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Resumen
El desconocimiento de la comprensión de la lengua y la escritura
ibérica es el que ha condicionado una idea errónea sobre la
idiosincrasia ibérica dando por consensuado que la civilización
ibérica no era de costumbres homogéneas como sus
contemporáneos griegos y romanos. Lo cierto es que la vajilla
ibérica de Abengibre pese a mostrar diferente cronología formaba
un conjunto, lo que manifiesta la perduración conservadora de
elementos en la cultura ibérica, evidenciando la existencia de un
diálogo directo de carácter universal, ya que todos los incisos
simbólicos están motivados e integrados en una homogénea
cuestión conceptual de carácter socio-político en todo el
Mediterráneo.
Abstract
The lack of knowledge of the comprehension of the Iberian
language and writing is what has conditioned an erroneous idea
about the Iberian idiosyncrasy, taking it for granted that the
Iberian civilization was not of homogeneous customs like its
Greek and Roman contemporaries. The truth is that the Iberian
tableware of Abengibre, despite showing different chronology,
1
formed a whole, which shows the conservative persistence of
elements in Iberian culture, evidencing the existence of a direct
dialogue of a universal nature, since all the symbolic incidences
are motivated and integrated in a homogeneous conceptual
question of a socio-political nature throughout the Mediterranean.
ESCRITURA IBÉRICA
ESCRITURA TARTÉSICA
IBÉRICA
LA MANCHUELA
TARTÉSICA
2
El pueblo de Abengibre situado al noreste de la provincia de
Albacete se halla en el corazón de La Manchuela. Dicha
Comarca de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, con
un clima benigno, acto para la agricultura y la ganadería, tuvo
hasta hace poco, un destacado recurso minero de manantiales de
agua salada situado en la localidad de Fuentealbilla que fue
explotado desde la Antigüedad. Por otro lado, la ubicación
geográfica de La Manchuela nos sitúa entre dos importantes vías
naturales de comunicación como son el río Cabriel al norte y el
río Júcar en su tramo medio. Al norte nos enlaza con el alto Jalón
(afluente del Ebro) y al sur las tierras llanas nos comunican con
otras destacadas cuencas hidrográficas muy importantes para la
distribución del poblamiento humano en la antigüedad, las del
Segura hacía el sureste, la del Guadiana hacia el oeste y del
Guadalquivir hacia el suroeste.
Esta privilegiada situación geográfica de La Manchuela se delata
con los diversos aspectos socio-económicos y culturales que
aportó dicha comunicación. Incluida en dicha aculturación está la
simbólica y la epigráfica. El tesoro ibérico hallado en 1934 en el
término de Abengibre es una importante prueba de ello. Y aunque
formaba un conjunto muestra una amplia cronología. Según el
perfil de la cerámica de barniz negro campaniense, entre el siglo
IV y I a. C. Y así lo evidencia su iconografía y epigrafía.
Conexión iconográfica y tipológica
En efecto, la vajilla ibérica de Abengibre pese a mostrar diferente
cronología formaba un conjunto, lo que manifiesta la perduración
conservadora de elementos en la cultura ibérica, evidenciando la
existencia de un diálogo directo de carácter universal, ya que
todos los incisos simbólicos están motivados e integrados en una
homogénea cuestión conceptual de carácter socio-político en todo
el Mediterráneo. La conexión dialéctica también es tipológica,
donde la cronología de principios del siglo IV a. C. se puede ver
3
inscrita en dos de las piezas de plata que componen el conjunto
de platos de la vajilla de Abengibre. Son las páteras con pie
anular, pertenecientes al grupo II de Martínez Santa-Olalla
(1934). Una de estas piezas (Plato nº 38.203) muestra dos
palmetas asimétricas. Estas asimetrías, claramente intencionadas,
evidentemente no responden a un orden formal decorativo, sino
que más bien pertenecen a la narrativa que configura el lenguaje
iconográfico. Palmetas que se repiten en orden de cuatro en otra
pieza referida al grupo II de Martínez Santa-Olalla (Plato nº 38.
202).
La cualidad trascendental del elemento representado nos indica
que en las páteras con paralelos tipológicos pertenecientes al siglo
IV a. C. de la vajilla de plata de Abengibre se manifiesta la
expresión simbólica de Oriente. Dichas palmetas que,
esquematizan a la palmera, símbolo de oriente, circundan otro
símbolo universal, una roseta o rosetón. La cualidad trascendental
de la flor nos introduce en una de los logros institucionales más
importantes de la humanidad, la ofrenda y sus sinónimos más
directos: el voto y la entrega. El voto oriental se halla presente en
dos piezas del tesoro ibérico de Abengibre en unas fechas donde
según narran las fuentes literarias clásicas la influencia
cartaginesa hace acto de presencia en la Península Ibérica.
4
Pero en una de las páteras, Oriente se representa de dos formas
diferentes. En la pátera nº 38.202 se muestran dos pares de
diversas palmetas simétricas circundando un gran rosetón. El
orfebre representa dos estados diferentes inmersos en un mismo
plano oriental. Cartago tiene un origen oriental pero no es
propiamente Oriente, el fenicio colonizador de épocas pasadas. Y
esa diferencia es lo que también se reflejaría en la otra pátera nº
38.203 con la asimetría intencionada de dos palmetas, idénticas,
pero asimétricas circundando al rosetón. Polibio (200-118 a. C.),
personaje griego considerado uno de los historiadores más
importantes de la Antigüedad, ya nos indica la situación parcial
sociopolítica en Hispania del siglo IV a. C. con un dominio
Cartaginés del sur peninsular, y la vajilla de Abengibre
demuestra una relación institucional con Oriente.
Es más, la iconografía geométrica que
circunda las palmetas en las piezas descritas,
se basan en un compuesto repetido de la
sílaba ibérica k (ko), cuyo significado es
acato, sinónimo tributo. Todo ello en un
contexto socio-político que se repite
lingüísticamente en otras piezas de la vajilla
con una cronología posterior.
5
Ahora, sabemos que el florón simboliza la ofrenda (voto, entrega,
dádiva), y por otro, la estrella por su cualidad o función
astronómica para con el hombre es la de guiar o regir, simboliza
lo regente, demostrando una condición político-social de su
poseedor. Es más, epigráficamente el signo ibérico “bo” Ö
similar a una estrella se contextualiza con el significado “rige”.
Incluso en la escritura levantina se muestra representado con la
intersección de cuatro líneas como en el motivo inciso descrito
(Ö). Justamente en el plato que aparece representado dicho florón
estrellado, tal y como señala Gómez-Moreno (1943) se menciona
lo que podía ser un homónimo “viriatuias”. Bien es cierto que el
nombre de Viriato puede ser un nombre corriente de la época y
puede no referirse al histórico caudillo lusitano, pero es que, en
principio, hasta la propia escritura en ibérico meridional, más
propio del área ibérica andaluza, zona denominada como
Turdetania se pone de acuerdo, ya que se sabe que Viriato era jefe
de un ejército compuesto por distintos pueblos. Aparte de los
lusitanos estaban vetones, vacceos y bastetanos, además mantuvo
múltiples colaboraciones con los turdetanos que también
participarían junto a él en mucha batallas1. A todo esto si le
añadimos otros incisos iconográficos de la vajilla de Abengibre
representados en piezas de la misma morfología, pertenecientes al
grupo III de Martínez Santa-Olalla (1934), en los que se
representa a un guerrero distinguido con un yelmo de alta cimera,
el perfil de otro con diadema ceñida a la cabeza, nos indicaría
claramente su condición social de un caudillo que muestra
1
https://neoptolemoblog.wordpress.com/2012/08/03/virato-y-su-batallas-contra-roma/
6
actividades relevantes de su vida, y las ofrece (López Pérez, 1996;
2001; 2002; 2006).
«A. Lectura del texto del plato Inv. 38.215. Negativo 5.170 del
Museo Arqueológico Nacional. Consta de once signos escritos en
arco en el ruedo del asiento… Su lectura inmediata es
aidurbenediabaga y su división en palabras se razonará que es:
aidurben - ediaba - ga.»
2
Los platos de Abengibre. Publicaciones del Seminario de Historia y Arqueología de
Albacete (Albacete).
7
En el alfabeto meridional el sigo $ permite la transliteración
fonética de la sílaba “be”, y así es como los autores citados la
interpretan en 1962. Eso sí, dichos autores recurren a la lengua
vasca para dar un significado a la lectura del texto, y razonan que
la partícula “ben” puede significar lo mismo que “pen”, todo ello
para dar un sentido a la primera palabra del texto “ai” con el
significado de “maleficio”.
El no comprender la escritura ibérica es como no comprender su
simbología, el disparate resultante es ver amuletos y maleficios
donde no los hay.
Ahora pasemos a la comprensión permitida por la
correspondencia gramatical contextualizada que permite la
correcta segmentación con la aplicación de la dualidad ibérica
du/tu y ba/pa.
Leída de derecha a izquierda: ai-turbe-n-e-dia-paga.
cB at Ò n PrÙ ía (ai turbe n e dia paga) ahí turbe nación,
recibe día paga.
Cuatro son las palabras castellanas mencionadas íntegramente en
el texto. Además del adverbio de lugar “ahí”, y “paga” del verbo
pagar, dos más, la palabra “día” y el imperativo “turbe” del verbo
turbar: Alterar o interrumpir la continuidad de una acción o
estado.
El modo imperativo en la lengua castellana se emplea para
ordenar o pedir algo, y así es como se manifiesta en la lengua
ibérica. Para que no haya dudas sobre el contexto gramatical y
político de su contenido, bajo la inscripción en arco se muestra la
sílaba “ka” (c): acata. Se trata de uno de los verbos más
influyentes y significativos de la historia sociopolítica y religiosa
de la humanidad, interpretado en la escritura ibérica con cada uno
de los diversos signos C, c y h. Acatar: Tributar homenaje de
sumisión y respeto. Es el resultado de un patrón de adaptación
lingüística donde la sílaba È (ke) traduce el verbo imperativo
(él/ella/Ud.) acate. Y la sílaba k (ko) trascribe el presente
8
indicativo (yo) acato. Sus respectivos sinónimos son: tributa,
tribute, tributo.
En el conjunto argénteo de Abengibre la palabra “día” se
menciona en siete ocasiones (texto A, B, C, D, E, F, I, de Gómez-
Moreno3). El texto B repite el verbo imperativo “turbe” con el
mismo contexto narrativo que en el texto A. Una línea en vertical
separa la frase según se registra en la siguiente imagen.
https://www.academia.edu/36290014/CONTERBIA_CARBICA_Y_LA_DUALIDAD_EPIGR%C3%81F
ICA_IB%C3%89RICA
10
Pqç. Según la tabla de equivalencia íbero-castellana6, todas ellas
son la vibrante doble que determinan contextualmente a Roma. La
interpretación no deja paso a la especulación, ya que me atengo a
la tabla de equivalencia fonética descrita por dichos autores
respetando sus sonidos lingüísticos, y por supuesto, a la tabla de
equivalencia íbero-castellana contextualizada por mí con
antelación a la siguiente interpretación.
file:///C:/Users/Abelardo/Downloads/LA_MANO_DE_IRULEGI_EL_DOMINIO_PRO
MINENT.pdf
11
Museo Arqueológico Nacional
8
Sanz Gamo, R. y López Precioso, J. (1995): “La vajilla ibérica de Abengibre y su
entorno histórico y cultural”. El Tesoro de Abengibre, CCM 1995.
9
López Pérez, A (1996): “Entorno al tesoro de Abengibre”. Ikalesken N º1 Iniesta
(Cuenca).
10
López Pérez, A. (2001): “Datos arqueológicos del río Abengibre al río Júcar”.
Ikalesken N º 1 Iniesta (Cuenca).
11
López Pérez, A. (Ed.) (2002): La fidelidad representada en el lenguaje icnográfico en
cerámicas ibéricas. Posibles conjeturas iberas. Albacete, 2002.
12
López Pérez, A. (Ed.) (2005): El ojo del ibero. Albacete.
13
López Pérez, A. (2006), “Símbolos astrales en la Antigüedad”, Revista de
Arqueología nº 301, Madrid. 56-63.
14
https://www.academia.edu/23704098/DESCIFRADA_LA_LENGUA_%C3%8DBERA_EL_LENGUAJE_IB%C3%89RICO_
ORIGEN_ETIMOL%C3%93GICO_DEL_CASTELLANO_S%C3%8DLABAS_VOCALES_Y_CONSONANTESo;
14
repertorio de interpretación iconográfico y epigráfico, lo único
que logro por parte de la arqueología convencional es un
desprecio mudo hacia el contexto narrativo anunciado.
El texto que sique (referencia G. del inv. del MAN., texto H. 110
c. de Gómez-Moreno) se lee de derecha a izquierda y las frases se
hallan separadas por líneas en vertical.
zaíÙaírÌarí|íarËörûlíca|BízËól|rËöpÚSd
15
http://etimologias.dechile.net/?deber
15
BízËól (l o ke śi ba) ley otorga, acate si va.
Es el contexto narrativo el que permite significar una cosa y no
otra. En este caso los signos íz (śi) hacen referencia a la
conjunción subordinante condicional que verifica algo: si.
Es la narrativa siguiente la que concuerda gramaticalmente con el
contenido completo del texto donde el apelativo César se vuelve
a pronunciar junto a la siguiente frase que justamente al final del
texto, tal y como señala Gómez-Moreno (1943)16, se menciona lo
que podía ser un homónimo “Viriatuias”.
ía rË örû lí ca (aca i l cure ker ai) acá impone ley, cure
César ahí.
zaíÙaírÌ arí (ira biriatuias) ira Biriatuias.
Cure César ahí deseo de venganza Viriato. Estas son las frases del
final del texto G de los platos ibéricos de Abengibre.
18
documentación de Agrippa a los oppida Latii Veteris con el
nombre de Caesarini Iuvenales (Plinio, NH, III, 25)»20.
Durante la guerra civil entre César y Pompeyo (49-45 a. C.) la
ciudad de Cástulo fue partidaria de César pasando a ser una gran
ciudad de la provincia hispana. Ahora la interpretación de
leyendas latinas de sus acuñaciones puede transmitir un
documento jurídico que justifica la organización política y
administrativa del propio César, guardando un contexto
epigráfico, iconográfico, histórico, con las fuentes literarias
clásicas y arqueológicas, indicando una cronología precisa para
un tipo de acuñación.
La moneda en concreto es el
tipo 483 de Navascues
(1969)21, el cual atribuye
dichas acuñaciones hacia el
50 a. C.:
Anverso, cabeza viril
laureada mirando a la derecha, rodeada por la leyenda latina
SACAL. ISCER.
Reverso, esfinge mirando a la derecha, debajo SOCED, y delante
leyenda CAST. Interpretación anverso:
SACAL (S A CA L) dominio acepta, acata ley.
ISCER (I S CER) impone dominio César.
20
M.ª Paz García-Gelabert – José María Blázquez: Notas acerca del urbanismo romano
de Cástulo (Jaén, España). http://www.biblioteca.org.ar/libros/140260.pdf
21
J. M.ª Navascues. La moneda hispánica del Museo Arqueológico Nacional. Vol. I,
1969.
19
I a. C. El tipo CIII, 1 de
Vives (1926)22 muestra en el
anverso cabeza radiada y en
el reverso leyenda latina CER
entre dos espigas; mientras
que el tipo CIII, 2 muestra
cabeza laureada en el
anverso, y en el reverso la leyenda latina CERI entre dos espigas.
La traducción ibérica de su leyenda no deja duda sobre la
adaptación de un tipo de escritura en una acuñación indígena. La
corona laureada del personaje y la simbólica espiga legislativa nos
revela su propia identidad.
Cer (cer): César.
Ceri (cer i): César impone.
Diferente tipo de escritura (Ibérica y latina) mismo significado.
22
A. Vives. La Moneda Hispánica. 1926.
20
La idiosincrasia de una civilización plenamente
consciente de su situación histórico-cultural en el
marco geopolítico del Mediterráneo. A las palmetas
representadas en el siglo IV a. C. hay que añadir el gesto
simbólico de unos diminutos zarcillos que elevan o alzan dicha
palmeta. Dicho gesto se delata en muchos más elementos de la
cultura ibérica pronunciando el verbo alzar (empuñaduras de
armas y placas de cinturón). Pero sobre todo se delata en
elementos directos al acontecimiento bélico ecuestre.
Alzamiento de caballeros
Los estandartes de jinete ibérico (signa equitum) tipo La
Bastida de les Alcusses (Mogente, Valencia) del siglo IV a.
C., proceden del sureste peninsular. La cronología de la
segunda mitad del siglo V, o principios del IV a. C. coincide
con un gran acontecimiento que conmocionó el mundo del
sureste ibérico con la destrucción masiva de monumentos e
incluso ciudades. Con el tratado romano-cartaginés del año
348 a. C. Cartago manifiesta tener en su poder todo el
mediodía peninsular.
La simbología de la montura del caballo ibérico procedente
de la Losa (Casas de Juan Nuñez, Albacete) del s. V a. C.
tiene la respuesta.
Palmeta = Oriente
Zarcillo = Alzar
21
Al igual que los estandartes ibéricos y la
montura de la Losa, la iconografía de los
platos ibéricos de Abengibre correspondientes
al siglo IV a. C pronuncia un hecho histórico
con el gesto de alzar la palmeta.
La palmeta esquematiza a la palmera, árbol oriundo de las tierras
orientales23; les acompaña un zarcillo o roleo simple cuyo
significado es “alzar”. Dicha composición (palmeta y roleos) se
sitúa en cada uno de los extremos de la montura.
Ahora vamos a extender la montura del
caballo donde se asienta la élite
caballeresca ibérica. Se trata de una piel de
toro. Esa forma de piel de toro puede ser ni
más ni menos la que los navegantes de la
antigüedad vieron en la propia Península
Ibérica, que como bien se sabe fueron
atraídos por su riqueza minera desde la Edad del Bronce Antiguo
(hacia el 2700 a. C.). El alzamiento oriental en el siglo V a. C.
pudo abarcar toda la Península. Es más, sobre la piel de toro se
asienta la autocracia ecuestre íbera del siglo V a. C. Y lo expresa
400 años antes de que lo dijese el geógrafo Estrabón en el siglo I
a. C. (II 5 27): «Por países el primero de todos desde Occidente es
Iberia, semejante a una piel de buey cuyo cuello se prolongaría en
la vecina Céltica...». Piel de toro = iberia. Palmera = Oriente:
implicación geopolítica.
23
Considero revelador la correspondencia narrativa iconográfica de este símbolo expuesta en
los siguientes enlaces:
file:///C:/Users/Abelardo/Downloads/La_palmeta_imagen_divisa_y_encarnacion_d.pdf
file:///C:/Users/Abelardo/Downloads/THE_SKIN_OF_A_BULL_IN_ANTIQUITY_IMAGE_S
Y.pdf
22
Otros elementos iconográficos presentes en la vajilla de
Abengibre se ponen de acuerdo en el sustento que supone para el
ejército de Roma la posesión de dicha plata. Estos elementos
figurativos son algo más tardíos, en torno al siglo II a. C. Cabré
Aguilo (1947), tratando los dibujos incisos en los platos, dice:
“En época indeterminada se grabaron en el anverso de la base de
uno de los grandes ejemplares una pequeña figura varonil cazando
un ciervo que vuelve la cabeza, un lobo u oso y un jabalí, y en el
reverso un guerrero ibérico que cubre su cabeza con un casco de
alta cimera, acometiendo con dos lanzas a otro que le afronta y
del que solo se ve la cabeza”.
23
servidumbre de Roma. Si como dice Cabré hay una pequeña
figura varonil dando caza a un ciervo que gira la cabeza, sin lugar
a dudas no estamos hablando de una escena de caza, sino que
simbólicamente se quiere poner fin al sustento de la servidumbre
de Roma. Hay tenemos el propósito y finalidad de la ocultación
de dicho tesoro. El que oculto la vajilla sabía perfectamente el
contenido histórico, simbólico y epigráfico que esa plata
contenía. Negó su bienestar y el de toda su prole para preservar
algo que estaba por encima de todo eso, impidiendo que esa plata
cayera en manos de Roma, pues con ella se pagaría al ejército
romano, y el ultimo indicio que ofrece su ocultación es de
mediados del siglo I a. C.
Bibliografía
Blázquez, J. Ma. (1975): Ciclos y temas de la Historia de España:
La romanización. La sociedad y la economía en la Hispania
romana, Madrid: Ediciones AKAL.
Cabré Aguilo, J. (1947): El tesoro ibérico de platos argénteos de
Abengibre (Albacete). Adquisiciones del MAN. 1940-1945.
Madrid.
García-Gelabert, M.ª Paz – Blázquez, J. M. (1994): “Notas acerca
del urbanismo romano de Cástulo (Jaén, España)”. Ktema 19
(Hommage à Edmond Frézouls-II), 155-168.
Gómez-Moreno, M. (1949): Misceláneas, Madrid.
Gómez-Moreno, M. (1943): La escritura ibérica. Madrid.
López Pérez, A (1996): “Entorno al tesoro de Abengibre”.
Ikalesken N º1 Iniesta (Cuenca).
24
López Pérez, A. (2001): “Datos arqueológicos del río Abengibre
al río Júcar”. Ikalesken N º 1 Iniesta (Cuenca).
López Pérez, A. (Ed.) (2002): La fidelidad representada en el
lenguaje icnográfico en cerámicas ibéricas. Posibles conjeturas
iberas. Albacete, 2002.
López Pérez, A. (Ed.) (2005): El ojo del ibero. Albacete.
López Pérez, A. (2006), “Símbolos astrales en la Antigüedad”,
Revista de Arqueología nº 301, Madrid. 56-63.
Los platos de Abengibre. Publicaciones del Seminario de
Historia y Arqueología de Albacete (Albacete) 1962.
Navascues, J. M.ª (1969): La moneda hispánica del Museo
Arqueológico Nacional. Vol. I.
25