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Raga y dvesha, o el apego y la aversión son dos conceptos muy interesantes no solo en la

perspectiva Yógica, sino también en la budista, en la cual forman los “tres venenos” junto a la
confusión.

Raga es explicado en el Yoga Sutra de Patañjali, II.7, como "sukhānuśayī rāgaḥ": "raga, el apego,
emerge cómo la consecuencia de las experiencias previas de placer". Cuando la mente interpreta
sucesos presentes y los relaciona con imágenes/impresiones mentales previas que fueron
agradables, el efecto es el impulso de atracción o apego hacia tal suceso.

Por otro lado, Dvesha es explicado en el siguiente verso (II.8): "duḥkhānuśayī dveṣaḥ"; "la aversión
emerge de las experiencias pasadas de dolor/desagrado". Al igual que en el caso del apego, la
clave es la memoria; cuando las experiencias presentes son equiparadas en la mente con
aquellas impresiones previas que fueron desagradables o dolorosas, esto produce repulsión,
rechazo, o aversión.

"Raga y Dvesha son las dos caras de la misma moneda".

Ambos reflejos tienen la misma característica fundamental: están desprovistos de un acto


consciente.

Estos dos impulsos provienen de la mera interpretación mental que equipara una experiencia
presente con una impresión mental pasada, pero que está desprovista de una reflexión o de una
percepción clara del valor o ausencia de valor en tal experiencia presente.

Pongamos como ejemplo un alimento: en ambos casos aceptaré (apego) o rechazaré (aversión)
tal comida sin una consideración de sus valor nutricional, su estado actual, su compatibilidad con
otros alimentos, etc. sino por como identifique mi mente tal experiencia con las experiencias
previas. Mi aproximación a tal suceso no será basado en la percepción presente, sino en un
impulso mental.

Hariharananda, uno de los comentaristas de los Textos del Yoga Sutra, hace del apego una
muestra explícita: a mayor profundidad en el apego, convirtiéndolo en codicia, menor es la
capacidad de contemplación de lo correcto/incorrecto, la moral, etc. Entre más fuerte sea el
apego, más sujeta estará la persona a perseguir sus impulsos.

Es importante destacar que la aversión, dvesha, no es lo mismo que el desapego, o vairagya. Uno
de los principios fundamental que Patanjali propone al practicante y que recordamos durante
nuestras sesiones.

El desapego es el desinterés por estas modificaciones impulsivas de la mente, un esfuerzo


consciente por disminuir las falsas identificaciones que producen a su vez tales apegos.

Es decir: vivimos la experiencia del yoga para desarrollar el autoconocimiento sin esperar los
frutos de nuestras acciones, es decir: la meta no es hacer la postura perfecta sino vivir la postura
y observar que sucede en nuestro interior en los distintos planos: físico, mental/emocional,
espiritual.

Así el conocimiento se adquiere desde la inteligencia superior y no desde el plano de la mente o


psique.

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