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ESCUDO HISTORIADO

“La écfrasis en la poesía heroica de Cristóbal de Mesa. Virgilio y Ovidio como modelos
principales”.

Introducción.

El trabajo consiste en un acercamiento a distintas descripciones de obras de arte que aparecen


en la Poesía heroica de Cristóbal de Mesa. Concretamente (por razones de tiempo) nos circunscribimos
al poema al que se atribuyó el epíteto “heroyco”, Las Navas de Tolosa. En varias de estas
descripciones –las que vamos a abordar– se observa claramente el modelo de la Eneida al tiempo que
se utilizan los mitos clásicos perfectamente incardinados en el contexto de la obra (a veces tamizados
por Garcilaso jjj), tanto a nivel de inventio como de dispositio, y no solo el modelo de la Jerusalén
Liberada de Torcuato Tasso, que también, de cuya imitación el mismo C. de Mesa se vanagloriaba.
Con estas líneas pretendemos, en primer lugar, poner de manifiesto –una vez más– la deuda que
el autor zafrense mantiene con la mitología clásica y con algunos de los mejores clásicos latinos, tal
como él mismo manifiesta en sus prólogos, en los que anuncia, además, sus ideas poéticas sobre el
género épico. En esta línea, presentar un ejemplo más de la perfecta adaptación / pervivencia de la
écfrasis del escudo historiado en las letras doradas españolas.
Y, por último, mostrar cómo la utilización de estas descripciones están en perfecta consonancia
con las ideas poéticas de los preliminares de sus obras épicas y en su Arte poética, no desmarcándose
de la necesaria unidad de acción, pero al mismo tiempo dotando a la narración de “lumbres poéticas”
(V. Prólogo de la Restauración sobre los estilos). Unas ideas poéticas que siguen a pie juntillas los
presupuestos horacianos.

Écfrasis en Las Navas de Tolosa. Poema heroico.

Teniendo esto en cuenta nos vamos a centrar en tres de las écfrasis de la obra de C. de Mesa
cuyo componente clásico es mayor para ver qué aporta exactamente este componente al conjunto de la
obra.

En cuanto al concepto de écfrasis lo tomaremos, sensu stricto, siguiendo la opinión más


seguida por los críticos en la actualidad y extendida a partir de Leo Spitzer a mediados del siglo
pasado1, es decir: la écfrasis como “descripción poética/literaria de una obra de arte, (sea pintura o
escultura).
La primera de ellas (por orden de aparición entre las octavas 51-95 del canto sexto) y la más
extensa supone un lugar común de la poesía épica culta: se trata de la descripción alegórica de las
armas del héroe (básicamente, del escudo) y su referente clásico inmediato es la descripción de las
armas que, fabricadas por Vulcano, entrega Venus a su hijo en Eneida VIII, 618-729, aunque cuente
con ilustres antecedentes griegos, como sabemos y veremos.

Mucho más breves son las otras dos écfrasis que van a ocupar nuestra atención. Estas tienen
como base / cuentan con alusiones clásicas son las descripciones de los muros y puertas de un palacio
(octavas 5-8 del canto IX) y la descripción de los bordados de una almohada (octavas 23-26 del canto
XV). Ambas creemos que tienen entre sí puntos de conexión que se acentúan por las referencias a
determinadas historias de la mitología clásica / En ambas veremos que las alusiones mitológicas son
fundamentales y aportan un valor manifiestamente simbólico dentro del episodio en que se insertan

1
Cfr. V. Pineda, “La invención de la écfrasis”, en Homenaje a la Profesora Carmen Péres Romero, Cáceres 2000, pp. 251-
262, p. 253. Écfrasis, sensu lato, podría considerarse cualquier relación palabra-imagen: inscripciones, jeroglíficos,
emblemas, etc... L. Spitzer, “The ‘Ode on a Grecian Urn’ or, Content vs. Metagrammar”, Contemporary Literature, 7
(1955), 203-226.
1
2
Pero antes de nada, adelantamos un breve resumen de la obra en el que se señalan los
momentos en que tienen lugar las descripciones referidas.
Las Navas de Tolosa. Poema Heroico. Argumento.
El poema, ambientado en los albores del siglo XIII, en plena reconquista, narra en 20 cantos en octavas, los
diversos avatares que las tropas cristianas (castellanas, aragonesas, etc.), a cuya cabeza se alzaba el rey castellano Alfonso
VIII, tuvieron que arrostrar hasta el combate final de las Navas de Tolosa.

Alfonso VIII de Castilla decide en 1212 (cumpliendo mandato divino) concentrar a los ejércitos cristianos
españoles y europeos en Toledo para lanzar una masiva ofensiva contra los musulmanes, quienes habían infringido una
importante derrota en la batalla de Alarcos (1195) a las tropas del rey castellano. Allí se juntan Alfonso II de Portugal,
Pedro II de Aragón, y, más tarde, Sancho VII de Navarra, y diversos cruzados venidos de todas partes de Europa e inician
su avance contra el territorio moro y las diversas fortalezas almohades. Pero, valiéndose de divinidades infernales (la furia),
logran crear los musulmanes disensiones internas entre franceses y españoles que concluyen con la defección de los
primeros (final del canto III).
Por su parte el rey moro reúne ejércitos en Baeza.
Consolidado el ejército musulmán y pronto para el enfrentamiento con el cristinao, un legado papal entrega espada
y escudo hechos por un divino artífice a Alfonso VIII (Inserción de la ÉCFRASIS PROFÉTICA DEL ESCUDO canto VI,
45 ss.). El momento también es el mismo que en Eneida.
Las furias continúan agitando al ejército cristiano y ahora es el rey Leonés, yerno de Alfonso VIII, al que incitan
para que ataque territorios castellanos que le pertenecen (canto VII). (en un texto modulado sobre el ataque de la
furia Alecto a la reina Amata y a Turno, del libro VII de la Eneida). Así lo hace y no para hasta que una peste
se cierne sobre su ejército.
Lesbín, un espía que han enviado los moros, da cuenta de las disensiones del bando cristiano y además rescata a la
mora Xarifa, enamorada de Abdalla, a quien deja a buen recaudo en un alcázar moro en Baeza. IX (Descripción de
puertas y muros de un alcázar musulmán).
Los ejércitos moro y cristiano traban combate en el desfiladero de Sierra Morena, donde Haro da muerte a Abdalla
(canto XI). Posteriormente, se narra el milagroso encuentro con el pastor que indica a las tropas cristianas un camino
seguro que daba paso a la llanura de las Navas de Tolosa. El ejército cristiano acampa en la llanura para descansar, lo que
es interpretado por los moros como gesto de cobardía. El rey moro envía a dos amigos, Lesbín y Amurato, a Úbeda, Baeza
y Jaén para que comuniquen esta actitud cobarde, embajada que Lesbín aprovecha para comunicar a Xarifa, después de un
trágico retardamiento (écfrasis de la almohada), la muerte de Abdalla, lo que provoca el suicidio de la mora enamorada
(XV). (Modulado sobre el episodio del suicidio de Dido en la Eneida).
Finalmente, tras diversos avatares bélicos, se traba el combate final con la consabida victoria del ejército cristiano
gracias a la aparición en el cielo de una cruz roja que aterra a las tropas moras, victoria que se comunica al Papa y el
pueblo español la celebra.

La écfrasis del escudo historiado.

Es lugar común en trabajos que tratan sobre écfrasis –y más si se va aborda esta en el ámbito de
la poesía épica– hacer alusión a la descripción de los relieves del ESCUDO DE AQUILES forjado por
Hefesto (Ilíada, XVIII, 478-608) como origen literario de la écfrasis, una descripción de armas que
retomará Virgilio en su Eneida, erigiéndose a partir de ahí en recurso habitual dentro de las obras
épicas para llevar a cabo retrospecciones y, principalmente, prospecciones, siendo de gran
productividad en la épica culta de los siglos XVI y XVII, y de forma especial en la española, según
apunta la Profesora Lara Vila2, quien alude a la obra de Mesa pero ocupándose más detenidamente de
otras. Hay en la literatura latina otras descripciones de escudos (Estacio, Theb. XII, 665-671, escudo
de Teseo, de bronce; o Silio Itálico, Pun. II, 395-453, escudo de Aníbal3, pero no es profético) que
median entre la Eneida y la épica del Siglo de Oro, pero, igual que sucede con respecto a otros tópicos
y recursos, es el poema virgiliano la principal fuente de inspiración y así sucede también en este caso.
En efecto, también aparece en Las Navas de Tolosa la écfrasis del escudo historiado, es más, se
trata de la écfrasis más extensa que hay en la obra (unas 40 octavas). Además, creemos que se trata –
como en tantos otros pasajes– de una descripción modelada directamente sobre la descripción del
escudo de Eneas, lo cual no oculta en ningún momento el poeta zafrense, antes bien al contrario,
2
Cfr. Lara Vila, 342.
3
Mª Almudena Zapata, La écfrasis en la poesía épica latina hasta el siglo I d. C. inclusive, Tesis doctoral, Univ.
Complutense, Madrid, p. 131.
3
parece querer dejar bien patente –como en otras ocasiones a lo largo de la obra– su modelo, Virgilio,
esbozando casi un deseo de superación del mismo. Desde luego, está más cercano al pasaje de la
Eneida que al de la Jerusalén Liberada de Tasso, en la que un anciano (en el libro XVII) entrega armas
a Rinaldo, entre ellas un escudo también diamantino como en Las Navas, el cual se describe. Pero los
grabados son cronológicamente distintos principalmente por el contenido de los mismos. Y ello por
varios motivos de los que pondremos dos como ejemplo:
- La descripción del escudo de Rinaldo entronca el pasado de Italia (desde Accio) con el
presente de la ficción literaria (Segunda Cruzada, siglo jjj), describiendo (así lo dice expresamente) los
antecedentes de su estirpe), pero no contiene la descripción en sí el carácter profético que tiene tanto
en Virgilio como en Cristóbal de Mesa al llegar hasta el tiempo presente real del poeta. La secuencia
de la entrega de armas de la Jerusalén contiene profecía que entronca con el tiempo presente (1575?),
sí, destinada a ensalzar a Alfonso II de Este, a quien dedicó Tasso su obra, (como la Eneida a Augusto
o las Navas a Felipe II, pero anunciada por el anciano que entrega el escudo, no está dentro de la
écfrasis.

- La descripción del escudo está carente de batalla naval (la alusión a una batalla naval, y en
concreto a la Batalla de Lepanto y su comparación con la victoria de Accio se hizo lugar común en la
épica española a partir de 1571, como ya advertía la profesora Lara Vila y más adelante veremos). Sí
es verdad que aparece antes (al final del libro XVI) la batalla de Accio (esta sí imitación de Eneida)
pero no grabada en el escudo, sino esculpida en uno delos muros del palacio de Armida (princesa mora
con quien mantiene un idilio Reinaldo, a semejanza del que mantiene Eneas con Dido en Cartago).

Veamos a qué niveles se produce esa imitación. Adelantamos que será fundamentalmente a
nivel de inventio y de dispositio y no tanto de elocutio, como sucede con otros casos.

Entrega y descripción del escudo en Las Navas de Tolosa.

CANTO VI

El campo haze muestra en Salvatierra, / De tan luzidas, quanto diestras gentes, / Y del que cierra, y
abre el cielo en tierra, Da el Legado vnas armas refulgentes / Al Rey, para triunfar de toda guerra, /
Donde entallados vee sus decendientes, / Y alegre de tal don, y del cubierto, / Passa adelante, hasta el
pie del puerto.

8 Cornucopia. 9 Locus amoenus. 13 Amanecer mitológico.


14 Invocación a la musa para que le ayude a hacer el catálogo de Guerreros. También en Eneida.
32 Hércules, Palas, Medusa.
42 ARENGA DEL ARZOBISPO.
43 ENTREGA DE ESCUDO Y ESPADA = JERUSALÉN XVII, 58 ss. = ENEIDA = ILÍADA, etc.
ÉCFRASIS DE ESCUDO HISTORIADO 43-92.
54-55 Alusión a los protestantes. 70 Liga Santa.
73 Neptuno.
71 Ercilla. 80 Escorial. 85 Felipe III. 86 Cerrará el templo de Jano. Trocará la Edad de Hierro
en Oro.
77 Marte, Palas, Belona, Hércules.
94 Alusión a la Eneida, a Eneas (Alusión que creo que no está en la Jerusalén).
96 Símiles naturalistas.
97 IMPORTANTE: “Nos favorece el tiempo, el mundo, el cielo / y con buen fundamento emprende y
osa / qualquiera a quien ayuda cualquier cosa”.

4
El contexto inmediato en que aparece la écfrasis es el siguiente: cuando los musulmanes se han
congregado en Baeza un legado papal entrega armas a Alfonso VIII donde aparecen grabadas las
gestas de diversos reyes (Fernando III el Santo, Fernando el Católico, Carlos V) hasta Felipe II,
que se erigirá en un nuevo Octaviano pacificador del mundo, (que cerrará el templo de Jano). La
secuencia está conformada según las tres partes que aparecían en la Eneida y que suelen repetirse en la
imitación de estos versos:
Entrega de las armas adelantando la victoria lo que conlleva el contento del héroe.
Descripción profética (entroncando presente de la ficción literaria con futuro de la ficción
literaria y presente extraliterario, esto es, actualidad del poeta).
Asombro del héroe ante lo representado y estímulo para afrontar combates futuros / deseo de
cumplimiento de su destino.

El paralelismo temático-compositivo con la entrega de armas de Venus a Eneas en la


Eneida creemos que resulta evidente. Además, del mismo modo que en el texto virgiliano,
mediante esa écfrasis, se une pasado y presente hasta llegar a la Pax Augusta instaurada por
Octavio, con el elogio de este, haciéndolo descender del linaje de Eneas, así Cristóbal de Mesa
también hace entroncar a Felipe II con Alfonso VIII siguiendo el método de la écfrasis virgiliana.
En este sentido el divino artífice había cincelado en el escudo gestas de reyes como Fernando III
el Santo (toma de Sevilla), de Fernando el Católico (toma de Granada), de Carlos V (con sus
victorias mediterráneas contra los árabes, turcos y norte europeos, así como alusiones a sus
enfrentamientos contra los protestantes hasta llegar a la división del Imperio y de su retirada en
Yuste, para pasar a continuación a las batallas de Felipe II también contra protestantes y
musulmanes (musulmanes contra los que se estaba enfrentando Alfonso VIII). Entronca también
lo más lejano (Fernando III el Santo), y más reciente Fernando el Católico, Carlos V (luchas
contra musulmanes en el norte de África y contra los Protestantes) y presente y se alude a hechos
contemporáneos, como son las luchas contra los musulmanes (del norte de África, contra los
turcos y) de finales del XVI, que entronca perfectamente con la lucha que está llevando a cabo
Alfonso VIII.
El legado papal sería Venus (como ella, simplemente es el portador de las armas, unas armas
que ha hecho un artífice divino, que conoce el futuro, como Vulcano, v 626 ss.); Alfonso VIII, Eneas; y
Felipe II, objeto de ensalzamiento en el poema, sería Octavio, a quien Virgilio dedica el poema. Pero
es que, además, lo dice expresamente.

Más adelante, en el libro VI, volverá a aparecer otra referencia al templo de Jano, en este caso,
en sentido contrario, dice que se cerrará el templo de Jano, para referirse a un período de paz., que era
cuando este se cerraba. (TEXTO 3.2).
5
ÉCFRASIS DEL ESCUDO HISTORIADO

Virgilio, Eneida, VIII, 606-731. A partir de la traducción de R. Fontán Barreiro, Madrid, Alianza, 2005.
[…] Aquí llegan Eneas y la juventud elegida para el combate, y cansados reposo dan a cuerpos y caballos. Mas Venus, la
blanquísima diosa, se presenta entre nubes etéreas llevando sus dones, y cuando vio a su hijo solitario a lo lejos en un apartado valle
junto a las frescas aguas, se le apareció y le habló con estas palabras: «Aquí tienes la ayuda prometida del arte de mi esposo. No dudes
ya, hijo, en entrar en combate contra los orgullosos laurentes y el fiero Turno.» Dijo, y buscó Citerea los abrazos del hijo y enfrente
colocó las armas brillantes bajo una encina. Él, satisfecho con los presentes de la diosa y por honor tan grande, no podía saciarse de
mirar todo con sus ojos, y se asombra, y entre brazos y manos da vueltas al yelmo terrible con su penacho y que llamas vomita
[...] Después las bruñidas grebas de electro y oro refinado, y la lanza, y el trabajo indecible de forja del broquel. Pues el señor del
fuego, que sabe los presagios de adivinos, a quien no se le oculta el porvenir, había labrado en él la historia de Italia y los triunfos
de Roma.
Estaba allí toda la descendencia del linaje de Ascanio y las guerras que había sostenido una por una. Había cincelado
asimismo tendida sobre el verde antro de Marte a la loba parida; retozan los dos niños gemelos, colgados de sus ubres juguetean y
maman de la madre sin temor [...]

Cerca de ellos había puesto a Roma y las sabinas arrebatadas contra toda ley de entre la concurrencia sentada por las gradas
mientras se celebraban grandes juegos [...]

Allí un ganso de plata aleteando por el pórtico de oro con su graznido avisa que están los galos en el mismo umbral. Se acercan
entre jaras los galos [...]

Podían verse en medio broncíneas naves del combate de Accio y hervir todo el Leucate en formación de guerra y los relumbres de
oro de las olas. A un lado Augusto César lleva a Italia al combate, senadores del pueblo con sus Penates y sus grandes dioses. Está
en pie sobre lo alto de su popa. Brota doble haz de llamas de sus radiantes sienes y sobre su cabeza resplandece la estrella de su padre. En
otra parte Agripa, con los vientos y los dioses de su lado guiando altivo la flota; soberbia insignia de la guerra, las sienes rostradas le
relucen con la corona naval. [...]

En frente Antonio con sus tropas bárbaras, con la variada traza de sus armas, vencedor de los pueblos de la aurora y orillas del
Mar Rojo, trae a Egipto consigo y a la fuerza del Oriente, la remota Bactriana, y le sigue, ¡oh, baldón! su esposa egipcia. [...]

Pero César Augusto, cruzando en su carroza el recinto de Roma con los honores de su triple triunfo , les dedica su inmortal
don votivo a los dioses de Italia y consagra por toda la ciudad tres centenares de grandiosos templos. Estallan de alegría de festejos y
vítores las calles [...]

Eneas asombrado contempla estas escenas del broquel de Vulcano, don materno. Desconoce los hechos, pero goza mirando
las figuras y carga a sus espaldas la gloria y los destinos de sus nietos.

6
CRONOLOGÍA HISTÓRICO-LITERARIA de la ÉCFRASIS DEL ESCUDO HISTORIADO EN LA ENEIDA
Caída de Troya.
Eneas y su hijo Iulo Ascanio se escapan. Tendrán como misión fundar la nueva Troya, que será Roma.
(LEYENDA)
Octavio es declarado AUGUSTO.
PAX AVGVSTEA
Fundación histórica de Roma. Rómulo
Losygalos
Remo.llegan
Rapto
a las
de las
puertas
Sabinas
del Capitolio
Batalla de Accio. Publicación de
Octavio contra la ENEIDA.
Marco Antonio.
Occidente vs.Oriente

SIGLO XII 753 – ss. a. Siglo IV a.C. (390 ca.) 31 a. C. 27 a. C. 19 a. C.


a.C. ca.

CRONOLOGÍA HISTÓRICO-LITERARIA de la ÉCFRASIS DEL ESCUDO HISTORIADO EN LAS NAVAS DE TOLOSA (1594)

Carlos V. Victorias contra protestantes, musulmanes y


Batalla de Toma de Sevilla por Fernando III,Los
El Reyes Católicos.
Santocomuneros. Felipe II. Publicación de
Las Navas de Tolosa. Toma de Granada.
Retirada a Yuste LAS NAVAS DE TOLOSA
Batallas contra protestantes y musulmanes:
Alfonso VIII Batalla de Lepanto
(1571).
Rey de Portugal (1581)

1212 1247-8 1492 1500-1558 1571 1594

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Epifanía
Aen., VIII, 608-616
Las Navas de Tolosa, VI, 44-46 y 49
At Venus aetherios inter dea candida nimbos
dona ferens aderat; natumque in ualle reducta [...]
ut procul egelido secretum flumine uidit, 610 Y luego el rostro a los ministros buelto, Este insigne varon, que estaua en Roma,
talibus adfata est dictis seque obtulit ultro: Que estauan dedicados a tal culto, y alcançó el raro don de profecia,
'en perfecta mei promissa coniugis arte Traxeron presto vn cofre rico, embuelto Tomò a su cargo mas que nada toma,
munera. ne mox aut Laurentis, nate, superbos En lienço, y cuero, y grana, y seda ocultos Poner aqui tu gran genealogia:
aut acrem dubites in proelia poscere Turnum.' Como de la curiosa funda suelto, Que aquien mas Reynos manda, y gentes doma,
dixit, et amplexus nati Cytherea petiuit, 615 Fue aquel precioso refulgente bulto, En poder vencerà su Monarquia,
arma sub aduersa posuit radiantia quercu. Se admiraron los Reyes, y altos hombres, Coronando su España por Monarca,
Del estraño artificio, y nueuos nombres. De quanto cerca el Sol,y el orbe abarca.
Aquí llegan Eneas y la juventud elegida para el [...]
combate, y cansados reposo dan a cuerpos y Estas armas (dize el) de adamantino
caballos. Temple, y labor costosa, alta, perfecta, Dile al buen Rey Alfonso, en nombre mio,
Hazer mandò el Pontifice benino, Que ya que no le tengo aqui presente,
Mas Venus, la blanquísima diosa, se presenta entre A vn milagroso artifice Profeta: Que lo que a vn hijo tal,vn padre pio
nubes etéreas llevando sus dones, y cuando vio a su Que con el don de espiritu diuino, Concede y da, concedo y doy ausente:
hijo solitario a lo lejos en un apartado valle junto a Los futuros sucessos interpreta, Vaya, y fie de Dios,que yo confio,
las frescas aguas, se le apareció y le habló con estas No con el arte magica, ò encanto, Que ha desertan propicio, y tan Clemente,
palabras: «Aquí tienes la ayuda prometida del arte Mas con furor profetico de santo. Que como a zelador de su honra y gloria,
de mi esposo. No dudes ya, hijo, en entrar en Le ha de dar prosperissima vitoria.
combate contra los orgullosos laurentes y el fiero
Turno.» Dijo, y buscó Citerea los abrazos del hijo y
enfrente colocó las armas brillantes bajo una encina.

ÉCFRASIS. Satisfacción del héroe. Historia de su descenencia. Visión del futuro de la ficción literaria.
Aen., VIII, 617-629

Ille deae donis et tanto laetus honore


expleri nequit atque oculos per singula uoluit,
Las Navas de Tolosa, VI, 51 y 52
miraturque interque manus et bracchia uersat
terribilem cristis galeam flammasque uomentem, 620
fatiferumque ensem, loricam ex aere rigentem,
sanguineam, ingentem, qualis cum caerula nubes Calla, y el Rey por todas las figuras,
solis inardescit radiis longeque refulget; La vista por aca, y alla passea,
tum leuis ocreas electro auroque recocto, Mira los releuados, las pinturas,
hastamque et clipei non enarrabile textum. 625 y con ojos, y manos las rodea:
Illic res Italas Romanorumque triumphos Sus claras sombras vee, sombras escuras,
haud uatum ignarus uenturique inscius aeui De alto abaxo las trata; y las menea,
fecerat ignipotens, illic genus omne futurae
stirpis ab Ascanio pugnataque in ordine bella.
y en estremo saber dessea las dudas,
Que alli le causan las estatuas mudas.
Él, satisfecho con los presentes de la diosa y por honor tan grande, no
podía saciarse de mirar todo con sus ojos, y se asombra, y entre brazos y Imagenes por todo vee esculpidas,
manos da vueltas al yelmo terrible con su penacho y que llamas vomita [...] De abitos de primor de vnicos hombres,
Después las bruñidas grebas de electro y oro refinado, y la lanza, y el trabajo Que con inclitas obras en sus vidas,
indecible de forja del broquel. Pues el señor del fuego, que sabe los presagios Ganaràn para siempre eternos nombres:
de adivinos, a quien no se le oculta el porvenir, había labrado en él la historia Mira varias batallas esparzidas,
de Italia y los triunfos de Roma. Que haran inmortales sus renombres,
y otras celebres obras, y hazañas,
De los que reynaràn en las Españas.

Estaba allí toda la descendencia del linaje de Ascanio y las guerras que había sostenido una por una. Había cincelado
asimismo tendida sobre el verde antro de Marte a la loba parida; retozan los dos niños gemelos, colgados de sus ubres juguetean y
maman de la madre sin temor [...]

Cerca de ellos había puesto a Roma y las sabinas arrebatadas contra toda ley de entre la concurrencia sentada por las gradas
mientras se celebraban grandes juegos [...]

Allí un ganso de plata aleteando por el pórtico de oro con su graznido avisa que están los galos en el mismo umbral. Se acercan
entre jaras los galos [...]

8
En esta secuenciación de hechos históricos no podía faltar, esculpida en el escudo, la alusión a
la Batalla de Lepanto identificada con la batalla de Accio. Ya nos dice la profesora Lara Vila que esta
victoria de la Liga Santa (tropas del Papado, Pío V, venecianos y españoles) sobre el turco se había
interpretado como un gran adelanto para la imposición del cristianismo en el mundo islámico, y, por
tanto, un episodio altamente beneficioso para la propaganda de la monarquía imperial de Felipe II. De
este modo, -continúa Lara Vila- la batalla de Lepanto se convierte a partir de 1571 en lugar común de
la épica culta española del Siglo de Oro, formando parte de profecías, sea en écfrasis o no (La
Araucana de Alonso de Ercilla, La Felicisima victoria de Jerónimo de Corte Real,1578, Lyrae
Heroicae de Núñez de Oria ,1581, La hermosura de Angélica de Lope de Vega, 1602, o La
Restauración de España de C. de Mesa (1603). Virués (el Monserrat)
La comparación de la Batalla de Accio con la de Lepanto se convierte en recurrente en algunas de las obras épicas renacentistas
españolas más importantes como Ercilla, o el mismo Mesa.

También apunta la misma profesora que a esta identificación entre las dos batallas pudieron
contribuir dos casualidades: el tratarse de batallas navales y el transcurrir en lugares situados próximos
geográficamente (Golfo de Arta y el de Lepanto). Creemos que es importante señalar un tercer
elemento que habría servido también de tertium comparationis entre ambos enfrentamientos, a saber:
que ambas supusieron un enfrentamiento entre fuerzas occidentales y orientales y esto se deja bien
patente tanto en el texto de la Eneida como en el de C. de Mesa. Por otra parte, la comparación con la
batalla de Accio se hace expresa en el texto de Las Navas, en un claro sobrepujamiento de la batalla
lepantina. Con la batalla de Accio se dio inicio a un período de paz en Roma después de dos siglos de
constantes enfrentamientos, en tanto que el triunfo de la Liga Santa en la Batalla de Lepanto supuso un
duro varapalo para el acuciante imperio turco y cierta tranquilidad para las monarquías católicas en el
Mediterráneo.

9
Aen. 675-713 Las Navas de Tolosa, VI, 70 ss.
In medio classis aeratas, Actia bella,
cernere erat, totumque instructo Marte uideres
feruere Leucaten auroque effulgere fluctus. Era dever la belicosa gente,
Hinc Augustus agens Italos in proelia Caesar Como el imperio barbaro desprecia,
cum patribus populoque, penatibus et magnis dis, Era de ver armada tan potente,
stans celsa in puppi, geminas cui tempora flammas De España, Italia, y prospera Venecia:
laeta uomunt patriumque aperitur uertice sidus. Que yua contra el Monarca del Oriente,
Parte alia uentis et dis Agrippa secundis Por restaurar la perdida de Grecia,
arduus agmen agens, cui, belli insigne superbum, Con presuncion de inexplicable furia,
tempora nauali fulgent rostrata corona. De vengar bien la recebida injuria.

Podían verse en medio broncíneas naves del combate de Accio y Viase cerca en medio el mar descrito,
hervir todo el Leucate en formación de guerra y los relumbres de oro de De sangre roxo, y blanca espuma cano,
las olas. A un lado Augusto César lleva a Italia al combate, senadores El mas brauo, y mayor Naual conflito,
del pueblo con sus Penates y sus grandes dioses. Está en pie sobre lo Que jamas vio el Tirreno, ni Oceano:
alto de su popa. Brota doble haz de llamas de sus radiantes sienes y sobre Ni quando Antonio vino desde Egito,
su cabeza resplandece la estrella de su padre. En otra parte Agripa, con Contra el Agusto Emperador Romano,
los vientos y los dioses de su lado guiando altivo la flota; soberbia y en guerra armados, con poder diuerso
insignia de la guerra, las sienes rostradas le relucen con la corona naval. Se partio entre los dos el Vniverso.
[...]
Dibuxados estauan ambos senos,
Hinc ope barbarica uariisque Antonius armis, Del golfo de Pedrache, y de Lepanto,
uictor ab Aurorae populis et litore rubro, De la sangre, y cuerpos, leños, y armas llenos,
Aegyptum uirisque Orientis et ultima secum y la discordia todo roto el manto:
Bactra uehit, sequiturque (nefas) Aegyptia coniunx. Nuves de humo, y fuego delos truenos,
Frenetico el furor, odio, y espanto,
y que en sus alteradas aguas hondas,
En frente Antonio con sus tropas bárbaras, con la variada traza de sus Muchos tragavan las furiosas ondas.
armas, vencedor de los pueblos de la aurora y orillas del Mar Rojo, trae a
Egipto consigo y a la fuerza del Oriente, la remota Bactriana, y le sigue,
¡oh, baldón! su esposa egipcia.

una omnes ruere ac totum spumare reductis


conuulsum remis rostrisque tridentibus aequor. Cada baxel dixeran que era vn monte,
Alta petunt; pelago credas innare reuulsas Que daua en otro monte rezio encuentro,
Cycladas aut montis concurrere montibus altos, Que el impetu asordaua el Orizonte,
tanta mole uiri turritis puppibus instant. y Neptuno temblaua en su ancho centro:
Teme que otro mayor se le confronte,
Todos se enfrentaron a la vez y espumas echó todo el mar sacudido por el y a salir no se atreue de alla dentro,
refluir de los remos y los rostros tridentes. Tal era el fiero son de bateria,
A alta mar se dirigen; creerías que las Cícladas flotaban arrancadas y gran clamor que en su profundo oía.
por el piélago o que altos montes con montes chocaban, en popas
almenadas de mole tan grande se esfuerzan los hombres.

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Además, en la descripción del combate, como sucede también en la Eneida , también aparecen
las divinidades aparecen luchando, si bien, cristianizados los dioses romanos en santos y trastocados
los dioses egipcios en “esquadras infernales” hasta la derrota de estos últimos.

Catálogo de tropas
Las Navas de Tolosa, VI, 75-78
Aen., VIII, 694 ss. Formaua vn campo armado refulgente,
Stuppea flamma manu telisque uolatile ferrum El inclito espectaculo celeste,
spargitur, arua noua Neptunia caede rubescunt. De donde ala Catolica pia gente,
regina in mediis patrio uocat agmina sistro, Daua fauor aquella inmensa hueste:
necdum etiam geminos a tergo respicit anguis.
( Omnigenumque deum monstra et latrator Anubis Mostraua san Miguel el gran Tridente,
contra Neptunum et Venerem contraque Mineruam Anunciador de guerra, ò hambre, ò peste,
tela tenent. Saeuit medio in certamine Mauors La espada san Martin, Iorge la lança,
caelatus ferro, tristesque ex aethere Dirae, Ministra de vitoria, y de vengança.
et scissa gaudens uadit Discordia palla,
quam cum sanguineo sequitur Bellona flagello. El grande Apostol y patron Santiago,
Actius haec cernens arcum intendebat Apollo De punta en blanco se miraua armado,
desuper; omnis eo terrore Aegyptus et Indi, Haziendo en los contrarios fiero estrago,
omnis Arabs, omnes uertebant terga Sabaei. En defension del patrio pueblo amado:
Ipsa uidebatur uentis regina uocatis Ayudaua a teñir de sangre el lago,
uela dare et laxos iam iamque immittere funis. El que en hierros dio al fuego el otro lado,
Illam inter caedes pallentem morte futura El Español Diacono, que al ciego
fecerat ignipotens undis et Iapyge ferri, Tirano vence, y penas, hierro, y fuego.
contra autem magno maerentem corpore Nilum
pandentemque sinus et tota ueste uocantem Mirauanse assi mesmo a la otra parte,
caeruleum in gremium latebrosaque flumina uictos. Infinitas esquadras infernales,
Que en el conflito horrendo,y fiero Marte,
Llama de estopa con la mano y hierro volador con las flechas arrojan, y Cedian a las huestes inmortales:
enrojecen los campos de Neptuno con la nueva matanza. Que viendo de la Luna el estandarte
La reina en el centro convoca a sus tropas con el patrio sistro, y aún no ve a ya ganado, y los otros principales,
su espalda las dos serpientes. y que a los suyos Palas, ni Belona
No dauan triunfo de Naual corona.
Y monstruosos dioses multiformes y el ladrador Anubis empuñan sus
dardos contra Neptuno y Venus y contra Minerva. En medio del fragor Gimiendo los espitus crueles,
Marte se enfurece en hierro cincelado, y las tristes Furias desde el cielo, y yuan cayendo al infernal abismo,
avanza la Discordia gozosa con el manto desgarrado acompañada de Con subitos insolitos tropeles,
Belona con su flagelo de sangre. Apolo Accíaco, viendo esto, tensaba su Dexando el Turco amparo al tiempo mismo:
arco desde lo alto; con tal terror todo Egipto los indos, toda la Arabia, y assi dauan lugar a los fieles,
todos los sabeos sus espaldas volvían. Del despojo gozar del paganismo,
A la misma reina se veía, invocando a los vientos, desplegar las velas y Lleuando el humo, y niebla al hondo suelo,
largar y largar amarras. La había representado el señor del fuego pálida Quedando ya del todo limpio el cielo.
entre los muertos por la futura muerte, sacudida por las olas y el Yápige. Al
Nilo, enfrente, afligido con su enorme cuerpo abriendo su seno y llamando
con todo el vestido a los vencidos a su regazo azul y a sus aguas oscuras.

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Como motivo final de la descripción del escudo propiamente dicha se encuentra, como en
Eneida Augusto, Felipe II administrando sus nuevas conquistas, identificando expresamente al
monarca español con el emperador romano e igualando la pacificación lograda por ambos mediante la
alusión, además, al cierre de las puertas del templo de Jano, cierre que, como sabemos, se producía en
momentos de paz.

Aen. 714-728
At Caesar, triplici inuectus Romana triumpho
moenia, dis Italis uotum immortale sacrabat, 715 Las Navas de Tolosa
maxima ter centum totam delubra per urbem.
Laetitia ludisque uiae plausuque remebant;
omnibus in templis matrum chorus, omnibus arae;
VI, 79
ante aras terram caesi strauere iuuenci.
Ipse sedens niueo candentis limine Phoebi 720 No muy lexos de aquesta estampa estaua
dona recognoscit populorum aptatque superbis El Monarca magnanimo en su silla,
postibus; incedunt uictae longo ordine gentes, Quando ya en mas madura edad juntaua
quam uariae linguis, habitu tam uestis et armis. De Portugal el Reyno al de Castilla:
His Nomadum genus et discinctos Mulciber Afros, y que obediencia la ciudad le daua,
hic Lelegas Carasque sagittiferosque Gelonos 725 Mayor de Lusitania, y toda villa,
finxerat; Euphrates ibat iam mollior undis,
extremique hominum Morini, Rhenusque bicornis,
Acrecentando Reynos, y renombres,
indomitique Dahae, et pontem indignatus Araxes. A muchos otros titulos, y nombres

Pero César Augusto, cruzando en su carroza el recinto de Roma con los VI, 86
honores de su triple triunfo, les dedica su inmortal don votivo a los dioses de Este el siglo de hierro, en siglo de oro,
Italia y consagra por toda la ciudad tres centenares de grandiosos templos. Trocando y como Agusto Otauiano,
Estallan de alegría de festejos y vítores las calles. En todos los templos coros de Poniendo duro freno al fiero Moro,
madres, aras en todos, ante las aras cayeron a tierra novillos muertos. y graue yugo al barbaro Otomano:
Y él mismo sentado en el níveo umbral del brillante Febo agradece los Regira el mundo en paz, y almo decoro,
presentes de los pueblos y los cuelga de las puertas soberbias; en larga hilera y el templo bolvera a cerrar de Iano,
avanzan las naciones vencidas, diversas en lengua y en la forma de vestir y Haziendo hereditaria tal ventura,
de armarse. A su prosapia en larga edad futura.
Aquí la raza de los nómadas había labrado Mulcíbel y los desnudos africanos;
aquí los léleges, carios y gelonos con sus flechas; iba luego el Éufrates con
corriente más calmada, y los morinos, los últimos de los hombres, y el Rin
bicorne, y los indómitos dahos y el Araxes rechazando su puente.

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Pone fin a la secuencia de la entrega de armas al héroe su asombro ante las mismas por el
desconocimiento de los relieves, pero al mismo tiempo la ilusión y confianza que le inspiran para
acometer el combate y ganar la gloria.
La referencia a la Eneida como modelo, (modelo incluso a superar) se hará más expresa aún
unas octavas más adelante, (TEXTO 3.3) en donde aparece el sobrepujamiento de las armas de Alfonso
VIII, comparándolas con las de Eneas, héroe al que se refiere mediante perífrasis: es el que “libró del
fuego a los Penates”, passó varios mares, varias gentes, Con su Anchises, Ascanio, y fido Acates, al
tiempo que compara expresamente también a Alfonso VIII con Eneas (94, 7 se arma el buen Rey, mas
que este pio, y vmano...).
Eneas asobrado lo contempla todo.
Enlace con el presente histórico.
Aen., VIII, 729-731 Las Navas de Tolosa

VI, 92 VI, 94
Talia per clipeum Volcani, dona parentis, Mientras la vista en torno el Rey derrama, Al fin de aquestas armas refulgentes,
miratur rerumque ignarus imagine gaudet 730 Considerando tanta, y tanta historia, Fuertes a los assaltos, y combates,
attollens umero famamque et fata nepotum. Qua a su posteridad dara tal fama, De artificio mayor que las valientes,
Aunque ninguna dellas le es notoria: Del que librò del fuego a los Penates:
Eneas asombrado contempla estas escenas del Tanto el pecho el amor de honra le inflama, y passò varios mares, varias gentes,
broquel de Vulcano, don materno. Desconoce Siente tantos estimulos de gloria, Con su Anchises, Ascanio, y fido Acates,
los hechos, pero goza mirando las figuras y Que mientras mira mas, y mas contempla, Se arma el buen Rey, mas que este pio, y vmano;
carga a sus espaldas la gloria y los destinos de Menos en el aquel feruor se templa. Con licencia, y perdon del gran Mantuano.
sus nietos.

En definitiva, estamos ante una revitalización más de la descripción del “escudo historiado” en
las letras doradas españolas. De la pluma de C. de Mesa esta écfrasis cobra nueva vida gracias a la
adaptación que el mismo hace a la realidad de la época. Hemos visto que la estructura es similar y la
función la misma: entroncar al monarca objeto de alabanza en la obra con una época histórico-
legendaria de cara a legitimarlo más aún en el poder: del mismo que los dioses favorecerán a la estirpe
de Eneas hasta llegar a Augusto, Dios favorecerá a los cristianos en su enfrentamiento con los
musulmanes en las Navas de Tolosa de manera que se manifesta como protector de la monarquía
imperial española.
Cabría hablar también de semejanzas en el plano elocutivo a las que ahora no podemos atender
por razones de tiempo.

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Pero también, como veremos y como sucede con otros pasajes de la Eneida imitados, no se trata de
una imitación totalmente servil jjj sino adaptada perfectamente a la ficción literaria y a la realidad
española de la época, haciendo que parezca individual, si no novedoso.

ECFRASIS DIGRESIVAS.
De otro tenor y muchos más breves son las otras dos écfrasis que cuentan con un fundamento
clásico, concretamente con elementos procedentes de la mitología sensu stricto, y concretamente de
mitos relacionados con historias amorosas. Si en el caso anterior se trataba de un episodio recurrente
en la épica culta desde la Eneida en este caso lo que tenemos es la utilización de la mitología para
generar un sentimiento determinado en el lector.
En efecto, los avatares marciales dejan también espacio para momentos de profundo lirismo,
del mismo modo que sucedía en la épica clásica (Despedida de Héctor de Andrómaca, Amores de
Eneas y Dido, sin que se estimara que estos episodios rompían la unidad de acción de la obra).
Como hemos dicho al comenzar, hay otros dos momentos en que C. de Mesa incorpora en su
obra épica écfrasis con importantes elementos de la mitología: la descripción de las puertas y muros de
un alcázar donde paran Lesbín y Xarifa, enamorada de Abdalla, antes de llegar a Baeza (canto IX, 4-
8); y la descripción de los bordados de Xarifa en la almohada en la que Lesbín se recuesta antes de dar
a la mora la noticia de la muerte de Abdalla (canto XV), noticia que provoca el suicidio de la mora
enamorada. (Modulado sobre el episodio del suicidio de Dido en la Eneida). Creemos que ambas
guardan un contacto entre sí reforzado por la utilización de determinadas historias mitológicas.

En la primera de ellas, las puertas del alcázar aparecen cinceladas con diversas historias de
amores mitológicos. A varias de ellas se hace únicamente alusión mediante los nombres de los amantes
o un momento concreto de la historia (el águila llevando a Ganimedes, Biblis enamorada del hermano,
Júpiter transformado en gotas de oro [alusión a la historia de Dánae], las relaciones entre Pasífae y el
toro y entre Europa y Júpiter, Perseo liberando a Andrómeda, Ariadna abandonada por Teseo... en fin
estrofas 5 y 6 del canto IX). Unas que sabemos que tienen un final mejor que otras. Pero lo que nos
interesa aquí es ver cómo la más desarrollada de todas es la que presenta la bajada de Orfeo a los
Infiernos en busca de su amada y cómo tiene un final amargo.

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IX, 5-8
5 Veense en las altas puertas, y paredes 7 Mirase por estenso el triste amante,
Varios efetos, que el amor tirano Que con doliente boz, y canto tierno
ya causò con su fuego, y arco, y redes, Penetra por los muros de diamante,
En varios siglos del estado vmano: y buelve en su favor el duro infierno:
El aguila llevando a Ganimedes, y el son metrico, el musico discante
y Bibli enamorada del hermano, Hazen parar a todo el Reyno Averno,
Iupiter transformado en gotas de oro, Que tanto a todo espiritu enagena,
y Pasifa, y Europa junto al toro. Que olvida todo oficio, y toda pena.

6 Veese librar a Andromeda Perseo, 8 Y que no solo la canora lira,


y engañar al marido Teletusa, Con armonia suave peregrina,
y Ariadna agraviada de Teseo, A todos enternece, pasma, admira,
y aflita, y buelta en alamo Fetusa: y a qualquier almo a lo que quiere inclina:
y en el medio del agua ardiendo Alfeo; Mas del fiero Pluton aplaca la ira,
Por tu amor solo frigida Aretusa, y el don le da propicia Proserpina,
y Alcione llorosa por Ceice, ya sale ella, mira el, torna ella, umano
y a Orfeo lamentar por Euridice. Buelve el, y envano abraça el ayre vano.

Uno de estos momentos es cuando Lesbín aprovecha su embajada a Úbeda, Baeza y Jaén para comunicar la
muerte de Abdalla a Xarifa. Pero antes pregunta a Xarifa por los bordados de la almohada que ella tiene. C. de
Mesa aprovecha para describir la almohada que tiene bordadas historias de amor, y, entre ellas, la de Venus y
Adonis.
XV,22 25 Parece que de un sueño alto recuerde,
Son (dize ella) de amor, Dios del te guarde, Bolviendo en si la desmayada diosa,
Que lo que agora juzgas burla, y juego, Veese el mancebo entre la yerva verde,
Si te prende una vez, si una vez te arde, Qual mustia, ò sin sazon cogida rosa:
Veras que son sus hierros, y su fuego: Qual marchito jazmin, que el color pierde,
Que el que buelve al magnanimo cobarde, y a Venus tan penada, y tan llorosa,
y quita a todo espiritu el sossiego, Que ser mortal, tuviera a buena suerte,
Hara en el tuyo semejante efeto, Por al que en vida amò, seguir en muerte.
y aun podra ser ponerte en mas aprieto.
26 Mostrava la labor bien figuradas
23 Descoge en esto en la delgada olanda, Las lastimas de Venus, y manzillas,
De seda, y plata, y oro variada, Las cristalinas perlas destiladas
Vna selva por una, y otra vanda, De sus ojos, regando en las mexillas:
Muy amena con gran primor pintada: Las flores que antes blancas, y encarnadas,
Donde caçando un joven unico anda, Bolvio muerte moradas, y amarillas,
y anda por el de suerte enamorada, Del hermoso mancebo, que en el suelo
Que no solo abandona a Pafo, y Gnido, Mas al cielo Tuvo por madre hermana, y padre abuelo.
la madre de Cupido.

Ov. Met. X, 529-532 27 con tal primor distinto, y dibuxado


Capta viri forma non iam Cythereia curat Mostrava todo la labor al bivo,
litora, non alto repetit Paphon aequore cinctam Que no dixeran que era figurado,
piscosamque Cnidon gravidamve Amathunta metallis; Sino lo muerto, muerto: y bivo, bivo:
abstinet et caelo: caelo praefertur Adonis. Dixo, como vio el Moro este labrado,
Sea quien fuere, ò no de amor cautivo,
24 Algo adelante, en largo espacio incierto, Sea la almohadilla mi almohada,
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Sin huelgo, sin vigor, sin ser, sin vida ya que de la labor no entiendo nada.
Estava el propio moço el pecho abierto,
Que matò un javali con cruel herida:
y sobre el cuerpo del amante muerto,
La madre del amor, amortecida,
El sin igual hermoso rostro junto
Al ya palido rostro del difunto.

Nos encontramos ante una écfrasis que, aparte de su contenido ornamental, está dotada de un
profundo simbolismo, al parecer que la misma Xarifa ha presentido la muerte de Abdalla por el
bordado que ha hecho. Una écfrasis como elemento de ornato –sí–, pero que al mismo tiempo
intensifica la secuencia dotándola de un alto componente simbólico a la par que de un profundo
patetismo en el sentido de que se retrasa la crónica de una muerte anunciada, más incluso, presentida:
en la tela de la almohada Adonis sería el trasunto de Abdalla, que muere igualmente en el bosque, lo
mismo que el personaje ovidiano. Acentuaría, creemos, esta écfrasis la empatía del lector con el
personaje de Xarifa. Por otro lado, creemos que estaría en relación directa con la anterior de las puertas
del alcázar moro al que llegan Lesbín y Xarifa. Acabamos de ver que también, de las historias a las que
alude, que están grabadas, se explaya Mesa en aquella que contiene un triste final.
Provoca páthos. Genera tensión y contribuye al retardamiento de acontecimientos tan propio de la
épica, recurso del que hará magistral uso la tragedia.

Para concluir:
Dentro de estas écfrasis, hemos visto dos formas de aprovechamiento de la literatura clásica
grecolatina. En el primer caso se trata de la adaptación de un episodio recurrente en la épica culta
desde La Eneida al contexto histórico-literario español sin ocultar el modelo seguido, antes bien
enorgulleciéndose Mesa de él. Un episodio que va a cumplir con la misma función que tenía en el texto
virgiliano (elogio y legitimación del emperador Octavio / rey Felipe II), que tiene la misma estructura
y que tiene coincidencias a nivel elocutivo (aunque no nos hayamos detenido en ellas en esta ocasión).
Además, debido a esta perfecta adaptación al espacio histórico-literario de su obra, no se trata de una
imitación meramente servil del episodio virgiliano.
En la segunda y la tercera écfrasis nos encontramos con el aprovechamiento de episodios
mitológicos (partes de episodios) mitológicos, seleccionados conscientemente para provocar unas
sensaciones en los receptores de la obra.
En fin, sea desde el punto de vista sociológico de la literatura, sea desde el deseo de despertar
determinados sentimientos en los lectores, y, desde luego, siempre partiendo del componente estético
que se presupone en la obra literaria, estamos ante un ejemplo más de cómo el conocimiento de la

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mitología clásica en general y de la literatura latina particularmente nos ayuda a degustar y a poner en
justo valor obras literarias, máxime cuando estas son del Siglo de Oro.

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Resumen enviado.
“La écfrasis en la poesía heroica de Cristóbal de Mesa. Virgilio y Ovidio como modelos
principales”.
Mejor: La Eneida y la mitología / Ovidio en las écfrasis de Cristóbal de Mesa.

El trabajo consiste en un acercamiento a distintas descripciones de obras de arte que aparecen


en la Poesía heroica de Cristóbal de Mesa. En varias de estas se observan nítidas las huellas de autores
clásicos como Virgilio y Ovidio, tanto a nivel de inventio como de dispositio, y no solo los ecos de la
Jerusalén Liberada de Torcuato Tasso.
Con este análisis pretendemos poner de manifiesto la deuda que el autor zafrense mantiene con
los mejores clásicos latinos, tal como él mismo manifiesta en sus prólogos, en los que anuncia,
además, sus ideas poéticas sobre el género épico.

COMUNICACIÓN
Imitación en la Écfrasis de las armas en Las Navas de Tolosa anunciada, reconocida y expresa
en las últimas octavas de la écfrasis, cosa que no sucede en La Jerusalén de Tasso. Por otro lado, en la
Jerusalén tampoco está la batalla de Accio grabada en las armas, sino en el palacio de Armida?. Por cierto
que Reinaldo abandona a Armida, tras habérsele aparecido Ubaldo y decirle que se vaya de allí, y Armida le dirige los mismos reproches que Dido a
Eneas.

V. Pineda, “La invención de la écfrasis”:

P. 252. Comúnmente la crítica de nuestros días entiende por écfrasis la descripción literaria de
una obra de arte visual.

George Kurman, “Ecphrasis in Epic Poetry”.

P. 3. La écfrasis del escudo no es, desde luego, la única, como no lo era en la Jerusalén
Liberada , en la Eneida o en la Ilíada.
P. 4. Sincretismo entre écfrasis y símil.
p. 5. Écfrasis. Retardación propia de la épica.
p. 11. Habla de la écfrasis en la Jerusalén Liberada.

Lara Vila.

II, 38 pdf, p. 184. Habla de la écfrasis del escudo en la Jerusalén contrapuesto al de Eneas. Y
cómo está relacionado con la idea de unidad de la obra.

III, 77 pdf, pp. 343-344. Habla de écfrasis proféticas en general y hace alusión a la de las armas
particularmente.
Écfrasis proféticas en pinturas y otros objetos de arte dentro de cuevas.

III, 78 pdf, pp. 344, Écfrasis en La Restauración de España (IV, 40-54 y IV, 62-85).
III, 78 pdf. Las écfrasis proféticas son de descripciones de batallas.
Pueden adelantar acontecimientos que sucederán en la obra, o acontecimientos que serán
futuros con respecto a la temporalidad interna de la narración. (Es lo que sucede en Las Navas =
Eneida = Jerusalén.

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Las écfrasis tanto proféticas como de adorno son ambas simbólicas. (Mío: en la línea de
Victoria Pineda).

III, 79 pdf. Écfrasis, descripciones de retratos. Exaltación de miembros de la estirpe austríaca.

III, 81 pdf. Unión de genealogías míticas y regias. La herencia del dominium mundi es
patrimonio de un único linaje.

V, 73 pdf, p. 559. Alusiones a las écfrasis de Mesa que tienen que ver con Lepanto.

V, 76, p. 561. Ver por qué dice que la batalla de Accio es uno de los modelos esenciales de la
descripción de la batalla de Lepanto que se produce en la bola de cristal de La Araucana.
VI, 71 pdf, p. 675.

Cristóbal de Mesa tiene un compendio de Arte Poética (1607), año de la Restauración de


España. Alusiones expresas en el Prólogo de la Restauración al Arte Poetica de Horacio. En concreto,
a la unidad de la fábula y a la imitación.

Mío:
Hay que ver qué mitos utiliza y qué valor aportan al argumento de la obra, si están
perfectamente entramados, es decir, si contribuyen de alguna manera a la unidad de la obra de arte, una
de las características que prescribe claramente C. de Mesa.

Para la écfrasis de la colcha aludir a: Comparación de la caída del héroe con la flor cortada de la flor cortada: (En Cristóbal Virués
media Garcilaso. V. Cristóbal, p. 129). (Lo tengo en Navas tradi).

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