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Teoría política

Capítulo I
La política es la actividad a través de la cual grupos humanos toman decisiones colectivas, sin embargo,
nos centraremos al lugar central de esta, es decir, el estado entendido como aquella institución que recaba
para si que recaba para sí, con el monopolio legítima dentro de un territorio, sin embargo en este sentido
no se mención a él como se toman esas decisiones, el autor nos menciona dos métodos: compresiones
más aristotélicas (pacifico, trata de persuadir) o más maquiavélicas (conflictivo y transgresor).
El texto menciona el punto de vista de Maquiavelo sobre a política en donde “quien quiera hacer política
debe estar dispuesto a internarse en la «senda del mal», es decir, debe estar dispuesto a sacrificar su
ética al objetivo político que tenga que obtenerse”
Concepciones sobre el poder.
1) el poder es el resultado de una relación en el que unos obedecen y otros mandan. No es posesión de
nadie, sino el resulta do de esa relación.
2) está estrechamente vinculado no sólo ni prioritariamente con la fuerza o la violencia, sino con ideas,
creencias y valores que ayudan a la obtención de obediencia y dotan de autoridad y legitimidad al que
manda.
3).Es decir, todo poder que aspire a estabilizarse debe contar, además de con la violencia, con un
conjunto de creencias que justifiquen su existencia y su funcionamiento (que hagan creer al que obedece
en la necesidad, las ventajas, etc., de la obediencia).
4). La diferencia entre a) y b) está en que los que ordenan en , el primer caso son considerados
autoridades legitimadas para exigir nos la obediencia, mientras que los segundos (que seguramente
tienen medios más directos e inmediatos de ejercer violencia sobre nosotros) no lo son.
5) Para apreciar cómo se ordena, se concentra o se dispersa el poder en un sistema político concreto no
es suficiente el estudio de sus leyes, éste desborda en su funcionamiento la estructura legal, no porque la
transgreda, sino porque funciona de forma más general y dispersa de lo que puede recogerse en cualquier
texto legal.
Teorías estratégicas del poder.
Weber define la acción estratégica como aquella en la que el actor:
1) define el fin que quiere o le interesa alcanzar
2) combina e instrumenta los medios que son necesarios o eficientes en la
consecución de aquel fin.
El poder sería la posibilidad de obtener obediencia incluso contra la resistencia de
los demás.
Según Lukes este fenómeno se puede explicar a través de 3 visiones.
1. El enfoque unidimensional. Aquí A tiene poder sobre B en la medida en que
puede hacer a B realizar algo que, de otro modo, B no haría.
2. Para el enfoque bidimensional la concepción anterior es insuficiente.
Necesitamos analizar también cualquier forma de control efectivo de A
sobre B. Desde esta perspectiva donde se manifiesta el poder es en la
movilización de influencias que opera tanto en la resolución de conflictos
efectivos (como en el caso anterior) como en la manipulación de ciertos
conflictos y la supresión de otros.
3. Enfoque tridimensional no se trata ahora de buscar conflictos efectivos y
observables (explícitos o implícitos), sino de considerar oposiciones reales
de intereses. Tales oposiciones pueden no ser conscientes para los
actores, pero pese a ello existen.
Poder, autoridad y legitimidad.
De nuevo Max Weber distinguía entre poder y autoridad
Autoridad sería el ejercicio institucionalizado del poder y conduciría a una
diferenciación, más o menos permanente, entre gobernantes y gobernados, los
que mandan y los que obedecen.
La institucionalización de la dicotomía poder-obediencia, así, se produce como
consecuencia de la estabilización en las relaciones sociales de determinados roles
(papeles sociales) y status.
Así, la autoridad implica una serie de supuestos (Murillo, 1972);
a) Una relación de supra-subordinación entre dos individuos o grupos.
b) La expectativa del grupo supra ordinado de controlar el comportamiento del
subordinado.
c) La vinculación de tal expectativa a posiciones sociales relativamente
independientes del carácter de sus ocupantes.
d) La posibilidad de obtención de obediencia se limita a un con tenido específico y
no supone un control absoluto sobre el obediente
e) La desobediencia es sancionada según un sistema de reglas vinculada a un
sistema jurídico o a un sistema de control social extrajurídico.
EL PODER SE CONVIERTE EN AUTORIDAD CUANDO LOGRA LEGITIMARSE.
Legítimo, diría de nuevo Weber, es aquello que las personas creen legítimo. La
obediencia se obtiene sin recurso a la fuerza cuando el mandato hace referencia a
algún valor o creencia comúnmente aceptado y que forma parte del consenso del
grupo.
Weber distingue tres tipos de legitimidad:
la legitimidad tradicional, que apela a la creencia en la «santidad» o corrección de
las tradiciones inmemoriales de una comunidad como fundamento del poder y la
autoridad y que señala como gobiernos legítimos a aquellos que se ejercen bajo el
influjo de esos valores tradicionales.
La legitimidad carismática, que apela a la creencia en las excepcionales
cualidades de heroísmo o de carácter de una persona individual y del orden
normativo revelado u ordenado por ella, considerando como dignos de obediencia
los mandatos procedentes de esa persona o ese orden
La legitimidad legal-racional, que apela a la creencia en la legalidad y los
procedimientos racionales como justificación del orden político y considera dignos
de obediencia a aquellos que han sido elevados a la autoridad de acuerdo con
esas reglas y leyes.
Sin embargo, dentro de la legitimidad podemos encontrar algunas deficiencias,
tales como el hecho de la reducción de la legitimidad a pura legalidad. Esto es, la
legitimidad de una decisión o de una autoridad se reducen a la creencia en el
procedimiento (legal) con el que esa decisión se adoptó o esa autoridad se eligió.
Nos hallamos ante una legitimidad de origen puramente legal
Del mismo modo, la legitimidad de ejercicio de la autoridad en cuestión se reduce
a su cumplimiento escrupuloso de la legalidad en el ejercicio del poder.
Poder y legitimidades democráticas
El concepto de acción comunicativa, la cual es el fundamento de poder y
legitimidad, responde a la idea aristotélica de que existen acciones que se realizan
por sí mismas sin que sean meros medios para la obtención de un fin distinto.
H. Arendt, rompe con la idea del poder como un mecanismo que responde al
esquema medios/fines y lo define como la capacidad humana no sólo de actuar,
sino de actuar en común, concertadamente.
EL PODER NO ES NUNCA PROPIEDAD DE UN INDIVIDUO, SINO QUE
PERTENECE AL GRUPO Y SE MANTIENE SÓLO EN LA MEDIDA EN QUE EL
GRUPO PERMANEZCA UNIDO.
Sin el pueblo o el grupo no hay poder.
Bajo las condiciones de un sistema democrático-representativo se supone que los
ciudadanos «dirigen» a los que gobiernan. Las instituciones, por tanto, que no son
sino manifestaciones y materializaciones del poder, se petrifican y decaen tan
pronto como el poder del grupo deja de apoyarlas.
El poder es consensual y es inherente a la existencia misma de comunidades
políticas; surge dondequiera que el pueblo se reúna y actúe conjuntamente
El poder, por lo tanto, no es la instrumentalización de la voluntad de otro, sino la
formación de la voluntad común dirigida al logro de un acuerdo
Hay leyes, dice, que no son imperativas, que no urgen a la obediencia, sino
directivas, esto es, que funcionan como reglas del juego, pero no nos dicen cómo
hemos de comportarnos en cada momento, sino que nos dotan de un marco de
referencia dentro del cual se desarrolla el juego.
La persona puede no seguir al pie de la letra esas reglas (delincuentes) o puede
intentar cambiarlas (revolucionario) lo importantes es que en un momento
determinado estos aceptaron esas reglas, sin embargo, la persona que las niega
no quiere ser parte de esa comunidad (marginales sociales)
El poder es no violento, no manipulativo, no coercitivo. Poder y violencia son
opuestos, la violencia aparece allí donde el poder peligra, pero dejada a su propio
curso acabará con todo poder. El poder requiere del número, mientras la violencia
puede prescindir de él, ya que se apoya en sus instrumentos (armas o coerción).
¿qué es lo que garantiza formalmente la deliberación política legítima?
Primero, libertad de las partes para hablar y exponer sus distintos puntos de vista
sin limitación alguna que pudiera bloquear la descripción y argumentación en torno
a lo que debe hacerse.
Segundo, igualdad de las partes de modo que sus concepciones y argumentos
tengan el mismo peso en el proceso de discusión. Ambas precondiciones tienden
a garantizar a todos las mismas opciones para iniciar, mantener y problematizar el
diálogo, cuestionar y responder a las diversas pretensiones de legitimidad y, en
general, pretenden mantener unas garantías mínimas que permitan poner en
cuestión todo el proceso y cualquier resultado al que eventualmente pudiera
llegarse
La tercera condición se refiere a la estructura misma de la deliberación en común:
lo que debe imponerse en la discusión es la fuerza del mejor argumento sin que
sea posible acudir a la coacción o a la violencia como elemento integrante de la
misma.

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