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RESEÑAS

Dalton Osorno, llano para designar una “boca gran-


Crónica para jaibas de con labios salientes” y también
“vulva, tabú”. Este último significa-
y cangrejos, do cobra un sentido mayor cuando
Quito, Campaña Nacional Eugenio nos enteramos de que ese lugar,
Espejo por el Libro y la Lectura, proyectado por el arquitecto narrati-
2020, 180 p. vo, es la calle Salinas, entre Gómez
Rendón, Brasil y Cuenca, mejor co-
https://doi.org/10.32719/13900102.2023.53.10
nocido como la 18. Es el sitio donde
se erige desde los años 1950 el ba-
Crónica para jaibas y cangrejos
rrio de tolerancia o lo que se cono-
(Premio La Linares, 2020) del escri-
ce ahora como centro de diversión
tor manabita Dalton Osorno (Jipija-
para adultos, aunque “Códice 12”
pa, 1958) es un título que ofrece un
da cuenta de una veintena de sinó-
ramillete de significaciones. Crónica,
nimos de ese lugar emblemático de
en el sentido de “narración histórica
la cultura popular guayaquileña.
en que se sigue el orden consecu-
El juntar en el rótulo la palabra
tivo de los acontecimientos” (DRAE
jaibas con la de cangrejos nos re-
2014). Este recurso permite el levan-
mite a dos crustáceos típicos de la
tamiento topográfico de la ciudad.
costa ecuatoriana. De esta forma
La voz narrativa se erige, de
queda clara, desde la titulación, el
esta manera, como una especie de
propósito de captar el color local,
arquitecto que narra la historia de
algo que no le ha sido esquivo a
un punto específico de Guayaquil.
Osorno que tiene un poemario titula-
Crónica también puede ser una ca-
do Visión de la ciudad (1996) y el li-
tegoría comprendida como “artículo
bro de cuentos El vuelo que me dan
periodístico o información radiofóni-
tus alas (1988), donde disecciona la
ca o televisiva sobre temas de ac-
ciudad en la que reside desde 1970.
tualidad”. Ese narrador nunca deja
La novella (así aparece en las
de lado el registro periodístico para
primeras páginas el término italiano
darle a la ciudad un tono actual.
para diferenciar la narración corta de
Una jaiba, nos dice el dicciona-
una de mayor extensión) tiene una
rio, es una palabra de origen anti-

Kipus, n.º 53 (enero-junio 2023), 177-196. ISSN: 1390-0102; e-ISSN: 2600-5751


https://revistas.uasb.edu.ec/index.php/kipus
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estructura de episodios alternados. verbo trabucar como “transformar,


Después del introito, en el que cono- invertir, también equivale a trastocar
cemos a “la más bella y más lúcida” o tergiversar el sentido de especies o
Ambrosina de Amay, vemos cómo noticias y lo nuestro es noticia trasla-
se alternan los títulos de “perjuros”, dada en el mejor sentido del vocablo”
luego “códices” con los de “piratas”. (Osorno 2020, 85).
Tres personajes registradores Pirata es, en su segunda acep-
de la realidad pululan alrededor ción, algo “ilegal, que carece de la
de la figura femenina matriarcal: el debida licencia o que está falsifica-
cronista, el reportero y el novelista. do”. Se trata de otro menoscabo de
Cada uno ofrece un punto de vis- la realidad. De hecho, el narrador se
ta sobre lo que es narrar la ciudad, erige como una “Persona o entidad
desde las perspectivas de la his- que copia o reproduce el trabajo aje-
toria, el periodismo y la literatura. no, en especial libros, discos, pelícu-
Cada uno teje su perjuro, su códice las, sin autorización y sin respetar la
y su piratería intertextual. propiedad intelectual” (DRAE 2014).
Los “perjuros” ostentan un nú- En este caso los textos saquea-
mero romano, cada “códice” y “pi- dos o “pirateados” son los de carác-
ratas” tiene un arábigo. Se trata, a ter histórico, tal y como se nos se-
todas luces, de una organización ñala el significado de códice como
discursiva a la manera de un archi- “libro manuscrito o los documentos
vo con un hálito jurídico que atravie- pictóricos (imágenes) de antiguas
sa toda la obra. civilizaciones”. El códice fija de
Perjuro significa “el quebranta- forma manuscrita un conocimiento
miento malicioso del juramento he- antiguo, en este caso es el de una
cho” (RAE 2014). Este jurar en falso ciudad cuya modernidad va desa-
(contra la realidad que se quiere re- pareciendo en la memoria.
crear) está presente en el narrador La estructura episódica de la
que siempre presume de romper su novela quedaría así: 46 textos di-
pacto de verosimilitud. Aquí volve- vididos en 23 códices (incluyendo
mos a una de las palabras del título el número cero), 12 perjuros y 11
de la obra. En un diccionario de ame- actos de piratería intertextual (que
ricanismos encontramos que jaibo es también dan como resultado 23). El
“una persona astuta, tramposa y ma- cierre se titula “Perjuros y piratas”
rrullera” (RAE 2010), definición que para sintetizar tanto los pactos ro-
puede ser homologable a la de un tos con la realidad histórica como el
cronista o, si se quiere, a la de un es- saqueo de fuentes. Si añadimos el
critor que “navega entre dos aguas” introito en esta suma, estamos ha-
(la frase es del narrador): la de la his- blando de 48 capítulos en total.
toria y la de la literatura. Aunque una “Códice 0” es el basamento de
mejor definición del escritor-jaibo la la novela, sección extensa que enu-
ofrece el mismo texto: “pirata prosa- mera los burdeles y cabarets más
dor entrometido en la somnolencia”. importantes en la historia de Guaya-
A renglón seguido da cuenta del quil para terminar con la cita de un

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reportero de crónica roja que habla La novela de Osorno se apro-


de “una zona que opera libremente pia así del discurso hegemónico de
desde fines de los años cincuenta, Guayaquil en todos sus niveles: el
cuando todo era manglar, camine- histórico, el musical, el literario... y
ría sin pavimento, monte y mos- es consciente de esa apropiación:
quitos; una trinchera putañera que “Escribir de la ciudad y la calle es
se levanta jacarandina con mayor transcribir, trasladar, traducir: no es
furor de jueves a domingo” (Osor- plagiar” (84). Sabe también que la
no 2020, 21). Este códice inaugural espada de Damocles de lo judicial
(representado por el número cero es omnipresente: “plagiar, plagiario,
de la inexistencia) nos muestra un copiar o apropiarse en lo sustancial
recurso que será constante en toda de una obra ajena. Sabe que toda
la novela: la enumeración de nom- burda reproducción está penada
bres, apellidos y apodos que dan por la ley” (85).
cuenta de una identidad guayaca. El clímax del recurso apropia-
“Códice 0”, uno de los más lar- cionista puede detectarse en “Pira-
gos del libro, se convierte así en la tas V”, en el que el discurso adopta
piedra angular de toda la narración el estilo de las crónicas de Indias:
porque bosqueja una historia del “Yo, dixe y nadien más entre vasa-
barrio popular. Se pone especial llos de su Majestad con encono de
énfasis en los dos muros que se siglos”. El breve episodio es meti-
construyeron para restringir el acce- culoso a la hora de reproducir esa
so. Sobre el primero la voz narrativa “carta de relación” del súbdito que
es contundente: “Muro que mandó informa desde el Nuevo Mundo que
a levantar el burgomaestre para se- ha “conquistado y pacificado villa
llar la calle. Es un corregidor que se he placido a Nuestro Señor que los
cree la divina pomada. Ordenó alzar más señores principales e indios
el cortafuegos para borrarla” (22). ellas están convertidas fe nuestra,
Cualquier intento de borradura ha en nombre fundar pueblo españo-
quedado en nada porque el poderío les cual en el dicho nombre Santia-
de la palabra literaria ha logrado res- go de la Culata” (94).
guardar la 18 de Osorno, más aún Se crea así un discurso que no
cuando el narrador empieza a mos- es portador de una verdad absoluta o
trar sus mejores artificios que nos una autoridad contundente, aunque
conectan con la categoría de “ficción para hacerlo utilice las máscaras de
de archivo” que explicaré en breve. la retórica de una época. De esta ma-
Toda la novela puede ser leída a nera, la voz narrativa se da el lujo de
la manera de los códices que siguie- jugar no solo con los textos de la his-
ron produciéndose hasta el siglo toria, sino también con las imágenes
XVIII, como testimonios manuscri- que se han tejido sobre Guayaquil.
tos pictóricos (imágenes) o pictográ- Osorno reviste su trama de legalidad
ficos (dibujos). Lo importante en la estructurándola a través de perjuros,
novela es el tamiz literario por el que piraterías y códices, cifrados en un
pasan esos iconos y pictogramas. lenguaje neobarroco que se desbor-

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da en cada página, pura pirotecnia chivum como “lugar donde se guar-


poética que deslumbra al lector. daban las arcas o los documentos
¿Por qué la novela ganadora públicos”) quiere ser un receptáculo
de un premio nacional para novelas de textos históricos sobre la ciudad,
breves es una ficción de archivo? pero sobre todo del barrio de tole-
Como lo explica Roberto González rancia de la calle Salinas. Si el ar-
Echeverría (2011) en Mito y archivo: chivo es “el conjunto de documen-
una teoría de la narrativa latinoame- tos que han perdido interés admi-
ricana, la novela como género nace nistrativo” (Lodolini 1993), tenemos
en el momento en el que un Estado que el libro que estamos reseñando
moderno (España) les exige a sus acomete con la tarea de rescatar
súbditos la redacción, la custodia y aquello que está interdicto, esa pe-
el ordenamiento de todos los pape- queña comunidad tapiada del barrio
les que dan cuenta de una relación de tolerancia, cuyo acceso no es
de subalternidad. “El archivo guarda para todos. El interés administrativo
letra muerta, letra que dice de vidas es reemplazado por el interés histó-
que fueron, cuya retención organiza rico y literario.
y da sentido a cuerpos y secreto, el Todo aquello que está destinado
arcano de su arché, de su esencia, para ser archivado, parece decirnos
de su misma raíz como palabra” (10). Osorno, va a parar a una narración
Osorno le da vida a esa letra literaria, no se lo puede relegar al
muerta y explora lo arcano de cada olvido. En este sentido, el narrador
una de las fuentes a las que se en- de Crónica para jaibas y cangrejos
frenta lúdicamente. Sobre la funda- se erige como una entidad que en
ción de la ciudad el narrador señala todo momento rescata, clasifica y
que “la única fundación fue la de un muestra una realidad que está he-
tal Francisco y las otras guisas de cha para ser literatura. Una realidad
mentidero del puerto”. A la manera que es también cuestionada. Véase
de Ítalo Calvino, alude a los “enten- “Códice 14”, en el que una prostitu-
didos en ciudades portátiles” que ta echa abajo todo el relato cons-
la van nombrando de diversas ma- truido y discute su estatus de vero-
neras, con “pliegos salpicados con similitud: “Usted, señor escribano,
sangre de nuestros antepasados”. que escribe en vano: no sabe nada,
Acto seguido, le quita autoridad a apenas repite lo que cuenta la es-
la historia en lo concerniente al año quifada; mal repite, digo, y borronea
de la fundación de Guayaquil, men- en su cuaderno las historias de la
cionando cómo “cábalas cabalísti- calle, que como las de la ciudad
cas son las datas impuestas para son un juego de palabras que van
tu principio: mil quinientas treinta de aquí para allá cual correveidile”.
y cinco, treinta y seis y hasta cua- Estamos ante el máximo cuestiona-
renta y siete, según actuarios de la miento a la credibilidad del discur-
costera” (Osorno 2020, 35). so literario: “Yo hablo con palabras
La novella de Osorno (atendien- cristalinas. Usted reescribe con fra-
do a la etimología de archerion o ar- ses forjadas” (Osorno 2020, 121).

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De hecho, no es gratuito que como la refiere el conferencista.


en “Piratas II” se hable de “levantar Concluimos esta reseña con el
nuevo catastro, como lúcidos regis- capítulo más importante de la no-
tradores del humedal” (60) y que en vella, “Códice 2”, que es una larga
“Piratas III” se mencione que “en conversación entre la Calle 18 y la
los apuntes de los cronistas e im- ciudad de Guayaquil. Diagramado
presiones de viajeros hay historias como guion de obra de teatro (prue-
enmarañadas. Esa es la crónica de ba del amplio abanico de registros
las grofas: todo para nuestro pa- discursivos que maneja Osorno), se
limpsesto” (73). Ese escribir, borrar trata de un poético reconocimiento
y sobrescribir se convierte en la a la existencia de un lugar maldi-
constante de toda la narración. to, como una madre que da fe de
Si el archivo, desde el punto que la calle que tiene incrustada es
de vista burocrático, acumula do- fundamental en su cotidianidad. La
cumentos de manera natural, en urbe reconoce que existe un barrio
esta narración literaria están pre- dedicado a la trata de blancas. Todo
sentes los recursos de acopio y el coloquio es un ir y venir de cues-
ordenamiento a lo largo del tiempo, tionamientos de lado y lado. Por
siempre con el fin de servir poste- ejemplo, la ciudad le dice: “Yo soy
riormente como fuente histórica. la que te llevo en mis entrañas y te
También es constante la idea de guardo cual castigo de tus fementi-
transmisión del conocimiento de la dos demonios”. La Calle no se que-
institución que custodia el archivo da atrás tildándola de “aldea pesti-
(si es que podemos aceptar que un lente” o ironizando sobre “los cro-
barrio de tolerancia es realmente nistas que falsearon tu verdadero
una institución), transmisión que origen; esos viajeros que pintaron
debe dar cuenta de cómo funciona tus hechizos con extrañas lenguas;
la institución proyectando una es- que den cuenta los piratas que te
tructura y un orden necesarios. saquearon tantas veces” (43).
El archivo también es un ser- Menudo logro el del ganador
vicio a la comunidad que puede del Premio La Linares, que ha re-
consultarlo como fuente cultural. En escrito la historia de la ciudad (so
este sentido, no hay capítulo más pretexto de hablar de la 18) en un
clarificador que “Códice 13” en el estilo distinto de sus predecesores.
que se transcribe la conferencia, en El proyecto de habla popular de
el paraninfo de la casona universi- Sicoseo de los años 1970 queda
taria, por parte del cronista vitalicio completamente atrás en esta visión
que diserta sobre la historia de la definitiva de la ciudad. No hay en
prostitución en Guayaquil. Todo Crónica para jaibas y cangrejos una
el apartado puede ser visto como intención de captar la coba, las pro-
una ordenadísima acumulación de cacidades o cualquier elemento de
documentos que dan cuenta de ca- la cultura popular. Incluso un episo-
lles, nombres, hechos y referencias dio como el de Julio Jaramillo (con-
sobre la “alcahuetería clandestina”, tado desde el sorprendente punto

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de vista de la prostituta favorita neidad a tal punto que se celebran


del cantante) lo aleja de cualquier presentaciones de pósters o teasers
rincón de justos literarios. Quien de películas esperadas y ansiadas,
quiera en el futuro escribir sobre la y se producen campañas para que
historia oculta de Guayaquil, tendrá aquellas películas que no gustaron
que partir de esta crónica literaria. (o que, mejor dicho, salen fuera de
lo esperado por cierto público) sean
Marcelo Báez Meza anuladas, olvidadas y, en ciertos ca-
Escuela Superior Politécnica sos, vueltas a filmar. Es en este con-
del Litoral texto en el cual este libro aparece
Guayaquil, Ecuador con un cuestionamiento básico que
todos nos hemos hecho en algún
Lista de referencias momento: ¿qué es lo que puede
considerarse como “buen cine”?
González Echeverría, Roberto. 2011. El libro de Armando Robles Go-
Mito y archivo: una teoría de la na-
doy recopila una selección de textos
rrativa latinoamericana. Ciudad de
México: Fondo de Cultura Econó- publicados a inicios de los años 60
mica. en el diario La Prensa y en 7 Días
Lodolini, Elio. 1993. Archivística: prin- del Perú y el Mundo, semanario
cipios y problemas. Madrid: Aso- del mencionado periódico. Tanto la
ciación Española de Archiveros, recopilación como el estudio preli-
Bibliotecarios, Museólogos y Docu- minar han estado a cargo de Emilio
mentalistas. Bustamante, docente universitario
Real Academia Española. 2010. Dic- y crítico de cine; mientras que el
cionario de americanismos. Madrid: prólogo fue escrito por la periodis-
Santillana.
ta Marcela Robles, hija del autor
––. 2014. Diccionario de la lengua es-
pañola. 23.º ed. Madrid: Espasa. recopilado (17-20). Es justamente
en el prólogo donde se presenta, a
partir de una anécdota, el carácter
y las intenciones de Robles Godoy
Armando Robles Godoy, respecto al cine: una herramienta
La batalla por el buen cine. para poder comprender el mundo,
Textos críticos 1961-1963, para experimentar nuevos lengua-
jes y experiencias que únicamente
Lima, Universidad de Lima, 2020, 400 p.
pueden ser aprehendidas a partir y
https://doi.org/10.32719/13900102.2023.53.11 a través del cine. Tal como se indica
en el estudio preliminar, a pesar de
Vivimos rodeados de pelícu- la importancia que tuvo en el mun-
las. Sea a través de pantallas o de do cinematográfico nacional no ha
écrans, sea en multicines o cineclu- habido alguna investigación que se
bes, en nuestros televisores o com- ocupe de Robles Godoy en su face-
putadoras, incluso en celulares, la ta de crítico cinematográfico (26), ni
producción cinematográfica y audio- se habían hecho conocidas sus re-
visual ha penetrado nuestra cotidia- señas a pesar de su temprana rele-

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vancia en el campo cultural peruano. que tiene un lenguaje, una estética


Los artículos compilados (una y una técnica propia. Esto es, justa-
selección de 206 en total) pueden mente, aquello que hace que la lec-
dividirse en tres categorías: las cró- tura y propuesta del autor sea tan
nicas de cine en sí mismas; un mini valiosa para pensarla en su contex-
curso de realización cinematográfi- to (como, por ejemplo, en el deba-
ca por entregas; y, finalmente, una te que tuvo con los miembros del
serie de notas sobre el estado de la grupo Hablemos de cine), así como
exhibición y distribución de películas usándola como marco de referencia
durante aquellos años. Y son estos para el análisis de la realidad cine-
últimos artículos los que deben ser matográfica contemporánea. Para
considerados con mucha atención el autor, lo esencial en el cine era la
para poder entender el libro, pues es capacidad que tenía el director para
necesario ubicar a Robles Godoy en plasmar, a través del uso de la téc-
la época en la que produjo estos tex- nica cinematográfica, una estética
tos e ideas. Como señalamos, la pre- propia, tanto de él mismo como del
sencia constante de películas en la cine en general. En ese sentido, el
época actual y la facilidad con la que recurrir a otros lenguajes y formas,
se puede acceder a estas, podría como las del teatro o la literatura,
dificultar a algunos lectores la com- vendrían a representar “errores” de
prensión del mundo (y del estado del dirección o, en caso peor, “incapa-
cine) del cual habla el autor: la deca- cidades” del propio director para
dencia del Hollywood clásico, el final poder desarrollar la estética que el
del neorrealismo italiano, el ascenso cine necesitaba para fundamentar-
de la nouvelle vague, el cine de Bu- se en visiones y prácticas autóno-
ñuel, etc., son algunos de los eventos mas. A diferencia de lo que suele
que fueron ocurriendo en los años en concebirse como fundamental, para
los que estas críticas se produjeron. Robles Godoy el argumento de la
Es decir, un mundo cinematográfico obra cinematográfica pasaba a un
multipolar y sin una hegemonía clara plano secundario (mas no subalter-
(León Frías 2020; Benavides Almar- no), centrándose en las caracterís-
za y García-Bejar 2021). ticas intrínsecas del filme, así como
En el segundo grupo de artícu- en la manera en la que la película
los, Robles Godoy trata de plantear se desenvolvía por sí misma. A su
los lineamientos básicos para la vez, la mención a los actores deja-
comprensión de las técnicas cine- ba de ser relevante para la crítica
matográficas, con definiciones cla- en sí, a no ser que fueran pieza
ras y presentadas en un orden ló- clave para el desarrollo del relato
gico que, de ser seguido, permitiría cinematográfico.
la creación de una primera película Las críticas de películas que
y, al mismo tiempo, muestra la con- realiza Robles Godoy son un claro
cepción que el propio Robles Go- ejemplo de lo exigente que era res-
doy tenía sobre las características pecto a la necesidad de construir un
básicas del cine, es decir, un arte arte cinematográfico autónomo, con

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su propio lenguaje, reglas estéticas y estreno de su segunda película En


consideraciones técnicas. Como se- la selva no hay estrellas, estrenada
ñala el autor, las características prin- ese mismo año. La entrevista abre
cipales del cine, a inicios de los años con una declaración que marca la
60, aún seguían construyéndose y discusión principal sobre la que gi-
desarrollándose, experimentando las rará el diálogo:
múltiples posibilidades que las varias
rupturas que fueron ocurriendo en Desde un punto de vista profesio-
esos años (el fin del Hollywood clási- nal-técnico, se trata de la mejor
película realizada por un peruano y
co, el desarrollo del cine japonés, los
supone un enorme avance respecto
cambios producidos por el neorrealis-
a la anterior película de Robles Go-
mo italiano, la nouvelle vague france- doy [...] Ahora bien, en un plano es-
sa y la crítica especializada de cine, trictamente estético, la película deja
etc.). Esto no quiere decir, como ocu- mucho que desear (379).
rrió en otros casos (por ejemplo, ver
el caso de Varela, 2021), que haya Los cuestionamientos principa-
preferido Robles Godoy un cine “altu- les que se plantearon al autor en la
rado” frente a uno más comercial. Lo entrevista (y sobre la que giró toda
importante y fundamental era que las ella) se centraron en la concepción
películas tuvieran la suficiente capa- que Robles Godoy tenía del cine
cidad para sostenerse por sí mismas, (en sus aspectos técnicos y estéti-
sin necesitar recursos externos al cos) y en la manera en la que este
propio arte cinematográfico. En ese había sido planteado en la película.
sentido es que el autor analiza con Como está señalado, las objecio-
las mismas herramientas conceptua- nes del grupo de Hablemos de Cine
les, musicales como West Side Story (bajo la inspiración de la primera
(o Amor sin barreras, en su título en etapa de Cahiers du Cinéma) se
español) (121-2), cintas épicas como basaban en la priorización del rela-
El Cid (152-3); comedias como Los to de la realidad a través de los pla-
juegos del amor (133), o películas nos y secuencias de las películas,
yanquis como Réquiem para un lu- mientras que para Robles Godoy lo
chador (256-7). Sí considera que no fundamental eran las técnicas pro-
basta con que las cintas sean “entre- pias y exclusivas del cine (encuadre
tenidas” para el público: las películas y montaje). O, como se indica en el
deben producir esas tres característi- estudio preliminar, una oposición
cas (lenguaje, estética y técnica) que entre un realismo baziniano frente
puedan ser identificadas como pro- al formalismo más heterodoxo de
pias (y exclusivas, en cierto sentido) Robles Godoy (56-8), formalismo
del cine. que buscaba desarrollar un lengua-
Cierra el libro un anexo que in- je cinematográfico que no estuvie-
cluye la entrevista-debate (379-93) ra limitado por la realidad objetiva
que mantuvo Robles Godoy con misma (58). La estética propia del
algunos miembros de la revista Ha- cine, para el autor reseñado, pro-
blemos de Cine en 1967, debido al porcionada por las técnicas propias

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a él, estaba acompañada por un entretenimiento también podía


lenguaje cinematográfico en cons- comprender valores estéticos y, a
trucción (382), lo que hace que la su vez, expresar la visión que los
realidad captada (o, en todo caso, realizadores tenían sobre el cine (y
la trama desarrollada) se convierta sobre el mundo). Asimismo, vuel-
en un instrumento de aquellos tres ven sobre la última parte del texto
elementos constituyentes del cine. de Robles Godoy, respondiendo
Continúa el anexo un artículo sobre la posibilidad de considerar
(394-8) que, a invitación de los edi- un posible canon (o una posible
tores de la revista, Robles Godoy es- historia “fija”) del cine, señalando
cribió, en el que desarrolla dos ideas la importancia de algunos directo-
principales: criticar la concepción del res que habían sido mencionados
cine como elemento de mero entre- por el autor del texto referido. Y es
tenimiento y, continuando el debate, justamente ahí que se explicita la
discutir la lógica detrás del estableci- diferencia mayor entre el grupo que
miento de un canon temprano para el constituía la revista y el autor, en
cine. El primero de los temas tratados su concepción sobre la naturaleza
se relaciona con las columnas inicia- misma del cine en tanto arte, indi-
les que el autor publicó, en las que cando que Robles Godoy:
discutía la preponderancia que las
películas de entretenimiento estaban Cree que el cine avanza descubrien-
teniendo en la cartelera local. En esa do nuevas formas de movimiento de
cámara, de ángulos insólitos o de
línea, el autor señala que “el realiza-
combinaciones temporales, elabora-
dor quiere crear sin sufrir; el especta-
das en montaje, desconociendo que
dor quiere captar sin sufrir. Y así, ni en la profundización del ser humano
hay creación ni hay captación” (395), y en su problemática es por donde
entendiendo sufrimiento como el re- hacen avanzar al cine los creadores
sultado de enfrentarse a algo com- más representativos (399).
plejo, nuevo y a lo que no se sabe
cómo reaccionar. Termina el artículo Es esa respuesta la que cierra
con una crítica a “las vacas sagra- el debate, resaltando la diferencia
das” del cine de su época, clasifica- entre ambas concepciones del cine,
ción que, en su opinión, únicamente de su lectura y de la manera en la
servía para detener la capacidad de que debería realizarse, sin poder
análisis de la crítica, pues encumbra- llegar a un punto de convergencia.
ba a personajes (directores, siendo Sirve, sin embargo, para compren-
específicos) que, o bien continuaban der el desarrollo del pensamiento
desarrollando su obra, o, vistos con del autor reseñado a través de los
mayor detenimiento, no habían logra- años y, especialmente, después
do consolidar una obra sustancial. de haber incursionado en la propia
Estas críticas generaron una práctica cinematográfica.
respuesta de la dirección de Ha- Finalmente, queda una pregunta
blemos de Cine (398-9). Para los por resolver, aquella que se plantea
miembros de la revista, el cine de desde un inicio del texto: ¿qué es

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aquello que podemos llamar “buen Lista de referencias


cine”? Sostenemos que, en un sen-
tido estrictamente literal, el libro no Benavides Almarza, C. F., y L. Gar-
logra responder esta pregunta. Más cía-Béjar. 2021. “¿Por qué ven
Netflix quienes ven Netflix?: expe-
bien, y en esto radica lo sustancial
riencias de engagement de jóvenes
de la propuesta de Armando Robles mexicanos frente a quien revolucio-
Godoy, nos interpela a repensar (y nó el consumo audiovisual”. Revis-
revisar) nuestra cultura cinemato- ta de Comunicación 20 (1): 29-47.
gráfica, nuestra capacidad de apre- https://doi.org/10.26441/RC20.1-
ciar y comprender el cine como ese 2021-A2.
“séptimo arte”. Este libro puede ser León Frías, I. 2020. La revolución de
valorado como un punto de partida Netflix en el cine y la televisión.
para cualquier persona realmente Pantallas, series y streaming. Lima:
interesada en el cine o, en el mismo Universidad de Lima.
Varela, B. 2021. Cine: Chisme y opinión
sentido, como una invitación a volver
por Cosme. Lima: Isegoria.
a esas películas que construyeron
nuestra educación cinematográfica
y marcaron nuestro gusto estético;
procurando ir más allá de la parafer- Santiago Cevallos,
nalia a la que la industria nos tiene Barrocos. Mímesis,
acostumbrados desde hace déca- legado y orfandad,
das. En palabras del propio autor: Quito, Universidad Andina Simón
Bolívar, Sede Ecuador / La Caracola
El cine, por sí mismo, ha enseñado
al público cómo ver las formas bási- Editores, 2021, 100 p.
cas del cine, pero el resto del apren-
dizaje ya depende del propio espec-
https://doi.org/10.32719/13900102.2023.53.12
tador. Entre otras razones, porque
la gran mayoría de las películas no En ese libro fundamental acerca
tienen ninguna relación con el arte de la cultura nacional que es La cua-
cinematográfico, y solo busca pro- dratura del círculo. Cuatro ensayos
ducir distracción. Y esto es definiti- sobre la cultura ecuatoriana (2006),
vo: para distraerse en el cine no es Santiago Cevallos González ofrecía
necesario aprender nada, la misma el primer fruto de una prometedora
costumbre de aceptar las conven- tarea crítica que se abría al futuro.
ciones del lenguaje del filme ha sido Apadrinado y de la mano generosa
un cómodo profesor (376).
del poeta y pensador quiteño, Iván
Carvajal, Cevallos aportaba a ese
Gonzalo Zavala Córdova libro un largo ensayo titulado Hacia
Universidad Nacional Mayor los confines, en el que, haciendo
de San Marcos
centro en el concepto de máquina,
Lima, Perú aborda lo que llama las “literaturas
realistas” del Ecuador de la primera
mitad del siglo XX, “aquellas que
adoptan una actitud moderna y par-

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ticular con respecto al movimiento barroca y neobarroca, de la narra-


de la máquina social”. Se trataba tiva de Pablo Palacio, Juan Carlos
entonces de sintonizar o alegorizar Onetti, Jorge Luis Borges y Lezama
“distintas relaciones, sean estas so- Lima. Acaso en este libro se revela
ciales o textuales [...] que se dan en más nítidamente el trabajo detenido
un determinado territorio o texto”, y preciso con los conceptos, cuyas
ya que “Máquina social y máquina definiciones y enunciados son las
literaria coinciden como dos engra- claves de bóveda con los que se
najes dentro de una máquina ilimi- aplica a temas complejos que ata-
tada, incesante. El arte, más que ñen a la estética de la “dificultad”,
un espejo, es un reloj que se ade- como diría Lezama Lima.
lanta”. Y aclara lo que asume como Digamos que entre El Barroco,
literatura realista: “una maquinaria marca de agua de la narrativa his-
que crea la ilusión de objetividad y panoamericana y el libro Barroco,
crítica”. Podemos ya señalar, como mímesis, legado, orfandad (2021),
lo más visible, en cuanto al estilo, la hay evidentes resonancias y conti-
minucia, el detenimiento o la preci- nuidades. Los dos funcionan como
sión en la ilación reflexiva, así como cámaras de eco sobre el barroco
la agudeza del tejido entre poética y y sus autores capitales. Así, en el
ficción, entre la veracidad histórica primer ensayo titulado “El barroco
y la verosimilitud ficcional; todo esto como reflexión teórica y cultural”,
para mirar las obras realistas del pivoteando nuevamente en la obra
30, sobre cuyas tramas y persona- de Lezama Lima y sus conceptos de
jes el crítico levanta muy vivas y de- contranaturaleza y contraconquis-
talladas relaciones alegóricas con ta, Cevallos (2021) realiza el gesto
la historia y la cultura nacionales. interpretativo de sacar la estética
Con el libro El barroco, marca barroca del orbe de la poética y am-
de agua de la narrativa latinoame- pliarla al tejido cultural americano;
ricana (2012), Santiago Cevallos lo dicho lo expresa de esta manera:
amplía el brazaje y, bajo el anda-
miaje de diferenciar cuatro formas el Barroco lezamiano es parte fun-
del barroco: dominante, manifiesto, damental de la imagen americana
construida, quizá paradójicamente,
latente y barroco como manifesta-
como contracultura.
ción, escribe un libro, literalmente,
A su vez, es precisamente la ima-
barroco; esto en razón de la serie gen de la contracultura, que se
de derivas y ramificaciones muy fundamenta en la idea del Barroco
bien controladas y estructuradas, americano como estilo de la “con-
donde los pies de página funcio- traconquista” [...] lo que le permitirá
nan como un texto dentro del texto. finalmente a Lezama Lima construir
Este armazón textual, digno de ese un sistema cultural como sistema
proliferante objeto de estudio que poético, mediante la articulación de
es el barroco literario, lo despliega significados de lo americano en am-
bos niveles de reflexión (18).
para ofrecernos su lectura, en clave

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Otro concepto, el de mímesis, sobre los que se van y los que se


se revela como central en el ensayo quedan, en ese juego inapelable
“El concepto de mímesis y ‘Prime- de vida/muerte. Y es que, como el
ro sueño’ de Sor Juana Inés de la lector tendrá ocasión de constatar,
Cruz”, cuyo debate se inscribe en el un aliento melancólico y de duelo
marco general de la repetición y di- atraviesa a un libro que de entrada
ferencia, pero en el terreno concre- confiesa su filiación benjaminiana:
to de la mímesis como fundamento “La expresión barroca encuentra
de la representación artística, tal mayor significado en cuanto más
como la planteara Aristóteles en la está sujeta al decaimiento, la ruina,
Poética. Sin embargo, no es preci- la muerte” (12).
samente esta repetición/diferencia En la teoría sobre el barroco y el
la que le interesa principalmente neobarroco hay varios temas y de-
a Cevallos, sino aquella otra que bates que no han cesado, y uno de
hoy, junto con Kristeva y Gennete, ellos es el que confronta al barroco
llamamos intertextualidad. Como como dimensión histórica versus el
nos lo recuerda nuestro autor, el barroco como concepción tipoló-
nombre completo del poema de Sor gica, vale decir, como estilo ancla-
Juana es “Primero sueño, que así do a un momento histórico y una
intituló y compuso la Madre Juana geografía determinados, frente al
Inés de la Cruz, imitando a Góngo- barroco como estilo artístico intem-
ra”; y dice Cevallos: “Sin embargo, poral. Y Severo Sarduy (1986) en
si bien ella afirma imitar a Góngora, el texto “Lautréamont y el barroco”
es más bien la obra del poeta cor- es la razón de ser del ensayo que
dobés actuando como una suerte Cevallos (2021) ha titulado “Cobra
de filigrana lo que se descubre en y “Lautréamont y el Barroco”: dos
su poema” (42). Y luego, en este escenas del discurso crítico de
juego de repeticiones y diferencias, Severo Sarduy”. La conclusión es
el ensayista lleva su reflexión al fon- rotunda: “Sarduy encuentra en la fi-
do común que estaría latiendo (en gura austral del Conde de Lautréa-
filigrana) en los dos poetas: el mun- mont y su anotación manuscrita un
do mitológico. fundamento para su concepción del
Dos escenas de Paradiso des- barroco hispanoamericano como
encadenan la reflexión interpretati- reelaboración o reconstrucción de
va del ensayo “Las imágenes de la los discursos precedentes” (72); y
muerte del padre y el legado en Pa- es que en el texto de Sarduy habría
radiso”; texto de profundas conno- ocurrido “el paso desde una con-
taciones personales, y que explica cepción histórica [...] hacia una con-
la referencia a la orfandad, anotada cepción tipológica del barroco” (73).
en el título del libro. Lo llamativo y Finalmente, a partir de otra di-
provocador en este ensayo es la cotomía inherente a la teoría del ba-
audacia con que Cevallos, a partir rroco/neobarroco, a saber, aquella
de esos relatos luctuosos, levan- que resalta la serie de reciclajes de
ta una sentida o emotiva reflexión barroco y, por otro, la que concibe

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a la literatura latinoamericana como Luis Antonio Aguilar Monsalve,


barroca en virtud de la serie de Herederos de las sombras,
desplazamientos de los discursos
Quito, El Conejo, 2021, 89 p.
hegemónicos que realiza, el ensa-
yo titulado “La doble y única mujer”, https://doi.org/10.32719/13900102.2023.53.13
de Pablo Palacio, y el Neobarroco”
opta por la segunda posibilidad Luis Antonio Aguilar Monsal-
para analizar el cuento del narra- ve (Cuenca, 1942), es un escritor
dor ecuatoriano. Así, postula como ecuatoriano que ha transitado por
ejemplo la manera en que Sarduy distintos géneros, al punto que ha
recicla, mediante metáforas bellas publicado más de una veintena de
y placenteras, las leyes y premisas obras: cuento, microrrelato, ensa-
del discurso científico que han per- yo, novela, además de cultivar la
dido su vigencia y están disponibles crítica literaria y haber realizado
como material simbólico reutilizable varias antologías (la última de ellas,
y capaz de brillar con nueva ener- una de literatura juvenil infantil en
gía. Entonces, esta idea del “dato Ecuador, la cual debió haber sido
desplazado de la ciencia —la uti- un reto fascinante), en especial, de
lización de sus fragmentos como narrativa. Aguilar Monsalve también
metáforas—” es la que Cevallos es miembro de número de la Aca-
(2021) lleva al análisis del cuento demia Ecuatoriana de la Lengua y
de Palacio y su gesto de irrisión al profesor emérito por la Universidad
“utilizar los otros cuerpos discursi- Hanover College, es decir, un hom-
vos como residuos” (83, 84). bre con mucho bagaje literario.
Ciertamente, este pequeño libro Es lo que encontramos en el li-
está, justamente en su brevedad, bro de microrrelatos Herederos de
cargado de extrañas y turbulentas las sombras, su trabajo más recien-
potencias; es decir, la espesura de te: gran esmero por el cuidado de la
sus ramales y ramajes no son una palabra, colocarla en el lugar exac-
amenaza al lector poco avisado to, para brindarnos párrafos preci-
o que carece de noticias sobre el sos que no dejan la sensación que
barroco/neobarroco, sino una pro- faltó o sobró algo. Del mismo modo,
mesa, una guía amistosa para pe- por su experiencia como escritor,
netrar en el mundo de la metáforas conoce los detalles e ingenios que
bellas y placenteras, de las citas re- pueden volcar una situación apa-
torcidas, de los personajes travesti- rentemente normal para transfor-
dos y esquizofrénicos, es decir, de marla y volverla atípica. Aguilar
los falsarios que pueblan la ficción Monsalve es un “cazador” de mo-
barroca/neobarroca, ellos también mentos, tal cual lo dice la reseña
teñidos por lo luctuoso. del libro. “Cualquier destino por lar-
go y complicado que sea, consta en
Galo Alfredo Torres realidad de un solo momento” (Bor-
Universidad de Cuenca ges). Y en este tema se especializa
Cuenca, Ecuador el escritor, ofrecernos momentos

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claves, narrados desde diversos nos. En “Lo oblicuo de la neblina”,


puntos de vista: “momentos básicos Omar, un niño, emprende un viaje
e indispensables, segundos que el en tren, dirigiéndose, después de
escritor llena de eternidad”. los preparativos y precauciones
Adiciono que, en la obra men- de su madre, a donde habita un
cionada, hallamos variedad e ima- amigo. Y al igual que en las obras
ginación. antes citadas, notamos que la plu-
En la variedad de temas pode- ma de Aguilar Monsalve traerá el
mos hallar a viajeros que buscan asombro, lo que atrapa a cada uno
o recuerdan un destino. Las trave- de sus personajes y, por qué no,
sías pueden ser físicas o internas. de algún modo, a sus lectores. En
Lo encontramos en varios de sus este caso, un pequeño accidente, la
cuentos. El deseo, consciente o no, caída del muchacho, para después
de arribar a un lugar. “Al otro lado encontrarse (sin que esto sea un
de un paraíso” es una muestra de spoiler porque la historia continúa)
lo que sostengo. Trata sobre una con que, en la estación final, nadie
sencilla excursión a un lago, rea- lo espera. Pero en este grupo de
lizada por tres amigos (lo que nos cuentos, quizá el más impactante
hace recordar experiencias simila- (al menos uno de los que más me
res, a quienes amamos la pesca o gustó de todo el manojo) es el de-
la aventura, simplemente), la salida nominado “Toda una vida viaje el
muy temprana, los refrigerios en su mejor”, que es la transición lograda
punto para cuando sean necesa- de un muchacho en una peluquería
rios, todo en su lugar —el escritor y que nos conduce obligadamente
no olvida los detalles— se puede a recapacitar sobre lo efímero de la
percibir el frío en el rostro, pero la vida y el tiempo en que vivimos. En-
historia pega un giro cuando uno tonces, ¿nacemos para morir o mo-
de los protagonistas escucha el rimos para vivir? (frase recogida de
canto de un ave (aquí es cuando otro de los cuentos: “Premonición”).
me refiero a los momentos claves Lo arcano, lo profano, las incóg-
que modifican el hilo narrativo). O nitas están presentes en Herederos
en “En el mundo de los Herederos de las sombras (por cierto, un título
de las sombras” que relata la emo- muy propio para una serie de miste-
ción de un viaje (autobuses, equi- rio). Algunos de sus personajes son
paje, hoteles de nombres exóticos: fantasmas (aunque en todo el libro
Miosotis) y la del peregrino, quien no encontremos esta palabra por
después de registrase y salir de su ningún lado, manejada exactamen-
hotel, bajo una amenaza de lluvia, te como un ser etéreo: “no la encon-
se topa con un quiosco de libros tramos, pero está allí, repetidamen-
usados. Allí una ráfaga de viento te”) que desean ser entes reales o
le lleva mágicamente uno de esos viceversa, según el hermoso relato
textos a sus manos. Desde allí el “Sin explicaciones”, donde un ele-
misterio, el elemento que deja de gante hombre de negocios y una
ser coincidencia para sorprender- colegiala de ojos azules ingresan a

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un ascensor; se desarrollará la tra- Una de ellas es “Sorensen”, que tra-


ma en un breve tiempo que comien- ta sobre la popular y profunda frase
za cuando el artefacto se activa y de John F. Kennedy. En el mismo
culmina al subir, apenas un piso, o grupo tenemos: “Las apariencias
menos. O el que leemos con el títu- engañan”, “Donde hay repetición
lo “Deseos desde el más allá”, que está el gusto”, “No todo lo que brilla
enfoca el itinerario de un extraño ser es oro” y “El que a cuchillo mata a
que recorre librerías, acaso un refle- cuchillo muere”.
jo de nosotros mismos cuando nos Leer Herederos de las sombras
empecinamos en repasar mental- es realizar un desplazamiento por
mente nuestras vivencias. O cuan- parte del lector, como ocurre en “Al
do regresamos a esos “sitios” que otro lado de un paraíso”, un viaje en
nos llenan de nostalgia, semejante el que se topará con más de una ex-
a lo que nos deja la obra de Proust, trañeza, que es una de las intencio-
en “Por el camino de Swann”. nes del autor, hasta que suene un
Un tercer aspecto de Herederos “disparo”, un “bumm”, que es tam-
de las sombras es la intromisión bién el título de otro de sus cuentos.
a otros cuentos famosos, un reto
complicado que el autor supera Hans Behr
con creces. Y así nos embarcamos Escritor y crítico ecuatoriano
en “Más allá de los robles”, que es Guayaquil, Ecuador
un “espejo con diferente propues-
ta” del cuento “Continuidad de los
parques”, de Julio Cortázar. En “El Israel Muñoz,
príncipe de los ingenios” el escri-
tor nos estimula a barajar algunas
Sendas de On. 100 Haikus,
meditaciones sobre las intencio- Cuenca, Dirección de Cultura,
nes latentes en la famosa novela Recreación y Conocimiento, 2021, 120 p.
de Cervantes, El ingenioso hidalgo
https://doi.org/10.32719/13900102.2023.53.13
don Quijote de la Mancha. La me-
tamorfosis, de Kafka, tampoco es- La poesía es un conjuro, un
capa a esta “cacería”, pero el autor espejismo, un punto de encuentro
nos brinda otra distorsión posible, desde donde se bifurcan las voces
más bella, poética y soñadora. O como las huellas en el páramo: tan
en “Punto de vista” y en “El silencio claras como imposibles. La poesía
condesciende”, elegantes invitacio- es un acto del lenguaje que lo lleva
nes para recordar a Monterroso. más allá de la significación en un
Finalmente, hay un puñado de extraño momento de anulación del
cuentos que señalan las frases cé- referente, de expansión del signo
lebres, otras comunes, refranes y en una semiosis ilimitada de ca-
dichos, en los que Aguilar Monsal- minos que se abren tantas veces
ve parece divertirse elaborando una como lecturas se consuman. La
historia a partir de dicha expresión, poesía es una imposibilidad que su-
sin dejarnos de invitar a la reflexión.

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cede porque el lenguaje es en sí la o, en palabras de Blyth, citado por


configuración de lo imposible. Rodríguez-Izquierdo (1994): “Para
El escritor o escritora de poesía el Zen y el haiku, todas las cosas
procura algo que no puede decir- son divinas y su encuentro en ella
se y que sabe está condenado al un poema” (80).
silencio que apenas nos permite Y basta con leer el epígrafe del
sugerir algo, un indicio... y, en ese libro para entender que nos enfren-
juego, quien lee el poema tiene la tamos a un intento de quiebre de la
última palabra, condicionado, claro, linealidad que nos procura explicar el
por las estrategias que el escriba todo desde la razón, porque en estas
encontró para tender la trampa, el cinco palabras, me parece, el autor
nudo, la espiral... se atreve a una crítica al cartesianis-
La escritura y la lectura nacen mo para instalarse en una dimensión
juntos, lo que el signo indicial des- de espejos sobre el agua hasta de-
tapa en la poesía o, para decirlo de cirnos, lectores, que lo que le intere-
otra manera y en el auxilio de Mario sa no es tanto el hecho sino la huella,
Campaña (2022): no tanto el sendero sino la experien-
cia, no tanto la cruz sino la herencia
lo que el intérprete aspira a com- con que se lavan las representacio-
prender no es lo que el poeta “ha nes: “del humo dedicado al fuego”:
querido decir”, pues [...] entre au- del rizoma desatado a su lugar de
tor, texto y lector se establecen re-
enunciación, me parece colegir.
laciones y se interponen factores o
situaciones que hacen que la com- En el recorrido de los cien tex-
prensión sea un acto no solo repro- tos que sustentan el poemario en-
ductivo sino también productivo: se contramos un entramado de imáge-
comprende siempre más o de un nes entrelazadas con una cadencia
modo diferente, en un proceso sin que, a través del quiebre rítmico y
término (99). la materialidad que sugieren, nos
permiten sospechar la actitud del
Entonces, y en el contexto que ejercicio escritural en búsqueda,
nos convoca, con los haikus de Is- atendiendo la realidad del lenguaje
rael Muñoz nos ubicamos frente a que no es otra cosa que una con-
una invitación que parte de la ca- versación íntima que, cuando se
pacidad de este registro poético en observa de verdad, nos permite
tanto aprehensión contemplativa, destellos de algo que está más allá
en tanto potestad de la palabra que de lo que sabemos, afincado en la
nos confronta al misterio o, mejor, a infinidad maravillosa de lo que sos-
la apertura de un misterio que nos pechamos, tememos, amamos o
tienta a indagarlo tejiendo redes indagamos: “sin creer en dios / la
dentro, porque esa es la naturale- mosca intenta atravesar el cristal”;
za primigenia del haiku: la tenta- “despierta la madre/ con sus ojos
ción de desnudar el eco o, mejor, hinchados el niño aún no despier-
“la apreciación del momento y su ta”; “sobre el campo quemado /
aprehensión”, como quería Bashuo danzan las luciérnagas / es todo el

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universo que hay”; “la eternidad / bitando hipos desde donde lanza-
más breve/ un latido”. mos palabras como flores en medio
Es importante señalar que la del ventarrón, procurando encontrar
tradición de escritura de haikus en el lugar en donde se asientan, como
nuestro idioma se remonta a los ini- en este espléndido poemario con el
cios del siglo pasado, con Tablada, que me aventuro a recordar las pa-
quien, a decir de Octavio Paz (que labras de Octavio Paz cuando se re-
también escribió haikus o haikai), fería a la poesía japonesa: “la poesía
influenció en varios escritores mexi- se mezcla a la reflexión, el humor a
canos en su aventura sobre esta la melancolía, la anécdota a la con-
forma poética, entre quienes se templación” (Cabezas 1991, 12).
cuenta a Xavier Villaurrutia. Por esto es una alegría recibir
En Argentina debemos citar a esta, la primer obra de Israel y su
Jorge Luis Borges y en Ecuador, por propuesta delicada con la que obtu-
supuesto, a Jorge Carrera Andrade vo el Premio a la Convocatoria del
y sus Microgramas: “Muchos de los GAD Municipal de Cuenca de 2021,
microgramas de Carrera Andrade, publicada en 2022; una propuesta
como los haikús de Tablada, toman honesta, decantada, que llega para
como imagen central algún peque- nutrir esta tradición poética en la
ño elemento de la naturaleza como ciudad del agua con un ritmo propio,
puede ser la mariposa, el colibrí, la que esperamos siga explorándose y
golondrina, etc.” (Saz 2002, 194). cifrando a través de la poesía, que
De esta manera, la exploración es una forma de rescatar al mundo
sobre esta forma de poesía1 ha tra- de la frígida barbarie de la razón.
zado un camino en la literatura his-
panoamericana a la que se suma Juan Carlos Astudillo Sarmiento
la invitación de Muñoz, desde una Universidad de Cuenca
desenfadada propuesta que recoge Cuenca, Ecuador
el espíritu mas no la forma especí-
fica de la construcción. Es decir, la Lista de referencias
escritura y la meditación penden de
Cabezas, A. 1991. Matsuo Basho, Sen-
un mismo costado en su escritura, da hacia tierras hondas (Sendas
y ambas, me parece, procuran algo de Oku).Traducido por A. Cabezas.
que jamás llega y que no deja de ha- Madrid: Hiperión.
cerlo, delineando constantemente el Campaña, M. 2022. De la espiral y la
camino que recorremos en su bús- tangente. Quito: Festina Lente.
queda. Los haikus, en esta dirección, Rodriguez Izquierdo, F. 1994. El haiku
nos permiten jugar al destiempo ha- japonés: historia y traducción; evo-
lución y triunfo. Madrid: Hiperión.
Saz, S. Centro Virtual Cervantes. Ac-
ceso el 8 de junio de 2022. https://
1. “El haikú tradicional consta de diecisiete cvc.cervantes.es/ensenanza/biblio-
sílabas y tres versos. No obstante, los
poetas en español que han elaborado teca_ele/aepe/pdf/coloquio_2004/
haikús no siempre guardan estrictamente coloquio_2004_25.pdf.
la forma” (Saz 2022, 187).

ISSN: 1390-0102; e-ISSN: 2600-5751 Kipus / 193


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Alicia Ortega Caicedo, lación de las ruinas del pasado, la


Estancias, autora pone en marcha una escritu-
ra que se hace con el cuerpo y res-
Quito, Severo Editorial, 2022, 214 p.
cata las pulsiones de vida latentes
https://doi.org/10.32719/13900102.2023.53.16 en los restos de la presencia, para
transformar no solo el porvenir sino
Tras recorrer las páginas del re- también el ahora y el tiempo pasa-
ciente libro de Alicia Ortega, Estan- do. “Así me veo: parada, con los
cias (2022), el tema de la memoria ojos desorbitados, la boca abierta,
y los afectos en la deriva del caos la pulpita latiendo y mis intestinos
me conducen a pensar que el re- distendidos en espasmo, mirando
memorar no es apenas una acción de frente la catástrofe única” (42).
pasiva cuya finalidad implica vol- Estancias muestra cómo el trabajo
ver sobre la retención del pasado, con la palabra modula una serie
más bien se trata de un movimiento de intensidades transitorias de lo
de interrupción que revela flujos y residual, que intervienen el tiempo
afectos. En un instante de inmi- homogéneo al exponer la estela
nente tribulación, atravesado por singular de las experiencias vividas.
el duelo, la separación y el confina- A partir de la lectura del texto,
miento, Alicia concibe una escritu- vuelvo sobre las palabras de Bar-
ra con la fuerza de evocar los es- thes (1994): “el espacio de la es-
pectros latentes en los intersticios critura ha de recorrerse, no puede
de la memoria, efectuando así un atravesarse; la escritura instaura
desplazamiento crítico que centra sentido sin cesar, pero siempre
su atención en las huellas del pa- acaba por evaporarlo: precede a
sado y en las reinscripciones afecti- una exención sistemática del senti-
vas que constituyen sus estancias, do” (70). El ejercicio escritural de la
sus formas para resguardarse del autora reactualiza la experiencia y
presente. Este tránsito infiere una sus sentidos, oponiéndose a la iner-
profunda reflexión sobre la escritu- cia, al dejarse arrastrar por los vien-
ra como medio para pensar otros tos huracanados de la historia. La
espacios de apertura “hacia lo ina- escritura opera como un dispositivo
sible, hacia lo perdido, hacia aque- creador donde Ortega se permite
llo que ha dejado de ser accesible y explorar en el lenguaje, en sus pa-
abrazable” (24). labras, la escritura se convierte en
Alicia revela un tiempo imbri- una zona vital: “donde me veo, me
cado capaz de dotar de lenguaje y recuerdo, me reinvento, me cobijo,
sentido a lo innombrable, el dolor me acomodo, me divierto, me reen-
propio, la fractura, lo indecible del cuentro” (18). A través de la palabra,
deseo, el caos inherente a la exis- Alicia construye un espacio donde
tencia. Como el ángel de la historia se resguarda del impacto, apoyada
de Walter Benjamin (representado en la presencia lumínica de los se-
en la imagen del Angelus novus de res amados, de los objetos que se
Paul Klee), al contemplar la acumu- manifiestan como amuletos contra

194 / Kipus ISSN: 1390-0102; e-ISSN: 2600-5751


Kipus 53, enero-junio 2023

el advenimiento de la catástrofe y el vida (la niña, la hija, la estudian-


eco de los libros que conforman su te-contrabandista, la madre, la mu-
biblioteca personal. jer amada, la crítica literaria, entre
En Estancias “no hay ficción, otras). En estas estancias también
hay escritura”. La voz autoral no si- se reencuentra con su padre José
gue ningún mandato estrictamente Jorge, su madre Alicia Esther, la
literario, su escritura piensa el acon- niña llama, la amada mujer mono y
tecer singular de la experiencia más toro, el niño caballo y la niña arvera,
allá de los límites de la representa- las honeys, las manes, la sociedad,
ción, situándose en los bordes se entre otras presencias latentes que
desplaza entre géneros, registros adosan las paredes que la envuel-
y texturas narrativas diversas. Es- ven y suturan heridas abiertas.
tancias es escritura que quiere ser La escritura presente en estas
leída como un libro andrógino, como páginas se concibe con el cuerpo
dispositivo que apela por el movi- desgarrado que expone sus heridas
miento fluido, que surca y se disper- para encontrar un sentido otro a pe-
sa en las cavidades porosas de una sar del contexto de duelo y confi-
existencia. Alicia despliega un len- namiento: “Porque el dolor se hace
guaje intensivo para alcanzar esos carne. Porque el cuerpo se cansa
rescoldos que emanan pulsiones de sostener el mundo cuando este
de vida pese a la inminente devas- se nos viene encima”. El cuerpo es
tación. Entre estas páginas se tejen materia que se deja afectar y que
estrategias afectivas para aplacar el expresa su acontecer singular; los
dolor, la perdida, el confinamiento, divertículos o la pulpitis muestran el
mientras se reinventa otras formas dolor, el cansancio y el temor, así
de mirar y reelaborar las memorias. como la pasión y el cariño que se
Alicia, con andar trastabillante y encuentran en el baile para la mujer
mirada estrábica, con un ojo hacía amada, el abrazo capturado en una
adentro y hacia atrás, mientras el fotografía, el juego de las chupilli-
otro se posa sobre lo que preserva y tas, incluso en la materialidad de su
puede palpar, recorre las estancias oficio como crítica literaria que atra-
que habitó, imaginó y no pudieron viesa la escritura con sus acciones
ser, pero que también la constitu- cotidianas como escuchar, conver-
yen. Estas estancias componen una sar, caminar, recorrer bibliotecas,
escritura autorreferencial donde se cargar bolsos con libros y libretas,
muestra que la vida no puede com- etc. Estas experiencias del cuerpo
primirse en un “Yo”, en una sola se hacen escritura, que construye
forma de ver nuestra historia. La otras formas de afectación, además
autora vuelve sobre sus pasos para posibilita la reelaboración y trans-
recorrer las ciudades donde resi- formación de sentidos. Escribir con
dió como Guayaquil, Murnau, Göt- el cuerpo es conectar las pulsiones
tingen, Múnich, Moscú, Pittsburg y vitales en la escritura.
Quito, donde persisten otras Alicias, .La escritura es una estancia
esos fragmentos que conforman su donde se urden maniobras para in-

ISSN: 1390-0102; e-ISSN: 2600-5751 Kipus / 195


Kipus 53, enero-junio 2023

tentar nombrarse y nombrar aquello cluso como una bitácora personal,


que acontece en la zona de la des- en donde se gesta un lenguaje pro-
figuración, en la pérdida de la voz, pio para nombrar la experiencia que
pero al mismo tiempo del devenir. perturba. La escritura de Alicia es
La obra muestra una densidad tem- un acto de reapropiación de la pa-
poralidad otra, “tiempo de escritu- labra, del cuerpo y de la propia his-
ra y lectura permanente” (198), de toria, que se descubre irreductible e
agenciamientos, afectos y expe- insubordinada. En este espacio “las
riencias corpóreas, un tiempo que palabras están preñadas de fuerza
se opone a la linealidad, a la reduc- paradójica” (65), que desborda una
ción del presente homogéneo. La multiplicidad de sentidos. Estancias
temporalidad de esta escritura se es un libro que muestra que volver
presenta a través de un patrón cir- con mirada estrábica y trastabi-
cular que reproduce un principio de llante sobre nuestras memorias es
permanencia y renovación. Este es- apelar por una materia inestable
quema circular se revela en las figu- de vibraciones y transformaciones,
ras del recuerdo: en el andar de los que hilvana desde los afectos nue-
patos de su infancia, en los dibujos vas vías para pensarse y concebir
que trazaba junto a su padre en en el mundo frente al inminente caos.
el patio, en la nieve de Moscú, en la
rotulación de un brazo, en el mur- Margarethe Tirado Hartmann
mullo de los grillos, etc. El tiempo Universidad Andina Simón Bolívar,
circular que nos propone Estancias Sede Ecuador
“es una cosa y otra a la vez. Es Quito, Ecuador
tiempo vivido, es tiempo del aconte-
cer” (188), de saltos y quiebres, no Lista de referencias
tiene principio ni fin, en constante
Barthes, Roland. 1994. “La muerte del
expansión. El movimiento circular
autor”. En El susurro del lenguaje.
revela una escritura de retorno in-
Barcelona: Paidós.
termitente, una marcha irregular, de Benjamin, Walter, 1989. “Tesis filosófica
desvíos y devenires. sobre la historia”. En Discurso inte-
Estancias puede leerse de múl- rrumpidos I. Buenos Aires: Taurus.
tiples maneras, como una escritura Ortega, Alicia. 2022. Estancias. Quito:
del duelo, de confinamiento, libro Severo.
andrógino, cartografía afectiva e in-

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