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Fraguas Ferriol c/ Rodal González

Primera instancia admitió la demanda interpuesta por Fraguas contra Rodal González, declarando
valida la consignación de llaves efectuada y con fuerza extintiva de la obligación de restituir el bien
locado.

La demandada apela y se agrava porque se vulnero una norma de orden público con relación al
plazo para invocar la rescisión. Se queja además por la aplicación del art 1611 del código civil, con
respecto al depósito judicial, cuando debió prevalecer la ley 23091.

El contrato de locación en su cláusula 19 expresa que el locatario puede rescindir el contrato a


partir de los seis meses de vigencia, mediante notificación fehaciente cursada al locador con
anticipación no menor a 60 días.

La comunicación se efectuó por carta documento que no fue recibida, por lo que opera la
notificación de la demanda. La liberación de las obligaciones del locatario derivada de la
consignación de llaves se produce al tomar conocimiento el locador de ese depósito, hecho que se
produjo con la notificación de la demanda.

Si bien es cierto que al tiempo de remitirse la carta de documento no habían transcurrido los seis
meses de vigencia de la relación locativa, se observa que se hace expresa referencia que la
voluntad de rescindir se haría efectiva luego de transcurrido los seis meses. Se cumplió también
con la exigencia de anticipación máxima de sesenta días. Entendiéndose que se cumplió con las
pautas expresadas por la ley 23091.

Si bien el locatario al rescindir el contrato debe pagar una suma en concepto de indemnización, la
falta de ese cumplimiento no osta a la pretensión de consignación de llaves.

En cuanto a la aplicación exclusiva del artículo 8 de la ley 23091 que reclama el apelante, rigen en
líneas generales en materia de locación con alcance también a las disposiciones del código civil,
por lo cual no corresponder soslayar el artículo 1611 del código civil. Las disposiciones del código
no son letra muerta.

Se confirma la sentencia apelada.


Gonzalez de Bruno, Monica c/ Banco Galicia y Buenos Aires.

Primera instancia hizo lugar a la demanda iniciada por Mónica González de Bruno contra Banco
Galicia y Buenos Aires S.A por resolución de contrario e incumplimiento contractual ya que la
actora adquirió un tiempo compartido ofertado en un aviso publicitario de la demandada. Sin
embargo, una vez abonado el precio, el complejo no habría sido habilitado.

Primera instancia señalo que se había puesto delante de la operatoria haciendo uso de su nombre
y prestigio, y que se había comprometido con la publicidad de sus productos creando una
apariencia de suficiente garantía y respaldo en un proyecto al que debió evaluar su seriedad y el
cumplimiento de las obras.

Apelo la demandada, agraviándose en que ella no había vendido a título personal, no intervino en
nombre propio, sino que fue en representación, por lo que no se obligó personalmente con la
actora.

Segunda instancia establece que en su expresión de agravios sigue sin hacerse cargo de lo
señalado por el aquo en tanto la apariencia de garantía creada con su actuación en el negocio y su
deber de velar por la efectiva realización de las obras en el complejo que había promocionado. Ya
que su intervención y publicidad dieron garantía y seguridad a la accionante.

En base al art 8 de la ley 24240 en el sentido que las pautas publicitarias obligan al oferente y se
tienen por incluidas en el contrato se confirmó lo resuelto en primera instancia.
Noboa, Gerardo c/ Bus Bailable

El actor es agredido en el local Bus Bailable por un arma blanca. Primera instancia hizo lugar a la
demandainterpuesta por Gerardo A. Noboa contra "Bus Bailable" (Boissy S.R.L.)

La demandada apelo y se agravia en qué primera instancia se basó exclusivamente en testimonios


obtenidos en la causa penal, que no fueron ratificados en esa sede y que han escapado a su
control.

Aunque la prueba testimonial de la causa penal se produjo sin el control reciproco de las partes,
no le quita valor probatorio. La demandada no aportó pruebas para desvirtuar las constancias de
la causa penal. Su desinterés fue tal que fue declarada negligente en la producción de la prueba
testimonial.

Existe un deber de seguridad que, como obligación accesoria integra la prestación principal, por lo
que la demandada debe responder en el marco de la responsabilidad contractual. Asume la
obligación de garantizar al público cierta seguridad. Y esta obligación de seguridad es una
obligación de resultado, por lo que a la víctima le basta probar el daño sufrido y la relación de
causalidad. .

La agresión de un tercero no puede ser alegada como eximente de responsabilidad, pues no hay
imprevisibilidad ni inevitabilidad y extraneidad. Se confirma la sentencia apelada.
Pizzo Roberto c/ Camoranesi Mauro

Primera instancia hizo lugar a la demanda de daños y perjuicios promovida por Pizzo contra
Camoranesi y al Club Atlético Aldosivi. Considero que el accionar del demandado fue una conducta
imprudente y excesiva. No intencional, pero si excesiva y evitable.

Apela Camoranesi y el club. Camoranesi se agravia en que fue en el marco de un evento deportivo,
sin intención y en la propia disputa de un balón. Las acciones excesivas e imprudentes están
sancionadas como infracciones, pero no implican ilicitud jurídica. Hay un riesgo natural en un
juego de contacto.

Aldosivi se agravia en la responsabilidad atribuida, ya que no puede calificarse a Camoranesi como


dependiente del club, ya que es el accionado quien elige asociarse y jugar por el club. Es un club
amateur y los futbolistas aficionados.

Segunda instancia. Minoría – MENDEZ: afirma que no se comprobó que el accionar del
demandado sea excesivo, brutal o imprudente sino más bien de común por la velocidad o el
ímpetu propios del futbol. Esta dentro de los riesgos propios de la actividad.

El deporte está autorizado por el estado, su ejercicio es licito y el consentimiento de Pizzo para
realizarla implica asumir los riegos propios de la actividad.

Para que haya responsabilidad debe haber una acción excesiva fuera de reglamento e intención de
dañar, cosa que no encuentra en este caso. Es una acción típica de pelota dividida por lo cual vota
por rechazar lo dispuesto en primera instancia.

Mayoría – ROSALES: Concluye responsabilidad de Camoranesi por grosero apartamiento de las


reglas del deporte. La culpa es el eje central de su determinación.

Culpa identificada con la omisión de las diligencias aconsejables. Aprecia que la acción fue
innecesaria y brutal.

No direcciono su accionar, efectuó alguna maniobra evasiva, disminuyo su velocidad u omitir


levantar el pie. Medidas omitidas y que hubieren posibilitado evitar o disminuir los riesgos. El
accionar fue indiferente no le importo provocar un daño.

Atribuye responsabilidad al club, más allá de la facultad del jugador de estar o no el en club hay
dependencia ya que la institución se sirve del asociado para enfrentar a otros clubes.

La relación entre el jugador y el club es una subordinación jurídica, ya que el primero podrá
representar al segundo en los encuentros programados, y también técnica, ya que integrará el
plantel superior, y entrará a la cancha o no conforme lo decida su director técnico y recibirá
instrucciones de él. Hay responsabilidad indirecta, aunque hubo un cumplimiento defectuoso de la
orden impartida. Vota por afirmar primera instancia.
TIEBOUT, JUAN CARLOS C/ JIVCOVIC, GABRIEL Y OTROS – FALLO PLENARIO.

Cuestión: "En un contrato de garaje, el garajista-depositario ignorando que el auto era ajeno al
usuario-depositante, ¿tiene acción por el depósito contra el propietario no contratante?" No se
encuentra específicamente regulado, es un contrato innominado o atípico.

Un sector de la doctrina afirmó que el contrato de garaje es una especie del contrato de depósito.
Sin embargo, predomina el criterio que califica a la relación de garaje como un negocio jurídico
mixto y por la falta de legislación se va a regular por las normas generales relativas a los contratos
que se asemeja. Normas de depósito, locación de cosas o servicios con predominio del que se
imponga sobre la cuestión.

Del art 2197se entiende que el dueño no está obligado por un depósito sin su consentimiento
expreso o tácito y que entre depositante y depositario el depósito de cosa ajena es válido.

Del art 2199 se entendía que si se le negaba la acción solo al depositario que conocía que la cosa
era ajena, se podría concluir que se podría ejercer contra el propietario todas las acciones
emergentes del depósito cuando ignoraba que la cosa no le pertenecía al depositante. Por esto la
doctrina niega en forma unánime al depositario acción contra el propietario, por el depósito, sin
importar si conocía o no que la cosa depositada era del depositante. Los contratos producen
efectos entre las partes y el propietario fue ajeno no formó parte del negocio y no presto su
consentimiento.

SE DEFINE LA DOCTRINA LEGAL: En un contrato de depósito, donde el depositario recibió un


automotor en custodia ignorando que sea ajeno al depositante, no puede proceder con acción de
depósito contra el propietario no contratante.
Omega Seguros S.A v. Carrefour Argentina S.A.

1er instancia: hace lugar a la demanda de Omega contra Carrefour y la compañía de seguros,
citada en garantía. Condenando a abonar la suma abonada por Omega a su asegurado por la
sustracción de su vehículo en la playa de estacionamiento del supermercado.

La juez aquo aplico que los hipermercados y shoppings son responsables de la sustracción del
automotor si el hecho tuvo lugar en su playa de estacionamiento. Es un servicio que presta el
supermercado con el fin de atraer mayores clientes con respecto de otros que no ofrecen esta
alternativa, por lo que carga con el deber de custodia, guarda y restitución, aun cuando sea una
prestación gratuita y accesoria del objeto principal del establecimiento.

Apelan ambas, la compania desiste de su recurso. Carrefour expresa agravios en que la oferta de
un servicio de playa de estacionamiento libre y gratuito carece de efecto vinculante. Y que entre el
titular del automóvil y su parte no existió un vinculo contractual que implique el deber de
seguridad incumplido. Y que la magistrada aquo tuvo por acreditada la sustracción solo por la
declaración del asegurado en la denuncia, sin acompañar otros elementos de prueba.

2da instancia: Establecen que los supermercados son responsables por la sustracción de los
vehículos estacionados en playas de estacionamientos anexas y que siempre que impliquen un
beneficio adicional para empresas que ofrecen bienes o servicios a potenciales consumidores,
parece razonable a la luz de la buena fe, que hay una obligación de seguridad y custodia en virtud
de la relación contractual que los vincula.

La denuncia policial, pruebas acompañadas y la causa penal permite tener por probado el
incumplimiento. Y no es obstáculo para atribuir significación probatoria a la declaración por ser del
asegurado, ya que no se advierte un interés personal susceptible de comprometer la eficacia de la
declaración. En efecto el ha sido indemnizado por la actora lo que demuestra la ausencia de
interés en el resultado del pleito.

Se confirma la sentencia apelada.


Federación Patronal Seguros S.A c/ Cencosud S.A

Primera instancia hacer lugar a la demanda promovida por Federación Patronal contra Cencosud
subrogándose en los derechos de su asegurado, en el pago indemnizatorio que la compañía de
seguros había efectuado ante el hurto del vehículo en la playa de estacionamiento.

La invocada gratuidad del servicio no puede ser alegada como argumento para afirmar la
inexistencia de una obligación de la demandada de custodiar el vehículo que el cliente aparcó en
su playa de estacionamiento.

La demandada apela y se agravia en que Competía a la actora la prueba del estacionamiento del
vehículo y su sustracción de la playa de estacionamiento de la demandada, cuando la única
medida de prueba fue la denuncia policía de sustracción del vehículo la cual no fue corroborada
por ningún otro elemento. No efectuó el reclamo pertinente en el lugar, ni dejo asentado el
mismo. Ni pidió ayuda para ubicar el bien. Por lo cual no quedo acreditado que el haya ido al
Unicenter ese día.

Aunque el testimonio resulte suficiente para que la aseguradora indemnice al asegurado por el
siniestro, no lo es para comprobar la responsabilidad patrimonial de la empresa. Por esto se
revoca la sentencia de primera instancia.
Amanzi, Pablo c/ Banco Itaú Buen Ayre S.A.

Demanda promovida por Amanzi Contra el Banco Itaú. El actor había locado una caja de seguridad
y repentinamente, se vio impedido su acceso a la caja, por haber sido esta forzada por el gerente
del banco, quien había procedido a incautar su contenido.

El banco manifestó que procedió así en virtud de una medida cautelar ordenada por el Juez en lo
contencioso y administrativo. Comunicación enviada por el Banco central, la cual involucraba el
acceso a la caja de seguridad.

El actor alegó que la medida únicamente había ordenado la inhibición general de bienes, lo que no
autorizaba la apertura de su caja de seguridad, lo que violo sus derechos a la intimidad y a la
propiedad privada.

Primera instancia hace lugar a la demanda ya que la medida se limitaba a la anotación de una
inhibición general de bienes y que la apertura de la caja de seguridad había importado un
incumplimiento grosero de sus obligaciones de custodia.

Apelaron ambas partes. El actor por el rechazo de la indemnización en concepto de daño


psicológico. Y la demandada se agravia en que el juez considero incumplido su deber de custodia,
destacando que, una vez cumplida la medida ordenada por el Banco Central, el contenido de la
caja fue puesto a resguardo por el banco.

Segunda instancia afirma que el banco se excedio al forzar la caja ya que en ninguna de las
instrucciones se advierte la autorización, menos aún la orden, de abrir la caja de seguridad y
secuestrar su contenido. Se excedió de las facultades provenientes de la relación contractual con
su cliente, la cual se ve agravada por la profesionalidad de la entidad.

Además se violaron derechos con jerarquía constitucional como el derecho a la intimidad y el art
42 ante una relación de consumo trato digno y equitativo.

. Confirma primera instancia.


O.D.C (Donación)

En una audiencia de divorcio, los cónyuges decidieron donar el único bien inmueble de la sociedad
conyugal a sus hijos menores y a la madre el usufructo, quien en su carácter de representante
legal aceptó la donación. Ahora el padre solicita la revocación de la donación en virtud de la mora
en la ejecución de la obligación de escriturar.

Primera instancia: rechaza la demanda por considerar que no existe donación ya que no se
cumplió la formalidad de la escritura pública. No existía donación que pudiera ser revocada ya. El
demandante Apela la Sentencia.

Segunda instancia: el tribunal tiene en cuenta el caso en particular y decide otorgarle validez a la
donación del inmueble realizada sin escritura pública ya que no se puede dejar sin protección a los
menores que son los perjudicados si se hiciera lo contrario.

Ambos expresaron en la audiencia de divorcio ante el juez la voluntad de donar el inmueble y esto
se sostuvo por lo menos durante 7 años. En ese momento a donación queda perfeccionada.

Corresponde rechazar la revocación de la donación solicitada por uno de los cónyuges, por la mora
en la ejecución de la obligación de escriturar, cuando dicha carga gravitaba sobre ambos. Se
revoca primera instancia.

DISIDENCIA DR. BELLUSCIO:

-La donación sin escritura pública carece de efecto jurídicos, es un acto solemne de solemnidad
absoluta. Correspondía accionar como hizo primera instancia, aplicando las normas, ya que, sino el
tribunal se arroga un papel de legislador, arrasando con la separación de poderes.

-El inmueble no podrá ser inscripto, por tratarse de un “acto inexistente” y de inscribirse, se
pondría de relieve que se ha adquirido un bien por un acto nulo.
Mordasewicz Alejandro c/ Pérez Roxana – Suprema corte de justicia.

Segunda instancia revoco la sentencia de primera e hizo lugar a la demanda de cobro de pesos
intentada. El demandado se interpuso mediante recurso extraordinario.

Cámara baso su pronunciamiento en que el contrato de mutuo puede concretarse verbalmente,


pero requiere prueba por instrumento público o privado de fecha cierta. Salvo que existan
principio de prueba por escrito (principio de prueba instrumental CCYC) donde corresponde al
demandando la carga de probar la inexistencia de causa de la obligación.

Considero que existía principio por escritos representada por los cheques que el actor acompaño a
la causa y cuya autenticidad no fue atacada por la demandada, lo que invierte la carga de la
prueba. Considero que no estaba probado la inexistencia de causa, carga que correspondía a la
parte demandada.

Se alza la vencida invocando la arbitrariedad que implica tener los cheques en poder del actor,
como principio de prueba por escrito y sobre eso sobre la inversión de la carga de la prueba.

Corte suprema: Ante la existencia de principio de prueba por escrito es posible recurrir a otros
medios de prueba, pero esto no autoriza a trasladar la carga de la prueba a la otra parte.

El actor demando el incumplimiento de varios mutuos de dinero y para probarlo presento 42


cheques librados entre abril y junio del mismo año, siendo rechazados varios.

La accionada no negó el libramiento de estos cheques en poder del actor, algunos al portador,
otros que lo indican como beneficiario mientras que otros se extienden a favor de otras terceras
personas determinadas, ni negó su autenticidad. No expide el motivo por el cual los libro,
únicamente rechaza que ellos correspondan al pago o devolución de los prestamos.

Considero los cheques extendidos a favor de Mordasewicz cobran el rol de principio de prueba por
escrito de los mutuos invocados mientras que los librados a terceros no. Los cheques al portador,
estando en manos del actor, esa tenencia, permite que sean considerados como principio de
prueba por escrito.

A es principio de prueba por escrito, se le suman las declaraciones testimoniales, de las que surgen
una relación contractual entre las partes. Y se le agrega un importante indiciario, que consiste en
la falta explicación para el hecho de que el actor tuviera en su poder una cantidad de cheques
librados por la demandada.

De este modo, testimonios e indicios, se complementa la prueba que ya tiene un claro principio
escrito. Corte rechaza el recurso.
Burgos, Inés Nelly c/ Barresi, Sara. Revocación de donación.

Primera instancia rechaza la demanda interpuesta por Burgos contra Barresi por revocación de
donación. Si hace lugar a los daños y prejuicios.

Apelan ambas partes. La actora se agravia en:

1. El rechazo de la revocación de la donación. La demandada le impidió el uso y goce del


inmueble al permitir el ingreso de terceros.
2. Al decidir que las injurias deben ser graves desestimo que la conducta de la
donataria quede comprendida en ellas
3. En la sentencia se interpreta el alcance del usufructo al cincuenta por ciento
indiviso cuando la actora posee el derecho al uso y goce en su totalidad porque es
la única usufructuaria y porque afronto el pago del cien por ciento de los tributos
hasta el presente.
Agravios de la demandada:
1. Por admitirse la indemnización respecto de la supuesta turbación de su usufructo en el
mes de febrero
2. Por los daños y prejuicios por el retiro de dinero de la caja de ahorro. Reconoció que, en
una oportunidad, efectuó un cobro, pero eso no implica que se haya apropiado
indebidamente de esos fondos. El hecho de carecer de recibo – en razón de la confianza –
no significa que no haya dado en mano el dinero a la actora.

Solución del caso: El usufructo es el derecho real de usar y gozar de una cosa, cuya
propiedad pertenece a otro.
El usufructo es indivisible, se constituyó exclusivamente en beneficio de la donante. En
forma simple y pura sin condiciones ni cargos. El usufructo afecta a todo el inmueble, de
modo que no puede parcelarse proporcionalmente al porcentaje que antaño le
correspondía a la donante en carácter de copropietaria del bien donado. Además, cumplió
con sus obligaciones de usufructuaria pagando la totalidad de los tributos. Por el %100 y
no por el %50 correspondiente a la porción que donara.
En este caso, se ha de priorizar, la edad de la donante, su costumbre de habitar el
departamento en épocas de descanso y recreación.
La demandada desconoció los derechos de la donante y menoscabo su dignidad al decidir
de modo unilateral la concesión del uso y goce del inmueble a terceros ajenos a las partes,
interfiriendo en el ejercicio pleno del derecho de usufructo de la actora. Esto configura
una injuria grave. Prueba de ello fue la carta de documento donde se notificaba a la actora
que se abstuviera de ocupar el departamento en el mes de febrero porque iba a estar
ocupado.
La actora fue sorprendida en su buena fe. En la relación de confianza con la accionada.
SENTENCIA:
• Se declara revocada la donación por causal de ingratitud, debiendo la demandada
restituir el inmueble en un plazo de 10 días de quedar firme la sentencia
• Se desestiman los agravios de la parte demandada. No actuó con la
responsabilidad de un buen mandatario. Y nunca acredito que las sumas cobradas hayan
sido entregadas a la actora.

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