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El documento discute el concepto de meritocracia y cómo el sistema educativo reproduce las desigualdades sociales. Explica que aunque el éxito escolar se atribuye al esfuerzo individual, factores como el origen familiar y el acceso a recursos educativos influyen en los resultados. También señala que la pandemia aumentó la brecha educativa entre estudiantes con mayores y menores recursos.
El documento discute el concepto de meritocracia y cómo el sistema educativo reproduce las desigualdades sociales. Explica que aunque el éxito escolar se atribuye al esfuerzo individual, factores como el origen familiar y el acceso a recursos educativos influyen en los resultados. También señala que la pandemia aumentó la brecha educativa entre estudiantes con mayores y menores recursos.
El documento discute el concepto de meritocracia y cómo el sistema educativo reproduce las desigualdades sociales. Explica que aunque el éxito escolar se atribuye al esfuerzo individual, factores como el origen familiar y el acceso a recursos educativos influyen en los resultados. También señala que la pandemia aumentó la brecha educativa entre estudiantes con mayores y menores recursos.
Meritocracia es un término para calificar un régimen que tiende a asignar ingresos,
bienes económicos, en bases a los logros, el talento, el esfuerzo, y no al origen familiar, la riqueza heredada, o la pertenencia a una “clase” o “casta”. El filósofo John Rawls en su libro “teoría de la justicia” nos dice que, si el sistema provee igualdad de oportunidades solo en lo formal, los que quienes provengan de hogares con mayor riqueza, posibilidades de acceso a mejor educación y contactos o relaciones, contaran con ventajas y un nivel de vida inalcanzables para el resto.
“El éxito en la escuela y en el trabajo no es más que la cosecha del esfuerzo y el
talento sembrados durante la vida”, esta frase podría resumir perfectamente la perspectiva de la mayoría de la sociedad sobre los espacios educativos y laborales. Así pues, el espacio educativo es uno de los principales constructores del mito meritocrático y de la reproducción de sus normas, por ejemplo, en el día a día del salón de clases de una primaria o secundaria, se premia constantemente a aquellos que obtienen una mejor calificación o entregan mejores tareas y trabajos, así como en la educación superior donde los criterios de selección de las universidades más prestigiosas suelen aludir al mérito. Quien triunfa en la escuela es premiado por su esfuerzo, y quien fracasa es visto como culpable de su destino, olvidando las condiciones que posibilitan tales diferencias. Lo importante aquí es quitarle la percepción de naturalidad al “merito” “talento” o “éxito” en el sistema educativo y verlos como lo que son: constructos y valoraciones sociales, históricamente heredadas y reproducidas, modificadas y actualizadas en el presente. Por un lado, creer que los resultados del sistema educativo son consecuencias del mérito y del esfuerzo individual sirve para generar una sensación de control para las y los estudiantes, hasta el grado de creer que los malos resultados que puedan a ver obtenido se puedan modificar en el futuro “si le echan ganas” … Al mismo tiempo creer fielmente en lo anterior, tiene graves consecuencias, ya que, se entendería que los perdedores son culpables de sus propios resultados. De ahí la gran importancia de cuestionar la pureza de la meritocracia en el sistema educativo, de poner en una posición más crítica y reflexiva los resultados individuales en las escuelas. De hecho, lo que encuentran estudios que combinan un contexto de análisis societal con técnicas de genetistas es que aquellas características de los individuos que podrían estar asociadas con lo que socialmente se valora como “talento” se distribuyen de manera aleatoria entre hijas e hijos de hogares ricos y pobres. La diferencia fundamental, en todo caso, es que los rendimientos educativos de dicha disposición genética son distintos dependiendo si se trata de un hogar rico (con acceso a escuelas privadas, capital social y cultural) o de un hogar pobre. Por ejemplo, lo vimos en los recientes juegos olímpicos, cada atleta que estaba representando a su país en las diferentes disciplinas esta a base de su esfuerzo y su talento, pero el rendimiento se ve en los resultados, ¿porque si compiten en la misma disciplina generalmente ganan las potencias?, por el mismo factor económico que tiene todo para apoyar a sus atletas mientras que otros países por mejores deportistas tengan no logran destacar por ese plus que se les brinda EJEMPLO Q NO SE SI USAR
En síntesis, el sistema educativo desigual otorga una falsa legitimidad a un
sistema injusto, y se muestra las distintas formas en que la desigualdad educativa se expresa y, de esta manera, reproduce las desigualdades sociales. Tales como: • La inversión de los padres en la educación de sus hijas o hijos • Donde estudian los jóvenes (ya sea en escuelas públicas o privadas) • ¿Qué pasó durante la pandemia con la desigualdad educativa? Una vez que se plantea la grave situación de desigualdad educativa que se vive en México vale la pena señalar que con la pandemia de COVID-19 incrementó la inequidad en este espacio social, alejándose aun más de los ideales meritocráticos. Según la INEGI 2.2% (740 mil de 33.6 millones) de los estudiantes que cursaban el ciclo escolar 2019-2020 no lograron concluir sus estudios, esto tomando en cuenta los meses que coincidió con el inicio de pandemia y el confinamiento.
Ciertamente la crítica a la meritocracia puede leerse como la expresión contra
la falta de movilidad social dentro del capitalismo, pero también como una invitación al abandono del sistema educativo y a la liquidación de la confianza mutua.