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LA CONSTANTE INSATISFACCIÓN DE SENTIR QUE NO HAS HECHO NADA

EN LA VIDA

COMENTARIO ACERCA DE LA TRANQUILIDAD DEL ESPÍRITU

Julián Humberto Ballén Espinosa


Universidad del Quindío

¿Cómo alcanzar la tranquilidad del espíritu y con ella la felicidad?

Una cuestión simple, pero en práctica confusa, alcanzar lo que se desea,


aparentemente siempre ha sido la clave para la felicidad anhelada por la
humanidad, ¿plantearse metas y cumplirlas es en realidad una medicina al espíritu?
De una forma poética, como conversada por un pariente mayor, Séneca nos
muestra en su diálogo con Sereno, cómo las consideraciones de bienes en la vida
de los hombres comunes son dilaciones innecesarias para alcanzar la calma, pues
según su visión, aquello que se anhela no se hace por decisión propia si no porque
otros así lo ambicionan, lo que entendemos hoy como presión social o modas;
comidas finas, ropas, lujos, sirvientes, excesos y demás goces del cuerpo nublan la
visión del espíritu y lo perturban.

Si bien para pensadores como Epicuro estos placeres constituían la meta


vital del hombre, porque todo ser vivo se rige por este instinto fundamental1, fueron
más los pensadores como Zenón que, no dejando atrás la premisa de búsqueda de
la felicidad que para los «zenonianos» o los «estoicos», como se los denominó más
tarde, era una maravillosa fuerza capaz de unirnos a la naturaleza2, a sus ojos, la
idea de buscarla en el mundo exterior degradaba al hombre a la condición de animal
y desconocía la excelsitud del logos que en su perspectiva constituía la verdadera
esencia de lo humano y que también, solo él, conformaba el cosmos.

En el hecho de no poder decidirse, si escapar de estas pasiones y buscar la


calma, la imperturbabilidad y la quietud, o por el contrario aquello que anhela el
impulso inmediato por medio del cuerpo y la sociedad circundante, nos sometemos
a un movimiento continuo y perene. Un movimiento que busca en todo caso la
tranquilidad anhelada o la felicidad, pero no encuentra el camino que conduzca
hacia ella. En momentos de soledad interior, a veces pasa, que aún llenos de
personas alrededor nos sentimos ausentes de nosotros mimos y observando a
todos los otros con sus respectivas vidas, llega un sentimiento; ¿qué es lo que yo
mismo estoy haciendo con mi vida? Se supone que a mi edad debería de haber
conseguido más logros, tener más cosas, ser más exitoso. Lo curioso de esto es
que no importa cual sea la situación actual, si eres rico o no tienes dinero el
sentimiento va a ser igual. Se causa entonces un tedio, hacia el movimiento, hacia

1
Max-Pohlenz, La Stoa,Penguin Random House Grupo Editorial España, 2022
2
Emilio Lledó, Prólogo, La Stoa la historia de un movimiento espiritual, 2022
la vida, hacia los otros ¿Para qué me muevo si por más que consigo nunca va a ser
suficiente?
Ser útil a la humanidad parece configurarse en el momento final de la
estructura dialógica como el camino más seguro para alcanzar la tranquilidad del
espíritu y emanciparnos del tedio de la búsqueda perpetua de lo que no existe en
las pasiones. Citando a Lucrecio 3 “así cada cual de sí mismo huye siempre”. Pues
si bien perseguir aquello que no es práctico perturba el espíritu, el tedio de lo igual
y lo mismo lo perturban también, sobre lo cual Séneca propone que el ser humano
debe estar siempre ocupado en algo (se incluye en esto, la reflexión, el descanso y
el pensamiento) y aprovechar al máximo el tiempo que la naturaleza le dio, aunando
que las tareas en las que se ocupa deben ser con buenos propósitos que benefician
a uno mismo y a los demás. En el presente texto abordaremos, la forma que desde
el autor se puede develar el propósito de hacer una ocupación pública para caminar
hacia la tranquilidad, revisando pasajes de su diálogo con Sereno y transitando
algunos otros autores o ideas que esclarezcan este camino como sentido.

Si bien el autor de manera directa pretende mostrar a su interlocutor que para


el fin encontrar una efectiva tranquilidad en el espíritu ha de precisarse un
pensamiento que se separa de dos líneas; ni la búsqueda de las pasiones en sí
mismas (en contexto contemporáneo: Riquezas, sexo, viajes, tecnología etc.) ni la
búsqueda deliberada de la escasez, pues estos fines son relacionados con el
cuerpo. La no búsqueda deliberada de estímulos para el cuerpo tiende a
relacionarse con la imperturbabilidad que en ningún momento significa quietud ni
pasividad, y que no fortalecen ni la virtud ni el hombre; más cuando el hombre cultiva
su espíritu con acciones que gozan de un propósito y un carácter de mejoramiento
de su propio contexto, aún en escenarios públicos como privados, siempre este
espíritu estará enriqueciéndose, haciendo buenas obras y dejando un legado digno
de obtener los beneficios de una calma y tranquilidad, no por quietud, si no por
satisfacción de lo bien hecho, así lo muestra Seneca4 :

“como el ímpetu de los leones y de los animales con unas rejas se


reprime, no así el de los hombres, cuyas acciones más notables se dan en la
soledad. Sin embargo, se recatará de tal manera que, donde quiera que
esconda su ocio, continúe queriendo ser útil a los hombres por separado y
en conjunto con su talento, con su palabra, con su consejo; pues es el único
en ser útil al estado el que promueve a los candidatos y defiende a los
acusados y decide sobre la paz y la guerra, sino que quien anima a la
juventud, quien, en medio de una escasez tan grande de buenos maestros,
inculca la virtud en sus espíritus, quien aferra y retiene a los que se lanzan a
la carrera hacia el dinero y el lujo y, ya que no otra cosa, al menos los demora,
desempeña en privado una función pública”.

De lo anterior es notoria la preocupación de Séneca en evidenciar la causa


de la perdurabilidad del espíritu, cual es la razón por la cual los seres humanos

3
Lucrecio, III 1068; Séneca cita el primer hemistiquio, pero le añade por su cuenta «siempre».
4
Séneca el Jóven, Diálogos, 2008, Editorial Gredos, Madrid.
siempre estamos angustiados, no es otra que malversar el tiempo que se nos ha
dado en acciones diferentes a la de buscar la virtud, pues sin importar el ocio o las
dificultades que atraviesen la vida del hombre de naturaleza reconoce su virtud, este
estará satisfecho pues, aunque este en soledad o acompañado, en lujo o escasez,
siempre estará en calma con su vida al reconocer que la ha dedicado a
perfeccionarse y al bien más que al mal y al bienestar de su pueblo al igual que al
suyo propio. Él lo llama como hacer función pública, a aquellos actos que de una u
otra forma siempre propenden un mejoramiento en la sociedad desde la
transformación de los contextos inmediatos, el ser útil para los hombres, invirtiendo
el tiempo de vida en este menester. Por otro lado, aquellos para quienes es prioridad
la búsqueda de los bienes para si mismo únicamente, como el reconocimiento, la
acumulación, los lujos y las compañías importantes, perderá el poco tiempo que se
le es otorgado para la vida, al preguntarse qué ha hecho con ella, estará siempre
preocupado por conseguir estos mencionados deseos, y por estar siempre
persiguiendo el uno o el otro, no conseguirá ningún avance en la virtud. “A menudo
un anciano bien viejo no tiene ningún otro argumento con que demostrar que
ha vivido mucho, excepto su edad”5. Lo que en palabras contemporáneas
podríamos mencionar como una vida vacía.

Se centra en mostrar por medio del diálogo en algunos momentos puntuales


que el camino para alcanzar la tranquilidad interior entonces es uno mismo a través
de la capacidad que se pueda obtener para hacerle frente a las dificultades, pues si
bien el hombre por su propia cuenta puede buscar la virtud y tener una vida serena
consigo mismo, sin vergüenza de sus acciones y en tranquilidad con su espíritu, sin
embargo esto no garantiza de ninguna manera que el mundo sensible fluya con
dicha idea pues como lo menciona Seneca;

“Sócrates, sin embargo, estaba en medio y consolaba a los dolientes


senadores y reanimaba a los que desesperaban de la política y reprochaba
a los ricos que temían por sus caudales su tardío arrepentimiento de esa
peligrosa codicia, y, para los que querían imitarlo, difundía un magnífico
ejemplo, cuando andaba a sus anchas entre los treinta déspotas. A éste, sin
embargo, la misma Atenas lo mató en la cárcel, y la libertad no consintió la
libertad del que había insultado impunemente al batallón de los tiranos30:
debes saber que, por un lado, en una república corrompida el hombre sabio
tiene ocasión de darse a conocer, que, por otro, en una próspera y feliz reinan
el orgullo, la envidia y otros mil defectos pasivos. Luego según como se
presente la política, según como lo permita la suerte, así o nos
expansionaremos o nos encogeremos, en todo caso nos moveremos y no
nos aturdiremos paralizados por el miedo.

Utilizando lo anterior no más como un apoyo para comprender la estructura


que se va cimentando dentro del entramado espiritual del hombre; construirse así
mismo desde la comprensión del destino, como una naturaleza que no podemos
controlar, desde el control de las pasiones por medio de la sabiduría, la justicia, el

5
Esta reflexión que Séneca atribuye a Atenodoro está ampliamente desarrollada en Brevedad 3, 2-3
coraje y la disciplina. El aceptar que cada momento que llega ha de tener en
nosotros un aprendizaje y un fortalecimiento del carácter, son algunas de las bases
para alcanzar esta anhelada tranquilidad del espíritu, sin embargo, no concluye con
la totalidad del camino necesario.

No cabe entonces la posibilidad de esperar la tranquilidad de las


circunstancias externas, pues sobre ellas no tenemos ningún control y la sociedad
misma no se ha de encontrar en todo momento a un nivel de alcanzar virtud, así
pues apegarnos a que nuestros contextos se comporten de acuerdo a nuestros
deseos sería un despropósito, es necesario entonces primero y en cada momento
examinarnos a nosotros mismos, y tener identificado claramente que podemos
hacer o que está a nuestro alcance, y para aquello que no, establecer unos
planteamientos claros de cómo llegar a estos de manera coherente. “Porque
generalmente nos imaginamos poder más de lo que podemos6. Pero debemos
actuar con lo que si podemos, pues la inmovilidad es un vicio que acrecienta la
pereza, y actuar precisamente en busca de ocupar significativamente el tiempo que
se nos es dado en la vida.

Séneca reflexiona sobre la importancia de vivir una vida significativa y plena,


lo que está relacionado con el entendimiento mismo del cuerpo y del pensamiento
ligados a una idea de virtud y cómo la ocupación puede ser una herramienta para
lograrlo, también sugiere que una correcta escogencia de dicha ocupación puede
ser una forma valiosa para encontrar la felicidad, siempre y cuando se realiza con
un propósito significativo, así pues huyendo de la ociosidad y el menester en
trivialidades, pues el tiempo dado en la vida es limitado para malgastarlo en actos
insustanciales, advirtiendo contra la ocupación sin sentido y el desperdicio de
tiempo en actividades que no contribuyen a una vida plena. Cómo lo menciona
Hadot7 “la disciplina de la acción alcanzará su punto culminante en el amor al
prójimo”. Así pues el acto que nos pondrá en camino a la felicidad, será para otros,
desde la culminación de mi propia construcción.

Esto en la actualidad ha sido revisado por múltiples autores; Gian Carlo


Delgado Ramos editor de un libro titulado "Buena Vida, Buen Vivir: imaginarios
alternativos para el bien común de la humanidad8". Explora el concepto de "Buen
Vivir" o "Vivir Bien" desde varios ángulos y para diferentes regiones, buscando dar
cuenta de las complejidades, desafíos, contradicciones y viabilidad de gobiernos y
sociedades por construir que encuentran una causa final de bienestar desde
proyectos ciudadanos que benefician al colectivo desde la participación individual.
Lo cual Séneca identificaba claramente desde sus escritos.

Así pues, el filósofo propone en una surte de historias y ministerios


anecdóticos mostrar como en los inicios de este texto se leía, cómo la virtud no
abandona el alma del hombre tranquilo, o dicho, por el contrario, cuáles son los

6
Séneca el Jóven, Diálogos, Editorial Gredos, Madrid,2008.
7
Pierre Hadot, La Ciudadela Interior, Alpha Decay, 2013
8
Gian Carlo Delgado Ramos. Buena Vida, Buen Vivir
comportamientos que pueden llevar el ímpetu y el espíritu de un hombre a la
claridad y paz; esto es de la tranquilidad o antes llamada ataraxia, que para la
corriente estoica en rasgos similares requería algunas de estas formas de proceder
dentro del proceso crecimiento.

No es posible realizar ningún crecimiento o perfeccionamiento del espíritu,


aquello que llamamos la búsqueda de la virtud, sin examinarse primero. Este
examen es una observación y evaluación minuciosa al propio ser en varios
aspectos, entre ellos, las ocupaciones que se plantean para el uso de su tiempo,
cómo abordamos la vida ante los vicios cuando desean infiltrarse, como asumimos
la actitud ante los hechos de los cuales no tenemos ningún control, cuales amigos
elegimos para ser cercanos a nuestro círculo cercano y cómo realizamos un proceso
de razonamiento para restablecer y adquirir tranquilidad. Saber puntualmente de
manera sincera como reacciono ante cada situación me permitirá conocer mis
propios límites y como moverme en aguas donde no pueda timonear el barco de la
integridad.

Realizado este análisis propio también encontraremos realidad de


conocimiento sobre las cargas que llevamos como pesado lastre en nuestro
entendimiento, que, si bien todas aquellas dificultan el caminar en la vida, unas de
ellas tienen un propósito y otras no. De estas debemos analizar y precisar cuáles
cargas para el espíritu son innecesarias, así pues aquellas que no generen ningún
tipo de crecimiento en conocimiento o acercamiento a mi construcción individual, o
en bien para mi pueblo o mi familia o para mi propia tranquilidad o sentido de vida,
no han de llevarse; la vanidad, la acumulación de dinero la necesidad de
reconocimiento público, las rentas, los lujos, los trabajos ociosos, actividades para
otros que no suman a su persona y que por el contrario promueven la pereza,
ocupaciones que no están enfocadas a la idea de virtud del espíritu en el sentido de
no estar en sinergia con mi conocimiento de posibilidades y enfoque decididos
desde la razón.

Séneca deja ver una inclinación en su texto sobre la importancia de hacer


algo significativo con nuestra vida, hacer el bien y no solo el bien justo para ser
personas moralmente aceptables, hacer el bien como modo de vida para alcanzar
la virtud, una vida dedicada al mejoramiento de la polis o el demos, para el avance
de la humanidad hacia un mejor porvenir. Dejando premisas significativamente
valiosas en el camino de encontrar una vida más tranquila y feliz.

Si lo observamos desde una perspectiva distante se puede apreciar en su


texto una invitación a forjar un espíritu fuerte y de calidad siendo un hombre útil para
la especie humana, más que solamente buscar su tranquilidad, pues aquella
devendrá de la construcción propia que se consiga; ya Aristóteles mencionaba que
“la calidad no es un acto, es un hábito"9, sugiriendo que la excelencia se alcanza
mediante la práctica constante, esto es precisamente lo que infiere de la vasta
cantidad e historias que nos cuenta Séneca en su diálogo con Sereno, justo cuando

9
Aristóteles, 384-322 a. J. C. Ética a Nicómaco [recurso electrónico] 1ª ed. – San José, 2016
realiza la mención de que el hombre con espíritu tranquilo desempeña en privado
una función pública, es precisamente que en un su examen personal, en cada
decisión consciente, en cada acto realizado y ocupación aceptada siempre está
buscando el bien y la virtud, dando todo de si para asegurar que por lo menos pueda
promover en otros este camino de forja del espíritu mediante los hábitos. Los cuales
deben ser meticulosamente decididos, pensando siempre en la tranquilidad del otro
como resultado natural de la búsqueda de su virtud, aconsejando la evitación de los
vicios, el desconocimiento propio, los deseos sin propósito y las ocupaciones
triviales. Dar todo de sí para el bienestar de todos.

Aunque el estoicismo ha pasado históricamente como una filosofía de alguna


forma percibida egoísta pues se entiende que esta se basa en mantener una mente
tranquila y racional, pensando en el presente, sin miedo a la adversidad ni a la
muerte. Su objetivo es alcanzar la felicidad y la sabiduría sin considerar los bienes
en una relación directa con las pasiones. La máxima aproximación posible a la
virtud, entendiendo el logos como la naturaleza de las cosas y aceptando su devenir,
racionalizando las emociones y practicando la prudencia en los actos públicos y
privados, alejado de los vicios. Un trabajo de fortalecimiento interno individual.
Esto es lo que a primera vista se puede apreciar.

Sin embargo, en Séneca vemos algo más. Si bien la tolerancia y el


autocontrol son las bases fundamentales sobre las que se construye su propuesta,
el paso de más que da, es abogar por la hermandad de la humanidad y la igualdad
natural de todos los seres humanos, dando principal atención a las ocupaciones,
sabiamente entendiéndose como un animal político, el hombre precisa contribuir en
una relación social efectiva para alimentar su razonamiento individual, en este
sentido es de forma análoga que la principal intención del hombre que busca la
tranquilidad de su espíritu y la felicidad es propender que todos a su alrededor
también lo posean, pues esta ocupación lo hará sentir satisfecho y orgulloso,
ampliara su conocimiento, promoverá el crecimiento de su razón y lo acercara a la
sabiduría y la virtud. Pues solo con el ejemplo de otros aprendemos de aquellos
actos que en nuestra línea vital no han ocurrido.

Encuentro una coherencia y una visión transversal con el diálogo de la


brevedad de la vida y sus escritos sobre la felicidad en una relación casi matemática;
el buen uso del tiempo en ocupaciones importantes para el crecimiento propio y el
mejoramiento de la sociedad, generan una tranquilidad del bien hecho, que
naturalmente evita estar ocupado en trivialidades ni estar pensando en vicios, pues
la atención y la energía están dispuestos y destinados en un propósito especifico.
Actuar pues con un propósito claro, es directamente proporcional a la tranquilidad
del espíritu. Esto cabe aclarar, que solo es posible según Séneca cuando se haya
transitado el camino necesario para lograrlo, por medio del examen de sí mismo, la
comprensión del destino, las pasiones y la idea de virtud, el análisis de las cargas
que llevo y la crítica propia sobre el uso y empleo del tiempo y las actividades que
se dan en él. Pues la suma de estas variables genera hábitos en el hombre que
forjaran su espíritu y mostraran lo que este es en público y en privado, permitiendo
dar lugar a pensarse como un hombre útil para la humanidad en cada una de las
acciones de vida y con esto, manifestar la mayor tranquilidad en su espíritu por
consiguiente alcanzar la felicidad, no por el acto, si no por lo forjado en su carácter
que ahora constituyen un nuevo hombre.

Referencias

Lucrecio, III 1068; Séneca cita el primer hemistiquio, pero le añade por su cuenta «siempre».
Séneca el Jóven, Diálogos, 2008, Editorial Gredos, Madrid.
Aristóteles, 384-322 a. J. C. Ética a Nicómaco [recurso electrónico] 1ª ed. – San José, 2016
Gian Carlo Delgado Ramos. Buena Vida, Buen Vivir
Pierre Hadot, La Ciudadela Interior, Alpha Decay, 2013

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