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LA CULTURA COMO FORMA DE VIOLENCIA

Valerie Paola Giraldo Trujillo

Paula Andrea Giraldo Trujillo

Colegio El Triángulo

Por violencia cultural nos referimos a aquellos aspectos de la cultura, la esfera


simbólica de nuestra existencia -materializado en la religión y la ideología, en el
lenguaje y el arte, en la ciencia empírica y la ciencia formal (la lógica, las
matemáticas) - que puede ser utilizada para justificar o legitimar la violencia directa
o la violencia estructural. (Galtung, 2016, p. 149)

Teniendo en cuenta la situación actual en Irán se puede poner en perspectiva la violencia


que se expande por este territorio, aquella que pario la situación actual, las protestas y el
descontento general. Irán ha sido y es foco de violencia cultural, con un énfasis en la
violencia de género, las mujeres están oprimidas por un sistema que se basa en la
religión islámica. Es así como este ensayo tiene la intención de abordar los temas de
cultura, violencia cultural y cómo la religión es una dimensión de la cultura, en el caso de
Irán los cimientos de ésta. Es a partir de la religión islámica que se crean las leyes, las
normas morales, las condiciones para existir en sociedad, ya que el ser humano está
condicionado por su entorno.

Analógicamente se puede decir que la cultura se manifiesta como una telaraña de


significados donde los hilos son tejidos por nosotros mismos, una telaraña pegajosa
donde es inevitable que no quedemos atrapados en ésta, cobijados por la cultura de hilos.

No todos los aspectos de una sociedad se pueden nombrar cultura, ya que lo cultural se
da cuando estos aspectos se establecen como legítimos y duraderos a nivel individual e
histórico, es decir, individual en tanto que se comparte una misma noción en cada
individuo e histórico porque es algo que se desarrolla y conserva a lo largo del tiempo. La
cultura no es algo homogéneo, siempre está en constante cambio, pero ésta sí tiene
aspectos de permanencia que son estables. Estos están sometidos a fuerzas que le dan
mayor firmeza a la cultura y los aspectos maleables presentan tendencias menos
resistentes y tornan a estas zonas poco duraderas, la cultura es un río donde sus aguas
cambian, pero sigue siendo el mismo río, el mismo canal donde las aguas transcurren.

Para tener una visión más completa de la cultura, cabe resaltar que ésta se divide en dos
formas: las formas interiorizadas, que son interiorizadas en tanto “habitus” en el sujeto,
que provienen de las actividades y costumbres compartidas en un grupo social, que no se
pueden separar de las formas exteriorizadas, como, por ejemplo, el arte, los ritos, etc.
Éstas conviven en una relación dialéctica, por tanto, “no existe cultura sin sujeto ni sujeto
sin cultura” (Guevara, 2005, p. 4), ya que el sujeto conforma a la cultura y la cultura forma
al sujeto, la cultura es una creación y recreación humana, que se da gracias a la sociedad
misma.

La cultura frecuentemente se utiliza en un sentido mejorativo, como si esta palabra sólo


abarcase cosas buenas y deseables, pero este uso vulgar del término está alejado de la
realidad, ya que la cultura como se mencionó son los aspectos en general de una
sociedad que tienen como característica que son legítimos y duraderos. “Cultura es toda
la información transmitida por aprendizaje social, y eso incluye ideas y costumbres de
todo tipo” (Mosterín, 2007, p. 23), no se limita a aspectos positivos, la cultura abarca un
todo. Con sólo dar un paso por la historia se da cuenta de las monstruosidades que se
han practicado -y se siguen practicando- en nombre de la cultura, como: las mutilaciones,
los prejuicios, la clitoritomía, las guerras, los holocaustos, el terrorismo, la muerte, etc.
Esto hace parte de la cultura.

La conducta humana depende del entorno en que se forme y eduque al individuo, siendo
un aspecto fundamental la cultura. Ésta difícilmente se clasifica como violenta o pacífica,
no es un concepto bueno o malo, es como el lenguaje que da las herramientas para
expresar un pensamiento violento, pero el lenguaje no es violento por sí mismo, es decir,
la cultura no es violenta, son los aspectos de ésta que se pueden tomar como violencia,
dándose una violencia cultural. Aunque hay culturas con todo un conjunto de aspectos tan
violentos, que abarcan todos los dominios culturales que estaría justificado empezar a
hablar de una cultura violenta y no sólo de violencia cultural.

La violencia cultural puede legitimar a la violencia directa y la estructural, ya que les da


razón para que no se perciba como algo equívoco, se transforman estos actos ante la
sociedad como actos aceptables. En los estudios sobre la violencia se enfocan dos
problemas: el primero es la utilización de la violencia y el segundo es la legitimación de
ésta. Una de las formas en que se puede mover la violencia cultural es a través del
utilitarismo moral, donde se utiliza las nociones de correcto o incorrecto en su beneficio,
como el asesinato por la patria, que es algo correcto y beneficioso. Se hace difusa la línea
de violencia y no violencia, ya que los actos se dejan de percibir como violentos y se
justifican como algo deseable, sin una carga moral.

La violencia puede ser vista como una privación de los derechos humanos
fundamentales, en términos más genéricos hacia la vida, eudaimonia, la
búsqueda de la felicidad y prosperidad, pero también lo es una disminución
del nivel real de satisfacción de las necesidades básicas, por debajo de lo
que es potencialmente posible. (Galtung, 2016, p. 150)

La violencia se puede dividir en dos categorías generales: la violencia estructural y la


violencia directa, que van en contra de las necesidades básicas, vulneran éstas. La
violencia estructural es aquella que se produce como resultado de la estructura
económica y social de una sociedad y que impide que las necesidades básicas del
individuo se vean satisfechas. Esto no se ve de forma inmediata en los actos, pero para la
víctima las sanciones por ejemplo del sistema pueden significar una muerte a través de la
malnutrición o la falta de atención médica. Además, los que sufren más frecuentemente
las acciones de la violencia estructural son los grupos más vulnerables: las mujeres, los
niños, los ancianos y los pobres. Por otra parte, la violencia directa son las conductas
visibles, que responden a actos de violencia y realiza un actor intencionado para dañar o
herir física o mentalmente a un otro.

Las necesidades básicas fundamentales se dividen en 4 clases: Necesidad de


supervivencia, Necesidad de bienestar, Necesidad de reconocimiento, identitarias y
Necesidad de libertad. Además, se puede también incluir la necesidad de equilibrio
ecológico.

“Cuando el triángulo se coloca con la base en el lado que une la violencia estructural con
la directa, la violencia cultural queda como legitimadora de ambas” (Galtung, 2016, p.
154), este triángulo representa en amplitud el término de violencia, un círculo vicioso de
violencia que se sostiene en la fuerza, dominio y poder. Existe una diferencia entre estas
tres violencias en tanto su desarrollo temporal: la violencia directa es un acontecimiento,
la violencia estructural es un proceso y la violencia cultural es persistente, dado que las
transformaciones culturales se dan con lentitud. Estas tres forman utilizan el tiempo de
maneras diferentes, así la figura del triángulo proporciona una fenomenología de la
violencia, útil para la generación de diversas hipótesis.

De la violencia cultural se pueden nutrir las otras dos formas de violencia, se puede ver un
flujo causal que en últimas lleva a la violencia directa. “La cultura predica, enseña,
advierte, incita, y hasta embota nuestras mentes para hacernos ver la explotación y/o la
represión como algo normal y natural, o posibilita la alienación para vivir aparentando que
no se sienten sus consecuencias” (Galtung, 2016, p. 155)

Un ejemplo de este triángulo se ilustra con el caso de los esclavos africanos, personas
que fueron capturadas y llevadas para su explotación, esta violencia directa se transforma
en un violencia estructural y cultural a partir de las ideas racistas. La violencia directa se
olvida, la esclavitud se prohíbe, pero la discriminación (violencia estructural) y el prejuicio
(violencia cultural) se mantienen. Es una transformación, un ciclo vicioso de violencia
entre estos 3 tipos, la violencia directa se puede convertir en violencia cultural, la cultural
en directa y así sucesivamente.

Existen 6 dominios culturales: la religión, la ideología, el lenguaje, el arte, las ciencias


empíricas y las ciencias formales, que pueden ser utilizados para legitimar la violencia
estructural o directa. A continuación, se expondrá el domino religioso, donde se abordará
la situación de Irán y cómo se legitima la violencia a través de una cultura islámica.

La religión es un elemento central de la expresión cultural, la mente y la sociedad. Así


Durkheim argumenta que “la religión es un cuerpo de prácticas y creencias relativas a las
cosas sagradas, es decir, todo aquello que se identifica con las cosas dejadas a un lado y
prohibidas –creencias y prácticas que dan unidad a una comunidad moral concreta”
(Camarena y Tunal, 2009, p. 4). La religión es una expresión de la cultura que delimita el
accionar social, colectivamente la religión sirve para enlazar a las personas y asegurar la
existencia social. El mundo se desdobla en dos para los creyentes, se tiene el mundo
profano y el mundo sagrado, siendo un elemento importante para el entendimiento de la
actividad religiosa las restricciones que ésta impone en la vida profana a través de un
tabú, lo permitido y lo prohibido, lo que es bueno y los que es malo.

Como se organiza y presenta la religión, es lo que le da una estructura y una entidad que
va a formar parte del devenir humano. De la religión depende en gran parte el accionar
moral que se tenga presente, una serie de reglas implícitas mediante una red de símbolos
y actividades, que dan sentido a la sociedad. La religión se puede tomar como una forma
de vida en sí misma.

En la religión se da una separación, entre los que son elegidos por dios y los no elegidos
o los elegidos por satanás, los elegidos son los hombres, las clases superiores, los
creyentes auténticos, etc. Existe un infierno y cielo aquí en la tierra, aquellos que se
encuentran en la miseria y los que se encuentran en los lujos, se cree que hay personas
más cercanas a dios: el clero, la aristocracia y los capitalistas que tienen éxito. Todo esto
tiene como consecuencia, el machismo, el nacionalismo, el clasismo, la explotación, etc.
Ya que se encasilla a un grupo de personas como superiores y a otros como ciudadanos
de segunda.

Para ilustrar el concepto de violencia cultural se hablará de la República Islámica de Irán.


Su gobierno no es una teocracia, el término correcto para referirse a éste es eclesiocracia,
que hace referencia a que el orden político se basa en los líderes religiosos, es decir, que
los asuntos religiosos toman más importancia que los asuntos políticos. Por ejemplo, en el
proceso de los candidatos a la política estos deben ser aprobados por los Imanes
(aquellos que predican la fe en el islam) y sin esta aprobación los candidatos quedan
eliminados de la competencia. Tanta es la influencia religiosa en esta cultura, que sólo se
toman en cuenta la opinión de los líderes religiosos. Un caso de esto es la posición de
poder del líder supremo frente al presidente, el primero tiene la mayor autoridad política y
religiosa, controla las fuerzas armadas, el poder judicial, la televisión estatal y otras
organizaciones, es quien toma las decisiones finales en el país.

Ahora bien, a partir de la revolución islámica de 1979, Irán paso a ser una República
Islámica, es decir, una república que toma como fundamento la religión islámica, teniendo
en cuenta sus dogmas, practicas, etc. Irán acoge una cultura islámica por completo,
siendo la religión el factor más importante para transformar la vida cultural iraní, una ley
que rige a toda la comunidad y crea un rechazo hacia la cultura occidental.

Esta cultura ejerce múltiples violencias culturales, se podría decir que es una cultura
violenta por la gran cantidad de aspectos violentos que se tienen en ésta. La cultura iraní
legitima la violencia contra las mujeres, que se consideran ciudadanas de segunda,
además a partir de la revolución del 79 muchas de las leyes quedaron en control de un
sistema político islámico que promueve la discriminación de género. El estado islámico
utiliza el terror como arma, así oprime, violenta, discrimina, etc. Siendo una práctica tan
cotidiana que nadie se sorprende, menos si las víctimas son mujeres.

Algunos ejemplos de esta discriminación sistemática son las leyes que legitiman esta
violencia como: el hiyab como prenda obligatoria para las mujeres desde los 8 años, el
incumplimiento de ésta se castiga hasta con 74 latigazos en público o cárcel, porque se
piensa que el cabello de la mujer contiene destellos que excitan a los hombres. El
testimonio de las iraníes en una corte equivale a la mitad que el de un hombre. Las
mujeres pierden la custodia de sus hijos a los dos años y de sus hijas a los 7 años. La
prohibición a las iraníes de acceder a los estadios durante los eventos deportivos de
hombres. Además, en 2012 la policía de la moral ordenó retirar de las tiendas las
muñecas barbie por representar un peligro para los valores islámicos. Estos son sólo
algunos aspectos de la estructura que avala la violencia, una estructura que es legitimada
desde la violencia cultural que se respalda en la religión.

Actualmente, se está propagando una rebelión por parte del pueblo iraní, que fue
detonada gracias al asesinato de Mahsa Amini el 16 de septiembre, una joven de 22 años
que por llevar de manera “inapropiada” su hiyab, la policía de la moral la arrestó y días
después murió por los golpes por parte de esta misma organización. Este movimiento no
es nuevo, es algo que se ha estado construyendo por meses sino años, pero
anteriormente el movimiento no se había reflejado a gran escala hasta hoy. El
descontento del pueblo ha incrementado y las protestas tienen como objetivo quitar la ley
del hiyab obligatorio y el fin de la República Islámica de Irán, ya que el hiyab obligatorio es
como el pilar principal de la dictadura religiosa que se da en Irán. A pesar de la represión
por parte del gobierno no se han frenado las protestas.

Los medios de comunicación se han convertido en una parte importante de esta


revolución, aunque en algunas ciudades del país se han restringido para evitar que el
resto del mundo se informe de la represión, además los iraníes tienen prohibido el uso de
las redes sociales. Por lo tanto, se han creado diversas comunidades en línea para
apoyar la revolución en Irán, que se unen bajo un mismo reclamo y se identifican con el
lema “be our voice” o en español “sé nuestra voz”, además de otros lemas como “mi
cámara es mi arma”.

Las mujeres iraníes salen a las calles cansadas de la violencia cultural que se da en el
país, gritan por su libertad, donde se escucha en masa “no tengamos miedo, estamos
juntas” y “MUJERES, VIDA Y LIBERTAD”. La brutal represión por acabar con las
manifestaciones sigue cobrando vidas, más de 180 muertes se han producido durante las
últimas semanas, entre estos han sido 19 niños los asesinados. Pero las protestas no han
frenado, las mujeres continúan cortando sus cabellos y quemando sus velos en señal de
resistencia contra la represión cultural, la violencia cultural.
Bibliografía

Camarena, M. y Tunal, G. (2009). La religión como una dimensión de la cultura.


Nómadas, vol. 22, núm. 2, 2009, pp. 1-15. Recuperado de
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podria-ser-un-momento-como-la-caida-del-muro-de-berlin-trax/

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