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DISTORCIONES COGNITIVAS

Su relación con los paradigmas de condicionamiento clásico y operante

Las distorsiones cognitivas son interpretaciones erróneas de la realidad que llevan al


individuo a percibir el mundo de manera poco objetiva, además de disfuncional se
presentan en forma de pensamientos automáticos y desencadenan emociones negativas
que dan lugar a conductas no deseadas o desadaptadas.

Este artículo procura distinguir la importancia que tiene conocer sobre los procesos
básicos de condicionamiento y aprendizaje para alimentar la labor cognitiva.

Aunque en la actualidad aún existen psicólogos que menosprecian la importancia de los


paradigmas de condicionamiento al considerarse que son “cognitivos puros”, desde
nuestro punto de vista argumentaremos que el conocimiento de las teorías conductuales
es una condición necesaria para un adecuado trabajo cognitivo.

Pudiéramos argumentar que esos conocimientos no pudieran dilucidarse definitivamente,


sin el verdadero alcance de la cognición, pues esto se deduce a partir de un
pormenorizado análisis de secuencias ambientales.

Nuestra opinión es que desde el paradigma conductual las cogniciones mediatizan entre
los estímulos y las respuestas. Para acceder a estas cogniciones, es importante en
primera instancia, delimitar el ambiente e identificar la mediación cognitiva existente
entre situación ambiental y conducta.

CONDICIONAMIENTO OPERANTE Y COGNICIÓN

El condicionamiento operante o instrumental se ocupa sobre el aprendizaje de las


relaciones entre la conducta y las consecuencias que siguen a la misma. Esa es una idea
básica que parte de que una conducta puede aumentar o disminuir su probabilidad
de ocurrencia en función de resultados o estímulos relacionadas a la misma.

Por ejemplo, si un estudiante has reprobado un examen la próxima vez que se presente
a otro examen probablemente aumentarán los pensamientos sobre las consecuencias
negativas que pueden ocurrirle así condiciones tales como: “no me irá bien”, “me van a
preguntar lo que no me sé”, reflejan expectativas de Consecuencias negativas sobre el
propio rendimiento.
A continuación, plantearemos algunos conceptos del proceso de evaluación
conductual en los que se evidencia la interacción entre cognición y conducta.

 Análisis de contingencias y probabilidades

El análisis de probabilidades consiste en evaluar o delimitar la relación conducta-


resultado. Lo ideal sería evaluar si la predicción de que ocurra un evento está sustentada
en consecuencias ambientales o si por el contrario se trata de una distorsión.

Si aun después de determinar que dicha probabilidad es mínima, según la evaluación


realizada, y persiste la ansiedad, entonces estaremos hablando de una distorsión
cognitiva. Y dichas distorsiones cognitivas son las que mantienen el problema.

Concluyendo así que los pacientes que tiene ansiedad por cosas de muy baja probabilidad
de que ocurra, están basados en probabilidades y no en posibilidades.

 Análisis de la conducta

Es muy importante que el terapeuta evalué ante todo la relación conducta-ambiente, si


no lo hace, entonces el psicólogo que se auto denomine "Cognitivo" estaría aplicando un
procedimiento erróneo, usando un simple juego de palabras, que intenta convencer al
paciente de la irracionalidad de sus creencias. Sería una labor poco efectiva si no conoce
genuinamente la relación de análisis de probabilidades contra el análisis de conducta.

Ejemplo

Solo una adecuada evaluación conductual permitirá dilucidar si el problema es fruto de


déficit conductuales o de distorsiones cognitivas.

CONDICIONAMIENTO CLÁSICO Y COGNICIÓN

El condicionamiento clásico o respondiente pone énfasis en cómo los estímulos


contextuales provocan respuestas emocionales. Este paradigma posee especial relevancia
en el tratamiento de los trastornos de ansiedad. Veremos la relación entre la ansiedad y
sus vínculos con el paradigma de aprendizaje Cognitivo.

 Análisis de la situación-estímulo y las respuestas emocionales:

El condicionamiento clásico plantea que muchas respuestas emocionales son provocadas


por estímulos específicos, en este sentido los pensamientos se atribuyen como respuestas
reflejas ante determinadas situaciones. Este paradigma sostiene también que los
pensamientos actúan como estímulos encubiertos, activando reacciones emocionales,
como es el ejemplo de la ansiedad.
Un ejemplo sería, si una persona sufre de ataque de pánico. La relación de ejercitarse y
tener un infarto sería algo muy posible que ocurriera para esta persona, y por ende la
respuesta de ansiedad también estará presente.

Se debe descartar a nivel clínico cualquier afección real de salud de la persona, antes de
asegurar que estamos frente a un caso de distorsión cognitiva. Teniendo claro ya este
punto, se debe reestructurar los pensamientos distorsionados para que el paciente pueda
aceptar las recomendaciones del terapeuta.

Por esto es de suma importancia una adecuada Evaluación Conductual que determine
si los problemas emocionales son efecto del condicionamiento (Análisis situación-
estimulo) o del modo de pensar del paciente. Se llega a la cognición una vez que
inferimos como la misma mediatiza entre el estímulo y la respuesta, siendo dicho
mediador de mayor injerencia en la activación de ansiedad que los estímulos contextuales
en sí mismos.

 Dos vías de procesamiento emocional

Este concepto se usa para delimitar a la ansiedad derivada de asociaciones propias del
condicionamiento clásico, de aquella que se desprende de procesos cognitivos
patológicos y así poder efectuar una adecuada "reestructuración cognitiva".

Ocurre con mucha frecuencia, quizás más de lo esperado, que nos hallamos ante un
proceso mixto. Dentro de la formulación conductual de los trastornos de ansiedad general
y las fobias específicas, de forma más simple, se plantea que la respuesta emocional es
provocada por el estímulo fóbico (Condicionamiento Clásico), mientras que la evitación
y escape del mismo es mantenida por la disminución de la ansiedad (Condicionamiento
Operante). Es bueno aclarar que con frecuencia tanto las emociones como las conductas
se modulan por procesos mediacionales, como los pensamientos e imágenes de índole
catastrófico.

Se indica que las asociaciones de estímulo-respuesta establecidas se disparan en el


estado subjetivo de malestar, el cual a su vez se toma como base para creer que “algo
malo va a pasar”, idea que incrementa aún más la ansiedad.

Este tipo de pensamiento representa un ejemplo de razonamiento emocional, una


distorsión cognitiva por la cual se valida una idea partiendo o tomando como evidencia
un estado emocional subjetivo. Deseamos remarcar que ambos procesos
condicionamiento y cognición actúan en simultáneo en el mismo sentido, lo cual otorga
el fóbico una idea general de coherencia catastrófica.
En el ejemplo anterior, vemos como las asociaciones de estímulo y respuesta ya
establecida, disparan el estado subjetivo de malestar, lo cual a su vez se toma como base
para mantener la creencia de que “algo malo va a suceder”, idea que incrementa más la
ansiedad. Se recomienda que en casos como el descrito, el abordaje se realice con un
programa terapéutico que combine técnicas vinculadas tanto al paradigma de
aprendizaje clásico como al cognitivo.

También esto conllevaría utilizar procedimientos de desactivación, como la relajación


muscular profunda, o la desensibilización sistemática, junto con técnicas cognitivas
dirigidas a desarticular el dramatismo expresado mediante el razonamiento emocional.

Con esto nos damos cuenta de la importancia del análisis de la situación ambiental y de
los episodios ambientales críticos para poder detectar o identificar condiciones en los
pacientes. Un buen abordaje cognitivo descansa en una adecuada evaluación y en la
influencia de eventos ambientales.

EL INTERACCIONISMO RECÍPROCO:

INTEGRACIÓN ENTRE CONDUCTA, COGNICIÓN Y AMBIENTE:

Cuando hablamos de interacción entre procesos conductuales y cognición no


podemos dejar a un lado a Albert Bandura, ya que es considerado como el que más ha
enfatizado sobre esta interacción.

En su libro: “Pensamiento y acción”, 1960 cita lo siguiente:

“Dentro del modelo de reciprocidad triádica la acción, la cognición y los factores


ambientales actúan juntos para producir los cambios psicológicos. Las personas con
problemas psicológicos crean una realidad social perturbadora como consecuencia de su
comportamiento y de su interpretación errónea de los acontecimientos que se producen
en su vida diaria”.

Por tanto, la contribución causal de la cognición se comprende y utiliza mejor en armonía


con los demás interactuantes conductuales y ambientales. Las influencias psicológicas no
son ni exclusivamente cognitivas, ni exclusivamente conductuales, actúan
bidireccionalmente para moldear el curso del cambio personal y ambiental, concluyendo
que el interaccionismo reciproco destaca las interacciones permanentes entre conducta,
cognición y ambiente.

Por tanto, la relación entre SITUACIÓN-PENSAMIENTO - EMOCIÓN - CONDUCTA no


puede omitirse durante las evaluaciones y formulaciones de casos clínicos.
Por eso es importante que el paciente describa episodios puntuales en los cuales haya
ocurrido su comportamiento-problema, así con esa información indagamos y analizamos
las posibles relaciones funcionales, como son:

 La relación entre situación-estímulo y emoción, correspondiente al


Condicionamiento Clásico.

 La relación entre conducta y consecuencias, propia del Condicionamiento


Instrumental.

 La relación entre pensamiento y emoción, piedra angular de los modelos


cognitivos.

Entonces las hipótesis de los casos deben contemplar las relaciones funcionales ya
nombradas y sus interacciones, siempre entre los elementos, ósea entre la situación -
estímulo (ambiente), la conducta (habilidades o déficits) y las cogniciones
(interpretaciones sobre el ambiente y la conducta).

La reciprocidad triádica descrita se patentiza en el tratamiento de la depresión, allí


cuando se alcanza el cambio cognitivo mediante la aplicación de técnicas operantes, con
la programación y ejecución de tareas graduales.

Tal estrategia no modifica únicamente conductas y emociones sino también


pensamientos negativos de inutilidad, porque el paciente percibe que puede llevar a cabo
satisfactoriamente las actividades. Recíprocamente, la discusión cognitiva de
pensamientos automáticos de fracaso durante la ejecución mejora el estado de ánimo,
aumentando la motivación para llevar adelante tales conductas.

Este artículo busca destacar la importancia de comparar las influencias ambientales con
las influencias cognitivas, sobre las emociones y las conductas, no con el fin de establecer
una oposición entre tales perspectivas, sino para valorar su complementariedad.

Esta interacción compromete al terapeuta cognitivo conductual a desarrollar un trabajo


auténticamente completo, donde la evaluación conductual inequívoca de las
eventualidades ambientales detecte mejor las distorsiones y enriquezca el trabajo
cognitivo. Por ello una completa formación en terapia cognitiva requiere el conocimiento
previo de los paradigmas conductuales de condicionamiento y aprendizaje.

CONCLUSIÓN:

Como es bien sabido las distorsiones cognitivas pueden estar presentes en las personas
con conductas desadaptadas, y en este resumen explica la importancia que tiene la
Evaluación Conductual, para poder descartar esos elementos distorsionados del discurso
del paciente, antes de proceder a aplicar el tratamiento.

BIBLIOGRAFÍA:

Artículo:

“Distorsiones cognitivas”
Su relación con los paradigmas de condicionamiento clásico y operante

Revista de terapia cognitivo conductual-CETECIC-


Núm.15/ 22, Julio 2008
http://revista.cognitivoconductual.org/

Autor:

Johanny Belliard
Psicóloga

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