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CASO PRÁCTICO:
ELENA LÓPEZ ALONSO
“LAS CULTURAS
ORGANIZACIONALES NO
PUEDEN CAMBIAR”
1. Si el punto es la tesis y el contrapunto es la antítesis, elabora la síntesis.
Hoy en día podemos demostrar que muchísimas de las empresas que actualmente gozan de
un reconocimiento a nivel mundial, han logrado llegar a donde están gracias a estas
transformaciones culturales. La mayor parte de ellas, han tenido que superar las
adversidades que se han encontrado en el camino y recoger las lecciones que de ellas han
obtenido. Seguro que hay diversidad de razones por las que estas empresas decidieron llevar
a cabo ese cambio en su organización, sin embargo, mencionaremos algunos de los más
frecuentes.
Por un lado, la aparición de crisis dramáticas dentro de la empresa. Estas crisis generan la
bancarrota en la empresa, y sumen en la máxima desesperación al empresario, empujándole
a que busque una solución para lograr recuperar la estabilidad de la empresa e impedir
llevarla a la desaparición del mercado.
Por otro lado, la rotación en el liderazgo empresarial es otro de los motivos más frecuentes
por los que se produce dicho cambio. En muchas ocasiones y debido a una mala gestión de
los propios directivos de la empresa, el rendimiento de esta se vuelve ineficaz, y provoca la
sustitución de los líderes de la compañía, apareciendo una nueva persona con sus propios
valores y principios que consigue implantarlos en la organización.
La juventud de las nuevas organizaciones y la debilidad de otras, son también otros de los
motivos principales. El primero realmente hace obvio el cambio, puesto que cuando una
empresa tiene pocos años de vida, los valores y las creencias que siguen no están lo
suficientemente consolidados ni en la empresa ni en los propios trabajadores como para que
estos últimos se nieguen a modificarlos en caso de necesidad. De ahí la obviedad de que, si
una organización joven quiere avanzar y desarrollarse en el mercado, desde un primer
momento buscará realizar todas las acciones posibles para lograrlo, sin estar sujeta a
ninguna atadura. En cuanto a la última premisa, al igual que el ciclo de la vida, en el mundo
empresarial también todo sigue su curso. Con ello quiero decir que, si una organización no
consigue consolidar una cultura resistente y afianzada entre sus propios miembros, esta claro
que esta organización esta encaminada al desastre. La falta de comunicación, la falta de
objetivos comunes, la falta de motivación, y sobre todo la falta de no querer construir en
conjunto, llevan a la desaparición a cualquier organización. De ahí que, si existe la
posibilidad de dar un giro a estos valores y lograr implantar otros nuevos que, en lugar de
disminuir, incrementen la rentabilidad de la empresa, se haga.
Finalmente quiero señalar que, si la cultura de una organización ha dejado de ser eficaz, de
cumplir los objetivos comunes, o pone en peligro su supervivencia en el mercado, considero
necesario modificarla. Como dijo Jack Welch “Cambia antes de que tengas que hacerlo”.
Como bien sabemos, la idea de “perfeccionamiento continuo” surge en el siglo XX. En estos
momentos las compañías japonesas iniciaban una fuerte búsqueda por la eficiencia de sus
procesos productivos. De ahí el término japones “kaizen” palabra compuesta por dos
vocablos, el primero es kai, que significa cambio, y el segundo es zen, que significa bondad.
La palabra kaizen significa mejora continua, y tiene gran repercusión en el mundo
empresarial. Muchos autores han dedicado grandes líneas de investigación a lo largo de la
historia sobre el estudio de esta filosofía japonesa que defiende la realización de diferentes y
pequeñas acciones a lo largo del tiempo, con el fin de obtener los resultados deseados,
siendo siempre preferible el uso de cambios constantes.
Esta metodología japonesa permanece presente en la actualidad empresarial, siendo sin duda
uno de los pilares básicos de las empresas actuales. Como bien sabemos, hoy en día, los
directivos de las grandes empresas son conscientes de que el mundo empresarial se
encuentra en un estado de cambio constante. Desarrollarse empresarialmente en el siglo XXI
implica ser conocedor del entorno, saber adelantarse al futuro, y tener una capacidad de
renovación constante. La variabilidad del mercado actual exige a los competidores de este,
estar en continua adaptación frente a los cambios que acontezcan, puesto que dicha
adaptación es vital para permanecer en dicho mercado. De ahí que podamos entender el
perfeccionamiento continuo como una estrategia competitiva usada por los empresarios para
lograr mantenerse en el mercado y alcanzar el éxito deseado.
Esta metodología se encarga de revisar de manera continuada todos los procesos, recursos, y
productos de los que se compone la empresa, con el fin de analizarlos y optimizarlos con el
objetivo de conseguir una mayor eficiencia de estos en todos sus aspectos.
Mejorar la calidad de los productos y servicios. Este proceso se lleva a cabo con
el objetivo de satisfacer más ampliamente las necesidades de los clientes, y es sin
lugar a duda uno de los más importantes. La intención de la entidad financiera es la
de mejorar sus propios productos o servicios de cara al consumidor. Las técnicas que
se utilizan actualmente para la consecución de dicho objetivo son varias.
Por un lado, conocemos el uso del benchmarking. La entidad analiza y evalúa las
prácticas realizadas por otras entidades tomando de referencia su modo de actuar y
aprovechando las practicas más eficientes para aplicarlas con posterioridad en
nuestra compañía. Analizar los errores y aciertos de otras empresas y mejorarlos en
nuestro beneficio es una de las grandes herramientas que utilizamos para lograr el
perfeccionamiento de nuestros productos.
Por otro lado, también realizamos encuestas a los clientes con el objetivo de
averiguar qué aspectos satisfacen sus necesidades y que otros sería necesario
mejorar. De esta manera se permite conocer en mayor profundidad las preferencias
de los consumidores y llegar hasta ellas más fácilmente.
Otra de las técnicas utilizadas por la empresa, para lograr una mejora en la calidad
del producto, es rediseñar las páginas web de la entidad periódicamente. Cada día es
más habitual hacer uso de la banca digital electrónica, por lo que la configuración de
esta debe de adaptarse y renovarse constantemente para cubrir las necesidades del
consumidor. Es por ello por lo que se trabaja en agilizar los trámites para llegar a la
operativa que se desea realizar, modificar los iconos para hacerlos más visibles, o
crear accesos directos para simplificar su uso. Lo que se pretende realmente es
mejorar el servicio prestado, agilizando las operativas, facilitando su uso, y
adaptándolo además a todos los públicos.
Desde mi punto de vista, considero que, una empresa debería de optar por aplicar un
perfeccionamiento continuo en su dinámica de trabajo, en lugar de fomentar un cambio en
su cultura organizacional cuando existan malos resultados.
Mi argumentación responde a que ambas estrategias se rigen por dos procedimientos
totalmente diferentes entre sí. El primero de ellos se encarga de perseguir de manera
sistemática la mejora continua para la empresa, a diferencia del segundo que inicia la
búsqueda de esa mejora una vez informado de los malos resultados y pretendiendo cambiar
los valores de la compañía para encontrarla.
Personalmente considero que, si una empresa quiere alcanzar el éxito en el mercado, no debe
de regirse y esperar a la obtención de malos resultados para realizar un cambio en su
dinámica de funcionamiento, y mucho menos transformar su cultura organizacional. Lo
ideal sería que la propia empresa llevara a cabo una mejora continuada en el tiempo como
estrategia de desarrollo para su supervivencia.
El perfeccionamiento continuo persigue la obtención de buenos resultados en todos los
aspectos de la organización. Se encarga de mejorar la calidad del producto o servicio que
ofrece. De priorizar la satisfacción del cliente. De mejorar la productividad de la empresa. De
buscar la mayor rentabilidad para el negocio. De encontrar la eficiencia perfecta del servicio.
De optimizar los resultados, disminuir riesgos, y agilizar trámites. En resumen, el
perfeccionamiento continuo trata obtener los mejores resultados para la empresa a través de la
realización de cambios constantes en la organización. Impulsa a la renovación con el fin de
conseguir un cambio adecuado que permita alcanzar el máximo desarrollo a través de la
mejora continua, todo ello con el objetivo de crecer, mejorar y permanecer en el mercado.
Sin embargo y a pesar de que la idea del perfeccionamiento continuo se encuentre inmersa
dentro del mundo empresarial, muchas organizaciones no hacen uso de dicha técnica en sus
negocios. Las estadísticas reflejan que solamente el 10% de las empresas optan por aplicar
mejoras continuadas en sus negocios, frente a un 70% que solamente se enfrentan al cambio
cuando su negocio se encuentra al borde del colapso. Este tipo de organizaciones deberían de
estar encaminadas al fracaso y desaparecer del mercado. No obstante, consiguen salir adelante
reconstruyendo su equilibrio estratégico y trazando un plan de acción en el que se deshacen
de las malas prácticas utilizadas en el pasado y hacen uso de otras nuevas más eficaces. Sin
embargo, como bien decimos, estas organizaciones solamente actúan cuando obtienen malos
resultados. ¿Por qué? Porque tienen miedo, tienen miedo a enfrentarse a los cambios,
adaptarse a nuevas técnicas de actuación, a cambiar sus métodos de trabajo, o a darse cuenta
de que el procedimiento que consideraban eficiente en realidad no lo es. Y es en ese
momento, en el que aceptan que los malos resultados pueden provocar la desaparición de su
empresa en el mercado cuando se decide fomentar el cambio de la cultura organizacional.
Personalmente priorizo el uso de la mejora continua, ya que modificar o transformar la
cultura de una empresa considero que es un proceso bastante complicado como para
realizarlo cada vez que peligra la estabilidad de la empresa.
Podemos definir la cultura organizacional de una empresa como: “El sistema de creencias y
valores compartidos que se desarrolla dentro de una organización o dentro de una
subunidad y que guía y orienta la conducta de sus miembros”. (Chiavetano, 2017, p.34). Es
decir que, cuando nos estamos refiriendo a la cultura de una compañía estamos haciendo
referencia no solamente a sus hábitos y costumbres, sino a la propia personalidad que define
a la empresa y la hace única, tanto por su forma de ser como por su forma de hacer las cosas.
Como decía el psicólogo suizo Edgar Sechin, la cultura representa en las empresas lo mismo
que el carácter en los individuos. Esta va forjándose poco a poco con el paso del tiempo
hasta que finalmente consigue arraigarse dentro de la compañía y forma parte de ella y de
los propios individuos que la integran. Es aquí donde radica la complejidad del asunto, en la
modificación de los valores ya implícitos en los propios trabajadores de la compañía.
Considero una ardua tarea la realización de este cambio, puesto que seguramente será uno de
los más difíciles de realizar, ya que impacta directamente sobre los valores, conductas y
normas que definen la empresa. Valores, que se encuentran perfectamente establecidos y
arraigados en los trabajadores, y que se están viendo amenazados por su modificación.
Como dice el fundador de The Katzenbach Center: “No podemos creer que el rápido
cambio cultural en la empresa es posible –o incluso deseable-; después de todo, la cultura
organizacional representa la personalidad y la esencia de cómo las personas interactúan y
trabajan” (Katzenbach, 2017, p.34).
Además, debemos de tener claro que la cultura organizacional es la clave del éxito
empresarial, así lo corroboran numerosos estudios como por ejemplo el realizado por Global
Human Capital ene l año 2015 o el informe de Global Culture & Change Management
Survey en el año 2013. Los cuales la definen como el elemento crítico para fortalecer el
rendimiento de una organización, o la estrategia prioritaria para lograr el éxito. Sin embargo,
la realización de cambios en la misma requiere de un esfuerzo profundo que solamente una
de cada tres empresas lograr gestionar adecuadamente.
A lo largo de la historia, muchos son los autores que han intentado desarrollar diferentes
líneas de investigación para la conceptualización del clima organizacional. El clima
organizacional, anteriormente llamado atmósfera psicológica, comienza a estudiarse como
consecuencia del rápido crecimiento de las organizaciones en las que las relaciones laborales
eran favorables. De esta forma se comienza a crear la necesidad de estudiar los
comportamientos de los individuos que forman parte de la organización para comprender el
porqué de ese crecimiento exponencial. Estableciéndose así las primeras bases psicológicas
en la búsqueda de la efectividad organizacional.
Kurt Lewin, psicólogo alemán, fue sin duda uno de los pioneros en el desarrollo de dichos
estudios durante la década de los años 40. Para Lewin el comportamiento del individuo en el
trabajo no dependía solamente de sus características personales, sino también de la forma en
que éste percibía su clima de trabajo y los componentes de la organización. Considerando
clave el modo de dirección en la percepción del clima de una empresa, al igual que muchos
otros autores de la época.
En la actualidad sigue sin existir una concepto exacto de lo que podemos entender por clima
organizacional puesto que siguen defendiéndose varias teorías entorno al mismo, sin
embargo podemos entenderlo como: “el conjunto de características objetivas relativamente
permanentes de la organización, percibidas por los individuos pertenecientes a la
organización, que sirven para darle una cierta personalidad y que influyen en el
comportamiento y las actitudes de sus miembros” (Fourgous & Iturralde, 1991, p.118).
Entendemos el clima como el conjunto de emociones o sentimientos compartidos por los
empleados en relación con la empresa. Además, cada organización tiene sus propias
características, y son estas las que la personalizan y la diferencian del resto. Estas
características surgen derivadas de los propios individuos que forman parte de esta y de las
relaciones que se crean entre ellos puesto que el ambiente interno de una empresa lo forman
las personas que forman parte de ella. La existencia de una buena comunicación, de un
respeto mutuo, la sensación de una atmósfera amigable, de un sentimiento de pertenencia, y
la aceptación y ánimo mutuo entre todos los miembros que forman parte de la organización
en su conjunto son factores que propician la aparición de un sentimiento general de
satisfacción en el ámbito laboral, e incentivan a la consecución de unos resultados positivos
para la empresa.
Es importante que exista un clima laboral satisfactorio dentro de las empresas. ¿Por qué?
Porque cuando el clima organizacional dentro de una empresa es favorable, beneficioso y
eficaz, esto repercute positivamente en la productividad de la empresa. Los empleados
demuestran un mejor rendimiento en sus tareas y la producción aumenta. A diferencia de lo
que sucede en aquellas empresas en las que su clima organizacional es negativo, las cuales
se caracterizan por tener una alta rotación de empleados, baja productividad, incumplimiento
de objetivos y ausentismo laboral de los trabajadores. De ahí la importancia de trabajar por
conseguir un buen clima dentro de la empresa.
Por otro lado, cuando hablamos de cambio organizacional nos estamos refiriendo a aquella
estrategia organizacional que responde a la necesidad que presenta una organización de
realizar cambios con el objetivo de responder rápida y eficazmente a las demandas del
entorno donde desarrolla su actividad. El cambio organizacional implica llevar a cabo un
proceso de adaptación y modificación de su propia estructura interna para responder de
manera efectiva a la demanda del sector y todo ello debe de realizarse en un determinado
periodo de tiempo. A colación, podemos diferenciar varios tipos de cambios, sin embargo,
los más significativos podemos decir que son dos, por un lado, el cambio evolutivo y por
otro, el cambio radical. Hacemos referencia al primero de ellos cuando estamos ante la
realización de cambios graduales con un objetivo determinado. La empresa lleva a cabo una
serie de modificaciones continuadas en el tiempo que a largo plazo lograr provocar un
cambio completo en la organización. Sin embargo, por otro lado, nos encontramos cambio
radical, el cual como su propio nombre indica, tiene lugar cuando se produce una
modificación drástica dentro de la estructura organizacional de la empresa. Dicho cambio
implica un cambio inmediato y total en la organización.
Para que sea efectiva la implantación de un cambio organizacional siempre es importante
tener en cuenta varios factores, como por ejemplo tener claro en que consiste realmente el
cambio, involucrar a los empleados de la organización en su consecución, motivarlos, e
incentivarlos. La consecución del proceso es un trabajo complejo, por eso es importante
tener una estrategia bien definida.
5. Indaga y cita cuatro empresas que hayan tenido un cambio cultural a partir de: una
crisis dramática, rotación en el liderazgo, organizaciones jóvenes y pequeñas, y su
cultura débil. Apóyate en el cuadro adjunto.
Nombre y
característi
Estrategia para Recomendaciones para Lecciones y aprendizajes
cas
superar el cambio futuro de cultura
puntuales
organizacional
- Adaptarse - Reconocer la
continuamente a importancia de la
- Reducción de los nuevos adaptación en un
Crisis costes cambios mercado tan
dramática competitivo como el
LEGO
- Innovación digital - Renovar sus de las tecnologías
ideales colaborando y
trabajando en equipo
- No conformarse para conseguirlo.
LEGO
Es en 1932, cuando Ole Kirk Kristiansen, fundador de la marca Lego, abre un pequeño taller
en Dinamarca, para posteriormente convertirlo en una de las marcas con mayor
reconocimiento a nivel mundial.
En un primer momento, el taller estaba dedicado a la creación de muebles, remodelación de
casas etc., sin embargo, tras el paso de la Gran Depresión ocurrida en Europa por esos años,
tuvo que comenzar a centrarse en otros proyectos al ver la imposibilidad de sus clientes de
adquirir sus productos. Es entonces, cuando comienza a fabricar los primeros juguetes LEGO.
Estos bloques de madera adquieren gran protagonismo durante la época, y durante los años
posteriores el empresario se centra en la evolución de estos con el fin de triunfar en el
mercado. Los bloques rectangulares que se encajaban y desmontaban con facilidad pasan a ser
fabricados con plástico, y comienza a dar la libertad a los pequeños para estimular su
imaginación. Poco a poco la marca ve incrementada sus ventas y no sólo se dedica a la
fabricación de bloques, sino también crea juegos para los niños, películas infantiles, series de
televisión e incluso se crean parques temáticos en Estados Unidos. El producto adquiere una
alta rentabilidad a nivel internacional, es conocido en todo el mundo y se encuentra en la
cúspide de la industria de los juguetes.
Sin embargo, es en 1998 cuando comienzan a registrarse las primeras pérdidas en la historia
de la empresa. El gigante de los juguetes, pese a su popularidad y pese haber marcado la
infancia de millones de niños reconocía por primera vez que no era un negocio rentable y que
estaban sufriendo perdidas. Es en ese momento cuando comienzan los primeros despidos, y
todo ello a consecuencia de una mala estrategia empresarial. La compañía reconoce que no
dio el enfoque oportuno a sus creaciones y que innovaron hacia el lado equivocado. Los niños
cada vez tenían menos tiempo para jugar, y los videojuegos habían entrado en nuestras vidas
para quedarse, ofreciendo un atractivo mucho mayor al que podían tener los juguetes de toda
la vida, los cuales ya no eran lo suficientemente interesantes para las nuevas generaciones.
Por ello, es en 2003, fruto de esta mala estrategia empresarial y de una inversión desmedida,
cuando la compañía se sitúa al borde de la quiebra, a punto de tener que declarar la bancarrota
a consecuencia de las pérdidas millonarias que habían sufrido durante los años anteriores,
obligándoles esta situación a cerrar.
Conscientes de que LEGO iba a desaparecer en 2004, Kyeld Kirk, nieto de Ole Kirk, da el
paso de dimitir y de ceder su puesto a una persona ajena a la familia, el ejecutivo actual
Jorgen Vig, el cual se encargó de reorganizar la cultura organizacional de la empresa a través
de una nueva estrategia empresarial que impediría la caída de la compañía. Esta nueva
estrategia empresarial se basó fundamentalmente:
- Reducir los costes de la compañía. ¿Cómo se hizo? Vendiendo los parques temáticos
que tanto gasto suponían para la organización, adquiriendo fábricas en lugar de la
externalizarlas, realizando despidos, dejando de vender los sets de las temáticas que no
funcionaban y apostando por las líneas de siempre etc.
- Apostar por la era digital. Había que adaptarse a los cambios, e internet era el pilar
fundamental para brillar en esta época, por esta razón se creó la propia red social de
LEGO, se crearon foros de discusión, se creó una web de minijuegos, se diseñó una
comunidad online para compartir las creaciones propias, se inventó una plataforma
para las presentación y votación de los diseños e incluso finalmente apostaron por los
videojuegos.
Todo un sinfín, de nuevas acciones, digitales o no, que proporcionaron un giro radical en la
compañía, y que realmente ayudaron en gran medida a que la empresa se complementara con
el mundo actual sin dejar atrás su marca personal.
Posteriormente la empresa se aventuró con la creación de películas taquilleras que sin duda
alguna revolucionaron el mercado y permitieron a la compañía adquirir grandes cantidades
pecuniarias.
Lejos quedó la crisis de 2003 para LEGO en nuestros días, ya que actualmente como apunta
el Financial Times: son los grandes alquimistas de nuestro tiempo. Capaces de triplicar los
ingresos de la compañía en una sola década. Sin duda alguna son los fabricantes de juguetes
más rentables del mundo.
IBM
International Business Machines Corporation es una empresa estadounidense con un alto
reconocimiento a nivel mundial. Tiene su sede en Armonk (Nueva York), y se dedica
principalmente a la fabricación y comercialización de hardware y software, ordenadores,
servidores de almacenamiento, así como también presta servicios financieros o de
infraestructura, dentro de una amplia gama de servicios de tecnología de información.
Fue fundada en el año 1911, fruto de la fusión de otras cuatro empresas del sector: Tabulating
Machine Company, International Time Recording Company, Computing Scale Corporation y
Bundy Manufacturing Company.
Su fundador Thomas J. Watson, en sus inicios, oriento la compañía a la fabricación de
equipos industriales, teniendo siempre presente la importancia de la tecnología, promoviendo
y desarrollando productos tecnológicos.
Año tras año fue sorprendiendo en el mercado con sus productos, pasando de la fabricación de
aparatos electromecánicos a la fabricación de aparatos electrónicos, introduciendo el primer
ordenador a larga escala en el mercado, creando el primer sistema de almacenamiento
informático basado en un disco (RAMAC), y especializándose en la fabricación de
ordenadores con circuitos integrados.
Sin embargo, el éxito alcanzado por la compañía, y el alto reconocimiento del que gozaba en
el mercado, hizo que la empresa se alejara de la realidad, desencadenando un alejamiento
progresivo con sus clientes y con el mundo tecnológico. La baja competencia existente en el
momento, y los elevados beneficios que tenían, les impidió prever el alto reconocimiento que
adquirirían los ordenadores personales en el mercado, frente a sus grandes ordenadores. Como
consecuencia de ello, el abaratamiento de las nuevas tecnológicas, la aparición de nuevos
competidores y los cambios en la demanda de sus ordenadores provocaron una reducción de
los beneficios de la empresa.
Es a finales de la década de los 80 y principios de los 90, cuando la compañía vive su época
más difícil. El valor de sus acciones en bolsa se vio reducido alrededor de un 75% en
comparación con años anteriores. Se tuvo que despedir alrededor de 100.000 empleados. Y se
cuantificaron pérdidas millonarias que rondaban los ocho mil millones de dólares
estadounidenses. De esta manera IBM paso de ser una de las empresas más relevantes en el
mercado internacional a ni siquiera ser reconocida por sus competidores.
No obstante, a pesar de que las condiciones no eran las más favorables en ese momento para
lograr salir adelante, se decidió hacer un cambio en la cultura organizacional de la empresa
para conseguir salir a flote. Los propios ejecutivos fueron conscientes de que no era necesario
un experto tecnológico para volver a liderar el mercado, sino un nuevo líder capaz de
gestionar un cambio trascendental. “La cultura no es solo parte del juego, es el juego mismo”
(L.Gerstner, 1993)
Louis V. Gerstner, fue la persona encomendada para comenzar esta andadura. Antiguo cliente
de IBM, y con una visión totalmente diferente a la que tenía la empresa en ese momento,
Gerstner decidió embarcarse en el liderazgo de este proyecto.
Su estrategia se caracterizó principalmente por la realización de ciertos cambios:
- Cambiar la orientación tecnológica de la empresa por una orientación mayormente
encomendada al cliente. Dejándose así a tras la importancia tecnológica y preocupándose
de esta manera por saber que necesitaba el cliente y adaptar así los productos a sus
necesidades.
- Abaratar los precios de los grandes sistemas hardware. Convirtiéndose así en una
empresa más competitiva en el mercado, y estando al alcance de todos los consumidores
y no sólo de aquellos que se lo pudieran permitir.
- Potenciarla unidad de prestación de servicios de la compañía. Siendo capaz de resolver
las necesidades de los clientes, ofreciendo soluciones integrales (incluyendo construcción
de sistemas, mantenimiento de los sistemas, definiendo arquitecturas etc.), y solventando
los problemas operacionales independientemente del producto dañado.
Sin embargo, la aplicación de la estrategia competitiva de IBM no fue nada fácil, puesto que
hubo que realizar numerosas modificaciones dentro de la organización de la empresa para
poder llevarla a término.
En primer lugar, el objetivo se focalizó en recuperar las pérdidas que había generado la
empresa y conseguir nuevos activos para mantener la estabilidad de esta. Se comenzó
reestructurando dos departamentos básicos de la compañía, el departamento de Recursos
Humanos, y el departamento de Finanzas. En poco tiempo se ambos se consolidaron creando
así un sistema integrado. Se optó por prescindir de parte de las infraestructuras que poseía la
compañía para aumentar el poder adquisitivo de esta, y contratar nuevos empleados con una
formación especializada y adecuada al sector.
En segundo lugar, se identificaron los procesos críticos de la compañía generadores de
mayores beneficios, con el objetivo de transformarlos y crear un mayor impacto dentro del
negocio con el fin de alcanzar sus objetivos estratégicos. De esta manera se abordó
principalmente aquellos procesos relacionados con el desarrollo y suministro del producto,
agilizando la dedicación y la inversión, así como también los procesos relacionados con la
compraventa de estos, aumentando su demanda.
En tercer lugar, era importante integrar de nuevo a la empresa IBM dentro del comercio
internacional, para que la misma volviera a adquirir el prestigio que había perdido hasta
ahora. Esto se produjo a través de uno de los canales más emblemáticos por excelencia,
internet. A través de dicha herramienta se consiguió introducir de nuevo en el mercado
internacional los procesos utilizados por la compañía, para que los consumidores
internacionales fueran conocedores de estos, y pudieran adquirirlos y aumentar así los
beneficios de IBM.
La empresa fue adquiriendo cada vez mayor relevancia empresarial, consiguiendo un
significativo aumento de sus ventas gracias a los planes de negocio estratégicos creados, a las
nuevas alianzas internacionales y nacionales forjadas y a su nueva relación con los
consumidores. Consiguiendo con el paso del tiempo, y la constancia de sus líderes por la
recuperación de la empresa, la nueva implantación en el mercado de IBM, como una de las
empresas mayormente reconocidas de nuevo a nivel mundial.
En la actualidad, su cultura organizacional se encuentra perfectamente instaurada dentro de la
compañía.
STARBUCKS
Starbucks es una cadena internacional de cafeterías que actualmente goza con el prestigio de
ser la cadena más exitosa a nivel mundial en la venta de cafés. Fue fundada hace 50 años, en
1971 por tres jóvenes Jerry Baldwin, Zev Siegls, y Gordon Bowker, quienes decidieron crear
este pequeño local en un rincón de los Estados Unidos, concretamente en Seattle. La
compañía en sus inicios se creó con la intención de comercializar el grano de café al por
menor, pero sin ofrecer la venta de cafés a sus clientes, simplemente les ofrecían pequeñas
muestras para intentar educarlos sobre la calidad del café.
No obstante, el paso del tiempo y las ganas de dichos jóvenes de superarse a ellos mismos,
decidieron poner en venta sus propios cafés, convencidos de que su trabajo y esfuerzo por
ofrecer un café de calidad envolvería a sus clientes y harían de ese pequeño local el gran
templo del café. Y así fue, desde su apertura las ventas superaron todas las expectativas
tenidas, la popularidad de la tienda creció a límites insospechados, y el éxito subió
exponencialmente. La innovación y la mejora del producto permitió la expansión de la tienda
hacia nuevos horizontes. Por esta razón, los jóvenes fundadores a pesar de las redecillas
surgidas entre ellos tuvieron que enfrentarse a esa nueva revolución y adaptarse a los nuevos
cambios que estaban por venir. Entre esos cambios, uno de los más significativos, fue la
expansión de la compañía y la incorporación de nuevos empleados. Cambio, que con el paso
de los años fue sucesivo, dado que la expansión de Starbucks no solamente tuvo repercusión a
nivel nacional, sino que también a nivel internacional.
En enero de 1996, Starbucks ya contaba con 667 tiendas operativas y una fiel clientela
conocedora de la política de la compañía, la cual distaba mucho de la seguida por sus
competidores, de ahí su diferenciación en el mercado. Starbucks se convierte en la compañía
comercializadora de café más grande del mundo, teniendo presencia en más de cincuenta
países. Sus ventas engloban desde productos como termos, tazas, café en grano, hasta
productos como libros, películas o Cd.
El éxito de la compañía se debió a múltiples factores: un acertado estudio de mercado, un
buen análisis de la competencia, una buena calidad y control del proceso, así como una buena
búsqueda por la innovación y diferenciación del producto en el mercado. Starbucks, sabía que
la calidad de su producto y la experiencia del cliente debía de ser única, y fue a través de la
búsqueda de este proceso por lo que hoy en día a logrado ser la marca representativa del café
a nivel mundial, a pesar de iniciarse en el mercado siendo una organización de reducido
tamaño.
EKS
La compañía EKS, tiene su sede en Cantabria, (España) y fue creada en el año 2017 por dos
jóvenes emprendedores. Hoy en día la empresa es un negocio familiar, que se dedica
principalmente a la venta de productos domésticos. En su interior podemos encontrar
accesorios para cualquiera estancia de la casa, muebles de diferentes tipos y tamaños, espejos,
armarios, y un sinfín de productos decorativos para rediseñar tu hogar.
Dicha empresa, a diferencia de las mencionadas anteriormente, no tiene un reconocimiento a
nivel nacional ni mucho menos internacional, sin embargo, nos sirve para usarla de referente
en cuanto a empresas con una cultura organizacional débil en sus inicios.
La compañía es creada en el año 2017 por dos jóvenes amigos, Carlos González y David
Uriarte. En un primer momento el objetivo y la misión de la empresa estaban claros, la
empresa se dedicaría a la comercialización de muebles de uso doméstico. Sin embargo, con el
transcurso de los meses comienzan a aparecer discrepancias entre los propios dueños. Por un
parte, uno de los dueños, Carlos, quiere innovar e introducir nuevos productos con los que
comercializar, y por otra parte el otro dueño, David, se niega a participar en dichas iniciativas
mencionadas por su compañero. El punto de vista de ambos productores comienza a
distorsionarse y el objetivo del negocio ya no es común, sino que comienza a distanciarse. La
falta de comunicación entre ambos es evidente, y ésta comienza a influir en los procesos de
producción, en la atención al público, y en la propia gestión del local. El mal ambiente de
trabajo es latente, y los estándares de productividad comienzan a bajar a consecuencia de la
mala relación entre los dueños. La inexistencia de una cultura organizacional fuerte crea
incertidumbre entre los componentes de la empresa, ninguno es capaz de fijar el objetivo y la
misión de la empresa y el descontento se generaliza. Además, durante ciertos meses ambos
entran en un bucle de conformismo diario que los impide perseguir nuevas metas y crear
nuevas estrategias para la prosperidad del negocio. La desmotivación se adueña de sus vidas
laborales.
Es en 2019 cuando una fuerte crisis azota a la empresa llevándola al borde de la quiebra. En
este momento, los niveles de productividad eran tan bajos que era insostenible mantener la
apertura del local. No obstante, Nuria Martínez, mujer del empresario Carlos González en ese
momento, siendo consciente de la situación y observándola desde fuera decide intervenir en el
negocio y dar un giro en los valores de la empresa. Nuria había estudiado economía, y era
experta en realizar análisis de mercado, de ahí que con todos sus estudios encima de la mesa
le contara a Carlos nuevos proyectos en los que debían de invertir, recuperando éste la ilusión
por renovar EKS.
David, al no mostrarse participe de los ideales organizacionales de su compañero y ante el
miedo de la caída definitiva de la empresa decide apartarse del negocio a tiempo y darse por
vencido.
Es entonces cuando Nuria y Carlos realizan un cambio radical en la cultura organizacional de
la compañía dejando a tras los comportamientos tóxicos que predominaban hasta ahora, y
construyendo poquito a poco los nuevos valores de la compañía, con confianza, esfuerzo, y
sobre todo trabajo en equipo.
En la actualidad EKS, ha logrado ampliar su catálogo de productos y permanece en el
mercado como uno de los comercios más influyentes en el mundo de la decoración hogareña,
predominando las listas. Carlos y Nuria, disponen de 3 empleados a su cargo que trabajan en
la tienda cubriendo la demanda de los clientes, y juntos, con la colaboración de su hija Ana
pretenden ampliar la empresa y convertirla en uno de los referentes comerciales en los
próximos años. EKS es un claro ejemplo de que gracias a la realización de un cambio cultural
dentro de su organización tanto el rendimiento como la producción de esta se han visto
altamente mejorados.
Basándonos en esta situación, podemos decir que nos encontramos ante una nueva realidad.
La vida ha cambiado, las empresas han cambiado, el mercado ha cambiado, y el modo de
desarrollarse en el mundo laboral ha cambiado para todos. Ahora mas que nunca es necesario
la adaptación de nuestros entornos laborales ante esta nueva crisis. Las empresas necesitan
contar con una cultura organizacional firme, que sirva de base para todas las nuevas acciones
que van a llevar a cabo, transmitiendo como decimos un mensaje claro. La cultura
organizacional de la propia empresa ha servido para ayudar al empresario a encontrar las
mejores vías de actuación para desarrollarse en el mercado y guiar a sus empleados. Como
hemos descrito en ejercicios anteriores cuando nos referimos a la cultura organizacional de
una empresa nos estamos refiriendo a aquellas normas, valores y principios que forman parte
de la empresa, es decir, la personalidad de la empresa, lo que la hace diferente y única frente
al resto.
La cultura no es estática ni permanece inamovible, sino que varía y se adapta a la realidad y,
por ende, se encuentra aparejada a todo proceso de transformación empresarial. Muchas
empresas han tenido que cambiar sus métodos de trabajo tradicionales y reorganizar su
estructura interna para poder avanzar en un momento sin precedentes, al igual que los propios
empresarios se han visto obligados a solventar con rapidez las numerosas adversidades del
camino. Para lograrlo han tenido que redefinir las prioridades estratégicas de sus negocios,
hacer uso de nuevas metodologías y crear nuevos objetivos para enfrentar la crisis de la
COVID-19.
Y es que muchos han sido los cambios laborales a los que la población nos hemos tenido que
adaptar a consecuencia de la pandemia. A continuación, enumeramos algunos de los más
significativos:
o Teletrabajo. La actividad presencial en el mundo laboral pasaba a un segundo plano,
y con el objetivo de evitar la posibilidad masiva de contagio las tecnologías llegaron
para quedarse. Se ofreció a la población la posibilidad de teletrabajar desde casa
cumpliendo con los mismos objetivos laborales, y con el incentivo en algunas
empresas de un aumento de salario. Alternativa plenamente viable para aquellas
personas que gozaran de los recursos tecnológicos necesarios para realizarlo. De esta
manera las comunicaciones laborales pasaron a ser presenciales a telemáticas en gran
parte de las empresas, dando paso a la entrada de las videollamadas, chats, y correos
electrónicos.
o Cambios en los horarios de trabajo. De nuevo y con la intención de evitar un
contagio entre los empleados de las empresas los propios directivos optaron por
modificar los horarios de trabajo de los empleados con el objetivo de que no
coincidieran todos en su mismo puesto trabajando. Y es que, si una persona se
contagiaba de COVID, el resto de los compañeros debía de permanecer confinados
en su casa igualmente por tratarse de contacto directo con esa persona y existir un
riesgo alto de ser también positivo. De ahí la necesidad del empresario de separar a
los empleados por turnos, anteriormente inexistentes para velar por la seguridad de la
empresa.
o Atención al publico restringida. En muchas ocasiones y sobre todo al principio de la
pandemia, ante la inseguridad del modo de contagio, muchos de los trabajos que
mantenían una relación directa con el cliente se vieron enormemente afectados,
puesto que se quería evitar al máximo el contacto posible entre las personas. Con lo
cual, la mayor parte de ámbitos dedicados a la atención comercial se vieron dañados
en un primer momento, ya que tenían que organizarse telefónicamente
preferiblemente, posteriormente disponer de pantallas, mascarillas, geles
hidroalcohólicos, y guardar una distancia de seguridad para relacionarse, o bien
concertar citas previas para cerrar negocios. Todo ello dificultando esa capacidad de
relacionarse.
Numerosos han sido los cambios laborales a los que las empresas han tenido que enfrentarse a
consecuencia de la pandemia. Cambios novedosos sin precedente alguno en nuestra historia
que han revolucionado los mercados y han puesto a prueba a miles de empresarios que se han
visto en la tesitura de recomponer su organización para poder seguir formando parte del
mundo laboral. La crisis del COVID-19 ha llevado a que muchas empresas se sometan a un
cambio organizacional inmediato, entendiendo por cambio organizacional “una
transformación planificada, sistemática e interactiva en los procesos de la organización para
adaptarse a la inestabilidad del entorno y garantizar la mejora continua en su gestión”
(Pérez-Vallejo, Vilariño-Corella, & Ronda-Pupo, 2017, pág. 327). Obligando consigo a la
descentralización de los procesos, y cambiando el enfoque de la vida laboral que teníamos
hasta ahora.
Multitud de empresas han desarrollado nuevas estrategias organizacionales, con el objetivo de
encontrar sus debilidades y fortalezas, y mejorar su gestión. Igualmente se ha intentado por
todos los medios evitar una resistencia al cambio por parte de los trabajadores ante este
proceso puesto que como bien sabemos los empleados son parte fundamental para el
funcionamiento de cualquier organización. Si estos reaccionaran de manera negativa al
cambio, ello podría traer consecuencias negativas tanto en la productividad, como en el
rendimiento, como en la propia capacidad competitiva de la organización.
Desde mi punto de vista, considero que las empresas españolas han adoptado una aptitud
bastante positiva antes esta crisis, desarrollando una resiliencia reactiva, y culminando
fortalecidas en gran medida frente a esta pandemia. Un ejemplo de ello es la rápida actuación
que han tenido a la hora de afrontar los cambios significativos que iban teniendo lugar:
adaptación del teletrabajo, modificación de las jornadas laborales, reestructuración de puestos
de trabajo, adecuación de las medidas sanitarias, etc.
“El cambio organizacional ha existido siempre y representa la principal característica de los
tiempos modernos” (Chiavetano, 2017, p.36)
BLIBLIOGRAFIA:
- González, M. (s.f). La cultura fuerte en las empresas ¿Un requisito para lograr el éxito?
Universidad del País Vasco
- Pérez, L. & Vilariño, C. (2017). “El cambio organizacional como herramienta para
coadyuvar con la implementación de la estratégica”. Cuba.
- Prieto, R., Estrada, H., Palacios, A. & Paz, A.I. (2018). Factores del cambio
organizacional. Claves de éxito en la gestión de empresas del sector petrolero. Revista de
ciencias sociales, 24(1), 85-100.
- Sánchez, S., Trillo, M.A., Mora, C. & Ayuso, M.A. “La cultura organizacional como
núcleo central en la medición del capital intelectual”. Revista de Psicología del Trabajo
y de las Organizaciones, 3(22), 179-202