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CENTRO DE ESTUDIOS SUPERIORES

MÉXICO AMERICANO

ENDOCRINOLOGÍA I

GRUPO 3° A

ENFERMEDAD DE GRAVES BASEDOW

ASESOR: DR. OSCAR ARTURO URIBARREN

HÉCTOR L. BARRERA SALMERÓN

MARZO 2023
ENFERMEDAD DE GRAVES

La enfermedad de Graves es la causa más frecuente de hipertiroidismo


endógeno y se caracteriza por tres manifestaciones:
 Tirotoxicosis, provocada por un agrandamiento difuso y una glándula
tiroidea hiperfuncional.
 Aproximadamente en un 40% de los pacientes existe una oftalmopatía
infiltrante con el exoftalmos consecuente.
 En una minoría de los casos se presenta una dermopatía infiltrante
localizada (en ocasiones denominada mixedema pretibial).

La incidencia de la enfermedad de Graves es mayor entre los 20 y 40 años, y


afecta a las mujeres en una relación de 7 a 1 con respecto a los hombres. Los
factores genéticos son importantes en la enfermedad de Graves, ya que la
frecuencia aumenta en los familiares de los pacientes afectados y la tasa de
concordancia en gemelos monocigóticos es de hasta el 60%. Igual que sucede en
otros trastornos autoinmunitarios, la susceptibilidad genética a presentar
enfermedad de Graves se asocia a la presencia de determinados haplotipos del
antígeno leucocítico humano (HLA), en especial HLA-DR3, y de polimorfismos de
genes cuyos productos regulan las respuestas de los linfocitos T, como el receptor
inhibidor de linfocitos T CTLA-4 y la tirosina fosfatasa PTPN22.

PATOGENIA

Varias manifestaciones de esta enfermedad se deben a autoanticuerpos frente


al receptor de TSH, que se une a las células foliculares tiroideas y las estimulan
independientemente de las hormonas trópicas endógenas. En la enfermedad de
Graves se producen múltiples autoanticuerpos como son:
 Inmunoglobulina tiroestimulante (TSI). Este anticuerpo IgG se une al
receptor de TSH y simula la acción de TSH, estimulando de esta manera la
adenilato ciclasa, con lo que se aumenta la liberación de hormonas
tiroideas. Casi todas las personas con enfermedad de Graves tienen
elevadas concentraciones de este anticuerpo que es detectable en sangre y
es relativamente específico de este trastorno.
 Inmunoglobulinas estimulantes del crecimiento de la glándula tiroidea.
También se dirigen al receptor de TSH. Se piensa que la implicación de
estos anticuerpos tiene que ver con la proliferación del epitelio folicular
tiroideo.
 Inmunoglobulinas inhibidoras de la unión a TSH. Estos anticuerpos
antirreceptor de TSH impiden la unión de la TSH a su receptor en las
células epiteliales tiroideas y, con ello, es posible que inhiban la función
celular tiroidea. La presencia simultanea de inmunoglobulinas estimulantes
e inhibidoras en el suero del paciente puede dar razón del porque algunos
pacientes desarrollan episodios de hipotiroidismo.

Así mismo, está implicado un fenómeno autoinmunitario mediado por linfocitos


T en el desarrollo de la oftalmopatía infiltrante
donde aumenta el volumen del tejido conjuntivo retroorbitario y de los músculos
extraoculares debido a; 1) una importante infiltración del espacio retroorbitario por
células mononucleares principalmente linfocitos T; 2) el edema y la tumefacción
inflamatoria de los músculos extraoculares; 3) la acumulación de componentes de
la matriz extracelular, especialmente glucosaminoglucanos hidrófilos como el ácido
hialurónico y el sulfato de condroitina, y 4) el aumento del número de adipocitos
(infiltración grasa). Estos cambios desplazan el globo ocular hacia adelante y
pueden interferir en la función de los músculos extraoculares

MORFOLOGÍA

En enfermedad de Graves típica, la glándula tiroidea está agrandada (en forma


simétrica) por la presencia de hipertrofia e hiperplasia difusas de sus células
epiteliales foliculares. Por lo general, la glándula es blanda y suave, y su cápsula
está intacta. Microscópicamente en casos no tratados, las células epiteliales
foliculares son altas, cilíndricas y más numerosas de lo normal. Este
apelotamiento frecuentemente produce formación de pequeñas papilas que se
proyectan hacia la luz folicular. Estas papilas carecen de ejes fibrovasculares
comparadas con las de los carcinomas papilares. El coloide dentro de la luz
folicular es pálido y con bordes festoneados. El intersticio muestra infiltrados
linfoides constituidos primordialmente, por linfocitos T, pocos linfocitos B y células
plasmáticas maduras; los centros germinales son frecuentes.
Entre los cambios de los líquidos extratiroideos se presenta una hiperplasia
linfoide generalizada. En sujetos con oftalmopatía, los tejidos de la órbita están
edematosos, por la presencia de glucasaminoglucanos hidrófilos. Además, existe
una infiltración de linfocitos T. Los músculos de la órbita están edematosos
inicialmente, pero después sufren una fibrosis en la evolución de la enfermedad.
La dermopatía si está presente, se caracteriza por un engrosamiento de la dermis,
resultado del depósito de glucoaminoglucanos e infiltración linfocítica.

SINTOMAS DE HIPERTIROIDISMO

 Estado de gran exitabilidad


 Intolerancia al calor
 Aumento de la sudoración
 Adelgazamiento débil o extremo (en ocasiones hasta 45 Kg)
 Grado variable de diarrea
 Debilidad muscular
 Nerviosismo u otros trastornos psíquicos
 Fatiga extrema e incapacidad para conciliar el sueño
 Temblor de manos
En aproximadamente la tercera parte de los casos se observa un grado notable
de exoftalmos que a veces se agrava hasta que la prominencia de los globos
oculares provoca un estiramiento del nervio óptico, con daños para la visión. Con
mayor frecuencia, las alteraciones oculares se deben a que los párpados no se
cierran por completo cuando la persona parpadea o duerme. El resultado es que la
superficie epitelial se seca e irrita y a menudo se infecta, facilitando la ulceración
de la córnea.
La causa de la protrusión ocular es una tumefacción edematosa de los tejidos
retroorbitarios y diversas lesiones degenerativas de los músculos extraoculares.
En la sangre de la mayorá de los pacientes se detectan inmunoglobulinas que
reaccionan con estos músculos oculares. La concentración de estas
inmunoglobulinas es más elevada en las personas con cifras altas de TSI. Por
tanto, hay indicios de que el exoftalmos, al igual que el hipertiroidismo, es un
proceso autoinmunitario. El exoftalmos suele mejorar bastante con el tratamiento
del hipertiroidismo.
REFERENCIAS CONSULTADAS

Guyton y Hall
Tratado de fisiología Médica
Ed. ELSEVIER 2016 España 12° edición
Pags. 960, 961

Robbins
Patología Humana
Ed. ELSEVIER 2018 España 10° edición
Pags. 760-762

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