UNIDAD 7

Psicología Humanista II
Psicología y psicoterapia gestáltica. Un modelo integrativo cristiano en psicología y la
psicología del perdón.

BIBLIOGRAFÍA

ƒ Kriz, Corrientes fundamentales en psicoterapia, Cap. 13.

ƒ Stevens, El darse cuenta, pp 17-32.
ƒ Pereyra, Introducción a las corrientes psicológicas contemporáneas: ideas para una
psicología cristiana, Cap. 6 y 7.
ƒ ----------, El poder terapéutico del perdón, Cap. 6
 Comentes fundamentales
en psicoterapia
/
Jürgeii Kriz

AmoiTortu
,-, Jí.£>5(3-
editores
Buenos Aires

Page 313 of 372

en elyo a raíz del problema, etc. (cf. Mulow. 1973). En los capí- 13, Terapia guestáltica (Perls)
tulol que siguen elucidaremos algunos aspectos unciales de e,-
tos conceptos.

La raíz-'que la psicología humanista tiene en la psicología de

la Gestalt se expresa de la manera más intensa y circunstanciada
en las concepciones de la terapia guestáltica de Frederick («Fritz»)
Salomón Perls (1893-1970) y de su esposa Lore (nacida en 1906).
En efecto, como ya lo hemos mencionado, en esta variedad de
terapia desempeñan un papel central sobre todo la ley del cierre
(Wertheimer) y el efecto Zeigarnik (las acciones inconclusas se
conservan en la memoria con preferencia); además, de la teoría
de Kurt Goldstein proviene la insistencia en la estructuración
figura-fondo así como las ideas de la autoactúalización y del co-
tejo activo con el mundo exterior.
Pero no se puede decir que la terapia guestáltica constituya
la aplicación práctica de ¡a psicología de la Gestalt (o sea que exista
entre ellas una relación como la que presentaron, al menos al
comienzo, la terapia de la conducta y las teorías del aprendiza-
je). Más bien, las formulaciones rigurosas, fundadas experimen-
talmente, de las leyes de la psicología de la G&stalt (sobre todo
en el dominio cognitivo y en el de la psicología de la percepción)
fueron aplicadas por Perls de una manera muy generalizada y
en muchos casos como meras analogías metafóricas. Por otra par-
te, «terapia guestáltica» fue sólo la segunda denominación que
Perls escogió para su abordaje: al comienzo, también'esta varie-
dad terapéutica extrajo poco a poco sus concepciones desde el
psicoanálisis; y Perls, que trabajó micialrnente como psicoanalis-
ta «clásico», durante mucho tiempo conservó, para su procedi-
miento ya modificado, la denominación de «psicoanálisis». En su
primer libro, de 1944, dio a la, tercera parte, donde se descri-
be la técnica terapéutica, el título de «terapia de concentración»
(«concentration therapy). Cuando a fines de la década de 1940
buscó una denominación más apropiada, estuvo a punto de esco-
ger «psicoterapia de la existencia» en vista de los marcados ras-
gos existencialistas que contenía. Pero finalmente prefirió «tera-
pia guestáltica» para diferenciarse con claridad de las corrientes
nihilistas del existencialismo (sobre tpdo de Camus y de Sartre).

229
22S

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 Junto al propio Fritz Perls, se incluyen entre los fundadores
de la terapia guestáltica sobre todo a su esposa Lore (Laura), Paul
Goodman, James Simkin, Paul Weisz y Ralph Hefferüne. Pero
es indudable que Fritz Perls ocupó el centro de la atención, tal
vez no en último término a causa de su personalidad marcada-
mente individualista y de su fuerte inclinación a hacerse valer
(p.ej,, en sus primeros escritos todavía honró la notable partici-
pación de su esposa Lore en la elaboración de las ideas teóricas,
pero en ediciones posteriores eliminó esta referencia).
Es mérito indiscutible de Perls haber integrado en la terapia
guestáltica diversos abordajes y corrientes. En primer lugar cuen-
ta en ese sentido la asimilación del patrimonio ps ico analítico que
obtuvo en sus análisis didácticos con Karen Horney (1925), Clara
Happel (1926), Wilhelm Reich (1928) y algunos otros analistas del
círculo íntimo de Freud. Hartmann-Kottek-Schroeder (1983) se-
ñala en relación con esto la notable semejanza de ciertas ¡deas
de Harald Schultz-Hencke (1892-1963), figura central de la Es-
cuela Psicoanalítica de Berlín, a quien Perls conoció a comienzos
de la década de 1920, con algunas concepciones básicas de la pos-
terior terapia guestáltica (p.ej., la importancia de la agresión no
neurótica, ia Insistencia en el laquí y ahora»; véase infra}. La
relación de Perls con la psicología de la Gestalt se remonta por
una parte a su designación como asistente de Kurt Goldsteín en
Francfort (desde 1926) y, por la otra, a su casamiento con Lore,
que se había graduado en psicología de la Gestalt (Fritz, Perls te-
nía formación médica). Sin duda que no fue indiferente para su
posterior alejamiento del psicoanálisis la recepción muy crítica
que recibió su trabajo sobre "resistencías orales- en el Congreso
Psicoanalítico de 1936, así como la actitud desdeñosa de Freud
durante una visita que Perls le hizo en Viena ese mismo año. Co-
moquiera que fuere, poco después Perls sufrió una crisis perso-
nal que duró varios años, durante la cual se ocupó de fenomeno-
logía y existencialismo, así como de psicología de la Gestalt.
En su condición de judío debió escapar a Holanda en 1933;
se radicó después en Sudáfrica (donde publicó su primer libro
importante, El yo, el hambre y la agresión)', desde 1946 trabajó
en los Estados Unidos (donde murió en 1970). Importantes fue-
ron también los contactos que en 1947 y en 1949 tuvo con More-
no, con quien aprendió psicodrama. Paul Goodman, graduado en
Chicago, aportó, hacia fines de la década de 1940, al ulterior de-
sarrollo de la terapia guestáltica, las concepciones de filosofía
social y las perspectivas de la famosa escuela de Chicago del prag-
matismo (Oewey y Mead, entre otros). Del trabajo en colabora-
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ción de Frilz y Lore Perls, Paul Goodman y Ralph Hefferline, na-
ció en 1951 la segunda obra central de la terapia guestáltica, que
ahora sí llevaba esa denominación: GestaU-therapy. Extótement
andgrowtk in tke human personality. El propio Perls ya no in-
tentaría en lo sucesivo dar a sus posteriores elaboraciones una
forma teórico-sistemátíca —de esto se encargaron en parte sus
;*?
seguidores— sino que se limitó a publicar exposiciones sintéticas
de sus ideas básicas con extensas trascripciones de los protocolos
lía de sus sesiones de terapia guestáltica. Esta abstinencia teórica
posiblemente guardó relación con el hecho de que tras una nue-
va y prolongada crisis que experimentó a la edad de cincuenta
años, Perls viajó al Japón en 1960 para interiorizarse de Ja medi-
tación zen, lo que no hizo sino reforzar el rechazo de la teoriza-
ción en favor de la experiencia conciente personal. Precisamen-
te se registran fuertes influjos del budismo zen sobre la terapia
guestáltica de Fritz Perls, p.ej., una insistencia redoblada en la
regulación autónoma y'el equilibrio de todas las fuerzas y, lo que
"frf*
importa incluso para el posterior desarrollo de la terapia guestál-
tica por obra de él mismo, una orientación cada vez más neta
1 hacia los procesos de ensanchamiento de la conciencia (a costa
de las perspectivas clínicas).
Ya en la década de 1960, se formaron en ios Estados Unidos
dos distintas corrientes de terapia guestáltica. En la «costa Oes-
te" (por influjo de Fritz Perls, Claudio Naranjo y James S. Sim-
kin), surgió la orientación más bien individualista e interesada
en el despliegue de la personalidad (que, según apuntamos, pa-
i rece menos apropiada para el paciente clínico «común»). En la
«costa Este-, en cambio, la terapia guestáltica se desarrolló como
abordaje de tratamiento psicoterapéutico (por influjo de Lore
Perls, Paul Goodman e Isadore From). En Europa Occidental, la
terapia guestáltica se difundió desde la década de 1960 sobre to-
do por obra de Hilarión Petzold y recibió una elaboración teórica
i
é
rSÍ
más intensa (en parte bajo la designación de «terapia integrati-
va») que consistió en retomar sus ingredientes originarios: la psi-
cología de la Gestalt, el psicodrama y el existencialismo.
13.1 Teoría y práctica terapéutica
La terapia guestáltica se desarrolló preferentemente desde la
práctica terapéutica (psicoanalítica al comienzo) por efecto de
los influjos personales, teóricos y de cosmovisión que acabamos
 9. -Acéptate (y acepta a los demás) como eres ahora (y como
de esbozar. Puesto que Perls, fuera de las estructuras académi-
ellos son ahora)». «Sólo si aceptamos lo inevitable del estado ac-
cas, comunicó una «forma de vida» y publicó protocolos comen-
tual, podremos aceptar percataciones nuevas, desarrollar otras,
tados de sus sesiones más que ensayos de teoría rigurosa, se sue-
y probar nuevas maneras de ser en el momento que sigue».
le ver en la terapia guestáltica una colección poco trabada y es-
tructurada de técnicas de intervención. Según esto, la vida humana, en el sentido de la .filosofía- de
Es desde luego insuficiente esta visión de la terapia guestálti-
la Gestalt, es un proceso progrediente, un deslizarse de situación
ca como raerá orientación práctica. Aunque es cierto que su «ima- en situación, caracterizada cada una, en lo interior, por necesi-
gen del mundo- (o su imagen del hombre) y el espectro de sus
dades, sentimientos, experiencias; y en lo exterior, por percep-
técnicas concretas de intervención se presentan entretejidas en
ciones, contactos, diálogos, encuentros, que se entretejen síem-
un pie de igualdad con la teoría (en el sentido estricto, académi- pre'de una manera compleja y total, aunque la conciencia (o la
co) hasta formar un todo (se diría; una «Gestalt de vida» para los atención), en consonancia con las necesidades, destaque en cada
terapeutas). Tal vez la terapia guestáltica sea entonces aquella caso aspectos singulares («figuras»). La vida, entendida así, es en
variedad terapéutica en la cual la cosmovisión filosófica (nos re- cada instante un cautivante experimento con las propias posibi-
ferimos, p.ej., a su actitud de privilegiar la experiencia y el en- lidades y experiencias (que, por lo demás, no se pueden conside-
cuentro sobre la teoría) ha reactuado con más intensidad sobre rar independientes de la circunstancia social); toda desmentida
el abordaje mismo (al menos esto vale en alto grado para el pro-
de necesidades, todo estrechamiento de las posibilidades de vi-
pio Perls). vencia y de conducta, toda evitación del contacto consigo mismo
Las ideas básicas de la filosofía de vida de la terapia guestálti-
y/o con el mundo, expresan y al mismo tiempo sustentan una
ca —que son a poco más el fondo sobre el que se recortan como
perturbación.
figuras deslindadas, en cada caso, tanto la teoría como las inter-
Lo expuesto constituye el fondo de la terapia guestáltica, so-
venciones terapéuticas concretas— han sido formuladas del si-
bre el que se recortan algunas figuras de teoría claramente des-
guiente modo por el discípulo de Perls, Eric Marcus (1979), quien
lindables: estos elementos conceptuales centrales de la terapia
parte de nueve mandamientos nucleares tómateos de Naranjo
guestáltica son "Crecimiento» o «autoactualización», que mantie-
(1970): _ - . -
nen permanente «contacto» con el 'mundo* y el «mundo interior
propio- r-en un flujo de «alertarniento» o «percatación" (*aware-
1. «Vive ahora. Ocúpate del presente, no del pasado o del fu-
ness coTitinuuin»}—, dentro del -encuentro» («yo y tú») y siempre
turo». El pasado y el futuro son fantasías, ideas... «aquí y ahora». Los conceptos de la terapia guestáltica se podrían
2. «Vive aquí. Ocúpate de lo que está presente, no de lo ausen-
elaborar como aspectos parciales de la meta de alcanzar percata-
te-. Es preciso tramitar muchos «negocios inconclusos- del pasa-
ción (donde, en el sentido del budismo zen, «meta- se puede en-
do, cerrar -figuras inacabadas», para poder vivir aquí y ahora. tender simultáneamente como «camino- interminable hacia esa
3. -Deja de representarte cosas. Experimenta la realidad». La
misma meta); en efecto, percatación «es el estado del organismo
terapia consiste en lo esencial en ayudar al cliente a distinguir
vivo que se mantiene en contacto consigo y con el mundo sin
entre su fantasía y la realidad. que bloqueos, p.ej., mecanismos neuróticos, restrinjan o entur-
4. «Deja de raciocinar innecesariamente. Es mejor probar y
bien la percepción conciente de sí mismo y de los otros» (Perls,
ver-. ¡Experimenta contigo mismo! J 982, pág. 73). En la exposición que sigue, para articular las pers-
5. -Exprésate en lugar de manipular, explicar, justificar y juz-
pectivas de estos diversos conceptos, tornaremos como eje el de
gar». «asimilación»: la recepción y elaboración de elementos (hasta en-
6. «Entrégate al desagrado y al dolor como a la alegría. No
tonces) ajenos con miras al propio crecimiento.
restrinjas tu percatación (awaretwss)*. Es decir: ¡No evites nada!
7. -No aceptes ningún "deber ser" o ."tener que ser" que no
sean, los tuyos propios. No adores ídolos-.
S. «Asume la plena responsabilidad de txis acciones, sentimien-
tos, pensamientos».

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232

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 13.2 Asimilación y crecimiento
Ningún organismo es tan autárquico que pueda existir solo,
desde sí mismo, y —menos todavía— crecer. Por eso vida y creci-
miento sobrevienen por principio en el cotejo con el mundo. Perls
ilustra este proceso con un ejemplo elemental, la nutrición: para
satisfacer su hambre, el hombre tiene que entrar primero en con-
tacto con el mundo. Este acometimiento (en latín: ad-greddi) del
mundo es un acto de agresión; en consecuencia, Perls entiende
que la agresión es una premisa positiva y necesaria de la vida
humana, con lo cual se aparta fuertemente de la concepción freu-
diana de la pulsión de muerte.
El alimento, que aquel acometimiento del mundo y cotejo con
él permitió encontrar, tiene que ser ahora asimilado al cuerpo;
para ello es preciso morderlo, masticarlo y percibir su sabor para
así separar lo nutritivo y deseado de lo venenoso e indeseado.
Lo primero es recibido por el cuerpo, es disgregado y destruido
por la masticación y la digestión, y sólo de esta manera un mate-
rial ajeno puede ser asimilado por el cuerpo y servir al proceso
de crecimiento como algo propio del cuerpo. Ahora bien, esta
misma trasformación lograda de un material ajeno en propio con
miras al crecimiento caracteriza al proceso de la asimilación. Pa-
ra ello también es importante que el materia.! no utilizado se de-
seche («se escupa-); aquí toca al asco la importante función de
desechar efectivamente lo que sabe a indigesto.
Este ejemplo elemental de la nutrición puede trasladarse en
principio a los demás procesos de cotejo con el mundo, y del me-
tabolismo biológico, al «metabolismo anímico-espiritual» (Perls).
Es verdad que el «hambre» como necesidad esencial y el ejemplo
de la nutrición concreta no han sido escogidos (por el propio Perls)
al azar: este proceso es una de las primeras formas de cotejo del
niño con su medio. En particular, ia manera en que la nutrición
se ha plasmado en la primera infancia —en último análisis, gra-
cias a la íntegra relación con la madre— lleva a que el individuo
adquiera y generalice modelos fundamentales de relación con el
mundo. La generalización que sigue no vale entonces sólo para
este ejemplo sino que se produce en el desarrollo infantil de ma-
nera análoga.
El crecimiento implica, por consiguiente, la trasformación
—definida como asimilación— de lo ajeno (al organismo) en propio
(del organismo). Si prescindimos del ejemplo de la nutrición, en
el sentido psicológico se trata aquí del cotejo con el material de
la experiencia y la vivencia. Tanto la destrucción de lo ajeno,
234
ijl.il Page 319 of 372
que es premisa de su construcción como algo propio, corno el acer-
camiento a eso ajeno del mundo, y su incorporación, son actos
de agresión «dental». Para esto, el organismo tiene que poder dis-
tinguir entre lo útil y lo inútil, por una parte, y, por la otra, plas-
mar primero en plena correspondencia con sus necesidades su
contacto con e! mundo, estructurándolo ea la percepción. Ya los
psicólogos de la Gestalt Koffka y Golclstein destacan el -encuen-
tro creador» del sujeto con el mundo; en este encuentro, en ar-
monía con el estado de la necesidad en cada caso, se destacan
unidades de sentido (como figura) sobre !o circunstante (como
fondo; véase vnfra}.
En relación con esto se pueden indicar dos perturbaciones de
la asimilación, que también desempeñan importante papel en el
psicoanálisis freudiano como mecanismos de defensa: introyec-
cíón y proyección, íntroyección es la recepción de un material
indigesto (o al menos no digerido), que entonces permanece co-
mo un elemento extraño y no asimilado. En el ejemplo de la nu-
trición, consistiría en un alimento forzado; en sentido trasla-
•" ticio, en mandatos y prohibiciones que se han recibido (sin po-
nerlos a prueba y «sin digerirlos-); se trata, por consiguiente, en
terminología freudiana, de elementos del superyó. Proyección es,
al contrario, el rehusamiento de toda recepción de material, in-
cluido el que de manera originaria y propia pertenecía al orga-
nismo. Así, determinadas partes no son reconocidas como «pro-
pias- (y por lo mismo no son reasimiladas) sino que se las proyec-
ta al medio como «ajenas». El que proyecta no es capaz de distin-
guir de manera satisfactoria entre mundo interior y exterior.
El hecho de que una -asimilación lograda, consecuencia a su
vez de una agresión (entendida en sentido positivo), sea necesa-
ria para un crecimiento sano nos impone considerar con más de-
talle los procesos de cotejo con el mundo.
13.3 Diálogo, encuentro y autorregulación
Como el hombre es un ser social, su mundo es siempre social,
es decir que su contacto con aquel, su experiencia, o bien se ha-
ce en relación inmediata con otras personas, o bien, si se trata
de -cosas- del mundo, tiene que tomar en cuenta al menos las
necesidades e intereses de las demás personas. No se puede par-
tir del supuesto de que todos los interesados tengan siempre ne-
cesidades idealmente complementarias; es preciso negociar solu-
235
 ciones comunes. En el caso óptimo, se produce un encuentro hu-
mano: «yo y tú aquí y ahora». Pero, en cualquier caso, este diálogo
modifica algo en los dos participantes y en su relación recíproca
y con el resto del mundo.
Lo importante es que la persona íntegra, el «sí-mismo», se plas-
ma en el contacto organismo-medio. Este sí-mismo concurre a
lo autorregulación organismica y, por lo tanto, es el íntegrador
del organismo y existe únicamente dentro del proceso del cotejo
organismo-medio (véase infra). El sí-mismo abarca los sistemas
parciales -yo-, «ello» y -personalidad- (que no se debe confundir
con «persona», para Perls sinónimo de «sí-mismo»). Es verdad que
estos tres sistemas parciales no se deslindan de manera tajante;
se los debe entender como clasificaciones funcionales y por lo
tanto es difícil aprehenderlos: del ello provienen las necesidades
del organismo, que son recogidas por el yo, donde aparecen co-
mo intenciones concientes de acción hacia el mundo exterior. La
personalidad, comparable hasta cierto punto con el superyó de
Freud, es la estructura de responsabilidad del sí-mismo, que se
ha constituido a partir de las relaciones sociales experimentadas
hasta el momento, y es el precipitado de todo el material recibi-
do (tanto asimilado como no asimilado), o sea, un sistema de -«cua-
lidades» personales que se podría aducir como base para la expli-
cación de la conducta de esta persona.
Esta clasificación funcional del sí-mismo en el proceso de la
-autorregulación organísmicaí- se aclara un poco más en conexión
con el denominado -ciclo de contacto., según el cual trascurre,
en el caso típico, el cotejo del organismo con el ambiente: el yo,
dice Perls (1978, pág. 175), «tiene una suerte de función admi-
nistrativa; liga las acciones del organismo como un todo con sus
necesidades urgentes». Si introducen a un hambriento en una ca-
ja hermética, él tiene ahora la sensación de que se ahoga: el ham-
bre desaparece, la persona no puede tener las dos sensaciones
a la vez, o sea, la de hambre y la de ahogo. Del mismo modo,
la sensación de hambre desaparece comiendo. Según el estado
de la necesidad, se destaca una figura (p.ej., una necesidad, una
noticia cognitiva, una emoción, una percepción) sobre el fondo,
y urge su cierre en el sentido de ía psicología de la Gestalt. Si
se logra el contacto correspondiente con el medio, la figura se
cierra, se hunde en el fondo y deja sitio a una figura nueva. Este
ciclo de contacto trascurre según cuatro pasos:
1. Pre-contacto: del organismo o del medio surgen un anhelo
o un estímulo que se convierten en figura (desde el punto de vis-
236
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ta del sí-mismo, el resto del cuerpo o el medio restante se con-
vierten en fondo). La selección del elemento que se destaca está
determinada por muchos factores, que de manera aproximada
se podrían agrupar en el concepto de interés.
2. Toma de contacto: el anhelo se convierte en fondo y se re-
corta como figura una «imagen de búsqueda» de las posibilidades
de satisfacción; el «ad-greddi» (véase su.pra) pasa al primer pla-
no, y se diferencian y escogen posibilidades; aquí la función del
yo es decisiva.
3. Consumación del contacto: en el contacto como tal, cuerpo
y medio son fondo, mientras se viven de manera intensiva la fi-
gura y el contacto. La intención deí yo se trasí'orma en la espon-
taneidad del.sí-mismo, o sea que la persona íntegra es capturada
por el vivenciar (percibir, sentir).
4. Pos-contacto: el proceso de contacto ha llegado a su térmi-
no, el sí-mismo se difumina, la figura retrocede hacia el fondo.
En el encuentro con lo «no sí-mismo» se cumple, en el caso ópti-
mo, un paso de crecimiento y maduración. El organismo está aho-
ra listo para el siguiente ciclo de contacto.
La autorregulación organismica, o sea, el permanente cotejo
de estos ciclos de contacto con procesos de formación guestálti-
ca flexibles e íntegros, es, según Perls, la base del crecimiento
' y de la maduración a lo largo de la vida. Además, en una persona
que no padezca de ninguna perturbación, este proceso sobrevie-
ne en un *awa,reness continuum» (tal vez podamos traducir: en
una corriente de atención). La'figura que en cada caso ocupa el
primer plano (sea en el interior del cuerpo o en el medio) es reco-
nocida y experimentada con conciencia.
Pero son pocas las personas que dejan que sus necesidades
se recorten como figura y que pueden experimentarse a ellas mis-
mas y experimentar a su medio en el flujo de una percatación
plena. Lo que se observa es que presentan en mayor o menor
medida perturbaciones en el contacto consigo mismas y/o con su
ambiente. Ahora bien, si una toma de contacto se interrumpe
(p.ej., en los estadios 2 o 3 del ciclo antes descrito), se genera
una Gestalt o situación incompleta, que pugna por su cierre. Pe-
ro por el efecto Zeigarník, justamente las GestaUen no cerradas
—p.ej., sentimientos indeseados, conflictos externos que se han
evitado (-ad-grsddi>')— tienden a aflorar de continuo en la con-
ciencia. Así, «la evitación de conflictos exteriores [...] tiene por 1í
-pía
•f|*a
consecuencia la creación "de conflictos interiores" (Perls, 1973,
237
1 1
'til
i" I
pág. 179). Esto nos conduce a examinar las formas de bloqueo
o de evitación, del contacto.
13.4. Perturbaciones del contacto y estrategias de
dominio
El contacto con el medio en el encuentro con el «tú», pero tam-
bién consigo mismo, se entreteje íntimamente con el concepto
de «límite»: sólo donde existe un límite se puede producir un con-
tacto porque sin ese límite no sobrevendría más que una fusión
indiferenciada (véase -infra, el concepto de «confluencia)'). El lí-
mite es al mismo tiempo el lugar del encuentro y de la separa-
ción. «Paradójicamente, nuestro sentimiento de unión depende
de un acrecentado sentimiento de separación; en lo que sigue
trataremos de resolver esta paradoja», escriben los discípulos de
Perls, Erving y Miriam Polster (1975, pág. 101), y dedican todo
un capítulo al concepto de límite del contacto. Ya en nuestra ex-
posición del «ciclo de contacto" se pudo advertir que el contacto
no es un estado que se pudiera-tener o"'no, sino que es preciso
estar activo para mantener un contacto.
Desde la perspectiva de la autorregulación, justamente, las
formas —expuestas antes— de evitación del contacto presentan
un rostro doble: por una parte, de esa manera el organismo es
sin duda estorbado en su despliegue pleno pero, por otra parte,
es cierto que en su desarrollo anterior tuvo buenas razones para
evitar contactos en aras de su supervivencia —aunque restringi-
da—. Este doble rostro se reconoce en prácticamente todas las va-
riedades de terapia bajo diversos conceptos: desde la.perspecti-
va del trabajo terapéutico o del organismo en su funcionamiento
pleno se hablará de «resistencias», «corazas corporales o del ca-
rácter», «mecanismos de defensa», «bloqueos», «perturbaciones del
contacto»; en cambio, desde la perspectiva de la historia de ex-
periencia del organismo se tratará de «apoyos», -estrategias de
dominio», «mecanismos de protección", etc. El propio Perls seña-
la esta circunstancia con tanta claridad que vale la pena citar
el pasaje, a causa de su importancia extraordinaria para el pro-
ceso terapéutico:
«No haremos justicia a nuestros pacientes mientras que no dis-
cernamos la dialéctica de la resistencia. El opuesto dialéctico de
resistencia es "auxilio". La misma fortaleza que resiste al atacan-
23S
Page 323 of 372
te, ampara al 'defensor. En este libro podemos conservar la ex-
presión "resistencia" porque en el fondo somos enemigos de la
neurosis. Pero en un libro sobre ética preferiríamos la expresión
"auxilio" para designar esos mecanismos [ . . . ] No hay que olvi-
dar, sin embargo, que sólo logramos sortearlas resistencias si apre-
ciamos de manera correcta el hecho de que el paciente ve en
ellas unos "auxilios"» (Perls, 1973, pág. 183).
En consecuencia, lo que.se suele denominar neurosis es una
maniobra protectora frente a una amenaza grave. Estas manio-
bras operan como perturbaciones de los límites del contacto en
la forma de cuatro mecanismos: ya definimos dos de las formas
de estas perturbaciones del contacto, a saber, la introyección (in-
troducir un material no asimilado sin ponerlo a prueba) y la pro-
yección (partes indeseadas de la propia persona se alucinan co-
mo algo situado fuera del organismo). Las otras dos formas son
la retroflexión y la confluencia.
En la retro/lesión, la persona vuelca sobre sí misma impulsos
(agresividad) que normalmente están dirigidos hacia afuera, ha-
cia un objeto determinado, p.ej., si se arranca los cabellos, se ara-
ña, etc. Como en estos casos a menudo se inhiben reacciones es-
pontáneas, el correlato somático de la retroflexión se suele pre-
sentar en la forma de contracturas musculares: dientes apretados,
hombros levantados, contracción en el pecho, etc. (cf. sobre es-
to Reich, en el capítulo 5, y Lowen, en el capítulo 6). También
sentimientos de culpa pueden ser resultado de la retroflexión;
pero en estos casos lo común es que se hayan introyectado pri-
mero prohibiciones de la agresión. SÍ después la persona siente
en ella misma estas tendencias agresivas o no bloquea de mane-
ra- completa esta conducta agresiva, como se lo exige «la concien-
cia moral» (o sea, el mandato introyectado), una parte de esta
energía se volcará sobre ella misma en la forma de reproches y
sentimientos de culpa.
En la confluencia, los contactos en que el organismo se fusio-
na con su medio (sobre todo, con un compañero) son para él más
importantes que su propia identidad. A diferencia de lo que su-
cede en el encuentro, que es el contacto en sentido positivo, la
percatación se enturbia en la confluencia: la persona no se expe-
rimenta de manera clara y distinta en compañía del otro, no puede
contraponer sus propios deseos y sentimientos a los del compa-
ñero de modo de negociar en el diálogo los dominios de contacto.
Ahora bien, en una acepción general, «confluencia» designa todo
desdibujamiento de «los límites del yo», sea frente a sensaciones
239
y exigencias de adentro (p.ej., avasallamiento por un material
arcaico) o de afuera (p.ej., de parte del compañero).
A manera de resumen se puede decir: «El introyectador hace
lo que otros esperarían de él; el proyectador hace a los demás
lo que él les reprocha; el confluente patológico no sabe quién ha-
ce qué a quién; y el retroflectador se hace a sí mismo lo que que-
ma perpetrar en otros™ (Perla, 1982, pág. 58).
Perturbaciones del contacto todavía más severas son la defle-.
xión, en la que se evita todo contacto estrecho con el mundo
exterior (p.ej., con una expresión despectiva o una verbosidad
excesiva), y la desensibilización, en que el estado de alerta y
las sensaciones se reducen a un mínimo. El organismo queda en
este caso abotagado para las experiencias de contacto, hasta lle-
gar a la insensibilidad de regiones del cuerpo o frente a determi-
nados dolores (psíquicos o físicos).
Todas estas perturbaciones del contacto Impiden de diversas
maneras que se logren los procesos de asimilación o, al menos,
los dañan, con lo cual perturban el crecimiento y la autoactuali-
zación. La terapia guestáltica no tiene otro modelo específico de
las neurosis además de estas perturbaciones del contacto (ni su-
perpuesto a ellas). Perls habla de «growth disorder» [trastorno
del crecimiento] o de 'distúrbanos of development» [perturbación
del desarrollo]. En cambio, dispone de un modelo «en capas de
cebolla^ de contacto decreciente del organismo con sus necesida-
des y sensaciones, y con el mundo exterior, un modelo que tiene
importancia también para la secuencia de las intervenciones te-
rapéuticas.
13.5 Fases del contacto y de la terapia
Perls distingue cinco fases o capas con que el individuo ha
envuelto su sí-mismo auténtico como en capas de cebolla, y que
en la terapia se tienen que elaborar de afuera hacia adentro. Á
las diversas «capas* se pueden imputar también tipos de modos
de vida con perturbación del contacto; es frecuente que en la
bibliografía se mencione esto como «modelo de las neurosis», pe-
ro ya indicamos que el propio Perls propuso no hablar de neuro-
sis sino de perturbación del crecimiento. Caracterizaremos bre-
vemente estas fases en la secuencia que va desde afuera hacia
adentro (en correspondencia con el proceso terapéutico):
240
Page 324 of 372
1. fase del clisé: el individuo no es capaz de alcanzar encuen-
tros intensos; tiene una conducta inauténtica, retórica, regida por
clisés, rituaíizada;
2. fase del juego de roles: pautas rígidas de rol y una esponta-
neidad escasa ayudan a evitar un contacto demasiado intenso
consigo mismo y con el medio; las necesidades son en parte reco-
nocidas, pero las más de las veces no se las acepta, y la percata-
ción es muy pequeña;
3. fase de bloqueo («impasse»): la coraza protectora de 1) y 2)
y los usuales clisés de conducta han probado ser ineficaces; se
difunde una sensación de vacío, de desconcierto y de ausencia
de salidas, de manera que en la
4. fase de implosión: se recurre primero a determinados pro-
gramas extraídos de la concepción que el individuo tiene de sí
mismo, pero que están demasiado dirigidos hacia lo interno y por
eso no son plenamente adecuados a la situación;
5. fase de explosión: las necesidades y los sentimientos que
habían sido bloqueados, segregados, evitados, se expresan ahora
de una manera que es plenamente adecuada a la situación y al
medio.
Puesto que en 5) el organismo se tiene que familiarizar por
primera vez con los aspectos hasta entonces ignorados, Hartmann-
Kottek-Schroeder (19S3), inspirándose en Petzold en cuanto al
proceso de terapia, le agrega todavía otras dos fases:
j-
6. fase de elaboración: esta fase permite que el individuo in-
tegre en el orden de la vivencia la identidad nueva, ensanchada,
y establezca cotejos cognitivos con esta realidad total nueva;
7. fase conclusiva de modificación de la conducta: la nueva
identidad es sondeada, puesta a prueba y de esta manera afirma-
da en el orden de la conducta, por una vía experimental y crea-
dora.
Ü;¡|
13.6 Aspectos y técnicas de la intervención •Si
«La toma de conciencia de sentimientos indeseados y la capa-
cidad de tolerarlos son las. condiciones sine qua non de un trata-
miento logrado»; esta proposición de Perls (197S, pág. 216) vuel-
ve a mostrar con claridad que la terapia guestáltica es, en su nú-
cleo, un análisis de las resistencias. Sin embargo, en oposición al -Mi
¡Sí
" j i¿ y]
241
 psicoanálisis, la resistencia no es interpretada o «eliminada- sino
que se la vuelve pregnanie como una GestaLt experimentable para
el cliente. La terapia guestáltica no se centra en el material (que
ha sido desconocido) sino en el proceso mismo (de contacto y de
bloqueo). En la conducta aquí y ahora, en las estrategias de do-
minio, en la modalidad del contacto con el medio y consigo mis-
mo aparecen las GesLalteii incompletas, no cerradas.
E3 abordaje de estas resistencias se produce sobre el fondo
de los mandamientos nucleares antes expuestos. Para ello el te-
rapeuta se vale de la fuerza de autorregulación y se ofrece él
mismo como compañero para el encuentro en la relación. Existe
gran cantidad de "técnicas» (en ocasiones se exagera la impor-
tancia de las técnicas como tales) destinadas a ayudar al cuente
a ponerse más en contacto consigo mismo y con el ambiente. Pe-
ro en el fondo —dice Perls— aun las siguientes cinco preguntas
•bastarían como armamento para los terapeutas-: ¿qué haces?,
¿qué sientes?, ¿qué te gusta?, ¿qué evitas?, ¿qué esperas?
Desde luego que esas preguntas no se dirigen al cliente en esa
forma; más bien definen líneas guía para .el trabajo terapéutico.
A diferencia de io que ocurre, p-.ej., en la psicoterapia de diálo-
go, en este trabajo se atribuye mucha importancia'a la confron-
tación y la frustración del cliente, es cierto que sólo sobre la ba-
se de una sólida relación terapeuta-cliente, que al mismo tiempo
se caracteriza por el apoyo. El juego alternado entre apoyo (sup-
port] y frustración (skiUfuifrustration) es una característica des-
tacada del estilo de intervención en terapia guestáltica (cf. Schnei-
der, 1981):
«SiLpport* se define por el acompañamiento empático, el con-
f I tacto yo-tú, la cooperación, el aliento, el amparo, indirectamen-
te incluso por recomendaciones como respirar más hondo, adop-
tar un mejor modelo para caminar, etc. «SkiltfulftiisLration» es-
tá destinada en primer término a ensanchar, por medio de la
confrontación, los contextos perceptivos del paciente, a medida
que, p.ej., el terapeuta le devuelve en espejo sus propias percep-
ciones o le hace notar saltos o contrae! iccípnesjógi cas en sus enun-
ciados. En segundo término, procuran que el paciente, gracias
a esta provocación, experimente con nitidez sus expectativas, cli-
sés, fachadas o maneras en que se ve a sí mismo. Como ya diji-
mos, estas intervenciones se producen siempre sobre el fondo
de la confianza, o sea, sólo cuando el paciente puede experimen-
tar que la frustración en definitiva está al exclusivo servicio de
la trasparencia en el curso de su descubrimiento de sí mismo.
2.42
Page 322 of 372
Esto presupone, ciertamente, límites yoícos estables; no se pue-
de proceder de este modo si se registra, p.ej., una tendencia psi-
cótica.
En todos los casos es importante acrecentar primero la perca-
tación del cliente, en particular respecto de su propia conducta
defensiva. Diversos recursos permiten activar la vivencia, p.ej.,
la concentración en el «aquí y ahora», el señalamiento de la pos-
tura, del tono de voz, de los gestos, etc., o el -diálogo guescálti-
co», en que el cliente coloca frente a sí, en una silla vacía, a una
persona de su trato o a una parte física/psíquica/cognítiva de sí
mismo, toma contacto con ella y establece un diálogo por inter-
cambio de roles, etc. Estas partes casi siempre indeseadas, a me-
nudo escindidas, que de este modo se vuelven experimentabas,
deben ser reconocidas por el cliente como propias, y él debe ha-
cerse responsable también por estas partes de su persona hasta
entonces desmentidas. En este punto opera la paradoja del cam-
bio: si uno se acepta como uno es —si, p.ej., en lugar de «se»,
«la gente», etc., puede decir .yo», y en lugar de «yo no puedo»,
«yo no quiero-—, por esa razón uno cambia. Los sectores desmen-
tidos, segregados, son reintegrados en el sí-mismo. Por lo gene-
' ral se libera entonces una energía ligada (y a menudo dirigida
contra uno mismo), que se puede aplicar a experimentar, es de-
cir, a la puesta a prueba de conductas nuevas en un medio segu-
ro; estas conductas nuevas brotan de las introvisiones cognitivas
y vivenciales, y no son impuestas por el terapeuta. Por fin, estas
conductas así probadas se deberán generalizar para las situacio-
nes de la vida cotidiana. Es allí donde se produce una consolida-
ción del nuevo sí-mismo.
Para la selección de las técnicas de intervención aplicables
al caso, la terapia guestáltica está en principio abierta a otros
abordajes terapéuticos, como el psicodrama de Moreno o el tra-
bajo corporal de Reich/Lowen. Con miras al acrecentamiento de
la percatación, en particular, se utiliza un amplio espectro de in-
rf'¡§: tervenciones: además de la «silla vacía-, ya mencionada (no se
la confunda con la «silla caliente", donde en terapia guestáltica
de grupos se sienta la persona que esta dispuesta a trabajar), se
£ift;- escogen ejercicios creadores para laplasmación de determinados
aspectos del sí-misrno (o del contacto), como, p.ej., pintar, mo-
delar (aquí ai principio se trata solamente del contacto con los
materiales mismos, pero después también del contacto consigo
y con el mundo, que de esta manera se expresa), representacio-
nes con el cuerpo propio (o en el grupo: con otros cuerpos; tam-
bién aquí importa el contacto en el sentido doble), ejercicios de
243

fantasía, en que el cliente imagina a modo de ensoñación rela-
ciones cíe contacto, etcétera.
Un'papel no desdeñable desempeña en la terapia guesláltica
el trabajo con sueños porque en ellos a menudo afloran las par-
tes alienadas, desautorizadas'del sí-mismo corno «actores extra-
ños» (cf. el tratamiento de la sombra en G. G. Jung, en el capítulo
4). En la medida en que el cliente tome conciencia de su posición
de regisseur de su sueño, podrá entrar tentativamente en con-
tacto con estas partes (tal vez identificarse coa ellas, p.ej., «un
perro se abalanzó sobre mi« se convertirá en «hice que un perro
se abalanzara sobre mí», y después, «ahora yo soy el perro...»).
El sueño es entendido como una creación artística que sirve al
propósito de contraponer fuerzas en apariencia inconciliables. Es-
ta contradicción debe ser llevada a la conciencia y resuelta en
la terapia (para lo cual en muchos casos se puede recurrir a posi-
bilidades de solución que se insinúan de manera latente en el
sueño).
Hasta aquí llega nuestro esbozo aproximativo de los aspectos
«técnicos» de la terapia guestáltica. Por una parte, no se pone
limite alguno a la creatividad de los terapeutas; por la otra, no
es raro que se exagere la Importancia de las técnicas frente a
la actitud básica. Por eso citaremos para concluir a Voóbus (1975),
quien se manifiesta decididamente en contra de los «psicotécni-
eos» y de los «emparcha-GesíaUen» que «arreglan el alma humana
con mohosas tenazas», y cita estas palabras de Perls (Voóbus,
1975, pág. 103):
«La psicoterapia no es una feria donde cada quien se pueda
divertir a gusto y prevalezca el que conoce más trucos. El creci-
miento es un proceso que requiere tiempo.. .», y «¿Sabes tú de
dónde provienen todos estos terapeutas guestálücos? Millares de
terapeutas guestálticos: ¿Qué sientes ahora? Pues escribe un diá-
logo entre estos sentimientos, además dispon allí una silla vacía,
y la terapia guestáltica esta presta. . . ¿Quién de nosotros les pu-
do aportar esto?-.
244
14. Psicoterapia de diálogo (Rogers)
14.1 Introducción
En los países de lengua alemana, la *client-cenlered Uierapy*
de Cari R. Rogers (nacido en 1902) se ha difundido bajo la deno-
minación de -psicoterapia de diálogo' y, junto al psicoanálisis y
la terapia de la conducta, es en ellos una de las tres formas con-
solidadas de psicoterapia. Aunque en la Sociedad de Psicotera-
pia Científica de Diálogo se habla también de «psicoterapia cen-
trada- en el cliente» (cf. Pflug, 1934), hemos escogido para este
capítulo el título de «psicoterapia de diálogo" porque es e! que
se emplea en la mayoría de las publicaciones corrientes en len-
gua alemana (cf. empero infra),
Las concepciones básicas fueron elaboradas por Rogers ya en
los años de 1938 a 1950, primero bajo la designación de «terapia
no directiva» («non directive therapi/-)- y sólo después (Rogers,
1951) de «psicoterapia centrada en el cliente". Lo asombroso en
esta variedad de terapia es cierta doble vía (muchos han visto
aquí un carácter contradictorio) que atraviesa su desarrollo des-
de el comienzo.
Por una parte, Rogers se cuenta entre las personalidades rec-
toras de la psicología humanista; en armonía con ello, esta varie-
dad de psicoterapia privilegia conceptos como encuentro huma-
no, crecimiento de la personalidad o tendencia a la actualización,
confianza en las tendencias de autocuración, libertad personal,
etc. Para esto se basa Rogers, como lo mencionamos ya en nues-
tro capítulo introductorio sobre las terapias humanistas, en Bu-
ber y Laotsé: "El hombre íntegro [...] no interviene en la vida
de los seres, tampoco se les impone, sino que "ayuda a todas
las cosas a alcanzar su libertad". (Rogers, 1975, pág. 21). fl!
Por otra parte, Rogers fue uno de los primeros terapeutas en
tomar de manera sistemática registros grabados de la interacción
terapéutica (al comienzo no se utilizaban bandas magnetofóni-
cas, como se suele leer en la bibliografía, puesto que no se dispo-
nía iiúri de «Has en la (locada cíe 1040; se empicaba en cambio
245
tu;
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Page 325 of 372

 CAPÍTULO 6
LA PSICOLOGÍA DE LA RELIGIÓN

1. DEÍINICIÓN E HISTORIA
Definimos la religión como el homenaje a lo sagrado. Este homenaje se expresa en
la relación del hombre con lo sagrado por la vía de la trascendencia que construye el
sentimiento religioso y la actitud de adoración. Por su parte, la psicología de la religión
tiene como objetivo si estudio científico de! fenómeno religioso, en sus diferentes mani-
festaciones, a nivel privado, grupal y comunitario. Se trata, pues, del estudio de la vida
espiritual del hombre en cuanto se orienta a la religión como homenaje a lo sagrado. De
este modo, la psicología religiosa le interesa el estudio de las funciones psíquicas que
intervienen en la vida religiosa. Así-fue concebida desde sus inicios. Como ejemplo
ilustrativo, podemos citar a W.Síahlin, TedactoTdelArchivJurReügionspsychologie,
quien en su primer número, en el año 1914,- definía la psicología de la religión, como
la "ciencia que se ocupa de la religión en su aspecto de fenómeno psíquico, es decir, de
.la religión en la medida en que es creencia, creencia del individuo o dei grupo" (Van
DenBerg, 1963, 11).
La historia de Ja psicología de la religión presenta tres etapas claramente delimita-
das. Sus inicios auspiciosos y primeros desarrollos empíricos, desde fines del siglo
pasado y las primeras décadas de esta centuria hasta los años 3.0. Luego, otra etapa de
silencio, desde esa fecha hasta Jos primeros años de la década del 50, donde práctica-
mente desapareció el interés psicológico por las cuestiones religiosas. Y, el último
período, desde fines de los 50 a la actualidad, donde se observa un renacimiento del
tema, con un reconocimiento creciente de su importancia, que lleva a la disciplina a
adquirir dsfinitivamente su estatuto científico. Quizás los dos hechos más expresivos
del ese reconocimiento académico de la Psicología de la Religión sea la creación de la
División 36 de la APA, en 1975, Psychologists ínteres ted in ReÜgioiis Jssues y la

155

Page 326 of 372

inclusión de la categoría diagnóstica Z71.8 Problemas Religiosos o Espirituales1 entre
¡os "Problemas adicionales que pueden ser objeto de la atención clínica" en el DSM-TV,
de la American Psychiatric Association, a partir del año 1994.
La historia de !a psicología de !a religión es en gran parte la historia de sus méto-
dos. Los comienzos de la misma podrían ubicarse en los Estados Unidos con la obra
de E,D. S'arbiick (1866-Í917), quien en 1899 publicó The Psycholog}> of Religión,
An ñmpirlcal $!;idy ofths Growth ofReligious Consciousness2. El libro se ocupaba
principalmente de la conversión. Utilizó extensos cuestionarios y encuestas para reco-
ger ima multitud de respuestas detalladas que luego sometió a un minucioso análisis.
Otra contribución, destacada íue ía de Williarn James, quien también se dedicó al tema
de la conversión. En 1902 apareció su célebre obra, Tíu Varietíes ofReligions Expe-
'"ience (Variedades de la experiencia religiosa), donde describe los tipos religiosos
característicos por medio de notas autobiográficas extraídas de diarios, cartas, confe-
í*"
.sienes y memorias, método que ha sido considerado poco científico. Otros autores
importantes de la escuela norteamericana fueron SiankyHall (1864-1924), discípulo
.de Wimdt y James H.Lev.ha (1868-1946), conocido por su obra A Psychological
Siuciy of Religión (Un estudio psicológico de la religión), de 1912.
En realidad, desde el punto de vista cronológico. Alemania había iniciado las
investigaciones sobre el fenómeno religioso durante la segimda mitad del siglo pasado
con Wundt, quien en 1864 publicó, Psicología del hombre y del animal, haciendo
1"Esta categoría puede usarse cuando el objeto de atención clínica es un
problema religioso o espiritual. Los ejemplos incluye el malestar que implica la pérdida
o e! cuestionanu'enío de la fe, ios problemas asociados con la conversión a una nueva
fe, o e! cuestionamiento de los valores espirituales que pueden o no estar necesariamente
relacionados con una iglesia organizada o con una institución religiosa" Pichot et al.
(1995, 700-701).
2La Psicología de la Religión. Un estudio empírico del desarrollo da la
conciencia religiosa.
156
Page 327 of 372
referencia a la religión. Esos estudios fueron incluidos dentro de la psicología de los
pueblos, sometiéndolos al método genético comparativo. En ese país, ¡as obras de
mayor significación fueron las de F.Heiier, en 1918, que investigó y clasificó distintos
tipos de plegarias; íC.GÍrhensohn, 1921, teólogo y psicólogo, quien e^-perimeitó con el
método de asociación de textos; RudolfOtto (1869-1937), realizó un análisis de la
vivencia religiosa medíante la investigación fenómeno lógica en un libro de gran noto-
riedad, Lo Santo, en 1917. Otros autores fueron StáhJm, Girgensohn y Wunderle
quienes sentaron las bases empíricas para la investigación psicológica religiosa.
Valiosos criterios sobre e! mundo vivieucial religioso ss obtuvieron gracias a las
es clarece doras investigaciones fenornenológicas de Max Schelsr (1874-1928), 0.-
Grundler y especialmente de Disfrich Yon Hildsrbrandí (1889-?) sobre los actos,
creencias y conductas religiosas referidas al arrepentimiento, la sumisión, la confianza
en Dios y la aspiración a la salvación del alma. Debemos mencionar los estudios de
Álexander P/ander (1870-1941) sobre ¡as áreas psíquicas religiosas y sóbrelas vidas
alejadas y cerradas a Dios.
Otras contribuciones destacadas fueron las de Charcot y Janet que consideraron
las vivencias religiosas como propias del ámbito de las neurosis y las histerias. En esa
dirección, K._Schneider, H.J. Weitbrecht y Et. de Gresi, se dedicaron a establecer las
diferencias entre ía vida religiosa normal y vida religiosa anormal. Una figura de gran
repercusión en el tema fue, Segismund Freud (1930, 1954. 1989), quien presentó a la
religión como una neurosis resultante de conflictos instintivos no resueltos. Decía que
los actos y las creencias religiosas deberían considerarse, principalmente, como subli-
mación de energías básicas, predominantemente sexuales, que habían sido reprimidas.
Por su parte, la psicología individual de A. Adler (Ansbacher et al., 1959, 552-556)
veía en la fe y en la práctica religiosa una de las posibilidades de compensación o
sobrecompensación de! sentimiento de inferioridad derivado de las discapacidades
orgánicas o psíquicas. La creación de objetivos directrices ficticios permitirían, pensa-
ba Adler, satisfacer el afán elemental de valer y de poder, existente en el hombre corno
157
necesidad. Desde el psicoanálisis, surge K.Jimg (1961), quien se orientó en la idea de
los arquetipos como determinantes psicológicos de los dogmas y ios ritos de las reli-
giones, sustituyendo la experiencia religiosa inmediata y permitiendo mantener el
equilibrio anímico. De acuerdo al comentario de E.Fromm (1965, 35), "Jung reduce la
religión a un fenómeno psicológico, y al mismo tiempo eleva el inconsciente a un
fenómeno religioso".
El rnisrnoíFromm se incorpora al debate sobre la psicogénesis de la religión ini-
ciado porFreud, quien había asumido una posición abiertamente descalificadora de lo
sagrado, en tanto Jung defendía una postura de valoración de la creencia. Fromm
(1965), estima que los dos tienen algo de razón, ya que la cuestión depende del tipo de
religión que se trate, si autoritaria-o humanista. La primera somete al hombre, pro-
moviendo en él intensos sentimientos de pobreza, impotencia e indignidad, en cambio,
la religión humanista hace del hombre el centro de ínteres, buscando su desarrollo,
cultivando la solidaridad y la auíorrealizacíón." En esta última, "el estado dé espíritu
prevaleciente es la alegría, mientras que en la religión autoritaria es la pena y la cul-
pa11 (Fromm, 1965, 57).
A su vez, Víctor Frankl (1991), también hizo un importante aporte a la psicología
de la religión. Consideró las perturbaciones del espíritu como una categoría especial
de neurosis, llamada noógenos. Es el resultado de la experiencia del "vacío existen-
cía!", cuando la voluntad de sentido de la vida se ve frustrada y se cae en el fatalismo
o el escepticismo pesimista. Frankl (1966), siguiendo a Jung, afirmó la existencia de
un inconsciente, espiritual, sede la imagen arquetípica de Dios y origen intrapsíquico
de la trascendencia. En contraste coa esa posición, Christian Sharfetter (Pereyra,
1993), ha ubicado las experiencias religiosas, no en e! inconsciente, sino en un nivel
superior de la conciencia, que llamó el "supra ser o estar consciente".
En general, la psicología europea, a lo largo de este siglo, ha manifestado un mar-
cado interés por el estudio del área religiosa, especialmente en países como Suiza y
Alemania, donde la influencia de Jung ha sido gravitante. En general, las formulado-
158
Page 328 of 372
nes hau presentado un perfil filosófico y teórico, privilegiándose las aplicaciones clíni-
cas. Un ejemplo ilustrativo es la teoría de la Psicosíntesis, fundada por Assagioli e
Ignace Lepp (1966, 26-3 7), con el propósito de integrar las creencias católicas de sus
fundadores cpn ei pensamiento de Jung y del análisis existencia!.
En cambio, el estudio científico de la religión fue desarrollado principalmente por
los psicólogos norteamericanos. Desde esa perspectiva se origina un renacimiento de
las producciones a partir de la década del 60. Algunas publicaciones precursores fue-
ron los textos de Cíark (1958), Johnson (1959) y Strunk (1959) y la revista, periódica,
Review ofReligioiis Research, que edita desde 1959, la Relígions Research Associa-
tion. En esa época se destacaron dos profesores de ¡a Universidad de Illinois, Ray-
mondB. Cattell -que estudió los sentimientos y valores religiosos por medio de tests-,
y O.H. Mowrer, que se interesó por si concepto de pecado y sus implicancias clínicas
(Gorsuch, 1991, 285-6). A partir de 19ÓÍ, comienza a publicarse el Journal for the
Scientific Study of Religión, que dio un nuevo impacto a la investigación.
Sin embargo, es a partir de !a década de! 70 cuando la Psicoiogíg de la Religión
va superando íos prejuicios y convirtiéndose en una área de estudio, legitima, respeta-
ble y práctica (Coüins, 1991, 471-2). Desde entonces los progresos han sido conti-
nuos. Algunos textos dan cuenta de ello, tales como, Bymes. The psychology qf 'reli-
gión, 1984; Meadow y Kahoe, Psychology of religión: Religión in individual Uves,
1984; Spilka, Hood y Gorsuch, The psychology of religión: An empirical approach,
1985; y Wulff, 1991. Asimismo, la reciente incorporación ^.International Journal
for the Psychology' of Religión, que se agrega a otras revistas importantes del área
(v.gr., el Jouma! of Psychology and Theology y el Joitmal of Psychology and Chrís-
tianiíy), han facilitado e! diálogo entre ambas disciplinas.
Otra área de desarrollo ha sído la psicología pastoral cristiana, es decir, la trans-
ferencia de informaciones psicológicas útiles para orientar la práctica del trabajo pas-
toral. Holifield (19S3), ha realizado una evaluación de! desarrollo histórico de esa
actividades, entre otros análisis del tema (v.gr., Oden, 1934).
159
2 ._ACTITÍJDES HACIA LA PSICOLOGÍA DS LA RELIGIÓN
Con respecto a la actitud de los psicólogos hacia la religión, afirmaba reciente- .
mente Stanton Jones (1994), "la religión parece jugar un rol mínimo en la vida de la
mayoría de los psicólogos en Estados Unidos". En un siitvey realizado en 1984, sobre
las preferencias religiosas de los académicos, encontró que el 50% ds los psicólogos
contestaron no tener preferencias religiosas, en comparación con sólo el 10% de la
población general. Asimismo, solamente el 33% de los psicólogos clínicos confesaron
que la fe religiosa era la influencia más importante en sus vidas, a diferencia del 72%
del resto de la población general qus dio esa respuesta. Seguramente que estos porcen-
tajes deben ser mucho más desfavorables o negativos en la Argentina y en la mayor
parte de América Latina, considerando la persistencia de cierto .grado de hostilidad "
hacia la religión y ¡a escasez de trabajos en ei área. Sin embargo, el rápido avance de
.jos movimientos espiritualistas de la New Age, la apatía por los conflictos ideológicos,"
-•el interés por la psicología aplicada y las ideas relativistas que proponen tolerancia,
, permiten pronosticar que !a actitud de los psicólogos hacia ;a rsligión irá revertiéndose
paulatinamente gn los próximos años.
; j_. Por su parte, el desarrollo de la psicología religiosa fue observado alprjncipio con.
Atención, pero también con reserva, por los teólogos de las diferentes congregaciones.
Este se debió al enfoque positivista indiferente y si tratamiento desprejuiciado que
hacían los experimentadores de las ideas religiosas, todo lo cual invitaba a una actitud
de precaución respecto a ¡as conclusiones, aportes y principalmente a las interpreta-
ciones que hacía de los hechos observados. Particularmente, resultó molesto para los
líderes y pensadores religiosos, el psicologizar los textos bíblicos y dogmáticos pres-
cindiendo ds la acción sobrenatural de ¡a gracia, considerando la existencia y las ense-
ñanzas de la iglesia sujetas a las mudanzas da !os tiempos. Esta actitud fue cambiando
con los años, por ejemplo, en el mundo protestante, debido al desarrollo deí modernis-
mo teológico que impuso una metodología semejante. En eí mundo católico, mientras
tanto, la disposición más receptiva fue dándose por la creciente revalorización de la
160
psicología escolástica, que.proponía criterios diferentes a los sostenidos por la psicolo-
gía científica y experimental, además, de'la influencia de destacados religiosas que
estudiaron psicología; en especia], los trabajos de Wunderle lograron eliminar los
principales reparos de la psicología católica, abriendo el camino para el desarrollo de
la nueva ciencia, ío cual ha significado un importante estímulo para la investigación
de distintos temas, por .ejemplo, eí remordimiento, la oración, la religión y su desarro-
llo en el niño.
En el caso de la iglesia adventista, que no aceptó ias propuestas del modernismo,
como ocurrió con gran parte del protestantismo, ni tuvo personalidades gravitantes en
su seno que promovieran el interés por la psicología, como sucedió con la iglesia
católica, el proceso de reconocimiento de la psicología de la religión y aún de la psico-
logía como ciencia, se vio sensiblemente demorado. Quizás las advertencias que lan-
zara en el siglo.pasado Elena de White (1966, 1989) contra la frenología, el hipnotis-
mo y el magnetismo de Mesmsr, que algunos relacionaron con la Psicología3, produje-
ron temores y cierto retraimiento en su abordaje. Fue recién a partir del año 1977,
cuando la Conferencia General, aprobó un documento sobre Conceptos de la Iglesia
Adventista del Séptimo Día sobre Psicología (ver el próximo capitulo), que se abrió
el interés por la disciplina y una actitud más propicia para su reconocimiento. Ese
- .TCápe^s*^-?] documento constituyó un hito significativo insoslayable, aunque hay que observar que
tal declaración más que centrarse en desarrollar una concepción adventista sistemática
de la psicología, se ocupa en fijar algunos principios bíblicos básicos que puedan
guiar la praxis y la teorización en el área, a fin de evitar conductas o ideas desviadas,
3 En la recopilación, del material sobre salud mental realizado por los
fideicomisarios del Centro Y/hite, en su "edición preliminar" en inglés, aparecida en
1966 -Gyidelines ío Mental Health-, el capitulo tres, referido al mesrnerismo y la
frenología, fue titulado Dangers in Psychology (Peligros en la Psicología), que la
versión.^apañóla -Mente, Carácter y Personalidad, tomo 1-, traducida por la Casa
Editora Sudamericana, reproduce con un ligero y significativo cambio, Peligros de la
Psicología.
161
Page 329 of 372
instruyendo acerca del peligro de "cualquier práctica o modalidad que pueda disminuir
la capacidad del hombre para su auto determinación o libre albedrío", y presentando
como ejemplo una lista de doce procedimientos de "manipulación mental".
Otro hecho significativo es que la Universidad de Andrews, la más importante en
materia teológica del adventismo, carece todavía de una carrera exclusivamente de
psicología4 a nivel de los Graduáis Programs. Ha sido la Universidad de Loma Lin-
da, de tendencia más liberal, la que viene desarrollando desde hace varios años la
Carrera de Psicología, a nivel del college (en La Sierra University), y desde el año
1994 el plan doctoral, con una propuesta académica de cuatro títulos. Si bien se dic-
tan varias carreras de especialidades psicológicas de posgrado (v.gr., la maestría de
Relaciones Familiares, de la Universidad Adventista de Montemórelos, México; la
maestría de Educación Familiar, con especialidad-psicológica en Sagunto, España)
hay que poner de relevancia que la segunda carrera universitaria de psicología a nivel
da grado en el mundo adventista, es la que dicta en. la UAP, por lo cual se constituye
en una instancia significativa de la historia como expondremos en el capítulo ocho.
3, MODELOS DE PSICOLOGÍA Y RELIGIÓN
Los modelos son construcciones intelectuales de un nivel de abstracción superior
a las hipótesis., leyes y teorías. Se los define como "el conjunta de supuestos o postula-
dos más generales que sostiene (un científico), tanto eu relación con la realidad que
investiga, como con los métodos para abordaría" (Opazo, 1992, 413). Los modelos no
requieren de demostración teórica1 ni de verificación empírica, su función consiste en
ser instrumentos "que enmarcan y orienta la investigación" (Ibid). Es de una entidad
inferior a los "paradigmas", que según Kuhn (1970), necesitan del consenso de la
comunidad científica y de una imposición revolucionaria. Los modelos son herramien-
4 Aunque se dictan muchas asignaturas específicas y las carreras de
Aconsejamiento (Counseling Psycholog}') y Psicología Educacional (Educational
Psychology).
162
Page 330 of 372
tas útiles y económicas. Creemos valioso este instrumento para descubrir las relacio-
nes entre ia psicología y la religión, como la mejor geografía para perfilar un recorrido
y aportar ideas que promuevan una psicología cristiana de "orientación adventista.
En esta dirección, John Cárter (1991), ha describió cuatros modelos o aproxima-
ciones a la relación entre ambas disciplinas, que paralelamente son también intentos
de relacionar la psicología con el cristianismo. Analiza el hecho desde ambas postu-
ras, llamándolos respectivamente, modelos seculares y sagrados. Cada uno de ellos
los define por un término copulativo explicativo, a saber: 1) Psicología "contra" Reli-
gión; 2) Psicología "de ía" Religión; 3) Psicología "paralela" a la Religión; 4) Psico-
logía "integrada" a Ía Religión. También podrían denominarse, antagónico, subordi-
nado, dicotómico & infegralivo, siguiendo planteamientos anteriores (Pereyra. 1996c),
A continuación, haremos una breve exposición de cada uno.
3.1. MODKLOS SSCULASJ£S. Las aproximaciones psicológicas nacía la religión, se-
gún Cárter (ídem, 438-440), son descriptas en cuatro modelos, como pueden verse
sintetizados en la Tabla 1. Corresponden a la versión secular de los modelos sagrados
que se tratan en el apartado siguiente. Ambas perspectivas no son diferentes sino, por
el contrarió, como las dos caras de la moneda, dos lecturas del mismo modelo,
/n • El primer modeló es el de la psicología "contra" la religión o el tipo antagónico.
Considera que la religión es anticientífica, perpetradora de mitos y tiene o ha tenido
un .efecto dañino sobre la sociedad y los individuos, por su presunta acción opresiva,
controladora o inhibidora de la libre expresión humana, especialmente en el área de la
sexualidad. La ciencia y el método científico es lo único válido y el medio para descu-
brir la verdad. La religión es vista como superfina, primitiva, promotora de inmadu-
frez, que impide la autonomía y la auto [realización personal. Sólo la ciencia psicológi-
ca tiene la solución para los problemas y los conflictos individuales. Este modelo está
basado en el'naturalismo y en el antis obrenaturalismo. Los principales representantes
fueron Freud (1930; L954, 37-39, 42-44; 1963) y Éllís (Cárter, 1991', 43S).
163
 E! segundo modelo es el de ia psicología "de ia" religión o el tipo subordinado. A
Tgblfí 1 - Cuatro modelos seculares de Psicología y Religión (Cárter, 1991, 436)
diferencia de! anterior, se basa en el humanismo, el misticismo o el "paraíeísmo".
1. Psicología contra Religión {antagónico)
Sostiene la idea del hombre como un ser espirituaI-moral libre. Entiende !a religión 1, La ciencia o el método científico es el único sentido válido de verdad.
como buena en genera! y una ayuda o influencia positiva, debido al reconocimiento de 2, Otras pretensiones de verdad-no científicas son destructivas.
3, La religión (como mito) más que verdadera es destructiva.
las cualidades espirituales del hombre y 511 aporte al desenvolvimiento de tales poten- 4, Lo destructivo es debido a su acción prohibitiva o inhibidora,
5", La ciencia psicológica es la solución para los problemas individuales.
cialidades. Cuando se niegan esos valores -sea por la religión, la tecnología, la ciencia Ejemplos: Ellis y Freud
o la sociedad- es allí donde se producen las patologías. Por tanto, deben rechazarse
2. Psicología de la Religión (subordinado)
todo tipo de definiciones que no afirmen e! correcto funcionamiento humano. Asimis- 1. El hombre es un ser espiritual-moral (ai menos en sentido humanístico)
mo, el buen psicólogo buscará conocer y transferir los descubrimientos válidos de la 2. L-a religión, tecnología, ciencia o sociedad que niega los valores espirituales
del hombre generan patologías.
religión para aplicarlos al proceso del crecimiento personal. Fueron Jung, Fromm y 3. La mayoría o todas las religiones han reconocido la cualidad espiritual del
hombre, contribuyendo a su desarrollo.
Mowrer los más claros representantes de esta concepción (ídem, 438-9). 4. Deben abandonarse las definiciones culturales inadecuadas por aquellas que
demuestra:} el correcto ñmcionamiento humano.
- £1 tercer modelo es el dicoíómico, !a psicología "paralela" a ia religión. Asevera - 5. El buen psicólogo transfiere los descubrimientos válidos de la religión para
la distinción y separación entre ambas esferas en lugar de su iníerrelación. Considera aplicarlos al desarrollo humano.
'la psicología científica y la religión algo personal, por lo tanto, son disciplinas inde-
Ejemplos: Fromm, Jung y Mowrer
vm
3. Psicología parálala Religión (dicoíómico)
endientes sin ninguna conexión entre ellas. No implica una oposición o desvaloriza- 1. Religión y psicología no se relacionan.
islán de la otra posición, sino percibirla como diferente o, en el peor de los casos, des- 2. Cada una existe en su propia esfera. Una es científica la otra no.
3. La religión es personal, en ianío, la psicología intelectual y académica. •Hfce*'
-conocería. Un ejemplo de este concepto fue Trióme, editor por anos del Journal of 4. No implica un conflicto entre ellas sino la falta de interacción. til
¿€linical Psychology (Ibid).
Ejemplos: Thome MÍ
4. Psicología integrada Religión (integrativo)
* E! cuarto modelo, seg'Jn Cárter, es el de !a psicología "integrada" a la religión. L Es p.osible y deseable unificar o integrar la verdad religiosa y psicológica. lii
Postula que es posible y saludable unificar Jos conocimientos y descubrimientos de la
religión y !a psicología, ya que los mismos enriquecen ambas disciplinas y contribu-
2. Los descubrimientos y verdades de cada una se corresponden entre si.
3. Los principios válidos de ambas disciplinas están en armonía.
4. La religión como manifestación social puede ssr patológica pero no lo es en
m
tei
su naturaleza ¡ntrinsica.
yen a su desarrollo reciproco. Las verdades e insighis de cada esfera, no son antagó- 5. Los valores y experiencias religiosas pueden ayudar a superar las angustias =<1 3@
nicos sino por ei contrario, se pueden integrar y armonizar. Si bien es posible que
de la existencia y favorecer el proceso de maduración y crecimiento. mm
áh íiíSisi
Ejemplos: Allport, Frankl y Guntrip
haya creencias religiosas que sean individual o socialmente patológicas, no es la reli-
gión en su naturaleza intrínsica perturbadora o generadora de trastornos. "Finalmente,
la religión saludable es vista como asistiendo o ayudando a trascender o liberar de la •3,2. MODELOS SAGRADOS. Como se mencionó más arriba, desde la religión (o desde
patología", las crisis o angustias de la existencia (ídem, 440). £ste modelo ha sido los autores "evangélicos" como expresa Cárter) se ha usado ¡os mismos cuatro mode-
K'ií
sostenido por autores como G.Allport, V.Frankl y H.Guntrip los que los psicólogos seculares para describir la relación entre la psicología y el cris-
tianismo. Es ds hacer notar que se trata de la misma estructura, aunque los contenidos 1
-!;r*-1
164
165

Page 331 of 372

sean diferentes y su desarrollo independiente.
E! primer modelo -siempre de acuerdo con Cárter (ídem, 440-443)-, es el antagó-
nico ("contra"). Presenta ambas disciplinas como esencialmente incompatibles y, en
ciertos casos, confrontadas. Afirma que hay una diferencia radical entre lo que la
Biblia dice acerca del hombre y lo que dicen los psicólogos. Uno de los presupuestos
básico es que los descubrimientos que pueda realizar un psicólogo incrédulo no signi-
fica que ha encontrado la verdad acerca del ser humano, ya que ésta se encuentra en la
• '
revelación bíblica. Otro presupuesto importante es que la oración, la lectura de la
Biblia, la "confianza en Cristo" y la "dirección del Espíritu Santo" son los recursos ¡•f
••ate
esenciales para afrontar la vida, con todos sus problemas. La Escritura contiene pre-
ceptos, inspiración, motivación, consuelo y todo lo necesario para alcanzar la salud
mental. Por otra parte, los problemas emocionales, las crisis y ios trastornos mentales
son en definitiva resultado de la desobediencia a la ley de Dios. La terapia consiste en
apropiarse de la gracia de Dios y llevar una vida en armonía con la voluntad divina
'*8m
•^EK^"!*1
expresada en los diez mandamientos y sus enseñanzas. Dentro de este modelo, muchos
r:§>¿5Íl
religiosos han percibido la psicología como un instrumento satánico o un campo peli-
groso (White. 1989, 19-20) que hace perder la fe en Dios y puede corromper la moral
(v.gr., al caer en la seducción de la transferencia erótica), otorgando licencias o ciertas
libertades (v.gr., aconsejando al paciente liberarse de represiones sexuales). Este mo-
delo es sostenido, entre otros, por Adams (1973) en su manual de a con sej amiento.
El segundo modelo sacro es el subordinado, el Cristianismo de lo psicología o la
Psicología de lo Religión, donde !a religión es objeto del estudio psicológico. Es la
antítesis del anterior. Aunque, también afirma que existe una diferencia substancial
entre )a Biblia y los conocimientos científicos, empíricos y racionales, sin embargo, a
diferencia del primer modelo, valora el último saber. Presupone que la razón humana
es más importante que la revelación y que la psicología conoce los principios básicos
de la salud mental, los procesos de la maduración y del buen funcionamiento ínterper-
sonal. Por lo tanto, los problemas emocionales y mentales sólo pueden solucionarse
166
Page 332 of 372
consultando un psicoterapeuta o aplicando las leyes que regulan los procesos del buen
funcionamiento psíquico e interreiacional. Otra característica de este paradigma es
que sus partidarios tienden a traducir o interpretar los textos bíblicos según su respec-
tiva visión teórica, lo que puede significar un trasiego de conceptos y prácticas de un
ámbito al otro. Así, por ejemplo, se homologa la confesión católica con el psicoanáli-
sis (v.gr., Torello, ¡963), la "caída bíblica" con el complejo de Edipo (v.gr., León,
19SS) o se convierte a! pastor en un psicólogo (como cierto ministro que atendía sus
feligreses recostándolos en un diván y pidiéndoles que relatara sus cuitas; Debarge,
1970, 14-17), Esta posición ha sido adoptada por los seguidores del liberalismo teoló-
gico evangélico, como la "teología relacional".
El tercer modelo ss el dicotómico, el "Cristianismo paralelo a la psicología".
Postula la disociación entre la religión y la psicología al percibirlas como ámbitos
diferentes, no susceptibles de ser integradas. Cada una es válida en su propia esfera.
En la práctica, entiende que los problemas espirituales deben ser tratados por el pastor
3' los emocionales por el psicólogo o psiquiatra. Existen dos versiones en este modelo.
La primera puede ser llamada aislacionista. Sostiene que la psicología y la religión
son campos válidos por separa do. "Esto es, cada una esta encapsulada y no interac-
túan porque sus métodos y contenidos son diferentes. SEn embargo, ambas son verda-
deras, ambas deben ser reconocidas, pero permanecen separadas" (Cárter, 1991, 442).
Esta posición ha sido expuesta por P.Clement en 1974, en un trabajo titulado, Beha-
viof modification oftfie spfrít . La segunda versión se denoinina correhcionista.
Menta correlacionar los conceptos psicológicos y religiosos diciendo que expresan Jas
mismas verdades con distintos términos. Así, por ejemplo, el superyo.se lo ve como
equivalente a la conciencia y ¡a empatia al amor "ágape". Paul Meshl es partidario de
esta idea, presentada en múltiples artículos.
El cuarto modelo es el integrativo. Valora y reconoce los aportes y campos espe-
cíficos de cada disciplina, buscando asociarlas en un espacio común. No enfatiza las
diferencias sino ¡as semejanzas. Su presupuesto fundamental es que Dios es el autor
167
 ds toda verdad, tanto aquellas reveladas en las Escrituras corno las descubierta por la
psicología y otras ciencias. Tamo los valores cristianos como los terapéuticos son
válidos. No cuestiona que un genuino cristiano puede necesitar terapia. Privilegia ios
puntos de convergencia y ios espacios de diálogo. Propone el encuentro y el intercam-
m^
bio. Busca la congruencia entre la Escritura y los descubrimientos de la psicología
considerando que el ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios.
Una vasta bibliografía ha producido este paradigma, entre ella la publicación de
dos periódicos de amplia divulgación, e! Journal ofíhe American Scientific Áffilia-
¡ion y el Journal ofPsychology and Thcology. Otros ejemplos son, Crabb, Hulme
van Kaarn, Wagner, Cárter & Mohline. El cuestiona miento que se formula a esta
concepción es que no siempre distingue los niveles involucrados en la integración y
puede caer en el riesgo de operar en forma acrítica. Se puede mezclar contenidos que
..corresponden a presupuestos conceptuales diferentes o intercambiar términos que son
¡^.incompatibles. No sena deseable salir del encuadre íeórico-práctico propio, como
.-^ocurriría si un pastor se pusiese a administrar el psicodiagnóstico de 5.orschacli o a
r-uíilizar el diván o, por la otra parte, si el psicólogo se dispusiese a dar un sermón con
prescripciones morales en lugar de coordinar una terapia, por ejemplo. La integración
tadecuada tendría que respetar la cosmovisión e ideas de cada disciplina buscando los
acuerdos desde las respectivas categorías teóricas básicas (v.gr., B.einecke, 1993) o
situándose por encima de ellas para tender hacia ls realización de actividades o inves-
tigaciones conjuntas. En este último punto, la integración aparecería como im "supra
paradigma" (Opazo, L992) que abrazaría a ambas sin perder la identidad de cada una,
procurando asociarlas en esfuerzos que apunten a objetivos compartidos. Ejemplos de
esta posición sería el trabajo interdisciplinario entre psicólogos y capellanes, como
realizamos en el Servicio de Saíud Mental del Sanatorio Adventista del Plata, o el
esfuerzo académico de abrir el diálogo entre diferentes escuelas, como venimos reali-
sando en la UAP a través de las Jornadas de Jntegración Psicológica.
168
Tabla 2 - Cuatro modelos sagrados de Religión y "Psicología (Cárter, 1991, 437)
revelación es contraria a la razón.
2. Presupuesto teológico básico: ¡a soíereología y la doctrina del pecado, por
lo tanto se ignora o_ elimina la creatividad y la voluntad humana.
3. Presupuesto psicológico básico: la Escritura contiene todos los preceptos de
la salud mental.
4. Todos los problemas emocionales son problemas espirituales porque ellos
son resultados ds la desobediencia.
. 5. Todos los problemas pueden ssr resueltos por la obediencia a la "Escritura si
el individuo es confrontado con pasajes relevantes de la Escritura.
Ejemplo: Adams
2. Religión de la Psicología (subordinado)
1. Presupuesto epistemológico básico: la razón humana es más importante que
la revelación. -~ " '
2. Afirma ia importancia de la creatividad y la acción voluntaria, ignorando o
eliminando la soteriolcgía y la doctrina del oecado.
3. Presupuesto psicológico básico: la psicología conoce ios principios de la
salud mental, la maduración y el buen funcionamiento interoersonal.
m 4. Los problemas emocionales pueden solucionarse consuHanáq un psicotera-
peuta o aplicando ios principios de la maduración emocional'o del buen fun-
cionamiento interpersqnal.
Ejemplos: Teología relaciona!
3. Religión paralela Psicología (dicotórnico)
1. Presupuesto epistemológico básico: ia revelación no puede reducirse a la
razón, ni la razón a la revelación. .
2. Dios requiere obediencia de la razón y la revelación.
3. La soíereología y la voluntad humana son* importantes dentro de su respecti-
vas esferas. f
4. Los problemas espirituales deben ser tratados por el pastor y los emociona-
les por el psicólogo p psiquiatra.
Ejemplos: Clemente (aislacionista) y Meehl (correlacionisía)
4. Religión integrada Psicología (integrativo)
1. Presupuesto epistemológico básico: píos es el autor de ia revelación y de la
razón y ambas son parte de un todo integrado.
m
s
2. Afirma tanto la creatividad y la voluntad como la soteríología.
3. Todos los problemas son en principio resultado del pecado, pero no en los
hechos un resultado de la inmediata conciencia de los actos. f*™
-. /ü;
4. Tanto los valores cristianos como los terapéuticos son válidos; un genuino
cristiano puede necesitar la terapia. '-i^
5. Pctrakíesis es e! patrón de este tipo de terapia. '•»t V
Ejemplos: Crabb, Hulme van Kaam, Wagner, Cárter & Molüine
169
Page 333 of 372
4. IDEAS PASA UNA PSICOLOGÍA CRISTIANA.
No compartimos ninguno de los modelos enunciados por Cárter, Es indudable que
los modelos antagónicos, subordinados y dicotómicos son inadecuados porque propo-
nen fórmulas que confrontan, someten o distancian la psicología del cristianismo.
Ninguno de esos paradigmas unifica con criterio. Parecería, entonces, que el modelo
integrador sería el apropiado. Sin embargo, como sugerimos en la sección anterior, ¡a
integración se realiza, por lo general, desde un nivel terminológico o conceptualy no
desde los presupuestos epistemológicos, antropológicos y filosóficos, como sería lo
dessable. Asimismo, este modelo como los anteriores, presupone las dos disciplinas
como entidades individuales preexistentes, no_construye una nueva. Por eso, postula-
mos un nuevo modelo que pretende construir una Psicología Cristiana, sin conectivas
intermedia doras, como una unidad emanada desde ¡as bases epistemológicas y antro-
pológicas ^bíblicas. En concordancia con lo que presentamos en la Introducción, se
apunta a elaborar un nuevo edificio teórico-práctico, no resolver un problema de rela-
ción entre la Psicología y el Cristianismo. Los modelos de Cárter se originan en ese
presupuesto dicotómico, de las dos disciplinas en búsqueda de un ensamblaje o de
concertar pautas de buena convivencia. Esta propuesta no parte de la "pareja" sino del
"hijo", para decirlo en términos analógicos. "No esta centrada en la relación sino en
una tarea de gestación. No tiene el propósito de reconciliar sino de crear una "con-
cepción" cristiana -más que una simple "perspectiva"-. Se trata, en definitiva, de una
síntesis superadora de las instancias anteriores.
En la Introducción proponíamos adoptar el criterio de los dos niveles de análisis -
el histórico-general y el teórico-personal-, a partir de las preguntas planteadas por
Jesucristo en Cesárea de Filipo (Mt.l6:13-15). Más allá que aquellas cuestiones alu-
dían a la Cristología, las aplicábamos a la Psicología, para encontrar una consigna
que llamara a superar el método histórico -de lo que ''dicen los hombres"-, convocan-
do al desafío de producir una respuesta -"¿qué dices tú?"- que de cuenta de una psico-
logía que reconozca ¡a trascendencia y la misión de Cristo.
170
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Jesús propuso hacerprimero el esfuerzo de investigación histórica, antes de for-
mular la segunda cuestión, que interrogaba sobre ¡a opinión personal con respecto al
tema. En este trabajo, los cinco capítulos precedentes de la Primera Parte, intentan dar
respuesta a esa tarea propuesta por la primera interrogante de Cristo. A partir de aquí
procuramos avanzar hacia la solemne y estremecedora segunda pregunta, la que con-
fronta con ¡a difícil empresa de gestar la respuesta persona!; que sólo puede darse
acertadamente cuando proviene de la revelación del "Padre que está en los cíelos"
(MU&17).
¿Por qué primero hay que conocer el pensamiento de los otros antes de emitir !as
propias ideas? Es obvio,, que sino se hiciera se correría el riesgo de la repetición. El
saber lo dicho, posibilita el debate, permite ampliar conceptos, contraponer pensa-
mientos, desarrollar perspectivas inexplorados o sugerir nuevas direcciones de inves-
tigación. Así, opera el método científico. Sin embargo, ¿Jesús presentó ese orden;
atenido a un criterio causalista? ¿Quería que los discípulos comprendiesen su persona
y misión a partir de las teorías existentes? SÍ fuera así, ¿por qué no las discutió? Una
lectura cuidadosa del evangelio permitiría inferir, a nuestro criterio, que ia intención
del divino Maestro no fije considerar !as convicciones humanas como referentes útiles.
sino por el'contrario, como inútiles, como errores a evitar. "Guardaos de la levadura
de los fariseos" (Ml.l6:ó), advirtió. Era imperioso, pues, descubrir que las opiniones
estaban corrompidas6 por "¡a doctrina" huinanista "de los fariseos y de los saduceos" .
(vers.12). Por eso, ninguna respondió acertadamente a la esencia de ia naturaleza y
misión del "Hijo de! Hombre". Ninguna había percibido el sentido mesiánico de
Jesucristo; eran cristologias falsas o, por lo menos, incompletas. A todas le faltaban el
componente trascendente. Precisamente, el hecho de que uno de los discípulos -Pedro-
iiBt
•ymM
5 Prímero-, "¿qué dicen los hombres?", y en segundo lugar, "¿qué dices tú?"
6 De acuerdo con, Edersheim. (1988, T..I, 822), el "significado figurativo de la
levadura como algo que corrompe moralmente les era familiar a los judíos".
171
 pudo reconocerlo y Jesús lo felicitara tan efusivamente por ello, da mayor fundamento Creemos que estas ideas configuran un nuevo modelo diferente de los enunciados
a esta hipótesis. por Cárter. En esa dirección se orienta el material que presentamos en ¡as páginas
Ahora, ¿podría aplicarse estas reflexiones a la psicología? ¿Ninguna de las teorías siguientes. El próximo capítulo transcribe un documento elaborado por un comité de
psicológicas producidas por los hombres responden al pensamiento bíblico? ¿Son expertos adventistas que establece Jos principios e ideas directrices de este proyecto de
todas ellas resultadas de la "levadura de los fariseos"? ¿Cuál sería si factor laudante una nueva Psicología Cristiana. Luego, en los capítulos precedentes, narramos nuestra
de los sistemas psicológicos que los hacen inaceptabíes? La consideración de estas propia historia, el camino que venimos transitado en los últimos años en este arduo
preguntas nos remitiría a problemáticas epistemológicas y metateóricas, que nos aleja- proceso de elaborar una concepción psicológica de raíces bíblicas y el lugar donde
ría del propósito sintetizador de la obra. En forma resumida, diríamos que lo esencial estarnos instalados actualmente en la UAP. Finalmente, incluímos en el Apéndice dos
de nuestra tesis es que, de igual manera como Jesucristo planteó a sus discípulos en artículos que intentan ilustrar este nuevo modelo de reflexión c-ístiana.
Cesárea de "Filipo la necesidad de construir una cristoíogía, no desde las "opiniones de
los hombres" que estaban contaminadas por enseñanzas ds tipo imnanentista o huma-
nísticas que desconocían su divinidadj sino 5 partir de la revelación (Lc.24:25-27),
que estuvo dispueEto"-a brindarles (Mt.l6:21), postulamos que ninguna de las escuelas
..psicológicas tratadas en los capítulos anteriores u otras no tratadas7 responden a esas
^
..premisas de aceptación de la divinidad de Cristo y ds su misión redentora,scomo de los
jemas principios metafísicas y antropológicos que se derivan del pensamiento bíblico.
Jlor lo tanto, forzosamente hay que concluir que se impone la necesidad de elaborar
•*?•
_iina concepción psicológica que se fundamente en ios presupuestos establecidos en la
revelación de Dios1*" que poseemos en las Sagradas Escrituras.

7 Considerarnos que nuestra exposición no fus exhaustiva ni completa como

seguramente tampoco lo fue la de los discípulos de Jesús en la lista que presentaron de
las opiniones ds los hombres, que fueron solamente cuatro. Habría que suponer que
existirían más ideas al respecto. Pero, esas cuatro resultaron suficientes para abordar
la cuestión fundamental de la posición personal.

EE1 evangelio exhorta reiteradamente que la concepción personal debe erigirse,

no de reflexiones filosóficas propias, sino desde la revelación de la palabra, corno por
ejemplo, se indica claramente en la parábola de "los dos cimientos" (Mt.7:24-27). Por
eso, no se felicitó a Pedro por su creatividad o genialidad, sino por haber descubierto
a revelación de Dios (Mt.l6:17).

172 173

Page 335 of 372

 CONCEPTOS DE LA IGLESIA ADVENTISTA
SOBRE PSICOLOGÍA

1. INTRODUCCIÓN
De acuerdo a lo establecido en el capitulo anterior, presentamos a continuación un
documento elaborado en el año 1977 por una comisión de expertos, que enuncia algu-
nos principios y orientaciones, que pueden considerarse como los rudimentos básicos
de una concepción cristiana de la psicología de orientación bíblica. Estas ideas funda-
mentales las continuamos en el capítulo siguiente al desarrollar los aportes, más relevan-
tes de nuestra reflexión en la UAP ! , con los hitos más significativos de nuestra breve
historia psicológica. En el último capítulo, extraemos algunas reflexiones de esta
experiencia, para finalmente agregar un apéndice con dos ilustraciones de estas "Ideas
para una Psicología Cristiana".
En lo concerniente al material titulado, An Ádvenrist Approach .io Psychology,
, "Una Aproximación Adventista a la Psicología", corresponde informar que el mismo
fue el resultado de las conclusiones arribadas por dos comisiones de especialistas de la
psicología y de la teología adventista, las cuales estudiaron las teorías y prácticas
psicológicos dominantes durante la década del 70. Sus resultados se expresan en los
principios y puntos de vista que se transcriben más abajo, que han recibido el respaldo
del Concilio Anual de ia Asociación General en el año 19772. Tuvo como propósito ser
de ayuday orientación para los profesores, psicólogos y psiquiatras adventistas," como
asimismo, a los pastores e interesados, a los fines de evaluar y abordar la amplía masa
-. - • - . ' ' . " • / • .••.<••
multifacética de tendencias, escuelas, enfoques y aplicaciones en el área.

1 Que en realidad comenzó en el año 1939, dos años antestde la creación de la

UAP, cuando se celebró el / Encuentro Adventista de Psicología de'la Úiiión Austral.
' -?f ..i'.t • •-:" ' -¿í-.-
; Acuerdo, A-1737, del 18 de octubre de 1977.

175

Page 336 of 372

 El Departamento de Educación de la Asociación General, quien editó el informe
completo de las comisiones dé estudio, publicó conjuntamente un volumen con diserta-
t¿'^V
ciones sobre Psicología. Este volumen incluyó trabajos de Adrián Zytkoskee3 y Jack W.
Provonsba, PH.D.4, entre oíros, que inspiró algunas obras como la de Willis J. Hac-
kett', por entonces, Vicepresidente de !a Asociación General.
2. DEFINICIÓN
La Psicología es una de las disciplinas cienrificas que provee una descripción o
explicación de ía mente y*de la conducta, lo cual sirve como base para el trabajo del
psicólogo, del psiquiatra, del educador, del psstor y oíros que tratan o intervienen con
el comportamiento humano.
$pf3|
.^sv^ií
^a-) La Psicología, una de las ciencias más jóvenes o nuevas, ha sido establecida sobre
-.:- bases empíricas y es reconocida como un fundamento o apoyo para los profesionales
- ~- que tratan con el hombre. En Psicología, como en cualquier otra ciencia, pueden
.-- existir ambos, la verdad y el errpr.
*B) Existen ciertos conceptos cristianos sostenidos por los Adventistas del Séptimo Día
•_. concernientes al origen,, .naturaleza y destino de ia raza humana, los cuales nos
inducen a contemplar o considerar a la ciencia de la Psicología'desda una perspecti-
jskee A. (1977). Construcfing a Curriculum for the. Behavlo^^i
Sciences: Some Probl&ms and Suggeslions; Zytkoskee A. (1977). Acf\'an¡ages and
dtsadvantages of publishing an "Advenríst Texibook" of Psycholog}' or a
recommended Book ofReadings lo be used in Psychology classes in our colleges.
4 Provonsha J.W. (1977). MindManipularon: A Christian Eíhical Analysis^
¿ Hackett
W.G. (1978). Molding the Christian h'íind. The Review and Herald
Publishing Association, Washington, DC.
Page 337 of 372
va singular o única. Estos principios verdaderos de la Psicología se encuentran en
las Sagradas Escrituras,.iluminados más adeianíe por los escritos de! Espíritu de
Profecía.
c) Como ios Adventistas del Séptimo Día aplican los hallazgos o descubrimientos de
la Psicología a los problemas de la mente y el comportamiento, Ía relación o enlace
y k.aproximación total abarcarán elementos únicos o peculiares, porque en muchos
sentidos su marco de referencia, filosofía y objetivos son diferentes de los que po-
seen los que no son Adventistas del Séptimo Día. Algunas de las técnicas utilizadas-s
podrán ser similares, pero la filosofía fundamental puede ser diferente. -.
d) A causa de esta originalidad o peculiaridadpse necesita hacer un esfuerzo especia?
para asegurar o garantizar que en los Colegios Secundarios y Superiores de ¡a
Iglesia Adventista del Séptimo Día, la Psicología sea enseñada desde un punto de
vista adventista'. .
4. UN PUNTO DE REFERENCIA
Uno de los objetivos de ia Psicología es descubrir y describir las leyes del pensa-
miento y del comportamiento humano. Aun cuando la Biblia no necesariamente sea
W
considerada como una exposición técnica para ¡as ciencias del comporta miento, la
misma provee un discernimiento autorizado esencial ai respecto del origen, naturaleza
y destino de la humanidad. Esto ha sido revelado por Dios, sí Autor y Creador de la
humanidad y está presentado en la Biblia.
Puesto que su autor es divino, la Biblia provee un criterio fundamental o primario
por medio del .cual deben ser comparadas y evaluadas las suposiciones y teorías de la
ciencia, para determinar o definir su autenticidad y validez. Elena de White declara que
"la verdadera ciencia y/la inspiración están en perfecta armonía. La falsa ciencia es
algo independiente de Dios. Es ignorancia presuntuosa" (NVhite, 1951, T.l, 583).
177
 5. CONCEPTOS Y PROPÓSITOS
Aun cuando existen muchos asuntos o tópicos siendo explorados en el campo de !a
Psicología, los siguientes son algunos conceptos y propósitos u objetivos, los cuales
encuentran acuerdo o concierto entre los Adventistas del Séptimo Día.
A) RELATIVISMO- ABSOLUTISMO. Creemos que Dios-.existe y que es la encamación
viviente de Ja verdad absoluta, y por lo tanto, la verdad absoluta existe. La ley de Dios
es una transcripción de su carácter y representa la norma o eí modelo por medio de!
cual deben ser evaluados nuestros caracteres. Teniendo este marco de referencia que
incluye el reconocimiento de Dios como Creador y los seres humanos como criaturas
con leyes que reflejan su obra, ios psicólogos cristianos debieran ^continuamente procu-
rar descubrir y relacionar estas leyes con el trabajo de hacer del hoinhiejun ser humano
completo.
Cualesquiera que sean las conclusiones relativistas alcanzadas como resultado de
estudios e investigaciones psicológicas, necesitan ser evaluadas a la.luz de la voluntad
de Dios, así como están reveladas en su Palabra, en la naturaleza y en el Espíritu de
Profecía.
B) LA MENTE Y LA PERSONA EN su TOTALIDAD. Las Sagradas Escrituras y los
escritos de Elena G. de "White describen al ser humanó como una unidad multidimensio-
nal. Esta expresión señala e! hecho de que todo lo que afecta a ¡apersona en un área,
afecta de una o otra forma la totalidad de aquella persona, el aspecto físico del ser
afecta la parte mental y espiritual y éstos a su vez tienen un efecto el uno sobre el otro
y sobre el cuerpo.
Lo primordial para esta unidad es aquel aspecto de la persona, la mente, que provee
al ser humano de conocimientos, creatividad, amor, decisión y aquellas otras cualidades
que indicamos cuando nos referimos al ser humano como a un ser personal. La "mente"
es una entidad funcional cuyo órgano central es el cerebro, Es a través de este órgano
I7S
Page 338 of 372
y de las extensiones periféricas que la mente entra en contacto con el mundo exterior,
reacciona ante é! y lo modifica con creatividad. Es también.a través de esta función
central que podemos concebir o comprender el medio ambiente total, nuestro pasado,
el gran destino y organizar la vida para relacionarnos con ellos de una manera significa-
tiva.
Aun cuando esta función central provee una medida de orientación y control de la
totalidad, es necesario reconocer que también es afectada por las otras dimensiones de
la persona. La salud espiritual., física y social tienen una influencia importante sobre
la mente.
Por definición, la Psicología tiene que ver en primer lugar con esta función centra!
JÍ>=í*rS~-« ¿3-
del ser humano. Por semejanza comparte una relación recíproca con !as oirás discipli-
nas que influencian a! ser humano, la compenetración y la dependencia mutua de la
mente con las otras dimensiones del ser.
C) LniERTAD. Un aspecto de la función de Ja mente que distingue principalmente al
ser humano de los seres inferiores creados, es la capacidad de acción creativa.- o sea,
la capacidad de iniciar una acción que no tiene que comenzar o iniciar. Un aspecto de
esta capacidad es mencionado en los escritos de Elena G. de \Vhit3 como la libertad de
escoger. Tal libertad posibilita que una persona cometa pecado, pero también debiera -.
recordarse que es la base para que un ser humano pueda amar a nivel de principios y \r consider
-'-*/*«£ J
La libertad es la majyor cualidad de la mente humana en cuanto retiene o conserva
la imagen de su Hacedo_r. La pérdida total de esa libertad puede igualarse con la defor-
mación o deterioro de la imagen de Dios en e! hombre y en la mujer. Las otras dimen-
siones del ser humano pueden afectar esta libertad en maneras importantes, asi también
como el mal uso y la perversión de este don. Los psicólogos cristianos debieran procu-
rar comprender este don y encauzar sus esfuerzos facilitando la libertad de restauración
y preservación.
¡79
Q) SEXUALIDAD. Los seres humanos íueroircreadcs en los géneros masculino y feme-
nino. La atracción mutua entre los sexos es por consiguiente dada por Dios, es una basa
o fundamento para ta familia y la sociedad y una fuente de felicidad humana, como
también una prolongación c continuación de la raza. Las regias divinas indican cómo
puede ser preservada esta felicidad. Como si mal es la distorsión de lo bueno, la se:tua-
•idad ha sido a veces pervertida dentro de una fuerza destructiva en la vida humana.
Las prácticas sexuales debieran estar en armonía con ios principios divinos del amor,
cristiano sensato, como puede observarse en !a verdadera sabiduría a través de las
edades. Está poderosa fuerza.en la vida humana está limitada o sujeta para expresar
tanto lo bueno como lo malo. Debiera enseñarse a las personas cuáles son las manifes-
taciones ds sexualidad que guian hacia la felicidad permanente y cuáles son ias que
conducen a la miseria.
E)íteOSALEZA.HUMANA. Los cristianos Adventistas del Séptimo Día están comple-
tamente conscientes de la profundidad radica! o completa dei pecado en los seres huma-
dos, y pueden tan sólo considerar algunas de las modernas expresiones psicológicas de
Dptimismo con respecto a su naturaleza, como sumamente irreales. Con todo, sería
importante recordar que la preocupación acerca del pecado en la naturaleza humana,
a cual ha caracterizado en gran manera nuestro pensamiento cristiano, puede contribuir
5Ún más a este problema. El hecho de considerar a los niños pequeños como compleía-
neníe irreparables, pueda crear en ellos un profundo sentimiento de rechazo y menos-
jrecio, !o cual puede conducir a serios disturbios y puede ser si inicio o señal de tai
¡ondicion amiento. .
Es pues, importante, que ios psicólogos Adventistas del Séptimo Día enfaticen
ambién la bondad de la creación da Dios. Esto podría incluir las aspiraciones nobles
Is ios seres humanos a través del poder de Cristo, y su potencial para lo bueno al estar
ibierta la gracia divina. Los psicólogos "optimistas" presentan un aspecto que no
lebiera ser ignorado, aún cuando sea reconocido el estado caído de la humanidad; la
ISO
redención no se obtiene solamente por ese reconocimiento. Por la tanto, toda considera-
ción acerca de nuestra naturaleza caída debiera ser acompañada por expresiones verba-
les, o bien, de los elevados valores que Dios colocó sobre sus hijos y sobre el potencial
de estos para el bien a través de la gracia de Dios.
' Aunque el pecado ha afectado la completa naturaleza del hombre (voluntad, intelec-
to, emociones), el amor y la gracia de Dios, en Jesucristo nos dan esperanza, tal como
lo expresa Elena G. de White:
"En rodo corazón existe no sólo poder intelectual, sino ¡ambién espiritual, una
facultad cié discernir lo justo, un deseo de ser bueno. Pero conffa esíos principios
hecha un poder antagónico... Hay en su naturaleza una inclinación hacia el mal,
.' í- 'í
i
una fuerza que solo, sin ayuda, él no podría resistir. Para hacer frente a esa
fuerza, para alcanzar el ideal que en lo más íntimo de su alma reconoce como
----
•Víj1'*
única cosa digna, puede encontrar ayuda en un solo poder. Ese poder es Cristo "
- -
(White, 1978, 29).
ME
*
Existe un contraste agudo entre los principios psicológicos basados en la Biblia y
•-:3í**x" ty
-J&rMs algunas enseñanzas populares. En lugar de una bondad innata, nosotros creemos en ei
estado caído del hombre. Aun cuando el medio ambiente y la herencia hayan influencia-
do sobre el ser humano. "Cristo ha dado su Espíritu como poder divino para vencer
todas las tendencias hacia el mal, hereditarias y cultivadas" (White, 1975, 625). La
condición de ia humanidad radica o se origina fundamentalmente en la caída del hombre
y en las elecciones personales desde entonces. Es a través de la apreciación y aceptación
de este don divino que el individuo puede apercibirse de su propia dignidad personal y
de su verdadero potencial. La esperanza fundamental del cristiano descansa en Cristo,
quien brinda conversión, purificación y transformación completa dentro de una nueva
m¿ criatura.
1S1
Page 339 of 372
6. KAZONES PARALA ENSEÑANZA J>K LA PSICOLOGÍA EN COLEGIOS SECUNDARIOS semejanza lo que lo separa de toda la creación inferior. Al hombre le fueron dados
Y SUPERIORES DI; LA IGLESIA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA atributos en una medida limitada, para asegurarle que eran característicos o propios
a) Auxiliar a cada estudiante a descubrir los principios de la Psicología encontrados en de Dios. Cualquier cosa que disminuya la capacidad del hombre para ser responsa-
la Biblia y en los escritos de Elena G. de \Vhite. ble y para escoger, aminora o reduce ¡a forma en la cual él, más se asemeja a Dios,
b) Ayudar al estudiante a descubrir y comprender los principios del comportamiento la creatividad, habilidad para tomar decisiones.
humano y estar en condiciones de aplicarlos. b) Cualquier práctica o modalidad que pueda disminuir la capacidad el hombre para su
c) Proveer un medio ambiente que conduzca a la motivación de la curiosidad intelec- auto determinación o libre albedrio, viola la intención del Creador. Algunas formas
tual; un medio ambiente favorable para el crecimiento mental, social y religioso del notables en las cuales el control es ejercido, son:
individuo. 1. Mal uso de drogas psicotrópicas
d) Desarrollar en el estudiante la habilidad para pensar rigurosa o criticamente y distin- 2. Lavado de .cerebro y control mental
guir entre suposiciones teóricas y hechos establecidos en lo que respecta a la Psico- 3. Programación forzada y modificación del comportamiento
logía, A. Adoctrinación manipulada
e) Ayudar a construir una comunidad de mentes capaces de competir o disputar conoci- 5. Adoctrinación subconsciente
mientos nuevos y nacientes, !os cuales afectan los valores básicos de la vida. 6. Meditación trascendental
f) Estimular un modo de vivir con el propósito de servir a Dios y a la humanidad. 7. Yoga
g) Proveer principios y conocimientos que ayuden al estudiante en sus -relación es con 8. Experiencias "carismáticas"
los demás, ya sea en su vida hogareña y familiar, como en los contactos diarios con 9. Festivales de música tipo "rock"
¿S&flSÍ

otros. 10. Manipulación emocional extrema en reuniones públicas religiosas

h) Demostrar formas por medio de las cuales los estudiantes puedan utilizar los princi- 11. Estimulo desordenado de dependencia en situaciones de aconsejamiento
'1 •
pios de la Psicología para orientar o guiar hombres y mujeres hacia Cristo. 12. Hipnosis
jiííí-í Jfe
i) Proveer un fundamento y motivación para ei entrenamiento profesional de profesores En todos estos casos, el denominador común es la exaltación o sublimación de
de psicología, clínicos, conséjelos y profesionales relacionados con el punto de vista
Hf
'
sugestión o fascinación y la reducción de la capacidad individual para ejecutar
de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. elecciones responsables.
c) Es la tarea de los psicólogos cristianos ayudar en la restauración y protección de la
'iwl
7. CONTROL y MAMPULACIÓN PE LA MENTE
a) "Cada ser humano, creado a la imagen de Dios, está dotado de una facultad semejan- Üf
' -y^i í?
¿tt"»'- iS
imagen, de Dios en el hombre, mientras ayudan o asisten al hombre a mantener su
individualidad y su libertad para realizar elecciones independientes en su vida.
te a la del Creador: la individualidad, la facultad de pensar y hacer" (Whits, 3978, -.rW-í* a

17). Dios colocó en el hombre su propia imagen y fue este carácter distintivo o

1S2 183

Page 340 of 372

S. HACIA EL 2 000: DESAFÍOS Y PROPUESTAS.
En ocasión de realizarse el I Congreso Iberoamericano de Educación Adventista
en enero de 1997, en Ja UA?, con la consigna del epígrafe, presentamos una propuesta
junto con el Prof. Daniel Gómez Dupemiis, al Director y Yicedirector de Educación de
la Conferencia General, los Drs.Humberto Rassí y Enrique Becerra, de "proceder a una
revisión actuaíizadora de esa importante material (el documento de 1977) que considere
ios nuevos desafíos que presenta la Psicología actual y brinde orientaciones para la
enseñanza de esta disciplina en los colegios y universidades adventistas de cara hacia
el 2000", A esos fines, expusimos algunas reflexiones que nos merecía ei documento,
20 anos después de su elaboración, a la luz de los avances de la Psicología, •fundamen-
tando !a conveniencia de un nuevo pronunciamiento. En este proyecto de avanzar en
"•Ideas para una Psicología Cristiana", nos parece importante incluir algunos de ios
-¡conceptos allí planteados, que transcribimos seguidamente.
.' "Han transcurrido veinte años desde esa ocasión, produciéndose en estas dos
. _ décadas uncí serie de eventos significativos, algunos de los cuales,-nos parece
importante puntualizar:
1) Cuando la Universidad de Loma Linda se rsdefínió hace algunos años como
una Jiealth Sciences University', con énfasis en indo lo relativo a la forma-
ción de científicos y profesionales en la investigación y práctica de la salud,
se descubrió que en el mundo adventista la salud menta! y la aplicación de
las ciencias del comportamiento a la prevención y a! cuidado de la salud
estaban sitbdesarrolladas, comparándolas con otras áreas de investigación
y entrenamiento;
2) Por otro lado, se observó que. en la Psicología,se había operado un gran
cambio -que todavía continúa en evolución- en la concepción de la disciplina
y el rol del psicólogo, por si cual hoy se lo define como un 'científico y profe-
sional cié la salud', no solamente de la salud mental;
3) Esta nueva comprensión paradigmática de la Psicología, promovió un énfa-
sis significativo en las investigaciones y aplicaciones en el campo de la 'Psi-
cología de la Salud, en temas como la prevención y asistencia de! consumo
184
Page 341 of 372
de drogas, la violencia familiar y social, los trastornos cardiovasculares,
oncológicos, neurológicos, de la alimentación, SIDA, etc.;
4) Desde el punto de vista de las instituciones de la salud, se ha podido verifi-
car experimenialmente aquella reiterada observación de Elena de White con
respecto a la etiología de las enfermedades, descubriéndose que más del 70%
de ¡as causas de los problemas más importantes en materia de salud, no sólo
de la salud mental, son conducíales y/o psicológicas;
5) Considerando los hechos precedentes y otras razones del mismo carácter, la
Asociación General decidió ¡a constitución de la primera carrera adventista
de doctorado en Psicología en la Universidad de Loma Linda a partir de
1994;
6) Las expectativas futuras, según la oficina de estadísticas laborales de los .' e-
Estados Unidos, indican que ¡a Psicología será una de las tres profesiones
más importantes en crecimiento de la demanda del mercado en los próximos
ílf"
quince años.
En visíade estos y otros elementos, a veinte años da la aprobación del documen-
to mencionado, considerando las nuevas realidades del mundo actual y los
desarrollos prodigiosos producidos en ¡os últimos años por ¡a investigación, la Ü
metodología, las innumerables aplicaciones y las nuevas teorizaciones de la
Psicología, estimamos que es el momento de realizar una nueva reflexión sobre
el pensamiento adventista de esta disciplina, para abordar su enseñanza y prácti-
ca de acuerdo a ¿os desafíos que se presentan en la actualidad, con miras al nuevo
milenio. Es de destacar un hecho llamativo que habla del valor del documento, la
mayor parte de sus declaraciones aún mantienen vigencia. Sin embargo, hay que
I
reconocer que otras ideas, producto de las concepciones dominantes en aquel
entonces, no pudieron substraerse al paso del tiempo, esperando una saludable
actualización. Pero, más allá de los necesarios ajustes, lo más significativo es que
el documento tuvo un carácter inaugural, iniciando la elaboración de una 'perspec-
tiva singular o única', el punto de vista adventista' de la psicología, que
corresponde continuar su desarrollo -como el mismo documento lo dice
explícitamente-, en respuesta a las necesidades y problemáticas que plantea hoy
la Psicología en permanente expansión y complejidad creciente ".
185
 Luego de realizar una síntesis de los contenidos principales del documento a los tanto las interpretaciones significativas personales que pierde consistencia la
efectos de rescatar sus valores vigentes y aquellos otros que correspondería actualizar, estructura objetiva de la realidad. E! modelo clásico de explicación causal lineal
agregamos las siguientes sugerencias. que. suponía la objetividadfiíe cediendo el paso a un modelo de explicación circu-
lar, interrelacional, connmicaciondl, donas, la objetividad se reduce cada vez más.
"Los desafios de la actualidad son de enormes dimensiones y pasan-por temas que
La cibernética de segundo orden modificó la relación entre el sujeto cognoscente
no se soñaban 20 años atrás. .La realidad que recorre este último tramo del siglo,
y la realidad, suprimiendo la independencia del obsen'ador con respecto a lo
que ha sido dado llamar posmodernidad, es un escenario vinculado al desarrollo
observado. Esto puso en tela de juicio la noción clásica de autoridad, saber,
de las economías neoliberales, de los medios masivos, la nueva religiosidad de la
certeza, objetividad y verdad. Surgen entonces los desafíos de estos nuevos enfo-
New Age y la pertenencia a la globalidad. Una cultura seducida por las socieda-
ques, centrados en ¡a construcción de la realidad por medio de ¡a narrativa que
des virtuales que navegan en el ciberespacio, la soberanía implacable de las
interroga al psicólogo adventista.
formas juveniles y la cultura lighí'. Dominada por el imperio del narcisismo y las
Asimismo, hoy somos espectadores de una producción descomunal de bibliogra-
estrategias de la ilusión y e! simulacro. Vivimos el fin de las utopías y los grandes
fías y prácticas pseudopsicológicas que aparecen bajo los auspicios de la parapsi-
tnetarrelatos, e! declive de ¡as ideas clásicas de racionalidad, realidad, objetivi-
cología, la New Age, el orientalismo, las nuevas formas del espiritismo V el ocul-
dad, verdad y su consecuente desencanto. Un mundo arrasado por los huracanes
tismo, además, las llamadas 'medicinas alternativas 'que ofrecen desde los libros
de la violencia, el terrorismo, las guerras, e! hambre y las desigualdades genera- - -
de avtoayiida', a las es encíasJlorales de Bach, elixires de gemas, pulseras magné-
da por la economía de mercado y e! consumí sino. Que viene reacomodándose y
ticas, fasta talleres vivenciales de control mental y psicoterapias de 'regresión a
pasando de la bipolaridad a la tripolarídad o a la ¡nultilateralidad.
vidas pasadas'. Algunas tendencias psicológicas que operan en estos lemas son
En medio de esta catarata de acontecimientos que ha imprimido una aceleración
ciertos estudios junguianos, la bioenergética, la programación ¡mirolingüística
a la historia, el hombre actual sufi'e los embales de los cambios, sn una biisqueda
y la psicología transpersonal.
injructuosa de un sentido individual frente a una realidad vaciada de fundamentos
Es evidente que esta breve enumeración sintética exhibe la necesidad de ampliar
políticos, culturales y religiosos que, en oíros tiempos, parecían conformar el
la lista de advertencia que presentaba el documento del 77 y exige una toma de
soporte de ¡a sociedad y de h identidad personal. El desarrollo notable de los
posición clara y definida que guíe al estudiante como al profesional adventista de
medios visuales de comunicación de masa, la informática cibernética, los produc-
la psicología y las ciencias afines, tal como fiíe planteado en el Segundo Encuen-
tores de la realidad virtual, los procesos de ghbalización, fragmentación, la
tro Asentista de Psicología de la Unión Austral, realizado en la UAP en el año
des inlegración de la familia y los nuevos paradigmas de la cultura narcisista
1991.
entre otras variables, han menoscabado la integración y unidad del sujeto y pro-
Si bien el documento de 1977 formuló declaraciones generales tendientes a
movido una crisis de identidad sin parangón. Así, el perfil del hombre posmoder-
establecer una plataforma aceptable para todos los profesionales adventistas del
noplaiiteo desafíos insoslayable para los psicólogos, especialmente adventistas,
área, en la actualidad sería conveniente formular definiciones y propuestas en
como protagonistas de nuestra sociedad actual y finura.
algunos temas, por ejemplo, enfa tizar la importancia de la prevención primaría
Las cuestiones psicológicas de hoy no son de tipo antropológico como ocu-
y promoción de la Salud Menta I, desairo! lar programas específicos de asistencia
rría décadas atrás -hoy nadie niega la unidad antropológica-, sino principalmente
y rehabilitación de la salud, en sus diferentes manifestaciones, confines asisten-
epistemológicos, antologeos, metafísicas y éticos. .Escuelas como e! enfoque
ciales y misioneros, especialmente .en ciertas áreas como los trastornos de la
sisiémico, el constructivismo y especialmente el construccionismo social enfatizan-
alimentación, el consumo de drogas, psicofármacos, alcohol, tabaco y otros tipos
'5? 3
• • r*3. rfc
LS6 187

Page 342 of 372

Esta libro es traducción de:
Áwarsness; exploring, experintenting, experíencing
© Real People Press. 1971.
SENTIR IMAGINAR Vr\T3NCIAñ
© Cuatro Vientos, Editorial. 1976.
Inscripción N p 44.930
Derechos reservados
para todos los países de habla española.

Diseño de Cubierta:

Fotografía:
Alian Browne E.
Alejandro Rodríguez M.
Juan Hernández T.
JOHN O. STEVENS
EJERCICIOS Y EXPERIMENTOS EN TERAPIA GUESTALTICA
OTROS ' LIBROS DE ESTA EDITORIAL: THADUCCIOH DE: MARTIN BRUCCENDIECK

SUEÑOS Y EXISTENCIA, de Frederlck S. Perls.

SEGUNDAEDIC1ON
El creador de la Terapia Cuestáltica explica en forma clara las ideas básicas de su
método y su filosofía existencial. Sigue a esto una sección que es ¡a transcripción
verbal de sesiones de terapia donde se aplica su método.

PALABRAS A MI MISMO, de Hugh Prathsr.

A. través de breves y sugerentes párrafos —muchas veces poéticos y emotivos— Prather
relata su camino hacia el ser hombre. Habla de sus vivencias, de sus sentimientos, de
sus relaciones y obligaciones. Sirven tanto al lector que recién comienza a explorar
sus propias experiencias, como también a aquel que ya ha iniciado su camino.

DENTRO Y FUERA DEL TARRO DE LA BASURA, de Frederíck S. Perls,

Autobiografía ilustrada en la que el autor habla extensamente sobre guestalt, y al
mismo tiempo muestra de un modo práctica —con su propia experiencia— ejemplos
de cómo proceder para llevar a cabo, una autoterapia.

I CHING, EL LIBRO DE LOS CAMBIOS.

Libro oracular chino cuyo tema central son los cambios, el yin y el yang, lo mascu-
lino y ío femenino, ambas expresiones opuestas de los estados cambiantes del ser único.
Traducción de la versión alemana de R. Wilhelm, hecha por la prestigiosa siquiatra
Dra. Helena Jacoby de Hoffmann.

EL ENFOQUE GUESTAL'HCO & TESTIMONIOS DE TERAPIA, de F. S. feria.

"Todo enfoque razonable de la sicología que no esté escondido tras la Jerga profesional
debe ser comprensible al lego inteligente y basarse en los hechos de la conducta
hmnana". Esta frase resume las características de este libro. Escrito en forma clara y
sistemática, hace un recorrido de ios principales mecanismos que constituyen la neu-
rosis, y describe las técnicas empleadas por la terapia guestSltica para deshacerlos. oo.O/.
El objetiva de Editorial Cuatro Vientos ei la publicación cíe ídeat y intdiot que la patona -pueda
uiar tu forma independiente, can el ¿nica ¡ln de líígar a ser más verdadera, dt alcanzar el nect-
míenlo cama ¡ti humano U de desarrollar raí lelacíonej y su comunicación con loi denidi.
.-UFabcta Imiircsoita, LiiJ, 1-10. Sontiago-Cíúle

ILEGHO EN CHILE / PRINTED IN C111LE

CUATRO VIENTOS EDITORIAL

Page 343 of 372

 índice
Introducción 17.
El Darse. Cuenta 21.
Zonas del darse cuenta 24, Enfocar 25, Generalizando 25, Selec-
ción 25, Evitando 26, Duración y fluir 27, Conexión e interrup-
ción 27, Agradable, desagradable 28, Ir y venir 28, Intentando
29, Proceso 29, Actividades físicas 29, Liberando su cuerpo 30,
Contacto-retirada 31,-Ejemplos 33, Tarea cotidiana 37, Escu-
chando lo que nos rodea 38, Contactando 38, Ensayar 39, Re-
traerse 39, Memoria visual 40, Censurar 40, Contactar 43, Acep-
tación de síntomas 43, Exagerar síntomas 43, Verificando la
realidad 44, Ir y venir 44, Identificarse con un objeto 49, Ento-
nando 51, Identificación con el rosal 52, Respuestas, ejemplos 53,
Aspectos de la experiencia 62, Identificación invertida 66.
Comunicación interior 71.
Exigencia y respuesta 72, Escuchándose a sí mismo 76, Dejar
partir el "pasado" 77, Situación sí-no 78, Diálogo con los padres
.82, Tengo que - Elijo que 34, No puedo - No quiero 85, Necesi-
to-Quiero 85, Tengo miedo de - Me gustaría 86, Darse cuenta
Page 344 of 372
Introducción
Este libro trata del darse cuenta, y de como uno puede ex-
plorar, expandir y profundizar su capacidad de darse cuenta.
La mayor parte del übro consiste en experimentos que le
piden enfocar su darse cuenta hacia determinadas direcciones para
ver qué es lo que puede descubrir. Es increíble cuánto uno puede
llegar a comprender de su existencia con el solo hecho de prestar
mayor atención a. ella y darse cuenta más profundamente de sus
propias vivencias. Lo que los sabios han proclamado durante si-
glos, es realmente cierto: el mundo está aquí mismo; para recibirlo
lo único que tenemos que hacer es vaciar nuestras "mentes" y
abrirnos.
Los experimentos descritos en este libro han surgido de mi
trabajo en Terapia Guestáltica con grupos de adultos y de la apli-
cación de estos métodos a !a enseñanza universitaria de la sicolo-
gía. Estos experimentos le darán oportunidades para que descubra
más cosas acerca de usted mismo, ya sea trabajando solo o con
otros, en parejas o en grupo. El que saque provecho o no de estas
oportunidades dependerá de cuánto esté dispuesto a comprometerse
con ellas.
Cuando comencé a escribir este libro a menudo me pregun-
taba cuan útil le sería a aquellos que lo iban a usar solos, sin que
alguien los guiara. Un día, mientras Jackie copiaba parte del ma-
IS
se dio vuelta hacia mí, con lágrimas corriendo por sus
mejillas, y me contó lo que le estaba ocurriendo. Aun cuando su
atención estaba dividida entre el escribir n máquina y el viaje de
fantasía que copiaba, se encontró comprometida en la fantasía y
descubrió algo en ella. Ahora sé que el libro puede serle útil a usted,
incluso si trabaja con él a solas.
Más adelante, ella hizo que varios de sus amigos revivieran
la fantasía y ellos también aprendieron mucho acerca de sí mismos.
Luego uno de estos amigos fue y propuso la. misma fantasía con
otros amigos, también con buenos resultados. De modo que ahora
sé que se puede sacar bastante provecho incluso cuando alguien sin
experiencia usa estos métodos. Desde luego, es mejor que la persona
que hace de guía o coordinador haya explorado considerablemente
su propia capacidad de darse cuenta y que le sea familiar este
enfoque y se avenga con él. Este libro es un resultado de la Tera-
pia Guestáltica, y a cualquier persona que quiera compenetrarse
profundamente y entender plenamente este enfoque, yo le recomiendo
"Sueños y Existencia" de Fritz Perls.
Los experimentos de este libro soa herramientas;. Como todas
las herramientas, pueden, ser usadas con maestría o torpeza. No es-
cribiría este libro si no estuviera convencido de que habrá muchas
personas que sabrán usarlo bien. Espero que ustedes lo usarán como
usarían cualquier herramienta nueva: cautelosamente, con cuidado
y respeto y con conciencia de su grado de comprensión. En la
sección titulada Al Coordinador de Gruyo o Profesor, describo una
serie de maneras como este enfoque puede ser mal utilizado. Si lo
usa mal, trabajando con usted mismo, es asunto suyo, pero si tra-
baja con otros, por favor lea este capítulo con cuidado y téngalo
siempre presente.
Hay muchos libros de automejoramiento que le dicen a uno
cómo cambiarse a sí mismo. Cuando uno trata de cambiar, uno se
manipula y se tortura y cas! siempre uno se divide en una parte
que quiere. cambiar y una parte que se resiste al cambio. Incluso
cuando se consigue un cambio de este modo el precio es -conflicto,
confusión e incertidumbre. Por io general, mientras más trata de
cambiar, peor se torna su situación.
Este libro se basa, en -el descubrimiento de que. es muchísimo
más útil sencillamente tomar más conciencia — dándose cuenta, de
cómo está ahora uno mismo— que tratai- de cambiar, o detener, o
Incluso evitar, algo que hay en mí que no me gusta. Resulta efec-
tivo el quedarme con esto y llegar a darme cuenta en profundidad
de ello. Uno no puede mejorar su funcionamiento; sÓio puede intez-
ferir con él, puede disfrazarlo, distorsionarlo. Cuando uno de ver-
dad se pone en contacto con su propia vivencia, descubre que el
Page 345 of 372
introducción 19
A// cambio se produce por sí solo, sin esfuerzo ni planificación. Con
Vi.-! un darse cuenta cabal y con la confianza de que saldrá bien, uno
Vpuede permitir que ocurra lo que tiene que ocurrir. Se puede apren-
der a soltar, y a vivir y a f l u i r con las vivencias y el transcurso
de los eventos, en lugar de frustrarse con exigencias de ser distinto
de lo que se es. Toda la energía aprisionada en la batalla entre el
tratar de cambiar y el de resistir al cambio, puede utilizarse en
vivir la vida que es tan pasiva como activa. Este enfoque no le
dará soluciones a los problemas de su vida. Lo que sí hace, es en-
tregarle herramientas que podrá utilizar para explorar su vida, sim-
plificar y clarificar sus problemas y confusiones, y le ayudará a
descubrir sus propias respuestas: lo que usted- quiere hacer.
Definitivamente este übro no los "ajustará a !a sociedad".
Podrá ayudarle a ajustarse a si mismo, ayudarlo a descubrir su pro-
pia realidad, su propia existencia, su- propia humanidad, y a sen-
tirse más cómodo en ella. Muchas veces esto será lo contrario a
lo que la sociedad, o su pareja o sus amigos estiman que usted
"debiera" ser. Es posible que si un buen número de nosotros nos
ponemos en contacto con nuestra propia realidad humana, podremos
formar una sociedad que sea apropiada a ¡o que somos, en lugar
de lo que "debiéramos ser". Pero lo.más importante es que la explo-
ración del darse cuenta nos lleva a un enriquecimiento continuo y
a un compromiso con la vida el cual tiene que ser vivencíado para
ser conocido.
Hace unos años, camino a una reunión, encontré a una mu-
jer joven que recién había muerto en un accidente. No sabía que
estaba muerta, por eso hice todo lo que pude por ella hasta que
me di cuenta que no había señales de vida en ella y vi como se
secaba la humedad de sus ojos aún abiertos. El recuerdo de esa
joven me acompañó toda esa tarde y está conmigo en este momen-
to. Esa misma tarde miraba como latía la sangre en el cuello de
otra mujer mientras golpeaba y reprendía a su hijo, y grité en
silencio: "Despierta. ¡Alégrate que estás viva!" Á todos se nos ha
dado el precioso don de la vida y cuan poco lo apreciamos. Gracias,
joven muerta de mi recuerdo por despertarme y recordarme la vida.
 El darse cuenta

Puedo distinguir en mi experiencia tres tipos de darme cuenta

o zonas--del darse cuenta:

f 1) Wl darse* (üt&nta dsLmitmdo -exter-io-K.,Esto es, contacto sen-

sorial actual con objetos y ev-entos en el -presente: lo que en este
momento veo, palpo, toco, escucho, degusto o huelo. En. este mo-
mento veo mi lapicero deslizándose sobre el papel, formando pala-
bras, escucho -un. zumbido, huelo el humo de Ja chimenea, siento la
textura del papel en mis manos y siento en mi boca un fresco sabor
a frutillas.

(" 2) El darse cuenta del mundo interior. Esto es, contacto sen-
ctital con eventos internos en el presente: lo que ahora siento
desde debajo de mi piel, escozor, tensiones musculares y movimien-
tos, manifestaciones físicas de los sentimientos y emociones, sensa-
ciones de molestia, agrado, etc. En este momento siento presión
en el extremo de mí dedo índice izquierdo a medida que sostengo
el papel. Siento una sensación desagradable de tensión en el lario
derecho de mí cuello, y en la medida que muevo mi cabeza me siento
un tanto mejor, etc.
Estos dos tipos de darse cuenta engloban todo lo que puedo
saber acerca de la realidad presente como yo la vivencio. Este es

Page 346 of 372

22 el darse cuenta 2j

eí terreno sólido de mi experiencia; estos son los datos de mi exis- concepción del pasado se basa en nuestra comprensión del presente.
tencia aquí, en el momento que ocurren. Independiente de como yo El pasado y el futuro son nuestras conjeturas acerca de lo que pre-
u otros piensen o juzguen -este darse cuenta, existe y "ningún argu- cedió al momento presente y lo que presagiamos que seguirá. Y todo
mento, ni alegato, ni teoría podrán hacerlo no-existente. este adivinar ocurre ahora.
El tercer Upo de darse cuenta es bastante diferente. Es el
darse cuenta de imágenes de cosas y de hechos que no existen en Ahora
la realidad actual presente.
Es tan sólo esto.
(3J El darse cuenta de la, fantasía. Esto incluye iodo, la acti- ningún borrador ni manuscrito
vidad mental que abarca, más allá de lo que transcurrí! en el pre- sobreviven para poder especular,
sente: todo el explicar, imaginar, adivinar, pensar, planificar, re- porque los he quemado.
cordar -el pasado, anticipar el futuro, etc. En este instante me pre- Ninguna edición tiene fecha,
gunto cuánto voy a tardar en escribir este libro. Tengo una idea no distingo las impresiones
de cómo se va a ver terminado y me pregunto cuál va a ser la no numero ni firmo las copias
reacción suya, señor lector. ¿Encontrará que es útil y le gustaré de modo que lo que sostienes, coleccionista,
yo por haberlo escrito? Todo esto es irrealidad. Este libro aún no no lo apreciarás.
está hecho y usted no puede verlo ni responder a él. Está todo en No pongas esto en tu anaquel, crítico,
mi fantasía, en mi imaginación. porque el papel especial se desvanece en el
Y sin embargo dentro de esta fantasía hay una realidad en- aire.
cubierta. Puedo descubrir más de esta realidad si ""me concentro en Lee, eso es todo;
mi fantasía y al mismo tiempo tomo conciencia de mis sensaciones ahora es el único momento
físicas, percepciones y otras actividades mientras hago esto. Al pen- da tomar la hostia de nuestro sacramento
sar en ftl tiempo que va a tardar este libro en hacerse, me doy antes que desaparezca.
cuenta del cansancio de mi cuerpo y me doy cuenta de que el de- Esto es todo lo que hay.
seo de que esté concluido surge de este cansancio que siento ahora.
Al imaginar la reacción de ustedes ante este libro me doy cuenta Peter Goblen.
que quiero caerles bien y quiero servirles de algo. A medida que
escribo esto, una cierta tibieza en mi cuerpo y las lágrimas en mis En las instrucciones que siguen a continuación, le pido que
ojos confirman esto. Ahora me quedo con esta sensación por unos explore su propio darse cuenta y que se percate de algunas carac-
instantes, y luego empieza a desarrollarse otra cosa, algo más básico terísticas propias de su darse cuenta. Tres puntos (...) indican una
que el caerles bien- o el prestarles un servicio. Les guste yo o no, me pausa. No siga leyendo cuando llegue a estas pausas y dése un
gusta mucho estar con ustedes, honestamente, con la realidad bien tiempo de explorar su propio darse cuenta, siguiendo las instruccio-
plantada bajo nuestros pies y sé que este libro nos puede ayudar nes. A menos qije se dé tiempo para descubrir su propia vivencia,
en eso. A medida que escribo esto, siento mi cuerpo sólido y con- estas indicaciones le serán útiles, como el mapa de un lugar que
fiado, como dando su aprobación. ' . ' jamás ha visto. A fin de descubrir completamente cómo es un lugar,
Es realmente difícil aceptar que todo existe en el presente usted necesita cierto tiempo para mirar realmente en torno mien-
momentáneo. El pasado existe tan sólo como parte de la realidad tras está allí, y descubrirá mucho más aún si regresa a distintas
presente, cosas y recuerdos acerca de las cuales pienso como "per- horas y durante distintas estaciones del año. Un tranquilo arroyo
tenecientes al pasado". La idea del pasado es útil algunas veces, puede convertirse en un torrente furioso con tiempo lluvioso o una
pero al mismo tiempo es una idea, una fantasía que tengo ahora. zanja pedregosa y árida durante la época seca. Lo mismo se apli-
Piense en el siguiente problema: "Pruébeme que el mundo no fue ca a lo que usted descubre acerca de su propia existencia a través
creado hace dos segundos, completo, con artefactos y recuerdos". de estos experimentos. Se dará cuenta de diferentes cosas en distin-
Nuestra idea del futuro es también una ficción irreal, aunque algu- tos momentos. Cada una de estas experiencias es una parte válida
nas veces cíe utilidad. Tanto miestvn idea del futuro como nuestra de su realidad en ese momento.

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 24
Sé que muchos -de ustedes leerán rápidamente este libro sin
hacer realmente la mayoría de los experimentos. Si hace todos los
experimentos, le tomará un buen tiempo terminar con él. Algunas
veces usted podrá aburrirse cuando una cantidad de experimentos
tienen pequeñas peculiaridades y cambios que son mucho más útiles
si son inesperados. Si usted, por casualidad, ya los ha leído, sabrá
cuáles vienen y podrá engañarse respecto de algunos descubrimien-
tos importantes.
En .todos estos experimentos, le pido que preste atención a
uno, o a unos pocos aspectos de su' darse cuenta. Aunque yo pre-
sente estos experimentos como unidades individuales, en realidad
apuntan a un todo. Todas estas maneras de aumentar su alerta
y darse cuenta y mantener contacto con su existencia, pueden con-
vertirse en una parte integral de su vida diaria. A medida que
usted avance a lo largo de estos experimentos, podrá descubrir más
en los últimos, mediante la aplicación de lo que ha aprendido en
los primeros. Asimismo, puede entonces volver sobre los primeros
experimentos y obtener más de ellos, aplicando lo que descubrió
en los últimos. Es necesaria alguna experiencia con los ejercicios
básicos de las primeras tres secciones para comprender comple-
tamente y hacer buen uso del resto del libro. Se estará engañando
sí no se aplica completamente en estas tres secciones antes de con-
tinuar.
Asegúrese intentando algunos de los experimentos básicos del
darse cuenta que siguen a continuación, y vuelva sobre ellos por
lo menos una o dos veces para darse la oportunidad de descubrir
su utilidad. Lo que descubra en estos primeros experimentos puede
no parecerle de importancia, pero son la raíz y fundamento de esta
aproximación.
Zonas de conciencia o del darse cuenta,
Dése ahora un tiempo para prestar atención a su propio dar-
se cuenta. Sea sólo un observador de su darse cuenta y advierta
hacia dónde va. Dígase a si mismo: "Ahora me doy cuenta de" y
finalice la frase con aquello de lo cual se está dando cuenta en ese
momento. En seguida dése,cuenta si eso es algo de afuera., interior,
o una fantasía... ¿Hacia dónde s'e dirige su darse cuenta?... ¿Se
da usted más cuenta de cosas fuera de su cuerpo, o de sensaciones
debajo de su p i e l ? . . . Dirija ahora su darse-cuenta al área de lo
que esté dándose" menos cuenta, exterior o interiormente, y dése más
cuenta de ello... ¿Hasta qué punto está ocupado con fantasías, pen-
samientos o imágenes?... Note, que mientras esté ocupado con un
Page 348 of 372
el darse cuenta 25
pensamiento o una imagen, su darse cuenta de la realidad exterior
o interior decae, o aun desaparece.. .-Si tan sólo puede aprender
categóricamente la distinción entre una fantasía y la realidad de
su experiencia actual, podría dar un gran paso hacia la simplifica-
ción de su vida.^.
Enfocar y concentrar
Continúe experimentando con su darse cuenta y dése cuenta
de que su "darse cuenta" es como un reflector. Sea lo que fuere
aquello sobre lo cual enfoca su atención, esto aparece nítido; pero,
otras cosas y eventos tienden a desaparecer de su conciencia. -Si
le pido que tome conciencia de lo que oye, probablemente pueda
oír una gran cantidad de sonidos y ruidos diferentes... y mientras
usted hace eso está casi completamente alejado de 3o que siente
en sus manos... cuando menciono sus manos, su alerta probable-
mente se dirigirá hacia allá, y comenzará a darse cuenta de las
sensaciones en sus manos... Su capacidad de darse cuenta se mueve
muy rápidamente de una cosa eri otra, pero tan sólo puede darse
cabalmente cuenta de lo que'sea que esté en e! foco de su darse
cuenta en ese momento. Dése algún tiempo ahora para darse cuenta
de cómo concentra su capacidad de darse cuenta y que entra en e!
foco de su alerta...
Generalizando
Note cuando comienza a generalizar, como por ejemplo cuan-
do dice "ahora me doy cuenta de toda la pieza" o "escucho
todos los sonidos". La fantasía es una actividad de la fantasía de
la "mente" en tanto acumula imágenes individuales y las reduce
a generalizaciones. El darse cuenta es mucho más agudo y está más
localizado. Preste atención a su "darse cuenta nuevamente. Si nota
que está generalizando, vuelva su.atención sobre.-_el foco de'.su darse
cuenta en el momento presente, y vea con qué puede ponerse en con-
tacto real y claramente.
Selección
Note ahora de qué tipo de cosas y eventos se da cuenta. De
todos los millones de experiencias posibles para usted en cualquier
momento, tan sólo una pequeña cantidad emerge actualmente a su
alerta. Hay un proceso selectivo que dirige su atención hacm cier-
tos tipos de cosas que son. de alguna manera ímportanies para usteci,
y que tiende a ignorar otros. Por ejemplo, puede darse cuenta mayor-

mente de colores, de sombras, texturas, imperfecciones, sonidos, mo-
vimientos, tensiones o sensaciones físicas, eíc. De nuevo, tómese
unos minutos para ser sólo un observador mientras deja correr su
capacidad de darse cuenta. Dése cuenta de qué tipo de imágenes
y eventos surgen a su conciencia espontáneamente, y vea sí puede
descubrir a!go acerca de cómo es su proceso selectivo...
Ahora intente decir "Estoy seleccionando (o eligiendo) tomar
conciencia de" y concluya la frase con lo que se esté dando cuenta
en ese momento. Haga esto por algunos minutos...
Eludiendo y evitando
Repare ahora en que este enfoque selectivo cíe cierta clase
de experiencias es también un modo de no enfocar sobre algo más:
una manera de evitar y exciuir ciertas experiencias. Preste nue-
vamente atención a su darse cuenta y luego de percatarse de algo,
acompáñelo diciendo "y dejé fuera" y termine la frase con algo
que haya omitido antes. Haga esto durante unos.,-pocos minutos
y tome conciencia de lo que está omitiendo... ¿Qué clase de. cosas
omite usted? ...
Siempre hay otras cosas que no están en absoluto dentro del
foco de su capacidad de darse cuenta. Puede descubrir cuáles son,
notando que no se está dando cuenta. Ahora mismo, ¿de qué no
se está dando c u e n t a ? . . . Intente dirigir su darse cuenta sobre
aquellas cosas que no están en el foco de su alerta en ese momento
y dése algún tiempo para realmente tomar contacto con ellas y
darse cuenta de ellas... Dígase a sí mismo ahora "ahora mismo
no me estoy dando cuenta de" y complete la frase con algo de lo
cual no se esté dando cuenta en ese momento. Mientras hace esto,
se dará cuenta aquí y ahora de algo de lo cual no se estaba dando
cuenta un momento antes. Quédese en la experiencia por un rato
y vea qué más puede descubrir. Repita entonces este proceso y
vuelva a descubrir de qué no se está dando cuenta en ese momento.
Haga esto por varios minutos y perciba qué tipos de experiencias
descubre a medida que lo hace...
Intente ahora algo similar, pero un poco más especifico. Dí-
gase a usted mismo: "Ahora mismo estoy eludiendo" y complete
la frase con eso que descubra está eludiendo en ese momento. Guan-
do haga eso, se dará cuenta de algo que antes estaba excluyendo
de su estado alerta. Quédese con esta experiencia por un rato y
vea qué más puede descubrir acerca de ella. Entonces repita este
proceso y descubra algo más que está eludiendo. Haga esto por va-
Page 349 of 372
el darse cuenta 27
rios minutos y note qué tipo de experiencias está eludiendo y cómo
se siente a medida que se va dando cuenta de ellas...
Duración y fluir
Vuelva nuevamente a ser un observador de su alerta en tanto
lo deja divagar, y perciba cuánto rato permanece en un cierto dar-
se cuenta,
... Note si su darse cuenta salta muy rápidamente de una
cosa a otra, o si se mueve más lentamente, dándole realmente tiem-
po para explorar y contactar con eso que se va dando cuenta...
Experimente ahora aumentando el flujo del darse cuenta de una
cosa a otra... Ahora, baje el ritmo de su darse cuenta y experi-
mente eso... ¿Qué nota respecto de su capacidad de -darse cuenta
cuando se mueve en forma rápida o lenta? ... Permítale a su capa-
cidad de darse cuenta divagar nuevamente y sea un observador...
Dése cuenta de la diferencia de tiempo que emplea con diferentes
cosas y eventos; probablemente usted se demora más con algunas
experiencias y dedica muy poco tiempo a otras... Note en qué ex-
periencias medita por un tiempo y en cuáles pasa de largo rápi-
damente. .. Continúe haciéndolo y ajuste su tiempo con el fluir de
su darse cuenta. Guando se dé cuenta de que se ha detenido en una
experiencia durante un tiempo, desplace su atención: cuando se dé
cuenta de que se está moviendo rápidamente, vaya deteniéndose o
regrese a lo que pasó por alto rápidamente y deténgase por un rato...
Dése ahora más cuenta del fluir de su alerta a medida que se
mueve de una cosa en otra... ¿Nota alguna pauta o dirección de
este flujo? .. ¿Encuentra su alerta retornando reiteradamente sobre
una cosa, o sobre un tipo de cosa o evento, o alternando entre un
tipo de cosa y o t r o ? . . .
Conexión e interrupción
Continúe prestando atención a este fluir de su capacidad
de darse cuenta y note qué conexión existe entre las cosas de las
cuales sucesivamente se da cuenta..-. Mientras su alerta se des-
plaza de una cosa en otra, ¿cómo están-estas cosas relacionadas entre
s í ? . . . Siga este flujo y aprenda más acerca de su dirección y de
cómo es... Note cuando su flujo de darse cuenta es interrumpido.
Cuando se detiene o cambia repentinamente de dirección o de ca-
rácter, vuelva sobre lo que estaba- dándose cuenta justo antes de
la interrupción y centre su atención allí por un r a t o , . . Vea si puede
23
descubrí!' más acerca de esto... ¿Cómo se siente mientras perma-
nece en estado de alerta ? . . .
Agradable - Desagradable
Nuevamente, tómese unos minutos para darse cuenta del fluir
de su alerta y a medida que se vaya dando cuenta de algo, note
si este darse cuenta es agradable o desagradable para usted... ¿Qué
diferencia nota entre el darse cuenta de algo agradable o desagra-
d a b l e ? . . . ¿Permanece su alerta más tiempo en uno o en otro? ¿Se
da menos cuenta de los detalles de uno o de o t r o ? . . . ¿Hay alguna
pauta o simüarídad entre lo que vivencia agradable y desagradable?
... Continúe así por un rato y aprenda más acerca de cómo difiere
su capacidad -de darse cuenta de experiencias agradables o desa-
gradables. ..
Una interrupción en. el flujo del darse cuenta es algunas
veces una respuesta a un cambio repentino en nuestros contornos.
Pero mucho más a menudo es la respuesta del darse cuenta a una
experiencia desagradable... Comúnmente, evitamos algo desagra-
dable. Interrumpir nuestro "darnos cuenta" es una manera de man-
t&ner la experiencia desagradable a distancia. Este es uno de los
modos principales de corno reducimos y limitamos nuestro darnos
cuenta. Si usted se Uega a dar cuenta de que está evitando y alie-
nando una experiencia, es posible revertir este proceso. Si usted nota
una interrupción en su darse cuenta, puede centrar su atención so-
bre la experiencia que precedió a la interrupción y averiguar acerca
de qué es lo que está evitando. Inténtelo nuevamente ahora...
Ir i/ venir
Trate de ir y venir entre el darse cuenta de algo exterior
y algo interior, durante unos pocos minutos. Primero dése cuenta
de algo en sus alrededores... y en seguida dése cuenta de algún
sentimiento físico dentro de su cuerpo. Continúe desplazándose en-
tre el darse cuenta de eventos interiores y exteriores... A medida
que hace esto, dése cuenta también del flujo de su darse cuenta,
las interrupciones de este flujo y las conexiones entre los sucesi-
vos eventos de su darse cuenta. Continúe así por un rato y aprenda
más de cómo se relaciona su darse cuenta de los eventos interiores
con las experiencias de su contorno...
Continúe ahora este ir y venir e intenta considerar su dar-
se cuenta de eventos interiores como una respuesta a su darse cuenta
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el darse cuenta 29
de algo exterior. Dése cuenta de algo exterior y en seguida diga
"Y mi respuesta a eso es" y complete la frase con cualquier cosa
de que se da cuenta, a medida que vuelve sobre su darse cuenta
de algo interior. Por ejemplo, "Yo me doy cuenta que la alfombra
es gruesa y suave y mi respuesta a eso es una sensación de rela-
jamiento en mis muslos". Continúe con esto por algunos minutos,..
Intentando y tratando
Continúe prestando atención a su continuo del darse cuenta
y note cualquier intención.
¿Está su darse cuenta fluyendo realmente por sí mismo con
usted como observador? ¿O está haciendo algo específico, está im-
poniendo alguna actividad intencionada? Por ejemplo, .usted puede
estar esforzándose en hacer "un buen trabajo". Podría estar ex-
cluyendo algún tipo de darse cuenta, o intentando "cumplir con las
formalidades" que estas instrucciones le demandan. Tómese algún
tiempo ahora para descubrir cuando alguna intención guía su con-
ciencia en lugar de dejarla fluir por sí misma.
Proceso
Nuestro lenguaje tiende a estructurar nuestro mundo como
un montón de cosas que ocasionalmente cambian, o interactúan entre
sí, etc. Ver al mundo como un conjunto de procesos y acontecimien-
tos siempre cambiantes, es más difícil, y también, casi siempre más
válido y útil. Continúe prestando atención al fluir de su darse cuenta
y manifieste su conciencia en términos de procesos y acontecimien-
tos, antes que cosas. Por ejemplo, en vez de decir "siento una ten-
sión", diga "me siento tenso". En vez de "escucho pájaros",- diga
"escucho trinar y gorjear". En vez de decir "siento una brisa",
diga "siento el aire soplar suavemente por sobre mi brazo". Tóme-
se cierto tiempo para contactar el flujo y el proceso de su expe-
rienciar del mundo circundante.
Actividades físicas
Centre su atención ahora sobre su cuerpo y sus sensaciones
físicas. Donde quiera que note algún movimiento, tensión o incomo-
didad, exprese esto como una actividad continuada, tal como: em-
pujar, tensar o sostener.,. Exagere ahora ligeramente esta activi-

dad y dése más cuenta de ella. Si está tensando su hombro ténselo
más, y dése cuenta de cuáles músculos usa y como se siente mien-
tras hace esto.,, Ahora hágase responsable de esta actividad mus-
cular y sus consecuencias. Dígase por ejemplo: "estoy tensando mí
cuello y haciéndome daño" o "estoy apretando mi brazo derecho
y me estoy entumeciendo". Toda su tensión muscular es producida
por usted y mucha de su incomodidad física es un resultado de
esto. Tómese unos minutos y dése cuenta de sus actividades físi-
cas y hág-ase responsable de lo que está haciendo...
Liberando su cuerpo
Nosotros interferimos nuestro funcionamiento al prevenir la
expresión de mucho de lo que ocurre dentro de nosotros mismos.
Usted puede aprender a dejar que su cuerpo se hag-a cargo de libe-
rarse él mismo de esta interferencia. Comience por tenderse en
una alfombra o en una cama dura en una posición que le sea real-
mente confortable.
Una buena postura es acostarse de espaldas con las piernas
encogidas hasta que sus pies se apoyen horizontalmente en el.piso
(o cama) y sus rodillas se apoyen ligeramente entre sí. Cierre los
ojos y contactase con su cuerpo... ¿Está realmente cómodo? Vea
si puede ponerse aún más cómodo, cambiando levemente su posi-
ción. .. Ahora tome conciencia de su respiración... Note todos los
detalles de corno usted está respirando... Sienta como el aire se
mueve a través de su nariz o boca... y garganta abajo y dentro
de sus pulmones... Note todos los detalles de corno se mueven su
pecho y abdomen mientras el aire entra y sale de sus pulmones...
Note ahora todos los pensamientos o imágenes que acudan
a su mente.
... Note como estas palabras e imágenes interfieren con su
darse cuenta de las sensaciones físicas de su respiración... Ahora
pongo, atención a esos pensamientos e Imágenes y dése cuenta de
qué es lo que pasa cuando trata de contenerlos...
¿Qué experimenta cuando trata de detener sus pensamientos?
¿Qué siente en su cuerpo ahora? ...
Intente ahora algo diferente. En vez dé tratar de detener
sus pensamientos, sólo enfoque su atención sobre su respiración...
Siempre que note que su atención se ha extraviado en sus pensa-
mientos e imágenes, vuelva a enfocar su atención en las sensacio-
nes físicas de su respiración.,. No se resista ni luche, tan sólo dése
cuenta de cuando comienza a ocuparse con palabras e imágenes,
y entonces vuelva su atención sobre su respiración...
Page 351 of 372
el darse. cue?ita • 31
Ahora enfoque su atención sobre su cuerpo y note qué par-
tes de su cuerpo entran espontáneamente dentro de su conciencia...
¿De qué partes de su cuerpo se da cuenta? ¿De qué partes se da
menos cuenta?... Ahora, échele un vistazo a su cuerpo y note
de qué partes de su cuerpo puede tomar conciencia fácilmente y
sentirlas claramente.., Y qué partes de su cuerpo siente con poca
claridad, aun cuando enfoca su atención sobre ellas... ¿Nota usted
alguna diferencia entre el lado izquierdo y e! lado derecho de su
cuerpo?...
Ahora dése cuenta de cualquier incomodidad física que sienta
y centre su atención sobre ella,.. Tome más contacto con ella y
dése detalladamente cuenta de ella... A medida que llega a darse
más cabalmente cuenta de ella, puede descubrir cuan lentamente se
•desarrolla o cambia. Un movimiento, un sentimiento, o una imagen
pueden, desarrollarse a partir de aquello en que está enfocando su
atención. Permita este cambio y este desarollo sin ¡nterferirlos y
continúe enfocando su atención sobre lo que sea que emerja. Deje
a su cuerpo hacer lo que quiera, y deje suceder lo que quiera suceder'
Continúe en esto por cinco o diez minutos y vea qué se desarrolla
a partir de este enfoque de su atención, sobre lo que sea que se vaya
dando cuenta.
Contacto - Retirada
Mire a su alrededor y tome contacto con lo que le rodea. ¿Qué
experimenta a q u í ? . . . Ahora cierre tos ojos... Retírese de la si-
tuación y aléjese de aquí en su imaginación. Vaya donde sea que
le agrade y experimente como es estar allí... ¿Cómo es allí?...
y, ¿cómo se siente allí? ...
Abra los ojos y dése cuenta de la situación aquí. ¿Cómo es
estar a q u í ? . . . y, ¿cómo se siente a h o r a ? . . . Compare su situación
aquí con la situación allá...
Vaya nuevamente donde quiera, al mismo lugar o a algún
otro, y nuevamente experimente la situación por completo...
Abra sus ojos ahora, y nuevamente contacte la situación aquí
. . . Compárelo a la otra situación...
Continúe yendo y viniendo entre aquí y allá y dése cuenta
de lo que experimenta. Note cualquier tipo de cambio en su viven-
cia mientras continúa así por algunos minutos.
Ahora vuelva acá y abra los ojos... y absorba lentamente-su
experiencia de este ir y venir...
Este ir y venir entre el contacto y el alejamiento puede serle
útil de diversas maneras. Alejándose brevemente de una situación,
32
en su experiencia física, en su fantasía o en ambas, habitualmente
puede obtener cierto descanso y apoyo, y luego volver cpn más ener-
gía a la situación presente que tiene que enfrentar. Además exami-
nando cuidadosamente la situación de allá, puede habitualmente des-
cubrir allá lo que está faltando aquí. Si usted está teniendo dificul-
tades con la gente de la situación de acá, probablemente se reti-
rará íi una situación fantasiosa en donde este solo o con gente con
la cual no está teniendo dificultades, un lugar donde descansar y
sentirse más confortable.
Otra cosa que puede descubrir en- su situación de "allá", son
situaciones incompletas que necesitan, ser completadas de alguna for-
ma: un desacuerdo no resuelto con alguien, el césped que debe ser
cortado, etc. Guando usted se aleja mediante la fantasía, frecuente-
mente recuerda estas situaciones no resueltas que no lo dejarán en
paz. Si_ usted se aferra firmemente a lo ti u e está haciendo, puede
üjjg_esté evitando encarar estas situaciones no resueltas, y esas rnis-
nias situaciones no resueltas imrmdirJLn^u-compromiso'toja 1 con'e 1
pj-es ente. Aquí, un ejemplo simple y útil. Si usted se encuentra
estudiando un libro tenazmente, probablemente lo está leyendo sin
entenderlo. Sus ojos pueden correr a través de las líneas, pero un
minuto después no recordará nada porque muchas otras situaciones
están impidiendo su atención. Si se aleja temporalmente hacia al-
guna otra cosa, desperezarse, una galleta, una fantasía, etc., podrá
volver al libro con energías renovadas. SÍ no_ se retira de una
situación como ésta, Jo^ único que consigue es agotarse sin_proveüh'o
alguno.
Sj usted evita pjjr completo una situación difícil, las más de
jas veces ésta empeora y rara vez se alejaT^fse alerra^fiññgnT.'en't'S
amella, queda exhausto. Puede, ser más eficaz atacar el problema
alternadamente con un alejamiento temporal a fin de juntar tuer-
zas. La^mavoría de [a gente se percata de qüe~un^aTejamieñtQ~exce-
sivo es dañino. Menos gente_se percata de que un contacto tenaz
es igualmente dañino. A medida que usted vaya leyendo este libro,
haga un alto y dése cuenta si realmente está en contacto con él,
o si la mayor parte de su atención está en otra parte. Si está en
alguna otra parte, deje el libro por un rato, y vuelva sobre él cuan-
do su atención esté menos dividida.
Los breves extractos que siguen a continuación son transcrip-
ciones de grabaciones de gente que ha comenzado a explorar su con-
tinuidad del darse cuenta en un grupo. Ellos ilustran algunos de los
aspectos del darse cuenta que han sido expuestos en los experimen-
tos previos. Las observaciones del guia figuran entre barras, por
Page 352 of 372
el darse cuenta 33
ej./ C: ¿Qué vivencia de momento en momento? / (Las órdenes del
coordinador se indican por C.).
No prosiga la. lectura hasta que tío haya probado los experi-
mentos anteriores con usted mismo,
Me doy cuenta del silencio. Me gustaría estar en otra parte. /
C: Bien, cierre los ojos y vayase a otra parte en su fantasía. / Ya sé
donde estaba yendo. A "Tallarín" (un restaurant). Y me figure
algunas cosas./C: Hágalo. Cierre sus ojos. Quiero que realmente
se dedique a esto por completo y preste mucha atención a su proceso.
¿Cómo es allí? / Hmmrn. Hay grandes ensaladeras de color marrón
oscuro y hay un puñado de spaghetti dentro. Y hay un montón de
salsa sobre los spaghetti (riéndose) y siento ganas de probarlos./
C: Se está riendo. ¿Puede decirnos qué es io gracioso? / Bueno,
porque pensé que debiera haber ensalada en las ensaladeras y no
spaghetti, porque se ven más como fuentes con ensaladas. Está
oscuro, hay velas. Hay un mostrador bajo y largo, no tengo que
cerrar los ojos. Hmmm sí tengo. Hay mucha gente. / C: ¿Gomo se"
siente allí? / Me siento bien y tengo hambre / C: Regrese aquí ahora,
y compare las dos experiencias. / Estoy un poco nervioso, algo tenso.
Y hay luz aquí y me gustaría que estuviese oscuro/ C: ¿Ve el con-
traste? Aquí está incómodo y hay luz, allá está cómodo y está oscuro.
Vuelva allá nuevamente y descubra algo más./La gente parece
realmente relajada. Yo estoy relajado allí. La gente está sonriendo.
Gente en^compartimientos separados a lo largo de! pasillo. Está
lleno de gente y la gente parece relajada y feliz. Está comiendo
mucho. / C: Ahora regrese aquí. ¿Cómo se siente estando aquí?/
Todo parece tan, tan... no muerto, simplemente iluminado. No sé lo
que es. Está realmente oscuro allí. Uno puede ocultarse, como per-
derse./C: ¿N"o se puede ocultar aquí?/No/C; ¿Cómo se siente ahora
a q u í ? / U n poco más relajado que antes, porque -estuve .un.rato
allí / C: Exactamente. Esto es aígo que puede serle útil. En toda
situación en que se siente rígido, vayase por un rato y regrese
después/¿Eso no es escaparse? / G: Sólo si lo hace permanente-
mente. Si lo hace esporádicamente, se lo llama descansar/.
Me doy cuenta de que me siento pegajoso —cuando me sen-
té— algo sudoroso / C: Hizo una breve regresión al pasado con
eso de "cuando me senté" / Me siento nervioso en el estómago. Puedo
sentir mi corazón latir más rápido. Me doy cuenta del color de la
pieza. Y me doy cuenta de esas dos niñas que se parecen mucho
y me preguntaba si serían hermanas / C: Preguntarse es fantasía./
Sí. Me doy cuenta que tengo calor y que mis pies no tocan e! suelo.
Y me doy cuenta de que la gente allí se estaba moviendo, retorcién-
dose. / G: Usted dijo, "se estaba", que se refiere al pasado y "esa
 Mario Pereyra

Ediciones de la
Universidad Peruana Unión
Ñaña, Perú, 2004

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 ¿.~—s&gíKsj ;¡ .-m
CAPITULO s M5;=£¡-;
3 |1

UN MODELO PSICO-SOCIAL
ESPIRITUAL
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C'i
f¡
1. ELABORACIÓN DE UN MODELO TERAPÉUTICO
f
«El grflii misterio de la vida humana hace
1 'M
que el dolor pasado ss vaya trocando
poco a poco
en una ditice 'j conmovedora a¡egrí«.>
Fedor Dostoievskl

.1.1 Antecedentes
Aquí exponemos nuestro modelo terapéutico del perdón
con su procesóle elaboración. Durante 20 años ejercimos
•_T
la práctica clínica, en el Servicio de Bienestar Mental del
:j
Sanatorio Adventista del Plata, en Libertador San Martín,
Entre Ríos, Argentináv^trabajando con personas, parejas y
familias en crisis, escuchando de ofensas y agravios, tanto
reales como imaginarias, que originaban respuestas disímiles
en sus protagonistas. Por ejemplo, había quienes quedaban
prisioneros del enojo y el resentimiento, confuertes deseos
de venganza, adoptando conductas de represalia y reclamos
reivindicativos, que podía llegar a la ruptura del vínculo o a
producir conductas de violencia. Recuerdo un señor, que tenía
una empresa comercial muy importante, en propiedad

EL P O D K R TcnArfiUTico DEL PI;KIK'¡N 131

Page 354 of 372


compartida con varios hermanos. Mencionó que los hermanos
lo habían desplazado de un cargo directivo que ostentaba en
la compañía y habían realizado ciertas maniobras para
apropiarse de sus bienes, hecho que lo había enojado
muellísimo. Me confesó que había comprado un revólver con
el propósito de resolver el problema eliminando a sus
adversarios.
En otros casos, las víctimas de la injuria parecen
someterse con cierta facilidad al agresor, adoptando .
comportamientos pasivos con tal de conservar su matrimonio,
familia o propiedades. No sólo tratamos a las víctimas,
también a los agresores. Algunos se jactaban de sus atro-
pellos, otros eran indiferentes y había quienes se sentían muy
culpables. Así, pues, nos tocó intervenir terapéuticamente en
múltiples situaciones de conflictos, con otros y consigo mismo,
donde tuvimos que desarrollar estrategias para-reparar los
vínculos maltrechos por la agresión y, especialmente auxiliar
a los pacientes a liberarse de emociones perturbadoras,
recuperar la paz interior y la alegría de vivir. Observarnos
que los religiosos tenían mucho más facilidad para perdonar
que quienes carecían de una fe religiosa. En muchos casos,
descubrimos que cuando los pacientes o las parejas
alcanzaban una experiencia de auténtico perdón o sobrevenía
la reconciliación, aparecían efectos benéficos notables; no
sólo superaban la discordia, también adquirían habilidades
permanentes para enfrentar las crisis, enriqueciendo las
relaciones y la vida personal, con una disposición más
comprensiva, de mayorprofimdidad emocional y humana.
En razón de la experiencia clínica .y del interés en
profundizar en un tema tan provechoso, en el año 1993,
organizamos, las II Jornadas de Integración Psicológica
en laUniversidad Adventista del Plata (Argentina)., con el tema
central «Psicología del Perdón». Ese evento motivó la
132 EL I'OBHK T E R A P É U T I C O DEL P Í R D Ó N
UN M O D E L O PSIGO- S O C I A L E S P I R I T U A L
investigación de la bibliografía y a escribir un libro donde
, volcamos nuestra experiencia, las informaciones que
recogimos de la literatura y las reflexiones que nos merecía el
asunto. Lo titulamos igual que las Jornadas: «Psicología del
Perdón» (1993). En esa obra, debido a la pobreza de la
bibliografía científica, expusimos mucha información extraída
de fuentes teológicas y bíblicas, hecho que fue observado
por el Lie. Juan Carlos Priora, Decano de la Universidad,
quien escribió en el Prólogo, «no puedo asegurarle al lector
que el autor se haya despegado del enfoque teológico-bíblico»
(Pereyra, 1993, 10). Esa fue la primera etapa, el preludio del
proceso. Allí descubrimos las claves de apertura de los
movimientos de la obra que interpretamos posteriormente.
En esas mismas Jornadas, Moreno y Delfmo (1993),
presentaron un estudio preliminar sobre el significado de la
noción del perdón, obtenida en una muestra de estudiantes
universitarios. Ese trabajo de investigación de campo, junto
••&. con las elaboraciones teóricas que presentamos en el libro «
de la «Psicología del Perdón», fueron la base para la
construcción de un instrumento de medición del perdón y la
reconciliación, titulado: «Cuestionario de Actitudes ante
Situaciones de Agravio» (CASA). La primera presentación
de la prueba fue efectuada en el XXV Congreso Inferame-
ricano de Psicología, realizado en San Juan de Puerto Rico,
en 1995 (Moreno, 1995; Moreno, Pereyray Delfmo, 1995).
Esa exposición tuvo una llamativa acogida entre los colegas,
:i
-ja
»'n
generando una importante discusión, debido a la exclusión
de lapsicología de una temática tan gravitante en las relaciones
'& humanas, como es el perdón.
**
En el marco teórico del CASA introducimos el perdón
"^
y la reconciliación desde una perspectiva amplia, conci-
biéndolos como una actitud específica ante la agresión.
1:1. l'ODEK T C K - \ r f . i n i C O Di:!. P l l K U t l N 133
Page 355 of 372

Categorizamos otros tipos'de respuestas posibles ante la
ofensa, como son las actitudes de sometimiento y negación,
que tienden a la aceptación pasiva de la injuria; las respuestas
de venganza, hostilidad y resentimiento, que exhiben
conductas agresivas y aquellas otras, que promueven el
diálogo con el agresor, buscando una explicación y
eventualmente la acción perdonadera. Estas últimas las
identificamos como actitudes prosociales.
Por aquel entonces, la Secretaría de Investigación y
Extensión de la Universidad Adventista del Plata, me
solicitó la realización de un seminario sobre: «Técnicas de
Reconciliación. El abordaje de los conflictos interpersonales
con el propósito de alcanzar el perdón». Lo dictamos, en
mayo de 1995, junto con el PasíorDaniel Belvedere. También
organizamos un Taller Clínico sobre el tema para psicólogos
y otros especialistas en el área. Posteriormente, la
Universidad de Montemorelos en México, y la Universidad
Adventista de Cenfroamérica, deAlajuela, Costa Rica, se
interesaron en el tema y me invitaron a repetir el curso en sus
respectivas sedes, lo que realizamos en julio de 1995. Estos
seminarios movilizaron una cantidad de inquietudes entre los
participantes, que obligaron a profundizar el tópico. Por
ejemplo: Cómo tratar a esposas golpeadas por sus cónyuges,
cómo un reconciliador puede intervenir en una discordia, qué
hacer en una crisis interrelacional. La mayoría de los
participantes de-los seminarios fueron,pastores que lideraban
congregaciones y buscaban orientaciones para actuar en
situaciones específicas de sus iglesias.
Esa demanda motivó la realización de nuestra práctica
terapéutica con mayor atención en las intervenciones espe-
cíficas que realizábamos cuando éramos llamados a actuar
como reconciliador. Nos impusimos la norma de debatir los
casos clínicos con nuestro equipo de profesionales del Servicio
134 EL PODER TERAI-ÍUTICO DEL PF.S.DÓN
Page 356 of 372
UN MODELO PS!CO-SOC!AL E S P I R I T U A L
de Salud Mental del Sanatorio Adventista del Plata (SAP).
Eso no sólo consolidó el trabajo clínico, sino contribuyó a
clarificar criterios, precisar procedimientos eficientes y
permitirnos conceptual izar las técnicas de reconciliación.
Como resultado de ese proceso, en agosto de 1997,
publicamos el libro «Estrategias y técnicas de reconciliación.
Cómo reparar los vínculos dañados» (Pereyra, 1997), que
tuvo una edición portuguesa, Psicología da Reconciliacao
(1998). Fue el segundo hito del recorrido, el tránsito del
perdón a la reconciliación, de la psicología a la psicoterapia.
Allí desarrollamos un modelo de intervención en situaciones
de discordia para reparar las relaciones dañadas por la
desavenencia. Fue una obra orientada ala práctica clínica
que propusimos para especialistas y a todos los interesados
en ayudar a quienes están enredados en disputas personales.
Esta oferta se inspira en el Apóstol Pablo, quien proclamó
que todos hemos sido llamados a ser portadores de la
«palabra de la reconciliación» (2 Cor. 5: 18-20). Entre otras
cuestiones, destacamos las diferencias entre mediación —
como alternativa de solución de problemas—y reconciliación
—como medio de resolución de conflictos iníerpersonales—
, proporcionando una serie de herramientas terapéuticas de
intervención.
En los años siguientes, continuamos perfeccionando el
modelo clínico e investigando con el CASA, en diferentes
poblaciones. Algunos de esos estudios fueron realizados por
los autores (Pereyra et al, 1998, 1999,2000, Pereyra, 2000,
2004; Moreno y Pereyra, 2001; Moreno, 2004) y otros por
nuestros alumnos, en sus investigaciones de tesis (Barchi,
1999; Bernhardt, 2000; Fontana, 2000; Quinteros, 1999;
Relañez, 2001; Vargas, 2003). Asimismo, el instrumento
adquirió diferentes aplicaciones —en el ámbito laboral
EL Po3ER TERAPÉUTICO DEL 135

(CASA-L) y familiar (CAS A-L)—•, versiones idiomáticas (al
portugués y al inglés) y modalidades (versión del agresor,
CASAg, Cuestionario de Actitudes ante Situaciones de
Agresión). Con todo ese material publicamos un Manual
(Moreno y Pereyra, 2000) y una actualización, que está en
prensa (Moreno y Pereyra, 2004), además de varios reportes
. científicos (Moreno y Pereyra, 2001; Pereyra, 2000, 2004).
Otra etapa significativa la constituyó el material que
prepararnos para el /// Seminario de Vida Familiar que
organizó la Universidad de Montemorelos (UM), México,
en el año 2003. Uno de sus módulos fue «Intervención en
Crisis». Para ello preparamos una nueva obra, titulada:
«Reconciliación. Corno reparar los vínculos dañados»
(Pereyra, 2003), que publicó laUM. Esa obra actualiza el
libro de 1997 e introduce nuevos contenidos. Propusimos un
nuevo enfoque sobre el conflicto interrelacional3-la violencia
intrafamiliar y el abuso infantil; ampliamos la casuística, ala
vez que desplegamos la reconciliación corno una estrategia
resolutiva para diferentes tipos de rivalidades. Lo que se
mantuvo con mínimas modificaciones fue el modelo de
intervención del 97, con sus estrategias y técnicas.
Ahora, en el 2004, la convocatoria proviene de la
Universidad Peruana Unión, de Ñaña, Perú, que nos
permite actualizar la «Psicología del Perdón» (1993), y ofrecer
un modelo terapéutico para aquellos que padecen los estragos
de los ultrajes y no pueden superarlos, con ía fórmula sanitaria
del perdón para curar esas heridas del alma. Desde la
publicación de nuestro libro anterior, la investigación científica
ha sido prolííica y profunda —como se aprecia en el resumen
del capítulo anterior—, por eso incorporamos esos avances,
complementándolos con las reflexiones y experiencias
adquiridas, desde una perspectiva Cristiana-bíblica, con la cual
nos identificamos.
136J EL POOEK TenAi'ÉuTico DEL PEIIIIÓN
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UN M O D E L O PSICO.SOCIAL E S P I R I T U A L
1.2 Un Ejemplo Paradigmático dePerdón 1
El Salmo 73, narra la condición de un hombre, llamado
Asaf, músico principal de los tiempos del rey David (1 Crón.
6: 39,43; 16: 5, 6), que estaba enormemente indignado por
algo que experimentaba como una gran injusticia: la pros-
peridad de los malvados en comparación con la indigencia
de los justos. Estos sujetos «impíos», arrogantes, violentos,
maliciosos, criticones, puras artimañas, serien de Dios, sin
embargo, viven en la abundancia, sin preocuparse por nada,
engordando y ganando fortunas, en tanto, la gente honrada,
íntegra, dedicada a las cosas de Dios —como el mismo Asaf—
, sufren pobrezas y penurias. ¿Dónde está la justicia? Asaf
sufre esta infamia social como una injuria muy grande. Su
enojo era de tal magnitud que confiesa: «se llenó de amargura
mi alma y en mi corazón sentía punzadas» (vers.21).
Finalmente, pudo revertir su angustia y recuperar la paz interior
y el sano humor, gracias a la terapia del perdón. ¿Cómo lo
logró? ¿De qué manera obtuvo el perdón? Asaf declara su
experiencia en estos temimos:
«Ciertamente es bueno Dios para con Israel, para con
los limpios de corazón. En cuanto a mí, casi se
deslizaron mis píes; por poco resbalaron mis pasos.
Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la
prosperidad de los impíos. Porque no tienen congojas
por su muerte, pues su vigor está entero. No pasan
trabajos como los otros mortales, ni son azotados como
los demás hombres. Por tanto, la soberbia los corona;
se cubren de vestido de violencia. Los ojos se les saltan
de gordura; logran con creces los antojos del corazón.
Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia;
ponen su boca contra el cielo, y su lengua pasea la
Kl. P O U l - R T F R A T f s H T I C O DUI. PliltlíÓK 137

tierra. Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí, y
aguas en abundancia serán extraídas para ellos. Y
dicen: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el
Altísimo? He aquí estos impíos, sin ser turbados del
mundo, alcanzaron riquezas. Verdaderamente en vano
he -limpiado mi corazón, y lavado ruis manos en
inocencia; pues he sido azotado todo el día, y castigado
todas las mañanas. Si dijerayo: Hablaré como ellos,
he aquí, a la generación de tus hijos engañaría. Cuando
pensé para saber esto, fue duro trabajo para mí, hasta
que entrando en el santuario de Dios3 comprendí el fin
de ellos. Ciertamente los has puesto en deslizaderos;
en asolamientos los harás caer. ¡Cómo han sido
asolados de repente! Perecieron, se consumieron de
terrores. Como sueño del que despierta, así, Señor,
cuando despertares, menospreciarás su apariencia. Se
llenó de amargura mi alma, y en rni corazón sentía
punzadas. Tan torpe erayo, que no entendía; era como
una bestia delante de ti. Con todo3 yo siempre estuve
contigo; me tomaste de la mano derecha. Me has
guiado según tu consejo, y después me recibirás en
gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos sino a tí? Y
fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mí
corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi
porción es Dios para siempre. Porque he aquí, los que
se alejan de ti perecerán; tú destruirás a todo aquel
que de ti se aparta. Pero en cuanto a mí3 el acercarme
a Dios es el bien; he puesto en Jehová el S-eñor mi
esperanza, para contar todas tus obras» (Salmo 73:
1-28; VRV; para no entorpecer la lectura eliminamos
la numeración de los versos).
138 EL PODER TERAI'EUTICC» DEL PERPÓN
Page 358 of 372
UN MODELO PSICO-SOCiAL E S P I R I T U A L
La experiencia de Asaf es un ejemplo paradigmático
de perdón, consumado porque describe muy bien la psicología
de la víctima y su proceso de recuperación. En primer lugar,
exterioriza su enojo, extendiéndose en razones y argumentos
que muestran la- lógica de su pensamiento, aunque es más
una expresión catártica de emociones que de razones. Por
eso denominamos, «Catarsis», a esta primera fase. Coincide
con la etapa del «Descubrimiento» de Enright y sus procesos
(ver capítulo 5). Se encuentran las ocho unidades de Enright
(aunque no todas juntas). Por ejemplo, el «examen de las
defensas psicológicas y los hechos involucrados» (unidad 1),
se revela cuando reconoce lo «torpe» que era, «como una
bestia» (vers.22; mecanismo de negación y de distorción
cognitíva). La «admisión de la vergüenza» (unidad 3) está
implícita en todo el texto y explícitamente al reconocer su
error («casi se deslizaron mis pies», vs.2) y la «comprensión
de los cambios adversos experimentados por la injuria»
(unidad 7), se observa al tomar conciencia de su «amargura»
y las «punzadas» en el corazón (vs.21).
Los otros cinco procesos están bastante claros en el
texto:
Unidad 2 — «Confrontándose con la cólera; el punto es
liberarla no reprimirla»: está presente en el temple anímico
dominante en los versos 3 al 14.
Unidad 4 — «Tomar conciencia del desgaste emocional
producido por el agravio»: se expresa al afirmar el «duro
trabajo» (vs.16) que significó para él entender lo que le
pasaba.
Unidad 5 - «Tomar conciencia de las implicaciones
cognitivas de la ofensa»: se encuentra en los argumentos que I
desarrolla en los versículos 3 al 14..
Unidad 6 —«Compararse con el agresor, discutiendo
EL POLIER T E R A P É U T I C O DEL 139

el estado de ambos» : lo manifiesta en los versículos 1 3 al 1 5,
cuando experimenta la «vanidad» de todo su esfuerzo.
Unidad 8 — «Detectar si cambió o se alteró la visión
que tenía de la justicia»: toda la argumentación es un reclamo
indignado por la injusticia dominante en el mundo.
Luego de la primera etapa de catarsis, viene el «insíght»,
la toma de conciencia de otro significado, que abre su mente
a una nueva y radical comprensión del asunto. Lo declara en
estos términos: «entrando en el santuario de Dios, comprendí
el fin de ellos» (vs.17). Asaf estaba enfadado por la
prosperidad de los impíos, pero cuando entiende el destino
que les espera, comprende que todo los beneficios y ventajas
actuales no son nada comparados con las «glorias» que
recibirá el justo (vs.24) y la catástrofe de destrucción y
«terrores» (vs.19), que recibirá el impío. Se trata de un
mecanismo de reestructuración cognitiva, de carácter
teleológico, inspirado por Dios, descubierto «en el santurio».
Esta etapa no aparece en el modelo de Enright ni el de
McCullough, que responden a una concepción cognitivista,
emparentada con la tradición psicoanalítica de la psicología,
que por nuestra parte incluirnos en el modelo de la recon-
ciliación (Pereyra, 1997; 2003).
Después del insight todo cambia. Asaf da testimonio
de su «decisión» y «acción» de perdón— que proponemos
como las etapas tercera y cuarta —, en forma implícita. El
autor describe poéticamente su cambio, como un despertar
del sueño (vs.20). Ahora todo se aclara. Se siente liberado
de la cólera, un poco avergozado por haber dudado,
confesando su confianza en Dios y renovando sus votos de
fidelidad. «El poema concluye con una expresión de completa
confianza — sintetiza el Comentario Bíblico Adventista
(3CBA, 812) — en que los justos se salvarány los impíos
recibirán su castigo. En este salmo, el poeta presenta una
140 Ri. Poni-iR DEL
Page 359 of 372
UN MODELO PSICO-SOCI AL E S P I R I T U A L
elocuente invitación a participar en los servicios divinos, pues i
así se despejan las dudas que causan perplejidad».
Las etapas de «Decisión» y «Acción», que proponemos,
corresponden a las fases de «Decisión», «Trabajo» y
«Profimdización» de Enright (ver Capítulo 5). Algunos de los
procesos de Enright aparecen en el relato del Salmo 73. Por
ejemplo, Asaf .tiene conciencia de que las estrategias anteriores
fueron ineficaces (unidad 9). También repiensa al ofensor
desde un nuevo marco de comprensión (unidad 12) y asume
una conducta de aceptación de sus penas y fatigas (unidad
14). Asimismo, descubre un nuevo significado para el
sufrimiento y de alguna manera, también para el perdón (16).
Comprende que no está solo (18), debido a la certeza de la
presencia de Dios (vs.2032S). Adquirió un nuevo propósito
de vida a partir de la experiencia del sufrimiento vivido (19;
vs.24-25) y tomó «conciencia de las transformaciones
emocionales experimentadas» (20; vs.21,2S). El único
proceso que no aparece en forma ostensible es el número
17, «Extendiendo el perdón a otras personas», en razón, de
que domina un pensamiento dicotómico, «los que se alejan
de íi perecerán» (vs.27) y, por el contrario, aquellos que se
acercan a Dios recibirán el perdón y el «bien» (vs.28).
1.3 UN EJEMPLO PARADIGMÁTICO DE ARREPENTIMIENTO
«E! que encubre sus pecados no
prosperará
mas el que. los confiesa y se aparta,
alcanzará misericordia».
Salomón hijo da David
En una Dulce Tarde dePrimaveni
Los rayos del sol poniente proyectaban lánguidamente
sus luces descoloridas entre los edificios de la ciudad. Los
trinos de los pájaros acallaban sus voces entre la atmósfera
EL P m i n x TEKAPF.UTIC:O líti. PimotiN 141

quieta y perfumada de la tarde. Acechaban las sombras y el
día se apagaba lentamente. Llegaba la hora del crepúsculo.
¿Era esa una tarde más que moriría para siempre en eí
anonimato de la historia? ¿Un día corno tantos de aquella
proverbial ciudad? No, esa fue una tarde distinta. Un día que
jamás olvidaron sus protagonistas y que ha quedado
perpetuado en la historia bíblica para que siempre la
recordemos. Esa tarde suave, dulce y romántica, fue el inicio
de la más grande tragedia de un hombre, una mujer y un
pueblo. Una historia de amor con una triste estela de engaños,
corrupciones, intrigas palaciegas, muertes, revoluciones y una
sangrienta guerra civil que destrozó la familia realy al pueblo.
Pero es también una conmovedora historia de arrepentimiento
y perdón. La más grande, la más profunda, la más impre-
sionante de toda la literatura bíblica. Jamás se escribió una
página igual. Arnor, muerte y perdón es su trilogía sínteíizadora.
Todo comenzó aquella seductora tarde de primavera., antes
que la noche de la ignominia se instaurara y produjese el
despertar del perdón.
¿Fue el hastío penoso de la ociosidad lo que paralizó la
voluntad del rey y dejó su conciencia en la penumbra? ¿El
querer librarse de esa pegajosa sensación de vacío interior e
impotencia que lleva a la búsqueda de algo estimulante, nuevo
o excitante? ¿Fue acaso el despertar de la naturaleza de esa
primavera, cuando la savia hacía estallar los brotes y los
pájaros volaban libres y gozosos por los espacios, lo que
incitó el instinto viril de aquel hombre? ¿La dulce y suave
caricia de la tarde fue quien movió las íntimas sensaciones de
voluptuosidad? Quizás. El hecho fue que luego de una siesta
prolongada, todavía con un bostezo dibujado en el rostro
somnoliento, buscando distracción, el rey subió a la azotea
de su palacio para contemplar el paisaje de la tarde. Su mirada
142 EL PODI.K T E H A P É U I I C G DEL
Page 360 of 372
UN MODELO PSICO-SOCIAL ESPIRITUAL
vagaba por los edificios de la ciudad perdiéndose en la lejanía,
más allá de las murallas de Jerusalén. De pronto algo llama
su atención. Su mirada se agudiza. El corazón se acelera. Se
crispa. La silueta de una mujerío absorbe. Una mujer desnuda,
exuberante, desplegando toda la seducción de su soberbio
cuerpo, bañándose sensualmente en el patio de su casa. El
rey se informa: es una mujer casada, el esposo es un militar
que está en servicio en el frente de batalla. Envía a su secretario
privado a realizar las gestiones del encuentro. La mujer cede;
no puede resistir a un hombre tan poderoso como David y
quizás a sus propias pasiones en abstinencia. Triunfa la
fascinación del crepúsculo. Cae la tarde y llega la noche de
lujuria. La horamás oscura y trágica déla vida de David.
Luego viene el engaño para encubrir el embarazo de
Betsabé; la conspiración siniestra para que el esposo no se
entere y denuncie el adulterio. Persiste la noche de David,
avanza entre sombras cada vez más tenebrosas. Al no poder
hacer desaparecer al hijo —en aquellos tiempos se desconocía
las técnicas criminales del aborto— trama eliminar al esposo.
Usa la misma víctima como portadora de su condena de
muerte. El complot triunfa. El esposo cae herido mortalmente
en el campo de batalla. Laignominia se concreta; la viuda se
transforma en esposa de David. Nace el niño del pecado entre
las falacias legitimadoras de un matrimonio apresurado.
.El Despertar de la Conciencia Culposa
Transcurrió un año desde aquella tarde infame. Otra
primavera hizo germinar las ñores y cantar los pájaros. Era la
hora de triunfo del ocultamiento, cuando la hipocresía y la
impostura dominaban. Pero finalmente llegó la hora del juicio
divino. El profeta de Dios apareció en el palacio del simulacro.
EL Poiif.f. T E R A P É U T I C O DHL PERBÓN 143

El dedo acusador apuntó al rey: «Tú eres el adúltero y
homicida». La reprobación y la sentencia condenatoria se
precipitó como un rayo. El comandante triunfante en los
campos de batalla, el brillante conductor del gobierno fue
acusado de corrupción delante de todos sus subditos. Era el
fin de la noche perversa, el amanecer de la justicia, el despertar
de la culpa. David cayó en tierra.
Durante siete días se arrastró en el polvo. Rehusó comer.
Su conciencia se iluminó con la gravedad del pecado.
Descubrió cuan miserable era, cuan pérfidamente había
actuado, lo cruel y perverso que había sido. Se sintió un
gusano. Tenía asco de sí mismo. Le atormentaba la imagen
de Unas herido de muerte, desangrándose ante las murallas
de Raba. Veía sus manos manchadas de sangre. Sabía que su
pequeño hijo, de apenas tres meses, tendría que pagar con
su vida el pecado de su propia culpa. Más sangre pesaba
sobre su conciencia sobrecargada. Suplicaba por el bebé,
pedía morir en su lugar. Sabía que una cruel enfermedad lo
estaba destruyendo. Rogaba por detenerla.
Pero había un sufrimiento mayor aún, le abrumaba el
dolor de haber sido desleal a Dios. Una horrenda sensación
de impureza lo embargaba. Se sentía desechado y
despreciado porDios, experimentando la pérdida de la alegría
de la salvación. Y durante siete días estuvo orando, como
nunca lo había hecho, como quizás ningún hombre lo hizo
jamás. «Esconde tu rostro de mis pecados, borra todas mis
culpas», rogaba. Aunque no podía tolerar el rostro acusador
de Dios, se aferraba angustiosamente, con desesperación al
Dios perdonador. «Tenme piedad, oh Dios, según tu amor,
por tu inmensa ternura borra mi delito», suplicaba. Percibió
la maldad instalada en sus entrañas desde su infancia y aun
antes, desde su misma concepción. ¿Era posible el cambio?
144 EL i; TtKAri.imco D K L
Page 361 of 372
UN MODELO PSICO-SOCiAL ESPIRITUAL
¿Puede lo inmundo ser convertido en puro? En la
exasperación de su impotencia y remordimiento, insistió:
«limpíame...purifícame...lávame», repetía. ¿Puede cambiarse
una naturaleza perversa?. ¿Existe alguna fórmula que
transforme los manantiales impuros de la vida? Únicamente
si naciera de nuevo, si Dios realizara el milagro de una nueva
vida, era la única forma de cambiar. Entonces su oración fue:
«Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu
recto dentro de mí», dijo utilizando las mismas palabras con
¡as cuales el Génesis narra la creación del mundo y de la vida,
en una búsqueda desesperada de que se produjese en sí
mismo un-nuevo comienzo.
La Gracia Sobreabundante
Entonces David empezó a sentir el bálsamo renovador
del perdón. Comprendió que un «corazón contrito y
humillado» Dios jamás lo desprecia. Descubrió que ése es el
verdadero sacrificio, no los rituales maquinales de una
religiosidad fingida. Sintió que los «muros» de su Jerusaléno
de su alma, comenzaban a restablecerse. Experimentó la
íntima convicción de la absolución perdonadera.
El niño finalmente falleció. ¿Para qué continuar la
intercesión y el ayuno? Se incorporó del suelo y emergió el
hombre restaurado. «Ha remitido tu pecado» le confirmó el
profeta Natán. Entonces, consoló a la madre en duelo y
recuperó la alegría de vivir.
El tiempo fue restañando las heridas. Otras prima-
veras resucitaron la savia de la vida. Un nuevo niño vino al
mundo. El mismo profeta de la condenación celebró la nueva
vida, colocándole por nombre: «Jedidías» o «el amado de
Jehová». Era la prueba de la misericordia de Dios, de que
había sido justificado su pecado. Ese niño fije, por tanto, el
EL P O H E R T E R A P É U T I C O DEL PEKWJÍ 145

hijo del perdón. Tal criatura fue conocida más adelante con
el nombre de «Salomón». Fue el sucesor de su padre al trono,
aun cuando no le correspondía de acuerdo a las leyes de la
herencia política, basadas en laprimogenitura. El nuevo hijo
de David y Betsabé, Salomón, fue e! que alcanzó las mayores
realizaciones al frente del reino, superiores aun a las de su
padre. Construyó el templo que David no pudo erigir. Edificó
palacios suntuosos que fueron la admiración del mundo
antiguo. Llevó a Israel a su más alto esplendor, a la mayor
extensión íerritonal de su historia, a convertirla en la potencia
• más poderosa y rica de la tierra. Ese niño se convirtió en el
1 hombre más sabio, más famoso y más poderoso de Israel a
lo largo de toda la historia; todo eso gracias al perdón. Dice
la escritura que «cuando abundó el pecado, sobreabundó la
gracia». El perdón es la gracia sobreabundante, la vida de
Salomón fue su encarnación.
2. MODELO PSICO-SOCIAL ESPIRITUAL
*Hay que ser psícoterapeuta para
enanca agresividad reprimida
hay bajo el falso perdón».
Paul Tournier
2.1 Análisis Crítico delaLiíeraturn
Como observamos más arriba y en el capítulo anterior,
la literatura ha realizado progresos formidables en la terapia
del perdón, con numerosas investigaciones que ofrecen
sustento empírico a los planteamientos teóricos y corroboran
la efectividad de los programas. Sin embargo, tenemos
algunas observaciones que realizar a la bibliografía
investigada. Una de ellas es que los modelos están basados en
la perspectiva de la víctima; no encontramos planteamientos
146 E l . PODEN. T E R A P É U T I C O D E L P C R D Ó N
Page 362 of 372
UN M O D E L O P S t C O - S O C I A L E S P I R I T U A L
explícitos centrados en la posición del agresor. Se refieren a
terapias orientadas a vencer el resentimiento y la venganza
por la vía del perdón, curando la herida producida por la
ofensa. No se trata de curar la culpa de quien toma conciencia
de su error., motivando el pedido del perdón por parte del
agresor. Es cierto que los roles de víctima y agresor son difusos
enla dinámica de los intercambios interpersonales en conflicto,
donde las hostilidades suelen ser recíprocas, dificultando el
reconocimiento de los roles porparíe del observador externo.-
Son los protagonistas quienes hacen tales atribuciones, por
lo general, interpretando los ataques en forma autorreferencial,
buscando jugar el rol de víctima. Sin embargo, muchos casos
asumen el rol de agresor, ora por decisión personal, ora
forzado por el otro, ora por el medio social o el imperio de
las circunstancias. ¿Cómo opera el perdón en el agresor?
¿Qué procedimientos puede utilizar el terapeuta para
armonizar la psicología del agresor y eventualmeníe restaurar
la relación con la víctima?
En consecuencias, debemos pensar la terapia del
perdón en dos perspectivas, la terapia con respecto a la
víctima, como el caso de Asaf, y la terapia tocante al agresor,
como el caso de David. La primera es la terapia orientada a
facilitar la concesión del perdón y la disposición propicia a
restaurar el vínculo —si es posible tal eventualidad—, la
segunda es la terapia focalizada en reconocer la culpa,
promover el arrepentimiento y favorecer el pedido del perdón.
Otro aspecto, que no se advierte en los modelos, son
las condiciones para administrar el perdón. Aunque.el tema
corresponda a los procesos de reconciliación, una terapia
orientada al perdón, puede minimizar los efectos .de la
concesión del perdón o promover un «perdón fácil», por
ejemplo, en situaciones de violencia, cuando perdonar puede
ser motivo para continuar el ciclo de las agresiones. Una cosa
Ei. POIHIR T E R A P É U T I C O DEL P E R D Ó N 147

es perdonar para sí mismo y otra muy diferente, el perdón
para el otro. En el afán de perdonar puede ser que se
desestime o desatienda el punto.
La investigación ha descubierto, en forma fehaciente
(Bernhardt, 2000; McCullough et al, 1999; Paloma et a!,
1991; Pereyra et al., 1998; Pereyra, 2000a; Walker eí al.,
2004, 19), que las operaciones de perdón son más fáciles de
procesar por quienes tienen una convicción religiosa que por
aquellos que carecen de ella. Bernhardt (2000), encontró
correlaciones altamente significativas entre la medida de la
Religiosidad Intrínseca (IRM) y la escala de Perdón/
Reconciliación del CASA (Moreno y Pereyra, 2000); Rye et
al. (2001), obtuvo los misinos resultados coiíélForgiveness
LikelihoodScale y el íntrinsic Religious Motivatlon. En el
metanálisis de Walker y Gorsuch (2004), basado en dieciséis
investigaciones empíricas, encontraron el factor «Recibiendo
el perdón de Dios» como un proceso subyacente primordial
en ¡as teorías del perdón. El reporte explica que hay
componentes de la fe religosa, que juegan un rol decisivo en
la acción de perdonar y aun de reclamar el perdón, por lo
menos, en las creencias bíblicas, de tradición judía y cristiana
(ver Peterson y Seligman, 2004,447-451).
Si bien varios autores (v.gr, Walter et al, 2004) hacen
mención a la importancia del factor religioso, no siempre se
presenta como una dimensión gravitante, como aparece en el
pensamiento bíblico (v.gr, Asafy David). En laBiblia es muy
fuerte la idea, que el perdón es una gracia divina y que
solamente aquellos que tienen una conexión intensa con el
Ser Divino pueden experimentarla y aun compartirla.
Estimamos que este ingrediente básico debe tener más
presencia en la definición de un modelo de terapia del perdón,
tanto desde la perspectiva de la víctima como del agresor.
14B El Pomn TEKArf.iiTico-Dn. P E R H Ó M
Page 363 of 372
UN MODELO PSIGO.SOCIAL ESPIRITUAL
2.2 Explicación del Modelo
Denominamos el modelo terapéutico que proponemos,
psico-social espiritual, porque está orientado a esas tres áreas
o dimensiones, tanto en el enfoque dirigido a la víctima como
al agresor, entendiéndolo en ambos casos, como un proceso
incondicional, pautado en diferentes etapas dirigidas al perdón,
ya sea para concederlo (víctima) o para demandarlo
Siid i
(agresor). Consideraremos primero la perspectiva de la
víctima y luego el rol opuesto.
En el aspecto psicológico, la terapia trabaja con las
emociones y cogniciones, sobrecargadas negativamente por
el recuerdo del ultraje vivido. La terapia tiene como propósito
realizar intervenciones que mitigen o disuelvan esos
sentimientos e ideas perturbadoras. En el aspecto social, la
figura del agresor aparece investida de hostilidad, generando
conductas de represalia en la víctima. El objetivo terapéutico
es revertir esos comportamientos y pensamientos, asumiendo
conductas de perdón y si es posible, restaurando el vínculo
dañado.
En el área espiritual, el modelo propone el perdón como
una gracia divina, que es recibido de Dios, quien perdona
primeramente nuestros propios pecados, lo cual enseña y
predispone a perdonar a las personas que me ofenden
(Pingleton, 1997), como enseña el evangelio (Maí.6:12; 18:21-
35; Lc.7:47-4S; 23:34). Según la investigación de Walter y
Gorsuch (2004, 25), esto implica el reconocimiento y
aceptación de haber sido totalmente perdonado por Dios, la
conciencia de estar en comunión con Dios, sentimientos de
amor a Cristo y la visión de que el problema que se sufre es
una llave para el entendimiento de la gracia de Dios.
Desde la perspectiva del agresor, el modelo es
esencialmente similar al anterior, con algunas diferencias, por
ejemplo, en este rol, al adquirir conciencia de la agresión
EL FOHEK TERAFtiiTico DEL PEROÓN 1-19

perpetrada, las emociones son de culpa y pesar, en lugar de
ira y rencor. Lafase del «insight» se vive como reconocimiento,
lo cual promueve el arrepentimiento (o remordimiento), esto
es, un cambio de actitud, de «no.volverlo hacer más» y de
búsqueda de reparación del mal. Desde el punto de vista
social, la ofensa, impone al agresor un condición de
dependencia a la víctima, ya que ahora necesita de la respuesta
positiva de ella para consumar plenamente el perdón. Sin
embargo, aun en los casos de negación del perdón, estimamos
que el agresor debe procesar igualmente el arrepentimiento y
la búsqueda del perdón, en forma incondicional.
En la dimensión espiritual, se entiende la agresión al
otro como una ofensa a Dios, en consecuencia, el agresor es
deudor de ambos, de la víctima y del Ser Divino, con quienes
debe buscar el perdón. Aunque la parte humana pueda
negarlo, debe existir la certeza que la parte divina lo
concederá. Los irreligiosos, al no cumplir esta fase, tienen un
perdón dependiente de la respuesta de la víctima. Asimismo,
igual que en el modelo anterior, se entiende el insight o el
arrepentimiento como una acción del Espíritu Santo, una
operación psicológica inducida por la intervención divina, lo
que no impide que también la experimenten los irreligiosos,
aunque con ciertas limitaciones.
3. LA PERSPECTIVA DE LA VICTIMA
«Hemos de. acordamos que. ¡amos
hermanos,
hemos de. acordamos del Dulce Pastor,
qite crucificado, lacerado, exánime,
para stts verdugos imploró el perdón..
Rubén Darío
1 contexto terapéutico, que no es pasivo, sino de reelaboración,
Hay que diseñar un programa terapéutico para cada
paciente o cliente, considerando el cuadro clínico, el tipo de
150 EL PODER T E R A F É U T I C O DEL P K R I I Ú H
Page 364 of 372
UN MODELO PSICO-SOCI AL E S P I R I T U A L
personalidad, la problemática específica que lo aqueja y otras
variables que puedan estar interviniendo. Pero más allá de
esas consideraciones exclusivas del caso, proponemos un
modelo en cuatro fases, que incluyen veintidós procesos
específicos (siete en la «Cartarsis», seis en «Insíght», cinco
en «Decisión» y cuatro en «Acción»), para los cuales
proponemos treinta técnicas terapéuticas definidas (diez en
la «Catarsis», ocho en «Insight», cinco en «Decisión» y siete
en «Acción»), ajustadas a los objetivos correspondientes a
cada momento del proceso. La idea es que el modelo sirva
de mapa cognitívo para guiar las intervenciones clínicas y
consumar exitosamente el objetivo de que la víctima alcance
el perdón genuino. Siguiendo el análisis del ejemplo de Asaf
(ver3 más arriba, punto 1, sección 2) entendemos cada fase
del proceso terapéutico de acuerdo a las siguientes defini-
ciones:
3.1 Etapa de Catarsis
Es cuando el paciente exterioriza su malestar,
descargando .sus emociones y cogniciones relacionadas con
el evento injurioso. El terapeuta debe ser un facilitador de
esos sentimientos y pensamientos enojosos, posibilitando su
manifestación y estimulando su verbalización. Hay que
reivindicar ese espacio verbal donde evocar el dolor real que
alguna vez sufrió el paciente, que por lo general, evita y
reprime, para no reexperimentar el sufrimiento. Pero mientras
no pueda hablar de ese fenómeno crucial de su experiencia
quedará sin elaborar, en el registro del cuerpo o de la
conciencia desdichada. El lenguaje verbal, con su investidura
emocional y corporal, debe actualizar la escena maldita en el
de búsqueda de nuevas comprensiones, descubriendo los
mecanismos distorsionantes, neutralizando las resistencias y
'Eu P O D E R TERAPÉUTICO DEL PERDÓ

controlando las descargas masivas que puedan dañar al
paciente y al terapeuta. Es importante abrir la cuestión y
discutir el material que traiga el paciente.
La catarsis es también, un «método de psicoterapia en
el que el efecto terapéutico buscado consiste en una 'purga'
(catarsis), una descarga adecuada de los afectos patógenos.
La cura permite al sujeto evocar e incluso revivir ios
acontecimientos traumáticos a los que se hallan ligados dichos
afectos y lograr la abreación de éstos» (Laplanche y Pontalis,
1981,428).
En esta etapa, distinguimos siete procesos importantes,
que son:
v Evocación, rememoración o actualización de la ofensa.
v Vencer las resistencias, bloqueos o negaciones que
impiden el acceso al episodio.
v Analizarlas defensas para identificar distorsiones
cogniíivas, desplazamientos, racionalizaciones,
proyecciones u otros mecanismos que estén
Interviniendo, dificultando su procesamiento.
v Búsqueda de clarificación y objetividad.
v Compararse con el agresor, discutiendo. el estado de
ambos.
v Comprender los cambios experimentados como
consecuencia del agravio.
v Discutir las condiciones agravantes y los atenuantes
de la injuria.
Las técnicas terapéuticas que consideramos apro-
piadas para utilizar en esta etapa, son principalmente cognitivas
y conductuales, ya que tienen la finalidad de liberar las
emociones y energías reprimidas. Sugerimos los siguientes
diez procedimientos:
152 EL K T f K A i ' í i i T i c ú Di.i. P K U U Ó N
Page 365 of 372
UN MODELO PS1CO-SOCIAL ESPIRITUAL
\j/ Espejo: Reproducir en forma verbal o gestual la
comunicaciónmanifiesta o implícita del cliente, esto es,
«los sentimientos esenciales vividos por el paciente,
no lo formal de.su discurso, que constituyen su
contenido, a fin de que él mismo pueda comprenderse
mejor a sí mismo» (Artíles, 1975,78).
i|f Preguntas: Interrogantes para explorar detalles, aclarar
puntos y promover la verbalización del tema
\|í Clarificaciones: Reformulación del relato del cliente
con el propósito de poner de relevancia ciertos
contenidos y relaciones implícitas en lo dicho.
ij/ Señalamientos: «Consiste en mostrarle al cliente ciertas
'relaciones entre datos, secuencias, constelaciones
significativas, capacidades manifiestas y latentes3 de su
relato con el propósito de ampliar nuevas perspectivas
de análisis» (Pereyra, 2003, 92).
y Reflexión: Hipótesis que presenta el terapeuta
«reuniendo pensamientos o sentimientos explícitos o
implícitos del cliente, que por lo general va más allá de
la percepción consciente de éste. Brammer y Shosírom
distinguen dos tipos de reflexión, a saber: a) asociativa,
cuando se asocian ideas del relato del paciente, que
pueden ser por similitud, contraste, contigüidad o
distancia; y b) sugestiva, cuando se sugiere ideas
relacionadas con el material ya presentado» (Pereyra,
2003,93)
y Interpretaciones: «Según Laplanche y Pontalis, es la
£ deducción, por medio de la investigación analítica, del
. sentido latente existente en las manifestaciones verbales
y de comportamiento de un sujeto 1 . Es una técnica
terapéutica, que trata-de-la 'comunicación hecha al
sujeto con miras de hacerle accesíble.este sentido
El. Ptinnu TURATÉIMICO DEL 153

latente, según las reglas impuestas por la dirección y la
evolución de la cura1» (Pereyra, 2003, 93).
\¡r Des caías írofizar: El cliente puede asignarle al evento
una gravedad, sin suficiente base real y producirle
excesivo malestar. Esta técnica busca objetivar el
suceso, minimizando los prejuicios o, por lo menos,
disminuyendo la carga emocional del mismo.
\jr Exposición imaginaria: Consiste en revivir imagina-
riamente la escena del agravio, en diferentes ocasiones,
para exponer al cliente ante el estímulo turbador, afín
de que pueda exteriorizar sus emociones y lograr
desensibilizarse del mismo.
\¡/ Rol playíng: Es representar la escena en forma
dramática, por ejemplo, utilizando la técnica de la «silla
vacía» para reproducir al agresor, también con fines
catárticos y desensibilizador.
\{/ Prescripción de tareas catárticas: Por ejemplo, hacer
actividades físicas enérgicas o deportes competitivos,
como natación, correr, ciclismo, fútbol, rugby, boxeo
o golpear una bolsa de arena y otras por el estilo.
3.2 Etapa de Insighí
Es cuando se adquiere una nueva visiórrdel agresor,
del episodio ofensivo y de las situaciones del agravio; cuando
se utilizan los «ojos mágicos» (ver capítulo 3, punto 1) para
ver al ofensor no como un ser sustancialmeníe maligno, sino
con sus debilidades y necesidades, es decir, comprendiendo
su condición humana. North (1987) denomina esta
comprensión, un «cambio de corazón», una conversión, que
incluye la idea que las viejas estrategias de relación con el
agresor no están funcionando o soninefectivas. En términos
más técnicos, el objetivo de la terapia en esta etapa es
154 Ei. Pom.K DLL
Page 366 of 372
UN MODELO PSICO-SOCÍAL ESPIRITUAL
promover una reestructuración cognitiva del episodio
ofensivo, para encontrar nuevas y mejores significaciones.
«La palabra inglesa ñisighí—-etimológicamente 'visión
interior1—, es muy usada en el vocabulario psicológico, para
describir el fenómeno de iluminación intuitiva por el cual una
persona comprende repentinamente una situación de-
terminada. Se la definió como un 'autoconocimiento o
entendimiento que ayuda en la evaluación de la propia habilidad
mental, reacciones físicas y aptitudes personales'. CarlRogers.
ha dicho que el aprendizaje que constituye el insight consiste
en 'ver nuevas relaciones de causa a efecto, ganar un nuevo
entendimiento del significado de las conductas sintomáticas,
y entender los patrones de la conducta propia'» (Pereyra,
2003, 99).
Los procesos principales en esta etapa son seis, a saber:
Y «Repensar al ofensor en un nuevo marco, enten-
diéndolo como humano no como un demonio» (Enright,
2000).
v Adquirir nuevas significaciones de la injuria, diferentes
a la forma autorreferencial generadora del malestar.
v «cambio de corazón» (North, 1987), conversión,
«nueva percepción» (Smedes, 2002, 35), operación
transformadora del Espíritu Santo,
v Reconocimiento de la necesidad de cambiar las
estrategias en la relación con el agresor (North, 1987).
Y Tomar conciencia de las implicaciones emocionales del
agravio.
v Tomar conciencia de las implicaciones cognitivas del
agravio.
Las técnicas terapéuticas que sugerimos para trabajar
en esta etapa, son principalmente de tipo cognitivas, ya que
EL PODER T E R A P É U T I C O DEL PF.Rr»oN 155

el propósito es cambiar el pensamiento acerca del agresor y
Ja ofensa, que nutren las emociones de irritación y enemistad.
Proponemos ocho métodos específicos (los últimos cinco son
extraídos de Ruiz y Cano, 1993), a saber:
\|/ Reencuaár amiento'. «Un reencuadramienío eficaz tiene
que sacar el problema fuera del encuadre del 'síntoma1
y situarlo en otro encuadre dentro del cual no sea
imposible que se produzcan cambios. Por supuesto, no
funcionará bien un encuadre cualquiera, sino sólo aquel
que congenie con la forma de pensar y de categorizar
la realidad que tiene la persona en cuestión»
(Watzlawicketal., 1986,102-103).
i¡r Resignificación: Percibir otros significados en el
agresor, como en la afrenta en sí misma, que posibili te
entender la misma no con el propósito de perjudicarlo
o dañarlo, o que revela un problema del agresor más
que un ensañamiento con la víctima.
i¡/ Reatribitción: El paciente puede hacer responsable al
agresor de la injuria sin evidencias suficientes, por lo
tanto, esta técnica invita a revisar los criterios de
atribución y abrir otras atribuciones posibles del agravio.
y Opción de alternativas: Se abre la posibilidad de otras
alternativas, por ejemplo: «Si el suceso no fuera así como
usted lo presenta, ¿Qué otras explicaciones podría
tener? ¿Qué otros factores pudieron contribuir a
determinar los hechos?» A diferencia de la técnica
anterior, aquí el énfasis está en los condicionamientos
externos, mientras que la reatribución se centraliza en
las interpretaciones personales.
\\f Citestionamiento de evidencias'. «¿Qué pruebas tiene
para creer que las cosas fueron así? ¿Cómo puede
asegurar que lo hizo a propósito?»
156 EL PO&LR TFK.-u-f.in ico Du. !'i mió»
UN MODELO PSICO-SOCIAL ESPIRITUAL
ur Polarización («Bueno-Malo»): «¿Entre pensar que fue
un"acto de maldad o que fue sin querer, podrían existir
otros puntos intermedios? ¿En qué grado eso fue así? ¿Con
qué criterios o reglas está midiendo aX (el agresor)?»
\|/ Examen de las ventajas y desventajas: «¿Qué
ventajas tiene para usted mantener ese pensamiento de
haber sido ultrajado tan terriblemente? ¿Qué desven-
tajas tiene?»
AJÍ Personalización: ¿Qué consecuencias tiene com-
pararse con'el agresor cuando usted sale perdiendo?
¿Eso le ayuda en algo? ¿Qué criíerios está usando?
¿Es razonable? ¿Podríamos comprobar si eso fue así?
•?&?: 3.3 Etapa de Decisión
¿fcáfc-
Es cuando se resuelve perdonar y romper con el destino
fatal de sobrellevar el antagonismo, la oposición y la hostilidad.
Se trata de un acto de voluntad, que no significa que haya
cicatrizado la herida (de hecho el enojo persiste bastante más)
generada por la injuria ni cedido el disgusto o la amargura,
sino que decide no continuar avivando las emociones
negativas, adoptando el compromiso de trabajar para
consumar el perdón y liberarse de los efectos degradantes
de la ofensa. Requiere una comprensión de la naturaleza del
perdón, como incondicional, algo que digni fica a la víctima y
tiene poca relación con el agresor, diferente de los procesos
de la reconciliación. Veamos cuáles son los procesos más
importantes de esta etapa y qué técnicas pueden utilizarse
para guiar las intervenciones terapéuticas.
Procesos:
f Entender el significado del perdón y sus efectos
liberadores de las emociones perniciosas.
EL Ponen TEKAI-ÉUTICO DEL 157
Page 367 of 372

v Considerar el perdón como una opción válida (Enright,
2001).
v Empalizar con el agresor (Cunningham, 1985;
McCulloughetal., 1997).
v Descubrir la persona que habita detrás del episodio
injurioso (Smedes, 2002)
v Entender la necesidad de perdón de otras personas,
recordando acontecimientos cuando la víctima fue
perdonada, par a'transferir la experiencia al agresor.
Técnicas:
\|/ Examen de consecuencias anticipadas: Presentar
• reflexiones como: «¿Qué consecuencias puede tener
el hecho de no perdonar? ¿Le es de alguna utilidad?
¿Qué pasaría si perdonara? ¿Cómo se sentiría usted?
X|r Resolución de problemas: Pensar en las diferentes
alternativas de perdón y no perdón, para enfatizar los
beneficios de la decisión de perdonar.
i|/ Narración de historias, anécdotas o relatos de
perdón: Con el propósito de inducirla decisión, como
enseña la parábola del evangelio de los dos deudores
(MatlS:23-35).
\|/ Rol playing: Jugar el rol del agresor en forma
dramática con el propósito de promover la
identificación empática con el tal.
T!/ Esculpir escultura: Reproducir la figura del agresor
a través de algún gesto, para discutir la manera de
modificarlo,
3.4 Etapa deAccióu
Es cuando la «decisión» hay que concretarla, ejecutarla
y sostenerla con hechos que permitan, finalmente, cicatrizar
la herida. Constituye la fase pragmática del proceso. Significa
158 EL PODER TEKArEiincn DF.L I'HRDÚH
Page 368 of 372
UN M O D E L O F S I C O - S O C I A L E S P I R I T U A L
un trabajo constante y} a veces, muy prolongado para sentir
que «ahora sí, lo he perdonado». Una cosa es decir «te
perdono» y otra muy distinta, cuando ha desaparecido el
deseo de represalia, el enojo y domina el interés genuino de
que a la otra persona le vaya bien (Smedes, 2002, 3 8-39).
1£
.-***-!: Esta etapa corresponde a las fases de trabajo y profundi-
zación de Enrigut (2000). Aquí encontramos cuatro
procesos, para los cuales sugerimos la utilización de siete
técnicas específicas, que son mayoritariamente de carácter
conductual.
Procesos:
•W*-í
Krsíf v Promover la compasión con el agresor (McCoulloug,
1997).
v Compromiso en sostener la decisión de perdonar,
v Comprender el valor del perdón y constituirse en
defensor del mismo,
r Entender la experiencia del perdón como parte del
plan de Dios o de un sentido de vida responsable.
4>»H-
Técnicas":
í-Ég.
\\r Entrenamiento asertivo: Tiene como propósito que
•8
el cliente aprenda a manejar con más éxito sus
conflictos interpersonales y exprese de modo no
ofensivo ni inhibido, sus derechos, peticiones y
opiniones personales.
t]r Entrenamiento en habilidades sociales: Especial-
mente de carácter verbal, para que la víctima pueda
expresarle al agresor, con palabras adecuadas, sus
sentimientos y cogniciones, de forma tal que
disminuya los niveles de conflictividad e incremente
la restauración de la amistad.
Et. PODER Ten.\rf.urico DEL 159

i|f Exposición en vivo: El cliente se enfrenta gra-
dualmente al agresor o las situaciones temidas
relacionadas con la injuria, hasta des confirmar sus
expectativas atemorizantes y terminar por habituarse
a ellas.
iy Prescripción de conducías: De afrontamiento con
el agresor y las situaciones temidas.
•qr Rituales: La realización de conductas simbólicas y
pautadas, de forma ceremonial y cierta solemnidad,
por ejemplo, realizar un ritual de bodas para reafirmar
el perdón y la restauración de la relación de pareja.
\j/ Resignificar lo figura del agresor: Reconociendo
valores o habilidades, o comprendiendo su historia,
en la que quizás sufrió situaciones de abuso o violencia
que explican su comportamiento agresivo.
\p~ Connotación positiva: Valorar positivamente los
logros y aun los incumplimientos o fracasos, como
K**
parte del aprendizaje o de repensar mejor las medidas
o de concederse un poco de tiempo, antes de lograr
el éxito.
4. U PERSPECTIVA DEL AGRESOR
«Porque la tristeza qu¿ es según Dios
produce arrepentimiento para salvación,
dí que. no hay au& arrepentirse;
pero la tristeza del mundo ¡rroducí
muerte».
San Pablo (3 Cor. 7: 10}
- • - - *
De igual manera que en el modelo de la" víctima,
concebimos el proceso terapéutico desde la perspectiva del
agresor, en cuatro etapas fundamentales, algunas de las cuales
coinciden con la configuración anterior. Desde este rol, por
160 1 EL P O I - K R TrKAi-i.iiTn:o DLL.
Page 369 of 372
UN MODELO PS1CO-SOC1AL E S P I R I T U A L
lo general, en la primera etapa, domina una actitud negadora
o de justificación del agravio, es decir, operan mecanismos
de exclusión del campo consciente del agravio o de
racionalización, con ideas minimizadoras de la agresión o de
adjudicarle atribuciones externas al sujeto. Por tanto, la tarea
en este primer momento, es desbloquear la negación y
despertar la conciencia de la injuria perpetrada y la aceptación
fe de la responsabilidad de la misma. Denominamos estas
etapas, «negación» y «reconocimiento». Cuando se alcanza
la conciencia de la agresión ejecutada, probablemente emergan
sentimientos de culpa y pesar. Esto puede llevar al
arrepentimiento o al remordimiento, lo que significa, que
avance a un cambio de actitud, de «no volver hacerlo más» o
quede fijado en conductas de autorreproches culpógenas
(remordimiento). Apartir del cambio, viene la acción de pedido
de perdón, la reparación y la reconciliación, si éstas son
posibles.
A continuación, consideraremos brevemente cada una
de las etapas, con sus respectivos procesos y técnicas
terapéuticas orientados a cumplir con los objetivos del
tratamiento en cada instancia, siguiendo un desarrollo
semejante al modelo anterior.
4.1 Negación
C?
Es no pensar en lo que pasó, o conducirse como si
nada hubiera ocurrido. Puede interpretarse como un
mecanismo de defensa, que busca amortiguar el impacto
emocional que supone el suceso o una forma de evitar el
afrontamiento del agravio con la víctima. No sólo constituye
una negación cognitiva, también involucra un aplanamiento
emocional. Corno el caso del rey David (punto 1, sección 3),
que tomamos como ejemplo paradigmático, esa negación
puede prolongarse en el tiempo (en su caso'fue un año) y no
EL PODER TERAPÉUTICO DEI. 161

remitir sin intervención extema. El propósito de la terapia en
esta etapa, es desbloquear el episodio injurioso, induciendo
las cogniciones y alentando la libre expresión de las
emociones, para poder recuperar la memoria, resolver y
procesar el episodio negado, para finalmente integrarlo a la
trama de la vida.
Los procesos y las técnicas a emplear por el terapeuta,
son similares a las mencionadas en la etapa de catarsis de la
víctima, con la salvedad de entenderlas desde el rol del
agresor. Por tal motivo, para no repetimos, remitimos al lector .
a esa sección.
4.2 Reconocimiento
Es cuando se desbloquea la negación o la evitación del
recuerdo penoso y la conciencia despierta a la realidad del
mai cometido, percibiendo las consecuencias de su acción.
Procede, entonces, a su aceptación y asumir las medidas del
caso. Suele ser una etapa de transición, breve, desde que
cede la negación y se impone el arrepentimiento. El proceso
básico es la aceptación, la claudicación de la conciencia ante
las evidencias del mal, que se resistía admitir. Es paralela a la
etapa del «insight» del modelo de la víctima, coincidiendo los
procesos y las técnicas. Aquí incluimos aquellos procesos
específicos y la sugerencia de técnicas complementarias.
Un ejemplo ilustrativo puede ser útil para clarificar la
etapa. Enrique, un adolescente de 16 años, miraba en la
computadora del tío, material pornográfico de carácter
homosexual, cuando quedaba solo. El tío descubrió en su
PC los archivos y le preguntó si miraba ese tipo de material.
Enrique lo negó con insistencia. Cuando el tío le mostró que
tenía registro de las páginas abiertas, las evidencias fueron
tan fuertes, que no había cómo seguir negando. Tuvo que
162| EL PODER TERArto-rico DEL P E R D Ó N
Page 370 of 372
UN MODELO PSICO-SOCIAL ESPIRITUAL
reconocer su debilidad. Apartir de ese momento, Enrique no
sólo confesó lo que había hecho, también expresó su
impotencia para vencer la atracción, sintiéndose arrepentido.
Asoció esa compulsión pornográfica a un episodio de abuso
sexual sufrido a los 6 años, que jamás había declarado a nadie.
Con preocupación, pidió ayuda para superar el problema. El
tío me contactó para brindarle asistencia terapéutica a Enrique.
La sinceridad de la confesión y la intensidad de reclamo de
ayuda daban evidencias de un arrepentimiento genuino, como
después demostró en la terapia.
Procesos:
v Asentimiento de la voluntad de la autoría del mal
perpetrado.
v Confesión de los motivos y las razones que
promovieron la realización de la agresión, el abuso, la
estafa o delito cometido,
v Hacerse cargo del mal.
Técnicas :.-
\\f Confrontación: Es la técnica que lleva a enfrentar el
problema. Por ejemplo, en la Biblia se narra cuando
Dios confrontó a Caín con su delito: «¿Dónde está tu
hermano?... ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de
tu hermano clama a mí desde la tierra». (Gen.4:9-10).
i(í Desafío: Es retar al cliente a un cambio, con
expresiones como: «No sé si será usted capaz de hacer
esto...»; «Es algo muy difícil, no sé si lo logrará...».
M/ Provocación: Es semejante al desafío, pero más
directo, agresivo y general, aplicado a múltiples
aspectos de la terapia. Por ejemplo, alguien que negaba
actos de violencia doméstica, decirle: «¿Usted es el
que le pega a su mujer?».
EL PODE* T E R A P É U T I C O DE¡. 163

y Amenazo y amonestación: Por ejemplo, Juan el
Bautista, reprendía, diciendo: «¡Raza de víboras! ¿Quién
les ha enseñado a huir de la ira venidera?» (Lúe. 3:7-8).
\¡; Yicümización benigna: Cuando San Pablo perseguía
a los cristianos, escuchó una voz que le dijo: «Saulo,
Saulo, ¿Por qué me persigues? (Hech. 26:14).
y Uso de imágenes: El terapeuta puede usar imágenes
literarias, dibujos o figuras para que el cliente acepte
su responsabilidad y autoría, como el ejemplo de David
que fiíe inducido al reconocimiento por medio de una
parábola (ver 2 Samuel 12:1-12).
4.3 Á r r e p e n í i m i e n t o
Ésta es la etapa clave y decisiva. Aquí es cuando el
agresor, después de tomar conciencia del mal, transita hacia
el arrepentimiento —demandando perdón a la-víctima— o
se atasca en el remordimiento autoculpabilizador/ El
arrepentimiento precede al perdón. Pero, ¿Cómo ocurre?
Quizás una de las mejores explicaciones sea la que presenta
Elena de White (1992-93), al analizar el arrepentimiento de
David.
«David se despertó como de un sueño. Percibió el
significado de su pecado. No trató de excusar su
conducta, o paliar su pecado corno hizo Saúl; sino
que inclinó su cabeza ante el profeta de Dios sintiendo
remordimiento y pesar sinceros, y reconociendo su
culpa. Natán entonces le dijo que, a causa de su
arrepentimiento y confesión humilde, Dios le
perdonaría su pecado, quitaría parte de la amenaza
de calamidad que pesaba sobre él, y libraría su vida».
En esta declaración aparecen varios componentes
importantes en el proceso del arrepentimiento. Se traía de
164 EL PODER T S K A I - É U T I C O DKL
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'Km
UN MODELO PSICO-SOCIAL ESPIRITUAL
una comprensión caracterizada por la sinceridad, la falta de
búsqueda de justificación propia y por la admisión de la culpa
y sus consecuencias. Otro aspecto, es el contenido emocional
que acompaña la coneiencia°'de la ofensa, asociada a
sentimientos de pesar, semejante al remordimiento. Otro
elemento es la confesión, esto es, la motivación para enfrentar
a la víctima a fin de expresarle su arrepentimiento. Finalmente,
está la convicción de no volver a cometer ese mal, el deseo
Mi¿£ de cambiar.
'%&
El apóstol Pablo, cuando se refirió al arrepentimiento,
utilizó el término griego «metanoia», que significa literalmente
«cambio de mente». ¿"En qué consiste ese «cambio de
mente»? El Comentario Bíblico Adventista 8, lo explica en
estos términos: «se trata de un cambio positivo que producirá
fe. buenos resultados» (cita: Mat. 12:41; Mar.l: 15; Luc.l 1:32;
Hech.3:19; 26:20; Heb.l2:17; Apoc.2:5; 6CBA3880). Lo
contrasta con el arrepentimiento «del mundo», el cual, «denota
reflexionar en nuestro pecado con un agudo sentimiento de
pesar, pero sin .ningún sentimiento enternecedor o de
verdadero cambio de actitud, que caracteriza al verdadero
arrepentido». ¿Cómo se entiende la diferencia entre el
auténtico y falso arrepentimiento?
I El falso arrepentimiento es el remordimiento, donde-hay
conciencia del mal, incluso con el sentimiento de pesar (o
«tristeza»), pero sin el componente de no repetir el mal. El
remordimiento es la conciencia retrospectiva centrada en el
recuerdo déla injuria, sintiendo pesar y culpa por la infamia
hecha a la víctima. Es un estado de apresamiento en la
rememoración dolorosa del mal sin poder salir de él,
experimentando angustiay decepción consigo mismo, como
ilustra gráficamente SanPablo, al exclamar: «¡Miserable de
mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?» (Rom.7:24).
EL P O D E R T E R A P É U T I C O DEL PtítriciN I 165
Page 371 of 372 ***«=ssSíS¿siS¡SB2»i^^
 La diferencia está en la doble función de la conciencia que
tiene el arrepentimiento, ya que, por un lado, mira hacia atrás •fMs' sr,
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CAPÍTULO
con pesadumbre (como el remordimiento), pero por otro,
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mira hacia adelante, proyectándose al futuro con la intención

de no volver a cometer más el pecado. El arrepentimiento
supera la fijación al pasado, la rememoración penosa y se '-^
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proyecta a un mañana de esperanza, movido por el Espíritu íAui- Jí'-i

Santo, buscando reparar el mal cometido y no volver a /MliX ¡ij..

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EJEMPLOS CLÍNICOS
repetirlo más. "'^S&'t^r
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^Ps. fe"-
Procesos: '^^§1
';Síií iSs-, 1. ESTRATEGIAS PARA ALCANZAR EL PERDÓN
v Pena o dolor por el mal cometido. 'Ha elegido el camino más recto j más
Y Deseo de no volver a cometer otra vez la agresión, seguro para salir de sw atolladero;
«ai" ha sabido despertar la más nobíe cualidad
v Disposición para reconocer la agresión ante la víctima. SE
c* del corazón humano:
Y Disposición para realizar actos de reparaciónpor el
daño perpetrado., WÍ
^#í 3S
la de perdonar y premiar el mol por la
generosidad-.
Fedor Dostoievski
(Humillados y ofendidos)

Técnicas:
\|/ Semejantes a las indicadas para la etapa de Decísióny
Acción del modelo de la víctima.
4.4 Acción
Es cuando el arrepentimiento hay que consumarlo a través
del cumplimiento de los procesos movilizados en la etapa
anterior, especialmente el pedido del perdón a la víctima y la
realización de las medidas reparatorias que puedan
corresponder. En lo demás, esto es, en los procesos y las
técnicas que pueda aplicar el terapeuta, coincide con el modelo
de la víctima, teniendo en cuenta el cambio de rol. Por tal
motivo, remitimos al lector a dicha sección.
^
•Tas. 1.1 Modelos, Estrategias y Técnicas
-!§*?
"ia;
Antes de seguir adelante, estimamos útil definir algunos
conceptos básicos que estamos manejando. Ellos s.on los
conceptos de modelo, estrategia y técnicas. Con respecto a
M la idea de «modelo», reproducimos lo que expusimos en el
libro de reconciliación (Pereyra, 2003, 69)., «Los modelos
son esquemas operativos que organizan la acción de- acuerdo
con una secuencia determinada. 'Para nosotros un modelo
en uso por parte de un científico—diceNeddler(Cf.3 Opazo,
-f-
1992, 413)— es el conjunto de supuestos o postulados más
^
generales que sostiene, tanto en relación con la realidad que
investiga, como con los métodos para abordarla'. Son los
que definen el territorio, disponen el mapa y marcan el itinerario
délas intervenciones. Constiíuyenun conjunto de ideas organizadas

166 EL PooEn T E R A P É U T I C O DEL EL PODER T E R A T É U T I C O DEL P E R U Ó 167

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