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VII.

Cultura Contributiva

VII. Cultura Contributiva

Un hecho irrefutable en la vida es que a nadie nos gusta pagar impuestos; el propio concepto
IMPUESTOS es imperativo y nos genera rechazo; sin embargo, los impuestos son una parte fundamental
en la vida económica y social, en la existencia de cualquier Estado Nacional y en los objetivos y
funcionamiento de las sociedades y de sus gobiernos.

Más allá de tareas propias de los Gobiernos relacionadas con la Defensa de la Soberanía, la
Impartición Justicia, la Protección de las Personas y sus Bienes, la Salud Pública, la Educación Pública,
la Seguridad Pública por citar los más importantes, el pago de impuestos involucra otros temas
económico-sociales de gran relevancia.

Así, por ejemplo, acciones como la Política Social, la redistribución de la riqueza, el combate a la
desigualdad y la pobreza y otros fundamentales para el quehacer de los gobiernos, necesariamente
pasan por el tema del cobro-pago de impuestos y es por ello que, en esta sección del Diplomado,
veremos los aspectos principales de la construcción de una cultura contributiva.

No podemos negar que existen imagen e ideas socialmente adversas a la contribución y al pago de
impuestos, pero, ante todo, es muy importante destacar que, en un régimen legítimo y democrático,
ningún impuesto es injusto. El pago de impuestos asegura el acceso a derechos así como disminución
progresiva de privilegios, es por eso que en democracia, todos y cada uno de los impuestos cumplen
con un objetivo y una importante función social, la cual, de otra forma, no podría ser atendida o
desarrollada y su desatención generaría mayores problemas que los ocasionados por el cobro del
impuesto respectivo (funciones sociales que se desarrollan en los campos de la salud pública, la
educación pública, las políticas sociales, las obras de infraestructura pública y comunicaciones, el
sostenimiento de la administración pública, la subsidiariedad de la seguridad social, por citar algunos).

Los impuestos nacen con el surgimiento de la civilización. La contribución de los individuos al grupo,
a la comunidad, a la nación, fue siempre la constante que nos diferenció del resto de los animales
gregarios y uno de los elementos clave para consolidar la civilización.

Las primeras civilizaciones paleolíticas, neolíticas y posteriormente, las civilizaciones antiguas,


realizaban ya el cobro de impuestos, ya fuera mediante la aportación de trabajo comunitario o
mediante el cobro de tributos en especie, por medio del cual los integrantes, cedían una parte de sus
bienes a la colectividad, a los gobiernos y estados nación, para financiar su supervivencia, su
viabilidad y su desarrollo.

Mesopotámicos, asirios, egipcios, griegos, romanos y en América, mexicas, mayas, olmecas, incas,
etc., practicaron diversas formas de contribución y pago de impuestos, algunas de las cuales
permanecen, aún, de manera independiente a los procesos contributivos del Estado. El caso
mexicano en donde el “tequio”, (participación en el trabajo colectivo en favor de la comunidad),
sigue siendo una práctica recurrente en distintas comunidades indígenas y campesinas de México.

En la actualidad, se cuenta con modernos sistemas de contribución, tributación y pago de impuestos.


Sistemas que no solo engloban importantes avances tecnológicos para su operación sino, además,
desarrollan modernas y a veces sofisticadas, pero eficientes, formas de organización social
(gubernamental y ciudadana), para darle sentido y forma a la contribución o tributación fiscal y que
la misma no solo avance en la eficacia y la eficiencia del cobre sino, sobre todo, en la efectividad en
el cumplimiento de su objetivo.

Después de la II Guerra Mundial, en el siglo XX, la inmensa mayoría de los países democráticos han
desarrollado una política fiscal derivada de los acuerdos y negociaciones resultantes de las tareas
legislativas, es decir, los impuestos no surgen únicamente por iniciativa del Ejecutivo, sino, sobre todo,
nacen de los acuerdos que los representantes populares (diputados y senadores) establecen en los
diferentes congresos. De esa forma se asegura que aquello que se cobre a los ciudadanos por parte
de las entidades del estado, no solo sea justo, sino tenga un sentido, un objetivo y se dirija a cubrir
alguna necesidad social reconocida y sentida por el grueso de la población.

Actualmente en México, todos pagamos, de una u otra forma impuestos, ya sea a través del consumo
diario que realizamos, por medio de las contribuciones y pago de servicios públicos, a través de
nuestro aporte, reflejado en los impuestos deducidos a nuestro salario o a través de declaraciones
fiscales, según sea el régimen fiscal donde tributemos.

Existe una diversidad de impuestos en México, los cuales son recaudados por los tres órdenes de
gobierno: municipal, estatal y federal.

Los impuestos municipales principalmente se refieren a aspectos de infraestructura y servicios públicos


(alumbrado, parques y jardines, dotación de agua potable, seguridad pública, en muchos casos el
pago del predial, etc.) A nivel estatal, los impuestos comienzan a diversificarse y a atender aspectos
sociales más generales. Así, por ejemplo, los impuestos locales sobre nómina, pago de tenencia
vehicular, impuestos especiales a ciertos consumos en regiones diversas, etc., responden a
necesidades y circunstancias más que nada geográficas. Los principales impuestos federales, en
cambio, se ubican en el cobro universal del Impuesto Sobre la Renta, ISR y el Impuesto al Valor
Agregado, IVA, o el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios IEPS, los impuestos al comercio
exterior

El cobro de esos impuestos, permite al país contar con infraestructura de comunicaciones y


transportes (desde telecomunicaciones, hasta puertos, aeropuertos, sistemas ferroviarios, carreteras,
etc.), desarrollo urbano creciente y mayor equidad social. De manera muy destacada, permite
financiar un sistema de salud pública, que brinda atención sobre todo a los más desfavorecidos,
educación pública, desde el nivel preescolar hasta los niveles de licenciatura y posgrado que existen
gracias a este pago de impuestos.

No es ocioso mencionar, que este Diplomado, público, gratuito y 100% en línea, es resultado también
del pago de tus impuestos.

Para profundizar en la información y el conocimiento de la estructura impositiva en México,


recomendamos consultar la información y los quehaceres de la Procuraduría de la Defensa del
Contribuyente, Prodecon, https://prodecon.gob.mx/. En su página oficial podrás encontrar mucha
más información importante y detallada respecto de estos temas y, sobre todo, en caso de que
consideres vulnerados tus derechos como contribuyente, tendrás acceso a diversos procedimientos
de gestión para interponer quejas, realizar reclamos y hacer valer tus derechos como contribuyente.

También puedes visitar la información disponible en la página del Servicio de Administración Tributaria
SAT, órgano desconcentrado del gobierno federal y máxima autoridad fiscal, responsable del cobro
de los impuestos federales y contribuciones diversas: https://www.sat.gob.mx

Al final, solo podemos concluir que la cultura tributaria es un pilar y un valor de la cultura y la
educación financiera.

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