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22 Historia de las ideas psicológicas

1 La historia de la ciencia La primera es que la psicología ya no formaría parte de la filosofía, frente a la cual
habría logrado una total independencia. Esta idea está relacionada con el hecho de
haber existido durante siglos una psicología que estaba incluida dentro del conjunto de
saberes propios de la filosofía, como ocurre, por ejemplo, en la Escolástica. Precisa-
mente es esta situación contra la que se revolvieron los iniciadores de la psicología
como ciencia en el siglo XIX.
La segunda es que la psicología, por su método, coincide con el resto de las cien-
cias empíricas. Como tal, procura construir un cuerpo teórico de generalizaciones infe-
ridas a partir del análisis de ciertos hechos; de esas hipótesis deduce consecuencias que
pueden probarse empíricamente; aplica, cuando ello es posible el experimento y, cuan-
do no, alguna forma válida de comprobación que permita la verificación o falsación de
la teoría. Sigue abierta la cuestión de si su lugar está con las ciencias biológicas o las
ciencias sociales. Probablemente hay que situarla entre ambos grupos. Como en nues-
tro tiempo cada vez tienen más importancia las cuestiones interdisciplinares, esa posi-
La psicología como ciencia ción representa sin duda un elemento más de interés para su estudio y desarrollo.
Ebbinghaus dijo de la psicología que tenía un largo pasado y una breve historia. Se
La psicología del siglo XX es una ciencia en expansión. No se sabe bien dónde refería de este modo a la contraposición entre su larga etapa filosófica y la más reciente
están sus límites. Entra en terrenos que parecen propios de la biología, la fisiología o la de índole científica. Ebbinghaus decía eso en 1910 (Ebbinghaus, 1910, 1); hoy quizá ya
bioquímica; por otro extremo enlaza con la sociología, la antropología, la lingüística; no sea tan cierto como lo fue en su momento. Lo interesante es que la psicología, como
hoy está muy relacionada con las ciencias de la computación. las demás ciencias, como todo lo humano, tiene una dimensión histórica, que es la que
Como veremos, son muchos los psicólogos que cuestionan la unidad de esta ciencia, aquí vamos a examinar.
proponiendo distintas soluciones. En buena medida es verdad que carece de un cuerpo
teórico que integre en un sistema único todas las cuestiones concretas. Hay orientacio-
nes teóricas y prácticas muy diversas, con lenguajes que no son absolutamente idénticos. La historicidad de la ciencia
A pesar de todo, hay una conciencia de unidad entre los profesionales que la cultivan.
Esto hace de ellos un grupo social delimitado por ciertos rasgos, y les permite conside- Las ciencias empíricas son saberes conceptuales que se ocupan del conocimiento de
rar su campo de trabajo como un área de conocimiento definida y bien diferenciada. las leyes que rigen los cambios y relaciones entre los hechos de la experiencia. Pre-
Esa unidad se funda en dos puntos: cisamente por eso su punto de partida está en la observación y registro de los hechos
concretos, y su término está en la formulación de hipótesis de carácter general que pue-
1. La psicología se considera como una ciencia empírica, positiva, que utiliza el den verificarse o falsarse mediante otros hechos.
método científico para obtener sus conocimientos. Augusto Comte (1798-1857), recogiendo ideas que ya expuso en el comienzo de la
2. Su objeto de estudio está integrado por fenómenos empíricos, positivos, que edad moderna el canciller inglés Sir Francis Bacon (1561-1626), estableció las funcio-
constituyen la experiencia y el comportamiento de los organismos vivos, parti- nes de la ciencia en una fórmula sintética: «ciencia, de donde previsión; previsión, de
cularmente de los seres humanos. donde acción». Son, pues, tres las funciones fundamentales: conocimiento, predicción y
aplicación técnica (poder). Es, pues, un saber que hace posible una intervención humana
Ambos aspectos ocupan un lugar central en la imagen dominante entre los psicólo- sobre los mismos fenómenos que estudia (Comte, 1907, 35).
gos de nuestro tiempo, aunque no falten voces discordantes en el conjunto (Rosenz- En síntesis, toda ciencia contiene, de un lado, hechos; de otro, proposiciones más o
weig, 1992). menos generales con que referirse a esos hechos. Los hechos son «actuales»; pueden
Además, cabe considerar la existencia de un tercer factor unificador, que sería la repetirse, y pueden ser examinados una y otra vez. Esto hace de la ciencia un conoci-
propia historia de la psicología. Los saberes que forman esta ciencia han llegado a la miento aparentemente ajeno al tiempo histórico. Se suele considerar como histórico algo
situación presente a través de una serie de pasos que constituyen su historia, gracias a que está referido esencialmente a un tiempo determinado, que ocurrió una vez y no
los cuales se ha adquirido la diversidad de técnicas y de orientaciones que hoy existen. puede volver a darse. En consecuencia, se opondrían la ciencia y la historia al ser la
Al interpretar la psicología como ciencia se ha tendido también a afirmar, más o primera un saber de lo repetible, mientras que la segunda sería una descripción de lo
menos claramente, dos tesis complementarias. irrepetible.

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La historia de la ciencia 23 24 Historia de las ideas psicológicas

Sin embargo, en los últimos años la condición histórica de la ciencia, como la de delos teóricos diferentes. Como R. I. Watson escribió, «o bien el primer paradigma de la
todo lo que hace el hombre, se ha vuelto cada vez más evidente para los investigadores psicología no ha sido descubierto todavía, o bien todavía no ha sido reconocido como
y teóricos de la ciencia misma, enfrentados con la cuestión desde diversos ángulos. Se tal» (Watson, 1967).
ha ido imponiendo la idea de que la ciencia es una construcción humana, y por eso La reflexión epistemológica, por lo demás, no se ha detenido en estos años recien-
mismo es algo histórico y social, como lo ha puesto de relieve la filosofía contemporá- tes. Kuhn fue criticado por ofrecer un concepto de paradigma poco riguroso (Master-
nea, de Dilthey a Ortega. man, 1970). Otros conceptos han ido apareciendo en su lugar. Imre Lakatos (1978) ha
propuesto ver el desarrollo científico como el resultado del avance de una serie de
«programas de investigación», que pueden ser varios y coexistir juntos, cada uno con
Cambio histórico, paradigmas y psicología un núcleo teórico propio y unas hipótesis periféricas que van resolviendo las dificulta-
En gran medida, es un logro que solemos hoy todos atribuir a Thomas Kuhn el des y haciendo avanzar el conocimiento. Laudan (1981), por su parte, ha hablado de la
haber difundido el convencimiento de que las construcciones teóricas de la ciencia son existencia de familias de teorías, que formarían una tradición de investigación, dentro
esencialmente un producto humano histórico. de la cual cabrían cambios conceptuales y variaciones que permitirían una interpreta-
Kuhn (Kuhn, 1971) ha desarrollado la idea de que en la historia de la ciencia ción más flexible de la evolución del pensamiento (Barker y Gholson, 1984).
encontramos una sucesión de paradigmas. Estos son modelos de interpretación de fenó- En el campo de la psicología es evidente que han existido grandes períodos o eta-
menos, que son compartidos por un grupo oo una comunidad de investigadores, y que pas relacionados entre sí de forma evolutiva, y sometidos a una interacción dialéctica
dejan abiertos ciertos problemas para su ulterior elaboración, o lo que es igual, que sus (Buss, 1979). Además, dentro del período contemporáneo, hay unas escuelas o modelos
posibilidades como modelo no están agotadas. Se comparte una serie de elementos. teóricos que exigen ser contemplados según un esquema complejo y flexible de interpre-
Entre éstos se incluye un problema o caso resuelto que funciona como modelo de solu- tación, lo que hace de su historia un caso singular. (Tortosa et al., 1998).
ción de cuestiones teóricas, una serie de conceptos generales, términos simbólicos, valo-
res, tecnologías, que forman lo que se ha llamado una «matriz disciplinar» (Kuhn, Psicología y ciencia positivista
1979).
Mientras un paradigma está en vigor, hay continuos incrementos de detalle y am- La aproximación de la psicología hacia una visión histórica del saber científi-
pliaciones de contenido, constituyendo este proceso un caso de «ciencia normal». Sin co ha estado propiciada por los cambios que han tenido lugar en el campo de la propia
embargo, en ciertos momentos aparecen mutaciones o cambios del modelo.: son las epistemología. Junto a la influencia de las ideas de Kuhn y de sus críticos hay
«revoluciones científicas» en las cuales se procede a sustituir un modelo o «paradigma» además que anotar el efecto de otros impulsos que provienen de la reciente filosofía de
viejo, incapaz de dar razón de algún hecho descubierto, por otro nuevo. En general, este la ciencia, y que están afectando profundamente al conocimiento psicológico (Pinillos,
último es independiente y ajeno al anterior, pues, como han notado muchos autores, no 1980).
hay un camino lógico que lleve de uno a otro. La concepción positivista de la ciencia supone que ésta consistiría en una serie de
Las tesis de Kuhn, discutidas y, para muchos, superadas (Barker y Gholson, 1984) generalizaciones que se obtienen por un proceso de inducción que ejecuta el científico a
han tenido la virtud de fomentar la reflexión en torno a estos problemas. Su idea de la partir de la observación de puros datos, y que esos datos pueden validar o falsar, sin
existencia de modelos o paradigmas ha hecho comprensible a los ojos de todos el carác- más, la teoría.
ter histórico del pensamiento científico; su idea de que se van sustituyendo unos por En cambio, la posición más reciente ha subrayado que la elección de una construc-
otros ha hecho perceptible el carácter temporal que tienen todas las hipótesis e interpre- ción científica en lugar de otra no es nunca el resultado de una pura selección mecáni-
taciones en ciencia. ca. Por una parte, las teorías no están completamente determinadas por los datos, y a la
Al intentar aplicar estos conceptos a la psicología, como a otras ciencias so- hora de seleccionar una enter arias posibles entra en juego una serie de valores episté-
ciales, han empezado a aparecer desajustes e inadecuaciones (Gholson y Barker, micos (como la fertilidad de la teoría, su poder unificador…) que están más allá de los
1985). En psicología, en efecto hay una gran pluralidad de doctrinas, y falta desde lue- datos mismos (Howard, 1985). Además, los datos no son nunca datos puros, sino que
go una secuenciación rigurosa de las mismas. Esto ha llevado a muchos a buscar fór- son resultados de unas observaciones, que en el momento de ser hechas ya estaban in-
mulas que permitan un mejor acomodo a los datos de este campo. Ha habido quienes, fluidas por una determinada línea teórica desde la cual han sido realizadas. En cierto
como Palermo (Palermo, 1971) han creído posible interpretar el estructuralismo de sentido los ‘datos’ dependen de la teoría (Brown, 1977; Jones, 1994); es siempre una
Wundt y el conductismo como dos paradigmas bien definidos. La mayoría, sin embar- previa hipótesis lo que mueve a observar determinados fenómenos, y a buscar ciertas
go, no ve así las cosas. Algunos han hablado de que estos conocimientos estarían en una conexiones y perspectivas, y son ciertos valores, expectativas y cosmovisiones los que
situación preparadigmática, sin llegar a tener unidad teórica básica (Warren, en gran medida van moldeando el proceso de construcción de la teoría (Overton,
1971), o tal vez multiparadigmática (Caparrós, 1978), existiendo simultáneamente mo- 1984). Desde la reciente perspectiva epistemológica se llega a ver las teorías científi-

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cas como «artefactos sociales, producto de intercambios entre individuos que han acon- los problemas pendientes y poniendo esas soluciones a disposición de la comunidad
tecido históricamente» (Gergen, 1985, 267). científica. Más en general, es un sistema social que vehicula la producción de conoci-
Como dice Pinillos, «el método manejado por la psicología naturalista no agota las miento (Campbell, 1988). Las presiones sociales, la importancia de determinadas apli-
posibilidades de la racionalidad cintífica» (Pinillos, 1980); de varias formas, e impulsa- caciones para el poder político o para la industria, o los grupos sociales, interfiere y
dos por motivos convergentes, los teóricos de la ciencia han progresado en la línea del condiciona su marcha. Tanto interna como externamente la ciencia es una realidad
reconocimiento de la historicidad de aquélla. histórica. Internamente, porque sus hipótesis, y los fenómenos observados en función de
esas hipótesis, dependen del nivel histórico en que son considerados; externamente,
porque la relación que media entre la ciencia y la sociedad es una relación variable que
Dimensiones históricas de la ciencia sólo se puede determinar en la historia (Van Strien, 1993).
A la altura de nuestro tiempo, parece claro que la ciencia es histórica, por lo menos, Un modo de interpretar ese sistema de tensiones y fuerzas que regulan la produc-
en tres sentidos, cada uno de los cuales es complementario de los otros. ción científica consiste en ver la realidad de la ciencia moderna como una organización
En primer lugar, toda ciencia implica un progreso del conocimiento sobre un deter- amplia, peculiar, pero sumamente eficaz, destinada a producir conocimiento (Sklair,
minado objeto. La investigación va acumulando información que se suma a la que se 1977; Carpintero y Peiró, 1981, cap. 2). Se trata de un mdoelo interpretativo con un
posee. A lo largo del tiempo, la ciencia se enriquece por adición: ésta es ya una forma interesante valor heurístico.
del cambio, que se corresponde bastante bien con el concepto kuhniano del progreso En efecto, una organización «es la coordinación racional de las actividades de un
dentro de un período de ciencia «normal». cierto número de personas, que intentan conseguir una finalidad y un objetivo común y
En segundo lugar, la ciencia sustituye explicaciones heredadas, insuficientes, por explícito, mediante la división de las funciones y del trabajo, y a través de una jerar-
otras más perfectas. Ocurre en ocasiones que la imagen que se posee de un campo de quización de la autoridad y de la responsabilidad» (Schein, 1978, 19). Es, pues, una
fenómenos se transforma de raíz; así ocurrió con la aparición de la astronomía de realidad estructural, dotada de una finalidad, que emplea para el cumplimiento de la
Copérnico, la del evolucionismo en biología, o la de la teoría de la relatividad, entre misma una pluralidad de elementos, ya sean individuos o grupos, armonizados y coor-
otros casos. Son cambios a los que se refiere Kuhn como «revoluciones», que producen dinados racionalmente, ordenados para cumplir sus fines mediante ciertos procesos
una efectiva sustitución de unas teorías por otras; ésta es una variación por sustitución, desarrollados en el tiempo (Peiró, 1983).
una mutación de «paradigma» o modelo conceptual. El modelo de «ciencia-organización» permite descubrir la existencia de esos mis-
En tercer lugar, la ciencia es histórica porque en ella el pasado, condensado en for- mos factores o elementos organizacionales en la realidad de la ciencia moderna, condi-
ma de usos mentales, interpretaciones, lenguaje, presiones e intereses que existen cionando en ésta su existencia y evolución. La pluralidad de elementos tiene como
socialmente en la actualidad, determina las posibilidades rigurosamente científicas. correlato aquí la diversidad de científicos, de grupos y escuelas; en ciencia existe una
Se ha dicho que la «posibilidad es la forma misma de la realidad histórica» (Marías, diversificación o especialización de funciones que también se da en toda organización;
1947, 79); en este sentido, la ciencia consiste en ser un sistema de posibilidades cog- hay armonización o unidad entre los distintos factores, que resulta de la existencia de
nitivas y operativas que el hombre posee en forma social y que se va modificando en una meta común (el descubrimiento de conocimientos), y del uso de un método también
función del tiempo histórico. Esta forma de historicidad se refiere, pues,- al condicio- común: los modelos teóricos, las técnicas de investigación. Sobre todo, la unidad
namiento que ejercen unos sistemas conceptuales e interpretativos respecto de las líne- resulta de la existencia de una información compartida y comunicada con toda preci-
as de desarrollo posterior. Cada teoría tiene unas posibilidades y unas limitaciones tan- sión: a veces se ha llamado a la ciencia conocimiento común, public knowledge
to en su sentido explicativo como operativo y, en cada caso, o en cada tiempo, los suce- (Ziman, 1968) y ciertamente, el proceso de indagación no termina sino con la exposi-
sivos investigadores están condicionados por el marco intelectual que crea el sistema de ción pública de lo descubierto, de modo que otros puedan repetirlo, comprobarlo, y
ideas dentro del cual se están moviendo. tomarlo como base para nuevos progresos. Hay en la ciencia, como en otras organiza-
ciones, un sistema de liderazgo, que se manifiesta bajo la forma de la autoridad ejercida
por aquellos científicos que han realizado logros relevantes y han conquistado así el
La ciencia como organización aprecio y el reconocimiento de sus colegas. También hay mecanismos motivacio-
La condición histórica de la ciencia queda evidenciada por el hecho de la naturale- nales que impulsan a los individuos y grupos a competir en la tarea investigadora, a
za social del conocimiento. Como sistema cognitivo y operativo, la ciencia es un pro- obtener recursos y a satisfacer demandas de los estamentos que pagan y consumen la
ducto humano, influido por las creencias, las necesidades y exigencias de cada época producción científica. En efecto, lo que unos investigadores hallan, interesa de mil ma-
(Danziger, 1993). Es un producto que explotan y del que se benefician cuantos ejercen neras a los otros científicos, y a la sociedad en general en que están todos integrados
profesionalmente actividades relacionadas con ella. Es también algo que adquieren (Van Strien, 1993). A unos sirve para avanzar en el camino de la teoría; a otros, para
quienes comienzan aprendiéndola y luego son capaces de hacerla avanzar solucionando desarrollar aplicaciones que terminen por modificar el mundo humano; la ciencia,

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en nuestros días está indisolublemente vinculada con la práctica. Los sistemas de co- o «naturaleza», la razón de los hechos, que antes se ponía en los dioses. El mundo, in-
municación entre científicos, tanto formal como informal (revistas, congresos, semi- terpretado religiosamente, se presenta ahora como una «naturaleza» (physis) de la que
narios, etc.) hacen posible la existencia de un saber público, intersubjetivo, cuyos brotan y se forman así las cosas naturales (Zubiri, 1943; Marías, 1947).
logros son repetibles y replicables por otros grupos una vez que son conocidos los datos El segundo es la aparición de una «actitud teórica» ante esa naturaleza en el hom-
iniciales y el camino metodológico seguido (Rosenzweig et al., 2000). bre. “Teoría” quiere decir contemplación (theorein); es una actividad que procura no
Esta concepción organizacional, entre otras cosas, hace posible estudiar esos dife- modificar los objetos, sino al contrario, llegar a saber cómo son ellos por sí mismos, sin
rentes elementos a través de indicadores que aparecen en el conjunto de la información que el hombre los altere. La actitud teórica procura que se manifieste la realidad tal
publicada. De este modo el análisis de ésta arroja luz sobre la estructura de un campo como ella sea, respetando íntegramente las condiciones de la objetividad.
científico determinado. La literatura científica hace posible conocer no sólo las teorías, El tercer factor ha sido el descubrimiento de la razón. Cuando el hombre adquiere la
sino los aspectos sociales del quehacer científico (Carpintero y Peiró, 1981). La reali- convicción de que hay «naturaleza», y se pone ante ella en actitud «teórica», admite
dad de la ciencia incluye, de un lado, los productos teóricos obtenidos; de otro, los fac- también que posee una capacidad o facultad –la razón (lógos)– que le permite cono-
tores institucionales, que hacen posible la producción, la publicación y la difusión de los cer la estructura objetiva de la realidad. En la nueva situación, el conocimiento de la
conocimientos (Gundlach, 1988). naturaleza depende del esfuerzo humano y no exige una revelación sobrenatural acerca
La ciencia es, a un tiempo, sistema de conocimiento y acción institucional. Incluso de la cosas, como venía sucediendo a través de oráculos en la religión griega (Marías,
los saberes más teóricos son, desde este punto de vista, productos sociales (Danziger, 1993).
1993), que van transformando las ideas del hombre, y en multitud de casos le van ofre- Naturaleza, teoría y razón, constituyen el trasfondo del inmenso logro que fue la
ciendo otras formas de adaptación y de cambio de su propio mundo. Son saberes tec- aparición de la ciencia en Grecia (Zubiri, 1943). Representan tres creencias a las que
nológicos que han de ser vistos dentro de un amplio marco contextual histórico y social llegó la humanidad en un tiempo y un lugar determinados y sobre las que, en gran me-
(Caparrós, 1984). El modelo organizacional permite ver y analizar la profunda unidad dida, nos seguimos apoyando.
que hay en la ciencia entre su estructura –la dimensión de organización– y su fun- La ciencia es, en su origen, una actividad que explica el mundo mediante la razón
ción –el sistema de conocimientos producidos–. Esa interrelación da todo su senti- humana. Era parte del esfuerzo racional por comprender el universo que representaba la
do a la condición histórica de la ciencia moderna. filosofía, y se alejó de las explicaciones religiosas del mundo, o de sus interpretaciones
Examinaremos ahora brevemente el problema del origen y el de la evolución de la estéticas. La filosofía y la ciencia compartían igual convicción acerca de la «naturale-
ciencia en la historia. za», la «teoría» y la «razón». Sin embargo, la primera se había de preguntar por la tota-
lidad de lo real y su posible fundamento, mientras que la ciencia, o mejor las
ciencias, comenzaron por reconocer la diversidad de objetos y acotaron ciertos aspectos
El origen histórico de la ciencia en la filosofía o parcelas, cuya estructura particular procura cada una descubrir. Mientras una filosofía
excluye otras, porque representan maneras diferentes de interpretar la realidad, una
La ciencia actual, que ha configurado de un modo profundo la historia de occidente, ciencia necesita de las otras, porque seleccionan facetas distintas y complementarias del
tiene su origen en Grecia, en una época que puede situarse en torno al siglo VI a.C. mundo objetivo. De ahí que se haya tendido a ver el mundo científico como un «sistema
China, Egipto, Mesopotamia, alcanzaron a poseer gran número de conocimientos de las ciencias», donde éstas aparecen como diversas y complementarias.
matemáticos, astronómicos, médicos. Sin embargo, suele admitirse que la tradición
intelectual de la ciencia de occidente se inicia en Grecia, se expande en torno al Medi-
terráneo, pasa a los árabes y de ahí a los pueblos cristianos surgidos sobre el suelo del El curso histórico de la ciencia
Imperio Romano, que constituirán Europa, luego Occidente. Se trata de un mundo pro-
gresivamente europeizado –en Asia, América o África–, lo que equivale a decir un
mundo integrado en un proceso histórico del que la ciencia y las técnicas que en ella se Ciencia antigua y ciencia moderna
fundan han sido elementos esenciales. Hemos visto que la ciencia occidental se ha originado dentro del mundo grecolatino,
La ciencia occidental ha surgido en Grecia, en el momento en que se ha producido allí donde se alumbró la actitud racional y teórica ante las cosas. Pero esa ciencia ha ido
un triple fenómeno convergente, interdependiente. variando, incluso modificando la propia idea de ciencia.
El primero es la aparición de una determinada creencia acerca de la realidad: la de Hay una «ciencia antigua» frente a una «ciencia moderna». No son lo mismo, cier-
que los fenómenos que integran el mundo de experiencia no dependen de unas volunta- tamente, pero tampoco son independientes, porque la segunda recoge de la antigua la
des personales, las de los dioses, sino de la consistencia y estructura que poseen las actitud cognoscitiva, y porque, de manera explícita, se construye a través de una crítica
cosas mismas. Esta creencia llevó a algunos hombres a buscar en el fondo de las cosas, hacia la primera. La aparición de la física moderna, en el Renacimiento, señala

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