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(2006)
Hechos: “Medicus S.A.” se negó a reincorporar a unos contratantes que habían adeudado cuotas, luego de que estos
saldaran la deuda. Estos iniciaron una demanda por daños y perjuicios.
La primera instancia ordenó a la obra social mantener el servicio de la prepaga. La demandada interpuso recurso de
apelación.
Consideró abusivo y contrario a la equidad que una empresa de medicina prepaga sin motivo alguno se haya
negado a reincorporar a los actores en la misma fecha en que pagaron las cuotas que adeudaban.
Los contratos de medicina prepaga son de adhesión y por ello en caso de duda deben interpretarse a favor del
consumidor, dado que sus cláusulas son impuestas por el prestador del servicio en forma de plan o reglamento
general y la única opción a cargo del adherente es aceptar o rechazar dicho plan.
Se debía informar en forma fehaciente la voluntad de resolver el contrato en el caso de dos cuotas consecutivas
impagas. La obra social indicó que intimó a los actores por carta documento, pero éstos negaron la recepción y la
demandada no pudo comprobar el envío de la carta.
Hechos: Biscione demandó a una confitería por daños y perjuicios, luego de haber sufrido lesiones en medio de un robo
al establecimiento, mientras tomaba un café.
La primera instancia rechazó la demanda entablada por entender configurado en la ocasión del caso fortuito dado lo
irresistible del accionar de los malvivientes, invocado como eximente de responsabilidad.
No existe norma alguna que obligue a la confitería a contratar seguridad privada, que, además, no está habilitada a
portar armas de fuego, que podría generar un daño mayor al que se busca evitar.
Constituyen funciones básicas e indelegables del Estado velar por la educación, la seguridad, la salud y la justicia, y
ningún funcionario ni magistrado puede relevar al Estado del cumplimiento de tales funciones.
Los ciudadanos debemos sufrir de igual modo las “cargas públicas
Adhiere al caso fortuito como eximente de responsabilidad de la confitería.
Cuestiona la actitud de la actora por haberse enfrentado a los delincuentes, ya que los alteró y eso pudo llevar al
resultado de las lesiones que sufrió.
Hechos: Mussa inicia demanda por daños y perjuicios contra Ideas del Sur, luego de que estos no cumplieran con la
promesa que hicieron al aire en un programa en vivo de contratarla al año siguiente para formar parte del staff del ciclo
televiso, como premio por un concurso ganado por la actora.
En primera instancia se hace lugar a la demanda, y se condena a Ideas del Sur y a Marcelo Tinelli a abonarle la suma de
$47.500.
La actora por las sumas fijadas por lucro cesante y daño moral, por el rechazo de su reclamo en concepto de
pérdida de chance y gastos, y por la fecha a partir de la cual se computarán los intereses.
Los demandados lo hacen por la responsabilidad que se les ha atribuido, y por la admisión y cuantía del lucro
cesante y daño moral. Señalan que ellos no se habían comprometido a contratarla, sino a brindarle la oportunidad
de que se presentara en algún programa del año siguiente.
La primera instancia rechaza la demanda. El actor apela: Sostiene que no se tuvo en cuenta los informes de la Dirección
General de Cultura y Educación de la Provincia, y no se aplicó la ley de defensa al consumidor.
El contrato de educación integra la esfera regida por la ley de defensa al consumidor, y uno de sus puntos
principales es el derecho a la publicidad. El establecimiento debía brindar toda la información adecuada sobre el
servicio que prestaba, incluyendo si el título que expide era o no oficial. Si el actor hubiese conocido este dato, se
hubiese podido replantear si iba a cursar sus estudios en ese establecimiento o no.
La carga de la prueba recae sobre el establecimiento educativo, y no sobre el actor, porque la interpretación del
contrato debe hacerse en favor del consumidor, que es considerada la parte más débil de ese contrato.
Se había violado la normativa de la Dirección General de Escuelas de la Provincia.
El actor no pudo demostrar con eficacia que la falta de diploma oficial le haya restringido su acceso al mercado de
trabajo, es decir, la medida de chance frustrada, por lo tanto, no corresponde el daño emergente como podría ser
el reintegro de las cuotas abonadas en esos años que estudió en el establecimiento.
Se acepta el daño moral, porque se generó una expectativa en el actor que luego fue frustrada, y se tiene en cuenta
la masividad de ese contrato de educación. Se fija el daño moral en $3.000.
Hechos: Cesión de derechos hereditarios que tiene por beneficiaria a la recurrente (viuda del causante, siendo la parte
cedente Federico Scandar. Hijo del causante del matrimonio anterior). El objeto es un Fiat Duna que supone la totalidad
del acervo hereditario.
El acto se concretó mediante convenio, habiendo declarado el cesionario la suma de $700 como contraprestación.
1ra Instancia resuelve no hacer lugar a lo peticionado entendiendo que por regla, el acto debe ser efectuado por
escritura pública. Contra ella se alza la recurrente.
La sentencia apelada resuelve no hacer lugar a lo peticionado entendiendo que, por regla, el acto debe ser efectuado
por escritura pública.
La llamada cesión de derechos hereditarios ha recaído sobre un bien concreto y determinado, y no sobre la
universalidad de la herencia o sobre una parte alícuota de la misma.
El acuerdo, celebrado entre coherederos capaces y mayores de edad -no involucrando a hijos menores- está
dirigido a facilitar la partición del automotor que constituye el único bien del sucesorio.
Resultan aplicables las reglas de la partición judicial que no requiere la forma de escritura pública para su
perfeccionamiento, sino un acta judicial.
La publicidad respecto a terceros de habrá de cumplir con la inscripción correspondiente en el Registro de la
Propiedad Automotor.
La cámara revoca la sentencia apelada, y ordena que se cite a las partes intervinientes para ratificar el convenio.
Sin costas atento la falta de contradictor.
La sentencia de la primera instancia admitió parcialmente la demanda promovida por Bunker Diseños S.A. Se condenó a
IBM Argentina S.A. a pagarle a la actora la suma de catorce mil trescientos pesos, en concepto de daño material con más
sus intereses, rechazando el resarcimiento por daño moral.
La primera instancia concluyó que:
Pese a que no medió incumplimiento contractual por parte de IBM, sí se rompieron bruscamente las tratativas
después de haber sido confirmada la fabricación de los gabinetes por medio de los correos electrónicos atribuidos
al mencionado Galache, configurándose entonces un supuesto de responsabilidad precontractual, en razón de la
intempestiva interrupción de los preliminares aun cuando no se habían concretado todavía en una oferta definitiva
pues se realizaron trabajos preparatorios con la autorización expresa o tácita de la otra parte.
Bunker utiliza correos electrónicos con empleados de IBM para probar las tratativas precontractuales. El valor
probatorio del correo electrónico ocupa un lugar preeminente a partir de la vigencia de la ley 25.506.
En los documentos con firma digital su valor probatorio es equiparable al de los instrumentos privados, y se
presume la autoría e integridad del mensaje.
Aunque por no estar firmados no alcancen la categoría de documento privado es admisible su presentación en
juicio para probar un contrato siempre que emanen del adversario, hagan verosímil el hecho litigioso y que las
restantes pruebas examinadas a la luz de la sana crítica corroboren su autenticidad.
El resarcimiento en los supuestos de responsabilidad precontractual debe limitarse solo a la reparación del daño al
interés negativo, pues como es lógico esta responsabilidad deberá ser menos intensa que la contractual. Debe
dejarse al contratante dañado en la misma situación en que estaría de no haberse realizado las tratativas que
condujeron al negocio frustrado.
Se confirmó la sentencia apelada y se fijó en $14.300 el resarcimiento por daño material. Se explicó que esa suma la
obtenía de detraer un veinte por ciento de su valor al precio unitario pagado por la demandada en agosto de 2001
($715) y luego multiplicar el resultado de esa operación por la cantidad de unidades fabricadas para IBM.