, al margen de quienes han proporcionado
óvulos y espermatozoides, sobran un gran número de
embriones. De ellos, pueden obtenerse las llamadas
células madres. Cada año se botan millones de esos
embriones en el mundo. El Vaticano, inspirado en una
estrambótica lógica basada en la “infalibilidad” del
Papa, prefiere que así suceda. Según la Iglesia, muchos
investigadores católicos “… dicen oraciones por los
embriones y conducen un tipo de servicio funeral…, no
es como botar pelos o uñas. Son pequeños seres
humanos”… Más pequeños, habría que agregar, que el
punto que precedió esta frase; y tan “humanos”
inicialmente, como el embrión de un pez, de un pájaro
o de un lagarto. Potenciales seres humanos, dirá el
Santo Padre, razón por la que prefiere que vayan a la
basura, a que sean utilizados para generar células
madres.
¿Cuál es la gracia de las llamadas células madres
embrionarias? Ellas, “tienen la capacidad de
transformarse en cualquiera de las 200 variedades de
células que forman nuestro organismo.” También
pueden obtenerse células madres de la médula ósea, de
la retina o del cordón umbilical. En Corea del Sur, una
mujer parapléjica recuperó su sensibilidad y algunos
movimientos, inyectándole células madre de cordón
umbilical, tras 19 años paralizada por un accidente.
En el hospital Reina Sofía en España, se logró
movilizar células madres del propio enfermo y
modificar favorablemente los daños causados por un
infarto al miocardio. La progresión de estas curaciones
“milagrosas”, se multiplica mes a mes. Pero las células

92
madres no embrionarias, parecen regenerar
únicamente los tejidos de los cuales fueron obtenidas.
Por ejemplo, las células madres procedentes del
cerebro, sólo regeneran neuronas y otras células de este
órgano. Las células madres provenientes de embriones,
en cambio, pueden reconstruir cualquiera célula del
organismo. Son pues, más “milagrosas” que las otras.
Por lo mismo, piensa la mayor parte de los científicos,
es criminal echarlas a la basura, en vez de emplearlas
con fines terapéuticos. Sobre todo, en enfermedades
que hasta hoy eran incurables.
El trasfondo de la prohibición del Vaticano, lo dejó
ver la Congregación para la Doctrina de la Fe a través
de Juan Pablo II: “Comportándose del tal modo, el
investigador usurpa el lugar de Dios”. Vale decir, del
representante de Dios en la tierra y de su Iglesia.
¡Quién va a querer entonces contribuir a las riquezas y
lujos del Vaticano, si las células madres embrionarias
se ponen a hacer milagros! El otro representante de
Dios aquí abajo, el Presidente Bush, en un “desayuno
de oración” con sus votantes católicos, aseguró que:
“en estos momentos hay una tentación de manipular la
vida de manera que no respetan la humanidad de la
persona”. Como los embriones pues, son personas
humanas y hacen milagros, habrá que canonizarlos, así
como a los científicos que los utilizan. ¡Válgame Dios!...
El caso es que la Iglesia, allí donde la ciencia
plantea una incógnita aún no resuelta, aprovecha para
introducir la creencia en Dios. Cuando se descubrió la
radioactividad, los sectores religiosos argumentaron: si
todavía existen cuerpos radioactivos y no se han
transformado en inertes, quiere decir que el universo
no es eterno. Dios lo creó y dejó una señal del comienzo

93
de su obra con la radioactividad. Para mala suerte de
la Santa Madre Iglesia, los esposos Curie produjeron
cuerpos radioactivos en laboratorio, demostrando que
su existencia y su desintegración no estaban ligadas al
origen del universo. ¿Qué va a suceder si los científicos
desentrañan el gran secreto de la vida, se pregunta el
Vaticano?

La Nación 27 junio 2007

Desequilibrio, desigualdad y asimetría del


universo

94
Jorge Palacios C

El gran filósofo de las ciencias Karl Popper –según


cuenta en su autobiografía- tuvo una discusión con
Einstein en Princeton (1950). “Nuestro principal sujeto
de discusión –dice Popper- fue el indeterminismo. Yo
intentaba persuadirlo de que debía abandonar el
determinismo, debido al cual su visión del mundo se
reducía a la de un universo parmideniano “parecido a la
masa de una Esfera” a cuatro dimensiones, un universo
en el que el cambio no era más que una ilusión
humana”… Es decir, Einstein soñaba con un universo
(que él contribuyó inmensamente a conocer), pero en el
cual las leyes naturales eran inmutables; y no existía ni el
azar, ni el tiempo irreversible, en el cual se actualiza lo
nuevo. En una carta al famoso físico Born en 1944, le
expresa: “En nuestras expectativas científicas hemos
llegado a situarnos en las antípodas. Tú crees en un Dios
que juega a los dados, y yo en leyes perfectas en el mundo
de las cosas que existen…”. Sobre el mismo tema,
Einstein, sostuvo por años una discusión con Michele
Besso, a quien lo ligaba una gran amistad. Éste le
preguntaba insistentemente: “¿Qué es la
irreversibilidad? ¿Qué relación tiene con las leyes de la
física?” Besso, a los 80 años, escribió un artículo en que
intentaba conciliar la teoría de Einstein sobre la
relatividad general, con la irreversibilidad del tiempo.
Éste último, le señaló: “Estás pisando terreno
resbaladizo. No hay irreversibilidad en las leyes
fundamentales de la física. Debes aceptar la idea de que el
tiempo subjetivo, con su insistencia sobre el ahora, no
posee significación subjetiva”. Y al morir Besso, Einstein
escribió a su hermana, “Michelle se me ha anticipado en

95
dejar este mundo absurdo. Es algo que no tiene
importancia. Para nosotros, físicos convencidos, la
distinción entre pasado, presente y futuro es sólo una
ilusión, por persistente que sea”.
Einstein, si bien no creía en un Dios personal,
preocupado en premiar o castigar a los seres humanos,
creía como Spinoza, en una misteriosa estructura
racional de la naturaleza, que –según él- no dejaba lugar
para la contingencia, el azar, la libertad. Desde su
formulación de la Teoría de la Relatividad en 1917,
propuso un modelo de Universo estático, cerrado sobre sí
mismo, una esfera de volumen finito, intemporal. Lo
notable es que sus ecuaciones y su Teoría de la
Relatividad, conducían, ya sea a una dilatación o a una
contracción del Universo, y no al Universo estático y
reversible que él veneraba. Einstein, para frenar esta
perspectiva de su teoría, agregó en sus ecuaciones un
término suplementario y artificial, al que llamó
“constante cosmológica”. Pero, al descubrirse a fines del
siglo pasado la expansión del Universo, Einstein expresó
hidalgamente, que la famosa “constante” había sido “el
peor error de su carrera”.
La verdad, –como lo afirmó Popper en una de sus
últimas obras, es que: “Vivimos en un Universo de
novedades emergentes; novedades que, habitualmente, no
son completamente reductibles a ninguno de los estados
precedentes”...Y agrega: “Debemos introducir una idea
enteramente nueva, una idea un tanto extranjera a la
teoría física: la idea de la evolución, de la historia de
nuestro Universo, o de la cosmogonía”.
Ahora bien, ¿qué es lo que provoca esa evolución,
ese cambio irreversible del Universo? Según muchos
científicos contemporáneos, es el desequilibrio, la

96
asimetría, la inestabilidad, que reinan en todos los
aspectos de la realidad. Ilya Prigogine, premio Nobel de
química, opina: “Nuestro mundo carece de simetría.
Predomina en él sobradamente la materia sobre la anti-
materia, y es una feliz circunstancia, porque si no, la
aniquilación entre materia y anti-materia significaría el
fin de todas las partículas con masa… El no-equilibrio es
fuente de orden, de coherencia; entre las unidades surgen
correlaciones. El no-equilibrio, como origen de orden se
presenta ya como uno de los principios más generales que
podemos formular actualmente”. El científico Hubert
Reeves, sostiene lo mismo: “El modo de expansión del
universo instaura en momentos precisos de la historia
cósmica las fases de desequilibrio gracias a las cuales las
fuerzas pueden engendrar la complejidad y la variedad
de formas de la naturaleza”… Y Edgar Morin, eminente
filósofo de las ciencias, afirma: “la organización y el
orden del mundo se edifican en y por el desequilibrio y la
inestabilidad”.
¡El Universo es desequilibrado e inestable!
Debemos pues, ser reconocidos y solidarios con nuestro
planeta, que, aunque nos expresa su indignación a través
de tornados, terremotos, huracanes, sequías e
inundaciones, todavía –pese a los daños que le causamos-
mantiene una estabilidad que nos permite vivir en él.
¿Hasta cuando nos durará?

La Nación 3 julio 2007

La escritura china

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Jorge Palacios C

En China aparecen las más antiguas inscripciones


conocidas de la humanidad. Los primeros signos
ideográficos y numéricos chinos, fueron encontrados en
restos de vasijas de fines del quinto o comienzos del
cuarto milenio de nuestra Era. Se trata de
inscripciones trazadas en huesos o sobre conchas de
tortuga. El léxico de los escritos de la dinastía Chang
(1500 a 1100 ANE), comprende unos 5 mil signos, de los
cuales se han descifrado menos de la mitad.
León Vandermeersch, Director de la Escuela de
Altos Estudios de Francia, señala: “En China, la
literatura clásica nace luego de la invención de un
instrumento lingüístico único en su género…, que va a
marcarla de una originalidad que no tiene parangón en
las otras culturas. Este instrumento es la lengua escrita
china… Se trata, en efecto, de una verdadera lengua
artificial, extraída seguramente de la lengua natural,
pero que implica una profunda transformación de
ella… En los simples sistemas de escritura, los signos
escritos remiten a los signos orales…, y son los signos
orales (sonidos), los que remiten al referente extra-
lingüístico (vg. objetos nombrados). En cambio, en el
sistema chino, el grafismo (el ideograma) es construido
para representar directamente al referente extra-
lingüístico”. La escritura china podría compararse
pues, a la simbología usada en las matemáticas o en la
química, disciplinas que poseen signos autónomos,
independientes de la lengua hablada. Podemos escribir
agua o H2O. Los diversos tipos de escritura en uso en
el mundo, expresan para el ojo la pronunciación de las
palabras, y es el sonido de esas palabras el que es

98
asociado al objeto nombrado. En China, en cambio, el
signo dibujado es independiente del fonema, que se
dirige a la oreja del interlocutor. Entre nosotros, si
queremos consignar por escrito, cuantos dedos tenemos
todavía en cada mano, escribimos cinco, que expresa
visualmente el sonido de dos sílabas del idioma español
para representar ese número. Si alguien no conoce
nuestro idioma, no comprenderá lo que decimos y
tampoco lo que hemos escrito. En cambio, es posible
que entienda, sin hablar nuestro idioma, si escribimos
5 en cifras árabes, o bien, V en cifras romanas. Lo
anterior explica de qué manera los chinos, –que hablan
56 idiomas y muchos más dialectos diferentes- pueden
comunicarse por escrito. ¡Los ideogramas, son una
canción sin palabras!
Hemos dado más arriba el ejemplo de una palabra
en castellano de dos sílabas: cin-co. Otra novedad del
idioma chino: todas las palabras son monosilábicas, es
decir, de una sola sílaba. Ahora bien, la voz humana
posee un registro limitado de sonidos simples. Sólo
podemos emitir unos 900 monosílabos. Eso no basta
para construir un lenguaje. Los chinos inventaron
entonces 4 tonos para cada uno de esos monosílabos; y
así llegaron a unos 3 mil 600 sonidos. Eso fue todavía
insuficiente, pues emplean en su vocabulario unas 50
mil palabras. No hay más que dividir palabras por
sonidos: cada expresión fonética, posee más de una
docena de significados distintos. ¿Cómo saber cuál es el
correcto? ¡Muy fácil!...: hay que examinar el contexto
en el que se usó la palabra, para colegir su sentido. Los
signos ideográficos, que acompañan a la expresión
fonética, también ayudan. Por eso, cuando habla un
cantonés con un pekinés, dibujan signos en el aire con

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la mano, como si practicaran esgrima, para que la
escritura ayude a comprender el bla, bla, bla.
No quiero desanimar al lector si está aprendiendo
chino para comerciar con los nuevos mandarines, pero
hay dificultades gramaticales en ese idioma mucho
peores que las ya señaladas. Monsieur Granet, gran
experto en China antigua, señala que esa lengua: “…
no marca ni el tiempo, ni el número, ni el género… El
chino no distingue el verbo, el sustantivo, el adjetivo, el
adverbio…” ¡Bon courage!, como dicen los franceses.
Por si acaso, yo no leo ni hablo el chino. Sólo he leído al
respecto.

La Nación 12 julio 2007

Las anti-maravillas chilenas

100
Jorge Palacios C

Recientemente fueron elegidas las 7


maravillas del mundo actual. Tres cayeron en
América Latina, pero no le achuntaron a la Isla de
Pascua. Los anti-poemas de Parra han tenido un
merecido éxito mundial. A lo mejor, compitiendo en
un concurso de anti-maravillas chilenas,
triunfamos. No soy un especialista en estética y
arte, pero me atrevería a proponer algunas. La
canción “Puerto Montt” de los Iracundos me gusta,
pero la escultura en colores de 10 metros de altura,
de un par de enamorados “sentados junto al mar”,
en la hermosa bahía de ese puerto, me parece
horrible. Las esculturas en San Miguel de Von
Pilsener y de Condorito, con su perro y un buzón,
son divertidas, pero creo que tienen bastante
chance de ganar como “anti-maravillas”, en un
concurso mundial.
Pero, hay monumentos más trascendentales y
pretenciosos, que merecen también competir. Entre
ellos, varias cruces católicas. Yo incluiría de partida
la Cruz del Tercer Milenio de Coquimbo, que
parece uno de esos artefactos para lanzar cohetes
de la Nasa. Y también, otras cruces gigantes
instaladas en forma agresiva en varios lugares del
país. Por ejemplo, en el balneario de El Quisco,
donde emerge una enorme cruz instalada en una
roca, afeando una pequeña y hermosa playa. La
cruz es muy importante para los cristianos, pero no
precisamente por sus cualidades estéticas. Es un
símbolo mortuorio, destinado a conmover a los
creyentes e imponerse como una amenaza post

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morten a los disidentes de esa fe. Las grandes
catedrales del mundo: Notre Dame de París, la de
Reims, la de Gaudi en Barcelona, o la Basílica de
San Pedro en el Vaticano, tienen en sus fachadas
diminutas cruces casi invisibles o no exhiben
ninguna. La Catedral de Santiago, muestra en sus
dos torres, pequeñas cruces de Lorena. Es decir,
con cuatro brazos, lo que las hace estéticamente un
poquito más agraciadas. La papal tiene seis brazos:
cuatros chicos y dos grandes. ¡Lo que abunda no
daña!, dice el Vaticano...
Para terminar con fealdades religiosas, habría
que agregar el muy venerado templo de Maipú. Se
parece a la jaula de los monos del zoológico de
París, me comentó una francesa. Que me perdonen
los devotos (as) de la Virgen del Carmen, pero la
construcción resultó feísima. ¡Es, sin duda alguna,
una anti-maravilla de concurso!
Sin titubear, se puede exhibir también en una
competencia mundial de fealdades, la escultura
consagrada al pueblo indígena de la Plaza de
Armas santiaguina. Parece una melcocha de
personajes salidos de la explosión de Shernobyl en
la ex Unión Soviética. La enorme piedra de 70
toneladas por sí sola habría sido más representativa
de nuestros heroicos mapuches y más bella.
Y para concluir, agreguemos a la competencia
mundial las obras de arte de la dictadura: la Llama
de la “Libertad” (por suerte recluida ahora en la
Escuela Militar), el escultural homenaje a
carabineros, e, incluso, la sede del Congreso
Nacional. Un transformer o una vieja máquina de

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escribir Underwood son más hermosos que ese
adeficio parlamentario.

La Nación 20 julio 2007

La Luna y la danza de “Yu el grande”

103
Jorge Palacios C

El 21 de este mes de julio se cumplen 38 años de la


supuesta caminata de Neil Armstrong y Michael Collin
en la superficie de la Luna. Todos vimos el video en que
avanzan dando pequeños saltos a cada paso. La
explicación “teórica” de esos brincos, es que se trata de
organismos humanos adaptados a la gravedad
terrestre, que influye en el peso que desplazamos con
cada tranco. La Luna es más pequeña que la Tierra y
su atracción gravitacional es siete veces menor. Sobre
ella somos menos cargantes.
Hay mucha gente que opina que el susodicho
alunizaje norteamericano fue falso. Una farsa yanqui,
destinada a contrarrestar el golpe publicitario de los
soviéticos, cuando lanzaron el primer satélite artificial
en torno a nuestro planeta. Los argumentos son
muchos: las sombras de los astronautas debieran ser
iguales, porque sólo el sol los ilumina y no lo son; el
fondo borroso de las imágenes, tendría que haber sido
totalmente nítido, pues en la luna no hay atmósfera; y,
además, no se observa cráter alguno en las patas del
módulo, pese al abundante polvo que hay en la Luna.
Para más remate, un científico llamado John
Sarkissian, sin ser desmentido por la CIA, sostiene que
desaparecieron 698 de las 700 cajas con cintas video del
alunizaje. ¡Qué casualidad!, ¿no?
Lo anterior, sea dicho por lo que toca a los
alunizados Hablemos ahora de un aterrizado: Yu “El
Grande”. Él, fue el fundador de la dinastía Xia, que
existió hace unos 4 mil años (2205 al 2597 A. N. E.). Los
escépticos sinólogos occidentales, califican a la dinastía

104
Xia de semi-mítica. Sin embargo, a Yu “el Grande”, se
le atribuyen importantes obras de canalización, que
aminoraron el efecto de las terribles inundaciones, que
arrasan en China pueblos enteros. Además, se le
adjudica una misteriosa danza, que practican los
taoístas hasta nuestros días. Esta danza ha intrigado
desde hace milenios a los sinólogos, tanto chinos como
extranjeros. Ella no tiene el menor valor estético y se
ha pensado que se trata de un baile de alguien con
hemiplejia o con callos en los pies. Esto no concuerda,
por cierto, con el prestigio de Yu y con las hazañas
físicas que se le reconocen. La danza es bastante
compleja y hay antiquísimo dibujos de cómo se
encadenan en ella los diferentes pasos. Ko Hong, un
famoso taoísta antiguo, nos da una síntesis de esos
pasos: “Se parte siempre con el pie derecho
desplazándose adelante: en un primer tiempo el
derecho avanza y el izquierdo lo sigue sin
sobrepasarlo; en un segundo tiempo, el izquierdo
avanza y el derecho lo sigue sin sobrepasar al
izquierdo; en todos los casos una pierna se queda
atrás.” Por su parte, Che-tseu, en su libro Li Pou-wei,
define brevemente la esencia de los pasos. “Que con el
paso de cada pie, no sobrepase el uno al otro”. Se ha
calificado esta danza desde tiempos inmemoriales de
“brincadora” o “saltarina”, porque los pasos son
seguidos de un impulso hacia arriba y un pie sigue al
otro por el aire, mientras éste avanza.
Ahora pregunto a los lectores: ¿no encuentran una
similitud de la danza de Yu, con la “caminata” de
Armstrong y Aldrin en su supuesto paseo por la Luna?
Los astronautas, debido a la menor gravedad, pueden
brincar hasta tres metros en la superficie lunar. Posan

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un pie y rebotan en él y lo avanzan, mientras el otro pie
se desplaza en el aire hasta alcanzar al primero, y así
sucesivamente. ¡Pero esa es, precisamente, la danza de
Yu “El Grande”!...
Yo estoy dispuesto a aceptar que el alunizaje
yanqui fue verdadero, siempre que se acepte también,
que Yu “El Grande”, llegó a ayudarnos desde un
cuerpo celeste más grande que la tierra. Y más
atractivo que ella, habría que agregar, al menos
gravitacionalmente.

La Nación 27 julio 2007

¿En qué se equivocó Darwin?


106
Jorge Palacios C

Según Sthephen Jay Gould, Darwin nos legó el


enorme aporte de su Teoría de la Evolución basada en
la selección natural, pero cometió el grave error de
aceptar la idea de Linneo, de que: “La naturaleza no
da saltos”; y de que el cambio evolutivo es lento,
regular, gradual y continuo. “Darwin –señala Gould-
retrataba la evolución como un proceso ordenado y
majestuoso, que opera a una velocidad tan lenta, que
ninguna persona podía tener esperanza de observar su
efecto en el transcurso de una vida. Los antecesores y
los descendientes, -decía- deben estar conectados por
“eslabones transicionales infinitamente numerosos”
formando los “más delicados pasos graduales”.”
Sin embargo, casi todas las evidencias surgidas de
la investigación arqueológica, hacen dudosa una
evolución gradual de las especies. Gould argumenta al
respecto, que la mayor parte de las especies no exhiben
una orientación evolutiva, durante el tiempo que
lograron perdurar en el Planeta. Se mantuvieron muy
iguales a sí mismas, sufriendo cambios de forma
limitados, transformaciones, sin ninguna orientación
evolutiva aparente. Además, no se observa en la
arqueología la aparición gradual de alguna especie a
partir de cambios continuos de sus antecesores. Ellas
aparecen de golpe y “totalmente formadas” en el
registro fósil, sin eslabones intermedios, que las liguen
a sus ancestros en rocas más antiguas. El mundo
viviente parece lleno de “eslabones perdidos”.
Darwin, por su parte, defendía su punto de vista,
argumentando: “El registro geológico es

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extremadamente imperfecto, y este hecho explica en
gran medida, por qué no encontramos interminables
variedades, conectando entre sí todas las formas
extintas y existentes de vida por medio de pasos
graduales extremadamente finos.”
Según Gould, la ciencia y la sociedad van de la
mano respecto a la concepción del cambio. “Los
sistemas estáticos de las monarquías europeas obtenían
el apoyo de legiones de académicos como encarnación
de la ley natural… Al ir cayendo las monarquías y
finalizar el siglo XVIII con una era de revolución, los
científicos empezaron a considerar el cambio como una
parte normal del orden universal, y no como algo
aberrante y excepcional. Los estudiosos transfirieron
entonces a la naturaleza el programa liberal de cambio
lento y ordenado, que preconizaban para la
transformación social en la sociedad humana”. Es
posible que Darwin estuviera influenciado por esta
ideología de moda en el siglo antepasado.
A mediados de ese siglo XIX, sin embargo, como
antítesis al programa evolutivo gradual, surgieron las
ideas revolucionarias planteadas por los marxistas
(inspirados en Hegel), de cambios cuantitativos en
fuerzas antagónicas, que culminan en un cambio
cualitativo, revolucionario. Y aplicaron estas ideas
hegelianas a la Naturaleza, cosa que Hegel no se
propuso hacer. No obstante, también esa dialéctica
tradicional concibió erróneamente, en forma lineal y
mecánica, los cambios cualitativos y su resultado. Es
decir, como un avance ineluctable hacia etapas futuras,
predeterminadas por los avances cuantitativos previos.
En la URSS, por ejemplo, algunos líderes
sostenían que el desarrollo económico y tecnológico, los

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llevaría indefectiblemente al comunismo. ¡Y vean lo
que pasó!... La verdad es que la evolución no es tan
mecánica y simple. En ella se dan avances y retrocesos;
contradicciones internas y exteriores al proceso
evolutivo, que lo alteran; catástrofes que pueden
aniquilarlo. Los dinosaurios, que existieron durante
cien millones de años en estos parajes, no se esperaban
que se les viniera encima un asteroide de 10 kilómetros
de diámetro, que los hizo zumbar. Algunos
vertebrados, diminutos al lado de esos “gigantones”
(como diría Pedro Carcuro), lograron sobrevivir. Entre
ellos, Ud. y yo. ¿Hasta cuándo, le pregunto?

La Nación 3 enero 2007

Bárbara McClinton y los genes saltarines

109
Jorge Palacios C

James Watson y Francis Crick obtuvieron en 1953


un merecido Premio Nobel. Descubrieron la estructura
en doble hélice del ADN. Pero ellos suscribían la
concepción tradicional, conservadora, de la evolución,
como un “mecanismo lento y progresivo…, fundado en
la producción de nuevas variaciones genéticas (las
mutaciones), por cambios infinitesimales en el interior”
de los genes. Es decir, la evolución a tranco lento, en
sentido único. Como lo planteara Crick: “El ADN
fabrica el ARN, y éste las proteínas de cada organismo,
en un flujo de información en sentido único, en un
proceso unidireccional de construcción mecánica.”
Una transformación infinitesimal en un gene, es
sabido, puede proyectarse en una alteración
importante en la estructura del individuo que
contribuirá a formar. Y allí comienza a jugar la
selección natural entre individuos diferentes, planteada
por Darwin. Si la alteración azarosa es favorable al
individuo, éste se adaptará mejor al medio, sobrevivirá
y competirá con más éxito con los demás. Sus
descendientes, entonces, herederos del benéfico
cambio, se multiplicarán en mayor número.
En 1940, Bárbara McClintock, investigadora de
genética en el Cold Spring Harbor (EE.UU.), propuso
sobre la base de estudios de plantas de maíz, una teoría
revolucionaria, que produjo un terremoto en biología,
semejante al de la Teoría de la Relatividad en física.
Señaló, que los genes no “marchaban” como los
soldados en fila india, sino que podían saltar
libremente de un cromosoma a otro en el genoma. Los

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genes resultaron pues, “saltarines” como las ranas o los
grillos. Su teoría, impecablemente demostrada, sólo fue
aceptada 40 años después, por la mente anquilosada de
sus colegas investigadores.
El descubrimiento de Bárbara, ha abierto paso a
una nueva concepción de los mecanismos genéticos.
Actualmente, se habla de saltos de genes de una especie
a otra y de genes que remontan el genoma al que
pertenecen y lo modifican. Hay genes de bacterias en
peces y viceversa. Los retrovirus (entre otros el del
SIDA), se insertan en el genoma de un organismo y se
liberan luego, armados de nuevas propiedades
defensivas, para atacar otro organismo. Hoy por hoy,
se concibe una “transferencia vertical”, que es la que
ocurre normalmente de padres a hijos; y la
“transferencia horizontal”, que desborda los límites de
la anterior e incluso de las especies. Los biólogos
piensan actualmente que la transferencia horizontal de
genes, constituye uno de los principales motores de la
evolución.
En el terreno social ocurre lo mismo. La dialéctica
estilo tanque o buldózer, con una marcha inexorable
hacia el futuro y con etapas fijas, ha hecho agua por
todos lados. Hay saltos hacia atrás, como el del
socialismo al capitalismo de Estado o al capitalismo
salvaje; hay factores imprevisibles y azarosos, que
producen efectos incalculables en la evolución social,
como la informática; hay catástrofes ecológicas, que
podrían terminar hasta con la vida del hombre en el
Planeta. La historia es más “saltarina” de lo que
algunos esperaban.
La Nación 9 agosto 2007
Libere su hemisferio derecho

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Jorge Palacios C

Roger W. Sperry, obtuvo el premio Nóbel de


medicina en 1981, revelando las diferentes funciones
que predominan en cada hemisferio cerebral. El
hemisferio izquierdo se especializa más en
pensamientos ligados a la palabra. Sus preferencias son
la abstracción, la lectura, las clasificaciones, el análisis,
la escritura, la aritmética. Procede, habitualmente, por
orden, en forma lineal y de acuerdo a reglas generales.
Nuestra formación en occidente, se efectúa por lo
general reforzando las habilidades de esta parte
“seria” del cerebro. El hemisferio derecho, en cambio,
es más chacotero y más sentimental. Se especializa en
la percepción visual y espacial, más que en las palabras
y conceptos. Su manera de encarar el mundo, no es
lineal, ordenada y secuencial. Observa la realidad de
un modo global. Es decir, no se detiene en las partes
que componen un todo, sino en lo que ellas conforman
en conjunto. El lado derecho del cerebro, además, está
más ligado a la intuición y a los sentimientos. Como
Pascal decía: …”el corazón tiene sus razones, que la
razón no comprende.”
Las personas capaces de dibujar con exactitud lo
que están viendo utilizan de preferencia el hemisferio
derecho. La mayor parte de los humanos, en cambio,
esclavizados por el otro hemisferio, dibujamos como la
mona. El problema es que nuestra visión de las cosas,
está siendo constantemente interferida y corregida por
el lado izquierdo del cráneo. Éste nos dice lo que
“debemos” ver, alterando lo que “realmente” vemos. A
veces, si estamos un tanto chalados, veremos de un

112
modo muy especial nuestro entorno. Las hermanitas
Quevedo, –autoras chilenas de inefables obras
literarias- decían que la Torre de Pisa es: “Gótica por
dentro e inclinada por fuera”. Pero, sin ir tan lejos.
Usted mismo, puede tener un gato sentado unos 10
metros delante suyo, y “saber” que ese felino tendría
que aumentar cuarenta, cincuenta o más veces de
tamaño, para impedirle ver el enorme álamo, que se
alza a una cuadra de distancia. Pero eso es lo que usted
piensa (y tiene razón), pero no es lo que realmente
usted percibe. Un pintor no lo ve así. Él, desde su
asiento, medirá con el lápiz de dibujo el tamaño que el
gato tiene para sus ojos. Es decir, un par de
centímetros. Y luego, aplicará esa medida en el árbol,
estableciendo que éste se ve sólo unas cinco o seis veces
más alto que el gato.
Betty Edwards, profesora de arte en la
Universidad del Estado de California, sostiene que
todos podemos reeducar el lado derecho del cerebro,
liberándolo de la esclavitud racionalista de su vecino.
Podemos así, darnos cuenta de cómo vemos
efectivamente el mundo. Para ello, comenzó ideando
un original método de dibujo, destinado a neutralizar
la habitual interferencia dominante del ámbito
militarista del cerebro. Yo, que dibujo como lo hacía a
los siete años de edad, ensayé un aspecto muy
insignificante del método Edwards y quedé asombrado
del prodigioso artista que soy. Claro está, que llegué
apenas al “realismo socialista”, pero algo es algo. Haga
usted mismo la experiencia: tome la imagen de un
dibujo. Yo elegí “La Odalisca” de Matisse, ni más ni
menos. Póngalo al revés –patas para arriba- y tape
unos dos tercios del dibujo con una hoja en blanco.

113
Luego, comience a reproducir lo más exactamente
posible lo que ve en el tercio inferior y continúe el
dibujo subiendo la hoja gradualmente. No entenderá
un carajo, qué demonios está dibujando. Más aún, le
dará mucha rabia al lado izquierdista de su cerebro,
pero continúe con paciencia. Se asombrará de lo que
usted es capaz de hacer. Y, créame, Betty Edwards,
liberándonos de la dictadura del sector dominante de
la masa encefálica, enseña muchas cosas más que la
técnica del dibujo.

La Nación 24 agosto 2007

¿Nos caeremos fuera del planeta?

114
Jorge Palacios C

Antes de la agricultura y ganadería. Cuando


nuestros ancestros vivían de lo que agarraban en aire,
tierra y agua, se calcula que la población mundial no
lograba sobrepasar los 30 millones de habitantes. Un
par de veces apenas el Chile actual. Cuando el
“sapiens” se dio cuenta, que no estaba obligado a
andar corriendo para cazar su fiftec y que podía
criarlo en casa; y pispó, además, que podía sembrar y
cultivar el choclo para su cazuela, se disparó la
población mundial. El hombre se estableció más
tranquilo, comenzó a pulir sus piedritas, y perfeccionó
sus posturas matrimoniales. La población empezó a
duplicarse cada mil setecientos años. En el comienzo de
la llamada Era nuestra, parece que había ya unos 150
millones de bípedos humanos. No obstante que la Peste
Negra, se llevó unos 25 millones de cristianos tan sólo
en Europa, tres siglos después éramos ya 500 millones
en la Tierra. De ahí para adelante, ya no nos paró
nadie. Nuestra especie comenzó a duplicarse cada dos
siglos. El programa de Internet llamado “Reloj de la
Población”, lo consulté mientras hacía este artículo, y
me indicó que había 6.888.487.580 terrícolas. ¡Un poco
más y nos caemos fuera del Planeta! Se dice que la
población podría estabilizarse cuando, -los afortunados
que sobrevivan- lleguen al tercer milenio. ¡Dios lo
quiera! Pero el Vaticano, con su prohibición de
condones, abortos, píldoras del día venidero y otras
artimañas anti-conceptivas, se opone a muerte a que
frenemos la explosión demográfica. ¡Un problema de
clientela potencial!

115
Lo peor del caso, es que la aglomeración de gente
en las ciudades, aumenta todavía más rápido que la
población del mundo. Se multiplicó por 20 en un siglo,
mientras la población mundial aumentaba 4 veces. A
mediados del siglo XX, había sólo dos ciudades con
más de 10 millones de habitantes. El año 2000 eran ya
18. Y no es únicamente, que estemos más apretados en
el Metro. Las fatalidades que se multiplican con las
aglomeraciones son muchísimas: polución,
transantiagos, hospitales abarrotados, cogoteos, robos
múltiples, aumento de los abogados, más leyes
represivas, epidemias, automóviles… ¡Para qué sigo!
Léase el poema de Nicanor: “Los vicios del mundo
moderno”, y verá que casi todos ellos se concentran en
las metrópolis. Y lo escribió hace varios decenios.
Uno de los peores problemas de las ciudades muy
pobladas, -sus pulmones lo acreditan- es la polución.
Green Peace, calculó que en Santiago nadamos en algo
así, como un medio millón de toneladas de
contaminantes en el año 1992. Fue como si cada
santiaguino se hubiera fumado siete cigarrillos diarios,
aparte de los que ya fumaba, o no fumaba. Ese mismo
año, la ONU declaró que Ciudad de México ganaba la
“Medalla de Honor”, como la más contaminada del
orbe. En el 2003, se codeaban ahí casi 20 millones de
cuates. Y eso que ocupa tan sólo el quinto lugar en
población, el primero lo tiene Tokio-Yokohama con
más de 33 millones.
Los vehículos, se sabe, son los campeones en el
incremento de la polución. Si no cree, pregúnteselos a
los chinos, que no hayan cómo airear Pekín, antes que
lleguen los Juegos Olímpicos. La primera vez que
estuve en Pekín (1965, creo), no alcancé a contabilizar

116
una docena de automóviles. Entre ellos, 4 taxis. Ahora,
de los 5 millones que circulan en esa ciudad, deberá
parar la mitad día por medio. De otro modo, la mitad
de los atletas que participen en las Olimpíadas,
deberán aguantar la respiración para que la otra mitad
se oxigene. En el Distrito Federal de México (Ciudad
de México y alrededores), circulan unos 20 millones de
vehículos. ¡Para allá vamos los santiaguinos, no se
desespere!

La Nación 5 septiembre 2007

¡Robots del mundo uníos!...

117
Jorge Palacios C

La cesantía permanente, masiva y creciente, se ha


transformado ya en un instrumento consustancial del
sistema capitalista mundial. Lo más grave, es que no
sólo ésta irá en aumento, sino que miles de millones de
personas no lograrán reciclarse con la rapidez exigida
por el veloz avance tecnológico de la economía. Serán
marginales de por vida. El “toyotismo”, las fusiones de
empresas, y la robotización, están dejando en el
mundo a centenares de millones de personas sin
trabajo, con medios ínfimos de subsistencia o reducidos
a la mendicidad individual y social. Tan sólo en la
Unión Europea hay ya unos 18 millones de cesantes. Y
en el mundo, unos 4 mil millones viven con menos de 2
dólares diarios.
La empresa Toyota, fue una de las primeras en
remplazar la producción taylorista en cadena, -a lo
Chaplin en “Tiempos Modernos”- por una empresa de
obreros altamente calificados, que se sienten como en
familia con sus patrones, se esfuerzan por aumentar la
productividad, y gozan comparativamente de
privilegios y buenos salarios. Ellos operan en la planta
de montaje final de Toyota, y constituyen sólo del 10 al
15% de la mano de obra. “Esta fábrica de montaje –
sostiene André Gorz- es la punta de una pirámide,
asentada sobre un total de 45 mil empresas
subcontratistas, cada vez más taylorizadas a medida
que nos alejamos de la cima”. Hay empresas
subcontratistas de diferente rango. “Entre las
subcontratistas de primer rango, informartizadas,
robotizadas, y que emplean entre 100 y 500 personas,
los salarios son inferiores en un 25% a los que paga la

118
firma madre. Entre los subcontratistas de menos de
100 asalariados, son inferiores en un 45% y, a menudo,
más bajos todavía, para un trabajo precario, irregular,
pagado a destajo”. Los que tienen empleos precarios,
viven con el alma en un hilo. No se atreven ni a
respirar para que no los echen. En países como
Francia, con antigua tradición combativa, se efectúan
aún acciones masivas en defensa de históricas
conquistas sociales.
El otro factor que incrementa el desempleo es la
fusión de grandes empresas. El echar gente a la calle,
es una de las razones fundamentales de las fusiones y
compras de empresas del mismo rubro. Los cálculos
más conservadores indican, tan sólo en el sector
financiero de Europa occidental, la supresión en el
decenio de los 90 de unos 130 mil empleos; y entre 1999
y 2002 se calcula la desaparición de aproximadamente
300 mil puestos de trabajo, debido a fusiones o
compras de empresas similares.
A las dos causas señaladas de aumento crónico de
la cesantía, se suma la robotización de las empresas. En
2002, existían ya unas 770 mil unidades robóticas
operando en el mundo. Cada una de ellas reemplaza,
con muchísimo más resistencia, rapidez y precisión
operacional, a una enorme cantidad de trabajadores.
Es así como Toyota planea producir en el 2008 unos 10
millones de automóviles, fabricando con sus robots un
coche completo cada 50 segundos. Con pura mano de
obra humana, ni con la ayuda de Dios y su Corte
Celestial, se puede competir con Toyota. Por supuesto,
las empresas automovilistas rivales están también
robotizadas. Según los expertos, la automatización
robótica alcanzará en el 2010 el 50% de todos los

119
sectores de la economía, y el 2024 el 80%. ¡Para allá
vamos!...
Pero no sólo se están multiplicando como conejos
los robots industriales, sino también los de servicio:
ellos, automatizados o semi-automatizados, hacen
operaciones quirúrgicas, vigilan, matan, cocinan,
limpian, juegan ajedrez; y, muy pronto, podrán rascar
la espalda, hacer el amor, tejer a palillo…, en fin, nos
remplazarán en todo. ¿Qué haremos entonces? Cuando
la humanidad entera o casi esté cesante, no nos
quedará otra que confabularnos con los robots y enviar
a sus dueños a un largo viaje al espacio sideral.

La Nación 14 septiembre 2007

Hace 40 años el Che…

120
Jorge Palacios C

Hace 40 años el Che Guevara, fue asesinado en la


localidad de La Higuera (Bolivia) el 9 de octubre de
1967. Fue un héroe, que dio su vida por la liberación de
los pueblos latinoamericanos. Su concepción política de
cómo llevar a cabo esa revolución, fue profundamente
equivocada. Lo que persevera de su sacrificio, es su
ejemplo personal de comprometer su vida en aras de
un ideal revolucionario. Prefirió el combate al ejercicio
del Poder en Cuba.
La estrategia errónea de suponer que bastaba la
acción de un “foco guerrillero”, para incitar a los
pueblos latinoamericanos a rebelarse, vino de París.
Fue planteada en un ensayo del intelectual Regis
Debray, publicado en 1965 en la revista “Les Temps
Modernes”. Fidel Castro, invitó de inmediato a Debray
a Cuba y lo consagró como estratega teórico de los
“focos guerrilleros”, que desencadenarían el proceso
revolucionario en América Latina. Esa estrategia ha
fracasado, no sólo en Bolivia, sino también en
Venezuela, México, Perú y Colombia.
El Che, se instaló en medio de una selva
desconocida en Bolivia a comienzos de noviembre de
1966, con unas dos docenas de guerrilleros, a
revolucionar el Continente. En abril 1967, a raíz de la
que fue la única emboscada exitosa contra el ejército
enemigo, proclamó su fe en el surgimiento de “varios
Vietnam”, inspirados en la lucha que él y los suyos
libraban en Bolivia. Sólo que en Vietnam, fue todo el
pueblo el que se levantó en armas contra los invasores
imperialistas. Los propios bolivianos, habían

121
derrocado a un dictador en 1952 , pero con una
insurrección popular. En cambio, ese mismo mes de
abril, el Che confiesa: “La base campesina sigue sin
desarrollarse; aunque parece que mediante el terror
planificado, lograremos la neutralidad de los más, el
apoyo vendrá después. No se ha producido una sola
incorporación”…
La terrible paradoja que enfrentó el “foco
guerrillero” comandado por el Che, fue la necesidad
de esconderse de los campesinos, cuya conciencia
revolucionaria pretendían despertar a través de
triunfos militares. A cinco meses ya de la implantación
de la guerrilla, el Che escribe en su Diario: “Estamos
rodeados por 2 mil hombres en un radio de 120
kilómetros, y se estrecha el cerco, complementado por
bombardeos con NAPALM; tenemos unas 10 o 15
bajas”. Cinco meses después, en un resumen de lo
hecho en agosto 1977, expresa: “Seguimos sin contacto
de ninguna especie y sin razonable esperanza de
establecerlo en fecha próxima. Seguimos sin
incorporación campesina, cosa lógica además, si se
tiene en cuenta el poco trato que hemos tenido con
éstos”… Y en el resumen de septiembre, a una semana
del cerco y de la batalla que puso fin a su guerrilla, el
Che consigna: “Las características son las mismas del
mes pasado, salvo que ahora sí el Ejército está
mostrando más efectividad en su acción y la masa
campesina no nos ayuda en nada y se convierten en
delatores”. Y agrega con ironía respecto al teórico del
“foco guerrillero”: “El francés planteó con inusitada
vehemencia lo útil que podría ser fuera (de Bolivia)”.
Entretanto, EE.UU., había formado en Panamá un
batallón anti-insurgente de 800 bolivianos,

122
adoctrinados por veteranos de Corea y Vietnam. Envió,
además, a Bolivia radares electrónicos, 5 cazas P-51,
varios helicópteros, y dos H-19; así como, armas,
municiones, alimentos y carpas para los soldados que
combatían la guerrilla. La acción armada del Che,
sobrevivió sólo 11 meses. Su última foto vivo, fue al
lado de un agente de la CIA con uniforme militar
boliviano.
Es verdad que la existencia de una guerrilla fue
importante en Cuba para el control del Poder. Pero el
gobierno de Batista se derrumbó, no sólo debido al
combate de los guerrilleros, sino a otros múltiples
factores: corrupción, grave crisis económica, retiro del
apoyo del gobierno yanqui, poderosa oposición política,
división y derrotismo en las Fuerzas Armadas, huelga
general de los trabajadores y, por último, la huida del
propio Batista al extranjero.
Lo importante ahora es que el pueblo de Bolivia y
otros pueblos de América Latina, comienzan a
movilizarse contra sus opresores y explotadores. Lo
hacen, conscientes de sus fuerzas, de sus intereses y de
sus derechos. Y tienen éxito en su lucha, sin necesidad
de teóricos trasnochados. Ahora sí, una intervención
armada norteamericana, enfrentaría seguramente
varios Vietnam.

La Nación 9 octubre 2007

¡Gracias Reyes Católicos por descubrirnos!

123
Jorge Palacios C

El 12 de octubre de 1942, Cristóbal Colón, enviado


por los muy católicos reyes de España, nos descubrió.
¡Qué sería de nosotros pobres indígenas americanos si
no nos hallan! Los Reyes Católicos nos enviaron su
visión cristiana del mundo. Ese su catolicismo español,
con terribles imágenes del infierno, cristos
ensangrentados, vírgenes llorosas. Su catolicismo
integrista de persecución a musulmanes y judíos. El
cristianismo de la Inquisición de Torquemada; de la
quema de libros y de herejes; de la tortura física y
psicológica; del Index, las excomuniones y censuras;
del odio a la mujer y al sexo; del terror a la muerte, al
infierno, a Dios, al demonio; de condena de todo el
género humano a un Juicio Final.
Si no nos descubren no habríamos sido
convertidos a la fe por esos venerable curas, que
acompañaban a las huestes colonizadoras, premiados
por su apostolado con “encomiendas” de indios
sometidos, lavaderos de oro y latifundios. Aún
existirían los templos de esos salvajes paganos
demolidos para construir iglesias sobre sus ruinas.
Junto con Colón y la soldadesca enviada después
por Isabel y Fernando a colonizarnos y evangelizarnos,
venía un ejército invisible. Un ejército, tan feroz como
las tropas de los reyes de España, pero infinitamente
más numeroso y mortífero. Un ejército de bacterias,
virus y otros flagelos desconocidos en estas tierras.
Venían a purgar nuestros pecados ancestrales, con la
viruela, el sarampión, el tifus, la peste bubónica y otros
castigos de Dios, que habían azotado ya al Viejo
Mundo.

124
Esos gérmenes letales, descubrieron América en
las Islas del Caribe junto con Colón, e invadieron el
resto del Continente, antes que lo hicieran los esbirros
de Hernán Cortés y Francisco Pizarro. La feroz
explotación de sus colonias por la cristiandad
castellana y las pestes que la acompañaban,
exterminaron en los primeros 130 años posteriores al
desembarco de Colón, al 95% de la población
autóctona, según el investigador norteamericano H. F.
Dobyns.
Como la mano de obra descubierta en el siglo XVI
en América fue diezmada y se hizo escasa, se trajo en el
siglo siguiente a unos 12 millones de africanos a
trabajar de esclavos, luego de cazarlos como bestias
salvajes en sus tierras natales.
La primera invasión benéfica nos llegó de España
cuando se implantó, -después de una cruenta guerra
civil- la dictadura teo-fascista de Franco. Centenares
de refugiados anarquistas, comunistas o simplemente
republicanos anti-franquistas llegaron a enriquecer
Latinoamérica.
El gobierno actual de España, no tiene parangón
con sus sombríos antecesores. Es una social-
democracia progresista en muchos aspectos y casi nada
pechoña. No obstante, ella ve con buenos ojos y
coopera con la nueva invasión hispana, que se ha
propuesto reconquistar nuestro Continente. La
invasión de las transnacionales españolas, que se han
apoderado de empresas claves en estos países. Las
comunicaciones, la electricidad, el gas, el agua, los
bancos, y otras menudencias, están ya bajo su control.
Es por eso, talvez, que soplan nuevamente vientos
bolivarianos en el Continente.

125
La Nación 16 octubre 2007

San José de Cupertino


apiádate de los pingüinos

126
Jorge Palacios C

En unas semanas más los pingüinos salen de los


glaciares liceanos y pistolan a las universidades. La
PSU, decidirá quiénes se quedan congelados y cuáles
llegan nadando a puerto. Afortunadamente, la Santa
Madre Iglesia dispone de un Santo encargado de los
estudiantes: San José de Cupertino. De aquellos, por
supuesto, que tengan sus sacramentos al día y postulen
a una pía universidad.
Según sus hagiógrafos, el susodicho San José,
“pasaba por las calles con la boca abierta mirando
tristemente a los demás”. En Cupertino su aldea,
obviamente, lo apodaban el “boquiabierto”. A los 17
años quiso ser franciscano, pero no lo admitieron por
bobo. Consiguió entonces infiltrarse en los Capuchinos
como hermano lego. A los 8 meses lo expulsaron por
zopenco. No sabía lo que estaba haciendo, se le caían
los platos que llevaba al comedor y andaba siempre en
Babias. Finalmente, a raíz de ruegos desesperados de
su madre, lo pusieron a trabajar con las bestias en el
establo del convento. Allí funcionó de lo más bien.
¡Y ahora viene lo bueno! La Iglesia declaró a San
José de Cupertino patrono de los estudiantes, porque
pese a ser “boquiabierto”, pasó piola los exámenes
para ser cura gracias a una sobrenatural “buena
cueva”. De todo el Evangelio, según su biografía, sólo
podía explicar la frase: “Bendito el fruto de tu vientre
Jesús”. Los examinadores, abrían el Nuevo
Testamento, -como quién tira el Tarot al azar- y
aparecía la frasecita enquistada en las escasas
neuronas del Cupertino. Finalmente, el examen

127
definitivo para ser cura lo aprobó en la colada, porque
el obispo se cansó luego de interrogar a los primeros
candidatos. ¡Esa vez lo salvó la campana!
Pero hay más: San José de Cupertino, no sólo llegó
a santo por sus aciertos estudiantiles con ayuda
celestial, sino especialmente por lo “volado” que era.
Un día, paseaba por el huerto y alguien le dijo: “Fray
José, que hermoso hizo Dios el Cielo”. Éste, entonces,
lanzó un grito y voló como un pajarito a posarse de
rodillas, en éxtasis, en la rama de un olivo cercano. En
otra ocasión, el Embajador de España y su esposa
visitaban el convento. Fray José, a punto de saludarlos,
vio un cuadro de la Virgen María en lo más alto del
edificio. Lanzó en el acto su grito de batalla y se elevó
por los aires a besar el rostro de la Inmaculada,
dejando esta vez boquiabiertos a los diplomáticos.
Pero, sin duda, el gol olímpico de Fray José fue con el
Papa Urbano VIII, el mismo que condenó a Galileo,
por la herejía de afirmar que la tierra giraba alrededor
del sol. Estaba el Cupertino hablando con su Santidad,
cuando de pronto, sin más, se elevó como un cohete y se
puso en órbita encima de su cabeza.
Fray José, es un santo oficial de la Iglesia Católica,
pero murió solitario recluido en un convento capuchino
en Osimo, el 18 de septiembre de 1663. ¡Qué es eso de
andar volando a cada rato! Y nada menos que encima
de la cabeza del Supremo Pontífice.
Ya saben pues, los pingüinos: tienen un patrono. Si
Fray José no les otorga la “buena cueva” de que les
pregunten lo que sepan en la PSU, se pegan una volada
por encima de los examinadores. El beso pueden
dárselo al retrato de la Michelle colgado en el muro.

128
¡No será virgen, pero es sin duda una mártir de la
politiquería chilensis!

¿Es deschavetada la reelección indefinida?

129
Jorge Palacios C

El referéndum que se votará en Venezuela sobre la


posibilidad de reelección indefinida de Presidente, está
siendo atacado por la gigantesca maquinaria
propagandística del gobierno de Bush. Ataques, que
repiten como loros amaestrados decenas de miles de
periódicos, radios, canales televisivos y opinólogos
inocentones o pagados. Presentan –con todo cinismo- la
reforma en cuestión, como si ella significara que
Chávez deba ser forzosamente elegido de una vez para
siempre. Lo grave es que mucha gente progresista pisa
el palito de esa tergiversación de la verdad,
dramatizada, amplificada y repetida hasta el infinito
por la maquinaria de mentiras de la Casa Blanca. No
obstante, el único derecho que tendrá el actual
Presidente de Venezuela, es el de presentarse como
candidato a las elecciones presidenciales, y si gana a
sus oponentes, ser reelegido tantas veces como obtenga
el apoyo popular. ¡Qué escándalo! A lo mejor, ese
Chávez sigue haciendo cambios beneficiosos para el
pueblo y lo reeligen varias veces. A Él, que es tan feo,
tan insolente, tan macaco, y tan enemigo de Bush.
Una de las formas arteras de ataque contra
Chávez es hacer aparecer la mencionada reforma como
algo excepcional, como producto del maquiavélico
anhelo dictatorial del susodicho líder caribeño. Es una
vergüenza que los numerosos países que tienen
constituciones, que ofrecen la posibilidad indefinida de
reelección de sus mandamases, no salgan en defensa de
sus sistemas electorales, y guarden un silencio
cómplice para que Chávez sea atacado. En Francia,

130
tanto el Jefe de Estado como su Primer Ministro,
pueden ser reelegidos indefinidamente; en Italia ocurre
lo mismo; en Inglaterra el Primer Ministro, tiene
también esa opción; en Alemania el Primer Ministro y
el Canciller, pueden ser reelegidos cuantas veces ganen
elecciones; asimismo, en España, Portugal, Eslovaquia,
Chipre, Suecia, Dinamarca, Bélgica, Eslovenia, Grecia,
Letonia y Países Bajos. ¿Será toda Europa fascista y
dictatorial por permitir la reelección indefinida de sus
líderes?
Lo grave es que el “crimen” de ser reelegido,
cuantas veces gane a sus contendores, es el principal
pretexto que los innumerables voceros anti-chavistas,
están esgrimiendo dentro y fuera del país, para
justificar allí un nuevo golpe de Estado. Un golpe de
Estado, como el que Aznar apoyó públicamente en el
2002. Claro está, no todos los que apoyaron el golpe de
Pinochet son en rigor fascistas, pero no les hace asco un
régimen así, mientras les favorezca.
Las maniobras golpistas contra Chávez son muy
parecidas a las que se utilizaron para derrocar a
Salvador Allende: mentiras, tergiversación de los
hechos, provocaciones de todo tipo para obtener
“víctimas” del gobierno, ocultamiento de productos,
soborno a militares traidores, y para qué sigo… En
toda América Latina, son bien conocidos los métodos
de la CIA.
Todo lo anterior sea dicho, sin aceptar que se me
atribuya un apoyo incondicional al llamado
“Socialismo del siglo XXI”. Hasta no ver con mis ojos
–si me alcanza el resuello- la realización de ese
proyecto. No me gustaría para nada que se pareciera al
“socialismo” del siglo XX. Encuentro formidables una

131
serie de reformas hechas a favor del pueblo de
Venezuela por su actual gobernante. Y me reconfortan
los chillidos de Bush y la Sra. Condolesa en su contra.
De lo poco que conozco del programa que será
sometido a plebiscito, aplaudo con entusiasmo el poder
que será transferido a las comunas. Ojalá en el futuro
todo el poder vaya a parar a sus manos, y que ellas
elijan y puedan revocar, indefinidamente, a quienes las
representen.

La Nación 16 noviembre 2007

I. Teorías sobre libertad y determinismo

132
Jorge Palacios C

En el pensamiento teológico cristiano, hay dos


corrientes antagónicas respecto a la relación entre
libertad humana y determinismo. Según Lutero, “La
voluntad humana colocada entre Dios y Satán es
semejante a una bestia de carga. Cuando es Dios el que
la cabalga, ella va allí donde Dios quiere que vaya.
Cuando Satán la monta, ella va donde Satán quiere que
vaya. No es libre de elegir uno u otro de esos dos jinetes;
pero ambos se combaten para apoderarse de ella y
poseerla.” Y agrega: “Lo que hacemos se efectúa no en
virtud de nuestro libre arbitrio, sino como efecto de una
pura necesidad.” Y refutando al gran humanista
Erasmo de Rótterdam, que se esfuerza por conciliar el
libre arbitrio con la creencia en un Dios todo poderoso
y omnisciente, Lutero pregunta: ... “si el hombre posee,
acaso, un libre arbitrio con respecto a Dios, de tal
manera que éste obedezca y haga lo que el hombre
quiere, o si, por el contrario, no es Dios quien posee un
libre arbitrio en relación con el hombre, de tal manera
que él quiere y hace lo que Dios quiere, y no puede
querer ni hacer nada diferente.” “El Bautista –concluye
Lutero- dijo que no puede recibir sino a aquél que le ha
sido entregado por el cielo. El libre arbitrio pues, no es
nada.”
El filósofo Leibniz, intenta fundamentar la
libertad humana, postulando la existencia de hechos
necesarios y de hechos contingentes. Los hechos
necesarios no podemos cambiarlos a voluntad. En
cambio, los hechos contingentes influencian la voluntad
sin forzarla. Concluye: “La elección (en la

133
contingencia), es libre e independiente de la necesidad,
puesto que se efectúa entre numerosos posibles, y la
voluntad es determinada sólo por la bondad
predominante del objeto.”
Sin embargo, la aceptación por Leibniz del dogma
religioso, que postula que Dios es omnipotente
(infinitamente poderoso), y omnisciente (infinitamente
sabio), echa por tierra su defensa de la libertad. Si
como él admite: “Dios conoce a priori las verdades
contingentes y las ve infaliblemente al margen de la
experiencia”, eso significa que el ser humano no puede
en verdad, poseer un rol independiente, original y
libre, en su conducta. Si fuéramos realmente libres de
elegir por nosotros mismos lo que haremos, ¿cómo
podría Dios conocer de antemano, a priori, lo que
decidiremos hacer? Sólo Dios pues, que ha elegido y
determinado de antemano todo lo que ocurrirá en el
Universo sería libre. En efecto, para Leibniz: “todo es
cierto y determinado anticipadamente en el hombre,
como en el resto de las cosas, y el alma humana es una
especie de autómata espiritual, aunque las acciones
contingentes en general y las acciones libres en
particular no sean debido a eso de una necesidad
absoluta, la cual sería verdaderamente incompatible con
la contingencia.” La afirmación de Leibniz encierra
una contradicción insoluble: por una parte, Dios
conoce desde siempre en forma absoluta y detallada la
evolución de lo que él ha concebido y creado; por otra
parte, lo que el hombre elija en el campo de la
contingencia, no obedece a una necesidad absoluta,
sino a la voluntad humana.
El filósofo intenta eludir esa contradicción
insalvable, postulando que Dios, si bien conoció la

134
evolución del Universo de una manera detallada e
infalible al concebirlo y crearlo, no está obligado a
efectuar “une predeterminación inmediata (…), que
haga salir a la criatura libre de su indiferencia, y a un
decreto de Dios de predeterminarla (caso por caso), que
le de a Dios el medio de conocer lo que hará.” Pero, el
que seamos determinados hasta en los menores detalles
de nuestras acciones en cada instante; o que nuestra
conducta esté incluida en un proceso rigurosamente
prefigurado por Dios desde los orígenes de la creación,
en ninguno de los dos casos seremos libres. O Dios sabe
y supo siempre lo que haremos y, por lo mismo, lo que
creemos elegir está ya predeterminado; o lo ignora y,
por lo tanto, no es omnisciente, ni omnipotente. Es
decir, Dios no existe y, por lo mismo, podemos elegir
libremente, en la infinita variedad de lo posible.

La Nación 30 noviembre 2007

II Teorías sobre libertad y determinismo

135
Jorge Palacios C

Entre quienes postulan un determinismo rígido y


absoluto de la naturaleza sobre el hombre y por ende,
niegan su libertad, podemos citar a Laplace. Éste
afirma: “Una inteligencia que en un momento
determinado conociera todas las fuerzas que animan la
naturaleza, así como la situación respectiva de los seres
que la componen, si, además, fuera lo suficientemente
amplia como para someter a análisis tales datos, podría
abarcar en una sola fórmula, los movimientos de los
cuerpos más grandes del universo y los del átomo más
ligero; nada le resultaría incierto y tanto el futuro
como el pasado, estarían presentes ante sus ojos”.
Según Laplace pues, no hay ni azar ni libertad en el
universo.
D´Holbach, por su parte, sostiene que “el hombre
no es libre en ninguno de los instantes de su existencia
(…), todas nuestras acciones están sometidas a la
fatalidad, que regula tanto nuestro sistema particular
como el sistema entero del universo; ningún efecto en
nosotros, como en la naturaleza, se produce por azar,
que como lo hemos probado, es una palabra vacía de
sentido. Todo lo que nos ocurre a nosotros o que
nosotros hacemos, así como todo lo que ocurre en la
naturaleza, o que nosotros le atribuimos, es debido a
causas necesarias, que actúan de acuerdo a leyes
necesarias, y que producen efectos necesarios (…) De
donde se ve que la necesidad que regula los
movimientos del mundo físico, regula también todos los
del mundo moral, en el que todo es por consecuencia
sometido a la fatalidad”.

136
Los teóricos del marxismo pertenecen a la época
en que impera en la ciencia un materialismo
mecanicista y una concepción metafísica de las leyes
naturales. Éstas son conceptuadas como sistemas
rígidos de coerción. El hombre no puede sino aspirar a
conocerlas mejor para adaptarse a su determinación,
evitando así el fracaso al que está destinada toda
acción que pretenda efectuarse al margen de esas leyes
o en oposición a ellas. El marxismo clásico hace suya la
menguada definición de Hegel de la libertad, como
“conciencia de la necesidad”. La urgencia por defender
contra el idealismo, el rígido materialismo inherente a
la ciencia del siglo XIX, les impide fundamentar
correctamente la libertad. ¿Cómo se puede ser libre en
un mundo como el que conciben Laplace y D´Holbach?
El marxismo-leninismo, centra su análisis
dialéctico de la naturaleza, en la transformabilidad de
unas cosas en otras; en los cambios graduales, que
conducen a cambios cualitativos; y si bien piensan
como Hegel, que las contradicciones son el motor del
cambio, no advierten que éstas últimas, son
incompatibles con una legalidad natural rígida, a la
que estamos condenados a someternos. Siempre
existirán fuerzas que podemos oponer a la coerción de
una ley, restringiendo su acción y ampliando así
nuestra libertad. Pensemos en los vuelos espaciales, en
la desintegración del átomo o en una simple caminata,
que sería imposible si no pudiéramos oponernos a la
gravitación.
El caso más extremo de veneración hacia esas
supuestamente implacables leyes naturales, lo ilustra
Plejanov (filósofo muy admirado por Lenin). Éste
expresa: “Cuando la conciencia que mi voluntad no es

137
libre se presenta a mí solamente bajo la forma de una
imposibilidad subjetiva u objetiva total de actuar en
forma diferente a como lo hago, y cuando mis actos al
mismo tiempo resultan ser para mí los más deseables
de todos los actos posibles, la necesidad, entonces, se
identifica en mi conciencia con la libertad, al igual que
la libertad con la necesidad. Dejo de ser libre
solamente en el sentido que no puedo oponer la una a
la otra, que no puedo sentirme constreñido por la
necesidad. Pero esta ausencia de libertad se torna, por
lo mismo, en la más completa manifestación de la
libertad”. Y agrega: “El hombre no sólo es un
instrumento de la necesidad y que no puede dejar de
serlo: él quiere serlo, el lo quiere con todas su fuerzas,
y no puede no quererlo…es una libertad que nace de
la necesidad o, más bien, una libertad que se identifica
con la necesidad. Es la necesidad transformada en
libertad”.
La Nación 10 de diciembre 2007

La Pascua y el fin del mundo.

138
Jorge Palacios C

Supuestamente, en Navidad se conmemora el


nacimiento de Jesucristo, un 25 de diciembre del año
753 a partir de la fundación de Roma. La fecha la
estableció un monje llamado Dionisio el Exiguo, en el
siglo VI de la llamada “Era Cristiana”, por encargo del
Papa Juan I. El susodicho monje, más inspirado por la
historia de Roma, que por el nacimiento de Cristo,
decidió dar inicio a la Era Cristiana 8 días después del
25 de diciembre. Es decir, el 1º de enero del año 754, en
el que comenzaba el Nuevo Año en el calendario
romano.
Hasta aquí todo iba más o menos bien, pero años
después, algunos historiadores se percataron que
Herodes “El Grande”, (el de la masacre de los
inocentes), personaje importante como todos sabemos
en la vida Jesús, había muerto 4 años antes del año
753. Es decir, el Mesías debió nacer al menos 4 años
antes de la fecha que le inventó el tal Dionisio, para
coincidir con el infanticida Herodes. ¡Bueno, no es un
error tan grave! La Enciclopedia Británica pone en
duda la existencia histórica misma de Jesucristo.
La equivocación del “Exiguo”, debió se tomada en
cuenta por piadosos investigadores, que se empeñaron
en establecer el comienzo y el fin del mundo basándose
en la Biblia. James Ussher, arzobispo anglicano, a
mediados del siglo XVII, dedicó su vida a esa ímproba
labor. Sus estudios ocuparon varios volúmenes y unas 2
mil páginas de texto. Finalmente, concluyó que la
creación la hizo Dios, el día 23 de octubre del año 4004
AC, al medio día. Dios –según él- habría comenzado su
trabajo en la noche que precedió a la separación de la

139
luz y las tinieblas, que dio lugar al nacimiento del
primer día. Talvez estuvo a oscuras echando las bases,
construyendo el radier del mundo, antes de iluminarlo.
Los 4 últimos años de la cifra calculada por Usser, por
supuesto, estaban destinados a corregir la metida de
pata de Dionisio “El Exiguo”.
En la primera parte de su trabajo: desde Adán y
Eva hasta Salomón, Ussher no tuvo problemas en sus
cálculos, pues la Biblia hebrea en la que decidió
inspirarse, señala el linaje masculino continuo y la
edad respectiva de cada patriarca bíblico. Pero
calcular el período desde Salomón hasta el nacimiento
de Jesucristo, le resultó más peliagudo. Debió entonces
darle rienda suelta a la especulación e inspirarse en
hechos marginales a la Biblia. Es decir, basarse en
acontecimientos fechables en otras culturas. Por
ejemplo, la conquista de Jerusalén por el rey
Nabucodonosor el año 586 AC.
El marco general obligado dentro del cual se
calculaba en la Cristiandad el día de la creación, se
afincaba en la creencia de que la máxima duración del
universo era de 6 mil años. Por muchos siglos, fue
considerada una herejía sostener lo contrario, pues el
apóstol Pedro en la Epístola II, dijo: “No debéis
ignorar una cosa, y es que un día respecto de Dios es
como mil años, y mil años como un día.” Como Dios,
antes de tomarse un día feriado, empleó 6 en crear el
mundo, éste “no podía” durar más de 6 mil años. Bien
extraño razonamiento, pues implica que el mundo
seguiría siendo creado hasta completar esos 6 mil años,
a partir de 23 de octubre del 2004, para luego
aniquilarse. Ahora lo sabemos, la creación debió durar

140
(según las cifras de Ussher), hasta el 23 de octubre de
1997, al mediodía.
El día siguiente al término de la historia humana
temporal, debía corresponder al comienzo del Milenio,
en que Jesucristo –según el Apocalipsis de San Juan-
gobernaría por mil años y el demonio, luego de un leve
pataleo como Anticristo al final de ese Milenio, sería
sepultado de una vez por todas en un abismo de azufre.
Como estamos en el 2007, el fin del mundo está
atrasado en un decenio respecto a los cálculos del
arzobispo Ussher. Tan atrasado, como la sentencia
definitiva contra Pinochet y su familia por parte de
nuestra justicia terrenal, en un proceso que se inició en
Londres en 1998, poco más de un año después del fin
del mundo según Ussher.

La Nación 21 diciembre 2007

141
Censura religiosa de documentos
Jorge Palacios C

La censura religiosa, la inició Dios mismo en el


paraíso terrenal, cuando le prohibió a Eva comer
manzanas. Después, el récord de censuras lo tienen la
Iglesia Católica y el Islam. Antes que ellos, el faraón
Akhenaton en 1350 ANE., hizo desaparecer los escritos
sobre los antiguos dioses, para imponer a “su” dios
Atón. En cambio, en el siglo V ANE., se quemaron los
escritos del filósofo Protágoras, por afirmar que era
imposible saber si los dioses existían y que “el hombre
es la medida de todas las cosas.” Sócrates no escribía,
pero se le obligó en el 399 AC., a envenenarse con
cicuta por “corromper a la juventud”, con su palabra.
Ya en nuestra Era, la represión a nombre del
catolicismo, comienzan ejerciéndola los emperadores
romanos convertidos. Teodosio I el Grande, condena a
muerte a los homosexuales en función de su fe, y no
sólo cierra los templos de los antiguos dioses romanos,
sino que prohíbe los juegos olímpicos por paganos.
Los restos de la incendiada biblioteca de
Alejandría, la llamada biblioteca hija situada en el
templo de Serapis, la destruye Teófilo, el obispo de esa
ciudad, cumpliendo órdenes del Emperador Teodosio
(391 DNE), que prohibió las religiones no-cristianas. Se
atribuye, también, en una controvertida hipótesis, la
destrucción de lo que quedaba de dicha biblioteca al
musulmán Omar I (586-664).
Los turcos musulmanes, eso sí se sabe, saquean
Constantinopla en 1453 y destruyen los manuscritos
contrarios al Islam.

142
El Papa Pablo IV (1559), sistematiza la censura
por el lado católico, creando el Index (del latin: Index
Librorum prohibitorum), una lista de libros, autores y
hasta párrafos censurados. La trigésima edición (1948),
contenía 4 mil libros censurados. Razones
fundamentales: el sexo, el ateismo y herejías respecto al
dogma católico. El Index, será abolido por Pablo VI en
1965. No es posible, ni con la ayuda de Dios, controlar
lo que el hombre produce por escrito. Tan sólo las
principales bibliotecas universitarias de EE.UU.,
poseen unos 15 millones de libros.
En 1633, ocurre un choque frontal entre la ciencia
naciente y las revelaciones y dogmas católicos. Galileo,
es condenado a la hoguera, por escribir que la tierra no
era el centro del universo y que giraba en torno al sol.
Obligado a abjurar de su obra, la pena se le cambia
por prisión perpetua y sus libros son quemados. En
nuestra época, la Iglesia Católica se ha visto obligada a
prohibir lecturas sólo a sus fieles, so pena de
excomunión. Hasta Harry Potter, ha sido condenado
por ciertas comunidades religiosas por diabólico.
Además, hay fieles que inician juicios contra algunas
películas, como “La última tentación de Cristo”, por
“ofensa” a los creyentes, (aunque no estén obligados a
verla). Lo que es muy curioso, pues los no-creyentes
podrían iniciar juicios, también, contra quienes
ofenden su visión racional del mundo, divulgando
creencias, que les parecen absurdas y perniciosas. En
EE.UU., se han producido disputas legales respecto a si
se debe enseñar en las escuelas la teoría evolucionista
de Darwin o la versión creacionista de la Biblia.
Ciertos sectores musulmanes, actualmente, han
asumido una actitud más sectaria y agresiva en defensa

143
de sus creencias. Todos conocen el caso de Salman
Rushdie, condenado por el ayatolá Jomeini a ser
asesinado por cualquier musulmán, por satirizar
algunos tabúes del islamismo, en su libro “Versos
satánicos”. Jomeini ofreció, además, una recompensa
de 3 millones de dólares. En Amsterdam (2004), es
asesinado Theo Van Gogh, un descendiente del famoso
pintor holandés, por una película llamada “Sumisión”
en que critica el Islam. Hay que decir, también, sin
ánimo de justificar el crimen, que era antisemita y
homófobo. Actualmente, la amenaza de muerte se
cierne, por su columna en el Fígaro, sobre otro ácido
crítico del Islam y de Mahoma: Robert Redeker,
profesor de filosofía en un liceo francés. Y el 14 de este
mes, once periódicos daneses reimprimieron una
caricatura de Mahoma (en la que el turbante es una
bomba), al saberse que un danés de origen marroquí y
dos tunecinos, preparaban el asesinato de Kurt
Westergaard, autor de dicha caricatura, que motivó
protestas masivas en varios países musulmanes. La
letra de las escrituras “sagradas” con sangre entra.
¡Dios y Ala nos libren de creyentes tan seguros de su fe!
La Nación 19 febrero 2008

Tráfico criminal de seres humanos

144
Jorge Palacios C

A partir del miércoles 13 de febrero 2008, más de


un millar de expertos defensores de los derechos
humanos de unos 100 países, se reunieron en la
Naciones Unidas para analizar el problema del tráfico
ilegal de seres humanos. Las víctimas alcanzan ya a 2
millones y medio en el mundo. Más de la mitad
provienen de Asia y el resto de América Latina, África,
Medio Oriente y países de Europa del Este. Para ser
breves: de las ex–colonias de las grandes naciones
capitalistas.
¿Quiénes son las victimas de este negocio criminal,
que reporta unos 32 mil millones de dólares al año?
Principalmente, se trata de niños destinados a la
prostitución, a trabajos forzados, o a ser
descuartizados para vender sus órganos; de mujeres
engañadas y vendidas como prostitutas, fuera de sus
lugares de origen; de inmigrantes ilegales, que serán la
mano de obra barata en los países desarrollados. Al
parecer lo que se desarrolla más rápido en tales países
desarrollados, es, precisamente, este negocio de las
mafias, que trafican con la vida de su prójimo. Sus
ganancias se calculaban en el año 2004 entre 7 y 10 mil
millones de dólares por año. En cuatro años pues, han
más que triplicado sus utilidades. El “negocito” de la
venta de esclavos en el siglo XXI, ha superado ya al
tráfico de armas y disputa el primer lugar con el de
drogas.
Algunos gobiernos, y partidos políticos derechistas
(como el PP en España), para frenar la inmigración,
están proponiendo medidas legales y represivas

145
arbitrarias, que meten en el mismo saco: el “tráfico
criminal” y la “inmigración clandestina”. Se autorizan
así, a intervenir en aguas internacionales o en zonas
marítimas territoriales de otros países, para capturar a
inmigrantes clandestinos, que se juegan de motu
propio la vida, huyendo de la persecución o la miseria
en sus países. Con ello se viola la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, que garantiza la libertad de
desplazamiento, así como el derecho de toda persona a
salir de su país. Se ha criticado a países dictatoriales
por prohibir a sus habitantes abandonar el territorio y
ahora se obliga por la fuerza a quienes lo han hecho, ya
sea por razones políticas o económicas, a retornar.
Los millones de personas, engañadas por los
traficantes para venderlas en países ricos o que se
conciertan voluntariamente para acceder ilegalmente a
ellos (con peligro de sus vidas), lo hacen debido a las
condiciones miserables en que viven en la ex-colonias y
para enviar allí dinero a sus familiares. En el fondo,
sólo intentan recuperar las riquezas que les robaron los
países colonialistas, riquezas con las que éstos forjaron
su prosperidad actual. Karl Marx, señalaba: “El
descubrimiento de los países del oro y de la plata en
América; el exterminio, la reducción a la esclavitud y el
entierro en las minas de la población indígena; el
principio de la conquista y del saqueo de la India
oriental; la transformación de África en un territorio
de caza comercial de pieles negras, fueron los
procedimientos que caracterizaron la aurora de la
época de producción capitalista. Estos idílicos procesos
constituyen los momentos principales de la
acumulación primitiva”. Acumulación inicial de
riquezas, que sentó las bases del desarrollo comercial e

146
industrial de la Europa colonialista y de la explotación
posterior del tercer mundo a través de inversiones,
comercio desigual y préstamos usurarios.
Varios historiadores calculan las sumas rapiñadas
desde 1500 a 1750 en Asia, África y América Latina,
por España, Holanda, Francia e Inglaterra en unos mil
millones de libras-oro inglesas. Es decir, mucho más
que la totalidad del capital que se invirtió para crear y
desarrollar las industrias europeas hasta inicios del
siglo XIX. ¿Por qué se oponen entonces, a que los
descendientes actuales de esas numerosas generaciones
oprimidas y explotadas por quienes poseían colonias,
intenten al menos usufructuar como asalariados de un
bienestar arrebatado cruelmente a sus ancestros?

La Nación 4 de marzo 2008

El reino de la especulación en quiebra


147
Jorge Palacios C

Warren Buffet, ha sido evaluado por la revista


Forbes en 2008, como el hombre más rico del mundo.
Posee una fortuna de 62 mil millones de dólares. Bill
Gates, pasó al tercer lugar con apenas 58 mil millones.
¡Pobrecito!... Lo increíble es que Buffet ha hecho su
fortuna, no en actividades productivas y empresariales,
sino especulando en la bolsa. Y ha llegado a top ten en
los momentos mismos en que EE.UU., -debido a la
especulación inmobiliaria y al endeudamiento- pasa
por una gigantesca crisis, al parecer tan grave o más,
que la de 1933.
Buffet, hasta ahora ha defendido y aumentado sus
riquezas, aprovechando hábilmente la caída del dólar.
Él ha conservado un buen puñado de acciones de
empresas, que venden en grande sus productos fuera
de EE.UU.: American Express, Coca-Cola, Gillette y
otras.
No obstante, tiene también intereses en
aseguradoras como el American International Group,
contra la cual el Fiscal General de Nueva York,
presentó una demanda por fraude, así como en otras
tambaleantes corporaciones de seguros debido a la
crisis.
El hecho de que EE.UU., pasa por una recesión
que afectará al mundo entero, es un secreto a voces.
Tan sólo en las tres primeras semanas de este año, el
mercado bursátil –en el que reina Buffet- perdió más
de 5 billones de dólares en el mundo. El equivalente al
40% de PIB de EE.UU.

148
¿Qué desencadenó esta vez la crisis? Los
culpables principales son los especuladores en
viviendas e hipotecas. Ellos, gracias a la muy eficaz
publicidad norteamericana, vendieron sus productos a
destajo, incluso a personas que no ofrecían ninguna
garantía de poder pagarlos. Si no pagan –razonaban-
vendemos la casa y nos retribuimos. La Reserva
Federal (Banco Central de EE.UU.), ayudó al frenesí
inmobiliario, bajando entre el 2001 y el 2003, del 6% al
1% las tasas de interés. Se incitó así, a millones de
consumados consumistas norteamericanos a
endeudarse con créditos inmobiliarios y de otro tipo.
Ante la fuerte demanda estimulada artificialmente, los
precios de los bienes inmuebles tuvieron alzas
continuas y crecientes. Como las viviendas comenzaron
a valer más que las hipotecas, los norteamericanos
pidieron ampliación de sus créditos para comprar
otras cosas: autos, aparatos electrónicos, etc.
El jolgorio del consumismo, tocó techo en el 2005.
A esas alturas el volumen de las hipotecas de alto
riesgo, casi alcanzó los 600 mil millones de euros. Cerca
del 10% del mercado hipotecario de EE.UU. Las tasas
de interés aumentaron y comenzó una escalada masiva
de embargos de viviendas. En los primeros 11 meses
del 2007, alrededor de 2 millones de familias perdieron
sus casas. Un aumento de 73% respecto a 2005. Y ni
siquiera eso les permitió saldar sus deudas, porque la
mayoría –como hemos dicho- debían mucho más que el
valor de la hipoteca.
Al ponerse en venta millones de casas
embargadas, el precio de las viviendas se vino al suelo.
Se cotizaron por un valor inferior al de sus hipotecas y
así, no sólo aumentó el endeudamiento de las víctimas

149
de embargos, sino que se ha producido una quiebra en
serie de sus victimarios: las hipotecarias de alto riesgo.
Y así, alegremente, todos seremos víctimas del
“sueño americano”, que se ha basado en un crédito
cada vez más artificial y en un aumento monstruoso de
la deuda externa de dicho país. Esa deuda crece cada
día en unos 1.640 millones de dólares y se acerca ya a
unos 40 billones de esa moneda. Imaginémonos si a los
chinos se les ocurriera cobrar los casi 1,5 billones que
EE.UU., les debe. La NASA tendría que llevarse a sus
habitantes a otro planeta: a un paraíso fiscal
intergaláctico. Cabe preguntarse: ¿cuánto tiempo le
durará el baile especulativo al hasta ahora exitoso Mr.
Warren Buffet?

La Nación 20 marzo 2008

150
La píldora de la vida después

Jorge Palacios C

Por milenios, las diferentes religiones les han


dorado o ennegrecido la píldora a sus fieles con
premios y amenazas de una vida post-mortem. El que
se porta bien se va al cielo; el pecador y el no creyente
al infierno. La zanahoria y el garrote.
La píldora de la vida después…, cambia de forma
según las épocas y religiones. El Corán ofrece a sus
devotos “Un jardín de las delicias”, con algunos goces
que merecen el infierno para el cristianismo: “Estarán
reclinados en alfombras de brocado… con bellas
huríes, no tocadas hasta entonces por hombre ni
genio”. Y cosas muy anheladas por gente que vive en
desiertos: “jardines, manantiales, frutas, palmeras y
granados”. En Egipto, en la época de las pirámides, 0
demagogia populachera. El propio Faraón era divino y
sólo él y su familia merecían el cielo. ¡Eso sería todo!
Para los Testigos de Jehová, sólo accederán al paraíso –
según el Apocalipsis- 144 mil personas.
La Iglesia Católica ha tenido versiones bastante
nebulosas sobre el cielo. Ha preferido trabajar la
amenaza infernal a vender el cielo. Algunos místicos
hablan de: …“su súper-existencia, en una desconocida
oscuridad sin forma… Él (Dios), nos hace libres de
todas las imágenes y nos arrastra a nuestro principio,
donde no encontramos más que una desnudez salvaje,
desierta, informe, que responde perfectamente a la
eternidad”. ¡Dios me libre!... Prefiero una buena
fumada de opio o de hachis. Su efecto no es eterno.

151
La versión pop del cielo no es mucho más
atractiva. Pintores medioevales y renacentistas nos han
dado imágenes. Mark Twain, en uno de sus libros, nos
habla de una carta de Satanás, reporteando en la
Tierra. “En el cielo del hombre –dice- ¡todos cantan! El
que no cantaba en la Tierra allí lo hace… Este canto
universal no es casual ni circunstancial, ni se alivia con
intervalos de silencio; sigue ininterrumpidamente y
diariamente…Y todos se quedan ahí; mientras que en
la Tierra, el lugar quedaría vacío en dos horas. El
canto consiste sólo en himnos religiosos… Mientras
tanto, todas las personas tocan el arpa: ¡millones y
millones!, aunque en la Tierra, no más de veinte de
cada mil sabían tocar un instrumento…” Mark Twain
es injusto, porque también hay millones y millones de
ángeles tocando trompeta... y se contempla a Dios por
los siglos de los siglos, amén.
En cambio, las descripciones del infierno, que han
hecho temblar y pagar sus diezmos a generaciones y
generaciones de feligreses, son realmente contundentes.
La política del miedo es la más rentable. Pinochet lo
sabía y la UDI lo sabe. Dionisio el Cartujano, un
erudito monje del siglo XV, describe el infierno:
“Figurémonos un horno ardiente, al rojo blanco, y
dentro de él un hombre desnudo que jamás se verá
libre de semejante tormento… ¡Representémonos cómo
se revolvería dentro del horno, cómo gritaría, rugiría,
viviría, qué angustia le oprimiría, qué dolor le
dominaría, sobre todo al recordar que aquel castigo
insoportable no cesará jamás!” Literatos y pintores,
por siglos, se han regalado explicitando detalles del
infierno de la Iglesia Católica.

152
No obstante, el mito del infierno es un absurdo y
una aberración inconmensurable. Un supuesto Dios,
infinitamente bondadoso, sabio y poderoso, concibe
(antes de crearlo de la nada), un universo cuya historia
futura conoce hasta en el más mínimo detalle: las
guerras, los crímenes, las pestes, las injusticias de la
historia humana. Nada se le escapa, pues concibió todo,
lo echo a andar y debe mantener su existencia en cada
instante. Él previó, -antes de crearlo- todos los factores
personales y sociales, que harían delinquir a cada
criminal. ¿O es que hubo o hay detalles de su obra que
ignora y que escaparon a su INFINITA sabiduría?
Aquí no hay distingo posible entre planificación y
ejecución, como en el Transantiago. Así y todo, ese
criminal, que Dios decidió de antemano que no se
arrepintiera, irá al infierno por toda la eternidad.
Suena raro e injusto, ¿no le parece?
Juan Pablo II fue informado por una encuesta que
el 60% de sus fieles en Roma no creía en el cielo, ni en
el infierno. Entonces, en su infalible sabiduría papal,
eliminó “geográficamente” el infierno, “ese horno
ardiente donde todo será llanto y rechinar de dientes”.
Señaló: “El infierno, más que un lugar, indica la
situación en que llega a encontrarse quien se aleja de
Dios”. En cambio, Benedicto XVI, en su infalible
sabiduría papal, lo resucitó. “Jesús –aclaró- vino a
decirnos…, que el infierno existe y es eterno”.
¡Dialéctica Vaticana!... Con razón hay un cura chalado,
que anda gritando: ¡genocidas!, a los que venden la
píldora del día después. ¿Irán al cielo o al infierno los
embriones y fetos?

La Nación 3 abril 2008

153
¡Justicia para todos, señor Jorge Reyes!

Jorge Palacios C

El abogado Jorge Reyes Zapata, se ha mostrado


como un ferviente y eficaz defensor de la “honra”, de la
“fe” y de las “creencias” cristianas, y ha librado en los
tribunales procesos contra todo lo que pueda
oponérseles. Nadie ignora su éxito como defensor de la
personalidad jurídica de la Colonia Dignidad, ese
verdadero templo de la pedofilia, donde se practicaban
las nobles tradiciones de activos miembros de la curia
romana. No tuvo suerte, eso sí, en el proceso que
iniciara a nombre de un “Señor Jesucristo” y de su
Iglesia, contra el film “La última tentación de Cristo”,
cruzada en que fue asesorado por el inolvidable cura
Hasbum.
Por mi parte, me siento integrante del sector de la
comunidad humana, que confía, más que en una fe
basada en leyendas, en dogmas y en indemostrables
milagros, en la razón y en la ciencia. Por lo mismo, me
ofende profundamente, que haya comunidades
religiosas como la católica romana, que se sienten
propietarias de una Moral y de dogmas “irrefutables”,
y pretenden someternos a ellos. Cualquiera diferencia
con sus desvaríos y costumbres rancias, hiere su
“dignidad” y van a llorar a la justicia y a pedir
reparaciones. Felizmente ya no disponen de la
Inquisición para imponerlas, pero sí de tribunales
discriminatorios.
Sus creencias contienen dogmas anti-científicos e
irracionales: como el de la “trinidad”; el de la

154
presencia real del cuerpo de Cristo en cada una de las
hostias que tragan sus fieles; el de virginidad de la
“virgen” María; y, por último, el de la creencia en un
Dios, que habría sacado (¿para qué?) este universo “de
la nada”; y que, pese a estar “en el cielo, en la tierra y
en todo lugar”, nadie ha podido verlo, oírlo, filmarlo o
aportar el más mínimo testimonio científico de su
existencia. Y no quiero referirme al hato de disparates,
inmoralidades, y falsedades históricas, contenidas en la
Biblia, de la que los católicos extraen la “Moral”, que
pretenden obligarnos a aceptar. Le pregunto al señor
Reyes, ¿solamente los que creen en la mitología
religiosa tienen derecho a ofenderse porque no se
respetan sus fantasiosas creencias, y a ir a los
tribunales a reclamar justicia?
En nombre de la igualdad ante la ley pues, lo
invito a Reyes Zapata, a defender ante los tribunales la
dignidad, el honor, el punto de vista, -no sólo de los
beatos- sino también de quienes nos sentimos ofendidos
e indignados de que se siga engañando a nuestros hijos
y a nuestro pueblo, con patrañas reñidas con la razón y
con la ciencia. Mitos y falsedades religiosas, divulgados
desde los púlpitos y a través de una gigantesca
máquina publicitaria, que siembra el terror al infierno,
el repudio del cuerpo y del sexo, la hipocresía, y que
ahora, se ha lanzado contra el derecho de las mujeres
chilenas a ejercer una natalidad libre y consentida.
Ahora, mientras mueren millones de seres
humanos a causa de guerras, hambre, y enfermedades
curables, la Iglesia Católica lanza una absurda
campaña en defensa de los embriones y exige tratarlos
como seres humanos. Un embrión no es más que una
bola infinitesimal de células indiferenciadas, sin

155
órganos que se semejen siguiera a los órganos
humanos. Los embriones de un sapo, de un perro, de
un pollo, no se diferencian en nada de los que dieron
origen al feto del señor Reyes. Cuando los médicos,
-católicos o ateos- efectúan la fecundación in vitro,
deben botar como desechos millones de embriones en el
mundo. ¿Aconsejaría el Vaticano hacerles un proceso
por genocidio a esos médicos? Constituye un absurdo
el adelantarse a reconocer como humanos a los
embriones, argumentando que son, potencialmente,
futuros seres humanos. Si la Iglesia Católica defiende,
todo aquello que potencialmente puede llegar a
transformarse en seres humanos, y exige la obligación
de tratarlos como tales -para ser consecuente- debiera
prohibir, no sólo la fecundación in vitro, sino la
masturbación, la ducha, la exposición al sol y hasta ir
al pedicuro o sacarse un moco, pues todo eso implica la
eliminación de células. Ha de saber el señor Reyes, que
no sólo los embriones, sino toda célula humana puede,
potencialmente, -por medio de una clonación-
transformarse en un ser humano. La oveja Dolly fue
creada a partir de una célula de la ubre de su madre.
Tomás de Aquino, el “más santo de los sabios y el
más sabio de los santos”, según la Iglesia, debiera ser
excomulgado, porque afirmó que el embrión no tiene
más que “alma vegetativa”. Es decir, está al nivel de
una semilla vegetal. Señala, además, que en la
resurrección del Juicio Final, no participarán los
embriones. Su “potencialidad” humana, al parecer, no
le importa un bledo al Creador, sino al Papa y sus
acólitos.
La Nación 25 abril 2008

156
Mayo 1968: una revolución moral

Jorge Palacios C

Mayo 1968. Hace 40 años, en plena época de auge


económico y bienestar en Francia, emerge un potente
levantamiento del estudiantado, que arrastró a la clase
obrera y a numerosos sectores medios. París se
transforma en un campo de batalla. Los estudiantes
arrancan los adoquines del suelo para lanzarlos contra
los policías. El 9 de mayo, hay barricadas, miles de
heridos, unos 500 detenidos y se incendian dos
centenares de vehículos. Los trabajadores se
incorporan a la lucha. La Renaud es ocupada por los
huelguistas. El 13 de mayo participan en un mitin
cerca de un millón de personas. Los dos tercios de los
trabajadores del país están en paro. Es decir, unos 10
millones. Los obreros levantan sus reivindicaciones
económicas. El combate se radicaliza. El propio poder
es amenazado. Entonces, el Partido Comunista francés
echa pie atrás. Comienza a oponerse al paro y a los
“métodos violentos” de lucha. El combate se desinfla y
De Gaulle gana la partida llamando a elecciones. La
táctica de Moscú era la misma que en los tiempos de
Stalin. Éste, hizo que los sectores armados de la
Resistencia anti-nazi en Europa entregaran sus armas
a los gobiernos burgueses. Sólo deseaba fortalecer a la
URSS en su competencia con EE.UU., y contar para
ello, con el apoyo de los partidos comunistas, del brazo
con la social-democracia. En China, Stalin pretendió
que Mao Tse Tung disolviera el Ejército Popular, que
combatió contra la invasión japonesa, y que entregara
las armas al gobierno reaccionario del Kuomingtan,

157
aliándose con éste. Como es sabido, Mao se negó y con
el Ejército Popular conquistó el poder.
Lo notable del enorme levantamiento, que
iniciaron los estudiantes en mayo del 68, es que no fue
hecho por una reducción en las matrículas, ni por
obtener becas o por el pase escolar, sino para
revolucionar las costumbres de la sociedad. La primera
reivindicación que levantaron fue contra la prohibición
en los internados de entrar a los cuartos de las
alumnas. Fue una rebelión contra todas las formas de
autoritarismo: contra la violación policial a la
autonomía universitaria; contra el poder que ejerce el
profesorado al obligar a rendir exámenes; contra un
tipo de educación tendiente a formar tecnócratas o
burócratas apatronados; contra el patriarcado
familiar; por el derecho a la contracepción y al aborto;
contra los prejuicios burgueses y clericales, que exigen
esconder el cuerpo y que condenan el sexo y el amor
libre. Es cierto, que en el plano internacional los
estudiantes eran sensibles a la heroica lucha de pueblos
como el vietnamita y el argelino, o al triunfo de la
guerrilla en Cuba, pero el mayor anhelo en el 68, fue el
zafarse de algún modo de una vida monótona,
conformista, sin imaginación, aburrida. Como lo
señalara Ignacio Ramonet: “fue una revolución
cultural con apariencias políticas”. Un logro no menor
de ella fue un cambio profundo en la vida familiar:
autoridad compartida por ambos padres, divorcios por
incompatibilidad de caracteres, gran permisividad con
los hijos. Del 68, provienen esos hijos ya muy mayores,
que no quieren abandonar la casa de sus padres. ¿Para
qué, si se les da cariño, libertad y comida gratis?

158
Las consignas en los muros universitarios de París,
nos dan una pista de los anhelos juveniles. “Gracias a
los exámenes y a los profesores, el arribismo comienza
a los 6 años”; “Cambiar la vida. Transformar la
sociedad”; “La imaginación tomó el poder”; “Lo
sagrado: ahí está el enemigo”. Y, por último, esa
inspirada frase de André Breton, el líder de los
surrealistas: “La revuelta y solamente la revuelta es
creadora de luz, y esta luz no puede tomar sino tres
caminos: la poesía, la libertad, y el amor”.

La Nación 20 mayo 2008

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Edgar Morin: un pensador planetario

Jorge Palacios C

Nos visita en esta semana, Edgar Morin, uno de


los más brillantes y profundos pensadores de los dos
últimos siglos. Recientemente, en mayo, él asistió al
Foro Iberoamericano Sobre Estrategias de
Comunicación (FISEC). Rafael Alberto Pérez,
Presidente de dicho organismo, señaló: “Si a los 300
miembros del Foro, alguien nos preguntase quién es el
intelectual europeo vivo que más ha influido en nuestra
manera de pensar, no creo arriesgar mucho si digo que
la respuesta sería mayoritariamente Edgar Morin. De
hecho es el autor más citado en los más de 125 trabajos
publicados en nuestra revista académica”.
Edgar Morin, ha incursionado en los variados
campos de la civilización humana: ciencias naturales y
sociales, y así mismo, en las innovaciones recientes
introducidas por la inteligencia artificial (teoría de
sistemas, teoría de la información, cibernética). Todos
sus estudios y trabajos, lo han llevado a una
comprensión de las interacciones entre los diversos
aspectos del conocimiento y del mundo en que vivimos;
y a la necesidad de encarar la realidad como un
proceso complejo. Ninguna abstracción, corte,
separación, especialidad, aspecto aislado del universo,
puede comprenderse si no es examinado en un contexto
más vasto del que forma parte. Por otro lado, toda
realidad es más que la suma de las partes que
identificamos en ella. Además, esas partes no se
relacionan con el todo o entre sí de un modo externo,
como entidades cerradas, sino como sistemas abiertos.

160
Ellas forman parte de aquello con lo que se relacionan,
sin perder por ello su identidad relativa. La pretensión
de separar las disciplinas científicas; de aislar y
enfrentar en forma chovinista las naciones; de encarar
la enfermedad de un órgano, sin considerar el
organismo al que pertenece y el medio en que vive, nos
conducen a una visión distorsionada de las cosas y a
cometer errores y hasta crímenes. Por otra parte, en
cada conjunto de cosas interrelacionadas, debemos
tomar en cuenta (no sólo el todo), sino la
individualidad, la frontera, que contiene la existencia
específica de las cosas que integran ese todo. Un país,
se enriquece respetando la individualidad, la
originalidad de sus miembros, a menos que ella atente
en forma grave contra el conjunto de la sociedad; así
como, un eco-sistema se enriquece con la bio-
diversidad de las especies que lo componen.
Pero la complejidad que plantea Morin, no sólo
concierne a la relación entre las partes y un todo (o
conjuntos de todos de los que “ese todo” forma parte),
sino a la complejidad estructural de cualquier todo, así
como de las partes que lo conforman. El universo es
complejo y contradictorio a todos los niveles y
evoluciona, es decir, tiene una historia. Las nociones
de caos, contradicción, azar, indeterminación, desorden
–señala Morin- “aparecen, no como residuos a eliminar
mediante la explicación, sino como ingredientes no
eliminables de nuestra percepción/concepción de la
realidad…” Tampoco podemos eliminar lo nuevo, lo
original, lo imprevisible.
Lo escrito hasta aquí, contiene apenas un ejemplo
muy simplificado de la riqueza que encierra la
concepción del mundo de Edgar Morin. Ella está

161
explicitada en más de medio centenar de obras claves,
traducidas a una veintena de idiomas diferentes. Su
formulación le ha valido los calificativos de “Maître à
Penser” y de “Pensador Universal”.
Habría que mencionar también, contribuciones
más específicas del hombre integral que es Morin. Por
ejemplo, referirse al rol que jugó en defensa de la
libertad, combatiendo en la Resistencia durante la
ocupación alemana de su país y su participación en el
combate por liberar París; su promoción de
numerosísimas publicaciones, su participación activa
en foros, organizaciones de diverso tipo, charlas,
conducción de investigaciones. Entre todas sus
actividades, hay que destacar su preocupación por el
problema de la educación. Durante 1997-1998, es
solicitado por el Gobierno francés, para que presente
un plan de proposiciones para una reforma educativa
en Francia. En 1999, es invitado por la UNESCO, a
entregar sus puntos de vista en un proyecto de
“Educación para un futuro sostenible”. De esta última
iniciativa, surge el ya mundialmente conocido texto de
Edgar Morin, llamado: “Los siete saberes necesarios
para la educación del futuro”. Un planteamiento lúcido
y fundamental, no sobre tecnologías o métodos de
enseñanza, sino sobre los objetivos fundamentales que
deben orientar la educación de todo ser humano. Hay
ya una universidad en México (Multiversidad Mundo
Real “Edgar Morin”), que se inspira en sus ideas.
Edgar Morin, está actualmente en Chile, país en
pleno proceso y lucha por transformar su sistema
educativo. Es de esperar que las reformas que se
planteen, consideren, no sólo aspectos tecnológicos y
económicos, (los cuales, por cierto, son vitales para

162
forjar la igualdad de oportunidades en la enseñanza),
sino que también, y muy especialmente, se tomen en
cuenta LA METAS DEL SABER, que nuestro ilustre
visitante, ha planteado al sistema educativo de todo el
planeta.

La Nación 9 junio 2008

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Salvador Allende: recuerdos personales

Jorge Palacios C

Allende era muy amigo de mi hermano Eduardo.


Yo tenía 18 años menos que “el Chicho”, pero heredé
esa amistad, por una mayor afinidad ideológica. Mi
hermano era demócrata-cristiano.
Yo veía al “Chicho”, a menudo, en la oficina de mi
hermano. Intentaron varios negocios juntos. Yo fui
testigo de uno frustrado. Quisieron, imitando a
EE,UU., instalar en Chile, -país de vino tinto y pisco
sour- unos Milk Bar. Completo fracaso.
Allende era un hombre absolutamente leal con sus
amigos, sin importar su filiación política. A comienzos
de la campaña presidencial de 1964 yo era aún
militante comunista. Propuse crear en el Comando
Electoral, un sección original, destinada a llevar al
candidato no sólo a los mítines con partidarios ya
convencidos, sino a lugares donde se combatía:
ocupaciones de terreno por los “sin casa”, huelgas con
toma de la industria y otras luchas de ese tipo. La
dirección del PC aceptó de mala gana. No era su estilo
de trabajo electoral. Yo quedé a cargo de dicha sección.
A los pocos días de su creación –con el propio
candidato a la cabeza- rompimos el cerco policial, que
rodeaba unos terrenos recién ocupados. El gobierno
esperaba que lloviera y forzar así a los ocupantes a
abandonar sus “viviendas” de tablas y latas, techadas
con cartones y plásticos. Les entregamos una
camionada de fonolitas. El “Chicho” quedó chocho con
la acción y me instó a continuar con mi plan. El caso es
que en plena campaña electoral, el PC nos expulsó por

164
organizar un acto de celebración del aniversario de la
Revolución china. Ellos apoyaban al PC soviético en su
discrepancia con el PC chino. Además, en acuerdo con
los dirigentes socialistas, el PC me retiró su apoyo y
pidió que se me expulsara del Comando Electoral.
Salvador Allende se opuso resueltamente a mi salida y
les señaló que yo seguiría allí como representante suyo.
Su propio sentido de la lealtad, hizo que Allende
confiara en Pinochet y otros militares hipócritas y
traidores. En la revista “Causa ML”, publicamos en
1971 un informe del sociólogo yanqui Roy Allen
Hansen, sobre las Fuerzas Armadas chilenas. El
Informe se basaba en un cuestionario hecho a oficiales
en servicio activo de la Academia de Guerra y de
Escuela Politécnica de las FF.AA. Además, 38 generales
fueron entrevistados. El Informe provenía de una
universidad reconocidamente controlada por la CIA.
Allende nos invitó a Robinson Rojas y a mí a conversar
de dicho Informe. Las preguntas acerca de las
amistades sociales de los principales jefes de las FF.AA.
y muchas otras, mostraban claramente que se trataba
de un sondeo para establecer la factibilidad de un golpe
de Estado. Le planteamos a Allende esta posibilidad y
se indignó. “Jamás nuestras FF.AA., se prestarían para
algo semejante. Ellas son leales y patriotas”, replicó.
Justo después de su derrota electoral en 1964 (por
un estrecho margen), nos entrevistamos con él. Estaba
muy decepcionado por el fracaso. “Parece que ustedes
tienen razón, nos dijo. Jamás llegaremos al Poder por
la vía electoral. No quiero ser candidato de nuevo”. Su
pesimismo, duró menos que un suspiro en boca de
enamorado. En 1970 fue nuevamente como candidato y
triunfó. Nosotros no participamos en esa elección.

165
Cuando Salvador Allende era ya Presidente, yo fui a la
Moneda a hablar con Osvaldo Puccio (padre). Quería
pedirle que intercediera para liberar a militantes
nuestros encarcelados a raíz de un mitin un tanto rudo.
Estaba en eso, cuando pasó “el Chicho” con su Edecán.
“Recién viniste a felicitarme, me dijo en broma.
Ustedes como siempre despistados. En esta elección en
que no me apoyaron, gané”. Y agregó: “Y yo que
pensaba nombrarte Embajador en China, para alejarte
lo más posible del país.” Lo tomé como una broma,
pero poco después me llamó para que hablara con
Armando Uribe, el futuro Embajador, y lo ayudara a
entender la idiosincrasia de los chinos.
Cuando los partidos de gobierno se retiraron del
programa televisivo “A esta hora se improvisa”, en que
estaban siendo muy maltratados, nos invitaron a
participar en él. Pensaban que el programa (con más
de un millón de televidentes), moriría por falta de
polémica, pero sobrevivió. Salvador, al comienzo, se
indignó con nuestra participación, pero luego, nos
enviaba mensajes y datos para fustigar a los momios.
Una noche llegó como invitado sorpresa el
Comandante de la Fuerza Aérea Ruiz Danyau. Venía
de uniforme y con escolta armada. El Presidente me
envió con la Encargada de Prensa de la Moneda un
mensaje para que lo denunciara: él le había pedido su
renuncia ese mismo día y no tenía derecho a
presentarse de uniforme y con escolta. A la mensajera,
no la dejaron entrar al edificio de la Universidad
Católica, desde donde se trasmitía el programa. Sólo
supe del mensaje al volver del exilio. Yo le pregunté a
Danyau a la ocasión: ¿Las FF.AA., son defensoras de la
Constitución y leyes chilenas? “Por supuesto,

166
respondió. Son garantes de la legalidad del país.” ¿Eso
significa –le dije- que si hay jefes que pretenden violar
esa legalidad, la tropa puede tomar las armas contra
ellos? “¡Qué pretende!, me replicó, ¿que yo hable
contra la jerarquía y la disciplina de las FF.AA.?”

La Nación 27 junio 2008

Huir al sur del mundo


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Jorge Palacios C

En las grandes ciudades se está encerrado en sí


mismo. La piel, la carne, los huesos, están circundados
por un hostil y geométrico entorno de cemento y de
acero. El alma y el cuerpo circulan y resbalan por las
aristas de ese cristal opaco. En la atmósfera misma
flota un inerte veneno pulverizado y un veneno vivo,
ambos hostiles a los seres humanos. Por todo eso decidí
huir, escapar a mil cien kilómetros de la pena capital.
Ahora vivo en un lugar que tiene el non-santo
nombre de “Cascadas”. Habito en medio de un bosque
nativo de ulmos, arrayanes, mañíus, avellanos, y a
orillas del inmenso lago Llanquihue. Tengo de vecinos
tres volcanes nevados, tan amenazadores como
hermosos. El Osorno a mis espaldas, el Tronador y el
Calbuco al costado izquierdo del lago. En las noches,
bordeando las aguas opuestas del Llanquihue, se
divisan a lo lejos las luces de Puerto Varas, Frutillar y
Puerto Octay.
El combate entre el viento sur, el viento norte, la
lluvia, el sol y las nubes, es aquí permanente. Las olas
del lago se encrespan con los temporales, el humo de la
casa desciende hasta el suelo, los árboles danzan, y en
ocasiones mueren de cansancio y caen. A la hora
siguiente, el sol y las nubes; el viento sur y el viento
norte, deciden hacer la paz. Todo se ilumina entonces y
el lago duerme, tan tranquilo, que hasta nuestra
respiración parece perturbarlo. El poder predecir estos
cambios es una ciencia que se aprende paso a paso.
En verano es la invasión. Todas las casas y la playa
se repletan. Llegan camiones y buses los fines de

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semana con osorninos y puertomontinos. Son los meses
que menos me gustan. En cambio en otoño, primavera
e invierno, habitan en el balneario menos de una
docena de personas. Todos ellos son buenos vecinos o
amigos. Nos visitan y los visitamos. Pero se puede
también saborear la soledad. Hay ocasiones en que
caminamos entre el bosque y el lago con Cristina mi
pareja, sin ver a nadie. Nos acompaña únicamente
nuestra perra Melinka, mezcla de labradora con
“ladradora”. Cuando viaja Cristina a Santiago por
trabajo, es Melinka mi compañera exclusiva de
andanzas. Ella corre, se aleja y vuelve, gozando de su
libertad y espantando codornices ocultas en los
matorrales. Así, llegamos ambos hasta un río que
marca la frontera sur de nuestro viaje. El sector norte
del balneario y del lago, aún no lo exploro a pie. La
belleza de lo que veo en esos paseos, resulta hasta
empalagosa. Es como tener siempre frente a los ojos
una tarjeta postal. Pero la belleza, en verdad, es
incapaz de hostigarnos y cansarnos. Eso nos dicen, al
menos, aquellos que creen en Dios.
La casita de madera que me cobija, es ahora como
mi propio cuerpo. Vive conmigo en el bosque y no
entremedio de torres y edificios. En ella arde el fuego,
que nos entibia noche y día. Allí confluyen las energías
que me conectan al mundo. Puedo ver, oír,
comunicarme, hablar, con quienes amo; con aquellos
cuya fácil y cercana presencia perdí con mi fuga. Aquí
estudio, escribo, leo. Comparto con Cristina, labores
caseras. Algunas ya conocidas y otras nuevas, como
cortar leña, encender la chimenea, ir de compras al
pueblo.

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Con el calentamiento global, toda la fauna y la
flora del planeta, creo, deberá desplazarse hacia el sur
en busca del agua. Yo, modestamente, espero ser un
pionero de esta migración forzada, que el egoísmo de
algunos nos ha impuesto.

La Nación 10 julio 2008

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