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POSTURAS Y CRITERIOS TEÓRICOS Y EPISTEMOLOGICOS DE ALGUNOS REPRESNTANTES

DE LA POSTURA HISTÓRICO HEMENEUTICA: DILTHEY, WEBER Y SHÜTZ


(Documento de estudio y discusión)

Este documento resume las propuestas teóricas, epistemológicas y metodológicas de tres


de los principales representantes de la corriente histórico-hermenéutica: Dilthey, Weber y
Shütz. En la relación que determina la producción del conocimiento, estos autores van a
omitir la atención en el objeto, y se van a concentrar de forma exclusiva en las maneras de
explorar y observar científicamente la subjetividad de un sujeto inserto en un proceso
histórico y social.

El método que van a poner en marcha para alcanzar este objetivo no es el modelo hipotético
deductivo del positivismo, sino el método de la comprensión del mundo interior de las
personas y la sociedad que permite captar el sentido y la racionalidad que subyace en sus
acciones.

La realización de esta síntesis no exonera en ningún caso que los interesados en esta
temática vayan directamente a los textos de los autores mencionados para evaluar la
validez del presente escrito, y para obtener un mayor y mas claro conocimiento de sus
propuestas, explicaciones y teorías.

LAS CIENCIAS DEL ESPIRITU DE WILHEM DILTHEY

Wilhem Dilthey fundamenta las ciencias sociales desde una perspectiva epistemológica y
metodológica diferente a la que busca imprimirle el positivismo a estas ciencias. En su
opinión las ciencias sociales históricamente han estado subordinadas a otros sistemas de
conocimiento, como la filosofía y la metafísica, y en tiempos recientes por el positivismo,
saberes que desconocen la naturaleza y complejidad de su objeto de estudio: la subjetividad
social.

Para este autor las ciencias sociales son un área independiente y autónoma del
conocimiento, por esta razón busca separarlas y diferenciarlas de las ciencias naturales. El
camino para logar este cometido es denominarlas “Ciencias del Espíritu”, cuya base es el
conocimiento e indagación de la experiencia interna de la conciencia. En la conciencia,
según su parecer, ocurre todo lo que pasa en nosotros y en nuestro alrededor. El análisis de
la experiencia que tienen lugar en esta dimensión subjetiva es la piedra angular de estas
ciencias.

Pero para Dilthey la experiencia y los hechos de la conciencia quedan muy limitados si no
los relacionamos con las representaciones, con los sentimientos, con los sueños, con la
memoria y con los anhelos de los sujetos. También pierden su sentido si se dejan de vincular
con la naturaleza humana y con el estudio de la lengua y de la historia.
En síntesis, el interés de conocimiento de Dilthey no se encuentra en el mundo externo y
ajeno al sujeto, sino que su atención se centra en la indagación de las representaciones que
los sujetos abstraen de su propia voluntad a lo largo de su vida. Dicho en otras palabras, a
diferencia de los positivistas que se interesan únicamente por lo objetivo, los científicos de
la corriente histórico-hermenéutica, en contraste, se centran exclusivamente en la
subjetividad del individuo y en su condición humana e histórica.

LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU COMO CAMPO DE CONOCMIENTO INDEPENDIENTE

Para Wilhem Dilthey las ciencias de la sociedad son un todo independiente, así como son
un todo independiente las ciencias de la naturaleza. Las ciencias sociales son estudiadas
como una totalidad compuesta por conceptos que funcionan como partes de un sistema;
pero dichos elementos no únicamente son de naturaleza material, sino que también están
compuestos por un conjunto de hechos espirituales.

Como se dijo anteriormente, estos hechos espirituales que se han desarrollado


históricamente constituyen la realidad interna que estas ciencias buscan comprender. Por
esta razón el método para observarla no es el método científico, sino el método histórico,
comprensivo y crítico.

El autor denomina a estas ciencias “Ciencias del Espíritu”, denominación que en su opinión
es la menos inadecuada para referirse a los hechos sociales e históricos; pues los hechos de
la conciencia no están separados de los hechos psicológicos físicos de la naturaleza humana.
El motivo que lo lleva a llamar a estas ciencias de este modo, radica en la profundidad y en
la totalidad de la conciencia humana. En su opinión, en la conciencia está la soberanía, la
voluntad, la responsabilidad y la facultad de someterlo todo al pensamiento.

Sin embargo, Dilthey, no fue el primero en hablar de las ciencias del hombre, pues ya
anteriormente otros pensadores lo habían hecho. Por ejemplo, para Spinosa solo existe lo
que ocurre en la conciencia y en el mundo espiritual. Aquí reside todo el valor y la finalidad
de la vida; de este modo separa el mundo físico del espiritual.

En la Edad Media Santo Tomás también estableció su diferencia entre los dos mundos; para
luego relacionar dicha distinción con la divinidad. Mas que una dualidad, este pensador
fundó una trilogía, cuyos componentes eran Dios, la esencia y el ser. Lo que en Santo Tomás
fue una dualidad se convirtió en una trilogía en su sistema de conocimientos. En el mundo
creado está el ser y la esencia; Dios se encuentra en los dos mundos porque ambos poseen
una dimensión espiritual. En este punto, Santo Tomás desarrolló una metafísica de la
espiritualidad.

Luego otros metafísicos se encargaron de esta relación, pero sus intentos fallaron por qué
impusieron los métodos de las ciencias exactas. Los desarrollos este sistema entraron en
contradicción con el conocimiento de la autoconciencia. Luego vino la diferencia entre

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mundo interno y externo. Lo interno propio de la mente y la subjetividad, lo externo como
lo dado; como aquello que es independiente a la voluntad del hombre.

Posteriormente, Dilthey mejora esta diferencia con las denominaciones “Ciencias de la


naturaleza” y “Ciencias del espíritu”. El punto distintivo entre estos dos sistemas de
conocimiento, es el análisis de lo que existe en nuestra experiencia interna; esto es lo que
interesa y tiene valor para la producción de conocimiento social; además nuestra
experiencia interior no tiene comparación con el mundo sensible de la naturaleza.

RELACIÓN DE LAS CIENCIAS DE LA NATURALEZA CON LAS CIENCIAS DEL ESPÍRITU

Para Dilthey las ciencias del espíritu también incluyen a los hechos naturales; dichas ciencias
tienen como base el conocimiento de la naturaleza. El autor argumenta que no se puede
desconocer que la espiritualidad necesita de funciones físicas para vivir. El pensamiento y
la conciencia funcionan con la energía que el mundo físico le proporciona al sistema
nervioso.

La vida espiritual de la sociedad solo es separable por abstracción y por pedagogía de la


unidad vital psicofísica. Es decir, el sistema vital de la naturaleza constituye también un
objeto de las ciencias histórico-sociales. El hombre existe como ente material y como un
complejo de hechos espirituales.

Sin embargo, las dos dimensiones nunca ocurren de manera simultánea en el mismo acto.
En ocurren en momentos diferentes, pero entre las dos hay una interdependencia. Las
funciones del espíritu dependen de la naturaleza, y viceversa. Estas penetran por los
órganos sensoriales en el sistema nervioso, y allí se originan las sensaciones,
representaciones y sentimientos; y éstos, a su vez, vuelven a actuar sobre la naturaleza.
Dilthey es consciente que la independencia de la sociedad y de la historia con respecto a la
naturaleza es relativa.

Pero a pesar de esta dependencia, y en contravía de la preponderancia que Comte y Spencer


le dan a la naturaleza como origen y final del conocimiento social, para este autor los hechos
espirituales son el límite superior y la naturaleza es el límite inferior; los hechos de la
naturaleza son cuestiones básicas de la vida espiritual. La naturaleza, para su progreso y
desarrollo, necesita del conocimiento que le brinde el espíritu humano.

La interdependencia de estos dos mundos, también se observa en su conjugación y


articulación a la hora de observar un fenómeno. Por ejemplo, para el genio de la música su
conocimiento está ligado a las leyes de la naturaleza y el estudio de las leyes naturales está
ligado por su comprensión.

En síntesis, el autor quiere fundamentar teórica y epistemológicamente la historia y las


demás ciencias del espíritu, con argumentos diferentes a los del positivismo. Descubre que
la teoría del conocimiento de su tiempo no hace justicia a la particularidad de estas ciencias,

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pues no avala que el científico social capte el mundo desde dentro, como un sujeto histórico
y social.

EL MÉTODO DE LA COMPRENSIÓN RACIONAL POR MOTIVOS DE MAX WEBER


Max Weber busca darle a la sociología un estatus científico a través de un método
compresivo racional, que la diferencie de las explicaciones que la filosofía, la psicología y el
determinismo de la historia y la economía le daban a la acción social. Para llegar a su
propuesta metodológica, este autor participa en las discusiones epistemológicas que se
dieron en su tiempo, que tenían por objeto independizar las ciencias sociales e históricas
del influjo cosificador del positivismo francés.

En lugar de asumir una posición extrema y reaccionaria con el positivismo, el autor apela a
la complementariedad y la mixtura de enfoques metodológicos para estudiar una realidad
tan compleja como la que observan las ciencias sociales y humanas. Opinaba que el método
de las ciencias de la cultura no era como lo proponían Dilthey, Widelband y Rickert, para
quienes el investigador es el llamado a realizar esta elección, sino que quién determina el
método de observación es la propia realidad investigada, o el problema planteado. Más que
inclinarse a favor del positivismo y la hermenéutica, buscó la integración de estos métodos
para elaborar su propuesta metodológica.

Creía que al igual que cualquier ciencia natural o social, la sociología también tenía su propio
objeto de estudio: la acción social. En su definición de sociología determina lo qué esta
ciencia estudia en concreto, y el método que emplea para investigarla. En su opinión la
sociología “… es una ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social de tal
modo que pueda explicarla causalmente en sus desarrollos y efectos…” (Weber, 2004, p.5).

La acción social que le interesa estudiar a Weber no es la que resulta de una reacción
biológica, o del estimulo a una respuesta que se monitorea en un laboratorio psicológico,
sino comportamiento colectivo de varios, donde el actor, o actores, involucrados en este
proceso le imprimen a su comportamiento un sentido y una racionalidad, que es fruto de
su pensamiento y de su conciencia frente a lo que van a realizar, y que es orientado hacia
los demás, por esto se trata de una acción social, y esta acción, a su vez, se orienta por el
curso que le indican los demás.

Para estudiar la acción social, el comportamiento social racional, el autor crea el método de
la compresión racional por motivos

 El método de la sociología comprensiva

Este método busca comprender los motivos que originan la acción social. La entiende como
la captación del sentido y el significado de la acción social; es decir la observación y
explicación de la racionalidad que subyace en este tipo de acciones y comportamientos. A
esta racionalidad el autor la denomina sentido o intencionalidad.

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La intencionalidad o el sentido de la acción no es algo imaginado, ni metafísico, ni ideal
como piensan los filósofos, es algo real que existe en el presente o en el devenir de la
historia; y que se lo puede evidenciar en un promedio de casos, en los conceptos o
categorías que han creado las ciencias sociales para clasificarlo e estructurarlo. También se
puede evidenciar su realidad en el tipo ideal que Weber ha formado para estudiar el
comportamiento social que denomina: acción racional con arreglo a fines; que no es otra
cosa que el comportamiento social real que se observa en las interacciones entre personas,
grupos y estructuras en cualquier contexto de tiempo y espacio, ya sea de tipo macro social
o a nivel de la relación entre dos personas; en el cual las personas se fijan unos fines para
orientar su accionar, y para alcanzarlos eligen de forma inteligente y sopesada unos medios
(caminos o estrategias) para alcanzarlos.

La coherencia y la lógica que existe entre los medios elegidos y los fines deseados, que le
da un sentido a la acción, el autor la denomina conexión de sentido. Esta conexión de
sentido es el verdadero objeto o unidad de análisis de la sociología comprensiva, a pesar de
que sea un fenómeno subjetivo y racional, es algo que se puede evidenciar a través de la
observación y los sentidos. Como dice el autor es algo evidente; y certificar su existencia es
lo que le importa a la sociología comprensiva. Según Weber, la evidencia hace que la
comprensión de la acción social se torne clara y diáfana. Ella -la evidencia- es la que permite
que el investigador le de coherencia, en su mente, a la acción racional con arreglo a fines
con la conexión de sentido que subyace en ella.

A partir de la tipificación de la acción racional con arreglo a fines se puede estudiar la


proximidad o lejanía del comportamiento o acción especifica que estemos observando. Nos
ayuda a determinar la influencia de factores racionales e irracionales en la acción. Si la
acción tiene una proximidad muy cercana al modelo, se la considera acción racional, pero
si, por el contrario, se desvía o es distante con respecto a este tipo, entonces se la evalúa
como irracional.

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No existe coincidencia perfecta entre el modelo y la realidad observada, porque dicho
modelo no existe, es ideal; es un concepto creado por el investigador para interpretar la
racionalidad de la acción que busca investigar.

Por ejemplo, Weber creo la categoría “Espíritu del capitalismo”, para demostrar
empíricamente que el capitalismo no solo es una dimensión económica, objetiva y reíficada,
sino que este modelo económico y social es posible gracias al desarrollo de una vocación
profesional y disciplinada, y por una actitud de superación, que obliga a quién le imprime
este sentido a su acción, si tiene por finalidad enriquecerse, a levantarse muy temprano en
la mañana para trabajar, a no aplazar para después lo que se puede hacer ahora, a ahorrar
para el futuro, y a ver el trabajo como un valor dado por Dios para agradarlo.

La estructura interna de este concepto es una acción racional con arreglo a fines, cuya
conexión de sentido la concibe y la adecua bajo una lógica unívoca bajo la cual trabajar
duro, con el sudor de la frente, abstenerse de consumir en cosas innecesarias, ser frugal, y
puntual con el pago de las obligaciones financieras, son medios para alcanzar el fin previsto
de acumulación de capital, propiedades y acciones económicas. Se habla de univocidad,
porque la significación que une medios y fines debe ser la misma. En el caso planteado, la
univocidad entre los medios y los fines es de tipo económico.

 Comprensión actual y comprensión explicativa: Comprensión racional por motivos

En opinión de Weber existen dos tipos de comprensión: actual y explicativa. Son dos tipos
de comprensión que en lugar de formar una dicotomía, forman un cuerpo articulado que le
dan a la interpretación un carácter holístico e integral. Claro que dicha integración no
desconoce que de las dos alternativas propuestas, la más importante para la investigación
sociológica es la que corresponde al segundo tipo.

Se aplica la comprensión actual cuando observo a una persona y la entiendo a partir de sus
gestos, su lenguaje corporal, el movimiento de sus manos, su mirada, las facciones de su
cara. De este modo, como dice Weber, puedo entender la persona que hala el gatillo de una
pistola, o una persona que toma la poma de una puerta para abrirla. Esta observación se
realiza al instante que ocurre el fenómeno considerado.

Cuando se aplica la comprensión explicativa se busca conocer los motivos o causas que
llevaron a una persona o a un grupo; o cuando se responde a las preguntas ¿por qué lo
hizo?, o ¿para qué lo hizo? De este modo puedo entender a la persona que hala el gatillo
de la pistola por los motivos que la llevaron a emprender esta acción. Así mismo este tipo
de método me permite conocer las causas que llevaron a la persona que tomó la poma de
la puerta para abrirla.

A partir de la integración de los dos tipos de comprensión, Weber propone lo que denomina
comprensión racional por motivos. Es decir un tipo de comprensión que permite identificar
la conexión de sentido para explicar los efectos y desarrollos de la acción social. Para el

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autor explicar es captar la conexión de sentido que está incluida en una acción que ya ha
sido interpretada de modo presente, al tenor de un sentido subjetivamente mentado
(Weber, 2004).

 Aspectos metodológicos de la comprensión weberiana

La comprensión del sentido de la acción social no es una ficción o una idea; es un método
que parte de evidencias reales, como la conexión de sentido que subyace en la acción
racional con arreglo a fines. Sin embargo, la evidencia no le da una validez absoluta al
método. Esta comprensión solo es una explicación con soporte empírico que tiene un valor
relativo y parcial.

De igual manera, la conexión de sentido observada tiene una validez relativa, pues esconde
una serie de elementos subjetivos que solo se pueden evidenciar en la medida en que el
investigador observe con rigor la acción de su interés. La conexión de sentido es evidente
cuando hay armonía entre el motivo y la acción. Pero es menos evidente cuando la acción
es producto de una “lucha de motivos”, esto implica más trabajo y dedicación en la
investigación por parte del investigador.

Como se mencionó anteriormente, la comprensión no tiene nada de metafísica o idealista,


se orienta por la realidad que describe el sentido de la acción observado. Tampoco tiene
nada que ver con la compresión biológica y naturalista, que utiliza la estadística y la
experimentación como medios para controlar la acción. Para Weber los fenómenos de las
ciencias sociales son ajenos al sentido subjetivo. La comprensión no tiene nada que ver con
leyes generales invariables como las que formularon Comte y Spencer.

Así mismo, la compresión de acción social no tiene nada que ver con procesos psíquicos o
reacciones bioquímicas del cerebro. La interpretación que propone Weber se encuentra
distante de la comprensión psicológica. Lo importante es la racionalidad que se deriva del
pensamiento y de la inteligencia humanos. Racionalidad que es el resultado del cálculo y la
planificación que los humanos le imprimen a sus acciones.

De igual manera, la comprensión no tiene nada que ver con las explicaciones naturalistas y
científicas, que a través de la estadística y la experimentación buscan controlar y orientar
la acción social. La comprensión sociológica es diferente a la formulación de leyes generales
invariables al estilo de Comte y de Spencer, pues los fenómenos de la naturaleza y la biología
carecen de sentido subjetivo.

También es inapropiado explicar la organización de la sociedad y de la acción en términos


de estructura y de funciones, dado que estas dimensiones se remiten exclusivamente a la
vida morfológica exterior, dejando de lado sentimientos, emociones y sentidos construidos
de forma racional. El término función aporta ilustración para entender técnicamente la
causalidad, pero carece de fundamentación para captar la conexión de sentido de un
fenómeno social.

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Para Weber, Spencer y Comte se encuentran lejos de realizar una interpretación
sociológica, ya que explican los hechos de la sociedad recurriendo a los términos de las
ciencias exactas y acudiendo a analogías orgánicas que reducen la acción social a aspectos
generales y objetivos, desconociendo su individualidad y subjetividad. El autor recomienda
que para entender la vida social y humana hay que recurrir a analogías y metáforas
extraídas de la propia vida social.

En el mismo sentido, la explicación causal que propone Weber es diferente a la formulada


por Durkheim en la regla relativa a la explicación de los hechos sociales. Según esta regla
un hecho social solo puede ser explicado por una única causa, y si el hecho social es
explicado por varias causas, es porque existen varios tipos de hechos sociales. En contraste,
para Weber, una acción social puede ser explicada por uno o varios motivos, que producen
en el desarrollo de la misma uno o varios efectos.

Las acciones que le interesan a la sociología son las que involucran una o varias
individualidades. Le interesa observar las organizaciones, las asociaciones, los grupos y la
conciencia social no como entes aislados, sino como significados, símbolos y sentidos que
orientan la acción de los miembros que pertenecen a ellos. Más que un fenómeno objetivo
las organizaciones y grupos sociales, según Weber, son representaciones que existen en la
mente como un deber ser (Weber, 2004).

 Adecuación del sentido de la acción

La conexión de sentido que subyace en la acción racional con arreglo a fines, que
recordemos, es el tipo de acción comprensible de forma explicativa dado que tiene el mayor
grado de evidencia empírica, y por lo tanto el más elevado nivel de racionalidad y
coherencia, es percibida por el investigador en la experiencia, pero para que pueda ser
comparada con la realidad, debe adecuarse al concepto de racionalidad que el investigador
tiene en su mente. Pero, como lo que señala Weber, este proceso no es arbitrario ni
caprichoso, es una consecuencia de la experiencia y el conocimiento acumulado que posea
el investigador frente al fenómeno social y cultural que le interesa.

También depende del concepto de causalidad que asume la sociología comprensiva. Dicha
concepción dista del determinismo que Marx le imprimió a su interpretación materialista
de la historia, en la cual la organización social y política, así como la cultura y la ideología
son un epifenómeno de la producción económica. Ni tampoco la sociología comprensiva
concibe la causalidad bajo el determinismo que para Durkheim explica los hechos sociales,
donde a cada efecto le corresponde una única causa, y donde el análisis de un solo
fenómeno a partir de diversas causas no es posible.

La comprensión racional por motivos propuesta por Weber entiende tiene claro que una
acción social es explicada por diversos motivos y razones; y que la misma acción produce

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diversos efectos. Esta concepción de la causalidad, el autor no lo dejó en el plano del
pensamiento y de las ideas, sino que lo aplicó en sus investigaciones empíricas.

Por ejemplo, la hipótesis que Weber comprobó en su obra “La ética protestante y el espíritu
del capitalismo”, se soporta en el hecho de que si bien los valores religiosos de cuño
protestante juegan un papel importante en el desarrollo de una profesión disciplinada
frente al trabajo y la riqueza, no descarta la influencia de otros factores, como las
condiciones históricas particulares propias del mundo europeo y norteaméricano que
propiciaron esta clase de desarrollos.

Así mismo, en su investigación denominada “Sociología del trabajo industrial”, el autor no


solo explica que el aumento en el rendimiento de los obreros de las fabricas textiles que su
ubican al este del Rio Elba en Alemania, no solo son explicadas por estímulos salariales y el
mejoramiento de sus condiciones de trabajo, sino también por factores del orden subjetivo
que han tornado a los obreros más racionales que los empresarios, hasta el punto que este
comportamiento, siguiendo al autor, resulta pernicioso para la continuidad del capitalismo
fabril alemán.

También es importante mencionar que los motivos que explican la acción son muy
particulares, y muy distintos en cada uno de los casos observados. Recordemos, de la mano
de Pietro Rossi (1993), que para Weber la sociedad es un campo de múltiples e infinitos
objetos de estudio, donde cada casos es un mundo no replicable, y no generalizable. Bajos
esta perspectiva, la causalidad de Max Weber es contraria a las leyes generales y al
monocausalismo objetivo y estructural de otras perspectivas sociológicas, cercanas al
positivismo y al marxismo.

 Los conceptos tipo

La sociología compresiva construye conceptos tipo para encontrar leyes generales del
acontecer de la cotidianidad, con el propósito de contrastarlas para la investigación con la
individualidad y la singularidad de los comportamientos sociales tanto racionales como
irracionales. Se construyen siguiendo una lógica inductiva: primero se acude a la experiencia
(se observa) y luego se teoriza (se construyen conceptos integradores y sintéticos). El
sustento de la comprensión weberiana se encuentra en la casuística social y en la
pragmática de la realidad social.

Los conceptos tipo no captan la totalidad de la realidad que buscan interpretar, son
herramientas y técnicas de investigación social que permiten una aproximación a la misma.
Por esta razón, para llenar este vacío el investigador debe construirlos con alto grado de
univocidad (elaborada a partir de un solo significado general, como ya se mencionó) y de
coherencia interna. Esta univocidad es el resultado de la adecuación de sentido que le
imprime el investigador de acuerdo a sus necesidades de conocimiento social.

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Con la ayuda de estos conceptos, el método de la comprensión sigue una serie de pasos
sucesivos: se contrasta el modelo o concepto tipo con la realidad, para evidenciar la
distancia que tiene frente a él los comportamientos racionales e irracionales observados;
es decir en un primer momento, la interpretación se realiza por aproximación o lejanía con
respecto a este modelo. La coincidencia perfecta entre el modelo y la realidad no existe,
porque el concepto es ideal, está en la mente del investigador. Es una medida filtro que se
encuentra en su conciencia.

Si el concepto es cercano a la realidad ayuda a su mejor elaboración y adecuación de


sentido; además le aporta evidencia empírica para que alcance un mayor nivel de
univocidad. Si por el contrario, se encuentra lejano del concepto tipo de contrastación el
investigador tiene que caminos: reelaborarlo o descartarlo. Interpretes de la metodología
weberiana, como Julien Freund (1967), proponen que el investigador debe formular varios
tipos conceptuales del fenómeno histórico, social y cultural observado para reducir la
incertidumbre a la hora de realizar su aplicación.

Para que el concepto tipo alcance un mayor nivel de univocidad, la sociología comprensiva
forma dos clases de conceptos tipo: los tipos puros (ideales) y los tipos promedio.

Según Max Weber los tipos ideales:

“[Están formados] por una acentuación unidimensional de uno o más puntos de


vista y por la síntesis de gran cantidad de fenómenos concretos individuales
difusos, distintos, más o menos presentes, aunque a veces ausentes, los cuales
se colocan según esos puntos de visa enfatizados de manera unilateral en una
construcción analítica unificada (…)”. (Weber, 1903)

Por su parte, los tipos promedio son poco frecuentes. Se construyen a partir de
regularidades empíricas extraídas de la estadística, que expresan univocidad de sentido y
significado. El mejor ejemplo de los tipos promedio es, quizá, el concepto de conciencia
colectiva formulado por Emile Durkheim (2001, p. 94), quién acudiendo a las mediciones
estadísticas define la conciencia colectiva como un conjunto de creencias y sentimientos
que son comunes al promedio de los miembros de una sociedad.

En opinión de Weber, los tipos promedio no son tan frecuentes como los tipos ideales, ya
que el sentido mentado de las acciones sociales es muy inusual expresarlo en términos de
medidas cuantitativas.

LA FORMACIÓN DE LOS CONCEPTOS Y LAS TEÓRIAS EN LAS CIENCIAS SOCIALES SEGÚN


ALFRED SCHUTZ.

Alfred Schutz busca deslegitimar las críticas que los teóricos del círculo de Viena dirigieron
contra el método de la comprensión (Verstehen en alemán). En su opinión, mientras las

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ciencias de la naturaleza buscan explicar la realidad y experimentar con ella, las ciencias
humanas buscan comprender los fenómenos sociales.

La comprensión no es un método o una técnica de investigación que cuantifica y cosifica la


realidad, sino que es una estrategia que acude a las categorías y los conceptos que produce
el ingenio y la experiencia del investigador que capta el sentido y el significado de las
acciones sociales. En sus propias palabras “[los conceptos y las categorías son] la forma
particular como el pensamiento y el sentido común conoce el mundo social y cultural”.

Este autor busca demostrar como a partir de la observación de la subjetividad que subyace
en el comportamiento social emergen conceptos y categorías objetivas que permiten
sintetizar y organizar las estructuras subjetivas del sentido del pensamiento racional.
Posición diferente a la que esgrimían los positivistas lógicos, para quienes el
comportamiento social estaba determinado por una causa exterior específica, y para
quienes el sentido y el significado de las acciones son consecuencia de una reacción
biológica del organismo humano.
Para Schütz, estos pensadores solo entienden y observan la realidad solo desde el plano
externo y objetivo. Para ellos la experiencia únicamente se relaciona con la observación
sensorial, pues, en su opinión, los sentimientos, las emociones, y los significados de la
acción no son susceptibles de ser percibidos directamente por los sentidos. Su concepción
de ciencia está concentrada en los hechos, y no en los fenómenos del pensamiento y la
conciencia.

Los fundamentos de las ciencias sociales no deben buscarse en el positivismo, sino en la


fenomenología, según este autor. La fenomenología es una parte de la filosofía que analiza
la conciencia y su esencia. Tiene por objeto estudiar la esencia de las cosas. Sin embargo,
el autor no se propone exponer los pormenores de esta corriente filosófica, sino rescatar
algunos elementos de la misma que permitan darle mayor fundamento epistemológico a
las ciencias sociales.

 El objetivo de las ciencias sociales es el conocimiento organizado de la realidad social.


Es la conjunción de los objetos y sucesos del mundo material en un marco socio cultural,
tal y como los experimenta el pensamiento y el sentido común de los hombres y las
mujeres cuando viven en sociedad, estableciendo múltiples relaciones entre sí. En este
sentido, la realidad social, según el autor, no es un mundo privado sino intersubjetivo,
es decir implica comunicación y lenguaje.
 Los positivistas presuponen la realidad social porque es externa y objetivo. Para el
fenomenólogo la realidad no es algo dado, sino que es algo que se construye en la
conciencia a medida que se vive en sociedad. La realidad social es un problema que
debe resolver el investigador.
 La experimentación y la deducción de los positivistas impide observar las diferentes
dimensiones de la realidad social. Por ejemplo, el conductista puede explicar la
conducta del sujeto observado, pero no la suya propia. No puede observar las acciones

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que se dejaron de realizar por estar concentrado en la observación sensorial de los
objetos.

En la propuesta de Schütz, el sentido común, con todas sus dificultades e inconsistencias,


basta para entenderse con el prójimo, con los objetos culturales y con las instituciones
sociales. Esto ocurre de este modo, porque el mundo social y cultural es intersubjetivo;
porque conocemos y nos adaptamos a la sociedad de diversas maneras.

El mundo social es experimentado desde un primer momento como un mundo provisto de


sentido. No se experimenta al otro como un cuerpo o como un organismo sino como un
semejante en términos de sus motivos y de sus fines. De igual manera, experimentamos
los objetos culturales en términos de la acción humana de la cual son resultado. Así las
cosas, una herramienta, por ejemplo, no es concebida como una cosa del mundo exterior,
sino que se la entiende en términos del propósito por el cual fue concebida, y por su
utilidad.

La comprensión no es solamente un método si no la particular forma experiencial en que


el pensamiento cobra sentido en el mundo social. No tiene nada que ver con la
introspección; es el resultado de procesos de aprendizaje y aculturación. Este modo de
entender la realidad es subjetivo. Max Weber lo denominó “comprensión subjetiva” porque
presupone descubrir el sentido de su acción para el actor, en contraste con el sentido que
esa acción tiene para su copartícipe, o para un observador neutral.

En la fenomenología, así como en la biología y como en la física, también existe la


experiencia. Pero es la experiencia de la existencia de otros seres humanos y del sentido y
el significado de sus acciones. Esta es la primera y la más original observación empírica para
la investigación social.

La intersubjetividad de la cotidianidad, o mundo de la vida como lo denominan los


fenomenólogos, es el inicio de la de la investigación social. En la observación de este mundo
se originan todos los conceptos científicos y lógicos. También es el lugar donde se originan
las teorías que explican el mundo de lo social.

Todo conocimiento del mundo, tanto del pensamiento, como de la ciencia, supone
construcciones mentales, síntesis, generalizaciones, modelos, construcciones específicas
de la imaginación, que dan cuenta de la forma cómo se organiza el pensamiento y las ideas.
Por ejemplo, el concepto de naturaleza es una consecuencia de la intersubjetividad, no se
trata de un concepto que aparezca de la nada.

Por esta razón, los conceptos de las ciencias naturales no nos dicen nada del sentido común
y la subjetividad, en tanto que los conceptos que emergen de la vida social nos dicen mucho
de la manera como se construye la realidad en sociedad, sin la mediación de medidas
exactas y porcentajes que no tienen sentido subjetivo.

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Dicho de otro modo, según Schütz, el mundo de la naturaleza no tiene ninguna significación
para las moléculas y los átomos; en cambio, en el mundo social los conceptos tienen un
significado para los seres humanos que actúan, viven y piensan en él. Ellos son quienes
mediante interpretaciones de sentido experimentan o interpretan la acción de los demás
en su vida cotidiana.

Es así, que las categorías que crea el científico social para comprender la realidad social
deben basarse en objetos construidos por el pensamiento de los hombres y mujeres que
viven su existencia cotidiana dentro del mundo social. La indagación de los principios según
los cuales el hombre organiza su vida cotidiana y sus experiencias es el fundamento que
hace que esta área del conocimiento y de las humanidades sea considerada una ciencia.

La organización de dichos principios se realiza a partir de conceptos y categorías creadas


por el propio investigador gracias a sus observaciones. Con ellas puede describir,
interpretar y comprender los motivos y los fines que orientan la acción, incluso sus
actitudes y su personalidad. Es más, con la ayuda de estos conceptos, según la opinión del
autor, el investigador puede entender hasta sus propias acciones, y también puede
autotipificar su comportamiento.

Pero como se trata de conceptos y categorías científicas, no logran capturar la realidad de


lo investigado en su totalidad; no son una herramienta del dogmatismo filosófico. Por esta
razón, tiene un alcance explicativo relativo y aproximativo; se pueden someter a prueba
para observar su efectividad; es más la misma observación puede contribuir a su
transformación o reconfiguración.

Bibliografía

WEBER, Max (2004). Economía y sociedad. México: Fondo de Cultura Económica.

FREUND, Julien (1967). Sociología de Max Weber. Madrid: Península.

ROSSI, Pietro (1993). Introducción. En: WEBER, Max (1993) Ensayos de metodología sociológica.
Buenos Aires: Editorial Amorrtu.

DILTHEY, Wilhem (1949). Introducción a las ciencias del espíritu. México: FCE.

SCHUTZ, Alfred (2008). El problema de la realidad social. Buenos Aires: Amorrortu.

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Taller No 2

1. Explorar y describir los aspectos biográficos más importantes de los tres autores
mencionados
2. Identificar y explicar similitudes y diferencias entre las propuestas teóricas,
epistemológicas y metodológicas de los tres representantes de esta corriente científica
3. Con base en la lectura de las tres propuestas referenciadas en el texto, identifique y
explique los rasgos más característicos del enfoque histórico hermenéutico.
4. Explique cual es la contribución de las propuestas de estos tres autores para su
formación como científico social

El taller debe ser trabajado en grupos de máximo tres estudiantes, y socializado y discutido
en el próximo encuentro con el profesor. El resultado de este ejercicio debe ser entregado
por escrito al profesor.

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