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FILOSOFÍA 10 PROFESORA: ALEJANDRA DUQUE

Presocráticos
Los presocráticos fueron un grupo de pensadores griegos que surgieron antes de Sócrates. Basaron sus
diferentes teorías en la especulación sobre el principio y origen natural de la materia que nos rodea. Fueron los
primeros pensadores que quebraron todas las formas míticas que rodeaban los pensamientos y empezaron a
crear una reflexión racional.
Veían la naturaleza desde la physis, término que se fundamentaba en un grupo de seres que habitaban el
universo exceptuando las cosas que el hombre producía. Para ellos la naturaleza explicaba el cambio y el
principio de unidad de las cosas capaz de generar una pluralidad. Una de las preguntas más comunes de la
filosofía presocrática era ¿Cuál es la naturaleza de las cosas? Y ¿Cuál era la ley interna que rige las cosas?
Ellos buscaban el arjé o arché, que es un concepto filosófico originado en la antigua Grecia. Su significado está
vinculado con el inicio del universo o el génesis de todas las cosas. El término proviene de la lengua griega y
significa origen o principio.
Tales de Mileto. (624 a. C - 546 a. C). Consideraba que el agua era el principio de todas las cosas porque todo lo
que nos rodeaba está formado de agua. Tales atribuye vida al agua, porque como el agua se mueve sola (véanse
los mares o los ríos), esta debe tener alma, puesto que el alma es lo que hace moverse las cosas. Y también es
divina (está llena de dioses) porque el alma es divina para él. «Así por lo tanto, el agua para Tales es, el origen de
todo, está llena de dioses y tiene vida propia»
Anaximandro. (610 – 547 a. C). Es afamado por sus manifestaciones acerca de la naturaleza, la distancia y
tamaño de las estrellas o su afirmación de que la Tierra es cilíndrica. Llamó al principio originario de materia
abstracta como apeirón, que significa lo indeterminado, lo infinito, lo ilimitado y pensaba que de él emanaban
los elementos contrarios a todas las cosas.
Anaxímenes. (590 – 524 a. C). Fue discípulo de Tales y de Anaximandro y centró sus teorías en el aire, así como
en el hecho de que el principio de todas las cosas es infinito. Pensaba que el aire era el arjé de todas las cosas
porque la rarefacción genera el fuego, mientras que la condensación, el viento, las nubes, el agua, la tierra y las
piedras; a partir de estas sustancias, se crean el resto de las cosas.
Empédocles. Para él, habían 4 diferentes tipos de elementos que se movían por medio del amor y del odio: Agua,
Tierra, Fuego y Aire. El amor forma una unidad mientras que el odio los separa. Ellas conviven en constante
tensión, alternando su preponderancia en el mundo. Esta no puede ser nunca absoluta de una sobre la otra,
pues esto haría que nuestro mundo se disolviera por completo o bien se hallase en un momento en el cual la
vida terrestre sería imposible. En un determinado momento de este ir y venir entre la unión y la separación de
las cosas es que es posible el nacimiento del mundo tal cual lo vemos.
Anaxágoras. (500 - 428 a. C.). Pensaba que cada objeto tenía una característica proporción de materias y que
éstas estaban en todo su ser incluso en las partes más pequeñas. Para explicar la pluralidad de objetos en el mundo
dotados de cualidades diferentes, recurre a la suposición de que todas las cosas estarían formadas por partículas
elementales, que llama con el nombre de "semillas" (spermata, en griego).
Leucipo. Todo lo que nos rodeaba estaba formado por partículas indivisibles con forma diferente al igual que su
posición y ordenación llamados átomos, que eran partículas diminutas y móviles que estaban en constante
movimiento. Junto con Demócrito se les considera los padres del atomismo.
Pitágoras (569 – 475 a. C). que está considerado como el primer matemático puro y formuló una serie de
principios que influyeron de modo especial en Platón y en Aristóteles. La observación de múltiples relaciones
numéricas o analogías al número en los fenómenos del universo, eran la convicción de que en los números y en
sus relaciones «armoniosas» los pitagóricos encontrarían los principios absolutamente certeros del conocimiento
y del universo.
Heráclito (535 – 484 a. C). Fue un filósofo, conocido como “El Oscuro de Éfeso”, que centró gran parte de su obra
en lo que se da en llamar cambio incesante. Su filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres: «Panta
rei» (πάντα ρεῖ), todo fluye. El devenir está animado por el conflicto: «La guerra (pólemos) es el padre de todas
las cosas»,53 una contienda que es al mismo tiempo armonía, no en el sentido de una mera relación numérica,
como en los pitagóricos, sino en el de un ajuste de fuerzas contrapuestas, como las que mantienen tensa la
cuerda de un arco. El fragmento quizás más conocido de su obra dice: En los mismos ríos entramos y no
entramos, [pues] somos y no somos [los mismos]
Parménides (530 – 515 a. C). el ser es permanente y único, e indica que la contradicción interna impide el
pensamiento direccionado hacia la búsqueda del ser. Uno de los principales pilares del pensamiento de
Parménides es que el ser real podía percibirse solo a través de la razón y no por los sentidos. Es decir, que solo
podía accederse de forma efectiva y verídica al conocimiento verdadero a través de la racionalidad, no por medio
de las sensaciones. Gracias a esta concepción se considera que Parménides fue el filósofo que dio origen al
idealismo propuesto por Platón.

FRAGMENTOS
1. ¡Seres pueriles! Porque no piensan profundamente

Quienes creen con firmeza que puede nacer lo que no existía


O que las cosas perecen por entero, destruyéndose completamente.
Porque de lo que en modo alguno existe es inconcebible que nazca nada,
que lo existente desaparezca por entero es tan imposible como increíble,
pues estará siempre allí donde esté situada cada cosa. (EMPEDOCLES).4.
2. Los hombres no han llegado al conocimiento de este logos que ha existido desde siempre, ni antes de haber oído hablar
de él ni tampoco después. Pues, viniendo todas las cosas a la existencia según este logos, los hombres parecen gentes
inexpertas, cuando ensayan palabras y actos tales como los que yo describo detalladamente, distinguiendo cada cosa según
su naturaleza y expresando como es. Se les escapa lo que los hombres hacen en estado de vigilia, igual que se les escapa lo
que realizan durmiendo. Por ello es necesario seguir lo que es común, pues lo común es lo que une. Pero, aunque el logos es
común, la mayoría viven como si cada cual tuviera una inteligencia particular. (HERÁCLITO).
3. El principio (arjé) de todas las cosas es lo indeterminado (ápeiron). Ahora bien, allí mismo donde hay generación para las
cosas, allí se produce también la destrucción, según la necesidad; en efecto, pagan las culpas unas a otras y la reparación de
la injusticia, según el orden del tiempo. (ANAXIMANDRO).
4. Tampoco hay menos de lo pequeño, pero siempre hay uno más pequeño; pues no puede ser que lo que es deje de ser
cortando. Pero también siempre hay algo mayor que lo que es grande, y es igual a lo pequeño en cantidad, y, comparado
consigo mismo, cada cosa es a la vez grande y pequeña. (ANAXÁGORAS)

5. Hay dolores fque llegan a los humanos por designio divino. Por ello cuando la fatalidad te alcance, sopórtala y no la lleves
mal. Remédiala, cuanto de tu parte esté y piensa que el destino al que es bueno no le reserva mucho de ella. (PITÁGORAS)

6. Tú escúchame y retén mis palabras, que te enseñarán cuáles son los dos únicos caminos de investigación que se pueden
concebir. El uno, que el ser es y que el no-ser no es. Es el camino de la certeza, ya que acompaña a la verdad. El otro, que el
ser no es y que necesariamente el no-ser es. Este camino es un estrecho sendero, en el que nada iluminará tus pasos. Ya que
no puedes comprender lo que no es, pues no es posible, ni expresarlo por medio de palabras. Porque lo mismo es pensar y
ser. (PÁRMENIDES)

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