Está en la página 1de 11

quées

filosofía?
¿ Que es la filosofía? El hombre en su devenir histórico siempre ha
formulado y reformulado esta pregunta ya sea directamente como aparece
en el título o indirectamente en función de la propia acción de filosofar,
hacemos lo que creemos que es filosofía, hacemos… ¿Pero qué es ese
“hacer”? ¿Hay algún método definido para filosofar? ¿Existe tan
siquiera un método verdadero para hacer filosofía? Y si nos enfrentamos a
una multiplicidad de técnicas de filosofar ¿Podemos hablar de una única
filosofía? Antes de lanzarnos a una vorágine de especulación, veamos que
nos dicen los denominados “filósofos”:
Sócrates (469-399 a.C) “La filosofía es un afán que siente
el hombre por saber de si
mismo”(“Conócete a ti mismo”).
“La filosofía es el amor permanente
de la sabiduría y la búsqueda de la
verdad de las cosas; pues la
sabiduría misma es patrimonio de
los dioses”. “Filosofía es la
búsqueda de la verdad como
medida de lo que el hombre debe
hacer y como norma para su
conducta”
Epicuro (341-270 a.C)

“La filosofía es una actividad que


procura con discursos y
razonamiento la vida feliz”

Baltasar Gracián (1601-1658)


“La misma filosofía no es otra que
la meditación de la muerte, que es
menester meditarla muchas veces
antes, para acertar a hacer bien
una sola después”

Thomas Hobbes (1588-1670) “La filosofía es el conocimiento de


las cosas por sus causas y
fundamentos y la utilización de este
conocimiento a beneficio del
hombre”
En el bosquejo anterior se aprecia que cada autor concibe
a la filosofía sirviéndose del supuesto fin de esta misma: el
quehacer del hombre, la felicidad, la muerte, la utilidad:
Esta relación de
medios a fines
inconsciente que se
produce cuando
nos preguntamos
por el “qué” y
siempre lleva
consigo el “para
qué” ¿Para la
sabiduría? ¿Para
ser feliz? ¿Para la
muerte? , ¿Para el
beneficio? Y así
podemos entrar en
una búsqueda
tediosa y
repetitiva, alguien
dice que es/sirve
para esto, otro dice
que es para lo otro. El problema no es el caos de voces que
intentan responder a la cuestión, sino la cuestión en si
misma:
La filosofía no “es”, sino que
deviene, no se concreta, acontece,
y si algo acontece significa que
algo que no sucedía ahora aparece,
una noticia, un recuerdo, un
sentimiento, siempre un afecto.
Hay filosofía cuando hay un
afecto, y este afecto nos mete en
un proceso de revelación de ese
afecto, nos hacemos preguntas, que
vienen cargadas de aún más afectos, deseamos atrapar esos
afectos, aprehenderlos, sintetizar eso que nos acaece en
conceptos, por lo que podemos pensar a los conceptos no como
representaciones mentales de entes concretos como objetos,
hechos, cualidades o estados de cosas, sino como las expresiones
de lo que ahínos sucede. Los filósofos crean conceptos en el marco
de su propio discurso, y ese discurso es sostenible desde lo que yo
considero como filosofía en tanto no
caiga en el análisis del lenguaje por
el lenguaje mismo y pierda el foco de
las cuestiones humanas en acuerdo a lo
que decía Antonio Gramsci en su
filosofía espontánea.
¿Qué es la filosofía? Es la
pregunta que puede terminar
cayendo en ese análisis del lenguaje, prefiero decir que la
filosofía se va haciendo y redefiniendo mientras que nos
preguntamos y respondemos con argumentos las cuestiones
cotidianas.
Acá no es cuestión de poder, no es cuestión de
clase social, la filosofía del espíritu crítico
que nos toca vivir es una postura ante la vida. La
actitud filosófica es eso, una actitud, nadie nos
puede forzar a preguntarnos por cosas que nos
pasan día a día, podemos pasar toda nuestra vida
sin preguntarnos sobre la felicidad, la verdad, la
muerte, y tampoco pasa nada con esas personas.
Aveces pienso si no es más agradable vivir en ese
adormecimiento donde parece que el mundo siempre
va a ser de esa forma y no vislumbro alternativas
o reflexiones, acepto todos los sucesos sin
cuestionarme por ellos ¿Por qué es así? ¿Para qué
sucede y como debería ser o como quiero que sea mi
realidad? Creo que la actitud filosófica duele y
el dolor me lleva a preguntarme aun mas porque voy
profundo a
un lugar
donde las
respuestas
que
encuentro
no me
convencen,
la duda
parece
eterna y si
llega una
certeza, el
afecto aparece momentáneamente porque la vida
sigue en un cambio constante. Aunque duela,
prefiero estar despierto para decidir lo que pueda
de mi vida y saber que hice un trabajo propio.
Libertad

“¡Sapere aude!”
(¡Atrévete a saber!)
Así consagró el filósofo Inmannuel Kant el lema de
la ilustración, el gran relato de la razón, que
prédica la emancipación del hombre a través de
esta para alcanzar el conocimiento auténtico y
liberarse de los focos de poder que repliegan el
espíritu humano a los imperativos monárquicos y a
las supersticiones
dogmáticas, entonces la
idea de libertad siempre
implica una libertad “de”.
En el imaginario colectivo
se reproducen símbolos que
se asocian con el concepto
de libertad: manos
rompiendo cadenas, el viajero , “la razón”, todos
denotan modos para ser “libre”, las manos se
liberan cuando rompen las cadenas que las sujetan
y oprimen, el viajero es libre porque se desplaza
frecuentemente, la razón porque me permite
reflexionar y no dar por sentadas verdades sin
previo análisis y evaluación.

Pero ¿se es libre de cualquier limitación cuando


las manos rompen las cadenas, cuando el viajero
decide no quedarse en el punto A y se desplaza
hacia al punto B o
cuando alguien me
dice que hoy va a
llover y yo someto
su afirmación a un
análisis fáctico y
a una evaluación de
probabilidad
mediante la
consulta a un
servicio
meteorológico? En el momento que decimos “l-i-b-e-
r-t-a-d”, nos estamos valiendo de una gama de
signos gráficos(letras) de nuestro sistema de
escritura(alfabeto) que prefijan la configuración
de todas las palabras posibles: nos limita el
lenguaje. La palabra “libertad” ya significa una
construcción del lenguaje, y no solo las palabras,
sino la realidad misma la construimos en un orden
simbólico que el humano inconscientemente asimila
para su supervivencia. De esta forma se inventa
significados, categorías, estructuras, sistemas
etc, que cumplen la función de producir realidad y
por ende darle sentido.

A todo esto hay que añadirle


las predisposiciones fijadas
en el código genético
de nuestra especie, y de
cada humano en particular:
si un humano tiene tendencia
genética a desarrollar
alguna enfermedad
degenerativa o pisco-patologías como la
esquizofrenia, esto va repercutir en su forma de
desenvolverse en las múltiples facetas de su vida.
Pero el enfermo(ya la propia denominación tiene
mucha carga simbólica) así como los que no
ostentan dicha categoría, son determinados
profundamente sobre la concepción cultural de
normalidad y anormalidad que van a delinear su
accionar y hasta como se van a percibir a ellos
mismos. El propio “yo” existe necesariamente
porque existe un “otro”. Parecería que la libertad
es en realidad un mecanismo del deseo humano para
afrontar sus limitaciones que los convierten en
maquinas prefabricadas que funcionan según el
ensamblaje de su sistema operativo configurado por
dispositivos biológicos,psicológicos y sociales
que producen lo que llamamos “vida”, pero son
estas limitaciones las que nos hacen humanos, cosa
que tendríamos que aprender si queremos
comprendernos a nosotros mismos.

Guión y diseño
THE SAD PIXEL

También podría gustarte