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La escuela unidocente en Costa Rica: oportunidades y retos

Introducción

El presente ensayo expone sobre la escuela unidocente, sus oportunidades y


retos, logrando al final de la lectura de este un conocimiento claro sobre la
importancia de estas instituciones en las comunidades rurales.
Las escuelas unidocentes, según menciona Cartín (2018) son “destinadas a la
atención de la población estudiantil dispersas de las comunidades rurales,
procurando que los estudiantes se beneficien y tengan la posibilidad de mejorar
su nivel de vida al tener acceso a una educación primaria completa” (p. 11). El fin
de estas escuelas es la igualdad de la educación en zonas rurales y urbanas,
impartiendo los seis niveles de educación primaria.
El sistema educativo unidocente es reconocido como centros educativos donde
se ofrece el I y II ciclo de la educación general básica, donde los estudiantes son
atendidos únicamente por un docente; por lo general estas escuelas se ubican
en comunidades rurales donde la población es escasa. En una misma aula se
ubican todos los estudiantes desde primero hasta sexto, por lo que se debe
contar con una buena organización administrativa y didáctica por parte del
docente. Como menciona Alvarado y Maya (2009) la función de los docentes es
fundamental porque deben
asumir mayores responsabilidades que la de un maestro con un
solo grupo a cargo, ya que deben planificar y desarrollar acciones
en las áreas: pedagógicas, administrativas y comunales, lo que le
permite tener experiencia en los diferentes campos de la gestión
escolar, lo cual los enriquece a nivel personal y profesional y los
capacita para desenvolverse en diferentes ámbitos del sistema
educativo, oportunidad que no tienen los otros educadores y
educadoras (p. 15).
El docente al gestionar gran cantidad de funciones, en la mayoría de los casos
busca la colaboración de la comunidad para lograr un adecuado funcionamiento
de la institución, sin embargo, para que la colaboración sea recíproca el docente
debe ser: motivador, buen escucha y buen líder para el trabajo colaborativo.

Las escuelas unidocentes muchas veces se ven afectadas por: la falta de


presupuesto, recursos didácticos, equipo tecnológico, mala infraestructura,
problemas de acceso y alimentación, son parte de algunos retos que enfrenta
diariamente los alumnos y docentes de las escuelas unidocentes y que más
adelante se explican con mayor detalle. Otras dificultades que se pueden agregar
según Alvarado y Maya (2009) “la poca o casi nula valoración de la escuela
unidocente, la ausencia de procesos sistemáticos de capacitación y actualización
de los maestros y las maestras, entre otros” (p. 18).
Desarrollo
Oportunidades
La educación es una práctica de desarrollo social que responden a un contexto
socioeducativo, por lo que se considera importante analizar la oferta educativa
que disponen los ciudadanos para la enseñanza- aprendizaje, por lo que se
considera de vital importancia conocer la escuela unidocente al respecto.
Siguiendo a Díaz, Solano, & Alvarado,(2002) citado por Cartín (2018) donde
expone que a finales de la década de 1940, el Ministro de Educación Pública, el
señor Uladislao Gámez, dio como directriz que las escuelas debían impartir los
seis grados de enseñanza primaria, no obstante, no se logró aplicar esta
iniciativa sino hasta inicios de la década de los 60, en la administración del
presidente don Francisco J. Orlich, siendo Ministro de Educación el señor Ismael
Antonio Vargas Bonilla. En el año 1963, el MEP establece las políticas que
garantizan el acceso a la educación primaria completa y dan origen a la escuela
Unidocente. Las escuelas unidocentes cumplen con la necesidad de ampliar la
cobertura de la educación primaria a zonas alejadas donde se ofrecía
únicamente el I ciclo de la Educación General Básica, por lo que, brinda una
serie de oportunidades para las personas que viven en zonas rurales.
Para lograr un modelo de escuela unidocente se contemplaron 4 componentes
para un modelo pedagógico: Gestión institucional, gestión comunitaria, gestión
regional y gestión pedagógica. Vargas, Solano y Alvarado (2016) a partir de
estos cuatro componentes en Costa Rica se desarrolló el modelo de las escuelas
unidocentes, a partir de la década de los años 90. Cada uno de ellos es
considerado una pieza necesaria para que la escuela unidocente pueda
responder a las características contextuales, a sus particularidad multigrado y a
la política educativa en concordancia con el modelo de desarrollo vigente en el
país.
Las escuelas unidocentes actualmente se encuentran en casi todo el territorio
nacional, en las cuales se alberga 30 o menos estudiantes, deben cumplir con el
horario regular e impartir las siguientes asignaturas: español, matemáticas,
ciencias, estudios sociales, lengua extranjera, lengua indígena (en escuelas
indígenas) y asignaturas complementarias (religión, educación física, educación
musical entre otras). De acuerdo con Cartín (2018) en cuanto a la jornada
“Durante la jornada diaria se dedican 55 minutos para recesos y 40 minutos para
el almuerzo de los estudiantes” (p. 22).
Las escuelas unidocentes se han venido transformando durante varios años, con
el fin de lograr una educación de equidad y beneficiando al actor principal que es
el estudiante. Entre sus transformaciones están; la capacitación docente, la
infraestructura, programas de estudio, materiales, horarios y aporte tecnológico
para brindar una enseñanza de calidad. Según Cartín (2018) durante la estadía
del ministro de educación Don Leonardo Garnier Rímolo, se definen líneas
estratégicas para estas escuelas con el fin de orientar la labor en el campo
educativo, por lo que se pretendía que los estudiantes lograran: aprender lo que
es relevante y aprenderlo bien, que aprendan a vivir y a convivir, desarrollar una
capacidad productiva y emprendedora, lograr un estilo de vida saludable,
educación de calidad, entre otros. Expuesto lo anterior, se puede visualizar que
la mediación pedagógica de este sistema debe ser de forma correlacionada o
integrada, que pueda cumplir con el currículo y a la vez atender las necesidades,
las características y ritmos de aprendizaje de los estudiantes.
La educación recibida en una escuela unidocente genera una serie de
oportunidades tanto para el docente como para los estudiantes, por medio de
este sistema el docente aprende a organizar administrativamente,
didácticamente y creativamente una institución, además, debe ser un buen líder
que guíe con éxito toda una comunidad estudiantil y de padres de familia, se
puede decir que el docente adquiere mayor responsabilidad pero también
“enriquece a nivel personal y profesional y los capacita para desenvolverse en
diferentes ámbitos del sistema educativo, oportunidad que no tienen los otros
educadores y educadoras” (Alvarado y Moya, 2009, p. 15). Además, a nivel de
planeamiento tiene la oportunidad de correlacionar un aprendizaje esperado en
varias asignaturas logrando el adecuado conocimiento de los estudiantes.
En el caso de los estudiantes “deben asumir un papel diferente, ya que la
dinámica escolar requiere de niños y niñas que sean autónomos, solidarios, que
puedan seguir indicaciones, que investiguen, analicen, pregunten y conozcan
donde pueden encontrar la información y la ayuda que requieren” (Alvarado y
Moya, 2009, p. 16). Al pertenecer a la escuela unidocente, los estudiantes
aprenden a realizar trabajo cooperativo, ya que, por lo difícil que se vuelve el
manejo de grupo, y al tener todos los niveles en la misma aula, el docente debe
fomentar técnicas que se ajusten para lograr que todos los niños trabajen, y una
de esas técnicas es el trabajo grupal, donde los estudiantes deben aprender a
tener empatía y tolerancia para ir trabajando el material asignado. Diariamente el
estudiantado desarrolla actividades compartidas, ya que su docente no puede
brindarles una atención directa y constante, por tal motivo el estudiante se
convierte en el centro del proceso de aprendizaje. El docente sigue su papel de
mediador, pero planificando actividades independientes y grupales, en las que se
dé una metodología de investigación para que ellos construyan sus
conocimientos. Otra oportunidad que brinda este sistema es la convivencia de
niños de diversos grados y edades, por lo que se hace necesario implementar
buenas relaciones interpersonales, de cooperación y solidaridad entre ellos,
fortaleciendo los valores y la formación de ciudadanos que valoran y respetan a
los demás. Como se dijo anteriormente, estas escuelas son un gran beneficio
para las zonas rurales ya que además de la educación estas instituciones
pueden también coordinar procesos de encuentros deportivos, festivales,
actividades sociales, entre otras que brinden al estudiantado un desarrollo
emocional y la posibilidad de relacionarse con otras personas. La mayoría de los
estudiantes se conocen y en algunos casos son familia. Además, la comunidad
tiene buena relación con la institución, son un complemento una de la otra para
lograr sus objetivos.
Referencias Bibliográficas

Alvarado, R., Maya, A. (2009). La Escuela Unidocente: Un Reto Y una


Oportunidad para la Educación en la Comunidad Rural. Colección
Pedagógica Formación Inicial de Docentes Centroamericanos de
Educación Primaria o Básica, 48. Alvarado. La escuela unidocente.pdf (uned.ac.cr)
Cartín, D. (2018). Escuelas Públicas Unidocentes en Costa Rica: Historia y
situación actual. Dirección de Planificación Institucional MEP . uni.pdf
(mep.go.cr)
Vargas, C., Solano, A., Alvarado, R. (2016). Hacia el Fortalecimiento de las
Escuelas Unidocentes. Proyecto de la Comisión de Decanas y Decano de
la Educación del Consejo Nacional de Rectores . FORTALECIMIENTO-DE-LAS-
ESCUELAS-UNIDOCENTES.pdf

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