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Después del propedéutico por fin llegó el día de conocer el salón y a mis compañeras.
Éramos alrededor de 35 personas. Recuerdo que me senté al lado de una chica y
comenzamos a ser amigas. Las primeras semanas fueron lindas, hacíamos trabajos
prácticos en grupos y teníamos que exponer. Siempre fui muy tímida, y en el
secundario no trabajábamos tanto la oralidad, así que poder desenvolverme me costó
bastante.
Fue un año muy lindo ya que de a poco fui conociendo a más personas y me hice
compañera de dos Gisela y Macarena que hoy son mis mejores amigas.
Una vez terminado el cursado tenía que rendir finales. El primero fue Problemáticas
Contemporáneas de la Educación Inicial. Recuerdo que saqué un 3 y estaba re feliz.
Mi segundo final fue Taller de Práctica I ya que solo la había regularizado. Pero salí
mal en el examen y eso me desanimó un poco.
En el 2016 no rendí ningún final en el período febrero- marzo lo que llevó a que tenga
que recursar cuatro asignaturas: Taller de Práctica I, Sociología, Ambiente y sociedad,
y Área Estético Expresivo I.
Ese año me dediqué a las materias que debía recursar y decidí cursar 5 materias de
segundo año: Filosofía de la Educación, Conocimiento y Educación, Matemática y su
Didáctica I, Sujeto de la Educación Inicial, y Didáctica de la Educación Inicial I, también
me había anotado a Didáctica General pero a los dos meses la dejé para cursarla
recién al año próximo, ya que era una materia larga.
Noté que estaba comprometida con la carrera: comencé a estudiar más, aprobaba con
buenas notas los trabajos prácticos y parciales. Fue un año muy lindo donde regularicé
todas las materias.
En el 2017 me dediqué a cursar las materias que me quedaban de segundo año que
eran solamente 5. Conocí personas increíbles que se volvieron mis amigas: Micaela,
Eliana y Rosalía. Me acompañaron durante todo el año.
A principios del 2018 me dediqué a rendir algunas materias que eran correlativas con
el Taller de Práctica III, pero hubo una que no me presenté. Lo que llevó a que ese
año tuviera que rendir una mesa especial. Comencé el cursado con mis compañeras y
conocí a Marilim que con el tiempo fuimos siendo muy amigas. Ella hacía algunas
materias de tercer año.
Ese año me anoté a todas las materias pero el Taller de Práctica III lo cursé
condicionado ya que tenía sacar un final de primer año: Historia Argentina y
Latinoamericana en mesa especial.
En mayo la rendí y pude aprobarla. Estaba muy contenta porque así iba a poder
realizar mis ansiadas Prácticas de Ensayo.
Ese mismo mes nos avisaron que comenzábamos las prácticas. Eran dos semanas de
observación participativa (10 días), y dos semanas de prácticas (10 días). Los días
previos a comenzar sentí nervios y ansiedad. Me tocó una sala de 5 años de la
Escuela Particular Incorporada N°1150 “General Manuel Obligado”.
Las dos semanas que practique me sentí muy feliz y acompañada por mi docente co-
formadora. Me tocó planificar “El día del Padre” y “Día de la Bandera”.
Fue una experiencia muy enriquecedora en mi formación docente. Cada vez estaba
más segura que ser docente de Nivel Inicial era lo que realmente quería.
Durante el año 2019, desde la unidad curricular Taller de Práctica IV del Profesorado
de Educación Inicial surge la propuesta de realizar Observaciones Participativas
durante el periodo de integración de las salas de tres años, período que inicia en
Marzo en los Jardines de Infantes, previo al comienzo de las clases del Profesorado.
En esa instancia estaba en período de mesas de exámenes y debía sacar cuatro para
poder realizar las residencias. Por suerte pude estudiar y aprobarlas a todas.
Comencé el cursado del último año de la carrera y estaba muy emocionada de estar
tan cerca de la meta. Solo éramos 3 alumnas cursando las materias: Micaela, Eliana y
yo.
El grupo era muy inquieto y me costaba mucho captar su atención. A la hora de bailar
solo algunos lo hacían, mientras que otros se quedaban sentados o tocando otras
cosas. También me costaba el manejo de recursos en la sala de 3.
Por estos motivos las profesoras de práctica me propusieron suspender dicho período
para poder reforzar aquellas cuestiones que me estaban costando. Me sentí muy triste
por varios días pero mi familia y las profesoras me brindaron apoyo.
El grupo en general era un poco inquieto pero ordenado. Le hacían caso a la docente,
y tenían bien marcado los hábitos y los momentos. Me sentí muy cómoda, logré un
hermoso vínculo con ellos y con la maestra. Terminada esta instancia me sentí muy
feliz ya que aprendí cosas nuevas gracias a la observación y a los consejos brindados.
Durante los primeros meses realizamos trabajos prácticos y puesta en común de los
mismos.
En el mes de junio las profesoras del Taller de Práctica IV me informaron que iba a
poder realizar mis Prácticas de Residencias de manera virtual en una sala de 5 años.
Los días previos a comenzar me sentí muy nerviosa ya que esa modalidad era nueva
para mí. Debía realizar 15 intervenciones pedagógicas.
Planifiqué junto a mi compañera Lucía que estaba haciendo sus Prácticas de Ensayo
en una de las sala de 5 años de la misma institución. Gracias a eso nos hicimos muy
amigas y trabajamos en equipo.
La docente co-formadora fue guiando cada uno de mis pasos. Al pasar los días me fui
sintiendo más segura y disfrute mucho abordar los temas con los niños.