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Descripción del caso. Paciente de 27 años que acude al servicio de urgencias del hospital,
tras sufrir un corte en el ojo izquierdo con la rama de un árbol mientras iba en bicicleta. Tras
valoración por el médico de urgencias es derivada a oftalmología y se considera su paso por
quirófano. Se realiza la valoración intraoperatoria siguiendo las 14 necesidades de Virginia
Henderson. Hemos detectado alterada la necesidad de seguridad.
Diagnóstico:
Dolor agudo r/c agentes lesivos: físicos m/p informe verbal y conducta de defensa.
Temor r/c separación del sistema de soporte en una situación potencialmente
estresante m/p identifica el objeto del miedo.
Riesgo de infección r/c traumatismo y alteración de las defensas primarias.
oducción: el asma grave es una de las pocas enfermedades que mantiene tasas de
mortalidad iguales desde hace décadas.
Objetivo: presentar la evolución clínico-anestesiológica de una paciente con
antecedentes de asma bronquial grave y obesidad mórbida, propuesta para resección de
una estenosis traqueal.
Caso clínico: se presenta el caso de una paciente con asma grave y estenosis traqueal
admitida para cirugía abdominal de gran envergadura. Se administró anestesia regional
combinada. Presentó un evento de broncoespasmo severo intraoperatorio con
atrapamiento aéreo y caída de la oxigenación. Se utilizó ventilación no invasiva con
hipoventilación controlada y mezcla de oxígeno y halotano. Se calculó la presión media
de la vía aérea y la hiperinsuflación dinámica.
Conclusiones: la estratificación del riesgo es imprescindible en la conducta
anestesiológica de un paciente con asma grave mediante la realización de pruebas
funcionales respiratorias que permiten evaluar globalmente la función pulmonar. La
preparación preoperatoria B2 agonistas, esteroides y cromoglicato de sodio puede ser un
elemento importante en el control perioperatorio del paciente. La anestesia regional
combinada, a pesar de los efectos adversos en la musculatura intercostal, con nivel
sensitivo adecuado es muy útil en el intraoperatorio del paciente con asma grave. El uso
de ventilación con parámetros prefijados para minimizar la hiperinsuflación dinámica
unido al uso de anestésicos volátiles es de extraordinaria ayuda. Además de la
monitorización estándar se debe incorporar el cálculo de la presión media de la vía aérea
en el manejo de este tipo de pacientes en situaciones de urgencia.
os diagnósticos de enfermería que nos podemos encontrar en la Acogida son entre otros:
Ansiedad (00146)
6580 sujeción
física
nte a URPA, REA o UCI. Las actividades de los profesionales se centran en la realización de
técnicas quirúrgicas y anestésicas necesarias para el paciente, proporcionándole seguridad y
cuidados adecuados. La principal función de enfermería es preservar la seguridad del
paciente. Al finalizar esta etapa, comienza la siguiente, el postoperatorio.
El día anterior, se informa del parte quirúrgico de cada quirófano para así poder planificar y
preparar todos los fármacos, materiales y aparataje previsibles y no previsibles necesarios
para la actividad quirúrgica y anestesia.
Fentanilo: opioide de inducción que evitara que el paciente sufra dolor agudo.
Una vez que el paciente entra al quirófano, las enfermeras preguntan su nombre y comprueba
que coincida con el número de Hª y con la pulsera de identificación. Las enfermeras junto al
celador ayudan a que el paciente pase de la camilla a la cama de quirófano. Se vigilará que los
equipos de gotero no sufran ningún incidente. Ya en la mesa de operaciones, se coloca al
paciente en la posición que requiere cada cirugía y se le colocarán las sujeciones necesarias
para mantener su integridad física y evitar el riesgo de caídas. Después, se conectará la manta
de calor para mantener una adecuada temperatura del paciente. Una vez colocado el paciente
en la mesa de operaciones, se le ponen
Llegado el momento de la inducción, se administrarán los fármacos según las indicaciones del
anestesista y una vez inducido, se realizará intubación endotraqueal. Tras la intubación, si el
paciente lo requiere se procederá a colocar una vía central y se realizará el sondaje vesical si
la cirugía así lo requiere. La enfermera de anestesia será la encarada de vigilar la diuresis
durante toda la cirugía.
Tras comprobar que el paciente está adecuadamente monitorizado, que el ventilador mecánico
funciona, que está correctamente anestesiado, sondado, que los catéteres introducidos están
bien canalizados y que las vías son permeables, se procederá al lavado del paciente con un
jabón antiséptico.
Durante la intervención, una de sus obligaciones es conocer la anatomía y los pasos a seguir
en cada intervención adelantándose a las necesidades del cirujano previendo las posibles
complicaciones que pueden surgir. Es la encargada de proporcionar el material e instrumental
oportuna y eficazmente. Protegerá y cuidará el material punzante y de corte para evitar cortes
al personal y/o al material textil. Se preocupará de eliminar restos orgánicos de los
instrumentos y de la punta del bisturí eléctrico, para asegurar el buen funcionamiento de los
mismos. Llevará junto a la enfermera circulante el contaje continuado de gasas, compresas y
torundas según protocolo, marcando el número de compresas introducidas en el campo
operatorio.
Alguno de los diagnósticos que nos podemos encontrar en el proceso intraoperatorio son:
Náuseas (00134)
3200 prevención
aspiración correctamente y
anestesia m/p
controlar los signos
imposibilidad de respirar
3270 extubación vitales.
sin medios mecánicos
endotraqueal
2870 administración
de anestesia
401 estado
circulatorio 4160 control de
Riesgo de lesión hemorragias
Colocar drenajes y
perioperatoria r/c herida 407 perfusión tisular
controlar el sangrado.
quirúrgica 6680 monitorización
802 estado de los de signos vitales
signos vitales
Una vez terminada la cirugía los pacientes son llevados a tres posibles zonas postquirúrgicas
dependiendo de su gravedad: URPA, REA o UCI.
Una vez monitorizado se procederá a realizar una valoración del paciente. La enfermera
observará si el paciente tiene molestias para respirar, que no hay un sangrado excesivo en los
drenajes y la diuresis. Tras realizar la valoración, se completará la hoja de protocolo y se
evaluaran las escalas de ALDRETE y EVA.
La enfermera controlará sus signos vitales, su diuresis, sus drenajes, si presenta sangre en sus
apósitos o si presenta dolor. Cuando el paciente se encuentre estable, su saturación de oxígeno
sea óptima, su pulso y tensión correcto, no presente demasiado dolor, los apósitos están
limpios y los drenajes no presenten sangrado excesivo, se procederá al alta de la URPA por
parte del anestesista del servicio y se lo comunicará a la enfermera. Está avisará a la planta y
preparará al paciente para su traslado junto con su historia clínica. Una vez el paciente se haya
marchado, la enfermera registrará la hora de salida.
UCI: (Unidad de Cuidados Intensivos): A esta unidad, van los pacientes a los que se les ha
sometido a cirugías complicadas como (cardiacas, hepáticas, pancreáticas, vasculares…) o
aquellos que se encuentran en estado crítico, ya bien sea por la cirugía realizada en situación
de urgencia, o por complicaciones quirúrgicas. En esta unidad los pacientes son sometidos a
cuidados intensivos durante un periodo de tiempo determinado, hasta que estos, mejoran en su
clínica y son derivados a otras unidades de hospitalización, o desafortunadamente, fallecen. El
tiempo de permanencia en la UCI depende de cada paciente y de su patología, así como de su
capacidad de mejoría. En estas unidades, los pacientes portan todo tipo de catéteres que
proporcionen la mayor información hemodinámica del paciente; intubación endotraqueal, vía
central, vía arterial, sondaje, sonda nasogástrica, etc… Los celadores junto con el anestesista,
son los encargados de trasladar al paciente desde quirófano hasta la unidad con el carro de
transporte que porta todo lo necesario para posibles complicaciones en el traslado de este.
Algunos de los posibles diagnósticos que nos podemos encontrar en el postoperatorio son:
Son necesarios códigos estrictos para el atuendo en el departamento quirúrgico, con el fin de
controlar la infección dentro de los quirófanos, reducir la contaminación cruzada entre el
departamento de cirugía y otros departamentos o unidades hospitalarias y promover la
seguridad y la salud del personal y del paciente. Todo el personal del departamento quirúrgico
debe tener un atuendo quirúrgico adecuado siguiendo las guías institucionales. El diseño y
composición del atuendo quirúrgico minimiza el desprendimiento de bacterias, lo que reduce
la contaminación de la herida.
Las zonas no restringidas permiten el acceso a los que llevan uniformes hospitalarios o ropa
de calle (con calzas). Estas zonas también pueden permitir el acceso limitado para
comunicarse con el personal del quirófano. Respecto a estas zonas, nos referimos a los
pasillos principales (área general) donde no se encuentran los quirófanos. A esta zona también
pertenecen la acogida y la URPA. Las camas procedentes de urgencias o planta serán
cambiadas en la acogida para acceder a las otras zonas salvo en situación de urgencia donde
está permitido.
Las zonas semirestringidas exigen atuendo quirúrgico, incluida una bata quirúrgica, calzas y
gorro. Los pasillos, las zonas de trabajo (antequirófano) y las zonas de almacén se encuentran
dentro de estas zonas.
En cuanto a los pasillos diferenciamos otras dos áreas; la zona limpia por donde acceden los
pacientes desde la acogida a quirófano y la zona sucia por donde salen los pacientes de
quirófano para dirigirse a su destino (REA, URPA, planta o UCI). Los trabajadores también
tienen la obligación de acceder al quirófano por la zona limpia para evitar al máximo la
contaminación.
Las zonas restringidas son el interior del quirófano. El personal lleva mascarillas, batas
estériles y guantes, además del atuendo apropiado si participa en la mesa de quirófano.
Respecto al atuendo apropiado, solo se permiten las telas tejidas o desechables y que no
albergan bacterias.
Los derechos y garantías del paciente se basan en los principios de bioética. Estos son los
siguientes:
Principio de No maleficencia: Consiste en que por una obligación moral no podemos dañar a
ningún paciente. El derecho a la confidencialidad y el secreto profesional quedan reflejados
en este principio.
Principio de Justicia: Se debe tratar por igual a todos los pacientes, sin discriminación alguna
y con la misma consideración y respeto; evitando el daño a terceros y promoviendo el bien
social.
Principio de Beneficencia: Se debe buscar siempre el mayor beneficio para cada paciente en
particular, consiguiendo el equilibrio entre riesgos y beneficios, incluyendo la prevención de
la enfermedad. Por el principio de beneficencia tenemos el deber de socorrer a todas las
personas, especialmente cuando nos lo solicitan.
En el proceso quirúrgico se puede llegar a vulnerar este derecho. Algunas situaciones que nos
podemos encontrar son: a la hora de realizarle la exploración física en la acogida, rodeado de
otros pacientes, acto que pude ser evitado bajando los biombos y protegiendo al paciente de la
vista del resto de personas, o dejando a la vista informes y documentos, e incluso no cerrando
las puertas del quirófano durante la cirugía causando que alguien ajeno a ese momento pueda
informarse respecto a ese paciente.