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EL SUJETO QUE SE DESPRENDE

II

“Los hombres se engañan al creerse libres; y el motivo de esta opinión es


que tienen conciencia de sus acciones, pero ignoran las causas porque son
determinadas; por tanto, lo que constituye su idea de libertad, es que no
conocen causa alguna de sus acciones” Spinoza, Baruch

“Iba por todos los lugares, soportando todos los dolores que le podía
causar esa idea de libertad, chocando contra edificios y personas, una y
otra vez. Un día, cansado de los golpes, demarcó los lugares por donde
podía transitar. Fue así como se dio cuenta que estaba encerrado”1

“La belleza no está en lo que dicen las palabras

sino en lo que sin decirlo dicen:

no desnudos sino a través del velo

son deseables los senos”2

Un centro de sentido representa los símbolos y valores que atraen y concentran gran
cantidad de masa (individuos en masa). Desde que el individuo nace está determinado por
ciertos centros de sentido; como en una serie jerárquica, el individuo empieza por ser la base
de la pirámide la cual está determinada por todos los niveles que están arriba
subsecuentemente. De esta manera el individuo parece libre pero es totalmente determinado
por unos centros de sentido que a su vez están determinados por otros centros de sentido que
concentran mucha más masa. Estos centros de sentido establecen instituciones en el tiempo 3
y programan las formas de como los individuos se deben comportar para relacionarse. Las
instituciones, entonces, son como columnas que ayudan a sostener los centros de sentido en
el tiempo. El individuo queda entonces sometido a esta forma “segura” de ver el mundo a
través del lenguaje y la lógica que dichas instituciones han establecido para él. Aunque hay

1
Cardona Gamas, Jonathan. Una luz en una caja. 2019. Un cuento de mi autoría aún sin publicar.
2
Vallana. Traducción Octavio Paz
3
Piénsese en la sociedad de la programación, esa que nos compete hoy en día. Cuando se crea un algoritmo
para obtener resultados de un tipo de problemas, se establece y se programa hasta que este sea obsoleto.
Eso también es una institución.
que tener en cuenta que estás instituciones juegan con las sensaciones de placer y dolor de
los individuos con el fin que no se salgan del camino de los valores que los atraen su centro
de sentido. La conquista del sentido no se da por solo un centro de sentido; la existencia de
otros centros de sentido es lo que motiva al refuerzo de los símbolos y valores a través de las
normas para evitar las fugas de capital individual a otros conglomerados 4. Aquí es necesario
pensar en cuál fue esa fórmula que permitió, por lo menos al cristianismo, fortalecerse como
centro de sentido ya que en la época de su nacimiento, el politeísmo era natural en toda su
región de influencia. Captar esa voluntad individual a través de la representación de la
verdad, o de una única verdad, en el aspecto competitivo con la cantidad de centros de
sentidos, denota un secreto en la forma en como esta se revela o es más atrayente, la cual
encaja con una necesidad 5 en el pensamiento de la época, de no ser así no se hubieran
convertido en una de las religiones más influyentes del mundo.

Los medios son cualquier cosa que un individuo utiliza para alcanzar un fin. El fin,
que tiene el individuo, en el sentido de este ensayo, es entender el contacto con la realidad y
así mitigar los dolores y aumentar los placeres que esta le pueda causar 6. Los medios,
entonces, son esos individuos que se presentan como portadores de conocimiento; ellos, con
la experiencia nombrada durante su tiempo de vida, conocen en cierta medida las prácticas
con las que se pueden lograr tales fines. En este sentido, medios son todos los individuos que
recolectan experiencia, con la diferencia que, según su capacidad de nombrar las
experiencias, unos se vuelven más pesados7 que otros. Ahora bien, según el peso que obtenga
el individuo a través de sus experiencias, este logra ser más o menos un centro de atracción,
es decir, se convierte en un medio más o menos determinante para otros.

4
Es menester encontrar fuentes que hablen sobre el hecho de que al obtener una unidad absoluta lo que
deviene es una fragmentación de toda la unidad en muchas partes, ya que no tienen un otro al que
enfrentarse, y al no verlo la unidad pierde sentido. Ver a Schmitt.
5
Savater cita a Borges: “Le tocaron, como todos los hombres, malos tiempos en que vivir…”, haciendo
referencia a una frase de lamento encontrada en alguna tumba de los antepasados. Encontrar la respuesta
para reducir los lamentos durante la vida es una de las necesidades de los seres humanos. Siempre el
hombre, según sus necesidades, buscará los medios para satisfacerlas. Quien se muestre como mejor medio
tendrá como resultado el peso de tener la razón.
6
Freud, Sigmund. El malestar de la cultura. 1930.
7
El individuo es masa que ocupa el espacio/tiempo, y como tal, puede ser más o menos pesado. Según su
peso, esta masa, atrae o es atraída por otros cuerpos (masa), que habitan el espacio/tiempo común. El peso
se adquiere por medio de la recolección y nombramiento de experiencias. Se hace hincapié sobre esto en el
primer capítulo.
Al nacer, libres de toda experiencia, quedamos a merced de aquellos que de alguna
manera ya son centros de sentido. En primera instancia es la familia. Vinculados
involuntariamente, los neonatos son receptores directos de los medios que asumen la tarea
de inculcar el lenguaje y los valores con los que estos entenderán la realidad. Los padres
criando a sus hijos les inculcan todos esos valores que aprendieron de la comunidad, región,
país, religión, etc., a la que se estuvieron sometidos desde que nacieron; y así se reproducen
los valores de las ya mencionadas, generación tras generación. En el infante quedan
programados estos valores como un sistema de reglas y normas, con las cuales dará valor a
su experiencia en el sentido de bueno o malo 8. Bueno, lo que durante la crianza se le dijo que
era bueno y conducía al bienestar; y por el contrario, malo lo que degeneraba en castigo o
malestar. Para Freud las primeras experiencias del individuo, a pesar de que parezcan quedar
en olvido, determinaran su inconsciente y este a su vez condicionara su conducta el resto de
su vida9.

Históricamente las sociedades estuvieron vinculadas directamente a grandes


conglomerados de sentido, es decir, a los centros de sentido estaban vinculados grandes
cúmulos de individuos ubicados en vastos territorios. En la historia de occidente después de
la caída del Imperio Romano y la gran conquista del sentido que tuvo el cristianismo, se
formó un bloque solido con unos mismos puntos de referencia organizados y dirigidos por el
centro religioso que sería hoy el Vaticano, desde el momento de la creación de los Estados
Pontificios. En un sentido más filosófico, se es cuando hay algo de lo que uno se puede
diferenciar; para ser hay que conquistar lo que se opone a lo que soy, de modo que se
conquista la nada siendo; el espacio/tiempo homogéneo solo se le puede conquistar
oponiéndose a él y volviéndose un centro de sentido. Al volverse centro de sentido se tiene
que ir conquistando más y más lo que no es atraído, de esta manera fue el gran propósito de
la Iglesia en todo Europa, trató de conquistar esos confines y esas otras religiones que se
oponían a ver al Dios cristiano como dueño y señor de toda la creación. En esta conquista se
buscaba negar al otro10, consumírselo, para que toda su simbología fuera borrada y en su

8
Para Lisa Feldman Barret en libro La Vida Secreta del Cerebro, citando a J. A, Rusell,”el placer y el
desagrado son como un sexto sentido”
9
Ibíd.
10
O más bien los otros, son ese cumulo de religiones, mitos o creencias que se diferenciaban de los valores
cristianos.
lugar reproducir los símbolos propios de manera que su masa se acrecentara y se hiciera más
fuerte y atrayente. Ese parece que era el fin desde el principio del discurso religioso
fundamentado en la historia judeocristiana de Jesús de Nazaret, según Grimmberg 11:

Durante el reinado del emperador Tiberio, Jesús de Nazaret predicó su mensaje a multitudes,
en las orillas del lago Genezaret; profetizando un reino «que no era de este mundo», pero que
uniría a todos los pueblos de la tierra en una fraternidad espiritual

A lo largo del tiempo esta consolidación se fue dando de manera paulatina hasta convertirse
en una de las religiones más influyentes de todo el mundo en toda la historia. Sin embargo
no es la única, ya que la misma intención nació alrededor del siglo VII en la península
Arábiga con un hombre llamado Mahoma que, podría decirse, también buscó organizar los
diferentes pueblos bajo unos mismos valores y hacia un mismo sentido espiritual; de ahí que
el Islam es uno de los grandes rivales en términos religiosos y espirituales, por no decir
económicos y políticos, desde la edad media en adelante para el cristianismo. Está riña, que
de por sí se da en las periferias de los centros de sentido, es decir, en las zonas donde se
pretende conquistar nuevas gentes, en regiones donde se desdibujan los límites entre
pertenecer a unos símbolos espirituales o a otros, muestra las experiencias individuales y con
respecto a estos valores, caracterizan las formas de actuar según el rol que desempeñe dentro
de dicha sociedad. Le Goff12 comenta sobre la vida caballeresca de esta manera:

(...)Toda una mitología, que se resume en el duelo entre el caballero cristiano y el


musulmán, reina en adelante. La lucha contra el infiel se convierte en el fin último del ideal
caballeresco. Por lo demás, al infiel se le considera ahora como un pagano, un pagano
endurecido que ha renunciado definitivamente a la verdad, a la conversión (...)

Sin embargo, el rol del comerciante13, que es más bien un rol endeble a la hora de
caracterizarse netamente por unos valores religiosos, es una pequeña figura que se mueve
entre los centros de sentido y desde, por lo menos en este ensayo, la edad media es un perfil
resbaladizo para los dogmas y normas impuestos las instituciones político-religiosas.

11
Grimberg, Carl Gustaf, Historia universal: Roma, 1987 (Bogotá: Círculo de Lectores, 1967), 283.
12
Le Goff, Jacques. La civilización del occidente medieval. 1982.
13
El espíritu del comerciante, que es muy diferente al espíritu que incluyen los centros de sentido
institucionales, cobrarán mucha importancia a lo largo de este ensayo.
Volviendo a la conquista de sentido lograda por el cristianismo, Grimmberg se
pregunta cómo pudo el cristianismo conquistar los espíritus de los fieles en un lugar donde
tenían acceso a un sin número de religiones populares y que cuando hacían falta el Senado
importaban dioses de otros lugares, como fue el caso de la diosa Cibeles 14. Ante la pregunta,
se debe establecer que Grimmberg expone que las religiones que serían paganas no
satisfacían completamente las experiencias sobrenaturales que necesitaba el fiel, ya que eran
muy efímeras, y solo eran posibles de vez en cuando por medio del sacrificio 15. La diferencia
que puso al cristianismo en el centro de sentido, en palabras del mismo Grimmberg:

La fuerza imaginativa del Apocalipsis de San Juan y la convicción inquebrantable de


los evangelistas exaltaron la fe de todos los cristianos hasta el punto de hacerles
superar todos los peligros de la tierra. El Maestro estaba siempre junto al creyente:
no solo durante el ejercicio del culto o en el seno de la comunidad. 16

La diferencia, entonces, es que la experiencia sobrenatural ya no era en momentos efímeros


sino que pasaba a ser una relación constante. La tensión que pudo generar en el individuo la
idea de un único dios omnipresente, omnisciente y omnipotente, generó a su vez esa
experiencia sobrenatural constante. A eso se le debe sumar el estado de alerta de la Segunda
Venida de Cristo, ligado a una esperanza de salvación y felicidad eterna a aquellos que amen
a Dios sobre todas las cosas. El detalle de esperar y estar preparados porque Cristo viene
como ladrón en la noche, genera un cambio en la percepción y el pensamiento individual,
para Karl Lowith cambió de una visión o contemplación de lo visible, que era la forma del
pensamiento griego basado en la theoria, a una confianza en lo que es invisible y por eso
indemostrable17, una fe ciega en algo que no se ve. Han trata que en la economía del placer
“la negatividad del secreto, del velo y del encubrimiento aguijonea el apetito e intensifica el
placer”18. En este sentido no es el objeto en sí lo que puede captar la atención de los
individuos que están en busca de sentido, sino más bien en la manera como este se les
presenta. La salvación, el objeto que busca alcanzarse, en manos de un Dios que carece de
forma, es la experiencia placentera y sobrenatural que lleva al individuo a apegarse al centro

14
Grimberg, Carl Gustaf, Historia universal: Roma, 1987 (Bogotá: Círculo de Lectores, 1967), 284.
15
Ibíd.
16
Ibíd.
17
Lowith, Karl. Historia del mundo y la salvación. 1949.
18
Han, Byung-Chul. La sociedad de la transparencia. 2012.
de sentido. Han cita a Žižeck: “«solo por el camino de un desplazamiento sin fin» puede
alcanzarse al objeto”19,la salvalción, el no estar seguro de obtenerla, como si este se
desplazara al creer al alcanzarla, es lo que conlleva a permanecer en el camino de cristiano y
a obedecer los mandamientos divinos. El estado de alerta fijaba una mirada al futuro, una
visión al futuro que todos compartían ya que el centro de sentido que es el cristianismo era
el que fijaba el punto de referencia hacia dónde mirar, y más que hacia dónde mirar significa
hacia donde caminar 20.

El espíritu en Hegel es tener la libertad para una autodeterminación. Esta


autodeterminación lo independiza de aquello que lo determina, y lo hace oponiéndose ante
eso como distinto. Por eso dice que “la naturaleza del espíritu puede conocerse directamente
en su contrario”21, y el contrario del espíritu es la materia. El peso de la materia somete al
espíritu un espacio/tiempo unido a un todo, pero en su búsqueda de conocerse para
autodeterminarse el espíritu busca oponerse a la nada del espacio/tiempo para ser
independiente. Este es el milagro que puede llevar a una hierofanía. “Su libertad no consiste
en un ser inmóvil, sino en una continua negación de lo que amenaza en negar su libertad”22,
debido a esto un centro de sentido debe estar en una actividad constante, en una alerta
constante para poder validarse en el tiempo, y para ello tiene que negar a todo lo que no
represente sus valores. El individuo espiritual, de esta manera, es quien se auto determina a
través de la experiencia del conocimiento de sí mismo y de lo que lo determina para oponerse
y alcanzar dicha libertad. Sin embargo, el trabajo y el precio que se tiene que pagar para
alcanzarla puede acarrear mucho dolor, siendo más fácil para el individuo apegarse a los
centros de sentido dejando que le nieguen su voluntad para volverse representante de sus
valores. Por eso los militantes dentro de las instituciones pelean a capa y espada por los
valores que estos representan, ya sean los de las comunidades religiosas, partidos políticos,
etc…

El individuo sometido por generaciones a los centros de sentido nace haciendo parte
de algo, su único trabajo es reproducir los símbolos y valores que su entorno conlleva. Su

19
Ibíd.
20
Eduardo Galeano dice: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el
horizonte se corre diez más allá. ¿entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.”
21
Hegel, G.W.F., Lecciones sobre la Filosofía de la Historia Universal. P. 49.
22
Ibíd.
principal obligación es obedecer y seguir, no debe desviar la mirada a su propio interés, no
debe cuestionar lo que hace porque así des-configuraría la manera en que está programado y
sería un problema en el entorno que lo circunda y que representa esos valores, de manera que
sería expulsado por ser diferente y no ser parte de la unidad. Por eso la idea de libertad acarrea
dolor porque es un camino que puede terminar en la absoluta soledad.

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