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AGUILA
Abogado
Popayán, Cauca
2023
INTRODUCCIÓN:
En esta relatoría interpretaremos el texto de Rafael Del Águila que nos traerá conceptos
importantes sobre el poder, la política, la legitimidad y la importancia de ellos
citándonos perspectivas de pensadores importantes como Hannah Arendt o Max Weber
que, desde puntos de vista diferentes nos abrirán el conocimiento sobre la importancia
del poder y de los que representan a éste. Así también analiza las diferencias de
conceptos entre ellos y brinda las posibles dificultades que podrían tener, como también
ciertos puntos que podrían ayudar a resolver dichas dificultades.
El texto que nos propone Rafael del Águila lo divide en 5 puntos muy importantes para
el desarrollo de su teoría, en su primer punto titulado “la política” empieza definiendo
dicha palabra en un concepto muy sencillo pero que para él es el más acertado, define la
política como la actividad a través de la cual los grupos humanos o las sociedad toman
decisiones colectivas para su convivencia y supervivencia, siendo así, la actividad
política desde el estado ( que en textos anteriores como el de Bobbio quedo explicito
que es la institución que tiene la violencia de manera legitima) es una actividad que nos
hace seres humanos al hacer uso de la palabra y persuasión en temas que nos afectan a
todos, esta definición que se escucha para el autor linda y hasta poética no es la realidad
que domina hoy el concepto de actividad política, pues, ahora se recuesta más hacia las
definiciones maquiavelianas que argumentan que la política es conflictiva y aquel que
se mete a la actividad, al mundo político debe sacrificar su ética y seguir otros intereses
que generaran conflictos entre las personas, grupos, etc., gracias a esto se puede deducir
que las ciencias políticas se terminan convirtiendo en las ciencias del poder.
A lo largo del texto el autor quiere plantear el concepto de poder y legitimidad desde las
dos posiciones, tanto la posición donde la política es una actividad de sociedad entre
comunidades como también la política desde el punto de vista de Maquiavelo donde
termina siendo conflictiva. En su segundo capítulo Rafael quiere precisar el concepto de
“poder” y para ello considera que hay algunos puntos que se deben precisar parta
entender bien el concepto:
Como se trata de algo social debe imponer su voluntad ante otros autores ya sea por
medio de la persuasión o por medio de las amenazas y sin llegar a importarle la
resistencia por parte de otros, es decir, la posibilidad de tener obediencia por parte de
otros sin importar la resistencia de algunos es el poder.
En conclusión, la legitimidad termina siendo lo que la sociedad tiene por legítimo, pero
para el autor esta perspectiva Weberiana tiene varias deficiencias como seria el caso de
la legitimidad legal racional se reduciría nada mas a la pura legalidad, al procedimiento.
No se puede negar que la legalidad es componente básico para cualquier acción social,
pero termina siendo un conflicto la perspectiva de Weber, ya que la legitimidad podría
terminar siendo una manipulación de la legalidad, es decir, el poder y la autoridad al
volverse legítimos por parte de la legalidad podrían verse manchados y al final de todo
terminaría por no tenerse en cuenta la racionalidad, el interés común o la justicia de los
implicados. Así que, por el conflicto que genera el concepto de Weber el autor decide
ya salir de ese paradigma Weberiano y dar una visión alternativa del poder político y la
legitimidad en su quinto y último capítulo al que lo nombra “poder y legitimidad
democrática”: y con esta perspectiva le llega el turno a la acción social comunicativa
que mencionaba al principio; un concepto alternativo a Weber sobre poder y
legitimidad.
El concepto de acción comunicativa viene desde la idea política aristotélica que plantea
que un grupo de personas a través de la razón y no de la coacción, comunicativamente
deliberan sobre situaciones que afectan a todo el grupo formándose con ello una
voluntad común no obligada y con ello una elaboración conjunta de soluciones que
tiene consecuencias muy importantes. Con este concepto que propone Rafael del Águila
trae a interpretación las ideas de Hanna Arendt, para Arendt, el poder no es un
mecanismo medio/fin como decía Max Weber, más bien, lo define como la capacidad
humana de actuar en común y en consenso, es decir, no existe el poder en una persona
sino el poder en grupo que permanece mientras el grupo este unido, si el grupo
desvanece el poder caería con él. Así, podemos concluir que el poder desde esta
perspectiva lo otorga el pueblo o el grupo social, el apoyo de dicho grupo social
denominado pueblo es el que otorga el poder a las instituciones de un país. Bajo las
condiciones de un sistema democrático- representativo el pueblo dirige a sus
representantes, el poder es consensuado y no es el medio hacia un fin sino un fin
mismo, dicho de otra forma, el poder no es la instrumentalización ni materialización de
la voluntad de otro, por el contrario, es la formación de la voluntad común dirigida al
logro de llegar a un acuerdo.
Arendt plantea una ley que no es imperativa o que obliga a las personas por medio de la
violencia, mejor, una ley que adopta una forma directiva; plantea las leyes como reglas
de un juego que no somete a obediencia especifica de las personas, sino una libertad de
saber que están ahí pero no dictan directamente cómo comportarnos, comprendido de
esa manera, se vuelve un juego al que no se puede entrar si no se acatan las reglas, como
un deporte mismo, (el futbol o el ajedrez) por ello, el deseo de participar en el juego
termina siendo igual al deseo de vivir en comunidad, estas reglas al no ser reglas
dictadas y obligadas a cumplir pueden ser sometidas a querer cambiarse ( por parte de
una oposición o una comunidad revolucionaria) o transgredidas ( por delincuentes), no
obstante, la negatividad ante las leyes del juego se vuelve la condición para no poder
entrar a la comunidad, pacta Sant Servando= los pactos obligan a las partes.
Hanna Arendt, además argumenta que la violencia y el poder son totalmente opuestos y
que la presencia de la violencia significaba el aislamiento del poder, perspectiva que
termina siendo un apoyo para el democratísimo radical y con ello la separación del
concepto Weberiano se hace evidente, es decir, se nota la diferencia de conceptos, y
para darnos a entender el autor nos formula el ejemplo donde para Arendt la espada que
corta esta pendiendo sobre la cabeza del gobierno, mientras para Weber, el gobierno
tiene la espada en las manos lista para ser usada. Jürgen Habermas propone que las dos
afirmaciones tienen un sentido, ya que si bien es cierto el poder (como plantea Hanna
Arendt) proviene de un grupo de personas que están de acuerdo, sin embargo, el poder
también tiene ciertas influencias estratégicas (como plantea Weber).
Al final del caso, la acción estratégica no es validad hasta que no hay una legitimidad
por parte del consensuado del grupo.
• Primero: libertad de las partes para hablar sin limitaciones de lo que debe
hacerse, amparados por los derechos de la libertad de expresión, conciencia, etc.
• Segundo: igualdad de las partes de modo que sus argumentos tengan el mismo
peso, dicha regla podría ampararse del constitucionalismo democrático-liberal
como libertad de asociación, libertad de prensa, etc., del mismo modo que las
instituciones (el parlamento) deben proteger y establecer reglas que garanticen
esa igualdad de las partes en la discusión.
• Tercero: es que se pueda imponer en la discusión el mejor argumento sin que sea
posible acudir a la coacción, manipulación o a la violencia. Los participantes a
su vez, deben reconocer la fuerza del mejor argumento y por ello debe prohibirse
el recurso de la violencia.
El autor termina refiriéndose a la frase de John Stuart Mill: “es preferible equivocarse
por uno mismo que acertar siguiendo los dictados ajenos”.
CONCLUSIONES
• Primera: la teoría de Arendt tiene mucho poder sobre lo que pasa ahora con el
estado, respecto a que el poder lo otorga el pueblo, si vemos en Colombia, nos
basamos en eso con las elecciones, nosotros, tenemos el poder de escoger a
nuestros representantes, sin embargo;
• Como segunda conclusión; el poder del concepto de Weber donde nos plantea la
legitimidad como una legitimidad legal-racional refuerza la idea de Hannah
Arendt, ya que, a día de hoy, la legitimidad la da el pueblo, pero de una manera
legal, ya que las elecciones son la manera principal de que un presidente llegue
al poder político.
• Tercera conclusión: En Colombia si aplicamos las teorías que nos plantean estos
dos grandes pensadores, no obstante, nos falta mejorar mucho, y más, en cuanto
a cultura, ya que la manipulación y la fuerza se siguen presentando al momento
de decidir por un representante, ya que para nadie es un secreto que en
Colombia, la manipulación mas efectiva por parte de los políticos es la compra
de votos, que se supone, es ilegal pero a su vez no se controla con la efectividad
que se debería, además de que también se da la fuerza o la violencia para llegar
al poder, no de manera general, pero en territorios desamparados y abandonados
por el estado aun se dan esas situaciones.
• El poder es un arma letal dentro de las sociedades y hay que tener conciencia de
no entregárselo a la gente que no busca los intereses comunes.