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(U03) ROJAS VARGAS, Fidel; D elitos contra la a d m inistrativa pública, 2007, Lima,
p. 786.
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(1I10) SALINAS SICCHA, Ramiro; D elitos contra la adm inistración p ú b lica , Lima,
2016, pp. 687-688.
(mu r o J A S VARGAS, Fidel; D erecho p en a l práctico. Procesal y disciplinario, 2012,
Lima, p. 347.
(U12) ROJAS VARGAS, Fidel; D erecho p en a l práctico. Procesal y disciplinario, 2012,
Lima, p. 347.
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C ontinúa Rojas Vargas diciendo que “la tesis del prestigio o buen
nom bre de la adm inistración de justicia, en tanto ámbito o sector de
la adm inistración de justicia, o si se quiere su credibilidad, resulta a la
lectura, a mi entender, más coherente y que concretiza el bien genéri
co norm al o regular desenvolvimiento de la adm inistración pública.
La perturbación rem ota o lejana del bien jurídico específico como es
fácil advertir, al producirse externam ente a la adm inistración pública,
requiere de un cierto grado de divulgación de la calidad negociable
de la adm inistración pública puntual (ámbito preciso de la reparación
publica bajo cuestión objeto del tráfico de influencias). Que en ello en
realidad sea así o constituya una presentación burda e inexacta de la
realidad brindada por la inform ación que el traficante trasm ite al inte
resado, es un dato irrelevante”(1113).
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protegido por cuanto el sujeto activo logra hacer dar o prom eter una
ventaja económica al afirm ar que tiene influencia en la adm inistración
pública. Con ello se cumple con el principio de lesividad en tanto la
intervención punitiva solo se legitima ante la lesión de un bien jurídico
fundam ental, como es el prestigio y buen nom bre de la adm inistración
pública, la m ism a que bien puede ser, a m odo de ejemplo, el poder ju
dicial y sus jueces”
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2. TIPICIDAD OBJETIVA
Evolución legislativa
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“Art. 430 del CP español: Los que, ofreciéndose a realizar las con
ductas descritas en los artículos anteriores, solicitaren de terceros
dádivas, presentes o cualquier otra remuneración, o aceptaren ofre
cimiento o promesa, serán castigados con la pena de prisión de seis
meses a un año”.
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El artículo antes citado señala claram ente que el autor de este de
lito es propiam ente el traficante de influencias, quien como acto ejecu
tivo simplemente ofrece su intercesión ante un funcionario o servidor
público invocando influencias, reales o simuladas, a cambio de lo cual
recibe una ventaja u obtiene una prom esa disim ulada, la que no nece
sariam ente ha de tener una connotación económica.
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Uii7) H U R TA D O POZO; “Interpretación y aplicación del A rt. 400 CP del Perú: delito
llam ado de tráfico de influencias”, cit., p. 272.
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uns) H U R TA D O POZO; “Interpretación y splicación del A rt. 400 CP del Perú: delito
llam ado de tráfico de influencias”, cit., p. 280.
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En otras palabras, las influencias son reales, que quiere decir que
efectiva y realm ente sean existentes, que verdaderam ente el sujeto ac
tivo tenga el poder sobre la voluntad del funcionario público que ha
de conceder el favor. En otras palabras, si el agente invoca influencias
reales, significa que tiene la capacidad, es decir, el poder efectivo de
influir sobre el funcionario; si, además, su ofrecim iento de interceder
ante este es serio, se puede adm itir que este com portam iento podría
(1119) BUOM PADRE, Jorge Eduardo; M a n u a l de D erecho penal. Parte especial, Bue
nos Aires, 2012, p. 678.
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(n 2o) H U R TA D O POZO; "Interpretación y aplicación del A rt. 400 CP del Perú: delito
llam ado de tráfico de in flu en cia s”, cit., p. 287.
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(1121) N Ú Ñ E Z PÉREZ, Fernando Vicente; “La configuración típica del delito de tráfico
de influencias en las Leyes N ° 29703 y 29758. La vendita di f u m o en el pacto
sceleris”, en Gaceta Penal, tom o 26, agosto, 2001, p. 19.
(mi) n Ü Ñ E Z PÉREZ; “La configuración típica del delito de tráfico de influencias
en las Leyes N ° 29703 y 29758. La vendita di fu m o en el p a cto sceleris”, cit.,
p. 19.
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pío, puede tener lugar con anterioridad, pero tam bién puede darse de
m anera sim ultánea a la de recibir, hacer o prom eter0123).
(,i23) H U R TA D O POZO; “Interpretación y aplicación del A rt. 400 CP del Perú: delito
llam ado de tráfico de influencias”, cit., p. 279.
(1,24) ROJAS VARGAS, Fidel; D erecho p en a l práctico. Procesal y disciplinario, Lima,
p. 350.
(,125) ROJAS VARGAS, Fidel; D erecho p en a l práctico. Procesal y disciplinario, Lima,
p.350.
(H26 ) ROJAS VARGAS, Fidel; Derecho p en a l práctico. Procesal y disciplinario, Lima,
p. 530.
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A hora bien, debe quedar claro que según la Casación N.° 374-
2015, LIMA, de fecha trece de noviem bre de dos m il quince, Caso
“Aurelio Pastor”, en el C onsiderando D écim o Prim ero, ha señalado
correctam ente que la ratio esendi del delito en com entario se encuen
tra en la prim era fase del tipo penal, es decir, está referida concreta
m ente al pacto venal, a la com pra-venta que realizan por una parte el
interesado y, por otra parte, el traficante respecto a la influencia (real
o simulada); por el contrario, el núcleo incrim inatorio de este delito
no se encuentra posteriorm ente, por ejemplo si el traficante fue o no
al despacho del funcionario/servidor público, si hizo o no una deter
m inada gestión dentro de lo que él se proponía realizar. Así: “£/ tipo
penal recogido en el prim er párrafo del artículo cuatrocientos del Có
digo penal sanciona a quien invocando o teniendo influencias reales o
simuladas, recibe, hace dar o prom eter para sí o para un tercero, dona
tivo o promesa o cualquier otra ventaja o beneficio con el ofrecimiento
de interceder ante un funcionario o servidor público que conocerá, esté
o conociendo o haya conocido un caso judicial o administrativo. Del
análisis de este tipo penal, tenemos: a) El núcleo rector se encuentra
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di 2 7) ROJAS VARGAS, Fidel, Delitos contra la adm inistración pública, 4.a ed., Gri-
jley, Lima, 2007, p. 787.
(H28 ) H U R TA D O POZO; “Interpretación y aplicación del A rt. 400 CP del Perú: delito
llam ado de tráfico de influencias”, cit., p. 284 “El térm ino donativo está mal
em pleado, pues proviene del verbo donar que significa ‘traspasar graciosam ente
a otro algo o el derecho que sobre ello tiene. Por lo tanto, donativo significa
‘Dádiva, regalo, cesión, especialm ente con fines benéficos o hum anitarios’. En
la d isposición analizada, no se trata de n in gu n o de estos casos. El tercero no
entrega gratuitam ente al agente la cosa (en el caso de ‘recibir’), sin o com o
precio o retribución del ofrecim iento de interceder ante el fun cion ario o
servidor público. Lo que debe retenerse es que el objeto materia del acto es
algo de valor que beneficia a quien lo recibe”.
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to, en este caso, el traficante de hum os, logra que el com prador le p ro
m eta la entrega de un donativo, promesa, ventaja o beneficio; prom e
sa, que debe ser seria, real, determ inable y de posible concreción”0131).
Rojas Vargas apunta que “la prom esa revela su entidad corruptora
dirigida hacia el futuro, cercano o mediato, debiendo ser posterior a
la invocación de influencias. La prom esa no posee entidad ontológica
propia, pudiendo abarcar tanto la entrega de donativo como de alguna
ventaja”0132).
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obtenerse por parte del traficante y tam bién del interesado que tal o
cual m agistrado o servidor lo conocerá o lo está conociendo en una
dependencia determ inada, es decir, al m enos se necesitaría la exis
tencia de una com petencia en térm inos m ínim os pero creíbles, por
ejemplo una problem ática sería la siguiente: sería delito de tráfico de
influencias tal como lo reprim e el Código penal peruano, si el in
teresado (peruano) acude a un traficante-funcionario (peruano), en
la cual llegan a u n acuerdo ilícito los dos aquí en el Perú, para que
el m encionado traficante influya a otro funcionario público que se
encuentra en el extranjero, el m ism o que resolverá el caso judicial (fi
liación paternal, por ejemplo) allá en el extranjero (en A rgentina por
ejemplo), y no sabe ni el interesado ni el traficante certeram ente qué
m agistrado finalm ente lo conocerá; es decir, no se tiene conocim ien
to de la com petencia territorial (si el caso se llevará en Buenos Aires,
Córdova, M endoza, etc.).
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tivo “invoque” (se entiende para los sujetos interesados) las influencias
reales o simuladas ante un funcionario o servidor público, hasta aquí
se trataría de una conducta socialmente adecuada, atípica en térm inos
penales; y en segundo lugar, se tendría que com probar para efectos de
la consumación, que el sujeto activo “recibe”, “hace d a r” o “prom e
ter para sí o para otro” alguno de los medios corruptores: “donativo”,
“prom esa”, “ventaja” o “beneficio”. Com probado en el proceso penal
estos dos extremos estaremos ante un tipo perfecto de consum ación y
no simplemente de un tipo im perfectam ente realizado (tentativa), aun
que en la realidad, no se verifique que el funcionario o servidor público
haya realizado el acto funcional por el cual el traficante influenció. Por
ello se dice, correctam ente, que el tráfico de influencia se trata de un
delito de peligro y no de resultado lesivo.
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3. TIPICIDAD SUBJETIVA
El tipo penal exige un com portam iento doloso en el sujeto activo.
El dolo o com ponente subjetivo principal del delito com prende tanto
el conocim iento que tiene el agente de cada uno de los componentes
típicos objetivos y normativos.
El análisis del dolo, pese a su gran am plitud, sin embargo está li
mitado o circunscrito a los com ponentes que se hallan expresam en
te contenidos en el tipo penal de tráfico de influencia. En efecto, la
presencia del dolo, abarcará no solamente el acto m ism o de vender la
influencia, sino tam bién el com prom iso de interceder en el futuro ante
un funcionario público.
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(1135) Exp. 00172-2011, sentencia em itida por la Sala Penal de Apelaciones de la Corte
Superior de Justicia de Lima el 26 de abril de 2013 (las negritas son nuestras).
(,136) REAÑO PESCHIERA; Los delitos de corrupción de fu n cionarios: una visión
crítica a p a rtir del “Caso M o n tesin o s”. E special referencia a la calidad del
interesado en el tráfico de influencias ¿C om prador de hum o, víctim a o pa rtícip e?,
cit., p. 292.
(1137) REAÑO PESCHIERA; Form as de intervención en los delitos de peculado y
tráfico de influencias, Lima, 2009, p. 71.
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cha norm ativa punitiva, como es sabido, no solo está compuesta por
norm as que reprim en conductas delictivas (Parte especial o legislación
complementaria), sino tam bién por norm as com plem entarias de ca
rácter general, que llenarán algunos vacíos de la Parte especial, por
ejemplo, en los procesos de ejecución para abarcar la tentativa, en las
causas de atenuación o extinción de la acción o la responsabilidad pe
nal, en el sistema de reacción penal y sus alternativas, y por supuesto
en el tem a de los sujetos intervinientes en el evento delictivo, específi
camente en el rubro de la participación crim inal.
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Velásquez Velásquez afirm a que tam poco puede ser punido como
inductor de un tráfico de influencias porque salvo que se incurra en un
exabrupto dogmático y se desvertebren los fundam entos de la teoría
del hecho punible, un agente no puede, coetáneam ente ser víctim a (in
cluso sujeto pasivo secundario) de la venta del hum o y gestor de la idea
crim inal que desencadena la mism a, m áxim e si al tenor del Art. 24 del
C.P. ello implica la realización de un actuar doloso que determ ine a
otro a obrar. A dm itirlo sería incurrir en una contradictio in adjecto e
im plicaría desbordar todos los principios largam ente elaborados por la
doctrina penal en este ámbito los mismos que, por cierto, se desprende
de los dispositivos de la parte general del C.P.(1139)
(1138) H U R TA D O POZO, “Interpretación y aplicación del A rt. 400 CP del Perú: delito
llam ado de tráfico de influencias”, cit., pp. 292 y 293.
(H39) VELÁSQ U EZ V ELÁSQ UEZ, Fernando; Inform e, in clu id o en N O LA SC O
V A L E N Z U E L A , José / AYALA M I R A N D A , Erika; D e lito s c o n tr a la
adm inistración pública, tom o I, Lima, 2013, pp. 1312-1313.
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CAPÍTULO VIGÉSIMO TERCERO
EL DELITO DE ENRIQ UECIM IENTO ILÍCITO
ANÁLISIS JU R ÍD IC O -D O G M Á T IC O
DEL A R TÍC U LO 401° DEL C Ó D IG O PENAL
1. CONSIDERACIONES GENERALES
Los antecedentes del enriquecim iento injusto o sin causa se re
m ontan ya en num erosos textos del Derecho Romano. En efecto, la
“condictio indebiti” se concedía a quien había pagado por error una
deuda; la “condictio causa data, causa,non secuta”, procedía ante una
prestación realizada con vistas a una causa futura que no se llevaba a
efecto, como la promesa de dote o la constitución de esta en el supuesto
de no realizarse el m atrim onio; la “condictio ob turpem et injustam
causam ”, que perm itía resarcirse en adquisiciones con causa inm oral
o antijurídica; finalmente, la “condictio sine ca u sa ’ constituía un re
medio general frente a todos los casos de enriquecim iento injusto no
am parados por algunas de las condiciones m encionadas(1144).
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bienes que llevan a un “desbalance patrim onial” entre sus ingresos re
gulares y su riqueza acum ulada)0147).
En suma, constituye una tarea compleja y difícil por parte del Es
tado, a través de los persecutores del delito, com probar efectivamente
que los aumentos patrim oniales de un funcionario o servidor público
han tenido como causa su participación en la función pública, abusan
do del cargo que ostenta. A la luz del texto legal sancionado (artículo
401° del Código penal), queda la impresión de que el legislador perua
no (a través de las sucesivas reformas legales) no hubiese tenido más
remedio que acudir a la solución de p u n ir a quien no acredite el origen
del incremento patrim onial, como si interesara al Estado el cum pli
m iento del deber de justificar, cuando en verdad lo que desea castigar
es el lucro de funcionarios públicos desleales.
Esto es, que si dentro del tran scu rso de la investigación penal
llevado a cabo en contra de un funcionario involucrado en un delito
por ejemplo de cohecho pasivo, y a la vez por delito de enriqueci
m iento ilícito, se llegara a d eterm in ar que no existen actos de p ru e
bas directos que lo vinculen con los hechos investigados, pruebas
(U47) A BA N TO VÁSQUEZ, Manuel; D ogm ática penal, delitos económ icos y delitos
contra la adm inistración pública, Lima, 2014, p. 751.
di4») lIJC A , Javier A ugusto / LÓPEZ CASARIEGO, Julio E.; “E nriquecim iento
p a trim o n ia l de funcionarios, su no justificación y problem as constitucionales \
Revista de D erecho Penal 2004-2. Revista de D erecho Penal - D elitos contra
la A dm inistración Pública - II. D irigido por: Edgardo A lberto D onna. lera.
Ed. Santa Fe: R ubinzal-C ulzoni Editores, 2005, p. 135.
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Resulta lógico pensar que todas las personas realicen determ ina
das labores, y por ello generen ganancias para ellos m ism os o para sus
seres queridos; sin embargo, lo que no se debe perm itir en una socie
dad, es que las personas reciban y adquieran ganancias de m odo ilegí
timo. En otras palabras, enriquecerse en sí no es un delito por cuanto
es una aspiración de bienestar social de la persona, pero sí lo es cuando
se da en forma ilícita, más aun tratándose de funcionarios o servidores
públicos al servicio de la Nación, tal como lo prescribe nuestra C ons
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como una sub especie de los delitos contra la adm inistración pública.
En efecto, si bien el afectado es el propio Estado peruano, lo que se
lesionaba eran las formas concretas de persecución que tienen las auto
ridades judiciales, fiscales y policiales de sancionar a aquellas personas
que inescrupulosam ente esconden su cuantioso patrim onio obtenido
de m anera indebida.
Por su parte, Rojas Vargas señala que: “El artículo 401° del C ó
digo penal busca g aran tizar el n o rm al y correcto ejercicio de los car
gos y empleos públicos, co n m in an d o ju ridico-penalm ente a fu n cio
narios y servidores a que ajusten sus actos a las pautas de lealtad y
servicio a la nación. No es el p atrim o n io el p u n to de atención de la
n o rm a penal, no obstante que el sujeto público se haya enriquecido
(U49) INCHAUSTI, M.A. “E nriquecim iento ilícito de fu n cio n a rio s”, p. 38.
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ilícitam ente con los dineros del Estado o de procedencia p articu lar
y que de su increm ento significativo com o dato m aterial se concluya
po r la existencia objetiva del delito, sino la necesidad de controlar
los intereses crem atísticos desm edidos del funcionario y servidor
público” (I150) Para A banto Vásquez “...h ay un peligro abstracto en
relación con todos los dem ás ‘objetos’ protegidos p o r los dem ás ti
pos penales: £la im parcialidad del fu n cio n ario ’, el patrim o n io de la
ad m in istració n ’, el carácter público de la función pública’, etc ”(1151).
Para Peña C abrera Freyre “...d e plano, debe descartarse que el obje
to de tutela sea el p atrim o n io estatal, m áxim e cuando el enriqueci
m iento del funcionario público puede provenir -ta m b ié n -, de d in e
ro de los p articu lares(1152). Tam poco en el caso del enriquecim iento
ilícito no se quiebra ni la im parcialidad n i la objetividad de la fu n
ción pública”.
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“C o n su je c ió n a su C o n s titu c ió n y a los p r in c ip io s f u n d a m e n t a l e s d e
su o r d e n a m ie n to ju r íd ic o , c a d a E s ta d o P a r te c o n s id e r a r á la p o s ib i
lid a d d e a d o p ta r la s m e d id a s le g is la tiv a s y d e o tr a ín d o le q u e se a n
n e c e s a ria s p a r a tip ific a r c o m o d e lito , c u a n d o se c o m e ta in te n c io n a l
m e n te el e n r iq u e c im ie n to ilícito, es decir, el in c r e m e n to s ig n ific a tiv o
d e l p a tr i m o n i o d e u n fu n c i o n a r i o p ú b lic o re sp ec to d e s u s in g re so s
le g ítim o s q u e n o p u e d a se r r a z o n a b le m e n te ju s t ific a d o p o r é l ”.
El enriquecim iento ilícito como tal viene a ser una figura delictiva,
legislado en nuestro país a través del artículo 401 del actual Código pe
nal, teniendo su trayectoria jurídica en Latinoamérica, específicamente
en Argentina y Colombia.
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que dicho delito no fue contem plado como hecho punible en el prim er
Código penal peruano del año 1863, tam poco prim igeniam ente en el
Código penal derogado de 1924; fue a posteriori, es decir, incorporado
a través del artículo 361°-A por el Decreto Legislativo N° 121 de fecha
30.10.1981.
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A hora bien, lo más relevante es que se incorpora, por prim era vez,
un segundo párrafo del artículo 401° del Código penal, que tiene que
ver con una circunstancia agravante específica en el sentido que el au
tor sea aquel funcionario público que haya ocupado cargos de alta d i
rección en las entidades u organismos de la adm inistración pública o
empresas estatales, o esté sometido a la prerrogativa del antejuicio y la
acusación constitucional.
ui72) v é ase> en este sentido, el trabajo presentado por: TORRES CARO, Carlos
Alberto; El nuevo Código p en a l p eruano, E xposición de M otivos, A nteproyecto
del C ódigo penal y estudios sobre D erecho penal, Fondo Editorial del C ongreso
del Perú, Lima, 2011, p. 189.
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S i el a g e n te es u n fu n c i o n a r i o q u e h a y a o c u p a d o la a lta d ire c c ió n e n
la s e n tid a d e s u o r g a n is m o s d e la a d m in is tr a c ió n p ú b lic a o e m p r e s a s
e s ta ta le s, o e sté s o m e tid o a la p r e r r o g a tiv a d e l a n te ju ic io y la a c u
sa c ió n c o n s titu c io n a l, la p e n a será n o m e n o r d e o c h o n i m a y o r d e
d ie c io c h o a ñ o s e in h a b ilita c ió n c o n fo r m e a los in c iso s 1,2 3 y 8 d e l
a r tíc u lo 3 5 d e l C ó d ig o P e n a l.
S e c o n s id e ra q u e e x is te in d ic io d e e n r iq u e c im ie n to ilícito c u a n d o el
a u m e n to d e l p a tr i m o n i o o d e l g a s to e c o n ó m ic o p e r s o n a l d e l f u n c i o
n a r io o s e r v id o r p ú b lic o , e n c o n s id e r a c ió n a su d e c la ra c ió n ju r a d a
d e b ie n e s y re n ta s, es n o to r ia m e n te s u p e r io r a l q u e n o r m a lm e n t e
h a y a p o d id o te n e r e n v i r t u d d e s u s s u e ld o s o e m o lu m e n to s p e r c i
b id o s, o d e los in c r e m e n to s d e su c a p ita l o d e s u s in g re so s p o r c u a l
q u ie r o tra c a u s a líc ita ”.
uE l fu n c io n a r io o s e r v id o r p ú b lic o q u e , a b u s a n d o d e su ca rg o , in c r e
m e n ta ilíc ita m e n te su p a tr i m o n i o re sp ec to d e s ú s in g re so s le g ítim o s,
será r e p r im id o co n p e n a p r iv a tiv a d e lib e r ta d n o m e n o r d e cin c o n i
m a y o r d e d ie z a ñ o s.
Decom iso
“Artículo 401 A.- En todo caso, los donativos, dádivas o presentes
serán decomisados.” (*)
(*) Artículo incorporado por el Artículo 2 del Decreto Ley N°
25489, publicado el 10-05-1992.
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“E l s e r v id o r p ú b lic o q u e d u r a n te su v in c u la c ió n con la a d m in is tr a
ción, o q u ie n h a y a d e s e m p e ñ a d o fu n c io n e s p ú b lic a s y en los d o s a ñ o s
sig u ie n te s a s u d e s v in c u la c ió n , o b te n g a p a r a s í o p a r a o tro in c r e m e n to
p a tr im o n ia l in ju s tific a d o , s ie m p re q u e la c o n d u c ta n o c o n s titu y a otro
d elito, in c u rrirá en p r is ió n d e 6 a 10 a ñ o s , m u lta e q u iv a le n te a l d o b le
d e l va lo r d e l e n r iq u e c im ie n to , sin q u e s u p e re el e q u iv a le n te d e 5 0 .0 0 0
sa la rio s m ín im o s legales m e n s u a le s vig en te s, e in h a b ilita c ió n p a r a el
ejercicio d e d erec h o s y fu n c io n e s p ú b lic a s d e 6 a 10 a ñ o s \
5.5.2. Argentina
En el Código penal argentino, en el Capítulo XII, se regula el de
lito de enriquecim iento ilícito, en el artículo 275°, bajo los siguientes
términos:
6. TIPICIDAD OBJETIVA
Como cuestión prelim inar podem os señalar que un com porta
m iento es típico(1174), constituye el prim er esfuerzo analítico, de una
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El delito de enriquecimiento ilícito
(1178) PEÑA CABRERA FREYRE, A lon so R.; D erecho penal. P arte especial. Tom o
V. Primera edición: Lima, 2010, p. 629. SALINAS SICCHA, Ramiro; Delitos
contra la adm inistración pública, Segunda Edición. Editorial Grijley E.I.R.L.
Lima-Perú, 2011, pp. 612-613, señala que: “Este increm ento se m anifiesta
cuando se verifica m arcada diferencia con los ingresos legítim os que tiene
aquel por el cargo de funcionario o servidor público. Por ejem plo, estarem os
ante este elem ento objetivo cuando el sujeto público que no desarrolla otra
actividad declarada en un año tiene com o ingresos por todo concepto 50,000,
sin em bargo, en ese m ism o p eriodo se verifica que ha tenido com o gastos
personales, la sum a de 80,000. El increm ento es evidente incluso considerando
que utilizo todos sus ingresos en gastos personales o familiares. En el ejem plo
tendría un increm ento de 30,000”.
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Hay abuso de cargo las veces que este es ejercido fuera de los casos
establecidos por la Constitución, la ley, los reglamentos o directivas de
la institución pública o sin la observancia de la forma prescrita, incluso
cuando el funcionario hace uso de un poder de su competencia en la
forma indebida, pero para conseguir un fin ilícito en su propio benefi
cio o de terceros(1184).
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teoría del delito, que como hemos dicho se fundam enta en la infrac
ción del deber (autoría), en el bien jurídico tutelado (principio de lesi-
vidad), y obviamente en la conducta típica descrita (principio de lega
lidad). Entonces, contestando la pregunta de este parágrafo: ¿Resulta
necesario incorporar un “m onto económ ico” al enriquecim iento en el
modelo penal peruano? En nuestro criterio resultaría innecesaria tal
incorporación en el delito de enriquecim iento ilícito por las considera
ciones antes expuestas.
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Más aun, si leemos estrictam ente el artículo 401° del Código pe
nal, están ausentes los térm inos: “en provecho propio o ajeno”, “en p ro
vecho para sí o para otro”, que sí lo tienen expresam ente por ejemplo el
delito de hurto (artículo 185° CP) o el delito de robo (artículo 188° CP).
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función para acum ular o hacer ilícitam ente riqueza, teniendo como
fuente generadora una diversidad de actos, prestaciones y com porta
m ientos que son considerados contrarios a las norm as jurídicas y/o
sociales”(120,).
(i2 °i) £ jecutoria Suprema del 16/05/2003, Exp. R.N. N° A V -09-2001-L IM A ROJAS
VARGAS, Fidel, Jurisprudencia penal com entada, ID EM SA , Lima, 2005,
p. 352.
(1202) g n este sentido; PEÑA CABRERA FREYRE. ob. cit., tom o V, 2010, pp. 648-649.
Agrega este autor que: “C onform e lo anotado, se debe distinguir entre los actos
m ateriales de tipicidad objetiva que encauzan la realización típica, con aquel
estado de disvalor que determ ina la con su m ación del delito, nos referim os al
“increm ento patrim onial”, que a su vez debe dar lugar a un “enriquecim iento
ilícito”, se podría decir, entonces, que es un delito de estado m ás que de
resultado, pero de pura actividad, dond e los actos anteriores a dicha situación
patrim onial, no pueden ser reputados com o un delito ten ta d o , pues de ser así,
estaríam os contrariando su abstracta naturaleza, sin que ello obste a reconocer,
que dicho relato fáctico, pueda ser em pleado para acreditar la com isión de
otros delitos funcionariales, com o el peculado, cohecho, m alversación de fondos
o concusión. Reafirm ando nuestra p osición, de postular la calidad de delito
“autónom o”, del tipo legal con ten ido en el artículo 401° del C P”.
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(nos» ROJAS VARGAS, Ob. cit., p. 465. “El tipo penal del art. 401 no describe
conducta alguna ni aporta mayores elem en tos de tipicidad o de antijuricidad
que guíe en el análisis jurídico, situación que contradice los postulados del
principio de legalidad y hace de dicha figura una construcción típica anómala.
N o obstante de la naturaleza del hecho ilícito, de la gravedad de la sanción
y el carácter subsidiario o com plem entario de dicha norm a...” (Resaltado).
(i2(>6) A BA N TO VÁSQUEZ, M anuel, Ob. cit., pp. 484 y 485. “Esta interpretación
perm ite entonces que el tipo penal de enriquecim iento ilícito se aplique com o
tipo residual auténtico, cuando el enriquecim iento provenga de otros delitos
perseguibles penalm ente... U na solución distinta se obtendría si se adm itiera la
total autonom ía del tipo penal de enriquecim iento ilícito, pero ello im plicaría
violar el principio de ne bis in idem...” (Resaltado nuestro).
(1207) FRISANCHO APARICIO, M anuel / PEÑA CABRERA, A. Raúl; D elitos contra
la adm inistración pública, Editora Fecat, Lima, 1999, p. 358: “Al ser un delito
subsidiario no es posible que concurra con figuras delictivas afines.” (Resaltado
nuestro).
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las características del tipo penal del artículo 401 lo define como gené
rico y subsidiario.(1208)
(1208) H U G O ÁLVAREZ, Jorge B.; Delitos com etidos p o r fu n c io n a rio s públicos contra
la a d m in istra ció n pública, p. 217, G aceta Jurídica, Lima, Perú, 2000. “El
legislador ha recurrido a un tipo genérico y subsidiario para aquellos casos
en que no se pueda probar el h ech o ilícito........ la subsidiariedad del tipo
opera para im pedir, precisam ente, que por falta de pruebas o dem ostración
de los hechos, quede im pune una conducta que no se sabe qué es, pero que
conlleva com o expresión práctica un aum ento patrim onial del agente derivado
directa o indirectam ente del ejercicio del cargo y que razonablem ente n o lo
justifique.” (Resaltado nuestro).
(,209) PR AD O SALDARRIAGA, Víctor Roberto, Todo sobre el Código p enal, Tom o I,
p. 291, Idemsa, Lima, 1996. “El enriquecim iento ilícito no debe, sin embargo,
provenir de otros delitos funcionales, com o actos de corrupción pasiva, actos
de peculado o actos de con cu sión . En buena cuenta estam os ante un delito
de carácter subsidiario. Solo en la m edida en que el en riqu ecim ien to no se
deba a la com isión de otro delito funcional, será posible invocar la tipicidad
del artículo 401 del C ódigo penal”. (Resaltado nuestro).
(1210) p e ñ a CABRERA / FRANCIA ARIAS, D elito de enriquecim iento ilícito, Lima,
Ediciones Jurídicas, Lima, 1993, p. 64: “En vista que es un delito subsidiario
en los que vulneran los deberes profesionales no es posible que concurra con
algunos h echos punibles afines”. (Resaltado nuestro).
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se llega a determ inar que el sujeto público increm entó su patrim onio
por la comisión del delito de robo agravado, será investigado, juzga
do y sancionado por ese delito, mas no por enriquecim iento ilícito; de
igual forma, si llega a determ inarse que el agente público increm entó
su patrim onio por el delito de peculado, aquel será investigado, juzga
do y sancionado por este delito, descartándose el de enriquecim iento
ilícito”.(1211)
(mi) SALINAS SICCHA; D elitos contra la adm inistración pública, Segunda Edición,
Editorial Grijley, Lima, 2011, p. 611.
(1212) GÁLVEZ VILLEGAS, ob. cit., 2001, pp. 196 a 202.
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La susbsidiariedad del tipo penal del artículo 401 del Código penal
es evidente, pues en el caso donde se pueda probar el delito que produjo
el enriquecim iento ilícito del funcionario, no se aplicará tal disposición
legal. Es más, Gálvez Villegas afirma que el tipo penal de enriqueci
miento ilícito no puede ser subsidiario por la mayor gravedad de la
pena respecto de los otros supuestos típicos de corrupción de funcio
nario, sin tratar la cuestión de inconstitucionalidad que precisamente
dicha situación provocó al colisionar con el principio constitucional de
proporcionalidad en sentido estricto. En la obra de Gálvez Villegas se
aprecian incongruencias conceptuales que es im portante advertir para
valorar sus comentarios.
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delitos contra la adm inistración pública para los que se prevé pena
privativa de la libertad; resulta paradójico que el autor peruano re
cu rra al m aestro español precisam ente para el caso del delito de en
riquecim iento ilícito, ya que el artículo 401 contem pla u n a sanción
penal grave, incluso por cuestión de inconstitucionalidad.
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