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LA VAJILLA IBÉRICA DE ABENGIBRE:

EL DESEO DE VENGAR A VIRIATO


IBERIAN TABLEWARE FROM ABENGIBRE: THE
DESIRE TO AVENGE VIRIATO

Febrero 2024 Abelardo López Pérez


(Colección Museográfica de Abengibre, Albacete)

Resumen
El desconocimiento de la comprensión de la lengua y la escritura
ibérica es el que ha condicionado una idea errónea sobre la
idiosincrasia ibérica dando por consensuado que la civilización
ibérica no era de costumbres homogéneas como sus
contemporáneos griegos y romanos. Lo cierto es que la vajilla
ibérica de Abengibre pese a mostrar diferente cronología formaba
un conjunto, lo que manifiesta la perduración conservadora de
elementos en la cultura ibérica, evidenciando la existencia de un
diálogo directo de carácter universal, ya que todos los incisos
simbólicos están motivados e integrados en una homogénea
cuestión conceptual de carácter socio-político en todo el
Mediterráneo.

Abstract
The lack of knowledge of the comprehension of the Iberian
language and writing is what has conditioned an erroneous idea
about the Iberian idiosyncrasy, taking it for granted that the
Iberian civilization was not of homogeneous customs like its
Greek and Roman contemporaries. The truth is that the Iberian
tableware of Abengibre, despite showing different chronology,

1
formed a whole, which shows the conservative persistence of
elements in Iberian culture, evidencing the existence of a direct
dialogue of a universal nature, since all the symbolic incidences
are motivated and integrated in a homogeneous conceptual
question of a socio-political nature throughout the Mediterranean.

La Manchuela y las vías de comunicación: aportes lingüísticos

ESCRITURA IBÉRICA

ESCRITURA TARTÉSICA

IBÉRICA

LA MANCHUELA

TARTÉSICA

2
El pueblo de Abengibre situado al noreste de la provincia de
Albacete se halla en el corazón de La Manchuela. Dicha
Comarca de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, con
un clima benigno, acto para la agricultura y la ganadería, tuvo
hasta hace poco, un destacado recurso minero de manantiales de
agua salada situado en la localidad de Fuentealbilla que fue
explotado desde la Antigüedad. Por otro lado, la ubicación
geográfica de La Manchuela nos sitúa entre dos importantes vías
naturales de comunicación como son el río Cabriel al norte y el
río Júcar en su tramo medio. Al norte nos enlaza con el alto Jalón
(afluente del Ebro) y al sur las tierras llanas nos comunican con
otras destacadas cuencas hidrográficas muy importantes para la
distribución del poblamiento humano en la antigüedad, las del
Segura hacía el sureste, la del Guadiana hacia el oeste y del
Guadalquivir hacia el suroeste.
Esta privilegiada situación geográfica de La Manchuela se delata
con los diversos aspectos socio-económicos y culturales que
aportó dicha comunicación. Incluida en dicha aculturación está la
simbólica y la epigráfica. El tesoro ibérico hallado en 1934 en el
término de Abengibre es una importante prueba de ello. Y aunque
formaba un conjunto muestra una amplia cronología. Según el
perfil de la cerámica de barniz negro campaniense, entre el siglo
IV y I a. C. Y así lo evidencia su iconografía y epigrafía.
Conexión iconográfica y tipológica
En efecto, la vajilla ibérica de Abengibre pese a mostrar diferente
cronología formaba un conjunto, lo que manifiesta la perduración
conservadora de elementos en la cultura ibérica, evidenciando la
existencia de un diálogo directo de carácter universal, ya que
todos los incisos simbólicos están motivados e integrados en una
homogénea cuestión conceptual de carácter socio-político en todo
el Mediterráneo. La conexión dialéctica también es tipológica,
donde la cronología de principios del siglo IV a. C. se puede ver
3
inscrita en dos de las piezas de plata que componen el conjunto
de platos de la vajilla de Abengibre. Son las páteras con pie
anular, pertenecientes al grupo II de Martínez Santa-Olalla
(1934). Una de estas piezas (Plato nº 38.203) muestra dos
palmetas asimétricas. Estas asimetrías, claramente intencionadas,
evidentemente no responden a un orden formal decorativo, sino
que más bien pertenecen a la narrativa que configura el lenguaje
iconográfico. Palmetas que se repiten en orden de cuatro en otra
pieza referida al grupo II de Martínez Santa-Olalla (Plato nº 38.
202).
La cualidad trascendental del elemento representado nos indica
que en las páteras con paralelos tipológicos pertenecientes al siglo
IV a. C. de la vajilla de plata de Abengibre se manifiesta la
expresión simbólica de Oriente. Dichas palmetas que,
esquematizan a la palmera, símbolo de oriente, circundan otro
símbolo universal, una roseta o rosetón. La cualidad trascendental
de la flor nos introduce en una de los logros institucionales más
importantes de la humanidad, la ofrenda y sus sinónimos más
directos: el voto y la entrega. El voto oriental se halla presente en
dos piezas del tesoro ibérico de Abengibre en unas fechas donde
según narran las fuentes literarias clásicas la influencia
cartaginesa hace acto de presencia en la Península Ibérica.

Reproducción geométrica de la pátera nº 38.202.

4
Pero en una de las páteras, Oriente se representa de dos formas
diferentes. En la pátera nº 38.202 se muestran dos pares de
diversas palmetas simétricas circundando un gran rosetón. El
orfebre representa dos estados diferentes inmersos en un mismo
plano oriental. Cartago tiene un origen oriental pero no es
propiamente Oriente, el fenicio colonizador de épocas pasadas. Y
esa diferencia es lo que también se reflejaría en la otra pátera nº
38.203 con la asimetría intencionada de dos palmetas, idénticas,
pero asimétricas circundando al rosetón. Polibio (200-118 a. C.),
personaje griego considerado uno de los historiadores más
importantes de la Antigüedad, ya nos indica la situación parcial
sociopolítica en Hispania del siglo IV a. C. con un dominio
Cartaginés del sur peninsular, y la vajilla de Abengibre
demuestra una relación institucional con Oriente.
Es más, la iconografía geométrica que
circunda las palmetas en las piezas descritas,
se basan en un compuesto repetido de la
sílaba ibérica k (ko), cuyo significado es
acato, sinónimo tributo. Todo ello en un
contexto socio-político que se repite
lingüísticamente en otras piezas de la vajilla
con una cronología posterior.

Simbiosis epigrafía y simbólica


La siguiente cronología de la vajilla nos la ofrece toda una
simbiosis epigráfica y simbólica. Entre los motivos incisos de la
vajilla de Abengibre se observa un florón estrellado como de
estilo púnico mencionado por Gómez-Moreno (1948) (Inv. nº
38.217 del MAN.).

5
Ahora, sabemos que el florón simboliza la ofrenda (voto, entrega,
dádiva), y por otro, la estrella por su cualidad o función
astronómica para con el hombre es la de guiar o regir, simboliza
lo regente, demostrando una condición político-social de su
poseedor. Es más, epigráficamente el signo ibérico “bo” Ö
similar a una estrella se contextualiza con el significado “rige”.
Incluso en la escritura levantina se muestra representado con la
intersección de cuatro líneas como en el motivo inciso descrito
(Ö). Justamente en el plato que aparece representado dicho florón
estrellado, tal y como señala Gómez-Moreno (1943) se menciona
lo que podía ser un homónimo “viriatuias”. Bien es cierto que el
nombre de Viriato puede ser un nombre corriente de la época y
puede no referirse al histórico caudillo lusitano, pero es que, en
principio, hasta la propia escritura en ibérico meridional, más
propio del área ibérica andaluza, zona denominada como
Turdetania se pone de acuerdo, ya que se sabe que Viriato era jefe
de un ejército compuesto por distintos pueblos. Aparte de los
lusitanos estaban vetones, vacceos y bastetanos, además mantuvo
múltiples colaboraciones con los turdetanos que también
participarían junto a él en mucha batallas1. A todo esto si le
añadimos otros incisos iconográficos de la vajilla de Abengibre
representados en piezas de la misma morfología, pertenecientes al
grupo III de Martínez Santa-Olalla (1934), en los que se
representa a un guerrero distinguido con un yelmo de alta cimera,
el perfil de otro con diadema ceñida a la cabeza, nos indicaría
claramente su condición social de un caudillo que muestra

1
https://neoptolemoblog.wordpress.com/2012/08/03/virato-y-su-batallas-contra-roma/
6
actividades relevantes de su vida, y las ofrece (López Pérez, 1996;
2001; 2002; 2006).

Incisos iconográficos mencionados

Comprobemos como la siguiente fase cronológica ausente de


palmetas del siglo IV a.C. nos revela la lectura epigráfica en todo
un contexto narrativo político-social e histórico posterior.
Entre las leyendas incisas escritas en alfabeto meridional en el
conjunto argénteo de Abengibre y en el orden que Joaquín
Sánchez Jiménez y Pío Beltrán Villagrasa muestran en 19622, se
halla la siguiente inscripción.

«A. Lectura del texto del plato Inv. 38.215. Negativo 5.170 del
Museo Arqueológico Nacional. Consta de once signos escritos en
arco en el ruedo del asiento… Su lectura inmediata es
aidurbenediabaga y su división en palabras se razonará que es:
aidurben - ediaba - ga.»

2
Los platos de Abengibre. Publicaciones del Seminario de Historia y Arqueología de
Albacete (Albacete).
7
En el alfabeto meridional el sigo $ permite la transliteración
fonética de la sílaba “be”, y así es como los autores citados la
interpretan en 1962. Eso sí, dichos autores recurren a la lengua
vasca para dar un significado a la lectura del texto, y razonan que
la partícula “ben” puede significar lo mismo que “pen”, todo ello
para dar un sentido a la primera palabra del texto “ai” con el
significado de “maleficio”.
El no comprender la escritura ibérica es como no comprender su
simbología, el disparate resultante es ver amuletos y maleficios
donde no los hay.
Ahora pasemos a la comprensión permitida por la
correspondencia gramatical contextualizada que permite la
correcta segmentación con la aplicación de la dualidad ibérica
du/tu y ba/pa.
Leída de derecha a izquierda: ai-turbe-n-e-dia-paga.
cB at Ò n PrÙ ía (ai turbe n e dia paga) ahí turbe nación,
recibe día paga.
Cuatro son las palabras castellanas mencionadas íntegramente en
el texto. Además del adverbio de lugar “ahí”, y “paga” del verbo
pagar, dos más, la palabra “día” y el imperativo “turbe” del verbo
turbar: Alterar o interrumpir la continuidad de una acción o
estado.
El modo imperativo en la lengua castellana se emplea para
ordenar o pedir algo, y así es como se manifiesta en la lengua
ibérica. Para que no haya dudas sobre el contexto gramatical y
político de su contenido, bajo la inscripción en arco se muestra la
sílaba “ka” (c): acata. Se trata de uno de los verbos más
influyentes y significativos de la historia sociopolítica y religiosa
de la humanidad, interpretado en la escritura ibérica con cada uno
de los diversos signos C, c y h. Acatar: Tributar homenaje de
sumisión y respeto. Es el resultado de un patrón de adaptación
lingüística donde la sílaba È (ke) traduce el verbo imperativo
(él/ella/Ud.) acate. Y la sílaba k (ko) trascribe el presente
8
indicativo (yo) acato. Sus respectivos sinónimos son: tributa,
tribute, tributo.
En el conjunto argénteo de Abengibre la palabra “día” se
menciona en siete ocasiones (texto A, B, C, D, E, F, I, de Gómez-
Moreno3). El texto B repite el verbo imperativo “turbe” con el
mismo contexto narrativo que en el texto A. Una línea en vertical
separa la frase según se registra en la siguiente imagen.

Texto B: Negativo 5172 del Museo Arqueológico Nacional.

Leído de derecha a izquierda, dice así: B at u/ n PrÙ ía (ai


turbe n / u dia ba) ahí turbe nación / lucha día comparece.

El escritor y gramático romano Macrobio, del último cuarto del


siglo IV d. C., en su obra “Saturnalia” dice que los Cretensen
llaman al hemera, Δία (Día). Sin embargo Macrobio, tal y como
menciona la página etimologías de Chile4, «jamás nos dice que la
palabra dies venga del griego cretense Δία, palabra que
simplemente comparte la raíz indoeuropea que se refiere a la luz
diurna y Macrobio sólo descubre su raíz radical.»
Según la prepotente etimología latina, dies nos dio la palabra día.
Es más, presumen de decir que la declinación en femenino –a fue
asimilada por el latín hablado tardío. ¿Entonces? ¿Qué hace la
palabra día con su respectiva declinación femenina –a en época
ibérica? Pues lo mismo que la palabra “turbe” y el resto de
palabras ya publicadas en otros trabajos: acá, ahí, aliso, aparta,
vil, bilis, boca, borde, cabe, cae, carde, carga, cure, debe, día,
3
Sanz Gamo, R. y López Precioso, J. (1995): “La vajilla ibérica de Abengibre y su
entorno histórico y cultural”. El Tesoro de Abengibre, CCM 1995.
4
http://etimologias.dechile.net/?di.a
9
don, duro, herir, horda, horca, ira, Nero, paga, pago, par,
pide, por, lauro, ley, salir, si, Sila, sede, tira, turbe, ora, ore,
quitar, vara, ver, vela, velar, vía, viga, vigila, Viriatuias, voto.
Toda una conjugación verbal castellana presente ya en estelas de
ámbito territorial o cultural tartésico del siglo VII-VIII a. C.:
cure, sana, liba, alto, cuna5. Más los verbos silábicos da, de, di,
va, ve, vi, que además evidencian una epigrafía determinante y
directa cuyo castellano actual es deudor natural. Respondiendo a
la pregunta: Sencillamente porque son palabras indoeuropeas y la
escritura ibérica ha sido erróneamente clasificada por la
historiografía tradicional como una lengua pre-indoeuropea sin
saber muy bien el propósito racista y degradante de dicha
clasificación.

El texto E, nº 38216 del Inventario del Museo Arqueológico


Nacional es traducido como aierton - debiarden - ediaba (ver
siguiente imagen).

El texto consta de tres frases separadas por líneas en vertical.


Leído de derecha a izquierda, muestra un mismo tipo de vibrante
en la primera y en la segunda frase (cuarto signo
respectivamente). Este tipo de vibrante es mostrada en la II tabla
de equivalencia fonética de Joaquín Sánchez Jiménez y Pío
Beltran Villagrasa (1962) con el mismo sonido que las vibrantes

https://www.academia.edu/36290014/CONTERBIA_CARBICA_Y_LA_DUALIDAD_EPIGR%C3%81F
ICA_IB%C3%89RICA

10
Pqç. Según la tabla de equivalencia íbero-castellana6, todas ellas
son la vibrante doble que determinan contextualmente a Roma. La
interpretación no deja paso a la especulación, ya que me atengo a
la tabla de equivalencia fonética descrita por dichos autores
respetando sus sonidos lingüísticos, y por supuesto, a la tabla de
equivalencia íbero-castellana contextualizada por mí con
antelación a la siguiente interpretación.

|neRÖia (ai e ŕ don): ahí recibe Roma don


|nÚRaIÚ (de bia ŕ de n): concede vía, Roma concede nación
BatÖ (e dia ba): recibe día comparece
Sin lugar a dudas, la propiedad que tiene la escritura es la
regularidad gramatical que permite la coherencia lógica interna
de una lengua. Y aunque pueda existir alguna alteración fonética
entre los diversos tipos de escritura (meridional y levantina), el
signo e es trascrito por Joaquín Sánchez Jiménez y Pío Beltran
Villagrasa (1962) como la sílaba do/to. Don es dádiva, es un
presente muy relacionado con cualquiera de los bienes naturales
o sobrenaturales que tenemos. Y en esta primera frase es Roma
quién lo recibe y quién intercede en la nación simplificada en el
ente autónomo e independiente de un pueblo o ciudad,
mencionada en la frase siguiente. Otra alteración fonética a tener
en cuenta es la que los autores citados trascriben como de/te con
el signo Ú, cuando en la escritura levantina es la sílaba ku/gu.
El texto F, nº 38214 del Museo Arqueológico Nacional muestra
epigrafía tal y como indica Gómez-Moreno (1943-1949): “Dentro
del ruedo del asiento y en torno de un florón sencillo”.

file:///C:/Users/Abelardo/Downloads/LA_MANO_DE_IRULEGI_EL_DOMINIO_PRO
MINENT.pdf
11
Museo Arqueológico Nacional

La leyenda principal consta de 12 signos que Joaquín Sánchez


Jiménez y Pío Beltrán Villagrasa segmentan en dos palabras:
gonildiraba-udiaba. Leído de derecha a izquierda el lector
comprobará que se respeta la fonética utilizando la dualidad del
signario ibérico descifrado por Gómez-Moreno go/ko y di/ti. En
la leyenda hay más de dos palabras:
B at u B art l i n k (ko n i l tira ba u dia ba) tributo
nación impone, ley tira va, lucha día va.
El verbo tirar es otro manifiesto castellano impreso en la epigrafía
ibérica de los platos de Abengibre. Tirar en su primera acepción
es hacer fuerza para traer hacia sí o para llevar tras de sí, pero
también es despedir de la mano, arrojar una cosa en dirección
determinada. La conexión gramatical y sintáctica de la leyenda no
puede ser más elocuente: “tributo nación impone, ley tira
comparece, lucha día comparece”. Todo un reto a la inteligencia
interpretativa del lenguaje ibérico desvelado, ya que dicha frase
no sólo guarda un contexto gramatical y de vocalización, sino que
se halla guardando un contexto histórico y arqueológico al estar
escrito en un objeto de lujo considerado por la arqueología
convencional como perteneciente a la élite del poder. Solamente
a un personaje con este rango se le puede exigir la consecuente
realización del hecho imponible al que la ley vincule en el deber
de contribuir con la carga u obligación de tributar las prestaciones
12
pecuniarias obligatorias de una sociedad, ante la amenaza de que
si desprecias la ley recibirás lucha.

Recordemos que la epigrafía del texto F se halla inscrita en torno


a un florón sencillo. Aquí, epigrafía y simbología se ponen de
acuerdo. La roseta o rosetón de más de cuatro pétalos es un
símbolo universal que expresa la ofrenda, entendida en su más
amplio sentido de la palabra, manifestada en cada uno de sus
sinónimos: sacrificio, ofrecimiento, homenaje, voto, entrega,
donación, oblación, sufragio, dádiva, obsequio, regalo, etc. 7
Por otro lado, la palabra “paga” se contextualiza de nuevo al
inicio del texto G de Gómez-Moreno (referencia G. del inv. del
MAN., texto H. 110 c. de Gómez-Moreno). Leído de derecha a
izquierdas y separando la frase por una línea: / dhB (paga da)
paga entrega.
La frase que continúa a dicha leyenda no tiene desperdicio:
rhÚrh / (carde car) procure tributar.
El imperativo del verbo cardar es: (usted) carde.
Relacionada con la ganadería, estamos hablando de una de las
actividades más viejas conocidas por el ser humano, ya que
cardar es preparar con la carda la materia textil para el hilado de
la lana. Según el diccionario español, carda en sentido figurado o
familiar es amonestación, represión. Amonestar es hacer presente
alguna cosa a uno para que la considere, procure o evite.
La interpretación “paga entrega / procure tributar”, contextualiza
una narrativa gramatical implícita en la historia de la imposición
de Roma en la Península Ibérica. Todo ello escrito en plata, uno
de los metales nobles más valorados y codiciados de la
antigüedad, que en sus múltiples formas funcionó
primordialmente como forma de pagos estatales y tributarios
documentados en toda la esfera gobernante del mundo romano, en
particular, y en general, en toda la esfera gobernante de la antigua
7
https://www.academia.edu/36290425/El_voto_ib%C3%A9rico_lenguaje_universal
13
sociedad. Es más, en el borde de otro de los platos (Negativo
8816 del Museo Arqueológico Nacional) se halla muy bien
grabado el signo k (ko) en solitario. Recordemos que el signo k
es acato, sinónimo tributo.
En diacronía con la narrativa interpretativa del conjunto
epigráfico de la vajilla ibérica de Abengibre, el resto de la leyenda
del texto G permite introducirnos en una serie de datos
cronológicos, históricos y lingüísticos con poder de retrasar la
fecha de dichos textos hacia mediados del siglo I a.C. Esto no
indica una fecha de fabricación de los platos, ya que esta vajilla,
aunque formaba un conjunto demuestra diferente cronología.
Como señalan varios autores presenta una morfología tipológica
perteneciente a los siglos IV y III a. C. (en Sanz Gamo y López
Precioso, 1995)8: “De hoz la considera una posible dedicación, en
alfabeto meridional, de finales del siglo III a. C. (De hoz 1979,
237). Correa, por la separación de palabras y la presencia de
escritura retrógrada, piensa en una fecha anterior a la presencia
romana (Correa 1981-1983, 409). Y Siles en el momento de la
presencia púnica (Siles 1981)”.
Sin embargo, en el año 19969 ya anuncio que la epigrafía y la
iconografía figurativa de personas y animales pertenecen al siglo
II a. C. Pese a ser repetidamente publicado en 200110, 200211,
200512, 200613 y finalmente en el año 201614 con un gran

8
Sanz Gamo, R. y López Precioso, J. (1995): “La vajilla ibérica de Abengibre y su
entorno histórico y cultural”. El Tesoro de Abengibre, CCM 1995.
9
López Pérez, A (1996): “Entorno al tesoro de Abengibre”. Ikalesken N º1 Iniesta
(Cuenca).
10
López Pérez, A. (2001): “Datos arqueológicos del río Abengibre al río Júcar”.
Ikalesken N º 1 Iniesta (Cuenca).
11
López Pérez, A. (Ed.) (2002): La fidelidad representada en el lenguaje icnográfico en
cerámicas ibéricas. Posibles conjeturas iberas. Albacete, 2002.
12
López Pérez, A. (Ed.) (2005): El ojo del ibero. Albacete.
13
López Pérez, A. (2006), “Símbolos astrales en la Antigüedad”, Revista de
Arqueología nº 301, Madrid. 56-63.
14

https://www.academia.edu/23704098/DESCIFRADA_LA_LENGUA_%C3%8DBERA_EL_LENGUAJE_IB%C3%89RICO_
ORIGEN_ETIMOL%C3%93GICO_DEL_CASTELLANO_S%C3%8DLABAS_VOCALES_Y_CONSONANTESo;

14
repertorio de interpretación iconográfico y epigráfico, lo único
que logro por parte de la arqueología convencional es un
desprecio mudo hacia el contexto narrativo anunciado.

La revisión del texto G permite interpretar toda una serie de datos


que cambia rotundamente la cronología epigráfica anunciada por
todos.

El texto que sique (referencia G. del inv. del MAN., texto H. 110
c. de Gómez-Moreno) se lee de derecha a izquierda y las frases se
hallan separadas por líneas en vertical.

zaíÙaírÌarí|íarËörûlíca|BízËól|rËöpÚSd

rË ö pÚ S d (da s debe e ker) entrega dominio debe, recibe


César.
El verbo “deber” dicen que viene del latín debere. Tal y como
indica la página etimologías de Chile15 : “En origen en efecto
debere significó tener algo procedente de otro y por tanto ser
deudor de él.”. Y con ese efecto original es como lo mencionan
los íberos, en un perfecto castellano.
En el texto G son cuatro las frases separadas por líneas. La
siguiente frase dice así:

15
http://etimologias.dechile.net/?deber
15
BízËól (l o ke śi ba) ley otorga, acate si va.
Es el contexto narrativo el que permite significar una cosa y no
otra. En este caso los signos íz (śi) hacen referencia a la
conjunción subordinante condicional que verifica algo: si.
Es la narrativa siguiente la que concuerda gramaticalmente con el
contenido completo del texto donde el apelativo César se vuelve
a pronunciar junto a la siguiente frase que justamente al final del
texto, tal y como señala Gómez-Moreno (1943)16, se menciona lo
que podía ser un homónimo “Viriatuias”.
ía rË örû lí ca (aca i l cure ker ai) acá impone ley, cure
César ahí.
zaíÙaírÌ arí (ira biriatuias) ira Biriatuias.
Cure César ahí deseo de venganza Viriato. Estas son las frases del
final del texto G de los platos ibéricos de Abengibre.

Ahora es cuando los acontecimientos de la historia son rebelados


por los documentos escritos por los íberos. Todo encaja. A
mediados del año 139 a. C., cuando el caudillo lusitano Viriato
fue derrotado en Azuaga (Badajoz), se vio obligado a firmar la
paz sin condiciones con el cónsul Cepión. Durante este tratado
Viriato fue asesinado. 76 años después, Cayo Julio César es
nombrado pretorio urbano y se le destina a la Lusitania con título
de procónsul en el 63 a.C. Parece ser que el deseo de vengar la
muerte de Viriato perduró o resurgió en la Lusitania 79 años
después de su asesinato. De hecho, la historia nos dice que
durante los años 61 a 60 a. C. el protector Cayo Julio César con
un ejército de 20 cohortes (unos 10 000 hombres) y 5000
auxiliares locales sometió definitivamente a los lusitanos17. Es el
propio Plutarco (capítulo 12)18 quién nos describe la forma de
16
Gómez-Moreno, M. (1943): La escritura ibérica. Madrid.
17
José María Blázquez (1975 pp. 71). Ciclos y temas de la Historia de España: La
romanización. La sociedad y la economía en la Hispania romana ; Plutarco, César, cap.
12 https://es.wikipedia.org/wiki/Guerras_lusitanas#cite_note-20
18
https://www.imperivm.org/cont/textos/txt/plutarco_vidas-paralelas-tv-cesar.html
16
gobernar de César en Lusitania: “Terminadas tan felizmente las
cosas de la guerra, no administró con menor inteligencia las de la
paz, reduciendo a concordia las ciudades, y sobre todo allanando
las diferencias entre deudores y acreedores: porque ordenó que de
las rentas de los deudores percibiese el acreedor dos terceras
partes, y de la otra dispusiese el dueño hasta estar satisfecho el
préstamo”.
Recordemos que el inicio del texto G comienza con las frases:
paga entrega / procure tributar. En el texto A: ahí turbe nación,
recibe día paga / acata. Y en el texto E: ahí recibe Roma perdona
nación / concede vía Roma concede nación / recibe día
comparece.

Aunque la vajilla fue hallada fuera del entorno geopolítico de la


Lusitania, el tipo de alfabeto en escritura meridional, propio del
área ibérica andaluza, zona denominada por las fuentes históricas
como Turdetania se pone de acuerdo, ya que se sabe que el
caudillo lusitano Viriato era jefe de un ejército compuesto por
distintos pueblos. Aparte de los lusitanos estaban vetones,
vacceos y bastetanos, además mantuvo múltiples colaboraciones
con los turdetanos que también participarían junto a él en mucha
batallas19.
La epigrafía ibérica manifiesta íntegramente documentos de
índole jurídica que contiene leyes, edictos o decretos, hasta
incluso en necrópolis y santuarios. Por su carácter político-social,
el antropónimo de Viriato es un único en el reconocimiento de la
epigrafía ibérica, consagrado en el registro de la lengua oficial de
la Hispania prerromana.
En la siguiente interpretación del texto I de Gómez-Moreno se
confirma de nuevo la palabra ira, y es leído por Joaquín Sánchez
Jiménez y Pío Beltran Villagrasa de dos maneras: a [s] ira-estia
o a [n] ira estia.
19
https://neoptolemoblog.wordpress.com/2012/08/03/virato-y-su-batallas-contra-roma/
17
Inventario del Museo Arqueológico Nacional nº 38204.

«El texto es leído de izquierda a derecha. Aunque los signos están


muy claros se presentan dudas en su interpretación. Los que
ocupan lugares 4, 6, 7, 8, son los del alfabeto del N.E. Los que
hay en los lugares 1, 5, 9, son de la vocal a retrógrada. El de lugar
2 es correctamente una s del N. E.; pero contando con la anomalía
de las aes vueltas se puede pensar en una n vuelta.»

La interpretación siguiente permite incluir la consonante


“s”(dominio) en el segundo signo, y la correspondiente dualidad
ibérica di/ti en el octavo signo:

a S îàa é S ta (a s ira e s dia) acepta dominio ira, recibe


dominio día.
Acepta dominio del deseo de venganza, recibe dominio día.

Por otro lado, el documento jurídico con epigrafía latina adoptada


por el íbero, justifica la presencia oficial de César en una fecha
concreta entre las acuñaciones numismáticas de Cástulo.
«Castulo, la gran ciudad de la Tarraconense, antes importante
oppidum oretano, como lo denomina Plinio (NH, 3, 71) se
encontraba situada entre las provincias Citerior y Ulterior (Caes,
BC, I, 38) y posteriormente en época de Augusto por sus
alrededores pasaba el límite de la nueva distribución de las
provincias. Según Estrabón (III, 4, 2) el límite de la Bética se
localizaba a poca distancia de la ciudad. Desde ella se contaba la
longitud de la Bética en el mapa de Agrippa (Plinio, NH, 111, 17,
29; Martian. Capella, VI, 631, 633) y pertenecía en la

18
documentación de Agrippa a los oppida Latii Veteris con el
nombre de Caesarini Iuvenales (Plinio, NH, III, 25)»20.
Durante la guerra civil entre César y Pompeyo (49-45 a. C.) la
ciudad de Cástulo fue partidaria de César pasando a ser una gran
ciudad de la provincia hispana. Ahora la interpretación de
leyendas latinas de sus acuñaciones puede transmitir un
documento jurídico que justifica la organización política y
administrativa del propio César, guardando un contexto
epigráfico, iconográfico, histórico, con las fuentes literarias
clásicas y arqueológicas, indicando una cronología precisa para
un tipo de acuñación.
La moneda en concreto es el
tipo 483 de Navascues
(1969)21, el cual atribuye
dichas acuñaciones hacia el
50 a. C.:
Anverso, cabeza viril
laureada mirando a la derecha, rodeada por la leyenda latina
SACAL. ISCER.
Reverso, esfinge mirando a la derecha, debajo SOCED, y delante
leyenda CAST. Interpretación anverso:
SACAL (S A CA L) dominio acepta, acata ley.
ISCER (I S CER) impone dominio César.

Otra narración epigráfica de adaptación alfabética que responde a


planteamientos teóricos en contexto arqueológico y monetal, se
halla presente en el semis hispano-romano de Ceri, incluido entre
las acuñaciones indígenas latinas. La ceca de Ceri, vinculada por
unos a Jerez de la Frontera (Cádiz) y por otros a Jerez de los
Caballeros (Badajoz), es considerada de la primera mitad del siglo

20
M.ª Paz García-Gelabert – José María Blázquez: Notas acerca del urbanismo romano
de Cástulo (Jaén, España). http://www.biblioteca.org.ar/libros/140260.pdf
21
J. M.ª Navascues. La moneda hispánica del Museo Arqueológico Nacional. Vol. I,
1969.
19
I a. C. El tipo CIII, 1 de
Vives (1926)22 muestra en el
anverso cabeza radiada y en
el reverso leyenda latina CER
entre dos espigas; mientras
que el tipo CIII, 2 muestra
cabeza laureada en el
anverso, y en el reverso la leyenda latina CERI entre dos espigas.
La traducción ibérica de su leyenda no deja duda sobre la
adaptación de un tipo de escritura en una acuñación indígena. La
corona laureada del personaje y la simbólica espiga legislativa nos
revela su propia identidad.
Cer (cer): César.
Ceri (cer i): César impone.
Diferente tipo de escritura (Ibérica y latina) mismo significado.

El cognomen de César abreviado con la escritura ibérica ker (cer)


se menciona en dos ocasiones en el texto referencia G. del inv.
del Museo Arqueológico Nacional (texto H. 110 c. de Gómez-
Moreno) de la vajilla ibérica de Abengibre, en contexto
gramatical con el nombre de Viriato. Un nombre propio escrito 79
años después de su muerte por las connotaciones sociopolíticas
que alcanzó en toda Hispania. Un único nombre propio en la
escritura oficial de la sociedad ibérica. Una civilización que no
individualizaba con escritos ni en sus enterramientos ni en su
propia moneda, pero que sin duda tuvo su particular antropónimo
en su existencia.
La ocultación de este gran tesoro argénteo en época romana, no
solo pudo tener la finalidad de impedir el suministro de plata al
ejército romano, ya que también pudo estar motivado por la
conservación narrativa de hechos históricos, la conservación
narrativa de su propia idiosincrasia.

22
A. Vives. La Moneda Hispánica. 1926.

20
La idiosincrasia de una civilización plenamente
consciente de su situación histórico-cultural en el
marco geopolítico del Mediterráneo. A las palmetas
representadas en el siglo IV a. C. hay que añadir el gesto
simbólico de unos diminutos zarcillos que elevan o alzan dicha
palmeta. Dicho gesto se delata en muchos más elementos de la
cultura ibérica pronunciando el verbo alzar (empuñaduras de
armas y placas de cinturón). Pero sobre todo se delata en
elementos directos al acontecimiento bélico ecuestre.
Alzamiento de caballeros
Los estandartes de jinete ibérico (signa equitum) tipo La
Bastida de les Alcusses (Mogente, Valencia) del siglo IV a.
C., proceden del sureste peninsular. La cronología de la
segunda mitad del siglo V, o principios del IV a. C. coincide
con un gran acontecimiento que conmocionó el mundo del
sureste ibérico con la destrucción masiva de monumentos e
incluso ciudades. Con el tratado romano-cartaginés del año
348 a. C. Cartago manifiesta tener en su poder todo el
mediodía peninsular.
La simbología de la montura del caballo ibérico procedente
de la Losa (Casas de Juan Nuñez, Albacete) del s. V a. C.
tiene la respuesta.
Palmeta = Oriente

Zarcillo = Alzar

21
Al igual que los estandartes ibéricos y la
montura de la Losa, la iconografía de los
platos ibéricos de Abengibre correspondientes
al siglo IV a. C pronuncia un hecho histórico
con el gesto de alzar la palmeta.
La palmeta esquematiza a la palmera, árbol oriundo de las tierras
orientales23; les acompaña un zarcillo o roleo simple cuyo
significado es “alzar”. Dicha composición (palmeta y roleos) se
sitúa en cada uno de los extremos de la montura.
Ahora vamos a extender la montura del
caballo donde se asienta la élite
caballeresca ibérica. Se trata de una piel de
toro. Esa forma de piel de toro puede ser ni
más ni menos la que los navegantes de la
antigüedad vieron en la propia Península
Ibérica, que como bien se sabe fueron
atraídos por su riqueza minera desde la Edad del Bronce Antiguo
(hacia el 2700 a. C.). El alzamiento oriental en el siglo V a. C.
pudo abarcar toda la Península. Es más, sobre la piel de toro se
asienta la autocracia ecuestre íbera del siglo V a. C. Y lo expresa
400 años antes de que lo dijese el geógrafo Estrabón en el siglo I
a. C. (II 5 27): «Por países el primero de todos desde Occidente es
Iberia, semejante a una piel de buey cuyo cuello se prolongaría en
la vecina Céltica...». Piel de toro = iberia. Palmera = Oriente:
implicación geopolítica.

23
Considero revelador la correspondencia narrativa iconográfica de este símbolo expuesta en
los siguientes enlaces:
file:///C:/Users/Abelardo/Downloads/La_palmeta_imagen_divisa_y_encarnacion_d.pdf
file:///C:/Users/Abelardo/Downloads/THE_SKIN_OF_A_BULL_IN_ANTIQUITY_IMAGE_S
Y.pdf
22
Otros elementos iconográficos presentes en la vajilla de
Abengibre se ponen de acuerdo en el sustento que supone para el
ejército de Roma la posesión de dicha plata. Estos elementos
figurativos son algo más tardíos, en torno al siglo II a. C. Cabré
Aguilo (1947), tratando los dibujos incisos en los platos, dice:
“En época indeterminada se grabaron en el anverso de la base de
uno de los grandes ejemplares una pequeña figura varonil cazando
un ciervo que vuelve la cabeza, un lobo u oso y un jabalí, y en el
reverso un guerrero ibérico que cubre su cabeza con un casco de
alta cimera, acometiendo con dos lanzas a otro que le afronta y
del que solo se ve la cabeza”.

Reproducción y fotografía en el MAN (Museo Arqueológico Nacional)

La imagen del anverso muestra claramente a un jabalí, su gesto


es el de sustentar a la imagen superior, pues una línea los separa,
y como símbolo de sustento ya lo publiqué en el 201124
ocupando portada en la Revista de Arqueología nº 362. Pero qué
sustenta, pues Cabré menciona un lobo u oso. La situación bélica
dominante de la época lo dice todo, pues es un símbolo con una
mitología reconocida por la propia Roma: la loba es la madre de
Roma. Para el ciervo es muy aclaratorio su contexto simbólico de
servidumbre en toda la Antigüedad25. Aquí se sustenta la
24
file:///C:/Users/Abelardo/Downloads/EL_JABALI_SIMBOLO_SUSTENTANTE_EN_LA_ANTI-
1.pdf
25
file:///C:/Users/Abelardo/Downloads/EL_CIERVO_EN_LA_ANTIGUEDAD_SIMBOLO_UNIVE-
1.pdf

23
servidumbre de Roma. Si como dice Cabré hay una pequeña
figura varonil dando caza a un ciervo que gira la cabeza, sin lugar
a dudas no estamos hablando de una escena de caza, sino que
simbólicamente se quiere poner fin al sustento de la servidumbre
de Roma. Hay tenemos el propósito y finalidad de la ocultación
de dicho tesoro. El que oculto la vajilla sabía perfectamente el
contenido histórico, simbólico y epigráfico que esa plata
contenía. Negó su bienestar y el de toda su prole para preservar
algo que estaba por encima de todo eso, impidiendo que esa plata
cayera en manos de Roma, pues con ella se pagaría al ejército
romano, y el ultimo indicio que ofrece su ocultación es de
mediados del siglo I a. C.

Bibliografía
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La romanización. La sociedad y la economía en la Hispania
romana, Madrid: Ediciones AKAL.
Cabré Aguilo, J. (1947): El tesoro ibérico de platos argénteos de
Abengibre (Albacete). Adquisiciones del MAN. 1940-1945.
Madrid.
García-Gelabert, M.ª Paz – Blázquez, J. M. (1994): “Notas acerca
del urbanismo romano de Cástulo (Jaén, España)”. Ktema 19
(Hommage à Edmond Frézouls-II), 155-168.
Gómez-Moreno, M. (1949): Misceláneas, Madrid.
Gómez-Moreno, M. (1943): La escritura ibérica. Madrid.
López Pérez, A (1996): “Entorno al tesoro de Abengibre”.
Ikalesken N º1 Iniesta (Cuenca).

24
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al río Júcar”. Ikalesken N º 1 Iniesta (Cuenca).
López Pérez, A. (Ed.) (2002): La fidelidad representada en el
lenguaje icnográfico en cerámicas ibéricas. Posibles conjeturas
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López Pérez, A. (Ed.) (2005): El ojo del ibero. Albacete.
López Pérez, A. (2006), “Símbolos astrales en la Antigüedad”,
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Los platos de Abengibre. Publicaciones del Seminario de
Historia y Arqueología de Albacete (Albacete) 1962.
Navascues, J. M.ª (1969): La moneda hispánica del Museo
Arqueológico Nacional. Vol. I.

Sanz Gamo, R. y López Precioso, J. (1995): “La vajilla ibérica de


Abengibre y su entorno histórico y cultural”. El Tesoro de
Abengibre, CCM 1995.

Vives, A. (1926): La Moneda Hispánica.

25

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