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PUNTOS O GLÓBULOS EN EL LENGUAJE

SIMBÓLICO Y EPIGRÁFICO DE LA
ANTIGÜEDAD
DOTS OR GLOBULES IN THE SYMBOLIC AND EPIGRAPHIC
LANGUAGE OF ANTIQUIT

Abril 2023 Abelardo López Pérez

(Museo Arqueológico de Abengibre, Albacete)


Resumen
Fenicios, tartesios, etruscos, griegos, púnicos, romanos, íberos y
celtíberos son participes de un lenguaje simbólico común
expresado en la simbología y la escritura de los íberos rebasando
el tiempo y el espacio con evidente comprensión. La racionalidad
de los hechos destruye toda falacia epigráfica de ideologías
preconcebidas atribuidas a la cultura ibérica.
Palabras clave: Punto o glóbulo, sitio o lugar, puntual, pundonor,
símbolo, epígrafe, lenguaje.
Abstract
Phoenicians, Tartessians, Etruscans, Greeks, Punic, Romans,
Iberians and Celtiberians are participants in a common symbolic
language expressed in the symbology and writing of the Iberians,
transcending time and space with evident understanding. The
rationality of the facts destroys all epigraphic fallacy of
preconceived ideologies attributed to Iberian culture.
Keywords: Point or globule, place or place, punctual, pundonor,
symbol, epigraph, language.

1
Los puntos o glóbulos en la numismática antigua participan en el
lenguaje simbólico bajo una misma directriz económica indicando
un valor monetal. De esta manera Roma hizo marcar el contenido
de las uncias en sus monedas, y por influencia los puntos o
glóbulos son visibles en acuñaciones de la moneda hispánica. La
moneda celtibérica de áPéíkPáykz aŕeikoŕadikoś, situada en
Ágreda (Soria) y mencionada como “areicoraticos” por Vives
(1926) (V. XL, 2)1 es un claro ejemplo, ya que parece guardar un
orden en su escala de valores, as (un punto), semis (dos puntos),
cuadrante (cuatro puntos). Y aunque no siempre cuadre, de hecho
existen cuadrantes de la ceca celtibérica citada que muestran tres
puntos y el denario muestra un punto o glóbulo tras la cabeza del
personaje, no es mi cometido aclarar en este trabajo el valor
económico de su ejecución, sino un valor simbólico más
intrínseco.
Un caso muy claro donde al valor económico se le añade otro
simbólico se delata en la siguiente acuñación.
En la moneda de la fábrica
campaniana (H. Cohen.
1857. Lám. LXXI, medalla
3)2 se acuña un as que
muestra en el anverso
cuatro puntos tras la cabeza
diademada de Juno y en el reverso Hércules luchando contra
centauro, frente a éste cuatro puntos. Pero lo sorprendente es que
el centauro apoya su pie derecho sobre uno de esos puntos o
glóbulos. En este caso el punto en sí no actúa solo como un valor,
1
A. Vives 1926: La Moneda Hispánica.
2
H. Cohen (1857) Descripción general de las monedas de la Republica Romana.
2
sino que también actúa como complemento al lenguaje narrativo
de la escena. En efecto, el punto no solo tiene la propiedad de
marcar un valor numérico, también tiene propiedad narrativa.
Dicha propiedad se halla impresa en el propio lenguaje. Sinónimo
de punto son: sitio o lugar, puntual y pundonor.
Sitio o lugar: Sin olvidar la acción y efecto de sitiar (Cercar una
plaza o fortaleza para combatirla o apoderarse de ella), el lugar es
el lenguaje que puede describir a moneda de fábrica campaniana
descrita (Hércules luchando contra centauro). No se trata de una
simple opinión, es un hecho, una realidad demostrable, pues el
glóbulo es pisado en el suelo, sobre el exergo de Roma.
Por otro lado, fuera de un valor económico, obolos
de influencia hispano-cartaginesa muestra
creciente acompañada por un punto. Aunque la
luna y punto no es exclusivo de las acuñaciones hispano-
cartaginesas o púnicas, ya que también lo muestran dragmas de
Emporiton de hacia el 200-110 a.C. (V. III, 5)3, pero en este caso
al contrario que en la moneda púnica, el punto se halla sobre la
parte convexa de la media luna. También el reverso del semis
con leyenda ibérica kn4BkJ, ceca considerada de Botorrita en
Zaragoza (A. Vives 1926) (V. XXXIX, 9), muestra
sobre el caballo creciente entre puntos,
interviniendo no solo como un valor económico,
también en el contexto narrativo de la media luna.

3
- 4 A. Vives 1926: La Moneda Hispánica.
3
Por lo que no es de extrañar que el semis con leyenda ibérica
né9ÓIz “nertobis” (Calatorao,
Zaragoza) (V. L, 3)4, se halle un punto y
la consonante N tras la cabeza del
personaje, con el detalle de colocar el
punto antes de la letra. El signo ibérico n
(N) se halla presente en gran parte del numerario numismático
hispánico, y en todas ellas se contextualiza semánticamente con la
abreviatura de la palabra nación, simplificada en el ente autónomo
e independiente de un pueblo o ciudad. De hecho, la leyenda
mencionada tiene una lectura que tiene en cuenta la variante
consensuada /do-to/: né9ÓIz (n e ŕ do bi ś) nación recibe,
Roma condona, repare Sila.
(Como en gran parte de las acuñaciones ibéricas y celtibéricas, la
abreviatura que identifica el cognomen del dictador romano Sila
“z” hace acto de presencia. Un poder que no sólo emana un
espectro temático y cronológico, sino que contribuye
directamente en la etnogénesis de la toponimia de gran parte del
territorio peninsular a comienzos del último siglo I a. C.)5.
Y el semis con leyenda ibérica kn4BkJ atribuido a Botorrita
(Zaragoza), también contextualiza semánticamente su lectura,
teniendo en cuenta la variante consensuada /ko-go/ se
pronunciaría kondepagoti: (ko n de pago ti) tributo nación
concede pago tierra.
El vocablo ibérico “pago” en castellano es: Entrega de un dinero
especie que se debe. Satisfacción, premio o recompensa.
Aquí, la propia semántica contextualiza un hecho, pues se
concede el pago de una tierra con el tributo a la nación. Aquí, se

https://www.academia.edu/85055051/LA_CECA_IBERO_ROMANA_DE_ILIBERI_GRANADA_IDENTIDAD_
HIST%C3%93RICA_S%C3%8DMBOLICA_Y_EPIGR%C3%81FICA

4
delata que la etnogénesis toponímica no es geomorfológica, es
estrictamente política, y establece leyes impuestas por Roma.
El punto situado ante la abreviatura de nación o junto a la
simbólica media luna nos está indicando un lugar. Pero no hay
que olvidar otra acepción de punto.
Puntual: Pronto, diligente, exacto en la ejecución de las cosas.
Indudable, cierto, conforme, conveniente. Puntual es una acepción
calificable cuando el punto o glóbulo se halla tras la cabeza de un
personaje, como es el caso citado detrás de la cabeza de personaje
en monedas de la ceca aŕeikoŕadikoś o junto a la media luna o
creciente. Y mucho más si atribuimos a la media luna el
significado de “nación” (simplificada en el ente autónomo e
independiente de un pueblo o ciudad), pues su contexto narrativo
determina el hecho de un valor interpretativo en la Antigüedad.
Pronto, diligente, indudable, conforme o conveniente son
adjetivos calificables a la nación reforzando la legalidad de
cualquier estado emisor.
Ahora es cuando nos podemos
introducir en el tiempo y el espacio en
concordancia con la interpretación de
hechos empíricamente demostrables. La
publicación realizada en Julio del 2021:
El ciervo en la antigüedad, símbolo
universal de la servidumbre6, es un
claro ejemplo, pues analizo la iconografía de una alianza de oro
hallada en el palacete tartésico de Cancho Roano (Museo de

6
http://descendenciafilial.blogspot.com/
https://www.academia.edu/49682772/EL_CIERVO_EN_LA_ANTIG%C3%9CEDAD_S%C3%8DMBOLO_UNI
VERSAL_DE_LA_SERVIDUMBRE
El Ciervo en La Antigüedad: Símbolo Universal de La Servidumbre | PDF | Escritura | Los
símbolos (scribd.com)
5
Badajoz) 7. Esta alianza muestra un chatón con la representación
de una cierva, tendría un gran significado lingüístico y simbólico,
ya que trataría de una alianza servicial. Observar bien la imagen,
pues bajo el cuerpo de la cierva hay un punto y bajo los pies otro
punto más pequeño. El punto bajo el cuerpo estaría anunciando
una conformidad, y el punto bajo los pies un lugar.
Considerada una acuñación de Cartago
Nova (220-205 a. C.) es el siclo que
muestra en el reverso caballo parado,
palmera detrás y punto entre la palmera y
las patas delanteras (VI, 201-210), o entre las patas traseras (VI,
MANM, 441)8. La propiedad narrativa del punto con el adjetivo
sitio o lugar contextualiza con interpretaciones publicadas con
anterioridad. Significado publicado en el 2006 (a): “La palmeta,
imagen, divisa y encarnación de Oriente”; y en 2010 (López
Pérez, A.): “El caballo: símbolo de la prosperidad en el mundo
antiguo”: «Este significado no sólo cuadraría en el buen presagio
de una ciudad, también cuadraría en el contexto necesario para la
propaganda del estado o ceca emisora de la moneda cartaginesa
que reforzaría la legalidad de la moneda al mostrar en su reverso
al caballo, junto a otro elemento simbólico cartaginés, la palmera,
símbolo de Oriente, acuñando la frase “prosperidad oriental”».
Sin olvidar el adjetivo puntual: Pronto, diligente, exacto en la
ejecución de las cosas. Indudable, cierto, conforme, conveniente.
Toda una serie de adjetivos que contextualizan con la
prosperidad oriental.
En efecto, el punto no solo tiene la propiedad de marcar un valor
numérico, también tiene propiedad narrativa. Dicha propiedad se
7
(Foto: García Castro). “Orfebrería orientalizante”. El Oro en la España Prerromana.
Revista de Arqueología, 1989. Madrid, pp. 68-81(Almagro Gorbea, M.).
8
En Alvarez Burgos, F. (1992): La Moneda Hispánica: desde sus orígenes hasta el siglo
V. Madrid.
6
halla impresa en el propio lenguaje. Sinónimo de punto son: sitio
o lugar, puntual y pundonor.
Fuera de un valor numérico se muestra un pequeño
circulito con punto central culminando coronas de
laurel en monedas acuñadas durante el reinado de
Octavio (27 a. C. a 14 d.C.) en ases de Celsa
(Velilla del Ebro (Zaragoza), en sestercios de
Colonia Patricia (Córdova) y en dupondios de Tarraco
(Tarragona).
El reverso de otro dupondio de Tarraco muestra un
pequeño círculo con punto central dentro del
frontón de un templo octástilo.

Perteneciente también al reinado de Octavio es la


acuñación de Evora (Portugal), en el reverso sobre
los elementos sagrados de un aspérgilo,
preferículo, símpulo y patera se halla un círculo
con punto central.
La pregunta que suscita es, qué puede tener en común dicho signo
en tan diversos motivos iconográficos. La palabra pundonor,
sinónimo de punto tiene la respuesta.
Pundonor: Aquel estado en que, según la común opinión, consiste
la honra o crédito de uno. Pundonor es la acepción calificable que
se atribuye a la corona de laurel (símbolo de gloria o victoria), a
un templo y elementos sagrados del mundo romano. Pero también
se manifiesta en individuos y otras naturalezas o entes.

7
Con respecto a los individuos, el círculo con punto
central nos puede conducir a una gran civilización
urbana del III milenio a. C. en el valle del Indo.
Una estatua sedente hallada en Mohenjo-Daro
(Pakistán), denominada por arqueólogos como “el
rey-sacerdote”, muestra una diadema en la cabeza
portando como tema principal un círculo con punto central que se
repite en el brazalete del brazo derecho y en la vestimenta. Aquí,
la honra o crédito de uno puede estar muy patente en un rey-
sacerdote, pues hasta se arropa con dicho pundonor.
La propia divinidad ibérica representada en el cálato de La
Alcudia de Elche (Alicante) muestra el pundonor en su rostro.
La honra o crédito merecido de una divinidad alada.

Dentro de esos entes o naturalezas se halla las siguientes


imágenes:
Un amuleto fálico fenicio realizado en
hueso9 con atribuciones apotropaicas.
Muestra troqueles de círculo con punto
central en pene y testículos. Uno de los
amuletos más característicos contra el
llamado “mal de ojo” es el amuleto fálico.
Pundonor: aquel estado en que, según la común opinión, consiste
la honra o crédito de uno.

9
https://www.meisterdrucke.es/artista/Phoenician.html
8
Este dado romano10 muestra sus valores con
troqueles de círculo con punto central. Pues
también delata un patrón lingüístico
comparativo, ya que sus valores en el juego
necesitan un pundonor: aquel estado en que,
según la común opinión, consiste la honra o crédito de uno.
Una pesa ibérica de bronce (Museo arqueológico
de Abengibre, Albacete)11 muestra seis troqueles
indicando no solo el valor de su peso, también
ofrece la acepción calificable que se atribuye el
pundonor: la honra o el crédito de su peso. Se trata de una pesa
rectangular con un orificio central con un peso muy aproximado a
los 24 gramos, muestra en una de sus caras 6 pequeños troqueles
de círculos con punto central. Si utilizamos el método
mencionado por Fletcher Valls y Mata Parreño (1981) en el que
dividiendo el peso de la pieza por el teórico de la dracma 4´36
gramos, obtenemos un cociente que nos indica la cantidad de
dracmas o divisores de ésta contenidos en el dividendo.
Obtenemos un resultado para este ponderal próximo a 6 (5´50),
justamente lo representado en dicha pesa.

Ya que se ha utilizado una


medida de peso griega, la dracma,
sería acertado observar la famosa
crátera etrusca de mediados del
siglo VII a. C., firmada por
Aristonothos en la que se
representa el pasaje de la Odisea
en el que Ulises y sus compañeros

10
https://www.archeologiegorinchem.com/krijt_dobbelsteen/
11
http://descendenciafilial.blogspot.com/2018/
9
ciegan al gigante Polifemo. “Esta escena muestra una banda
ancha de ajedrezado bajo los pies de los protagonistas, la
estrategia empleada por Ulises para aplacar al gigante Polifemo
está presente en esta representación” (López Pérez, 2003)12. Pues
entre los protagonistas de esta estrategia se halla repetidas veces
un pequeño circulito con punto central. Sin descartar un
significado impreso en la palabra “valor” (precio, coraje), como
pasaje de la mitología griega también incluye el pundonor o
estado que, según la común opinión, consiste la honra o crédito de
uno. Todo ello delata un significado de origen griego que también
fue empleado por los etruscos.
El collar de oro fenicio presente en el
Museo de Cádiz13, posee como colgante
principal el compuesto de un círculo con
glóbulo central. La propia orfebrería
fenicia delata la importancia del simbolo al
colocar el pundonor como esquema principal, ya que honra o da
crédito al ser que lo lleva colgado al cuello. Pero el orfebre
fenicio inserta dentro del círculo un rosetón.

“A lo largo de toda la historia si algo caracteriza o relaciona al ser


humano con las flores es en su contexto religioso. La ofrenda
floral, bien a divinidades o a los propios difuntos, puede
considerarse uno de los actos rituales consagrados más

12
https://es.scribd.com/document/320728131/El-origen-del-juego-del-
ajedrez?fbclid=IwAR323o4Jq4yzdG081gEfyu6g7om80IcHwtZdaZHTLYyAtzk5uFLzAohFv
Bg
13
(Foto: García Castro). Contraportada de: El Oro en la España Prerromana. Revista de
Arqueología, 1989. Madrid.
10
representativos del pasado histórico de la humanidad. Su
presencia simbólica en santuarios y tumbas de la Antigüedad,
queda perpetuamente reflejado en la orfebrería, la escultura y la
pintura como testigos de esa realidad cultual. La roseta o rosetón
de más de cuatro pétalos es su exponente más directo. Es el
símbolo universal que expresa la ofrenda, entendida en su más
amplio sentido de la palabra, manifestada en cada uno de sus
sinónimos: sacrificio, ofrecimiento, homenaje, voto, entrega,
donación, oblación, sufragio, dádiva, obsequio, regalo…
Acertadamente, de la fides, como caso extremo de vinculación, se
llega a la devotio, En el “Vaso de los Guerreros de Liria,
compartiendo un lenguaje común, se revela el voto de fidelidad
entre guerreros.” (López Pérez, A. (2006 b).
La cultura ibérica comparte
conceptos y esquemas del
pensamiento mediterráneo
plenamente consciente de su
significado. Los aportes
artísticos de fenicios y
griegos de hacia el siglo VI a,
C. impresos en la orfebrería y
la cerámica son los principales soportes de una temática simbólica
que permanece en determinados relatos internos de la iconografía
ibérica plasmada en la cerámica de fines del siglo III a. C.
principalmente, en los estilos denominados Oliva-Liria (Valencia)
y Elche-Archena (Alicante-Murcia).
Y qué decir de cuando el pundonor se halla damasquinado en la
guarnición de espadas de antenas pertenecientes al armamento
céltico del siglo IV a. C., procedentes de las necrópolis de Illora
(Granada), Almedinilla (Córdoba) y La Osera (Chamartín de la
Sierra y Cardeñosa, Ávila). Aquí, el valor es ambiguo
(precio/coraje), pero la honra o el crédito de uno se describe en la
11
guarnición de estas armas ofensivas, utilizadas en ataques, luchas
o injurias.
La orfebrería de época orientalizante en la
Península Ibérica de hacia los siglos VIII al VI a.
C. también muestra el compuesto de circulitos con
punto o glóbulo central. Prueba de ello se muestra
en el collar con colgantes en forma de sellos
basculantes del tesoro de El Carambolo (Sevilla).
Aquí, la honra o crédito de uno se pronuncia en
forma de sello. Difícilmente se puede usar un objeto que
identifica un grabado como es un sello, sin conocer su
significado.
La propia escritura ibérica corrobora el significado del pundonor
(circulito con punto central) con un signo presente ya en la
escritura tartesia del siglo VIII–VI a. C. demostrando la evidencia
empírica con hechos. El signo ù /ku/ contextualiza el verbo
determinante /acuerdo/. Sinónimo de acuerdo es /conforme/ y
sinónimo de conforme es puntual: pronto, diligente, exacto en la
ejecución de las cosas. Indudable, cierto. Conforme, conveniente.
El pundonor se visualiza a través de un objeto celtibérico del siglo
II a. C. Y no me refiero a una supuesta lengua celtibérica, que
según estudiosos los documentos más antiguos que dicen
conocer son del siglo I a. C., sino que me refiero a una escritura
ibérica implantada de manera oficial en toda la Península.
Esta fíbula celtibérica con forma de caballo del
Museo Numantino de Soria14, refleja todo un
compuesto simbólico y también epigráfico
perteneciente al siglo II a. C. en el área
cultural de la Celtiberia. Los valores fonéticos
14
http://numancia-guia-arqueologica.blogspot.com/2011/02/fibula-de-caballo-sii-ac-
numancia.html
12
determinantes están básicamente anunciados con anterioridad,
por lo que la siguiente interpretación no se ajusta a un interés
subjetivamente personal o individual, sino a la interacción
contextual de su verdadero valor lingüístico delatado por la
permanencia de determinados relatos internos en la epigrafía. No
solo el troquel de circulito y punto contiene un contexto narrativo
señalando la honra o crédito que tiene el caballo o su poseedor, la
propia silla de montar así lo acredita. Es una sílaba de escritura
ibérica que además de actuar como fonema tiene un significado
verbal determinante. El signo k /ko/ con significado de acato, del
verbo acatar: tributar homenaje de sumisión y respeto.
Determinados relatos internos en la epigrafía ibérica son también
los que contextualizan la lectura de la moneda celtibérica citada
anteriormente (pag.2) de áPéíkPáykz (aŕeikoŕadikoś): acepta
Roma recibe, impone tributo, Roma acepta, dicta tributo Sila.
Esta misma ceca muestra otra leyenda más fluida incorporando la
sílaba /da-ta/ á9ék9adS (a ŕ e ko ŕ a da s)15 acepta Roma recibe
tributo, Roma acepta, entrega dominio.
Da, del verbo dar, sinónimo entrega.
La diferencia de sibilantes /ś/ y /s/ al final del texto en un mismo
topónimo, no se debe a un uso gramatical paralelo a otras lenguas
indoeuropeas, sino al contexto de su valor abreviado y
determinante que los lingüistas han sido incapaces de ver. Al
igual que no han sabido ver la presencia de Roma en ninguna
traducción paleográfica de la Celtiberia. Si tan seguros se hallan
con sus etimologías deberían tener en cuenta dicha falta, y con
más motivo cuando han preferido ver lo esperado en el mundo
social romano.

15
Descendencia filial ibérica.: 2020
13
Llegados a este punto, nunca mejor dicho, qué decir del punto
cuando trata de un signo ortográfico que indica el fin de un
periodo o de una oración.

La propia escritura ibérica así lo demuestra, coloca puntos


separando oraciones. Y lo hace dando un valor determinante que
acompaña a su escritura dando una conformidad en todas sus
oraciones. La Cara B del plomo Bastida I (Mogente, Valencia),
muestra un inusual patrón en la separación de oraciones, ya que
de las 20 separaciones que se aprecian, 16 terminan con el signo
ibérico /q/. Donde muchos autores ven nombres propios,
actividades económicas, numerales o incluso textos mágicos o
religiosos, en realidad se pronuncia la situación sociopolítica del
lugar en plena defensa de una amenaza externa. Con escritura
meridional como en los textos de los platos ibéricos Abengibre
(Albacete)16, el silabograma q muestra el valor fonético /be/. Es
más, en el plomo de Mogente se muestra separado por puntos ·q ;,
en solitario, lo que evidencia su lectura determinante. Un valor
fonético donde la variante oclusiva sonora /be/ es un verbo. Es la
demostración de un significado determinante del signo verbal
acompañado por el adjetivo Puntual: Pronto, diligente, exacto en
la ejecución de las cosas. Indudable, cierto, conforme,
conveniente. Ve puntual.
En la línea 2, texto 2 y en la línea 4, texto 14 se puede leer de
derecha a izquierda:

16
http://descendenciafilial.blogspot.com/2019/
14
:q cB íz rÒ (dor śi paga be) condonar si paga ve.
La frase es muy reveladora en plena semántica lingüística con el
adjetivo puntual: condonar si paga ve puntual.
En la línea 4, texto 12 la misma frase se redacta de otro modo:
:ecB íz rÒ (dor śi paga e) condonar si paga recibe.
En síntesis lingüística con el adjetivo puntual: condonar si paga
recibe puntual.
En la línea 3, texto 7 y en la línea 5, texto 19, repiten la oración
siguiente: .qc rÈ Dro u (u orda ker cabe) lucha horda cesar
cabe.
Sinónimo de cabe es: toca, admite, permite. En síntesis
lingüística con el adjetivo puntual: lucha horda cesar cabe
(pronto, conforme, conveniente). Por lo que también está en
síntesis lingüística con el sustantivo sitio o lugar: lucha horda
cesar cabe (sitio, lugar).
Resulta revelador como en el plomo de Bastida I el vocablo
“cesar”, abreviado con los signos rÈ (ker), no hace referencia
contextual al cognomen romano (César), al contrario que en la
vajilla de Abengibre en el plomo de Bastida I se contextualiza
como el verbo imperativo cesar. Y lo transfieren como una
posibilidad de poner fin a la lucha.
El signo ibérico (q “be”) del verbo ver. El verbo intransitivo
“cabe” (qc). La palabra “horda” (Dro) como grupo de gente
armada que no forma parte de un ejército regular. Y el adverbio
de afirmación “si” (íz), no corresponden etimológicamente a la
lengua latina, ni tampoco se trata de una proto-lengua
reconstruida, euroasiatica ni preindoeuropea. Dichos vocablos
corresponden al castellano de una forma directa.
Académicos e instituciones deberían atenerse a la síntesis
lingüística ofrecida, al contexto bélico interno en los textos del
plomo y a los datos arqueológico del lugar, descrito como centro
de poder político y comercial sobre el territorio con importante

15
presencia de cerámica ática de barniz negro, y pruebas de
abandono violento anterior al último cuarto del siglo IV a. C.
La cronología de mediados del siglo IV a. C. coincide con el
denominado “Segundo Tratado Romano-Cartaginés” de 348 a. C.,
que tras las conquistas cartaginesas y las destrucciones de
ciudades griegas en Sicilia a partir de 409 a. C. implicaría la
enemistad con las colonias griegas asentadas en el levante
peninsular y pondría en peligro el contacto socioeconómico que
implica el comercio con sus habitantes, a los que no hay que
negar que podrían tener intuidas alianzas comerciales con los
griegos. Y ciertamente solo una hegemonía como la cartaginesa
ya implantada en todo el sur peninsular sería capaz de imponer
leyes pagando tributo a la que fue una gran ciudad con poder
político sobre todo un territorio, La Bastida de Mogente.

16
Bibliografía
Almagro Gorbea, M. (1989): “Orfebrería orientalizante”. El Oro
en la España Prerromana. Revista de Arqueología. Madrid, pp.
68-81.
Cohen, H. (1857): Descripción general de las monedas de la
Republica Romana.
Fletcher Valls, D. y Mata Parreño, C. (1981): Aportación al
conocimiento de los ponderales ibéricos. Sagvntvm 16 PLAV,
Valencia.
López Pérez, A. (2003): El origen del ajedrez. Nuevo significado
del damero. Revista de Arqueología nº 263, Madrid. Pp. 32-37.
López Pérez, A. (2006 a): “La palmeta, imagen, divisa y
encarnación de Oriente”. Revista de Arqueología nº 305, Madrid.
Pp. 52-61.
López Pérez, A. (2006 b): “El voto ibérico: lenguaje universal”
Revista de Arqueología nº 307, Madrid. Pp. 26-35.
López Pérez, A. (2010): “El caballo: símbolo de la prosperidad en
el mundo antiguo”. Revista de Arqueología nº 350, Madrid. Pp.
26-31.
Vives, A. (1926): La Moneda Hispánica.

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