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EL HOMBRE NUEVO EN LA NUEVA COMUNIDAD

“La educación en forma de autoeducación continuará siendo, ciertamente, la


misión de nuestra vida hasta el último suspiro…” (Que surja el HN, Primera
platica, Jornadas pedagógicas 1951)

“Queremos pedir a la Santísima Virgen, quien actúa aquí en nuestro Santuario,


como la gran Educadora de todos… que Ella bendiga nuestra jornada… Que
nos de claridad…” (id.)

¿Y cuál es la meta de esta autoeducación y educación a nuestros hijos y gente


a nuestro cargo?:

La formación del Hombre Nuevo y una nueva comunidad.

El Padre José Kentenich (1885-1968), observando el tiempo contemporáneo,


en 1930, define:

«El hombre nuevo es la personalidad autónoma, de una gran interioridad,


con una voluntad y disposición permanente a autodecidir, responsable
ante su propia conciencia e interiormente libre, que se aleja tanto de una
rígida esclavitud a las formas como de una arbitrariedad que no conoce
normas». (Mi Filosofía de la Educación).

En otras definiciones, lo describe como el hombre profundamente filial, capaz


de establecer vínculos personales y personalizantes con Dios, con las
personas, con las cosas y el trabajo.

¿Qué se entiende por la «nueva comunidad»?

“Por el bautismo formamos un solo cuerpo en Cristo Jesús. El ideal de la nueva


comunidad busca vivir profundamente esa realidad en el contexto de un mundo
que ha destruido los vínculos interpersonales, que sólo conoce el estar el uno
al lado del otro, yuxtapuesto al otro, o, incluso, el uno contra el otro; donde las
personas se unen sólo por el interés o la necesidad.

La esencia de la nueva comunidad consiste en que las personas que la


conforman viven la una en, con y para la otra, en que el lazo del amor que
las une les lleva a sentirse profunda y solidariamente responsables las
unas de las otras. Es la comunidad animada por el vínculo del amor que el
Espíritu Santo infunde en nuestros corazones, que vence tanto el
colectivismo masificante como el individualismo, atomizante.” (150
Preguntas sobre Schoenstatt, P.R.Fernández. Bs.As., Patris, 1994, p.18)

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“El bolchevismo quiere crear la sociedad sin clases y formar en ella al hombre
colectivista… Se desprende de una cosmovisión centrada totalmente en este
mundo y se pretende alcanzarla con fuertes medios de poder” (QSHN)

Hoy, en nuestra sociedad occidental, caído el muro de Berlín, esa unidad que
pretendía el bolchevismo en la época del padre, está reemplazada por la
“sociedad consumista” donde los valores del mercado, centrados totalmente en
este mundo, pretenden unificar al mundo.

La democracia occidental del siglo pasado, puso como meta la libertad


personal. Libertad de presión personal, de presión económica, de coacción
política, para diferenciarse del modelo que perseguía el comunismo.

El problema es que no hubo acuerdo en la libertad para. ¿Para qué quieren


estar libres?

Viktor Frankl, psiquiatra vienés, fundador de la tercera escuela psicoanalítica


vienesa, la logoterapia, (que tiene muchos puntos en común con nuestro padre
fundador) define:

Existen dos libertades:

Libertad de: Condicionada. No soy libre de nacer o no nacer. No puedo elegir


mi sexo, ni la familia en que nací, ni la época en que vivo. No elijo cómo morir.

Libertad para: Soy libre, frente a las circunstancias en las que vivo, qué hacer
con ellas, y qué actitud tomar ante ellas. Para ello necesito un profundo trabajo
personal que me va a ir haciendo cada vez más libre.

Desde la filosofía cristiana perennis, sabemos que somos libres cuando


elegimos el bien. Cuando no elegimos el bien, vamos perdiendo libertad (por el
pecado) y cada vez hacemos elecciones menos libres.

La mentalidad del comunismo y del consumismo obtiene la unidad a la fuerza,


ya sea con la fuerza del poder político-militar, o a través de la fuerza de las
manipulaciones psicológicas que masifican al hombre.

¿Será posible para nosotros, cristianos, conservar la libertad y al mismo


tiempo lograr una unidad compacta?, se preguntaba el PK. Él nos da la
respuesta con la propuesta de la construcción del HN en la NC.

¿Cuáles son las características de este Hombre Nuevo, que forma la


Comunidad nueva?

 Libre

…personalidad autónoma, de una gran interioridad, con una voluntad y


disposición permanente a autodecidir, responsable ante su propia
conciencia e interiormente libre, que se aleja tanto de una rígida esclavitud a

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las formas como de una arbitrariedad que no conoce normas». (Mi Filosofía de
la Educación).

Al Padre Horacio Sosa Carbó le gustaba decir que el hombre libre es aquel
“que sabe lo que quiere, quiere lo que sabe, hace lo que quiere y ama lo
que hace.”

1. Saber lo que quiero. Primero, se trata de aclarar y definir mis valores, mis
prioridades de vida.

Conociendo mis prioridades y valores puedo formular mis metas y objetivos


personales, a corto y a largo plazo. Es importante revisar y evaluar
periódicamente mis valores y metas.

2. Querer lo que sé. El segundo paso, luego de saber lo que realmente quiero,
es llegar a querer lo que sé. Este paso es decisivo para la cohesión interior de
la personalidad. No sólo se trata de saber, sino de querer. Afirmar mis anhelos
y metas de vida con mi voluntad y con el corazón.

3. Hacer lo que quiero. Una vez que sé lo que quiero y quiero lo que sé, tengo
que llevarlo a la práctica, a la acción. El sentido es que haga lo que realmente
quiero hacer. Ni lo que “tengo” que hacer, ni lo que me “da la gana hacer”.
Esto me hace coherente.

4. Amar lo que hago. El hombre libre que sabe lo que quiere, quiere lo que
sabe y hace lo que realmente quiere, está en condiciones de amar lo que hace.

Esto compromete todas las facetas de mi personalidad: inteligencia, afectos y


voluntad.

 Con un fuerte arraigo en Dios. Cohesionada por el vínculo de la fe


católica.

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TRABAJO PERSONAL (20 minutos)

Ir convirtiéndonos en personas más libres es un trabajo que nos lleva la


vida. Comencemos reflexionando…

- ¿En qué me siento poco libre?

1. Prejuicios. Los prejuicios son aquellos juicios que emito sobre los otros
cuyo fundamento no representa la realidad. Se expresan en forma de
generalizaciones “Todos…” “La gente…” “Siempre…” “Nunca…”
¿Realizo alguna de estas afirmaciones? ¿Cuáles? Hay prejuicios que se
expresan como opiniones y otros que se “sienten” y “transmiten” desde
el corazón…

2. Mandatos. Desde que nacemos recibimos mensajes que quedan


grabados en nuestro subconsciente. Es tarea del adulto, para poder
crecer y ser “él mismo”, reconocerlos, revisarlos, aceptarlos o
descartarlos. Escuchando nuestras voces internas cuando nos decimos:
“Tengo que…”, “Yo debo…” es un primer modo de reconocerlos.

3. Máscaras. En la interrelación con nuestros mayores nos quedaron


formas de mostrarnos a los demás que no son genuinas. Así, jugamos
papeles de “el alegre”, “el chistoso”, “el fuerte”, “el débil”, “el
responsable”, “el irresponsable”. Estas máscaras, que en algún
momento nos “sirvieron” como protección o como una forma de
sentirnos queridos, llega un momento en que nos aprisionan.
¿Reconozco alguna de ellas? ¿Cuáles?

4. Reacciones. A veces elijo qué hacer, qué decir (soy pro-activo). Otras
“me sale”… (soy re-activo) ¿En alguna circunstancia no puedo pensar
antes de hacer o decir o decidir? ¿En cuáles? Esto me trae problemas.
¿Cuáles?

5. Estados de ánimo. ¿Soy fluctuante en mis estados de ánimo sin saber


el por qué? ¿Ellos gobiernan mis “ganas”?

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Hay dos anhelos que dan la respuesta a cómo trabajar en nosotros la
libertad y el fuerte arraigo en Dios.

 El anhelo por una atmósfera acentuadamente sobrenatural

El anhelo de una atmósfera sobrenatural es una forma importante y concreta


de la nostalgia eterna. Una nostalgia que nunca se satisface ni realiza aquí en
la tierra. Esta nostalgia, este anhelo de Dios, del más allá, de lo sobrenatural,
puede ser reprimido, también puede ser extraviado, pero a la larga, no puede
ser acallado ni destruido.

¿Cuáles son las razones de la pérdida de este anhelo de Dios?

La primera razón es que la raíz irracional de nuestra fe en Dios está


enferma. Esta raíz irracional de nuestra fe en Dios es la vivencia paternal
natural que penetra hasta el subconsciente del alma y, que de acuerdo a la ley
de transmisión de afectos, puede y debe ser transmitida a Dios Padre, el único
en quien tenemos un punto de reposo, una seguridad que vence todas las
dificultades en medio de las tormentas del tiempo actual. No tenemos más
países de Dios porque no tenemos ya tierra de padres. Y por eso tampoco
tenemos tierra de hijos.

Pestalozzi (pedagogo, educador y reformador suizo; 1746-1827) afirmaba:


“La gran desgracia del tiempo actual es que se ha perdido el sentido filial,
porque eso imposibilita la actividad paternal de Dios.”

La segunda razón apunta a la libertad de la voluntad. Esta es un regalo que


Dios nos ha hecho. Con este regalo se da también la posibilidad de reprimir
pasajeramente instintos religiosos originales en nuestra naturaleza, por el
abuso de la libertad de la voluntad. Esta tendencia se muestra con una típica
atmosfera de irreligiosidad. Vivimos una época de huida de Dios, de ansia
mundana, colectivista. Todos estos aspectos envenenan la atmósfera de tal
modo que es fácil entender por qué el hombre ahoga y reprime el anhelo de
Dios.

¿Cuál es nuestra tarea? Como la de los primeros cristianos a quienes se les


reconocía por cómo vivían y hablaban para “dar razón” de su fe. No es ni será
fácil vivir la fe en Jesucristo en la realidad social que estamos, pero porque la
levadura tiene que fermentar la masa, el hombre nuevo como discípulo de
Jesucristo tendrá que saber buscar y generar una atmósfera que le permita
fortalecer y desarrollar su fe. Por esto, para el cristiano del siglo XXI tendrá
importancia decisiva estar integrado en una comunidad cristiana viva, en la que
exista fe compartida y calor humano. Para nuestra Familia de Schoenstatt, la
comunidad (grupos, cursos, ramas) es en primer lugar una experiencia de
Iglesia -“pequeña Iglesia”, la llamaba el Fundador- y, por eso mismo, ofrece
una “pedagogía de atmósfera” para el crecimiento.

Cuando leemos los Hechos de los Apóstoles tenemos la impresión de que la fe


se propagaba “por contagio”. Esto volverá a ocurrir ahí donde la comunidad de

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los creyentes ponga de manifiesto a los ojos de todos que donde hay un
cristiano hay una nueva humanidad, pasó lo viejo, todo es nuevo (cf. 2 Cor.
5,17). 

 El anhelo por una pedagogía mariana.

El Padre Kentenich lo explica en forma muy sencilla: “Quien se sumerge en


María, será llevado como por un remolino al corazón de Dios.”

Esa había sido la experiencia vital del Fundador de Schoenstatt en su historia


personal y en la conducción de los jóvenes. Acercarnos a Ella, entrelazar
nuestra vida con la suya, sellar con Ella una Alianza de Amor, es el camino
más vital para acercarse al Señor y transformarse en Él.

“¿Cómo debe ser el amor a la Santísima Virgen? Un amor que genere una
vinculación a Cristo viva y vivificante. ¿Qué significa esto? Que toda mi
persona, llena de vida nueva, ame entrañablemente al Cristo vivo. (..) Por eso
nuestro amor a Ella tiene que convertirse, más y más, en un amor que esté
unido a Cristo, que cultive la intimidad con Cristo y el estar poseído de Cristo.”

Por esa Alianza, el Padre Kentenich y los primeros integrantes del Movimiento
se comprometieron a alcanzar, con la ayuda de María, el mayor grado posible
de perfección y santidad, según su estado, para que Ella atrajera hasta allí  a
muchos corazones jóvenes, los cobijara en su corazón maternal, los
transformara en Cristo Jesús para iniciar desde ese lugar un movimiento de
renovación religioso-moral.

MADRE, NADA SIN TI, NADA SIN NOSOTROS: es el núcleo central de la


Alianza de Amor en Schoenstatt.  No se realiza el nacimiento de Cristo en el
tiempo nuevo y en nosotros sin la Madre de Dios, pero tampoco, sin nuestra
colaboración concreta. La transformación en Cristo no es un proceso que
sucede de manera pasiva. Es un camino interior de conversión que debemos
transitar nosotros mismos en Alianza de Amor con María. 

Por la Alianza de Amor “nosotros nos comprometemos a aspirar a un amor


mariano extraordinario, a educarnos para ser santos con un empeño que vaya
más allá de toda medianía y a cultivar una vocación apostólica que se traduzca
en hechos. Por su parte, la Santísima Virgen se ha comprometido a educarnos
y utilizarnos en la consecución de estos ideales.”

NADA SIN TI, NADA SIN NOSOTROS: Schoenstatt vive o muere según
nuestro serio esfuerzo por la santidad. Otros lugares de peregrinación existen
sin esa condición. Schoenstatt, en cambio, depende de personas que
realmente se esfuercen por la santidad y que unan  ese esfuerzo por la
santidad a nuestro Santuario.

Dinámica transformadora del amor: ¿Por qué la Alianza de Amor posee una
fuerza transformadora? El amor une, identifica interiormente, hace que
hagamos nuestro el ritmo vital y las actitudes de la persona que amamos, por el
amor hacemos nuestro su mundo y sus intereses. ¿Qué no podemos esperar

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entonces, del amor a María, de una alianza de vida y de corazones con Ella?
Su vida es Cristo y la Iglesia; por Ella nuestra vida pasa a ser Cristo y la
Iglesia. 

María es la más perfecta discípula de Cristo: “María es siempre la más perfecta


compañera de Cristo, la más solícita y servidora de Cristo durante su vida
oculta; la más perfecta discípula de Cristo en su actividad pública y la más fiel
compañera en su pasión y muerte. María sigue siendo la Compañera de Cristo
en su gloria.”

“Una vez dado su sí en la hora de la Anunciación, una vez que había


confesado y reconocido públicamente su ser Sierva del Señor, no se da un
retroceso en su vida. Todo gira en torno al Señor. Sirve abnegadamente al
Señor y a su obra.”  

María sale presurosa a servir a Isabel. Queremos hacer nuestra su actitud. En


y por nosotros quiere emprender una nueva Visitación desde sus Santuarios de
Schoenstatt.

“Nuestro corazón pertenece a todos, a todas las naciones, cualesquiera sea su


nombre y su historia.”

“Si queremos llegar a ser hombres del mas allá en el sentido del tiempo actual,
entonces se trata de ser, no solamente apasionados por Dios, sino
apasionados por el hombre. Se trata, por tanto, no sólo de hacer que los
hombres se sientan en casa en el cielo, es decir en el mundo del más allá, sino
también a impulsarlos a forjar una nueva creación, un nuevo orden social, a
gestar un nuevo orden social que solucione los problemas económicos y
políticos que afectan a los desheredados de todos los países, especialmente
en Sudamérica.”

 “Madre, Si quieres mi trabajo ADSUM

Si quieres que todas las fuerzas de mi espíritu lentamente se desangren.


ADSUM

Si quieres mi muerte:

ADSUM

Pero preocúpate de que todos los que me diste amen a Jesús,

aprendan a morir y vivir por Él.”

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TRABAJO MATRIMONIAL Y GRUPAL

El Padre ofrecía, como camino para construir el hombre nuevo, el anhelo de


una pedagogía de atmósfera marcadamente sobrenatural.

“Si queremos llegar a ser hombres del mas allá en el sentido del tiempo actual,
entonces se trata de ser, no solamente apasionados por Dios, sino
apasionados por el hombre. Se trata, por tanto, no sólo de hacer que los
hombres se sientan en casa en el cielo, es decir en el mundo del más allá, sino
también a impulsarlos a forjar una nueva creación, a gestar un nuevo orden
social…”

Hacemos consciente ¿“qué atmósfera”?

1. Generamos para nuestro crecimiento:

2. Generamos para nuestro matrimonio

3. Generamos para nuestros hijos

4. Generamos en nuestra familia ampliada, en nuestro trabajo, en los


grupos que coordinamos…

5. Hacemos una lluvia de ideas que posibiliten mejorar la atmósfera


sobrenatural en nuestra familia. Luego la compartiremos con todo el
curso.

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CUENTO ¿Quién eres?

Una mujer estaba agonizando. De pronto tuvo la sensación de que era llevada al
cielo y presentada ante el Tribunal.

“¿Quién eres?”, dijo una Voz

“Soy la esposa del alcalde”, respondió ella.

“Te he preguntado quien eres, no con quién estás casada”.

“Soy la madre de cuatro hijos”.

“Te he preguntado quién eres, no cuántos hijos tienes”.

“Soy una maestra de escuela”.

“Te he preguntado quién eres, no cuál es tu profesión”.

Y así sucesivamente. Respondiera lo que respondiera, no parecía poder dar una


respuesta satisfactoria a la pregunta “¿Quién eres?”

“Soy una cristiana”.

“Te he preguntada quién eres, no cuál es tu religión”.

“Soy una persona que iba todos los días a la Iglesia y ayudaba a los pobres y
necesitados”.

“Te he preguntado quién eres, no lo que hacías”

Evidentemente no consiguió pasar el examen, porque fue enviada de nuevo a la


tierra. Cuando se recuperó de su enfermedad, tomó la determinación de averiguar
quién era. Y todo fue diferente.

Tu obligación es ser lo que eres. No ser un personaje ni ser un don nadie, ni ser
esto o lo otro, sino simplemente SER.

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Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”  (Jn 10,10).

¿Cual es la Meta de nuestra educación?

“¿Qué meta proponer para la vida y educación de uno mismo y los demás?
Cristo es esa meta. Y Cristo tal cual vive en María Santísima. ¿A qué estilo de
vida aspirar de ahora en adelante? La respuesta es idéntica: Cristo. Cristo  es
a la vez puerto hacia donde ponemos proa y fuente de energías para la
empresa. Cristo es la pauta para nuestro estilo de vida interior y exterior. Pero
siempre desde la experiencia crística que tuviera la Santísima Virgen. Cristo
así como ha vivido en su Bendita Madre, Esposa y Compañera. Revistámonos
de Cristo; que Él sea el único y gran objetivo de la educación. Sí, que el Señor
sea la meta en el área de la educación del mundo, en la formación de nuestro
pueblo y nuestra patria, en la modelación de nuestra gente, de nuestras
familias”

Servir a la vida  -  El servicio a la vida, servicio hecho de respeto y  amor, es


sinónimo de auténtica educación. Y esto vale no sólo para el desarrollo
humano de la personalidad sino también para la plenitud cristiana.

“Educar es servir desinteresadamente a la vida.”

Educar es servir desinteresadamente a la singularidad y originalidad de cada


uno. Es servir desinteresadamente a la gran idea que Dios ha puesto en cada
personalidad, y así servir a Dios mismo. Esta actitud fundamental debe
realizarse teniendo respeto ante cada hombre, ante cada destino humano, ante
cada manera de ser y ante los diferentes talentos"

Tal servicio a la vida involucra a la persona misma del educador. "Una vida
sólo se enciende en otra vida", son”genios de amor”, son “amantes que
nunca se cansan de amar” solía afirmar nuestro Fundador, hablando de los
educadores.

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Sistema pedagógico de Schoenstatt

Brevemente nombramos los cuatro pilares de nuestra pedagogía: 

 Pedagogía del ideal

Todo hombre y cada hombre están creados a imagen y semejanza de Dios.


Esta creación ocurre por un acto libre y soberano de Dios, quien hace de cada
hijo suyo un ser irrepetible y único. Cada hombre, es un pensamiento
encarnado de Dios, dice el PK. Su impulso básico es el amor porque Dios es
amor.
Todo ideal será entonces la forma original de amar. Pedagogía del ideal es
reconocer esta forma original de amar, inscripta en el interior mismo de cada
hombre y desarrollarla hasta su plenitud. 

Si queremos iluminar teológicamente esta realidad debemos afirmar que en


Cristo, el Hombre Nuevo, está resumido el proyecto de Dios para cada hombre.
El ideal consiste en el seguimiento y la invitación original de Cristo, en darle
una respuesta de amor según la identidad propia de la persona. San Pablo nos
advierte que tal configuración con el Señor es el resultado de un proceso de
permanente conversión, donde es preciso despojarse del hombre viejo y
revestirse del hombre nuevo hasta alcanzar la plena madurez en Cristo (Col.
3,5). “La pedagogía de ideales es una educación que apunta ante todo a la
formación de convicciones y actitudes, y no a la mera repetición de actos o
habilidades. Supone una visión integral, no fragmentaria o atomizada de la
realidad. Es la disposición para todo lo grande que el Señor espera de sus
“otros Cristos”, grandes y pequeños. Abran el Evangelio y relean el Sermón de
la montaña. (Mt. 5,12) En él observarán un agudo contraste: por una parte el
pueblo judío aferrado al hacer y, por otra Jesús que apunta a lo interior, a la
actitud. Y así les dice que mientras ellos prohíben el adulterio, Él exige que ni
siquiera se piense  pecaminosamente en la mujer del prójimo. ¿En qué pone el
Señor la mira? En un estilo de vida interior, una conversión a nivel de la
actitud”

 “Seguir a Cristo no es una imitación exterior, porque afecta al hombre en su


interioridad más profunda. Ser discípulo de Jesús significa hacerse conforme a
El”

 Pedagogía de la libertad

Es la pedagogía que partiendo de la dignidad de cada ser humano, desarrolla


en él su capacidad para decidirse por el amor, el bien, la verdad y la belleza y
su compromiso para llevar a cabo lo decidido.

 Pedagogía de vinculaciones

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“El hombre, según la visión católica, está orientado tanto hacia este mundo
como al más allá, Se siente en casa aquí en la tierra. Y espontáneamente
tiende a buscar hogar en los corazones de los demás. Pero también sabe
proyectarse hacia el más allá, viviendo en el corazón de Dios. Es decir, el
acoge en su corazón no sólo a Dios, sino también a los hombres como una
necesidad propia de su modo de ser. Este es el Evangelio que nosotros
queremos anunciar, y a cuyo servicio tenemos que desplegar toda nuestra
capacidad educadora”.

¿Qué es un vínculo? Su significado etimológico es encadenarse, atarse con


un lazo fuerte, estable, seguro. Existe vínculo allí donde existe una relación
profunda, cargada de afecto, libre y permanente, aceptada desde el interior de
la persona y que la afecta por entero. 

El vínculo es lo que le permite integrarse a la realidad y a la vez incorporarla a


su propio ser. Sólo el hombre es capaz de vínculos. Porque sólo el hombre es
capaz de amar. 

"Tenemos que capacitar nuevamente al hombre para sus múltiples


vinculaciones, hacerlo capaz y dispuesto para una profunda vinculación interior
a lugares, a cosas, a ideas. Sobretodo tenemos que hacerlo capaz de
vincularse con la comunidad. Quien ignora totalmente esta tarea en la
educación y en la pastoral construye sobre arena sus planes de renovación"
(PK)

La pedagogía de las vinculaciones hace suyo este programa y busca crear


todas las condiciones para que la persona, en libertad y creativamente, anude
vínculos profundos y personales.

Vinculación a lugares 

Debido a su condición de espíritu encarnado, la vida del hombre siempre se


desarrolla en un espacio y en un tiempo determinado. Es en este espacio y
tiempo determinados donde se producen las vivencias del hombre. Los lugares
van a remitir a evocar lo allí vivido.

La razón más profunda señalada por el Padre Kentenich es una de orden


teológico. Dios transfiere algo de su belleza, orden y bondad no sólo a los
hombres sino también a los lugares y a las cosas. En ellas resplandecen,
pálida pero realmente, las actitudes divinas. Y el mismo Dios quiere que el
hombre en el encuentro cordial con esas realidades creadoras y utilizándolas
para su beneficio, se eleve hasta Él para alabarlo y amarlo. 

Esta vinculación a lugares brinda  la experiencia de terruño, de pertenencia a


una tierra y a un hogar.

Vinculación a ideas

La persona debe contar para su pleno desarrollo, con un mundo coherente de


ideas o principios, que comprenda y refleje su visión del hombre y de la historia

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a la luz de la fe. Aprender a actuar guiada por principios sólidos y claramente
conocidos. 

Vinculación a personas

Es decisiva porque el hombre se despliega en la fuerza del encuentro vivo,


cálido y profundo, con el tú humano y con el Tú divino. La persona ciertamente
está constituida por un centro independiente y libre, por su yo. Pero ese centro
es esencialmente relación, comunión, diálogo. El yo se plenifica por la apertura
al tú. Recibir amor de personas concretas y dar amor a personas concretas es
el medio privilegiado para el desarrollo del hombre. 

En ese contexto el trabajo con las familias es clave. Es en el ámbito de la


familia  donde a través de los padres humanos se nos revela el rostro materno,
paterno de Dios. Decía nuestro Fundador: “Un mundo sin padres, tarde o
temprano se torna en mundo sin Dios” 

La pedagogía de alianza 

De entre todos los vínculos el Padre Kentenich destaca la primacía del vínculo
con Dios porque el encuentro con Dios es el eje ordenador de todo el
organismo de vinculaciones, tanto en lo personal como en lo social. 

Con gran énfasis el Padre Kentenich sostiene que sin una fuerte vinculación a
Dios ponemos en peligro todo el resto de los vínculos. Por eso el intento
moderno de construir un mundo fraternal pacífico y justo sin poner a Dios en el
centro es una empresa condenada al fracaso. "Humanidad sin religiosidad
conduce a la bestialidad", es una de las afirmaciones más contundentes del
Fundador, confirmada por los hechos ocurridos en nuestro tiempo. En la misma
línea de pensamiento el documento de Puebla afirma que lo esencial de la
cultura -el modo cómo en un pueblo los hombres cultivan su relación con la
naturaleza, entre sí y con Dios- está constituido por la actitud de afirmación o
negación de la vinculación religiosa con Dios. La Alianza con la Sma. Virgen en
el Santuario es el modo más directo para la alianza con nuestro Padre Dios,
para sabernos hijos amados de un Padre Misericordioso.

Vinculación a las cosas

La vinculación sana a las cosas exige junto al gozar de ellas, el no


esclavizarme a lo creado, no darle un lugar que le corresponde a Dios o que
nos quita libertad para vincularnos a El.

Para responder a la llamada sacerdotal de las cosas, necesitamos una


vinculación heroica, que significa saber despojarse de ellas.

 Pedagogía de la confianza

Es la pedagogía que, basada en el respeto al ser único y original de cada uno y


a sus procesos de crecimiento, desarrolla en plenitud todos los ámbitos de su
personalidad (intelectual, afectivo - volitivo, físico, social, artístico y espiritual).

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El ambiente educativo - que debe distinguirse por el espíritu de familia, el clima
de alegría, la capacidad de acogida y de diálogo - despertará las fuerzas
motivacionales, fomentando la creatividad y la responsabilidad por el trabajo
bien hecho.

 Pedagogía dinámica

El proceso educativo, justamente por ser un proceso, posee la dinámica propia


de lo viviente. La educación es un continuo adaptarse a las necesidades, a las
etapas, a los ritmos de crecimiento vital de las personas y comunidades. Un
auténtico quehacer pedagógico posee un objetivo claro, pero para alcanzarlo
se orienta por los no programables requerimientos de los desarrollos vitales. 

Conducción por corrientes de vida.

La pedagogía dinámica pone también gran cuidado en la atmósfera o clima


de la comunidad donde se realiza la educación (hogar, colegio, parroquia.). Es
de primordial importancia que el educador sepa fomentar "corrientes de vida"
que impregnen y movilicen a las personas y a la comunidad. 

Elementos esenciales de una corriente de vida son:

 La presencia fuerte de algunos valores


 La captación de todos los niveles de la personalidad, especialmente del
mundo afectivo
 El carácter de respuesta a una situación concreta
 La expresión de esos valores en símbolos y en acciones concretas.

  La corriente de vida pone en movimiento a todos los miembros de la


comunidad, es forjadora de una mística, de un "alma" comunitaria. Se distingue
por un estado de libre adhesión a un modo común de pensar y amar, forjado
por el aporte creador de muchos y por el estímulo que surge de los desafíos de
las situaciones de vida. 

  Cuando en una comunidad existe realmente una corriente de vida se forma


casi espontánea la identificación afectiva y efectiva de sus miembros con los
objetivos comunitarios. La corriente de vida genera una sintonía -no siempre
reflexiva ni conceptualizada-, una suerte de simpatía que moviliza personas y
ambiente. De allí que la inexistencia de esas corrientes es la responsable de la
fosilización de la comunidad, la caída en el formulismo externo, la parálisis, el
enrarecimiento del ambiente comunitario. 

  A modo de ejemplo se puede citar la corriente misionera que se ha suscitado


en los últimos años en la Iglesia, especialmente en los jóvenes. 

Fecundidad de la vida de alianza:  

Las comunidades en la Familia de Schoenstatt, se agrupan según estados de


vida. En la educación de la juventud se trabaja por sexos en la formación y en
lo apostólico en forma conjunta. 

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La formación sirve al apostolado y a su vez el apostolado tiene un eminente
carácter formativo. A la sombra de los Santuarios de Schoenstatt, se ha
suscitado una vida muy dinámica. La fecundidad se muestra también en
múltiples iniciativas apostólicas. 

  “Mi convicción personal es que al cristianismo actual se le ha regalado un


carisma, y este carisma es la Santísima Virgen. El que la ama íntimamente es
carismático. El carisma de la piedad mariana se debe y tiene que desarrollarse
en el sentido del hombre nuevo y de la sociedad nueva católica. Y esto
significa transformación espiritual hasta la vida subconsciente. Si no nos
engañamos este es el regalo carismático de la Stma. Virgen para  nosotros, no
en último término desde Schoenstatt, donde Ella actúa y obra como la gran
educadora de los pueblos  y del mundo”

“Hace aproximadamente 2000 años que la Santisima Virgen actúa, y ¿cuántos


han respondido a su llamado?...Ustedes tienen que llevar a Cristo en mi
nombre, tienen que acercarles la figura del Salvador a los hombres de hoy. Lo
que los siglos han logrado tan poco, tiene que resultarle a Ella: que el tiempo
actual reconozca a Cristo”

En nuestros pueblos, el Evangelio ha sido anunciado presentando a la Virgen


María como su realización más alta. Desde los orígenes – en su aparición y
advocación en Guadalupe- su presencia pertenece a la íntima “identidad propia
de estos pueblos” (Juan Pablo II en Zapopán).22 

Desde los Santuarios de Schönstatt, que recorren gran parte de nuestra


geografía latinoamericana, en la fuerza de la Alianza de Amor, asumiendo y
profundizando esta riqueza común queremos gestar una nueva cultura cristiana
según los rasgos de Cristo y María. 

ASEMEJANOS   a Ti

y enséñanos a caminar por la vida

tal como Tu lo hiciste

fuerte y digna, sencilla y bondadosa

repartiendo amor, paz y alegría 

en nosotros recorre nuestro tiempo

preparándolo para Cristo Jesús. 


 

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