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CORRIENTES PSICOLÓGICAS

CONTEMPORÁNEAS

2º Psicología
Profesor: JULIO SOTELO
UNIDAD 1

Un enfoque metateórico sobre las teorías psicológicas.


Aportes de la filosofía a la construcción de teorías psicológicas. Métodos en psicología.
Teoría vs. Matriz disciplinar. “Formas de ver”. Funciones de una teoría: descripción,
explicación, aplicación.

BIBLIOGRAFÍA.

ƒ Carpintero, Historia de las ideas psicológicas, Cap. 1 (pp 21-27), Cap. 2 y Cap. 3.
ƒ Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, Posdata de 1969, puntos 2, 3 y
4.
HELIO CARPINTERO
CATEDRÁTICO DE PSICOLOGÍA BÁSICA
DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

Ediciones Pirámide, S. A. - Madrid

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20 Pióloao

están en mi quehacer de muchos años como profesor de estos temas; en la experiencia


que he tenido del modo como muchas promociones de estudiantes han entendido estas
La historia de la ciencia
cuestiones, en las aulas y fuera de ellas, y, finalmente, en la discusión continuada que
lie mantenido con mis colaboradores, compañeros, y colegas que estudian, investigan
y se interesan por la historia de la psicología.
Mención especial merece el profesor J. Brozek, que puso a mi disposición su gran
saber, sus recursos y los de la Universidad de Lehigh en Bethlehem (USA) con la
mayor generosidad, durante el verano de! pasado año.
Y, en fin, mi gratitud a mí colaboradora Faiiia Herrero, que ha asumido con increí-
ble eficacia y competencia la tarea de la edición compútarizada del libro. Ello ha hecho
posibles las adiciones y cambios que ahora presenta, incluidos sus índices, mediante
los cuales he tratado de poner e! libro a la altura del tiempo présenle.
Desearía haber acertado en la labor, y dejar asi en las manos de los que se intere-
san por la historia de la psicología un instrumento útil, preciso, informativo, donde
resulta todavía posible oír las voces mismas de sus protagonistas. La psicología como ciencia

Madrid, enero de 1996. La psicología del siglo XX es una ciencia en expansión. No se sabe bien dónde
están sus líirníesTEiiTnréTTten'eñoTqljS^í'arecen propToTüe"!ybiología7Tá~fisTo 1 ogía o
Tá~rjítsqüírnica; por otro extremo enlaza con la sociolqgíajjajmtropo!o°!aíJa.JÍngÍh'sti-
Ga;.hoy..está_muy relacionada con las ciencias cíe la computación.
• Como veremos, son"müchos los psicólogos qlteTuesííol?añ*Ia unidad de esta ciencia,
proponiendo distintas soluciones. En buena medida es verdad que carece de un cuerpo
teórico que integre en un sistema único todas las cuestiones concretas. Hay orientacio-
nes teóricas y prácticas muy diversas, con lenguajes que no son absolutamente idénticos.
A pesar de todo, hay una conciencia de unidad entre los profesionales que la cultivan.
Esto hace de ellos un grupo social delimitado por ciertos rasgos, y les permite conside-
rar su campo de trabajo como un área de conocimiento definida y bien diferenciada.
Esa unidad se funda en dos puntos:

La psicología se considera como una ciencia empírica, positiva, que utiliza e!


método científico para obtener sus conocimientos.
2. Su objeto de estudio está integrado por fenómenos empíricos, positivos, que
constituyen la experiencia y el comportamiento de los organismos vivos, parti-
cularmente de los seres humanos. \s aspectos ocupan un lugar central en la image

logos de nuestro tiempo, aunque no falten voces discordantes en el conjunto (Rosenz-


weig, 1992).
Además, cabe considerar la existencia de un tercer factor unificador, que sería
la propia historia de la psicología. Los saberes que forman esta ciencia han llegado a la
situación presente a través de una serie de pasos que constituyen su historia, gracias
a los cuales se ha adquirido la diversidad de técnicas y de orientaciones que hoy existen.
AI interpretar la psicología como ciencia se ha tendido también a afirmar, más o
menos claramente, dos tesis complementarias.
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22 Historia üs las itíess psicológicas La historia de la ciencia 23

La primera es que la psicologia-ya,na-tmT^rj^p_;iite_deJaJiIosofía, frente a la cual Sin embargo, en los últimos años la condición histórica de la ciencia, como la de
habría logrado una iota! independencia. Esta idea está re ¡ación acia"" con el hecho de todo lo que hace el hombre, se ha vuelto cada vez más evidente para los investigadores
haber existido durante siglos una psicología que estaba incluida dentro del conjunto de y teóricos de la ciencia misma, enfrentados con la cuestión desde diversos ángulos. Se
saberes propios de la filosofía, como ocurre, por ejemplo, en la Escolástica. Precisa- ha ido imponiendo la idea de que la ciencia es una construcción humana, y por eso mis-
mente es esta situación contra la que se revolvieron los iniciadores de la psicología mo es algo histórico y social, como lo ha puesto de relieve la filosofía contemporánea,
como ciencia en el siglo xix. de Dilthey a Onega.
La_segjinda es que la psicología, por su método, comcirLe_Qüi.L£Lr£Sto,de-las-cÍen-
ci as-empíricas. C'orño'ial,.rjroc,[iraTcoifs.truÜlV)n.cuenp.a.teórico d_e_o^nüizacjonesjr^fe-
rídas a panirdel análisis de.ciertosjiechgsj.de esas hipótesis deduce consecuencias que Cambio histórico, paradigmas y psicología
'pueden probarse empj'n^arnejue; aplica, cuando ellp~¿s!pQ5ͧ'!Ol^íí§QnifiíÜ£Ly1 cuan- En gran medida, es un logro que solemos hoy todos atribuir a Thomas Kuhn el
ÍPJ}01.ajguna.fprnia_.yá]ida,de.comprobación quepen]i¿LaJ^verificacip4jji.fiiJsadónde haber difundido el convencimiento de que las construcciones teóricas de la ciencia son
la teoría. Sigue abierta la cuestión de si su lugar está con las ciencias biológicas o las esencialmente un producto humano histórico.
ciencias sociales. Probablemente hay que situarla entre ambos grupos. Como en nues- -• / Kuhn (Kuhn, 1971) ha desarrollado la idea de que en la historia de la ciencia
tro tiempo cada vez tienen más importancia las cuestiones interdisciplínares, esa posi- encont?alTiOs-una-süeesión-de*paradigrnasr'Estos-son--ínDí/fi/É)j'^ds--inteipretación de
ción representa sin duda un elemento.más de Ínteres para su estudio y desarrollo. fenómenos, que son compartidos por un grupo o una comunidad de investigadores, y
Ebbinghaus dijo de la psicología que tenía un largo pasado y una breve historia. Se que dejan abiertos ciertos problemas para su ulterior elaboración, o lo que es igual, que
refería de este modo a la contraposición entre su larga etapa filosófica y la más recien- sus posibilidades como modelo no están agotadas. Se comparte una serie de elemen-
te de índole ciemífica. Ebbinghaus decía eso en 1910 (Ebbinghaus, 1910, 1); hoy quizá tos. Entre éstos se incluye un problema o caso resuelto que funciona como modelo
ya no sea tan cieno como lo fue en su momento. Lo interesante es que la psicología, de solución de cuestiones teóricas, una serie de conceptos generales, términos simbó-
como las demás ciencias, como todo lo humano, tiene una dimensión histórica, que es licos, valores,-tecnologías, que Forman lo que se ha llamado una «matriz disciplinar»
la que aquí vamos a examinar. (Kuhn, 1979).
/•Mientras un paradigma está en vigor, hay continuos incrementos de detalle y
ampliaciones de contenido, constituyendo esíe proceso un caso de «ciencia normal».
-L-a-historicidaci^eJajrterjcia Sin embargo, en ciertos momentos aparecen mutaciones o cambios del modelo: son las
«revoluciones científicas» en las cuales se procede a sustituir un modelo o «paradig-
Las^cjencias empíricas son saberes cqncepjuales que se ocupan de] conocimiento ma» viejo, incapaz de dar razón de algún hecho descubierto, por otro nuevo. En gene-
de las leyes que rigjm josjra^iojíj^da^roj^^ ral, este último es independiente y ajeno al anterior, pues, como han notado muchos
cisarhen7é^o7 eso"su punto de partida está en la observación y registro de los hechos autores, no hay un camino lógico que lleve de uno a otro y
concretos, y su término está en la formulación de hipótesis de carácter general que pue- Las tesis de Kuhn, discutidas y, para muchos, superadas (Barkery Gholson, 1984)
dan verificarse o falsarse mediante oíros hechos. han tenido la virtud de fomenrar la reflexión en torno a estos problemas. Su idea de la
Augusto Comte (1798-1857), recogiendo ideas que ya expuso en el comienzo de la existencia de modelos o paradigmas ha hecho comprensible a los ojos de todos el
edad moderna el canciller inglés SírFrancis Bacon (1561-1626), estableció las funcio- carácter histórico del pensamiento científico; su idea de que se van sustituyendo unos
nes de la ciencia en una fórmula sintética: «ciencia, de donde previsión; previsión, de por otros ha hecho perceptible el carácter temporal que tienen todas las hipótesis e
donde acción». Son, pues, tres las funciones fundamentales: conocimiento, predicción interpretaciones en ciencia.
y aplicación técnica (poder). Es, pues, im saber que hace posible una intervención Al intentar aplicar estos conceptos tanto a la psicología, como a otras ciencias
humana sobre los mismos fenómenos que estudia (Comte, 1907, 35). sociales, han empezado a aparecer desajustes e inadecuaciones (Gholson y Barker,
En síntesis, toda_ciencia cj^]í¡j^^jjkim jado Jiec_hos^de_gtro, proposiciones más o 19S5). En psicología, en efecto hay una gran pluralidad de doctrinas, y falta desde lue-
menos generales_c_Qa.qü&.referir-se- a_es os.hechos^.Losjiechos~so¡r«actüa 1 es»¡"pueden go mía si5cT3élial¡cróñ^igorosa-^ fór-
^J-iUHüÜHiíi-^L:;^ muíasTqÜe p'é"rffu'ta"n"üri"m"ejbr acomodo a los datos de este campo"."Ha 'fiafifdo quienes,
miento.aparentemente-ajeno^l-rienipO'históricor-Se-suele-coiisiderar^com.ojHsjórico cornó"Palermo"(Pálérmo', 197T}~h~áñ~~creído posiB¡e~mtéfpretar el estructuralismo de
aigñ.qiiaestá..referido-eseneia!meme-a-un- tiempo"tietemiinado^que:,ocun-ió. una vez y Wuuclt y el conductismo como dos paradigmas bien definidos. La mayoría, sin embar-
nopuede-volver-a-dar-se-.4En.consecue;ncia, se_.opondnan la ciencia y la historia" al serla go, no ve así las cosas. Algunos han hablado de que estos conocimientos estarían en
primera un saber. de..lo..repetib!e, rm"eritras^ueJ^eguj}da^wXTiQlL"^?'9^c'óii de lo una situación preparadigmática, sin llegar a tener unidad teórica básica (Warren,
irrepetible. 1971), o tal vez multiparadigmática (Caparros, ¡978), existiendo simultáneamente
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24 Historia de las ¡deas psicológicas

modelos teóricos diferentes. Como R. I. Watson escribió, «o bien el primer paradigma cas como «artefactos sociales, producto de intercambios entre individuos que han
de la psicología no lia sido descubierto todavía, o bien todavía no ha sido reconocido acontecido históricamente» (Gergen, 1985, 267).
como tal» (Watson, 1961) Como dice Pinilíos, «el método manejado por la psicología naturalista no agota Lis
i La reflexión epistemológica, por lo demás, no se ha detenido en estos años recien- posibilidades de la racionalidad científica» (Pinillos, 1980); de varias formas, e impul-
tes. fCuhn fue criticado por ofrecer un concepto de paradigma poco riguroso (Master- sados por motivos convergentes, los teóricos de la ciencia han progresado en ia línea
man, 1970). Otros conceptos han ido apareciendo en su lugar] Imre Laicatos (I97S) ha del reconocimiento de la historicidad de aquélla.
propuesto ver el desarrollo científico como el resultado del avance de una serie de
«programas de investigación», que pueden ser varios y coexistir juntos, cada uno con Dimensiones históricas de la ciencia
un núcleo teórico propio y unas hipótesis periféricas que van resolviendo las dificulta-
des y haciendo avanzar el conocimiento. Laudan (1-9SI), por su pane, ha hablado de la A la altura de nuestro tiempo, parece claro que in ciencia es histórica, por lo menos,
existencia de Familias de teorías, que formarían una tradición de investigación, dentro en tres sentidos, cada uno de los cuales es complementario de los otros.
de la cual cabrían cambios conceptuales y variaciones que permitirían una interpreta- En primer lugar, toda ciencia implica un progreso de! conocimiento sobre un deter-
ción más flexible de la evolución del pensamiento (Barker y Ghoison, 1984). minado objeto. La investigación va acumulando información que se suma a ia que se
(En el campo de la psicología es evidente que hmi existido grandes períodos o eta- posee. A lo largo del tiempo, la ciencia se enriquece por adición: ésta es ya un;í forma
pas relacionados entre sí de forma evolutiva, y sometidos a una interacción dialéctica del cambio, que se corresponde bastante bien con el concepto kuhniano del progreso
(Buss, 1979). Además, dentro del período contemporáneo, hay unas escuelas o mode- dentro de un período de ciencia «normal».
los teóricos que exigen ser contemplados según un esquema complejo y flexible de En segundo lugar, la ciencia sustituye explicaciones heredadas, insuficientes, por
interpretación, lo que hace de su historia un caso singular. otras más perfectas. Ocurre en ocasiones que la imagen que se posee de un campo
de fenómenos se transforma de raíz; así ocurrió con la aparición de la astronomía de
Copémico, la del evolucionismo en biología, o la de la teoría de la relatividad, entre
Psicología y ciencia positivista otros casos. Son cambios a los que se refiere Kuhn como «revoluciones», que produ-
(La aproximación de la psicología hacia una visión histórica del saber científico cen una efectiva sustitución de unas teorías por otras; ésta es una variación por sustitu-
ha estado propiciada por los cambios que han tenido lugar en el campo de la propia ción, una mutación de «paradigma» o modelo conceptual.
epistemología. Junto a la influencia de las ideas de Kuhn y de sus críticos hay En lercer lugar, la ciencia es histórica porque en ella el pasado, condensado en for-
además que anotar el efecto de otros impulsos que provienen de la reciente filosofía ma ríe usos mentales, interpretaciones, lenguaje, presiones e intereses que existen
de la ciencia, y que están afectando profundamente a¡ conocimiento psicológico socialmente en la actualidad, determina las posibilidades rigurosamente científicas.
(Pinilios,! 980)j Se ha dicho que «la posibilidad es la forma misma de la realidad histórica» (Marías,
/La concepción positivista de la ciencia supone que ésta consistiría en una serie de 1947, 79); en esie sentido, la ciencia consiste en ser un sistema de posibilidades cog-
generalizaciones que se obtienen por un proceso de inducción que ejecuta e! científico nicívas y operativas que el hombre posee en forma social y que se va modificando en
a partir de la,observación de puros datos, y que esos datos pueden validar o faísar, sin función del tiempo histórico. Esta forma de historicidad se refiere, pues, al condicio-
más, la teoríal namiento que ejercen unos sistemas conceptuales e. interpretativos respecto de las líne-
En cambio, la posición más reciente ha subrayado que la elección de una construc- as de desarrollo posterior. Cada teoría tiene unas posibilidades y unas limitaciones tan-
ción científica en lugar de otra no es nunca el resultado de una pura selección mecáni- to en su sentido explicativo como operativo y, en cada caso, o en cada tiempo, los
ca/Por una parte, las teorías no están completamente determinadas por los datos, y a la sucesivos investigadores están condicionados por el marco intelectual que crea el sis-
hora de seleccionar una entre varias posibles entra en juego una serie de valores episté- tema de ¡deas dentro del cual se están moviendo.
micos (como la fertilidad de la teoría, su poder unificador...) que están más allá de los
datos mismos (Howard, 1985). Además, los datos no son nunca datos puros, sino que La ciencia como organización
son resultados de unas observaciones, que en el momento de ser hechas ya estaban
influidas por una determinada línea teórica desde la cual han sido realizadas. En cier- La condición histórica de la ciencia queda evidenciada por el hecho de la naturale-
to sentido los 'datos' dependen de la teoría (Brown, 1977; Jones. 1994); es siempre una za social del conocimiento. Como sistema cognitivo y operativo, la ciencia es un pro-
previa hipótesis lo que mueve a observar determinados fenómenos, y a buscar ciertas ducto humano, influido por las creencias, las necesidades y exigencias de cada época
conexiones y perspectivas, y son ciertos'valores, expectativas y cosmovisiones los que (Danziger, 1993). Es un producto que explotan y del que se benefician cuan tos ejercen
en gran medida van moldeando el proceso de construcción de la teoría (Overton, profesionalrnente actividades relacionadas con ella. Es también algo que adquieren
1984). Desde la reciente perspectiva epistemológica se llega a ver las teorías científi- quienes comienzan aprendiéndola y luego son capaces de hacerla avanzar solucionan-

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26 Historia efe las idsas psicológicas La historia de la ciencia 27

do los problemas pendientes y poniendo esas soluciones a disposición de la comunidad en nuestros días, está indisolublemente vinculada con la práctica. Los sistemas de
científica. Más en general, es un sistema social que vehicula la producción de conoci- comunicación entre científicos, tanto .formal como informal (revistas, congresos, semi-
miento (Campbell, 1988). Las presiones sociales, la importancia de determinadas apli- narios, etc.) hacen posible la existencia de un saber público, intersubjetivo, cuyos
caciones para el poder político o para la industria, o los-grupos sociales, interfiere y logros son repetibles y replicables por otros grupos una vez que son conocidos los
condiciona sti marcha. Tanto interna como externamente la ciencia es una realidad datos iniciales y el camino metodológico seguido.
histórica, internamente, porque sus hipótesis, y los fenómenos observados en función Esta concepción organizacional. entre oirás cosas, hace posible estudiar esos dife-
de esas hipótesis, dependen del nivel histórico en que son considerados; externamente, rentes elementos a través de indicadores que aparecen en el conjunto de la información
porque la relación que media entre la ciencia y la sociedad es una relación variable que publicada. De este modo el análisis de ésta arroja luz sobre la estructura de un campo
sólo se puede determinar en la historia (Van Strien, 1 993). científico determinado. La literatura científica hace posible conocer no sólo las teorías,
Un modo de interpretar ese sistema de tensiones y fuerzas que regulan la produc- sino los aspectos sociales de! quehacer científico (Carpintero y Peiró, 1981). La reali-
ción científica consiste en ver la realidad de la ciencia moderna como una organización dad de la ciencia incluye, de un lado, los productos teóricos obtenidos; de otro, los fac-
amplía, peculiar, pero sumamente eficaz, destinada a producir conocimiento (Sklaír ' tores institucionales, que hacen posible la producción, la publicación y la difusión de
1977; Carpintero y Peiró. 19SL, cap. 2). Se trata de un modelo interpretativo con un los conocimientos.
interesante valor heurístico. La ciencia es, a un tiempo, sistema de conocimiento y acción institucional. Incluso
En efecto, una organización «es la coordinación racional de las actividades de un los saberes más teóricos son, desde esie punto de vista, productos sociales (Danziger,
cierto número de personas, que intentan conseguir una finalidad y un objetivo común 1993), que van transformando las ideas del hombre, y en multitud de casos le van ofre-
y explícito, mediante la división de las funciones y del trabajo, y a través de una jerar- ciendo otras formas de adaptación .y de cambio de su propio mundo. Son saberes tec-
quización de la autoridad y de la responsabilidad» (Schein, 1978, 19). Es, pues, una nológicos que han de ser vistos dentro de un amplio marco contextúa! histórico y social
realidad estructural, dolada de una finalidad, que emplea para el cumplimiento de la (Caparros, 1984). El modelo organizacional permite ver y analizar la profunda unidad
misma una pluralidad de elementos, ya sean individuos o grupos, armonizados y coor- que hay en la ciencia entre su estructura —la dimensión de organización— y su fun-
dinados racionalmente, ordenados para cumplir sus fines medíante ciertos procesos ción —el sistema de conocimientos producidos—. Esa interrelación da todo su senti-
desarrollados en el tiempo (Peiró, 1983). do a la condición histórica de la ciencia moderna.
El modelo de «ciencia-organización» permite descubrir la existencia de esos mis- Examinaremos ahora brevemente el problema del origen y el de la evolución de la
mos factores o elementos organizacionales en la realidad de la ciencia moderna, con- ciencia en la historia.
dicionando en ésta su existencia y evolución. La pluralidad de elementos tiene como
correlato aquí la diversidad de científicos, de grupos y escuelas; en ciencia existe una
diversificación o especializaron de funciones que también se da en toda organización; El origen histórico de la ciencia en la filosofía
hay armonización o unidad entre los distintos factores, que resulta de la existencia de
una meta común {el descubrimiento de conocimientos), y del uso de un método tam- La ciencia actual, que ha configurado de un modo profundo la historia de occiden-
bién común: los modelos teóricos, las técnicas de investigación. Sobre todo, la unidad te, tiene su origen en Grecia, en una época que puede situarse en torno al siglo vi a. C.
resulta de la existencia de una información compartida y comunicada con toda preci- China, Egipto, Mesopotarnia, alcanzaron a poseer gran número de conocimientos
sión: a veces se ha llamado a la ciencia conocimiento común, piiblic'knowledge matemáticos, astronómicos, médicos. Sin embargo, suele admitirse que la tradición
(Ziman, 1968) y ciertamente, el proceso de indagación no termina sino con la exposi- intelectual de la ciencia de occidente se inicia en Grecia, se expande en torno al Medi-
ción pública de lo descubierto, de modo que otros puedan repetirlo, comprobarlo, y terráneo, pasa a los árabes y de ahí a los pueblos-cristianos surgidos sobre- el suelo del
tomarlo como base para nuevos progresos. Hay en la ciencia, corno en otras organiza- Imperio Romano, que constituirán Europa, luego Occidente. Se trata de un mundo pro-
ciones, un sistema de liderazgo, que se manifiesta bajo la forma de la autoridad ejerci- gresivamente europeizado -—en Asia, América o África—, lo que equivale a decir un
da por aquellos científicos que lian realizado logros relevantes y han conquistado así mundo integrado en un proceso histórico del que la ciencia y las técnicas que en ella se
el aprecio y el reconocimiento de sus colegas. También hay mecanismos motivaciona- fundan han sido elementos esenciales.
les que impulsan a los individuos y grupos a competir en la tarea investigadora, a obte- La ciencia occidental ha surgido en Grecia, en el momento en que se ha producido
ner recursos y a satisfacer demandas de los estamentos que pagan y consumen la pro- un iriple fenómeno convergente, interdependiente.
ducción científica. En efecto, lo que unos investigadores hallan, interesa de mil El primero es la aparición de.una determinada creencia acerca de la realidad: la de
maneras a los otros científicos, y a la sociedad en general en que están todos integra- que los fenómenos que integran el mundo de experiencia no dependen de unas volun-
dos (Van Strien, 1993). A unos sirve para avanzar en el camino de la teoría; a otros, tades personales, las de los dioses, sino de la consistencia y estructura que poseen las
para desarrollar aplicaciones que terminen por modificar el mundo humano; la ciencia, cosas mismas. Esta creencia llevó a algunos hombres a buscar en el fondo de las cosas,
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Evolución histórica de la psicología 33

va; otras veces se lia volcado la atención hacia los aspectos prácticos y técnicos que
Evolución histórica de la psicología encierra su conocimiento.

Evolución histórica de su objeto


La definición etimológica
Etimológicamente, «psicología» quiere decir tratado del alma, lógos acerca de la
psykhé. Curiosamente, esta palabra no aparece en la tradición griega. Hay que esperar
al Renacimiento para encontrarla en algunos escritos de eruditos y humanistas.
Parece que hacia 1520, iViarko Marulic (o Marulus) [1450-1524] un amor de la
Dalmacia (Yugoslavia), escribe una Psychologia, sive de ratione tmintae humanad,
mencionada en una biografía suya pero cuyo texto no se conserva; hay dudas, además,
acerca de si el término empleado por él fue «psychologin» o, lo que parece a algunos
La evolución de la psicología
autores más probable, -cpsichiologia» (Lapointe, 1973; Brozek, 1973).
El uso del término también se ha atribuido a J. T. Freigius, que lo habría emplea-
La psicología, [al y como hoy es concebida, es una ciencia, en parte natural, en par-
do en 1575, aunque el primer tratado con ese título sería obra de Ruciolf Goeckel (R.
te social, que versa sobre los fenómenos del comportamiento y sobre las estructuras
Goclenius) [1547-1628], un erudito alemán que escribe una Psychologia, hoc est, de
mentales que originan éste.
hominls perfeciione (Psicología - O sobre la perfección del hombre), publicado en
A esta situación se lia llegado a lo largo de un proceso en que han variado el obje-
1590, y autor de otros libros donde también aparece empleada la palabra (De preci-
to, los métodos empicados, incluso la condición misma de su tipo de conocimiento.
puis ¡nateriis psychohgicis, 1596; Anthores varíi de psycíwlogia. 1597). Un discípu-
Al igual que ha sucedido con otras ciencias, la psicología se ha desprendido del ini-
lo de Goeckel, Otto Casmann [1562-1607], emplea el término para titular una obra
cial tronco filosófico en que se hallaba inserta. La delimitación de su objeto y la adop-
suya, de este modo: Psychologia anthwpologica, sive animae humanas doctrina
ción de métodos propios para su investigación han hecho posible su constitución como
(1594). A Casmann, además, parece corresponder el mérito de haber elaborado una
saber independiente.
antropología como ciencia del hombre, que comprendería una «Psicología» como
A lo largo de su historia ha ido variando ese objeto y, con ello, la definición de la ciencia de la mente, y una «Somatología» como estudio del cuerpo (Lapointe, 1973).
psicología. En cada transformación sufrida se han introducido modificaciones que
Con todo, la gran figura que divulgó el uso del término para referirse al estudio de la
tendrán a depurar su estructura científica y a consolidar su independencia de la filo- mente humana es el alemán Christían von Wolff (1679-1754), quien ordenó todos los
sofía,
conocimientos psicológicos en dos volúmenes, uno de psicología empírica, y otro de
A grandes rasgos, cabe distinguir cuatro etapas en su evolución. Ha sido primero psicología racional (Psychologia empírica [1742] y Psychologia rationalis [1734])
ciencia del alma; luego, sucesivamente, ciencia de la mente, ciencia de la conducta, y,
(Lapointe, 1973), solución que adoptarían muchos filósofos escolásticos en trabajos
en la actualidad, ciencia de la mente y de la conducía. Tales son, a mi juicio, las defi-
posteriores.
niciones que sucesivamente han delimitado el quehacer de la psicología. Lo interesante es que el término «Psicología» es una construcción intelectual del
En tales cambios han pesado no sólo razones de contenido, sino también de méto- humanismo y que está pensado para referirse al estudio de la dimensión mental, no
do. En la ciencia, el aspecto metodológico es esencial; corno se desea establecer un
somática, de la vida humana.
conocimiento con validez objetiva, replicable, y comprobable empíricamente, necesita Veamos ahora las definiciones psicológicas nacidas de la evolución de su objeto.
determinar con todo rigor qué caminos, qué métodos permiten replicar un experimen-
to o comprobar una tesis. En este punto, la psicología ha ido tendiendo cada vez más a
la aplicación de métodos objetivos, hacia la cuantificación y hacia el experimento, Cuatro definiciones en función del contenido
cuando ello es posible (Coan, 1979). . .-,
El alma
Esos cambios han afectado al modo como la psicología interpretaba su manera de
ser «ciencia». En la clasificación de las ciencias ha ocupado lugares muy'variados. En Psique, alma, puede decirse que ha sido el objeto de la psicología desde el si-
ocasiones se ha subrayado su dimensión de ciencia natural; en otras, ha predominado glo iv a. C., con Platón y Aristóteles, hasta cierto momento que puede situarse en el
el carácter de ciencia cultural. A veces se la ha tenido como ciencia teórica, descripti- siglo xvii con la figura de Descartes, en el xvm con los empiristas ingleses, o en el xiX
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34 Historia de las tusas psicológicas Evolución histórica de la psicología 35

con los investigadores de los fenómenos meiñales. Como puede comprenderse fácil- La mente
mente, una denominación que ha sido utilízada'duninte linos dos mil años, por fuerza
tiene que haber sufrido grandes variaciones.. Antiguos y medievales fueron predominantemente «realistas»; se ocuparon del
Ha habido, ya en Grecia, por lo pronto, dos significaciones diferentes del término modo de ser de la naturaleza como un conjunto de sustancias (res) con sus atributos,
«psique». Una es la que lo entiende como elemento o principio biológico de los seres propiedades y accidentes, que están fuera del hombre y que éste puede conocer. Entre
vivos, y otra es su interpretación como realidad inmaterial distinta dei cuerpo ffsico. El aquellas había que contar a los organismos, a los astros, a los seres inanimados, al
representante fundamental de ese primer sentido es Aristóteles. Con él la psique se hombre mismo y, como una especie más de «cosa», el alma humana, que vivifica y que
Íntegra en el campo de los estudios «físicos» sobre la naturaleza o physis. La expe- razona.
riencia que probablemente está a la base es-la distancia que separa el organismo vivo Con la filosofía moderna, y especialmente con Descartes, la situación se modifica
del cadáver; con el término de psykhe lia pretendido comprender ese hecho en térmi- profundamente. El mundo moderno cambia la perspectiva: en vez de partir de las cosas
nos de reflexión racional alejada de interferencias religiosas. La psique, enaste senti- —realismo—, empieza por el sujeto, y en particular por e! conocimiento que este tie-
do, es una propiedad, un elemento esencial o componente del ser vivo; su presencia ne de las cosas; ahora todo se conviene, de cosa, en ¡dea —idealismo—. Desde esta
significa la vida, y su ausencia trae consigo la muerte, pero no es, ella misma, algo perspectiva hay una realidad caracterizada por el conocimiento, por la conciencia, para
independiente (Lai'n, 1990). la que todo ¡o que hay es fenómeno y consjste en «ser percibido». Esta realidad es la
Frente a esa psique biológica hay la consideración contraria, iniciada en Grecia con mente, el sujeto consciente, la sustancia pensante (Ortega, 1957, VH, 360).
la religión dionisi'aca y presente en' la filosofía de Platón (427-348 a. C.): la psique es De esa manera se pasó a pensar lo psíquico en términos de mente, como sustancia
independiente, separable del cuerpo e irreductible al mismo. Aquí no es la «vida» lo radicalmente distinta del cuerpo extenso, igualmente concebido como sustancia. El
decisivo, sino la existencia en el hombre de un conocimiento científico, intemporal, dualismo platónico resulta renovado en los nuevos términos del dualismo cartesiano.
universal, válido para siempre. El campo de la extensión pertenecerá a la física; el de la reflexión, a una psicología
Esta presencia de lo eterno en el hombre ya la apuntaban los pitagóricos al hacer de cuyo tema será la conciencia, o la vida mental. Es el segundo objeto que encontramos
los objetos matemáticos el trasfondo divino de la realidad; por ello consideraron su en esta historia.
estudio como el más alto modo de vivir que podía alcanzar el hombre. En Platón esa Las primeras indagaciones sobre la conciencia han sido llevadas a cabo dentro de
ciencia de lo absoluto y eterno deberá ser independiente de todas las cosas mudables; la filosofía. Poco a poco, ha ido esbozándose una vertiente psicológica, que aspira a
estas últimas sólo estimulan un recuerdo del saber que se posee, y que se halla más o lograr un análisis pormenorizado de la actividad consciente. El punto de cambio entre
menos olvidado, como residuo de una existencia anterior. La psique es entonces un una y otra tendencia no es fácil de establecer.
sujeto de vida racional, que sólo ocasionalmente está dentro de un cuerpo, al que está La moderna psicología de la conciencia ha conocido dos etapas bien diferenciadas.
unida accidentalmente. Primero, hallamos una reflexión descriptiva, no experimental, de la vida mental, que
Encontramos en Grecia, corno se ve, una dualidad. De un lado, un alma biológica, enlaza con la filosofía subjetivista moderna. En la segunda etapa, que coincide con la
inseparable del cuerpo, fuera del cual carece de sentido y de existencia (aristoíelismo). aparición de la psicología como ciencia natural, se ha procurado realizar el estudio
De otro, un alma racional, sujeto de la ciencia intemporal, muy distinta del cuerpo (pla- científico de la conciencia en forma estrechamente vinculada a la fisiología, la ciencia
tonismo) (Peters, 1967; Dodds, 1960). natural del organismo, buscando aplicar procedimientos experimentales a la investi-
Sobre esa dualidad el mundo medieval, con escasas transformaciones de detalle, gación. Este es el momento en que la psicología ha cobrado su carácter de ciencia posi-
injertó una interpretación religiosa. Esta hizo del alma una cosa independiente y sim- tiva.
ple, una sustancia espiritual, diferente a la materia, ajena por ello a la muerte y a la Es difícil precisar con exactitud e¡ momento preciso de ese corte fundacional. La
corrupción, capaz de supervivencia e inmortalidad. Ahora la dualidad se establece opinión más generalizada lo hace coincidir con la aplicación ideada por WundL al estu-
entre el espiritualismo de quienes aceptan esa realidad del alma y el materialismo de dio del psiquísmo de los procedimientos del laboratorio fisiológico, a! crear el suyo en
quienes la niegan y sólo admiten la realidad del cuerpo. Leipzig, en 1879; otros, no obstante, creen que está en la constitución de la psicofísica
Monismo frente a dualismo, biologismo frente a logicismo, naturalismo frente a por Fechner, en 1860. En cualquier caso, esa psicología científica aparece a finales del
supranaturalismo: estas oposiciones expresan la problemática fundamental que late siglo xix, al tiempo que se van creando por todas partes laboratorios de psicología y
bajo la idea de «alma». En todos estos casos, se trata de una idea aún situada íntegra- surgen nuevas investigaciones empíricas sobre los procesos mentales.
mente dentro del horizonte filosófico determinado por la concepción sustancialista de La psicología de la mente nace, pues, a partir de la psicología del alma, en el curso
la realidad propia del pensamiento griego. De ella iba a partir la psicología. de una evolución gradual. Este progreso ha consistido, primero, en acentuar la reflexi-
vidad o conciencia del alma medieval; segundo, en la consideración filosófica de esa
conciencia como una sustancia distinta de la sustancia que llamamos cuerpo; tercero,
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36 Historia de las /deas psicológicas Evolución histórica de la psicología 37

e¡\l análisis descriptivo, reflexivo, de su actividad consciente; en cuarto y último acompañan y han hecho posible e! mundo actual de los computadores. Todo lo cual ha
lugar, al análisis de la mente se ha añadido al fin la introducción de una metodología afectado a la idea misma de conducta y a la propia psicología.
experimental, propia de la fisiología. En tal momento se ha constituido lo que llama-
mos «psicología científica» moderna.
Mente" y conducía
Ésta comenzó bajo la forma de «psicología fisiológica». Suponía la aplicación del
método científico naturalista de la fisiología a ios problemas de la subjetividad huma- El último tercio del siglo XX está siendo testigo de un nuevo cambio en el concep-
na, del conocimiento y su actividad (Boring, 1950). Es un movimiento que iba impul- to de la psicología.
sado por la búsqueda del rigor y la objetividad científicos en ese campo de fenómenos. Había en el conductismo problemas teóricos centrales carentes de solución acepta-
Se iba a constituir así una «ciencia problemática» (Woodwortli y Ash, 1982). Pero ble. Para empezar, conceptos como los de respuesta y estimulación, han presentado
precisamente ese mismo afán iba a tratar de eliminar todo tipo de problematísnio en graves dificultades a los teóricos de la psicología. La estimulación no es un simple pro-
ese conocimiento científico, lo que había de conducir al tercer estadio, al de ciencia de ceso físico ni es un proceso elemental; en su inmensa parte son situaciones sociales,
la conducta. histórica y culturalmenle cualificadas, las que desencadenan una actividad responsiva
en e! sujeto humano (Yela, 1974). La respuesta no es una mera actividad fisiológica,
sino que posee una significación, un propósito, que sólo aparece cuando el nivel del
La conducto
análisis asciende desde lo orgánico, o molecular, a unidades de acción complejas o
La psicología, como ciencia positiva, estaba interesada en la objetividad de sus molares, donde hay «planes» e «intenciones». Además, habían quedado fuera del cam-
métodos y de sus resultados, tratando de ser una ciencia como la fisiología y las demás po de estudio del psicólogo conductista los grandes problemas del conocimiento, los
ciencias naturales. Al mismo tiempo, el objeto llamado mente o conciencia resultaba, procesos cognitivos, las conductas simbólicas, el lenguaje, la experiencia consciente.
en cierto modo, un objeto individual, privado, heterogéneo respecto de los de las otras La recuperación de todos estos aspectos se ha producido de la mano de los estudios
ciencias. sobre procesamiento de la información que se han desarrollado en la segunda mitad de
Ese contraste dio origen a un nuevo cambio, y con ello a una nueva definición de la nuestro siglo. El cerebro, que rige la conducta, ha sido visto como un computador (De
psicología como ciencia. Se trata de una reestnicturación que la concibe como ciencia Vega, 19S2; Johnson-Laird, 1986). Los procesos qne rigen la conducía son, en gran
de la conducta o del comportamiento. A comienzos de este siglo John B. Watson, uno medida, procesos de tipo computacional realizados por la mente, aunque en su mayor
de los iniciadores del cambio, definió el comportamiento como «¡o que un organismo parte silenciosos, no conscientes. De este modo, se han llevado sobre la psicología los
hace o dice», es decir, una actividad públicamente observable medíante la cual el orga- nuevos modos de pensar de la cibernética.
nismo se relaciona con el medio que le rodea. Otros muchos investigadores, por aque- La psicología de nuestro tiempo está interesada en las conductas complejas que
llas fechas, mantuvieron también la necesidad de construir una psicología objetiva presentan los «objetos con mente» (Riviere, 1991). Y ello ha conducido al abandono
(Brozek y Diamond, 1982). de! modelo conductista de psicología, y a la vuelta al estudio prioritario de los proce-
La clave se halla en ese carácter que posee el comportamiento de ser una actividad sos cognitivos y simbólicos. Desde la década de ios sesenta, comenzó a germinar en
observable por todos, medible, cuaniificable. Mientras la conciencia aparecía como Estados Unidos lo que muchos han dado en Ñamar la «revolución cognitiva» (Hilgard,
algo privado, la conducta, en cambio, se muestra como un fenómeno público, análogo 1987). Aunque los temas de la conciencia y del conocimiento no habían desaparecido
a los estudiados por las otras ciencias. de la escena europea, y estaban presentes en la psicología rusa o en la obra de Piaget,
De igual modo a como hemos señalado antes la aparición de una serie de compli- para citar sólo dos casos, el peso de la psicología americana lia dado una especial sig-
caciones bajo la aparente sencillez del «alma» o de la «mente», otro tanto cabría hacer nificación a ese cambio.
en este punto. Así, en la relación activa que hay entre organismo y medio, primero Con el advenimiento de la psicología cognitiva, se ha comenzado a hablar de modo
cobró el máximo relieve la periferia del organismo, puesto que era ¡o perfectamente general de un cambio de «paradigma» en esta ciencia; la aplicación masiva del mode-
observable. Sin embargo, paulatinamente se fue apelando cada vez más a procesos lo del computador para comprender la mente humana en sus múltiples facetas ha abier-
centrales, inferidos pero no observados, para explicar el comportamiento (Brunswik, to nuevas perspectivas. En síntesis, puede decirse que el conductismo ha cedido su
19S9). Y han tenido lugar dos sucesos complementarios y convergentes: primero, han puesto al cognitivismo, y ello ha supuesto, entre otras cosas, la necesidad de elaborar
cobrado máximo relieve los procesos de conocimiento y de manejo de representacio- una «nueva ciencia de la mente» (Gardner, 19S7), que, sin dejar de referirse a las con-
nes simbólicas, que habían quedado marginados en la psicología conductista (Yeia, ductas, trate de explicarlas mediante una serie de procesos mentales. Tales procesos
19SO); y segundo, la ciencia natural ha ido modificando su inicial mecanicismo, que analizan y procesan la información recibida, toman decisiones y dan lugar a las múlti-
exigía eliminar toda ¡dea de finalidad y propósito, al desarrollarse de manera extraor- ples formas de comportamiento.
dinaria la cibernética, las ciencias de la computación y la inteligencia artificial, que Hay quienes han pensado que la psicología, en su historia, ha sido dirigida porpre-

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38 Historia ds las tusas psicológicas Evolución histórica de la psicología 39

ceptos que no nacían de su propia actividad sino de fuentes externas (Kerch, 1964). recientemente Rosenzweig ha propuesto algo semejante, diferenciando catorce gran-
A nuestro juicio, sin embargo, ha habido una estríela dialéctica interna que ha guiado des subáreas (Rosenzweig, 1992). Esto es algo normal en las ciencias que generan acti-
la transformación de la psicología moderna. No se [raía de etapas inconexas, ni los sal- vidades técnicas o aplicadas, que muestran una variedad de perfiles (Cápanos, 1984),
tos de una a otra carecen de justificación; al contrario, es evidente que cada paso en la y en las que hay dimensiones fronterizas con otras disciplinas.
evolución ha sido dado en función de las circunstancias y caracieres de la etapa prece- Son muchas las razones que se han aducido para justificar esta pluralidad discipli-
dente, a fin de resolver lo que aparecían corno limitaciones o defectos suyos. Del alma nar dentro de esta ciencia. Por lo pronto, la gran generalidad que se descubre en los
(sustancia) se pasó a la meme (conjunto de fenómenos de la experiencia) por impulso sucesivos objetos sobre los que la psicología ha centrado su estudio hace, en pane,
de ¡a transformación filosófica que dio la primacía a la subjetividad, al idealismo, fren- comprensible esta falta de concordancia entre los investigadores. Otro importante
le al realismo; de la ¡neme, estudiada por reflexión filosófica, se pasó a su estudio factor es la existencia de datos heterogéneos dentro del propio campo de estudio. En
científico, por razones metodológicas; también razones metodológicas, sólo que ahora efecto, unos psicólogos emplean materiales que proceden de la observación de con-
de homogeneidad epistemológica de la psicología con las otras ciencias naturales, ducta, con datos tomados de los organismos biológicos, al tiempo que otros atienden a
llevó a ver la conducía como el verdadero objeto a estudiar; y una nueva revolución, su experiencia subjetiva (Yela, 1989). Además, la elaboración y tratamiento de los
que reclamaba la integración de lo mental con lo comportíimenlal, ha conducido a la datos se ha llevado a cabo desde perspectivas metodológicas muy diferentes; Cronbach
situación presente. ya se refirió a la existencia de «dos psicologías», una correlaciona!, que compara medi-
En última instancia, la interacción entre contenidos y métodos ha regulado e! desa- das diferentes mediante técnicas analíticas, al lado de otra experimental, que manipu-
rrollo histórico de esta ciencia, en un proceso que resulta análogo al que cabe hallar en la variables para establecer relaciones de interdependencia entre ellas (Cronbach,
otras disciplinas, como veremos enseguida al examinar la evolución de los métodos 1957). Ello vendría en parte a explicar la gran pluralidad de métodos, de puntos de vis-
psicológicos. ta, de teorías que sin duda existen en la actualidad (Royce, 1970). Algunos, no obstante,
sostienen que en sus primeros tiempos toda ciencia ha carecido o carece de unidad; tal
sería el caso de la psicología, que habría así de esforzarse por ir madurando hacia su
La unidad de la psicología unificación (Staats, 1991) mediante una depuración metodológica.
La afirmación de su unidad, al lado de esa diversidad manifiesta y problemática, ha
Mace un siglo, FranzBrentano (IS74) propuso como taren urgente la sustitución de dado lugar a muy diversos ensayos de comprensión.
las varias psicologías entonces existentes por una única disciplina cien tífica, definitiva, Desde una perspectiva histórica, R. I. Watson ha pensado que, aunque no existe un
rigurosa. Tal unidad sigue hoy sin existir todavía. La pluralidad de escuelas, de ten- tínico modelo o paradigma que gobierne la investigación, sí cabe hablar de unas
dencias y modelos explicativos denota la diversidad de perspectivas en vigor ante los dimensiones («prescripciones») que podrían servir para comparar unas teorías con
problemas psicológicos (Staats, 1991; Koch, 1992). otras, y que parecen haber sido tenidas más o menos en cuenta por los psicólogos en su
En nuestros días ha resurgido con fuerza la pregunta acerca de la unidad de la psi- trabajo. Serían «tendencias» de pensamiento, que «ayudan a orientar la forma en que
cología. Se trata, en definitiva, de una versión LID tumo diferente de la pregunta acerca el psicólogo-científico selecciona un problema, lo formula e intenta resolverlo» (Wat-
de la existencia o no de un paradigma. son, 1977). En su mayor parte, se trata de actitudes muy generales ante el saber, que
La pluralidad de tendencias, de especialidades, incluso la diversidad de lenguajes, pueden darse en cualquier ciencia que se analice; no obstante, algunas dimensiones
ha hecho pensar a muchos en la posibilidad de que la psicología sea, en realidad, un (mentalismo consciente o inconsciente; contenidos objetivos o subjetivos) muestran la
conjunto de disciplinas más o menos próximas pero diferentes entre sí. Ésta es la tesis polaridad o heterogeneidad de datos a que nos referimos antes. Fuchs y Kawash
mantenida, entre otros, por Koch, quien ha llegado a proponer que «la falta de cohesión (1974), utilizando esas «prescripciones», encontraron que era posible describir una
de la psicología sea reconocida cambiando ese nombre por una expresión como la de serie de diferencias entre varias escuelas psicológicas contemporáneas, lo que. confir-
"estudios psicológicos"» (Koch, 1992, 93); otros autores estiman que el campo de la maría de algún modo la utilidad de aquellas.
psicología es multidisciplinar, con grupos teóricamente irreconciliables eniresí (Kend- Ciertamente, si se toman diferentes sistemas psicológicos y se trata de caracteri-
ler, 19S7). Tales afirmaciones llegan a poner en entredicho su unidad como disciplina zarlos (dándose ya por sentado que son variedades de leoría psicológica, lo que pre-
científica, aunque socíalmente los psicólogos pudieran reconocerse corno un grupo de juzga sin duda todos los resultados posteriores), se pueden encontrar ciertas dimensio-
investigadores y especialistas diferentes de los demás. nes comunes muy básicas, la mayoría de ellas de puro orden metodológico.
Ciertamente, el actual campo de estudios ofrece una gran riqueza de dominios y En forma análoga, R, W. Coan (Coatí, 1971) hizo calificar una lista de grandes
especialidades. No es algo reciente; ya en 1932 un psicólogo alemán (Henning, 1932) psicólogos del pasado a un amplio número de jueces versados en historia de la psico-
proponía una ordenación del ámbito de la psicología con un núcleo central de ciencia logía, en relación con una serie de variables o características de contenido, de metodo-
general experimental y un entorno de aplicaciones que elevaba hasta veinticinco; muy logía, de supuestos «filosóficos» y orientación epistemológica; luego hizo un análisis
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40 Htstaría de las ideas psicológicas

factorial. Encontró unos factores de primer orden, que reflejan orientaciones teóricas
de enfoque, método y tipo de explicación; después encontró algunas actitudes teóricas Los métodos cíe la psicología
muy generales, representadas en dos factores de segundo orden («Sintético frente a
Analítico» y «Funcional frente a Estructural») e incluso uno de tercer orden, que sugie-
re la existencia de «una dimensión muy general..."fluida" frente a "restrictiva"» que
influiría en el modo de teorizar los psicólogos evaluados. Ello de algún modo muestra
que hay aspectos que pueden ser considerados comuneSj aunque más bien son relati-
vos ai tipo de leona, y que no tienen mucho que ver con e! tema de la unidad del obje-
to de esta ciencia (Coan, 1979, 207).
Algunos autores han procurado mostrar que hay un núcleo de disciplinas y con-
ceptos que están a la base de muchos programas de formación de psicólogos, lo que
según ellos apuntaría a la existencia de una disciplina única común (Matarazzo, 1987);
otros, en cambio, apelan a factores de utilidad y beneficio profesional, que aumentan
cuando los psicólogos permanecen corporativamente unidos (Bower. 1993). Evidente-
mente, [ales razones, sin dejar de tener su interés en la práctica, quedan lejos de poder Las cuestiones del método lian influido en gran manera en el desarrollo de la psi-
zanjar establemente la cuestión de un modo teórico. cología, al interaccíonar continuamente con los aspectos del contenido u objeto.
Dos tipos de consideraciones podrían ayudar a cerrar el debate. Uno deriva del El desarrollo histórico de los métodos guarda relación con el de las teorías, y ha de
estudio de la historia de la psicología. Otro procura buscar una conjugación sistemáti- ser planteado paralelamente. Con el método científico se pueden construir cuerpos
ca de la unidad y diversidad dentro de una teoría que la haga posible. conceptuales muy diversos, como el del conductisrno o el de la escuela de la Geslalt;
La historia de la psicología, como aquí se va a ver, muestra con evidencia insosla- basta para ello que la selección de datos, e! nivel de análisis de los mismos, y, en gene-
yable la unidad genética que liga las diferentes concepciones y escuelas psicológicas. ral, las preguntas básicas que han originado la teoría difieran en cada caso.
Estas, como en el caso de otras doctrinas e ideologías en las ciencias sociales, se han En ocasiones, algunos desarrollos llevados a cabo dentro de ciertas especialidades
ido constituyendo en forma de opciones plurales a través de un «sistema de alieridad» han tenido luego un importante impacto en otros campos; tal podría ser el caso del aná-
(Marías, ¡992). Las doctrinas psicológicas, en efecto, se van fundando unas en otras, y lisis factorial, o de algunas técnicas estadísticas aplicadas al estudio de las Individuali-
a la vez se van oponiendo a través de una dialéctica efectiva. dades.
El segundo camino aspira a situar las variadas opciones teóricas y metodológicas Todo ello es especialmente importante en el caso de la psicología, donde se mane-
dentro de una compleja red elaborada según la teoría de sistemas, que haga posible la ja, como ya sabemos, una amplísima variedad de datos. Fundamentalmente hallamos
coexistencia de varios niveles de complejidad de análisis de los problemas, junto a una datos de la experiencia subjetiva y de la conducta objetiva, dalos del organismo, de!
pluralidad de enfoques melodológícos, dándose así una «tensión entre el pluralismo y individuo o del grupo social, medidas cuantitativas y apreciaciones cualitativas. Tal
las tendencias integradoras» (Mayor, !9S9). variedad precisamente ha sido considerada en muchos casos como raíz de la diversidad
Aquí vamos a recorrer el comino de la historia como vía para hallar la unidad pro- de modelos conceptuales (Yela, 1989). Ésta es una compleja cuestión, difícil de resol-
funda que subyace a la realidad compleja de la psicología. Sólo en el curso de este ver, dado que también podría decirse que en cada caso el modelo teórico termina por
estudio podremos ver en qué medida se logra el intento. resolver cuáles son los datos aceptables, y cuáles los que carecen de sentido para una
cierta teoría.
Los desarrollos metodológicos, en muchos casos, han estado relacionados con
avances técnicos e instrumentales. Basta'pensaren el peso que ha tenido en gran par-
te de la actual psicofisiología la posibilidad de disponer de técnicas de registro de la
actividad eléctrica del sistema nervioso, o el papel esencial que ha cabido a ¡a inven-
ción de los tests de inteligencia en el campo de la psicología de las diferencias indivi-
duales.
Un estudio detallado de los métodos y técnicas psicológicos está aquí fuera de
lugar. Su complejidad técnica es inmensa (Mayor, 1989 b; Traxel, 1970). Aquí lo que
interesa es ver, sumariamente, aquellas variaciones metodológicas que han tenido
implicaciones decisivas sobre la evolución intelectual de esta ciencia.
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í2 Historia cte las ideas psicológicas Los métodos de la psicología 43

Método y métodos tos de la psicología, la psique, la mente, la conducta y, en nuestros días, una integra-
ción de la mente y la conducta. Relacionaremos ahora con ellos esta perspectiva meto-
En general, el concepto de método coincide todavía hoy con el que elaborara dológica complementaria.
Platón en su día: Método es el camino (hódos) pura llegar al saber. Se trata de un cami-
no cuya estructura está explícitamente diseñada a fin de que pueda ser seguido del mis-
mo modo por cualquiera. Psique y método
Hay que distinguir entre método y técnica. Por método se entiende el proceso orde-
nado y estructurado mediante el cual avanza el conocimiento; supone un orden lógico En Grecia, como ya hemos visto, la idea de psique es la de una realidad no sensible,
que permite organizar válidamente el saber. Podría hablarse, así, del método de la cien- que sirve para explicar ciertos caracteres propios, específicos de los seres vivos, inclui-
cia natura!, diferenciándolo del método o métodos de las varias filosofías. do el conocimiento racional de los seres humanos. Recogemos asf las dos principales
Por técnica, en cambio, se debe entender un modo de operar particular, empleado tradiciones, aristotélica y platónica, distintas aunque no excluyentes que dominan en el
para cumplir alguna tarea, fase o elapa del método general de obtención del conoci- mundo griego.
miento. Así, hablamos dentro del mundo de los tesis de técnicas psicométricas o pro- ¿Qué método ha hecho posible ese conocimiento? Indudablemente, es el uso
yectivas, o de técnicas polígráficas en la psicofisiología, y análogamente sucede en los lógico de la razón, y, por tanto, el conocimiento racional el que lo explica de modo
innumerables campos del conocimiento; en todos estos casos, nos referimos a proce- suficiente. Ambos sistemas, tanto el de Platón como el de Aristóteles, representan
dimientos definidos para lograr una información utilizable en el esrudio de un deter- construcciones racionales del universo. En ellas, las apariencias son clasificadas y
minado caso o problema, con datos normalizados que hagan posible una inmediata referidas ordenadamente a ciertos factores que las explican. Se trata de un caso de infe-
comparación con otros de su misma especie. rencia lógica, de acuerdo con principios lógicos, que establece regularidades y exclu-
En principio, las técnicas son recursos operativos, de naturaleza subalterna al ye la contradicción. Los objetos que tienen una cierta «naturaleza» o modo de ser exhi-
método al que sirven. No obstante, hay que pensar que, en muchos casos, la carencia ben de una manera estable unas determinadas propiedades que los caracterizan. Los
de técnicas adecuadas ha hecho, o hace todavía hoy, imposible un esrudio metodológi- que muestran otras propiedades deben poseer un principio diferente. En general, las
camente válido en múltiples campos de Ja experiencia humana. Galileo propuso un acciones y propiedades diferentes habrían de venir de principios explicativos, sujetos
procedimiento general a seguir por el científico: medir todo lo que se puede medir, y o sustratos también diferentes. Se trata, por tanto, de partir de las apariencias para
hacer medible aquello que directamente todavía no lo es. E¡ y otros muchos investiga- llegar a sus principios ocultos, y eso exige inferir cuál es el ser que corresponde a un
dores han pensado que un conocimiento que no mide es aún un conocimiento imper- cierto obrar. Objetos, propiedades, pensamientos, tienen aquí un carácter lógico; son
fecto. La medición es una técnica que permite tener precisión en las restantes opera- definidos según ciertas reglas, poseen una consistencia invariable, y por eso la mente
ciones de comparación que el investigador ha de realizar; sin embargo, no es aplicable puede manejar sus representaciones de modo válido, y llegar a descubrir relaciones
a todos los campos del estudio de la realidad, pues ésta tiene dimensiones no cuantifi- estables entre las mismas. Platón dice en la República: «Un mismo ser no querrá hacer
cables. En muchos casos, el descubrimiento de una técnica que hace medible un cam- o sufrir al mismo tiempo y con respecto a lo mismo cosas contrarias, de manera que si
po de fenómenos permite avanzar de modo decisivo en su conocimiento, al posibilitar encontramos que eso ocurre en dichos principios sabremos en realidad que np son uno
un tipo de pensamiento metodológicamente sólido y, con ello, el logro de un conoci- solo, sino muchos» (Platón, Rep. [V, 12). Así, unos determinados principios darán ori-
miento válido. gen a ciertos efectos, de modo consistente, y !a existencia de efectos distintos permi-
Hay técnicas que han hecho posible una ampliación del mundo humano, como tirá inferir que están operando causas o principios diferentes.
sucede con todas aquellas que han permitido al hombre tener acceso a realidades no La filosofía griega y la medieval han partido de esas suposiciones: que las cosas
directamente experimemables (ondas electromagnéticas, radiaciones, partículas físi- tienen una estructura fija, que las apariencias brotan de la naturaleza, que.la mente
cas, mutaciones biológicas, épocas del pasado geológico, acontecimientos astrofísi- humana alcanza a conocer esa naturaleza mediante la razón y con'sus conceptos llega
cos...); otras han mejorado nuestro manejo operaüvo sobre ellas, o nuestro manejo de a captar lo esencial de los objetos. E! método con que forjamos conceptos, elaboramos
los símbolos representativos de las mismas (experimentación, computación); algunas, inferencias, y comparamos y diferenciamos unas'representaciones de otras'implica
en fin, han hecho posible un modo más eficaz de realizar las tareas lógicas de compa- unas funciones de «análisis», de «síntesis», y el uso de unos «principios lógicos». Lo
ración y diferenciación, como sucede, entre otros casos, con las técnicas de modeliza- que está a la base del inicial conocimiento psicológico es, pues, el conocimiento racio-
ción conceptual o las de inferencia estadística. nal y la aplicación de la inferencia lógica de principios explicativos. Estamos ante un
Viniendo ya a nuestro tema, examinemos ahora las principales variaciones que las método que es, simplemente, el del pensamiento racional, propio de la filosofía y la
cuestiones de método han introducido en la evolución definiciorml de la psicología, tal ciencia griegas. De ese método se ha ocupado precisamente la lógica (Qrgimon) de
como la hemos diseñado en el capítulo anterior. Allí habíamos distinguido, como obje- Aristóteles, y de ese mismo método se dan precisiones ya en los diálogos de Platón.
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4'\ de las ideas psicológicas Los métodos de la psicología 45

A nuestros efectos, no es necesario distinguir aquí entre el carácter predominanle- El análisis de la mente supone admitir que las propias representaciones son efectos
rnenie inductivo propio del pensamiento aristotélico, o e! más analítico y deductivo del de las operaciones de la propia mente y resultado, por tanto, del funcionamiento del
platónico. Ambos han utilizado los dos modos de pensamiento (Marías, 1958, ¡V, 259) sistema mental. LíTdíversidad de pensamientos y afectos obliga a concebir, como en el
lo que por cierto habían de hacer también los autores escolásticos. Esta primera psico- mundo antiguo y medieval, una pluralidad de facultades hipotéticas.
logía contenía en sus sistemas un conocimiento racional acerca de una parte de lo real Metódicamente, hay una serie de requisitos que han de cumplirse a fin de obtener
compatible y homogéneo con el sistema general unitario de sus respectivas filosofías y un conocimiento reflexivo válido. En el Discurso de! método. Descartes exige, prime-
parte esencial de ellas. ro, atenerse a Ío evidente; segundo, dividir las dificultades en sus menores partes; ter-
No se debe pasar por alto que esta psicología infiere la existencia de una cierta cla- cero, pensar ordenadamente, y cuarto, no omitir nada de lo pensado (Descartes, 1953).
se de alma o psykhé a partir de las apariencias de la vida y del movimiento, y supone Al pensar procura ir de lo más a lo menos evidente, deductivamente, de manera que se
la existencia de un tipo diferente de alma cuando trata de explicar la presencia de los establezcan tales relaciones entre lo que se quiere explicar (explancmdtim) y aquello
fenómenos del pensamiento. En general, las distintas funciones anímicas tenían que con que se lo vn a explicar (explanans) que no se pueda cambiar una de ellas si las
ser e! resultado de una serie de distintos mecanismos funcionales, esto es, de distintas demás se mantienen invariables.
«facultades» o «potencias». La psique y sus facultades son el resultado deesa labor de Ello significa que la verdad de unas ideas depende de su conexión indudable con
inferencia racional realizada por el filósofo a partir de su observación y su experiencia otras más evidentes y anteriores fdeductivismo); y el método consiste, por tanto, en
(Barbado, 1943). mostrar la conexión entre ellas, esto es, el hecho de que unas de ellas se reducen a
Lo importante es que el conjunto de ideas acerca de la psique se coordina sistemá- otras, y pueden ser comprendidas «en función» de las otras (B = f A), lo que exige
ticamente con el resto de las concepciones filosóficas que en cada caso se fueron ela- llegar a ver analíticamente las partes componentes, más simples, de cualquier idea
borando en tomo a los principios del Universo. El alma no es sino una realidad, o un (Liard, 1919).
elemento, dentro del sistema general de! Universo, y su análisis tiene que concordar Esto ocurre, a su modo, también en el empirismo. Aquí nuestros conocimientos
con los del resto de lo real. complejos (ideas) han de ser reducidos a los simples (sensaciones) de modo que vea-
mos que su contenido se ajusta o no a lo dado en la experiencia inicial. Es otro modo
de establecer una relación funcional entre las representaciones complejas y problemá-
Mente y método ticas, y las elementales e indudables.
Aquí precisamente está el gran giro del pensamiento moderno. Cassirer (Cassirer,
La mente, como objeto psicológico, aparece en la Edad Moderna. Mientras la acti- 1953) mostró que ese cambio consistía en haber pasado de! concepto de «sustancia» al
tud anterior aspiraba a decir «qué es o cuál es el principio» de unas operaciones vita- concepto de «función». Para el antiguo, como acabamos de indicar, ver la verdad de
les y cognitivas, particularmente las que hallamos en el hombre, la nueva actitud algo significaba hacerlo derivar o nacer de una raíz o arkhé, de una naturaleza o prin-
renuncia a contestar a la cuestión de ¿qué es?, para conformarse con la más limitada de cipio sustancial. En cambio, en la modernidad, la verdad de algo significa la posibili-
¿cómo opera y funciona? dad de establecer una conexión funcional de unas ¡deas con otras más básicas y pri-
Un adelantado de la nueva actitud, bien que con resonancias estoicas, va a ser Luis marias del sistema. Tales ideas básicas pueden ser las sensaciones (empirismo) o el
Vives (1492-1540). En su Trenado del alma dice: «No nos importa saber qué es el cotilo y las primeras verdades (racionalismo). Metódicamente, significa que hay que
alma, aunque sí, y en gran manera cómo es y cuáles son sus operaciones» (Vives, 1947, «reducir» lo complejo a lo simple, y luego reconstruirlo a partir de lo simple; por eso
II, 1175). Se iba a iniciar así un estudio descriptivo de las funciones anímicas. La men- este método reúne dos momentos bien diferenciados, el «análisis» y la «síntesis». El
te aparece aquí como la «suma total de !a experiencia de alguien» fWinn, 1946), primero descubre los elementos; la segunda comprueba que con tales elementos pue-
Para realizar el nuevo estudio hay una vía regia: la reflexión de la conciencia. El den formarse los compuestos que sirvieron de partida.
desarrollo de ese camino tiene lugar dentro del marco de la filosofía del Barroco. Esta Ahora bien, la idea de que existen unos procesos elementales, relacionados entre sí
ha establecido la primacía de la conciencia; aquello que conocemos, que investigamos, de modo matemático, y que se puede derivar de ellos otros más complejos conduce a
son las realidades que aparecen a la conciencia, son los «fenómenos», son las ideas la nueva ciencia moderna. De la idea de las relaciones funcionales surge, primero, la de
(pha'mómenon, lo que aparece a alguien). Desde nuestra perspectiva, no es especial- la posibilidad de la predicción de fenómenos, y segundo, la dci control experimental.
mente relevante la dualidad entre e! racionalismo y el_ empirismo; en ambos casos la La predicción resulta del hecho de poder formular nuevas relaciones entre fenómenos
conciencia reflexiva, esto es, el conocimiento inmediato qué el sujeto tiene de sus pro- y consecuencias derivadas del modelo, una vez que se suponen conocidos los elemen-
pias operaciones cognitivas y afectivas, abre la puerta al estudio de los fenómenos tos y las reglas de formación. En tal caso se trata sólo de ampliar el sistema de relacio-
mentales, y a través de ellos, de la mente. Las diferencias vendrán más tarde, cuando nes, buscando su confirmación empírica en la realidad. Dicha confirmación se dará si
se trate de determinar el carácter empírico o racional del conocimiento obtenido. nuestro modelo es realmente un modelo válido. El control experimenta! significa que
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46 Historia de las ideas psicológicas Los métodos de la psicología 47

el conocimiento de las relaciones del sistema lia de evitar la introducción de influen- sotos, la introspección no podía dar cuenta de todos los procesos mentales, ya
cias perturbadoras y ha de hacer posible una producción coriirolaclii de fenómenos por que 1) la observación modificaría el objeto observado, 2) el objeto no dura en
el investigador. En su sistematización de la visión científica del mundo moderno, forma estable para que pueda haber experiencia verificable, y 3) la contempla-
Augusto Comte, como antes ya liemos dicho, enlazó el saber con ¿1 poder. El conoci- ción de los procesos mismos de observación resultaría irrealizable (Boring,
miento permite predeciría evolución de! sistema, así como su pasado; como dijo Sír 1953; Danziger, 1980; Carpintero, 1972b).
Francis Bacon: a la naturaleza se la vence obedeciéndola, esto es, siguiendo sus pro-
pias reglas y leyes. Sin embargo, y frente a la posición negativa de Kan! y de Comte, en el siglo xix se
El método moderno de la nueva ciencia, en suma, opera con fenómenos; busca llega a la convicción de que sí es posible un estudio que relacione ¡os fenómenos men-
relaciones invariables (hipótesis, leyes) entre sus eiementos, que a ser posible se tales con otros fenómenos de modo ordenado y estable. Estos son los fenómenos
correspondan con un modelo matemático. Quiere comprobar empíricamente el mode- fisiológicos. Entre ciertos procesos fisiológicos y cienos procesos mentales hay «rela-
lo, y para ello formula predicciones deductivamente, y busca su comprobación siguien- ciones funcionales», y pueden realizarse «experimentos» para comprobarlo. Es la tesis
do el método de la naturaleza, esto es, produciendo los fenómenos mismos mediante el de la psicofísicD, primero, y de la psicología fisiológica, después. Feclmer, Wundt, y
experimento. Cuando esto se logra, se pone en evidencia el completo control sobre las sus discípulos, no juntan el método del laboratorio a un conocimiento filosófico refle-
fuerzas y la organización de la realidad. Ta! es el método «hipotético-deductivo-expe- xivo, como pudiera parecer superficialmente: lo que hacen es evidenciar que los pro-
rimenta!» de la nueva ciencia. cesos psicológicos se ajustan hasta cierto límite al modelo general de la ciencia moder-
Este nuevo método tiene consecuencias fundamentales respecto de la psicología. na, como sistema general de los fenómenos del universo. Segiín ellos, hay fenómenos
Enunciados sintéticamente tendríamos lo siguiente. psicológicos básicos, en particular las sensaciones, que mantienen relaciones funcio-
nales con otros fenómenos observables de manera perfectamente regular. La condición
n) Fenomenalismo psicológico- En estn concepción del mundo nos movernos inexcusable para lograr un conocimiento científico de ellos es la renuncia a cualquier
entre fenómenos; no tenemos acceso, «científicamente», a una realidad inva- sustancialismo del alma, por una parte, y el rechazo del dualismo, por otra; así, se
riable, independiente, suficiente, que pudiera considerarse como la sustancia encajan perfectamente los fenómenos de la mente con los demás fenómenos reales, y
«alma». se podrá construir una ciencia sobre aquellos en forma paralela a las ya existentes
El sustaticialismo psíquico iniciado por los griegos y mantenido largo tiem- sobre jos de otras regiones del universo (la física, la química, la fisiología...).
po después quedaba vencido por una cuestión metódica: la condición ultra- Encontramos, pues, que existen dos radicales etapas dentro del estudio moderno de
empírica, inobservable, de las supuestas sustancias anímicas. Por tanto, sólo la mente. En la primera, se lleva a cabo e! estudio descriptivo, analítico y reflexivo de
será posible una psicología en cuanto renuncie a ser un saber sobre el alma y se los fenómenos subjetivos. Se ha hecho de! mismo un saber acerca de los fenómenos
limite a serlo cíe los «fenómenos psíquicos». Esta es una de las tesis básicas que de la conciencia, no acerca de la pretendida «alma sustancial». Es la psicología intros-
adoptará Wundt. pectiva y filosófica de empiristas y racionalistas cuyo estatus científico ha sido repeti-
b) Cualiíativisino. inadecuación dd objeto al método. Los fenómenos mentales damente impugnado y descalificado. En efecto, una profundización en sus resultados
no parecen ajustables al método de la nueva ciencia moderna. Primero, porque ha evidenciado la peculiar cualidad de los fenómenos psíquicos, y su irreductibilidad
no parece poderse aplicar a aquellos un modelo matemático. Fluyen continua- al método de la ciencia moderna (Kant, Comte). En consecuencia, esa primera cons-
mente, no cabe la repetición en ellos, y, por tanto, no es posible adaptarlos a las trucción entró en crisis.
exigencias del simbolismo matemático. El carácter cualitativo de lo psicológi- Finalmente, un paso adelante, ya en el siglo xix, ha hecho visible la existencia de
co, de lo mental, parece excluir un tratamiento desde el punto de vista de la «relaciones funcionales» verdaderas entre los fenómenos mentales y los fisiológicos.
pura cantidad. Los racionalistas, luego Kant, después Comte, pusieron en cla- Se ha abierto la vía a una «ciencia de la mente, en su relación con el organismo», la
ro que el conocimiento más riguroso de la mente no podría pasar de ser un «psicología fisiológica», que aparece como una verdadera ciencia y que cumple los
mero saber descriptivo o «histórico» (Pinillos, 1962). Este problema meto- requisitos de fenomenal i dad, experimenialidad y control. Ésta es la obra iniciada por
dológico esencial determinaría la exclusión de la psicología de! cuerpo de las John Stua.rt Mili con su «etología» (St. Mili, 1917), y después proseguida y profundi-
ciencias que llevan n cabo Kant, y luego Comte. zada en las obras de Fechner y Wundt, los pioneros de la nueva ciencia.
c) ¡nn-ospeccioiiismo. Además, hay otro problema metodológico. También en Desde el momento en que comienza a construirse la psicología como ciencia, se
este punto se unen los nombres de Kant y de Comte: los dos hacen una crítica inicia un proceso, aún no concluido en nuestros días, de ajuste y reinterpretación de la
al uso de la «introspección» como método científico. Los procesos mentales metodología psicológica, dentro del esquema general del método científico: e! méto-
venían siendo analizados mediante una observación reflexiva, de la propia do hipotetico-deductivo-experimental. No obstante, en seguida surgirán nuevos pro-
experiencia consciente del investigador. Ahora bien, ajuicio ile aquellos fjjó- blemas.
O Ediciones Pirámide © Etiícianes Pirámide

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f' **J •' irí—-
'18 Mistaría üs /as ¡deas psicológicas ¿.os métodos de la pstcotogfs 4 9-"

Conducía y método el control de la conducta»; la introspección no tenía cabida entre sus métodos (Wat-
son, 1913).
El atenimiento a los fenómenos psicológicos, según hemos visto, colocó en primer Esta posición cerrada y estricta ha existido de forma simultanea a otras opciones,
plano el análisis y descripción de los mismos. Pero como los consideraba como esta- que constituyen las varias «escuelas» o «psicologías» de la primera mitad del siglo xx.
dos o modificaciones del sujeto cognoscente, como ¡deas, ello luibo por fuerza de con- Representan alternativas conceptuales a la posición conductista, y están sostenidas en
ducir al análisis de los actos subjetivos. La atención se volvió sobre la intimidad del muchos casos por métodos que representan una modificación más o menos importan-
sujeto, en busca de ¡os elementos y leyes de la vida menta!. Se hizo «introspección», te del método científico, y en ocasiones son una alternativa diferente.
inspección interior al tiempo que se lieva a cabo en forma rigurosamente paralela, la Un caso lo representa la psicología fenomenología, otro el psicoanálisis freudia-
observación y experimentación fisiológicas. no. La primera es el resultado de la aplicación a los problemas psicológicos de la feno-
La ciencia moderna pretende ser un saber intersubjetivo, no un conocimiento pri- menología, una doctrina filosófica desarrollada en nuestro siglo por obra de Edmund
vado. Cualquier observador debe estar-en condiciones de repetir un experimento y Husserl (1859-193S) y sus discípulos. La fenomenología como doctrina está esencial-
comprobar sus datos, una vez que cumpla las condiciones operativas del mismo. mente ligada a un método, el fenomenológíco, caracterizado por dos rasgos: su propó-
Ningún observador puede ser «único», excepcional, sino que ha de ser igual que cual- sito descriptivo de los contenidos de la conciencia del sujeto, y su puesta entre parén-
quier otro, i tesis de la realidad exíraconsciente, sin afirmar ni negar su existencia. Se produce
Esto es lo que, ajuicio de una serie de investigadores, no se cumplía en el caso de entonces la consiguiente equiparación de [odas las formas representativas que se dan
la psicología introspectiva. Nadie puede situarse en el mismo punto de vista en que se cu la conciencia, y que aparecen, por tanto, como formas o dimensiones varias de pre-
halla colocado quien hace introspección. sentación (nóesis) de los contenidos (noemas) de aquella —imaginaciones, percepcio-
Brevemente dicho: la introspección parece contravenir las exigencias de publici- nes, ilusiones, etc.—. La fenomenología estrictamente hablando es una filosofía, que
dad de! saber científico. La consecuencia que muchos extrajeron es que hay que excluir busca constituir una «proto-cíencia», o «proto-saber» de la conciencia, como base de
los elementos introspectivos de¡ sistema de la posible ciencia psicológica. Pero enton- toda ulterior filosofía o ciencia positiva, y, por ello, guarda una estrechísima relación
ces no hay más datos observables acerca de la compleja actividad humana que —en con la psicología ( Zubiri, 1963).
opinión del conduclista norteamericano Watson— ¡os datos de la conducía de los orga- El psicoanálisis, en su forma freudiana, representa una aproximación a !os proble-
nismos. mas de la psique que acepta la eficacia causal, no sólo de las realidades «físicas», sino
La exigencia metodológica conduce así a un nuevo cambio de definición de la psi-. también los sentidos o significaciones de los contenidos. Es. por tanto, un método que
cologia: en vez de ser una ciencia «introspectiva» de la meníc, será una ciencia «obje- exige no sólo ¡a descripción de los fenómenos, sino su «interpretación», que ha de ser
tiva» de la conducta (Brozek y Diamond, 1982). inferida en una interacción sujeto-objeto (psicoanalista-paciente) de naturaleza «her-
Pero al cambio van unidos otros factores complementarios que afectan muy seria- menéutica» (Ricoeur, 1965; Lee y Herbert, 1970; Sherwood, 1969; Battacchi, 19S7).
mente al conocimiento de la subjetividad. La nueva ciencia moderna se ocupa de Se trata ahí de descubrir el sentido que determinadas experiencias tienen para el
masas homogéneas de naturaleza física (fisicalismo), que poseen cantidad y movi- paciente como resultado de su biografía.
miento, que están sometidas a la acción de fuerzas que actúan de manera mecánica y Ambas direcciones se muestran como alternativas de método y de objeto a los de
determinística (mecanicismo) según una causalidad eficiente. Aquí no hay lugar para la psicología científica, de raíz wundtiana. Representan, por tanto, construcciones inte-
las cualidades sensibles, que parecen puramente subjetivas (colores, gustos, sabores ...), lectuales que se han elaborado desde fuera del tronco general de la investigación psi-
ni para el indeterminismo, n¡ la voluntad libre, ni para los propósitos y las finalidades. cológica empírica, y que han contribuido a evidenciar las limitaciones de ésta.
Las proposiciones científicas, para tener sentido, tendrían que poderse verificar empí-
ricamente, afirmó el positivismo. A comienzos del siglo xx, la nueva ciencia psicoló-
gica iba a construirse como una ciencia natural positiva, análoga a las otras ciencias La revolución cognítiva
naturales, pero tal decisión le obligaba a ir dejando fuera muchos de los rasgos que has-
ta ahora se habían considerado como esenciales en el ser del hombre. Las exigencias La psicología, especialmente en Estados Unidos, ha experimentado un profundo
de! método se lian impuesto por encima de las características del objeto a estudiar, cambio en el último tercio del siglo XX. Se ha hecho común hablar de la «revolución
introduciendo una esencial deformación en éste. cognitiva», como un cambio de modelo teórico o paradigma que ha venido a sustituir
El conductismo representa perfectamente este ensayo de hacer psicología de a! conductista antes dominante. Ya nos liemos referido a ello, al hablar del objeto y de
manera objetiva y de acuerdo con las exigencias de la ciencia natural. Watson.su fun- la definición más reciente de psicología, como ciencia de la mente y la conducta.
dador, escribió: «La psicología, tal como la ve un conductisla, es una rama experi- Está Cuera de discusión que el estudio de los procesos cognitivos, del pensamiento
mental y puramente objetiva de la ciencia natural. Su meta teórica es la predicción y y la mente humana se ha iniciado dentro de la psicología con el propio ÑVundt (Blu-
& Ediciones Pirámide C Ediciones Pirámide

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50 Historia ds las ideas psicológicas Los melados de la psicología 51

menilial, ¡975; Miralles, 19S6) y con sus discípulos y contradictores; también lo está cabo mediando factores relativos al objeto, y otros nacidos de su propia condición
que en la psicología europea la presencia de la conciencia — escuela de Ginebra, psi- científica. Pero tanto aquí como en-el caso de la evolución de! objeto psicológico, se
cología soviética, neoescolástica — ha sido continua durante las décadas pasadas. No pone de manifiesto que cada nueva situación, con toda su carga de innovación, lia apa-
obstnnie, el peso de la psicología americana sobre la imagen contemporánea de esta recido en estrechísima dependencia de la anterior, de sus limitaciones y exigencias,
ciencia es tan grande, que los cambios acontecidos en aquella aparecen como «iros o aprovechando posibilidades explicativas y ofreciendo nuevos recursos a !a compren-
variaciones de líi psicología en su totalidad. Como e! bloque rnayoritario de aquella ha sión y a la intervención.
experimentado desde mediados de nuestro siglo una creciente insatisfacción con el
modelo conductista, especialmente por influencia de desarrollos teóricos ocurridos en
disciplinas próximas, e! cuerpo general de la psicología contemporánea parece haber
experimentado la referida transformación cognitivista, entendida en muchas ocasiones
como cambio de «paradigma».
Sintéticamente, puede decirse que este proyecto teórico trata de convertirse en un
saber acerca de la mente como sistema representacional, propositivo y operativo
determinante del comportamiento, mediante observaciones objetivas componamen-
tnles de los sistemas humanos y, más en genera!, de los sistemas complejos de pro-
cesamiento de información. Como dicen los cognhivistas, se trata de hablar de la
mente con un lenguaje dimensional» (cualitativo, subjetivo, prepositivo), fundándo-
se en observaciones «extensionales» o de comportamiento {'Margolis et al, 1986;
Riviére. 1991).
Metodológicamente, ello no significa una exclusión sino más bien una ampliación
de los elementos utilizados por el investigador en su uso del método científico. Se tra-
ta de incorporar conceptos hipotéticos, explicativos de! comportamiento, pero, prime-
ro, Sé da cabida a una causalidad no lineal sino recursiva (retroalimentación, feed-
bnck); segundo, se admiten técnicas de simulación que han nacido de la consideración
de la mente como un ordenador digital (metáfora del ordenador [de Vega, 19S2J), y que
aparecen como técnicas heurísticas de problemas y de verificación de modelos, y ter-
cero, se hace imprescindible la descripción o fenomenología de la experiencia subjeti-
va a fin de disponer de términos adecuados de comparación con la operación simula-
dora del ordenador.
Son diversos los factores que han impulsado este cambio. Como ya vimos en su
momento, han convergido tanto impulsos internos a la psicología como otros venidos
de campos y ciencias más o menos próximos (exigencia de un adecuado estudio de los
procesos simbólicos cognitivos; limitaciones conceptuales del conductismo; avances
de la lingüística generativa; desarrollo de las teorías de procesamiento de información,
entreoíros).
Se debe añadir a éste un impulso complementario pero importantísimo, proce-
dente de la propia filosofía de la ciencia. En ésta lia entrado en crisis el positivismo
lógico, que había dado una versión dura y exilíente de la construcción teórica
(Smiih, 1986).
Si añadimos a esto la incorporación, desde la cibernética, de conceptos como los
de propósito, finalidad, información, que ahora se muestran como perfectamente inte-
grables en una teoría científica, se tendrá una idea de la mutación del horizonte en que
la psicología se situaba.
Como se ve, los cambios que jalonan la historia de la psicología se_ han llevado a

O Ediciones Pirdfiu'ilc O Ediciones Pirámide

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La e s t r u c t u r a de las
Traducción de
AGUSTÍN CONTIN revoluciones científicas
por
THOMAS S. KUHN

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO
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278 POSDATA: 1969 POSDATÁ: 1969 279

comprender el cambio revolucionario; en contras- parado un índice analítico parcial, y ha concluido


te con el acumulativo. que el término ha sido aplicado ai menos de
Una última alteración, íntimamente relacionada veintidós modos distintos. 7 Creo ahora que la
con la anterior, puede ayudamos a hacer más mayor parte de esas diferencias se deben a incon-
fácil esa comprensión. Un buen número de críti- gruencias de estilo (por ejemplo, las leyes de
cos han dudado de que una crisis, la observación New ton a veces son un paradigma, a veces partes
común de que algo anda mal, preceda tan invaria- de un paradigma y a veces son paradigmáticas),
blemente las revoluciones como yo lo he dicho, y pueden ser eliminadas con relativa facilidad.
implícitamente, en mi texto original. Sin embar- Pero, una vez hecha tal labor de corrección, aún
go, nada de importancia en mi argumento depen- quedarían dos usos muy distintos del término,
de de que las crisis sean un requisito absoluto que requieren una completa separación. El uso
para la revolución. Tan solo necesitan ser el pre- más global es el tema de esta subsección; el otro
ludio habitual, que aporte, por decirlo así, un será considerado en la siguiente.
mecanismo de auto-cprrección que asegure que la Habiendo aislado una particular comunidad de
rigidez de la ciencia normal no siga indefinida- especialistas mediante técnicas como las que aca-
mente sin ser puesta en duda. También pueden bamos de analizar, resultaría útil plantearse la
inducirse de. otras maneras las revoluciones, aun- siguiente pregunta: ¿qué comparten sus miem-
que creo que ello ocurra raras veces. Además, bros que explique la relativa plenitud, de su comu-
deseo señalar ahora lo que ha quedado oscureci- nicación profesional y la relativa unanimidad
do antes por falta de un adecuado análisis de la de sus juicios profesionales? A esta pregunta rni
estructura comunitaria: las crisis no tienen que texto origina] responde: un paradigma o conjunto
ser generadas por la labor de la comunidad de paradigmas. Pero para el caso, a diferencia
qu~e las experimenta y que a veces, como resul- del que hemos visto antes, el término resulta ina-
tado, pasa por una revolución. Nuevos instru- propiado. Los propios científicos dirían que com-
mentos como el microscopio electrónico o leyes parten una teoría o conjunto de teorías, y yo que-
nuevas corno la de Maxwell pueden desarrollarse daré satisfecho si el término, a fin de cuentas,
en una especialidad, y su asimilación puede crear puede volver a aplicarse para ese uso. Sin em-
crisis en otras. bargo, tal como se emplea en ia filosofía de la
ciencia el término "teoría", da a entender una
2. Los paradigmas como constelación de estructura mucho más limitada en naturaleza y
compromisos del grupo dimensiones de la que requerimos aquí. Mientras
el término no quede libre de sus actuales impli-
Volvámonos ahora a los paradigmas y pregun- caciones, resultará útil adoptar otro, para evitar
temos que pueden ser. Mi texto original no deja confusiones. Para nuestros propósitos presentes
ninguna cuestión más oscura o más importante. sugiero "matriz disciplinaria": "disciplinaria" por-
Un lector partidario de mis ideas, quien compar- que se refiere a la posesión común de quienes
te raí convicción de que "paradigma" indica los practican una disciplina particular; "matriz" por-
elementos filosóficos centrales del libro, ha pre- i iVlastermnii, op. cil.

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"POSDATA: 1969 231
280 POSDATA: 1969

que está compuesta por elementos ordenados de número de generalizaciones simbólicas que tienen
varias índoles, cada uno de los cuales requiere a su disposición quienes la practican.
ana ulterior especificación. Todos o la mayor Estas generalizaciones parecen leyes de la na-
parte de Jos objetos de los compromisos de grupo turaleza, pero para los miembros del grupo, su
que en mi texto original resultan paradigmas o función, a menudo, no es tan sólo ésa. Es a ve-
partes de paradigmas, o paradigmáticos, son par- ces, por ejemplo, la Ley de Joule-Lenz, H = RIZ.
tes constituyentes de la matriz disciplinaria, y Cuando se descubrió esa ley, los miembros de la
como tales forman un todo y funcionan en con- comunidad ya sabían lo que representaban H,
junto. R e /; estas generalizaciones simplemente les en-
No obstante lo anterior, no se les debe anali- señaban algo acerca de cómo proceden el calor, la
zar como si fueran Lodos de una sola pieza. No corriente y la resistencia, algo que no habían sa-
intentaré esbozar una lista completa, pero haré bido antes. Pero más a menudo, como lo indica
notar cuáles son las principales clases de com- un análisis anterior de este mismo libro, las ge-
ponentes de una matriz disciplinaria y aclararé neralizaciones simbólicas, simultáneamente, sirven
así tanto la naturaleza de rni actual enfoque, lo a una segunda función, que habituatmente es cla-
que nos preparará, simultáneamente, para mi si- ramente separada en los análisis de los filósofos
guiente argumento importante. de la ciencia. Así, / — ma, o I V/R, funcionan
Una clase importante de componente al que lla- en parte como leyes, pero también en parte como
maré "generalizaciones simbólicas", teniendo en definiciones de algunos de los símbolos que mues-
mente tales expresiones; desplegadas sin duda ni tran, A mayor abundamiento, el equilibrio entre
disensión por unos miembros del grupo, fácil- su inseparable fuerza legislativa 3' definidora cam-
mente puede presentarse en una forma lógica bia con el tiempo. En otro contexto, estos argu-
como (,x) (y) (z} (x, y, z}- Tales son los com- mentos valdrían la pena de hacer un análisis de-
ponentes formales, o fácilmente formalizables, de tallado, pues la naturaleza del compromiso con
la matriz disciplinaria. En algunas ocasiones ya una ley es muy distinta de la del compromiso
se les encuentra en una forma simbólica : / — rna. con una definición. A menudo las leyes pueden co-
oí — V/R. Otras habituaJmente se expresan en rregirse parte por parte, pero las definiciones, al
palabras: "los elementos se combinan en propor- ser tautologías, no se pueden corregir. Por ejem-
ción constante por el peso" o "acción igual reac- plo, una parte de lo que exigía 3a aceptación de
ción". De no ser por Ja aceptación general de ex- la Ley de Ohm era una redefinición tanto de "co-
presiones como éstas, no habría puntos en que los rriente" como de "resistencia"; si tales términos
miembros del grupo pudieran basar las podero- hubieran seguido significando lo que antes signi-
sas técnicas de la manipulación lógica y matemá-
ficaban, la Ley de Ohm no habría podido ser cier-
tica en su empresa de s o l u c i ó n ' de problemas.
ta; tal es la razón por la que encontró una-oposi-
Aunque el ejemplo de 3a taxonomía parece indi-
ción tan enconada, a diferencia de la Ley de Joule-
Lenz.8 Probablemente tal situación es caracte-
car que la ciencia normal puede proceder con
pocas expresiones semejantes, el poder de una s Para conocer partes significativas de este episodio
ciencia, generalmente, parece aumentar con el véase "Tho Electric Curren! in Early Nineleenth-CeiUury
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rística. Ahora yo sospecho que tocias las revolu- sas, dan al grupo sus analogías y .metáforas pre-
ciones, entre otras cosas, implican el abandono feridas o permisibles. Y al hacer esto ayudan a
de generalizaciones cuya fuerza, previamente, ha- determinar lo que será aceptado como explicación
bía sido la fuerza de las tautologías. ¿Demostró .y como solución de problemas; a la Inversa, ayu-
Einstein que la simultaneidad era relativa, o bien dan en la determinación de la lista de enigmas no
alteró la propia noción de simultaneidad? ¿Sim- resueltos y en la evaluación de la importancia de
plemente estaban equivocados quienes encontra- cada uno. Sin embargo, obsérvese que los miem-
ron una paradoja en la frase "relatividad de la bros de las comunidades científicas acaso no
simultaneidad"? compartan ni siquiera los modelos heurísticos,
Consideremos ahora LUÍ segundo tipo de com- aunque habitualmente sí lo hacen. Ya he indica-
ponente de la matriz disciplinaria, componente do que durante la primera parte del siglo xix se
acerca del cual se ha dicho ya bastante en1 rni texto podía pertenecer a la comunidad de los químicos
original, bajo títulos como el. de "paradigma meta- sin creer por ello, necesariamente, en los átomos.
físico" o "las partes metafísicas de los paradig- Ahora, describiré aquí como valores a una ter-
mas". Estoy pensando en compromisos compar- cera clase de elementos de la matriz disciplinaria.
tidos con creencias tales corno: el calor es la Habitualmente se les comparte: entre diferentes
energía kinética de las partes constituyentes de comunidades, más generalmente que las generali-
los cuerpos; todos los fenómenos perceptibles se zaciones simbólicas o los modelos, y hacen mu-
deben a la interacción de átomos cualitativamente cho para dar un sentido de comunidad a los .cien-
neutrales en el vacío o bien, en cambio, a la ma- tíficos naturalistas en conjunto.. Aunque funcio-
teria y la fuerza, o a los campos. Al reescribir el nan en todo momento, su importancia particular
libro describiría yo ahora tales compromisos surge cuando los miembros de una comunidad
corno creencias en modelos particulares, y exten- particular deben identificar una crisis o, después,
dería ios modelos de categorías para que también escoger entre formas incompatibles de practicar
incluyeran una variedad relativamente heurística: su disciplina. Probablemente los valores más. pro-
el circuito eléctrico puede ser considerado -como fundamente sostenidos se refieren a las prediccio-
un sistema hidrodinámico de estado estacionario; nes : deben ser exactas; las predicciones cuanti-
las moléculas de un gas actúan como minúsculas tativas son preferibles a las cualitativas; sea cuaJ
bolas- de billar, elásticas, en un movimiento pro- fuere el margen de error admisible, debe ser con-
ducido al azar. Aunque varía Ja fuerza de los com- tinuamente respetado en un campo determinado,
promisos del grupo, con consecuencias no tri- y así por el estilo. Sin embargo, también hay
viales,, a lo largo del espectro de los modelos valores que deben aplicarse al juzgar teorías en-
heurístico a ontológico, sin embargo todos los mo- teras : antes que nada, deben permitir la formu-
delos tienen funciones similares. Entre'otras co- lación y solución de enigmas; cuando sea posible
deben ser sencillas, coherentes y probables, es
Krench Physics", de T. M. Brown, Bistorical Sttidies in decir, compatibles con otras teorías habitui-ümerí-
ihe Physlcnl Sci&ncies, I (.1969), 61-103 y "Resistence to
Ohm's Law", de Morlón ¿chagrín, American Journal oí te sostenidas. (Considero ahora como una fla-
Prysics, XXJ (1963), 536^7. queza'de rni texto original el haber prestado' poca

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2S4 POSDATA: 1969 POSDATA: J969 233

atención a valores tales como la coherencia in- Para muchos lectores de ios anteriores capítu-
terna y externa al considerar las causas de crisis los, esta característica de la operación de ios va-
y factores de elección de teorías). También exis- lores compartidos ha parecido una considerable
ten otras clases de valores, por ejemplo, la cien- flaqueza de la posición que he adoptado. Como
cia debe ser (o no tiene que serlo necesariamente) insisto en que aquello que comparten los hom-
útil para la sociedad, pero lo anterior Índica aque- bres de ciencia no es suficiente para imponer un
llo que tengo en mente. acuerdo uniforme acerca de cuestiones tales como
Sin embargo, un aspecto de los valores com- la opción entre teorías competitivas o la distin-
partidos requiere en este punto una mención par- ción entre una anomalía ordinaria y otra que pro-
ticular. En un grado más considerable que otras voca crisis, ocasionalmente se me ha acusado de
clases de componentes de la matriz disciplinaria, glorificar la subjetividad y aun la irracionalidad.0
los valores deben ser compartidos por personas Pero tal reacción ha pasado por alto dos caracte-
que difieren en su aplicación. Los juicios de pre- rísticas que muestran los juicios de valor en cual-
cisión y exactitud son relativamente estables, aun- quier campo. En primer lugar, los valores com-
que no enteramente, de una vez a otra y de un partidos pueden ser importantes y determinan-
miembro a otro en un grupo particular. Pero Jos tes del comportamiento del grupo, aun cuando Jos
juicios de sencillez, coherencia, probabilidad y miembros del grupo no los apliquen todos de la
similares a menudo varían grandemente de indi- misma manera! (Si tal no fuera el caso, no ha-
viduo a individuo. Lo que para Einstein resulta- bría especiales problemas filosóficos acerca de la
ba una Incoherencia insoportable en la antigua teoría del valor o la estética). No todos Jos hom-
teoría de los guanta, incoherencia tal que hacía bres pintaron de la misma manera durante los
imposible la investigación de una ciencia normal, periodos en que la representación era un valor
fue para Bohr y para otros sólo u n a - d i f i c u l t a d primario, pero la pauta de desarrollo de las artes
que, por Jos medios normales, podía resolverse. plásticas cambió radicalmente al ser abandonado
Algo más importante aún: en aquellas situaciones tal valor,10 Imagínese lo que ocurriría en las cien-
en que hay que aplicar valores, los diferentes cias si la coherencia dejase de ser un valor fun-
valores, tomados por separado, a menudo obliga- damental. En segundo lugar, la variabilidad in-
rán a hacer diferentes elecciones. Una teoría pue- dividual en la aplicación de los valores comparti-
de resultar más precisa pero menos coherente o dos puede servir a funciones esenciales para la
probable que otra; asimismo, la antigua teoría ciencia, Los puntos en que deben aplicarse los
de los guanta nos ofrece un ejemplo. En suma, valores son invariablemente aquellos en que de-
aunque los valores sean generalmente comparti- 9." Véase particularmente: "Meaning and Scienufic Chan-
dos por los hombres de ciencia y aunque el com- ge", de Dudiey Shap-sre, en Mina cíuí Cosmos: Essays
promiso con ellos sea a la vez profundo y cons- m Confemporary Science and Philosophy, The University
of Pittsburgh Series in the Phüosophy of Science, III
t i t u t i v o de la ciencia, la aplicación de valores a (PUlsburgh, 1966), 4.1-85; Science, and Subjéciivity, de Is-
menudo se ve considerablemente afectada'por los rael Scheffler (Nueva York, .1967); y el ensayo ite Sir Karí
rasgos de la personalidad individual que diferen- Popper de Imrc Laicatos en Growth of Kn&víedge.
cia a los miembros del grupo. 30 Véase la discusión, al principio de la sección XIII.
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fe?
POSDATA: 1969 23?
2Só POSDATA: 1969

ben correrse riesgos. La .mayor parte de las otras clases de componentes de la matriz disci-
anomalías se resuelve por medios normales; la plinaria, las diferencias entre conjunios de ejem-
mayoría de las proposiciones de nuevas teorías plares dan a la comunidad una finísima estruc-
resultan erróneas. Si todos los miembros de una tura de la ciencia. Por ejemplo, todos los físicos
comunidad respondiesen a cada anomalía como empiezan aprendiendo los mismos ejemplares:
causa de crisis o abrazaran cada nueva teoría pro- problemas tales como el plano inclinado, el pén-
puesta por un colega, la ciencia dejaría de exis- dulo cónico y las órbitas keplerianas, instrumen-
tir. En cambio, si nadie reaccionara a las anoma- tos como el vernier, el calorímetro y el puente de
lías o a las flamantes teorías de tal manera que Wheatstone. Sin embargo, al avanzar su prepa-
se comerán grandes riesgos, habría pocas o nin- ración, las generalizaciones simbólicas que com-
guna revoluciones. En asuntos como estos el re- parten se ven ilustradas cada vez más a menudo
currir a los valores compartidos, antes que a las por diferentes ejemplares. /Vunque tanto los físi-
reglas compartidas que gobiernan la elección in- cos especializados en transistores como los físicos
dividual, puede ser el medio del que se vale la co- teóricos de un campo comparten y aceptan la
munidad para distribuir los riesgos y asegurar, ecuación de Schrodinger, tan solo sus aplicacio-
a la larga, el éxito de su empresa. nes más elementales son. comunes a ambos grupos.
Volvámonos ahora a una cuarta especie de ele-
mento de la matriz disciplinaria, no la única res- 3, Los paradigmas corno ej&mptos compartidas
tante, pero sí la última que analizaré aquí. Para
ella resultaría perfectamente apropiado el térmi- El paradigma como ejemplo compartido es el
no "paradigma", tanto en lo filológico como en lo elemento- central de lo que hoy considera como
autobiográfico; se trata del componente de los el aspecto más novedoso y menos comprendido de
compromisos compartidos por un grupo, que ini- este libro. Por lo tanto, sus ejemplares requieren
cialmente me llevaron a elegir tal palabra. Sin más atención que las otras clases de componen-
embargo, como el término ha cobrado una vida tes de la matriz disciplinaria, Los filósofos de la
propia, lo sustituiré aquí por "ejemplares". Con ciencia habitualmeníe no han elucidado los pro-
él quiero decir, inicialmente, las concretas solu- blemas que encuentra el estudiante en los labo-
ciones de problemas que los estudiantes encuen- ratorios o en los textos de ciencia, pues se supone
tran desde el principio de su educación científica, que éstos tan solo aportan una práctica en la
sea en los laboratorios, en los exámenes, o al final aplicación de aquello que ya sabe el estudiante.
de los capítulos de los textos de ciencia. Sin em- Se dice que no puede resolver problemas a me-
bargo, a estos ejemplos compartidos deben aña- nos que ya conozca la teoría y algunas reglas
dirse al menos algunas de las soluciones de para su aplicación. El conocimiento científico se
problemas técnicos que hay en la bibliografía pe- halla como empotrado en la teoría y la regla;
riódica .que los hombres de ciencia encuentran se ofrecen problemas para darle facilidad a su apli-
durante su carrera de investigación post-estu-dian- cación. Shi embargo, yo he tratado de sostener
til, y que (.ambién les enseñan, mediante el ejem- que esta localización del conocimiento cognos-
plo, cómo deben realizar -su tarea. Más que citivo de la ciencia es un error. De-s-pués que

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288 POSDATA: 1909 POSDATA: 1969 289

el estudiante ha resuelto muchos problemas, tan manipulación lógica. y matemática se aplique di-
solo podrá lograr más facilidad si resuelve roas rectamente" a / = nía. Una ve/, examinada, la ex-
aún. Pero ai principio y durante cierto tiempo, presión resulta un esbozo de ley o un esquema
resolver problemas es aprender cosas consecuti- de ley. Cuando ei estudiante o el científico prac-
vas acerca -de la naturaleza. A falta de tales ticante pasa de una situación problemática a la
ejemplares, las leyes y teorías que previamente siguiente, cambia la generalización simbólica a
haya aprendido tendrán muy escaso contenido la que se aplican tales manipulaciones. Para el
empírico. caso de la caída libre, / = tna se convierte en
Para indicar lo que tengo en mente volveré por
un momento a las generalizaciones simbólicas. Un Ij - ¡Tig — -m——; para el péndulo simple se transfor-
ejemplo muy extensamente compartido es la Se- t J
gunda Ley del Movimiento, de Newton, general- l| ma en mg szn O — nil-—r; para una pareja de
mente escrita corno / = -nía. Los sociólogos, por a/-
ejemplo, o los lingüistas que descubren que la ex- !j osciladores armónicos que actúan uno sobre otro
presión correspondiente ha sido proferida y reci- jl se convierte en dos ecuaciones, la primera de las
.biela sin problemas por los miembros de una co- I .
| cuales puede escribirse asi:
munidad dada, no habrán aprendido mucho, sin ft dt->
gran investigación adicional, acerca de lo que lí (-5*2 —S} + d ) ' , y para situaciones más complejas,
significa la expresión o los términos que la for- tales como las deí giróscopo, torna otras formas,
man, acerca de cómo los científicos de la- comu- cuyo parecido f a m i l i a r con / — MÍO. es todavía
nidad relacionan la expresión con la naturaleza. más difícil de descubrir. Sin embargo, mientras
En realidad, el hecho de que la acepten sin poner- aprende a identificar fuerzas, masas y aceleracio-
la en tela de duda y que la utilicen en un punto nes en toda una variedad de situaciones físicas
en ei cual introducen la manipulación lógica y ; nunca antes encontradas, el estudiante también
matemática, no implica por sí mismo que todos ha aprendido a diseñar la versión adecuada de
*
convengan en cosas tales como significado y apli- i = ma a través de la cual puede interrelacionar-
cación. Desde luego, convienen hasta un grado jas, y a menudo una versión para la cual nunca
considerable, o el hecho rápidamente saldría a la ha encontrado un equivalente literal. ¿Cómo ha
luz a partir de sus subsiguientes conversaciones. aprendido a hacer todo esto?
Pero bien podemos preguntar en qué punto y por Un fenómeno conocido tanto de los estudiantes
qué medio han llegado a ello:" ¿Cómo han apren- de la ciencia como de sus historiadores nos ofrece
dido, ante una situación experimental dada, a es- una clave. Los primeros habitualmente informan
coger las fuerzas, masas y aceleraciones perti- que han seguido de punta a cabo un capítulo de
nentes? su texto, que lo han comprendido a la perfección,
En la práctica, aunque este aspecto de la si- pero que sin embargo tienen dificultades para
tuación pocas veces o nunca se nota, lo que los resolver muchos de los problemas colocados al
estudiantes tienen que aprender es aún más com- final del capítulo. Por lo general, asimismo, estas
plejo que todo eso. No es exactamente que la dificultades se disuelven de la misma manera.
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Con o sin ayuda de su instructor, el estudiante, puntual como lenteja. Huyghens resolvió enton-
descubre una manera de ver su problema, come ces el problema de la oscilación de un péndulo
un problema que ya había encontrado antes. Una físico imaginando que el cuerpo extendido de este
vez captada la similitud, percibida la analogía en- último se componía de unos péndulos puntuales
tre dos o más problemas distintos, puede irtterre- gaHleicos, y que los nexos entre ambos podían
lacíonar símbolos y relacionarlos con la natura- .soltarse instantáneamente en cualquier punto de
leza de las maneras que ya han resultado efecti- su vaivén. Una vez sueltos los vínculos, podrían
vas antes. El esbozo de ley, corno por ejemplo balancearse libremente ios péndulos puntuales,
/ = nía, ha funcionado como instrumento, infor- pero su colectivo centro de gravedad cuando cada
mando al estudiante de las similitudes que debe uno llegara a su punto más alto, corno el del pén-
buscar, mostrándole la Gestalt en que puede ver- dulo de Galiíeo, tan sólo subiría a la altura desde
se la situación. La resultante capacidad para per- la cual había empezado a caer el centro de grave?
cibir toda una variedad de situaciones como si- dad del péndulo extendido. Finalmente, Daniel
milares, como sujeto para / = -rna o para alguna Bernoulli descubrió cómo hacer que el flujo de
otra generalización simbólica es, en mi opinión, agua que pasa por un orificio se pareciera al pén-
lo principal'que adquiere un estudiante al resol- dulo de Huyghens. Determínese el descenso del
ver problemas ejemplares, sea con papel y lápiz centro de gravedad deí agua que hay en el tan-
o en un laboratorio bien provisto. Después cíe que y del chorro durante un infinitesimai^inter-
completar un cierto número, que puede variar valo de tiempo. Luego imagínese que .cada par-
extensamente de un individuo al siguiente, con- tícula de agua después avanza separadamente, ha-
templa la situación a la que se enfrenta como un cia arriba, hasta la máxima altura aicanzabíe con
científico en la misma Gestalt que otros miem- la velocidad adquirida durante el intervalo. El
bros de su grupo de especialistas. Para él ya no ascenso del centro de gravedad de las partículas
son las misrnas situaciones que había encontrado individuales entonces debe equipararse con el des-
al comenzar su preparación. En eí ínterin ha asi- censo del. centre> de gravedad del agua que hay en
milado una manera de ver las cosas, comprobada el tanque y el chorro. Desde tal punto, la tan lar-
por el tiempo y sancionada por su grupo. gamente buscada velocidad del efluvio apareció
El papel de las relaciones de similitud adquiri- inmediatamente? 1 Este ejemplo debe empezar a
das también se muestra claramente en la historia poner en claro lo que quiero decir con aprender
de las ciencias. Los científicos resuelven los enig- u Véase LUÍ ejemplo en: .4 Hístory Q-f Mechantes, de
mas modelándolos sobre anteriores soluciones de Rene Dugas, traducción al inglés de J. R. Maddox (Neu-
enigmas, a menudo recurriendo apenas a las ge- chatei, 1955) pp. 135-30, 186-93, e flidrodyncú-nica, sive de
\nrilms ef modbus jliiidoriirn, corrim&iicü'ii opt¡s acadtuni-
neralizaciones simbólicas. Gaiileo descubrió que cuní, de Daniel Bernoulli (Estrasburgo, 1738), Sec. 3.
una vola que rueda por una pendiente"adquiere la Para ver el grado de desarrollo alcanzado por la mecá-
velocidad exaqtamente necesaria para volver a nica durante la primera mitad .del siglo xvni, modelando
la misma altura vertical en una segunda, pendien- una solución sobre otra, véase: "Reacfíons of Late Ba.ro-
que íviechanics to Success, Coajecturó, Error, and FaUure
ae de cualquier cuesta, y aprendió a ver tal situa- in Kewton's Principia", de Cüfford Truesdeli, Tex^s Quar-
ción experimental como el péndulo con una masa terly, X (19Ó7), pp. 23S-5S.

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a p a r t i r de los problemas, a ver situaciones romo 4. Conociínie.nto tácito e intuición
similares, como sujetas a ja apl.ifp.cion de la mis-
ma ley o esbozo de ley cieniíñca. Simultáneamen- Tai -referencia al conocimiento tácito y el con-
te, debe mostrar por qué me reñero al conoci- secuente rechazo de las reglas ponen en relieve
miento consecuencia! de la naturaleza, adquirido otro problema que ha interesado a muchos de
mientras se aprendía la relación de similitud y, mis críticos y que pareció aportar una base para
después, incorporado a una forma de ver las si- acusarme de subjetividad e irracionalidad. Algu-
tuaciones físicas, que no en regías o leyes. Los nos lectores han considerado que yo estaba tra-
tres problemas del ejemplo, todos ellos, ejempla- tando de hacer que la ciencia se basara en in-
res para los mecánicos del siglo xvm, muestran tuiciones individuales inanalizables, antes que en
tan solo una ley de la naturaleza. Conocida como la ley y en .la lógica. Pero tal interpretación re-
el Principio de -vis viva, habituaimente se plantea- sulta desviada en dos aspectos esenciales. En pri-
ba como "descenso real igual a ascenso potencial". mer lugar, si estoy hablando siquiera acerca de
La aplicación hecha por BernoulJi de tal ley debe intuiciones, no son individuales. Antes bien,-son"
mostramos cuan consecuencia! era. Y sin embar- las posesiones, probadas y compartidas, de los
go, el planteamiento verbal de la ley, en sí mismo, miembros de un grupo que han logrado éxito, y eí
es virtuaJmente impotente. Preséntesele a un ac- practicante bisoño las adquiere mediante su pre-
tual estudiante de física, que conozca las palabras paración, como parte de su aprendizaje para lle-_
y que puede resolver todos sus problemas, pero gar a pertenecer a un grupo. En segundo lugar,
que hoy se vale de medios distintos. Luego ima- en principio no son inanalizables. Por el contra-
gínese lo que las palabras, aunque bien conocidas, rio, actualmente estoy experimentando con un
pueden haber dicho a un hombre que no cono- programa de computadoras destinado a investigar
ciera siquiera los problemas. Para él la generali- sus propiedades a un nivel elemental. Acerca de
zación podía empezar a funcionar tan solo cuando taJ programa rio tengo nada que decir aquí, 32 pero
aprendiera a reconocer los "descensos reales" y hasta una mención de él debe probar mi punto
los "ascensos potenciales" como ingredientes de más esencial. Cuando hablo de un conocimiento
la naturaleza, y ello ya es aprender aJgo, anterior incorporado a unos ejemplos compartidos, no es-
a la ley, acerca de las situaciones que la natura- toy refiriéndome a un modo de conocimiento que
leza presenta y no presenta. Tai suerte de apren- sea menos sistemático o menos analizable que el
dizaje no se adquiere exclusivamente por medios conocimiento incorporado a las reglas, leyes o
normas de la ejemplificación. En cambio, tengo
verbales; antes bien, surge cuando se unen las
en mente un modo de conocer deficientemente
palabras con los ejemplos concretos de cómo fun-
construido, aunque haya sido reconstruido de
cionan en su uso; naturaleza y palabra se apren-
den al unísono. Utilizando una vez más una útil acuerdo con las reglas tornadas de ejemplares, y
frase de Micha el Polanyi, lo que resulta de este que después han funcionado en Jugar de estos.
proceso es un "conocimiento tácito" que se ob- O, para decir la misma cosa de otro.modo, cuan-
tiene practicando la ciencia, no adquiriendo re- 13 Alguna información sobre este tcmn puede encontrar-
glas para practicarla. se cu "Secoud Thoughts".
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do hab]o de adquirir de unos paradigmas la ca- tes estímulos pueden producir las mismas sensa-
pacidad de reconocer una siLuación dada como ciones; que el mismo estímulo puede producir
parecida o no parecida a otras'antes vistas, no muy distintas sensaciones, y, finalmente que el
estoy indicando un progreso que no sea> poten- camino del estímulo a la sensación está condi-
cialmente, del todo explicable en términos del cionado, en parte, por la educación. Individuos
mecanismo neurocerebral. En cambio, estoy afir- educados en distintas sociedades se comportan
mando que la explicación, por su naturaleza, no en algunas ocasiones como si vieran diferentes^
responderá a la pregunta "¿similar con respecto' cosas. Si no tuviéramos la tentación de identificar-
a qué?" Tal pregunta es una petición de una re- los estímulos, uno a uno, con las sensaciones, po-
gla, en este caso de 'unas normas por ¡as cuales dríamos reconocer que en realidad hacen eso. .
unas situaciones particulares se agrupen en con- Nótese ahora que dos grupos, cuyos miembros/
juntos de similitud, y estoy afirmando que la ten-' tienen sensaciones sistemáticamente distintas^ al
tación de buscar normas (o al menos un conjunto recibir los mismos estímulos, en cierto sentido^
completo) debe resistirse en este caso. Sin em- viven en diferentes mundos. Suponemos la exis-
bargo, no es al sistema ai que me estoy oponien- tencia de. los estímulos, para explicar nuestras
do, sino a una clase particular de sistema. percepciones del mundo y suponemos su inmuta-
Para dar más sustancia a mi argumento, tendrá bilidad para evitar el solipsismo, tanto individual
que hacer una breve digresión. Lo que sigue me como social. No tengo la menor reserva ante nin-
parece obvio en la actualidad, pero el constante guna de las dos suposiciones. Pero nuestro rnan-
recurrir en mi texto original a frases como "el do está poblado, en primer lugar, no por estímu-
mundo cambia" parece indicar que no siempre los, sino por los objetos de nuestras sensaciones,
fue así. Si dos personas se encuentran en el mis- y éstos no tienen que ser los mismos, de un indi-
mo Jugar y miran en la misma dirección, deber viduo a otro, o de un grupo a otro. Por supues_to^
rnos, bajo pena de' caer en un solipsismo, concluir, hasta el grado en que los individuos pertenecen 1
que reciben unos estímulos muy similares. ($i al mismo grupo y comparten así educación, idio-
ambos pudieran fijar su mirada en el mismo lu- ma, experiencias y cultura, Leñemos buenas razo-
gar, los estímulos serían idénticos). Pero la gente nes para suponer que sus sensaciones son las mis-
no ve estímulos; nuestro conocimiento de éstos mas. ¿De qué otro modo deberíamos comprender
es sumamente teórico y abstracto. En cambio, la plenitud de su comunicación y lo común de sus
tienen sensaciones, y nada nos obliga a suponer respuestas conductistas a su medio? Deben de
que ¡as sensaciones de nuestras dos personas sean ver cosas, estímulos de procesos, de manera niuyj
las mismas. (Los escépticos acaso recordarán que parecida. Pero donde empiezan las diferenciacio-
la ceguera al color nunca fue advertida hasta que nes y la especialización de los grupos, ya no te-
John Dalton la describió en 1794). Por el contra- nemos una prueba similar de la inmutabilidad
rio, muchos procesos neurales" ocurren entre Ja de las sensaciones. Sospecho que un mero provin-
recepción de un estímulo y ía conciencia de una cianismo nos hace suponer que el camino de-los
.^sensación. Entre las otras cosas que sabemos con estímulos a la sensación es el mismo para los
'seguridad acerca de ello" están: que muy diferen- miembros de todos los grupos.

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SÍ volvemos ahora a ios ejemplares y reglas, Pero ese paralelo mismo nos sugiere que el reco-
Jo que he estado tratando de decir, por muy pro- nocimiento también puede ser involuntario, un
visional que haya sido mi manera de hacerlo, es proceso'sobre el cual no tenernos ningún domi-
^sto: una de las técnicas fundamentales por las nio. Si es así, entonces no debemos concebirlo
que los miembros de un grupo, ya sea toda una propiamente coinq algo que logramos mediante
cultura o ana subcomunidad de especialistas den- ¡a aplicación de reglas y normas." Hablar de él en
tro de ella, aprenden a ver las mismas cosas cuan- estos términos implica que tenemos acceso a op-
do se encuentran ante los mismos estímulos, es ciones; por ejemplo,- acaso hayamos .desobede-
al verse ante ejemplos de situaciones que sus pre- cido una regla, o aplicado nial una norma, expe-
decesores en el mismo grupo ya habían aprendido rimentado con otra forma de ver.13 Esas, lo acep-
a ver como similares y como diferentes de otras to, son las clases de cosas que no podemos hacer.
__especies de situaciones. Estas situaciones simila- O, más precisamente, son cosas tales que no
res pueden ser sucesivas presentaciones sensorias podernos hacer hasta que hayamos tenido una sen-
del mismo individuo, digamos de una madre, bá- sación, que hayamos percibido algo; entonces a
sicamente reconocida de vista corno lo que es, y menudo buscamos normas y las ponemos en usp.
como diferente del padre o de la hermana. Pue- Entonces podemos embarcarnos en una interpre-
den ser presentaciones de Jos miembros de fami- tación, proceso deliberativo por el cual escogemos
lias naturales, digamos de cisnes por una parte entre alternativas, como no lo hacemos en 3a per-
y de gansos por la otra. O bien, para los miem- cepción misma. Quizás, por ejemplo, haya algo
bros de grupos más especializados, pueden ser raro en Jo que hemos visto (recuérdense unas
ejemplos de la situación newtoniana, o de sus barajas anormales). Ai dar vuelta a una esquina
situaciones; es decir, que todos son similares ya vemos a mamá entrando en una tienda del centro
que están sujetos a ana versión de la forma sim- en un momento en que creíamos que se encontra-
bólica / = nía y que so.n distintos de las situa- ba en casa. Ai contemplar lo que hemos visto, de
ciones a Jas que, por ejemplo, se aplican Jos pro- pronto exclamamos: ¡"Esa no era mamá, pues
yectos de ley de la óptica. tenía el cabello rojo!" Al entrar en la tienda ve-
Admitamos por el momento que pueda ocurrir mos de nuevo a esa señora y no podernos enten-
algo de esta índole. ¿Debemos decir que Jo que der cómo pudimos confundirla con mamá. O,
se ha adquirido de unos ejemplares son Jas re- quizá vemos las plumas de la cola de un ave que
glas y Ja capacidad de aplicarías? Esta descrip- está tomando sus alimentos del fondo de una pis-
ción es tentadora porque el hecho de que veamos cina. ¿Se trata de un cisne o un ganso? Coníern-
una situación como parecida a las que hemos en-
13 Nunca hubiera sido necesario establecer este ponto
contrado antes tiene que ser ei resultado de un si todas las leyes fueran como-las de Newíon y todas !as
procesamiento neural, gobernado absolutamente regjas como los Diez Mandamientos. En tal caso, la fras^
por leyes físicas y químicas. En este sentido, en "quebrantar una ley", no tendría sentido y LUÍ rechazo
cuanto. hemos aprendido a hacerlo, el reconoci- de las reglas no parecería implicar un proceso no gober-
nado por leyes. Por desgracia las leyes de transito y pro-
miento de la similitud debe ser tan totalmente ductos similares de la legislación sí pueden quebrantarse,
sistemático como el latir de nuestros corazones.Page 53 of 372 facilitando la confusión.
'fe!
¡i
29S POSDATA: 1969
POSDA-TA: -ül 2s?í'

piarnos lo que hemos visto y mentalmente com- ios grupos pueden tener distintas//
pararnos las plumas de la coJa con las c!e ¡os CÍST cuando se encuentran ante los rms
i-
no es implicar que ,tengan percepciones
• en
nes y gansos que antes hemos visto. O quizás, si
nos inclinamos hacía ia ciencia, tan sólo quere- luto. En muchos medios, el grupo que no podía
mos saber algunas características generales (la diferenciar los perros de los lobos, no pudo sub-
blancura de los cisnes, por ejemplo) de los miem- sistir. Tampoco 'podría un grupo de .físicos nu-
bros de una familia zoológica que fácilmente po- cleares de hoy sobrevivir como hombres de cien-
damos reconocer. Una vez más, contemplamos lo cia si no pudieran reconocer las huellas de las
que antes habíamos percibido, buscando lo que partículas y los electrones alfa. Es precisamente
tengan en común los miembros de la familia dada. porque hay tan pocas 'maneras de ver por lo que
Todos estos son procesos deliberativos, y en aquellas que han pasado por las prueb'as de uso
del grupo son dignas de ser transmitidas de ge-
ellos buscamos y desplegamos normas y reglas.
Es decir, tratamos de interpretar jas sensaciones neración en generación. Asimismo, es porque han
que ya tenemos, de analizar qué es lo dado para sido seleccionadas por su triunfo sobre el tiempo
nosotros. Por mucho que hagamos eso, los proce- histórico por lo que tenemos que hablar de la
sos en cuestión finalmente deben ser neurales, experiencia y el conocimiento de la naturaleza in-
y por tanto están gobernados por las mismas leyes corporados en el camino del estímulo a la sensa-
físico-químicas que gobiernan la percepción, por ción.
una paite, y el latido de nuestros corazones, Quizás "conocimiento" no sea la paia.bra ade-
por la otra. Pero el hecho de que el sistema obe- cuada, pero hay razones para valemos de ella.
dezca las mismas leyes en los tres casos no es Lo que está incluido en el proceso neural que
una razón para suponer que nuestro aparato neu- transforma los estímulos en sensaciones tiene las
ral está programado para operar de la misma ma- características siguientes: ha sido transmitido por
nera en la "interpretación como en la percepción medio de la educación; tentativamente, ha resul-
o en ambas como en el latir de nuestros corazo- tado más efectivo que sus competidores históri-
nes. A lo que hemos estado oponiéndonos en este cos en el medio actual de un grupo; y, finalmente,
libro es, por tanto, al intento, tradicional desde está sujeto a cambio, tanto por medio de una
Descartes, pero no antes, de analizar la percep- nueva educación como por medio del descubri-
ción como un proceso interpretativo, como una miento de incompatibilidad con el medio. Tales
son características del conocimiento, y ello expli-
versión inconsciente de lo que hacemos después
de haber percibido. ca por qué aplico yo ese término. Pero es un uso
extraño, porque falta otra característica. No te-
Lo que hace que la integridad, de la percepción
valga la pena de subrayarse es, por supuesto, que nemos acceso directo a lo que es aquello que sa-
tanta experiencia pasada se encuentre incorpora- bemos, no tenemos reglas de generalización con
da en el aparato neural que transforma los es- que expresar este conocimiento. Las. reglas que
pudieran darnos tal acceso se referían a. los es-
tímulos en sensaciones. Un mecanismo percep-
iual apropiadamente programado tiene valor de tímulos, no a las sensaciones. Y solo podernos
supervivencia. Decir que los miembros de distin- conocer Jos estímulos mediante una elaborada

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teoría. Á falta de ella, el conocimiento incluido mente tratnrg de sostenerla. Ver unas gotitas de
en el camino del estímulo de sensación sigue agua o una aguja- contra una escala numérica es
siendo tácito. una primitiva experiencia perceptual para ei hom-
Lo que antes se ha cucho acerca de la sensación, bre que no está acostumbrado a cámaras anubla-
aunque obviamente preliminar, y que por ello no das y amperímetros. Por ello, requiere contem-
tiene que ser exacto en, Lodos sus detalles, ha sido plación, análisis e interpretación, (o bien la inter-
considerado literalmente. Por lo menos, es una vención de una autoridad exterior) antes de que
hipótesis acerca de ja visión que debe someterse pueda llegarse a conclusiones acerca de eiectro-
la investigación experimental, aunque, probable- nes o de corrientes. Pero la. posición de quien
mente, no a una verificación directa. Pero hablar ha aprendido acerca de tales instrumentos y ha
así de ver y de sensaciones también sirve aquí a tenido una gran experiencia con tales ejemplos
unas funciones metafóricas, como en todo el cuer- es muy distinta, y hay una diferencia correspon-
po de este libro. No vemos los electrones, sino diente.en la forma en que procesa los estímulos
antes bien su recorrido, o bien burbujas de va- que le llegan a partir de aquellos. Contemplando
por en una cámara anublada. No vemos para el vapor cíe su aliento en una iría noche de in-
nada las comentes eléctricas, sino, antes bien, vierno, su sensación puede ser la misma del lego,
la aguja de un amperímetro o de un galvanóme- pero al ver una cámara anublada ve (aquí sí li-
tro. Sin embargo, en las páginas anteriores, par- teralmente) no gotitas sino el rastro de electro-
ticularmente en la Sección X, repetidas veces he nes, partículas alfa, etc. Tales pistas, si. el lector
procedido como si en realidad percibiéramos en- desea, son las normas que él interpreta como ín-
tidades teóricas, como corrientes, electrones y dices de la presencia de las partículas correspon-
campos, como si aprendiésemos a hacerlo exami- dientes, pero tal camino es a la vez más breve, y
nando ejemplos, y como si en todos estos casos distinto del que sigue aquél que interpreta las
fuese erróneo dejar de hablar de "ver". La me- gotitas.
táfora que transfiere "ver" a contextos similares
apenas resulta base suficiente para tales afirma- por ejemplo, hubiera un continuo percibido de las ciases
de aves acuáticas, desde ios gansos hasta los cisnes,
ciones. A la Jarga, tendrá que ser eliminada en estaríamos obligados a introducir un criterio específico
favor de un modo de discurso más literal. para distinguirlos. /Ugo similar puede decirse para enti-
El programa de computadoras antes referido dades no observables. SÍ una teoría física sólo admite la
empieza a indicar las maneras .en que esto pueda existencia de una corriente eléctrica, entonces un peque-
ño número de normas, que pueden variar considerable-
hacerse, pero ni el espacio de que disponemos ni mente de un caso a otro, "sería suficiente para identificar
ei grado de mi actual comprensión me permiten la corriente, aun cuando no haya un conjunto de reglas
eliminar aquí la metáfora.14 En cambio, breve- QUG especifiquen las condiciones necesarias y suficientes
para la identificación. El punto sugiere un corolario plau-
3*i Para íes-lectores de "Second Thoughts", las siguien- sible, que puede ser más importante. Dado un conjunto
tes observaciones crípticas pueden servir de guía. La po- de condiciones necesarias y suficientes para identificar
sibilidad cíe un reconocimiento inmediato cíe los miem- una entidad teórica, esa-entidad puede ser eliminada a
bros de las familias naturales depende de la existencia, partir de lo oníología de u ría teoría por sustitución. Sin
después del procesamiento ricura!, del espacio perceplual embargo, en ausencia de taies reglas, esas entidades no
vacio entre las familias que deben ser discriminadas. Si son eliminables; la teoría, entonces, exige su existencia.
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O bien, consideremos al científico que inspec- les u observacionales a las que tienen acceso. Sin
ciona un amperímetro para determinar el núme- embargo, como los vocabularios en que discuten
ro ante el cual se ha detenido la aguja. Su sensa- de tales situaciones constan predominantemente
ción probablemente sea la misma que la del de ios mismos términos, tienen que estar remi-
profano, particularmente si este último ha leído tiendo algunos de tales términos a la naturaleza
antes otras clases de metros. Pero ha visto el de una manera distinta, y su comunicación, ine-
metro (una vez más, a menudo literalmente) en vitablemente, resulta sólo parcial. Como resulta-
el contexto de todo el circuito, y sabe algo acer- do, la superioridad de una teoría sobre otra es
ca de su estructura interna. Para él, la posición aígo que no puede demostrarse en el debate. En
de la aguja es una noruia, pero tan solo del va- cambio, como lie insistido, cada bando, mediante
lor de la corriente. Para Interpretarla sólo tiene Ja persuasión, debe tratar de convertir al otro.
que determinar en qué escala debe leerse el me- Tan solo los filósofos han interpretado con gra-
tro*. En cambio, para el profano la posición de la ves errores la intención de estas partes de rni
aguja no es una norma de nada, excepto de sí argumento. Sin embargo, muchos de ellos han
misma. Para interpretarla, tendrá que examinar asegurado que yo creo lo siguiente: 10 los defen-
toda la posición de los alambres, internos y ex- sores de teorías inconmensurables no pueden co-
temos, experimentar con baterías e imanes, etc. municarse entre sí, en absoluto; como resultado,
En el uso metafórico tanto como en el literal de en uii debate sobre la elección, de teorías no pue-
"ver", la interpretación empieza donde la percep- de recurrirse a buenas razones : en cambio la teo-
ción termina. Los dos procesos no son uno mis- ría habrá de escogerse por razones que, a fin de
ino, y lo que la percepción deja para que la in- cuentas, son'personales y subjetivas; alguna es-
terpretación lo complete depende radicalmente pecie de. percepción mística es la responsable de
de la naturaleza y de la cantidad de la anterior la decisión a que al final se llegue. Más que nin-
experiencia y preparación. guna otra parre de este libro, los pasajes en que
se basan estas erróneas interpretaciones han sido
responsables de las acusaciones de irracionalidad.
•5. Ej&m-pUires, inconmensurabilidad 'Considérense primero mis observaciones sobre
y revoluciones la prueba. Lo que he estado tratando de explicar
Lo que hemos dicho antes nos ofrece una base es un argumento sencillo, con el que desde hace
para aclarar un aspecto más del libro : mis obser- largo tiempo están familiarizados los .filósofos de
vaciones sobre la inconmensurabilidad y sus con- la ciencia. Los debates sobre la elección de teo-
secuencias para los científicos que han debatido rías no pueden tener una forma que se parezca
la opción entre teorías sucesivas.15 .En las Seccio- por completo a la prueba lógica o matemática.
nes X y XII yo he afirmado que en-'tales debates, En esta última, desde el principio quedan estipu-
uno y otro bando inevitablemente ven de manera ladas las premisas y reglas de inferencia. Si hay
diferente algunas de las situaciones experimenta- desacuerdo acerca cíe las-conclusiones, los bandos
os Los puntos que siguen son tratados con .mayor deta- i$ Ver ¡os trabajos citados en la nota 9 y, también ei
lle en las secciones 5 y 6 cíe* "Reflectioas". ensayo de Síephen Toulmin en Growth of Kno\víe.dge.

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