Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
LA POLITICA: política es la actividad a través de la cual los grupos humanos toman decisiones colectivas.
El lugar central de la actividad política al que nos referiremos y del que trataremos será EL ESTADO, entendido como
aquella institución que recaba para si , con éxito, el monopolio de la violencia legítima dentro de un territorio
(weber).
Política es la actividad que nos convierte en seres humanos al hacernos usar la palabra y la persuasión en la
deliberación en común de lo que a todos afecta. En este sentido, la política ocupa un lugar central en la vida de los
ciudadanos, muy superior en importancia a cualquier otro y generador de la ética compartida por la comunidad, así
como del poder de la comunidad misma.
Las definiciones maquiavelianas de lo político señalan que esta actividad (la política) es esencialmente es conflictivo
y transgresor cuando no directamente inmoral. Las palabras de Maquiavelo, quien quiera hacer política, debe estar
dispuesto a internarse en la “senda del mal”, es decir, debe estar dispuesto a sacrificar su ética al objetivo político
que tenga que obtenerse. La política, de hecho, no es una actividad cooperativa, sino de conflicto entre personas,
grupos, intereses, visiones del mundo, etc. La ciencia de la política se convierte aquí en la ciencia del poder.
En democracia ambas concepciones, la cooperativa y la conflictiva, la que busca el acuerdo y el consenso y aquella
basada en el conflicto y la contraposición de intereses, conviven la una con la otra.
Dos visiones de lo que es el poder y la legitimidad: la primera más cercana a los planteamientos conflictivitas de la
política; la segunda más preocupada por resaltar los aspectos cooperativos y consensuales.
Algunas precisiones conceptuales:
1) El poder no es una cosa que uno tiene (como se tiene una espada o un tanque), el poder es el resultado de
una relación en el que unos obedecen y otros mandan. No es posesión de nadie, sino el resulta do de esa
relación.
2) Por esa razón, el poder está estrechamente vinculado no sólo ni prioritariamente con la fuerza o la violencia,
sino con ideas, creencias y valores que ayudan a la obtención de obediencia y dotan de autoridad y
legitimidad al que manda.
3) Así, aun cuando el miedo al castigo es un componente de todo poder, no es su componente fundamental.
Un viejo dicho asegura que con las bayonetas puede hacerse cualquier cosa... menos sentarse sobre ellas. Es
decir, todo poder que aspire a estabilizarse debe contar, además de con la violencia, con un conjunto de
creencias que justifiquen su existencia y su funcionamiento (que hagan creer al que obedece en la
necesidad, las ventajas, etc., de la obediencia).
4) Los ciudadanos no consideran del mismo modo:
1. pagar impuestos, detenerse ante la señal de un policía de tráfico, que se encarcele a un delincuente, la
obligación de participar en una mesa electoral, etc., que
2. ser asaltado por un ladrón que nos exige dinero, ser secuestrado por un particular, que se nos impida la
libre circulación por una acera de un barrio debido al capricho de una pandilla, etc.
La diferencia entre a) y b) está en que los que ordenan en ,el primer caso son considerados autoridades
legitimadas para exigirnos la obediencia, mientras que los segundos (que seguramente tienen medios más
directos e inmediatos de ejercer violencia sobre nosotros) no lo son.
5) Para apreciar cómo se ordena, se concentra o se dispersa el poder en un sistema político concreto no es
suficiente el estudio de sus leyes. Aun cuando éstas son, por decirlo así, el retrato de los circuitos de poder,
éste desborda en su funcionamiento la estructura legal, no porque la transgreda, sino porque funciona de
forma más general y dispersa de lo que puede recogerse en cualquier texto le gal. Así, por ejemplo, el poder
que los partidos políticos tienen en nuestras democracias contemporáneas es mucho mayor y más
importante del que podría deducirse de su regulación legal en cada caso.
Habermas propone, en este sentido, una distinción entre el ejercicio del poder (o sea, el gobierno de unos
ciudadanos por otros) y la generación del poder (o sea, su surgimiento).
La vía por la que Habermas intenta resolver el asunto es, entonces, la de especificar ciertas condiciones formales o
procedimientos mínimos que nos hagan capaces de distinguir una deliberación conjunta basada en la razón y el
interés general de otra basada en la fuerza, la manipulación o el engaño.
Ahora bien, cuál es el contenido de un procedimiento deliberativo legítimo?, «cuáles son las reglas que dotan de
fuerza legitimante a las decisiones políticas tomadas a su amparo?, ¿qué es lo que garantiza formalmente la
deliberación política legítima? Simplifican do, podríamos resumirlas en tres.
1) Primero, libertad de las partes para hablar y exponer sus distintos puntos de vista sin limitación alguna que
pudiera bloquear la descripción y argumentación en torno a lo que debe hacerse. Gran cantidad de derechos y
libertades típicos del liberalismo democrático cuidarían de este principio de libertad de las partes: libertad de
expresión, de conciencia, etc.
2) Segundo, igualdad de las partes de modo que sus concepciones y argumentos tengan el mismo peso en el
proceso de discusión. Ambas precondiciones tienden a garantizar a todos las mismas opciones para iniciar,
mantener y problematizar el diálogo, cuestionar y responder a las diversas pretensiones de legitimidad y, en
general, pretenden mantener unas garantías mínimas que permitan poner en cuestión todo el proceso y
cualquier resultado al que eventualmente pudiera llegarse. También aquí el constitucionalismo liberal-
democrático nos ofrece ejemplos de reglas destinadas a proteger la igualdad de las partes en los procesos
deliberativos: libertad de asociación, libertad de prensa, sufragio universal e igual, etc. Del mismo modo, los
reglamentos que regulan instituciones deliberativas (el parlamento, por ejemplo) cuidan de establecer reglas
que garanticen en los procesos tic discusión esa igualdad de las partes.
3) La tercera condición se refiere a la estructura misma de la deliberación en común: lo que debe imponerse en la
discusión es la fuerza del mejor argumento sin que sea posible acudir a la coacción o a la ' violencia como
elemento integrante de la misma. Por supuesto, lo que en cada momento histórico ha sido considerado como
mejor argumento varía y se transforma, pero lo esencial aquí es que los participantes sean capaces de reconocer
la fuerza de cada argumento de acuerdo con sus convicciones, creencias y valores no manipulados. Las
prohibiciones de utilizar la coacción o la violencia en los procesos deliberativos de nuestras democracias están
dirigidos a garantizar esto.
RESUMIENDO: Dentro del paradigma arendtiano del poder y de la legitimidad procedimental habermasiana,
consideraremos una acción, una norma o una institución como legítima si fuera susceptible de ser justificada como
tal dentro de un proceso deliberativo. Y este proceso deliberativo deberá regirse por reglas tales como la libertad y la
igualdad de las partes, y deberá igualmente estar guiado por el principio del mejor argumento y la exclusión de la
coacción. Aunque ninguno de estos elementos garantiza el resultado final (que el acuerdo efectivamente alcanzado
sea “el mejor”, por ejemplo), la democracia liberal se basa precisamente en la idea de que si nos equivocamos, al
menos lo haremos por nosotros mismos y en muchas ocasiones, como diría John Stuart Mili, es preferible
equivocarse por uno mismo que acertar siguiendo los dictados ajenos.
La política designa una disciplina organizada, es decir, un conocimiento adquirido a través del estudio de los
fenómenos políticos y las formas como éstos se producen.
Lo político, entre 1950 y 1960 los estudios institucionalistas clásicos centraron su atención en el parlamento, la
administración pública, las políticas públicas, los presupuestos, la elección racional, el Estado de bienestar y las élites
políticas, expandiéndose cada vez más al análisis de las elecciones, de los partidos políticos, de los denominados
grupos de presión y del sistema político. Era la época en que la definición única y general del “político” se asociaba
con el rol que desempañara el hombre, con mayor o menor regularidad, en las instituciones políticas del Estado
(C.Wright Mills), ya que el concepto de éstas, se podía acoplar al concepto de Estado como solucionador de
conflictos (Charles E. Lindblom,).
(LO POLITICO: Es un miembro formalmente reconocido y activo de un gobierno, o una persona que ejerce influencia
sobre el modo en cómo una sociedad es regida, por medio del conocimiento sobre las dinámicas sociales y el
ejercicio del poder)
La función de la Ciencia Política era describir los principios que serían adheridos a las cuestiones públicas y al
estudio de las operaciones de los gobiernos para demostrar lo que es bueno, criticar lo que es malo o ineficiente y
para sugerir mejoras. De ahí el concepto de la ciencia del Estado. La política, entonces, en cierto sentido, se definía
como la toma de decisiones por medios públicos, o lo que es lo mismo, “el conjunto de las decisiones tomadas por
medios públicos, constituye el sector público de un país o sociedad”.
La “regulación” o “gestión” del conflicto: hemos evitado aludir a “la solución” del conflicto. ¿Por qué razón? El
término solución evoca la idea de una salida satisfactoria para todos los implicados en la competición. Y parece claro
que, incluso en las condiciones más favorables, es muy difícil conseguir esta satisfacción universal. De la acción
política puede derivarse una alteración profunda de la situación anterior, que no dejará muy convencidos a quienes
antes disfrutaban de las mejores condiciones. En otras ocasiones, la política reequilibrará las posiciones, con
modificaciones que contarán con la aceptación, resignada o entusiasta, según los casos, de los diferentes afectados.
Pero esta acción política puede desembocar también en una ratificación del status quo anterior, dejando
inalteradas, y, a veces, agudizadas, las sensaciones de agravio o de amenaza.
- la política no consigue siempre “solucionar” los conflictos, aunque así lo prometan y lo proclamen algunos de
sus protagonistas. Cuando se gestiona o maneja una determinada disputa, lo que se procura es preservar de
grado o a la fuerza una relativa cohesión social.
- La política puede contemplarse, pues, como un seguro colectivo que las comunidades asumen contra la
amenaza, más o menos probable, de un derrumbe del edificio social. O, si se prefiere una visión más
positiva, la política se convierte en la garantía de que la cohesión de este edificio persistirá, porque las
tensiones provocadas por desequilibrios y desigualdades internas serán reguladas de un modo
suficientemente aceptable para el mayor número de los miembros del colectivo.
Más allá de la modernidad, podemos percibir los contornos de un orden nuevo y diferente que es “postmoderno”;
pero esto es muy distinto de lo que en este momento algunos han dado en llamar “postmodernidad”.
Discontinuista, del desarrollo social moderno . Con esto quiero decir que las instituciones sociales modernas son, en
algunos aspectos, únicas, distintas en su forma a todos los tipos de orden tradicional. Captar la naturaleza de las
discontinuidades aquí involucradas, es un preliminar necesario para analizar lo que verdaderamente es la
modernidad, y también para diagnosticar cuáles son sus consecuencias para nosotros en la actualidad.
Weber prestó más atención que Marx y Durkheim al papel desempeñado por el poder militar en la historia,
Ninguno de los fundadores clásicos de la sociología prestó atención sistemática al fenómeno de la
“industrialización de la guerra”.
La conexión entre la innovación y organización industrial con el poder militar, es un proceso que se remonta a
los mismos orígenes de la industrialización moderna. No sólo la amenaza de una confrontación nuclear, sino el
conflicto militar real, configura una parte básica de “el lado oscuro” de la modernidad en este siglo.
El siglo veinte es el siglo de la guerra, en el que el número de graves contiendas militares que han ocasionado
una substancial pérdida de vidas humanas, ha sido notablemente.
Sociología y modernidad
La sociología es una disciplina muy amplia y diversa, y cualquier simple generaiización sobre la misma como un todo
es es cuestionable. Podemos apuntar tres ideas ampliamente sostenidas,
1. La primera de ellas concierne al diagnostico institucional de la modernidad.
2. La segunda tiene que ver con el objeto primordial del propio análisis sociológico, “la sociedad”
3. la tercera se relaciona con las conexiones que existen entre el conocimiento sociológico y las
características de la modernidad a las que dicho conocimiento se refiere.
1. Marx, la principal fuerza transformadora que configura el mundo moderno es el capitalismo. Con el declive del
feudalismo, la producción agraria que. tenía su base en el señorío local fue reemplazada por la producción
dirigida a mercados, tanto de ámbito nacional como el internacional, con loque se transformo en mercancía no
solo una indefinida variedad de bienes de consumo sino también la misma mano de obra. El orden social que
emerge la modernidad es capitalista, tanto en sus sistemas económicos como en lo que respecta a sus otras
instituciones. El carácter rápidamente cambiante de la vida social moderna, no deriva esencialmente del
capitalismo sino del impulso propulsor de la compleja división del trabajo que engarza la producción a las
necesidades humanas a través de la explotación industrial de la naturaleza. No vivimos en un orden capitalista,
sino en uno industrial.
El “Capitalismo racional “, tal como es caracterizado por weber, comprende los mecanismos económicos
especificados por Marx, incluso la cosificación de la fuerza del trabajo, pero “capitalismo,, en esta acepción,
simplemente es algo diferente de lo que significa el mismo vocablo tal como aparece en los escritos de Marx. La
idea fundamental es “racionalización” en la manera en que se expresa en la tecnología, en la organización de
actividades humanas v en la configuración de la burocracia.
La modernidad es multidimensional en el plano de las instituciones y que cada uno de los elementos
especificados por estas distintas tradiciones desempeña algún papel.
2. Sociedad es una nocion ambigua que puede referirse a la “asociación social” en forma genérica, que a un
determinado sistema de las relaciones sociales.
Aquellas conectadas al área de influencia de Durkheim, el concepto de sociedad va ligado a la misma definición
de la sociología. La definición convencional de sociología con la que prácticamente comienza cada libro de texto,
“da sociología es el estudio de las sociedades humanas” o “la sociología es el estudio de las sociedades
modernas”, proporciona clara Idea de este enfoque.
Autores consideran a la sociología como la disciplina dedicada al estudio de las sociedades. Ahora bien, si se
entiende de esta manera, sociedades quiere decir “ESTADOS NACIONALES”. Al explicar la naturaleza de las
sociedades modernas debemos captar las características especificas del estado nacional, es decir, de un tipo de
comunidad social que contrasta radicalmente con los estados premodernos.
La noción de SOCIEDAD, Parsons objetivo preeminente de la sociología es el de resolver el "problema del orden”.
El problema del orden es crucial para la interpretación de la demarcación de lm sistemas sociales porque se
define como una cuestión de cohesión, de lo que hace que un sistema se mantenga unido frente a la división de
pondría a “todos contra todos”.
El problema del orden se ve desde aquí como uno de distanciamiento entre tiempo y espacio, es decir, de las
condiciones bajo las que el tiempo y el espacio están organizados de manera que conecten la presencia con la
ausencia. Esta cuestión ha de distinguirse conceptualmente de la de “demarcación” o “delimitación”· social del
sistema. Las sociedades modernas (el estado nacional) en todo caso, tienen claramente definidos sus límites;
pero rodas esas sociedades están también entretejidas con lazos y conexiones que atraviesan el sistema
sociopolítico del estado y el orden cultural de la “nación”·. Prácticamente, ninguna de las sociedades
premodernas estuvo tan delimitada como los modernos estados nacionales.
3. Formas de pensamiento, Se entiende la sociología como generadora de unn conocimiento sobre la vida
social moderna que puede ser- utilizado en pos de los intereses de predicción y control.
Existen dos versiones: Una es de que la sociología suministra información sobre la vida social que puede
proporcionarnos una forma de control sobre las instituciones sociales similar a la que la física proporciona en el
de la Se cree que el conocimiento sociológico va asociado a la relación instrumental del mundo social al que
refiere y que tal conocimiento puede aplicarse de manera tecnológica intervenir en la vida social Otros autores,
incluyendo Marx, toman una postura diferente. Para ellos la clave está en la Idea de «Utilizar la historia para
hacer historia, es decir, que los resultados de la ciencia social pueden ser aplicados sobre una materia inerte sino
que han de filtrarse a través de la autocomprensión de los agentes sociales.
El conocimiento sociológico da vueltas en espiral dentro y fuera del universo de la vida social reconstruyéndose
tanto a sí mismo como a ese universo como parte integral de ese mismo proceso.
La sociología (y las otras ciencias sociales que tratan con seres humanos vivientes) no desarrolla un conocimiento
acumulativo del mismo modo en que lo hacen la ciencias naturales. Al contrario la “incorporación” de nociones
sociológicas o de pretensiones de conocimiento dentro de un mundo social, no es un proceso que pueda ser
encauzado, ni por quienes ponen, ni siquiera por los poderosos grupos de las entidades gubernamentales.
El dinamismo de la modernidad deriva de la separación del tiempo y el espacio y de su recombinación de tal
manera que permita una precisa “regionalización” de vida social; del desanclaje de los sistemas sociales (un
fenómeno que conecta estrechamente con los factores involucrados en la separación del tiempo y el espacio); y
del reflexivo ordenamiento y reordenamiento de las relaciones sociales, a la luz de las continuas incorporaciones
de conocimiento que afectan las acciones de los individuos y los grupos. Analizaré éstas detalladamente (lo que
incluirá una primera mirada a la cuestión de la confianza o la fiabilidad), comenzando por la ordenación del
tiempo y el espacio.
Por qué es la separación entre tiempo y espacio algo de tanta importancia para el dinamismo extremo de
la modernidad?
1. En primer lugar porque es la primera condición para el proceso de desanclaje que analizaré más
adelante. La separación tiempo-espacio y su formación dentro de estandarizadas y «vacías»
dimensiones, corta las conexiones que existen entre la actividad social y su "anclaje" en las
particularidades de los contextos de presencia. Las instituciones «desvinculadas•· extienden
enormemente el ámbito de distanciamiento entre tiempo-espacio y este efecto es dependiente de
la coordinación conseguida entre tiempo-espacio. Este fenómeno sirve para abrir un abanico de
posibilidades de cambio al liberar de las restricciones impuestas por hábitos y prácticas locales.
2. Segundo, produce los mecanismos de engranaje del rasgo distintivo de la vida social moderna: la
organización racionalizada. Las organizaciones (incluyendo en ellas los estados modernos) algunas
veces adolecen de esa cualidad, un tanto estática e inerte que WEBER asociara a la burocracia, sin
embargo, más frecuentemente poseen un dinamismo que contrasta fuertemente con los órdenes
premodernos.
Las instituciones modernas pueden aunar lo local con lo global en formas que hubieran resultado
impensables en sociedades más tradicionales Y al hacerlo así normalmente influyen en las vidas de
muchos millones de seres humanos.
3. Tercero, la historicidad radical que va asociada a la modernidad, depende de modos de "inserción
“dentro del tiempo y el espacio inalcanzables para las civilizaciones anteriores. La "historia” como
apropiación sistemática del pasado que ayuda a configurar el futuro recibió su primer impulso con
el surgimiento de los estados agrícola pero el desarrollo de las instituciones modernas le
proporcionó un nuevo fundamental ímpetu.
DESANCLAJE
Considerar el desanclaje de los mas sociales. Por desanclaje entiendo el “despegar” las relaciones sociales de sus
contextos locales de interacción y reestructurarlas en indefinidos intervalos espacio-temporales.
Los sociólogos han tratado frecuentemente la transición del mundo tradicional al moderno en términos
conceptuales de diferenciación o especialización funcional".
Las nociones de diferenciación o especialización funcional, son para tratar el fenómeno de la regionalización del
tiempo- espacio que hacen los sistemas sociales. La imagen que evoca el “desanclaje” capacita mejor para captar los
cambiantes tiempo-espacio que son de básica importancia para el cambio social en general, y para la naturaleza de
la modernidad.
Deseo hacer una distinción entre dos tipos de mecanismos de desanclaje que están intrínsecamente implicados en el
desarrollo las instituciones sociales modernas. Al primero de ellos lo llamare la creación de “señales simbólicas” al
otro lo denominaré el establecimiento de “sistemas expertos”.
Por “señales simbólicas” quiere decir medios de intercambios que pueden pasados de unos a otros por las
características de los individuos o grupo que lo manejan en particular coyuntura. Ejemplo: el dinero.
¿ que es el dinero? Keynes es el distintivo carácter del dinero, ditigue entre el diner o en cuenta y dinero
propiamente dicho.
El desanclaje proporcionado por las modernas economías del dinero es enormemente mayor que el existente en
cualesquiera de las civilizaciones premodernas en las que existía el dinero. Hasta en los sistemas monetarios más
desarrollados de la era premoderna, como lo fue el Imperio romano, no se avanzó más alli de lo que Keynes
denominaría dinero de mercancía en forma de acuñamiento material.
Hoy, el “dinero propiamente dicho”, es independiente de las maneras en que es representado al configurarse en
simple nformación anotada en cifras sobre un impreso de ordenador informático. Por tanto, no es correcta la
metáfora que utiliza Parsons, al decir que es un “medio que circula”. El dinero “circula acuñado o al contado”; pero
en el mundo del orden económico moderno, la inmensa mayoría de las transacciones no asumen esa forma.
El dinero no se relaciona el tiempo (o más exactamente con e! tiempo-espacio) como un flujo sino precisamente
como un medio de aunar al tiempo con el espacio al enlazar instantaneidad y aplazamiento, presencia y ausencia.
Giddens nos plantea que en la época actual se produce un distanciamiento entre el suceder del suceso y el
tiempo y el espacio. Esta situación, según él, es la base de la naturaleza crecientemente dinámica de la
modernidad. Este desanclaje de los fenómenos sociales sucede debido a la producción constante de
conocimientos de las personas y los grupos sociales fundamentalmente hoy día a través de las tecnologías
electrónicas. Ello se produce por dos fenómenos que de desarrollan simultáneamente: las señales simbólicas
o medios de intercambio que pueden ser pasados de unos a otros sin consideración por las características de
los individuos o grupos que los manejan, y los sistemas expertos o sistemas de procesos tecnológicos o de
experiencia profesional capaces de organizar áreas del entorno material y social en el que vivimos, todo ello
muy alejado de los contextos locales.
Giddens agrega que el desanclaje es consecuencia de la separación del espacio del lugar local al crear
medios de comunicación global que fomentan relaciones comunicacionales entre los que no están en el
mismo lugar, entre «ausentes». Los espacios locales son penetrados por las redes de relaciones que se
generan a mucha distancia de ellos. Surge el «espacio vacío“: representación del espacio sin referirse a un
lugar local específico. El autor que comentamos afirma que la primera condición para el proceso de
desanclaje es cortar las conexiones entre la actividad social global y su vínculo con las singularidades en los
sucesos locales.
Superar este desanclaje implica que el conocimiento debe ser entendido como un universo abierto, donde el
azar y la necesidad se entrelazan en un sistema flexible hasta saltar a un nuevo estadio de complejidad La
nueva forma de pensar debe enfatizar en el enfoque total no parcializado de los problemas, poniendo en
primer plano la interrelación mutua de los distintos subsistemas.
LA REPRESENTACION COMO SISTEMA SOCIOCOGNITIVO: “Es errado decir que las representaciones sociales son
socio-cognitivas”, afirma Moscovici. Afirmación que podría dar lugar a errores de interpretación y que merece ser
aclarada.
Las representaciones en efecto no son exclusivamente cognitivas, también lo son sociales, lo que hace precisamente
su especificidad en relación con otras producciones a mecanismos cognitivos.
El análisis y la comprensión de las representaciones sociales y de su funcionamiento supondrán así, siempre, un
doble enfoque, un acercamiento que calificamos de sociocognitivo y que integra los dos componentes de la
representación.
Su componente cognitivo primeramente: la representación supone, la hemos dicho, un sujeto activo, y tiene
desde ese punto de vista una “textura psicológica” sometida a las reglas que rigen los procesos cognitivos.
Su componente social en seguida: la puesta en práctica de esos procesos cognitivos está determinada
directamente por las condiciones sociales en que una representación se elabora o se transmite. Y esta
dimensión social genera reglas que pueden ser muy distintas de la “lógica cognitiva”.
Las representaciones sociales tienen así esta característica especifica, que por otro lado dificulta su análisis: están
sometidas a una lógica doble: la lógica cognitiva y la lógica social. Pueden ser definidas como construcciones socio-
cognitivas, regidas por sus propias reglas.
1. Funciones de saber: permiten entender y explicar la realidad : El saber práctico de sentido común, como le
llama Moscovici, permite alas actores sociales adquirir conocimientos e integrarlos en un marco asimilable y
comprensible para ellos, en coherencia con su funcionamiento cognitivo y con los valores a los que se adhieren.
Por otro lado facilita incluso es la condición necesaria de, la comunicación social. Define el marco de referencia
común que permite el intercambio social, la transmisión y la difusión de ese saber “ingenuo”. Manifiesta así ese
esfuerzo permanente del hombre por entender y comunicar del que Moscovici piensa que constituye la esencia
misma de la cognición social.
2. Funciones identitarias: definen la identidad y permiten la salvaguarda de la especificidad de los grupos :
Además de la función cognitiva de entender y explicar, “las representaciones tienen también por función situar
a los individuos y a los grupos en el campo social... “permiten” elaborar una identidad social y personal
gratificante; es decir, compatible con los sistemas de normas y valores social e históricamente determinados.
Esta fusión identitaria de las representaciones les da un lugar primordial en los procesos de comparación social.
Las investigaciones sobre el papel de las representaciones en las relaciones intergrupos presentadas por Doise
(1973) ilustran y confirman bien esta función. Así la representación de su propio grupo es siempre marcada por
una sobre-valuación de algunas de sus características a de sus producciones (Mann, Bass,Lemaine,), cuyo
objetivo es salvaguardar una imagen positiva de su grupo de pertenencia. La referencia a representaciones que
definen la identidad de un grupo va a desempeñar por otro lado un papel importante en el control social
ejercido por la colectividad sobre cada uno de sus miembros, en particular en los procesos de socialización.
3. Funciones de orientación: conducen los comportamientos y las prácticas: El sistema de pre-decodificación de la
realidad que constituye la representación social es, como hemos dicho antes, una guía para la acción. Este
proceso de orientación de las conductas por las representaciones resulta de tres factores esenciales: La
representación interviene directamente en la definición de la finalidad de la situación, determinando así, a
priori, el tipo de relaciones pertinentes para el sujeto pero también eventualmente, en una situación en que una
tarea es por efectuar, el tipo de gestión cognitiva que se adoptará. Hemos podido demostrar así (Abric,) que La
representación de la tarea determina directamente el tipo de gestión cognitiva adoptado por el grupo, así como
la forma en que se estructura y comunica, y eso independientemente de la realidad “objetiva” de la tarea, Codol
en la misma perspectiva puso en evidencia como otros elementos de la situación (representación de sí,
representación de su grupo o del otro grupo) desempeñan un papel similar en la determinación del
comportamiento.
La representación produce igualmente un sistema de anticipaciones y expectativas. Es así, pues, una acción
sobre la realidad: selección y filtro de las informaciones, interpretaciones con objeto de volver esa realidad
conforme a la representación.
Ejemplo: cómo en las situaciones de interacción conflictiva, el mismo comportamiento efectivo de un colega podía
ser interpretado en forma radicalmente diferente (cooperativo a competitivo), según la naturaleza de la
representación elaborada por el sujeto. La existencia de una representación de la situación previa a la interacción
misma hace que en la mayoría de los casos “los juegos están hechos de antemano”, las conclusiones son
planteadas antes incluso de que inicie la acción.
La representación prescriptiva de comportamientos o prácticas obligadas. Define lo lícito, tolerable o inaceptable
en un contexto social dado.
4. Funciones justificadoras: permiten justificar a posteriori las posturas y los comportamientos: Acabamos de ver
cómo antes de la acción las representaciones desempeñan un papel esencial. Pero intervienen también luego de
la acción, y permiten así a los actores explicar y justificar sus conductas en una situación a en consideración a sus
colegas. Así sucede por ejemplo, en las relaciones entre grupos, segun Doise , demostraran cómo las
representaciones intergrupos tienen por función esencial justificar los comportamientos adoptados respecto de
otro grupo. En función de la naturaleza de las relaciones establecidas con éste y su evolución, se constata que las
representaciones del otro grupo evolucionan. Así, en situación de relaciones competitivas serán elaboradas
progresivamente las representaciones del grupo contrario, con el objeto de atribuirle características que
justifiquen un comportamiento hostil en su contra. Estamos así ante un caso de para estudiar las relaciones
entre representaciones y prácticas, en el que la representación es determinada por la práctica de las relaciones.
Desde este punto de vista, aparece un nuevo papel de las representaciones: el de la persistencia o refuerza de
ha posición social del grupo involucrado. La representación tiene por función perpetuar y justificar la
diferenciación social, puede, como los estereotipo, pretender la discriminación a mantener una distancia social
entre los grupos respectivos.
Modelo de Pensamiento sustancialista: Es el modelo del sentido común y del racismo tambien, el cual conduce a
tratar ciertas actividades o preferencias de un determinado grupo en una determinada sociedad en un momento
específico, estas preferencias o actividades son propiedades sustanciales).
Propiedades sustanciales: Quedan inscritas en una esencia biológica o cultural. Sin embargo, esta esencia
biológica conduce a errores en comparación pero ya no entre diferentes sociedades sino que una misma pero en
periodos de tiempo diferentes.
Ej: El tenis o incluso el golf ya no se asocian en la actualidad de una forma tan exclusiva como antes a las
posiciones dominantes. Algunos deportes ya no son solo parte de la aristocracia.
Una práctica inicialmente aristocrática puede ser abandonada por los aristócratas , y eso es
lo que sucede las más de las veces, cuando empieza a ser adoptada por una fracción creciente de los burgueses y
de los pequeñoburgueses, incluso de las clases populares.
Inversamente, una práctica inicialmente popular puede ser recuperada en un momento concreto por los
aristócratas.
Las posiciones sociales (concepto relacional), las disposiciones (o los habitus.) y las tomas de posición, las
“elecciones” que los agentes sociales llevan a cabo en los ámbitos más diferentes de la práctica, cocina o
deporte, música o política, etc
Recuerda que la comparación solo es posible de sistema a sistema y que la investigación de las equivalencias
directas entre rasgos tomados en estado aislado puede conducir a identificar indebidamente propiedades
estructuralmente diferentes o distinguir equivocadamente propiedades estructuralmente idénticas. El título mismo
de la obra está para recordar que lo que comúnmente se suele llamar distinción, es decir una calidad determinada,
casi siempre considerada como innata (se habla de “distinción natural”) del porte y de los modales, de hecho no es
más que una “diferencia”, desviación, rasgo distintivo, en pocas palabras propiedad relacional que tan solo existe en
y a través de la relación con otras propiedades.
Esta idea de diferencia, de desviación, fundamenta la noción misma de espacio, conjunto de posiciones distintas y
coexistentes, externas unas a otras, definidas en relación unas de otras, por su exterioridad mutua y por relaciones
de proximidad, de vecindad o de alejamiento y –asimismo- por relaciones de orden (encima, debajo, entre, etc.)
El espacio social se constituye de tal forma que los agentes o los grupos se distribuyen en él en función de su
posición en las distribuciones de los dos capitales más eficientes; el económico y el cultural. De lo que resulta que los
agentes tienen tantas más cosas en común cuanto más próximos están en ambas dimensiones y tantas menos
cuanto más alejados.
Más generalmente, el espacio de las posiciones sociales se retraduce en un espacio de tomas de posición a
través del espacio de las disposiciones (o de los habitus); o dicho de otro modo: al sistema de desviaciones
diferenciales que define las diferentes posiciones en las dimensiones mayores del espacio social corresponde un
sistema de desviaciones diferenciales en las propiedades de los agentes, es decir en sus prácticas y en los bienes
que poseen. A cada clase de posición corresponde una clase de habitus (o de aficiones) producidos por los
condicionamientos sociales asociados a la condición correspondiente y, a través de estos habitus y de sus
capacidades generativas, un conjunto sistemático de bienes y de propiedades, unidos entre sí por una afinidad
de estilo.
Una de las funciones de la noción de habitus estriba en dar cuenta de la unidad de estilo que une las prácticas y
los bienes de un agente singular o de una clase de agentes.
El habitus es ese principio generador y unificador que retraduce las características intrínsecas y relacionales de
una posición en un estilo de vida unitario, es decir un conjunto unitario de elección de personas, de bienes y de
prácticas.
Como las posiciones de las que son producto, los habitus se diferencian; pero asimismo son diferenciantes.(…)
Los habitus son principios generadores de prácticas distintas y distintivas –lo que come el obrero y sobre todo su
forma de comerlo, el deporte que practica y su manera de practicarlo, sus opiniones políticas y su manera de
expresarlas, difieren sistemáticamente de lo que consume o de las actividades correspondientes del empresario
industrial-; pero también son esquemas clasificatorios, principios de clasificación, principios de visión y de
división, aficiones diferentes. Establecen diferencias entre lo que es bueno y lo que es malo, entre lo que está
bien y lo que está mal, entre lo que es distinguido y lo que es vulgar, etc., pero no son las mismas diferencias
para unos y otros. De este modo, por ejemplo, el mismo comportamiento o el mismo bien puede parecerle
distinguido a uno, pretencioso u ostentoso a otro, vulgar a un tercero.
Pero lo esencial consiste en que, cuando son percibidas a través de estas categorías sociales de percepción, las
diferencias en las prácticas, en los bienes poseídos, en las opiniones expresadas, se convierten en diferencias
simbólicas y constituyen un auténtico lenguaje. Las diferencias asociadas a las diferentes posiciones, es decir los
bienes, las prácticas y sobre todo las maneras, funcionan, en cada sociedad, en la forma de diferencias
constitutivas de sistemas simbólicos, como signos distintivos.
La lógica de la violencia simbólica exige que las artes de vivir dominadas casi siempre sean percibidas, por sus
propios portadores, desde el punto de vista destructor y reductor de la estética dominante.
El espacio social se constituye del tal forma que los agentes o los grupos se distribuyen en él en función
de su posición en las distribuciones estadísticas según los dos principios de diferenciación que, en las
sociedades más avanzadas, como Estados Unidos, Japón o Francia, son sin duda los más eficientes, el
capital económico y el capital cultural.
Los agentes están distribuidos según el volumen global del capital que poseen bajo sus diferentes
especies y en la segunda dimensión según la estructura de su capital, es decir según el peso relativo de
las diferentes especies de capital, económico y cultural, en el volumen total de su capital.
Así, en la primera dimensión, sin duda la más importante, los poseedores de un volumen de capital
considerable, como los empresarios, los miembros de las profesiones liberales y los catedráticos de
universidad se oponen globalmente a los que carecen de capital económico y de capital cultural, como
los obreros sin calificación; pero desde otra perspectiva, es decir desde el punto de vista del peso relativo
del capital económico y del capital cultural en su patrimonio, los catedráticos (más ricos, relativamente,
en capital cultural que en capital económico) se oponen con mucha fuerza a los empresarios (más ricos,
relativamente, en capital económico que en capital cultural).
A cada clase de posición corresponde una clase de habitus (o de aficiones.) producidos por los
condicionamientos sociales asociados a la condición correspondiente y, a través de estos habitus y de sus
capacidades generativas, un conjunto sistemático de bienes y de propiedades, unidos entre sí por una
afinidad de estilo.
El habitus es ese principio generador y unificador que retraduce las características intrínsecas y
relacionales de una posición en un estilo de vida unitario, es decir un conjunto unitario de elección de
personas, de bienes y de prácticas.
Los habitus son principios generadores de prácticas distintas y distintivas. De este modo, por ejemplo, el
mismo comportamiento o el mismo bien puede parecerle distinguido a uno, pretencioso u ostentoso a
otro, vulgar a un tercero.
Pero lo esencial consiste en que, cuando son percibidas a través de estas categorías sociales de
percepción se convierten en diferencias simbólicas y constituyen un auténtico lenguaje.
Como el conjunto de los fenómenos de una lengua o el conjunto de los rasgos distintivos y de las
desviaciones diferenciales que son constitutivos de un sistema mítico, es decir como signos distintivos.
Benveniste referida al lenguaje, “ser distintivo y ser significativo es lo mismo”.
La diferencia sólo se convierte en signo y en signo de distinción (o de vulgaridad) si se le aplica un
principio de visión y de división que, al ser producto de la incorporación de la estructura de las diferencias
objetivas esté presente en todos los agentes.
LA LÓGICA DE LAS CLASES
El espacio social es:
- intangible e invisible
- organiza las prácticas y las representaciones de los agentes
- concede la posibilidad de elaborar unas clases teóricas homogéneas sobre los habitus
Principio de clasificación explicativo: por determinadas propiedades que permitan predecir las demás propiedades.
Que estas últimas puedan distinguir y agrupar a los agentes lo más semejantes y lo más diferentes entre los
miembros de la misma o distintas clases.
En otras palabras... Se busca predecir por medio de una clasificación otras clasificaciones.
Ejemplo:
PREDICCION: “las personas que se situan en la parte alta del espacio social tienen pocas posibilidades de casarse con
personas de la parte de abajo” → de que deducimos esto? → tienen pocas posibilidades de encontrarse físicamente
-Las clases teóricas que construyo están predispuestas a convertirse en clases en el sentido marxista del término.
Ejemplo: si soy un político y me propongo formar un gran partido que agrupe por ejemplo a la vez a empresarios y
obreros, tendría poco éxito porque están alejados de un espacio social (si se acercan se tratará de un acercamiento
que se mantendrá bastante superficial, y muy provisional).
- La existencia de clases, en la teoría y sobre todo en la realidad, es, como todos sabemos por experiencia, una
apuesta de luchas.
- Las clases sociales no existen. Lo que existe es un espacio social, un espacio de diferencias,
- en el que las clases existen en cierto modo en estado virtual, en punteado, no como algo dado sino como algo
que se trata de construir.
- De lo que resulta que los agentes tienen tantas más cosas en común cuanto más próximos están en ambas
dimensiones y tantas menos cuanto más alejados.
- No existe la clase alta. Existe Las clases altas y las clases bajas, porque hay varios capitales.
- Una persona puede tener gran capital económico pero no gran capital cultural (y viceversa).
- Las diversas clases tienden a sentirse superiores a veces.
- Todo eso contribuye a la desigualdad. La desigualdad no es sólo lo económico. Ahí diferimos claramente,
hablando de desigualdad, con Marx. Porque Marx habla sobre concepto de clases sociales y Bordieu lo critica.
Las posiciones, al estar guiadas por más de un capital, son dinámicas. Tú puedes incrementar esos capitales y
cambiar tu posición social. Tú cambias para mejorar tu posición social. Tu familia no gasta un culo de plata, si es
que no fuera para elevar tus oportunidades de vida.
- “La sociedad en un espacio simbólico estructuralmente desigual”
- La sociedad no es un espacio físico, es un espacio de relaciones