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CASO SOBRE LOS TRASTORNOS DE LA AFECTIVIDAD

Autor

Héctor Vásquez C.I.- 27.882.031

Caso ficticio

Facilitador(a)

Prof. Blanca Arjona

Docente P.N.F Terapia Ocupacional

Universidad Nacional Experimental “Rómulo Gallegos”

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

P.N.F Terapia Ocupacional

Cohorte VII - Trayecto IV - Tramo II

San Juan de los Morros - Edo. Guárico

22 de Marzo, 2023
INTRODUCCIÓN

En primer lugar se tiene que determinar que los trastornos de la afectividad, se pueden

entender como cambios del comportamiento en función del estado de ánimo, apareciendo en

función de eventos específicos, en segundo lugar el diagnóstico del tipo melancólico constituye

sin ninguna duda, el más fiable y cualitativamente relevante no ya de los trastornos

depresivos, sino de toda la clínica psiquiátrica.

Pero aparte de este también están unos menos vistos que serían los cambios en el estado

de ánimo hacia la euforia, o la sobre excitación que causa cambios en las respuestas a ciertas

situaciones de forma agresiva o indignada, pensando que es una persona demasiado

importante sobreestimándose, también están los trastornos bipolares episodio maníaco único.

Episodio hipomaníaco más reciente, episodio mixto más reciente, episodio depresivo más

reciente, episodio sin especificar más reciente, con estos nos referimos a que cuando cambian

los estados de manía y depresión en función de estimulantes causando que estos presenten

sus consecuencias de forma reducida.

Para tratar con esto se determinaron que el mejor curso de acción fue el uso del modelo

canadiense, mediante actividades que cambien el entorno y modifique las actividades que

estos realizan con el fin de disminuir las consecuencias de los episodios del trastorno.
ETIOLOGÍA

DIAGNÓSTICO Y CLASIFICACIÓN DE LAS ENFERMEDADES AFECTIVAS

El diagnóstico en psiquiatría se caracteriza por la pobreza en signos y pruebas de

laboratorio lo cual implica una fiabilidad y estabilidad limitadas comparadas con otras

especialidades médicas. Los criterios diagnósticos y la clasificación de las enfermedades

mentales intentan paliar parcialmente este aspecto.

La 4ª edición del manual estadístico para la clasificación de las enfermedades mentales

(DSMIV) de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) basados inicialmente en los Criterios

para el Diagnóstico en Investigación (RDC) y la sección de Psiquiatría de la 10ª edición de la

Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) de la Organización Mundial de la Salud

(OMS) constituyen los instrumentos más utilizados para el diagnóstico y clasificación

nosológicas en psiquiatría.

La importancia de la fiabilidad en el diagnóstico es básica en clínica de cara a efectuar un

tratamiento y pronóstico correctos. Pero es vital en la investigación sobre la eficacia de

fármacos, cambios neuroquímicos o búsqueda de marcadores biológicos de los trastornos

afectivos, que nos permita avanzar en el conocimiento de este grupo de enfermedades. Si no

estudiamos muestras homogéneas de pacientes es decir, los sujetos estudiados no “sufren lo

mismo”, difícilmente podremos valorar cualquier tipo de estudio que realicemos en ellos.

La primera se refiere a la gravedad del cuadro clasificándolo en leve, moderado o grave,

según el grado de afectación de la actividad social, laboral y relacional del individuo; con

síntomas psicóticos, que a su vez se subdivide en con síntomas psicóticos congruentes con el

estado de ánimo (pe: ideas delirantes de culpa o ruina), y con síntomas psicóticos no

congruentes con el estado de ánimo (pe: ideación persecutoria o autorreferencial). Finalmente

la especificación de remisión parcial, remisión completa y no especificada, completan esta su


tipificación. Las siguientes aunque tan o más importantes que las comentadas no implican la

adición o uso de ningún dígito concreto.

En segundo lugar el diagnóstico del tipo melancólico constituye sin ninguna duda, el más

fiable y cualitativamente relevante no ya de los trastornos depresivos, sino de toda la clínica

psiquiátrica.

TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO

TRASTORNOS DEPRESIVOS

Episodio depresivo mayor. Episodio único. Recurrente.

Trastorno distímico. Trastorno depresivo no identificado

(NE). Ejemplos: trastorno depresivo menor, trastorno depresivo breve recurrente,

depresión pos psicótica de la esquizofrenia

TRASTORNOS BIPOLARES

TRASTORNO BIPOLAR I

Episodio maníaco único. Episodio hipomaníaco más reciente. Episodio maníaco más

reciente. Episodio mixto más reciente. Episodio depresivo más reciente. Episodio sin

especificar más reciente

TRASTORNO BIPOLAR II

Episodios depresivos mayores recurrentes con hipomanía

TRASTORNO CICLOTÍMICO

TRASTORNO BIPOLAR NO ESPECIFICADO (NE)


Ejemplos: Hipomanía recurrente sin depresión. Episodio maníaco superpuesto a un

trastorno delirante

TRASTORNO DEL ESTADO DE ÁNIMO CAUSADO POR UNA ENFERMEDAD MÉDICA

TRASTORNO DEL ESTADO DE ÁNIMO INDUCIDO POR SUSTANCIAS

TRASTORNO DEL ESTADO DE ÁNIMO NO ESPECIFICADO (NE)

EPISODIO DEPRESIVO

En este apartado es descrito el episodio depresivo como lo será más adelante el maníaco,

progresivamente, tal como suelen ir apareciendo los síntomas evitando la exposición

académica que posteriormente puede entrañar dificultades cuando es trasladado a la realidad

asistencial del día a día. Es opinión de los autores que el lector en formación podrá identificar

con mayor facilidad el paciente deprimido si este es descrito tal y como evoluciona de forma

“natural”, ya que las posibilidades de que efectúe una consulta se puede producir en cualquier

momento de la misma.

El inicio de las enfermedades depresivas puede producirse a cualquier edad, siendo más

frecuente a partir de los 30 años, con incrementos de incidencia en el inicio de la involución. A

excepción de los pacientes que alternan su sintomatología depresiva con episodios de euforia,

el comienzo suele ser insidioso y difícil de identificar por el paciente. Este, suele encontrarse

más cansado físicamente de lo habitual, con frecuencia requiere un esfuerzo mayor para

realizar las tareas desempeñadas habitualmente y su interés por ellas decrece. Se queja con

mayor frecuencia de molestias orgánicas, como cefaleas, digestiones pesadas o estreñimiento,

sufre dificultades para dormir sintiéndose poco “reparado” por el sueño. Este insomnio es con

frecuencia de mantenimiento. Al agravarse el cuadro, es descrito por el paciente como un

despertar brusco con la percepción inmediata de angustia intensa de localización, en

ocasiones, epigástrico.
Al empeorar de forma gradual el cuadro, el paciente percibe un estado de ánimo

progresivamente más bajo, estableciéndose en franca tristeza, descrita con frecuencia como

un sentimiento muy distinto al de la que es reactiva a una circunstancia vital, como un

fallecimiento o una separación afectiva. Este sentimiento se va haciendo cada vez más

profundo, y si al principio provoca con frecuencia el llanto, llegado a un cierto punto de

gravedad, esta expresión afectiva desaparece diciendo el paciente que “quisiera, pero no

puede ya llorar”.

Se va haciendo más notable la dificultad en desarrollar tareas y el deterioro del rendimiento

puede ser importante.

Paralelamente el paciente se siente progresivamente menos interesado en sus actividades

habituales, tanto laborales como lúdicas o sexuales. Suele quejarse del enorme esfuerzo que

representa dedicarse a actividades que antes le interesaban mucho. Cada vez sale menos de

casa, y finalmente siente una imposibilidad, a veces absoluta, para sentir placer de cualquier

tipo. Así mismo, el sentimiento gratificante de sentir afecto por su familia llega a desaparecer.

El paciente dice encontrarse como “si no tuviera sentimientos” (anestesia afectiva), ello es con

cierta frecuencia un motivo más para sentirse culpable.

Estas ideas de culpa puede relacionarlas con motivos banales como “haber reñido a su

hijo”, o “dar una mala impresión en la empresa”. Su naturaleza puede llegar a ser delirante,

por ejemplo, si el sentimiento de culpa por pegar a su hijo tiempo atrás, implica para el

paciente, un castigo divino en forma de su malestar actual, sintiéndose indigno y despreciable.

Este auto desprecio, con frecuencia e independiente de las ideas de culpa, engloba todas las

facetas relacionales; el paciente puede sentirse más feo físicamente, inútil en sus tareas,

antipático y desagradable e inferior para los demás.

La tolerancia a las molestias físicas disminuye mucho, así, molestias banales son expresadas

por el paciente como insoportables. Además, su sistema neurovegetativo con frecuencia se


altera, enlenteciéndose el ritmo intestinal y produciéndose, a veces, crisis vegetativas que

pueden confundirse con crisis de angustia (ataques de pánico).

EPISODIO MANÍACO

La presentación de una fase maníaca es descrita habitualmente como la imagen especular

de la depresión. El paciente tiene un aspecto hablador, con una actividad física exagerada,

bromista y lúdico.

Parece prestar atención a cualquier estímulo circundante y atender en apariencia a todo.

Tolera mal la frustración y llevarle la contraria, incluso en un tema banal puede implicar un

estado de agitación o de pérdida de control. El máximo grado de agitación y agresividad en un

paciente de este tipo era conocido clásicamente como furor maníaco.

El inicio de un episodio maníaco suele ser de evolución rápida. En 24-72 horas el estado

clínico del paciente puede cambiar de forma radical. Puede empezar con una disminución de la

necesidad de dormir que nunca debe confundirse con el insomnio que puede presentarse en

una fase depresiva. El paciente se despierta espontáneamente de madrugada sintiéndose

descansado y pletórico de energía. Es frecuente que una enferma maníaca ama de casa utilice

la lavadora o use el aspirador a las cuatro de la madrugada sin ninguna conciencia de hacer

algo inadecuado. En efecto la sensación de vitalidad, fuerza física y actividad es total. Existe un

aumento general de la actividad física y al principio la sensación de felicidad puede ser

desmesurada. A medida que se incrementa la gravedad del episodio, el choque constante con

la realidad es inevitable: molesta a los demás, las personas que se relacionan con el paciente

no pueden seguir su ritmo etc. van apareciendo episodios de frustración, irritabilidad y disforia

que puede llegar a una agresividad franca tanto dirigida hacia los demás como hacia él mismo.

El curso del pensamiento y el lenguaje están acelerados. Habla en voz alta efectuando

asociaciones cacofónicas y “divertidas”, imita el tono y características del lenguaje de otras


personas, hace rimas, dice irrelevancias y neologismos, el curso del pensamiento además de

acelerado se vuelve lábil. Esta tendencia a la asociación y la debilidad del vínculo entre frases

puede implicar una aparente pérdida de relación temática entre frases denominándose fuga

de ideas. En esta situación experimenta la sensación de que le “vuelan” y se le “escapan”

literalmente las cosas que tenía intención de decir. El paciente habla deprisa y apenas deja

espacio para que contesten los demás, no los deja hablar o aprovecha la más mínima pausa

para interrumpir y reiniciar su discurso. Con frecuencia se dice que habla a presión.

Los sentimientos que predominan son de sobrevaloración de sus posibilidades e

incremento de la autoestima. El contenido del pensamiento va desde un optimismo exagerado

a contenidos delirantes habitualmente congruentes con el estado de ánimo.

Con frecuencia la temática de estas ideas está relacionada con inventos y soluciones

magistrales de problemas complejos.

CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DEL DSM-IV PARA EL EPISODIO DEPRESIVO MAYOR

A) Presencia de cinco (o más) de los siguientes síntomas durante un período de 2 semanas,

que representan un cambio respecto a la actividad previa; uno de los síntomas debe ser (1)

estado de ánimo deprimido o (2) pérdida de interés o la capacidad para el placer.

Nota: no incluir los síntomas que son claramente debidos a una enfermedad médica o las

ideas delirantes o alucinaciones no congruentes con el estado de ánimo

1. Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi cada día según lo indica el propio

sujeto (p. ej., se siente triste o vacío) o la observación realizada por otros (p. ej., llanto) Nota:

en los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable


2. Disminución acusada del interés o de la capacidad del placer en todas o casi todas las

actividades, la mayor parte del día, casi cada día (según refiere el propio sujeto u observan los

demás)

3. Pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso (p. ej., un cambio de

más de un 5% del peso corporal en 1 mes), o pérdida o aumento del apetito casi cada día

Nota: en los niños hay que valorar el fracaso en lograr los aumentos de peso esperables

4. Insomnio o hipersomnia casi cada día

5. Agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por los demás, no

meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido

6. Fatiga o pérdida de energía casi cada día

7. Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que pueden ser

delirantes) casi cada día (no los simples autor reproches o culpabilidad por el hecho de estar

enfermo)

8. Disminución de la capacidad de descansar o concentrarse, o indecisión, casi cada día (ya

sea una atribución subjetiva o una observación ajena)

9. Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación suicida

recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para

suicidarse

B. Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto

C. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de

otras áreas importantes de la afectividad del individuo


D. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej.,

una droga, un medicamento) o por una enfermedad médica (p. ej., hipotiroidismo)

E. Los síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo (p. ej., después de la

pérdida de un ser querido), persisten durante más de 2 meses o se caracterizan por una

acusada incapacidad funcional, preocupaciones mórbidas de inutilidad, ideación suicida,

síntomas psicóticos o enlentecimiento psicomotor

TRASTORNOS DEL HUMOR (AFECTIVOS)

Identificar aquellos episodios depresivos que independientemente de su gravedad y

características sigue marcadamente este tipo de evolución. Ello incluye que las recaídas se

produzcan mayoritariamente (al menos en proporción de 3 a 1), en un determinado período

de 60 días al año y al menos durante tres años.

Finalmente, también se incluye la posibilidad de diagnosticar las características atípicas

comentadas en el apartado clínico anterior, la existencia de síntomas catatónicos referidos a la

tendencia estuporosa y el inicio en el post-parto.

Hasta aquí hemos comentado el diagnóstico del episodio depresivo. En cuanto al de

trastorno, es decir, el nivel más cercano al nosológico, depende si existen antecedentes de

algún episodio maníaco con lo cual se efectúa el diagnóstico de trastorno bipolar. Este a su vez

se subdivide según el tipo del último episodio presentado: episodio más reciente depresivo,

hipomaníaco, maníaco y mixto.

Finalmente se denomina ciclotímico, cuando los criterios diagnósticos se cumplen de forma

menos constante y no reúne los de episodio afectivo mayor.

Cuando no existen antecedentes o constancia en la historia clínica del paciente de

episodios maníacos, se efectúa el diagnóstico de trastorno depresivo mayor, especificando si


es un episodio único, o por el contrario, la evolución es recurrente, reservándose el término de

distimia, para aquellos cuadros menores identificables con la terminología clásica de

“depresión neurótica” y “depresión reactiva”. Sin embargo a pesar de que las distimias son de

hecho cuadros clínicos depresivos oligosintomáticos, presentan complicaciones y riesgos

parecidos a la depresión mayor requiriendo tratamiento a dosis y por tiempo incluso superior.

También se especifican detalladamente los criterios diagnósticos para los citados tipos de

evolución y para los trastornos “menores” ciclotímico y distímico. Para una mayor información

al respecto, es recomendable consultar el manual del DSM-IV, de fácil manejo. En la Tabla VII

son mostrados los principales diagnósticos diferenciales con enfermedades no psiquiátricas.

En cuanto al CIE-10 se encuentra más cercano a una clasificación comentada de las

enfermedades mentales que a un sistema de diagnóstico criteriológico operativo como el DSM

desde su 3ª edición.

Como es lógico las diferencias no son muy importantes a excepción de la clasificación de los

trastornos depresivos. En efecto, en esta clasificación prima por completo el criterio de

gravedad sobre el cualitativo que casi brilla por su ausencia. En opinión de los autores adolece

además de un problema que cualquier clínico con amplia experiencia y concienzudo en su

trabajo observara. El concepto de “síntoma somático” en esta clasificación está claramente

investido de carácter “neurótico” lo cual nos lleva a conceptos “psicologicistas” del pasado, las

depresiones leves pueden presentar o no, síntomas somáticos y las graves síntomas psicóticos.

Los pacientes afectos de depresión con características melancólicas y de cierta gravedad son

aquellos que con mayor frecuencia presentan síntomas somáticos reflejo de una baja

resistencia al dolor (ver apartado anterior) y molestias físicas que una persona sin depresión

apenas percibe. Por ejemplo la distensión abdominal después de comer, algias lumbares

mínimas después de estar en una determinada posición un cierto tiempo, etc. son quejas

habituales en los pacientes melancólicos graves reflejo de una peor tolerancia a las molestias
“normales” aunque quizás pasen desapercibidas a una observación superficial. Este tipo de

molestias se parecen poco en características y localización a las que tipifican al paciente

tradicionalmente “somatizado” que caracteriza parcialmente al etiquetado de “neurótico”.

En cuanto a los trastornos bipolares, efectuando la misma salvedad sobre los síntomas

somáticos, la taxonomía es similar a la del DSM-IV.

CONCEPTUALIZACIÓN OPERATIVA DEL MISMO

Los trastornos afectivos son mayoritariamente recurrentes es decir presentan una clara

tendencia a presentar nuevos episodios después de mejorías y remisiones espontáneas o

farmacógenas. Sin embargo hasta hace algunos años los términos empleados para describir lo

que ocurría a lo largo de la evolución de los pacientes afectivos, eran confusos y usados

aleatoriamente. En un estudio realizado a principios de esta década (Prien y cols., 1991),

llegaron a contabilizar hasta 28 términos que describían la presentación de síntomas, la

mejoría etc. e incluyendo adjetivaciones como “parcial”, “completa”, “leve,” etc. Llegaron a 64.

Este trabajo se efectuó sobre una revisión de 121 artículos de las 9 revistas de Psiquiatría

clínica con mayor entidad. A continuación efectúan una propuesta de definición operativa en

torno a los fenómenos clínicos ligados al empeoramiento o la mejoría a lo largo del tiempo es

decir, el curso clínico:

Episodio: es la situación en que el paciente cumple criterios para ello y se supone el

momento de máxima severidad de síntomas.

Respuesta terapéutica: es el inicio de mejoría después de aplicar un tratamiento. En la

mayoría de ensayos clínicos se considera como tal, la reducción en un 50% en la puntuación de

una escala de severidad.

Remisión: situación de mejoría completa de los síntomas.


Recaída: reagudización de la sintomatología dentro del mismo episodio clínico. Su duración

puede estimarse entre 5 y 12 meses, aunque a veces en el caso de la depresión recurrente el

período entre un episodio y el siguiente puede pasar desapercibido.

Recuperación: se estima que el episodio objeto de tratamiento ha terminado y el paciente

se encuentra bien.

Recurrencia: se denomina así a la presentación de un nuevo episodio después de haberse

producido la recuperación.

Utilizar correctamente esta terminología resulta tan importante como en el caso del

diagnóstico, tanto en el campo clínico como de investigación. En el siguiente apartado sobre

los aspectos más relevantes sobre la epidemiología de los trastornos afectivos son comentados

los datos disponibles sobre el riesgo de un paciente en sufrir recaídas y recurrencias después

de un primer o sucesivo episodio.

RAZONAMIENTO CLÍNICO

A nivel estudiantil los trastornos relacionados con el estado de ánimo suelen referirse en

función de experiencias vividas ya sean dentro de la institución o en casa, se pueden alternar

entre episodios de baja actividad e interés en las actividades escolares, conocidos como

episodios depresivos también relacionados con otros comportamientos asociados al mismo en

caso extremos llegando al caso de auto lesionarse, en el otro lado del espectro tenemos los

episodios de manía que es una exaltación o estado de euforia con mucho movimiento entre

estos se pueden determinar cómo los trastornos relacionados con la afectividad o estado de

ánimo, en caso de que una persona alterne entre estos dos estado de ánimo de forma abrupta

se le considera una persona con trastorno bipolar.

Estos mismos suelen tener como consecuencia Fuga de ideas Asociaciones, imitaciones,

neologismos Taquilalia, lenguaje a “presión” Comportamentales Gastos exagerados, compra


de cosas inútiles en su generalidad la búsqueda de emociones fuertes que le estimulen, en el

área de la educación esto suele ocurrir muy poco frecuentemente causando falta de atención

falta de entendimiento, comportamiento agresivo ante situaciones que no van de acuerdo a su

opinión personal, falta de tacto o dificultad para relacionarse con otras personas de la

institución, falta de interés en estudios relacionados con actividades poco estimulantes para la

persona, como actividades que requieren de lectura prolongada.

Por otro lado la depresión es un estado de falta de voluntad que se caracteriza por Baja

resistencia al dolor Molestias físicas habituales

Baja resistencia al estrés Todo se ve difícil y complejo, desesperanza ante situaciones

convencionales insomnio, despertar precoz, baja sensación de no “haber descansado”,

encontrarse peor por las mañanas, causando que la persona se sienta letárgica e incapaz de

hacer nada no puede tomar decisiones, no puede reflejar los conocimientos a causa de la

ansiedad y el miedo, se le dificulta interactuar con su entorno tiene bajo rendimiento

académico, físico o social, se rinde con facilidad, falta de energía para realizar actividades de

esfuerzo físico.

PROPÓSITOS

Generales: mejorar al rendimiento escolar del participante disminuyendo el efecto de los

episodios de alteración de la afectividad.

Específicos:

 Redirigir el estado de ánimo negativo o positivo a actividades de su interés

 Aplicar actividades que ayuden a regular las consecuencias de los episodios

(maniacos o depresivos)

 Reestructurar la actividad que provoca rechazo para ser de mayor interés para

el alumno
 Regular las horas de sueño

 Cambios en el entorno personal en función del trastorno y la causa del mismo

MARCOS Y MODELOS

BREVE RESUMEN DEL MODELO CANADIENSE (MORUNO P., 2003) Entre 1983 y 1993 La

Asociación Canadiense de Terapia Ocupacional, en colaboración con el Ministerio de la Salud

Nacional y el Bienestar Social, publica lo que posteriormente será el modelo canadiense de

rendimiento ocupacional basado en una práctica centrada en el cliente y en el rendimiento

ocupacional. Esta es una guía detallada para la práctica clínica en la que no se desarrollan

protocolos o directrices de actuación. Su intención es promover una práctica clínica basada en

la reflexión aplicando la teoría a la práctica unido a la experiencia profesional.

Marco de referencia

El modelo canadiense de rendimiento ocupacional hace hincapié en las personas como

seres espirituales, con capacidad para determinar, elegir y participar en ocupaciones en su

entorno habitual. La espiritualidad de la que hablamos en este modelo no implica

necesariamente sentimientos religiosos. A través de la consecución del equilibrio ocupacional,

la persona puede expresarse y desarrollarse como ser único. El punto de vista definido para el

modelo es una visión holística (Polonio B., 2001) de la persona, considerada ésta en un todo

que adquiere sentido en su relación con el entorno humano y no humano (Polonio B., 2001).

1. Entorno Humano y No humano. El ambiente no humano comprende el entorno físico de

los objetos y las ideas elaboradas por el hombre u ordenadas por el mismo.

El entorno físico se compone de objetos y condiciones físicas El ambiente no humano

contribuye a dar sentido de seguridad, bienestar y posición a la persona dentro de un grupo o

una comunidad.
El ambiente humano se refiere a los contextos grupales y culturales. Encontramos en el

ambiente humano a los individuos (terapeuta y paciente) y a los grupos /familia, (compañeros,

amigos, equipo, etc.). Junto a éstos, están las variables que comprenden la identidad de una

persona.

Los ambientes humanos comprenden también aquellos contextos elaborados u ordenados

por las personas, como son el ambiente social y cultural.

Ambiente social: Como una matriz de personas con las cuales se relaciona una persona.

Ambiente cultural se refiere a las estructuras sociales, creencias, percepciones, valores,

costumbres, normas y expectativas que son conocidas y compartidas por un grupo de

personas, y que pasan de una generación a otra a través de la educación formal e informal.

Principios fundamentales del modelo

El concepto central del modelo canadiense es el rendimiento ocupacional. Lo definimos

como el resultado de la relación dinámica que se establece a lo largo de la vida entre la

persona, el entorno y la ocupación. Entendemos que un cambio en el equilibrio dinámico tiene

como fruto cambios en el resto de los componentes que lo forman. El rendimiento ocupacional

está asociado al desarrollo evolutivo de la persona, a la integridad del sustrato biológico y a los

condicionantes del medio en que cada sujeto se desenvuelve.

Las dimensiones del rendimiento ocupacional son:

-Afectiva.-Comprende todas las funciones sociales y relacionales de la implicación en

ocupaciones.

-Cognitiva.-Comprende todas las funciones intelectuales

-Física.-Comprende todas las funciones sensoriales, motoras y sensorio motoras.

En este modelo hay que tener en cuenta:


La ocupación: Ésta hace referencia al conjunto de actividades y tareas de la vida cotidiana al

cual los individuos y las diferentes culturas dan un nombre, una estructura, un valor y un

significado. La ocupación comprende todo aquello que hace una persona para cuidar de ella

misma, divertirse y contribuir a la construcción social y económica de la colectividad .Nos

permite descubrir como la persona organiza el día en día, qué actividades son prioritarias, qué

rol desempeña en su familia, en la sociedad, cuáles son sus inquietudes personales y

culturales, y favorece el sentimiento de control de la realidad, ya que expresa sus necesidades.

El entorno: Se define como los contextos y situaciones que se manifiestan en el exterior de

individuo y que suscitan respuestas de su parte. El modelo clasifica el entorno respecto a

atributos culturales, institucionales, físicos y sociales. El paciente es el principal protagonista

del modelo, el terapeuta ayuda a definir las necesidades del cliente en materia de rendimiento

ocupacional, a planificar de forma conjunta los objetivos, a seguir teniendo en cuenta sus

opiniones y aportarle la información necesaria para realizar sus elecciones personales.

El abordaje terapéutico se efectúa a través de una secuencia de etapas a demanda, seguido

de una evaluación, planificación de un programa, intervención del alta, seguimiento y

evaluación de los resultados del tratamiento:

1. Definición, validación, y ordenación según prioridades, de las dificultades en materia de

rendimiento ocupacional.

2. Selección de abordajes teóricos.

3. Determinación de las dimensiones de rendimiento ocupacional y de las condiciones

ambientales.

4. Determinación de las capacidades y potencialidades del usuario y del terapeuta

ocupacional.
5. Negociación de los resultados diana (objetivos prioritarios) y elaboración de planes de

intervención.

6. Desarrollo del plan de intervención

7. Evaluación de los resultados del usuario, que incluye una escala de satisfacción de los

logros obtenidos. Para cada uno de los objetivos pactados el usuario puntúa tanto en

rendimiento como en satisfacción del 1 al 10, siendo 1cuando no es capaz de realizar la

actividad y 10 cuando lo realiza perfectamente. En lo relativo a satisfacción: 1 significa que no

le satisface nada y 10 que está completamente satisfecho según el C.O.P.M. (Canadian

Occupational Performance Measure) (Law M. y otros, 1998).

INTERVENCIÓN EN DIVERSOS ESTUDIOS

Niño de 8 años, el menor de dos hermanos. Su hermano mayor tiene 25 años y

recientemente se ha independizado del núcleo familiar, la madre señala que “tuvo problemas

con la droga, aunque ahora parece que va mejor”. Las relaciones con este hermano aunque

parecen haber mejorado en el momento actual, fueron conflictivas y tensas,

fundamentalmente en relación a la problemática derivada del consumo de tóxicos:

“ahora yo lo llevo mejor, también él desde que se fue de casa; al menos no discutimos

tanto”.

La madre es una mujer de 47 años, trabaja en una peluquería desde hace años, situación

estable, sin conflictos en el terreno laboral. Viuda desde hace un año, el padre del niño falleció

a los 45 años en un accidente de trabajo. Estaba empleado en una empresa de construcción

como montador de grúas. Describe la relación matrimonial como “buena”, “él me ayudaba

mucho con los niños”, “era más tranquilo que yo”.


La madre y el niño conviven en un piso en un medio urbano, la casa es propia y el nivel

económico es medio.

Poco contacto con la familia materna y paterna (abuelos, tíos,...), ya que los padres se

vinieron a vivir a Galicia tras su matrimonio por motivos de trabajo del padre.

El niño es remitido a consulta por su pediatra. En el informe de derivación se recoge que,

desde hace un año, presenta problemas en el medio escolar (disminución de rendimiento, no

se esfuerza por estudiar, pasa de los estudios,...) y en el familiar (irritable, desobediente,...),

solicitándose la valoración por nuestra U.S.M.

Es un niño de complexión fuerte, aparenta mayor edad pero los rasgos de su facies le

confieren un aspecto dulce, ojos grandes y expresivos; permanece sentado, con la cabeza baja

y en silencio, durante el discurso inagotable, quejoso y en tono de reproche que realiza su

madre, a veces tímidamente me mira y observo que se le humedecen los ojos aunque

mantiene control del llanto. Incluso en algunos de esos huidizos contactos oculares intenta

esbozar una sonrisa y ladea la cabeza a modo de disculpa. En ningún momento, cuestiona a su

madre o la descalifica, si me dirijo a él contesta de forma parca, generalmente con

monosílabos o con gestos como encogerse de hombros, resignado de algún modo a mantener

la entrevista.

Exploración psicopatológica y pruebas

Entrevista clínica

Utilización de dibujos y test-métodos proyectivos (familia, desiderativo).

Señalar que los dibujos son pequeños, en el margen de la hoja. En uno de ellos al referirse a

la familia, dibuja dos pequeñas figuras acostadas en la playa, representan a él y a su madre,


ambas separadas por una sombrilla y bastantes distantes entre sí a pesar de situarlas en el

margen inferior de la hoja. Al comentar el dibujo dice: “están durmiendo,...están cansados”.

En relación a otros contenidos, hace referencia al deseo de ser un perro “da compañía, un

perro siempre está con uno, siempre va detrás del dueño y juega con él”. También llega a

expresar de forma abierta el deseo de que su padre no hubiese muerto y rompe en llanto

durante la entrevista.

Juicio clínico

Trastorno afectivo (depresivo), enmarcado en duelo familiar.

Presencia de tensiones familiares y cambios en el núcleo familiar, posteriores a la pérdida,

incrementándose las exigencias adaptativas del sistema. Madre muy afectada por la pérdida,

dificultades de adaptación, más centrada en sí misma en su malestar e incapacidad que se

traduce en reacción negativa ante el hijo menor con el cual convive:

- Poca empatía y sensibilidad hacia el duelo de éste, se siente abrumada y sobrepasada en

relación a las demandas de atención y comportamiento (irritabilidad, negativismo,...) y la

disminución en el rendimiento escolar.

- Rigidificación materna en el manejo educativo, estilo excesivamente exigente y poca

calidez afectiva, rechazo y distanciamiento.

- Vivencia de nuevo abandono/pérdida ante hijo mayor parece que el duelo paterno, actuó

como desencadenante de la ruptura con el hijo mayor, (conflicto anterior), reagudizando y

prolongando el duelo.

Propuesta terapéutica

1.- Intervención farmacológica para el control de la sintomatología depresiva


2.-Intervención familiar, fundamentalmente dirigida hacia la madre para lograr una

aceptación por parte de ésta de su hijo como ser que también ha sufrido una perdida y

unión/apoyo a través de la misma, compartir parte de las entrevistas como expresión del

duelo conjunto (favorecer la expresión de emociones y tolerancia ante las mismas, así como

los trastornos de conducta y el bajo rendimiento como expresión de duelo).

Actuación empática con la madre, intentando apoyarla y reforzarla y mejorando la

interacción madre-hijo (mayor flexibilidad, modelo menos exigente y rígido). Abordaje de los

sentimientos de culpa y abandono, fundamentalmente en relación “al fracaso” como madre

(hijo mayor-----hijo menor), que obstaculizan y dificultan los mecanismos adaptativos y

evolución del sistema familiar hacia una nuevo estado.

3.- Intervención individual con el niño: psicoterapia de apoyo encaminada a una

elaboración emocional de la pérdida y una visión reparadora dada la fase actual de

desesperanza y sentimientos depresivos.

INTERVENCIÓN

La intervención en este caso se refiere a cambios en el ambiente en las rutinas y las

actividades de la persona, principalmente en la orientación de las mismas con la finalidad de

reforzar el autoestima de ser necesario, así como realizar cambios a la percepción de ciertas

actividades como lo son el escribir o leer, para que la persona los reciba como una actividad de

interés para su propio estado de ánimo, esto en busca de mejorar el rendimiento académico

disminuyendo también las consecuencias de un prolongado episodio de trastorno afectivos

independientemente de su naturaleza.

Plan de actividades

El trato y recompensa: buscar una actividad que sea de interés para la persona, asociando

su realización de esta actividad, con las actividades académicas de forma que se busca
establecer un hábito en forma de circuito de actividad, esto con la finalidad de incentivar a la

persona a realizar las actividades académicas mediante una recompensa.

Interpretación libre: las actividades de poco o ningún interés buscando cambiar su

interpretación por parte de la persona, asociando este como un método más dinámico o fácil

de realizar para la persona, esto para que la persona sin energía pueda cambiar su enfoque en

realizar la actividad a un ritmo más cómodo para él, o amenizar el ambiente y sobre saltar la

importancia de la información en caso de actividades de bajo esfuerzo físico como leer, para

mantener su concentración e interés en la información del tema educativo.

Cambios en el ambiente: cambiar la disposición de las cosas esta se realiza en función del

detonante de los episodios de la persona, los cambios bien pueden ser para aumentar el

espacio del lugar, u organizar la posición de los objetos con el fin de mejorar el lugar de

estudio, así como facilitar la realización de las actividades académicas mejorar el sueño por

medio de junto a esto cambios en la rutina y los hábitos, como pueden ser cambiar el orden de

las actividades que se realizan en el día.

RECOMENDACIONES

Buscar actividades que al realizarlas por el participante le ayuden a regular su estado de

ánimo, y utilizarlas para disminuir la intensidad de las consecuencias de los episodios del

trastorno afectivo.

Realizar cambios en la rutina del participante para regular las consecuencias del estado del

trastorno, con la condición de que esta rutina se cumpla con un cierto grado de firmeza.

Es importante que los cambios en el ambiente de la persona sean bajo su supervisión, con

la finalidad de que los cambios en el ambiente no sean de un mayor disgusto para el mismo, en

función de no empeorar el estado del trastorno, pero con la búsqueda de mejorar el estado del

lugar.
TERAPIA OCUPACIONAL EN LA ESCOLARIDAD

El terapeuta ocupacional a niveles educativos se puede encontrar como un evaluador del

estado de la persona, de los cambios en el mismo y de cómo mediante este crece con

diferentes experiencias se ocupa de que a pesar de la naturaleza de las experiencias vividas

estas no, interfieran con las capacidades de la persona de desenvolverse en las actividades de

la vida diaria o escolares, esto por medio de cambios en los hábitos de estudio de la persona,

cambios en su rutina para orientar la misma a una mejor gestión de su tiempo, para que

desarrolle tanto sus actividades de ocio como las escolares sin que alguna se vea demasiado

reducida.

Cambiando también la rutina en caso de estar en un periodo duro o desmotivador de tu

vida, por medio de cambios y actividades que te motiven e incentiven a participar y

mantenerte, en un estado óptimo de acción en busca de equilibrar las ocupaciones

relacionados con el ámbito laboral o de estudio y el tiempo de ocio o tiempo libre.


CONCLUSIÓN

Los trastornos del estado de ánimo son trastornos de la salud mental caracterizados por la

existencia de alteraciones emocionales, consistentes en periodos prolongados de tristeza

excesiva (depresión), de exaltación o euforia excesivas (manía), o de ambos. La depresión y la

manía representan los dos polos o extremos de los trastornos del estado de ánimo.

Identificar aquellos episodios depresivos que independientemente de su gravedad y

características sigue marcadamente este tipo de evolución. Ello incluye que las recaídas se

produzcan mayoritariamente (al menos en proporción de 3 a 1), en un determinado período

de 60 días al año y al menos durante tres años.

Los trastornos afectivos son mayoritariamente recurrentes es decir presentan una clara

tendencia a presentar nuevos episodios después de mejorías y remisiones espontáneas o

farmacógenas. Sin embargo hasta hace algunos años los términos empleados para describir lo

que ocurría a lo largo de la evolución de los pacientes afectivos, eran confusos y usados

aleatoriamente.

Para esto se determinó que el modelo más idóneo para realizar intervenciones seria el

apoyado La Asociación Canadiense de Terapia Ocupacional, en colaboración con el Ministerio

de la Salud Nacional y el Bienestar Social, publica lo que posteriormente será el modelo

canadiense de rendimiento ocupacional basado en una práctica centrada en el cliente y en el

rendimiento ocupacional. Esta es una guía detallada para la práctica clínica en la que no se

desarrollan protocolos o directrices de actuación. Su intención es promover una práctica

clínica basada en la reflexión aplicando la teoría a la práctica unido a la experiencia

profesional. Con actividades relacionadas con el cambio del ambiente y las rutinas de la

persona.
BIBLIOGRAFÍA

Trastornos del humor (afectivos) E. Álvarez Martínez, J. Pérez Blanco, V. Pérez Sola [Página

web en línea].

Disponible en: https://psiquiatria.com/tratado/cap_18.pdf

Familia nova schola fundación nobasagota center Londres 94 Caso clínico: trastorno

afectivo (8 años) [Página web en línea].

Disponible en:

http://www.centrelondres94.com/files/caso_clinico_trastorno_afectivo_8_anyos.pdf

Huerta Mareca R, Díaz-Mor Prieto C. El Modelo Canadiense de Terapia Ocupacional, a

propósito de tres casos. TOG (A Coruña) [revista en Internet]. 2008 [fecha de la consulta]; 5(8):

[14 p.]. [Página web en línea].

Disponible en: https://www.revistatog.com/num8/pdfs/caso2.pdf

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